avignon #14 - un puente hacia otra forma de ver

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El precio del valor en el arte H ace un tiempo, leyendo el suplemento económico iEco del diario Clarín me encontré con una nota sobre arte. Curioso y sorprendido al leerla, entendí pronto que no se hablaba de ARTE sino que se trataba del negocio del arte poniendo en conside- racion el valor de la obra. Es decir, no el valor plástico que interesa a cualquier admirador y buen observador de arte y si el valor eco- nómico de la obra, su precio, interés puro de cualquier inversionista. No son coleccionistas de arte quienes hoy dan “valor” a una pintura, dibujo o escultura sino personas que buscan obtener un rédito económico a través del paso del tiempo. Da lo mismo invertir en soja o pintura, el objetivo es el mismo, la ganancia de dinero en el mediano o largo plazo. Aunque comprar soja no es comprar pintura ya que no hace falta entender de soja para comprar, solo saber bien cuando comprar para luego en el momento oportuno poder vender. La pintura a diferencia de cualquier otro commodities da estatus social, se pertenece a una elite supuestamente culta y adinerada que se pavonea entre cuadros e instalaciones tomando champán del me- jor. Pero muchos habrán chocado con un primer problema; si no entiendo de pintura, ¿Cómo hago para comprar? Y bien, ¿Cómo podría venderla luego? Frente a esta disyuntiva, se fue creando fácil la solución de la mano de grandes galerías de arte internacionales que actuaron de nexo entre estos artistas y aquellos inversionistas, ya no coleccionistas. Había que explicar, facilitar la comprensión de la obra llevándola al terreno de lo obvio o conocido. De esta manera lo sensible perdía terreno frente a lo meramente racional. La nota publicada nos acerca un poco al tema… Damien Hirst o el arte del marketing En un operativo simultáneo, exhibe hasta el sábado en ocho capitales mundiales del mercado del arte sus famosos “cuadros de puntos”. Agitador del arte o habilidoso constructor de mitos contemporáneos ¿por qué fascina a coleccionistas y público? Allí nos hablan del look rockero del artista, ya nos podemos aproximar a la obra de Hirst… “el menú consiste en una variedad de pun- tos coloreados, de diferente tamaño , bautizados con títulos sonoros tomados de la medicina y la farmacia…” y sigue, “a riesgo de irritar a su público . Porque cuesta trabajo descubrir matices en estas variaciones en torno a un mismo tema va- cío, el círculo coloreado.” De alguna manera una abundancia de matices harían de la obra algo mas complejo, por lo tanto de mayor difícil comprensión para cualquier posible comprador-inversor. Aun sabiendo que “estas grillas coloreadas no inventaron la pólvora. Se apoyan en la teoría de los colores de Chevreul o en el puntillismo” y así que- dan… “fascinados por este enésimo golpe de efecto”. Lo importante no es la obra, sino el golpe de efecto. Todo es un efecto. Por lo tanto, super- fluo y destinado morir prontamente. Pero si se ha pagado demasiado dinero por una obra, esa obra no puede morir prontamente, hay que sostenerla. ¿Cómo? El mismo Hirst nos lo explica… “en 2004 con la venta en Sotheby’s del contenido de su ex restaurante, Pharmacy, por un total de 11,4 millones de libras (13,7 millones de euros). “Obtuvo precios impresionantes por vasos de martini o ceniceros. Pero antes hubo seis meses de marketing, un sober- bio catálogo diseñado por él, una exposición increíble antes de la venta””. Nada había sido dejado librado al azar. Un soberbio catálogo le aseguran las ventas a él y a WallMart también. Digamos entonces que el problema de Van Gogh en 1890 habria sido no conseguir un buen asesor comercial y haber seguido empe- cinado en pintar de la manera colorida y retorcida en que lo hizo. Un detalle al margen es el hecho que su ex restaurante se llamara Pharmacy y actualmente a sus pinturas las llame “…con títulos sono- ros tomados de la medicina y la farmacia.” Quizá esté necesitado de una aspirina para tanto dolor de cabeza que le debe generar exponer en ocho capitales mundiales. Finalmente es Oliver Barker, especialista en Sotheby´s quién reconoce “…Ganó el premio mayor gracias a una obra muy comprensible.” Obra que “…fascina tanto al magnate ucraniano Víctor Pinchuk como al francés François Pinault o a jeques de Qatar o al financista Steve Cohen”. No sea cosa que estos magnates tengan que pensar demasia- do en entender que hay detrás de aquellos trazos de pintura, cuando en verdad lo que les importa es solo pensar en como aumentar sus ya de por sí grandes fortunas o simplemente por un snobismos aris- tocrático, enrostrando cuanto estan dispuestos a gastar o invertir en una tela llena de puntitos de colores. Un dato importante que muchos le critican, “…a los cuadros no los pinta Hirst sino sus ayudantes. Para Hirst, es un argumento anticuado, ya que lo que importa del arte es la idea”. Si lo que importa del arte es la idea y no el trabajo sobre la tela, lo hace para retomar de esta manera una vieja discusión establecida alrededor de la supuesta muerte de la pintura de caballete. A Hirst le interesa que esa pintura este bien muerta ya que de otra manera, nada de lo que él hace tendría sentido. Pero, para quien pinta sobre su viejo caballete, no pensando en cuanto podrá vender su cuadro sino reflexionando cuál es el sentido verdadero de su obra, tratando de explicarse de alguna manera para que hace lo que hace, pero sintiendo a la vez una sensación de placer enorme cuando logra algo que creía imposible y disfrutando a la vez de ese trazo, de esa línea o color. Algo que seguramente para tantos otros no tendría ningún sentido, pero es justamente ese sinsentido lo que le da coherencia a su obra y al artista mismo. Algo que Hirst no esta dispuesto a entender. No le importa. Hirst no pinta, hace pintar a sus ayudantes las grandes ideas que a él se le ocurren, para luego salir a vender. El artista sensible, se involucra con la materia, la siente, la vive y necesita de esa relación para poder expresar su mundo. Mundo que (si trabaja con honestidad), será reflejado en la obra. Para los fanáticos, Damien Hirst regaló una “reproducción persona- lizada” (ningún original) al primero que logró visitar las 11 muestras simultáneas exhibidas por las galerías Galosian. Eso sí: las muestras están en Hong Kong, París, Ginebra, Roma, Atenas, Londres (dos), Nueva York (tres) y Beberly Hills. Lo que se puede llamar un verda- dero “Galery Nights” mundial. No se sabe quien fue el afortunado. ARTE Avignon un puente hacia otra forma de ver # 14 MARZO 2015 Publicación mensual de distribución gratuita producida por: Taller de Artes Plásticas EL PORTÓN VERDE por Walter Pugliese Dibujo carbonilla sobre papel. Maria Rosa Lacoste, alumna del TALLER EL PORTON VERDE. El Artista entre la libertad de expresion y el negocio de los cuadros. Para quien pinta el artista y porque? Ser Genial con una Idea brillante o pelear en la busqueda de una expresion propia? ? ? ...“SIN DUDA HAY COSAS EN LA NATURALEZA QUE AÚN NO SE HAN VISTO. SI UN ARTISTA LAS DESCUBRE, SE ABRE EL CAMINO PARA SUS SUCESORES”... ...“EL TIEMPO Y LA REFLEXIÓN VAN MODIFICANDO PAULATINAMENTE NUESTRA VISIÓN, HASTA QUE POR ÚLTIMO, LLEGAMOS A COMPRENDER”... PAUL CÉZANNE

