beat 1
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Revista digital Beat 1TRANSCRIPT
NÚMERO 1 OCTUBRE - DICIEMBRE
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CONTENIDO
.........................................................................................................................Editorial 3Amanecí Reptil —poesía............................................................................................... 4Risaterapia —foto reportaje .......................................................................................... 9La caída —poesía .................................................................................................. ... 12 Viviendo —poesía ....................................................................................................... 13 Una vez más —narrativa ............................................................................................. 14La poesía escrita por un hombre cualquiera —reseña ............................................... 17Los nuevos caminos de la poesía oral —ensayo........................................................ 19Convocatoria Beat 2 ................................................................................................... 25
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Editorial
Bienvenidos a Beat 1.
En Beat nos gusta estar en constante cambio y mejora. Y como para muestra no nos bastó un
botón, mejoramos el diseño de nuestra edición PDF, esperando que iTunes México alguna vez
atreva terreno en la distribución de libros digitales, con lo que nuestra edición interactiva podría
ser de más fácil acceso para quienes nos leen desde México.
Luego de nuestro número piloto, Beat 0, llegar a Beat 1 podemos decir que es un éxito y que
estamos seguros de poder continuar muchos, muchos números más.
Las mejoras en la edición nos retrasaron un poco los tiempos planeados, pero, al fin, creemos
que logramos nuestro cometido con felicidad.
Aunque inicialmente nos planteamos que Beat podría ser bimestral, debido a que es un trabajo,
digamos, digitalmente artesanal, creado por autodidactas y 100% independientes, pensamos que
lo mejor sería tener un límite trimestral. Este lapso, y aunque somos una publicación
completamente independiente, nos permitirá trabajar sobre un constante crecimiento de calidad,
con un buen diseño y una buena calidad en nuestros contenidos.
De corazón, los editores deseamos que disfrutes de Beat y que compartas con nosotros tus
pasión, tu ritmo y tu forma de ver el mundo.
Como muestra, en nuestro presente número conviven imágenes, historias y voces que van de la
vivencia personal cotidiana a la participación social inmediata.
Beat es tu ritmo, Beat eres tú.
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Manú D. Alvarado
Ciudad de México (1987). Editor, corrector, amanuense, bibliófilo, caminante, pedante, melómano y dipsómano. Trata de licenciarse en Lengua y literaturas hispánicas, en la UNAM. Lee todo lo que puede, pero no todo lo que quisiera. Escribe de noche, para que nadie se entere. Desde 2008 es becario de la Academia Mexicana de la Lengua y en 2011 se integró al Taller de ArOficios del InsOtuto Mora. Prefiere el bajo perfil; ha escrito “obras maestras” que no nos permite revelar.
I
Amanecí reptil:
escamado
en tonos verdes y rojizos,
la sangre fría,
la lengua bífida
urgida de partículas de olor.
Amanecí lagarto
dinosaurio
cocodrilo
caimán
dragón bicéfalo
pero también
tortuga
y serpiente
iguana
Amanecí reptil
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rana.
Gregorio; no.
Pero sí metamorfo
y asustado,
como todos los seres que se descubren, novísimos,
al mundo.
Mirar con estos ojos de hace tanto,
tantas eras,
tantos yos detrás de este que soy.
Descubrirme al espejo
como era en un principio, ahora y siempre,
hallar en el instante
lo que en mí hay de eterno.
II
Mis ojos amarillos se despiertan:
amanece.
La sangre corre, lenta;
apenas se mueve.
Busca el calor del día,
o de un cuerpo,
o de la tierra,
o de un beso,
busca el calor que acabe la pasividad.
—Mi sangre fría en busca de tu caliente cuerpo—.
Mirar el mundo de forma ‘reptilínea’.
Andar despacio, así,
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sin prisa.
Con la paciencia habida y la
historia de a cuestas
La mente del dragón,
el poder del caimán,
letalidad serpiente
—participio y sustancia—.
III
Miro mi cuerpo opaco,
mi piel se ha vuelto áspera,
endurece.
La piel de los reptiles es su historia,
en ella registramos el pasado,
en las capas que caen,
que vamos abandonando,
que dejamos atrás…
que nos dejan delante.
