baruyera una tromba lesbiana feminista, nº 6

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UNA TROMBA LESBIANA FEMINISTA ¿Las lesbianas somos mujeres? Entre la raza y la pared proletaria de la feminidad ¿Qué me pongo para estas fiestas? No practico la maternidad Gorda Ninguna agresión sin respuesta Estado proxeneta Abriendo la petaquita: mi biografía sexual Corazón de chocotorta Lipstick nevermore Cuéntame tu primera vez Fea Batman ha muerto Dinamitarlo todo BARUYERA De charla con Liliana Felipe y Jesusa

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aquí está, para releer o leer por primera vez, para conpartir, difundir, etc.Y no te olvides: comprar la revista impresa y leerla en espacios públicos es un acto politico contra las normas heteropatriarcales. Pedela a [email protected]én tu colaboración económica suma y ayuda a la continuidad y crecimiento de Baruyera. Escribinos a [email protected]

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U N A T R O M B A L E S B I A N A F E M I N I S T A

¿Las lesbianas somos mujeres?

Entre la raza y la pared

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taria

de la

femi

nidad

¿Qué

mepongo para estas fiestas?

No practico la maternidad

Gorda

Ninguna agresión sin respuesta

Estad

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taAbriendo la petaquita: mi biografía sexualCo

razó

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coto

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Lipstick nevermore

Cuéntame tu primera vez

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todo

BARUYERADe charla con Liliana Felipe y Jesusa

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número 6, año 2verano 2009

As i hablóBaruyustra:

B AT M A N H A M U E R T O

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historias inauditas:testimonios de mujeresque decidieron elegir

artículos y autorxs

editorial:¡hay una lesbiana en lamesa! y se le nota...por gabi dv

cabecitas negraspor yuderkisespinosa

periodistas enoaxaca ¿demasia-do jóvenes parasaber?

lógicas desviadashoy: lipstick nevermorepor kimiko

lesbianas por el derechoal abortopor verónica marzano

vaciando lapetaquita: mi biogra-fía sexualpor sonia gonorazky

las políticas sociales delestado proxeneta

por christian gruenberg

entrevista: Liliana Felipey Jesusa Rodríguez

¿las lesbianas somosmujeres? qué opinala CEDAWpor verónica marzano

ninguna agresión sinrespuesta: entrela raza y la paredpor luciana sánchez

caospolitan aconseja:cuentános tu primera vez

por presunta extremista

polaroid de locuralésbica 6

por charo márquez ramos

"borrador para un dic-cionario de las amantes"homenaje a cuadernosde existencia lesbiana

corazón dechocotortapor gabi dv +alyen

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educación religiosaobligatoria en laprovincia de salta

Baruyera, una tromba lesbianafeminista. Redacción, corrección ydiseño: Sonia Gonorazky, AmaliaHidalgo, CharoM á r q u e zRamos, GabiDíaz Villa,V e r ó n i c aMarzano.

I n v i -tadxs :L u c i a n aS á n c h e z ,Chr i s t i anGruenberg,A y e l é nB r u n e t ,Yu d e r k i sEspinosa ,Cero en Conducta, Puertas Abiertas al Sur, Zula, AnaMines, Adriana Carrasco, Alejandra Ciriza,Cuadernos de Existencia Lesbiana.G r á f i c a :T o r t i n a ,Cristina Coll yAyelén BrunetC o r r e c t o r ai n v i t a d a :C a n e l aC . O . C . A .Gavrila

Editoras responsables:Sonia Gonorazky y Vero Marzanotel: (54 1 1) 4 5 72 41 1 2

CADA AUTORX ES ADULTX, LÚCIDX YS U P U E S -TAMEN-T EC O N S -CIENTEDE SUSACTOS.NO ASU-M I M O SRESPON-SABILI-D A DALGUNA POR LASDESOBEDIENCIASQUE SUS TRABAJOSINDUZCAN EN LXSLECTORXS DE BARUYERA.

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1

porteñas al borde: esta vez,cara a cara con el veranopor charo márquez ramos

de norte a sur: lesbianasen santiago del estero

y el bolsón.

la lesbiana invisiblepor ayelén brunet +sonia gonorazky

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contratapa

simone de beauvoir: delcuerpo, la libertad y lasexualidadpor alejandra ciriza

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manual de sexogratuitopor jesusa rodríguez

tortinapor tortina

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Prop

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AGRADECEMOS A XMENOSY SU APOYO A BARUYERA

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contradicciones de la existencia lesbianapor adriana carrasco

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“… deliberadamente en el armario con respecto a alguien que espersonal, económica o institucionalmente importante…”1.

Le sostenés la mirada, le tocás la cintura al pasar, y así toda la noche; sabésque quiere besarte, si estuvieran solas se besarían –solas, con amigas, en unboliche, incluso en muchas calles, hoy en día, se besarían–. Pero no estánsolas.

Le sostenés la mirada, se rozan los tobillos debajo de la mesa, se sonríen amedias.

La dependencia suele ser muy opresiva para quienes, rebeldxs sin causa –visible–, siguieron otras reglas –o ninguna–, para todxs aquellxs que estánfuera del closet de alguna manera –digamos así, muuuuuyyyyy generalizada-mente–.

Siempre hay alguien a quien preferís mantener más o menos lejos, y sin opor-tunidad de herirte, sin motivos y sin herramientas para herirte. Alguien de quientemés su odio, su desamor, o las consecuencias de. (Da igual, claro, simbólicoo material, mismo de eficaz) Siempre hay alguien a quien sabés capaz de lasalvajada: una cara de asco, incluso decirlo en voz alta; una cara de estuporpreocupado, “¡¿delante de los chicos?!”.

La dependencia es aquella herramienta que tienen para herirnos. Cuando nues-tras felicidades dependen de las felicidades de otrxs, de aquellxs a quienesamamos…

Vení, pero sola. Vení, pero vestite bien. Vengan, pero no se besen.

Vení a escuchar el relato fantástico de tu mamá, explicando cómo tu “amiga”quedó varada en otra ciudad, lejos de su familia, y por eso…

Vení a escuchar a tu papá explicar tu cuerpo: hace natación, hace tenis, el pelocorto es más cómodo, es alérgica a la cera. Está deprimida, por eso no searregla.

Todxs queremos pasar las fiestas en paz, y la parodia de la familia feliz exigeque todos y todas estemos allí para comer pan dulce. Pero no todxs. Que no senote que hay unx todx. Ni el tío ni la abuela quieren enterarse. Si estuvieransolas se besarían -solas, con amigas, en un boliche, incluso en muchas calles,hoy en día, se besarían-.

Parece que, a veces, la visibilidad se materializa en la ausencia.

1 Sedgwik, Eve. Epistemología del armario. Ed. de la Tempestad, Barcelona. 1998. (Pág. 92)

¡hay una lesbiana en la mesa!

y se le nota...

editorial

Por gabi dv

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LILIANA YJESUSA ENARGENTINA

primer festival interna-cional por la vida, lasalud y los derechosde las mujeres

Los primeros días de diciembre, recibi-mos inesperadamente la confirmación deque podíamos encontrarnos con LilianaFelipe para hacerle una breve entrevis-ta. Las condiciones no fueron demasia-do buenas (nos citaron a última hora, undía que «La Felipe» no había hecho otracosa que responder, desde temprano, lasmismas preguntas; al fin y al cabo losespacios que no son esencialmente co-merciales no son prioridad para lxs agen-tes de prensa. LILIANA y Jesusa conver-san con Sonia de revista Baruyera, Anade Flores Fucsias y Zula de Indymediaantes del Festival.

SONIA: La primera pregunta tiene quever con relacionar las cuestiones de arte,cuerpo y política. Ustedes el año pasado(2007) participaron aquí en Buenos Ai-res del evento Corpolíticas.

LILIANA: Sí, organizado por el InstitutoHemisférico.

SONIA: Tal cual, y ahora están partici-pando en el primer festival por la vida,los derechos y la salud de las mujeres….¿qué relación encuentran entre cuerpo ypolítica, entre arte y política, cómo se in-miscuye ahí la cuestión del abortoy…bueno, si tienen ganas a pesar delcansancio, contarnos cómo creen que seinmiscuye el lesbianismo, o la lesbian-dad en todo esto?

LILIANA: Ah! El cuerpo….

JESUSA: El cuerpo es una mercancía yno ha dejado de serlo. Mientras no dejede ser una mercancía seguirán faltándo-le el respeto, las mujeres seguirán sintener la posibilidad de decidir sobre suscuerpos porque mientras se vea a laspersonas como inferiores, mientras hayadesigualdad no hay nada que hacer, yaquí la desigualdad es el tema. Yo creoque no hay un tema más importante enla cuestión de las mujeres que esa des-igualdad. Todavía no se considera quelas personas somos iguales pobres, ri-cos, mujeres hombres o lo que sea. Todolo demás es disfrazar el tema. El cuerpode las mujeres sigue siendo una mercan-cía, y es una mercancía negociable encualquier país de Latinoamérica. EnMéxico hasta el cadáver de las mujereses negociable. No sólo vivas, tambiénmuertas las puedes vender. Entoncesmientras eso siga existiendo no hemosavanzado mucho. Sentimos que vamosavanzando pero en verdad el cuerpo delas mujeres pobres sigue siendo sin serconsiderado un ser humano, es una mer-cancía igual que el dinero.

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"cuando la gen-te pierde elmiedo comien-za la revolu-ción"

"En Oaxaca, pormás que los matena todos, la semillade la revolución yaestá puesta"

LILIANA: Y el de las ricas, es un cuerporico, pero igualmente degradado.

JESUSA: Es una joya...

LILIANA: Con operaciones, sus estiradasy sus tetas y sus nalgas postizas y susanimales muertos encima.

ZULA: Ustedes en su arte tienen una mi-rada que podría decirse feminista, perotambién una mirada de clase.

JESUSA: Bueno es que nuestro país, enMéxico, la situación de auto racismo estremenda. Tú ves en la vida cotidianacómo no solamente no puedes accederal mundo de la gente más humilde, sinoque no te lo permite la gente más humil-de, tú sigues siendo güerita, la señorita.

Nosotras lo que hemos tratado es de tra-bajar cada vez más con la gente más hu-milde, y de veras trabajar con ellas. A míme interesa en este momento muchomás lo que hacemos por ejemplo en elmovimiento de la Resistencia Civil quees un movimiento de gente muy pobre,que todo lo que antes podíamos vivir detener reuniones o fiestas con los amigos,o los actores. A mí en lo personal megusta cada vez menos, prefiero el mun-do de la gente más humilde, les veo conmás conciencia como seres humanos.

Empiezo a sentir una repulsión muy gran-de por la gente rica, casi por la mayoríade los ricos, me resulta como una cosadesagradable… hay algo allí que yo yano tolero.

LILIANA: pero ¿no estás haciendo lo mis-mo?

JESUSA: No se puede tolerar la intole-rancia… ¿se puede tolerarla? Yo digo no,yo creo que un fascista es un fascista.Entonces soy intolerante. Y lo mismopienso con los ricos, yo no tengo por quétolerar, o por qué respetar a un esclavis-ta, un explotador, a un miserable que viveencima de los niños, de las mujeres; notengo por qué respetarlo. Es decir, yoquiero la igualdad, y voy a respetar a lagente que viva como igual, a los demásno los puedo respetar, en ese sentido lodecía…

SONIA: Este trabajo que están haciendoahora, ¿lo hacen sólo con mujeres….?Porque uds. hace un par de años estu-vieron trabajando específicamente conmujeres indígenas.

LILIANA: Eso ya terminó… (Hace gestode tristeza) fue un trabajo con diferentescomunidades indígenas en México. A míme duele mucho recordarlo, porque fue

una experiencia muy fuerte, muy…. Muydifícil. Cuando escuchas el primer día quede las cien mujeres en el salón ochentay ocho fueron violadas y luego tuvieronhijas que también fueron violadas… bue-no, sale una como muy shockeada. Perosi eso mismo lo escuchas durante dosaños, se convierte en algo intolerable, yeso es un poco lo que me pasó a mí. Di-mos un año y medio esos talleres comopara dos mil mujeres, y en un momentome dije: me tengo que retirar, porque yano podía mi cerebro volver a oír la mis-ma historia contada con los detallitos. Aellas les servía mucho porque se dabancuenta de que no eran las únicas, enton-ces eso les hacía tener fuerza para to-mar acciones legales o cosas así…. Peropara mi fue demasiado fuerte.

ZULA: ¿Cuál es la situación actual enOaxaca? Aquí la información que llegaes muy sesgada. Sólo los medios de in-formación independientes como Indyme-dia México nos acercan algunos relatosconfiables. Ustedes que están allá ¿cómolo viven?

JESUSA: Oaxaca es el estado más de-predado y a la vez el más bello de Méxi-co. Hace cien años en Oaxaca existía unlugar que se llamaba Valle Nacional, situ lees lo que ocurrió allí no lo podríascreer. Es uno de los más graves horro-res que he leído en mi vida del maltratoa las personas, de cómo se asesinó, seesclavizó y deshizo a las personas allíen 1908. Todavía hoy existe El Valle Na-cional. Las masacres no sólo como ge-nocidio: primero te voy a explotar y lue-go te voy a matar de la peor manera po-sible. Eso ha ocurrido desde siempre enOaxaca. La perpetuación de la tortura.Si tú tienes esa herencia de terror, de

dispersión de las familias, de llevar almáximo grado de cansancio a las perso-nas para luego tirarlos a los cocodrilospara no enterrarlos por ejemplo, si esaes la historia de tus abuelos que no vamás allá de 1910, rebelarte es muy difí-cil. Las huellas que deja ese grado decrueldad son terribles.

