benito pérez galdós - obras completas volumen i
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^CkOi'i^.^L:D
BY
I
n.:-
^^
'.:
i ik
-
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leopoldo,
alas
(clarn)
OBRAS
COMPLETAS
TOMO
I
G
A
L'D
S
DEN
acimiento
MADPID
-
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7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
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CALDOS
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LEOPOLDO
ALAS
(CLARN)
OBRAS
COMPLETAS
TOMO
PRIMERO
CALDOS
^
MADRID
RENACIMIENTO
SOCIEDAD
ANNIMA
EDITORIAL
Poiltf'iOS, ?
1912
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
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ES
PROPIEDAD
ESTABLECIMIENTO
TIPOGRFICO
EDITORIAL.
PONTEJOS,
3
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BENITO
PERBZ
CALDOS
Podra
formarse
un
libro
verde, amarillo
colorado,
como esos
en
que
encuaderna
la
diplo-
macia
sus
garbullos
internacionales,
con
las
cartas
y
notas
que
han
mediado entre
el novelista
insig-
ne
que va
ser objeto
de
mi
cuento
y...
el que
suscribe.
Uno de
los datos
biogrficos
de
ms
substancia
que he podido
sonsacarle
Prez Galds
es...
que
l,
tan
amigo
de
contar historias, no quiere
contar
la suya.
No
tiene inconveniente
en
suponer
que
su
Araceli,
y
su
Salvador Monsalud
y
su Amigo
Manso,
por
ejemplo,
son
tan
poco recatados que
nos
relatan
en
tomos
y
ms tomos su
propia vida...
y
la
ajena; pero l,
Galds,
tan
comunicativo
cuando
se
traa
de
los hijos
de su
fantasa,
apenas
sabe
si
se
llama
Pedro
cuando
hay
que
hablar
del
padre que
engendr tanta
criatura literaria, del
pater
Orchaimis
de
ese
gran
pueblo que
pulula
en cuarenta
y
dos
tomos
de
invencin
roman-
cesca.
Tal
vez
lo
principal,
lo
menos
la
mayor parte,
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8 LEOPOLDO
ALAS
(cLARn)
de la
historia
de
Prez Galds,
est en
sus libros,
que
son
la historia
de
su trabajo
y
de
su
fantasa.
El
hombre
que en
veinte aos ha
escrito cuarenta
y
dos
tomos
de
novelas,
muy
pensadas
las
ms,
sin
contar
algunos
otros
trabajos
sueltos,
apenas
ha
tenido
tiempo
hbil
para
hacer
otra
cosa, fuera
de
las
que
no
merecen
ser referidas
por
venir
ser
iguales en
todos los
humanos,
grandes
y
chicos.
Aunque
hay algunas
excepciones, los
escritores
mu3'
fecundos
suelen
llevar vida sedentaria
y
tran-
quila,
de
pocos
accidentes; son
grandes
trabajado-
res
y
necesitan
ser
avaros
del tiempo
y
desconfiar
de
las
pasiones,
vanidades
del
mundo
y
otros
la-
drones
de las
horas.
Si
Lope de
Vega
tanto
fu
y
vino
en su
juventud, ya
no
se
movi
tanto
cuando
se
puso
escribir
de
firme.
Vctor Hugo,
pesar
de
su
situacin
romntica
en
la
historia de su pue-
blo, hizo
mucho
menos
que
dijo,
y
en
su casa
en
el destierro
siempre fu un
jornalero aplicadsi-
mo...
Pero
este
y
otros muchos
ejemplos
y
razones
que
podran
citarse
no
demuestran,
ni
eso
los
encamino,
que
Prez
Galds
no
tenga
ms
historia
que la
de sus
creaciones
de artista. S la
tendr.
Pero
la
tiene bajo llave. La
principal
causa
de
que,
lo menos
por ahora, no
quiera
contar su vida
al
pblico,
ni
siquiera
por
modo
indirecto,
consiste,
diga
l lo que
quiera, en
la
modestia
del
insigne
escritor.
La
modestia de
Prez Galds, como la de
su
ntimo
amigo
y
compaero
de gloria
y
de viajes,
Pereda,
es
de
las
ms
seguras
y
ciertas,
porque
est
arraigada
en el
temperamento;
tiene
mucho
del
rubor
de
la
doncella
en
cabellos;
y
porque
el
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GALDS
9
smil
es malo,
pues en
las
figuras retricas debe
huirse
de
trocar los sexos,
dir,
rectificando,
que
se parece la vergenza
de
los nios
ensimisma-
dos.
Ni Pereda
ni Galds son capaces de
pronun-
ciar cuatro palabras en
pblico;
no por
las
palabras,
sino
por el pblico. Para
dar
las gracias
una
asamblea que
les
aclama, tienen que sacar del
bolsillo
un
papel
en que
consta
que
vivirn
eterna-
mente
agradecidos.
Juntos
emprendieron har lue-
go
tres
aos un
viaje
Portugal.
Viajaron de in-
cgnito, sin fijarse
en ello.
No
vieron
nadie, no
los
vio nadie: supieron que en
Lisboa varios
litera-
tos
insignes jugaban
al
tresillo en cierto Crculo:
Bueno,
pues
que
jueguen;
ellos,
como
dos
comi-
sionistas,
siguieron adelante, ni
vistos
ni odos.
As
viaj
tambin
repetidas
veces
por
Inglaterra, Fran-
cia,
Alemania,
Italia, etc.,
Prez Galds, que
tiene
en todos
esos pases
y
aun
en otros
ms lejanos,
admiradores
y
asiduos traductores.
En
el
verano
prximo
pasado
Galds
fu
Roma,
y en
la
carta
que
me
lo
anunciaba
no haba
ms
que
preparati-
vos
y
prevenciones
contra
las
visitas
imperti-
nencias
de
los
admiradores
y
partidarios de su
no
vela, que
haban
de
procurar
asaltarle por
esos
mundos...
A
un
hombre
as,
cuesta sudores
arrancarle la
declaracin preciosa
de que
efectivamente
naci
en
las
Palmas,
como
3'a
creamos
saber todos por
otros conductos.
Me precio
de
ser
entre los
gaceti-
lleros, ms
menos
bachilleres,
de Espaa, uno
de
los
que
tienen
ms trato
y
confianza
con Galds;
habiendo
de
escribir una
semblanza
cosa
parec-
-
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10
LEOPOLDO
ALAS
(CLARn)
da
del ilustre amigo,
y
con el
propsito
de obtener
la mayor
cantidad
posible
de
noticias,
para
que
por
este
lado
lo menos
comenzara
bien
esta
ga-
lera
biogrfica, valme
de
mi amistad,
y
un da
y
otro
ped
al autor
de Gloria
datos
y
datos..
.
Y des-
pus
de larga
y
amabilsima
correspondencia
vini-
mos
parar en que
Galds
no
saba
punto
fijo
lo
que
eran
datos,
lo
que
se
le
peda;
y
en
que,
en
todo
caso, l
haba
nacido en
las
Palmas,
ciudad
de
las
Afortunadas, como
tena
declarado
y
se
ratifi-
caba.
Exagero
algo,
pero poco,
como
el curioso
lector va
ver en
seguida.
Con
las
noticias
que
nuestro
Autor
nos da,
apenas
hay para llenar
una
cdula
de
vecindad
regularmente
escrita.
Es
claro
que esta
escasez
de datos
se refiere
los que
slo
Galds poda
suministrarme,
no
los
que
yo he
podido
adquirir
de otra
manera.
As es
que
osar
asegurar que naci en una latitud
no
muy
diferen
te de
la
del
monte
Sina,
y
unos
veinte
grados
Oeste del
meridiano
de Pars,
que
por
el
de
Ma-
drid
vienen
reducirse
catorce.
Polticamente es
Galds
espaol
(y
diputado);
pero en la
geografa
natural
es
africano,
como
el
ilustre
poeta
francs
que naci
en
una de
las islas
vecinas de
Madagascar...
