batticuore - la mujer romántica (cap. 4)

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Capitulo 4

La escritora como interprete cultural.

Eduarda Mansilla

Una escri tora argentina en Europa

A comienzos de la decada de 1860 Mariquita Sanchez, ya de regreso a su pa-

tria, esra nuevarnente al frenee de la Sociedad de Beneficencia y discute con

Sarmiento acerca de la funcionalidad y los l irni tes de la educacion femenina.Son los mismos afios en que Juana Manso lIeva adelante una osada, di fici l ya

rams polernica empresa como publicista y defensora de la educaci6n laica y

rnixta en la Argentina. Para enronces rodavia son pocas las rnujeres que se

animan a publicar sus textos con nornbre propio 0 confian en labrarse un

futuro como lireraras: Juana Manuela Gorriti aun no ha editado su primer

obra en libro, aunque es ya un personalidad conocida entre d publico y la

critica latinoarnericana, por su rrayectoria personal y familiar (estrechamente

l igada, esta ultima, al ambiro de la vida publica).

En este escenario, a mediados de 1863 L a R ev is ta d e B u en os A ir es publica

dos notas bibliograf icas en las que sobresale e I nombre de una joven escri tora

argentina: se trata de Eduarda Mansilla.1 La primera de esas notas cementa la

traducci6n alaleman de su novela, E l m e di co de S an L ui s, editada en 1861 eras

la publicaci6n del fol letin L uc ia M i ra nd a en L a T rib un a de Buenos Aires.

Mamilla habfa escrito y publicado ambas obras esrando tuera del pais. Poco

despues de 1855, afio en que se casa con Manuel Adolfo Garda, reside junto a

el y sus hijos en la ciudad de Washington, donde en su caracrer de esposa del

Ministro Plenipotenciario frecuenra los drculos de 1aalta sociedad polft ica y

diplornarica de los Esrados Unidos, conracrandose all; con personalidades da-

vede laculrura internacional. Como nos [0 hara saber su herrnano Lucir i' en la

segunda nota publicada en La Re vi st a de Buenos A i res . " es la propia.Eduarda , * " . . . . . . . -

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. . . . .

.~~~ . .- < \.. .

224 LA . MUJEROMANTICA

.. . .q uien en u na de esas oporrun idades obscquia ejernplares de sus dos novdas a l

senor Von Gulich, por enronces encargado de negocios de Prusia e interesado .-

en la nacicnre lireratura argentina y americana de laepoca . e lcual las deposita .~

promo en l a B ib lio rcca Nacional de Berlin, desperrando el interes de la critica . .. .".

alernana. .. .~

L a n o ti ci a sabre l a r ra ducc i on alernana de E ! m ed ico de S an L ui;' en La

Revi.~fa d e B ue no s A ir es certi fica ese inreres y recuerda a los lectores argentinos

que los Jibros de Eduarda Mansil la , publ icados en Buenos Aires, cue man y a ...~~

con lecrores norreamericanos y europeos que saben apreciar su obra . Pero ade- . ,~

rnds, la r raduccion de su u lt ima novela implica un reconocimienro rodav ia mas ," '.

i rnporranre para la aurora, porque su l ibro se inscr ibe en una serie mas vasta de .:£..obras argentinas vertidas al a leman , que rarnbien han mcrccido el dogio de la . : , 1 :critica y entre las que sobresalen algunos tftulos y autores que ya han comen:z.a·{t";..

do a perfilarse como cldsicos de las lerras american as. ! : " !. . " : :

En 1861 -informa La R eu is ta d e B ue no s A ir es en la prirnera de las notas ~ ~

aJudidas- se ha impreso en Sr. Gassen e I volurnen rirulado Cisatlantisb, que re~:'1'!:,'":.

une los La nt os d el P e re g ri ne de Marmol y L a C au ti ua de Echeverrfa. Mas tarde;~; ,~l

son traducidas rarnbien La nouia de l hereje de Lopez, publicada previamenre en~'EI Pla ta C ient i fi c o y Literario, y poco despues EI med ico de S a n Lu is . Esros tfru1o~ •

y aurores que garant izan a la l irera tura argen tina naciente un lugar en los estan tes ' ; . ,

de la siernpre ponderada bibl ioreca europea dan cuenta de un prospero inter~; ;~,

cambio nacido en los dlas del exi lic rosis ta y que esta dando sus f ru tos algunasr

decadas mas tarde. Convienc recordar en este sentido los esfUerzos denodadosdej,

Sarmiento -nar rados en l os V ia je s en 1848- para que su Facundo fuese leido:y~

resenado en La Re ui st a d e Ambo s Mun do s . Frente a ella, la recepcion favorable y'al;,,~,

pareeer rnenos esforzada de la que dan cuenra esras publicaciones de los arias ( i 9 . f ' : . ..:resulra prornetedora y reconfortanre, entre otras cosas porque implica laaproba-

cion v el reconocimiento de los escri tores arner icanos por parte de unos lecrore i ,

rnuv altarnente calif icados: "E1pueblo aleman, el mas erudite y par consiguierge

el rnds curioso y generalizador que se conoce, ha tratado de indagar e I giro y 1~ .' ;-,.

propensiones de la inteligencia en estes vastos y nuevos pafses que ocupamos 1~ ; ,_. .~.

ameriC1Ilos",3 afirma la nota de la Rsuista.: ,4'j:~~EI parrafo no enfoca la imagen de un lec tor ind ividual y ~rudi to sino la~: ;. .~.

roda una nac ion l e cto ra y con ella un pueblo alrarnente munidos de saberesr '" ,:~'

de una sensib il idad l iteraria que Ies permite abri rse a las novedades y los girDs d! .-

una l iterarura joven yemergen te, capaz de ofrecer ya entre sus representant~,

mas idoneos a una mujer escritora. En tal semido. la inclusion de £du~'".

Mansil la en esta colecc i6n de traducciones resul ta un verdadero jalon li te rar~~; ..~'"'1lJ:';

· t ~ " ' ~ ~ ·'• j l1;.:, .

. ;:;;;;(.-, .~.~ >-~ -.

GRACIEu"A1TICUORE-----------~------ 225

que]a rransforma de inrnediaro en lecrura recornendable y recome,ndada para

lo s comparriotas. De hecho, poco d esp ue s u na sc gu nd a re sc fia p ub lic ad a en La

Revisra ... viene a reforzar r profundizar l a a re nc io n d is pe ns ad a a la a ur or a. E st a

ve z es su propio herrnano Lucio q ui en c or ne nr a v transcribe algunos parrafos

sianifieativos de o rr a n or a sabre Eduarda que habia visto la luz originalmenteto

en La Reu israA lemana , donde un c ri ti co e sp ec ia ii sr a e n e sr ud io s e sp an ol es ley6,evaluo y [inalmenre recornendo la obra . Aunque ames de elogiarla de l leno,

Fernando Wolffhabia sefialado sin reservas algunos desaciertos en la cornposi-

c ion de Lu ci a M i ra n da : "digrcsiones in uriie s" , " in rr od uc cio u es muy largas",

" d ia l ogo s ex ren so s " y, 1 0 peor de rodo, " un s en ri me nr al is rn o h in ch ad o'" son los

vicios que malogran la opera prima de [a aurora, poniendo a veces a prueba la

paciencia de los Iecrores cornpetenres. Pero esta crltica no Jlega a opacar el

juicio favorable s ob re [ a o b ra en su r o ra l i d ad , porq ue \X'olff arribuye esos defec-

ros a la inexper iencia de laescr itora, asi como al genera e legido para contar su

h i st o ri a, c a ra c re r iz ada por e l como " cuad ro h i sr o ri c o- p ar r io r ic o ".

En opinion del c rf ti co , e sa s faJencias fueron a mp li am en re s up er ad as en la

segund;l novela de Mamilla; E! m ed ic o d e S a n L uis , dado que en el la la aurora

habria sabido poner en juego una experiencia previamenre adquirida comolecrora de algunas novelas de corte dornesrico y rnoralizante a 1 0 Goldsmith. Y

efectivamenre, inspirada en £f Vicar io de V 7 a J . : e j i c / d , E! med ico . .. narra las dichas

y las desgrac ias de una familia inglesa radicada en San Luis y 105 estuerzos de

sus miernbros por lograr una felicidad modesta y uirtuosa. En funci6n de es ro

ultimo es que e I enrico clogia enrusiasrnado "la pane descripriva y el magnifico

desenvolvirnienro de los caracteres", los cuales presentan rasgos de una culrura

diferente a la eonocida por d publico europeo, ya que los persoriajes de EI

medico... son definirivamcnte americanos: "Per ejernplo el pastor de cabras, el

cantor popular Miguel y el sargen ro Pascual Benitez. EIjuez de primera instan-

c ia Robledo , esrnuy d ivert ido",' a fi rma el enr ico aleman en quien no es dificil

avizorar tarnbien d inreres por otras lecruras argentinas que parecen estar reso-

nando en su arencion al gaucho cantor, gue en la novela de Mansilla es un

personaje absoluramenre secundario, Muy probablernenre las figuras del "can-

tor" y el " juez" hayan evocado en este lector europeo el universe del Facundo,

pero en esre caso su actuacion sedespl iega sabre un trasfondo algo mas idf lico

o rnenos real is ta , donde elcri tico veasomarse tambien al "pastor de cabras", un

personaje mas propio de las novelas inglesas que de las americanas.

De cualqu ier manera , en estas I ineas comienza a vislumbrarse por dende

pasa el jnten~s y el atractivo de la obra de E. Mansi!la para un lector europeo

Como Wolff. Claramente, 1 0 que a el Je interesa es visual izar en las novelas los

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226_---------------LA MUJEROMANT[CAt~

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tipos y paisajes arnericanos, para descubrir a traves suyo los problemas que sigue

plameando la "barbar ic" diez afios despues de la caida de Rosas. Por otra parte,

el est ilo "sencil lo y narrarivo", mechado con la "vivacidad dramatica", la "elo-

cuencia energid' (mediante la cual protesta concra la corrupcion del rnedio) y

e l "color local" (expresado en los dialogos de los personajes) constituyen segun

el los rneritos principales de laobra. Entusiasmado, Wolff propone una com- :paracion ambiciosa con otras escri toras europeas de renornbre, para conduir"

colocando a Eduarda por encima del conjunto de las auroras francesas: "

novela, rnerece ser conocida entre nosotros tanto 0 macho mds que infini

docenas de novelas f tancesas e inglesas que no tienen, ni s iquiera, el arracti

de introducirnos en un mundo nuevo".6

La capacidad de mostrar America a los europeos constituye asl el aci

maximo de esta escri tora argentina que con su pluma dignifica y eleva la

[Uta nacional, poniendola en pie de igualdad con los rnejorcs exponenres de

letras hispanicas: "La Republica Argentina encontro en el mundo literario

Daniel res este cl primer seud6nimo de Eduarda Mahsil la] igual a Ferndn

ballero", conduye calurosamenre el sefior Wolff.

En familia. Elogios, crfticas y chanzas

Derengamonos ahora un poco mas en el autor del artfculo publicado

R eu is ta d e Buenos Aires, para ver precisamente como seposiciona Lucio

frente al debut lirerario de su hermana. Porque si bien puede decirse

ayuda a forjarse un lugar entre los lecrores argentinos de la epoca, tam

cie rro que no se priva de rs;:eoger las crfticas ajenas e incluso de acen

surnandole las propias.

Por una parte, entonces, es Lucio quien rescata, transcribe y sub .

alabanzas del cririco aleman cuando aquel afirma, por ejernplo, que lasde Eduarda se inscriben entre las obras argentinas que han sabido

exrranjero, los usos y costumbres de un pais y el espfritu de sus

Junto con rodas.ellas, E l m e di co » . sefialarfa nada menos que eI

literatura nacional del porvenir" y por eso el titulo de laresefia

sobre la hisror ia de la novela en laAmerica del Sud'" (el subrayado es ,

recuperadopara L a R eu is ta d e Bu~nos Aires, bajo la seccion Bibliograf

dades. Sin embargo, como 10 had tarnbien en orras oportunidades, LU"''''''-~

cuentra el modo. de tornar disrancia y prevenirse de los r iesgos que'

rrearle un aval demasiado vehemente a su herrnanaescritora.

GRACfELAATTICUORE----------------- 22 7

As] par ejemplo, sobre elf inal de su art iculo se detiene en una observacion

de Fernando Wolff a la novela de Eduarda, en la que e I c ri ri co a dv ie rt e al

publico sobre la proliferacion en America de la figura d ..1 "adv di ",. . , '" . " ene IZO , cuyouruco .Jn~;res sen~ h ac er d in er o y ostenracio n de el". Wolff seiiala q l ie e l "ad-

venedizo , conocido y temido por entonces en Europa de do id ' . d. ~, [e sen a OrIun 0

s~gun laescnrora, no estana s in embargo tan arraigado ali i como en roda Arne-

flca,.puesw que predomina en la "clase industrial y cornercial" de las socieda-

des jovcncs, don~e eonstit l~ye una verdadera arnenaza. Esto ult imo es 1 0 que

Wolff desea enfar izar y en cierto modo corregir a la aurora. Yaunq ue no queda

cjaro a que personaje de la novela se refiere concreramente, 10 mas probable es

quc se crate del Juez de Campana, que como en otros textos del siglo XIX, es en

I~novela de Edu~rda Mansilla un ser oscuro, arnbicioso y sin escnipulos. Lo

cierto es que LucIO aprovecha esta suti l defensa europeista del cri tico aleman

par~.~s~a~par sobre d f inal del art iculo una advertencia entre r isuefia y rnor-

daz dirigida a su hermann en part icular y a las mujeres en general:

La ultima nota [sobre el "advcnedizo"] , t raducida con la f idel idad

que la rcdondez del parrafo 1 0 ha perrnirido [Lucio traduce literal-mente pactes de la reseria] esun tanro picanre. Hay empero en ella un

gran fondo de verdad. Sirva pues para que de una Vel. por todas se

persu~dan: los que tienen la forruna de hallar la piedra filo$ofol-que

la mUJer nene mas necesidad de saber coser y apuncar Ia copa de su:'

casa, que de hablar var ies idiomas y cantar como la Lagrange'?

~ucio lee en eI cornentario de Wol ff una critica solapada a Ia escrirora. Pero a

)~zgar por la traduccion de la resefia quc nos acerca La Reui st a . .. , su inrerprera-

cion resulta algo forzada, porque esta completamente al servicio de fa ironia 0

lachanza. Aclaremos que euando esta reseria sale a luz ya era publica y conoci-

da en Buenos Aires la habilidad de Eduarda para hablar varios idiomas asi

~o~o su talenro musical. De manera que los lectores de L a R eu is ta . .. no ~en-

ran dudas respecto de la destinataria especffica de esra aIusi6n final a la

Lagrange. Sin embargo cabe preguntarse: ':aque viene esre cornentar io que se

mu~e entre la arnonestacion y la chanza en un articulo hasta aqui serio y

eq~llt.brado, que precura ser imparcial con 1 0 5 elogios, serialando rambien las

obJeclones del critico sobre la obra en cuesrion? ._,

.Sedir la que detras de laadverrencia sevislumbra un cierto humor c6~ph-

ce y j ug ue ro n e nr re h ~.

dermanos, que por oua par te recuerda elt ipo de complicida-

es y de chanz I· b ' bl' . >~ • .;as que e escntor sa na esta ecer mas despues con sus lectoras." -f . " ." " ~ ,

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22 8 - U. rv 1UJER RO r- .1ANT l C.A

Dcsde las maxirnas misoginas inscr ip ras en su Diario, pasando par las referen-

cias risuefias a la china Carmen 0a las indies en Ra!!quele~-hasra lI<!garen 1890

a las lecroras imaginadas 0 aludidas en la s causeries de Sud America, las mujeres ~-

inspiran en Mansi!la rodo tipo de reflexiones, bromas provocadoras 0 gabnte- "'-.

rias con l as cuales el escri tor logra rnanrener a tenro r entusiasta al publico ""

femenino. Entre i ronfas y halagos a las mujcres , la ambivalencia suele estar

p resen te en casi rodos esos cases, como aparece rarnb ien aquf cuando se refiere

a su hermana. Podr ia decirse que laarnbivalencia t raduce siempre un t irorieo ,

quiza una vacilacion 0 ral vez sea mas acerrado decir una preocupaci6n no

resuelra. Se trata de la inquietud que provoca irnaginar, y todavia mas, visualizar

a las mujeres ocupando un lugar de igualdJd en la lircraiura, probando en el • ""',

terrene de las l et ras su pos ibilidad de emanciparse del compromise exclus ivo

con lav ida dornesrica . Medic en ch iste y rned io en ser io , Lucio casi manda asu

herman a - Ia po liglota, la l i re ra ta , la cantamc- a lavar los plaros, 0 mejor dicho -c- '.

y mas J la altura de su clase, Ie recornicnda dedicarse a la cosrura y cumplir asi ,

can los roles tradicionalmenre asignados a las mujeres, ,~:: ..~

Se trata, claro, de una ironia que en pane va en rerroceso del ideal de la

mujer romantics imaginado por los redacrores deL a M oda

casi treinta afios ,

ames, cuando la i lusrrac ion de lamujer era un anhelo que encajaba en d proyea:o

civi lizador , aunque este no con ternp lara sino excepcionalrnente la figura de la

aurora, Can rodo, es conven ience tarnbien tener c laro que la ambivalencia de'

Lucio no es obs rinada y ni s iquiera del rodo personal. Se sus tenta, mas bien, en

el ternor, las dudas y las p reocupaciones -no siempre confesab les- de rnuchos,

de los inrerlocutores de su ciernpo, Lo que Lucio terne y de 1 0 que se defiende .

es no solo de ser acusado por querer favorecer (par razones de parentescos , no',

de rneriros verdaderos) la carrera literaria de su herman a, sino de que su opi- .

n ion en esre asunto resu lte de~asiado "rnoderna" . Seguramente porque el co-

noce muy bien las prevenciones y las ret icencias que ha despertado y despie~.

aun fa figura de Ia publicista en un pais donde la literatura todavia no logra: .

despegarse de la vida polfr ica. Por eso , en verdad, esta suerte de broma f inal a~ai

cscri to ra encarna un lugar cormin de la epoca , una op in ion a veces manifiest; !

y o tras i rnphcira , que indefect iblernen te echa sornbra sabre las Ii rera tas. -Pot~~·.:

una par te encon tramos el e logio, la adrniracion que desp ierta e l talentQ_Y'la;_.~

sabidur ia de aquella que sobresale entre las or ras; por o tra el ternor a ser r~!·! .

zada 0enjuiciada de "pretenciosa"," Desde hace ya mucho tiernpo en Eu«i~~) .

y a 1 0 largo del siglo X IX 0al menos duran te varias decadas delXX en America ,» .

el ralenro femenino produce no solo intolerancia , a veces envidia y casi s ieni 'pr t: . ... .~

una profunda y no siernpre confesada incomodidad. La sensacion perturbia5;i-~: '

-

GRACELAAnJCuoRE------------------ 229

ra e inqui erante de que el mundo se rnueve y pueden cambiar drasticarnenre

las reglas del juego a las que su s acto res estan acosrumbrados,

E1 nornbre de autora

Del orro lado de [as arnbivalencias y las preocupacio nes rnasculinas encon rra-

rnos los rernores y las prevenciones que experimcnran las escriroras 0 quienes

asp iran a ser lo en e I momenco de publicar, EI peso de las rniradas prejuiciosas

a rnenudo se hace sen ti r sabre una elecc ion tan relevance y significativa como

el nombre de la aurora. En el Buenos Aires de los ano s 1860 y 70 son muchas

las mujeres que fi rman sus l ib ros a sus colaborac iones en la prensa con seudo-

nimo 0can iniciales: Cecilia es Rosa Guerra, Violeta esJuana Manso, judith es

Josenna Pelliza, Teresade jestis es Maria Eugenia Echenique, Mari a T er es aesTeresa

Ortega de Obligado, Salinas Bergara es Angelica Famalla, M, Sasor es eI ana-

grama de Mercedes Rosas. Aunque Eduarda Mansilla escribe y publica escando

tucra de su patria, no escapa a es te recurso: Daniel sed eI seudonirno elegido

para dar a conocer sus pr irneras novelas .Podria deci rse que tanto en America Como en Europa, a lo fargo del s iglo

XIX el seudcnirno fernenino expreso un recaudo con tra [a arnenaza siernpre

latenre de una condena a la rnujer y desde luego a la art isra . Sin embargo . no

siernpre su elecc ion responde al pudor real 01 la r irnidez extrema por parte de

una aurora que ericuenrra en este recurso la manera de resguardar su cuestiona-

ble apet encia de ser leida. La adopcion del seudonirno responde a rnovi les

diversos en cada caso, pero casi s ie rnpre presenra motives y enrramados com-

plejos de desentrafiar. En Espana , ha llamos por e jemplo elcasu celebre de Ce-

cilia Boh!, la mujer que r ras la mascara de Fernan Caballero escribe y publica,

desde rnediados de sig lo XIX, una canr idad innumerable de exirosos fol le rines

que son avidamenre consumidos por el publ ico de laepoca , Como seriala Susan

Kirkpatrick en Las romdnticas, Ceci lia Bohl se niega durance var ies afios a dar

a luz sus manuscri tos , apoyada en faconvicc ion de que escribi r y publicar son

tareas exclusivamente rnascul inas, que opacan e inc luso pueden I legar a malo-

grar la dignidad de una rnujer.? Su primer cexto ("La madre, 0 el cornbate de

Trafalgar") fue publ icado en 1835 en un peri6dico rornanrico a instancias de su

madre , que 1 0 habrfa enviado sin consultarl a a los edirores de E/ Artista. AI

enrerarse Cecilia escribe al diario excusandose, y asegura que ella misma no

habr ia pensado jarnds "en escribi r para el publico". Sin embargo, Kirkpatrick

propone gue, a juzgar por su cornportamienro inmediato, la posrura de Bohl

 

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230 --------------- LAMUJEROMANTlCA

ante laactividad lirerar ia de las mujcres parcce "mas bien una cuest ion de con-

vmiencia que un principio absoluto".lo Porque en 1849 comienza a publicar

desenfrenadamente los manuscri tos guardados hasta entonces en los cajones ,

Lo ha ce ba jo el i rrenunciable seud6nimo de Fernau Caballero, con e I cual

i nr en ra ra r na nr en er una distancia infranqueable entre l a e s cr i ro r a y la mujer.

