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    FILOSOFÍA Y FAMILIAfamlllahacer

    46   www.hacerfamilia.es

     Azar y necesidadLos docentes, padres o profesores, y las personas en general, saben que el azar es una creenciamuy extendida a nivel popular. Todos conocemos a alguien en nuestra vida social que juega a lalotería. Algunos creen incluso que hay personas con suerte. Numerosos individuos no creen enla providencia, pero creen a pies juntillas en amuletos, símbolos y talismanes que ayudan en elamor, la salud, la fortuna y el conocimiento, por ejemplo, el talismán de Venus, la flor de Araws,la Herradura de la Suerte y la Salud, el Pentáculo Cabalístico, el anillo de Claddagt, etc.

    Los docentes, padres o profesores, y las personas en general, saben que el azar es una creenciamuy extendida a nivel popular. Todos conocemos a alguien en nuestra vida social que juega a lalotería. Algunos creen incluso que hay personas con suerte. Numerosos individuos no creen enla providencia, pero creen a pies juntillas en amuletos, símbolos y talismanes que ayudan en elamor, la salud, la fortuna y el conocimiento, por ejemplo, el talismán de Venus, la flor de Araws,la Herradura de la Suerte y la Salud, el Pentáculo Cabalístico, el anillo de Claddagt, etc.

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    47NOVIEMBRE

    Emilio LÓPEZ-BARAJAS ZAYASCatedrático de Universidad en Fundamentosde Metodología Científica

    ¿Todo ocurre por azar y necesidad? Ante elespectáculo maravilloso del universo y laevolución del mismo, se hace necesario preguntarse¿qué desencadenó la singularidad espaciotemporalque explica la teoría del Big Bang? ¿Qué lugar jugó elazar  y la necesidad , y juega, en la expansión actual deluniverso? Christian de Duve, Premio Nobel, biólogo,aceptó la explicación de la evolución del neo-darwi-nismo, pero añadió: “El azar no operó en el vacío.Actuó en un universo gobernado por leyes precisas yconstituido por una materia dotada de propiedadespotenciales específicas. Estas leyes y propiedadesponen coto a la ruleta evolutiva y limitan los númerosque pueden salir” (De Duve, Ch., 1984). De Duve con-cluye que la evolución es compatible con la existenciade un plan divino, y la evolución misma ofrece pistasque nos llevan a admitir la existencia de un cierto plan(Giberson, K. Y M. Artigas, 2012).

    Lo que parece patente es que lo que ocurreen la naturaleza siempre o de ordinario no escasual ni fortuito (Tomás de Aquino, Suma contra

     gentiles, III, c.3.). Ya que lo casual, por definición, eslo excepcional. Jacques Monod (1910-1976), insisteen una reflexión más metafísica que física o biológica,cuando afirma que: “La antigua alianza está rota; elhombre sabe al fin que está solo en la inmensidadindiferente del universo en donde ha emergido porazar. Igual que su destino, su deber no está escrito enninguna parte. A él le toca escoger entre el reino y lastinieblas” (Monod, J., 1993:179). Retóricamente es

    una frase brillante, pero ¿qué significa elegir entre elreino y las tinieblas? Dado que el azar y la necesidadseguirán, según él, actuando en el futuro.Ciertamente lo necesario  es consecuencia de unacarencia o exigencia de los seres vivos y de las cosasen general. Dado pues, que todos los seres vivos sontambién contingentes, han de tener necesidadescomo consecuencia de sus limitaciones. Lo que nosignifica en el caso de la especie humana que lo nece-

     sario sea siempre, y en todo momento de la evolución,lo esencial. Lo sustantivo y esencial, en la vida huma-na y animal, es aquí y ahora, el impulso vital, o si seprefiere esa causa que es el fundamento último de lo

    real. Porque la propiedad fundamental que caracterizaa los seres vivos es la de estar dotados de un cierto“proyecto vital”,  que a la vez ejecutan o desarrollanen sus respectivos nichos y estructuras ecológicas (cf.Monod, J., 1984).Si el azar   se incorpora a veces, positivamente, al“proceso vital”   es porque éste es compatible con el“proyecto vital” necesario. La suma de los “fallos omutaciones” explicaría desde luego, con el paso del

    tiempo, que se pueda hablar de algo sustancialmentenuevo. Pero el azar se incorporará, insistimos, si lopermite la naturaleza, la estructura y la finalidad querige el  “proyecto de vida” , es decir, si es compatiblecon el estatuto epistemológico, genético y potencialpropio. Monot llega a decir que la vida misma y laexistencia de la especie humana, si fuese un procesovital solamente dinamizado por el azar,  se podríadecir lógicamente, que no debería de existir (1984).En suma, la explicación del “proyecto vital”  no resultainteligente sustituirla simplemente por el  azar,  perotampoco tendría ciertamente sentido en la evoluciónsin el concurso de este. La “mutación” ocurre porazar, pero no deslegitima el hecho, a su vez, de queesta sea causa de la evolución misma.Un hecho parece plausible. Me refiero al principio decausalidad   que nos advierte de algo tan cierto a lainteligencia universal humana como es el hecho de

    que “no hay efecto sin causa”.  Lo que permite afir-mar de forma plausible que en el origen, -que mejorsería decir creación del universo- hubo alguna Primeracausa. La existencia de esta, en consecuencia, debeser considerada, por ello, como un hecho de inteligen-cia natural. La creación no se opone a la evolución. Lapropuesta fundada es creación y evolución.

    Habrá que decir, finalmente, que la naturale-za, en cualquier caso, depende principalmen-te en su dinamismo complejo, sobre todo defuerzas  interiores, interacciones “morfoge-

    néticas”, que son, por propia definición, delpropio organismo. Las fuerzas externas, porotra parte, que pueden modificar el desarro-llo del ser vivo, no se puede decir con propie-dad que lo causan ni lo dirigen” (Forment,E., 2009). Por ello se dice que un animalestá vivo si se mueve por sí mismo, y queestá muerto si ya no se mueve por su propioimpulso (Tomás de Aquino, Suma Teológica,I, q. 18, a. 1, in c.).

    Las cosas, en suma, suceden principalmente, por nece-

     sidad , pero conforme a ley (Aristóteles, Metafísica, VII,1072b, y ss.).

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