banco de méxico
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J o r g e F r a n c o
2 9 / 1 1 / 2 0 1 1
Danann Olivia Jiménez Ríos
José Carlos Mendoza Chávez
Banco de México,
el enemigo en
casa
Este libro explora la relación entre el empobrecimiento de nosotros los
mexicanos y la estrategia macroeconómica que sigue el país. Es
evidente el bajo crecimiento, la escaza creación de empleo y el cierre
o inutilización de miles de empresas y unidades de producción.
Aunque, se sigue insistiendo en que el modelo funciona bien por su
estabilidad macroeconómica; logrando atraer capitales externos;
inflación controlada y ganancia financiera, sobre todo en la bolsa de
valores.
¿Puede haber empobrecimiento de millones y enriquecimiento de
pocos?
En todo el libro se condensas las siguientes afirmaciones.
La estrategia macroeconómica que empobrece a los
mexicanos y deteriora lo mismo a las empresas
productivas que al empleo y al ingreso de los
trabajadores es, vista desde el otro lado, una política de
grandes ganancias para el capital financiero, en
particular la BV. Se trata de un modelo terrible en el que
la ganancia financiera extraordinaria y el deterioro
productivo (con empleo precario y empobrecimiento)
marchan juntos y de la mano, generados por una y la
misma política.
El Banco de México es el operador central de esa estrategia
económica que nada deja a los azares del mercado y se orienta a
empobrecer a la mayoría y empobrecer a unos cuantos. No es una
expresión de las tendencias del mercado, aunque así se pretenda
explicar para lavarse las manos del sufrimiento de millones; por el
contrario, el mercado es manipulado permanentemente al servicio
del capital financiero, y en contra de los intereses del capital
productivo, que, visto de manera amplia, incluye las capacidades y
los recursos de millones de mexicanos empobrecidos.
Las principales corrientes internacionales de la Teoría
Económica (incluyendo a los neoliberales) descalifican el tipo de
política macroeconómica impuesta por el Banco de México.
Modificar la estrategia macroeconómica del país como
objetivos de crecimiento económico acelerados, revitalización del
aparato productivo histórico, creación de empleos productivos e
incremento del bienestar mayoritario, requiere que la sociedad
mexicana reconquiste para sí al Banco de México. Es decir, que
éste rinda cuentas de su política y resultados al conjunto de la
sociedad, no sólo al sector financiero.
El gran tema de la lucha contra la pobreza es la reconquista
democrática de nuestras instituciones y la configuración de mercados
eficientes, en una estrategia en la que esas dos vertientes promueva, de
la mano y con eficiencia, la elevación del empleo y el ingreso de los
mexicanos. Tal objetivo sólo puede lograrse si se fundamenta en el uso
pleno de las capacidades y los recursos existentes en los sectores
modernos como en el aparato productivo histórico. Se trata de producir
para nosotros, sin descuidar la competitividad exportadora, en el
contexto de un mercado interno en fortalecimiento y orientado al
encadenamiento productivo, la elevación de ahorro interno y el empleo
digno y seguro.
Modelo: Esquema teórico de un sistema o de una realidad compleja
que se elabora para facilitar su comprensión y el estudio de su
comportamiento.
Se hará una descripción de la economía nacional a manera de modelo
que permita la simplificación para el análisis no especializado para
facilitar su comprensión y el estudio de su comportamiento.
La necesidad de Crecer
¿Por qué cambiar el modelo vigente?
Porque inutiliza y destruye capacidades y recursos productivos,
condena a la emigración o al subempleo y empobrece a la mayoría,
mientras que requiere el país crecer, crear empleos, utilizar a plenitud
sus recursos y capacidades productivas y elevar el bienestar de la
mayoría.
El Doctor Guillermo Ortiz en marzo del 2005 afirmó que para lograr un
crecimiento más rápido y sostenido necesitamos un par de puntos
porcentuales de crecimiento por encima de lo observado en el
presente y esto resolvería muchos de los problemas de pobreza y
desigualdad que afectan a México. Esto puede ser observado en el
sureste asiático y Europa occidental que en los sesentas tenían un PIB
percápita similar al de México y nos han rebasado ampliamente.