Pero los pueblos originarios de Oaxacalo han logrado. Han logrado ponerse depie. Reunirse esas personas que tienenuna historia terrorífica y lograr construiruna red de rebeldías. Así nace la APPO.

Pero ¿qué pasa? El gobierno en Méxicotiene muy aceitado el mecanismo de re-presión y también de ocultamiento. Haninfiltrado a la APPO con técnicas pareci-das a las utilizadas en Colombia y hanlogrado hacerlo aparecer como un movi-miento violento a un movimiento auténti-camente indígena popular.

Por ejemplo ahora aparece un periodis-ta que acompañaba la causa de la gentede la APPO asesinado, entonces el go-bierno dice que éste es un movimientotan violento que asesina a sus propiossimpatizantes. Se asesina a sí mismo.

Y la gente le cree a los medios obvia-mente. Además en un país donde todo

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Con esta frase, Felicitas Martinez de 22 años y Teresa Bau-tista de 24 abrían cada edición de su programa de Radio “Lavoz que rompe el silencio” en Oaxaca.

Las dos luchadoras, militantes indígenas, locutoras y repor-teras , fueron asesinadas el 7 de abril de 2008 en las inme-diaciones de la comunidad de Llano Juárez.

Como integrantes de la FM 94.9, formaban parte de la redde Radios de Comunitarias Indígenas del Sureste Mexicanointegrada por 16 emisoras de Oaxaca y el sur de Veracruz. Elcrimen ocurrió mientras viajaban en un auto con un com-pañero y primo de Felicitas.

Sus compañerxs, familiares y otrxs periodistas aseguran queel asesinato tiene directa relación con el levantamiento yorganización de los pueblos indígenas de aquella zona y conla violencia contra las mujeres que por aquellos lugares, se-gún los relatos , tiene dimensión de “tragedia cotidiana”.

La red de Radios Indígenas hizo público su repudio al cri-men con una extensa carta, uno de cuyos párrafos más so-bresalientes dice:

“El derecho a la comunicación, a conocer y acceder a la in-formación, es un derecho de todos y todas las mexicanas,nuestras compañeras Felicitas Martínez y Teresa Bautista,ejercían ese derecho en beneficio de sus pueblos y por ellofueron asesinadas, su muerte es una muestra más de la vio-lencia extrema en contra de las mujeres en nuestro país, unamuestra de que las mujeres han sido y siguen siendo consi-deradas como un botín político y que sus derechos puedenser pisoteados sin ningún castigo.”

Otra de las elocuentes y preminitorias friases de las conduc-toras triquis era: “Yo soy rebelde porque el mundo me hahecho así, porque nadie me ha tratado con amor, porquenadie me ha querido nunca oír”.

El asesinato no silenció las voces de Felicitas y Teresa enOaxaca. Las mujeres de su comunidad tomaron la radio ysiguen transmitiendo y muchas otras compañeras del mun-do las llevan como bandera de lucha.

es encubrimiento, corrupción y complicidad es difícil creeren un movimiento que no esté dentro de esas redes. Ytambién es difícil sostener ese movimiento. Se vuelve muyvulnerable.

Actualmente la APPO no ha desaparecido si no que setuvo que replegar por el alto grado de infiltración a partirdel estado tan brutal. Pero lo que tu vez en Oaxaca notiene vuelta atrás, cuando la gente pierde el miedo co-mienza la revolución. Y allí se perdió el miedo.

Está bien, no pudieron en los primeros intentos, pero estono se murió, va a seguir avanzando, lentamente, pero avan-zando. Como los zapatistas, lo mismo, ahora están reple-gados pero ya no los detienen nadie porque ya es un pue-blo de indígenas, originarios, que fueron masacrados alextremo y que ya regresaron de ese trauma para decir«hasta aquí» y eso ya no se regresa, hagas lo que hagas,aunque los mates a todos, la semilla de la revolución yaesta puesta. ¿Cuánto tiempo va a tardar en México?¿Como vamos a hacer para que no sea una revoluciónviolenta? No sé. Pero eso estamos intentando que seauna revolución pacífica.

ZULA: Pero el estado arremete con gran violencia

JESUSA: La violencia del estado es la máxima y más cuan-do la gente perdió el miedo. Porque si lograron exterminara miles de personas a través reprimir y esclavizar es por-que tenían miedo. Ahora, cuando la gente pierde el miedoahí se acabo todo para la oligarquía pero eso lleva susaños. Por eso yo creo que hay muchos movimientos enMéxico, los zapatistas, la APPO y en todo el país hay pe-queños movimientos, compuestos por gente humilde, esoes lo que es interesante, no son movimientos de clasemedia. La clase media no participa porque tiene miedo yeso sucede porque la clase mayoritaria, que es la clasetrabajadora, perdió el miedo y arrasará con la clase me-dia. Yo estoy confiada en que algo bueno va a pasar.

SONIA: ¿En Oaxaca las mujeres tuvieron un rol muy im-portante, verdad?

JESUSA: En todo México, las mujeres indígenas que hansido las más cruelmente tratadas desde siempre y son lasque se han empezado a levantar desde hace 130 añospara acá. Por ejemplo las dos jovencitas triquis que mata-ron al principio de este año (ver recuadro aparte), dosmujeres muy jóvenes, indígenas, nacidas con una lenguaindígena, que estudian periodismo y lograron tener una

“Algunas personas piensan que somos muy“Algunas personas piensan que somos muy“Algunas personas piensan que somos muy“Algunas personas piensan que somos muy“Algunas personas piensan que somos muyjóvenes para saber, pero deberían saber quejóvenes para saber, pero deberían saber quejóvenes para saber, pero deberían saber quejóvenes para saber, pero deberían saber quejóvenes para saber, pero deberían saber quesomos muy jóvenes para morir”somos muy jóvenes para morir”somos muy jóvenes para morir”somos muy jóvenes para morir”somos muy jóvenes para morir”

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radio extraordinaria en Oaxaca, son asesinadasde la manera más vil. Lo paradójico es que la pren-sa asegura que las balas no eran para ellas sinopara el chofer del auto en el que viajaban. O seala violencia contra las mujeres es tal que ni siquie-ra existen. Ni siquiera tienen la oportunidad des-pués de muertas, de ser rebeldes. El discurso esque "ni siquiera era para ellas". Estas muchachaslogran heredar una frase extraordinaria, que aho-ra es un lema para las mujeres Oaxaqueñas (verrecuadro).

En Oaxaca y en todo México las mujeres tomaronlas radios, los comedores, los espacios de luchapacífica. Tú dices "¿quiénes tienen el conocimientotécnico para operar una radio?" y ahí ves que eranmujeres. Hay muchas mujeres indígenas con doc-torados, que hablan su lengua, español e inglés,las mujeres originarias están muy evolucionadasporque tienen la cosmovisión indígena y la occi-dental a la vez.

Esto nos está mostrando una revolución pacíficay cultural. A ellas no se les ocurrió tomar las ar-mas sino las radios. Y esa es una de nuestras ma-yores esperanzas de lograr una revolución pacífi-ca. Estas mujeres son para mí la gran esperanza.

ZULA: En Ciudad de México se logró la legaliza-ción del aborto, qué piensan de esto y ¿no consi-deran que muchas veces en estas luchas falta lavoz de las mujeres pobres?

JESUSA: Eso tiene un doble filo porque tambiénes muy importante representar a la gente queno puede tener voz. Es muy importante quetodas las mujeres que se mueren en las clí-nicas clandestinas tengan la posibilidad deque otras mujeres como las que organizaneste Festival les den voz para que el aborto selegalice. Aunque sean de clase media, feminis-tas, aunque ésta ya no es su causa porque ellasse pueden pagar un aborto, como tampoco esnuestra causa, nosotras no nos vamos a em-barazar nunca, es importante que ellas hablen,que reclamen, porque si esperamos que las víc-timas del aborto clandestino logren tener vozpara legalizarlo nos vamos a tardar mucho más,entonces de alguna manera sí tenemos que darvoz a esas mujeres.

Yo siempre digo de cualquier lucha, que hastaque no llega a ser las lucha de las propias víc-timas no se gana, pero por ejemplo en la ciu-dad de México ya se logró que el aborto sealegal gracias a manejos políticos y a la presiónde las feministas y cuando vos ves que esto selogra y que ahora ya las mujeres pobres de laciudad de México pueden abortar sin arriesgarla vida, dices bueno, valió la pena. Claro quefue por razones múltiples que se juntaron paraque esto pasara, pero qué importante que lasmujeres ya no se van a morir. Desde ya quenunca vamos a poder hablar por ellas ni estaren su situación, nadie lucharía mejor que ellas,pero al menos ya las mujeres mexicanas no semueren por aborto clandestino, ojalá no se mu-rieran en ningún lado.

¿Por qué hace falta explicitar que sos lesbiana paraluchar por el aborto legal? Esta es una típica “pre-gunta frecuente”. Las respuestas, con sus mati-ces según quién sea el interlocutor, tienen siem-pre el mismo argumento: porque el aborto esuna cuestión política. Corpo-política.

Es por eso que fuimos a la legislatura porteña aseguir el debate sobre aborto no punible, es poreso que apoyamos a las compañeras que estánen la campaña por el aborto legal seguro y gra-tuito y es por eso que hacemos nuestras propiasacciones fuera de la campaña con el objetivo devisibilizar la cuestión.

Que abortar sea parte de la lucha política por recuperar la soberaníasobre el cuerpo no es de los argumentos que mejor le cae al conser-vadurismo -que es inexorablemente quien ejerce el poder legal- porende posiblemente no sea una estrategia exitosa para conseguir elaborto hospitalario, pero estamos seguras que con la mera ley lasmujeres no abortaremos públicamente. Es imprescindible despena-Es imprescindible despena-Es imprescindible despena-Es imprescindible despena-Es imprescindible despena-lizar socialmente el aborto.lizar socialmente el aborto.lizar socialmente el aborto.lizar socialmente el aborto.lizar socialmente el aborto. Desestigmatizar a las mujeres que deci-den sobre sus cuerpos, sacarlas del lugar de víctimas y legitimarlas

como sujetas que de forma madura deci-den sobre sus vidas.

Abortar, en cualquier condición, es unacto de rebeldía, de insumisión, una ac-

ción más o menos deliberada y más omenos desesperada por no quedar

presa de un destino no querido. Noalcanza para soñar con horizontesde libertad, pero es una primeraescala. Arrancarle al patriarcado el

dominio institucional que ejerce so-bre la maternidad, por ende sobre nues-tros úteros, resulta ineludible para pen-sar un futuro de placeres, sentires y vivi-

res planeados y deseados como sujetas li-bres.

Como lesbianas pensamos el derecho al aborto como un movimien-to estratégico para desandar el camino patriarcal de la sexualidad, des-baratar la impostada unión entre relación sexual y reproducción ycomenzar a recorrer el de decidir cómo, cuándo, para qué y con quiéndisfrutar de nuestra sexualidad.

Para nosotras, decir Lesbianas por el derecho al aborto equivale a de-cir Lesbianas por el derecho a elegir.

por Verónica MarzanoAbortar es elegirAbortar es elegirAbortar es elegirAbortar es elegirAbortar es elegir

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aMANUAL DE SEXO GRATUITO

POR LA MAESTRA ELBA ESTÉRILSilencio por favor:Yo soy su maestra Elba Estéril María de la Concepción del Sagrado Corazón de Jesús,

pero pueden decirme Concha a secas. Soy una mujer sencilla pero humilde que siembra enlos surcos inmortales la semilla del ser y el verbo brota. Una mujer honesta pero ingenua,que jamás ha hecho nada que la avergüence sino “elevar el bien a la sublime nota” RubénDarío, Nicaragüense.

Se me ha encomendado hablar en un plan familiar y sin prejuicios del oscuro y malolientetema del sexo, así que relájense y siéntanse en total confianza, como si estuvieran oyendo lasanta misa. Mas sin embargo, no, hoy no hablaremos del sexo de los curas que tanto asustaa los niños.

Hoy hablaremos sencilla pero simplemente del sexo, así que no esperéis que os entoneal oído un artificioso proemio con encantadores acopios epilogales, no aguardéis un adornadotejido profuso en locuciones intertextuales o una suntuosa pompa de elaborados panegíricosplurisemánticos. Soy una modesta pero humilde maestra rural, y he venido a explicarleseste manual de sexo gratuito. Solo que esta vez tanto el sexo como el manual se los vamos atener que cobrar, porque no está la situación económica mundial como para andar regalandocosas gratuitas.

Bien, ábranlo donde dice introducción al sexo y permitan que sea yo personalmentequien se los introduzca:

El sexo como su nombre lo indica suena muy feo, así que desde ahora le llamaremos:MALVAVISCO. El “malvavisco” se localiza en una PARTE del cuerpo, lo cual nos indicaque el cuerpo se divide en partes –como todo lo que se divide– de ahí que al “malvavisco” lellamemos “nuestras partes”. Cuando estas partes se interrelacionan con las partes del sexoopuesto, se produce el embarazo, que por cierto es una de las pocas cosas que aún songratuitas, lo cual da por resultado la sobrepoblación mundial. Por ello, y cumpliendo connuestra labor vaginalizadora, perdón, evangelizadora, daremos ese salto que nadie se haatrevido a dar en materia sexual y hablemos aquí en el seno familiar del escabroso tema delABORTO.

