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1 Los de Siempre y los Recién llegados Fco. Javier Benítez Rubio PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº 2, 2015. LOS DE SIEMPRE Y LOS RECIÉN LLEGADOS. REFLEXIONES SOBRE LA POLÍTICA ACTUAL. Fco. Javier Benítez Rubio No es prudente poner gran confianza en palabras pronunciadas en momentos de emoción. Goethe Encuentro a España un poco tensa. Con peligro de sufrir contractura. Le recomendaría un masaje. Javier Gomá Los antiguos y los modernos de Benjamin Constant 1 parecen ser una categoría analítica que aparece y reaparece constantemente a la hora de pensar la política. Ahora, en nuestra situación política actual, pega una vez más la dicotomía de marras: los de siempre y los recién llegados, los viejos y los nuevos. La política es una de las más viejas instancias de la humanidad, como la religión, la guerra o la prostitución. No les caen bien a nadie, pero ahí siguen, entre nosotros e incansables al desaliento. Pero aún, en esta vejez, la política trata de actualizarse y reactualizarse constantemente de tal modo que algunos llegan hasta a sorprenderse de descubrirla, como si alguna novedad nos hubiera caído del cielo. Algo así nos pasa ahora. Un grupo nuevo y vigoroso ha entrado en escena y plantea haber encontrado un trozo de la política que nunca antes nadie había visto por nuestros pagos. Casi nada. 1 De la liberté des anciens comparée à celle des modernesfue una conferencia dictada por Constant en el Ateneo Real de París en 1819.

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Reflexiones sobre la política actual

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1 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº 2, 2015.

LOS DE SIEMPRE Y LOS RECIÉN LLEGADOS.

REFLEXIONES SOBRE LA POLÍTICA ACTUAL.

Fco. Javier Benítez Rubio

No es prudente poner gran confianza en palabras pronunciadas en momentos de emoción.

Goethe

Encuentro a España un poco tensa. Con peligro de sufrir contractura. Le recomendaría un masaje.

Javier Gomá

Los antiguos y los modernos de Benjamin Constant1 parecen ser una

categoría analítica que aparece y reaparece constantemente a la hora de

pensar la política. Ahora, en nuestra situación política actual, pega una vez

más la dicotomía de marras: los de siempre y los recién llegados, los viejos

y los nuevos. La política es una de las más viejas instancias de la

humanidad, como la religión, la guerra o la prostitución. No les caen bien a

nadie, pero ahí siguen, entre nosotros e incansables al desaliento. Pero aún,

en esta vejez, la política trata de actualizarse y reactualizarse

constantemente de tal modo que algunos llegan hasta a sorprenderse de

descubrirla, como si alguna novedad nos hubiera caído del cielo. Algo así

nos pasa ahora. Un grupo nuevo y vigoroso ha entrado en escena y plantea

haber encontrado un trozo de la política que nunca antes nadie había visto

por nuestros pagos. Casi nada.

1 ‘De la liberté des anciens comparée à celle des modernes’ fue una conferencia dictada por

Constant en el Ateneo Real de París en 1819.

2 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

Lo que viene a continuación es mi versión de este choque de trenes, entre

los recién llegados y los que ya estaban aquí. No trato de mostrarle la ver-

dad verdadera a nadie, dudo que algo así existiera. Es mi perspectiva per-

sonal de lo que nos está ocurriendo. Sólo eso. Si alguien piensa que tengo

razón, es cosa suya. Si alguien cambia de parecer después de leer el docu-

mento es responsabilidad suya, igualmente. También habrá quien disienta,

que no dé por bueno mis argumentos: bienvenidos sean los discrepantes,

por supuesto. Siempre puede dejar de leer en el momento que estime opor-

tuno. No es éste un documento académico. Si te sientes cómodo durante su

lectura podrás aceptar el nombre irónico que le he dado, el de parrafada. Si

lo que lees te ofusca no tengas problema en llamarlo pasquín o panfleto se-

guido de cualquier otro calificativo poco halagüeño. Aviso a los navegantes

de que este escrito no debe ser utilizado como guía para el voto, a favor ni

en contra de unos ni de otros. El que vote guiándose por esta parrafada, de-

jando a un lado el espíritu crítico más básico, tendrá que hacerse responsa-

ble del mismo y su falta de sensatez. A los que puedan arder en cólera por

mis palabras infumables, les recuerdo aquella minucia de la libertad de ex-

presión y, al fin y al cabo, solo tengo un voto. Mi apoderamiento no da para

más, solo para votar una vez y en blanco. Hace mucho tiempo que me ali-

neé con los blanqueros del añorado Saramago. Los temas que trato son los

que siguen:

1. Manejar las estadísticas con soltura y fluidez.

2. Manejar el nuevo marketing político.

3. Manejar las emociones del electorado.

4. Política de gestos.

5. La política es descarnada y desabrida.

6. El enigma de la ‘nueva política’.

7. Se acerca la cita electoral.

8. Empoderamiento.

9. Miedo, para terminar.

3 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

1. Manejar las estadísticas con soltura y fluidez. Los datos hay que llevar-

los al día, no vaya a ser que se les pase alguno y puedan atizarles con ellos.

Usar estadísticas en el debate político es, aunque parezca algo técnico, un

ardid que trata de tapar los componentes ideológicos con los que hablas. Se

sabe que la gente está agotada de soflamas partidistas, de panegíricos pro-

gramáticos. Se trata entonces de aportar algo supuestamente científico que

alivie esa carga tendenciosa y manipuladora. Al principio, como casi todo

lo nuevo, era una estratagema que colaba, pero ya sólo convence al que está

convencido. Efectivamente, como todos los que vinieron antes, los nuevos

las usan solamente para lo que les conviene. Si algo sabemos en política –

estos nuevos también lo saben- es que los datos pueden torcerse y retorcer-

se, ordeñarlos hasta que salga lo que queremos. Como aquellos juegos in-

fantiles en los que hay que ir uniendo puntos hasta que nos salga la figura

del monito. La bala de las estadísticas la usan ya todos los partidos. Tú me

disparas con una estadística y yo te disparo con otra. Y siempre pueden

llamarte desinformado si desconoces los datos de su estadística, y salir con

cara victoriosa de la discusión. Lo cierto es el que debate con estadísticas –

ese que se presumía tan técnico- termina enmarañado cual pelea ilegal de

gallos.