Kirkpatrick subraya asi e I esfuen.o, la vehemencia y la cons tancia de Bohl

por diferenciar W m a s posible el nornbre personal del nornbre de aurora y , a su

vez, por acentuar las difcrencias idcol6gicas entre ambas personalidades, una

pliblica (la aurora) y la otra privada (la mujer) en las que procura escindirse

drast icarnente a part ir del rnornento en que ernpieza a publicar : "jYo darla mi

vida por habcr podido lograr el que rnis escritos y mi persona quedasen tan

separados como lanoche yel dial", IIconfiesa Cecilia a fines de la decada del 50.

A 10 que Kirkpatrick a gr eg a: " Au nq ue r es ul ro irnposible no develar elsecreto de

su identidad personal, ella insistio en que la correspondencia referida a su obra se

remiriera a Fernan y rechazo enrrevisras e inrervenciones publicas en nornbre de

Cecilia Bohl, Las cartas privadas que firmaba como Cecilia critican y ridiculizan

a Fernan, como si fuera una persona independiente y de otro sexo".12

Este es, sin dudas, uno de los casos quiza mas interesantes para pensar eluso del seud6nimo feme nino en rdaci6n con los rernores y los condiciona-

rnienros que aquejan a las mujeres escri toras a mediados del XIX. La relacion

con Eduarda Mansilla resulta oportuna si tenernos en cuenta que en mas de

una ocasion estas dos escriroras fueron comparadas porla cntica de su epoca ..

Como su colegaargentina, Ferndn Caballero adquiere muy tempranamente el

manejo del frances y escribe en esa lengua no solo una sino var ias de las novelas . .

que debieron ser t raducidas posceriormente para sus lecrores espafioles. . - '

que su interes por recuperar las tradiciones y las costumbres de su pais

origen constituye uno de los rasgos sobresalientes de su literatura, no

haber sido ese, exactarnente, d motive determinante por elcual Fernando

establecio la comparaci6n con Mansiila, sino mas bien su intencion de

rarle a esta ultiina el exira de la otra, inscribiendola en la serie de otras

europeas ya famosas. . " ',.'

En Argenci.n~ y en d memento de la segunda edici6n en libro de El

co c k S an L ui s,' t~blen Navarro Viola (que dirige por enronces la p

serie de la Biblioteca Argentina en la q_uese inserta la publ~?ci6nY lo;l 1VU

a Eduarda con las escriroras europeas, Pero esta vez setrara mas bien de '-, .. ."-"-,

Mansil la a otra espanola igualmente famosa y respetada ent'r~ 10; rornanncos

Gertrudis Gomez. de Avellaneda. Viola destaea en estes t~rminos e l .. .U1U<1U·

que ha puesto Iaautora de El midico.,:, en la reimpresi6n dellibro:

~. '

GRACELAKTCUORE------------------ 231

Nuestros lectores esran de placernes: los de la ultima generacion, per-

que agorada haee afios la edici6n de El m edico de San Luis, van la

mayor parte de ellos a conocerlo recien; y los mismos que una vez 1 0

leyeron, porque su aurora a fuer de ilu st ra da , a l p er mitirn os la r eir n-

presion, casi no ha encontrado pagina en que no haya creido deber

tocar algo; no incidiendo en un defecro tan cormin entre nosorroscual esel de no preocuparse absolutarnente de la forma. No atinarfa-

mos a ?ccir si es ~ierto que el genio sea la paciencia, pero sfque desde

Horac~o hasta BOlle~uy desde Boileau hasra Beranger, 1 0 que es para la

poscend.ad, ~I gelllO dura en razo n directa de la paciencia; que

Gert rudiz Gomez de Avellaneda vivira mas que Fernan Caballero,

por su correccion; y que esos rnanuscriros, especie de papel de rnusi-

ca, de Buffon;].]. Rousseau, etc., que se conservan en las bibliotecas

publicas, son precisarnente la clave de la perfeccion de estilo de sus

autores.P

El entusi~smo de este editor que apues ta por el modelo de lacorreccion (y no

de . l~ escntu~a espontanea) debi6 en verdad apunrar un poco mas alla de los

memos del libro que presema. EI cuidado del rexro y de la forma ("un def~cro

tan cornun entre nosot ros", adviert e) result a un valor muy apreciado por este

defensor. de laa lt a cultura, en mornenros en que se esta imponiendo con erito

Otra vernenre de lal iteratura nacional que rambien habla de peligros y dramas

d~ fronrera, c~[ocando en primer plano la figura del gaucho. Para enrender

bien la exaltaCJ6~ de Navarro Viola sobre la "correccion" del texto de Mansilla

tal vez haya que ~ndagar rnenos ahora en la serie europea a (aque explicirarnen-

re hace refer~n~la que en el contexte l iterario argentino de la ~poea , donde

despunta el exiro popular del Martin Fierro de Jose Hernandez (1872178),

cuya segunda parte (La Vuelta) habia visto la luz apenas un afio ames de esra

reedicion de ~l Medi co . .. y del cual cI Anuario Bibliogrdfico (Ia revisra que diri-ge Navarro VlOla.yque ha comenzado a llevar una cierta esradls tica de 1 0 que se

lee en Buenos Aires) no daba a sus lecrores ninguna noticias.l" 0 podemos

recordar rambien la fuert { . . I ... d .e cr nca, 0 rnejor, os )UICIOS espiadados que por esta

epoca ~omenz.aron a desararse entre los colaboradores y lectores asiduos del

Anuario ... cont ra los follerines de Eduardo Gutierrez. Frente a ellos la obra de

E~ua~da"elo~iada en Alemania y para entonccs rambien en Franci~ (en 1868

L Artiste pubhca.la version original de P ab lo o u L a vie dans lespampa s . .. ) aparece

aqu~ ~omo un ejernplo del cuidado y la rigurosidad con los que es necesario

escribir sobre rernas 0 asunt - las cosrumbres nacis que atanen a as cos tum res nacionales yun

 

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232 -~~-----------.---------- L\ MUJER ROMANTICA

ejemplo, tam bien, de como scr un escritor, 0 bien en esre C:1S0 una escritora

d;gna d e u na b ib li ot ec a arnerican.i q w.: p ue da o fre ce rse ;1 1ru undo (recordemos

que la obra l leva el subtftulo de "novela americana") .

Es en este marco que N av arro V io la av al., la r ci rn pr es io u d el libro de D a-

n iel. Ahora bien, es preciso d esracar rarn bien qu e esta v ez d seud onirno ha sido

abandonado yel nombre de Eduardu Mamilla de Garc ia sedespl iegacornplero

en la porrada dellibro (as! como en el t itulo de t ina resef ia publ ieada un poco

antes en un diario neoyork ino y que sirve de prologo a laedicion) .15 A direren-

cia de 1 0 que sucede con Fernau Caballero , Eduarda no inrenrara distanciar su

persona de la farna adquirida como escricora sino que , por el contrario, se move-

d con soltura y sin dificulrades entre el nombre de aurora y e I seudonimo,

proeurando adosar al primero el exiro y los elogios obrenidos a 10 largo de su

carrera. En su caso el seudonirno no traduce d pudor ni el remer de ser reeono-

c ida (como Sl sucedla con las redacroras de La Aijaba, La Camelia y otros

sernanar ios para rnujeres a corn ienzos y mediados de siglo) sino, por e l contra-

rio, pone en evidencia un usa inteligente y calculado de como hacer!o jugar a

su bvor en carla momento de su vida: rornarlo, cambiarlo 0 abandouarlo

oporrunarnente es la clave de una estrategia que dara en esre caso los mejoresresultados.

Puede decirse que Eduardo Mansilla practica eficazrnenre 1 0 que Gerard

Cenerre ha descripro como "polinornia" 0 "po liseudonimo", es decir, el uso de

multiples (aquf digamos: diversos) seudonimos que son utilizados esrrategica-.

men re y de acuerdo con laocasion que e l auror considers mas apropiada. 16 A s ! ?

en este caso , fa escritora sera Daniel en su debut literario, Eduarda Mansilla d e .Garcia en la tapa de sus libros publicados a partir de 1879, Alvar en algunas

de sus pr irneras pub licac iones suelras en la prensa 0Eduarda a secas hacia el

Filla! de su vida. Por eso resulra interesante indagar los motiuos y las manerQ{.

que pueden haberla llevado a elegir oportunarnente uno 0 diversos "

mas, 0 bien J. f irmar con su propio nombre las obras que publica .

Detengamonos entonces en el uso del p rimer seudonimo: Daniel. Lo

mero que hay que serialar es que el nombre no viene acompariado de un

do. La obra es presentada bajo la sola firma de un nombre de varon, sugiriendo .

a los lectores que este puede efectivarnenre no ser eI nombre real del autor, 0. r~',

bien dando lugar a pensar que detras de Daniel se esconde la presencia de

rnujer (recordernos que existen ya otras mujeres escri toras que f irrnan con

donirno en los sernanarios femeninos de la epoca, yel publico sabe bien

este es un recurso preferido por ellas). La eleccion del nornbre a secas

pensar as! que Eduarda ha preferido mantener abiecta en sus iecrores esta

-s -itt:

4 ; : r f .: . - ; ' t

.~

1ij'K--

~,;.

..;..

GRACELAATTCUORE----------------- 233

pccha que mas tarde ella misrna se ocupara de confi rmar, De hecho, no rnucho

despues del debut la mascara cae y Mansilla no duda en colocar su nombre

cornplero al frente de la edicion del 79. Pero 1 0 que me inreresa sefialar es que,

en este caso, el seudonirno no apuesra su eficacia unicarnenrc al rnornenro en

gut: efecrivamenre es invenrado Y usado sino rambicn, y quiz~iaun mas, cuan-

do se decide dejar de u sarlo p ara re ve la r la v er da de ra id en rid ad de la aurora, Es

entonces cuando se pOlle en juego el ot ro "efecto" buscado por ella, porque la

aparicion de l n orn bre sirv e a ho ra , entre otras COS35, para recordar que en el

memento de su debur literario la escrirora habia eleg ido un seudonim o que

evocaba orra facera de su vida ligada con la rnarernidad: Daniel es d nornbre

del primer hijo de Mansilla.

Surnado a esro, ha y que sefialar tarnbien que cuando Eduardo decide revc-

lar su nombre de aurora firma con dos apellidos (e1 de soltera y e I de casada),

ofreciendo a los descoriocidcs 13 0 informacion mas cornpleta posib le sobre su

idenridad civil y recordarido a los conocidos cud l essu procedencia ramiliar y

su inscripcion social y con que atributos prefiere ser reconocida en elescenario

de las let ras nacionales y american as. A diferencia de Sll col ega europea Fernau

Cabal lero, Eduarda reivind ica para su vida profesional los acierros de su vidaprivada y viceversa. Aunq ue su opinion sobre el rol social de 1 3 mujer (expresa-

do en los ensayos y f icc iones) deja c lare que el ex ir a p r ot e si ona l 5610 puede ser

un plus (no una alrernariva a IJ.rnarernidad y b r:1milia) y par 1 0 tan to se agrega

pem de fling/In modo desplaza los atributos tradicionales y esperados para una

rn uje r d e la ep oc a, 17

Por ulrimo, hacia el final de su vida Mansilla da una nueva inflexion al

respecto: abando na los dos apellidos y cornienza a flrmar exclusivamente con

su nornbre de pi la . A pri rnera v is ta podr ia pensarse que 1 0 hace porque tras una

rruyecror ia de mas de dos decadas cuenta con el reconocirniento del publico,

pero el rnot ivo princ ipa l del cambio es laruptum matrimonial , Gor ri ri seref ie -

re a ella en carta confidencial a su amigo Ricardo Palma, donde en el marco de

un suculento relate sobre las causas de laseparacion cementa el asunto: "Ahora

ha dejado el apellido del rnarido, guardando s610 el de su familia, y en lireratu-

ra, el de Eduarda a secas", IS No sabernos realrnenre si este eambio de firma

responde (como Hesse haria pensar) a un resguardo uga! de laescr itora, pero sf

que cuando eI arnor y elcompromiso conyugal se desvanecen, el la decide des-

pojarse de redo atriburo masculine (ni el nombre del esposo , ni el del hijo y

rampoco el del padre cuentan ya en el ambito de la l itera tura) y coneentrar

sobre su unico nombre de rnujer la fama l ireraria adqu irida hasta en tonces, La

eleccion de Eduardo. podria leerse como un nuevo seudonimo artfsdco me~

 

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· ; . .

234----------------LA MUJERoMANTlCA

dianre el cual buscaria (ahora sf) guardar una di stancia prudencial entre 1 0

profesional y 1 0 personal. Pero tarnbien puede pensarse (yes esra la posibili,dad

que mas me entus iasrna) que eseste e lv er da da o n am bre de la aU[Q~a:la med~-

la, el carozo, el ruicleo indeclinable del nombre complete que sigue en pte

despues de todos los despojamienros. En cualquier caso, me inreresa rescatar

f inalmenre una ult ima propuesra de Genene, quien reconoce en d uso del seu-

donirno una "acrividad poe rica" • "una obra en sf misrna", producto de un

histrionisrno conrrolado, del improntu, de la meramorfos is verbal, del placer

de la invencion, a veces incluso del Fetichismo onornast ico: "Si usredes saben

b ibi " 19eambiar el nornbre -asegura Cenerre-- sa en escn ir .

Seductora idesafiante, ereo que laaf ir rnacion resulra vil ida para aproxi-

rnarnos a la obra de esra escri tora argemina del siglo XIX. dispuesta a cambiar

de mascaras cuando la vida la coloea freme a una nueva circunsrancia, Asi,

saber carnbiar el seudonirno oportunamente, esdecir ponerlo, sacarlo, olvidar-

1 0 si haec falta, escuidar laescritura de las cnticas mas furibundas 0mas sutiles

que pueden atenrar contra la real izacion exitosa de laautorfa.

Entre lectores europeos y modelos nacionales

Como Sarmiento en el Facundo, Eduarda Mansilla in re nra ra ta rn bie n r ev ela r

enigmas insondables de la realidad polfrica y cultural del pais y propone~ su

propia interpretacion de [asociedad argemina. De hecho, pese a que su rrura-

da sobre el histor ico antagonismo entre unitarios y federales dif iere en rnucho

de las propuestas de su cornparriota, el celebrara sus logros licerarios e incluso

exalrara los meri tos de la escrirora euando var ies afios despues ella publique suo

volumen Cuentos (1880), dirigidos, a l publ ico infantil. EI entusiasrno por la

educacion popular , presente en los rextos de Mansilla, aeerca a estos dos prota-

gonistas de la cultura y la literatura argentina de la epoca, mientr~s que .~a

fecviente oposicion de Sarmiento al rosismo resulta un punto de disonancia .

que, sin embargo, no logra abr ir polernicas 0disranciamientos entre ellos. Tal.

vez porque entre las escri toras argentinas.Eduarda es la que mas se pareee a el . .. .

en esa arnbicion por imomentos desmedida can la que el autor del F acun do ."

confesaba a Valendn Alsina su deseo de ocupar e11ugar vacanre del "eseri tof .· ·

americano", para humillar con sus I ibros a los grandes de la t ierra: "Tengo una. .:

arnbicion literar ia , mi caro amigo, y a sarisfaeer la eonsagro . rnuchas vigil ias, ~ .

investigaciones prolijas y estudios rneditados", escribfa Sarmiento en 1851, en

respuesta a las noras que el hisroriador lehiciera llcgar tras sulectura del Facundo,

-~ . .

.;;f

:h~~f~it"

.. .-..._~

;~,.i

"

GRACELAA1T1CUORE-------~~-------- 235

La replica del autor a las objeciones de A l si na ( re sp e cr o de las exageraciones

que aquejan laobra) no puede ser mas conrundente : Sarmiento pre fi ere dejar

intactos los "lunares que afeaban la prirnera edicion" con cal de no perder cl

genio que Ie diera ese menton de "leccores apasionados" que hacen del autor

"un mica como su heroe".20

Sin dudas Sarm ien to es muy claro y abierrarnente franco al confesar esedeseo irrefrenable, desrnesurado, de obrener para sf mismo no solo el reconoci-

rnienro de los pares, sino la gloria [iteraria: "Hay una justicia ejemplar que

haeer y una gloria que adquirir como escritor argentino: fusrigar al mundo y

humillar l a sobc rb i a de los grandes de Ia tierra, I la rnense sabio s 0 gobiernos".

Fu st ig a r, b u rn il la r, h a ce r [ us ti ci a son los rerrninos con los que Sarmiento def ine

esta pas ion violenta que 1 0 i rnpulsa a ser reconoeido entre sus cornpatr ioras y

en el mundo. Tal vez no haya muchos orros casas en l a l i te r at u ra donde se

pongan en cvidcncia de rnanera tan expllcita los a rr eb ar os b el ic is ra s que des-

pierra en un aurar su arnbicion por edificarse un prestigio y un nombre como

tal. En el caso de Sarmiento, laconquis ta del publico europeo esun suef io y una

mera que adquiere las dirnensiones de una verdadera bara lla que vale la pena

librar, y en la que el auror se imagina y se proyecra como el triunfador final de un

com bate entre grandes: "~No siente usted que elque tal hieiera podrfa presenrar-

se en Europa con su libro en la mano, y decir a la Francia y a Ia Inglarerra, a la

Monarqufa y a la Republica, a Palrnersron y a Guizor, a Luis Felipe y a Luis

I L d . bl h '11 D" 2t .apoleon, al Times y a a Presse: i ee ,mlsera es, urru aos.: .

De manera rnenos expllcita (y brutal) que Sarmiento, los esfuerzos de

Eduarda MansiUa por sec reconocida no solo dentro sino especialmente fuera

de su parria marcan algunas coineideneias con elautor del Facundo y muestran

eI inreres de una mujer par ganarse el drulo ramo 0 mas vacante de escritora

americana. Desde luego, en su pais eompire en esto con otras dos figuras de

peso entre los rorndnricos: Juana Manuela Gorrit i, que haeia la decada del 60

ya ha logrado un reconocirnienro en Bolivia y sobre rodo en el Peru, es una deelias. LaOtra esJuana Manso, que desde hace afios realiza denodados esfuerzos

por ll evar adelanre los proyectos de Sarmiento, primero cubriendo con su es-

cri tura todos los f laneos posibles para acompafiar desde la l iterarura las luchas

polfticas contra Rosas, luego surnandose a la causa alfabetizadora para estable-

eer y consoli dar la naci6n rras la baralla de Caseros. Sin embargo, la act ividad

de Manso estarfa cada vez mas cornprometida con un programa social y parti-

dar io que con un prayeeto l iterar io individual; mientras que las ambiciones de

Eduarda Mansill a cienen por objero principal forjarse un lugar y un nombre

propios en d eseenar io de la culrura l iterar ia nacional e inrernacional.

 

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236------------------LA IvIUJEROMANTICA

Como Sarmiento, ella se OCl1pa pcrsonalrnenre de hacer circular sus libros

por d mundo, eligiendo e str ate gic arn en re a l o s l ec r or es cup aprobacion puede

valerie un reconocirn iento en cadena. De heche, el esluerzo para que sus dos

p ri rn cr as n ov el as lIeguen a la B ib li or ec a N a ci ou al de Berlin no solo rnoriva 1a

resefia de la Reuista Alemana sino que logra granjeade 1 0 que su hijo califica

como "una of en a p ri nc ip es ca ", C u en ra Daniel Garda Mansilla que tras la pu-

blicacion de Pablo . . . en L'Artiste, el secretar io del principe Federico Carlos de

I'rusia (entonces fururo ernperador Guillermo I) y prorecror de las bras nacio-

nales "inviraba [a Sll madre] a pasar a Alernania y le ofrecia una posicion".22

Eduarda no habria aceprado el ofrccirniento ya que p or e nton ce s e sr ab a re ro r-

nando jun ro a Sll familia a los Esrados Unidos, donde su rnar ido acababa de ser

nombrado minisrro argentino. Sin embargo, Ia escr ito ra desea rnantener viva

su presencia entre los franceses y por eso se ocupa ella rnisma de solicirar a

Laboulaye e I pro logo que debia acompaiiar la edicion en libra del fol letin pu-

biicado en L'Artiste. En esa misma serie de gestiones para que la obra ci rcu]e,

envia su rerraro y Otro ejernplar del libro nada menos que a Victor Hugo, al

que no ha logrado conocer personalmente durante Sll estancia en Francia pero

de quien logra una respuesra que l e s e rv i ra mas tarde para jerarquiz.ar la presen-

tacion del foUerin freme al publico de Buenos Aires. Aqui y alia, Eduarda in-

(Cl1Carespaldarse siempre 1 0 mejor posible y 1 0 consigue:

Madame: uotre livre rn a captive. [e lui dai s des "cures charmantes et

bonnes. Vow m'auez montre un monde inconnu. Vousecriuez une excellente

f a ng u e f in nr ai .r e, e t c 'e st u n i nt irE t p r o fo nd d e v oi r u o tr e p en se « am er ic ai ne

se traduire en no tre / angage europeen. IIy a dans uotre roman un drame

et Iin pap age: le pay.rage est grandiose, le drame es t emouoant. [e t/ous

remere ie, madame, et j e mets a vo s p ie ds m es h om m ag es .23

Dos virrudes despiertan laadrniracion de este celebre frances ante Ia obra de la

colega americana: en primer lugar, la capacidad de la aurora para pintar dpaisaje subli rne de lapampa, para capwrar los rnotivos de los dramas y confl ic-

ros nacionales ( lo cual constituye un topico entre los Ieccores europeos); por

orra pane, la desrreza para ver ter e I asunto en otra lengua y otra cultura ajenas

ala suva. Vale decir, la capacidad de traducir. En esto ultimo sf, puede decirse

que Eduarda corre con ventaja respecto de Sarmiento: el f rances la acornpaf ia

desde hace muchos afios, De modo que el manejo diestro de esa lengua adqui-.

r ida sin esfuerz.os ni horas quitadas a! suefio sino en la cotidianidad de los

juegos y las lecciones infanri les la connora incluso frente a sus cornparr ioras. :

T....~.

' : ! f

.-.~w,.~- .. .

