aviso€¦ · el camino de la participación económica, política, social y del bienestar público...

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¿Eres un excluido?... ¿No es más correcto decir que se te está excluyendo? El camino de la participación económica, política, social y del bienestar público comienza por hacer visible lo que es invisible; por comprender e incorporar lo que supone que todos tienen que poder acceder a los derechos sociales marcados por la normas internacionales y nuestra Constitu- ción. Y eso no sólo se ha de reflejar en los valores, en los pla- nes: ha de incorporase a las normativas, a los acuerdos y a las acciones, y con más fuerza en este significativo año, en las políticas sociales de la Unión Europea. ¿Qué pedimos? A las administraciones públicas: la coordinación y cre- ación de un Pacto de Estado por la Inclusión Social. A los medios de comunicación social: que hagan visi- ble lo invisible. Desde la dignidad y la sensibilidad que mere- cen las personas sin hogar. A la sociedad civil en general: debemos participar en la modificación de un modelo social que favorece el sosteni- miento de la pobreza y exclusión social., a través de las fór- mulas establecidas legalmente: asociacionismo, sufragios, sindicatos… A nosotros mismos: algo que parece sencillo, pero no lo es: CAMBIEMOS LA FORMA DE MIRAR A NUESTRO ALREDEDOR. áritas Española y otras Entidades colaboradoras dan comienzo en este año 2010 a la Campaña de las Personas Sin Hogar 2010-2015, enmarcada, acompañada participando de la que decenas de entidades sociales de la Unión Europea llevan a cabo con el lema “Acabar con el sinhogarismo es posible” Entre 1993 y el año 2000, España fue el único país de la Unión Europea que, partiendo de altos niveles de pobreza, no consiguió reducciones sustanciales de sus tasas. Los mayores, los niños y niñas, las mujeres, los inmi- grantes y la pobreza rural son hoy en día mucho más vulnera- bles que a principios de los años noventa. Incluso, algunas de las “viejas” formas de pobreza, que se consideraban supera- das, vuelven a manifestarse con notable crudeza. Muchas son las causas que generan la exclusión. o situación de vulnerabilidad que pueden dar lugar a la exclusión. Desde luego, una persona sin hogar, un “sin techo”, que no tiene acceso a una vivienda, a participar, a trabajar, a formarse, a cuidar su salud o enfrentar sus adicciones, se encuentra en el ámbito más severo de la exclusión: no existe, no está, es invi- sible. Porque entre todos, la sociedad entera, hacemos que no exista, que no esté, que sea invisible. De 1 er Domingo de Adviento año XV · número 833 · 28/11/2010 interés na vez más, comenzamos un nuevo año litúrgico. El domingo pasado celebrábamos la fiesta de Cris- to Rey, finalizando, de esta manera, el año litúrgi- co, recordando, preparando y actualizando la nueva venida del Señor en su gloria. Hoy, con el primer domingo del tiempo del Adviento, recordamos, prepara- mos y actualizamos el tiempo de la venida del Señor entre nosotros haciéndose hombre en el seno de la Virgen María. Nuestras celebraciones litúrgicas no son como las demás celebraciones que podamos realizar en nuestra vida. En la celebración de un cumpleaños o del ani- versario de un acontecimiento cualquiera, solemos celebrar el recuerdo de un naci- miento o de un acontecimiento pasado tra- yéndolo a nuestra memoria. Hacemos pre- sente el pasado mediante nuestro recuer- do. En la celebración litúrgica hay algo más. No solamente hacemos presente el pasado, sino que lo actualizamos realmen- te. La propia liturgia de Navidad nos lo dice: “Hodie Christus natus est”, “Hoy Cris- to ha nacido”. Dice “Hoy”. Y hoy quiere decir hoy. Pero, ¿no nació Cristo hace ya algo más de dos mil años? Pues si. Enton- ces, ¿cómo se puede decir que “hoy” ha nacido Cristo? Pues porque la celebración litúrgica nos actualiza en el eterno presente de Dios. Por la liturgia entramos en la dimensión de Dios y, en esa dimensión, solo existe el pre- sente eterno. No hay ni pasado ni futuro. Todo es presen- te. Por eso podemos decir en verdad: Hoy. Pero, claro, nosotros todavía no hemos entrado en esa dimensión en nuestras vidas. Para nosotros, en nuestra etapa actual, existe el tiempo, es decir, el pasado, el