La epidermis de escamas coloridas
nos renueva la idea del “sí mismo”.
Descubro en mis escamas, variaciones,
algunas,
otras,
desisto de contarlas.
¿Qué pasa? ¿Qué yerra? ¿Qué falla?
el cuerpo me responde con más cambios.
Mis antiguas escamas verdes reblandecen,
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decoloran,
se deslavan…
se
des
pin
tan
—soy un lagarto moteado—.
Caen mis lágrimas de cocodrilo
profundas y tristísimas.
¿Por qué?
Las escamas, a cada paso, se hacen nimbas
y desnudan una indefensión quizá impostada,
¿Por qué no?
Mis pasos se acompasan
y atestiguan mi emblanquecimiento.
Llegando al río
mis patas son de mármol…
¿Qué pasará?
IV
Hoy soy dragón de fuego,
caimán albino,
un cocodrilo blanco.
Todos alrededor me miran extrañados
—pienso—.
Pero el blanco es pureza
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—me repito—,
el blanco es de las nubes
—me consuelo—.
Aprendo que la vida longeva despinta nimiedades,
nos va limpiando el alma
(sí, también a los reptiles)
(sí, también los reptiles tenemos alma),
y nos blanquea de adentro para afuera,
con la experiencia emancipadora.
Blanco que soy
—lo grito—
aunque mis voces suenen guturales,
incomprensibles.
V
Amanecí reptil
y en el instante de cerrar los ojos descubrí en mí
las eras de la Tierra…
miré, entonces, mi epidermis humana
al tiempo que escuchaba la voz del cocodrilo,
aquel que lo gritaba.
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Sandra González.
Ciudad de México. 23 años. Estudiante de fotogra\a y médico de la risa. Hacer documental es mi pasión. Me parece por demás importante registrar lo que pasa a mi alrededor. Y no todo es malo. Soy médico de la risa desde hace cinco años. Estar detrás de la cámara en una visita me permiOó ver con más claridad el honor de usar una nariz roja y poder llevarle un poco de alegría a otras personas. Y, por qué no, salir personal y humanamente beneficiada de ello.
La primera responsabilidad del hombre es ser feliz; la segunda es hacer felices a los demás.
–Cantinflas
Fría mañana de domingo. Un grupo de voluntarios de diferentes edades y ocupaciones se reúne
afuera del hospital Rubén Leñeros, en la Ciudad de México. El día empieza con maquillaje
colorido y ropa graciosa. Hay nerviosismo por todas partes, siempre lo hay en estos momentos.
Ponerse la nariz roja es todo un ritual, se hace con sumo respeto a la intención última y a lo que
ella representa: hacer feliz a alguien, o, al menos, hacerlo pasar un buen rato en medio de su
dolor o convalecencia. Ya listos, empieza el calentamiento: diferentes ejercicios para sacar una
enorme sonrisa, primero, en los rostros de los participantes y dejar atrás todo aquello que no les
permitiera tener una buena visita.
Risaterapia
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Y entonces empieza: cruzar las puertas del
hospital y sacar una sonrisa de los guardias,
para luego llegar a las camas y empezar a
trabajar. Sí, se debe decir que es un trabajo
duro, serio, difícil y muy, muy importante. Los
médicos de la risa visitan cada una de las
camas de cada uno de los pisos del hospital y
juegan con todo mundo; pero, en especial,
con los pacientes que aguardan a ser
atendidos en la sala de urgencias o con los
que están internados en alguno de los
diferentes pisos que por los que pasa este
festivo y sanador espectáculo. Cantan, bailan,
o tan sólo platican; según lo que cada persona
necesite. Hay que estar bien atentos de las
necesidades de los pacientes. Los doctores
los saludan y les dan su espacio para trabajar;
ellos saben la importancia de una sonrisa en
un enfermo.
Después de dos horas de juego y palabras
compartidas, los médicos de la risa se
despiden de los pacientes, quienes, a veces
entre lágrimas y en un momento mágico para
cualquier voluntario, agradecen infinitamente
la visita.