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Arte y diseño de publicación del Taller de artes plásticas El Portón Verde sobre notas de arte.

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Page 1: Avignon #14 - UN PUENTE HACIA OTRA FORMA DE VER

El precio del valor en el arte

Hace un tiempo, leyendo el suplemento económico iEco del diario Clarín me encontré con una nota sobre arte. Curioso y sorprendido al leerla, entendí pronto que no se hablaba de

ARTE sino que se trataba del negocio del arte poniendo en conside-racion el valor de la obra. Es decir, no el valor plástico que interesa a cualquier admirador y buen observador de arte y si el valor eco-nómico de la obra, su precio, interés puro de cualquier inversionista.

No son coleccionistas de arte quienes hoy dan “valor” a una pintura, dibujo o escultura sino personas que buscan obtener un rédito económico a través del paso del tiempo. Da lo mismo invertir en soja o pintura, el objetivo es el mismo, la ganancia de dinero en el mediano o largo plazo. Aunque comprar soja no es comprar pintura ya que no hace falta entender de soja para comprar, solo saber bien cuando comprar para luego en el momento oportuno poder vender. La pintura a diferencia de cualquier otro commodities da estatus social, se pertenece a una elite supuestamente culta y adinerada que se pavonea entre cuadros e instalaciones tomando champán del me-jor. Pero muchos habrán chocado con un primer problema; si no entiendo de pintura, ¿Cómo hago para comprar? Y bien, ¿Cómo podría venderla luego? Frente a esta disyuntiva, se fue creando fácil la solución de la mano de grandes galerías de arte internacionales que actuaron de nexo entre estos artistas y aquellos inversionistas, ya no coleccionistas. Había que explicar, facilitar la comprensión de la obra llevándola al terreno de lo obvio o conocido. De esta manera lo sensible perdía terreno frente a lo meramente racional.