presente y el futu- ro. Por eso decimos que Cristo nació, murió y resucitó (así, utilizando el tiempo pasado). Pero cuando celebra- mos la liturgia, en especial la de la Navidad y la de la Pas- cua de Resurrección, decimos “Hoy”. Solo existe el pre- sente. Entramos en lo que será nuestra vida futura, cuan- do estemos con Dios y en Dios, donde todo es presente. Difícil, sin duda, de entender, pero no por ello menos real. Por eso decimos que actualizamos la venida de Cristo-niño, nacido de la Virgen María. No hacemos “como si” Cristo viniera, no. El Adviento no es un mero recuerdo para prepararnos como si hubiéramos vivido en aquellos tiempos anteriores al nacimiento del Señor, en una especie de vuelta al pasado en una máquina del tiem- po. No. Para los creyentes, en la celebración litúrgica, vivimos realmente esos momentos “presentes” previos a la venida del Niño Jesús, que va a nacer de María la Vir- gen. Nuestra preparación a esa venida no es una mera representación “teatral”, nuestro espíritu no juega a hacer “como si” Cristo fuera a venir realmente. No. Porque en la celebración litúrgica, Cristo nace realmente. Y todo esto lo percibimos, no con nuestros sentidos (que solo perci- ben los fenómenos de nuestra dimensión temporal huma- na), sino con nuestra fe. De esta forma, la celebración litúrgica del Adviento cobra un carácter total- mente trascendente. Con nuestra fe “actuali- zamos”, nos metemos en la dimensión de Dios. Cristo va a nacer dentro de unos cuan- tos días y nosotros vamos a preparar ese nacimiento y a prepararnos para recibirle como se merece. Nosotros, la humanidad y el universo entero necesitamos “hoy” que Cris- to venga a salvarnos. Y Cristo va a venir. Pero, como ya ocurrió en el “pasado”, solo lo verán y asistirán a su nacimiento los pobres (aquellos pastores que “vigilaban” sus reba- ños)…sin olvidar, claro está, a María y a José, en primer lugar, y tampoco al buey y a la mula (los más pobres de los animales, por ser inca- paces de reproducirse, que representan al resto de la creación). Porque hoy, ¿quién espera un Salva- dor? Yo no necesito que nadie me salve, yo me encargo de mi mismo. Me basto. No quiero depender de nadie. Soy un adulto. Tomo mi existencia en mis manos. Mi vida me pertenece y hago con ella lo que quiero. Soy dueño de mi vida, yo solo… ¡Qué pena! Con un espíritu así ¿cómo vas a ponerte en las manos de Dios, con un alma de pobre? Así no hay nada que hacer. Y, tristemente, esta manera de pensar nos la pretenden imbuir por todos los medios. Cada vez que entramos en una conversación “seria”, abrimos un libro o un periódico, encendemos la “tele”, vemos una “peli”…este es el mensaje dominante. Y así pasamos al lado de lo realmente importante en nuestra vida. Nos engañan, sin piedad. Da la impresión que el “Maligno” lleva las de ganar, controlando los medios de comunicación más mediáticos, difundiendo su mensaje y haciendo que ignoremos la verdadera realidad de un Dios que viene a vivir entre nosotros porque quiere salvarnos. Pero si nosotros no sentimos la necesidad de ser salvados, Cristo tendrá las manos atadas. El que te creó sin ti, no te salvará sin ti . Cuánto necesitamos del espíritu de María, la pobre de Dios: “Hágase en mi según tu palabra…He aquí la sierva del Señor”. Con este espí- ritu, como en María, Dios también “hará maravillas” en nosotros. Este es el espíritu del Adviento, el de María. San Miguel Arcángel La voz de la parroquia Viene el Hijo del hombre U CON UN ESPÍRITU ASÍ ¿CÓMO VAS A PONERTE EN LAS MANOS DE DIOS? A. O. aviso s Nadie sin derechos; nadie sin hogar. Día de los sin techo C El Boletín de suscripción para colaborar con tu parroquia, puedes traerlo debidamente cumplimentado al Despacho parroquial o a la Sacristía. Agradecemos a todos aque- llos que ya lo habéis traído porque demuestra que sois conscientes de las necesida- des de vuestra parroquia y del apoyo que podéis ofrecerle. aviso 2 Campaña de la Iglesia Diocesana Cáritas agradece vuestra generosidad a todos los que habéis colaborado en el éxito de la Operación kilo. Durante todo el mes de Diciembre, continuamos con la Campaña navideña y podéis seguir colaboran- do con alimentos o donati- vos. Colabora con Cáritas estas Navidades. aviso 1 Campaña de Navidad