Por
este
camino
podra
llenar
de datos, ms
menos
impertinentes,
pgi-
nas
y
pginas;
y
si
entraba en
consideraciones
antropolgicas
y
sociolgicas, podra... hasta
no
acabar
nunca;
y
todo ello
sin
saber
palabra
de
quin
era
Galds
y
qu
costumbres, porte
y
carc-
ter tena. Pero dejme de
considerar quines fue-
ron
los
primeros habitantes
de
las islas Canarias,
-
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GALDOS 1
y
qu
grandes hombres
isleos
de
tierra firme
produjo
frica
en
la
serie
de
los
siglos,
y
no
me
meto
en consideraciones
acerca
del
medio am-
biente
en
que
vivi
nuestro
novelista,
ni
saco
con-
secuencias
de la proximidad
relativa del trpico
de
Cncer
al
lugar
de
su
nacimiento.
Podr
haber
relaciones,
pero
no he de
estudiarlas
yo, entre el
genio
literario
de Galds
y
la
clase
de
productos
naturales de su
pas,
la
fauna
y
la
flora
de
las islas,
clima,
vistas al
Ocano, etc.,
etc.,
sin
contar
lo
que
podra
sacarse
plaza,
siquiera
fuera
por
los
cabellos,
de los
varios sistemas
de
colonizacin,
asimilacin, etc., etc.
Para
m,
Galds
es...
madrileo,
por
ahora,
sin
perjuicio
de volver
estudiarle ms adelante
con
ms
extensin
y
con
ms
datos tocantes
su vida
es su isla natal, como
dira
La Correspondencia
de
Espaa,
Naci
donde
queda
dicho,
en las
Palmas,
el
10
de
Mayo
de
1845;
de
modo
que,
segn
l
confiesa
entre
suspiros,
pronto
cumplir cuarenta
y
cuatro
aos.
Nada
me
ha
querido
decir de
los primeros
de
su
vida,
pero
no
debe
de ser porque desprecie
los recuerdos de
la infancia hombre
que
tan
bien
sabe pintar el
espritu de
los nios
y
sus armas
y
gestas. Su
memoria ha
de estar
llena,
mi
juicio,
de los
das
de la
niez,
y
es
muy
probable, aun-
que
l por
ahora no quiera
declararlo,
que,
si no
los
hechos
exteriores,
por lo
menos
los
pensa-
mientos,
emociones
y
deseos
del
primer crepsculo
de
su
vida no
sean
insignificantes,
merezcan
cono-
cerse
para recreo
del
lector
y
para poder
estudiar
-
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12
LEOPOLDO
ALAS
(cLARn)
fondo
la historia
del artista
poderoso,
que hoy
nos
oculta
con
velos
de
discrecin
y
modestia
mu-
chas
cosas
que pudieran servir
para
penetrar
mejor
en
el
alma
de sus
obras.
Por
ciertas
confidencias,
me
atrevo
esperar,
algo
temerariamente,
que
algn
da el
mismo
autor de
Celipiues
y
Miaiis
jtmiores
nos d
un
libro que
se
parezca
los
Re-
cuerdos
de
su
ilustre
colega
ruso
el
creador
de
Guerra
y
paz
y
Ana
Karenine.
Y
tengo
esta
esperanza,
porque
al
cerrar
la
se-
rie
de escassimas
noticias
que
me entrega,
con
algn
remordimiento
deque
sean tan pocas, dice:
Como usted
ve,
nada
de
esto
merece que
se le
cuente al
pblico;
se
lo
digo
por carecer
de
otras
noticias de
ms
valor,
porque
las
de
verdadero
inters
son
de un
carcter
privado
y
reservado,
al
menos por ahora
y
en
algn
tiempo.
Si
esto
ltimo
quisiera
decir que para algn da podamos
esperar de la pluma
que
traz
la historia
de
Mon-
salud, Araceli
y
el Amigo
Manso la
narracin au-
tntica
de
otra
vida,
de donde todas
esas
se
en-
gendraron,
si as fuera, bien
podramos
perdonar
hoy lectores
y
bigrafo
la reserva, la modestia
y
los
velos del insigne novelista.
Soy
de
los que
opinan
que en
la
historia
-r.
los
hombres
la
de su
infancia
y
adolescencia importa
mucho,
sobre
todo
cuando
se
trat^
de
artistas,
los
cuales
casi
siempre siguen teniendo
mucho
de
ni-
os
y
adolescentes. En
rigor, ser
artista
es...
se-
guir
yw^arfo.
Las
mujeres,
los
adolescentes
y
los
artistas...
y
algunos
locos,
entienden de cierta
clase
de
intereses
del alma, que
son
letra
muerta
-
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GALDS
13
para
los banqueros,
los hombres de Estado
y
qu
lstima
hasta
para
los
sacerdotes,
las
ms
veces.
Y...
nada sabemos de la
infancia
ni de los
pri-
meros aos de
pubertad
de
Prez
Galds.
El no
dice
ms
que
esto: que en
el Instituto
estudi
con
bastante aprovechamiento.
Nada se me
ocu-
rre
decirle
aade
de
mis
primeros aos.
Afi-
ciones
literarias
las
tuve
desde
el
piincipio^
pero
sin saber
por
dnde haba
de ir.
Cul es
el
principio
que
Galds
se refiere?
A
qu edad
hace l
remontarse ese
amacer de
sus
aficiones?
No
lo
s,
ni me decido en
este
punto
aventu-
rar
conjeturas. En
todo
caso,
no
creo que
haya
sido
un
nio
precoz,
ni
lo
Pascal
y
lo Pope, ni
menos
cual esos otros que parecen pedantes
en
miniatura,
como Alcal
Galiano,
enclenque
y
pe-
tulante,
coplero
los
cuatro
aos,
segn
nos
re-
fiere
l mismo.
Si
alguna
precocidad
hubo en
Gal-
ds,
debi
de ser de
esas
recnditas en que
la
observacin callada
y
la fantasa
solitaria
hacen
el
gasto.
No
debi de ser novena maravilla
para
deudos
y
amigos, ni mono
sabio,
ni
flor
temprana
de
estufa,
sino
ms bien
amigo del
aire libre,
alumno asiduo
y
entusiasta
de lo que llaman nues-
tros
vecinos l'cole biiissoniere,
la
que cant
Vc-
tor
Hugo
en
muchas
de
sus
novelas
picas,
y
es-
pecialmente
en la
famosa
poesa
Las
feuUlantines
de
Rayos
y
Sombras. Ni por
su
complexin, ni
por
su
carcter
y
aptitudes
fsicas,
muestra
Galds
resabios
ni
consecuencias
de
una vida
antihigini-
ca
en
la
infancia;
ni
tampoco
la
ndole de
sus cua-
-
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14 LEOPOLDO ALAS
(CLARn)
lidades
de
artista
nos habla
de
prematuras
fatigas
intelectuales
ni
de
hipertrofias
del
sentimiento
de
la
voluntad en
los
primeros
lustros
en
la
edad
crtica.
Pero
confieso
que
no
es de
mi gusto
insistir
en
tales
cavilaciones
y
conjeturas,
cabiendo
en
ellas
tanta
inexactitud
y
estando
ah el
objeto
de
estos
clculos
para
rerse de
ellos
si van descaminados,
como
es
posible.
Sin
embargo,
ni
e*i
esta
materia, ni
ms
adelan-
te, se puede
prescindir de
entrar en inducciones
para
suplir,
hasta
cierto
punto, la
falta
de noticias
seguras.
Aunque
tambin
es
cierto
que
esta
libertad no
es
muy
amplia,
pues
hay
que
irse
con
tiento
al
conjeturar
y
suponer
hechos,
ideas,
inclinaciones,
etctera,
etc.,
por
varias
razones,
unas de pruden
cia
y
otras
de
insuficiencia.
Es claro que aun en el caso de que fuera yo
zahori
para
reconstruir la
vida
de Galds,
por
dentro
y
por
fuera,
con
lo
que
l
es
actualmente
y
con
lo
que
de
l
puede adivinarse en
sus
libros,
no
haba de penetrar en lo que
l quiere
tener
re-
servado,
por
ahora
al
menos.
