barron, t.a. - joven merlin 04 _ el espejo de merlin

Upload: sandra8812

Post on 03-Apr-2018

224 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    1/156

    T. A. Barron

    EEll EEssppeejjoo DDee MMeerrlliinnLas Aventuras Del Joven Merln

    Volmen 4

    Ttulo original: The Mirror of Merlin

    Este libro est dedicadoa M. JERRY WEISS

    fiel amigo de estudiantes, maestros y magos

    Con especial aprecio haciaJENNIFER HERRN

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    2/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 2 de 156

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    3/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 3 de 156

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    4/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 4 de 156

    Nota del autor

    Hay algo que nunca cambia con respecto a Merln: no deja de sorprender.Eso era cierto en los primeros relatos, que en un principio cantaban los

    bardos galeses hace mil quinientos aos; hoy no lo es menos. Es verdad en sulegendaria poca de madurez, cuando se convirti en el mentor del rey Arturo,mago de la Tabla Redonda y personaje central de la prodigiosa tragedia quellamamos Camelot. Y no es menos verdad en la juventud de Merln, cuando tuvoque esforzarse por conocer su propio nombre, su propio ser y su propio destino.

    Tal vez este don de sorprender brota de la insondable profundidad y lacomplejidad de su carcter. (Siendo meramente uno de los cronistas ms

    recientes de Merln, el ltimo de una larga lista, me sorprende cunto de sucarcter, despus de quince siglos, contina todava inexplorado.) Quizs arrancade la poderosa magia que empieza a despuntar en l durante su juventud. O, talvez, del misterioso futuro que le aguarda, tan atractivo como aterrador.

    O quizs esta capacidad de sorprender tiene sus orgenes en algo mucho mssimple: la humanidad de Merln. En el presente volumen, el cuarto de Lasaventuras del joven Merln, sus sorpresas no proceden tanto de sus dones enaumento y su grandeza incipiente como de sus debilidades fundamentalmentehumanas. A pesar de sus poderes, cada vez mayores, al igual que sus pasiones,sigue siendo un hombre mortal.

    A todas luces, Merln ha recorrido un largo camino desde el fatdico da enque comenz la bsqueda de sus aos perdidos. Ese da, un muchachodesharrapado y medio ahogado lleg a una costa desconocida arrastrado por lasolas. Casi al instante, la muerte lo persigui. Sin embargo, pese a los temores queocupaban sus pensamientos, era muy consciente de lo que le faltaba: noconservaba recuerdos de su infancia, de sus padres, ni siquiera de su propionombre. Fue, en sus propias palabras, un da crudo, fro y yermo, tan vaco depromesas como vacos de aire estaban mis pulmones.

    Aunque Merln sobrevivi a ese da, su viaje ms azaroso acababa deiniciarse. Desde entonces, ha descubierto algunos de los secretos de Fincayra, una

    tierra tan impredecible como la niebla que se arremolina en sus confines, una islaque se halla entre la Tierra mortal y el Otro Mundo inmortal. Averigu muchoacerca de su pasado, pero menos sobre su identidad. Encontr a sus padres yconoci la verdad sobre su nacimiento. Hizo algunos amigos... y perdi tambinalgunos.

    Y Merln tuvo xito en otros frentes: cur a un dragn herido, corri comoun ciervo, propici el Baile de los Gigantes, descubri una nueva manera de ver,resolvi el acertijo de los Siete Cantares, oy los murmullos de una vieja caracola,sobrevivi a ser engullido por una piedra viva, acogi el espritu de su hermanaen su interior y la condujo al Otro Mundo, venci a criaturas que devoran la magia

    y domin la legendaria Rueda de Wye. Confeccion un instrumento mgicodiseado por l mismo... y comprendi que su msica no resida tanto en sus

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    5/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 5 de 156

    cuerdas como en las manos que las pulsaban.Y aun as, a pesar de todos sus xitos, los mayores retos de Merln estn por

    presentrsele. De algn modo, debe llegar a comprender el fondo de su propiahumanidad: su capacidad para el triunfo y tambin para la tragedia.

    De qu otra manera podra convertirse, en los aos venideros, en ese mentor

    del rey Arturo que tan bien conocemos? Para desempear su papel en el cicloarturiano y en el ciclo mtico, an ms amplio, que se prolonga desde muchoantes hasta despus, Merln debe conocer bien la humanidad. Inmensamentebien. Debe conocer nuestras aspiraciones ms elevadas y nuestras debilidades msprofundas. Ha de entender que incluso las mejores intenciones pueden estarplagadas de defectos y que la salvacin prometida puede encerrar graves peligros.

    En resumen, debe conocerse a s mismo. Pero cmo verse a s mismo en elespejo ms sincero? Y dnde puede encontrar semejante espejo? Tal vez susreflejos se vean en lugares distintos, aunque sea de forma disimulada. Quiz susimgenes, ya sean elevadamente luminosas o profundamente sombras, guardan

    algunas sorpresas propias.Slo cuando Merln pueda contemplarse con claridad meridiana podr

    albergar esperanzas de saber orientar a un joven monarca idealista. Apoyarlo en lacreacin de un nuevo orden social, con la Tabla Redonda en su centro, aunque estcondenado a fracasar en su poca. Ayudar al joven gobernante, pese a todo, aencontrar esperanza. Y, quizs, a intentarlo de nuevo.

    A medida que Merln revela los secretos de sus aos perdidos, y de pasosigue sorprendindome, hay algo que nunca cambia: estoy profundamenteagradecido a los amigos que me han animado y aconsejado. Como siempre, tengouna deuda eterna con mi esposa, Currie, y con mi editora, Patricia Lee Gauch.

    Adems, estoy muy agradecido a Kylene Beers por su inquebrantable fe y suprudencia. Kristi Dight merece mi gratitud por inspirar la historia de la nieblasusurrante que Hallia relata a sus compaeros una oscura noche en las marismas.Doy las gracias especialmente a Deborah Connell, a Kathy Montgomery, aSuzanne Ghiglia... y, como siempre, al propio mago esquivo.

    T.A.B.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    6/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 6 de 156

    Sumido en brumosos sueos y recuerdos sombrosen ciudades legendarias muy brevemente he vivido...Bravos mares he surcado, de esplendor cristalino,y de legendaria gloria me he revestido.

    De un poema del siglo VI,La cancin de Dyfyddiaeth

    El mundo de donde proceden las leyendasan se halla entre las brumas astrales...

    W. B. Yeats

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    7/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 7 de 156

    Prlogo

    Muchos son los espejos en los que me he mirado; y muchos son los rostros que hecontemplado. Mas durante todos estos aos no, todos estos siglos slo ha habido unespejo, y un semblante, que no puedo olvidar. Me ha acosado desde el principio, desde el

    primer instante. Y no ha dejado de acosarme ni un pice hasta el da de hoy.Los espejos, os lo aseguro, causan ms dolor que las espadas de doble filo, ms terror

    que los espritus de la naturaleza.

    Bajo el arco de piedra, la niebla se acumulaba en un errtico torbellinosemejante a un ojo que todo lo ve.

    No se elevaba del suelo ni de un burbujeante estanque cercano. En su lugar,esa niebla se formaba a partir del aire mismo debajo del arco, detrs de la extraay temblorosa cortina que la retena igual que un dique contiene la marea alta. Aunas, los vapores se desbordaban a menudo y laman las enredaderas de hojasmoradas que abrazaban las columnas. Pero, con mayor frecuencia, como ahora, serevolvan dentro del arco de piedra, creando figuras que se formaban y disolvanen un interminable proceso: siempre cambiante, siempre igual.

    De pronto, sin previo aviso, la cortina de niebla se estremeci y se endurecicomo una lmina lisa. Su superficie capt rayos de luz que se quebraron como

    astillas de cristal, donde se reflejaban vagas siluetas de las marismas circundantes.Por detrs de esos reflejos, las nubes seguan revolvindose, salpicadas de sombrasoscuras y deformadas. Y una luz misteriosa brill en las profundidades del otrolado.

    Pues esta cortina era en realidad un espejo, un espejo repleto de niebla, y msque eso. Un espejo con movimiento propio, con pulso propio. Un espejo con algoque se agitaba muy por debajo de su superficie.

    Sbitamente, del centro mismo se elev una vaharada de efluvios, seguidapor algo ms delgado. Y sinuoso. Y vivo. Algo muy parecido a una mano.

    Una mano con largas uas, ms afiladas que garras, y dedos que se

    proyectaban con avidez. Tres dedos, luego cuatro, luego un pulgar. La niebla de lacinaga los envolva con sus jirones rizados, adornndolos con delicados anillos devaporoso encaje. Pero los dedos se libraron de ella con una sacudida, antes decerrarse en un puo.

    Durante un rato, el puo se apret, crispado, como si comprobase su propiarealidad. La piel, casi tan plida como los vapores del entorno, palideci an ms.Las uas se clavaron todava ms en la carne. El puo entero temblaba por latensin.

    A un ritmo casi imperceptible, la mano empez a relajarse. Los dedos seextendieron, se flexionaron y araaron el aire. Unos brumosos hilos se enrollaron

    al pulgar y se propagaron a la palma abierta. Al mismo tiempo, el espejo seoscureci. De los bordes de piedra resquebrajada, unas oscuras sombras se

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    8/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 8 de 156

    volcaron lentamente al interior, hasta cubrir toda la superficie. En pocos segundos,el arco entero reluca como un cristal negro, con su lisa superficie inmaculada,excepto por la plida mano que se retorca en su centro.

    Un seco chasquido restall en el aire. Poda haber surgido del espejo o de lasantiguas piedras mismas, o de algn lugar distinto. Lo acompaaba un aroma

    empalagosamente dulce que recordaba al de los rosales en flor.Se levant un viento que se llev el sonido y el perfume. Ambos se

    desvanecieron en el inhspito territorio de las Marismas Encantadas. Nadie, nisiquiera los espritus de la cinaga, advirti lo que suceda. Tampoco nadiepresenci lo que ocurri a continuacin.

    La mano, con los dedos extendidos en toda su longitud, sali por completodel espejo, seguida por la mueca, el antebrazo y el codo. La reluciente superficiese quebr de repente y volvi a fusionarse con el tembloroso y cambiante espejo,tan inquieto como las brumas de sus profundidades.

    De debajo del arco, surgi una mujer. Apoy sus botas en el cenagoso suelo y

    alis las arrugas de su tnica blanca y de su chal de hilo de plata. Alta y delgada,se ergua con unos ojos tan desprovistos de luz como el interior de una piedra. Almirar hacia atrs al espejo, sonri lgubremente.

    Sacudi la cabeza, con lo que los bucles de su larga melena negra sebambolearon rtmicamente, y dirigi su atencin a las marismas. Durante un ratoescuch sus distantes gemidos y siseos. Despus, gru con satisfaccin.

    Esta vez, querido Merlnsusurr para s misma, no te me escapars.Dicho esto, se arrebuj en su chal y sigui su camino hacia la penumbra.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    9/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 9 de 156

    PRIMERA PARTE

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    10/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 10 de 156

    1Sombras

    Tens los msculos para aplicar toda mi energa a la labor, pero mi sombra seneg a moverse.

    Volv a intentarlo. De nuevo, la obstinada sombra rehus obedecerme. Cerrlos ojos un gesto sin sentido, ya que me resultaban intiles para ver, habiendosido reemplazados por mi segunda visin tres aos antes y me esforc almximo por concentrarme. Por no percibir nada ms que mi sombra. No era tareafcil, en un radiante da de verano como ste.