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Page 1: aviso€¦ · El camino de la participación económica, política, social y del bienestar público comienza por hacer visible lo que es invisible; por comprender e incorporar lo

¿¿EErreess uunn eexxcclluuiidd

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económica,

política,social y del bienestar público com

ienza por hacer visible loque es invisible; por com

prender e incorporar lo que suponeque todos tienen que poder acceder a los derechos socialesm

arcados por la normas internacionales y nuestra C

onstitu-ción. Y

eso no sólo se ha de reflejar en los valores, en los pla-nes: ha de incorporase a las norm

ativas, a los acuerdos y alas acciones, y con m

ás fuerza en este significativo año, en laspolíticas sociales de la U

nión Europea.

¿¿QQuuéé pp

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las administraciones públicas: la coordinación y cre-

ación de un Pacto de E

stado por la Inclusión Social.

A los m

edios de comunicación social: que hagan visi-

ble lo invisible. Desde la dignidad y la sensibilidad que m

ere-cen las personas sin hogar.

A la sociedad civil en general: debem

os participar en lam

odificación de un modelo social que favorece el sosteni-

miento de la pobreza y exclusión social., a través de las fór-

mulas

establecidas legalm

ente: asociacionism

o, sufragios,

sindicatos…A

nosotros mism

os: algo que parece sencillo, pero nolo es: C

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áritas Española y otras E

ntidades colaboradorasdan com

ienzo en este año 2010 a la Cam

paña delas P

ersonas Sin H

ogar 2010-2015, enmarcada,

acompañada participando de la que decenas de

entidades sociales de la Unión E

uropea llevan acabo con el lem

a “Acabar con el sinhogarism

o es posible”E

ntre 1993 y el año 2000, España fue el único país de la

Unión E

uropea que, partiendo de altos niveles de pobreza, noconsiguió reducciones sustanciales de sus tasas.

Los mayores, los niños y niñas, las m

ujeres, los inmi-

grantes y la pobreza rural son hoy en día mucho m

ás vulnera-bles que a principios de los años noventa. Incluso, algunas delas “viejas” form

as de pobreza, que se consideraban supera-das, vuelven a m

anifestarse con notable crudeza.M

uchas son las causas que generan la exclusión. osituación de vulnerabilidad que pueden dar lugar a la exclusión.D

esde luego, una persona sin hogar, un “sin techo”, que notiene acceso a una vivienda, a participar, a trabajar, a form

arse,a cuidar su salud o enfrentar sus adicciones, se encuentra en elám

bito más severo de la exclusión: no existe, no está, es invi-

sible. Porque entre todos, la sociedad entera, hacem

os que noexista, que no esté, que sea invisible.

De

1er Domingo de Adviento

año XV · número 833 · 28/11/2010

interés

na vez más, com

enzamos un nuevo año litúrgico.

El d

omingo p

asado celeb

rábam

os la fiesta de C

ris-to R

ey, finalizando, d

e esta manera, el año litúrgi-

co, record

ando,

prep

arando

y actualizand

o la

nueva venida d

el Señor en su gloria. H

oy, con el prim

erd

omingo d

el tiemp

o del A

dviento, record

amos, p

repara-

mos y actualizam

os el tiemp

o de la venid

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eñor entrenosotros haciénd

ose homb

re en el seno de la V

irgenM

aría.Nuestras celeb

raciones litúrgicas noson com

o las dem

ás celebraciones q

uep

odam

os realizar en nuestra vida. E

n laceleb

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pleaños o d

el ani-versario d

e un acontecimiento cualq

uiera,solem

os celebrar el recuerd

o de un naci-

miento o d

e un acontecimiento p

asado tra-

yéndolo a nuestra m

emoria. H

acemos p

re-sente el p

asado m

ediante nuestro recuer-

do.