Risaterapia nació del hecho de que una
persona feliz es una persona sana. Fue el
famoso médico Patch Adams quien fundó esta
institución que ahora en México, después de
ya largos pero alegres diez años, cuenta con
un voluntariado de más de mil personas en
todo el país; y cada fin de semana diversos
grupos visitan no sólo hospitales, sino
comunidades en necesidad e, incluso, a veces
salen a las calles a jugar con cualquiera que
pase en frente de ellos. Son gente común y
corriente de diferentes edades y ocupaciones
que dan su tiempo y dedicación para ayudar a
los demás con la magia de una nariz roja.
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La caída
El cielo es un espejo cóncavo de blanca espuma,
una inmensa cobija.
Las nubes se metamorfosean a cada instante,
deformándose, rompiéndose, desmembrándose.
A veces se tornan negras y después la lluvia,
bañándonos, ahogándonos, besándonos.
La luz no desciende, se escapa.
Sus rayos asesinan a la nube traspasándola,
disolviéndola en el vaso azul.
Con las lágrimas al fin el espejo se quiebra
y rompe sus uñas con las que rasguñaba mi cara.
Ya no más, ya sin rostro, araña el recuerdo.
El cielo se cae para cubrirnos de pies a cabeza.
Violentamente el vidrio se incrusta en el cuerpo.
Ya no duele, puesto que la nube perdió el pigmento,
como mis ojos la mirada, mi boca la palabra.
Entonces la tierra se vuelve cárcel
y el polvo compañera.
Dos poemas
Óscar Salcedo
Ciudad de México (1976). Egresado de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) del InsOtuto Politécnico Nacional (IPN). Actualmente es estudiante de la Facultad de Filoso\a y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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Viviendo
Fue cuando las moscas empezaron a reventarse en el cielo,
al vuelo, de tanto calor,
de tanto.
Fue cuando las moscas empezaron a reventarse en el cielo,
al vuelo, de tanto calor,
de tanto sol del calor de abril.
Todo comenzó por salirse de su sitio.
Sin orden, sin control, nos perdimos.
Caímos, creo.
El piso tembló, bailaba divertido en nuestras plantas.
En nuestros pasos descalzos.
Y los zapatos murieron, sí, murieron:
lejos de nuestros pies entonces se apestaron.
Oíamos las risas de quienes siempre fueron mudos.
De las nubes, del polvo, de las uvas.
(¿O siempre fuimos sordos?)
Y la última rosa nos ofreció su perfume último.
Y apenas vislumbré una lágrima –también
la última– en sus ojos.
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Tomó lo que pudo en una maleta pequeña y bajó corriendo la escalera. No quería que la
encontrara ahí. Tenía que irse, a cualquier lugar, dejar esa casa.
Entró a la cocina, tomó el poco dinero que había tirado sobre la mesa y se acercó a la puerta. A
punto de cruzarla recordó su identificación dejada en una silla del comedor. Regresó por ella. Al
salir, el viento le heló la cara. Entró por un abrigo y un sombrero.
Salió de nuevo, miró el reloj, todavía tenía tiempo. Buscó un taxi, todos pasaban ocupados.
Entró a la casa. Creyó que sería más prudente pedir el servicio por teléfono. Llamó, hizo el trato y
se acercó a la puerta. Antes de salir dio vuelta para mirar la casa por última vez. Se preguntó si la
llave del gas estaba bien cerrada, no quería causar un incendio. Fue a cerciorarse de haber
dejado todo de la manera más conveniente.
Una vez más
Marcela Patricia Quiñones González
Durango, México. 37 años. Escribo desde los siete. Además hago artesanía con materiales principalmente reciclados. Me gusta escribir de todo un poco: poesía, cuento, microrrelato, etc. Me gusta aprender, soy muy racional, no creo en nada que no esté probado por la razón; lo cual, a mi parecer, incluye los senOmientos.
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Miró el reloj de pared de la sala; aún faltaba
media hora para que él llegara. Entró al baño
a limpiar sus ojos; pues tenía el maquillaje
corrido de tanto llorar. No era cuestión de
parecer una mujer desesperada; al irse hay
que hacerlo con dignidad.
Cruzó el umbral de la puerta y caminó una
cuadra esperando ver su taxi; éste llegó y se
paró junto a la casa, volvió. Puso un pie
dentro del auto, Recordó las medicinas, el
dolor de cabeza se estaba volviendo
insoportable. Se acercó al conductor, le dio
algo de dinero por sus molestias y lo despidió.