    Bien, adelante. Despej mi mente de todo pensamiento, apart el rumor de la

    hierba de este prado alpino y del chapoteante arroyo cercano. Ya no ola a menta,lavanda o mastuerzo, intensos olores casi hasta el punto de hacerme estornudar.Ya no notaba la pea rugosa por los lquenes amarillos que crecan debajo de m;ya no existan las montaas de Varigal, jaspeadas de nieve incluso en verano,elevndose ante m. Ya me preguntaba si encontrara a mi viejo amigo, el giganteShim, en estas colinas tan prximas a su hogar. Y, lo ms difcil de todo, mispensamientos ya no se desviaban hacia Hallia.

    Slo exista mi sombra.Empezando por abajo, repas su contorno sobre la hierba. Primero, las botas,

    con los cordones de cuero colgando, plantadas firmemente en lo alto de la pea.

    Despus, las piernas, las caderas y el pecho, ahora menos esculidos que decostumbre a causa de mi tnica hinchada. De un costado me colgaba la talega decuero y del otro, la espada. Y mi cabeza, vuelta hacia un lado justo lo suficientepara que se proyectara la punta de mi nariz, la cual, con gran consternacin por miparte, haba empezado a curvarse como un gancho en los ltimos meses. Yapareca ms un pico que una nariz y me recordaba a la rapaz que haba inspiradomi nombre. A continuacin, naturalmente, vena mi cabello: ms negro inclusoque mi sombra. Y, rezongu para mis adentros, igualmente dscolo.

    Muvete, orden en silencio a mi sombra, mientras mantena inmviles todoslos msculos de mi cuerpo.

    No hubo respuesta.Levntate, insist, concentrando mi mente en el brazo derecho de la sombra.Todava nada.Lanc un gruido. Ya haba desperdiciado la maana entera procurando

    incitarla a que se moviera con independencia de m. Y si disociar la propiasombra era una habilidad reservada solamente a los magos de ms edad, losverdaderos magos? Nunca se me haba dado muy bien eso de esperar.

    Inspir lenta y prolongadamente. Sube. Sube, te digo.Durante un rato, exasperado, clav la mirada en la oscura silueta. De

    pronto... algo empez a cambiar. Despacio, muy despacio, el contorno de la

    sombra comenz a temblar. Los bordes de los hombros se hicieron borrosos, y losbrazos vibraban con tanta violencia que parecan ms gruesos.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    11/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 11 de 156

    Eso est mejor. Mucho mejor. Me obligu a permanecer inmvil, sin enjugarmesiquiera las molestas gotas de sudor que resbalaban por mis sienes.Ahora el brazoderecho. Levntate.

    Con una brusca sacudida, el brazo de la sombra se extendi. Y se elev sindetenerse hasta sobrepasar la altura de la cabeza. Aunque segu sin moverme, un

    escalofro recorri mi cuerpo, una mezcla de emocin, descubrimiento y orgullopor mis crecientes poderes. Por fin, lo haba conseguido! Me mora de impacienciapor enserselo a Hallia.

    Me senta como si pudiera pasar flotando por encima de la pea, pero no memov. Slo mi sonrisa cada vez ms amplia delataba mis sentimientos. Volv aconcentrarme en la sombra, con el brazo alzado para saborear mi triunfo. Pensarque era capaz, con apenas quince aos de edad, de conseguir que mi sombramoviera sola el...

    El brazo izquierdo? Not una opresin en el pecho. Tena que habermovido el brazo derecho, no el izquierdo! Con un rugido, di un fuerte pisotn en

    el suelo y manote con furia. La sombra, como por despecho, manote a su vez.Sombra estpida! Yo te ensear a obedecerme!Y cundo ser eso?pregunt una sonora voz a mis espaldas.Gir en redondo y me encontr cara a cara con Hallia. Caminaba con la

    ligereza de un ciervo, ms cimbreante que la hierba en verano. Pero yo saba que,incluso bajo su forma de joven hembra humana, siempre estaba alerta antecualquier posible peligro, siempre dispuesta a correr como la cierva en la quepoda convertirse en un instante. La luz del sol se reflejaba en su gruesa trenzacastao rojiza cuando sus inmensos ojos pardos me miraron con simpata.

    La obediencia, si no recuerdo mal, no es uno de tus puntos fuertes.

    No era a m, sino a mi sombra!Sus ojos chispearon maliciosamente.Donde salta el ciervo, salta su sombra.Pero..., pero yo... Mis mejillas estaban encendidas mientras

    tartamudeaba. Por qu has tenido que llegar precisamente ahora, cuando acabode hacer el ridculo?

    Hallia se acarici su largo mentn.Si no supiera que es imposible, dira que pretendas impresionarme.En absoluto. Crisp los puos y luego los agit amenazadoramente

    contra mi sombra. Al ver que ella me devolva el gesto, mi clera no hizo ms que

    aumentar. Sombra estpida! Slo quiero que haga lo que le mando.Hallia se agach para observar una espiga de altramuz, de un morado tan

    intenso como su tnica.Y yo slo quiero que seas un poco ms humilde. Olisque la torre de

    ptalos. Eso suele ser responsabilidad de Rhia, pero como ha ido a aprender lalengua de las guilas de las caadas...

    Llevndose mi caballo refunfu, intentando desentumecer mishombros rgidos.

    Es verdad. Levant la vista y sonri, ms con los ojos que con loslabios. Despus de todo, ella no puede correr como un ciervo.

    Curiosamente, su tono de voz, su sonrisa, sus palabras tuvieron el efecto dedisipar mi furia como si fuera niebla bajo el sol de la maana. Incluso mis hombros

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    12/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 12 de 156

    se relajaron. No se me ocurra cmo era posible. Pero, de pronto, record lossecretos que me haban enseado Hallia y su desaparecido hermano, sobre todo elde transformarme en ciervo, junto con la dicha de correr a su lado con pezuas enlugar de pies, con cuatro patas en vez de dos piernas; con una visin aguda y unolfato an ms agudo; con la capacidad de or no slo mediante los odos, sino a

    travs de mis propios huesos.Es... bueno, es... ah! balbuce. Bonito, supongo. Estar aqu. Contigo,

    quiero decir. Slo... bueno, slo contigo.Sus ojos de cierva, de repente tmidos, desviaron la mirada.Envalentonado, descend de la pea.Ni siquiera durante estos das, estas semanas que llevamos viajando

    juntos, hemos pasado demasiado tiempo solos.Alargu el brazo, inseguro, paracogerle la mano. Cuando no era alguien de tu pueblo, o un viejo amigo, era...

    Me solt la mano con brusquedad.No te gusta lo que te he enseado?

    No. Quiero decir, s. Es que... Oh, no es eso lo que quiero decir! Sabes lomucho que me ha encantado estar aqu, ver los pastos de verano de tu pueblo:esos altos prados, la cuenca de los alumbramientos, todas las sendas ocultas entrelos rboles. Es slo que, bueno, lo mejor de todo ha sido...

    Me fall la voz y Hallia lade la cabeza.S?Me volv hacia ella, y nuestras miradas se encontraron una fraccin de

    segundo. Pero me bast para que olvidara lo que iba a decir.S?me anim. Dmelo, joven halcn.Ha sido, bueno... Recrcholis, no lo s! Frunc el entrecejo. A veces

    envidio al viejo Cairpr, que vomita poemas cuando le viene en gana.Hallia me dedic media sonrisa.ltimamente, casi todo son poemas de amor para tu madre.No me refiero a eso! exclam, ms turbado que nunca. Luego, al ver su

    expresin de desconsuelo, comprend que haba metido la pata. Quiero decir...,cuando digo eso, lo que quiero decir es... No, en fin, eso no es lo que quera decir.

    Ella se limit a menear la cabeza.De nuevo, tend la mano en su direccin.Por favor, Hallia. No me juzgues por mis palabras.Mmmmgru. Entonces, cmo debo juzgarte?

    Por otras cosas.Como cules?Me sent posedo por una repentina inspiracin. Le cog la mano y ech a

    correr por la hierba, obligndola a seguirme. Nuestros pies batan el suelo alunsono. Cuando nos acercbamos a la orilla del arroyo, nuestra espalda seinclin, nuestro cuello se estir, nuestros brazos se alargaron hasta tocar el suelo.Las caas de un vivo color verde que crecan al borde del agua, centelleantes deroco, se separaban ante nosotros. Con un solo movimiento, pues un nico cuerpoparecamos, brincamos en el aire, con la soltura y la fluidez del ro quecruzbamos.

    Aterrizamos en la orilla opuesta, totalmente transformados en ciervos.Meciendo la cabeza de lado a lado, me encabrit e inspir una profunda bocanada

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    13/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 13 de 156

    de aire para llenar los ollares con los variados perfumes del prado y la libertadincondicional de un ciervo. Las patas delanteras de Hallia rozaron las mas;respond acaricindole con un asta el grcil cuello. Un segundo ms tarde,estbamos brincando juntos por la hierba, correteando, escuchando las susurrantescaas y los innumerables murmullos secretos del prado. Retozamos durante un

    tiempo que no se mide en minutos, sino en magia.Cuando finalmente nos detuvimos, nuestro pelaje reluca de sudor. Trotamos

    hasta el arroyo, pastamos durante un rato entre los brotes que crecan en la orilla ynos refrescamos en las aguas poco profundas. Empezamos a remontar la corrientecon el lomo ms recto y la cabeza erguida. Enseguida dejamos de vadear sobrecascos para hacerlo con nuestros pies, los mos calzados con botas y los suyosdescalzos.

    En silencio, salimos a la cenagosa orilla y nos internamos entre las caas.Cuando llegamos a la pea, el escenario de mi infructuoso intento de disociar losmovimientos de mi sombra de los mos, Hallia se encar conmigo, y en sus ojos de

    cierva an brillaba una luz.Tengo que decirte algo, joven halcn. Algo importante.La observ con el corazn latiendo como si unos grandes cascos galoparan

    por el interior de mi pecho.Empez a hablar, pero se contuvo.Es que... Oh, joven halcn!, me cuesta mucho expresarlo con palabras.Te comprendo, creme.Le pas la mano suavemente por el brazo. Ms

    tarde, quiz.Volvi a intentarlo, vacilante.No, ahora. Hace tiempo que quiero decrtelo. Y la sensacin es ms fuerte

    cada da que pasamos en los pastos de verano.S?Hice una pausa, con un nudo en la garganta. Qu pasa?Se arrim unos milmetros a m.Quiero que... que sepas una cosa, joven halcn.Que sepa qu?Que yo..., no, que t...De pronto, un pesado objeto me embisti y me derrib de espaldas. Rod por

    la hierba y no me detuve hasta llegar justo al borde del agua. Tras desenredarmede mi tnica, que en la cada se haba enrollado a mi cabeza y a mis hombros, mepuse en pie de un salto, levantando una oleada de barro. Con una mueca, empu

    mi espada y me enfrent a mi agresor.Pero, en lugar de abalanzarme sobre l, lanc un gemido.T no. Ahora no.Una joven hembra de dragn, de relucientes escamas moradas y escarlatas,

    se haba posado junto a nosotros. En ese momento, plegaba sobre la espalda suscorreosas alas, que an temblaban ligeramente por la tensin del vuelo. Suinmensa y larguirucha figura ocultaba la pea, adems de una buena parte delprado, razn por la cual me haba empujado con violencia al aterrizar. Slo elveloz instinto de Hallia la haba salvado a ella de correr la misma suerte.