2. Manejar el nuevo marketing político. No es descabellado apuntar a favor

de los recién llegados, que son los diseñadores de la nueva forma de hacer

la política de siempre. A muchos les sorprende cómo con este marketing de

guerrilla han sido capaces no solo de hacer frente, sino de ganar por la ma-

no a las campañas millonarias de los grandes partidos. Eso hay que reco-

nocérselo, conocen el nuevo paño de la sociedad española mejor que todos

esos que estaban antes. La vida se vive ahora en las redes sociales tanto o

más que en las calles y plazas del país. Estamos enganchados al 4G. Todos

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vemos como en esas calles, bares y edificios la gente está más atenta a las

redes que a los que están alrededor. De la lentitud del boca a boca entre las

vecinas del primero, hemos pasado a la velocidad brutal con la que se pro-

pagan determinados contenidos (la viralidad). Y allí están ellos para moni-

torizar las conductas y las opiniones, las tendencias y las corrientes. Tam-

bién para trabajar sobre ellas como el panadero lo hace con la masa de trigo

(aunque claro, no son los únicos que hacen eso). Han sido los primeros en

estar atentos a lo que late en la blogosfera, en Facebook y en Twitter, por

nombrar las más importantes; y esa ventaja ya la tienen respecto a sus ad-

versarios. Su publicidad low cost inundan las redes sociales con memes,

chistes, tiras cómicas, fakes, cotilleos, videos, tweets jocosos y lacerantes,

el trending topic, eslóganes pegadizos, apps, el crowdfunding, logotipos,

iconos, anagramas, marcas, formas y colores claramente identificables

(branding), etc. Hablándole a la gente con su lenguaje, sin estilismos aca-

demicistas ni palabrería política al uso. Situados en lugares estratégicos,

sus colaboradores (lo que antaño eran comisarios políticos), están al tanto

de lo que se mueve en Foros de internet, en Twitter, en los confidenciales y

los relativamente nuevos periódicos digitales. Muchos de estos periódicos

digitales nacen ya en sintonía ideológica y programática (comparten la

misma Agenda), con lo que el trabajo ya está medio hecho. Y han buscado,

entre el maremágnum social y digital, una serie de blancos a los que los de

siempre no les había prestado mucha atención. Personas indignadas, enfa-

dadas, ofendidas, mosqueadas, cabreadas, iracundas, hartas, por esto y

aquello, de aquí y de allá, de arriba o de abajo, de un lado y de otro. Si

estás encabronado eres el target perfecto, eres la diana sobre la que lanza-

ran su arsenal para convertirte en su votante. Efectivamente, el Community

Management (el arte de gestionar eficientemente la comunicación online)

no tiene secreto para los nuevos.

5 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

Entender esto –esta práctica política- es fundamental para entender su dis-

curso político. No hemos de pensar que esto es una especie de truculenta

conspiración en la sombra: no lo es, nunca lo fue. Todo ocurre a las claras

del día. Todas estas herramientas estaban ahí, a la vista de todos, a la mano

de todo aquel que quisiera cogerlas. Los que estaban antes no las han usado

hasta ahora –se ocupaban de coger sobres, de abrir fondos de reptiles, de

ocultar contabilidades paralelas y otro tipo de pelotazos corruptos. Esto

pasó delante de sus narices y no le hicieron caso alguno. El sistema capita-

lista ofrece a todo el que quiera estas herramientas. Cualquiera puede lle-

gar, aprender a manejarlas y terminar usándolas para sus objetivos, aunque

éste sea desmontar el propio sistema que las creo. En la guerra – y estos

entienden que la política es una forma de ella, un auténtico ‘Juego de Tro-

nos’- es un error tremendo no aprovechar un fallo del enemigo. Los adver-

sarios de siempre cometieron el error de subestimar esas herramientas que

estaban ahí, y eran usadas para otros menesteres. La equivocación fue la de

subestimar el incremento exponencial que las nuevas tecnologías iban ga-

nando en la red. Los nuevos llegaron y las tomaron para sus intereses. Es

un éxito de estrategia política que hay que apuntarlo en el debe de los re-

cién llegados, por supuesto. Y anotar como fracaso, otro más, en el tablón

de los de siempre y las formas de siempre de hacer política.

3. Manejar las emociones del electorado. La política que plantean estos

nuevos movimientos es la de usar las emociones de la sociedad en benefi-

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PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

cio de sus intereses. Nada nuevo, realmente. Si nos paramos a mirar todo lo

ocurrido en la historia observamos que todas las corrientes políticas han

tratado de manejar las emociones de la masa social. Lo que cambia son las

teclas emocionales que están tocando. Lo normal, hasta ahora, era tocar el

hilo de la satisfacción mediante la gratificación y la dignidad. Los partidos

políticos de siempre no paran de hacer promesas electorales. Éstas actúan

como gratificaciones y premios. El elector se planteará votar a aquella op-

ción que más cosas le dé. Estará a favor de aquellas formaciones políticas

que no sólo cubran sus necesidades sino que, además, le proporcionen un

modo de vida en un bienestar creciente. Añadimos algo más, el otro hilo

del que se tiraba regularmente: el orgullo. Pertenecer a un grupo determi-

nado de personas y no a otros, o sostener determinadas ideas frente a otras,

es muy importante para una buena parte del electorado. Es la dignidad que

uno siente –como si de un buen pedigrí se tratara- por pertenecer o militar

en un determinado partido o ideología. Y junto a la pertenencia encontrá-

bamos la confianza en los tuyos, la afinidad y, en algunos casos, incluso, el

apasionamiento y la devoción.

Pero este panorama emocional es radicalmente modificado cuando los nue-

vos entran en la arena política. Ahora las dos nuevas emociones que se de-

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Fco. Javier Benítez Rubio

rraman por la masa social son la ira y el miedo. Es cierto que la masa social

languidecía conformista manejada por las formas políticas de siempre. Los

más viejos del lugar manejaban el cotarro a su antojo y la capacidad de de-

cisión real de la gente disminuía sin pausa. No es de extrañar que el golpe

sobre la mesa que han dado los recién llegados haya sonado tan estridente.

Pero no es que estos hayan inoculado la ira y el miedo en el cuerpo electo-

ral. Ya estaban allí. No se les puede imputar semejante despropósito. Las

promesas incumplidas generan frustración e irritación social. Los de siem-

pre nos habían prometido un Estado de Bienestar estupendo y gratuito; y no

sólo no llegó a montarse del todo sino que empezamos a perder lo que hab-

íamos conseguido. Lo que sí han realizado los nuevos, satisfactoriamente

para sus intereses, es canalizar todas esas emociones de un modo directo y

a gran velocidad, usando con éxito toda la gama de herramientas que pro-

porciona el marketing en la era digital. Y en un giro dramático impresio-

nante afirman que lo hacen con ‘la convicción de implicar a la ciudadanía

en la política’ y que ésta ‘vuelva a ser un asunto público’ (sic). La indigna-

ción estaba ahí, como la irritabilidad, como la exasperación, como la in-

quietud y el desasosiego. Había que darle un empujón y convertirlo en re-

sentimiento, en hostilidad y en rabia frente a los de antes. Ahora, a los de

siempre, se les llamará ‘la casta’, una expresión corta y sencilla que distin-

gue claramente la diana hacia la que lanzar el enojo, ahora sí masivo. Sobre

el espantajo de la casta la gente puede escupir toda su frustración y resen-

timiento, y desahogarse cada vez que quieran. Pero nos encontramos con

un segundo oleaje emocional que viene tras el enfado. La preocupación es-

taba ahí también, como el desasosiego, la inquietud y la incertidumbre.