La nota publicada nos acerca un poco al tema…

Damien Hirst o el arte del marketing

En un operativo simultáneo, exhibe hasta el sábado en ocho capitales mundiales del mercado del arte sus famosos “cuadros de puntos”. Agitador del arte o habilidoso constructor de mitos contemporáneos ¿por qué fascina a coleccionistas y público?

Allí nos hablan del look rockero del artista, ya nos podemos aproximar a la obra de Hirst… “el menú consiste en una variedad de pun-tos coloreados, de diferente tamaño , bautizados con títulos sonoros tomados de la medicina y la farmacia…” y sigue, “a riesgo de irritar a su público . Porque cuesta trabajo descubrir matices en estas variaciones en torno a un mismo tema va-cío, el círculo coloreado.” De alguna manera una abundancia de matices harían de la obra algo mas complejo, por lo tanto de mayor difícil comprensión para cualquier posible comprador-inversor.

Aun sabiendo que “estas grillas coloreadas no inventaron la pólvora. Se apoyan en la teoría de los colores de Chevreul o en el puntillismo” y así que-dan… “fascinados por este enésimo golpe de efecto”. Lo importante no es la obra, sino el golpe de efecto. Todo es un efecto. Por lo tanto, super-fluo y destinado morir prontamente. Pero si se ha pagado demasiado dinero por una obra, esa obra no puede morir prontamente, hay que sostenerla. ¿Cómo? El mismo Hirst nos lo explica… “en 2004 con la venta en Sotheby’s del contenido de su ex restaurante, Pharmacy, por un total de

11,4 millones de libras (13,7 millones de euros). “Obtuvo precios impresionantes por vasos de martini o ceniceros. Pero antes hubo seis meses de marketing, un sober-bio catálogo diseñado por él, una exposición increíble antes de la venta””. Nada había sido dejado librado al azar. Un soberbio catálogo le aseguran las ventas a él y a WallMart también.

Digamos entonces que el problema de Van Gogh en 1890 habria sido no conseguir un buen asesor comercial y haber seguido empe-cinado en pintar de la manera colorida y retorcida en que lo hizo.

Un detalle al margen es el hecho que su ex restaurante se llamara Pharmacy y actualmente a sus pinturas las llame “…con títulos sono-ros tomados de la medicina y la farmacia.” Quizá esté necesitado de una aspirina para tanto dolor de cabeza que le debe generar exponer en ocho capitales mundiales. Finalmente es Oliver Barker, especialista en Sotheby´s quién reconoce “…Ganó el premio mayor gracias a una obra muy comprensible.” Obra que “…fascina tanto al magnate ucraniano Víctor Pinchuk como al francés François Pinault o a jeques de Qatar o al financista Steve Cohen”. No sea cosa que estos magnates tengan que pensar demasia-do en entender que hay detrás de aquellos trazos de pintura, cuando en verdad lo que les importa es solo pensar en como aumentar sus ya de por sí grandes fortunas o simplemente por un snobismos aris-tocrático, enrostrando cuanto estan dispuestos a gastar o invertir en una tela llena de puntitos de colores.

Un dato importante que muchos le critican, “…a los cuadros no los pinta Hirst sino sus ayudantes. Para Hirst, es un argumento anticuado, ya que lo que importa del arte es la idea”. Si lo que importa del arte es la idea y no el trabajo sobre la tela, lo hace para retomar de esta manera una vieja discusión establecida alrededor de la supuesta muerte de la pintura de caballete. A Hirst le interesa que esa pintura este bien muerta ya que de otra manera, nada de lo que él hace tendría sentido. Pero, para quien pinta sobre su viejo caballete, no pensando en cuanto podrá vender su cuadro sino reflexionando cuál es el sentido verdadero de su obra, tratando de explicarse de alguna manera para que hace lo que hace, pero sintiendo a la vez una sensación de placer enorme cuando logra algo que creía imposible y disfrutando a la vez de ese trazo, de esa línea o color. Algo que seguramente para tantos otros no tendría ningún sentido, pero es justamente ese sinsentido lo que le da coherencia a su obra y al artista mismo. Algo que Hirst no esta dispuesto a entender. No le importa. Hirst no pinta, hace pintar a sus ayudantes las grandes ideas que a él se le ocurren, para luego salir a vender.

