biografía francisco de asis

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Autor: Fr. Tomás Gálvez 1 VIDA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS 1182 – 1226 Nacimiento (enero-febrero 1182) Francisco nació en Asís, ciudad umbría del centro de Italia, en ausencia del padre, Pedro de Bernardone, rico importador de tejidos franceses de calidad, que luego vendía en los mercados de la región. Su madre, madonna Pica, lo bautizó con el nombre de Juan, pero su padre, al volver, empezó a llamarlo "Francesco" (francés). El mismo día de su nacimiento un peregrino llamó a la puerta de su casa y recibió de Pica una generosa limosna. Entonces él, agradecido, bendijo al pequeño, anunciando que sería uno de los hombres más buenos del mundo. Educación y carácter (1196-1198) El niño recibió de su madre una buena educación. Fue a la escuela de su parroquia, San Jorge, y a los 14 años empezó a trabajar en la tienda del padre, demostrando ser un hábil comerciante. El estudio grafológico de su escritura nos revela a un hombre con alma de artista, creativo, voluntarioso, altruista al máximo y con tendencia a imponerse sobre los demás. Los biógrafos lo describen como un joven alegre y expansivo por naturaleza, con talla de líder entre los amigos. Tenía buenos sentimientos y, más que generoso, era derrochador, y muy vanidoso. Le gustaban las canciones de moda y vestir a la última. Él mismo se diseñaba la ropa. La madre, recordando tal vez las palabras del peregrino, salía al paso de los comentarios de las vecinas diciendo: "algún día lo veréis hijo de Dios". Un hombre muy simple de Asís, que al parecer presenció también la escena del peregrino-, a veces extendía la capa a su paso, anunciándole gloria y proezas. Prisión y enfermedad de un joven soñador (1198-1204) Asís, perteneciente desde hacía siglos al ducado longobardo de Espoleto, en 1198 pasó a depender del papa Inocencio III, ocasión que los asisanos aprovecharon para proclamar un régimen autónomo, el Comune o Comunidad, destruyendo la fortaleza de la Roca, símbolo del poder imperial, y las casas-torres de los señores feudales, y reconstruyendo de prisa las murallas de la ciudad. Los nobles que no aceptaron el nuevo régimen tuvieron que emigrar a la cercana Perusa, secular enemiga de Asís. Entre ellos iba la familia de Clara de Favarone, que tenía apenas 8 años, mientras Francisco, con 19, se alistaba en el ejército asisano para defender los límites entre ambas ciudades. En noviembre de 1201 el ejército asisano fue derrotado en Ponte San Giovanni, junto a Collestrada, y Francisco permaneció un año prisionero en Perusa, antes de que un acuerdo de paz le permitiera regresar a su casa. Mas no por eso se desanimaba. A los compañeros de prisión, que le reprochaban su incurable optimismo, les replicaba: "Algún día me veréis honrados por el mundo entero". Al volver de Perusa cayó gravemente enfermo. Cuando pudo levantarse y dar los primeros pasos con ayuda de un bastón, se asomó con ansia a contemplar la inmensa llanura asisana, pero notó con asombro que las cosas ya no eran como antes. Estaba madurando.

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Biografía de San Francisco de Asis

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  • Autor: Fr. Toms Glvez

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    VIDA DE SAN FRANCISCO DE ASS 1182 1226

    Nacimiento (enero-febrero 1182)

    Francisco naci en Ass, ciudad umbra del centro de Italia, en ausencia del padre, Pedro de Bernardone, rico importador de tejidos franceses de calidad, que luego venda en los mercados de la regin. Su madre, madonna Pica, lo bautiz con el nombre de Juan, pero su padre, al volver, empez a llamarlo "Francesco" (francs). El mismo da de su nacimiento un peregrino llam a la puerta de su casa y recibi de Pica una generosa limosna. Entonces l, agradecido, bendijo al pequeo, anunciando que sera uno de los hombres ms buenos del mundo.

    Educacin y carcter (1196-1198)

    El nio recibi de su madre una buena educacin. Fue a la escuela de su parroquia, San Jorge, y a los 14 aos empez a trabajar en la tienda del padre, demostrando ser un hbil comerciante. El estudio grafolgico de su escritura nos revela a un hombre con alma de artista, creativo, voluntarioso, altruista al mximo y con tendencia a imponerse sobre los dems. Los bigrafos lo describen como un joven alegre y expansivo por naturaleza, con talla de lder entre los amigos. Tena buenos sentimientos y, ms que generoso, era derrochador, y muy vanidoso. Le gustaban las canciones de moda y vestir a la ltima. l mismo se diseaba la ropa. La madre, recordando tal vez las palabras del peregrino, sala al paso de los comentarios de las vecinas diciendo: "algn da lo veris hijo de Dios". Un hombre muy simple de Ass, que al parecer presenci tambin la escena del peregrino-, a veces extenda la capa a su paso, anuncindole gloria y proezas.

    Prisin y enfermedad de un joven soador (1198-1204)

    Ass, perteneciente desde haca siglos al ducado longobardo de Espoleto, en 1198 pas a depender del papa Inocencio III, ocasin que los asisanos aprovecharon para proclamar un rgimen autnomo, el Comune o Comunidad, destruyendo la fortaleza de la Roca, smbolo del poder imperial, y las casas-torres de los seores feudales, y reconstruyendo de prisa las murallas de la ciudad.