GRACIELAATTICUORE---·--------------- 237

En este sencido, el juicio de Victor Hugo introduce una cuestion que es

c ru ci al p ar a indagar la figura de aurora que nos o fr ec e E du ar do Mansilla: su

obra arianza el modelo de la escritora interprets, cuya imagen crece no solo a

rruves de las opcracio nes y ani f1cio,; texruales que despliegan sus novelas y rela-

tos s ino tambien en las anecdoras blOgdficas y autobiograficas que la apunta-

Ian y forralecen.

Poses y retratos de la inrerprete

P ue de d ec ir se que la habi lidad del frances y la i rnpor rancia gue c l a su rn e en la

vida personal y prafesional de Eduarda Mansi lla se cangela en una imagen

consrirutiva de SlI leyenda bicgrafica, Me refiero a la imagen que nos remite a

una escena muchas veces cicada por sus conternporaneos y retornada por los

biografos y los crlticcs lirerarios de la autora en d is ri nr as e po ca s,

Una nina oficia como craducrora en un e nc ue n t ro d ip lo rn at ic o en Palermo.

Se trata de Eduarda, que riene apenas siere afios yes la encargada de mediar en

la conversacion entre dos figures relevanres de !a polirica internacional: el pre-

siden teargenr i no Juan Manuel de Rosas yel Conde Walewoski , enviado espe-

cialrnenre por Luis Felipe a Buenos Aires para inrervenir en el conflicto que ha

dererminado e l blaqueo anglo frances, en 1845. La escena scst iene laproduc-

riva imagen de la nina interprete que oricia como traducro ra y mediadora

entre dos lenguus, dos culturas y dos pohricas, jugando un rol irnportante en

e st e e nc ue nr ro de cis iv e para la vida politica argentina de mediados del siglo

XIX.

Entre las interpreraciones mas recientes que se han heche de la escena,

Claudia Torre ha senalado acerradamenre el contraste entre la repetida men-

cion de la anecdora por parte de los biografos y criricos de la obra a 1 0 largo del

siglo XIX y la elusion casi tOtal de su rnencion entre los hisrori adores que se

refieren a este encuenrro entre Rosas y el enviado de Luis Felipe; "Es inreresan-re como una escena ran inquieranre [... J es eludida en la narracion de este

segmento h is r or ic o [ .. .]-advierte Claudia Torre-. Los modos de Ia historiografia

no podian hacer lugar a un episodic de este cal ibre. {Era pos ible pensar que en',

el s iglo XIX los ccrnplejos asunros de estado , los laberintcs del devenir dipJo-,

matico, estuvieran sos tenidos por [. .. ] una nif ia?".24 Como sefiala, Torre, la.

hisroriograha ha ornirido 1 0 que la biograffa ha elegido repetir hasta el cansan-

cio. De hecho, la escena si rvi6 por ejemplo de presentacion de la escrirora en ..

Estados Unidos, donde e I periodi sta Rafael Pombo la relata para e l publ ic o ; _ .. .; ;. .

 

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238-----------------LA MUJEROMANTICA

I,; : . ' ,"~",,

norrearner icano (posteriorrnente, el texto servir fa a su vez de prologo a Ia se-

gunda cdicion en Buenos Airesde ELmedico de Sa n Luis). Pero 1 0 que me interesa

proponer es que esta escena ha sido lefda como una suerre de mer:ifora

pre figuradora, que anuncia no solo a la adulra fins, educada y eleganre en la

que la nifia se convierte con los afios s ino al r ipo de escrirora que ella elige ser,

Podernos encontrar varios ecos y resonancias de csra fuerre anecdote bio-

graf ica a 1 0 largo de la carrera literaria de Mamilla: desde eI esfucrzo de sus

primeras novelas por explicar a!publico extranjero las condiciones del enfren-

rarniento "civilizacion-barbarie", pasando por los Cuentos publicados en 1880,

en los que Eduardo se inscribe en Ia tradicion de relates infa~tiles europeos,

propcniendose "craducir" (sic) al espafiol un genero inexistence aun en esa

lengua ("5i 10 hice bien 0mal, no me incumbe a mi dec irlo: solo heinrenrado

producir en espafiol, 10 que creo no existe aun origina l en ese idioma: es decir

e I genero l iterario de Andersen"," afirma en e l prologo a la obra). 0 bien en el

volurnen de Creaclones, uno de sus ulti rnos l ibros publicados en 1883, donde

asume una vez mas el rol de la interprete para entender, 'develar y serialar a los

lectores las claves de los nuevos dramas y conrlicros nacionales de la epoca,

Traduc ir Ameri ca para los europeos es 1 0 que inrenta Mamilla en E L medicode San Luis y todavla mas en P ab lo o u L a v ie d an s le s p am pa s. Pero rambien

explicar a los argenrinos las cosrumbres y los habitos de Ia realeza europea en

Lucia Miranda 0 las delicias y fealdades de una nacion moderna y en todo

diferente a su patria de origen en Recuerdos d e v ia je (I882),onderocura

acercar a los portefios lacultura nor teamericana. Detengarnonos por ahora en

este ult imo libro, ya que en el podemos ver asomarse y rarnbien desvanecerse

las certidurnbres y las poses de la inrerprere. 7 ~

Una de las primeras anecdoras ali i descriptas traducen la mezcla de estu-

por y frusrracion que experirnenra la viajera a! wear por primera vez rierras

neoyorkinas. Eduarda acaba de lIegar a la ciudad, "se encuentra rodavfa en de"

puerto donde la ha dejado la embarcaci6n que la trajo desde Europa junto a .

familia. Y siente ya la pr imera decepcicn: no entiende un a soia palabra de las '

que vociferan a su alrededor, I a innumerable cantidad de viajeros y .

portuarios que conviven por un rato en 'esta zona periferi ca de la ciudad.

vivacidad con la que la escri tora pinta laescena esdel todo elocuenre resoecto-

al rechazo que Ie provocan esos seres "groseros" y "feos" que hablan un

incomprensible para ella. AI menos par una vez Eduarda experirnenrara la

gua exrranjera como una barrera lamentable y molesta que evoca eI L<Ll.l....U··

biblico de Babel . Aunque a!escribir este recuerdo para elpublico portefio no

priva de evaluarlo a rraves de una cita e n latin: " .

GRACIELO..AHICUORE----------------- 23 9

Diver se l ingue or ri b il i l ave lLe . Recorde al Dance, sin poderlo rernediar,

cuando seguida de mi numerosa (sic), me encontre a cierta al tura del

muelle, delanre de un muro humane, que vociferaba palabras desco-

nocidas, como una legion de condenados. Eran seres groseros, feos,

mal enrrazados, con enorrnes iarigos, que blandian despiadados, furio-

sos, sobre las indefensas cabezas de los viajeros, cuyo paso impedlan.i' '

Eduarda marca as! l a disrancia con esta otredad neoyorkina que se presenta

bajo la forma de u na m asa , una "legion de condenados" a los que ni siquiera

inrema individualizar, Esta distancia 0mas precisamente este rechazo que des-

pienan los orros se expresa en el desconocirniento de su lengua. Pero la irnpo-

sibi lidad de enrenderlos no parece rcner que ver unicarnenre con el Ingles sino

con los registros , los tonos y tal vez los acentos de quienes 1 0 hablan. Eduarda

se s iente muy lejos de la culrura y el habla de estos pecsonajes . S in dudas poc-

que, como 10 serialan los l ingUistas, lalengua no esajena a laclase, al genera, a

la inscripcion generacional de quienes la pracr ican, de 1 0 que pucde inferirse

,que tarnbien los rraducrores son sensibles a esras varianres. Yen e 1 caso particu-

lar de Eduarda Mansilla podria decirse que, efecrivamenre, los terrninos, las to-

nalidades y acenros ernpleados por estos usuarios de la lengua popular neoyorkina

no son los que ella aprendio de las lecciones recibidas durante su niriez en la

casa familiar.

Pero mas alla de esta imposibilidad de enrender, atribuible a un rechazo

de clase, e l rnornenro de la lIegada no es el unico en el que Eduard; realmente

dUM de su manejo diestro de orras lenguas e incluso ltega a reconocerse a sf

rnisma como una falsa pollglora;

Ha lIegado e I memento de hacer aqui una confesi6n penosa, que hara

derramar lagrimas, no 1 0 dudo, al digno don Antonio Zinny, mi maes-

tro, a quien su discipula favori ta , debia en ese entonces rodo e l ingles

que sabfa. Y este resulto ser tan poco, que con gran vergUenza y asorn-bro mio, elinterprete natura! de lafamilia, [anina poliglora, como me t,

l Iamaron un dia algunos aduladores de mis alios rempranos , no enten- ; ',

dfajota de 1 0 que le reperfan los hombres rna! entrazados y el laconico ' .

expresivo ernpleado [se refiere ahora al conserje del hotel]. "2Que di- ""

cen? <Que dicen?", pregumaban rnis compafieros, volviendose a mi, '~ -

como a la fuente. Y la Fuente respondia: " iNo les emiendo!", y fue~;~~,

era responder laverdad, porque mi rurbacion era visible.27

• :~~~ ~.,

. .

 

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------------------- u.MUEROMi.NTCA

' _ =' , -, :~ del pueno y casi insralada en un lujoso hotel de la quinta Avenida en

_:__--___-:~:r;}n,duarda sigue sin cornprender UIl;} p aiab ra d e 1 0 que l e d ic en los

: : : - , = ,::-lJos de la recepcion y la conser jerfa. La siruacion es aquf mucho m a s

~ - ,: , -' .: :r e y bochornosa porq ue el habiar mas pausado y arnable de e sr os o rr os

,: :. ': ,: .; :, t(Ores rec larna la cornprension de una buena inrerprere, Eduarda no

~::. :21r de la turbacion, sirnplernence no enrien de y por 1 0 tan to no puede

'::_-__,:, ': :r a las expecrarivas de los suyos.

,~. .i0maen esra esccna una gran euota de desencanro y f rust rac i6n, que su

~-:-c :')nisra inrenra paliar un poco a craves de la ccnfesion y el senrido del

:---:-:.:~, Pero esre tropiezo inicial rnarcara definitivamenre su mirada sobre la

:'_,.:.-'.':moderna, en la que se senrira siernpre un poco a disgus ro. Desde un

7:'::-,~~ rnornenro Nueva York despierta la nost algia de otra ciudad amada y

:;_:_-:__-. da can la que sf la viajera se idenrifica plenarnence: "Nada hay mas grato

= : . c '·viver a ver a Par is",28 expresa sin ternor a evocarla, jusro cuando e I relata

7:=:; ;rlaa los lec tores cornenzar la descr ipc ion de la c iudad que en esos rno-

:~r.:::::c ,;visira. Esen Paris d on de la v ia jera dice haberse sentido mas a guSto y es

z: ; ;_:ultura y en su lengua donde se reconoce can mas facilidad,

'::n embargo, encomramos entre el anecdorario biografico de Eduarda

,~:Ja orras imageries de la inrerprete que enfocan, a su vez, las vicisitudes y

: - : : ' ,: : -: 05 call [a lengua Irancesa, Comentando el proceso de escritura de Pa -

'" .. , :Janicl Garcia Mans illa se refiere a las preocupaciones de su madre por

.:= ':':,0 los rerrninos adecuados en frances, y aun mas, par lograr un estilo

: : r : ' , : " ) en una lengua que no 1 0 es:

Juranre el verano alquilaban mis padres una villa en "L'Isle Adam" ,

::? 10 s alrededores de la capital. y los domingos muchos amigos ve -

ruan de visita,

En plena labor de su novela, consultaba a veces d estilo can Mr,

de Laboulaye, que tenfa por rnis padres gran esrirnacion, Un dia de-

ruvo a mi madre en su lecrura, y Ie dijo:- / vl ' aaame , voila un m ot q ui est bien L ongp our n o s oreillesftantaises:

Z U ltV er neme nta L c e n es t p as f ra nta is , " ,

Contesrole mi madre que susti rui rfa la palabra con otra.

Al dia siguiente, muy temprano, recibio un telegram a asi re-

dacrado: "M ad am e: je suis un dne! Gouoernemental c'est bien d u

jTantais. Laboulaye"("Soy un burro, senora; gubernamental espala-

ora correcta "),29

. .

'~h'~,ci;

~ .: :t . ~

~. - "

, ,

,

,.-;

~r

~

: ' :" ; ;" "1>

- : ' t o ~ . .

.,• c

"

GRAcrEAAncuORE---------------- 241

Podrlan sefialarse aqui varias cuest iones inreresantes: por una parte la cercan ia

de la aurora con es re personaj e de la culrura y la polirica Irancesa de la epoca.

Cuando Eduarda 1 0 conoce, Edouard Laboulaye esya un presrigioso abogado,

miernbro del Colegio de Par is , que habia side prerniado par la Academia debi-

do a sus escudios sobre histori a del derecho. Desde [349 dicraba clases en el

Coll t' ge de France y se desracaba como acerrirno defensor de las libertades indi-

viduales contra el imperio. Sin d ud as re su lra in re res an te la v aciia cio n de este

frances sensible 3 1 rrabajo de la interprere sabre la palabra "gollvememmtat',

concepto irnporranre en una novcla que se pronuncia contra las reonus y las

pr.icticas de un sistema que, como inren or a d em ostra rlo la aurora, arerira con-

r ra l a l ibe rt ad y la democracia,

Pero 1 0 que me interesa dcsracar son mas bien las vacilaciones de Eduarda

y can ella el £'sfoerzo por cncor it ra r las palabras apropiadas, los rerrninos que

"suerien b ien" a los oidos de los franceses , mas aun, por "dar con el esrilo" en

f rances, La escri ro ra consu lra a Laboulaye mientras escribe en SlI idioma una

novela que transcur re en la pampa y que esta proragonizada por un gaucho .

Eduarda se dirige esta ve z al publ ico exr ran jero , Habla para "or ros" a quienes

inrenra rnostrar una realidad descoriocida. £1 es fuerzo por dar con el estil o

irnplica desde luego un esruerzo por rraducir, por trasladar de un mundo al otro

a los actores, los dramas, los r ipos y las voces que no son famil ia res al publico

parisi no, Esta vez el r rabajo no co nsiste tanto en enrender -que es la mayor

diflculrad en Nueva York- sino en h ac er s « en te nder en otra lengua y otra culm-

ra. Una lengua adquirida duranre la nifiez pero que no r esul ra tan p rop ia, tan

Intima ni esponr.inea como el espariol . EIesri lo en [ranees debe ser buscado y

trabajado con estuerzo: no f luye sin resistencias, pese a que esa lengua le resu lra

mas amable y cercana que el ingles,

Los trabajos de la interprere

La cuestion nos coloca de lJeno en el poliglotismo de Mansilla. Para 1 0 cual

resulta oportuno recordar aquf el modo en que un reorico conternporaneo,

especialisra en las relaciones entre lenguaje y craducci6n, ha reflexionado sobre

su prop ia experiencia, Nacido en Par is y criado en Nueva York, George Steiner

dice haber aprend ido a hablar can la misrna fac il idad el ingles, e I frances y el

aleman, idiomas en los que se desarrollan las conversaciones familiares durante

su infancia , adem as de o tras lenguas adqu iridas con posrerior idad a craves del

es tudio pero en las que se desenvuelve con menos solrura, Steiner defi ne 's~- .

 

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_ _ _ _ _ _ _ _ _ - - - - - - - - L A MUJER RoMANTlCA242

~ di , I d oll'glota" no solo por su capacidad para pasar de unacon IClon natura e p . ... d d

1 . de una Frase sino par la irnposibilida elengua a orra en e corm trempo .

!. I de origen una lengua madre en la cual se fipn losreconocer una so a engua '. ivid d. di . . tOSyen la que se modela su subjetivi a :pnmeros apren IzaJesy pensamlen

No guardo recuerdo alguno de una primer~ lengua.:tice St~iner~.

En la medida en que soy consciente, poseo Igual faCIlldad en Ingles,

f ' al ' Lo que hablo escribo 0 leo en otras lenguas haranees y eman. , ., PIlegado ma s tarde y estri mareado par ese apreridizaje conscience. .ero

. . imeras lenguas como centres perfectamente equrva-sienro nus rres pn . .. d [ )I d ,. Las hablo y escribo con la rrusrna facilida ...entes e ml rrusmo. u . • .

S ~ . al densidad verbal y excitacion linguistica sirnbolica enueno con Igu . . ..las rres [.. .J Esta rnatriz poliglota [.. . J orgalllzaba, orienraba rru sentl~

miento de la identidad personal.30

La paridad, la equivaleneia con las que esre hablante d~ne su relacion con I~s

I . , arca el "poliglotismo natural en el que se afirrna sutres enguas en cuesnon m .

identidad como sujeto. Por eso en esre caso no resulta posible reco~ocer .una

mayor facil idad en el manejo de una lengua so~re ctra, no ?ay distancia 0

jerarqula aJguna entre ellas porque no exisre un ongen recon~clble. Desde lue-

h . gen 0 un riempo en el que se pucda s itu ar e l momentogo rampoco ay una una .. d

d d "', d saberes porque estas lenguas no han sido incorpora ase a qUlslclOn e esos , . . .:

a traves del estudio sistematico sino mediante e l proceso de crecirmenro tern-

prano, cuando d hablante aprendia sus primeros balbuceos 0 entrenaba

morricidad sonora. .

Esta definicion del poliglorismo natural y espontdneo de Stetne~ con

norablernenre con la ot ra imagen de una poliglota esforzada, a qUien. a

. I id hados en ingles a que necesrtapueden resulrarle aJenos as sam as eseuc. .

sul tar a un hablante nativo los terrninos mas apropiados para traducir al

ces conceptos cenrrales de la trarna novelesca. Eduarda no es cxactam~nte. ., d y dedicada que busca eJercerfaJsa poliglora smo una mterprete esrnera a '.. ..,

rol tanto como parecerlo. L a' figura dela.inrerprere, que tanto !~uadra a

. . '-d'd' . 1 XIX fc cto buscado e1ahorado.productoescntora argentma SIg0 •es un e .e" .' . . .

fu fiado de la exhibicion de la pose can la que luce aun es eno acompan.· .. ' . . .....

1· t 'or de las ficciones su habilidad para las le~guas extranmomento en e Inen . ·n ....•

ras y su versati lid~cl para explicaren ingles .lo que no tiene tradU~cl~n en

-' ~ I E cada uno de sus textos (novelas, cuentos.dibrode ..CI;S 0.en espano..~ ..... . ,.. .. .Eduarda Mansilla ~os recuerda perman.e!l temcnte ese don de lenguas. en

GRACELAATTCUORE------------ _243

escri tos hay cantidad de palabras y cxpresio nes que fa escritora toma presradas

de l ingles, el frances y a veces rarnbien del lat in . En algunos casas, como en los

R e cu e rd a s d e u ia je , en Pa bl o . .. , en los Cuenros, el rccurso seextrema 3 1 punro de

que no exisre casi l in solo parrafo del texto en el que no recurra a expresiones

en orros idiomas para explicar una idea 0para rernatar ia con un giro elegance a

graclOso.

Sin embargo, en ocasiones Ia aurora rarnbicn deja traslucir adrede esc cs-

Iuerzo, ese trabajo par entender 0 hacerse entender en otro idioma, rnienrras

sefiala desde el interior misrno de la ficcion cual es SlI propio lugar de per te-

nencia, el origen, la cuitura y la lengua de las qlie ella misma proviene: "Dans

nos carnpagnes, " I propiiti n 'a p a s L am em e s ig ni fi ca ti on q u' en F ra nc e. D'abord, fa

terre qui a un g ra nd p rix ici, chez nous commence it peine a representor quelquechose"3! ("En nuestros campos, Ia propiedad no tiene la rnisrna signif icacion

que en Francia. En primer lugar, Ia tierra que aqu/ r iene lin gran precio , entre

nosotros comienza arenas a represenrar alguna cosa", L a T ri bu na , 2 /1 2i l8 70 ),

explica Eduarda en uno de los primeros capirulos de Pa bl o . .. Esca cita nos

acerca solo uno de los muchos ejemplos donde puede verse el usa par ticular de

los pronombres en esta novela y su consrante rernision a la auroria. E I marcadocontraste entre el "aqui" (Paris. el lugar desde donde escribe la aurora) y el

"nosotros' ' (de un narrador que se reconoce rniernbro de otro espacio yempa-

rentado con otros cornparr ioras) se repire en otros muchos pasajes de lanovela

y sefiala clararnenre cual cs la identidad cultural de este narrador que adopta

todo el t iempo la perspecriva de Ia aurora y se confunde can ella a veces expll-

ciramenre: "D 'a i lleurs l 'au teur de usp ag es s ep ro po se d 'e xp os er p lu s t ar d l es pou rquoi

et les parce que de ce long malentendu historique, qu i menace d e s e t ra n sm e tt re

au x a ges futu rs, san s q ue p erso nn e ait e u Ie c o ur ag e d e r el ;e ve r l e g a n t" 3 2 ("Par orra

parte, el autor de estas paginas se propone exporier mas tarde los porqui y los

p ara q ui de esra larga desintel igencia hisror ica, que arnenaza transmirirse a las

edades futuras, sin que nadie haya tenido el valor de reeoger cl guante", La

Tribuna, 2/12/1870). .

El rnalenrendido que, efectivamente, explicad mas tarde la novela tiene

que ver conlahisroria del partido unirario en la Argentina yel modo como

interprera Eduarda Mansilla las causas de Ia antinomia civiiizacion/barbarie.

Pero nos interesa por ahara atender a esta irrupcion de la £igura de la aurora

que, inrnersa ~nese "nosotros" americano y rioplatense, dialoga abiertamente

con eI publicoeuropeo desde d inter ior de la ficci6n. Podrfa decirse que en esta .

novela la presencia de la autora esta sobrescrita y tiene una (ilene rnarca nacio~L,. '?~:::::~,

nalista: todo el tiempo la historia nos recuerda cual es la procedencia de hi'

 

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244 LA MU JE R R OMANT 1C A

escrirora y ram bien cual es su lengua de origcn: "Hi/as:' D an : la !r mp te franraiu

et dam aucurie autre q ue je s ac be , l e mot q uercncia fiepeltt S< ' rcndre a/lee exacritude.

Liueralemm! traduit, querencia ueut dire l'endroit aime, c'est-a-dire la dem eure, ..

le home des AngU li s; m als les G auch os n'em ploicn t c e m o t-Ia q ue p :/rlu nt de s hiter.