Regresó y buscó las pastillas por toda la casa.
Al fin las encontró tiradas junto a la cama; las
recogió, bajó las escaleras, agarró la maleta y
salió. Ya encontraría otro carro en el camino.
Apenas había dado unos cuantos pasos
cuando sintió que los zapatos le lastimaban
los talones; en la maleta no traía otros, fue a
buscarlos a la casa.
Mientras se cambiaba los zapatos recordó su
vida: los últimos cinco años, su frustración al
no tener hijos, la falta de comprensión. Quería
encimar recuerdos dolorosos. Hizo lo posible
por indignarse, pero a cada momento se
colaba la imagen de esa mirada y esa sonrisa
y no lograba desaparecerlas de sus
recuerdos.
Terminó de ponerse los zapatos; el tacón de
cada uno parecía hecho de plomo. Bajó las
escaleras y se tiró en un sillón. Lloró otra vez.
Después de unos minutos , se paró
sobresaltada. Miró el reloj, tenía diez minutos,
la última oportunidad para irse. Corrió a la
puerta, decidida, la abrió y él estaba del otro
lado, la miró extrañado, luego a la maleta, su
cara tomó un gesto de sorpresa, después de
furia, finalmente de dolor. Se hincó a sus pies,
tomó sus piernas, le mojó las medias. Ella lo
levantó, soltó la maleta, le tomó de la mano y
lo llevó a la recamara.
Se quitó el abrigo, los zapatos, las medias, la
falda; se acercó a él, le besó el cuello, el
pecho. Lo desnudó y lo tiró a la cama.
Comenzó a acariciarlo. Él trataba de
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acariciarla a su vez. Ella no se lo permitía. Al fin lo dejó hacer. Él respondió con desesperación, la
besaba con ferocidad, le gritaba “te amo”. Al terminar ella le dio una bofetada.
Él se durmió abrazándola. Ella no pudo dormir, lloraba, miró las luces que se colaban entre las
cortinas, escuchó ruidos de autos que se perdían en lontananza, pasos que sonaban cada vez
con menos intensidad. “Gente que se va”, pensó. “Y yo me quedo”.
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La poesía escrita por un hombre cualquiera. Costa sin mar, de Jorge Posada
Por: Ylla Kannter
Es difícil abordar el tema de la poesía actual
sin que cause cierto revuelo entre la gente
que la lee, escucha, edita o escribe. La
primera discusión surge en el momento de
preguntarnos si la poesía actual cumple o no
con los cánones establecidos desde tiempos
clásicos, si su escaso universo metafórico es
digno de llamarse poético. Sin embargo, la
poesía actual refleja mundos cotidianos y no
por eso, menos impactantes.
Esta tendencia sórdida, cotidiana, de fácil
acceso y conocida por la mayoría de las
personas, es lo que da el plus a esta
generación que no hace versos de amor
román t i co , s i no que p lan ta en sus
construcciones la realidad del día a día que
vive el poeta, y qué, por ser parte del mundo,
como cualquier otro, democratizan la poesía
llevándola a niveles más accesibles.
Mi vida los últimos meses se resume en:abandonar a mi hijo,la pensión de divorcio,la promesa de visitas a bares swinger…
La postura del poeta ante el mundo y la
realidad es otra de las cuestiones que
cambian en esta época: el poeta deja de ser el
intelectual que resalta del resto del mundo,
para convertirse en un habitante de la gran
ciudad que usa transporte público, que
compra en cualquier tienda, que vive los
estragos de la reestructuración social y
económica, que es abandonado, tiene hijos,
llora y persigue, como casi todos, una idea de
la felicidad que nadie conoce.
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Costa sin mar, refleja el sentir de todos, la
realidad que está presente todos los días, que
se elude de muchas formas, pero que nunca
se puede olvidar.
Provengo de una familiaque escondela comida entre los frascosy que me arrebatóla posibilidadde construir una casaporque me infundióel temor de que un hogar es una escopetaa punto de dispararse.
