beato genaro maría sarnelli
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Nació en Nápoles el 12 de septiembre de 1702. Era hijo del
Angelo Sarnelli (Barón de Ciorani) y Caterina Scoppa.
Su padre, es un famoso abogado napolitano, que se hace noble fruto de sus hábiles negocios,
adquiriendo el título de Barón de Ciorani.
Disuadido por su padre debido a que era demasiado joven, comenzó los estudios de derecho y obtuvo el doctorado en ambos derechos en
1722.
A partir de entonces ejerce la abogacía en los tribunales
napolitanos, distinguiéndose entre los abogados.
Se afilió a la Congregación de Caballeros de las Profesiones de juristas y de médicos, dirigida por los Píos Operarios en San Nicolás de
Toledo.
En el reglamento de esta asociación existía la obligación de visitar a los enfermos del hospital
de los Incurables.
En septiembre de 1728 ingresó en el seminario incardinándose en la
diócesis del cardenal Pignatelli como clérigo de la parroquia de San
´Anna al Pallazzo.
Para poder estudiar en un ambiente más tranquilo, se traslada al Colegio
de la Santa Familia, más conocido por el nombre de Colegio de los Chinos, fundado por Matteo Ripa.
El 4 de
junio de
1729
El 5 de junio inicia el noviciado en la congregación de las Misiones
Apostólicas, (sociedad de sacerdotes diocesanos entregados a la
predicación en los lugares más deprimidos de la diócesis de Nápoles).
Durante todos estos años, además de visitar a los enfermos, se
comprometió con la ayuda a los niños obligados a trabajar en edad
tan temprana, enseñándoles el catecismo.
Visitaba también a los ancianos de la residencia de retiro de San
Genaro, así como a los condenados a galeras y a los
enfermos del hospital del puerto.
Se consagraron juntos a la enseñanza del catecismo a los
adultos organizando las “capillas del atardecer”.
Tras su ordenación, el cardenal Pignatelli lo nombró Director de
enseñanza religiosa en la parroquia de los Santos Francisco
y Mateo en el barrio español.
Conoció, de esta forma, la corrupción tan extendida entre la juventud y decidió emplear todas
sus energías en combatirla.
En 1733, defendió tenazmente a San
Alfonso ante las críticas injustas, debido a la reciente fundación de la
Congregación del Santísimo Redentor en Escala el
9 de noviembre de 1732.
En junio de ese mismo año se retiró a Scala para ayudar al
amigo durante las misiones de Ravello, la primera misión de los
recién fundados misioneros.
En esta experiencia Sarnelli decide hacerse redentorista, y continúa participando en las
misiones sucesivas.
Su hermano Andrea Maria Sarnelli, también sacerdote, deseaba que los redentoristas establecieran
una casa en el feudo familiar, en Ciorani.
Hoy esta población tiene el privilegio de poseer la
Casa Madre de todos los redentoristas,
al desaparecer las anteriores
fundaciones.
Tras su ingreso en la Congregación, en abril de 1736,
se consagró íntegramente a las
misiones parroquiales y a escribir en favor de las “jóvenes en
peligro”.
Escribió también sobre temas de vida espiritual. Se dedicó de tal
forma al trabajo, que llegó al punto de morir.
Con el consentimiento de San Alfonso, volvió a Nápoles para
algún breve tratamiento médico comenzando de nuevo su
apostolado en pro de la salvación de las
prostitutas.
Propagando las meditaciones en común entre los laicos y publicando
“El mundo santificado”.
Con otro escrito suyo emprendió una campaña contra la
blasfemia.
Tomó parte en el trabajo propio del
apostolado de los redentoristas por medio de las
Apostólicas Misiones.
Genaro María Sarnelli dejó 30 obras escritas sobre temas como:
- La meditación- La teología mística - La dirección espiritual - La ley- La pedagogía
Además de otros temas morales y pastorales.
En 1741 preparó y participó con San Alfonso en la gran misión predicada en los pueblos del
entorno de Nápoles como preparación para la visita pastoral
del Cardenal Spenilli.
A pesar de su frágil salud, continuó en el ministerio de la predicación
hasta finales de abril de 1741, cuando muy enfermo, volvió a
Nápoles.