En

la celeb

ración litúrgica

hay algo

más. N

o solamente hacem

os presente el

pasad

o, sino que lo actualizam

os realmen-

te. La prop

ia liturgia de N

avidad

nos lod

ice: “Hod

ie Christus natus est”, “H

oy Cris-

to ha nacido”.

Dice “H

oy”. Y hoy q

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ecir hoy. Pero, ¿no nació C

risto hace yaalgo m

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os mil años? P

ues si. Enton-

ces, ¿cómo se p

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ecir que “hoy” ha nacid

o Cristo?

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orque la celeb

ración litúrgica nos actualiza en eleterno p

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ios. Por la liturgia entram

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e Dios y, en esa d

imensión, solo existe el p

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o hay ni pasad

o ni futuro. Todo es p

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emos d

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: Hoy. P

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avía no hemos entrad

o en esa dim

ensión ennuestras vid

as. Para nosotros, en nuestra etap

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po, es d

ecir, el pasad

o, el presente y el futu-

ro. Por eso d

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urió y resucitó(así, utilizand

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mos la liturgia, en esp

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y la de la P

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oy”. Solo existe el p

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e todo es p

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ifícil, sin dud

a, de entend

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or ello menos real.

Por eso d

ecimos q

ue actualizamos la venid

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la V

irgen M

aría. N

o hacem

os“com

o si” Cristo viniera, no. E

l Ad

viento no es un mero

recuerdo p

ara prep

ararnos como si hub

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o enaq

uellos tiemp

os anteriores al nacimiento d

el Señor, en

una especie d

e vuelta al pasad

o en una máq

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o. No. P

ara los creyentes, en la celebración litúrgica,

vivimos realm

ente esos mom

entos “presentes” p

revios a

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el Niño Jesús, q

ue va a nacer de M

aría la Vir-

gen. Nuestra p

reparación a esa venid

a no es una mera

representación “teatral”, nuestro esp

íritu no juega a hacer“com

o si” Cristo fuera a venir realm

ente. No. P

orque en la

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risto nace realmente. Y

todo esto

lo percib

imos, no con nuestros sentid

os (que solo p

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en los fenómenos d

e nuestra dim

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na), sino con nuestra fe. De esta form

a, la celebración

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dviento cob

ra un carácter total-m

ente trascendente. C

on nuestra fe “actuali-zam

os”, nos metem

os en la dim

ensión de

Dios. C

risto va a nacer dentro d

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ías y nosotros vamos a p

reparar ese

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y a

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ara recib

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o se merece. N

osotros, la humanid

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universo entero necesitamos “hoy” q

ue Cris-

to venga a salvarnos. Y C

risto va a venir.P

ero, como ya ocurrió en el “p

asado”, solo lo

verán y asistirán a su nacimiento los p

obres

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ar, claro está, a María y a José,

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paces d

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resentan alresto d

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ie me salve, yo m

e encargod

e mi m

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e basto. N

o quiero d

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er de nad

ie.S

oy un adulto. Tom

o mi existencia en m

is manos. M

i vida

me p

ertenece y hago con ella lo que q

uiero. Soy d

ueño de

mi vid

a, yo solo… ¡Q

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on un espíritu así ¿cóm

ovas a p

onerte en las manos d

e Dios, con un alm

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pob

re? Así no hay nad

a que hacer. Y, tristem

ente, estam

anera de p

ensar nos la pretend

en imb

uir por tod

os losm

edios. C

ada vez q

ue entramos en una conversación

“seria”, abrim

os un libro o un p

eriódico, encend

emos la

“tele”, vemos una “p

eli”…este es el m

ensaje dom

inante.Y

así pasam

os al lado d

e lo realmente im

portante en

nuestra vida. N

os engañan, sin pied

ad. D

a la imp

resiónq

ue el

“Maligno”

lleva las

de

ganar, controland

o los

med

ios de com

unicación más m

ediáticos, d

ifundiend

o sum

ensaje y haciendo q

ue ignoremos la verd

adera realid

add

e un Dios q

ue viene a vivir entre nosotros porq

ue quiere

salvarnos. Pero si nosotros no sentim

os la necesidad

de

ser salvados, C

risto tendrá las m

anos atadas. EE

ll qquuee ttee

ccrreeóó ssiinn ttii,, nnoo ttee ssaallvvaarráá ssiinn ttii. Cuánto necesitam

os del

espíritu d

e María, la p

obre d

e Dios: “H

ágase en mi según

tu palab

ra…H

e aquí la sierva d

el Señor”. C

on este espí-

ritu, como en M

aría, Dios tam

bién “hará m

aravillas” ennosotros. E

ste es el espíritu d

el Ad

viento, el de M

aría.