Había que darle otro empujón y convertirlo en miedo y angustia. Los nue-

vos han colocado el miedo en el centro de su discurso político. Es el ‘tic-

tac’ que suena y que marca un tiempo nuevo que acaba, en el que el miedo

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PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

cambia de bando. Efectivamente, había aquí -entre nosotros- un miedo

implícito y latente, que es el que ahora ellos extraen y convierten en explí-

cito y consciente. Es el miedo lo que está ahora en medio de la plaza públi-

ca, a la vista de todos. El miedo, como lo fuera la indignación, es exagera-

do de tal modo que se convierte en una especie de ariete con cabeza de car-

nero que impacta en la adormecida conciencia del votante. Y un martillo

que amenaza, no solo a la casta política de siempre y sus chanchullos, sino

al modelo de Estado, esto es, a la estructura sociopolítica al completo (la

que surgió de la Constitución del 78). Este sistema no vale, está pervertido,

ha llegado exhausto a estos tiempos, y tiene que ser modificado, cercenado

casi de raíz. A todo esto -y hacemos un inciso- detrás de toda la paraferna-

lia efectista y maquiavélica tenemos una realidad social complicada, por

usar un calificativo cierto, pero sin dejarnos llevar por exageraciones re-

tóricas. Abundan, pero de manera brutal, los casos de corrupción en los

partidos de siempre. Tampoco son escasos los casos de mala gestión y

pésima administración. La pobreza, el paro, la precariedad laboral, las in-

justicias, las desigualdades, la caída del consumo, etc. han llegado para

quedarse en una sociedad que parecía haber dejado atrás esos fantasmas. Y

los recortes sociales adquieren especial relevancia en tiempos de crisis

económica, más aun si no dejan de llover casos de despilfarro. La indigna-

ción de mucha gente que ha sufrido –y sufre- carencias es comprensible y

está plenamente justificada. Otro asunto – y es aquí donde nos damos de

bruces con la política- es que los nuevos han sido capaces de canalizar es-

tos sentimientos a su favor. La política es brutal, efectivamente. Muchos

han tratado de barnizar el asunto. Ahora, con la entrada de los nuevos en el

escenario político, los velos y los subterfugios han caído. Los nuevos tratan

de hacer ver al electorado una diferencia, una novedad respecto a los de

antes. Novedad y diferencia que se desvanecen en el momento en el que las

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Fco. Javier Benítez Rubio

cosas se miran con atención. Este es uno de los pilares de la política, que no

es nuevo además, usar para los intereses propios las cosas que le pasa al

prójimo. Todos aprovechan las cosas que le pasa a la gente para sus fines.

Unos usan las penurias de la gente para sus fines políticos y otros las ga-

nancias: objetivo cumplido. La línea que separa la manipulación de las

emociones, la exageración y el estar diciéndole a la gente lo que quiere oír,

del empoderamiento es muy fina y delicada.

3. Política de gestos. A veces parece que estamos en aquella época dorada,

cuando la atractiva estrella del celuloide giñaba un ojo y las muchachitas

se volvían locas cayendo rendidas a sus pies. Hay que estar atentos a los

tiempos, y si la gente quiere epatarse con estos guiños, con semejantes

chascarrillos, los nuevos no tienen problemas en darles a las masas

indignadas todos los gestos que sean necesarios. Si es cierto eso de que los

nuevos están al servicio de la gente, y la gente demanda gestos, son gestos

y más gestos lo que tendrán, hasta empacharnos a todos. Como muestra un

botón: la célebre frase de ‘Rescatar a las personas, no a los bancos’. Este

precioso eslogan -corto pero contundente- con independencia de si podrán

realizarlo o no, es propio del mejor de los guionistas de la Disney. Es un

acierto, otro más, que hay que apuntar en el debe de las cabezas pensantes

de los nuevos. Es precisamente lo que mucha gente quiere oír, lo que

mucha gente necesita escuchar, en estos momentos de zozobra, de tormento,

de crisis, de corrupción: que el mal perezca y el bien prevalezca. Con muy

poca palabras estás apelando a ese fondo común que compartimos los seres

humanos, de volver aquel tiempo puro, de bondad infantil, donde todo

encajaba a la perfección, de pureza de corazón, con la justicia campando a

sus anchas. Una especie de paraíso terrenal despojado de elementos

religiosos, claro está. Son tiempos terribles los que vivimos, en los que

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PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

necesitamos nuevas mitologías, nuevas narrativas que aporten luz y

esperanzas. Y los videos esos que hacen son increíbles, en serio, lo explican

todo muy bien; y con lo memes te partes de la risa a la vez que te

encabronas. Nada que ver con esta parrafada aburrida. Cuando llegue el

momento de hacer realidad las promesas, y este onirismo maravilloso tenga

que tocar suelo, ya verán que se les ocurre para salir del atolladero. Pero el

gesto funciona, mucha gente queda prendada de estas promesas, no nos

queda la menor duda. Tratan de diferenciarse de los viejos, de los que dicen

poseen intenciones ocultas. Sus intenciones –dicen de ellos mismos- están

claras y al descubierto. Fastidiar a los viejos todo lo que puedan y más,

hacer que los políticos que militan en los partidos de siempre se

avergüencen de ser políticos -algunos lo hemos entendido alto y claro. Pero

tal y como estos lo ven, esta ansia por fastidiar a los viejos -realmente es

joderlos bien jodidos, pero no usaré más esta expresión- es, realmente,

justicia. Por eso, junto a una ausencia de discursos al uso, algún que otro

baño de masas (no dan ruedas de prensa, dan ruedas de masas), no son

pocos los gestos simbólicos dirigidos contra la línea de flotación de los

viejos. Efectivamente, los nuevos encontraron una nueva grieta en la línea

de flotación de los de siempre: las formas. Las formas de los de siempre

aparecen ahora ante la opinión pública como vacías y sinsentido, es más,

puro cinismo e hipocresía. En no pocas ocasiones las formas pulcras,

encorsetadas e institucionales enfadan a la masa social, que las ven como

pomposas, elitistas y aburridas. Estos nuevos que están muy atentos a lo

que late en la muchedumbre han descubierto este enfado y lo explotan en

beneficio propio. Al hacerlo, al pisotear claramente las formas y fórmulas

añejas matan dos pájaros de un tiro; quedan bien delante de los potenciales

votantes y fastidian a los de siempre. Porque para los de siempre estas

formas, estas fórmulas, representan una especie de liturgia o de sacralidad

11 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

que ha de ser respetada. Y uno de los objetivos de los nuevos es afear la

existencia toda de los de siempre. Es una especie de ley del talión: como

vosotros estáis fastidiando a la gente con vuestra corrupción y demás,

nosotros vamos a fastidiaros vuestras liturgias, vamos a ridiculizar vuestras

ceremonias, vamos a ensuciar vuestros simbolismos. Está justificado,

fastidiar todo aquello que los viejos consideran serio, importante y valioso;