    La cra de dragn inspir honda y pesadamente. Su cabeza, casi tan grande

    como todo mi cuerpo, se inclinaba desolada sobre sus enormes hombros. Inclusosus alas colgaban lnguidas, al igual que una de sus orejas azules como

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    14/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 14 de 156

    estandartes. La otra oreja, como siempre, sobresala lateralmente de su cabeza,menos parecida a una oreja que a un cuerno mal situado.

    Al ver mi expresin enojada, Hallia se coloc en actitud protectora al lado dela hembra de dragn y apoy una mano en el extremo de la oreja protuberante.

    Gwynnia lo siente, no lo ves? No pretenda hacerte ningn dao.

    La hembra de dragn arrug el hocico y lanz un profundo gemido gutural.Hallia escrut el interior de sus triangulares ojos naranjas.Acaba de aprender a volar. Sus aterrizajes an son un poco torpes.Un poco torpes!exclam, todava irritado. Por poco me mata!Me dirig a mi cayado, que tambin haba cado sobre la hierba, y lo bland

    ante el rostro de la cra de dragn.Eres como un gigante borracho. No, peor! Por lo menos l se dormira en

    algn momento. T slo eres ms grande y ms torpe cada da.Los ojos de Gwynnia, brillantes como la lava, se entrecerraron. De las

    profundidades de su pecho brot un ruido sordo que fue aumentando de

    volumen. De pronto, la hembra de dragn se envar y lade la cabeza, como si elsonido la desconcertara. Luego, cuando el rumor se extingui, abri susdescomunales fauces erizadas de dientes y bostez prolongadamente.

    Algrate de que an no haya aprendido a escupir fuego me previnoHallia. Enseguida, aadi: Aunque estoy segura de que nunca lo utilizaracontra ti.Se puso a rascarle el canto de la oreja rebelde. Verdad, Gwynnia?

    La cra de dragn lanz un fuerte ronquido. A continuacin, en el otroextremo del prado, la punta de la cola provista de pas se elev, se curv y seacerc velozmente a ellos. Con la delicadeza de una mariposa, la punta se possobre el hombro de Hallia. All permaneci, escamas moradas sobre tela morada,

    abrazndola suavemente.Me sacud parte del barro de la tnica y dej escapar un suspiro de

    exasperacin.Es difcil estar enfadado mucho rato con ninguna de vosotras. Fij la

    mirada en uno de los brillantes ojos de la cra de dragn. Me perdonas? Por unmomento, he olvidado que nunca te alejas mucho de Hallia.

    La joven humana se volvi para mirarme.Por un momentodijo en voz baja yo tambin lo haba olvidado.Asent tristemente.No es culpa tuya.

    Claro que s. Rasc las escamas doradas de la puntiaguda cola.Cuando empec a cantarle por las noches todas las canciones que me cantaban am de pequea, no tena ni idea de que se encariara tanto conmigo.

    Ni de que crecera tanto.Hallia sonri a medias.Supongo que no debimos permitir que Cairpr le pusiera un nombre de

    tanto peso, sacado de las antiguas leyendas de dragones, a menos queespersemos que algn da estuviera a la altura de l.

    Es verdad, el nombre de la primera reina de los dragones, la madre de todasu raza.Me mordisque el labio, recordando la vieja leyenda. La que arriesg

    su propia vida para tragarse el fuego de una gran montaa de lava, con el fin depoder, ella y todos sus descendientes, arrojar fuego junto con el aliento.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    15/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 15 de 156

    Al orlo, Gwynnia abri sus fauces de par en par y bostez de nuevo, esta vezde un modo tan ruidoso que tuvimos que taparnos las orejas. Cuando el bostezoconcluy, observ:

    Me parece que la reina necesita dormir la siesta. Con un esperanzadosusurro, aad: Quizs an podamos terminar nuestra conversacin.

    Hallia asinti, aunque se revolvi con incomodidad. Pero antes de quepudiera abrir la boca, un nuevo sonido atraves el aire. Era un quejido agudo ylastimero, el tipo de sonido que slo puede emitir alguien que se halla en trance demuerte. O, para ser ms precisos, alguien para quien la muerte sera un alivio.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    16/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 16 de 156

    2El bolarva

    Los gritos de angustia procedentes de algn punto cercano al arroyo no seinterrumpieron. Aferrando mi cayado, cruc a la carrera la zona de hierba,seguido por Hallia. La cra de dragn se limit a observarnos con ojos soolientos,mientras se rascaba un ala con su enorme hocico. Incluso antes de llegar a la orilla,ca en la cuenta de que el gemido, tan fuerte que ahogaba el rumor del agua quechapoteaba entre las piedras, provena de detrs de un recodo del arroyo,corriente arriba. Hallia y yo nos precipitamos hacia el lugar, para lo que tuvimosque apartar unas aulagas amarillas que crecan junto al arroyo.

    All, luchando por salir a la lodosa orilla, estaba la criatura ms estrafalariaque jams haba visto. Su cuerpo era oscuro, redondeado y esbelto, muy parecidoal de las focas de la costa occidental de Fincayra, aunque de menor tamao.Tambin este ser posea los largos bigotes de una foca y los mismos ojosprofundos y apesadumbrados. Pero, en lugar de aletas, esta criatura tena brazos,tres a cada lado. Delgados y huesudos, los brazos terminaban en sendos pares depinzas que recordaban a las de los cangrejos. De su barriga bien acolchada colgabauna red de hilos verdosos entrelazados quizs una bolsa mientras que de sudorso sobresala una fila de largas y delicadas placas dorsales que se enroscabansobre s mismas hasta formar una apretada espiral.

    Entonces repar en el irregular corte, semioculto por una costra de barro, querecorra su flanco derecho de arriba abajo. Cuando la criatura se dej caerblandamente en la orilla, entre lastimosos gemidos, me arrodill a su lado.Enseguida, intent limpiar la herida remojndola con agua del arroyo. Alprincipio, la pobre bestia, extenuada por su prolongado sufrimiento, no pareciadvertirlo. Al cabo de un momento, sin embargo, hizo una brusca y violentasacudida.

    Oh, terribloso muertedolor! Horriblosa sangrerida! bram. Es mimuertefinal, prontoya, demasiadoso prontoya... An soy pequejoven, casi unsolobeb.

    No te preocupes respond, tranquilizador, con la esperanza de que miidioma le pareciera menos extrao que a m el suyo. Estoy seguro de que esecorte duele, pero en realidad no es muy profundo. Introduje la mano en mitalega y saqu un puado de hierbas medicinales. Estas hierbas...

    Son para matacomer al pobrem, claro! Qu muertefinal ms espanturosa,ms lastimerosa. Todo su cuerpo temblaba convulsivamente, en especial losgruesos pliegues de grasa que formaban una papada bajo su mentn.Tantuchsimo sufrehuir, para finacabar guisacomido por un cruelosomonstrumano!

    Negu con la cabeza.

    No lo entiendes. Intenta relajarte. Dej caer unas gotas de agua sobre lashierbas y las amas hasta obtener un emplasto. Esto te ayudar a curarte antes,

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    17/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 17 de 156

    as de simple.La criatura chill y forceje para zafarse de mi abrazo.Monstrumano! Vasaquieres hacerme polvomorder como un velocirrayo.

    Oh, desdichadoso de yom! Ya vienacerca mi finfatal, mi...Nodeclar. Tranquilzate, quieres?

    Entonces me enjaulaprisionars, seguroso. Me publiexhibirs como unrarobicho! Y todosms monstrumanos harn piedrapuntera contra mi jaulaprisino me pellizcadolern entre los hierrobarrotes. Terribloso destisino, horriblosofinfa...

    No! Intent aplicar el emplasto a la herida por todos los medios, perolos constantes molinetes de los brazos de la criatura me lo impedan. En variasocasiones, estuvo a punto de resbalarse de mi regazo y caer al agua, o a las matasde aulaga. He venido a ayudarte, no lo comprendes?

    Mismot? Un monstrumano? Cuandojams ha hecho un monstrumanouna cosalgo por quiereayudar a un bolarva?

    Un bolarva? repiti Hallia, inclinndose para examinarlo ms decerca. Vaya, bien podra ser. Al reparar en mi expresin de desconcierto, meexplic: Uno de los seres ms raros de esta isla. Slo haba odo contarhistorias... Pero s, ste, sin duda, encaja con la descripcin. Aunque no entiendoqu est haciendo aqu. Cre que slo vivan en las marismas ms remotas.

    En las Marismencantadas, segurosogimote el bolarva. Prontaclaradvuestras dudapreguntas! Antes de enjaulaprisionarme, pegapalizarme yhiervaguarme con muchosdiez podripatatas. Oh, tragicoso realmundo,calamiturosa granafliccin!

    Meneando la cabeza, volv a examinar el tajo.

    Eres un tipo confiado, verdad?S, todomuy seguroso vocifer la criatura, y a sus redondos ojos

    asomaron sendas lgrimas. Es mi naturalser. Demasiadoso confiacrdulo,demasiadoso tontingenuo. Siempre voyaquiero ver felizfinal en todoquiersituacaso, asiese soy yom. Por asieso es mi maldestino duelemorir entrepodripatatas. Un feocrudo destisino!

    El bolarva inspir lenta y entrecortadamente.Buenova, yaempieza y chillamtame. Moricaer honrurosamente.

    Guard silencio durante dos segundos. Despus, de improviso, bram:Menudorrible embrolo! Ser guisacomido yahora! Tanmuy pequejoven, tanmuy

    bravofuerte. Tan...Silencio! orden, tras lo cual me acomod en la orilla. Mostrando los

    dientes, le dirig una mirada fulminante. Cuanto ms protestes, ms terrible sertu muerte.

    Hallia me mir sorprendida, pero no le hice caso.S, ya lo vers insist con expresin asesina, aunque tena que hacer

    grandes esfuerzos por contener la risa. Mi nica duda es cmo matarte. Perouna cosa es cierta: cuanto ms alborotes, ms doloroso har que sea para ti.

    De verdacierto?gimote el bolarva.S! Y ahora deja de lloriquear.

    Oh, tembloso...He dicho ahora!

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    18/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 18 de 156

    La bestia guard silencio. Excepto por algn espordico estremecimiento quesacuda su cuerpo desde el arranque de su cuello hasta su bajo vientre,permaneci inmvil como un cadver en mi regazo.

    Coloqu las manos delicadamente sobre la herida. Empec a concentrarmeen las capas ms profundas de la carne, donde el tejido estaba ms desgarrado. Al

    mismo tiempo, inspir a fondo. Imagin que mis pulmones no se llenaban de aire,sino de luz, la clida y tranquilizadora luz del sol en verano. Aqu, en el territorioamado por los hombres ciervo, donde Hallia y yo habamos retozado tanlibremente y yo tena la certeza de que volveramos a hacerlo. Al rato, la luzrellen todo el resto de mi cuerpo y se desbord por mis hombros, se derram pormis brazos y fluy hasta las yemas de mis dedos.