Pero adems,
exis-
te insuficiencia
de
medios, no slo por mis
escasas
facultades de Cuver de almas,
sino
porque los no
velistas,
y
especialmente
los novelistas
de la clase
de
Galds, son acaso los
escritores
que
menos se
dejan
ver
s
mismos
en
sus
obras. Esa
imperso-
nalidad
del
autor,
de
que
tanto
se
ha
hablado, so-
bre lodo de
Flaubert
ac,
si era en
ste
y
algunos
otros novelistas
conviccin sistemtica,
firme, se-
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
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GALDS
15
ria,
obedecida
constantemente
mejor
que
otros
dogmas
de
escuela,
es
en Galds
todava
ms
na-
tural
y
segura,
sin
obedecer
acaso
propsito
tc
nico,
una creencia
esttica; es ms
segura
y
na-
tural
porque nace del
carcter
y
del
temperamen
-
to.
Y
aqu, por va
de
parntesis,
advierto
al
lector
que
empiezo
mezclar
biografa
y
crtica, es de-
cir,
que
hablando
del
hombre,
ya
voy
diciendo
algo del
novelista.
Se
ha
dicho,
en
general
con
razn, que
la
nove-
la
es
la
pica del siglo,
y
entre
las clases varias
de novela,
ninguna
tan pica,
tan impersonal como
esta narrativa
y
de
costumbres que
Galds culti-
va,
y
que
es
hasta
ahora la que
ha
producido ms
obras
maestras
y
la
que
se han
consagrado,
principalmente, los
ms
grandes
novelistas.
El
que
lo
es
de este gnero
es...
todo
lo
contrario
de
un
Lord
Byron^
el cual, como se
ha dicho hasta
la
sa-
ciedad,
y
con
razn en
conjunto, viene
hablar
de
s
mismo
en casi
todas
sus
obras,
y
es,
segn
frase
de
un
crtico,
como
un
torrente
profundo
que
corre entre
altas paredes de peascos, en un
cauce
estrecho.
Se
ha
dicho
tambin
que el
gran
arte es,
en suma, crear almas,
y
se
puede aadir:
para
el
novelista propiamente
^z'co,
crear
almas...
pero
no
su imagen
y
semejanza.
Adn se parece
Jehov
Elom
demasiado,
tal
vez
ms
exacta-
mente,
Jehov
se
parece
demasiado
Adn;
aqu
hay
lirismo.
En la
novela como la escribe
casi
siempre
Balzac,
Zola,
Daudet,
y
aun
Tolstoi
Gogol,..
Dickens
(aunque
ste
es
ms
lrico),
Galds,
por muy
sutil
que
sea
el
anlisis
que se
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
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16
LEOPOLDO
ALAS
(CLARn)
aplica
encontrar el alma
del
autor,
en
la de
los
personajes,
hay
que
reconocer
que
los
ms
de
s-
tos nada
tienen
que
ver
con
la
realidad
psicolgi-
ca del que
los invent.
Cierto
es que el
artista,
aun
el
ms
pico,
siempre
saca mucho
de
s,
se
copia,
se recuerda;
pero
tambin
existe el
altruis-
tno artstico,
la facultad
de
transportar la
fantasa
con toda
fuerza,
con
todo
amor,
creaciones por
completo transcendentales,
que representan
tipos
diferentes,
en
cuanto
cabe diferencia,
del
que
al
autor
pudiera
representar
ms
aproximadamente.
Esta
facultad,
que es
de
las ms
preciosas en
gran-
des
novelistas
de
este gnero,
en
los
poetas
pi-
cos,
en los grandes historiadores,
y
en
los
grandes
pensadores
y
polticos,
esta facultad
la
posee
Cal-
dos
en
grado
que alcanzan pocos,
y
es,
con
la
gran
imparcialidad
de
su espritu
sereno
(en
cuan-
to
cabe) lo
que
ms
contribuir
dar larga
vida
sus
obras.
Por
todo
lo
cual,
no
es
posible, sin
grandes
te-
meridades,
inducir
por
los
libros
de
nuestro
autor
mucho
de lo
que
pudo haber
sido
en su
infancia...
y
ms
adelante. Slo dir en este
punto,
que
aca-
so en los juegos
de Araceli
en
la
Caleta
de
Cdiz,
en los
arranques
de
Celipn,
en la hija de
Bringas
y
sus jaquecas llenas de
fantasas, en las
visiones
de
Miau
mnimo
y
en
otros
fenmenos
y
persona-
jes
semejantes, de los
42
tomos de
novela
escritos
por
Galds,
se
podra, rebuscando
y
aventurando
hiptesis
y
transportando
circunstancias,
encon-
trar
algo de
la
niez
del
que
es
hoy
don
Benito
para
sus
ntimos.
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
23/379
GALDS
17
De lo que
no hay ni
rastros
en sus
novelas
es
del
sol
de
su
patria;
ni
del
sol,
ni
del
suelo,
ni
de
los
horizontes; para Galds, novelista, como
si
el
mar
se
hubiesa
tragado
las
Afortunadas.
Este poe-
ta
que ha cantado
al
mismsimo arroyo
Abroi-
gal,
y
que se
queda
extasiado
yo le
he
visto
ante
el
panorama
que
se
observa
desde
las
Visti-
llas;
que
cree
grandioso
el
Guadarrama
nevado
(como
D.
Francisco
Giner)...
jams
ha
escrito
nada que
pueda
hablarnos de
los
paisajes de su
patria;
no
suea con el
sol
de sus islas...
lo
me-
nos en sus libros.
Jams
ha
colocado
la accin
de
sus
novelas
en su
tierra, ni
hay
un slo episodio
digresin
que
all
nos
lleve;
es
en
este
punto
Galds
todo lo contrario de
Pereda,
su gran ami-
go, que
se parece
al
Shah de Persia en
lo
de lle-
var
siempre
consigo tierra
de
su patria.
Aun sin
trasladar
las Afortunadas
sus
personajes,
po-
dra
Galds
decirnos
algo
de las impresiones
que
conserva, como poeta
que
de fijo
fu
en
sus
sole-
dades
y
contemplaciones de adolescente,
de
los
paisajes
de
la
patria;
pero
como
es
el
escritor
ms
opuesto,
en
todos sentidos,
lo
que
llamamos el
lirismo,
en la acepcin
ms lata
y
psicolgica;
como
en
vez de hacer que sus
personajes se
le
pa-
rezcan
pone
todos
sus
conatos
en
olvidarse
de
s
por ellos
y
ser, por
momentos,
lo
que
ellos son
(si-
guiendo en
esto
el
buen
ejemplo
de
Dickens
que
hasta
imitaba,
ensayndose
al espejo, las
facciones
y
gestos
de
sus
criaturas), no hay
ocasin
en
nin-
guna
de
las
obras
de
nuestro
novelista para esos
saltos de la
fantasa
por
encima
de
los
mares
y
de
Clarn.
Tomo
I.
2
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
24/379
18
LEOPOLDO
ALAS
(CLARn)
los
recuerdos.
Galds, en
suma,
es
en
sus
obras
completamente
peninsular.
La
patria
de
este
artis-
ta
es Madri
1;
o es
por
adopcin,
por tendencia de
su
carcter
esttico,
y
hasta
me
parece...
por agra-
decimiento. El
es
el primer novelista de verdad,
entre los
modernos,
que ha sacado de
la corte
de
Espaa
un venero de observacin
y
de materia
ro-
mancesca,
en
el
sentido
propiamente
realista,
como
tantos
otros lo
han sacado
de
Pars,
por
ejemplo. Es
el primero
y
hasta ahora el nico.
A
Madrid debe
Galds
sus mejores cuadros,
y
mu-
chas
de
sus mejores escenas
y
aun
muchos de
sus
mejores
personajes. Si los
novelistas
se
dividieran
como
los
predios,
se podra
decir
que era
nuestro
autor
novelista
urbano.
Aunque
en
una
y
otra de sus obras
nos
habla
del campo,
especialmente
en Gloria
y
en
Maria-
nela,
y
saltos en
muchos de sus Episodios
na-
cionales,
bien se
puede
decir
en
general
que
Gal-
ds
no
es
principalmente
paisajista,
como
lo es,
por
ejemplo,
su
amigo
el
insigne
Pereda.