El aborto es una cosa muy desagradable, tanto para quien lo provoca, como paraquien lo padece, aunque hay casos especiales, como el del famoso feto suicida. Se trata deun embrión de cuatro semanas, que tomó la decisión a tan temprana edad denegarse a existir. No hallando barbitúricos a la mano o algunaarma punzo-cortante o simplemente un revólver, e impedido delanzarse desde séptimo piso, confinado como sehallaba, en el interior del útero, decidió ahorcarsecon el cordón umbilical. Cuál no sería su sorpresaque al cumplir los nueve meses su madre encontubernio con el ginecólogo lo hizo nacer,retirándole sin miramiento alguno el cordón delcuello, obligándolo a vivir y violentando con ellosu derecho elemental al suicidio intrauterino. Yaadulto este famoso individuo ha denunciadoinfinidad de casos semejantes al suyo en el quelos médicos deciden por sobre la voluntad delembrión.

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¿Hola, Susan? ¿Que medesvié del tema delencuentro? ¡Claro que sí,ahora mismo lo regreso alsexo! (guarda su teléfono)

Otro caso interesante es el de una mujer acaudalada, conocida en la academia como“La placenta asesina” la cual en varias ocasiones intentó abortar sin haber estado jamásembarazada.

En su perfil psicológico encontramos diversas anomalías, pues siendo muy niña leyó lavida de Bernardette y quedó tan impresionada con la aparición de la virgen, que decidióconcebir de forma inmaculada. El procedimiento consistía en primer término en hacersereconstruir el himen a la manera de un matambre arrollado, en seguida recurrir a lainseminación artificial, y llegado el momento del parto practicarse una cesárea, asegurandoasí su virginidad aún después del alumbramiento.

Aunque el tratamiento completo le salió más caro que un negro con pito y todo, nuncalogró quedar embarazada y comenzó entonces suobsesión por abortar, llegando incluso alextremo de hacerse injertar un embrión desilicona, con tal de experimentar la tandeseada interrupción del embarazo.

Hablando de interrupciones,permítanme un momento, voy a contestarmi móvil (Se saca el teléfono de labombacha). Disculpen, es que, para aprovecharal máximo la tecnología, lo traigo en modo vibrador.(Contesta)

Bien, como les decía el Sexo o malvavisco, puede ser masculino,femenino o malformación genética. En el caso de los hombres incluye lapróstata aunque no incluye la operación.

Y para concluir esta ponencia magistral, usaremos como ejemplo estas bolsasde malvaviscos (reparte bolsas de malvaviscos al público).

Le voy a pedir a todos los presentes que me tomen de estas bolsas un par demalvaviscos, pero por favor no me los coman.

Ahora cierren los ojos y siéntanme la textura, la turgencia de este material blando ymaleable y no me pierdan la suavidad al contacto. Frótenme el malvavisco de muchasformas, sóbenmelo hasta que ya no me puedan distinguir dónde empieza uno y donde terminael otro, No me abran los ojos ni me anden haciendo trampas, a la que yo descubra con losojos abiertos la voy a hacer tragar malvaviscos hasta que los aborte.

Ven qué fácil es obtener placer sin tener que agarrarse las partes sucias.Sigan, sigan frotando y descubran lo profundo del malvavisco. Esto es niñas lo que se

conoce como el erotismo.Ven qué feliz puede ser el pueblo argentino con tan poco.Las argentinas son mujeres buenas que nunca abrirán los ojos, mujeres sumisas,

incapaces……de aventarle malvaviscos a la maestra.(Las mujeres comienzan a aventarle malvaviscos a la maestra)Mujeres mugrosas e ignorantes, que no merecen que una académica venga desde México

a enseñarles el sexo. ¡Terroristas de mierda! ¡Subversivas! las mujeres deben quedarse en lacocina y no andar organizando congresos inútiles. ¡Malditas, abortistas, ateas, desgraciadas,yo me encargo de que Cristina nunca apoye la legalización!

(Toma el teléfono) Cristina: auxilio, me están lapidando unas Católicas por elderecho a decidir, a decidir si la iglesia es misógina o no.

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Simone de Beauvoir. Delcuerpo, la libertad y lasexualidad

Por alejandra ciriza

«En una vida erótica auténticamentemoral hay una libre asunción del deseo y delplacer, o al menos un pathos de lucha orien-tado a reconquistar la libertad en el seno dela sexualidad : pero esto no es posible sin quese haga un reconocimiento de la singulari-dad del otro en el amor o en el deseo."

Simone de Beauvoir, Le deuxièmesexe,

1949, Vol. I : 37

En este tiempo en que el feminismo pa-rece opacarse entre los derechos presun-tamente ya conquistados y el desvaneci-miento de la corporalidad sexuada en laretórica de los géneros -efecto performa-tivo de citas adecuadas o pervertidas dela norma- traer a colación a Simone deBeauvoir no deja de sonar, probablemen-te, un tanto desajustado.

Como si el impulso de releer/repensar ade Beauvoir procediera de alguna nos-talgia equívoca por un pasado irremisi-blemente pisado. Sin embargo, desde mipunto de vista, es en la trama complejade la relación con nuestro pasado indivi-dual y colectivo que las feministas pode-mos sostener una lucha que es, en cuan-to apuesta a la transformación del mun-do desde los y las sujetos, las prácticasmenudas de la vida diaria y los espaciosde dudosa politicidad, la revolución máslarga de la historia.

Simone de Beauvoir, nacida un 9 de ene-ro de 1908 y muerta un 14 de abril de1986, habitó este mundo durante el siglocorto, por decirlo a la manera de Hobs-bawm, en una Francia sacudida por dosguerras, y atravesada por los efectos de

los combates por la descolonización, con-movida por los levantamientos juvenilesdel 68 en Praga, en Francia, en Italia,transformada por una oleada de muje-res reivindicando el derecho a su propiocuerpo. Protagonista de su siglo transi-tó, a lo largo de su vida, algunos de esosmomentos en que los oprimidos de la tie-rra pudieron arrojar a la cara de los colo-nizadores su palabra y su práctica eman-cipatoria, tomó partido por y con ellos yellas en algunas de esas batallas en lasque las gens de rien, esos y esas que notienen nada que perder, a excepción desus cadenas y sus vidas, tomaron el cie-lo por asalto. Brevemente, es verdad,pero también recurrentemente.

Simone registraría cuidadosamente supropia existencia. En escritos de viaje,en textos autobiográficos, en novelas.

Dueña de un estilo singular y de una eru-dición asombrosa, escribió en 1949 El se-gundo sexo, un libro que luego se trans-formaría en parte ineludible de las lectu-ras que nos condujeron a muchas a per-cibir el mundo de otra manera, desdeun punto de vista feminista. Y sin em-bargo entonces ella no era feminista.

Llegaría a serlo.

Del mismo modo que una no nace mu-jer, sino que llega a serlo, el devenir fe-minista está marcado por el decurso dela propia vida, los avatares de la propiasubjetividad, las transformaciones delmundo en que se vive, esas condicionesno elegidas que nos conforman y suje-tan a la vez, que constituyen el suelo denuestras prácticas y configuran nuestroshorizontes. Simone devino feminista apartir de la escritura de ese complejo tex-to que es algo así como una larga re-flexión fenomenológica sobre la experien-cia y la situación de las mujeres. Lo hizotambién, convencida como estaba de laimportancia del compromiso de los y lasintelectuales, en aquellas jornadas aca-loradas en las que las francesas comba-tían callejeramente y en los estrados porel derecho a su propio cuerpo.

Era 1972, en los días del Proceso de Bo-bigny, cuando el juicio levantado contracinco mujeres, cuatro mayores y unamenor, que había abortado tras una vio-lación, fue elevado a la categoría de jui-cio político contra la ley de 1920 que pe-nalizaba a las mujeres obligándolas a la

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realización de abortos clandestinos. Lasmujeres, acusadas de haber cometido eldelito de aborto, ponían en cuestión lajusticia de la ley. La causa fue tomada ydefendida por la abogada Gisèle Halimi,militante feminista que poco tiempo an-tes había conformado con otras, entreellas Simone de Beauvoir, la asociaciónChoisir la cause des femmes (Elegir lacausa de las mujeres) 1. Es este caso em-blemático y el debate público al que diolugar el que posibilitó, en Francia, la con-quista, por parte de las mujeres, del de-recho a decidir sobre el propio cuerpo.La ley que lo consagró fue sancionadaen 1975 y se conoce como Ley Veil.

El (derecho al) propio cuerpo, el sexo,la sexualidad

"La conciencia de las mujeres parecepertenecer a su carne".

Simone de Beauvoir, Le deuxième sexe,1949, Vol II: p. 190.

De Beauvoir, escritora de El segundosexo, combatiente por la “causa de lasmujeres”, salope, engagée, permite ilu-minar hasta qué punto es la cuestión delcuerpo y las consecuencias políticas dela sexuación humana lo que está en jue-go en los combates de las feministas2.

Ella desnuda el encarnizamiento antife-minista de los argumentos, curiosamen-te repetidos como una interminable leta-nía aún hoy, sobre la “autonomía del feto”y la exaltación de la maternidad a todacosta, aún a costa de la vida y la saludde las mujeres. Ella describe los meca-nismos que condenan a las mujeres amaternidades forzadas, la angustia querodea los embarazos indeseados, laconsternación y el horror de hallarse “to-

mada” a pesar de todas las precaucio-nes, los silencios sociales que condenana las mujeres a morir en abortos clan-destinos, la ilegalidad del aborto como“crimen de clase”.

Repetición y variación. Es verdad que nosólo se trata de los 36 años que separanlos acontecimientos de Bobigny de lasbatallas actuales, no sólo de la diferen-cia entre centro y periferia, o entre esemomento singular en que las voces delas mujeres resonaban con particular ni-tidez después de las revueltas del 68 yeste, tras el vendaval neoliberal, en quesólo es tolerable la diversidad sin igual-dad ni fraternidad, los cuerpos angélicosy abstractos, la retórica de derechos va-ciados de contenido. El humanismo másintransigente ha retornado, en defensade los derechos del embrión. El cientifi-cismo más rabioso ha recuperado la es-cena, de la mano de la apropiación deargumentos seculares por parte de la je-rarquía católica, que continuará queman-do a Giordano Bruno, pero apela a la em-briología en defensa de la vida abstractade la mórula.

Y es que lo que se halla en juego en lalucha por el derecho al aborto es algomás que una demanda por un derechomeramente formal. La batalla por el de-recho al aborto lo es por el derecho delas mujeres, como sujetos encarnados,a decidir sobre sus propios (nuestros pro-pios cuerpos) de manera autónoma. Nocomo objetos del mandato de otros, nocomo sujetos tuteladas, sino como suje-tos autónomas. No como cuerpos abs-tractos en los que luego, como una suer-te de asignación secundaria y adjetiva ad-viene la sexuación, sino como sujetos en-carnadas, indiscernibles de nuestra pro-

pia carnalidad. No como depositarias dela ley de la especie, sino como sujetosde deseo y decisión, como sujetos-mu-jer singulares.

Simone ilumina la cuestión del cuerpo,de nuestros cuerpos.

Si patriarcas y antifeministas resistennuestro derecho al uso y goce autóno-mo de nuestra corporalidad es porque lasmujeres no han sido, bajo el dominio pa-triarcal, sino la encarnación del sueño deotros. La carnalidad es la marca del des-tino mujeril, ese al cual sólo lograremosescapar por la construcción empeñosa ypaciente de nuestra autonomía, por la de-terminación en transitar ese camino es-carpado (como los que gustaba transitarel Castor) y colectivo de ejercicio de lapropia libertad. Es que en los cuerpos delas mujeres, más que en los de los varo-nes, anida la oscura amenaza de engen-dramiento y muerte que ensombrece lossueños de la humanidad, el recuerdo in-sistente de nuestra animalidad, la finitudy vulnerabilidad de la carne temblorosa.

Condenadas, en palabras de la feminis-ta francesa, a una fecundidad absurda,acosadas por embarazos, partos, viola-ciones, maternidades forzadas, someti-das a la densa morosidad de las “tinie-blas del vientre materno” las mujeres re-cuerdan a la humanidad sus raíces ani-males. El cuerpo (y si hay uno en el quela humanidad hunde sus raíces es el delas mujeres) trae a colación la mortalidad,el horror de ser engendrado marcado/mar-cada por el nacimiento y la muerte.

Territorio en el que arraiga el dominiomasculino, el cuerpo de las mujeres esobjeto de distintas estrategias de apro-

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apiación. Las “situaciones”: mujer casada,madre, objeto de lujo en la vida en so-ciedad, prostitutas y hetairas, colocan alas mujeres bajo condiciones en las cua-les rara vez pueden hacer de sus cuer-pos el lugar de su libertad. Apresadas enel lugar de hembras, en un orden socialedificado por varones y controlado porrelaciones de dominación patriarcales, nohan accedido a la singularidad del de-seo, a la individualidad. Es ese someti-miento de las mujeres a la ley de la es-pecie lo que las liga a un destino que hade cumplirse en sus cuerpos a menudoa su pesar: el de la maternidad. Ella sólopodrá ser singular cuando sea elegida,deseada desde la singularidad de cadauna de nosotras, si es que la deseamos.

Sobre el derecho a decidir como há-beas corpus de las mujeres

El feminismo como lucha por la libertad,y la conquista del derecho a decidir so-bre el propio cuerpo se efectiviza bajolas condiciones de lo que GenevièveFraisse ha llamado una doble revolución.

Por una parte revolución política en lacual las mujeres europeas se batieron enprocura de obtener para sí un derechodel cual los varones europeos eran y sontitulares desde el siglo XVII: el derecho adisponer del propio cuerpo. Por la otrarevolución científica que emancipa a lasmujeres de la ley de la especie, pues laposibilidad de controlar la propia fecundi-dad, la emancipación de la sujeción a unembarazo no deseado, de hallarse con-denada a la maternidad forzada procede,en buena medida, de la posibilidad decontrol que proporciona la extensión deluso de los anticonceptivos químicos.