Aunque un crecimiento sostenido, refiriéndonos a un momento
coyuntural relativamente bueno del modelo, lo que evidencia que lo
que dijo el Doctor es correcto pero la manera de decirlo no justifica la
magnitud del problema. Parecería cosa fácil y posible crecer al 6%
mientras se crecía en un 4% en el 2005.
Pero desde los sesentas y setentas se crecía a un 7% promedio anual
y de 1981 al 2005 se creció a tan sólo el 1.5% anual.
Entonces el objetivo se vuelve complejo ya que hay que crecer cuatro
veces más que el crecimiento ofrecido por el modelo actual.
México está en un camino de inestabilidad. Puede empeorar o mejorar
pero requiere transformar su estrategia, identificar los riesgos y
comprender como operan todos sus elementos.
Primero hay que transformar la interpretación de nuestros propios
intereses.
Se manipulan los medios y los discursos públicos, y esto no promueve
el crecimiento ni el trabajo ni el ingreso ni el bienestar de los
mexicanos.
Hay que entender el carácter cíclico que crea continuamente las crísis
y hay que dejar de atribuir la culpa a factores externos o
acontecimientos traumáticos individuales y si a una característica del
modelo mismos.
Hay que evitar que tenga un impacto destructivo en la producción, el
empleo y el bienestar social, ni tampoco para preparar una salida de
las recesiones, sino, más bien cambiar el modelo económico.
La vinculación con el exterior
Es un hecho innegable derivada de una estrategia de subordinación
del dinamismo de la economía interna a lo que ocurre en el ámbito
externo, sobre el cual no se tiene capacidad para incidir.
A falta de un motor nacional, el crecimiento se deja en manos de la
economía norteamericana, dinamizándolo por la vía de las
exportaciones.
En cierto modo México y su relación con el exterior es una decisión
interna.
Ha sido y es la tarea central del Banco de México.
Ilustración sobre el modelo económico
Año con año, México tiene déficit comercial (compra venta de
mercancías y servicios) y/o en cuenta corriente (saldo comercial más
pago de intereses por deudas previas y envío de ganancias de la
inversión extraña). Esa diferencia, ese déficit persistente, se traduce
en una deuda que se acumula constantemente, pero con la que el país
sabe jugar, refinanciándola de un instrumento a otro y sin quedar
nunca como u mal pagador.
No basta con el malabarismo del financiamiento de la deuda: México
paga sus excesos de importaciones mediante la venta al exterior del
patrimonio interno, desde las grandes y medianas industrias o
empresas de servicios hasta el sistema bancario financiero mismo.
México abandona empresas tecnológicamente rezagadas y poco
eficientes. Los adalides del modelo plantearon la existencia de
sectores sacrificables, material de demolición y cascajo sobre el cual
se refundaría las capacidades productivas del país. “La modernidad”
La economía mexicana no está estancada, presenta un importante
dinamismo pero sobre vías opuestas: un envidiable crecimiento del
sector moderno, con tecnologías avanzadas aunque poco generadoras
de empleo. Por otro lado, el esqueleto que debe sacarse del closet: un
vasto proceso de destrucción o inutilización del aparato productivo
histórico.
Para explicar la caída de los ingresos empresariales y salariales, el
empobrecimiento masivo de la clase media, el desempleo y el
subempleo, la emigración, es fundamental proponer una estrategia
económica alternativa, comprendiendo la magnitud e importancia de la
inutilización de las capacidades productiva.
Lo más importante es crecer sin destruir. Conseguir un continuo
fortalecimiento de espacios modernos de producción y también de los
históricamente existentes, la producción, el empleo y el ingreso
crecerían ha un ritmo notablemente más alto que el actual.
Para crecer sin destruir se requiere fortalecer y ampliar el mercado
interno. La actual estrategia sacrifica su crecimiento a la inserción
globalizada sobre una plataforma de reducción del ingreso de los
trabajadores, lo que a su vez deteriora el aparato productivo histórico.