SanMiguel

ArcángelLa

vozde

laparroquia

Viene el H

ijo del hom

bre

U

CON

UN

ESPÍRITU

ASÍ

¿CÓMO

VASA

PONER

TEEN

LASMAN

OS

DE

DIOS?

A. O.

aviso

s

Nad

ie sin derechos; nad

ie sin hogar.D

ía de los sin techo

C

El B

ole

tín d

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ció

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q

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.

aviso 2

Campaña

dela

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Cárita

s

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s o

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vos.

Cola

bora

con C

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s

esta

s N

avid

ad

es.

aviso 1

Campaña

deNavidad

Page 2: aviso€¦ · El camino de la participación económica, política, social y del bienestar público comienza por hacer visible lo que es invisible; por comprender e incorporar lo

E

San

Mig

uelArcángel m

os verlo o tocarlo, como suced

econ las realid

ades sensib

les, él estáaq

uí y viene a visitarnos de m

últiples

maneras.

Por lo tanto, el significad

o de

la expresión "A

dviento" com

prend

etam

bién el d

e visitatio, que sim

ple-

mente

quiere

decir

"visita"; en este casose trata d

e una visitad

e Dios: él entra en m

ivid

a y quiere d

irigirsea m

í. En la vid

a coti-d

iana to

do

s exp

eri-m

entamos

que

tene-m

os poco tiem

po p

arael

Seño

r y

tamb

iénp

oco

tiem

po

p

arano

sotro

s. A

cabam

os

dejánd

onos ab

sorber

por el "hacer". ¿N

o esverd

ad

que

con fre-

cuencia es

precisa-

mente la activid

ad lo

que

nos

do

mina,

lasocied

ad con sus m

úl-tip

les intereses lo que

mo

nop

oliza

nuestraatención? ¿N

o es ver-d

ad

que

se d

edica

mucho tiem

po al ocio

y a todo tip

o de d

iversiones? A veces

las cosas nos "arrollan". E

l Ad

viento, este tiemp

o litúr-gico fuerte q

ue estamos com

enzan-d

o, nos invita a detenernos, en silen-

cio, para cap

tar una presencia. E

suna invitación a com

prend

er que los

acontecimientos

de

cada

día

songestos q

ue Dios nos d

irige, signosd

e su atención por cad

a uno de nos-

otros. ¡Cuán a m

enudo nos hace p

er-cib

ir Dios un p

oco de su am

or! Escri-

bir —

por d

ecirlo así— un "d

iario inte-rior" d

e este amor sería una tarea

hermosa

y salud

able

para

nuestravid

a. El A

dviento nos invita y nos

estimula a contem

plar al S

eñor pre-

sente. La certeza de su p

resencia,¿no

d

ebería

ayudarno

s a

ver el

mund

o de otra m

anera? ¿No d

ebería

ayudarnos a consid

erar toda nuestra

existencia com

o "visita",

como

unm

odo en q

ue él pued

e venir a nos-otros y estar cerca d

e nosotros, encualq

uier situación? O

tro

elemento

fund

amental

del A

dviento es la esp

era, una espe-

ra que es al m

ismo tiem

po esp

eran-za. E

l Ad

viento nos imp

ulsa a enten-

Texto dela sem

anaB

enedicto X

VI hab

la sob

re el Ad

viento

LunesMartes

MiércolesJuevesViernesSábado

29301 234

SSeegguunndd

aa lleeccttuurraaLectura d

e la carta del ap

óstol san Pablo a

los Rom

anos. 13

, 11

-14.

Herm

anos:

Dao

s cuenta del m

om

ento en q

ue vivís;ya es ho

ra de d

espertaro

s del sueño

, po

rque

ahora nuestra salvació

n está más cerca q

uecuand

o em

pezam

os a creer.