El artista sensible, se involucra con la materia, la siente, la vive y necesita de esa relación para poder expresar su mundo. Mundo que (si trabaja con honestidad), será reflejado en la obra.

Para los fanáticos, Damien Hirst regaló una “reproducción persona-lizada” (ningún original) al primero que logró visitar las 11 muestras simultáneas exhibidas por las galerías Galosian. Eso sí: las muestras están en Hong Kong, París, Ginebra, Roma, Atenas, Londres (dos), Nueva York (tres) y Beberly Hills. Lo que se puede llamar un verda-dero “Galery Nights” mundial. No se sabe quien fue el afortunado.

ARTE

Avignonun puente hacia otra forma de ver

#14MARZO 2015

Publicación mensual de distribución gratuita

producida por: Taller de Artes Plásticas

El Portón VErdE

por Walter Pugliese

Dibujo carbonilla sobre papel. Maria Rosa Lacoste, alumna del TALLER EL PORTON VERDE.

El Artista entre la libertad de expresion y el negocio de los cuadros. Para quien pinta el artista y porque? Ser Genial con una Idea brillante o pelear en la busqueda de una expresion propia?

? ?

...“SiN DUDA HAY COSAS EN LA NATURALEzA QUE AúN NO SE HAN ViSTO. Si UN ARTiSTA LAS DESCUBRE, SE ABRE EL CAMiNO PARA SUS SUCESORES”...

...“EL TiEMPO Y LA REFLExióN VAN MODiFiCANDO PAULATiNAMENTE NUESTRA ViSióN, HASTA QUE POR úLTiMO, LLEGAMOS A COMPRENDER”...

PAUL CézANNE

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Director Editorial:Walter Pugliese

Arte y diagramación: DG Malena Gaudio

Para suscribirse a la edición electrónica de Avignon

escríbanos a nuestro mail: [email protected]

o síganos en: http://issuu.com/revistaavignonarte

15-5226-5947

El museo otra vez nos invita a reco-rrerlo y una vez más con pintura y escultura Argentina con una exhibi-

ción de imágenes eróticas del siglo xix. Buena oportunidad para visitar obras ya vistas en forma permanente en el museo como “El Despertar de la Criada” de Eduardo Sivori junto a otras que viven guardadas en sus depósitos y unas pocas que llegaron a préstamo de otros museos, y que no es habitual la posibilidad de verlas.

Obras de Eduardo Schiaffino o Prilidiano Pueyrredón sumadas a la de los (escasos) co-leccionistas porteños de la Belle Epoque que compraron sus obras en Europa. Una mira-da sobre el cuerpo femenino desde la óptica del deseo masculino. La representación del desnudo en la mujer entre distintas temáti-cas. Una muy buena oportunidad para ver trabajos que normalmente no se pueden ver y que nos permiten un nuevo acercamiento para recorrer el desarrollo y origen de nues-tro arte, en sus comienzos mismos, sobre la

labor de aquellos artistas que, becados por el estado Argentino que necesitaba urgente-mente de un “ser” nacional, viajaban a Eu-ropa a formarse técnicamente. Y esto es algo de lo que más se nota a simple vista. Una cantidad muy grande de obras compositiva y técnicamente muy buenos pero que dejan traslucir el academicismo propio de una es-cuela vieja y atrasada europea que no hacia lugar a lo nuevo que pujaba. Y ninguno de estos artistas parece haber podido observar aquello finalmente terminaría imponiéndo-se en el mundo del arte.

Había que reflejar un mundo moderno y civilizado y traer a estas tierras una imagen dura y fuerte que le diera forma a ese ser nacional ante la llegada de los inmigrantes europeos que encontraban un país práctica-mente sin historia pero donde no quedara dudas de que la historia tenía quien la cuente y no podía ser cuestionada. Se tomo presta-do del viejo continente toda una escuela sin haber percibido el resquebrajamiento de la misma. Empezábamos a armar una idea de nosotros como país a imagen y semejanza europea. No había lugar en ese mundo para una obra que mirara hacia sus adentros, ha-cia América. Una constante, de alguna ma-nera, que se sigue reflejando en nuestro arte hoy en día. Un arte que va detrás de lo que

se produce en las ciudades “civilizadas” sin importar indagar en la verdadera necesidad del artista y de su tierra. Como si la necesi-dad de que la propia obra sea aprobada por quienes son los dueños del saber de la cultu-ra occidental.