Si el control sobre el cuerpo de las muje-res se nutre del encarnizamiento que lassomete a la maternidad forzada, el de-venir sujeto se halla vinculado a estedoble horizonte habilitado, señala Frais-se, por esta doble revolución en el cam-po de la política y por los aportes realiza-dos por el conocimiento científico3.

Hoy, a 36 años de Bobigny y a 33 de laley Veil las latinoamericanas continuamossujetas a la ley de la especie. Sujetas ala maternidad forzada y al escarnio delos abortos clandestinos. De la mismamanera que en tiempos de Simone deBeauvoir, “la Iglesia reserva para el fetoun humanitarismo intransigente” (Ledeuxième sexe, Vol. 2, p. 137) que nosostiene en el caso de aquellos a quie-nes aconseja perseguir, como lo hizo enEuropa y en América en tiempos de laInquisición, como lo hicieron en nuestrocontinente en tiempos de las dictaduraslatinoamericanas. Ninguna voz, en lacúpula de la iglesia católica se levantóen defensa de desaparecidos y desapa-recidas, ninguna se interpuso ante el robode identidad y la apropiación impiadosade niños y niñas ya nacidos y nacidas.

Es que en la perspectiva de los y las fun-damentalistas católicos, en la perspecti-va de muchas religiones, en la lógica dedominio propia del patriarcado, el dere-cho a decidir sobre el propio cuerpo es,tal vez, la peor insurrección contra el or-den establecido, ese que condena a lasmujeres al lugar de objetos, de portado-ras de la ley ciega de la especie que sesirve de sus cuerpos avasallándolas,sujetándolas a un destino ciego, marca-do por la biología y la voluntad de diosesy patriarcas.

Lo que se halla en juego es algo másque un derecho más, pues, como algu-na vez afirmara de Beauvoir, si las muje-res deseamos afirmarnos como seres hu-manos, ha de ser emancipando nuestrapropia carne, haciendo de nuestros cuer-pos el territorio mismo de nuestra eman-cipación. Y ello no puede hacerse sindevenir sujetos, sin hacer de nuestrocuerpo un territorio de paz en el que seaposible afirmar la propia singularidad, lacapacidad, en cuanto sujetos humanas,para decidir sobre la vida y el cuerpo enlibertad.

FuentesBeauvoir, Simone de, Le deuxième sexe, Pa-ris, Gallimard, 1949, Vol. I y II.Fraisse, Geneviève, La controverse des sexes,Paris, PUF, 2001

Notas1 Por aquellos días Halimi había escrito la his-toria de Djamila Boupacha una joven militan-te argelina, violada y torturada por el ejércitofrancés. La historia ofrecía a las oprimidas unacuriosa articulación.2 La expresión salope se puede traducir comoatorranta, puta. Simone y 343 mujeres confe-saron públicamente haber abortado en el fa-moso manifiesto de las 343 salopes.3 La cuestión de la relación entre conocimien-to científico y emancipación de las mujereses un asunto de debate. La apropiación deargumentos biologicistas por parte de quienesabogan por la autonomía del embrión se hatransformado, en los últimos años, en un lu-gar común. Es preciso, entonces, tomar encuenta la relación entre ciencia y capitalismo,a la vez que atender a los efectos legitimado-res que la autoridad asignada a “la ciencia”produce. Las condiciones bajo las cuales laciencia se convierte en un factor de domina-ción dependen también de la lucha política .

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Cena

Caldo de verduras/ Un jugo de m

anzana/ Una m

an-zana(Fuente: http://w

ww.solodietas.com

.ar/dietas/die-tas-para-el-verano/dieta-de-vacaciones/)Yo peso 60 kilos, m

ido 1, 70m, trabajo 8 ho-

ras por día, paso 1:30 hora por día en el sub-te, leo parada en el viaje porque es m

i únicom

omento de esparcim

iento, tengo cuatro ca-sas fam

iliares a las cuales ir a almorzar los

fines de semana, una pareja a la que veo

cuando nuestras agendas se dignan a coin-cidir, dejé yoga porque, evidentem

ente, la vidano m

e da para la doble militancia y todo lo

que nombré antes.

¿Ustedes piensan que yo puedo sobrevivir

dignamente cenando una sopita?

Hice dietas desde los 9 años ininterrum

pida-m

ente hasta los 19. Nunca, ningunx de lxs 4

nutricionistas que me han atendido con cier-

ta regularidad me han recom

endado cenarm

enos de una milanesa de soja con ensala-

da. ¡Menos en verano!

Sinceramente, yo no soy una m

ujer de exce-sos ni m

ucho menos, pero a m

í me gusta sen-

tarme alrededor del escritorio de fórm

ica conm

is compañerxs de laburo a hablar de nues-

tras vidas mientras alm

orzamos un buen sam

-buche de atún, queso, lechuga, aceitunas y,obvio, m

ayonesa.

Se supone que el verano es el mes de la ale-

gría, la vida y no se qué. Bueno, gente, alverano, com

o a la rebeldía, con alegría.Total, lo cierto es que nunca vam

os a tener elcuerpo de Pam

pita, simplem

ente, porque noes nuestro objetivo, ¿no?¡Q

ue las dietas ridículas las hagan ellxs!

Ya sabemos que en Buenos Aires hace

calor, un calor húmedo, intenso, un sol

radiante que te va secando la piel pocoa poco. Y con esta herm

osa situaciónclim

ática llegan las polleras, las bikinis,los m

ini shorts (¡¿cuándo volvieron esasprendas nefastas?!) y toda una eternaserie de prendas que a las m

ujeres decarne y hueso, a cualquier vecina lequedan m

al.

Para solventar (no estamos hablando

de plata, porque ese es otro factor:quién puede pagar las m

iles de polle-ritas, polleras, shorts y ojotas de dis-tintos colores, el viaje a G

esell, elbronceador, el gel post solar, los doslitros y m

edio de agua mineral que

nos recomiendan para vernos bien,

la entrada a todos esos mega even-

tos que salen más que un plan tra-

bajar y demás) esta situación, solo

queda una solución: hacer dieta.H

ay infinita cantidad de dietas. Yoelegí una que m

e parece emblem

á-tica:

“Dieta de vacaciones”

Desayuno

Cereal de fibra con leche descrem

a-da/ U

n licuado de manzana/ U

n té dehierbabuenaM

edio díaU

na manzana (¡sic!)

Com

idaU

na sopa de verduras/ Un jugo de

zanahoria/ Nopales asados al lim

ón/Frijoles de la olla/ 2 tortillasTardeLicuado de m

anzana/ Un té de hier-

babuena

Po

rteñas al

Bo

rde

Esta vez,

cara a caraco

n el veran

o.p

or ch

aro m

árquez ramos

la educación

religiosa

obligatoria en

laprovin

cia de salta

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R. abortó tres veces. “Quedé embaraza-da a los 16 años por primera vez”.Estaba en pareja con su “único novio” ydespués marido durante 30 años: “Deci-dimos abortar, obviamente, ¡¿cómo le de-cía yo a mi familia -hija de inmigrantes, recerrados…- que estaba embarazada?! Lasensación fue terrible, pero no tanto pen-sando en el embarazo como en la decep-ción a mis padres, y ¿cuál era la decep-ción? Haber perdido la virginidad, ¡la putavirginidad!

La desinformación vulnera:“En esa época no había ni Evatest ni nada.Me enteré porque fui a una ginecóloga,que tuvo que buscar él, porque yo a esaedad tampoco iba…

Fue por no acceder a una educaciónsexual lo que me hizo pasar por esto tantraumático, que realmente no se lo deseoa nadie… porque yo no me cuidaba, nome cuidaba ni idea, él era un boludo, por-que él era más grande que yo, 5 años, yél sí sabía porque había tenido una pare-ja, sabía… yo era una boluda total.Pormas que a mí, después, me fallaron to-

HISTORIAS INAUDITASTESTIMONIOS DE MUJERES QUE DECIDIERON ELEGIR

(CUARTA EDICIÓN)

dos los métodos, me faltó esa parte, quealguien me explicara, me contara….

La juventud vulnera:“Con el tiempo, saque la conclusión deque este aborto fue sin anestesia, no melo voy a olvidar jamás-. La partera o gine-cóloga –no se- que me atendió le decía ami marido que me sostuviera la mascara,y se suponía que con eso yo… la cues-tión es que yo sentía todo, ¡yo sentía todo!Creí que me moría. Yo era muy chica, eraun riesgo para ellos si a mi me pasabaalgo, y era menos riesgo sin anestesia..

La pobreza vulnera:“Yo saco esa conclusión, porque de losotros dos abortos no me acuerdo ni cuán-do, ni cómo, nada, sí me acuerdo que fuedistinto, muy distinto, pero eso porque no-sotros teníamos otro poder adquisitivo en-tonces pudimos acceder a un ginecólogode renombre que, casualmente, se dedi-ca a fertilidad. Esa vez fue en su consul-torio particular, el médico, divino ¡si ga-naba cualquier cosa! Esos otros dos abor-tos no, fueron intercalados con mis hijos,tengo 3; yo quedaba embarazada, quedé

embarazada hasta con el DIU, con el dia-fragma, ¡quedaba embarazada! Y eranmuchos, por eso.

El silencio vulnera:“El otro, el primero fue… la verdad, un re-cuerdo de mierda, lo único que me acuer-do es la fecha, no me acuerdo nada más,fue muy traumático, sentí culpa por mu-chísimo tiempo -la gente de mi genera-ción siente culpa por todo-. El tener quedisimular delante de mis padres, tuvemuchas pérdidas…Cuando me casé, alprincipio, no quedaba embarazada, y meempecé a desesperar, porque pensabaque era un castigo, por haber abortado…Después de mucha terapia, de muchohablarlo en terapia dejé de sentir culpa,pero al principio ¡era como haber matadoa Cristo!.Una feminista siempre puede reparar:“Por esto debe ser mi lucha con esto depoder decidir, de poder decidir, y de acom-pañar. Se lo conté a mis hijos porque de-cidí hacer con ellos totalmente distinto,decidí hablar de sexualidad, decidí acom-pañar a mis hijas al ginecólogo, hablar demétodos anticonceptivos, de todo, y en-tonces también les conté… yo creo queellas me compadecieron todo el tiempo,pobre, lo que tuvo que pasar, siempre lespareció como algo prehistórico. Vine alprimer encuentro feminista que se hizoacá en Buenos Aires hace muchos años,y siempre tenía necesidad de ir al mismotaller, al taller de aborto. Fue tranquiliza-dor sentir que no era la única, y tomé con-ciencia de que tenía que luchar para queotras no pasaran por esto… Lo que no-sotras cantamos, anticoncepción para noabortar, aborto legal para no morir, no esabortar por abortar, no es apología delaborto, ¡es para que las chicas no que-den embarazadas si no quieren! este dis-curso de la responsabilidad, y que hacer-se cargo es tenerlo, es un chantaje, esun chantaje para las chicas, lo que hayque hacer es decidir, si querés o no, y sino querés, tener un lugar digno dondeabortar. Pero tiene que ser una políticade Salud, es un plan de salud para la po-blación, como la vacuna para la polio…Ahí esta: ¡es un plan de vacunación!”.

Dra. Diana MaffíaDiputada de la Ciudad

Autónoma de Buenos Aires(una banca amigable)

[email protected] - 3111 / 3112

Dra. Dora Barrancos

Por una sociedad demo-crática, por una sociedad

de diversidades

AdhesiónAdhesiónAdhesión

FernandaGil Lozano

Diputada Nacional

por gabi dv

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D I N AM

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UJE

RES

?:LAS MUJERES DE LA CEDAW

por verónica [email protected]

La CEDAW1 es una de las convencionesmás importantes en la lucha contra la dis-criminación hacia las mujeres. La defini-ción sobre discriminación que proponees ineludible casi para fundamentar cual-quier proyecto mas o menos institucio-nal: la creación de centros de atención,investigaciones, programas, proyectos,planes de igualdad de oportunidades, se-cretarías, cátedras universitarias, guber-namentales, no gubernamentales o sin-dicales.

Dicen “las que saben”, que es una he-rramienta importante a nivel internacio-nal para terminar con las desigualdadesentre mujeres y varones. ¿Pero de quémujeres habla la convención? “discrimi-nación contra la mujer denotará toda dis-tinción, exclusión o restricción basada enel sexo” o sea que para empezar mujeres la que posee vagina.

En la primera parte del art.5 apareceaquello que desvelará en todo lo que si-gue a las mujeres legisladoras, protegera la mujer madre: “Garantizar que laeducación familiar incluya una compren-sión adecuada de la maternidad comofunción social”. “Y electiva” debería de-cir, pero parece que proteger el derechoa no ser madre no interesa a las organi-zaciones internacionales, aún cuando esuno de los factores de mayor discrimina-ción y patologización de las mujeres. Nisiquiera en el escuetísimo párrafo del ar-t.16 que se refiere a la salud reproducti-va: “Los mismos derechos a decidir librey responsablemente el número de sus hi-jos y el intervalo entre los nacimientos”.Por lo visto para la CEDAW, mujeres sonaquellas que practican la maternidad.

Entonces tener vagina y ser efectiva opotencialmente madre. son las carac-teristicas centrales para ser "nombrada"por la CEDAW. ¿Pero qué madre? unaque merece “el reconocimiento de la res-ponsabilidad común de hombres y muje-res en cuanto a la educación y al desa-rrollo de sus hijos”, dice el art.16. ¡Listo,la tengo! Mujer vaginal-madre (o poten-cialmente madre) y heterosexual.