    A medida que la luz curativa se verta sobre la herida del bolarva, su cuerpo,bigotes incluidos, empez a relajarse. De pronto volvi a gemir, pero esta vez elsonido era distinto, no tanto de dolor como de sorpresa, quizs incluso de placer.Pero sabiendo cunto trabajo delicado me esperaba, lo fulmin con una mirada

    colrica. Se call en el acto.Empec a dirigir la luz hacia la carne abierta. Como un bardo taendo un

    arpa rota, fui pasando de una fibra de tejido a la siguiente, unindolas ytensndolas con cuidado, comprobando su firmeza una por una antes de pasar a lasiguiente. En cierto punto encontr una maraa de tendones seccionados, cortadoscasi hasta el hueso. Los ba de luz durante un rato slo para separarlos unos deotros. Al final, los afloj y luego volv a conectar los tejidos con mucho cuidado,animndolos a que recuperaran su vigor, su integridad. Capa a capa, fuiascendiendo por la herida, acercndome lentamente a la superficie.

    Varios minutos ms tarde, apart las manos. La negra piel del bolarva

    reluca, lisa e intacta. Me senta exhausto y me recost en la empinada orilla,apoyando la cabeza en una raz de aulaga. El cielo azul era visible entre las floresamarillas que formaban un dosel sobre mi cabeza.

    Finalmente, me incorpor y le di unas suaves palmaditas en el flanco albolarva.

    Buenosuspir, has tenido suerte. Al final he decidido no hervirte.Los ojos de la criatura, ya abiertos de par en par, estuvieron a punto de

    salirse de sus rbitas. Pero no dijo nada.Es verdad, amiguito. No tena intencin de hacerte dao, pero era la nica

    manera de conseguir que te estuvieras quieto.

    Te ests burlarriendo de yomgru, retorcindose en mi regazo. Erescrueloso y malvadoso.

    Hallia me dirigi una clida mirada.Ahora no te cree. Pero te creer, con el tiempo.Mismeso ni en duermesueos! El bolarva desenrosc bruscamente

    varias de sus colas, rode con ellas una roca que descollaba en la ribera y se zafde m. Aterriz con un chapoteo en las someras aguas, a mis pies. Braceandoenrgicamente con sus seis extremidades, nad corriente abajo a una velocidad devrtigo. En un abrir y cerrar de ojos, lleg al recodo y desapareci de la vista.

    Hallia se rasc su fina barbilla.

    No es ninguna tontera decir que lo has salvado, joven halcn.Lanc una mirada de reojo a mi sombra, acuclillada a mi lado en el barro, y

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    19/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 19 de 156

    su postura me pareci insolente.Me alegro de poder hacer algo bien.Hallia se agach para pasar por debajo de una rama y se dej caer a mi lado

    con la gracilidad de una flor al desplegar sus ptalos.Creo que curar es diferente de cualquier otra magia.

    Y eso?Hizo rodar una ramita entre sus dedos pensativamente y luego la arroj a la

    corriente.No lo s con exactitud, pero la magia de curar parece surgir ms del

    interior; del corazn, quiz, o de un punto an ms profundo.Y los otros tipos de magia?Bueno, tengo la impresin de que provienen del exterior de nosotros

    mismos. Indic el cielo ail con un amplio ademn. De algn sitio de ahfuera. Esos poderes llegan hasta nosotros y a veces circulan por nuestro interior,pero en realidad no forman parte de nosotros. Utilizarlos es ms parecido a

    emplear una herramienta, como un martillo o una sierra.Me arranqu del cabello un palito recubierto por una costra de lodo.Te entiendo, pero y la magia que utilizamos para convertirnos en ciervos?

    Esa no surge de nuestro interior?No, en realidad no. Extendi una mano y luego la cerr con la forma

    aproximada de una pezua de ciervo. Al principio, cuando me propongotransformarme, siento mi magia interior, pero slo una chispa, como una especiede invitacin que me conecta con la magia ms amplia que existe fuera de m. Esaes la magia que produce el cambio en todas sus formas: la noche en da, el cervatoen ciervo, la semilla en flor. La magia que promete... Hizo una pausa para

    acariciar una rizada fronda de helecho que brotaba a su lado en la orilla. Quecada prado, enterrado bajo la nieve durante el largo invierno, cobre vida una vezms en primavera.

    Asent, arrullado por el rumor del cantarn arroyo. Una serpiente, fina yverde, asom entre un grupo de caas que creca a mis pies y rept hasta el agua.

    A veces percibo esos poderes externos, esos poderes csmicos, con tantaintensidad que tengo la sensacin de que son ellos quienes me utilizan a m,quienes me empuan como si yo fuese su pequea herramienta. O que meescriben como una novela, cuyo final no puedo cambiar haga lo que haga.

    Hallia se acerc ms a m, hasta que su hombro rozaba el mo.

    Es toda esta charla, verdad? Oh, s, joven halcn. Lo he odo, incluso amiembros de mi clan que deberan ser menos ingenuos. Todo eso acerca de tufuturo, de tu destino, de ser un mago.

    Y no slo un mago cualquiera aad, sino el ms grande de todos lostiempos. Ms incluso que mi abuelo, Tuatha, segn algunos, y l fue el mago mssabio y poderoso que ha existido. Es... bueno, un peso muy grande para cargarloconstantemente. Tanto que a veces es lo nico que noto. Como si mis elecciones,mis propias decisiones, no fueran mas, despus de todo.

    Pero lo son! No puedes dudarlo. Son lo que te hace... ser como eres. Poreso quera decirte... Su voz descendi de volumen hasta que no era ms que un

    susurro lo que quera decirte.Y me lo dirs ahora?

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    20/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 20 de 156

    No declar, resuelta a no desviarse del tema de conversacin.Escchame. Sinceramente crees que no tienes ms influencia sobre tu futuro queuna bellota destinada a convertirse en roble, porque sera imposible que llegara aser un fresno o un arce, por mucho que se esforzara?

    Hurgu con el tacn de mi bota en la cenagosa orilla, desanimado.

    Eso parece.Pero t tienes tu propia magia, no? Lo que he dicho acerca de los poderes

    externos es verdad, pero si podemos utilizarlos en alguna medida es porqueposeemos poderes propios, magia propia, en nuestro interior. Y t, joven halcn,tienes una asombrosa capacidad de participar de la magia ms amplia. Derecibirla, concentrarla y hacer que se incline ante tu voluntad. Lo veo en ticonstantemente, con la misma claridad que el reflejo de una cara en un estanque.

    Quizs ese reflejo es el tuyo, no el mo.Hallia neg con la cabeza con tanta energa que su trenza castao rojiza

    fustig el aire y me roz una oreja.

    Sin tu magia interior no habras podido curar al bolarva como lo hashecho.

    Pero estaba utilizando mi propia magia y tomando mis propias decisionespara curarlo? O simplemente cumpla mi destino, saliendo al escenario pararepresentar un guin escrito por otra persona hace mucho tiempo? Tamborilecon los dedos sobre la empuadura del arma que yaca a mi lado. Incluso estaespada forma parte de mi destino. Eso fue lo que me dijo el gran espritu Dagda enpersona. Me orden custodiarla, porque algn da debo entregrsela a un granrey, si bien trgico, un rey tan poderoso que lograr arrancarla de una vaina depiedra.Hice una pausa, intentando recordar cmo lo haba descrito Dagda: Un

    muchacho nacido para ser rey, cuyo reinado perdurar en los corazones muchodespus de que haya desaparecido de la tierra.

    Hallia enarc una ceja con incredulidad.Un destino predicho no es un destino vivido.Es uno de los antiguos proverbios de tu gente?Mmmm, no tan antiguo. Mi padre fue el primero en decirlo. Pensaba

    mucho en estas cosas. Me dio un codazo tan fuerte que mi hombro contrariochoc con una rama y desprendi varias hojas. Como alguien que conozco.

    Sonre forzadamente y mir de reojo mi cayado, que haba dejado sobre uncanto rodado a la orilla del arroyo. El agua lama su caa, mojando los siete

    smbolos grabados de arriba abajo y hacindolos relucir de un modo extrao.Cuanto ms pienso en las cosas, en el destino o en lo que sea, menos s en

    realidad.Inesperadamente, Hallia se ech a rer.Eso mismo deca mi padre! Ms veces de las que podra contar.Fue mi turno de darle un codazo.Qu ms sola decir?Sobre el destino? Medit unos instantes. No mucho, aunque s algo

    desconcertante.Qu?

    Deca, si lo recuerdo bien, que buscar el propio destino es como mirarse enun espejo. Ves una imagen, aunque sea borrosa, con la poca o mucha luz que haya

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    21/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 21 de 156

    en ese momento. Pero si la luz cambia algn da, lo mismo le ocurrir a la imagen.Y si la luz se apaga finalmente, el espejo estar vaco. Por eso, su conclusin eraque el espejo ms autntico es... cmo lo deca? Ah, s. El espejo ms autntico esel que no necesita luz.

    Frunc el ceo, perplejo.

    El que no necesita luz? Qu quera decir con eso?Nadie de mi clan le ha encontrado sentido nunca, aunque muchos lo han

    intentado. Me contaron que algunos ancianos debaten interminablemente alrespecto, sin ningn resultado. Por eso es mejor no dedicar demasiado tiempo areflexionar. Mi padre saba mucho, pero tambin disfrutaba gastando bromas a losdems.

    Asent, sin dejar de interrogarme acerca de la curiosa afirmacin. Bien podahaber sido un chiste. Pero y si realmente significaba algo? Era evidente que losancianos as lo crean, o de lo contrario no habran desperdiciado tanto tiempointentando comprenderlo. Tal vez un da, alguien lo conseguira. Quizs... incluso

    yo mismo. Por un momento, me deleit con la idea; una idea encantadora, porcierto: yo, Merln, poda ser quien arrojara luz sobre el antiguo misterio. Y sobreotros muchos misterios ms.

    Me distrajo un repentino movimiento en la cenagosa orilla. Mi sombra!Aunque yo estaba sentado perfectamente inmvil, ella pareca moverse, de hechopareca estar temblando. Poda tratarse slo del efecto de la luz reflejada en elarroyo? Enfoqu al mximo mi segunda visin. No, no caba la menor duda.

    Mi sombra me deca que no moviendo enrgicamente la cabeza.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    22/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 22 de 156

    3Secretos

    Lanc un gruido a mi insolente sombra, que segua mofndose de m desdela orilla del arroyo.

    Por qu no te quedaste en la pea de antes?Hallia se puso rgida y dio una palmada sobre la embarrada pendiente.Joven halcn!No te lo deca a ti, perdona. Extend el brazo, pero ella rechaz mi mano

    con un gesto de enfado. Dirig una hosca mirada a mi sombra, que pareca estartronchndose de risa. Hallia, no estaba hablando contigo! Hablaba con mi

    sombra.Lentamente, su expresin se suaviz.Me parece que, ltimamente, tienes tantos problemas con esa sombra como

    con Gwynnia.Apart unas ramas para otear el prado donde habamos dejado ala cra de dragn. Se ha vuelto a marchar. Me pregunto adonde.

    Probablemente, slo a pastar ro abajo. No puede estar lejos, eso seguro. Arroj un canto rodado a mi sombra, casi esperando que me lo devolviese. Ydime, cmo saba tanto tu padre? Era un estudioso? Un bardo?

    Nada de eso. Fue el sanador de nuestro clan durante muchos aos. Juguete con su trenza, separando los cabellos como si estuviera desenredando un

    recuerdo muy embrollado. Incluso despus de que el mar nos obligara aabandonar nuestras tierras ancestrales, lo cual por poco le rompe el corazn,prosigui su trabajo. Y sus conocimientos iban mucho ms all del arte de curar.Comprenda cosas que nadie ms saba sobre ciertos lugares. Y... ciertas personas.Trag saliva. Supongo que por eso le confiaron a su cuidado una de las SieteHerramientas Mgicas.