es legítimo y rentable políticamente. Pero ojo, me importa recalcar que a

estos intereses bastardos los nuevos los llaman justicia y recuperación de la

legitimidad. Se trata de desmontar este tinglado, esta cueva de ladrones, y

la primera puerta que tienen que derribar es ésta. Y lo están consiguiendo,

más ahora que han conseguido llegar a las alcaldías. Por algo se empieza;

que Roma no se hizo en un día. No sé lo que habrá en los cajones de los

despachos de los dirigentes de los nuevos; pero viendo este tipo de

actuaciones, y las dichas anteriormente, diría que hay un libro de ruta

escrito en algún sitio. Ahora bien, no voy a decir que esto sea una oscura

conspiración en la sombra para derrocar a nadie. Si se me permite la

expresión, estos ladrones de bancos no llevan la cara tapada.

Tengo claro que si estos hacen libros de ruta políticos y tienen agendas

ocultas es que lo han aprendido cuando eran los becarios de los de siempre.

No están haciendo nada nuevo, en todo caso, están haciendo el guiso de

12 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

siempre pero deconstruyendo los ingredientes, como los nuevos cocineros

estrella que pululan por las televisiones. La política es toda ella pura

estrategia y manipulación de estados de ánimo y emociones. No se crean

nada de aquellos que le digan que es otra cosa.

4. La política es descarnada y desabrida. Y sin embargo es la instancia que

dirige las relaciones interpersonales en la comunidad desde siempre. La

política no guarda parecido ninguno con los muebles de Ikea. Esas cajas

compactas en cuyo interior encontramos las piezas perfectamente

colocadas junto a un manual de instrucciones. Si seguimos al pie de la letra

la pulcritud de las instrucciones tendremos una mesa de cocina Bjursta

montada y lista para ser usada. Todo encaja a la perfección como un

maravilloso mecanismo de relojería. Pues no, la política de nuestra

sociedad, de nuestro tiempo, no es así. A veces me da la sensación que la

política es como la quimioterapia, una bomba para el cuerpo humano pero

necesaria si queremos vencer al cáncer.

No hay manera de poner paños calientes aquí o dulcificar el asunto.

Precisamente todo aquel que quiere, o ha querido, suavizar la política es

alguien de quien tendríamos que desconfiar. La política tiene que ver con el

poder. Cada uno, los de antes y los de ahora, dicen una cosa pero luego

hacen otra. Cada uno, a su manera, dulcifican la política y por detrás se

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Fco. Javier Benítez Rubio

centran en el poder. En los de siempre abundan los intereses bastardos. En

el poco tiempo que llevan los nuevos también muestran que igualmente

poseen intereses bastardos pero como buenos vendedores de humo que son

han sabido darle un punto diferente. Persiguen fines importantes, es cierto;

y metas loables, también cierto, pero no dudan en usar maquinaciones

sucias para llegar a los mismos. Pienso que la gente no tendría que hacer

mucho caso de los políticos, ni de sus promesas ni de sus cantos de sirenas

utópicos. Estos hacen y deshacen lo que le viene en gana sin que la gente se

dé cuenta. Como esos padres aprensivos y sobreprotectores que no les

cuentan a sus hijos e hijas las cosas malas que pasan. Pobrecitos, piensan

los progenitores, es mejor que no sepan nada de esto para que no sufran,

para que estén tranquilos. Y todos sabemos las tremendas consecuencias

que tiene esta forma de hacer las cosas. Con la política ocurre un tanto

parecido. Los de antes muestran un paternalismo benefactor un tanto

vomitivo, tratando de manipular a la masa social para que no sepa toda la

verdad y no sufra; o diciéndole lo que quiere oír en cada momento para que

esté tranquilo y sumiso. Está por ver que los nuevos no usen nuevas

actualizaciones de esta forma de proceder2. Hasta ahora, visto lo visto, soy

pesimista respecto a este asunto, viendo cómo tratan de usar la impaciencia,

la indignación y el miedo de la gente para conseguir sus objetivos políticos.

Hasta ahora la cuota de poder real que atesoran los nuevos es pequeña.

2. Hay algo que sí hay que concederles a los nuevos: la elaboración del programa y la elección de los cuadros, y su correspondiente escalafón de mando, se hacen en comunidad, con la participación de

las bases. En los de siempre, por el contrario, sigue funcionando la dedocracia. Ahora bien, también

habría que ver –andamos justos de confianza- cómo se llevan a cabo los registros telemáticos en esas

elecciones. Sabemos que la tecnología puede manipularse, y tendrían que dar garantías de que los

procesos de elección en asamblea digital no están manipulados ni corrompidos. Otro asunto distinto –que

también se las trae y daría para varios libros- es cómo insertar el asambleísmo en la situación política

actual. En un panorama social en el que hay que actuar y decidir con rapidez y decisión, las dilaciones

pueden ser fatídicas. Aunque le saquemos los colores al asamblearismo por sus carencias e

imperfecciones -también hay que decirlo-, el modelo de representación actual dista mucho de satisfacer y

garantizar la voluntad de los representados.

14 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

Habrá que verlos actuar cuando la cuota de poder real sea más grande.