La disidencia sexual es expulsada de lamatriz “mujer” sin eufemismos toda vezque la convención establece como úni-cas conexiones amoroso-jurídicas posi-bles, las prodicidas entre hombres ymujeres (“Los mismos derechos perso-nales como marido y mujer.” art.16, inc.g)dejando claro que para buena parte delfamoso “mainstreaming” las lesbianas nosomos mujeres, sino apenas “homo-sexuales femeninas”.

Todo lo que sigue se desprende de es-tas características: hetero, madres, y sig-nadas biológicamente hembras. Ni unpunto para las mujeres trans, ni paraaquellas que no pertenecemos al ghettoheterosexual. ¿Será que suponen que nosufrimos discriminación? ¿Creerán quelo merecemos por desobedecer el "or-den natural" de las cosas? ¿O simple-mente pensarán que no somos mujeres?

Este "olvido” de las mujeres disidentessexuales por parte del establishment tie-ne su repercusión en las políticas loca-les que traducen a la perfección el mo-delo heterocentrado: podemos recorrercada uno de los espacios (casas, cen-tros, etc.) “de mujeres” en todo el país yno encontraremos un solo programa ar-ticulado y puesto en marcha para dar res-puesta a las preocupaciones, inquietudeso iniciativas de lesbianas. También las se-cretarías de género han tomado esta ideade que las lesbianas “somos otra cosa”y si tenemos un problema o inquietud senos ofrecen dos caminos: estirar las res-puestas heterocentradas que puedandarnos y hacerlas encajar a como de lu-gar en nuestra experiencia cotidiana, oasumir que los espacios de mujeres nonos contienen ni nos representan ymarchar a golpear la puerta que tieneel cartelito que dice “diversidad sexual”y que a muchas de nosotras nos inco-moda tanto como la heterosexualidadpresupuesta.

1 CEDAW: “Convención sobre la eliminación de todas for-mas de discriminación contra la mujer” . Puede consultarseen http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm

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como para poder hacerlo.

Reclamar, como mujeres, al estado y losvarones la fuerza para ejercerla por nues-tros propios medios, erradicar la impuni-dad frente a la violencia de género, re-quiere considerar cuánto de ese recla-mo está racializado, y qué vínculos pue-den sostener esta fuerza y estos mediossin hacer el juego a la mano dura y otrastécnicas de policía.

Frente a los casos concretos, requierereevaluar las respuestas automáticas,como llamar a la policía, denunciar a lasautoridades o confiar en la familia. Criti-car desde este doble prisma de género yraza las propuestas de ley, las accionesde las oeneges, del sistema de salud, delsistema penal, de la protección social.Gran parte de los esfuerzos de las muje-res y, en general, de las personas quehan sufrido violencia de género se gas-tan en muchos sucesivos intentos, poraños, de generar algún tipo de acción asu favor en sus vínculos afectivos cerca-nos, comunitarios, o del estado. Al final,por inacción o por delegación directa,estos se combinan mutuamente en unaescalada jerárquica de revictimización,impunidad y más violencia.

Revertir la inacción, pero también la ac-ción delegativa y la razón intervencionis-ta racista, para generar las superficies deagarre colectivas capaces de sostenerlas acciones contra la violencia de géne-ro. Actuar, por los propios medios, colec-tivamente, una agenda anti racista con-tra la violencia de género.

I T A R L

Ninguna agresión sin respuesta:

Por Luciana Sanchez, Co.Pa.Di.

entre la raza y la pared

Publicación Feminista - Año 27 - Nº 34

“De la libertad sexual a la sexualidad de mercado”

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Cualquiera sea el campo en que hoy nosplanteemos la acción frente a la violen-cia de género, no podemos dejar de te-ner en cuenta dos cosas: la violencia degénero sigue siendo considerada unasunto privado; la violencia de género estambién una construcción racial.

A pesar de los años que han pasado des-de el reconocimiento de la violencia con-tra las mujeres como un problema, inclu-so, de derechos humanos, sigue instala-do entre nosotras/os, el paradigma quedice que se trata de un asunto privado.Se reconoce que se trata de un asuntode todas y de todos, que no afecta a lamayoría sino a todas las mujeres, y a mu-chos varones. Incluso cuando compro-bamos que la violencia de género se re-produce aunque se quiebren las tradicio-nales relaciones entre género, anatomíay sexualidad. La dirección de la acciónse fija en la víctima, la o él agresor, y elvínculo entre ambas, sus opciones yresponsabilidad individual. Poco o nadaen la responsabilidad social o de ac-ción colectiva.

Lo racial de la violencia de género se ma-nifiesta en diferentes formas y ámbitos.La respuesta pública a la violencia de gé-nero está racializada, desde la interven-ción policial hasta las puebladas. La mis-ma construcción de lo público y lo priva-do está racializada. Como profecía auto-cumplida, esto a su vez configura los lí-mites y posibilidades del género, y vul-nera especialmente los derechos de laspersonas y comunidades consideradasinferiores en el sistema de jerarquía que

se construye desde la raza y la clase. Ladirección de la acción se instala en lacategoría racial, étnica, cultural, educa-tiva, y hacia aquí se desplaza la respon-sabilidad, de nuevo, tanto individualcomo social.

La combinación de ambos factores ge-nera indefensión personal y colectiva, yabre el juego transversalmente a las po-líticas de mano dura y de impunidad. Oformás parte de la agresión, o sos vícti-ma, o sos buchón/a. Si nadie interviene,si favorece al agresor, por algo será. Laspolíticas de mano dura son ofrecidascomo alternativa casi exclusiva porquefavorecen a los intereses de la goberna-bilidad tal como está: capitalista, neoli-beral, biopolítica. Como epidemia, la vio-lencia de género constituye un problemade población, de rebaño, de número decasos individuales. Lo único público dela violencia de género es que ahora elcuerpo y la mujer sujeta de derechos yobligaciones, fuerza de trabajo con valorcomercial, es del mercado, hay sobre ellaun interés público.

La única alternativa política actualmentecomparable a la mano dura en términosde oferta –y de inefectividad frente a laviolencia–, es la farmacológica. Allí don-de no llega la policía más que esporádi-camente –y nunca frente a casos de vio-lencia de género–, llega el largo brazofarmacológico, que permite un control ex-tendido del monopolio de la fuerza esta-tal y masculina a través de la intoxica-ción: si las mujeres decidieran rebelar-se, estarían demasiado empastilladas

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T D O

El campo de las políticas sociales es elcampo del Estado proxeneta1, a travésdel cual se reproducen meticulosamen-te la pobreza, la misoginia y violencia con-tra las mujeres. Desde el Estado proxe-neta se diseñan y se implementan losprogramas sociales focalizados en lasmujeres más pobres.

Existen dos principales programas foca-lizados que subsidian directamente a lasmujeres cuando se lo “merecen” por serextremadamente pobres. Son el PlanJefes y Jefas de Hogar Desocupado y elPlan Familias por la Inclusión Social. Elprimero le entrega a la mujer 150 pesosa cambio una contraprestación laboralpor 4 horas diarias. Si bien este progra-ma social no está focalizado específica-mente en las mujeres pobres, por serbásicamente más pobres que los varo-nes y por no calificar para los programasde capacitación y empleo diseñadospara los varones, ellas representan enpromedio el 70% del padrón. El segun-do, el plan Familias, está diseñado es-pecialmente para las mujeres, con un92 % del padrón asignado a ellas. Peroel plan Familias no es para cualquiermujer, sino para las madres. Se cobra155 pesos por un hijo, y 30 pesos porcada hijo extra. Finalmente, el subsidioestá condicionado a que las madresprueben periódicamente ser buenas

madres en materia de salud y de edu-cación de sus hijos.

Así, mientras al plan Jefes y Jefas se fe-minizó porque en una sociedad misógi-na las mujeres tienden inevitablementea ser más pobres que los varones, elsegundo programa fue feminizado pordiseño, tratando de focalizarse especial-mente en las mujeres para preservar susfunciones maternales y para reforzar lasdivisiones de género, renaturalizando lasresponsabilidades y obligaciones de lasmujeres como madres frente a la pobre-za y en lo doméstico.

Pero la peor cara del Estado proxenetaes sin duda su cara más violenta. La do-minación clientelar de las mujeres en elcampo de los programas sociales focali-zados se combina con otras manifesta-ciones de violencia contra la mujer: abor-tos clandestinos, prostitución, embarazosforzados, violaciones y femicidios impu-nes. En este contexto social, las relacio-nes clientelares entre varones con po-der (punteros políticos y funcionariospúblicos) y mujeres desempoderadas porla pobreza y el machismo se transformanen acciones concretas de violencia sico-lógica, física y sexual.

Así, las víctimas del clientelismo en elplan Jefes y Jefas son mayoritariamente

mujeres. Un 49 % de las denuncias2 pre-sentadas corresponden a mujeres vícti-mas de clientelismo político, mientras losvarones representan sólo un 21% de lasvíctimas que denuncian. Del total de lasdenuncias presentadas, el 32% de las ve-ces se trata de una mujer que denunciaa un varón, mientras el 24 % de las ve-ces se trata de una denuncia contra otramujer. Y cuando un varón hace una de-nuncia por clientelismo, sólo el 6% de lasveces es contra una mujer, mientras un14 % es contra otro varón.

Pero cuando las mujeres denuncian queson víctimas de clientelismo político enmanos de los varones, las denuncias engeneral están atravesadas por amena-zas, extorsiones, violencia física y, en elpeor de los casos, por violencia sexual.Este es el campo clientelar del Estadoproxeneta, donde la pobreza, la discri-minación de género y la violencia con-tra la mujer se intersectan para perpe-tuar la explotación masculina sobre lasmujeres.

LAS POLíTICAS SOCIALESDEL ESTADO PROXENETAChristian Gruenberg, Co.Pa.Di

“Lo primero que tenés que tener claro es que con el Estado proxeneta nadaes gratis. (…) Es dependencia y humillación. Es instrumento para adorme-certe. Es controlarte y ‘ayudarte’ al mismo tiempo, convirtiéndote en unser ‘miserable’, sin voz, ni lugar en la sociedad” - Sonia Sánchez en Nin-guna Mujer Nace para Puta.

1 El concepto de “Estado proxeneta” es una idea desarrolla-da por Sonia Sánchez para problematizar el concepto de“Estado patriarcal” frente a determinadas formas de explota-ción masculina de las mujeres. Para más detalles ver Ningu-na Mujer Nace para Puta, de Sonia Sánchez y María Galin-do.2 Estos datos surgen de un análisis estadístico de 5.000 ca-sos de clientelismo político investigados por la Unidad Fiscalde Investigaciones de Seguridad Social.

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Esta página, algunas de las ilustraciones de este número y el artículo de Adriana Carrasco(que reproducimos con el permiso de Ilse) son nuestro pequeño homenaje a Cuadernos deExistencia Lesbiana. Primera revista de lesbianas en Argentina aparecida el 8 de marzo de1987, hoy reeditada en su totalidad por Librería de Mujeres. El precioso colage de estapágina aparece en Cuadernos Nº 2 (mayo de 1987), el texto citado es un fragmento del“Borrador para un diccionario de las amantes” de Wittig y Zeig.

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VACIANDO LAPETAQUITA…1

Por Sonia Gonorazky

Biografía sexual deBiografía sexual deBiografía sexual deBiografía sexual deBiografía sexual dela Escoba o "Lala Escoba o "Lala Escoba o "Lala Escoba o "Lala Escoba o "LaDomesticación delDomesticación delDomesticación delDomesticación delDomesticación delCuerpo Hacia loCuerpo Hacia loCuerpo Hacia loCuerpo Hacia loCuerpo Hacia loInsulso..."Insulso..."Insulso..."Insulso..."Insulso..."

Empecé tarde. Tarde para los discursosque me incomodaban entre mis propiasorejas. Estuve a punto de escribir “cos-tumbres” y a tiempo me di cuenta de quedebía estar alerta a los mecanismos in-crustados en mi cabeza, que me impo-nen la creencia apriorística de que la“costumbre”, “lo usual o corriente” es latemprana iniciación sexual, donde“sexual” a su vez supone “cierta” (o a losumo “ciertas”) práctica más o menosespecífica que requiere necesariamentela existencia física y contundente de un“otro”, ni siquiera “otra” ni lxs plurales.

Empecé tarde y tan alocadamente quela extrañeza que me produjo mi apasio-namiento por los decepcionantes arca-nos fisiológicos, relacionales y mentales

que iba develando marcó sin duda unade las primeras fisuras en mi biologicis-mo cientificista que me imponía creer –tal como había escuchado y asimilado–que el “desenfreno” es una cuestión deincontrolables hormonas que ebullenmuy especialmente en la adolescencia,porque la cultura requiere que los exce-sos no asociados al consumo sean sólouna etapa de la vida previa a la devociónvoluntaria o compulsiva a la productivi-dad capitalista.

A unos cuantos (aunque no tantos)años de aquellos no hormonales ni ju-veniles presuntos excesos, me pro-pongo dar cuenta de la domesticaciónque yo misma produje sobre mis prác-ticas eróticas, domesticación bien con-solidada que sobrepasa con creces –lo admito con sospechada vergüenza–mi pensamiento declaradamente críti-co a las prácticas patriarcales y hete-ronormativas y mis discursos liberta-rios del saber vivir.