    Di un respingo.De veras?Ella asinti.Cul?

    No debo decir nada ms. Es un secreto de los Mellwyn-bri-Meath.Nos dedicamos a contemplar el agua que circulaba a nuestros pies, y mis

    recuerdos fluan como el arroyo. Recordaba bien aquellas legendariasherramientas, puesto que consegu rescatar la mayora de ellas cuando el CastilloVelado se derrumb. Estaba el arado que labraba el campo solo, la sierra que slocortaba la cantidad de madera necesaria y... qu ms? Ah, s: la azada, la pala y elmartillo mgicos. Adems de aquel balde, casi tan pesado como el arado, ya quesiempre rebosaba de agua.

    Slo la sptima herramienta haba escapado de m, aunque no de mispensamientos. Pues, aunque no conoca su descripcin, y mucho menos sus

    poderes, soaba a menudo en encontrarla, normalmente detrs de unimpenetrable muro de fuego. Cada vez que, en mis sueos, intentaba recuperarla,

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    23/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 23 de 156

    las abrasadoras llamas me quemaban las manos, la cara, los ojos invidentes. Lonico que oa eran mis gritos; lo nico que ola era el hedor de mi pielachicharrada. Cuando no poda seguir soportando la agona por ms tiempo,siempre despertaba baado en sudor.

    Hallia me acarici tiernamente la mano.

    Veo en tu rostro, joven halcn, que t tambin conoces algunos secretossobre las Siete Herramientas Mgicas.

    Es cierto repliqu, sin apartar los ojos del arroyo. Las he empuadotodas, las he utilizado todas, excepto la que se perdi para siempre.

    Hallia me mir durante un rato largo, sopesando sus reservas. Por fin,suspir.

    No se perdi.Qu quieres decir? Eso es lo que dice todo el mundo, incluido Cairpr.Porque eso es lo que cree todo el mundo. Excepto mi padre y los pocos de

    los nuestros a quienes se confi el secreto. Vers, esa herramienta mgica es la que

    le encomendaron a l. Y cuando los soldados del malvado rey Stangmar vinieron aarrebatrsela, mi padre no les dio la verdadera herramienta, sino una copia quehaba fabricado l, una falsificacin. La autntica la escondi en un lugar seguro.

    Dnde?Nunca se lo cont a nadie. Poco despus de que les diera el cambiazo, los

    cazadores... lo encontraron.Reconoc el pesar en sus ojos y la rode con mis brazos. Permanecimos all

    sentados un buen rato, contemplando los remolinos de la corriente. Pese a lomucho que deseaba ser partcipe de su secreto, an quera ms ayudarla asobrellevar la carga.

    Finalmente, volvi a hablar:Era una llave, joven halcn, una llave mgica. Tallada a partir de un asta

    pulida, con un zafiro engarzado en su ojo. Sus poderes... Oh, no me acuerdo, comotantas cosas que me contaba mi padre. Entonces yo era muy joven! Para l eramuy importante, eso es lo que ms recuerdo. Entrelaz sus dedos con losmos. Aunque tambin recuerdo que una vez dijo que, por grandes que fueransus poderes, no podan competir con la mano de un sanador.

    En ese instante, omos un quejumbroso lamento corriente abajo. El sonidoaument rpidamente de volumen hasta resultarnos familiar. Al cabo de unossegundos, apareci el bolarva, nadando directamente hacia nosotros, chapoteando

    furiosamente con sus seis brazos. Remont la corriente, se encaram a la orilla ysalt a mis brazos, tembloroso y jadeante.

    Terromiedo abrumadoroso! barbot, con los ojos relucientes depnico. Matasesino mutiladoroso! Ya llegaviene, est mismaqu!

    Antes de que pudiera preguntarle de qu estaba hablando, una enormecabeza se elev por encima de los marjoletos que crecan corriente abajo.Gwynnia! Cuando extendi su largo cuello escamoso, su oreja tiesa parti variasramas, provocando la cada de una lluvia de hojas. Sali de entre los rboles, conlas alas plegadas y apretadas contra el inmenso lomo, y se agazap ante nosotros.La luz anaranjada de sus ojos se reflej vivamente en el agua.

    Un dragoterror! chill el bolarva, al tiempo que ocultaba la cabeza bajomi axila. Estamos condenamuertos, hasta el finltimo de mismonosotros.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    24/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 24 de 156

    Tonterasrepliqu. Ese dragn es amigo nuestro.No te har daoaadi Hallia.Al or la voz de su amiga, Gwynnia aporre enrgicamente el suelo con su

    cola. Sin embargo, uno de sus golpes alcanz a un marjoleto y lo arranc de cuajo.El rbol se desplom con gran estruendo sobre el arroyo y esparci un aluvin de

    ramas y barro por toda la orilla. Al verlo, el bolarva solt un alarido... y sedesmay. Se qued tendido en mi regazo, inerte como una tnica empapada.Incluso sus colas, antes tan apretadamente enrolladas, pendan ahora flcidas a suespalda. La cabeza de Gwynnia, ya casi sobre nosotros, se lade con expresinintrigada.

    Acarici la lisa piel del bolarva.Este tipejo no tiene madera de aventurero. Creo que deberamos mandarlo

    de vuelta por donde ha venido.A las Marismas Encantadas? pregunt Hallia. Es el ltimo lugar

    adonde deberas mandarlo.

    Es de donde viene.Pues ha sido muy listo por escapar! Es un lugar maligno, mortfero, con

    trampas letales en cada recodo. Mi pueblo, como casi todos los dems pueblos, conexcepcin de los espritus de la cinaga, lo evita siempre que puede.

    Mira, est claro que necesita vivir cerca del agua. Y lejos de los dragones.No s cmo ha llegado hasta aqu, pero seguro que lo mejor es devolverlo a sucasa.

    Hallia neg con la cabeza y toc el hmedo dorso del bolarva.Te digo que es una locura. Adems, esa maldita cinaga est justo al otro

    lado de la isla.

    Al detectar cierta inseguridad en su voz, me puse rgido.No me crees capaz de conseguirlo?Bueno... no. No lo creo.La mir hoscamente, con las mejillas encendidas.Saltar es una de las habilidades ms arriesgadas para un mago. T mismo

    me lo has dicho.Estrell un puo contra la orilla y me manch la tnica de barro.Ya veo que no me crees capaz.Y si lo mandas a otro lugar por error?No cometer ningn error! En ese momento repar en mi sombra, que

    pareca mover de nuevo la cabeza de lado a lado, y me mord el labio. Y, si porcasualidad me falla, por lo menos despertar en algn sitio donde no haya undragn mirndolo fijamente desde las alturas.

    Con cuidado, deposit al bolarva inconsciente entre las caas, al borde delagua. A continuacin, cog mi cayado y me puse en pie. Me plant firmemente enla orilla, de espaldas a Hallia, y empec a concentrarme. Casi al instante, sent quelos poderes se acumulaban en mi interior y se precipitaban hacia la superficiecomo la lava de un volcn en erupcin. Finalmente, enton el complejo cntico,invocando la magia superior de Saltar.

    El viaje que sea cerca, mas la aventura, lejos...Mirad! Es el Lugar y el tiempo de Saltar.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    25/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 25 de 156

    Ve en busca de una estrella y llega hasta su centro;en lugar de soar, encuentra Muirthemnaro el eco de un poema que, como una campanadispuesta siempre a honrar, jams a denostar,a lo lejos repica al calor de la maana.

    Mirad! Es el lugar y el tiempo de Saltar.

    Un relmpago de luz blanca estall en la orilla. El agua que circulaba por elcanal hirvi y se evapor. Al mismo tiempo, el bolarva desapareci... junto conHallia y conmigo.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    26/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 26 de 156

    4Muertedolor

    Agujas de pino! Rod sobre m mismo y las escup de mi boca. Por encimade mi cabeza, unas tupidas ramas se arqueaban hacia el cielo, con un aspecto tanrobusto que parecan capaces de sostener la mismsima bveda celeste. Y lobastante corpulentas para ocultarla: slo unas cuantas partculas de luzatravesaban el tupido mar de ramas.

    Buen trabajo, joven halcn.Me encog, escup un grumo de resina pegajosa y luego torc el cuello para

    mirar a Hallia. Como yo, estaba tendida de espaldas entre agujas de pino y ramitas

    secas.Est bien reconoc. Mi habilidad de Saltar estaba un poco...

    desajustada.Hallia se sent y me mir con expresin solemne.Un poco, dices? Me parece que intentabas hacer Saltar al bolarva, no a

    nosotros. Ahora estamos aqu, en algn bosque, sin ningn punto conocido a lavista. Y tu destino no eran las Marismas Encantadas? Supongo que deberasentirme afortunada de que tu puntera sea tan mala.

    Se sacudi una aguja de pino de la nariz.Comparado con tu puntera Saltando, la habilidad de Gwynnia para

    aterrizar es soberbia. Su rostro se ensombreci. Por cierto, dnde est? Sepuso en pie de un brinco, acribillndome de ramitas. Gwyyynniaaa! grit, ysu voz se intern en el bosque como un gaviln. Mi Gwyyynniaaa!

    No recibi respuesta. Se volvi hacia m, con la frente surcada de arrugas depreocupacin.

    Oh, espero que no le haya pasado nada. Si pudiera orme me habracontestado. No creers que...

    Nos la hemos dejado? termin por ella, incorporndome a mi vez. Mesacud los fragmentos de corteza y las agujas de pino de mi tnica. Me temo quees posible. Muy posible. Despus de todo, no pretenda mandarla a ninguna parte.

    Tampoco pretendas mandarnos a nosotros! Oh, se habr llevado un sustode muerte. Mir en derredor, hacia los rboles. Quizs est en alguna parte,

    justo fuera del alcance de mis gritos.Est donde est alguna partemascull.Con la cabeza vuelta hacia atrs, atisb entre el dosel de ramas e inspir una

    honda bocanada de aire, impregnado de la dulzura del cedro y el pino. Y algoms, ca en la cuenta enseguida: un ligero aroma rancio, a algo en descomposicin,que acechaba justo detrs de la dulzura. De todos modos aspir las fragancias,pues por mucho que me disgustaba haberme perdido, siempre disfrutaba en elcorazn de un bosque. Cuanto ms oscuro, mejor. Porque cuanto ms oscuro fuera

    el bosque, ms viejos eran sus rboles. Y cuanto ms viejos eran los rboles, msmisteriosos y sabios resultaban ser, como yo bien saba.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    27/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 27 de 156

    Una brisa sacudi las ramas cargadas de agujas y me salpic el rostro deroco. De pronto, record otro da, en otro bosque, en la tierra de Gwynedd quealgunos llaman Gales. Perseguido por un enemigo, escap subindome a un rbol:un gran pino, muy parecido a los que ahora se erguan muy por encima denosotros. Momentos despus me encontr atrapado en una tormenta cada vez ms

    violenta. El vendaval arreci y tuve que aferrarme al rbol con todas mis fuerzas.Cuando el temporal descarg por fin con toda su intensidad, soport todo elzarandeo y las sacudidas, mecindome y bambolendome, sostenido no,abrazado por aquellas ramas. Y cuando, por fin, la tormenta amain, dejndomeempapado entre las ramas de un rbol resbaladizo de lluvia, me sent refrescado,reanimado y renacido.

