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RONALD ZÜRCHER EN PORTADA Y EDITOR INVITADO MOTORES ENTREVISTA BIOGRAFÍA ÉXITO JOVEN ESPECIAL Autos 2014 probados por Milo Valverde Adrián Saballos José Sancho Diego Rodríguez El arte de ser invencible

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0 RONALDZÜRCHER

EN PORTADA Y EDITOR INVITADO

MOTORES

ENTREVISTA

BIOGRAFÍA

ÉXITO JOVEN

ESPECIALAutos 2014 probados por Milo Valverde

Adrián Saballos

José Sancho

Diego Rodríguez

El arte de ser invencible

En la ruta de la arquitectura

ADRIáN S A B A L L O S

Entrevista

Por María Virginia Portillo Decán. | Fotografías de Kurt Aumair.

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Adrián Saballos piensa en la arquitectura desde que era pequeño.En esa etapa, empezó a absorber los detalles de los espacios. Años después, en Costa Rica, decidió convertir esas observaciones en una profesión y echar raíces.

Conforma hoy un hogar con su esposa María Vilma y sus tres hijos. Ellos comparten su aprecio por el diseño y su necesidad de dejar plasmadas gráficamente sus ideas en dibujos que se distribuyen por toda la casa.

En su oficina, se hace evidente su pasión por establecer relaciones con personas de distintas culturas y su capacidad de adaptación a los diversos entornos que enfrenta.

¿En qué lugar pasó sus primeros años de vida?Nací en Managua, Nicaragua. A la semana de nacido, me llevaron a Corn Island, una isla en el atlántico de ese país. Mis primeros amigos eran de diferentes etnias y esto me marcó mucho porque, hasta la fecha, disfruto tener contacto con diferentes culturas.

Posteriormente, debido a que mi papá trabajaba con una multinacional, viví diez años en Guatemala y luego en Costa Rica, a donde llegué cuando tenía quince años. A mi padre lo trasladaron de país una vez más, pero yo ya tenía dos años en la carrera y decidí quedarme.

¿Qué recuerdos atesora más de sus primeros años de vida? ¿Qué lo marcó para siempre?Sin duda alguna, me quedó el amor por el mar. Me encanta el mar; soy una persona de agua. La naturaleza es algo que me apasiona por el medio en el que me moví esos primeros años. Corn Island era una isla bastante aislada en ese tiempo, al punto de que la carne de res entraba por avión. Cuando había mal tiempo, mi madre decía, a manera de chiste: “¡qué tirada! Nos toca volver a comer langosta”.

¿Cómo marcaron su vida sus padres?Mi padre falleció en 1997. De él, aprendí los valores y el sentimiento de responsabilidad en cuanto a lo que uno hace. Esa misma forma en la que vivíamos, viajando tanto, me enseñó la facilidad de poder adaptarme y mantener a la familia unida, sin importar dónde estuviéramos.

Mi madre es ama de casa y aprendí acerca de su dedicación total a la familia. Aunque el rol de la mujer en el hogar ha cambiado mucho, le admiro esa vocación a la casa.

Cuéntenos acerca de sus hermanos.Somos cuatro hermanos hombres y yo soy el

mayor. Al menor le llevo dieciocho años; entonces, es prácticamente un hijo con el que mantengo algo del papel de padre, porque mi padre falleció cuando él era muy pequeño. Tenemos una relación muy buena y nos hablamos constantemente.

¿Fue en su adolescencia cuando se inclinó por estudiar arquitectura?Me definí mucho por la arquitectura desde niño; desde entonces, analizaba los espacios. Tengo recuerdos de la casa de mis abuelos paternos en la isla, una casa muy linda, de madera y estilo victoriano. Desde pequeño, me llama

mucho la atención el tipo de construcción de las islas.

Cuando viví en Guatemala, me impactó Antigua, sus monasterios y conventos; algunos de ellos, en ruinas. En Nicaragua, recuerdo que visitamos la casa de unos amigos de mis padres que tenía forma circular. En ese entonces, tendría cinco o seis años y retengo perfectamente cómo era, pues ¡jamás había visto una así!

En la escuela, me llamaban constantemente la atención, porque estaba dibujando: esbozaba la clase o lo que estaba viendo por la ventana. Eso me trajo problemas más de una vez porque era muy gráfico para representar ideas.

Adrián Saballos nos abre las puertas de su oficina y su casa;

todas, unidas por los hilos comunes de la arquitectura, el diseño y el aprecio por otras

culturas. Una niñez dividida en varios países, la persistencia por seguir sus estudios universitarios y trabajar a la vez y una vida familiar plena son las bases sobre las que construye su

futuro.

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Entrevista

BREVEEn

Una pasión“El mar. Me encanta… Soy una persona de agua”.

Piezas de diseño que atesora“Un televisor Zenith de los años sesenta que todavía funciona. Una cámara Polaroid”.

En familia“Adoro los paseos de fin de semana, ver películas en casa y viajar al extranjero una vez al año”.

María Vilma“Madre y esposa excepcional. Es una gran esposa y una gran mujer”.

Ronald Zürcher“Siento por él una gran admiración profesional y personal; pero, sobre todo, aprecio nuestra amistad”.