Entonces se podrá valorar con más exactitud el asunto. Los de siempre han

usado la especial idiosincrasia del español medio para hacer y deshacer a

sus anchas. La población española muestra una preocupante incultura

respecto a la política. Los muchos años de despolitización franquista han

dado sus frutos no sólo en las generaciones que vivieron el horror sino en

las generaciones posteriores y que se han criado en los pechos de la

democracia y en unos sistemas educativos pésimos y depauperados. Hablar

de política con conocimiento de causa, de manera técnica y conceptual, es

este país es muy complicado debido a la escasa formación y al frentismo

ideológico. Esto unido a las ya conocidas carencias educativas hace que

mucha gente no entienda de la misa ni la mitad; y sin embargo todo el

mundo es un experto en política (también somos expertos en fútbol, en

economía, en coches, y algunas cosas más). Una buena parte de nuestra

sociedad decidió hace tiempo que su formación educativa y cultura no era

prioritario, que era algo pesado y aburrido por lo que no merecía la pena

esforzarse y sacrificarse. Y, por si fuera poco, nos apasionan las broncas:

las ganas de discutir que atesora la mayoría es inversamente proporcional a

sus conocimientos en política. Efectivamente, lo normal aquí no es hablar

de política, es discutir, y ensañarse. Y los nuevos, otra vez, han entendido

esta forma de ser nuestra para sacar jugo y rédito. Son gente muy avispada,

desde luego. Y el ejemplo que nos viene del Congreso, del Senado, de los

Parlamentos autonómicos y las corporaciones locales no es el mejor, desde

luego. Allí sus señorías, no pocas veces se comportan como si fueran

supporters en un estadio de fútbol. Y en las tertulias de televisión el

ejemplo no mejora tampoco. Estamos todos tan indignados, nos queda tan

poca paciencia, y los políticos son todos tan corruptos que mantener la

calma y hablar de política con mesura y espíritu crítico es un éxito al

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Fco. Javier Benítez Rubio

alcance de muy pocos. Y esos pocos corren el riesgo de ser vistos como

colaboracionistas por los que viven en el constante cabreo. ¡Es que algunos

no se cabrean lo suficiente, no se indigna bastante! Muchos piensan que

cuanto más cabreados están más razón tienen, que la verdad está en

aquellos que vomitan su indignación a los cuatro vientos.

El sincericidio3 abunda por doquier. El indignado se indigna por las cosas

que están ocurriendo (¡quién en su sano juicio no se indigna ante ciertas

cosas¡). Y su indignación aumenta cuando interactúa con los que no se

indignan como ellos. Los que no optamos por la brocha gorda, los que

estamos en posiciones críticas moderadas y matizadas, en ocasiones nos

convertimos en objeto de sus críticas. El enfado aumenta exponencialmente

con la gente que sigue estando a favor –y sigue votando- a los de siempre.

No son escasos los insultos y faltas de respeto a los que siguen votando a

los de siempre. El indignado termina en un tremendo pim-pam-pum

disparando contra todo lo que se menea. Muchas veces terminan cabreados

entre ellos mismos, para demostrarse quién la tiene más larga, para ver

quién se indigna más y mejor. No se dan cuenta de que con esta

exageración terminan por afianzar lo que tanto les indigna: el pasotismo.

No sé si los nuevos, y su postura de azuzar el fuego de la indignación, la

impaciencia y la frustración, se percatan de esto. Poco fuego (desidia,

pasotismo, conformismo) es injusto, pero mucho fuego termina por

3 No te molestes en buscar esta palabra en el diccionario porque no la vas a encontrar. Realmen-te se trata de la sinceridad exacerbada. Son esas personas que dicen las cosas a la cara, que van de frente

y que no se callan una. El problema es que la mayoría de las veces lo que dicen no son más que exabrup-

tos, estupideces o insultos. Quedan retratados por su falta tacto, y lo que en un principio parecía algo

loable termina convertido en algo impresentable. Tiene una cierta parentela con otra palabra que no apa-

rece todavía en los cánones de la Lengua: bocachancla. Decir lo primero que se pasa por la cabeza, sin

pasarlo por el tamiz de la crítica, la mesura, la prudencia, el decoro, la discreción, el saber estar y la di-

plomacia. En este estado de indignación exagerada en el que vivimos, se fomenta la necesidad de hacer

público y notorio cualquier pensamiento que tengamos, también cualquier opinión o deseo, pero arrasan-

do con todo. El callado, el prudente, el que se piensa las cosas antes de decirlas, el que busca la manera

más acertada y asertiva de hacer una crítica, se convierte en sospechoso y en colaborador de los opreso-

res, de los mentirosos y corruptos.

16 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

fastidiar el asunto. Les digo, la indignación exagerada aumenta la

despolitización de una buena parte de la ciudadanía; no son pocos los que

no quieren discutir a cada rato del día, por cada brizna de realidad que

acontece, que no quieren más contrariedades de las normales con su familia,

con sus compañeros de trabajo, con los vecinos, etc. Pero es que los

indignados son los primeros que están despolitizados. Su indignación –la

de muchos de ellos, los más ruidosos y exagerados- es emocional, no

crítica. El que está indignado críticamente no se deja de llevar de la mano

de los pirómanos que están entre los nuevos, como tampoco se traga las

milongas de los de siempre, sus mentiras y sus engaños.

5. El enigma de la ‘nueva política’. La política es un paño que se extiende

agarrado a tres extremos: el pico moral, el pico jurídico-legal y el pico

estratégico. Los nuevos nos dicen que la política que están construyendo

elimina el pico estratégico, el del poder (es curioso –cuando menos- porque

su fulgurante éxito proviene precisamente de la estrategia). Y a esa promesa

la llaman ‘nueva política’ o la ‘política para la gente’. Todavía están en la

fase previa, en el tiempo en el que tienen hacerse un hueco dentro de la

política para poder cambiarla. Claro, tienen que entrar dentro del sistema al

estilo de siempre: pegarse codazos y coces con los de siempre para entrar

en la política de siempre. Cuando estén dentro, cuando se sienten en el

Trono de Hierro, habrá que ver si eliminan verdaderamente el polo

estratégico o hacen lo mismo que los de siempre, maquillar las cosas,

dulcificarlas y transformarlas.

17 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

El poder es una de esas cosas embriagadoras que una vez que lo tomas, él

es el que te toma. Aunque es posible que los nuevos consigan que las

fuerzas vivas de sus círculos estén formadas por agentes morales

intachables. Personas con una solidez ética similar a la de un monje budista,

incapaz de cometer la menor tropelía. Y que esos partidos, llenos de gentes

intachables e incorruptibles, sean capaces de educar a la ciudadanía. El

asunto de la ejemplaridad moral es un asunto peliagudo, como poco a poco

están viendo los recién llegados. Entre los viejos hay un puñado grande de

corruptos, sinvergüenzas e hijos de puta (sic). Esto hay que decirlo

claramente –claro- no vaya a pensar alguno que aquí defendemos las

corrupción, la mentira y el engaño de los de siempre. Nada más lejos de la

realidad. Pero claro, si los recién llegados se convierten en el azote moral

de los viejos (lo mismo les da que sean corruptos o no) tienen que saber

que se les medirá a ellos con la misma vara de medir y que serán criticados

con la misma saña y perversión con la que ellos critican y destrozan a todos

los políticos de siempre. Si tú traes la guerra y la destrucción a estas tierras

no pongas cara de inocente cordero degollado cuando la trinchera en la que

estás recibe fuego cruzado. Por lo menos que no perdamos el principio de

igualdad. Habría que preguntarse, ¿puede conseguirse la ‘nueva política’

que buscan los nuevos con las maneras de siempre? No tengo ni idea, si

supiera ese tipo de cosas no viviría de mi sueldo. Pero como digo, cuando

lleguen arriba, si es que llegan, habrá que valorar de verdad la situación.