Jorge Posada es autor de Adiós a Croacia, Aeropuertos Vacíos y Costa sin mar. Este úlOmo puede ser leído en el Blog: www.costasinmar.blogspot.mx
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Los nuevos caminos de la poesía oral
Por Andrés Galindo
Desde hace tiempo he venido preguntándome
cuál es la función de la poesía en la sociedad
actual. Si bien la literatura, desde principios
del siglo XX, ha encontrado en otros medios
de comunicación fuertes competidores, el
espectro de un público que se acerque a la
poesía, como género literario, ha ido
disminuyendo francamente contra otros
públicos, que prefieren el cine, la televisión, la
música masificada, entre otros productos
propios, primero de la era industrial, luego de
la era digital.
Con todo, creo que jamás se podría hablar de
la muerte de la poesía. La poesía es como un
estado connatural al ser humano. La poesía
es una forma de entender el mundo, de
representarlo y de vivirlo. Lo anterior no lo
digo al estilo del cliché del poeta que en todo
ve poesía y de todo quiere hacer poesía; una
muy romántica —y hasta gastada— forma del
quehacer poético que rindió sus mejores
frutos durante las primeras décadas del siglo
pasado con las llamadas Vanguardias
literarias.
Si lo vemos desde una perspectiva más
objetiva, quizá podamos entender las formas y
las nuevas propuestas de la poesía actual.
No es atrevido, para comenzar, decir que todo
lenguaje humano es poético, en tanto que en
sí lleva un sentido metafórico. Borges decía
que para hablar del círculo amarillo en el cielo
usábamos la palabra “sol”; y así cada cosa,
cada evento, cada emoción que nos rodea y
nos hace ser y estar en este mundo. Aunque
el discurso científico se esmere en dictar leyes
con tundentes med ian te un lengua je
irreductiblemente objetivo (esto apelando al
uso denotativo del mismo), lo cierto es que
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nuestro lenguaje siempre estará sujeto a la
tendenciosa interpretación de quien lee o
escucha. Quien interpreta un mensaje, ya
participa también en la construcción del
m i s m o . E n e l c a s o d e l d i s c u r s o
declaradamente poético, la relación entre
emisor y receptor es esencial.
Ahora bien, que el lenguaje en sí mismo esté
siempre cargado de metáforas y, además, de
un f ue r te g rado de emo t i v i dad , no
necesariamente implica que todo mundo
pueda hacer poesía con apenas abrir la boca
o esgrimir la pluma.
Creo que siempre ha sido y será deber del
poeta saber ordenar las palabras para emitir
un mensaje y, así, lograr un contacto real con
su público.
Pero ¿a qué público, y con qué exigencias, se
enfrenta el poeta del todavía joven siglo XXI?
Como esbozaba al principio, el panorama
entero de la literatura es desolador si lo
comparamos con otros medios. Pero la verdad
es que tampoco es así. Con las nuevas
tecnologías y las nuevas formas de transmitir
mensajes nace un nuevo tipo de lector y,
desde luego, un nuevo tipo de consumidor y
degustador de poesía.
La relación entre poesía y nuevas tecnologías
no es nada nueva y, al contrario, a estas
alturas ya tendrá toda una tradición. En
México, Octavio Paz imaginó con Blanco un
poema visual, un texto que pudiera ser
reproducido en una pantalla de televisión. El
famoso texto de Paz ahora tiene una versión
electrónica que el lector/espectador puede
leer y ver una vez descargado desde la tienda
virtual iTunes. La edición es, sin duda, un
trabajo que da pleno sentido a todo lo
esperaba el autor de Blanco.
La referencia a Octavio Paz nos invitaría a
seguir por la senda de la ya larga tradición de
la poesía visual y, en un terreno un poco más
general, del libro electrónico. Dejando como
promesa futura, ahora, más bien, me gustaría
hablar de una vertiente en la poesía que ha
renacido en nuestro tiempo y que tiene voces
verdaderamente importantes en lengua
castellana, particularmente en México: la
poesía oral.
La era industrial permitió la masificación de las
artes, se quiera o no verlo de esta manera. El
cine, ejemplo angular, es ya una arte
plenamente industrial. En el caso de la poesía,
si bien la larga tradición de la imprenta permite
largos tirajes de las obras, el siglo XX logró
que las obras se reprodujeran y viajaran a una
velocidad que el Futurismo sabía apreciar.