Y
por
cierto que esta
palabra paisajista,
muy
usada
en
el
sentido
traslaticio,
tomndola
de
la
pintura
para
la
poesa, no
es
exacta en
el
sentido que
yo
quiero
exponer
aqu; el
escritor
paisajista
es el
que
ve
en
la
naturaleza
el panorama
y
tambin el
modelo
de
retrica,
el
que
habla
de
la
naturaleza
lo
pintor,
y
as tan
solo. Pero
ha}'
algo
ms
que
esto
en
el
poeta
de
la
naturaleza,
que no slo
la pinta
sino
que
la
siente
por dentro,
pudiera
decirse;
ve en
ella, adems del
cuadro,
una msica,
una historia,
casi casi
un
elemento
dramtico.
En
Pereda, Tols-
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
25/379
GALDS 19
toi, verbi gracia, hay
todo
eso.
Galds no
es
as;
si
pinta
bien
el
cielo, los
horizontes,
montaas,
mares, valles
y
ros,
rboles
y
mieses,
no
es
por
especial vocacin
y
con
preferencia
y
con lo
ms
exquisito de su arte,
sino
cuando
el caso
necesa-
riamente
lo
pide,
y
porque su
gran
imaginacin
y
pluma hbil
se
lo
dejan
describir bien
todo.
Pues
por todo
esto,
por
no
ser
Galds
paisajista,
me-
jor naturalista
(ya
se comprende en
qu concep-
to
hablo ahora) no hay
en sus
libros
reminiscen-
cias de su
patria.
No
se
trajo
este
poeta
pegada
la
retina la
imagen
del
sol de
sus
islas.
Por
eso
no
desprecia los gorriones,
ni
los
chopos,
ni las
dems
vulgaridades
de
la
naturaleza
burguesa,
podra
decirse,
que se
encuentra
en
los alredores
de
Madrid,
verbi
gracia,
como
despreciaba
sus
similares
de
Pars
Tefilo
Gautier,
refirindose
un
poeta
que
haba vivido en
Oriente.
Podra
resumirse en
un
rasgo
general
(no
rigu-
rosamente
exacto,
pero
si
comprensivo
de
lo ms
de
la
idea)
lo
que
vale la naturaleza en
las
nove-
las
de Galds,
diciendo
que
es...
el lugar
de la
escena,
que
representa
esto
lo otro.
La
natura-
leza en
sus libros
rara
vez aparece sola,
cantando
esa gran
msica instrumental
en que
el hombre
no
interviene,
entra
lo sumo como
accidente en
la
general armona;
y
esto
mismo
se
da
la
mano
con
la calidad del eminente antilirisnio que
ya he no
tado en
el
arte
de Galds.
Como la
Odisea,
pe-
sar
de ser una serie de viajes por
el
Mediterrneo,
no
pinta
la
hermosa naturaleza
sino
como
fondo
del
retrato
de
Ulises,
y
casi
tambin
como
en
Shakes-
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
26/379
20
LEOPOLDO
ALAS
(CLARN)
peare,
la
naturaleza decorativa acompaa
al hom-
bre
para
acabar
de
explicarlo,
para
darle
asunto
en que
muestre
cmo vive,
cmo
siente,
cmo
piensa,
as
en
la
novela de
Galds,
las
llanuras de
Castilla, las montaas
del
Norte
y
los
horizontes
claros
y
los cielos
puros
de Andaluca
acompaan
sus personajes,
y
por
ellos salen
plaza,
y
ellos
se
subordinan
en
el
orden
esttico,
siendo,
en
fin,
todo lo
contrario de
lo
que
viene
suceder,
verbi
gracia,
en
El sabor
de
la
tierriica,
de Pe-
reda,
para
dar
un
ejemplo
de que todos
pueden
acordarse.
Dicho todo
esto,
en
digresin
ms
menos
en-
lazada
con
el
hilo
del
discurso, queda visto
lo
ne-
cesario
para
comprender
por qu
no
har mucha
falta
en novelista
como Galds conocer
muy
fondo
y
con
pormenores
lo
que
fu
de
su
vida
en
su
tierra
y
lo que
an ve
de
ella, cuando
cierra
los
ojos
y
recuerda
la
niez
y
la
adolescencia,
ya
lejanas.
II
Vine
Madrid
el
63
y
estudi la carrera
de
le-
yes
de mala
gana
(la historia eterna
de los
espa-
oles
que
no
han
de
ser
Gamazos);
all,
en
el
Instituto,
fui
bastante
aprovechado;
aqu todo
lo
contrario.
Tengo una
idea
vaga de
que
en
los
tres
cuatro
aos
que precedieron
la revolucin del
68 se
me ocurran
m
unas cosas
muy
raras.
Hice
algunos
ensayos
de obras
de
teatro,
todo bastan
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
27/379
GALDS
21
te
mediano,
excepto una
cosa que me parece que
era
menos
mala,
si
bien
me
alegro
de
que
no
hu-
biera
pasado
de
las Musas al
teatro;
y
el
67
se me
ocurri escribir
La
Fontana
de
Oro,
libro
con
cierta
tendencia
revolucionaria.
Lo
empec aqu
y
lo continu
en
Francia
; al volver
Espaa
,
ha-
llndome
en Barcelona,
estall
la revolucin,
que
acog
con
entusiasmo.
Despus
estuve algn
tiem-
po como atortolado, sin saber qu direccin tomar,
bastante desanimado
y
triste (no
siendo
exclusi-
vamente
literarias
las
causas
de esta situacin
de
espritu). En aquel
tiempo
(del
68
al
72)
era
yo
punto fijo
en
el
Ateneo
viejo, pero
me
trataba
con poca
gente;
apenas
hablaba con dos
tres
personas.
Por este tiempo que
Galds
se refiere
en las
anteriores lneas,
que
copio
de
una
de sus
cartas
en que
ms
quiso
decirme,
fu
cuando le conoci
D.
Jos
Pereda,
la
otra
columna
de Hrcules
de
nuestra
novela
contempornea.
Creo que el
lector
ver
con
gusto
que
yo
deje al
mismo
Pereda la
palabra. Nadie
como l puede
decir
su
primera
impresin al
encontrar
al
que
haba
de
ser su com-
paero de
armas
y
de
glorias,
amigo
de
veras
y
constante, con
esa
clase
de
afecto
y
simpata
que
no suelen abundar
en
las
relaciones
privadas
de
los artistas,
y
menos
en
las
ntimas,
secretas
y
de
pura intencin.
Pero
hable
Pereda,
y
Dios
le
pa-
gue
en
la
medida
que
yo se
lo
agradezco las
noti-
cias
y
observaciones
con
que
me
regal hace
po-
cos
das el
ilustre
autor
de La
puchera:
...
Le
mando
estos
cuatro
garabatos en res-
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
28/379
22
LEOPOLDO ALAS (cLARN)
puesta,
mejor
dicho,
en
cumplimiento
del
en-
cargo
que
me
hace
usted
en
su
carta del
12,
y
siento
que
sea tan apurado
ya el plazo, porque
el
tema ese
merece
larga pltica,
que yo
echara
con
gusto,
porque tengo
el corazn
repleto
del
asunto.
Relatado
al
vuelo,
queda
reducido
muy
poco lo
que podr
usted
ver en
la
semblanza
ma,
hecha
por Galds,
que
precede
El
sabor
de
la
tierriica. El no
haba
publicado
ms
que
La
Fon-
tana
de
Oro
y
algunos artculos literarios
que
m
me gustaban
mucho, muchsimo.
Yo
era
la
sazn padre de la patria,
y
haba
echado al mundo
las dos
series
de Escenas montaesas, muy
cono-
cidas de
Galds.
Un
da del verano del
71,
espe-
raba
yo
en el
vestbulo
de
una
fonda
de
esta ciu-
dad que
bajara
un
amigo
mo
quien
haba
avi-
sado
que
le
esperaba
all.
Maquina]
mente
me puse
leer
la lista
de
huspedes que
tena
delante,
y
vi que
uno de ellos era
D.
Benito
P. Galds.
Con
nimo de visitarle
pregunt
por
l
inmediatamen-
te
un
camarero
que
pasaba.
Ah
le
tiene
us-
ted, me
respondi
sealando
un
joven
vestido
de luto que
sala
del comedor.