C'est peul~hre qu e terre errant p ar IW LU re e t f ar jorce, l 'habitant de s pampas , L e

Gaucho nomtlde destine (1uiure til IIot dam un enr lroit , tanto t dans tautre, ne

peut auoir . n 'a pa s de quercncia ( )«r» ("jAy! Ni en lengua trancesa, ni en

ninguna orra, que yo conozca al r ne no s, la p ala bra querencia tiene un exacro

sinoriirno. Literalrnente rraducida. querencia, quiere decir el lugar querido, es

decir, el hogar, el home de los ing leses: pero los gauchos no ernplean esra pabbra

sino hablando de los anirna ies" , L it T ri bu na , 2 9/ 1 1 11 87 0) .

Desde luego, recordar de vez en cuando a los lecwres que la par ria de la

escritora esd "en otra pane" de l lugar donde nace la cscrirura es hacer gala de

un saber que eI publ ico no posee y que hace mas valioso y atractivo el rexro en

cuesrion. Pero ademas, 1 0 cierto es que a menudo las palabras can las que la .escr itora necesita contar al publ ico europeo una h isto ria para e lla rnuy conoci-

da y familiar no rienen equivalente en frances. La hisroria es otra historia y

enfrenra por 1 0 tan to las dificul rades mul tiples de Ia orredcd. Como decir en '.

orra lengua 10 que no tiene rraduccion es la preguma que rodea y vuelve cons-

ranrernente a 10 largo de esta novela . Eduarda inrenrara gran jearla de d iversas

maneras : buscando parecidos en otros idiomas que no sean e I frances (10 cual

rec larna desde ya un lec tor competen te como ella, d iestro en elmanejo de o tras . . ;~

lenguas),o bien of rec iendo , como aqui, expl icaciones mas largas que cubran el .

5cmiJo de Ull rcrrnino inexistence en la cultura y la lengua del otro, que acer- . . ' ••••.1,

quen el conccpto a quienes les resulta completamente ajeno. Las comparacio;, .. ,

nes y 3.nalogias cons tituyen en la novela un recurso arnpliarnenre explotado ' . . ~.

que -dadas las resonancias de" s u argumemo- nos recuerda una vez mas ~ .• ~ . '

Facumlo . Pero a diferencia de Sarmien to, los terminos de cornparac ion prefer ,~~jJ .

dos por Eduardo no rern iten jamas a los paisa jes or ientales sino al rnundo e~r?; ;7: '

peo. America se exp lica y se traduce a travis de la culru ra , e l arte y la h is tor i~ ~europea. It'",'

Asi, para explicar el aspecto desalir iado y ternible de Pablo (e l gaucho unkt*.'i'7:

tario proragonisra de la novela] la escrirora apela a una analogia italiana: /l. 0tt:.. -asp ect b ig m-re, dig tu nilft et hltero gen e, un E uro plen se sera it crn en p resen ce d . :1 . :" ' .bravi de s pampas; mais nous autres Argentins, n o us s av o ns a quoi nous en ten.~rj '" '~

sur cepoin t"J~ ("Ante su aspecro abigarrado, andrajoso y hecerogeneo, un eu[?..,,f~~~.

peo se habrfa creldo en presencia de los bravos de la pampa; pero nosotros I i ? ! , ( , , _argentinos sabemos a que atenernos a ese respecto" , La Tribuna, 29/11fl870);~'

. . . . .

,.~f:'~~·' .~.

" ~~.

CRACELAATTCUORF------------------- 245

5e asorna en esre p irrafo una presencia tacita pero fort is ima de la interprete

(II/tllml, esa que pucde l igar un mundo al o tro , que trara de bU5C3. rindgenes,

parccidos posibles para rnostrar "alii" 10 que s610 existe "aquf". Un gaucho es

(o/tlO un "bravi" pero es t arnbi en rnuy, muy d ife re nr e. P or otra pane, en este

ll1isrllo pirrafo inscripto en los cornienzos del texto la inrerprere recuerda y fija

lI11J vez m is su ofigen Y SLI procedencia geografica y nacional: "n050tf05, los

argcncinos" , escr ibe Eduarda , como recordando 3 los f ranceses de donde pro-

viene y do nd e s e a fin ca su u oz d e a u to ri da d n ar ra ti ua : e l c on oc ir ni en ro p ro fu n-

do de los tipos nncionales y elpaisaje americana, dos elementos constitutivos de

[a novela, son los motives que prueban en el texto su perrenencia a esa o tra

cultura y a IJ vez su capacidad para craducirla al frances, pese a las dificultades

de la cmpresa.

Como 10 prueban estes pocos eicrnplos, la novela esta cargada de concep-

toS que definen y circunscriben la orredad americana y que son traducidos por

medic de SImiles, analogias 0 cxp]icacicnes de disri nro ripe que van organizan-

do a 10 largo de sus paginas una suerte de dicc ionario de terminos y concepros

arnericanos. As! como expl ica que cosa es la querencia, Eduarda explicara tam-

bien q l le es el fogon, 1 a tropa, la papeleta del gaucho, que es un caudillo, que esh partida. como es lu pampa. Pero la escri ro ra p3 .receser conscienre de que la

cant idad de rerminos que necesi ra incorporar a la novela para que ella de cuen-

casde las peculiaridades y cosrurn bres rioplatenses puede resulrar excesiva, y,

por lo tanto. que en su ernpcfio por traducir podria llegar a saturar la trarna

con descripciones que debilitarian eJ interes cen tra l de la anecdora. Entonces

invenra una en trada d istinta par3 esre dicc io nario: ruanda al p ie de pag ina una

escuera explicacion (una venh ,k rJ expl icac ion de dicc ionario) de los rerrninos

que considera exrrafios p3ra e l lec tor europeo : GUOna, " p ie ce d e c ui r f oi sa n t

partie de L a selle i nd ig e ne " ,) ; Ch.mar, "peti:arbre ipim:ux",36 guanaco, "camellus,

guanacus",37 pajonal, "berbesgigamesques",58 palenque, " ra n ge e d e pieux ou ton

attache Le schevau.x"39 son algunas de las enrradas elegidas para nombrar y ex-

plicar la orredad americana .40 Eseste el cornpendio lexico, a llarnernosle rnejore1Lexicon americana que prescnta la novela y con el e lla! logra pinrar e l cuadro

rornantico de la pampa argemina.

La imagen que de ella ofrecen las ficciones de Eduarda Mansilla esta he-

cha de terminos casi s iempre imraducib les, aur6cronos. Terminos que laauto-

ra cOl1sidera can irremplazables como los colores de la paleta de un art ista.

Podemos denominar a esws terminos bisagra. Porq ue esa cadena de Ieonos ver-

bales conecta dos culruras y a la yez gra£ca hacia el inrerior del relato los pun-

tos I(mites de la traduccion, las zonas y los margenes en los que una cuhura,

 

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246----------------------------

para ser enrendida, pide ser incorporada en su propia lengua, a craves de SUs

propios codigos. La ins isrencia en conserver esos rerrninos argeminos en la

version francesa de la novela ind ica no ramo la i rnposibilidad de rraduci rlos

sino la eleccion de conservar en la ficcion los signos tangibles de la orredad

americana, en lacual esta aurora desea ser reconocida como uno de sus rnejores

exponenres,

Leer, traducir, escribir

"La cornunicacion humana es una traduccion","! advierte Steiner. Enrender al '

otro y hacerse entender ( tam bien dentro de una rnisrna lengua) irnplica s iern-

pre un complejo proceso que requiere estuerzos y pasajes a veces diffcil es de

sortear, para atravesar las frcnreras del yo buscando conciliar los propios codi- '; '

gos con los del inter locutor . Las diferencias sociales, generacionales, sexuales , '.

temporales, afectan constanrernente ese proceso y esasf que los hablantes, como'

los inrerpretes, enfrentan a cada momemo la arnenaza del malenrendido. Su

trabajo consisre precisamcnte en desafiar el caos de la incomprensi6n. ..

Laescri tura de Eduarda Mansil la sernuestra siempre arenra a latarea de lao

im~rprere, enrendida incluso en este semi do amplio y laxo que nos sugiere'

S teiner , Puesro que toda cornunicacion es traduccion, la escri tora se ocupard

no s~[o de explicar en frances 1 0 que unicamenre exisre en espafiol, rambien def. '

des~lfrar para los hablantes de su misrna lengua los rnisrer ios del mundo y 1.1?'

realld~d ~ue los rodea. Se vale para hacerlo no solo de las diversas lenguas qi

maneJa S100 tarnbien y en gran medida de las lecturas acumuladas.

~os.libros nacionales 0ext ranjeros la ayudan a devanar la madeja de s J i ' ; '

proplas Ideas y pensamiemos sobre la sociedad argentina. Su mirada sobre '

vida publica y polftica sedefine en abierta oposicion 0s impatla con esas

cas. En este sentido, algunas escenas de Pablo au fa v ie d an s l es p amp as

dan fuertemente el Facundo, aunque vengan a ilusrrar exactarnente 1 0

rio: es el caso por '~Jemplo de un capftu .lode [anovela de M~~silb. en eI que

narra la conversacion entre el cornandante y la madre de Pablo' (encarcelado

manera injusta en ese mornenro) . Ella h'a: icloa ver lo con unacar ta del (t""",,"O,_,

dor para rogar le P~~~a vida desu hijo. C~ando el dii logo entre ambos

comenzado a deparar esperanzas en la rnujer (yen los lectores) el

des~ribe una repent ina descarga de bayonetas que cia rnuerte al gaucho.

mUJer_enloquece de dolor y tarnbien de incornprens ion porque la car ta

de puno y lerra del gobernador no leha servido para nada. Yporque el hombre

.~.:

.);

GRAOELAATTCUORE---------------- 247

cuya conversaci6n parecfa alenrar su ilusi6n de salvar a Pablo serevela de pron-

(0 como un ser insensible Y perverse.

Laescena parece calcada de orca muy conocida del Facundo, en la que un

grupo de jovencitas son recibidas amablemenre por Quiroga en su despacho,

Van a rogarle por Ia vida de los padres y esposos que estan derenidos alii rnis-

mo. Perc antes de que la vis ira f inal ice los disparos anuncian el fusibmiento.

En los dos casos la autoridad es despiadada y resulra igualmente grarui ra esaconversaci6n rortuosa a laque son sometidas las mujeres. Aunque a diferencia

de 1 0 que se propone Facundo, la novela de Mansilla no iluscra la maldad fede-

ral sino, por el conrrario, la de los lerrados unirarios que rnientras seproclaman

dignos representames de las l iberrades individuales y las leyes despliegan con-

tra los mas debiles la misma impunidad de sus adversaries. A rraves de esta y

otras zonas de la novela, la escri tora evoca y reelabora de rnanera elocuente

escenas y rnornentos concretes de orros libros nacionales 0extranjeros, A veces

incluso rorna prestada una estructura narrariva, una rrarna ficcional 0bien una

moral que define el perfil de los personajes. Es este el caso, concretamenre, de El

medico de San Luis, cuya trama copia en buena medida la novela de Goldsmith:

"La aurora que habia yaseguido en la pr irnera /novela/ lasenda de los novelis tas

ingleses, hadegido en esta indudablemente par modelo el V i ca r o f w ake fi el d ',

opina Fernando Wolff en cI art iculo cirado por L. Mansilla en L a R eu is ta d e

B ueno s A i re s.42 Y efecrivarnente. los parecidos ent re las dos obras resul ran

notables.

Arnbas cuenran la hisroria de una familia rnodcsra y virruosa, respetuosa y

pract icante de los credos rel igiosos, que debe enfrenrarse a sucesivas si tuacio-

nes adversas. Entre dichas y desgracias de la gente hurnilde, Goldsmith exalta

los valores morales del vicario y los suyos: la honra y la devocion religiosa se

ameponen a cualquier otro interes de tipo personal, social0mercantil. De modo

que una y otra Vel. el texto expone cases donde se iluscra y se discrirnina el bien

del mal ; la oposicion y el conrraste entre el cornporrarnienro de ricos y pobres

contribuye a explicar el funcionamiemo de la sociedad inglesa, pero aunque lahistoria de Goldsmi th rnuestra la maldad y los abusos de algunos hombres de

dinero, tambien rescata la bondad de orros que ayudan a conservar 0a salvar a

las buenas familia s del deshonor al que pueden verse expuescas. AI final de la

historia, los personajes alcanzan una dicha "rnerecida" y trabajosa.

El uicario de Wakef ie ld esra plagado de maxirnas morales que ilustran esta

ternatica, Eduarda Mansil la las retoma (a veces l iteralmente) reubicindolas en

el marco de una trarna de cornponentes american os. EI esfuerzo de la genre

humilde por conservar lav irtud a pesar de las desdichas es el rnorivo principal .

 

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----------------~--- L\ MliJER RO\L-lhlTlCA

. .: -~ " :: -: · .: : '~ l'argumemos. En El med ico . .. la aurora rraslad.i e! conf icro entre

:..:.....::.:.:: _'~'ntlicto con el gobiemo. EI mundo de la politica (que en Goldsm irh

':.: ,..-:_;__",,-'rnaara marcar el fervor moriarquico del Vicario y can el su moral

z: :"; ;: :-"~":0ra) se convierte en esta novela americana en un asunto primordial,

~,: -_-~~ :_;_'Olitica es la gran r es po ns ab le d e la inFel ic idad de las farnil ias . Aq ui [a

- ::_;_. :. :. ":- :; orovie rie de los r icos inesc rupulosos, e l confli cco moral no se dir ime

: : . : = ~ - : : _ :. ; : . ,; : n o , nuevamenre, en la acusacion a los gobiernos corruptos.~._;!'~:= decirse asf que a esra aurora sensible al rrabajo de una buena inter-

:-::-:-~ts : :6ros ajenos van guiandole e I camino hacia la propia creacion litera-

-.:_.-_::,~~r 1 0 leido, adoptarlo, traducirlo a l sistema de pensarniento y la cultura

: ,-: .: .2 . ::.-:..Jmeme adaptarlo para el publico son pasos seguros en eI proceso de

.~. --:':'~:1 de la aurona. Mansilla es capaz de pasar de la lectura a Ia escritura con

. ; : : - _: , -= - . .; . :.lcilidad con la que ha aprendido a trasladarse de una a otra lengua. Su

:c:<. ~~":;.l una esrrecha relaciori entre lectura, escritura y traduction.

:c :;-_;_(.l -10 sabemos- de una habilidad adquirida en la infancia. Pero no

:":.: :-':-;",:Clees en esa epoca cuando Eduarda (junto con su herrnano Lucio)

- : : = ' : . , ; . _ , ~rimeras leccioncs de idiomas y comienza a leer en otras lenguas: en

".;: --:;-:~Jr.J.S es Lucio quien recuerda su natural rechazo al aprendizaje de

,=::-:,:-~, extranjeras y a la vez la buena disposicion yel talento de su hermana

::: .. .-~; .: .. :: .. :. ;, ir lass in mayo res sacrificios . Tarnbien es el quien relata otra escena

:= -_.:2.:~-:.ique ha rrascendido menos: una anecdota de aprendizaje cornparti-

:: ~.:: L...-:~::.os. a madre, Agustina Rosas, invenra una actividad para rnante-

: =:' : , , _- : , , : , : , , - ' l " :05 a los nirios en rareas productivas durante las tardes de ocio. Sen-

::...:_,:-,;,~;:1=junro a ella les hace practicar la lectura en lJOZ alta: no ken de un

~ -~ ; ;. : :. .; o' ;e un nurrido album de correspondencia familiar donde los Mansilla

~=:..""=una profusa canridad de cartas de alJegados y personalidades diversas -,

i;:~ .;.i...casa. Creo que esta'acrividad turelada por la madre es de una enor-

. ::~ : ':D. .. .-=: :' ct iv idad:no solo per rn ite enr renar l a l ectura sino que busca ubicar a

1~ ~') ,: :: ;: socialmente, preparando su insercion en la red de interlocuciones

":'-<;~7:::s:.

una prdctica dornesrica y cotidiana que constiruye para los chicos.n: ~.::! i:u- rjm:i.cio de interpr~tacion. Porque como 10 subraya Lucio, ellos apren-'

x::: ~ esras Iecruras a conocer (0 mejor habria que decir, a adivinar) la perso-

=d~os corresponsales a rraves de la letra rnanuscrira. Se trata aqui d e3 : : . " - = - ' : ' ~ :10 solo y no tanto el conrenido de las cartas sino esas graffas a veces ... ,

:i'~-'~ ..ue encierran para los ninos fa clave de la identidad y el reconocimien~.

1: . ~ lo~ultos: uAlIf, en ese enorme mamotreto, verdadero legajo de variost(;

~-;u a conocer ya querer algunos personajes, los de la L e tr a c U z ra como e . t > .ri-r.:bo Doming'o de Oro. Las simpatfas de mi hermana y las mias estaban"".

-.'.!

~, .

GRACIELA BAITICUORE -~--------------_ 24 9

en razon inversa de la mala letra de Ius personajes".-I} La lerra mucstra, ensefia,

traduce una personalidad y los nirios se aproxirnan precozrnente y por diversos

senderos al arte del interprere,

Lecturas peligrosas, lectores ej ernplares

En las novelas de Mansilla los libros y las lectures consriruyen tarnbien una

clave para rruzar la idenridad moral de los personajes y su mundo. Una clave

para craducir a craves SU'o una rcalidad exrralireraria, que es iterpretada y

valorada axiologicarnenre por el narrador, de acuerdo al crirerio ideolcgico de

la aurora. Grandes 0 peq uenas, ilustradas a rudimentarias, las bibliorecas influ-

yen y definen el caracter de los personajes en las novelas de esta escrito ra,

En E1medica de San Luis, l eer revis te casi siernpre una experi encia indiv i-

dual y soli ra ria , una pracr ica inrrospecr iva y a rnenudo util que conriota [uerre-

mente a los persoriajes: la frecuemaci6n consranre de la Biblia por pane de

Jane, hermann de! pro[agonisra, grafica el aislarnienro, la moral esrricta y la

dureza de caracter en los que se refugio despues de un accidente de j uvenrud

que la dejara coja. Por su pane, d gUSto del medico por las revistas ciennficas

europeas explica su debi liJad po r el rerna: "£sas eran las solas noricias de Euro-

pa que me interesaban. Amo la ciencia, 1 0 contieso: a veces me acuso de ello

como de una faha, porquc yo rarnbien he renido mis hOfJ.S de fiebre",'jij aflfllla

\'V'illson aludierido al cnrusiasrno can que: esperu rice cada uno de los nurneros

del £dimhurg ReCJlIl!, dificiles pem no irnposibles de conseguir en San Luis. Su

sospecha de que la ciencia habria podido encender en eJ una arnbicion des-

medida e irnpropia sugiere al lector el deseo reprirnido de otra vida. Una vida

sin dudas diference a la que lleva en San luis y que podria dade al medico las

sarisracciones y peq uefias glorias que suelen conq uisrar en las grandes ci udades

los hombres enuegados a la pasion cienriticisra.

Willson ha renuneiado a esa gloria a cambio de "rranquilidad y bienesrar"

(valores ineluctables para alcanzar una felicidad virtuosa, segun el Ia concibe).

La calma pueblerina 1 0 protege y 1 0 preserva, en principio, de los peligros y las

rentaciones urban as: "El ruido de las grandes capirales se me hace insoporta-

ble", arirma, mientras otro personaje ratifies su juicio: "En las grandes ciuda-

des el hombre no es duefio ni de su pensamiemo"q;, porque se impone en ellas

l o l a riranla de la opinion" y la perdida del individualismo. Claro que en esta

novela tampoco faltan los que 51 suefian con visitar la gran ciudad, porque d.

imaginario que se desata en IOmo suyo esra Intimameme Jigado al ideal de una

 

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ~ - - - - - - - - . - -

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-" )

'"-~. ,t~,

Arrnancio parece vivir ocupado exclusivamente de un pensarniento

oculto. No sabe nunca noticias, habla poqufsirno, descuida su traje

con exceso y cuida 5610sus hermosos cabellos negros que caen ensor-

rijados sobre su frente palida y deserrvuelta. Pobre y sin mdsrecursos

que su trabajo, vive con elmezquino ~~eldo"de secretario yconsejero

del senor juez d e Primera Insrancia, Elias e I Tuerto, sueldo que es tan

s610de cuatro pesos fuertes.47

2 50 ---- - - - - - - - - - - - - L A MU JE R R OMA Nn CA

cultura letrada y capiral ina: "Casi no hay una intel igencia aquf en las provin-

cias que no aspire, como al supremo bien, a engrosar las filas de los hombres

inreligenres que alii figuran" ,46 manifiesta otro pcrsonaje. Armancio Ruiz por

ejemplo, el protegido de Will son que sufre las arbit rariedades a [as que 10 so-

mete el juez de la localidad para el cual trabaja, expresa desde un comienzo su

deseo de ira Buenos Aires: "[De] haber tenido yo fortuna -asegura el medico-

lehabrfa desde luego mandado a Buenos Aires a estudiar, como e l ardientemente

1 0 deseaba".

No es que Willson se haya despojado de sus temores y prevenciones sino

que conoce las capacidades inrelectuales (ymorales) de Armancio, tanto como

su voraz dedicacion a la lectura. Para este [oven lector de Rousseau, de Volney

y de .cuanto libro hubiera en Ia biblioreca heredada de su familia, d precario

ambiente intelectual d e San Luis resulra demasiado estrecho y el medico reco-

noce que esa estrechez obtura y asfixia sus condiciones. E I personaje de Armancio

ira ganando protagonismo a medida que avanza la historia, Pero desde un co-

mienzo su presencia marca una disonancia con los juicios severos de Willson,

abriendo una zona de interrogantes respecto a la inf luencia que la l iteratura h~

ejercido y puede seguir ejerciendo sobre este joven bueno pero hosco y soli ta-r io. Su caracterizaci6n vacila siernpre en el l irni te entre la i lusi6n de un futuro

prornisorio para elyel r iesgo de la perdida absoluta de control al que los l ibros

parecerlan arrastrarlo. Su ardiente imaginaci6n no encuentra el modo de ex-

presarse y se asoma como una enfermedad a punto de estal lar: e I chico "del/ora

la biblioreca" y se convierte a los ojos del narrador en un "nuevo rnarrir del

pensarniento". Arrnancio cambia rodas sus comodidades, incluso las mas iil .: :.

dispensables, por obtener libros que de orro modo no podria cornprar: vende

hasta el ropero cuando necesi ta dinero para proporcionarse nuevas lecturas.