Bien o mal, podíamos leer a autores cuyo
rostro quizá ni siquiera nos importaba. Nos
importaban los versos, la fama del autor. A la
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par, el libro impreso nos acostumbró a una
lectura solitaria y callada.
Desde luego, el libro impreso, el poeta y el
lector solitario no necesariamente significa
que no se hiciera una poesía combativa, de
interés social e, incluso, abanderada por una
ideología. Hay una fuerte tradición de poesía
social que incide en la poesía que se hace
hoy.
Me interesa delimitar los medios de los que se
sirve la poesía en siglos pasados, porque es
de ahí donde vamos a partir para entender
nuestras nueva poesía oral. He dicho que la
masificación de las obras nos llevó a una
lectura silenciosa y solitaria. Hoy día la idea, la
falsa idea, que de la poesía tienen muchos es
que la poesía es esencialmente escrita. Es por
eso que alabamos a un poeta que ha
publicado uno o más libros, aunque poco o
nada los leamos. Parece importarnos que
alguien escriba algo, aunque no sepamos bien
a bien qué es lo escrito; tan arraigados
estamos a la cultura de la letra impresa, a
veces la tan sobradamente alabada e
incomprend ida le t ra impresa que s i
escuchamos a un poeta recitar en la calle o en
el transporte público, y no tiene en su haber
un libro impreso, no le damos el trono de
poeta consagrado. Tal parece que un poeta se
consagra en un libro impreso y no en su voz,
en sus versos.
La verdad es que si miramos un poco en la
historia, en la verdadera historia de la poesía,
sabremos de sobra que toda poesía, de toda
cultura, nace de manera oral. El papiro, el
papel, el libro digital son, apenas, medios de
los que se vale la poesía, pero no el fin último.
Yo conocí las nuevas vertientes de la poesía
oral de la mano de Rojo Córdova, ahora
referente obligado en las dinámicas de
Spoken Word y Slam Poetry en México. A
partir del Slam fui conociendo voces de todo el
país: Sara Raca, nacida en Guadalajara y
ahora radicada en la Ciudad de México;
Edmeé, la Diosa Loca, de la Ciudad de
México; Adrián Esparza, de Guadalajara;
Canuto Roldán, Carlos Titos Barraza y
Mauricio Jiménez entre muchas otras voces
verdaderamente valiosas, algunos conjugando
su trabajo oral con publicaciones impresas y
digitales.
Para hablar de un poeta que se interesa
particularmente por la poesía social, me
gustaría, antes, hablar de las diferencias entre
la antigua poesía oral y la nueva. Como el
avispado lector entenderá, antes no existían
soportes de resguardo para la poesía oral. El
poeta recitaba en un recinto o en la plaza
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pública y no quedaba registro de su voz.
Muchas veces las obras podían pasar de voz
en voz y de generación en generación, pero,
de esta forma, el mensaje original podía
modificarse y hasta perderse la intención del
primer orador. Quienes posteriormente se
encargan, desde siempre, de recuperar,
transcribir y resguardar las obras se enfrentan
a un problema natural: el paso de una
tradición oral a una escrita, con los altibajos
que esto pueda representar.
Actualmente las nuevas tecnologías y los
nuevos medios nos han permitido hacer un
resguardo inmediato de la poesía oral e,
incluso, se hacen grabaciones de audio o
video ex profeso para la transmisión de la
poesía.
Conocí al poeta Karloz
Atl (Ciudad de México)
en el contexto del Slam
Poetry. Con mi pregunta
de base, ¿cuál es la
función de la poesía en la
sociedad actual? poco a
poco fui interesándome
en el trabajo del joven
Atl. Supe entonces que,
además de poeta, dirige
Poesía y trayecto, un
colectivo que convoca distintas voces y
conjuga varias disciplinas artísticas.
Las actividades de Poesía y trayecto, según
afirma el mismo Atl, recorren buena parte de
la republica mexicana e, incluso, ya rebasan
fronteras.