Me
hice
cruces
mentalmente,
porque
no poda
imaginarme
yo
que
tuviera
menos
de
cuarertta
aos
un
hombre
que
se
firmaba
Prez
Galds,
y
adems
Benito,
y
adems
hablaba
de
los
tiempos de
D.
Ramn
de
la
Cruz
y
de
la
Fontana
de
Oro como
si
los hubiera
conocido.
Yo tena
entonces
treinta
y
ocho
aos.
^Hablando
hablando, result
que
nos sabamos
mutuamente
de memoria,
y
desde
aquel
punto
qued
arraigada
entre nosotros una
amistad ms
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
29/379
GALDS
23
que
ntima,
fraternal,
que por
mi parte
considero
indestructible,
cuando
lejos
de
entibiarse
con
las
enormes
diferencias
polticas
y
religiosas
que
nos
dividen,
ms ia
encienden
y
estrechan
medida
que
pasan
los
aos.
Yo me
explico este
fenmeno
por
la admiracin
idoltrica
que
siento
por
el
no-
velista
y
por
la
ndole
envidiable
de
su
carcter
dulcsimo;
pero
cmo
se
explica
en
l
\?l
fidelidad
que
me guarda
y
el
cario
con
que me
correspon
de?
En
fin, que
no
acabara
si
me pusiera
escribir
sobre
este
tema.
Todos
los
veranos
nos
vemos
aqu
(en
Santander).
En
algunos
de ellos
me
ha
propor-
cionado el
regaladsimo
placer de
pasar
unos
cuan-
tos
das
conmigo en
Polanco.
Nuestra
correspon-
dencia
epistolar
ha
sido frecuentsima
durante
al-
gunos
inviernos,
y
muy
rara
la carta
en
que
hemos
tratado
en serio
cosa
alguna;
y
tanto
de
esas
co-
rrespondencias
como
de
nuestras
conversaciones
ntimas,
he deducido siempre, que
fuera
de
la
po-
ltica
y
de
ciertas
materias
religiosas, en
todas las
cosas
del
mundo,
chicas
y
grandes,
estamos
los
dos
perfectamente
de
acuerdo.
Ser
este
el vnculo
que ms nos une
y
estrecha?
Un
detalle
curioso:
Galds,
que
sera
capaz
de quedarse en cueros
vi-
vos
por
mi, no
me
regala sus
obras
cuando
las
pu-
blica,
sin duda por no
tomarse
la
molestia
de
em-
paquetar
los
ejemplares
y
mandarlos
al
correo...
He
copiado
todo
lo anterior
porque pinta
Gal-
ds...
y
al
retratista.
Quiere
explicarse Pereda
cmo
pesar de las
diferencias
religiosas
se
quie-
ren tanto l
y
Galds;
pues
es
porque
la
vida del
espritu
es
para
las
almas
dignas de
tan
hermos
o
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
30/379
24
LEOPOLDO
ALAS
(CLARn)
nombre, lo que era
la milicia
para Caldern
de
la
Barca,
una
religin
de
hombres
honrados.
Menn-
dez
y
Pelayo
defendiendo
con
entusiasmo
Cal-
dos en
la Academia,
y
diciendo
de
Lord Byron:
Espritus
dotados
de tal
energa,
sea
cualquiera
el
cauce
por
donde
le
han
hecho correr,
tienen
en
su
propia
fuerza
inicial
un
ttulo aristocrtico
que
se
impone
todo
respeto
(1),
es
un
capitn
de esa
milicia, un sacerdote
de
esa
religin de
espritus
enrgicos.
Galds
y
Pereda
son los
Discuros
del
arte
realista
moderno
en
Espaa,
y
pesar de
mo-
verse
en escenario
muy
diferente
la
fantasa
de
cada
cual,
ofrecen
muchas
afinidades
sus
ingenios.
Si
se
me
dice
quin son en nuestras letras
contem-
porneas los
artistas
ms
inspirados
por
la
vida
real,
menos sistemticos,
ms genunamente
espa-
oles,
por
cuanto representan no
el
purismo
arcai-
co, sino
el
genio espaol
tal
como
debe
ser
en es-
tos
das, respondo que
Galds
y
Pereda.
Y
si
se
me
dice
quin son
los artistas de
pluma menos va
nidosos,
menos
mujeres^
ms
sinceros,
llanos,
mo-
destos
y
de
veras cariosos,
respondo: Galds
y
Pereda. Lo cual
no
quiere
decir
que no reconozca
las
mismas
cualidades
en
otros
pocos,
pero
en gra-
dos
distintos.
La Fontana
de
Oro,
aunque
bien
acogida, no
tuvo
por
lo
pronto
todo
el
buen
xito
que
mereca,
y
muchos
no
la leyeron hasta
que
la
fama
del
autor
(i)
Para m,
esta
frase
es
sublime,
de
un
sublime
critico
fecundo
en enseanza. Encierra
el
principio
ms
exquisito
de
la crtica
moderna.
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
31/379
GALDS
25
fu
creciendo,
gracias
los Episodios Nacionales.
Pero
La
Fontana de
Oro
le pasa
lo que
las
primeras
novelas
de
los
Rougon-Macquart
de Zola,
que
son
excelenies,
pesar
de
no haber llamado la
atencin
al principio
ms que
de
los
pocos hom-
bres
de
gusto
que no
aguardan
para
saborear
lo
bueno
que
la
fama
lo
sancione. Flaubert
lea con
deleite
la
Conquista
de
Plassans,
cuando
apenas
se
hablaba de Zola, cuando ni
un
slo
artculo
se
consagraba
esta
novela.
En
Espaa tambin
pa-
saba
lo mismo:
La
Lontana de Oro
deleitaba
un
juez
experto
y
de
gusto,
don Francisco
Giner,
por
ejemplo, pero
no
daba
su autor todo el
renom-
bre
que
mereca
desde
luego.
Tal
vez
esto
contri-
bua
las
vacilaciones
y
la
inquietud
moral del
novelista.
De
estas
dudas
de la
conducta^
de
esta
impaciencia
nerviosa que
producen los tanteos
de
una
vocacin
que no
se reconoce
s
misma
por
completo
y
con exactitud,
algo nos
dice,
por
refle-
jo,
SalvadorMonsalud,
el
protagonista
de
la
segun-
da
serie de
Episodios
Nacionales.
l tambin
es-
taba
seguro
de
servir
para
algo,
y
no saba qu,
y
de
todo
probaba,
y
era poltico,
y
guerrero...
y
fil-
sofo
su
modo,
y
hasta
ensayaba
en el
piano sus
cualidades
musicales...
hasta
acabar
por
romper
las
teclas con un martillo. En aquella
poca se me
ocurran
m
unas cosas muy
raras,
nos dice
ms
arriba
Galds,
y
estas
cosas
debieron de ser
co-
mezn de la voluntad,
tanteos ideales
de
su fort-
simo
temperamento de
artista,
algo semejantes
los
de Monsalud.
Acaso,
acaso,
ante
la
Revolucin
y
la
indiferen-
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
32/379
26
LEOPOLDO ALAS (cLARn)
cia
del
pblico
por
las
cosas
del
arte,
Galds
so
en
ser
hombre
de
accin,
como
so
toda
la
vida
Byron que
despreciaba
ratos
en
s
mismo,
al
lia-
hladof,
al
poeta,
y
como
soaba
Stendhal,
cviyo
santo
patrn
no era Homero, ni
Dante,
sino Napo-
len
I. Y
es
posible que el
propsito,
al
principio
para el mismo Galds
obscuro, indeciso,
de escribir
la
historia
novelesca
de
nuestra
epopeya
nacional
del
presente
siglo,
fuese
en
parte como una deri-
vacin
de
aquel
prurito
activo
del entusiasta de
la
revolucin
y
del
joven
ensimismado,
de
luto
y
tris-
te
quien
se
le ocurran aquellas cosas raras.