As. describe e I narrador e I aspecto fisico y moral del joven:

Aparece aquf una oposici6n significativa: eJ que massabe eselque menos dinero

fiene y puede ganar en esta oscura provincia americana, Arrnancio es un alm~ .

GRACELAAT[CUORE--------------- 2 51

romantica pero eI romanricismo se presenta en principio como una es~uela

que puede lIegar a devorarse al alumna: porquc, e I c~ntex(Q en el que Vtv~ eI

rsonaje 10inclina al aislarniento y la rrusantropia. WIllson comprende y dlag-pe ibros'l que " .nostica el mal cuando ve "los titulos de esos II ros que empapan su eSplrltll

de aquel veneno sutil". Es entonces cuando se propone sal~ar lo '.

Pero el final de la novela, cuando criunfa felizmente la!USCICla,ogra colo-

car cada cosa en su lugar y demosrrar rarnbien que el alma roman rica deArmancio (y las l ecturas que la han formado) esd. l ejos de ser mala 0 noeiva.

Por el contrario, sus eonocimienros y su sensibil idad han hecho de el un hom-

bre de etica que puede ocupar un rol social mente valioso cuando caen los

corruptos y se restauran los valores morales. Armancio es enronces desig~ado

jucz en San Luis, 1 0 cual promete un futuro auspicioso y so~re codo, mas JUsto

para los lugaref ios . A craves de la redencion de este personaje (el mas culro , el

mas rornantico de la novela) , laaurora logra resrablecer un ordcn social y con

el un modelo que conjuga fel icidad y domcsricidad con educaci6n rornantica y

vida publica. .

Pero no esesre eI unico personaje a craves del cual Mansilla logra esrrechar

los lazes entre biblioteca y moral . A 10largo de sus paginas la novela disrribuye

con cuidado las lecturas propias de cada personaje, rnientras se encarga de

recalcar que para ser un hombre 0 una mujer vinuos~s no :s absoluramente

indispensable ser un lector 0 una lectora avezados. A dlferenCl.a.de 1 0 que su~e-

de en la novela clasica de Goldsmith , donde la madre de familia es una r :nuJer

instruida, en El medico . . . lasenora de Willson se caracteriza por un saber prac-

rico y rudirnenrario que, sin embargo, no afecta en nada la buena ed;ca,cion

que ell a ha sabido dar a sus hijas, robusteciendo a su vez en favor de SI rrusrna

10que la aurora denomina "autoridad materna". De todos modes, la novela

marca e I concrasre entre la madre y las hijas: adernds de hablar ingles y frances ,

las chicas leen a Cooper, a Milton, a Scott y rarnbien a Goldsmith, 10 cual

consrituye una adquisicion rneriroria:

Mis hijasleen, gUStallmucho de'esa distraccion [...J -expresa Willson-, r > . ..

yo no me opongo a que su imaginacion se alimente con las bellas

ficciones de los grandes maestros; pienso que en la juventud es tan .'

necesario dirigir y distraer [airnaginacion, cuanto es util robustecer y .;

adiestrar los rniernbros de la infancia. Gracias aDios, por aquf no nos .

lIegan fiki lmente las novedades l iterarias , ventaja inaudita, pues de. : .c . .. ~

ese modo leen y releen sus mismos libros, que buen cuidado he reni- ~ . ~/ .

d d. . M d Chil 48 .J.. ~_'~'lr ..._•..o e encargar yo mlsmo a en oza y ale. ' ., -.. . ,.,.~,' .~ ,;--,.~:,...~...,.--~

i-!~~-.;,l ·t

 

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1~) ---~_)_ L A M VJ ER ROMAl'rnC.A

La r 1: : Jv eb subraya as: la :IIIporrancia de ciertas lecru ras en la forrnacion intelec. ..•

mat ~.moral de las rnujeres. Aunque rambien 1105 advierte qlle e I repertor io . - .. .

eiegido es (y debe ser) precise y acorado: l as chicas leen y releeu una Yo tra vez '.'"

"los rnismcs libros" selcccionudos par el padre. Pracrican una modalidad de la

lccrura rnds p ro pi a d el siglo X VIIl que del X IX , 3 la cual Rolf Engelsing ha

descripro como "inteusiva", en contruposicion con la "lecrura extensiva'' y va-

riad.i que desde flne. ' del sig!o XVl[ ejerci [an lectoras y lecrores urbanos." Lashijas de Willson se adscriben clararnenre ala prirnera de esras dos modalidades:

.~.

se rrara de una lecrura cuidadosarnen te di rigid;l Y conrrolada por un tutor qu e ;1.

en este (;150 no es el cura ni el maestro siuo el padre de familia (Willson asegura

h ab er r en id o d " bu en c uid ad o" de t;:tlcarg:lr e! mismo los libros para sus hijas},~...-.

Con ella, la escritora defiende una pr.icrica que en el siglo XIX se ex(iende~' .'

cor ru inrnenre sobre nif ios y mujeres, a la que podnarnos denorninar la lectura ..f."

tutelada. Una practica que, clieho sea de paso, se da la mano con 10 que hernos - .~ .

inrerprerado paginas a rras como el modelo de la autorla tutelada, de laque han-::~

dejado registro las hijas de Sama Olal la -aque! severn enrico de la escritora ~':';:

Juana Manso, que Ia descal ifica por com plero como lirerara-, Esas dos jovenes .

redactoras procuraban legitimar su oficio de publicistas amparandose en la ad-

vertencia de que su padre habia custodiado, y por 1 0 tanto garantizaba, la per~

tinencia de la empresa que lIevaban adelante.

En el caso de El m edico de San Luis, la defensa de la lectura rutelada (que.'" ~.

pract ican las hijas de Willson) perrni te a laaurora enfat izar la funci6n estricta-!",

men te educa t iu a de los libros, recordando que lalectura femenina debe practicarse

con una fJnalidad exclusivamenre pedag6gica y moralizante (es decir, utiLy no\, •

placentera], [0 eual obviameme constituye un topico en el s iglo XIX. Es dei: :~; ."J

que las jovenes lectoras de esta histor ia esran lejos de consumar esa fi ll lCi6~>.

ernancipatoria de I a lectura a la que alude Wit tmann para referirse a los carn-"

bios producidos al respecto en elXVIII . Ypor 10 tanto elias estan Iejos rambieD',

de realizar el pasaje que va de la lectura a 1.1escritura femenina: ciertamente, lasl,~:"' " ! ' : N o < - :

hijas de \VilIson l ee n p e r o n o e s cr ib e n y, mucho rnenos, suefian con ser literatas? < :0 : : . ,En este semi do sf, sus i lus iones siguen la escuela materna: elias tambien anhe1 ~ V , ~ ,Ian casarse, rener hijos y formar una familia como lade sus padres. Como esde} '' ': ;

esperar (y como sucede en 1anovela de Goldsmith) , ese suefio serealiza al final}'"

del relaro. . ... ,',

Aunque Eduarda Mansil la se desenvuelve como una verdadera protesio-

nal de las letras, a diferencia de arras colegas como Gorri ti 0Manso, no alienraj .' ~

demasiado la expansion de las l iteratas sino que se rnanriene siempre f irme e~~', :· . .

d reelamo de una educacion sobria y uril para las mujeres. Una educaci6n qu?"'-·>.,;::~,

-..--

',J.. '

~: Io <l ' ,.

.. M

.•

GRACE.AA['lcuORE-----------~~----- 25 3

modele en elias la "auroridad materna" r no la voz de la aurora. Tal como la

concibe en estas novelas Eduarda Mansilla, la lectura debe formar rnadres re-

publicanas (y no escritoras), de modo qut los libros que caen en manus de las

mujeres deben ser ejemplares, utiles y bien elegidos.

[nocenres 0lerrados. Las victirnas del horror civilizado

Las novelas de Eduarda Mamilla planrean una suerte de dilerna inherenre ala

culrura nacional: si bien no saber leer puede ser la causa de los conflicros qlie

aseciian a los personajes, saber hacerlo rampoco garamiza e I orden de la vida

civilizada. Per el contrario, a veces los lerrados son los seres ma s c er ni bl es y

perversos. Si bien este planteo fUllciona tarnbien para gran parte de la literatu-

ra antirrosisra cuando ella se ocu pa de singularizar la rtgura rnaquiavelica de un

Rosas lerrado y poderoso, par su parte Mamilla revierre los destinararios de la

acusacion apunrando al part ido un irario y sus l ideres. En sus novelas son ellos

los responsables de todas las desgracias contra el pueblo y los culpables de

'poner su saber al servicio de los intereses facciosos que perjudican a los ma s

inocenres.

En los primeros capirulos de Pabl o . .. un asunro llama 1 .1 arericion: la pareja

de proragonisras es analfabeta y arenas si puede expresarse verbalrnenre. En

corisecuencia, el amor entre ellos es apasionado y primario: " L es m f om s de la

na ture an t fran chi, sam le sa uo ir. / .. terrible lim ite _ _ ",50 afirma el narrador rras

describir el primer encuenrro sexual de los jovenes C Los hijos de b naturaleza

han franqueado sin saberlo el terrible lim ire...", L a T ri bu na , 2il211879). Des-

de un cornienzo. Dolores v Pablo viven un romance cargado de pasion y eroris-

mo. Pcro contra 10 que podria esperarse, lamoral de lajoven no escuest ionada

por e I narrador a 10 largo de la novela, ya que su vida nistica y su falra de

conocirnientos acerca del mundo y de las cuest iones mas elernentales, la exi-

men de coda condena: "Dolores n 'a ua it [ am a is c on nu de mere; i gno rant e de touteidle morale . t N e f o il Li t s an s comprendre n i c e q u 'e ll e domait ni C( qu 'e l l« au ra i t pu

refoser"5l ("Dolores no habia conocido madre, ajena a coda idea de moral,

del inqui6 sin comprender ni 1 0 que habia dado, ni 1 0 que habia podido rehu-

sar", La Tribuna, 2/12/1879). explica el narrador. Pero la carencia de auroridad

materna (que como sabemos es fundamemal para Mamill a) se suma aquf a la

falta de libros e instruccion escolar: "Eeducatian de L a [eun« f il le a itt comple tement

I D' '11. . • L[' d )"52n lg lig le ; e lle n e s ait n i ire ni ecrire. auteurs. qUlauralt p~ u: ttl apprm reo .

("La educacion de lajoven ha s ido completameme descUldada; no sa be le er m

 

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254-------~--------LA MU JE R R OMA. NT IC A.

escribir. <Quien ha podido ensefnirselo? ..." ( La T ri bu na , III 21 I 879, e] subra-

yado es rnfo), agrega el narrador.

La confrontacion de las dos frases pone a las claras un aspecto susrancial

de fa personalidad de lajoven en cuest ion: ella no comprende porque no sabe. Es

decir , Dolores es una iletrada, Yjunto a esta sentencia la novela afirma, preci-

sarnente, que puesro que no saben leer ni escribir, los protagonistas descono-

cen rarnbien los codigos del arnor civil izado. Como Dolores. Pablo se entrega ala pasion esponranearnenre y sin calculos ni engafios. !gnorancia e inocencta

forman en esta pareja un todo solidario que describe por igualla bondad de los

arnantes (y se opone diametralmcme a la pareja rornanrica modelo descripta

por Marrnol},

Por su pane. tam poco eI padre de Dolores riene facil idad de palabras ,

I legando incluso a veces a extremes inverosirniles: cuando se dirige a Rosa 0 a

su hija durante 1 a cena familiar, e I hombre profiere frases inconclusas, pronun-

cia solo la primera par te del enunciado y 10 deja sin terminar, esperando que se

sobreentienda el resro, En esros y otros casos e l narrador sefiala la disposicion de

los personajes a1 mutisrno y la misanrropfa. Lejos de los codigos que establecen la

conversacion como ei signo disrintivo de Ia sociabilidad urbana, la inocencia de

esros seres primaries e inculros se reptesenra en su falra de locuacidad.

A diferencia de 1 0 que ocurre en las paginas finales de Ef medico de Sa n

Luis, en esta otra novela los mas rnorales seran los i letrados. Quienes saben leer

y escribir, en cambio, no tienen redencion; su saber constituye una amenaz~

para los "buenos" 0 bien se presenta para estos ult irnos como elvehiculo inde-

fectible de la desgracia. La ley escrira (que rernite a los codigos de lavida urba-

na) resulrara una trampa mortal para los que conhan 0prctenden guarecerse

en ella. A 1 0 largo de esras paginas Eduarda Mansilla parece proclamar a gr iros

una sentencia que revierte las.acusaciones del Facundo y prefigura, en cambia.

las denuncias de [uan Moreira a el Martin Fierro. Para ella el gaucho es un se~

prirnario e inculro pero es tarn bien inocente y maleable, no se desgracia sino-

ernpujado por las injusticias de las que suele ser objeto, No hay ga~<:=hosmalesen Pab lo . .. sino unicamente gauchos acosados por hombres malvados que res :

ponden siempre a los mandatos de la ciudady sus lIderes politicos. . ~ .

. . A diferencia de 1 0 que sucede en el folledn de Gutierrez y en el poema de

Hernandez, donde la f igura del gaucho reviste una serie de protestas sociales ,

en la novela de Mansilla el tratarniento de esre rerna r iene por objero principal

(si no exclus ive) carga~"~ tintas contra los unitarios , Pablo per tenece al part i:

do por tradicion familiar (su padre y sus herrnanos die ron 10.vida combariendo . .

en los ejerciros de Lavalle). pero al comienzo de la novela una escena cifra el.:

GRACELAATCUORE---------------- 255

signa de sus desgracias futuras y expresa la inoperancia de [a ley, cuando el es

[levado a Ia Frontera par orden de la part ida a p esa r d e exhibi r su papeleta de

canchabo. La negra Rosa expresa s in tapujos su veredicto al respecco: "Pauure

ea rcon ! ... si j etm e ... et d ire . .. M ais c'e st cla ir c'e st ce q u'ils on t gagni a ve c le ur

libertL. "53 ("jPobre muchacho! ... tan joven y cuando menos ... Perc es cla-

ro. .. eso es 1 0 que han ganado can su libertad. Cuanda pienso, prosiguio can

ciert a ironia que ese zonzo es uno de los suyos casi me da gusro. Agarrado . .. yp or lo s s uy os" , L a T rib un a, 1112/1879. el subrayado es mfo)

Los "suyos" son los hombres del par tido unirar io alque Pablo respetaba y

veneraba hasta entonces, por habet sido esa la bandera polirica de su fami lia.

"Atrapado" signifiea aquf traicionado por aquellos que debier~n proregerlo ha-

cienda justicia a su leal rad y a.la ley. En la novel a la desgracl~ de esre gaucho

drarnariza el engafio al que los unitar ics sorncrcn a toda lasociedad (cabe acla-

rar que la negra Rosa es rosi sta: guarda en su alcoba el re(rat~ del "Goberna-

dor") . Un engafio que se realiza a craves de la farsa y eldoble discurso de aque-

1I0sque proclaman por un lado la defensa de las libertades ind.iv.idu~es y el

orden civilizador, mientras en fa pract ica se burlan de la ley y lajusncia.

El final de la hisroria rati fica con creces este planteo. La "injusticia" que

habia dado inicio a la desgracia de Pablo (me refiero al momento en que la

par tida se 1 0 ! leva bacia la Frontera) se cornplera en el ~It~mo capfrulo cO,nsu

asesinaro despiadado. Pero antes de que esto ocurra asrsurnos a la t ravesia de

su madre que atraviesa Ia carnpafia hasta Ilegar ala ciudad, donde sufre todos

los reveses y las atrocidades que habian caracterizado hasra aquf el accionar de los

Ierrados. Contada y repetida por lamadre a unos ya otros en busca de apoyo e

indulgencia, la histor ia de Pablo es util izada por un per iodista inescrupuloso

que convierte en "caso" su desgracia, aprovechandose de ella en. f~vor de su s

intereses facciosos. Durante varios dfas, la historia de este gaucho InJusramenre

apresado ocupa las paginas centrales del diario La T r ib un a( el mismo .donde

sale el fol letin de Mansil la), el cual publica un "article vigoureux et senti su r les

abus de l' au to ri ti m il it ai re d an s l es c am p ag ne s" 54 ("un articulo riguroso y senti-do sobre losabusos de laauroridad militar en lacamparia", La Tr ibuna, 14 / 1211879 ) :

Pero en verdad la noticia no tiene por objero auxili ar a la vfct irna (y de hecho

no 1 0 hace) sino' fortalecer al gobierno frenre a los adversaries politicos.

Transformada en "caso" a craves de la prensa, la historia de Pablo sirve

tan s610 para conrnover a un publico deseoso de conocer ma s sobre e l d~stino

y la suerre de los mas debiles. Si bien gracias a esta difusi6n publ ica Mlc~~la

logra obrener la carta del Gobernador aurorizando la liberacion de .su hijo,

esta no frenara la injust icia porque e l Coronel desoye los dictados de su supe-

 

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,,

I

1

It

\

\

256 ~ LA /l.1UJERQMANTICA

rio r. Su proceder es barbaro y descarnado, ratif ica que saber leer no garantiz,1

el bien social ni la moral publica, porgue la auroridad hace caso omiso de la

ley. Tarn poco a Micaela ie ha servido de nuda su saber, porque e l manejo de

la letra 110 es suficiente si IlO se ve acornpai iada del poder pol{c;eo. Las pigi -

nas f inales de la novela describen el dearnbu lar s rn rumbo de esra madre que

ha oerdido la razon: Micaela lee una y otra vez [a CJf(~1Jd gobernador, bus-can'do real izer en la lec tura una jusricia que no ha sir io posib le en lav ida rea l.

La loc« que lee dramariza aqui la perdida de todas las ilusio nes de jUHicia de

II [1pueblo vicrirna de sus allroridades: "Allons danader (/lafolie de naus lire la

lettre du gouverneur'<;s ("Vamos a p ed ir le a la loca que nos lea l a c ar ra del

Gobernador", La Tribuna, 1811211879), dice un macabro personaje que se

r ie de Ia rnujer hacia el final de la hisroria. Como una llave maestra que no

abre, la carta promere Lavida del hijo que ya esra muerro. Podria pensarse

rambien que la madre relee esas l ineas buscando entender e I sentido irnposi- I

ble de la car ra . Lejos de represenrar la ley , la razon, la intel igibi lidad, esra vez

la lectura se pierde en el caos de la dernencia y la desesperacion La locura de

Micaela expresa la farsa de todos los codigos i rnpuestos (aqui impostados) por

la razon civilizada.

De Paris a Buenos Aires: los publicos

Nos hernos referido en estas ultirnas paginas a la funcion y la represenracion

de l a l ec r ur a en el interior de Pablo ou la vie dans lespampas. Cabe preguntar-

se ahora cual es el publico y quienes son los lectores a los que Mansilla se

dirige y a los que conquista con esta novela, Sabernos, en primer lugar, que

ella Fue escrita originalmente en frances, y que antes de ser edirada como

libra fue publieada como foIlerin en e I inter ior de una revisra par is ina dedi-

cada al arre y la poesfa , en la que hablan colaborado figuras de renombre para

el rornanricismo l iterario y f ilosofico f rances (Lamart ine , Beranger, Victor

Hugo son algunos de ellos), Desde sus cornienzos y durante muchos afios

L'Artiste sostuvo un fuerte compromiso social, posrulando que el arte debia

expresar el destine de la humanidad. Pero en e1 per iodo en el que se publ ico

el foUetin de Mansil la (1868), L'Artiste Uevaba ya mas de rreima afios de

vigen cia y habia renunciado hacia t iempo a algunos de sus posrulados inicia-

les , r ra llsformandose -al dec ir de Paul Benichou- en la "rev isea sin compro-

miso y caprichosa en que se convirti6 bajo la direcci6n de Housaye y

Gaucier".56

~-

i~

'i ~

I, "

GRACEL-I.ATTCUORE---------·------- 257

La riovela de Eduarda Mansilla pareee h ab er se i ns er ra do bien entre aque-

J la p r ir n er a y Ia ultima rradiciori de la revista, aporrando desde fa f1ccion la

pe rspecr iva ro rnr in ti ca de una escritora co mprornetida COIl la reflexion sobre

l a iden t idad nacional y americana. P or qu e s i b ien d es liza una mirada indepen-

dienre y crirlca sobre la realidad social de b que provicrie y a la que rcpresenra,

por orra par te, e l fol let in logra brindar un mater ial cur iosa e interesan re parae so s le ct or es p ar is in os de fines de los aDOSGO que, segun propane Benichou

esperan rnenos contenidos "docrrinarios" gue "agradables". Pablo... acerca una

vision sobre la pampa argentina y sus eanflicros, retornando y tlggiomando

una problernarica conocida, al menos para una cierra capa de lecrores que habian

leido 0 habian oido hablar, hacia aDOS,del Facundo de Sarrnienro.V Aunque

rarnbicn e l rerna r rarado por Mamilla debio desper rar lacur iosidad de ese PLI -

b li co b ur g ue s y sensible a las hisrorias de los viajeros que narraban sus expe-

riencias por pafses exoricos 0 alejados de [a vieja Europa. Para rcdos e llos esre

folledn se presenro como un relate arrapance que rraia aires nuevas sobre la

realidad argentina de Ia epoca, rnienrras seducia a los lectores parisi nos con un

inreres suplernenrario: la perspective de una mujer autora sabre los conrlictos

nacionales de una repub lica joven que no hacia mucho riernpo ar ras yacia to-

davia bajo el yugo de L a tirarua. (A 10 que hay que se agrega que la escrirora en

cuesrion esraba fam iliarrnenre Ilgada con lin proragonisra clave -y por dernds

polcmico- de la polirica argentina de l a p ri rn er a r nir ad del siglo XiX).