El pasado mes de septiembre coincidí en
espacio y tiempo con Karloz, en el marco del
ya tradicional Slam de la Fonoteca nacional, y
supe que apoyaba y convivía con proyectos
fuera de México, llevando de manera oral el
trabajo de otros poetas hispanoamericanos.
El trabajo de Karloz Atl resuelve en buena
medida mi duda original sobre la poesía
actual. Con el espectro geográfico que tiene
Poesía y trayecto, nos enteramos que Karloz
es un viajero incansable
que lleva la poesía en
sus pasos. Creo que
muchos poetas viajan
con su palabra y la
vierten en los oídos de
sus escuchas. Atl da un
paso más a l lá y se
e m p a p a y s e
compromete con el lugar
que v i s i t a . A t l es tá
interesado en las lenguas
i n d í g e n a s , e n s u
recuperación, en su vida
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y en su cultura. Recientemente pude platicar
con Karloz y me hablaba de su último viaje a
Ciudad Juárez, un espacio geográfico que
desde hace dos décadas es referente
obligado para entender mucho de lo que pasa
con nuestro país, con nuestras relaciones
exteriores y con nuestros problemas de
migración e identidad. Pero también —y
realmente estoy convencido de que gracias a
las múltiples problemáticas— Ciudad Juárez
es ya un referente obligado para muchos
ejemplos de participación social, cultural y de
creatividad. Los creadores como Karloz Atl
viajan a la frontera, conviven con artistas
locales, con la sociedad y los medios
fronterizos, preocupándose verdaderamente
por el acontecer cotidiano de los espacios que
visitan.
Una de las formas de presentar a Poesía y
trayecto que pueden llamar más la atención es
la de “intervención de espacios”. Y es que eso
es lo que hace Karloz, intervenir espacios
públicos. Es como si de pronto, en medio de la
cotidianidad, el poeta te hiciera detenerte para
escuchar lo que él toma de la misma realidad.
Así, los temas más importantes para Atl son
los que tienen que ver con los espacios
públicos: la preservación de las lenguas
indígenas, los grupos sociales en condiciones
de marginal idad (como los niños en
condiciones de calle), la convivencia entre
personas en los mismos espacios públicos.
Recientemente Poesía y
trayecto entró en contacto
con el proyecto 100 mil
poetas por el cambio, cuya
actividad pretende conjugar
el trabajo y la intención de
poetas de todo el mundo.
100 mil poetas por el
cambio cree que es posible
brindar paz y esperanza, a
través de la poesía, a un
mundo en violencia. En
México es la también poeta
Pilar Rodríguez Aranda
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quien se ha convertido en una de las máximas
coordinadoras de 100 mil poetas por el
cambio; pero además ha logrado reunir a
artistas de otras disciplinas. Con esa idea
como plataforma, Karloz Atl creyó que Poesía
y trayecto necesariamente debería tener
participación. En septiembre pasado Poesía y
trayecto estuvo presente en las actividades de
100 mil poetas por el cambio.
Al final, espero haber convencido al posible
lector de que poesía, nuevas tecnologías y
nuevos medios se conjugan para vivir y
representar una sociedad actual, sin que esto
implique una total ruptura con la tradición.
Para concluir la presente reseña, me gustaría
agradecer a Karloz por permitirme ser parte
de Poesía y trayecto en el marco del 4º
Festival de Poesía en movimiento, que se
lleva a cabo durante todo el mes de octubre
de 2012 en la estación del Metro Pino Suárez,
Ciudad de México. Como suele referirse Atl de
los recitales: “buen delirio poético”.
Fuentes:
*Paz, Octavio. Blanco. Edición digital por
CONACULTA / FCE. México, 2012.
*Atl, Karloz Voces para intervenir la realidad.
www.intervenciondelarealidad.blogspot.mx
*Ring. Semanario deportivo de poesía. No 45.
2 8 d e e n e r o 2 0 1 2
www.semanariodeportivodepoesia.blogspot.m
x/2011/08/entrevista-car los-ascension-
ramirez_03.html
*100 mil poetas por el cambio. www.
100milpoetasporelcambio.blogspot.mx
*100 Thousand Poets for Change. www.