Hay
tambin
un
modo
de
ser
hombre de
accin en
el
arte,
y
las novelas
de
Galds revelan al artista
de
este
gnero; Galds generalmente no profundiza
en el sueo, en
la
vaga
idealidad, sino
en
la
vida
social
y
en la
moral, parecindose
en
esto
ltimo
muchos
escritores
ingleses,
que
por
cierto
l
es-
tima
grandemente. Los
Episodios
Nacionales fue-
ron
populares en seguida
porque, si no
en los
pri-
mores
de
arte
que hay
en
muchos
de
ellos,
en
lo
principal de su idea
y
en
las brillantes, interesan-
tsimas
cualidades de
su
forma
pudieron
ser
com-
prendidos
y
sentidos
por
el
pueblo espaol
en
masa.
Galds
no debe su
popularidad
vergonzosas
transacciones con
el
mal
gusto
vulgar,
sino al
vigor
de
su
talento,
la
claridad,
franqueza
y
sentido
prctico
y
de justicia que revelan sus obras.
En
muchas
de
stas, especialmente
en las escritas
des-
de
La
Desheredada
inclusive
ac, hay
mucho ms
de
lo
que
puede ver un
lector distrado,
de pocos
alcances en
reflexin
y
en
gusto,
pero
en
todas
hay
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
33/379
GALDS
27
adems
ese gran realismo del
pueblo,
esa feliz
concordancia con
lo
sano
y
noble del
espritu
p-
blico, que
lejos
de
ser una
abdicacin del artista
verdadero, es seal
de
que pertenece
su ingenio
las ms altas
regiones
del
arte,
de
que
es de aque-
llos que
la historia
consagra,
porque
sin
dejar
de
ser
grandes
solitarios cuando
suben
las
cumbres
misteriosas
del Sina
de
la
poesa,
bajan
tambin,
como
el
Moiss de
la
Biblia,
comunicar
con
el
pueblo,
y
revelarle
la presencia de los
Eloim^
que
han
sentido en las
alturas...
El
ao
1873
dice Galds
en
el
documento ci-
tado
escrib
Trafalgar,
sin
tener
an
el
plan
completo
de
la
obra;
despus
fu
saliendo
lo
de-
ms.
Las novelas
se
sucedan
de
una
manera,.,
in-
consciente.
Doa
Perfecta
la
escrib
para
la
Re-
vista
de
Espaa, por
encargo
de
Len
y
Castillo,
y
la
comenc
sin
saber
cmo
haba
de
desarrollar
el asunto. La
escrib empujones,
quiero decir,
trozos,
como
iba saliendo^
pero
sin
dificultad,
con
cierta
afluencia
que
ahora
no
tengo.
Esta,
falta
de conciencia
al escribir,
y
esta falta
de
plan
de
que
habla
Galds,
recuerdan los
primeros libros
de
Daudet,
que tambin
salieron as,
como quiera,
es
decir,
como
quera
la
rica
vena de
la
juventud
vigorosa
segura
de
s
misma, de
su
abundancia
y
fuerza.
Tanto en Daudet
como
en
Galds
las
obras
de
la
edad
madura
no
salieron
tan
fcilmente,
los
dos
se
quejan
de que
les
cuestan ahora ms
trabajo;
pero esto
consiste
en
que los
productos del
ingenio
maduro
y
reflexivo,
para
ser
de ms peso
y
trans-
cendencia,
necesitan ms conciencia
de lo que se
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
34/379
28
LEOPOLDO ALAS (CLARn)
hace,
aunque sea
sin
contar
ya la graciosa
y
des-
cuidada espontaneidad
de
la
juventud
del
artista,
que
lia de
ser un
gran maestro.
Y
con
todo, esa
Doa
Perfecta
que sali empujones,
muchos la
consideran, yo
no, como
una de
las obras ms
per-
fectas,
mejor
compuestas
de
su autor
insigne.
Pero ya llegamos
Gloria;
sta
si que
es
para
muchos,
para
los
ms,
la novela
de
las
novelas
de
Galds;
lo
menos
fu la que le
dio
ms
gloria,
>
no
s
si
dinero, la
que le
puso
la altura de los
primeros
novelistas en el
concepto
de
la
mayora.
Pues
todava,
pesar
de todo
eso,
no
aparece
en
Gloria
el
autor
pacienzudo
y
reflexivo
que
trabaja
una
novela,
como una cosa seria
y
que no
se
hace
todos
los
das
ni cada
pocos
meses,
segn
con
mu-
cho
juicio advierte
el
mismo
Daudet los que le
llaman perezoso.
Oigamos
Galds:
Gloria fu obra de
un entusiasmo de
quince
das. Se
me ocurri
pasando por
la
Puerta del Sol,
entre
la calle de la
Montera
y
el
caf Universal;
y
se
me
ocurri
de
golpe,
viendo
con
claridad
toda
la
primera parte. La segunda
es postiza
y
tourmen-
te.
Ojal no
la hubiera escrito
X...
tuvo
la culpa
de
que yo
escribiera
esa
segunda
parte,
porque
me
dijo
(demonio
de crticos )
que deba sacar
las
consecuencias
de
la
tesis
y
apurar
el
tema.
Nada
dice
Galds
de
cmo
naci
Marianela
ni
los
datos (si
estos
son datos) que ha querido co-
municarme
aaden ms
lo
dicho,
sino
que
des-
de
La
Desheredada
ac ha ido
advirtiendo
que
cada
vez
le
cuesta ms el trabajo, sin
duda
por
ser
ms
reflexivo...
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
35/379
GALDS
29
Agotada,
por
ahora,
la
fuente
de
las noticias
autnticas,
todo
lo
dems
que
yo
pudiera
decir
de
odas
de la
poco accidentada vida de
Prez
Cal-
dos,
sera repeticin de
lo que han
dicho
los
peri
dicos que
en pocas distintas publicaron artculos
biogrficos
del
que
ya
todos
casi
todos
llaman
primer
novelista
espaol. Por esos artculos
saben
los
lectores
que
el
autor
de
El
amigo
Manso
fu
periodista,
que milit desde
joven,
del modo que
su carcter, gnero de
vida
y
aficiones
se
lo con-
sintieron,
en
el partido
liberal
monrquico,
en el
cual
figura
todava, hoy
en
calidad de
diputado
Cortes
por
Puerto
Rico.
Saben
todos
tambin
que
Caldos
no
es
amigo
de
exhibiciones
ni
reclamos,
que
se retira temprano,
no
\a
al
teatro,
que
le
da
jaqueca; ni
tampoco frecuenta
lo que
llamamos
el
gran
mundo,
aunque
tiene buenas
relaciones
en
las
clases ms altas...
Prefiero,
dar
una
edicin
ms de
esta
clase de
notas
biogrficas,
terminar
por
esta
vez
mi
cometido
hablando
de
mi
Caldos,
es
decir, del que
yo
conozco,
trato,
quiero
y
ad-
miro
(1).
(i)
Por
no
repetir
lo tantas
veces publicado, omito
hablar
de
la
fama
de
Galds en
el
extranjero,
y
me
abstengo de
enumerar
las
traducciones
que
en
nueve
lenguas
se han
hecho
de varios de
sus
libros.
En las
Revistas
principales
de Amrica, Inglaterra,
Francia,
Italia,
etc.,
Galds
es hoy
considerado
por
los
ms
fa-
mosos
crticos
como
uno
de
los grandes novelistas
con-
temporneos, el
mejor de
Espaa
sin
duda.
Galds
y
Armando
Palacio,
que en
los Estados
Unidos es
un
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
36/379
30
LEOPOLDO ALAS
(CLARn)
III
Galds lleg
mi
admiracin
y
mis
simpatas,
como
las de
casi todos sus
lectores, ganndose
por la
excelencia
intrnseca de sus obras este
ho-
menaje
espontneo.
Tiene razn Pereda: el
Benito
Prez Galds no sonaba gran artista,
joven
y
original
y
revolucionario
de la novela.
Era
yo es-
tudiante
de
Filosofa
y
Letras
en
Madrid, cuando
por vez
primera
me
fij
en
el
nombre
de Prez
Galds leyendo
en
una
librera
la
cubierta del
Audaz,
segundo
libro del escritor
que
entonces
me
figuraba
como
un
constitucional
que
en
sus
ratos
de ocio
escriba
obras
de
vaga
y
amena
literatura.