Aunque castigado por la violación y porel descariño o indiferencia de mis ma-yores, sin duda mi cuerpo fue insumi-so (aquí debo aclarar que mi cuerpoes yo, por supuesto, no una enferme-dad como dice una canción pop, ni lamaterialización de un destino, ni algoincontrolable. Mi cuerpo es yo, lo cualno me impide sostener la ficción depoder distanciarme un poco de su ma-terialidad cada vez que deseo dialo-

gar conmigo misma). Fue insumiso enla pubertad y bastante tiempo más allá,no se resignó a padecer lo que no que-ría, no se privó de lo que nos parecíaapetecible2, y de todo aquello fuimosfuriosamente golosas. La erótica en micuerpo era un asunto íntimo, persona-lísimo y secreto. La erótica de mi cuer-po fue austera y discreta: únicamentelas mediaciones que yo permitía meestimulaban, nunca creí en “la quími-ca” o en “las hormonas”, aunque eranconceptos que pugnaban por infiltrar-me. Por cuestiones que son muy per-tinentes pero que prefiero no comen-tar, aborrecía el contacto con cualquierpersona (aún mi propio contacto) y loseguí aborreciendo durante muchotiempo más.

Bordeaba por arriba los treinta añoscuando una de esas “turbadoras amis-tades” de tantas biografías, recurrien-do a un artilugio de seducción cadacuatro de negación sistemática y con-fundidora (técnica de cinco pasos quemucho después supe que suele llamar-se “histeria”) domesticó mi cuerpo aris-co para la caricia y para la sonrisa. Elproceso de aprendizaje no fue senci-llo: el mío era un cuerpo diferencialmen-te blindado y paradójico casi desde lainfancia, pero una vez que logré unamínima pericia en las técnicas de lo quellamábamos, creyendo preservarnos decosas impensables, inocuo “masaje”,descubrí una vocación insospechada.

Preámbulo

Este relato inacabado lleva bastante tiempo escrito, y mu-chísimo más tiempo imaginado. Finalmente me decidí a

gelificar el texto en una versión impresa que en estos días fuesometida a tachaduras, correcciones y agregados que tal vez

la conviertan en unpastiche, o mejor enun polifónico coro

contrapuntístico de misvarias conciencias, mis cambian-

tes reflexio-nes con elcorrer deltiempo y mis

p re v e n c i o n e scontemporáneas.

Sazonado contoda esta confusión,

va mi testimonio, cuyo primer bo-rrador inconcluso data de agos-to de 2007.

Fin del preámbulo

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aMe llevó dos años más, dos años deinquietudes que no podía descifrar nientender, que justificaba absurdamen-te con razones hipocondríacas, descu-brir, aceptar, entender que tal vocaciónera, efectivamente, “deseo”, deseosexual de mi querida amiga, deseo les-biano. En esos dos largos años que vivíen el limbo de la sexualidad me con-vertí en una acariciadora apasionada,dulcísima y mansa, angustiada por laininteligibilidad de las sensaciones queme atravesaban. Pero sin duda esta an-gustia, el analfabetismo sensual queme impedía descifrar la clave de la in-quietud, del malestar, de la irritación,hacía que mi técnica fuera sutil, deli-cada, perfecta…

La amistad turbadora no llegó a ma-yores audacias y no pudo soste-nerse. Seguramente paraninguna de las dos fue fá-ci l rehacerse comocada una podía, di-vergiendo (y un se-creto obvio queconfieso por pri-mera y úl t imavez en mi vida:abrigo la fanta-sía incontras-table e i r re-duct ib le deque el la seauna lectoraanónima de larevista).

Cuando me sen-tí algo repuestade la ruptura y delcachetazo que signi-ficó admitir que la “cosaameba” que hubiera que-rido ser era, en todo caso,una “cosa erótica”, consideréque para mí ya era tiempo de los be-sos, de tomar ciertas iniciativas en esejuego salivoso (no fue difícil quebrarla reticencia de años y años de prejui-cios contra las humedades) y ensegui-da pude ufanarme de resultar una“gran” besadora, tal vez como resulta-do de la lenta maceración de mis ex-periencias… “Gran” besadora en elsentido de excelsa, maravillosa, increí-ble. Por supuesto, nunca consideré se-riamente las efusiones verbales de mispartenaires respecto a la calidad demis besos, salvo por el hecho de queefectivamente refrendaban mis propiasimpresiones. Era más que obvio queeso de “tus besos son maravillosos”era parte del estúpido repertorio conque las amantes se engañan para sos-tener la seducción (lo que de otro

modo sería sumamente arduo) des-pués de las primeras y fáciles nego-ciaciones.

De todos modos, yo estaba muy con-forme de MIS besos, como lo estabatambién de mis caricias incansables,exploradoras, demoradas; con la dife-rencia que mi morosidad acariciadoraexasperaba a las mujeres de cada mo-mento. Ahora que lo pienso mejor, misbesos inagotables también hicieronperder la paciencia no a una, sino atodas, todas: sin poner jamás en telade juicio sus buenas cualidades, nohubo una sola que no me instara, debuena o irritada manera, a moderar-me, a no llegar “tan lejos” si no estaba

resuelta a lo que ya se imaginan. Asífue que me vi forzada a entender quebesos golosos y caricias infinitas (res-pecto a las cuales ellas fueron aún me-nos condescendientes) deben consi-derarse apenas como preámbulos,precalentamiento necesario para (casiliteralmente) no lastimarse o estarpoco inspirada en el momento “sustan-cioso”.

No pasó mucho tiempo antes de quemi trayectoria de amante marcara untrágico punto de inflexión. No sé si fuepor mi propia desidia o respondiendoa las quejas que recibía, resultó quecon la asiduidad y el afianzamiento, mierótica socio-sexual rápidamente fue

tornándose más “efectista”, diría quemás literal y menos metafórica. Nin-guna manifestó su extrañeza ante misnuevas prisas, ninguna pareció extra-ñar el rápido retroceso de lo que paramí era toda una poética del cuerpo pro-pio.

Pausa3: la expectativa de sofisticaciónrespecto al desempeño sexual es tam-bién un mecanismo de regulación deprácticas culturales de consumo, unartilugio para la domesticación de laspraxis. El sentimiento de vergüenza yhumillación asociado a la falaz idea de“no estar a la altura de lo imaginado”actúa a menudo eficazmente minan-do la construcción de la placidez de símismx que todxs nos debemos.

¿Cuántos cuerpos deseantes ha-brán padecido la domesticación

de sus prácticas sexuales envez de tornarse más y más

sofisticadx y exquisitxcon el tiempo, la expe-

riencia y los desen-gaños?

Los medios decomunicación ytransmisión dela cultura huma-na antes de ac-tivar los disposi-tivos necesariospara domesticarpor mi propia

mediación las for-mas y disfrutes de

mi propio cuerpo,me convencieron de

que las personas quenos doblegamos a una

domesticación crecientesomos muy pocas y estamos

demasiado dispersas en estemundo para que sea probable que

nos encontremos o para que tengasentido resistir, desobedecer.Por cierto, este sentimiento de nimie-dad y de minusculía absolutamente fa-laz es otra estrategia del biopoder para“procustizarme” en su heterosexual ca-milla de parto.

1 Recuerdo una canción que cantaba JuliaElena Dávalos que comenzaba “tango unapetaquita/para ir guardando/las penas y pe-sares/que estoy pasando./Pero algún día,/pero algún día/abro la petaquita/y está va-cía.”2 El “nos” alude a mi cuerpo y a mi concien-cia. No corresponde comentar ahora las di-sidencias arduas que tuvimos ni cómo lasnegociamos.3 Pausa que terminó siendo una conclusión.

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Contradiccionesde la existencial e s b i a n aPor Adriana Carrasco

En algunos discursos el lesbianismo apa-rece como una suerte de paraíso idílicoajeno a las contradicciones que nos pre-senta el formar parte de un género opri-mido. En este caso, el reconocernos comolesbianas automáticamente nos coloca-ría al margen de la problemática que afec-ta a todas las mujeres, a mucha distanciade las pautas patriarcales y heterosexis-tas. Sería hablar de una esencia lésbicay de una sexualidad que nada tendría quever con la sexualidad de las mujeres queno se relacionan sexualmente con otrasmujeres.

Y, sin embargo, […] todas padecemos laapropiación colectiva que los varonesejercen sobre nuestros cuerpos, a pesarde que muchas de nosotras podeos de-jar de estar afectadas por la apropiaciónindividual.

La sociedad heterosexista nos marca atodas y a todos con sus pautas represi-vas, y las mujeres las reproducíos ennuestras relaciones. Es corriente la ho-mofobia de las propias lesbianas (sobretodo la de las que no se reconocen comotales), que no toleran ver a aquellas otrasque con su aspecto podrían “delatarlas aellas mismas” […].

Desde un feminismo que se plantea comometa máxima la abolición de los géneros,aquí también preferimos hablar de actitu-des transgresoras. Estas son exterioriza-ciones que no guardan relación con lareproducción de conductas patriarcales,heterosexistas, que en forma más eviden-te pueden observarse en la adopción deroles estereotipados (división del trabajo,rol femenino-masculino en la cama), peroque suelen colarse de manera más sutil ycompleja en las relaciones entre mujeres.No es fácil hablar de la división de rolesen un ámbito donde las lesbianas ni si-quiera se atreven a hablar de sus relacio-nes como lo harían (en el caso de tener-las) de sus relaciones con varones. Eltema generalmente se plantea en abstrac-to y no se dialoga en un primer nivel vi-vencial en los grupos de reflexión, y ni si-quiera con las amigas.

En las parejas de lesbianas el conflictode los roles surge como manifestación deuna sexualidad alienada, “reflejo” del pa-radigma heterosexual. En una cultura queniega la potencialidad sexual de las mu-jeres, que desvaloriza su genitalidad, queimpregna toda manifestación erótica de

connotaciones androcéntricas, resultamuy difícil establecer relaciones que noreproduzcan este modelo heterosexualandrocéntrico dominante, para pasar aconstruir un nuevo modelo que tenga encuenta nuestras sensaciones y nuestrasnecesidades. Y, en el caso de relacionesentre dos mujeres, que contemple la ne-cesidad de ambas de dar y recibir estí-mulos positivos y satisfactorios.

Impregnados de la ideología patriarcal, seestablecen vínculos bipolares donde exis-te una parte “activa” y otra “pasiva” (la queproporciona caricias, y la que se limita arecibirlas). Se trata de relaciones de com-plementariedad, donde se crea una situa-ción imaginaria de pareja macho-hembra

[…] En este tipo de relaciones tambiénse ponen en práctica juegos que desdela relación heterosexual tradicional seplantean como “preliminares”, dejando delado el erotismo como fin importante dela relación, y sujetándola al paradigma quesólo tiene en cuenta la finalidad reproduc-tiva a la producción de orgasmos. Muchosde estos juegos, traídos del universo delas relaciones heterosexistas, suelen seragresivos, violentos, y su objeto es inten-tar provocar un orgasmo en forma rápi-da, sin prestar demasiada dedicación ala otra parte. Esto puede entenderse enuna relación androcéntrica, pero no asíen una relación entre dos mujeres. En

este último caso, sólo podemos pensaren una relación alienada, sometida a larigidez de las pautas patriarcales.

Aproximación a la relación entre pares

La utopía de la relación lésbica sin rolessólo puede ser pensada a partir de unacrítica a modelo heterosexista.

En el terreno de lo individual, resulta ma-ravilloso descubrir que entre dos mujerespueda existir un nivel de comunicación tanimportante que les permita romper el ca-nal más profundo de penetración patriar-cal en nuestras relaciones, al superar lainstancia de los roles. Pero para ello esimprescindible asumir como posible la re-lación amorosa entre mujeres, asumircomo propia la existencia lesbiana. Estaposibilidad sólo puede vislumbrase a partirde la ruptura con el universo patriarcal-mente esencialista y sostenedor de laideología de la complementariedad. Pro-ducir esa ruptura implica dejar de preocu-parnos por ese universo paqui que nosatemoriza, y al que nos subordinamoscomo integrantes de un género oprimido.La sociedad patriarcal, heterosexista, so-mete a todas las mujeres a la dictaduradel androcentrismo. El feminismo apare-ce entonces como expresión de nuestranecesidad de establecer una concienciacrítica, que nos permita vivir en plenitud ycon alegría nuestra existencia lesbiana.

tortina.tortina.tortina.tortina.tortina.

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- Che, por lo menos, cerrá la boca,parecés una boluda- ¿Eh? No, no, Lila, nada que ver.Estaba viendo qué hacían- Sí, porque no sabés qué hacendos personas que quieren coger- No sabés, capaz solo…- ¿Tomamos una birra?

Lila le dijo que ya se estaba aburriendocon el chico de la banda. Que todo bien,pero que ella no iba a dejar Filosofía porirse a Misiones con un flaco con el queestaba desde hacía un mes. Que el hip-pismo no era lo suyo. Clara, mientras tan-to, seguía con los ojos fijos en el tatuajede la chica. Hasta que ella se dio cuenta.Le clavó los ojos y le sonrió. ¿Me son-rió? Sí, sí, la chica me sonrió. Pero estácon un chico.

- Che, ¿no habíamos venido por-que querías estar con un flaco?- Sí, claro, pero no hay nadie lin-do.- Sí, la chica.- Para eso, me quedaba en casa- No te buroratices así, en serio,desde hace días que venís con esapostura de ama de casa- Ni se te ocurra, ¡no! Está claroque yo no me burocraticé, ni mu-cho menos. Sólo que, bueno, nohay nadie lindo, en serio- ¿Y si asumís que sos torta?- Soy torta, Li. Pero, ¿mirá si, además, me gustan los flacos? Noes tan fácil.- No, no digo que sea fácil. Digoque está muy bien la identidad paraafuera, sacarla a la calle, pero tam-bién la tenés que llevar a la casa ya la cama

Clara se quedó pensando. Primero en la

chica y el tatua-je y el tatuaje deMariana. Des-pués, sí, pensó en loque le dijo Lila. Teníarazón, le había dichoa todo el mundo que eralesbiana, que estaba en con-tra de la heterosexualidadobligatoria y ella misma,Clara, que desde ha-cía años que salíacon chicas no se ha- b í apodido decir que era lesbianatodo el tiempo: en una marcha,cuando estudiaba, cuando se ves-tía, cuando iba a bailar, cuando es-taba con alguien.