En Francia y en otras partes de Europa y los Esrados Unidos Ia novela

logro abrirse un campo de in teres notable : adernas de la ed icion francesa y la

espanola, Pablo . . . hIe rraducida al ingles y al alern.in. Desde luego, Ia residencia

ocasional de la aurora en r ie rras exrrunjeras contr ibuyo arnpl iarnenre al en-

cuen tro can ese publ ico. )~ Trarando de acercarse a el, las novelas de Eduarda

Mansilla esr:in plagadas de referencia a [arecepcion de laobra: "II serait long et

mime diffici& d'exp!iquer au lectrur europeen certaines nuances de nos moeurs

campagnardes"59 ("Seria largo y aun difcil explicarle al lector europeo, ciertos

rnatices de nuestras cosrumbres carnpesrres", La Tribuna, 3011111879), afirma L aaurora en e I segundo capitulo de Pablo..., frenre a lad ificu ltad de dar cuenca de

los abusos de la parrida cuando esra entra en la propiedad del Federal. 0 bien

en e1 capitulo XV reaparece la preocupacion por los lectores exrranjeros cuan-

do se refiere al poder del "gaucho maio"; "Un Franrais , un Europim a de fa pein~

a camprmdre ceei, je U sais; mais il n a q u a 51! figurer cUte poignee d'hommes

diss/minis, perdus dans une aUisi vaste itmdue de terre, et combien ci a avantages

celui qui 51! cache dans Cetteimmensiti a contre ceux qlli k cherchent"60 ("Yo se

que un frances, que un europeo, comprendera cstas cosas difici lmenre ; pero

 

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5/10/2018 Batticuore - La mujer romántica (Cap. 4) - slidepdf.com

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258 ------------------ L\ MUJER RO:-.t\NTIQ.

que se imagine ese pufiado de hombres diseminados, pe rdidos en una exten-

sion tan vasta de t ierra, y cuantas ventajas t iene e I que se ocul ta en aquell a

inmensidad contra los que Ie buscan", L a T ri bu na , 1611211879).

La escrirora se enfrenra siernpre con 1 a dificultad de rraducir una cultura,

de hacerla comprensible a los ojos de otra. Ypor esro acude a la" irnaginacion" de

los lectores 0 bien se disculpa con ellos 0 los alerra sobre sus l imitaciones. EI

problema de la recepcion de la obra de Mansilla sehace mas complejo porque.

en verdad, ella se dirige simulcaneamente ados publicos diversos 0, si se quiere,

complementarios : de un lado, a esos lecrores europeos cultos y a los nortearne-

r icanos de la elite diplomarica y [iteraria de laepoca (la resefia de Rafael Pombo

en La Gu ir ~ al da de Nueva York. la de Fernando Woolf en La Re ui st a A l em a n a

o la carta de Victor Hugo, entre otras anecdoras contadas por su hijo asi lo

dernuestran) : del otro al publico porteno urbane de los afios 60 y 70 en la

Argentina. Con respecto a esre ultimo, los estudios de Adolfo Prieto sefialan

que el nurnero de lectores y sobre todo el de publicaciones periodicas habra

aurnenrado significativamente durante eSO$anos. Hada 1877 se editaron a

razon de un diario por cada 15.700 habirantes (el pais tenia entonces 2.347.000)

yen 1882 (sobre una poblacion est irnada en 3.026.000) circulaban 224 per io-dices. Este crecirniento de laprensa y el publ ico se debe en buena rnedida a las

campaii .as de alfaber izacion realizadas durante la presidencia de Sarmiento y se .

sos tiene en los afios 70 y 80, pese a que laescuela media ha sufr ido una notable . .

calda durante el gobierno de Mitre, mas preocupado por apuntalar la educa- ..

cion superior.

Como 1 0 demuesrran elexira de Ma rt in F ie rr o entre el publico de la

pafia y los follerines de Eduardo Gut ierrez entre los lecrores populares de

ciudad, en ladecada del 70 existe en Buenos Aires-para dccir lo en rerminos

Prietc-- un publico sensible a!discurso criollista, tanto en el ambito rural

en el urbano.i'! En la carnpafia bonaerense, el poema de Hernandez y

folletines de Gutierrez alcanzan su celebridad a traves de la represenraci6n

era! y la [ectura en voz alta y colectiva (y no la individual y silenciosa), Son

pracricas las que aseguran la ,difusi6n de la literatura de la epoca y su

acepracion entre el-publico rural. EI exito de.Hernandez (yen dena

tambien e I de Gutierrez) es mayorirar:ameme rural , a! menos en su s co

zos, Yesto 1 0 confirrnan la apada 0, rnejor, la antipatla con la que es acogida

Id a entre la crft ica por tefia y la recepcion ofuscada de la m a s famosa novela

Gutierrez que abre paso a!moreirisrno. En este marco, los fol lerines de Ed

Mansilla (parricularrnenre Pablo . . . ) preanuncian y dialogan fuertemente

esas otras ficciones de epoca, Pero a diferencia de el ias, en sus obras la

"-!1""-. . , ."' .I .

.~.~

. . . . - : _ ; , : " "

GRACE.AATnCUORE--~-------------- 259

no escribe para el publico de la campafia sino para los lecrores cui tos de Ia

ciudad. En Iuncion de esros ulr irnos esque el diario anuncia e I exiro de la escri-

tora en Pari s. Y sc ocupa de dernosrrarlo a craves de los cornentar ios de Lucio

M~nsilla sobre Ia dogiosa crrtica de Victor Hugo. 0 bien acompaiiando la

pnmera entrega del folledn con lacarra exaltaroria de Laboulaye (y evocandola

junto a cada nueva enrrega: "Pablo 0 la vida en las pampas. Por la Sra. Da.

Eduarda M. de Garda, con una carta de M. E. Laboulaye, Del Instiruro deFrancia. Traduccion de Lucio V. Mansilla", reza el riculo del follerin en la rnirad

baja de lap rimera plana de La T r ib u na ) . De este modo, cl publico porte no de

la ~lOvelas a be d e e .n tr a dL zque e lla ha sido escri ra por una escrirora argenrina

residente en Francia, lacual conoce "desde adenrro" la cultura europea.

Por 1 0 dernas, alatracr ivo que tal presenracion puede suscirar se veabona-

do por un inreres suplernentario. En esos dias Paris esta en guerra y por 10

tanto rodo 1 0 que a la ciudad se refiera 0 venza de esas rierras es noricia e. al 0

inreresa especi mente a los lectores. Desde las columnas dest inadas ala croni-

ca inrernacional a las notas de cardcter mas frlvolo 0 de enrrcrenirnienro, La

Tribuna sigue ~aso a paso los pormenores referidos a]conflicto belico: "Aparre

de 1 0 que a~ul nos rodea, de rode 1 0 que es crlollo, de 1 0 que nos encanta y

endulza laVIdaen estas horas, que corren fugaces como el pensamiento, nues-

tras m~r~das, ~ruzando sobre los montes de espuma del Oceano, esran hoy fi jas

en Pans, escribe Varela e I 11de diciernbre de 1870 desde su columna Cosas.G2

Esta y otras cronicas prueban una vez mas que ya sea desde sus virrinas rurilanres

~ desde los opac~s enrretelones coridianos que entreteje la guerra, Paris captura

slempre la arencion de la prensa y los lectores americanos. Si bien la novela de

r :tansi lla no ha~la del presente parisi no ni se refiere a los confl ictos europeos

sino a los amencanos, e I menrado exito de la escri tora en la capital francesa

evoca su presencia en esas tierras lejanas y afioradas.

Miradas sobre la pampa

Une p l ai ne L a rg e et ouuerte se d ir ou le e n uastesauane d e p a r t et d'autre.

L e r e$ ar d e m br as se p ar to ut u n i mm en se h or iz on , d on s L a li gn « b le ud tr e

v ~ s e c o n fo nd re a ~e c c e ~/ ed u c ie l. C e c ie l, d un b le « f on ce , n a p a s l 'o m br e

dun nuage sur I azur implacable de sa vou te g iganu sque .

C 'e s : l ' h eu r e d u m i di . Le soleil de L 'h em is p h er e a u st ra l d a ns t ou te s a

f or ce d ar de s es r ay on s de fe u s ur L a te rr e. L a c ha le ur e st a cc ab la nt e le

si lence absolu .63 '

 

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260 ------------ L\ MUJEROMANTICA.

Una llanura vasta V abierra se ext iende en todus direccio nes a la rna-

nera de inrnensa sabana, La mirada se pierdc par doquier en lejanos

hor izonres, cuyas lIneas azuladas se confunJen can las de~cielo; y en

la boveda gigancesca y lunpida de ese cielo no aparece ru lasornbra

de una nube. Es rn ed io dra . E I sol del hemisferio austral en coda SlI

e sp le ri do r v ib ra can fuerza sus rayos sabre la tierra. ( La T ri bu na ,

291l11I879).

Can esta imagen de 1 0 . pampa que dialoga can roda 1 0 . cradici,on Iiteraria ro-

rnanrica e incluso arristica que 1;1precede se abre el foHettn de Eduarda

Mansilla.64 La novela cubre as f orro gran foco de interes para los lectores del

diario donde sale publicada. Porque para enwnc:s ~ a T ri bu na cU,e~ta can un

publico part icularrnente sensible a lo s rextos, [as ficciones y las crorucas que le

hablan de 1 0 . pampa. .

Pocos dfas antes habia vista la luz entre sus paginas otro follenn nacional

que ofreda un relate autobiografico sabre la vida tier~a adenrro, La firmaba

uno de los escritores argenrinos mas celebrados de la epoca: nada menos que

Lucio V. Mansilla, quien narraba can gran exiro de publ ico su propia excur-

sion a la t ierra de los ranqueles. La continuidad temdtica entre uno y otro folle-

cin, as! como 1 0 . presenracion a cargo de Lucio del rexto de su herman a y, final-

mente. la conrraposicion entre 1 0 . perspecriva de ambos sabre el mundo de la

pam pa consriruye sin dudas un acract ivo poco comun para los lecrores porte-

nos. Que lector que haya gozado 0se haya asornbrado ~ exasper~do,poco antes

con las descripciones de Lucio sobre 1 0 . pampa arg~ntln~ y, mas aun, con ~~s

juicios extravagantes cuando no irri tantes sobre 1 0 . VIdanerra adentro y 1 0 . d'f~-

eil relacion entre civi lizacion y barbaric =que lecror, me pregumo- no Ieena

con inreres, tal vez con gusr~ pero s in dudas con cur iosidad las descripciones y

las reflcxiones de Eduarda sobre eldrama nacional cuyo rnister io parece escon-

dec su clave en 1 0 mas profundo y recondite de 1 0 . pampa. ,

La eleccion de Lucio como introductor y traducror del follenn de suherrnana es un hecho sin dudas acertado por pane del diario, una decision

edi torial rendiente a caprar y apunralar l ectores. De heche, en varias ocasio-

nes el relaro de Eduardo. Mansilla se toea con algunas zonas relevances ~e'

Una excursion ..., como por ejemplo aquella en 1 0 . que el auror hace referencia

a las caurivas, afirmando que despues de haber vivido mueho tiempo entre

los indios v haber cenido hijos con ellos pref ieren no regresar ala civi lizacicn,

aun euando tengan la oportunidad de hacerlo. La vergi.ien~a, la .inadecua-.

cion 0 .1 mundo civilizado y la adapracion a ese OtrO espaclO alejado de Ia

'. ; : : . ~ .

CR-\CIEL;l,AnKuORE------ _

261

ciudad son para el, en Ia mayo na de los casas, las causas que las ITIaocienen

lcjos. El rexto de Eduarda ofrece, en cambio, una interpretacion ma s centro;

verrida del asunto , cuando un caparaz de carreta al que la madre de Pablo

conocio durance SlI viaje a la ciud:ld le explica sin rodeos los motivos que

Ilevaron a su esposa a rechaaarlo en el rnomcnro en que e t se aprestaba a

negociar con los ind ios SlJ retorno: "Garde tOI1 argent, Melchior, Jaime mieux

l 'f r zd ien que toi"65 ("Guarda tu dinero, Melchor, me gusta mas elindio que ni"

(L[1 Tribuna, 10/12/1879). le dice una Maria cruel a esre marido que vuelve

a casa s in consuelo. Lejos de !a civil izucion, esra mujer dice haber hallado elamor y la fdicidad.

Eduarda no se exr iende mucho mas sobre 13cuest ion, mas bien se l irnira a

rnos trar con nir idez el problema, poniendo enfasis en los estragos que son ca-

pact's de ocasionar los indios en el seno de las familias civilizadas. Contra 1 0 .

opinion de Lucio que en su rexto reflexiona desde diversos angulos sobre las

venrajas y bondades de la vida tierra adentro. la mirada de Eduarda no es com-

pas iva ni vacilanre sino d~ repudio. Yen este senr ido logra, sin proponerselo,

conrraponer en el espacio de L a T ri bu i7 a la perspecriva de su hermano, cuyos

juicios han ocasionado incomodidades sino irricacion en muchos inrerlocuroresporrefios.P" As. 1 0 prueba a] rnenos 1 3 resefia de Santiago Estrada al fol letin de

Lucio Mansilla, publicada en el mismo diario rras su aparicion y cuando estaedirdndose la novela de Eduarda.

Si bien esta resefia esen general elogiosa vjuzga sin reticencias laescritura

"agradable" del auror (el enrico abba por igual los "arranques geniales", los

"tones criticos y psieokigicos a 1 0 Dickens", las "descripciones byronianas", e I

"Ienguaje correcto, clare y sobrio como elde pocos escrirores argentinas"), sin

-ernbargo rarnbien arroja sobre eI aurar dos fuertes cririeas: I} que es precise

tener cuidado con los juicios de Mansilla acerca de las seducciones y venrajas

de 1 0 . vida entre los indios; 2) que su mirada sobre 1 0 . pampa no aporta un

conocimienro verdaderarnenre nuevo sobre el asunro: «~Que nos cuenta de las

pampas esrehombre en elvolurnen que tenernos a 1 0 . vista?", sepreguma Estrada.

Y responde: "Nada nos dice respecro del terr irorio, 1 0 . histor ia natural, n i 1 0 .

emologia de las vastas rcgiones que ha recorr ido. Su libro refleja las impresio-

nes de un rurista lanzado en una aventura y buscando conrrastes y annidades

entre su especeiculo y diversos elementos morales, Mansil la no penerro en las

pampas des lumbrado. Sus ojos se habituaron a 1 0 . oscuridad de 1 0 . barbaric en Ia

penumbra de nuesrras civilizacion campesina y fronreriza", 67

En este y otros parrafos de una nora exrensa, Estrada replica con roda

arnabilidad al autor de Ranqueles, Pese a los dogios dispensados, sus cririca

 

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262 ------------------------------

vienen a poner en cuest ion uno de los pr incipales meri tos de Mansilla, cuando

a l descr ibi r lo nada menos que como un "rurista en la pampa" descalif ica la

s ingular idad de ese saber exrraordinario que e I autor reclama y se otorga a s i

mismo dentro y fuera del follerin.o 8

La resefia coincide con la enrrega nurnero ocho de Ia novela de Eduarda.

Pero ni Estrada ni ningtin otro enrico dedicaran a P f Jb /O .. . una lectura ran

arenta (al menos en el interior del diario). Quiza porque ella no alcanzo las

repercusiones de Ranqueles ... entre el publico. en par te porque su propuesta no.

venia a conrnover 1amirada y los valores con los que solia rnedirse y evaluarse

por cnronces la problematica inherence a "la pampa". Por eI contrario, el dra-

ma sangriento y horripilante que protagonizan los indios en la novela de la

escrirora, de algtin modo Iogro r eu b ic ar e l debate sobre las relaciones dificiles

entre civilizacion y barbaric. al cauce ortodoxo del cual (como parece sugerir

Estrada) nunca debio haber salido. Porque los lecrores e incluso la crfrica y los .

hombres de la elite polirico l iterar ia de laepoca pudieron haber esrado a favor

o en contra de los juicios de Eduarda Mansilla sobrela responsabilidad del

part ido unirario en los conflictos nacionales pero la novela ofrece una vis ion

mas orrodoxa, esperable y convencional respecto del problema del indio. y, eneste scntido, publicado justo despues de Ranqueles... , este orro foUedn reordena '

los criterios esperables de 1 0 barbaro y 1 0 civil izado, recordando a los lecrores .

que existen algunos parametres incuest ionables que no conviene relat ivizar , en "

vistas de la segur idad y el progreso de la naci6n.

En esta novela donde el gaucho es el protagonista, los indios conforman .

sin rodeos la barbarie que debe ser conjurada. Para Eduarda Mansilla no hay'

vaci laciones ni dialecticas posibles en este sentido. Los indios son laesencia de

la barbaric americana y los unitarios, que no los conrrolan ni cornbaren, los

responsables de los crfmenes que aquellos cometen contra lacivilizacion. Nada

mas elocuenre para ilustrarlo que la rnuerte de Dolores en manos de su fiel

criada Rosa, en mementos en que esta la ve marcharse , rendida sin remedio

por la fuerza del indio que la habfa tornado como cautiva:

~. . ~. ; . . .; _ . ~

Voyant qu'il njr auait plus d'espair de; sauuer son enfant. car"tia Rosa,

vow L e sauez; a naurri fa jeune f i l l . e . fa . nigmse, priftrant fa mer a fa

laisser au pouuair des Indiens, lui assena sur fa nuque un coup de hacha

solide qui ditacha presque fa the du trone.: ~, .

=Horre iur! -secria dona Marceline, s e c o uu ra nt l es y eu x. [ . .}

.=Horriblel.: Horrible ! . . .. -rlpitait sa compagne .69

GRACELAATTCUORE----------------- 26 3

Viendo que ya no habia esper:mza de salvar a su hija, pues tla Rosa.

como Ud. sabe, l eha dado de rnamar a la nina -Ia negra, prefiri endo

matarla a dejarla en poder de los indios Ieasesto en la nuca un hacha-

zo que cas i arranc6 lacabeza del tronco.

- jQue horror! -exclam6 dona Marcelina, rapandose los ojos. [ .. .J

-Es tan horrible de ver como de contar, estoy cierra =afiadio,

despues de algunos instances. con voz lugubre- ~no es verdad?

-iHorrible! ... iHorrible! ... =repcna su cornpafiera. (La Tribuna,

16112/1879).

El dialogo entre estas dos vecinas de la localidad donde ha ocurrido el espanto~

so crimen proyecta e I asornbro y e l ho rro r que la esc ritora prerende infundir a

su publ ico frente a hechos tan aberrances. Rosa ha preferido a su nina muerta

antes que cautiva. Pero la novela la sa lva en su ignorancia de cualquier juicio

despiadado, desplazando la condena hacia esos otros responsables que habrfan

causado la rragedia fatal : los indios del rnalon que asaltan d rancho de su pa-

dre. Hay queagregar que esta perspectiva de Eduarda se conrraponc a la de su

hermano ramo como saca a la luz un problema silenciado en el Facundo, que

mas bien parece brillar alii por su ausencia, Porque si Pablo . . . confirma a los

lecrores que los indios son irrernediablernente barbaros es para recordarles tam-

bien que Juan Manuel de Rosas ha sido, hasta entonces, el unico politico que

habla logrado una conquis ra sobre ellos ; e I unico que habfa acruado "civiliza-

darnente" : persiguiendo a los indios, protegiendo la vida de los blancos y,con

ella, el progreso de la naci6n. En resumen, aquello que el Facunda no podia

decir porque era mejor cal lar, cons ti tuye en esta novela uno de los pilares fun-

darnentales para reivindicar al part ido federal y condenar una vez mas a los

UOlrarIOS.

Interpretes, autores (y censores), Elmodelo de la autoria interceptada

Es necesario 'considerar ahora un aspecto crucial y decis ive en farecepci6n del

texro de Eduarda Mansil la en La Tribuna de Buenos Aires. Me refiero a fa

t raduccion del follerfn a cargo de su hermano. Comenzaremos para esto, re-

cordando lanocion de traduction propuesta por Steiner, quien laconcibc como

un proceso de entendirniento y cornunicacion entre dos 0varies. En e l primer

capitulo de D~sput!sde Babel , su autor insiste acerca de lanecesidad que tiene el

buen traductor de empaparse del mundo del rexro y del autor con el que traba-

 

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5/10/2018 Batticuore - La mujer romántica (Cap. 4) - slidepdf.com

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264 - L ." , Ml' )ER R01v IANTICA

ja. Se rrararta de hacer 1 0 posib!e por r:::cuperar 511 epoca (en C::lSO de que Ia

r raduccion se realice en orro riempo que elde laescri tura del l ibro): esdecir, de

inrenrar capturar con la mayor precis ion, el senrido de cada uno de los rerrni-

l lOS q l le componen una obra, y con e ll a, s u signiflcado protundo y verdadero,

"Leer integra y c ab alm en rc e q u iv al c a resraurar 1 0 vivo de los valores y de

las in t en ci on es d en rr o de la s que la le rig ua se c ia e n la realiJad'·!;) a fi rr na S re i n er .

Y por eso sefiala en este trnbajo la jill p or ra nc ia d el u so de lo s d ic cion ario s de

t od o c ip o, que perrniren rc::cuper:1rIJ .acepcion exacra de l vocabulario, tal como

e st e f ue rJ . concebido por el aUCO[ en SI! epoca :v ambience. Desde luego, Steiner

parte de la idea de que codas las lenguas son rnoviles: se desplazan y se rnoditican

a cada rnomenro. Es aSIque "e l verdadero lector es proclive al diccionario", sos-

tiene el enrico. Y ejernplifica: p::l.raenrrar al rnundo do:jane Austen es precise

conocer como eran los escrirorios esrilo Regencia y como circulaban las cartas

por los c ondados ing lcse s de la epoca, para entender a so vez el cora z6 n de esos

relates cargados de deralles de Dickens hace fal ta rener un saber recnico.

Esras reflexiones ponen en foeo l a r el ac io n en tre lectura y traduccion. El

modelo de rraductor en el que piensa Steiner estd absolutarnenre cornprorneri-

do con e! rexto, t rata de ser compleramenre fie! a su conrenido. Oe aqui, preci-

samente , que resulte oportuno pregumarnos que clase de lector y de traductores Lucio cuando se ocupa de verter al espafiol el texro de su hermana. Si bien eJ

no saquea parrafos, no cambia eI sentido argumenral de la novela ni modifica

de rnanera elocuenre frases 0 pasajes del rexro (como tal vez podrfa esperarse

que 1 0 hiciera), en carnbio no se privara de eorregirel uso presunramenre inade-

cuado que la aurora le otorga a cierros terrninos y conceptos . Oe este modo,

logra tif,'etar en cierto nivel laautoridad de la escri tora, imponiendo sobre ella

la suya propia. .