Para crecer sin destruir sólo se puede lograr mediante la ampliación
del mercado interno, como eje de la dinámica de producción y el
empleo nacionales.
No implica abandonar las oportunidades que brinda el comercio
internacional. Este crecimiento demanda fortalecer el mercado interno
como la inserción internacional de las capacidades productivas del
país.
La competitividad del aparato productivo estriba en una decisión
interna y soberana sobre los términos en que la economía mexicana
se vincula con el exterior .
La estrategia del país es insostenible.
Los permanentes desequilibrios de las cuentas externas no aparecen
como temas relevantes en las discusiones políticas y se refieren al
conjunto nacional para referirse sólo a sí mismos.
Se brinda mucha importancia a las cuentas del gobierno cuando, al
mismo tiempo, el de las cuentas del país parece no tener importancia,
o incluso encontrarse fuera de sus responsabilidades.
Los desequilibrios externos se sostienen precariamente sobre la base
del endeudamiento acumulativo, expresados, finalmente, en la pérdida
de la propiedad y el control del país sobre el patrimonio interno.
Pero incluso la venta patrimonial como fuente de financiamiento y
pago de deuda, tiene límites a los que el país se acerca.
En algún momento debe replantearse la relación con el exterior, así
sea porque ya no queda patrimonio vendible, y volver la mirada a
importar sólo lo que se puede pagar con producción y trabajo.
Dicho cambio sería profundo, no menos que el que planteamos, pero
sí se haría en las peores condiciones posibles.
Frente a ello, lo racional es plantear, desde ahora, un crecimiento
sostenible sobre la base de la movilización eficiente, no la destrucción,
de las capacidades y los recursos productivos del país.
Habría que decir que los grandes montos del financiamiento exgterno,
más las remesas crecientes de sus trabajadores emigrados, más la
exportación abundante de un petróleo caro, le han permitido al país
mantener un importante exceso de importaciones sobre las
exportaciones. Y este exceso constituye la principal agresión al
aparato productivo histórico, el instrumento de su destrucción. No es
un tema de fronteras abiertas o cerradas, ni de aranceles y
contrabando; como erróneamente se piensa.
El asunto de fondo es cómo obtiene México los dólares que le
permiten importaciones sustitutivas. La respuesta:
Mediante el endeudamiento, incluyendo dentro de la definición su
desembocadura última, la venta de patrimonio productivo nacional.
Planteado en el cinismo necesario para entender el meollo del asunto,
podemos decir que México se endeuda y transfiere la
propiedad de su patrimonio al exterior para financiar las
importaciones que destruyen su aparato productivo
histórico, mismo que brinda el empleo e ingresos, así
sean magros, a la mayoría de sus ciudadanos.
Un cambio de modelo es un cambio del esquema de financiamiento,
que permite crecer poco pero destruye mucho. Sin ese financiamiento,
México no tendría más remedio que encontrar la manera de crecer sin
destruir y exportar, en vez del patrimonio, mercancías y servicios
generados mediante el uso eficiente de sus recursos y el trabajo de
sus ciudadanos. Necesitamos dólares bien habidos y bien utilizados.
Tan sencillo objetivo es ya un cambio de modelo, no sólo en la relación
con el exterior, sino también en la reconfiguración del mercado y la
producción internos.
CRECIMIENTO DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO
1996 5.1
1997 6.8
1998 4.9
1999 3.7
2000 6.6
2001 -0.2
2002 0.8
2003 1.4
2004 4.3
2005 3
-1
0
1
2
3
4
5
6
7
8
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
Cre
cim
iento
porc
entu
al
Años
Crecimiento del PIB
Lineal (Crecimiento del PIB)
-25
-20
-15
-10
-5
0
5
10
15
20
1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
MM
DC
Años
Balanza comercial en México (MMDC)
Lineal (Balanza comercial en México (MMDC))
Gracias por su
atención