De fondo, Café Tacaba con CalleTrece diciendo:

Hay cosas reales y melodramas/Hay laberintos y crucigramas/Exis-ten llamadas que nadie contestaHay muchas preguntas y pocasrespuestas/Hay gente valiente,gente con miedoGente que el mundo no le importaun bledo/Gente parada, gente sen-tadaGente soñando, gente despertan-do/Hay gente que nace ,gente quemuereHay gente que odia ,gente quequiere/ En este mundo hay muchagente/Pero, pero, pero/No hay nadiecomo tu, mi amor.

Se le dibujó una sonrisa en la cara. Eracierto, hay cosas reales y melodramas.Lo que le pasaba con Mariana era lo másreal, lo sentía en cada poro, en cada vér-tebra. No era fácil decirse lesbiana. Peroera mejor decirse la verdad.

En esos intentos de definirse, Lila acep-tó acompañar a Clara a una fiesta paki.Era un sucucho en San Telmo, donde,por supuesto nadie pedía DNI en la puer-ta. Donde la birra salía siete pesos y es-taba medio tibia. Pero ahí estaban: dis-frazadas de princesas de la heterosexua-lidad. No se habían depilado, porque,bueno, no daba para tanto. Las dos convestido con corte Marilyn, el de Lila eraverde con flores. El de Clara era rojo, liso.No necesitaba más. Salvo por los aros,enormes, ocupaban la mitad del cuello,le pesaban un poco, pero no importaba.A Mariana le había dicho que se iba a lode Lila. No sabía bien por qué le habíamentido, quizá por el medio a no tenerninguna historia que ocultar después, sisu plan fracasaba.Lila ya estaba buscando al chongo deturno. Era el trompetista de una bandade reggae. No tenían mucho futuro, perose divertían. Y era suficiente.Desde hacía mucho que Clara no iba auna fiesta paki. Debía haber pasado, casiseguro, un año. De golpe vio a una chicacon una mini de jean y calcitas violetas.Le estaba sonriendo a un chico que es-taba comprando una cerveza, mientrasle miraba las tetas. Se dieron vuelta, mi-rando al lugar donde antes habían toca-do las bandas. Durante quince minutos,Clara lxs observó. Él la agarraba de lacintura, la atraía hacia sí. La besaba. Ellalo agarraba del cuello y era como si seconvirtiera en una semidiosa: se estiliza-ba, quedaba en puntas de pie, su culoparecía una manzana cuando estaba así.Se veía que su espalda era como un vio-lín. Él le levantó a penas la remera y Cla-

ra pudo ver un tatuaje mara-villoso que nacía justo don-de terminaba la pollera: untribal, lleno de estrellas dedistintos colores.

Polaroid de locuralésbica 6Charo Márquez Ramos [email protected]

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[email protected]

Desde caospolitan tratamos de aportar auna mejor vida sexual para nuestras lec-toras. Por eso, una de nuestras colabo-radoras no dudó en contarnos cómo fuela primera vez que estuvo con una chica.

“No me acuerdo bien cómo había empe-zado todo. Me acuerdo que Laura era dosaños más grande que yo, que tenía quin-ce. Ella iba a quinto, estaba terminandoel colegio. Tenía el pelo fucsia, un aritoen la lengua, dos tatuajes. Nos conoci-mos porque, bueno, a mí me encantaba.Así que cuando vi que se juntaba siem-pre un ratito antes en la esquina del cole-gio, para fumar un cigarrillo, me uní al gru-pito. Laura tenía una mochila de los RedHot Chillie Peppers. Cuestión que duran-te unas semanas estuvimos charlando.Nos hicimos amigas. Empezamos a his-teriquear. Me invitó a su fiesta de egresa-dos. En el medio de la noche nos besa-mos, en el centro de la pista, todo el cole-gio mirando. Empezamos a salir, no habíamucha opción después del escándalo.

Como al mes, fui a su casa. Yo no podíamás. Lo único que quería era coger conella. A penas pude, cerré la puerta de sucuarto. Era una tarde de diciembre. Está-bamos escuchando Babasónicos –en susbuenos tiempos-. Lo primero que hizo fuesacarme la remera. Yo no me sentía sú-per cómoda, la verdad. Pero con el correrde los mimos, me fui relajando.

Fue una experiencia rarísima. Porque, cla-ro, yo tenía quince años, no tenía muchaconciencia ni de mi cuerpo ni, menos, delde ella. Pero, en un momento, estábamosacostadas, una al lado de la otra, mirán-donos, sonriendo, yo le acariciaba la caray, debo decir, no podía parar de gritar yde reírme. Nos estábamos mirando fijo,con las bocas abiertas, enormes. Le cla-vé las uñas en la espalda. Perdí todo elcontrol sobre mi cuerpo. Tuve mi primerorgasmo. Y no entendía nada. De nadade nada. Ni de ella ni de la situación ni demí ni de los chicos con los que había es-tado. Pasamos el resto de la tarde escu-chando el mismo disco de los Babasóni-cos, una y otra vez.”

Ya ven, queridas lectoras, el truco estáen relajarse. En encontrar buena música.Una buena compañera y como dicen porahí: relájate y goza, que en la experien-cia y variedad está el gusto.

Mi viejo, de quien heredo genes y gestos, se vino del viejo mundocon solo dos años. Ya por el ´73 se metió en política, el muy sindica-lista; no eran aquellas las leyes de ciudadanía que la globalizaciónsupo conseguir: “Argentino por opción”.

Era un buen tipo mi viejo, aunque nunca llegó a viejo. Realmente unapena que ya sean 20 años de privarnos de aquella guerra fría demiradas filosas.

La cuestión es que allá me fui, con su camisa rayada en tonos marro-nes, y su campera de cuerina bordó: sábado a la noche, a probarsuerte en un mercado erótico que todavía no sé bien de qué se tra-ta… En eso estaba cuando una bajita bonita empezó a darme charla.Claro, yo tengo la suerte - mala- de que peinarme desprolijo y sacar-me los anteojos me valgan pasar por 20 añitos: las primaveras quecontaba la bajita bonita. Me imaginé a la mañana diciéndole que ten-go que ir al supermercado porque no hay leche, que las mochilas, lavianda y la ropa del colegio… No, muy raro… Sigamos bailando…

Bueno, me harté, me voy. “¿A dónde vas?”, me rodeaba la cintura,me tiró la boca.

Yo corrí la cara, como muy bien me enseñó mi mamá -“hay que ha-cerse la difícil, para hacerse valer”-, y la miré a los ojos. Hermosa.Me tiró la boca de nuevo –este mercado erótico tampoco es feminis-ta…-, “¡pará un toque!” le dije (como muy bien me enseñó mi mamá),pero en realidad, me reía. “¡¿Qué?! ¿Sos tímida?”.

Bueno, sí, mejor digamos que soy tímida, y no que me ponga a expli-car que me da un poco de terror, todavía, gustar de una chica, y unaserie de cosas que no vienen al caso. Si una se mete en un bolichegay, se la banca, y no anda histeriqueando con sus crónicas de latransición, ¡no, señora! Así que, nos besamos -(bueno, má, ya esta-ba bien…)-.

Lesbiana por opción, habría que contarle al viejo que soy. Porque noes algo que me pasa, algo que me excede, que no quiero pero bue-no…

Él tuvo que elegir ser sudaka, supongo que creía que valía la pena; yrenunció a los beneficios del “retornado”, de entrar y salir del primermundo a gusto y piaccere para ser “Argentino por opción”. Lesbianapor opción, porque renuncié a los beneficios del supuesto hetero-sexual universal.

Demasiado patriota para llevarnos bien, no lo estoy loando, que seentienda. Las mujeres de Maitena (que son muy hetero) siempre te-men parecerse a sus madres.

¡¡¿Las lesbianas deberíamostemer parecernos a nues-tros padres?!!

Lógicas desviadas.Hoy: Lipstick nevermore

Cao

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cuentanos tu primera vez

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cuentanos tu primera vez

cuentanos tu primera vez

cuentanos tu primera vez

por kimiko

CONVOCAMOS A TODAS NUESTRASAMIGAS A QUE COMPARTAN CON NOSO-TRAS LA EXPERIENCIA DE ESTAR PORPRIMERA VEZ CON UNA CHICA.

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Bernardo IzziLic. en Psicología

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Adhesión

María Inés Carro

Docente

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número 6, año 2verano 2009

D

«Espacio Primorosa Preciosura- casa. arte.

«Espacio Primorosa Preciosura- casa. arte.

«Espacio Primorosa Preciosura- casa. arte.

«Espacio Primorosa Preciosura- casa. arte.

«Espacio Primorosa Preciosura- casa. arte.

diversidad»

diversidad»

diversidad»

diversidad»

diversidad»El proyecto «Espacio Primorosa Preciosura - casa. arte. diversidad» nace como una necesi-

dad inmediata: el de generar un lugar donde encontrarnos y construir nuestra identidad como

Mujeres Lesbianas y Mujeres Bisexuales. El proyecto surge de la agrupación Cero en Con-

ducta de Santiago y con la financiaión de Mujeres del sur.

Consideramos que nuestro primer obstáculo de nuestro activismo es el de no poseer un

espacio físico. En ese entonces, los lugar circunstanciales y efímeros (bares, confiterías,

casa de algunas de las mujeres) en donde nos reuníamos no eran los apropiados, volviendo

nuestro trabajo pobre y discontinuo. Vimos entonces que la necesidad de un sitio en el cual

una mujer pueda expresarse libremente, en un ámbito de respeto, contención, y con conoci-

miento de causa, promoviendo el espíritu colectivo para lograr juntas un lugar donde SER y

reinventarse a UNA MISMA y construir camino entre TODAS.

Un lugar habitado. Un espacio que nos contenga (continente: social, cultural, artístico, etc.) y

den sentido y seguridad nuestras tomas de decisiones.

Un espacio donde esté presente: el pensarnos (jornadas de análisis y reflexión, encuentros

de diálogos entre pares, lecturas, charlas con mate, «Picnic Lesbi Friendly» – abierto para

todas y todos los amigos/as afectivos, políticos, culturales, actores sociales, entre otros!), el

crearnos (taller de performatividad, Taller de Pintar es Fácil I y II, taller de percusión, de

textos, teatro, etc.) el divertirnos (fiestas bailables, Ciclo: «El juego de semáforo», músicos

invitados – de estos tenemos muchos – entre otras actividades mixtas como: Ciclo: Decora-

ción de Tortas y el pensamiento de Gertrude Stein...; clases de step y lecturas de las obras de

Marguerite Yourcenar, etc.).

Espacio Primorosa Preciosura = Pertenencia / Identidad / Diversidad / Pluralismo / Res-

petoEste verano con «A [arte]» 12 – 13 – 14 de enero: campamento «Niñas Exploradoras»-

camping Costa Tacuara- Localidad de Maco / Camino Real. Santiago del Estero.-

14 de febrero de 2009: Fiesta «Nos ponemos solidarias y por eso: nací para ti aquí me

tienes que te hace feliz dime qué quieres. ....» bailamos lentos con Siga La Ronda y Clási-

cos 80´.Primorosa Preciosura. Urquiza 458. Santiago del Estero.-

SAN

TIA

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DEL ESTERO

NE O TR E

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EL BOLSÓN

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No sólo hay duendas y mermeladas en El Bolsón:

No sólo hay duendas y mermeladas en El Bolsón:

No sólo hay duendas y mermeladas en El Bolsón:

No sólo hay duendas y mermeladas en El Bolsón:

No sólo hay duendas y mermeladas en El Bolsón:

"Puertas Abiertas al Sur"

"Puertas Abiertas al Sur"

"Puertas Abiertas al Sur"

"Puertas Abiertas al Sur"

"Puertas Abiertas al Sur"

El grupo está formado actualmente por nueve personas es-

tables, más algunas que participan en la medida de lo posi-

ble; somos mujeres lesbianas y bisexuales, pero aspiramos

a que se sumen diversas identidades de sexo y género.

Hace rato que teníamos la intención de conformar un gru-

po, desde distintos grupos de amigas, hasta que la partici-

pación en el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Lesbia-

nas y Bisexuales nos motivó más fuertemente aun. Decidi-

mos juntarnos unas pocas que nos conocíamos y hacer cir-

cular el boca a boca hacia otras posibles interesadas. La

primera reunión fue en el mes de junio de este año en la

casa de una de las parejas del grupo.

Entre otras actividades, coordinamos char-

las debate, asistimos al XXIII Encuentro Na-

cional de Mujeres de Neuquén e integra-

mos el Taller de Producción Integral en

Radio con Perspectiva de Género, cuyo

primer programa se llamó Tolerar es Dis-

criminar y fue realizado especialmente el

28 de junio.

Al poco tiempo de su conformación co-

menzamos a tener repercusión social.

Fuimos entrevistadas como grupo por

alumnas/os de un colegio secundario

que producen un programa radial

para una localidad vecina y por alum-

nas de otra escuela que estaban in-

vestigando sobre discriminación

sexo genérica. De todas maneras

vemos que a la gente aún le cuesta

participar en grupos donde es po-

sible hablar de cuál es la situación

de las mujeres lesbianas, bisexuales y

trans en la región. En El Bolsón, en lo que se refiere a trans-

género poco y nada podemos decir, no conocemos a nadie

en nuestra zona, probablemente debido a que es un “pue-

blo chico…infierno grande”.