Detengarnonos ahora rnasconcretamenre en los procedirnientos. Es basi-

carnenre desde eI espacio pararextual de la nota al pie. que Lucio advierte al

publico sobre los "desacier tos" de su hermana, Por ejernpio, cuando alco~pa-

rar la milicia argentina con Ia francesa, ella se larnenta de que en su parna no

exisra la "conscripcion", EI traductor rebate entonces la opinion de la aurora:

"Nuestro estado de cosas es horrible. Pero la conscripci6n no es ley de igual-

dad. Los legisladores han hecho bien en no refugiarse en ella. El mal r iene orros

remedios" (29/11/1870. La Tribuna), remata Lucio en nora a pie de pagina.

Esd claro que la opinion del traductor no esboza un parecer diferente al de la

alitora sino que resuelramenre 1 0 eorrige: "Ia conscripci6n no es ley de igual-

dad", "los legisladores han hecho bien ... ", ltd mal tiene orros remedios". La

af' irmaci6n es taxativa y no admire opiniones sino que esgrime el enunciado

G RAClEI.A BATTICUORE ------------------ 265

con e I m i sr no c a ra c te r de v e rd ad incu esr io n ab l e con elque espera s er I ci cl o por

el publico. Es el (el traductor) y no la e sc ri tor a, qu ic n sabe de leyes r polLricasgubern:ullo:nrales. As! como tam bien esel quien sabe mejor que nadie que COS::l.

e s un " ch an ar ": "La aurora dice 'c ha ri ar a rb ol it o e sp in os o'. Estd eJI error, eI

chariar crece corpulence, los hay seculares" ( La T r ib un a, 30/11118/0, el su bra-

yado es nuo), rerruca el rraducror,

E sra ve z L M an silla ha reromado un term ino q lie en la version en Iibro de lanovel a en frances a pa re cia a l pie de pagina. Me refiero a la expl ic acion de "cha-

nar" dada por lapropia Eduarda y que desaparece en cl fol ierin de La Tribwl{l,

ya que es te p r es c in d e de todo el sisrerna d e n ora s que habia conteccionado la

aurora previarnenre. Es probable que esto sucediera porque los edirores 0bien

ella m isrna c onsideraron que el lector porrefio no necesita que le exp l iquen que

cosa es el mate, la part ida, el fogon, el pajonal, la quercncia. S i n embargo, el

traducror introduc e sf sus propius noras al folletin, explicando por su pane 10

que d considera necesira aclaraciones, Porque solarncnre uno que como el ha

visto el "chafiar" y ha dormido bajo su sombra en plena pampa ("el chafiar

crece corpulenro", dice Lucio) sabe verdaderamente de que se (rata. Y por 1 0

r an r o debe ensefiarlo.

Orras veces las correcciones del rraducror se derienen en otro tipo de "dera-

l les" que conforrnan elpaisaje de la pampa bosquejado par la aurora, aunque no

s e r e fi er e a la flora sino, digarnoslo aSI, a l a u c il er ia de la pampa: "Comme dans eel'

vil/ag!!sde i'interieur de fa province de Buenos-Ayres, if n'existepa s meme lesmodestes

uentas d 'Espagn« d u t em p s d e I'lnginieux hid,llgo "71 ( "E n e sa s vilias de l i n te r io r de

Buenos Aires no e xi sr en s iq ui er a L . l . S r no de sr as v en ra s de Espana del riernpo del

injenioso hidalgo", La Tribun,. 31/ I /1870), afirrna la narradora, y agrega: "il

filii! toujours avoir uric connaissance quelconque dans fa ville qui uaus offie

lfJospitaLi!i"72 ("en la villa que 05 oreec::;:hospiralidad, es necesario rener siernpre

algtin conocido", L a T ri bu na 31/1 II! 370). Pero el rraducror, a quien no se le

escapan los pormenores, refuca: "La aurora estd equiuocada en esre detalle. Las

casas han mejorado mucho al respecro' (La Tribuna 3111 ]/1870, elsubrayado esrnfo). En esta oportunidad el presunro error de la escrirora 110 rendna que ver

con lacarencia de un saber experimenrado (como el de su hermano, que s f habria

disfrurado 0 padecido la flora y la fauna de la travesia tierra adenrro) sino con la

distancia fisica y temporal que ella guarda respecto de! referenre principal de su

relaro, es decir: la vida en lapam pa. "Las casas han mejorado mucho [.. .J " , agregadespues Lucio sin sefialar desde cuando. Pero es ficil inferi r que se ref'iere al

tiempo transcurrido desde la ultima Vel en que su hermana viviDen el pais y . mas

aun, desde que ella es[uviera en fa campaii.a bonaerense. Aqui el [raductor es .

 

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5/10/2018 Batticuore - La mujer romántica (Cap. 4) - slidepdf.com

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2 66 - -- -- - -- -- - -- - -- - L A M U 1 E H . RoMANTCA

claramente un corrector que intenta reparar pero tambien sulmyar la distancia

(ffsica, ~Cllltllral?) que media entre la aurora y su publico.

Lucio esra lejos de ser esc lector/rraductor ideal que propone Steiner. Y

por mementos parece mas bien su cor itraparte. Si bien en estecaso eI dicciona-

rio (mental y material) con eI que t rabaja la aurora en su ncn:ia es objero de

consideracion por parte del rraductor, el no esra [an preocupslo por capturar

10mas fielmente posible el esplritu de la obra sino por evat.Ja. Aunque al

presentar el foll etfn en L a T ri bu na , dice haber hecho 10 pooil ll lepar "salvar

(ntegro" e I original. Vale [apena recuperar lacar ta publica a sufrermana can la

que lanza la prirnera entrega de Ia novela:

Querida hermana: Mientras he rraducido tu libro me la, parecido

estarconversando frarernalmenre contigo de si lla a s il la .

La inmensidad de los mares que nos separa desapzecfa. y un

mundo de recuerdos infanti les bullia en mi irnaginacion,

A no ser l a idea de ese placer, que esraba segura 'me pmduciria el

trabajo s iernpre ingrate de una traduccion: otro me habriareempla-

zado en la rarea,He rratado de salvar integra tu rexto, en cuanto el genio de las

dos lenguas to perrnite.

Carlos Guido y Spano, nuestro excelente y queridoamigo, te

dijo un dia a proposito de tu primer trabajo lirerario, edDhdola de

diplornatico:

"Mim« quand Lo iseau marche .

O n u oit q u'i' a d es ailes ".

Tu, picada un tanto, improvisaste un disrico que q u z a no re-

cuerdas: .

"M em e q ua nd L elio n ca res se

O n se nt qUI ' a rUsgri ff is ':

Pues bien, y hablando con entera franqueza, yo no CllD!quernis

plumas pueden en ningun tiempo adornar a quien des&chitJuita,

antes de volar, ya tenia esas inspiraciones vengativas.

Me resta solo rogar te dis imules las faltas de una tradJei6n, cu-

yas pruebas no me esdado corregir, y deseandote rodo bimteabrazo

. con e l alma. LV. M.73

''Y,.

Eiur.e la adulaci6n y la chanza, en esta carta puede vislumbrara:ya la compe-

tencia ent re los hermanos escritores, que las notas de Lucio a Iapthlicacion de .

GRAC1E.'\ATTCUORE---------------- 2 67

lanovela en La T r ib un a pondran absolutamente de rel ieve. De heche, elasurne

enronces el rol de un cririco que observa y cuest ioria, que no realza ni respera el

diccionar io de la aurora -e 1 cual es uno de los val ores principales de la obra

( junto con el sist ema de analogias y comparaciones)- sino que mas bien 1 0

berra para disefiar el suyo propio. Como rraducror entonces, Lucio propane su

propio lexicon y sus propias notas al pie. Y es importance tener clare que al

hacerlo obtura un reperrorio de rerrninos que si bien habia sido confcccionado

para cl publico frances, hubicra perrni ride a los porrefios ver cual es el cuadro

detallado de fa pampa que c or np on e la aurora en su novela.r'"

Lo cierro es que si al ocuparse de Pablo . . . , Lucio M. propone su propio

diccionar io de rerrninos , es porque 1 0 que esta en juego en ese gesro es un

asunto que 1 0 involucra: se trata de resaltar su experiencia como uiajero en

t ie rra aden t ro , tanto como su competencia de autor. Un autor que a raros le

dispensa a la escrirora un pequefio empujonciro para descolocarla 0 ponerla de

lado, para recordarle al publico de La Tribuna (por siacaso 1 0 olvidaran) quien

es Lucio Mansilla y quien es el que esta realrnente habilirado para componer el

cuadro de las "pampas" argenrinas_75

Es esc capital (que conj uga el saber del obseruador con el arte de l narradori

e I que Lucio intenra y sabe explotar , ya sea cuando escribe 0 cuando traduce.POf eso, habrfa que hilar tal vet. rnucho mas fino en el corejo del original y la

rraducci6n de lanovel a de su hermana, considerando en un sentido mas global

la disposicion de la sinraxis, e 1 uso de los terrninos con los cuales traduce cada

uno de los parrafos de Pablo . . . Si traducir implica siernpre un traslado, una

transposicion, en cierra medida tambien una alseracion del reference cuando

este esdesignado en una u orra lengua, sabernos que en este caso laal teracion

es deliberada. La actuaci6n de Lucio sobre el texro de Eduarda es la de un

rnediador que se interpone a veces autor itar iamente entre laaurora y su publi-

co. Un mediador que s a le a l c ru ce de las reflexiones y las opiniones de la escri-

tora, moldeando el rexto bajo su rraducci6n.

Si bien escierto que sus inrervenciones como presemador de Ia obra ayu-

dan a promocionarla, su tarea de rraductor leperrnite custodiar el texro, seguir-

10 de cerca y dobLegar1ocuando le parece necesar io, En esre sentido, nos enfren-

camos a [0 que denomino el modelo de fa autoria interceptada. Porque el

t raductor en cuest ion no se aboca a una version literal c i 1 0 mas fiel y dedicada

posible a t espfri tu del texto sino que inrerviene sobre eLacomodanM y reparan-

do 10 que considera erroneo, desacertado 0 anacronico."Acudo en este caso a I

termino '",i~cerceptar" (de interceptum: sustraer, interrumpir) y no "intervenir"

(rornar parte en algo) porque e I primero ref iere mejoda idea de una actuacion

 

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~iS ---------------------'--- L A MUJERUvANTCA

.;:.r;-:;:,.d sobre uno U otro aspecros y mementos de la novela (aurique L lS co nse-

::.:~r;(i.lS graviren, desde luego, sabre roda la obra). lrurruenir, en cambio, irn-

:~:.::.;srntar una nueva auroridad -ya veces una nueva au tor fu , . lUnque sea

"-.:0n:ma- para actu ar y decidir sobre diuersos asuntos que aftctdJ1 /(/ emma

~-;:.r;l!wu4f. Es esro ultimo 1 0 que hace el ed itor de Lo s mistcrtos tie! Plata, la

.....·.d., de Juana Manso, quien cornplera ei final de b obrn rras la rnuerce de

.2 .i:.l~Or:l. Paradojicamenre, su actuacion riene consecuencias si se quierc alga: : - : : j _ _ ; 2-c llef i.caspara la aurora ; en pr imer lugar, ya que para completer las pigi -

. . . . . 2 . . 5 rl!1J.lesde la novela se basa en la version porruguesa del rexto de Manso qlie

,: :~.loiacornpuesro ella; luego porque cl rnovi l de su inrervencion esrecdi ta r la

~.2·.:ela Y hacerla legible para los lecrores posturnos. La acruacion de Lucio

\!.l.Jlsdla sobre el follet(n de Eduarda cs , por decirlo de alpin modo, rnenos

~.asiva (no rcescribe zonas ni caplruios enreros), perc d SI cuestiona de ramo en

~1W L a autoridad de L a escritora. Lo hace heme a las interprecaciones de [a

realidad nacional que Iedisgusran, en especial, procurando ajusrar la mirada de

!a aurora sobre el paisaje de la pampa, cada vez que considera que esra no

responde a su naturaleza verdadera. De manera que el t raducto r no se confer-

::;:;.aqui can ir detras de la aurora, mas bien Iesale al encuentro y prerende ganar

.erreno sobre su opinion. En parte para recordarle al publico que en mater ia de

saberes sobre lapampa y sus misterios no existe rodavia otro cri rerio mas com-

?~renre yo avczado que el suyo . Si en Ranqueles Lucio discute explfcira 0 impli-

citarnenre con Sarm iento, 0se remire a la rradicion lireraria e historiografica

q;.;c 1 0 precede en las descripciones y caracrerizaciones sobre la pampa argenti-

na. aqui sclas ingenia para recordar una y otra vez al publ ico de La T r ib un a que

es d y solo eJ quien ha estado presence en cuerpo y alma entre los ranqueles , Es

d qui en ha visro los ges tos, ha oido las voces, ha o lido los o lores y ha palpado

los cuerpos a veces virulentos de los indios.

En los giros y rnarices dudosos de la rraduccion de Pablo . . . hecha por

Lucio .\1. habra que leer entonces no las imposibi lidades 0 las limitaciones

del inrerprete sino las arbi rrar iedades de un autor que desea recordar su pro-

pia auror idad a los lec tores . En verdad, esesta una pu ja entre dos interpreres

que son rarnbien dos aurores, Y . conocen bien (1 0 han aprendido juntos) el

J.rrede leer, rraducir, eseribir y reeseribir. A 1 0 largo del siglo XIX, el destino de

las autoras seve no s610 mediado (como eI de rodos los autores, desde luego)

por varias insticueiones: editores, irnprenreros, redactores y prologuistas sino

rambien acechado por la tutorla masculina y lacensura, en sus mas variadas y

a veces sofisricadas, incluso tambien, amables y simparicas modalidades.

GRACIElA BATTCUORE---------------- 26 9

Noms

I"La Lir er ar ur a Argen ti na en Ale rnan ia ", s in f irma , y Luc io V . Mamil la . u:vlis sob rc l a

hisroria de Ia novela en la America del S ud" (t echad o en "i'j.l;. junio de 1363). Amhos en fa

seccion BibliografiayVariedadesde La Rev i srad"Buo;o fAim . L~uetl(l$Aires. 1863, [.1, pp. 157-

8 Y297-30 t. respectivarnenrc .

2 Lucio V. Mamil la , "Nbs s ab re l a h is ro ri a . .. " , I br d. , p. 298 .

3 "La Li re r ar ur a Argentina en Alemania", s/firma, en La R c ui sr a . .. , op. c it . . p . 157 .4 Todu s las c iras de la resefr a d e F . \,);'olf[, aqui y en adcla nrc. co rrespo ndcn a b versio n

rraducid.i poJrLucio Mansilla inr:, L1 Rn 'i s ra d e Bu e no s A i re s . o r . CiL. p. 298.5 Ibid., p. 299.

, ; Ib id . . p. 301), d s ub ra ya do c s m io .

7 lbul., p. 30 J.

K I 'or ~ ,o Juana j\lanuda Cor r it i, que conoce muy bien las d if ic ul ra de s a l as que debe

enfrenrarse una mujer que i nc ur sio ns e n e l mundo de l as l er r as , r e co n oc c en Ed ua r da M an si il a

una "sobcrbia" y " rn ez qu in da d" d e e sp fr ir u que la a fc an como per sona pero diferencia y separa

esras debilidadcs de su cole ga de 10 que i nt er pr er a como "l a envidia' qu e en lo s o tros produ ce cl

r al en ro api as tado r de una rnu je r e sc ri to ra . Des ar ro ll o e sr a cuc sr ion en e l c ap it ul o p roximo .

~Susan Kirkpatrick. £'IJ romdnticat. Escr iro r4Jy sub je t iv i dad en Espana, 1835-1850. Ma-

d ri d, Car ed ra , Unive rs it as de Val enci a, l ns ri ru ro de l a Muj er , 1 ') 89 .

If) lord . , p. 223, e l s u br ay ad o e s rnfo.

II Ibid. , p . 229.J I bi d . . p . 229 .

UMiguel Nlvarro Viola , "Apunces s co re CSt J cdi ci dn de E l. 'v lM ic o d e S m L ui s" . Buenos

Aires, 1879.

14 El s i le nc io e s s in Judas s igni fi ca [i vo . ya qw: c l /l.nllflrio ... e sumu laba l a l ec tu ra de l ib ro s

nacionales y l le vaba una o rdenada c st ad is ri ca de aqucl lo que So : I da en Buenos A ir es . Sob re c sr a

cue sr iou, a si como sab re l a r cl ac ion ent re c l d i scur so c ri ol li sr ; v l a f or rn ac ion del pub ii co ent re

1860 y 90 en 1 3 Argen ti na vea se d i nsos layabl e e sr ud io de Ado lf o P ri et o. E l d is c ur s o c ri o ll is e a e n

laformacion d( fa Argmrina modrrna, Buenos Aires , Sudurnericana , 1988.

11 Me refi ero a Da nid Pombo, .' Eduard a .\ b nsilla de Gar cia", public ado -a l de cir d e N.

V io la - en La Cuimalda de Nueva York y repr oducid o en la edici on de B medico tk San Luis de

187,) , op. c it .

16 Gerard Gene rre, "Le n om d'aureur", en St!lIiu. Par is , Edi ti on s du Seu il , Euc re o tr as

cos as , Genet re s e r ef ie re a l " ef ec to p seudon ir no ", que e s s i er np re un e fe cr o buscaaa par e l aur ar .

P or ejemplo, d aur ar podr ia acu dir a un pseud onirn o q ue diera rnavo r in reres a su obra, vin cu-

Jand a e ] n ornb re eleg ido ca n l a r erndr ica a bi en pod na opra r par u no q ue ya desde un cornienzo

convocara Ia faroa 013 rep utacio n de alguie n c onocid o (el nombre de un e scrito r celeb re, de un

rnu si co f ar no so , un s eud6nimo que i nd ique a l os l cc to re s un campo de expec ta ri va s r espect o del

au to r que s ep r es ema aho ra en soc iedad) .

17 Ya sea desde el i nt er io r d e su s ficc iones a d esde las eo lumn as de la prens a, Edu arda a

men udo r ecuerd a a su pu blico que 1 3 marerni dad e s e l obj et ivo p ri nc ip al en ( av id a de cua lqui er

mujer . Y por 10 t anto, que es ta d ebe gui ar camblen lo s tem as y ani cu la ei ones de ( ap ro sa de una

escri tora . Tal eonvicci6n sevuelve explici ta en el pr610go y ( as p ropues ra s de l os Cumro! -publi-

c ados en 1880 y d ir ig idos a l pub li co i nf an ti l- Io s c :u al es p rovocan de i nmed ia (Q d comen tl ri o

e logi oso de Sarmi en to (D. F. Sarmiento, "ClUntoI por Eduar da Mamil la d e G arda", en Pdgin4J

 

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270---------------------------

iiurari~s, ~ u cn os A ir es , vol, II-VI, p. 312-319) . Ana li zo csra cue st io n en "Los rnenorcs del

g enero , E/ reverse de la tradicion: transformilciono culturalcs ttl la lireratura a rg ml in a d e! si 10

Xrx, e di to r i nv ir ad o S i lvi a De l f ino , volumen especial de Reuista lnteramericanu dt: Bibl iogrJa,

W as hH lg co n. v ol. X L V, n ." 3 , 1995, pr. 365 J 372.

I~ L a c ar ra e sr :i fech~dJ d 12 d e j un io d e 1885 e n B ue no s A ir es . Me derengo en 5U analisis

en cl capitulo Y.

Por _or ca l ' ~ r re . c J ll l bi e n resulra opor tuno v olv cr a c on sid er ar a qu f Ilp ro pu es tJ . d e Carla

He ss e. g w en a dv ie rr e s o br e d u so d el p s eu do n ir no f cm en in o c omo e sr ra re gi a d e l as r nu je re s p ar a~ .e ne r e l c ontr o l !e?al d e s us rexcos. Y s o br e to do p ar a e vit ar q ue fu cr al l " pro pi ed ad " d e s u e sp os o;

La f irm~ rnasculina conrrolo eI acceso de las mujercs al poder literario. Las rnujeres po r 10 canto

s e a pr op la ro n d e l os . n or nb re s r na sc ul in os y h ab la ro n a craves d e e ll os . M i en rr as a lg u na s e rn p le a-

r on l a f ir ma r na sc ul in a [ .. . ] o r ra s, alternarivnrncnre, d e sc ubr ie ro n e s rr ar eg i as p a ra r n ov e rs e a lr e-

d cd or s uro . C a~ a s eu d6 nim o to rn ad o p or u na rn uier es crito ra res ulro u na m ulrip licacio n m as

bien que consoilda~16n de su id en ti da d. A s u i de nr id ad h cre da da y a dq ui rid a c om o hija y e sp o-

s a, e ll a. a ~ re g6 u na i de nri da d d e a uc or e lc gi da p or e ll a m is rn a. [ ... ] T al e vi de nc ia s ug ie re q ue e l

p se ud on ir no n o f ue n ec es an ar ne nr e u n a cto d e m od es ti a. P ar a l as e sc rir ora s fr an ce sa s c as ad as

devine un g es r~ d e a ur oi nv en ci dn , u na d ec la ra ci on d e i nd cp cn de nc ia d el s ig n if ic ad o parriarcal",

C. Hesse , 01'. crr., p. 485.

I) Gerard Cenerre, op . cir., p. 52.

211 O. F . Sarruienro, Facundo. op. cir., p. 19 .

21 Ibfd., p. 20.

n D a ni el G ard a M an si lla , Visto,oido J recardado, Buenos A i r es , Gui ll e rmo Kraft 1950 P 872.1 Ibid. • ,..

~4 C l au d ia : or re , " La i nr im id ad h is r6 ri ca . A pu nte s s ob re la b io g ra fi a c ul tu ra l d e E du ar da

Mansilla de Garctu (1838-1892)", en F ron te r as l it er a ri as e n fa L it er a tu r e L a ti no ame r ic a na Ac tl lS

de la X l j or ~ adm d~ I n v~ s ti ga c id n , Bueno s A i re s , Institute de Litcrarura Hispanoarnericana , Fa-

c u lt a~ ~ e F i lo s of ia y L et ra s, U n iv c~ sj da d d e B ue no s A ir es , 1996, p.13/4.