    Hallia me dio una palmadita en el brazo. Justo cuando me giraba, otra rachade viento ms fuerte recorri el follaje a toda velocidad. Mi amiga empez a deciralgo, pero levant una mano para detenerla. Porque entre los crujidos de las ramasde rbol haba odo voces, profundas y resonantes. Sin embargo, las voces

    parecan fuera de lugar en un bosque cuyas ramas se elevaban tanmajestuosamente. Sonaban llenas de desesperacin y de dolor, ms y msprofundo.

    Escuch muy concentrado. Los rboles me avisaban agitando sus grandesbrazos. No comprend todo lo que decan, porque todos hablaban a un tiempo, aveces en lenguas que yo an no dominaba. Pero haba algunas palabras que meresultaron inconfundibles. De un majestuoso cedro: Nos morimos, morimos. De untilo cuyas hojas en forma de corazn caan al suelo girando lentamente: Se me estcomiendo. Devora mis races, mis races ms profundas. Y de un imponente pino, muyafligido: Mi retoo!Que no se lleven a mi retoo!

    Cuando el viento se calm, junto con las voces, me volv hacia Hallia.Este bosque tiene algn problema, un gran problema.Yo tambin lo presiento.No parece de origen natural.No, no lo es. Pero si miras atentamente, hay signos por todas partes. Como

    las plantas trepadoras parsitas que infestan aquel grupo de pinabetes.Y ah, mira eso. Me aproxim al tronco de un pino cercano y rasp un

    poco de musgo gris y ralo de su corteza. Ya haba visto antes esta especie sobrelos rboles, pero slo despus de una inundacin. Nunca en un bosque que crecebien.

    Hallia asinti tristemente.Ojal pudiramos ayudar en algo. Pero cmo? Adems, ya tenemos

    nuestros propios problemas. Cmo encontraremos el camino de vuelta a lospastos de verano? Y a Gwynnia, pobrecita ma! Y qu hay del bolarva? Quinsabe dnde estar, a estas alturas?

    Apret los dientes y me encorv para recoger mi cayado.Oye, lo siento. No tena ni idea de que mi intento de Saltar saldra tan mal.

    Arrepentido, oprim la nudosa curva del mango de mi cayado. Olvid laprimersima leccin, lo que Dagda llamaba el alma de la hechicera: humildad.

    Furioso conmigo mismo, introduje el cayado en mi cinturn.

    Necesito otros cien aos de prctica, antes de volver a intentar algosemejante. He podido mandarnos a otro pas, o incluso a otro mundo!

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    28/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 28 de 156

    Hallia neg con la cabeza.No, no. Mis pies, mi nariz, todos mis huesos me dicen que an estamos en

    algn lugar de Fincayra. Inspeccion los rboles sumidos en sombras que nosrodeaban. Este bosque me recuerda mucho a otro muy antiguo en el que estuvehace aos, cuando todava era una nia cervata. La mezcla de rboles, su

    distribucin, todo me resulta de lo ms familiar. Pero aquel lugar estaba muchoms vivo! Qu clase de enfermedad puede atacar a todo un bosque como ste?

    Ajjj refunfu una voz angustiada desde detrs de las prominentesraces de un cedro. Terribloso muertedolor.

    Corrimos hacia all. El bolarva, con sus redondos ojos ms apenados quenunca, se retorca entre las races. De sus pinzas colgaban esquirlas de corteza ytrozos de aguja de pino, su vientre acolchado se estremeca al menor movimientoy sus bigotes se curvaban con displicencia. Sin embargo, mi segunda visin, msaguda que la vista de una lechuza en el umbro bosque, no detect rastro algunode lesin.

    Me acerqu a l y trat de arrancar una rama pegajosa de savia de una de suscolas. El bolarva se encogi ms para apartarse de m.

    Ya no tienes nada que temerlo tranquilic. El dragn no est aqu.Pero monstrumanos s! Levant el hocico y olisque el aire, al tiempo

    que sus ojos se abran an ms desmesuradamente. Y muypeor,verdaderosamente muypeorms, estamos en el sitiorroroso donde menosmuyvoyaquiero estar. Sucumbi a un ataque de escalofros y gemidos.Sitiorroroso...

    Hallia contena el aliento.Acaso sabes dnde estamos?

    Seguroso gimi el bolarva. N... no fraganciolis el aromaticosocharcocieno?

    No, yo nodeclar. Sea lo que sea eso de fragancieno.Charcocieno! El bolarva cerr los ojos y mascujo: Monstrumanos!

    Son verdaderosamente cortobtusos!Lo sacud hasta que volvi a abrir los ojos.Dnde crees que estamos, eh?Nos lanz una mirada funesta.En el arbolosque oscuroso, el surlindero de las Marismencantadas.Me sobresalt.

    Las Marismas Encantadas? Ests seguro?Todomuy seguroso! Sus bigotes se erizaron. Piensacrees que no

    reconozcapto mi amadoso charcocieno?Hallia mene la cabeza.No puede ser. El bosque que yo recuerdo estaba en un terreno ms

    elevado, muy al sur de las tierras pantanosas, prcticamente a un da de distanciaal galope.

    Ests segura?pregunt.Del todo. Nunca olvido un bosque, y menos uno tan antiguo como ste. Y

    ni siquiera estaba cerca de las Marismas Encantadas.

    Pero verdadosamente mismaqu est! chill en tono agudo el bolarva,mientras todo su cuerpo temblaba de una forma incontenible. Su barriga se

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    29/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 29 de 156

    ondulaba en oleadas de grasa temblorosa. Monstrumano, por piedafavor...daopincha al pobrem si tienedebes. Tirarrncame los pelobigotes grituno agrituno. Pero quitascame de mismaqu!

    Estudi a la convulsa criatura con expresin ceuda.Lo que dices no tiene sentido. Aunque estuviramos cerca de la cinaga,

    por qu no quieres regresar? Cre que era tu hogar.Lo era, por supuestoso. Pero noyams. No es casasalvo.Enarqu las cejas.Por qu no?Se contorsion, a fin de introducir la cabeza bajo una de las races.No quierepuedo explicablar! Es demasiadoso horribloso!Lo mir fijamente, preguntndome qu poda ser ms horrible que las

    Marismas Encantadas que tan bien recordaba yo. El aire pestilente, el limopegajoso y, lo peor de todo, los espritus de la cinaga. Haba visto sus espectralesojos titilantes y mucho ms que eso. No quera volver a percibir su rabia, su

    locura. Y saba que Hallia estaba en lo cierto: esa cinaga era el lugar menosconocidoy el ms temido de Fincayra. Y por buenas razones.

    El bolarva levant de nuevo la cabeza y suspir entre dos convulsiones.Oh, cmo extraoro mi tierranatal, con sus gloriosurosos milagrodigios!

    Fue un paislugar dulcelicioso durante tantosos tiempaos!Intercambi una mirada de incredulidad con Hallia.Ah, mismaquellas lagucharcas pestilentosas! prosigui con ojos

    relucientes. Mismaquellas movedizarenas! Todomuy adorablosamentesecretmedo.Se encogi. Hasta que...

    Hasta que qu?

    Palohielos! grit de improviso el bolarva, sealando a mis pies con laspinzas. Peligraullido!

    Contempl el grueso palo torcido que yaca junto a mi bota y luego otra vezal bolarva.

    Basta ya de histeria. Me tienes harto! No pienso huir corriendo de un palo,y t tampoco deberas hacerlo.

    Pero mismot no...Basta!orden, desenvainando mi espada. Un rayo de luz que penetraba

    entre las ramas altas se reflej en la hoja, que refulgi intensamente Esto nossalvar de los palos peligrosos. O de los bolarvas lloricas.

    Hallia frunci el ceo.Vamos. Buscaremos el camino devuelta a... aaaghhh!Se llev ambas manos al cuello: intentaba arrancarse la sinuosa y mortfera

    serpiente que se haba enrollado alrededor de su cuello. Su rostro empez aamoratarse; sus ojos parecan querer salirse de sus rbitas a causa del terror. Meprecipit en su ayuda con la espada en alto.

    Muertedolor!aull el bolarva.De improviso, algo pesado me golpe en los riones. Se desliz con increble

    rapidez por mi columna vertebral hasta mis hombros. Sin darme tiempo ni agritar, unos poderosos msculos rodearon con fuerza mi garganta.

    Otra serpiente! Me qued sin aliento. Apenas poda vislumbrar a Hallia,cada de rodillas, luchando con la serpiente que la estaba estrangulando, cuando

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    30/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 30 de 156

    todo empez a darme vueltas. Tropec con algo, consegu evitar una cada... perosolt la espada. Me dirig hacia Hallia trastabillando. Tena que llegar hasta ella.Tena que lograrlo!

    Mis dedos se enterraron profundamente en la fra carne que cea mi cuello.Era dura al tacto, como un collar de piedra. A pesar de mis esfuerzos, la serpiente

    segua estrujndome implacablemente, enroscndose cada vez ms. Senta que micabeza estaba a punto de estallar, mis brazos y mis piernas ms dbiles a cadasegundo que pasaba. Las descargas de dolor recorran mi cuello, mi cabeza y mipecho. No poda mantenerme en pie, no poda respirar. Aire... Necesitaba aire!

    Di un traspi y ca al suelo, sobre las agujas de pino. Me esforc porincorporarme. Pero volv a caer de bruces, sin dejar de tirar de la serpiente.Mientras tanto, una extraa oscuridad reptaba por encima de m... y a travs dem. Todo dej de girar, dej de moverse.

    Magia. Necesitaba usar mi magia! Pero me faltaban las fuerzas.Algo afilado se clav en mi hombro. Not el corte y vi la sangre. Mi espada.

    Haba cado encima de ella? De pronto, una vaga idea alumbr en la crecienteoscuridad. Con las escasas fuerzas que me quedaban, intent contorsionarme pararesbalar por la pendiente. Me retorc dbilmente, pero el mundo se volvi msoscuro. Not la hoja que me sajaba la carne... y posiblemente algo ms.

    Demasiado dbil para seguir luchando, dej de moverme. Un ltimo deseorelampague en mi mente: Perdname, Hallia. Por favor.

    De pronto, la presa de la serpiente se afloj. Inspir ansiosa yentrecortadamente. Not un hormigueo en los brazos; mi visin empez aaclararse. Encolerizado, me arranqu del cuello el cadver seccionado de laserpiente. Enseguida vi a Hallia, tendida tan cerca... Y tan inmvil.

    As la espada por la empuadura y me arrastr hasta ella. La serpiente que lahaba atacado desenrosc de su cuerpo unos centmetros y asom la cabeza pordebajo de la barbilla de Hallia. Sise furiosamente; sus ojos amarillos parecanbullir. Se abalanz hacia m...

    En el momento en que yo bajaba la espada. La hoja estableci contacto conun golpe seco. La cabeza de la serpiente sali volando por los aires y rebot contrael tronco de un rbol, para caer al suelo del bosque.

    Solt la espada y me arrodill junto a mi amiga. Por favor, Hallia!Vuelve arespirar! La sostuve por la nuca amoratada, casi tan crdena como su tnica, y lemov la cabeza. Pero no reaccion. Le acarici las mejillas; le oprim la mano

    helada.Nada. Nada en absoluto.Hallia! grite, mientras las lgrimas humedecan mis mejillas. Vuelve

    ahora mismo. Vuelve!No hizo el menor movimiento. No mostr el menor signo de vida, ni siquiera

    el menor aliento.Hundido en la desesperacin, me desplom sobre ella y apoy mi rostro

    contra el suyo.No te muerassusurr. No aqu. No ahora.Algo me roz la mejilla. Otra lgrima? No..., unas pestaas!