Vale la pena arrimarse a ver estos desnudos femeninos, una hermosa e impactante “Jo-ven Oriental” de Juana Romaní o la colorida y joven seductora “Mujer Oriental” de Severo Rodriguez Etchart o toparse con un hermoso desnudo de Ernesto De la Cárcova del que por lo general, solo conocemos su dramático y poderoso “Sin pan y sin trabajo”; y porque hoy también es una forma de seguir en la búsqueda de una identidad propia, trabajan-do en el dibujo o la pintura con modelo pero desde una lógica diferente, para aprender a observar, a estudiar intensamente la forma, la línea y el color. Y porque a pesar de haber pasado ya más de doscientos años, el nuestro es un país joven que necesita de coraje en sus nuevos artistas para enfrentarse a su ver-dadera de expresión, la propia, la de todos nosotros que empiece por fin, a echar raíces.

La seducción fatalimágenes eróticas del siglo xixHasta el 15 de marzo en el Museo Nacional de Bellas Artes.

Taller de Artes Plásticas

El Portón VErdE

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Vincent Van GoGhCartas a Théo

Severo Rodríguez Etchart, Mujer oriental, 1899. Óleo sobre tela, 75,3 x 164,5 cm.

Juana Romani, Joven oriental.Circa 1888-1895. Óleo sobre tabla.

Ser insociable, esperar un día u otro librarse de la miseria; ¡pura ilu-

sión!... Yo me tendría por muy feliz trabajando nada más que por una

pensión que apenas me alcanzara y mi tranquilidad en mi taller, toda

mi vida.

Y si siendo joven se puede creer que, con el trabajo asiduo, uno llega a

cubrir necesidades, esto actualmente resulta cada vez más dudoso. Se lo he

repetido a Gauguin en mi última carta.

Estaremos obligados a aceptar la pobreza y el aislamiento social como

una decisión ineludible.

Y bien, Gauguin y yo debemos prevenirnos, debemos trabajar y tener un

techo sobre nuestras cabezas, camas, lo indispensable, en fin, para resistir

la persistencia de la falta de éxito, que durara toda nuestra existencia, y

debemos establecernos en el lugar menos caro. Entonces tendremos la tran-

quilidad necesaria para producir mucho, aun vendiendo poco o nada…

Concluyo: vivir casi como monjes o ermitaños, con el trabajo como pasión

dominadora, con la resignación del bienestar.

Si se es pintor, o bien pasas por un loco o bien por un rico; una taza de

leche te cuesta un franco, una rebanada de pan con mantequilla dos, y los

cuadros no se venden.

Arlés, Julio de 1888

La Seduccion FatalMujeres en la pintura Argentina hasta el centenario de la NacionExposicion en el Museo Nacional de Bellas Artes

por Walter Pugliese

Estudió en la Academia de Bellas Artes de Buenos Aires, donde fue profesor a partir de 1918. En París recibió las

enseñanzas de Antoine Bourdelle. Durante más de dos décadas, enseñó en la Escuela industrial de la Nación Otto Krause y en la Escuela de Artes Decorativas.

Fuertemente influido por Bourdelle, pero también abierto a las innovaciones de las vanguardias, Bigatti abrió, sin re-currir a rupturas arbitrarias, el camino de la modernidad en la escultura argen-tina. Modernidad que, en su caso, con-sistía en una concepción arquitectónica

y monumental de la escultura. El más destacado monumentalista argentino de su generación, como lo llama Julio Payró, fue autor de numerosas obras en las que se rescatan hechos y figuras de la historia nacional: Monumento a Bar-tolomé Mitre (La Plata), Roca y la con-quista del desierto (Neuquén) y Monu-mento Nacional a la Bandera (Rosario), éste en colaboración con José Fioravanti.

Obtuvo el Gran Premio Nacional de 1935, el Gran Premio de la Expo de Pa-rís de 1937, y una medalla en la Exposi-ción Universal de Bruselas.

Alfredo Bigatti(Buenos Aires, 1898-1964). Escultor argentino.