Hasta ahora quedan en el limbo de las hipótesis y las promesas por cumplir.

Puede que para algunos sirva el beneficio de la duda, ya que ésta adquiere

mayor peso por la animadversión franca que profesan por los de siempre.

Aunque tal como lo veo el odio es una emoción con la que malamente se

construye una nueva política. A otros les sirve la mera promesa del cambio.

Aunque tal como lo veo, decir lo que la masa está deseando escuchar para

18 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

así ganarse su afecto- y su voto- tampoco es hacer nueva política. Es hacer

lo de siempre, con otro disfraz, con otras siglas, con otros colores, pero lo

de siempre. Es usar la estrategia de toda la vida para manipular la masa

social y electoral. Entonces estamos ante una tremenda hipocresía, la de

criticar una cosa cuando lo hacen los de siempre, esos malvados y

corruptos; pero justificarla cuando lo hacen los buenos, los puros de

corazón, los recién llegados. La cantidad de cinismo que alberga la política

es, desde luego, impresionante. La hipocresía abunda por doquier; es una

de las categorías clave de nuestra existencia. Y en política tampoco podía

faltar. Pedimos a la clase política una clase de fortaleza que la sociedad no

muestra. Una altura de miras que la sociedad no comparte. Una

incorruptibilidad que la sociedad nunca tuvo. Una bondad que la sociedad

no parece poseer. Una limpieza de espíritu que hace eones que no hemos

visto. El nivel de perfección de la ‘nueva política’ requiere una nueva

sociedad. Tal y como lo entiendo –y puedo equivocarme, claro está- no

habrá ‘nuevo nada’ si no hay cambios profundos en la sociedad, en cada

una de las personas; al menos en una masa crítica de gente que realmente

garantice una nueva sociedad más limpia. Es de la sociedad de donde

surgen los políticos. No son los políticos los que fundan la sociedad. Por

tanto, si creamos una sociedad más justa, donde esté penalizado moral y

socialmente la corrupción tendremos –es posible, esto no es aritmética que

garantiza que dos y dos sean cuatro- una clase política en el que la

corrupción también esté penada. Pero este proceso es lento, y estos quieren

el poder para ya mismo, quieren mandar, hacer y deshacer a su antojo

mañana a más tardar. Tiene mucha impaciencia por hacerse con los mandos

de la sociedad, por sentarse en el trono. Vivimos en un sitio donde pegar un

pelotazo merece el aplauso social en no pocas ocasiones. Esto es lo que hay

que cambiar. Pero esta sociedad está cambiando no por la educación y el

19 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

espíritu crítico sino por emociones tan contagiosas como la indignación y el

miedo. ¿Son estas emociones tan negativas las que necesita la nueva

sociedad para construir la ‘nueva política’? ¿Qué clase de ‘nueva política’

saldrá realmente de aquí?, de una sociedad incapaz de mirar más allá de la

ofuscación, una masa social iracunda a la que le dicen donde mirar, de una

sociedad incapaz de superar los traumas del pasado, que se nutre una y otra

vez de los mismos para odiarse y partirse en dos, de una ciudadanía

derrotista ávida de nuevos casos de corrupción que alimente una ira sin

medida.

6. Se acerca la cita electoral. Será al final del otoño o comienzos del in-

vierno. Los ánimos están desbocados. Los cuchillos afilándose. Hay hiper-

actividad en los cuarteles de mando de los viejos y de los nuevos. Se ca-

lientan los motores. Se pondrá toda la carne en el asador. El Twitter está

que arde. Todos están de acuerdo (y eso que no paran de decir que no son

iguales, que nada les asemeja) en que esta cita electoral es trascendental,

unos para que se mantenga la recuperación económica y otros para derrocar

el bipartidismo. Así podría estar un rato, colocando juntos todos los tópicos

del asunto; y no quiero exasperarlos más de lo que ya lo estoy haciendo.

Como Quijotes en su particular taberna, los líderes velan las armas con las

que tratarán de dar muerte –política- a sus adversarios. El público, como en

aquellos circos romanos de antaño, está ávido de sangre, de ver las vísceras

esparcidas por el albero. La sociedad se ha acostumbrado a una cuota fija

de cabreo y espectáculo sangriento, y me parece que este otoño el espectá-

culo será deplorable, con lo que la masa va a disfrutar como pequeños con

zapatos nuevos. Esto es la política de hoy, una suerte de morboso espectá-

culo de alimañas despedazándose ante el griterío generalizado del respeta-

ble. Como si en el linchamiento de unos a otros, como si en el generalizado

20 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

destripado de vísceras, estuviera ya la solución. No hay solución ninguna,

sino una especie de catarsis violenta en ascenso vertiginoso que lejos de

arreglar los graves problemas que nos acucian, los agrava, al avivar el fue-

go del odio; ese odio frentista que nos define como sociedad en el último

siglo y pico de existencia.

Los pirómanos están entre los nuevos sí, pero también entre los viejos. Hay

imprudentes y maledicentes por todas partes. Lo del Ministro del Interior

este agosto es de traca. Quizás es que en nuestra sociedad abundan sobre-

manera los unos y los otros. Pensamos de nosotros mismos que somos una

sociedad fantástica y maravillosa que sólo merece cosas bonitas y buenas y,

sin embargo, estamos muy equivocados. Quizás sea que nuestra sociedad

no vale un duro; y los políticos -los viejos y los nuevos- tampoco valen un

chavo. Eso sí, los nuevos saben vender sus bondades muy bien, como que-

rubines recién salidos del paraíso. Y en vez de reflexionar y gastar energías

en refundar esta sociedad desde nuevos valores, el apoderamiento por

ejemplo, lo que hacemos es estar cabreados e indignados como si todos los

21 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

demás –menos uno mismo- tuvieran que ser tan perfecto como ya lo es ca-

da uno. Tan ocupados estamos con los culpables, que centrarse en la tarea

de solucionar nuestros problemas es visto como colaboración con el ene-

migo. Hay enemigos por todos lados. Tenemos muy mala elección de emo-

ciones, muy mala calibración de intensidades. Y los prohombres de la so-

ciedad ayudan muy poco, desde luego. El apoderamiento, por ejemplo, es

una idea estupenda sobre la que bien podría reconstruirse nuestra sociedad,

pero como ha caído en manos de estos recién llegados no sabemos en qué

terminará, en qué la convertirán.