Enfrascado
en la lectura de
filsofos
y
poetas
alemanes,
me
parecan entonces poca
cosa
muchos
de mis
contemporneos
espaoles...
quienes
no
lea. Ya iban
publicados varios
Episo
dios
Nacionales
cuando
ca
en
la
cuenta
de
que
deba
leerlos...
Y
los
pocos
meses
era
yo,
sin
ms
recomendacin
que
estas
lecturas, el
primer
admirador
de
aquel
ingenio tan
original, rico,
pru-
dente,
variado
y
robusto
que
prometa lo que
em-
pez
cumplir muy
pronto: una
restauracin
de
la
novela
popular,
levantada
pulso
por
un
hom-
bre solo.
novelista popular,
como
podra probarse, son
dos
espa-
oles
de
ahora
que han
entrado
ya en
el
turno
privile-
giado
de
la
lectura universal.
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
37/379
GALDS
31
Conoc
Galds
en
el
Ateneo,
en el Ateneo
nuestro,
el
antiguo,
el
bueno,
el
de
Moreno
Nieto
y
Revilla,
en el
saln de
retratos.
Vi
ante
m
un
hombre
alto,
moreno,
de fisonoma
nada
vulgar.
Si
por
la
tranquilidad,
cabal
y
seria
honradez
que
expresa
su
fisonoma
poco
dibujada
puede
creerse
que se
tiene
enfrente
un
benemrito
comandan-
te
de
la
Guardia
civil,
con
su
bigote
ordenancista,
en
los
ojos
y
en la
frente
se
lee
algo que
no
suele
distinguir
la
mayor
parte de los
individuos
de
las
armas
generales ni de
las
especiales.
La
frente
de
Galds
habla
de
genio
y
de
pasiones, por lo
menos
imaginadas,
tal
vez contenidas;
los ojos,
algo
plegados
los
prpados, son
penetrantes
y
tie-
nen una
singular
expresin
de
ternura
apasionada
y
reposada
que
se
mezcla
con un
acento
de
mali-
cia. ..la
cual,
mirando
mejor, se ve
que es
inocente,
malicia
de
artista.
No viste mal...
ni bien.
Viste
como
deben
hacerlo
todas las
personas formales;
para
ocultar
el
desnudo,
que
ya no
es
arte
de
la
poca.
No
habla
mucho,
y
se
ve
luego
que
prefie-
re
oir,
pero
guiando su
modo, por
preguntas,
la
conversacin.
No
es
un
sabio,
pero
s
un
curioso
de
toda clase
de conocimientos,
capaz
de
penetrar
en
lo
ms
hondo
de
muchos
de
ellos, si
le
importa
y
se
lo
pro-
pone.
Se
conoce
que
una
de
las
disciplinas
que
me-
nos le agradan
este literato...
es
la retrica. Es
todo
lo
contrario
de esos
hombres
de
letras que
en su
vida
han
hablado
en
sus
papeles
ms
que de
l)apel
impreso
manuscrito;
es
de los artistas
que
no
aman
el material
por el
material.
Si
hubiera
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
38/379
32
LEOPOLDO
ALAS
(cLARn)
modo
de
ser
novelista por
seas, lo sera. Aunque
en
sus
obras
abundan
los
prrafos
numerosos,
pin-
torescos, llenos
de colores,
no
hay
aqu
ms que
una
vlvula para otras tantas ideas
imgenes,
no
el
prurito
del perodo
sonoro
y
rotundo, ni menos
el
afn
pictrico-literario
de
hacer de
las nueve
diez partes
de
la
oracin
una paleta de colores.
Cuando
Galds
escribe
mejor
es
cuando
no
piensa
siquiera en
que
est
escribiendo,
y
cuando
tampo-
co el lector se fija en
aquel
intermediario indispen-
sable
entre
la
idea del
autor
y
el propio pensa-
miento.
Y
Galds
escribe
casi siempre as,
y
se
puede decir que
escribe... como
viste,
sin
asomos
de
pretensiones,
y
porque no hay
ms remedio
que
escribir
para
explicarse.
Su
conversacin
no
tira
ser
chispeante,
pero
pocas
veces
deja de in-
sinuar,
si se
trata
de
asuntos
de importancia,
algo
que,
si
de
pronto no
brilla ni
impresiona
mucho,
se
va
haciendo
camino
en nuestro
espritu
y
se
hace
recordar
mucho tiempo
despus.
Lo
de latet
an-
gis
in
lierba
se
puede
decir
del
ingenio
de
Gal-
ds.
Nadie
como
l
para
engaar
los tontos que
no ven
el
talento
sino
cuando
viste
uniforme,
cuando ensea
bordaduras
y
cimeras
que
hieren
los
sentidos.
Lo
mismo que
con
l
sucede
con
sus
libros,
cuya
profundidad
no
quieren
no
pueden
conocer
muchos,
porque
el
autor
no
se
lo
anuncia
con
tecnicismos
de
esttica
de
sociologa
de
cualquier
otra
cosa de ctedra,
ni
tampoco
con
amaneramientos filosficos
sentimentales,
de-
clamatorios
populacheros.
Si hubiramos
de
juzgarle
por
comparaciones.
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
39/379
GALDS
33
creo
que
se
podra
recordar, como el ms
semejan-
te
al
de
sus
obras,
el
espritu
que
predomina
en
los
artistas ingleses
de la novela,
y
aun
en
general se
podra aadir que Galds
tiende
ser
como varios
personajes de
sus
ltimas novelas:
un
espaol
la
inglesa.
Sus
viajes
ms
frecuentes
al
extranjero
van
parar
Londres,
y
sus
lecturas
favoritas
son
ahora
las
novelas
inglesas...
y
los
libros
de
ciencia
positiva,
de
aplicacin inmediata.
Y ya
que
llego
estas
materias,
y
llego con
prisa
porque
el
espa-
cio se acaba,
extender
una especie
de
padrn es-
piritual
de
don
Benito,
guindome
por
las
seas
de
lo
que yo he
observado,
y
prescindiendo
de
amplificaciones
que
seran
convenientes,
pero
que
ya
no
caben
en
los
estrechos
lmites
de este
fo-
lleto
(1).
(i) Si
tuviera
espacio
recordara la ciencia
de
Ma-
drid
que
posee
Galds,
y
el
placer que
causa recorrer
con
l
los
barrios
bajos,
escudriando
curiosidades
y
evocando
escenas
histricas
en
el
lugar
de
la
escena.
El Curioso Parlante
quera
como
hijo de
sus
ms
caras aficiones
al
autor de
los
Episodios,
y
admiraba
que sin haberlos
vivido conociese tan
bien aquellos
tiempos
que Mesonero
Romanos
consagraba un
cul-
to.
Yo
he
visto un regalo
de
Mesonero Galds...
era
un
pedazo
de
pan
del
ao
del
hambre.
Otro
punto
digno de
tocarse: Galds en sus relaciones
con los de-
ms
literatos.
No trata
muchos con intimidad,
pero
admira
algunos
muy de veras: por ejemplo,
Valera,
cuya Pepita
Jimnez
tiene
por un
dechado de
estilo.
No le
gustan
los
poetas,
no
ser
muy buenos.
Se mue-
re
de
risa
con los
versos
de
los poetastros
acadmicos.
Clarn.
Tomo
I
3
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
40/379
34
LEOPOLDO alas' (cLARn)
Galds
es hombre
religioso;
en momentos
de ex-
pansin
le
he
visto
animarse
con
una
especie
de
uncin
recndita
y
pudorosa,
de esas
que
no pue-
den
comprender
ni
apreciar los
que por
oficio,
y
hasta
con
pinges
sueldos, tienen
la
obligacin
de
aparecer
piadosos
todas
horas
y
en
todas
partes.