. . E ~uardo M ansdl~ de G ar~la. Cuentos, B ue no s A ire s, C ar lo s M . Cernadas, lrnprenra de

1. \ Republica , 1880. Analiza dcren idamente esra cucsrion en "Los mcnores del g enera" op cit1(, Ed d M 'II . . .

27

uar a I ansi a d e G a rc ia , Rtcul'Tdos ck uiaje, Bueno s A i re s , E d ic io n es El Visa , 1996.

p. .

27 Ibid., p. 29

28 Ibid. , p . 29.

2') O. G ar da M ami ll a, Visto, oido y recordado, o p. c ir ., p . 87.

30 Ge o rg e S t ei ne r, Dt:sputs tU B ab el . A sp ea os d el I tn gu aj t: y fa traduction, Mexico, FeE,

1980,p.132.

31 Eduarda Mamilla , P a bl o o u La v i edans le s pampas, Paris, E. Lachaud, Libraire- Editeur, 1869;

p. 80. ~ s u br ay a ~o e sm{ ~ . P a ra 6 r a. y I,ass ig u i~ n te s t ra d uc ci 9 ne s d e Pab /Qou fa vit:dam It s pampas sigo

Ia v er sJ ~ n d e L uo o Ma ns il la e n ddiano l A T nb un a, q u e p ue de b ri nd ar no s r am b ie n u n a ce rc am ie m o

a s u ~ ti lo ~m o r ra du ct or . N o o b st an re , . ap ro ve ch o l a o c aS i. 6n p a ra a gr ad ec er 'a P at ri el a W il ls on s u

p ~~ la v ctS l6 ? a l e sp af io l d e e st a n ov eb ~ r ea li za da e n c ola bo ra ci 6n c on u n g ru po d e a lu mn as d d

I nS ( J {u ro .N a~on al d e L e ng u as ~iV3S' en el ma rc o d e u n c on ve ni o c on l a F a cu lt ad d e H lo so ff a y Leuas

d e l a Umve r: J da d de Bu~nos Ai~cs, d ?~ ld e s e a se nt 6 m i p ro ye cr o d e i nv es ug aC i 6n . sii dedicaci6n' ye sm ero e n d ic ha r ra du co 6n m e pumm6 c va lu ar m e jo r l a d e LMansilla. '

- 3 2-E du ard a M an siU a, P ab lo o u l: z v i e . .. , o p . c ic ., p . 83.

,.. 3' Ibrd., p. 13 . .' ..

GMCELAATnCUORE---------------- 271

} ' Ib id . . p . lB .

,~ Ibid., p. 25.

J(, lbtd., p. 26.

37 Ibid. , P: 101.

~R lbfd., p. 15B.

,'J Ib ld .. p . 7 7.4G L a s er ie es m uch o m as larg ;1 y lo gra cifrar en s u co nju nro u na v erd ad era im ag en d e la

p am p a a rg en ti na t al c om o la i ma gi na l a escritora y l a pr oyec r a para un publ ic o he r er ogeoeo y en

10 posible nurneroso: papel eta: ur t if i ca t d ' ~ xon i ra t ion du service militar (p. 5); tacuara: immenseroseau (p. 12); partida: pa tr o ui ll e d e r a co le u rs (p. 15): asao c on c u er o ; u ia n d« r o ti e a u rc s a p e i lu (p,

34): el mate; thi de: Gaucho: (p, 34): peones, g a rf on s d t' fa forme [p. 35): payador: improvisador;

JIlamira; pt:tite mire (p. 48): caballada: troupeau de chevaux [p. 49): fortln: dh ach em em mt d e

t ro u pe s q u i g a rn it u s f on r it m (p, 91): hierra: le m om en t q ue to n m ar qu e le betai! (p. 94); zorrino:

m a ul /d u, o ib er ra m e ph it is {p, 101); parejero: c h ru a l d t: c o u r se (p. 111); silencio: repos {p, 114);

esranzuela; petit« estancia (p. 130); rnediodia: midi (p, 132); caparaz: chrf de la carauane, appdh

.tropa (p. 152); judlos: 01'1 donne toujours C( n om d a ns I ts p amp ll S aux e n fa n ts q u i n'ont pllS encore iti

baptists (p. 184): carrera tropera: charmt~ ja iS fwr partie de fa caravans (p, 205); cl rropero: che].tkfa carauane (p, 206); bisnaga; pe t it a rbust i ' {p, 211); asador: rotlssoire (p . 212); bombilla: chaiw?leau

e n m et ai p ou r p re nd r« le mate (p, 212); R i o Qu in t o; n om d 'u ne r iv i; re (p. 216); Ranqudcs: un e

t r ibu d ' lnd i en s {p, 217); Lo s roldos: c amp s .l ts [ n di en s (p. 219); mazarnorreras: v en de us e d e m a w-

m o rr a. L a m a xa m ar a e st u ne p ri pa ra ri on d e m a ts c ui t a l'eau (p. 22B); porrerias: o n d ts igne a in s i l es

f omme s d t: Bu (r to s -A ym (p, 231); cuadra: on appe ll e cuadra c ha qu e b lo c d e m a is on s; i ls a nt t au s 5 0

t aw e s pa g no lt :s (p, 232); encendedor: allumeur (I" 239); l a s bo las : engin tk chasse (p, 251); dorna-dor : dompteur de cheuaux (p, 2 58) : el pago: endroit l t » : 261); gramilla: ray-grass (p. 286): pulpero:

maitre de la pulperia (p. 291): veteranos: vitaans (p, 294); chasque: (ourriu (p. 305).

41 G . S t ei n er , Drspuis ck Babel . op . cit., p. 69.

42 L. Mam il la , "M as sobre la novela . . ." , op . cit., p. 298.

43 Luci o V . Ma n si ll a, Mis m t :mo ri ll S. M i s m emor ia s y a tr o s e s cr it o t, Bueno s A i re s , Secrcraria

de Cul tura de [a Nacion e n c op ro du cc i6 n c an E dit or ia l L ug ar. 1994. P: 219120.

44 Eduarda Mamilla , E l m e di co tU S an L ui s, BUt:IlOSAires, Eudeba. 1962, p. 32.

45 Ibrd., p. 5S .

4G Ib id " p . 57 .

47 [ bi d . . p . 40,

48 I b id . • p. 53 ,49 Aunque Ro l f E n g el si n g ha da tado hi s t6 r i camente esras m od alid ad es d e la lec tu ra , es

precise a dv en ir q ue c om o p ro po ne R ei nh ar d W it tm an n, esras m an eras d e leer n o se resrringen

excIusivamente a1 momenro en el cual es posible visualizar su o rig en sin o q ue s irv en m as b ienp ar a c ar ac tc ri z. ar u n t ip o d e r el ac i6 n q ue [ os l ec ro re s (los e uro peo s co mo l os am er ic an os , a gr e-

g uem os ) d efin eri can lo s lib ro s. W i( UIlan n, "H ub o u na rev olu ci6 n en 1 :1 lectura a f in a le s d e l

s ig l o XVI II ", en Historia ck fa u(tUra m e [ mu nd o o c ci de n ta l, b aj o l a d ir ec ci6 n d e G ug li el mo

C a va ll o y . R o ge r C h ar ti er , T a ur us , M a dr id , 1998; Ro l f E n g el si n g. L 'i pr eu ve d u u cu ur . U vm t'r

kcuum dam It r oma n d / ln c it :n R i gim e, Acus d u V II I' C ol lo qu e ck l: z Soc it r t d / lna l ysuu L a Topique. .

Romanuq,g, Louvain-Anvers. 19-21 ma i 1994 , J an H e rm a n y P au l P el ckm an s ( cd s) , L o va in a-

P ar is , £ d i d on s P ee te rs , 1995.50 iMansilla , P a b/ Q o u La v i edans I.tr pampas, a ve c u ne l em e' d e M. E . L ab ou la ye . P ar is , E.

Lachaud , L ibra i re - r: . ru t cur , 1B69, p . 6 8.

 

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-------------------uMUJER01vlANT1CA

: : - 1 - 1 .. : : :- . J . . ? 60 .

, -~: ' : , : '3. . p. - 4 ; .

. . ~ · : - i ~ _ .? 2-i2.

" : ': -: '' ': . ? 318.

'., ~•i.:.: 3.i:1!chou, "E! credo hurnanitario y su difusion", en f :l li t' m po d e l os p r of rl a s, Mexi-

:'. :-::. : ~~. p. 3i4,

. - " ,"~ .: ~' ;~: no s que despues de muchos c sf ue rzos , dur an te su e st ad ta en Par is , Sarmi en ro. _-: ~-:.. :=~,j~su Iibro para la Revista de ambos mundos (cf Charles de Mazade, "Civi li sa tion

-: :.;._-:.._...:~.~CKurs , cou rumes, c ar ac re re s des peupl cs ar gen ri nc s. Facundo Qui roga e t A idao

-0: ~':'::::-;'- i'. Sarmiento', en R~Vlli! de deto: Mendes. 184r;, L 4°, p;igin~s 625 a ( ;5 9). D c tal

:- ::.: '_',!-;~n la arencion de una porcion de l ec ro re s cul ro s en c l arnbienre cultural Irances de

=:.::;,:.:~.:~ ;;g!o XIX.

, - :' :, ~ ~mos con su lr ado per sona lmen re l as edi ci oncs en i ng le s y aleman. La rcferencia

:-:-::-:.::- ..~~.i \laria Velasco y Arias , "Eduarda Mansi lla de Garda", Boldin de l Col eg i o de era.

_ - _ . _ . , ~ . .. :. . :: ,; . .- - u /: 't d de Fi losoji tJ y Letras, Buenos Aires , Univers idad de Buenos Aires . En cuanro

:.._-, .._:c; ";:JC rnanrienen ala e sc r ir or a f ue r a de s u p a is durante perlodos prolongados: Eduarda

, ~. ,; '. ' -: ', ;0 en Washi ngco ll d esde 186U, ell Par is ent re 1863 y 1868, Iuego en W.lshington

~-.:::::o:::~ entre 18G8 y 1874, Y orra vez en P a ri s y en V i en a e nt re eI 1884 Y 1890. En e l I n re r in

~~ .•> : -:5 ~ s .:para de Garcia y r es id e dur an te c as i una decada en Buenos Aires.

,. ~ \~a.,sjjla, P a bl o a u in ui e . .. , op. eir., p. 31,

- ::-,__:_.' . 290 .

.".i:;!~Prieto. E l d i sc u rs o c ri o ll is ta e n 14 formacioll tU la Argmrina moderna, op, CiL Es

_~= :~ :2nbi en con si de ra r l a obs er vaci on de Ale jand ro Euj an ian, qui en con buen c ri re ri o

=::;. ..~ = . < : r .;ue el aurnenro 0 l a expans ion del pub li co no t raduce neces ar ia rn en rc su d iver si -

:....:..:. :.. ~_~;.lIliin, "La cul rura : publico , autores y edi rores" , e ll Nueva Historia Ar~mina,

_ . . ;- - c: . .: _ - t: : : :: .i do. y a rden burgues (1852-1880), direccion del ramo Mana Bonaudo, Buenos

- _. ,. ". : ': .. :. ;__- ur ic ana, 1999, En e sr e s emi do, puede agr egar se que Jorge R iver a hab ia s ido e l

:;c:;:c,: ~ ;~:'..l..Iar a impor ranc ia de l os f ol le ri ne s de Gut ie rr ez ent re un tlU~VO conringenre de

==-~ :-. . :. : , : : ; : '' 'Hnigramcs e hijos de inmigranres que sehabian visro favorecidos por las carnpaf ias

~ _::;_,,=-,"~6n Yque ses inr ieron idenr if icados con e1 des ti no de l os her oe s pob re s y a menudo

~=--=. ~ i_, : :c riones de Gurierrez , Cf. J . Rivera, "£I escriror y l a i ndu st ri a cul tu ra l, 8 c amino

=;;:: i~naJ iz ac i6n (1810 -1900) " y " £1 fol le ri n. Eduardo Gut ie rr ez ", en His toria de la

=.-;;: C"f'!7Uirra.Dd Toman r ic ii mo a j t la tu r al ii mo, r. 2 bajo la direcci6n general de Susana

= = - _ . ; . ~ ~ Aires. CEAL, 19801198G. En cambio. l a c rf ti ea 51: ha det en ido poco y nada a

~ '"' rirocia de lfaons en este periodo en que creeen rambien, cOllsiderablemente, la

~ ~ l<!IJl;lIIarios y revis tas para Ulas mujeres y las faroilias» (Ei Album tkj Hogar, La

Jai."U e.i . " " : a u . La A lb or ad a d el Nita, por nombr ar s610a l gunos) . E I pub li co f emen ino, que

=~"lS de s ig lo seencontraba pract icamenre res tr ingido a las mujere.s de la~iiuque habian

~ =o ....eaci6n especial, se ve fortalecido ahom no 5610 por las campaiias alfabetizadoras

i;:2II .~ ~ias a la arcacci6n cada vez m a s f ue rt e que l a p rens a e je rc e sob re l as l ec ro ra s.

~ = SlIS paginas espacios. para lamoda, lasociabiJ idad femenina y las novelas europeas 0

~ ~ fClo l os semanarios para mujeres sino los peri6dicos y l as f iccione.s apuestan a e ste

=- =<=.:dd publico.

..::.-__b t riunf05 de 13Francia . Vicrorias de la Republica y del pueblo" es el t fr ul o de una

~ irique seubica bajo eI r ub ro ULasNo ri ci as deEu ropa " en d ic iemb re del 70. 0 bien:

t,

!lJ'.

~.

GRACIELAAITICUORE------------------ 273

"Frnnci a, Nor ic ia s" u s i no "Eu ropa. Par is . Cor re spoudeuci a i ll gl cs a (La v ida ~II 1'1rls" JiSP<Hi.

( 1 6 1 1 de los all imos . .Datos v p or men or cs c ur io so s)" son o rr os d e 1 0 , rifLllos que anunci.rn ell La

Tribuna los antares de la vida coridiana en 13 capital mas adrnirada dd viejo cunrincnre.

63 E. Mansil la, Pablo 011 /'1 1'it'.., op. cir., p. G,

(,4 Para u n estudio de las represenraciones p.croricas e iCulIl)gr;lllca.1 del "desierto" en fa

Argen ti na del s ig lo XIX, vcase Laura Ma lo se tr i C o st a. "Bueno; A ir es -Chi cago: La vuelra dd

rnalon" . en Lo s p r im e r os » t od e rn o s. A u t' J J'ncied,d (!1 Buenos Aim a f in (s d e! s i' {l o X I X Buenos

Aires, FC E, 2 UO I. T am bien. p ara u n analisis del IlS0 de 1, 1 c:<tegnriJ "desierto": L. Maloscrci," (Un paisa je absrracro? Transforrnaciones ell fa percepcirin y represenrac .on visual del Jcs ierro

argentinu", til Resonaucias romdntlcas. Ensavos sabre historia de l7 cultura. Argmli",I, J 820-1 R80.

cornp, Gracida B~cricuore, Klaus Gallo, Jorge M y er s. B ue no s Aires, E ud eb a, 2 UO ).

6; E. Mansilla, P,lblo OU /,1 t l ie . . . , 01" cit., p. 220,

6; Oigo "sin p ropone rs el o'' p or que aunque c sr e f ol Jc ti n s al e pub li cado en L a T ri bu n a des-

pues del de Lucio , habla s ido escri ro can anrer ioridad.

67 Sanringo Esrrada. La Tribun«, 7 de d ic ie rnbrc de 1870,

( ,xPodr la s er e sr e un s aber l indanr e c an eI del ernogmfo, Con rcspecto a la segunda de las

c ri ri ca s que haec Est rada a ] auror de R a nq ua es . .. , val ga e sr e e jcmp lo : "Munsi ll a h .l v is ta c an sus

ujos y ha a id a cun s us o ld o s cI especraculo y 1 3 la me nr acio n d t' [,IS masas, y O ;I C t' o b ra d e noble

parriotisrno reproducieru!o los cuadros y los accnros que I" acongojaron, Acierta, si pide polfrica

de educacion y progreso que redirna los pueblos y que abrevie b l em a , l a i nr cr m in ab lc y azzrosa

e labo ra ci on i ndo gaucho qu~ ha c sr ud iado : per o, en nue st ra opi ni on >e ~qUL'OC4 si, como se

despren de d e 5U Iibro, q u is ie ra a si m il ar los r es or te s o r ga ni co s de l a n ac io n 3 los rnoviles de las

masas en SII c sr ad o a ct ua l, que c s v i ci o so y cmbrionario y buscar en c l diagnosr ico de nuesrras

c nf cr rn ed ad es s oc ia le s e l c ri rc ri o de nucs r ra Con s ri r uc ion . en vez de bu s ca r i ndi ca c ion e s curari-

vas'. En este y orros parrafos Estrada a.1eIT~ los lcctorcs contra el rcl.irivismo cultural de Mansilla.

Y contra los per ju ic ios socia les que tales juicios podrran caus. ir . SantiJgo Est rada . [ b i d .

(,9 E. Mamilla, P ab lo o u in v i ( . . " op, CiL p. 27,).

;0 C, Sreincr, Despues d« Babd, op. cir., p. 46,

" E . Mamil la , P a bl o a u la vie , . . , op.ci t. p . 57-8,

72 Ibid., p, 53.

73 Lucio V . Mamilla, La Tribuna, 29 de novicmbre de 1870.

,. Como hernos demosrrado pagina_1 arras, aun hoy esc cuadro es solo apreciable en el

corcjo del fol1etin de La Tribuna con la edicion fra llcesa , ya que desaforrunadamenre 13 unica

edicion al espaiiol -que dara de los ultim05 aiios- nO presta arcnci6n a esr;u cuesuones. Me

reflew 3 Pablo 0 W v id a (ti !.u pampllI, r raducci6n de Aiici :' ! Mercedes Chiesa, Buenos Aires .

Con fI uenc ia , ] 999 . En el p ro logo , J or ge Casman h lc e un r cr aso super fi ci al d e l ab i og ra f{a de l a

auror a y 5e l im ir a a s ef ia la r que 1 :1 rr aducci on e spai io la que eI presenta induye las notas al pi e

apareddas en la version original (13 edi tion francesal . Pero omire refer irse 0b ien des conoce l a

t raducci6n de Lucio Mamil la rea lizada para La TributW. cuya menci 6n - al menos - e s impor tan-

c eporque por p rime ra vez puso en d rcul ac ion el [eXIOd e la aurora en lengua espanola y en 5U

pals natal.

75 "Pampas", y no «pampa" , e sd H!rmino empJeado pDr Luc io Mansi ll a en Un a o :c u rr iO n . ..

En su relato, como en las correccioncs del' libra de su hermwa, el e sc ri co r s e d is tanc ia de l a

imagen consabi da y p reponder an re de l apampa, tal como la habia concebido hasta emonces la

r radi ci 6n romamica. P ienso en l a pampa de Facundo . .. 0 de La C aur il la , que rambien esboxa. un

b rcv( simo d ic ci onar io par a l os icro res: -chaja" 0 "pajonal" son algunos de los terminos que

 

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. - - L A . MUJER ROMtNTlCA- - -----

: : - = < ! , : ~ : - ; - : J explica en "_' noras al pie . (Sobre esta cuesrion puede consulrarsc: GracidliiSilvcstri .

.:::_i::~~-urio p ~ i f ; . · : . c . o en el liroral y eI sur a rgen tinos". en L ib e ra li sm o , E s ta d o J oJrn Bur-

,-= :352·/880). d::=or:;l de romo Ma rt a Bonaudo. Buenos A ires . Sud amcr ic ana .l fJ 9) . De

= - ': o .i :sn < :. .i os . a d i fe r ~Q d e l l ib r o d e s u h erm an n . Ranque l cs . . . no ofrece largas descripeones del

:=::::'...::r 'io=I c ue st io n '- , ~ e sr o, r ar nb ie n, 1 0 que s u ri lr ne n te l e s ef ia la E s rr ad a ), Quiuprquc 1 0

~ : : : ; . is le inreresa a l .,~J)(es o frec er al p ubl ico or ra imagen p reponderame de 13 =i6n: la

i. : ~:L-:(lU. : -gando a I .. : :dcerias. Lucio a ndando a t ro re por l a p ampa, Lucio durmiendes obre el

eel : , .:~una rnu lira , I_, :,ciosoriando con ser cI emperado r de los Ranoueles.

Capitulo 5

Construcci6n y convalidacion de la escritora

rornantica. Hacia fa profesionalizacion.

Juana Manuela Gorriti

La escritora junto a J pueblo

Por los mismos afios en que Eduarda Mami lla cornenzaba a perfilarse como

una escrirora dis tinguida en el mundo europeo y a ser recoriocida entre sus

cornparr ioras , otra argentina residen te en el exrranjero es e1ogiada, tam bien

desde las paginas de La Reuista de Buenos Aires, por sus producciones literarias.

Setrata deJuana Manuela Gorriri,la flamante aurora de "La Quena", "Guernes",

"La hija del mazhorquero" , "EI guante negro" y algunos otros relatos conoci-

dos a rraves de diversos semanarios de Lima, La Paz y Buenos Aires. Sueiios y

realidades es e I sugerente titulo de su primera obra en libro, editada en 1865

por Carlos Casavalle y largamente promocionada por Vicente Quesada, amigo

de la escrirora, quien asurne tam bien eI cuidado del volumen. Desde hacia un

afio La Revista... venfa alentando entre sus [ectores portefios v -y especialmenre

entre las lecroras- la suscripcion que perrnitfa concretar un libro varias veces

demorado por haber sufr ido diversos percances: los rnanuscri tos que viajabanpor barco del Peru a laA.rgentina se perdieron rresveces consecutivas y la escrito-

ra debio recornponer los relates a parti r de borradores precarios, puesro que

"no guarda(ba) copia" de sus producciones, asegura Quesada.

E J l ibro surge entre esta borrasca rom:inrica de la perdida, que 1 0 vuelve

s in dudas codiciado para quienes 1 0 esperan. Pero, adernas, la aparicion de la

obra -que sale por entregas, semanalmente- coincide con un episodic esrruen-

doso en la biografia de laaurora. EI 27 de rnarzo de 1865 Isidoro Belzu, presi-

denre de Bolivia, Ilder popular y ex esposo de Juana Manuela, es asesinado en