7. Empoderamiento. Esta palabra es un anglicismo que proviene del térmi-

no ‘empowerment’ y se ha convertido en el mantra que los nuevos tratan de

introducir en la masa electoral. También puede decirse apoderamiento, re-

afirmación, consolidación o potenciación. Guarda relación con lo que ante-

riormente era conocido como emancipación o adquisición efectiva de la

mayoría de edad de la ciudadanía (incluso con la conciencia de clase). No

es el objetivo de este manuscrito entrar en estas disquisiciones técnicas. No

es un término nuevo, tiene ya una pequeña historia detrás. Lo que sí es

nuevo es la forma con la que los nuevos tratan de vendérselo a la ciudadan-

ía. Contaremos la historia a groso modo, aunque aviso que hay por ahí lu-

gares donde lo explican con todo detalle. Lo que comenzó siendo un tipo

de análisis de las políticas de género terminó siendo un movimiento políti-

co y social para poner a las mujeres en valor, y en el centro de la vida

pública, el empoderamiento femenino. Son estrategias encaminadas a que

las mujeres adquieran, incrementen y gestionen su poder. Viendo el buen

desempeño de este movimiento, aparecen nuevos usuarios del término, que

comienzan a elaborar varios desarrollos laterales del mismo. En primer lu-

gar apareció el empoderamiento social y la llamada ‘Cooperación para el

22 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

desarrollo’, asociado a la ayuda al mal llamado Tercer Mundo. También un

novedoso paradigma empresarial, que se relaciona con el trabajo y el talen-

to: los del empoderamiento corporativo son los que están con la cantinela

del ‘Liderazgo’ y los ‘Emprendedores’. Tenemos también un nuevo mode-

lo de gestión de la salud, el empoderamiento sanitario. Por último, el más

novedoso, el empoderamiento ciudadano es el corpus doctrinal e ideológico

pergeñado por los nuevos frente y como respuesta al corpus ideológico y

doctrinal de los de siempre. Queda claro -por el concepto elegido por los

nuevos como base y fundamento de su proyecto- que todo es poder y nada

más que poder en política. Bien, ¿qué quiere decir ‘apoderamiento’ en un

nivel básico? Significa hacerse fuerte y poderoso, uno mismo y la colecti-

vidad a la que pertenece. Cada vez somos menos vulnerables, sacamos lo

mejor de uno mismo y del grupo en el que habitamos. Está, el apodera-

miento, íntimamente relacionado con la autonomía, la autosuficiencia, la

autoorganización, la autogestión y la cooperación, tanto a nivel individual

como comunitario. ¿Cómo se construye el ‘apoderamiento’ en el nivel de la

política? Comenzaremos, por ejemplo, por el poder del ciudadano interco-

nectado, que participa activa y plenamente en la toma de decisiones. Se-

guimos, sin duda, por la eliminación y destrucción de las ideas y conductas

interiorizadas de opresión, y de subordinación. El ciudadano recupera la

voz, recupera los derechos alienados. Terminamos -claro está, no podía ser

de otro modo-, por el aumento del poder, a partir del uso y control de todos

los recursos disponibles, especialmente los simbólicos. La meta es llegar a

tener una posición sólida en la toma de decisiones, o estar en condiciones

reales de influir en la toma de las mismas. El apoderamiento conduce al

verdadero buen gobierno. Los nuevos quieren hacer del ‘apoderamiento’ el

núcleo de su propuesta política. Y comienzan utilizando la singularización

que procura el anglicismo -el empoderamiento- como modo de darse noto-

23 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

riedad. Así parece más cool, al ser algo novedoso y de invención propia

que llama la atención y la curiosidad. La gente oye esa palabreja y se pre-

gunta qué querrá decir, qué significará. ¿Cuáles son los parámetros que ca-

racteriza el ‘apoderamiento’ de los nuevos? Los nuevos prometen a su po-

tencial electorado el empoderamiento efectivo del ciudadano. El punto de

origen está en el protagonismo popular en la toma de decisiones políticas,

esto es, lo que denominan la ‘democracia real’, que es siempre pública y

comunitaria, participativa y deliberativa. ¿Cómo se consigue la plena parti-

cipación? Mediante el uso de la tecnología de la información y la comuni-

cación como herramienta social. La tecnología es el único modo en el que

la gente puede participar y expresarse en tiempo real, sin intermediarios ni

representantes. Por tanto, la tecnología ha de promover los cambios socia-

les, ha de usarse como herramienta que agigante los acontecimientos, que

agite las reacciones de las masas, etc. La democracia real es también una

democracia cibernética y digital. Mientras, para llegar a esta democracia, es

necesario provocar el impacto sobre los individuos, el colectivo social y las

organizaciones. Tener presencia perenne en los medios de comunicación

clásicos y digitales, en las redes sociales. Y, por supuesto, el activismo y la

movilización constante y sin tregua frente a los enemigos del empodera-

miento efectivo de los ciudadanos, esto es, contra todo lo que consideren

que frena sus objetivos. Para obtener información de primera mano y saber

cuál es la versión de apoderamiento que tratan de vender los nuevos sólo

hay que buscar en internet. No es difícil.

24 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

8. Miedo, para terminar. Tanto el miedo, como la corrupción, como las

mentiras, como la indignación, como el apoderamiento, como tantas y

tantas cosas, son anteriores a la llegada de los nuevos al panorama político.