En cuanto a lesbianas y bisexuales nuestra opinión es que

cuesta mucho en los miembros de nuestra comunidad re-

conocerse como tales, sobre todo como lesbianas, suele

parecerles un rótulo innecesario y sentirse mas cómodas

con este aparente “está todo bien” de El Bolsón (que invisi-

biliza), para no tener que dar explicaciones ni sentirse se-

ñaladas cuando en realidad sí lo son y continúa siendo un

secreto a voces “tolerado”.

Los objetivos del grupo son informarse y formarse, com-

partir lecturas y debatirlas, convocar a profesionales a rea-

lizar talleres, difundir información a través de distintos me-

dios de comunicación, publicaciones generadas dentro del

grupo, llevar a cabo actividades culturales y recreativas. Vi-

sibilizarnos a través de las dife-

rentes actividades antes mencio-

nadas (informando, formándo-

nos, y formando) y difundiendo

nuestras actividades o las de

otros grupos afines. Y socializar,

o sea, compartir las experiencias

personales.

Recientemente hemos sido subsidia-

das por el Fondo de Mujeres del Sur

para fortalecernos como grupo, ya

que tenemos poca experiencia en

ellos, como así también pocos recur-

sos económicos. Nuestra intención es

trabajar la visibilidad convocando a la

comunidad a acercarse al grupo, difun-

diendo nuestro correo electrónico, invi-

tando a participar de las reuniones se-

manales. Uno de nuestros objetivos a

cumplir es influir en las políticas públicas,

acercarnos a instituciones y funcionarios

del ámbito municipal y provincial.

Actualmente nos reunimos en un espacio cedido por el Ins-

tituto de Formación Docente Continua de El Bolsón, institu-

ción que nos ha apoyado incondicionalmente desde nues-

tros comienzos.

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número 6, año 2verano 2009

“No entiendo cómo no podemos unirnuestra crítica a frases como «hija deputa»… a esta idea de que la paz es«blanca» y la guerra, el luto y la muerteson «negras». A la guerra yo no le veo elcolor, sólo se lo ponemos nosotras... yciertamente la cultura milenariamente hainterpretado el negro con el luto y con lamuerte, lo blanco con la paz, así como lamujer con lo débil, ya sabemos que noes por coincidencia y se basa en un sis-tema de valores que se expresa a travésde lo simbólico y que es tan patriarcalcomo racista y clasista”.

Con estas palabras me expresaba haceya algunos años en la lista feminista decorreo electrónico de RIMA a propósitode la convocatoria a una marcha en con-tra de la guerra en la que se pedía a lasmanifestantes ir vestidas de negro. Lamayoría de las participantes se quedóperpleja ante mis reflexiones y muchasmanifestaron que simplemente no se leshabía ocurrido la relación. Pero al me-nos, admitieron mi razonamiento: efecti-vamente los sistemas de subordinacióncon sus sintomatologías discriminatorias

Cabecitas negrasPor Yuderkys Espinosa M.

no están fuera de nosotrxs, se mantie-nen bien adentro y donde menos los ve-mos. Naturalizados, se conservan vivosa través de nuestras miradas, nuestraslógicas y nuestras acciones cotidianas.De las maneras menos reconocibles seocultan en nuestra respiración, se cue-lan como diminutas esporas a través delaire en nuestra piel, las aspiramos y ex-halamos a cada segundo.

Pero de eso no siempre estamos concien-tes y así, lxs argentinxs no saben que sonracistas. De hecho, hoy día en casi nin-gún lugar del mundo, ningún Estado, nin-guna ideología admite abiertamente suracismo. Cuando hago algún comentarioal respecto y menciono como ejemplo cier-tas formas de expresión tan cotidianascomo la de “trabajar como un negro”, gen-te de todo tipo, incluyendo gente cerca-na, amada, activista o no, suele defender-se diciendo: - “pero si no lo digo por racis-ta”. Luego cuando me pongo pesada ycomienzo argumentar con mayor profun-didad, me han dicho: - “es que no entien-des porque no eres de este país, “negrode mierda”, por ejemplo, no alude a los

negros… ¡si aquí no hay negros!… lo di-cen por los pobres, por el peronismo”. Yasí se revela la primera gran muestra delracismo en la Argentina, es el convenci-miento generalizado de que aquí no hayafrodescendientes, que lxs argentinxs to-dos vienen de Italia, de España… de Eu-ropa. Ascendencia que cada argentinxque conozco se place relevar, reconocer,mantener orgullosamente en la memoria.

De los afrodescendientes argentinxs sólose dicen dos cosas: que estuvieron en lacolonia, y de ello da testimonio la negravendedora de mazamorra que siempreaparece escenificada en los actos esco-lares del 25 de mayo; lo segundo que sedice es una justificación de esta idea ex-tendida de su desaparición posterior. Enesta narrativa lxs negrxs, muertxs por laspestes y en la guerra de la triple frontera,según se sostiene, sospechosamentedesaparecen de la escena nacional tanabruptamente como para ni siquiera de-jar descendencia. ¿Cuántxs argentinos sereclaman hijxs de estos soldados muer-tos y de estas familias diezmadas por lapeste? Bien, al menos, yo he ido cono-

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aciendo algunx. Pero no es gente común ycorriente, son activistas de la causa afroen la Argentina. Unx de ellxs es la negraMaría Lamadrid que se ha pasado añosdenunciando que la detienen en el aero-puerto porque no puede ser que su pasa-porte argentino sea legal: - “si eres negra,¿cómo vas a ser argentina?”.

El desconocimiento generalizado sobre laproblemática del racismo en Argentinaresulta más que interesante. La gente,incluso militante y progre, sigue pensan-do que es inocente achacar color negro ala pobreza, a lo ilegal, a lo malo. ¿Serápor casualidad y no por racismo que losdescamisados de Evita pasen a ser los“cabecitas negras” que no paran de enun-ciar sin tapujos, ni siquiera ante las cá-maras de TV, las clases dominantes ar-gentinas? Yo no me lo creo. Como no mecreo tampoco que la discriminación y elprejuicio contra bolivianxs, peruanxs yparaguayxs se trata sólo de xenofobia. Sisólo se tratara de ello ¿por qué ese pre-juicio no lo tienen con inmigrantes o visi-tantes europeos? Si en Argentina hay xe-nofobia esta es selectiva y se ejerce jus-tamente contra pueblos descendientes deindígenas, africanos u otros grupos mino-rizados como los judíos. Pero no sólo. Elracismo se puede verificar de muchas for-mas en esta sociedad.

Yo misma he vivido varias situaciones di-fíciles. Una vez viví cerca de Constitución–apenas cerca- pero la cercanía bastabapara que en la calle me abordaran loshombres preguntándome la tarifa – “paraqué”, le decía yo, haciéndome la pelotu-da y profundamente dolida. Tampoco ol-vidaré la primera vez que me topé con laclase media alta argentina. Tenía pocosmeses de venir a Buenos Aires a hacermis estudios de maestría, y de Corrientesy Paraná me había ido a vivir a Santa Fey Scalabrini Ortiz. Compartía el depa conotra amiga dominicana que también ha-bía venido a estudiar. Ella una hetero bienpresentada, con su pelo cuidado en pelu-quería y uñas impecables, yo una lesbia-na contracultural que mostraba su des-cendencia afro sin tapujos. La primera vezque bajo a comprar verduras, el señor queme dice: - “¿y a vos, como te deja tu se-ñora salir con el pelo así?”.

Pero les aseguro que esto no ha sidotodo, cosas peores he vivido entre la pro-pia comunidad lesbiana y de la disiden-cia sexual. Ser una extranjera afrodomi-nicana en Buenos Aires ha sido un ver-dadero aprendizaje sobre la marginali-dad. Para el imaginario porteño, heteroy lesbiano, una caribeña negra nuncadeja de ser una puta. Y el problema, porsupuesto, no está en serlo, sino en laimputación, y en la carga peyorativa que

lleva. La operación es terrible por el apriori, el prejuicio. Las generalizacionestipo: los negros la tienen grande, las ne-gras son todas putas, son las formas enque el racismo opera cotidianamente yque aunque no lo crean tiene repercu-siones importantes en nuestras vidas.

Pero no todo es de esta índole. Cierta-mente me he encontrado en Buenos Ai-res con tanta gente que te dice, despuésque le respondes que eres dominicana:- “ay, pero que lindo, qué linda piel, quélindo tu país”. Y, generalmente me pon-go contenta hasta que comienzo a sos-pechar de tanta complacencia y es queno puedo sino que recordar la tesis debell hooks sobre la forma en que el ra-cismo actual más que apartar, expulsary rechazar al otro se sustenta en un con-sumo del otro como mercancía. Si ya nose puede justificar la discriminación ba-sada en la idea de inferioridad biológicade determinados grupos como se preten-dió durante muchos años, ello no impli-ca la desaparición del racismo. A lxs afro-descendientes ahora se lxs desea, se lxsbusca, se lxs imita. Ella llama a esta ope-ración “devorar al otro”. Devorar al otro,dice ella y recuerdo esas cabecitas denegro comestibles, hechas de chocola-te, dulce de leche y biscochuelo, que sefabrican aquí, en Buenos Aires. Quizáslas hayan visto o las hayan comido algu-na vez. Yo me las he encontrado entrebudines, facturas y masitas, vendiendoen algunas confiterías tradicionales.Cuando las vi por primera vez debo con-fesar que me quede fría imaginando laescenita: la familia blanca de clase me-dia o alta degustando de postre cabeci-tas negras luego de la misa del domin-go. La idea de la madre presta diciendocomplaciente al marido o al hijo varón delque está orgullosa: - “¿quieres otra ca-becita?”, me da espanto. Para mí consti-tuye la metáfora irremplazable de la de-voración de lo afro en Argentina: ¿Quedónde están lxs negrxs? ¡Se lxs comie-ron!... se lxs comieron.

GRUPO DE ESTUDIOPERMANENTE SOBRE TEORÍAFEMINISTA Y QUEERCoordinado por Yuderkys Espinosa con elpropósito de profundizar en los principalestextos que recorren el pensamiento y laproducción teórica feminista desde susprimeros años hasta la contemporaneidad:del feminismo de los 70 al queer, delfeminismo de la igualdad al de ladiferencia al posestructuralista, delfeminismo céntrico al autónomo, al antiracista, al lesbiano, al anticapitalista.Empezamos a mediados de febrero del2009. Si estás interesadx escribenos a:g l e f a s g c @ g m a i l . c o m

María CristinaArriagada

Colectivafeminista

«Josefa Tenorio»................

Mendoza

Mónica Tarducci

"La Tardu"

Adhesión

Adhesión

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Lic.Celeste

CastiglioneSocióloga

[email protected]

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número 6, año 2verano 2009

¡Gracias Malas como las ArañasMalas como las ArañasMalas como las ArañasMalas como las ArañasMalas como las Arañas por lasfotos de este número y de los anteriores!!!!

www.malascomolasa.blogspot.com¡Graci

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Baruyera es un emprendimientoindependiente que intentamostrar la existencia de otrasformas de pensar, si pensas que esútil y querés apoyarnosescribinos [email protected]

Si querés recibir Baruyerapor correo:[email protected]

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Si te querésSi te querésSi te querésSi te querésSi te queréssumar a la distri-sumar a la distri-sumar a la distri-sumar a la distri-sumar a la distri-

bución en tubución en tubución en tubución en tubución en tuciudad o pueblociudad o pueblociudad o pueblociudad o pueblociudad o pueblo

comunicatecomunicatecomunicatecomunicatecomunicate!

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GRACIAS A LAS COMPAÑERAS DE LACAMPAÑA POR EL ABORTO LEGAL SEGURO YGRATUITO QUE FUERON EL PUENTE HACIA LA

ENTREVISTA A LILIANA Y JESUSA

¡aborto seguro ya!

Gracias a las compañerasde la Cooperativa de

Trabajo Nadia Echazú detravestis y transexuales por

acompañarnos con suexperiencia!

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te ofrecemos amorosamente. No olvides citar a autorxs y a la revista. Gracias. Baruyera es antipatriarcal antica

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página 32

número 6, año 2verano 2009

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Librería de la Mancha (C

orrientes 1888), Librería de Mujeres

(pasaje Rivarola 175. A

ltura,Perònal 1300), Librería Vivaldi

(Franklin 56, Planta B

aja, en la sede de la Facultad de Ciencias

Sociales), C

asa Brandon (Luis M

aría Drago 236, a partir de las

20 hs.), Librería de Las Madres (H

ipólito Yrigoyen 1584),

Librería El gallo cantor (Av. Corrientes 1718) C

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(Kioscos a la entrada del P

abellón II y III),Facultad de Filosofía y Letras U

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studios de Género, P

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yahoo.com.ar ó (0351) 15 75 33

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: Biblioteca Lésbica Ilse Fuskova: (0341)15 66 44 304

bibliotecalé[email protected]

.ar ó Colectiva Las Safinas:

[email protected]

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yahoo.com.ar

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EL MAPA DE LA DISIDENCIA. DONDE CONSEGUIR BARUYERA EN CUALQUIER LUGAR DEL PAISEL MAPA DE LA DISIDENCIA. DONDE CONSEGUIR BARUYERA EN CUALQUIER LUGAR DEL PAISEL MAPA DE LA DISIDENCIA. DONDE CONSEGUIR BARUYERA EN CUALQUIER LUGAR DEL PAISEL MAPA DE LA DISIDENCIA. DONDE CONSEGUIR BARUYERA EN CUALQUIER LUGAR DEL PAISEL MAPA DE LA DISIDENCIA. DONDE CONSEGUIR BARUYERA EN CUALQUIER LUGAR DEL PAISvivas donde vivas podés unirte a la red de deseos irreverentes que vam

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