¿Tuvo alguna etapa de rebeldía?Considero que mis rebeldías eran de otra índole. En la universidad, traté siempre de trabajar y estudiar. Me cautivó mucho “la calle”. Por tanto, tardé un poco más de tiempo sacando la carrera, pues me gustaba tomarme periodos largos para aprender acerca del proceso constructivo.

Una vez les dije a mis padres que me iba a tomar ocho meses para trabajar en una construcción en Limón. Posiblemente, creyeron que no iba a retomar los estudios; sin embargo, siempre volvía. Estaba seguro de lo que quería lograr.

Después, ellos se fueron del país y me quedé solo; eso sí, conté siempre con su apoyo. En esos años hice amistades que, más que eso, me adoptaron. Ellos llenaban la ausencia de mi familia. Todavía los visito y los aprecio muchísimo.

Ahora su familia es diferente. Su esposa, sus hijos… A mi esposa la conocí por este papel de padre que tenía con mi hermano menor. Un día mi mamá me llamó para decirme que estaba atrasada y no podría recoger las calificaciones de mi hermano. Me pidió el favor de ir por ellas. Me fui a regañadientes, llegué al aula y me senté en el último pupitre… En ese momento, entró la teacher. Mi actual esposa era la profesora de primaria de mi hermano. Sin embargo, no fue sino hasta unos años después que la relación inició.

Tengo la bendición de convivir con una gran esposa. Sin duda, tengo a mi lado a una gran mujer. Ella ha realizado un trabajo excepcional a la hora de llenar mis ausencias en casa y de la forma que consideramos correcta. Se lo agradezco mucho porque el trabajo duro es de ella, no mío.

Mi hija mayor Sofía tiene doce años; hace poco, fuimos a tomarnos un café y tuve la sorpresa de que ella me diera por primera vez un consejo. Tiene muy desarrollada la vena artística y es muy perceptiva.

ARCHIVOpersonalAdrián SaballosNació el 28 de abril de 1971 en Managua, Nicaragua.Arquitecto. Socio y vicepresidente de Zürcher Arquitectos.Casado con María Vilma desde hace 13 años.Tres hijos: Sofía de 12 años, Gabriel de 8 años y Lucía de 4 años.Pasatiempos: Kayak de mar y coleccionar antigüedades.

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Tengo la bendición de tener una gran esposa y una gran mujer a mi lado, que ha hecho un trabajo excepcional a la hora de llenar mis ausencias en casa y de la forma que consideramos correcta. Se lo

agradezco mucho porque el trabajo duro es de ella, no mío.

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Entrevista

Gabriel tiene ocho años, es un excelente niño y es fanático del futbol —como buen tico—. Yo no soy de fútbol, pero por él he tenido que aprender y meterme en el tema. Está pulseando que me compre unos tacos para jugar.

Lucía va para cuatro años y tiene una independencia terrible. Me pone “patas arriba” porque es muy chispa.

¿Qué disfruta con ellos? Tratamos de salir de San José los fines de semana para ir coleccionando experiencias e imágenes de estos pequeños viajes.

Nos encanta ver películas; entonces, los metíamos a las salas de cine con meses de edad. La tarde de palomitas en la cama de los papás es también una de las favoritas.

Hace algunos años mi esposa y yo nos propusimos que haríamos un viaje anual a un destino con mucha riqueza cultural para nuestros hijos. Es muy gratificante enseñarles lugares con museos, exposiciones de arte o parques. Así hemos visitado Chicago y Nueva York, y tenemos pendiente Suramérica.

¿Qué del arquitecto pueden presenciar en casa?Me gusta sentarme con mis hijos a dibujar. Tenemos libros de dibujo en varios lugares de la casa y siempre hay pilots disponibles. Desde chiquitos les ha gustado ese link con mi carrera. También les he transmitido

el gusto por las cosas bien diseñadas. La casa es una colección de elementos que nos llaman la atención por su diseño. Les hemos inculcado esa pasión.

De su trabajo, ¿cambiaría algo?Con el tiempo uno aprende que hay aspectos negociables entre trabajo y familia; al mismo tiempo, hay oportunidades irremplazables. En general, no tengo nada que cambiar, pues respondo según venga la demanda. El trabajo es siempre una bendición y hay que hacerle frente.

En su trabajo, conocieron varias facetas suyas. Después de tantos años, ¿qué permanece?Siempre sentí la empresa como mía, incluso antes de ser socio. También sentí siempre mucha afinidad con la forma de pensar de Ronald (Zürcher), tanto en la arquitectura como en el servicio al cliente. Cuando me hice socio, en el 2004, sabía que me estaba asociando con alguien a quien no solamente admiro, sino que es también mi amigo.

Justo después de mi incorporación como socio, vino el cáncer que se le detectó a Ronald. Fue una prueba de fuego, muy intensa, para la oficina y para mí. No estando él quedo yo a cargo de una de las oficinas más grandes de la región, con más de 120 empleados. Sin embargo, tuve siempre la tranquilidad de que todo iba a salir bien.

Cuando me hice socio, en el 2004, sabía que me estaba asociando con alguien a quien no solo admiro sino que es mi amigo.

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