La noche está avanzad

a, el día se echa

encima:

dejem

os

las activid

ades

de

lastinieb

las y pertrechém

ono

s con las arm

asd

e la luz.C

ond

uzcámo

nos co

mo

en pleno

día, co

nd

ignid

ad. N

ada d

e com

ilonas ni b

orrache-

ras, nada d

e lujuria ni desenfreno

, nada d

eriñas ni p

endencias.

Vestios d

el Seño

r Jesucristo.

Palab

ra de D

ios

EEvvaannggeelliioo

Lectura del santo evangelio según san M

ateo. 24

,37

-44.

En aq

uel tiemp

o, d

ijo Jesús a sus d

iscípulo

s:-Lo

que p

asó en tiem

po

s de N

oé, p

asará cuando

venga el H

ijo d

el hom

bre.

Antes d

el diluvio

, la gente co

mía y b

ebía y se casab

a, hasta el día en q

ue No

é entró en el arca; y cuand

om

enos lo

esperab

an llegó

el diluvio

y se los llevó

a tod

os; lo

mism

o suced

erá cuando

venga el H

ijo d

el hom

bre:

Do

s hom

bres estarán en el cam

po

: a uno se lo

llevarán y a otro

lo d

ejarán; do

s mujeres estarán m

oliend

o:

a una se la llevarán y a otra la d

ejarán.E

stad en vela, p

orq

ue no sab

éis qué d

ía vendrá vuestro

Seño

r.C

om

prend

ed q

ue si supiera el d

ueño d

e casa a qué ho

ra de la no

che viene el ladró

n, estaría en vela y nod

ejaría abrir un b

oq

uete en su casa.P

or eso

, estad tam

bién vo

sotro

s prep

arado

s, po

rque a la ho

ra que m

enos p

enséis viene el Hijo

del ho

mb

re.

Palab

ra del S

eñor

PPrriimm

eerraa lleeccttuurraaLectura d

el libro d

e Isaías. 2

, 1-5

.

Visió

n de Isaías, hijo

de A

s, acerca de Jud

áy d

e Jerusalén:A

l final de lo

s días estará firm

e el mo

nte de la

casa del S

eñor en la cim

a de lo

s mo

ntes, encum-

brad

o so

bre las m

ontañas. H

acia él confluirán lo

sg

entiles, caminarán p

ueblo

s numero

sos.

Dirán: «Venid

, subam

os al monte d

el Señor, a la

casa del D

ios de Jacob

: él nos instruirá en sus cami-

nos y marcharem

os por sus send

as; porq

ue de S

iónsald

rá la ley, de Jerusalén, la p

alabra d

el Señor».

Será el árb

itro de las naciones, el juez d

e pueb

losnum

erosos. De las esp

adas forjarán arad

os, de las

lanzas, pod

aderas. N

o alzará la espad

a pueb

lo con-tra p

ueblo, no se ad

iestrarán para la guerra. C

asa de

Jacob, ven, cam

inemos a la luz d

el Señor.

Palab

ra de D

ios

Palabra

deDios

VerbumDei

LunesMartes

Miércoles

JuevesViernesSábado

29301 234

Santa

Iluminada

San

Andrés,apóstol

Santa

FlorenciaSanta

Bibiana

San

FranciscoJavier

San

JuanDam

asceno

Is4,2-6

/Sal121

/Mt8,5-11

Rm10,9-18

/Sal18,2-5

/Mt4,18-22

Is25,6-10a

/Sal22

/Mt15,29-37

Is26,1-6

/Sal117

/Mt15,29-37

Is29,17-24

/Sal26

/Mt9,27-31

Is30,19-21.23-26

/Sal

146/Mt9,35-10,1.6-8

l apóstol san P

ablo nos

invita a prep

arar la "veni-d

a d

e nuestro

S

eñor

Jesucristo" (1

Ts 5,

23)conservánd

onos sin man-

Lunes29

20:00–Funeral

porAlfonso

VilchesPérez

Martes

3019:00

–1º

Aniversariode

AntonioBarroso

Martín

cha, con

la gracia

de

Dios.