    Alc el rostro para mirarla, mientras Hallia inspiraba con dificultad una vez.Luego otra. Y otra.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    31/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 31 de 156

    Al cabo de unos momentos, se sent, tosi y se frot el cuello dolorido. Susojos grandes, castaos y profundos me acariciaron unos segundos. Despus, seposaron en la espada teida de sangre en el suelo y luego en la serpientedecapitada tendida entre las agujas de pino.

    Con los labios temblorosos, sonri fugazmente.

    Tal vez dijo con voz ronca tu puntera no es tan mala, despus detodo.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    32/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 32 de 156

    5Ya brotan las llamas

    Tardamos una hora entera en recobrar las fuerzas, tiempo que Hallia empleen limpiar el corte de mi hombro para que mi voluntad hiciera cicatrizar lostejidos. Y el bolarva tard otra hora en volver a hablar, pues el terror lo habadejado completamente mudo. Por fin, nos sentamos entre las agujas de pino y lasnudosas races, agradecidos de estar vivos y totalmente atentos a la posiblepresencia de otras serpientes.

    Mismot bravoliente dijo con voz ronca el bolarva, que se habarecostado en una protuberante raz. Muchoso muyms bravoliente que

    mismoyo.Arroj una pina hacia las ramas de un joven plantn.Por lo menos t lo detectaste antes de que atacara. Cmo sabas que no

    era un palo de verdad?Por los enfadojos. Casi todomuy cerradosos, pero aunmirones y

    brillamarillos. Yantes he descubrescapado de mismellos muchosas miedoveces.En la cinaga? me acerqu para estudiar su redonda cara. Esas

    serpientes vienen de all?Verdaderosamente.Lo mir con expresin hosca.

    El lugar que consideras tu maravillosa tierra natal.Hallia se rasc la nuca con afectacin.Creo que lo que dijo fue adorabloso.Buenova... El bolarva hizo un esfuerzo por aclararse la garganta,

    mientras su hilera de colas se revolva nerviosamente. Quizapuede que hayatontexagerado un poconada.

    Un poconada. Desconcertado, sacud la cabeza. Qu ocurre en lasmarismas? Aunque no est lejos de aqu, como crees, por qu las abandonan esasserpientes?

    Sus ojos redondos se cerraron con fuerza y luego se abrieron como

    accionados por resortes.Probablosamente, por la mismodiosa pesorrazn que yom.Qu razn?Es demasiadoso terriblosa para contadecirla. El bolarva sacudi la

    cabeza, junto con sus seis brazos y la mayora de sus colas. Por sustomalas quesean mis feopesadillas, mismeso es muypeoroso. Masmucho muypeoroso.

    Cuntanoslo.Se enterr an ms en las races.Nonoyno.Hallia me toc el brazo con suavidad.

    Todava no confa en ti.Lanc un gruido de exasperacin.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    33/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 33 de 156

    Cuntas veces tengo que salvarle la vida para que confe? Bueno, noimporta. De todos modos, no estar con nosotros mucho tiempo.

    El bolarva dej escapar todo el aire de sus pulmones. Sus pinzas empezarona chasquear al ritmo de su tembleque.

    El monstrumano vapretende... mastimachacarme?

    Es tentador, pero no. Me puse en pie con esfuerzo y lo mir condesaliento. No s cmo, pero encontraremos el camino de regreso a los pastosde verano. Y como he sido yo quien te ha trado aqu, es responsabilidad mallevarte sano y salvo a abrevar a otro sitio. No, no te preocupes, no ser a tusadorablosas marismas. Pero seguro que dentro de poco pasaremos por algnlugar donde abunde el agua. Y all es donde te dejar, te guste o no. Me da igualque sea un ro, un lago de montaa o un simple charco.

    El bolarva me mir con los prpados entrecerrados y me lanz un amago depellizco con una de sus pinzas.

    Con un suspiro, rasgu una ancha tira del dobladillo de mi tnica, hice un

    nudo con ambas puntas y me la pas por el cuello a modo de cabestrillo. Acontinuacin, pese a las incesantes contorsiones del bolarva, lo cog en brazos y loacomod en el interior. Una de sus colas se qued por fuera, enrollndose hastaformar una bola y desenrollndose al comps de sus nerviosos gemidos, pero elresto de su cuerpo desapareci en los pliegues de la tela.

    Con cuidado, Hallia palp el gimoteante fardo que colgaba de mi pecho, locual hizo aullar al bolarva y enroscarse en una apretada bola. Mi amiga estudi elabultado cabestrillo.

    Quizs l no te agradece que nos hayas salvado la vida, joven halcn, peroyo s.

    Di una palmadita a la empuadura de mi espada.Esto fue lo que realmente nos salv.Hallia dio un fuerte pisotn en el suelo, como una cierva furiosa.Venga ya. Lo dices como si no hubieras tenido nada que ver.Contempl los rboles en sombras.No quera decir eso. Pero estuvimos cerca, demasiado cerca, de morir justo

    ah. Si yo tuviera de verdad los poderes que Cairpr y los dems creen que tengo,que esperan que tenga, no me habra dejado engaar por esas serpientes, paraempezar.

    Bah! Por qu no puedes cometer errores de vez en cuando, como todo el

    mundo?Porque se supone que soy un mago!Hallia se plant ante m con los brazos en jarras.Muy bien, gran mago. Entonces, por qu no me dices una cosa? Por

    ejemplo, cmo vamos a volver junto a Gwynnia antes de que se muera depreocupacin o arrase todo el territorio buscndome?

    Bueno, a menos que quieras dejarme que intente otra vez Saltar...No!Entonces tendremos que caminar. Di unas palmaditas en el cabestrillo...

    y apart bruscamente la mano cuando una pinza se dispar hacia ella. Con

    nuestro amistoso compaero, aqu presente.Me volv hacia el anciano cedro que creca a mi lado y apoy la mano en su

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    34/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 34 de 156

    tronco recorrido por profundos surcos.Me lleg una empalagosa vaharada de resina; casi poda notar cmo

    circulaba bajo la corteza.Ojal supiera cmo ayudarte, anciano. Y tambin al resto de este lugar.

    Pero, sencillamente, no tengo tiempo.

    Las ramas se agitaron y descargaron una ducha de agujas de pino sobre micabeza. Mir furtivamente a Hallia, que ya haba empezado a internarse en elbosque, siguiendo los oblicuos rayos de sol de media tarde. Presion con la palmade la mano la corteza del rbol durante unos segundos ms y le susurr:

    Algn da, quiz, volver.Alcanzar a Hallia no me result fcil, ya que trotaba velozmente entre los

    rboles. Sin duda, ella habra sugerido que nos transformramos en ciervos, peroera consciente de que yo necesitaba transportar al bolarva. Pero incluso sobre dospiernas, mi amiga saltaba cmodamente por encima de las races y de los troncoscados, mientras que yo pareca engancharme la tnica en cada rama junto a la que

    pasaba. El pesado fardo del bolarva no me ayudaba, ni la pinza con la que enocasiones intentaba pellizcarme.

    Resollando, finalmente llegu a su altura.Ya sabesjade adonde nos llevas?Se agach para pasar por debajo de la fragante rama de un tilo.Si ste es el bosque que recuerdo, los pastos de verano estn hacia el oeste.

    Espero encontrar pronto algo que me resulte familiar.Y yo espero encontrar un poco de agua. Para librarme de este... Apart

    de un manotazo la pinza descarriada. Este equipaje.Anduvimos entre los rboles un buen rato, oyendo slo el crujido de nuestras

    pisadas sobre el mantillo o el correteo ocasional de una ardilla por una rama. Alcabo de un rato, procedente de una caada que se abra ante nosotros, omos ungolpe seco que se repiti varias veces. Una espada. O un hacha, golpeando ycortando. De pronto, entre las ramas sopl un quejumbroso viento, que fueaumentando hasta convertirse en un cacofnico gemido.

    Ambos nos quedamos petrificados. Cog a Hallia por el brazo.No podemos hacer nada por salvar este bosque, pero quiz podamos

    salvar al menos un rbol.Ella asinti.Siguiendo el ruido de los hachazos, corrimos caada abajo, pisoteando la

    espesura de zarzamoras que cubran la ladera. Aunque me esforc cuanto pudepor mantener el paso de Hallia, pronto me dej atrs. En una ocasin, tropec conuna rama cada, aterric y me di un fuerte batacazo en el pecho. Al momento,recuper la vertical y segu corriendo pesadamente ladera abajo.

    Casi enseguida, el terreno se nivel y llegu de sbito a un estrecho clarocubierto de hierba. All estaba Hallia, con los brazos cruzados, enfrentndose a unhombre que empuaba una tosca hacha. Sus orejas, como las de la mayora de losfincayranos, eran ligeramente puntiagudas por arriba. Pero eran sus ojos lo quellamaba la atencin: llameaban de ira contra la joven que osaba interponerse entrel y el alto y nudoso pino cuyo tronco presentaba una mella en forma de cua.

    Aprtate, nia!El hombre blandi el hacha ante Hallia y su tnica revolote a su alrededor.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    35/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 35 de 156

    Detrs de l haba una mujer con una expresin tan descompuesta como sualborotado cabello. Sostena en brazos a una nia de pocos meses que llorabadesconsoladamente y pataleaba con sus flacas piernas.

    Aparta! repiti, exasperado. Slo queremos un poco de lea. Alzel hacha en actitud amenazadora. Y pronto la tendremos.

    Para eso no necesitis cortar todo un rbolobjet Hallia, sin arredrarse. Y menos uno tan viejo como ste. Adems, hay mucha lea por el suelo aqumismo. Espera, os ayudar a recoger una poca.

    Est demasiado hmeda y no arderreplic el hombre. Ahora, hazte aun lado.

    Me niegodeclar Hallia.Todava resoplando por la carrera, me situ a su lado.Lo mismo digo.El hombre nos lanz una mirada asesina. Su hacha subi an ms.Nuestra hija necesita calor se lament la mujer. Y tomar un bocado

    caliente. No ha comido nada desde ayer por la maana.La expresin de Hallia se suaviz y la joven lade la cabeza, desconcertada.Por qu no? Dnde vivs?La mujer titube e intercambi una mirada con su marido.En un pueblodijo al fin, con cautela no muy lejos de la cinaga.Te refieres a las Marismas Encantadas?pregunt, tras una fugaz mirada

    a Hallia. No estaban muy lejos de aqu?La mujer me mir de una forma extraa, pero no dijo nada.Est donde est vuestro pueblo insisti Hallia, por qu no estis all

    ahora?

    Haciendo caso omiso del gesto del hombre indicndole que guardarasilencio, la mujer empez a sollozar.

    Porque... lo han invadido. Ellos.Quines?El hombre cort el aire con su hacha.Los espritus de la cinaga respondi, hurao. Y ahora echaos a un

    lado.En ese momento, el bolarva asom su bigotuda cara por el borde del

    cabestrillo. En el acto, al ver el hacha, gimote sonoramente y volvi a enterrarseapresuradamente en los pliegues de la tela.

    Invadido? repet. No me suena que los espritus de la cinagahubieran hecho antes algo parecido.