De
este principalsimo aspecto de
su
alma
nos ha-
blan,
por
modo
artstico,
varios
personajes
y
esce-
nas
de
sus
novelas, por
ejemplo,
y
sobre
todo,
cier-
tos misticismos
muy bien sentidos
y
expresados
de
La
batalla
de
los
Arapiles,
y
singularmente
aquel
Luis de Gonzaga
de La
familia
de Len
Rock,
cuando prximo la
muerte, desde
su
iardn
con-
templa el cielo estrellado,
detrs del
cual
est
el
Dios
de su
fe
de santo. Pero Galds, fiel
su
esp-
ritu ingls, hasta
para
la religin prefiere
el
lado
prctico
de
las cosas;
y
as, Doa
Perfecta
y
Glo-
ria
particularmente,
y
el
mismo
Len
jRoch,en
ge-
neral,
tratan
la
cuestin de
las
cuestiones,
la
religio-
sa,
como inters humano,
como
asunto
sociolgi-
co. Igual tendencia lleva
la
filosofa,
que
tam-
Es
de los que comprenden
la
sana
alegra de
leer
ve-
ces
entre
carcajadas sin
hil
ilustres disparates.
No
s
quin
le
ha
dado
un
tomo
de
versos
msticos de
Caete,
Cueto,
etc., capaces de
acabar con
una
religin posi-
tiva... De
lo
que
no cabe habUir,
ni
en
sumario,
es
de
lo
que es
y
significa
Galds
en
la novela
moderna
es-
paola; de esto no
se puede
tratar
en
cuatro
palabras.
Mi humilde opinin
sobre
el
caso
puede
verla
el
lector
desocupado en
mis
librejos Solos
de
Clarn,..^
Sermn
perdido,
Nueva
campaa
j
Mezclilla,
etc.,
etc.
-
7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
41/379
GALDS
35
bien,
es
claro,
anda
cada
paso
por sus
novelas,
con
los
disfraces
de
la
poesa,
indispensables
para
que
se
pueda
transigir
con
ella
en el
arte.
La
filo-
sofa
de
Galds
no es
positivista,
pero
si positiva,
en el
sentido
de referirse
sus elementos
ticos,
polticos
y
fsicos
principalmente.
La
especulacin
por la
especulacin,
el
ensueo
potico
filosfico
no
son
de
su
gusto;
la
ciencia
la
quiere
Galds
para
algo prctico;
el inters
de
la filosofa
est
en
su
aplicacin la
conducta
de
los
hombres...
Y
el
amor?
El
nico
Dios pagano que
queda
y
que
tanto
tie-
ne que
ver,
bien sentido, con
filosofas
y
aspira-
ciones
religiosas,
el
amor, qu
es
de
l
en
este
novelista?
Pues slo
puedo decir que
yo
no
s
si
en
la
vida
tuvo
novia
mi
ilustre
amigo,
que
me
ha
contado muchas
cosas...
de
otros,
pero jams
sus
primeros
amores,
ni los dems
de
la serie, si
la
hubo.
Y
en
este
terreno
las
conjeturas
pecaran
contra
la
prudencia.
Sin
embargo,
dii
que
si
pu-
diera
ser
ley psicolgica del artista
que
la
larga
su
fantasa fuera
reproducir
los
sueos
de
sus
preferencias,
la
mujer
que
ms
le
gusta
Galds,
acaso
la que
vive
en su
recuerdo,
y
no
s si en
algo ms que
el
recuerdo,
es la que se
parece
Mara Egipciaca
por
la
hermosura del
rostro,
pero
ms
Camila
y
Fortunata
por
el
espritu;
mujer
muy
espaola, de
rompe
y
rasga
hasta
cierto
pun-
to,
honrada por temperamento, suelta
de
modales,
sin
que
lleguen
libres, la
mujer
ms lejana
de lo
que
llaman
el
cant
en
Inglaterra;
porque Galds,
mi juicio, ira
la Gran Bretaa por
costumbres,
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7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I
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LEOPOLDO
ALAS
(cLARn)
poltica
y
hombres...
pero
nopor
mujeres. Siguien-
do
el
orden
de lo
que
llaman
en la
escuela los
fines
racionales,
viene despus
del amor
(con que
la
escuela
no
cuenta)
el arte... Qu
opina
y
siente
Galds del
arte? Pues
opina
que
se
les
debe
dejar
los
artistas.
Sentencia
profundsima
que
explica
latamente
y
con
garbo
Menndez
y
Pelayo
al
po-
ner,
en
su
Historia
de
las ideas
estticas
en
Es-
paa,
como chupa
de dmine
al jesuta Jugmann.
Pero
Galds
no
admite de
buen
grado
los
crticos
en
el
santuario,
y
en
esto hace
mal,
pues
deben
entrar
en
l
tambin
los que
adems
de
crticos
sean
artistas,
como,
verbigracia,
el
citado
Menn-
dez y
Pelayo.
A
la
msica
ha
sido,
y
creo
que
es
todava,
muy
aficionado
nuestro autor;
cuando
era
estudiante,
y
tal
vez algn
tiempo
despus,
era.
plinto
fijo,
como l
dice,
en
el Real,
probable-
mente
en el
Paraso,
del cual conservan
recuerdos
sus
obras,
singularmente Miai, un
apodo
creado
en
aquellas
altas
y
filarmnicas regiones.
En
La
Desheredada
hay
todo un himno de
grandiosa
y
vehemente
poesa una
de
las
obras
maestras
de
la
msica
clsica,
y,
por
ltimo,
el
obispo
Lan-
tigua
de
Gloria es
el smbolo
de los
aficionados
de
corazn
y
sin
odo,
de
la
divina
Euterpe:
el
panfilo
de la
msica,
porque
la
adora
sea
como
sea;
manera
de
entenderla que
tiene su
filosofa;
y
que
tal
vez
se
da
la
mano
con
el
wagnerismo de
los
ltimos
wagneristas
los
que dicen
que
Wag-
ner
no lo era. Respecto de
la
pintura,
baste decir
que Galds
dibuja
ms que
medianamente,
que l
.
mismo
ha
ilustrado
algunos
de sus
Episodios
Na-
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GALDS
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Clnales,
y
que
hace
aos, all en Santander,
por
el
verano,
tom
en
serio
el
hacer
acuarelas
con
todas
las
reglas
y
todos
los
chismes
del
arte.
De
la
escultura,
que es el arte
que Cnovas del
Castillo
encuentra
ms
distinguido,
no
s lo
que
piensa
Galds.
Supongo
que
pensar
que
no
tene-
mos escultores
} que
por
eso
le
gusta
Cnovas.
Llegamos,
mucho
me
equivoco,
al
fin
econmi-
co,
y
aqu slo
hay
que
decir
que
Galds
es e
los
pocos
espaoles que pueden
vivir
con
relativa hol
gura de lo
que.
escriben,
entendiendo
por
escribir
el
hacerlo
como
Dios manda
y
en puro
arte
de las
letras.
Sus
libros,
sobre
todo la edicin ilustrada'
de
los
Episodios,
le
han
dado
pretexto para
viajar
por
toda
Espaa,
creo
que
sin
excepcin
de
una
-provincia.
Galds prefiere
Santander
para el
ve-
rano,
Zaragoza para
los
das
heroicos
y
Sevilla
para siempre
y
para soar
con
ella...
y
San
Se-
bastin para maltratarlo,
como
buen
santanderino
de verano.
Del
fin
poltico
no hay que
hablar;
j'a
he
dicho
que
es
Galds
diputado por Puerto
Rico,
y
sigue
la
poltica
liberal monrquica. Opina que
esto
es unaperdicin,
como
opinamos
todos,
des-
de el prncipe
capitn general altivo
hasta
el
que
pesca
en ruin barca,
sea
un
cacique de cam-
panario;
pero
aade Galds que desde que ve
la
poltica
espaola
de
cerca
se
ha
convencido de
que, si
esta
tnanif
estacin
de
la
actividad
anda
mal
y
tiene
grandes vicios,
no est
peor
que
otras
muchas
vianif
estaciones.
Y tambin
en esto acier-
ta.
Y ahora
llegamos
al
fin...
es decir,
al
fin
de
este folleto,
porque
dejo en el tintero
muchas
co-
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LEOPOLDO ALAS (CLARn)
sas
que
dira
tener
ms
espacio
disponible.
Si
algn
da
logro
reunir
ms
datos,
dir
lo
que
me
falta.
Y perdone
Galds
por esta vez,
Puede
ser
que
al
verse
tan
maltratado,
mejor, tratado
tan
mal, parodiando
al otro,
se diga:
Dichosos los
pueblos
y
los
Commeleranes
que
no
tienen
his-
toria