Lo que es nuevo, y queda meridianamente clara, es su mayor fuerza

comunicativa, iconográfica y publicitaria. No conozco nadie que no piense

que la clase política de siempre merece un escarmiento. Y dudo, igualmente,

que haya mucha gente con ganas de mantener este estatus quo a viento y

25 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

marea. En fin, lo obvio es tan evidente que da hasta cosa decirlo. La

cuestión está, entonces, no en el qué sino en el cómo. Pero en el cómo no

parece que vaya a ver un acuerdo porque el cómo de los viejos es lo de

siempre para los nuevos, y el cómo para los nuevos supone una ruptura

para los viejos. Los nuevos dicen que su modelo de gestión es mejor que el

de los viejos. Habría que acordarse de las veces que los viejos nos decían

que estaban haciendo cosas nuevas y era mentira cochina. Lo mismo pasa

con el cambio, que todos prometen el cambio: desde fuera los nuevos y

desde dentro los de siempre. El problema está en que no sabemos quién

miente, quién dice medias verdades y quién es sincero. Ya no quedan

instancias neutrales que no estén vendidas a uno otro bando. No ha lugar

para un tercero, para un árbitro, para un juez. Porque se odian tanto que no

se reconocen mutuamente, se tratan como enemigos. Cada una de las partes

expone sus datos, sus resultados y se evalúa a sí mismo. Los nuevos te

hacen un meme, o un video, o lanzan un tweet, cantando en alabanzas las

maravillas que han procurado, y el mundo nos parece más amable, más

humano, menos raro, como dice la canción de ‘La cabra Mecánica’. Su

gente flipa en colores, se vienen arriba la mar de contenta. Y no hay manera

de saber si eso es cierto o no. Algo parecido ocurre con los viejos: más de

una vez ha sido cazados manipulando datos y estadísticas. Y no son pocos

los seguidores que salen alabando los milagros de la recuperación

económica, por ejemplo. ¡Esto es un desastre! Hay una frase que corre por

ahí como la espuma: ‘peor no podemos estar, hemos tocado fondo, ya no

hay nada que perder porque se ha perdido todo’. Y entienden los nuevos

que cuanta más gente haya que piense así mejor para sus intereses. La

gente desesperada es una cantera inagotable de votos. Y los nuevos son

capaces de canalizar su frustración, su desesperanza. Y esto, esta

desesperación da miedo. El pobre desesperado se despoja de su miedo

26 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

gracias a los cantos de sirenas de los nuevos. Pero ese miedo no se disipa,

se extiende a otros lugares de la sociedad. A los que sí tienen algo que

perder, por poco que sea; que ven como una especie de fatalidad se apodera

de su futuro.

Efectivamente, el miedo cambia de sitio, también cambia de bando; pero el

miedo que les quitas a unos pasará a otros. El temor y el temblor no se

acaban de esta manera. El miedo es ahora mismo el aire que respiramos.

Miedo a los viejos, miedo a los nuevos, el miedo de los viejos a los nuevos,

el miedo de los nuevos a los viejos. Todo el mundo agita el miedo, los

nuevos hacia los viejos y los viejos hacia los nuevos. Todos juegan con el

miedo, los de antes y los recién llegados. Es el juguete de moda. Los

nuevos nos dicen que están aquí para quitarnos el miedo. Los viejos nos

dicen que el orden, el equilibrio y la estabilidad no dan miedo. Todos se

acusan mutuamente de llevar a cabo una estrategia del miedo. ¡Esto es un

desastre! Este mismo escrito será visto por algunos como que quiero meter

el miedo a los lectores. Hay algo que me inquieta en los nuevos. La idea de

que sólo hay dos bandos, con ellos o en su contra. Si no estás a favor de

mis postulados estás en mi contra, eres mi enemigo y puedo fustigarte y

perseguirte por las redes. Ellos marcan la intensidad de la indignación,

exigen determinados ademanes, proporcionan el material auténtico para el

apoderamiento. Que sólo ellos encarnan el cambio auténtico, que sólo ellos

27 Los de Siempre y los Recién llegados

Fco. Javier Benítez Rubio

son la verdadera voz de la ciudadanía, que sólo ellos encarnan el auténtico

espíritu crítico. Y que todo lo que no sea lo suyo es colaboracionismo. Ahí

les que queda mucho por hacer, tienen que ser más tolerantes, menos

soberbios. No se puede ser tan agresivo con los que no comulgan con su

credo pero que tampoco apoyan a los de siempre. Así no se gana

adhesiones. Yo digo que hay que tener miedo ni a unos ni a otros, es

preferible la prudencia. Con tanto ruido, con tanta morralla, con tanta

vileza, ¿a quién creer, a los nuevos, a los viejos? Menudo diálogo de idiotas

y anormales profundos se abre aquí discutiendo sobre quién da más miedo,

sobre quién agita más miedo, quién manipula más. Me parece que el miedo

es personal y solo ponderable por uno mismo, que cada cual haga un acto

de reflexión y encuentre a qué le tiene miedo y a quién teme más. Y luego

actúe en consecuencia. Yo lo he hecho ya.

CONCLUYENDO. La política es un mal necesario. Una instancia

insoslayable en nuestra vida particular y comunitaria. No hay manera de

quitárnosla de encima, tenemos que vivir con ella por narices, tomando

decisiones incómodas, eligiendo siempre lo que entendemos como lo

menos malo de lo peor. Lo que vivimos ahora, a mi entender, casa lo que

pudimos ver en la célebre película del Gatopardo. Pero aun así, y

sabiéndome imperfecto y que no tengo a mi alcance todos los datos de la

realidad (¡quién podría tener esa perspectiva tan superior¡), lo que acaba de

leer –si ha llegado hasta el final- no es la descripción verdadera de la

realidad existente. Es mi elección actual, es mi decisión concreta, la manera

en la que comprendo lo que acontece, el modo que tengo de encajar los

acontecimientos que me tocan vivir. Ésta, mi perspectiva personal, se

pondrá a prueba en el lugar donde todas las cosas encuentra su probatura: el

tiempo. Dentro de algunos años, cuando escriba el tercer número de estas

28 Reflexiones sobre la política actual

PARRAFADAS INFUMABLES DE AYER Y HOY, Nº2, 2015

parrafadas infumables, será el momento de evaluar los sucesos y a las

personas, y determinar –dentro de lo posible- si era verdad lo que

proponían (lo de la nueva política, lo del apoderamiento, la democracia real,

etc.) o era el intento de manipulación social más complejo en lo que

llevamos de historia, para detentar el poder quitándoselo a los de siempre.

Mientras, que cada uno elija, que cada cual decida, que cada cual vote la

opción que más le convenza. Aunque en este escrito se hable de los nuevos

y los viejos, existe en el mercado una amplia gama de posibilidades dentro

de cada uno de ellos. No desespere, seguramente encontrará lo que está

buscando. Yo, me he decidido ya. Los nuevos han llegado para quedarse.

No se van a marchar. Muchos tienen que aceptar este hecho contumaz de la

realidad, que no se esfumarán ni se desharán como un azucarillo. Tienen

fuerza, tienen cada vez más poder, mucha gente les apoya. Pero los viejos

tampoco se marcharán. No serán aniquilados. Muchos tienen que aceptar

este hecho contumaz de la realidad, que ningún rayo caerá del cielo para

fulminarlos. Siguen teniendo mucha influencia, les queda mucho poder,

mucha gente les sigue votando. Esta mutua animadversión, la de los viejos

y los nuevos, la vemos en las redes, en los informativos, en los despachos;

está en todas partes. Y este frentismo tiene visos de acrecentarse. Así que

agárrense los machos porque las elecciones de otoño no son el fin de un

ciclo, sino el comienzo de un proceso constituyente de nuestra sociedad

basada en el enfrentamiento, de nuevo.

FIN

Agosto 2015