    La mujer intent que su pequea le chupara el dedo, pero la nia lo rechaz.Nuestro pueblo ha estado en los lmites de las marismas durante ciento

    cincuenta aos y tampoco nosotros habamos odo nada igual. Sus chillidos yaullidos s, naturalmente, los omos cada noche. Peor que una ria de gatos! Perosi los dejbamos en paz, ellos hacan lo mismo con nosotros. Hasta que... todo esocambi.

    Su marido dio un paso hacia donde estbamos, esgrimiendo el hacha.Basta de charlaexclam secamente.

    Espera orden. Si es fuego lo que queris, conozco otro modo deobtenerlo.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    36/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 36 de 156

    Antes de que tuviera tiempo de objetar nada, levant mi cayado por encimade mi cabeza. Con las yemas de los dedos identifiqu uno de los grabados de sucaa, la silueta de una mariposa tallada en la madera. Con la mano libre, seal unmontoncito de agujas de pino y ramitas que haba cerca de los pies del hombre. Ensilencio, convoqu el poder de Cambiar, dondequiera que se encontrase. Aunque

    no soplaba viento alguno, mi tnica se hinch repentinamente y las mangasempezaron a ondear. Al verlo, el hombre solt una involuntaria exclamacin,mientras que su mujer retrocedi varios pasos.

    Con una cadencia lenta y rtmica, pronunci las antiguas palabras paraencender fuego:

    Estn brotando las llamasen el bosque y el marjal;ms brillantes que pupilas,

    fuera del saber mortal.Padre del calor, te debo

    fragua, yunque y martillo.Madre de la luz, deseover tu fuego infinito.

    La lea empez a crepitar. Las agujas de pino se curvaron, al tiempo que lacorteza se rajaba y restallaba. Una fina columna de humo se elev hacia el cielo,cada vez ms firme y densa, hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, las ramitas, lacorteza y las agujas ardan en llamas.

    El hombre aull y se alej de un salto. Aun as, el dobladillo de su rasgadatnica se encendi con una chispa y empez a arder. Arrancando

    apresuradamente un manojo de hierbas largas, el hombre sacudi con l las llamaspara apagarlas. Su mujer retrocedi un poco ms, sujetando con fuerza a su hijita.Por fin, una vez extinguido el incendio de su tnica, el hombre se encar

    conmigo. Durante un rato me escrut en silencio.Brujeragru al cabo. Brujera maldita.No, norepliqu. Slo es un poco de magia. Quiero ayudaros. Seal

    las chisporroteantes llamas. Acrcate. Con este fuego, se puede calentar toda tufamilia, no slo la comida.

    Mir de soslayo a su mujer, cuyos ojos expresaban una mezcla de terror yanhelo, y la sujet por el brazo.

    Nuncaespet. No queremos ningn fuego de hechicero!Pero... es lo que necesitis.Sin atender a mis protestas, atravesaron el prado y se retiraron hacia los

    rboles. Hallia y yo nos quedamos all, boquiabiertos, hasta que el ruido depisadas y el llanto infantil se volvieron inaudibles para nosotros.

    Baj la vista hacia mi sombra y la sorprend palmendose los costados. Meestaba haciendo burla! Salt sobre ella con un rugido. Hallia gir sobre sus talones,pero un instante antes de que viera la sombra, sta volvi a la normalidad y slose movi como yo. Hallia me mir con incredulidad.

    Era yo el que echaba humo cuando apagu el fuego con un fuerte pisotn de

    mi bota. Mi sombra, para mayor irritacin por mi parte, hizo lo mismo, pero conmucha ms energa.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    37/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 37 de 156

    Mi intencin no era asustarlosdije con un suspiro, sino ayudarlos.Hallia me observ con tristeza.Las intenciones no lo son todo, joven halcn. Creme, lo s. Por un

    instante, pareci que tuviera ganas de aadir algo ms, pero se reprimi. Seal enla direccin por donde se haba marchado la familia. Despus de todo, ellos no

    tenan intencin de matar a este pobre rbol. Slo queran encender una hoguerapara su hija.

    Pero si es lo mismo!Que intentaras enviar al bolarva a casa y, en cambio, nos trajeras a todos

    aqu es lo mismo?Not que me ardan las mejillas.Esto es completamente distinto. Hice girar el tacn de mi bota sobre los

    rescoldos. Por lo menos, esta vez la magia ha funcionado. Slo que no como yoesperaba.

    Escucha, has hecho lo que has podido. Slo lamento... Oh, ni siquiera estoy

    segura de qu lamento. Contempl las moribundas brasas. Pero a veces esmuy difcil hacer lo correcto.

    Por eso no debera ni intentarlo?No. Slo intentarlo con cuidado.La mir de hito en hito, todava molesto. Despus, volvindome hacia el pino

    daado, se me encogi el estmago al ver el tamao de la herida.Es posible que pueda hacer al menos una cosa bien, en el da de hoy.Me arrodill al pie del anciano pino, extend un dedo y toqu la viscosa y

    aromtica savia que manaba del boquete. Era ms espesa que la sangre y de untono ms claro, ms mbar que rojo. Aun as, se pareca mucho a la sangre que

    poco antes manaba de mi hombro. Escuch el susurro apenas audible de sustemblorosas agujas. Despus, con gran delicadeza, apoy ambas manos sobreaquel punto, con el deseo de que la savia se contuviera, que cerrara la herida.

    Al rato, not que la savia se coagulaba bajo las palmas de mis manos. Lasretir y tritur varias agujas de pino del suelo, que esparc con delicadeza sobre lazona. Acerqu el rostro y sopl varias veces, lenta y prolongadamente, sin dejar deenviar pensamientos a las fibras del rbol. Enterraos hondo, races, y aguantad con

    firmeza. Elevaos alto, ramas; unos al aire y al sol. Corteza, crece gruesa y resistente. Y t,madera: mantnte robusta, crece bien.

    Por fin, cuando me pareci que ya no poda hacer nada ms, me separ del

    tronco. Me volv para hablar con Hallia, pero antes de que empezara, otra voz seme adelant. Nunca la haba odo: exhalada, vibrante y extraa, compuesta mspor aire que por sonido. Pero enseguida supe que era la voz de aquel rbol.

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    38/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 38 de 156

    6Enraizados

    Para mi asombro, el rbol no hablaba con la lengua de los pinos, aquellenguaje de silbidos y susurros que yo haba acabado aprendiendo, sino en lalengua comn de Fincayra. La misma en la que Hallia y yo nos hablbamos! Sinembargo, su airosa voz y su cadencia, que se meca como un retoo al viento, erandistintas. Sorprendentemente distintas. Nunca haba odo a nadie hablar o, adecir verdad, cantar de aquel modo:

    Como lombrices van mis racescreciendo, tejiendo...

    arbreos tapices.Ao tras ao, hoy como antao,sus fuerzas aliento.

    Arraigad felices!Aunque mis ramas me tienen

    en un regio manto envuelto,con mis races se sostienen.

    Son aprendices.Son aprendices.

    Retroced, amedrentado. Al instante, mi hombro choc contra el de Hallia.Sus ojos, ms grandes que de costumbre, enfocaban el rbol. Del interior de lospliegues de mi cabestrillo, otro par de ojos redondos, junto con unos bigotestemblorosos, se asomaron an ms. De pronto, el rbol entero se estremeci, conun dolor tan evidente que yo tambin me estremec. De sus ramas sedesprendieron esquirlas de corteza, hmedas de savia, que cayeron como lgrimassobre el prado.

    Ya llega el da que ms tema:Sablazos, hachazos...

    El hombre porfa.

    Ciego de furia por la penuria,me parte en pedazos.

    Y yo nada le hara!Todo cuanto haba aprendido

    sucumbir entre sus brazos,sin que yo le haya agredido.

    Razn no haba!Razn no haba!

    La jadeante voz subi de tono, ahora era casi un silbido. Sent un agudodolor en las costillas, como si me hubieran clavado un cuchillo en el costado. Pero

    el rbol continu:

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    39/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 39 de 156

    No hay esperanza, el fin me alcanza.Mas llega un amigo!

    No habr matanza!

    Al orlo, Hallia me cogi la mano. Fuera por el contacto o por el nuevo tonodel rbol, el dolor de mis costillas empez a remitir. Poco a poco, enderec laespalda y me ergu en toda mi estatura, al tiempo que el rbol haca lo mismo.

    Lo desafiaste, su hacha frenaste.Huye el enemigo!

    No deseo venganza.Mis ramas al cielo extiendo

    y libremente me doblo,porque seguir viviendo.

    En confianza.En confianza.

    El gran pino agit sus ramas ms altas jubilosamente. A continuacin, con unfuerte crujido, hizo girar el tronco sobre su eje un cuarto de vuelta, primero haciaun lado y despus hacia el otro. Y comprend que el rbol estaba estirando susmsculos. Preparndose para alguna extenuante proeza.

    A media altura del tronco se abri un par de rendijas entre sendas franjas decorteza... dejando al descubierto dos esbeltos ojos ondulados, oscuros como latierra ms frtil. Los ojos nos escrutaron con intensidad durante varios segundos,antes de dirigirse por fin hacia el suelo. Inesperadamente, toda la maraa de racesvisibles empez a temblar, sacudiendo al rbol lo suficiente para ducharnos deagujas, de ramitas y de corteza. La madera cruji y restall. Por el aire volaron

    terrones de tierra, arrancados por las races.La mano de Hallia oprimi la ma con ms fuerza. El bolarva chill,

    aterrorizado, y luego hundi la cabeza hasta el fondo del cabestrillo.En ese momento, una raz enorme se comb, se retorci... y se desenterr del

    suelo. Esparciendo tierra en todas direcciones, la raz sacudi la hierba como sifuera un nudoso ltigo peludo. Lentamente, despleg centenares de zarcillos paraequilibrarse. El tronco se inclin hacia un lado, apoyando la mayor parte de supeso en la raz desenterrada. En el lado opuesto, se liber otra raz. Luego, otra. Yotra. Los terrones volaban por doquier.

    Por fin, el rbol se qued quieto. Pero ahora no estaba anclado en el suelo,

    sino encima de l. Ante mis ojos y los de Hallia, que estaban fijos en los ojos decolor tierra, el rbol elev una ancha raz y dio un paso hacia nosotros.

    No salimos huyendo. Por el contrario, permanecimos inmviles comoplantones, aspirando intensamente el hmedo y resinoso aire que nos envolvacomo un fragante capote. Pues sabamos que nos encontrbamos ante una de lascriaturas mejor disfrazadas de todo Fincayra. Una criatura capaz de ocultarse tanbien que pasaban dcadas, a veces incluso siglos, sin que nadie reparara en algunode su especie. Una criatura cuyo nombre, en la antigua lengua, era nyn-niaw

    pennent: siempre presente, nunca hallado.Un rbol andante.

    Con pesados y fatigosos pasos, el rbol andante se aproxim. Detrs de l, unrastro de hierba hmeda centelleaba a la luz del sol. Finalmente, cuando estaba

  • 7/28/2019 Barron, T.a. - Joven Merlin 04 _ El Espejo de Merlin

    40/156

    T. A. Barron El Espejo De Merlin

    Pgina 40 de 156

    casi sobre nosotros, se detuvo. Sin apresurarse, las puntas ms remotas de lasraces del rbol rodearon con delicadeza nuestros tobillos, oprimiendo nuestra pielcon suavidad. Hallia y yo sonremos, pues ambos percibimos la misma clidasensacin ascendiendo por nuestras piernas y difundindose por todo nuestrocuerpo.

    En un tono profundo y exhalante, el rbol volvi a cantar:Entrelazados, siempre apiados,a merced del viento...