100tpc.org
* P o e s í a y m o v i m i e n t o 2 0 1 2 .
www.festivalpoesiaymovimiento.blogspot.mx
Enero - Marzo 2013
Porque en Beat queremos escuchar el ritmo con el que e s c r i b e s , m i r a s , piensas y vives el mundo. Convocatoria
LITERATURAPodrás participar en las categorías de narrativa o poesía. Invariablemente, todos los textos deberán ser en idioma español. En caso de ser otro idioma, deberá acompañarse de su respectiva traducción.
Para poesía deberás enviar la cantidad de poemas que quieras, siempre que no se rebase el límite de 3 cuartillas. Éstas deberán ir a doble espacio con fuente Arial 12.
En narrativa podrás enviar hasta 5 cuartillas a doble espacio con fuente Arial 12.
En ambas categorías, deberás adjuntar una breve reseña biográfica que no exceda 5 líneas y, de ser posible, una fotografía.
PROSA NO NARRATIVA (ENSAYO, ARTÍCULO, REPORTAJE, ENTREVISTA, RESEÑA, INVESTIGACIÓN)Podrás enviar un trabajo de hasta 8 cuartillas a doble espacio, fuente Arial 12. En el caso de contener bibliografía, ésta será considerada dentro del límite de las 8 cuartillas. Si el texto se acompaña de imágenes, video o audio, éstos d e b e r á n e n v i a r s e p o r s e p a r a d o , recomendando el lugar del texto en que se debe colocar.
Adjunta, debes enviar una reseña biográfica que no exceda 5 líneas.
Número 2www.revistabeat .mex.t [email protected]
BEAT
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ARTEEl artista elegido en cada número de Beat ilustrará nuestra portada y las diferentes secciones de la edición interactiva para iPad; dejando, además, una sección para presentar tu trabajo.
Puedes participar con dibujo, pintura o fotografía; con hasta 15 imágenes de tu trabajo, siempre en formato jpg.Como sugerencia, dado el peso que podrían tener todas las imágenes, puedes compilarlas en un archivo
comprimido, ya sea RAR o ZIP.Adjunto a tu trabajo debes enviar una reseña biográfica. A diferencia de las otras secciones, y considerando que el
texto será la carta de presentación de la obra gráfica, podrás escribir hasta 3 cuartillas, siempre a doble espacio con fuente Arial 12
VIDEOPuedes colaborar con un máximo de tres videos. Cada uno de ellos no deberá exceder los tres minutos de duración. Todos los elementos incluidos en los trabajos deberán ser completamente originales. Podrás enviar cualquier formato de archivo admitido por la web.
Dado el peso de los archivos, puedes compilarlos en un archivo RAR o ZIP. También recomendamos enviarlos por separado, poniendo en el asunto del correo un serial (video 1, video 2...)
Deberás adjuntar una nota donde nos hables de ti y de tu trabajo. El texto deberá ser de una cuartilla a doble espacio, Arial 12
MÚSICAPuedes colaborar con un máximo de tres tracks en formato MP3. Puedes compilar tus archivos en RAR o ZIP. Si tus piezas musicales cuentan con arte de portada, deberás enviar la imagen por separado.
Adjunto deberás enviar una nota donde nos hables de ti y de tu trabajo. No deberás exceder una cuartilla a doble espacio, fuente Arial 12
GENERALESTodos los trabajos deberán ser enviados al correo [email protected]
En la casilla Asunto deberás poner la categoría en la que desees participar.La fecha límite de recepción de trabajos es el 15 de diciembre del 2012.Recuerda que Beat es un proyecto completamente independiente y autodidacta, pero que busca la mejor calidad.
Por eso sabemos que podemos confiar en ti, como tú en nosotros. Así, la corrección de estilo de todos los textos será responsabilidad del autor.
Debes saber que Revista Beat también es un trabajo sin ningún ánimo de lucro, por lo que trabajamos bajo una licencia Creative Commons. Si quieres informarte más sobre este tipo de licencias, puedes seguir el siguiente enlace:
Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License
Muchas gracias a ti. Beat te desea éxito en tus letras.
Edición: Ylla KannterDiseño: Andrés GalindoFotografía de portada Beat 1: Sandra GonzálezFotografías de páginas 12, 16, 22-24: Ixca Cienfuegos