San

Pab

lo usa precisam

ente la palab

ra"venid

a", parousia, en latín ad

ven-tus,

de

do

nde

viene el

término

Ad

viento. R

eflexionem

os

brevem

entesob

re el significado d

e esta palab

ra,q

ue se pued

e traducir p

or "presen-

cia", "llegada", "venid

a". Los cristia-nos ad

optaron la p

alabra "A

dviento"

para exp

resar su relación con Jesu-cristo: Jesús es el R

ey, que ha entra-

do en esta p

obre "p

rovincia" deno-

minad

a tierra para visitar a tod

os;invita a p

articipar en la fiesta d

e suA

dviento a tod

os los que creen en

él, a todos los q

ue creen en su pre-

sencia en la asamb

lea litúrgica. Con

la palab

ra adventus

se quería d

ecirsub

stancialmente:

Dios

está aq

uí,no se ha retirad

o del m

undo, no nos

ha dejad

o solos. Aunq

ue no pod

a-

der el sentid

o del tiem

po y d

e la historiacom

o "kairós",

como

ocasión p

ropicia

para

nuestra salvación.

Jesús exp

licóesta realid

ad m

isteriosa en muchas p

ará-b

olas: en la narración de los siervos invi-

tados a esp

erar el regreso de su d

ueño;en la p

arábola d

e las vírgenes que esp

e-ran al esp

oso; o en las de la

siemb

ra y la siega. En la vid

a,el

homb

re está

constante-m

ente a la espera: cuand

o esniño

quiere

crecer; cuand

oes

adulto

busca

la realiza-

ción y el éxito; cuando es d

eed

ad

avanzada

aspira

alm

erecido

d

escanso.

Pero

llega

el m

om

ento

en q

ued

escubre

que

ha esp

erado

dem

asiado p

oco si, fuera de

la profesión o d

e la posición

social, no le qued

a nada m

ásq

ue esp

erar. La

esperanza

marca el cam

ino de la hum

a-nid

ad, p

ero para los cristia-

nos está

animad

a p

or una

certeza: el Señor está p

re-sente a lo largo d

e nuestravid

a, nos acomp

aña y un día

enjugará

tamb

ién nuestras

lágrimas. U

n día, no lejano,

todo encontrará su cum

pli-

miento en el reino d

e Dios, reino d

e justi-cia y d

e paz.

Nosotros p

odem

os dirigirle la p

ala-b

ra, presentarle los sufrim

ientos que nos

entristecen, la imp

aciencia y las pregun-

tas que b

rotan de nuestro corazón. E

sta-m

os seguros de q

ue nos escucha siem-

pre. Y

si Jesús está presente, ya no exis-

te un tiemp

o sin sentido y vacío. S

i él estáp

resente, p

od

emo

s seg

uir esp

erando

incluso cuando los d

emás ya no p

ueden

asegurarnos ningún apoyo, incluso cuan-

do el p

resente está lleno de d

ificultades.

Querid

os amigos, el A

dviento es el

tiemp

o de la p

resencia y de la esp

era de

lo eterno. Precisam

ente por esta razón es,

de m

odo esp

ecial, el tiemp

o de la alegría,

de una alegría interiorizad

a, que ningún

sufrimiento p

uede elim

inar. La alegría por

el hecho de q

ue Dios se ha hecho niño.

Esta alegría, invisib

lemente p

resente ennosotros, nos alienta a cam

inar confia-d

os. La Virgen M

aría, por m

edio d

e la cualnos ha sid

o dad

o el Niño Jesús, es m

ode-

lo y sostén de este íntim

o gozo. Que ella,

discíp

ula fiel de su H

ijo, nos obtenga la

gracia de vivir este tiem

po litúrgico vigi-

lantes y activos en la espera. A

mén.

LAES

PER

ANZA

MAR

CA

ELCAM

INO

DE

LAHUMANIDAD,

PERO

PARALO

SCRISTIA

NOS

ESTÁ

ANIMADA

POR

UNA

CER

TEZA

SSaallmm

oo rreessppoonnssoorriiaall..

Sal 1

21

, 1-2

. 3-4

ª. (4b

-5. 6

-7). 8

-9.¡Q

ué alegría cuand

o m

e dijero

n: «Vam

os a la casa d

el Seño

r»!