    Los nobles que no aceptaron el nuevo rgimen tuvieron que emigrar a la cercana Perusa, secular enemiga de Ass. Entre ellos iba la familia de Clara de Favarone, que tena apenas 8 aos, mientras Francisco, con 19, se alistaba en el ejrcito asisano para defender los lmites entre ambas ciudades. En noviembre de 1201 el ejrcito asisano fue derrotado en Ponte San Giovanni, junto a Collestrada, y Francisco permaneci un ao prisionero en Perusa, antes de que un acuerdo de paz le permitiera regresar a su casa. Mas no por eso se desanimaba. A los compaeros de prisin, que le reprochaban su incurable optimismo, les replicaba: "Algn da me veris honrados por el mundo entero".

    Al volver de Perusa cay gravemente enfermo. Cuando pudo levantarse y dar los primeros pasos con ayuda de un bastn, se asom con ansia a contemplar la inmensa llanura asisana, pero not con asombro que las cosas ya no eran como antes. Estaba madurando.

  • Autor: Fr. Toms Glvez

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    El sueo de las armas y la voz de Espoleto (verano, 1205)

    El 15 de junio mora en Salerno el conde Juan de Brienne, luchando por los intereses del Papa y del pequeo emperador Federico II, que su padre Enrique VI haba encomendado al pontfice antes de morir. Su lugar fue ocupado por el conde de Lecce Gentil de la Paleara, que combata en Puglia. ste busc enseguida refuerzos en el valle de Espoleto, y un noble de Ass quiso responder con un pequeo contingente, al que Francisco quera agregarse. Convencido de que llegara a ser un gran prncipe, estaba dispuesto a todo.

    Una noche so con un palacio lleno de riquezas, armas y trofeos de guerra y una bella esposa. Una voz le deca que todo sera suyo y de su ejrcito, si luchaba bajo el estandarte de la cruz. Tomndolo como un presagio, contrat un escudero y se encamin hacia la Puglia, mas, al llegar a Espoleto, la voz le sali al paso de nuevo: "A dnde vas, Francisco?", le deca; y l, comprendiendo por fin quin era el que le hablaba, respondi: Seor, qu quieres que haga?". La respuesta fue: "Vuelve a Ass, porque el sueo tienes que interpretarlo de otro modo. Yo te dir lo que tienes que hacer".

    Una dulzura interior (verano-otoo, 1205)

    Francisco ya no era el mismo. Segua haciendo vida normal, pero algo lo atraa interiormente. Un da sus amigos lo nombraron, "jefe de cuadrilla". Segn costumbre deba pagarles un banquete. Lo nombraban a l casi siempre, porque saban que no reparaba en gastos. Pero esa noche, cuando, comidos y bebidos, recorran cantando las calles y plazas de la ciudad, algo lo dej absorto y clavado en el sitio. Los compaeros. se asustaron al verlo tan inmvil. Cuando volvi en s, alguno dijo, bromeando: "En qu pensabas Francisco? En casarte?"; a lo que l replic, con tono misterioso: "S, con la mujer ms hermosa que os podis imaginar". Arrebatos de este tipo se le repetirn en ms ocasiones.

    Inters por los pobres (verano-otoo, 1205)

    Francisco, siempre generoso con los pobres, ahora lo era mucho ms. Un da despidi de la tienda a un mendigo con malos modos, pero enseguida se dijo: "Si te hubiese pedido algo en nombre de un gran seor se lo habras dado. Cunto ms deberas darle, si te lo pidi en el nombre del Seor de seores!" Y se comprometi a no negar nunca ms una limosna a quien se la pidiera por el amor de Dios. Si no llevaba dinero, les daba el cinto, la gorra o la camisa. En casa, a la hora de comer, cortaba ms pan del necesario, con la esperanza de que algn pobre llamara a la puerta para darle un trozo. La madre lo observaba y meditaba en silencio ese cambio tan repentino, sabiendo que antes slo viva pendiente de que los amigos vinieran a buscarlo, para irse con ellos. Y no eran slo los pobres, tambin le atraa la pobreza. En cierta ocasin peregrin a Roma y, despus de echar una generosa limosna en el cepillo del altar de San Pedro, cambi sus ropas por las de un pordiosero y se puso pedir en francs -que no lo dominaba bien- tal vez para pasar inadvertido.

    Busca lugares solitarios para orar (verano-otoo, 1205)

    En sus ratos libres se retiraba a orar en lugares solitarios. A veces iba a una cueva o "cripta" que, segn la tradicin, estaba en las inmediaciones de la iglesia de Santa Mara la Mayor o del Obispado, no lejos de su casa. Al amigo que lo acompaaba le explicaba, con mucho misterio, que haba descubierto un tesoro, en alusin, sin duda, al

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    tesoro escondido del reino por el cual, segn la parbola de Jess, un rico comerciante es capaz de venderlo todo. All, en lo secreto, oraba con ansia, pidiendo al Seor le revelase su voluntad, pero tambin tuvo que hacer frente a sus propios miedos, ya que tema que por ese camino podra terminar igual que una pobre paisana suya, horriblemente deforme. Sera lo peor que podra ocurrirle a un joven como l, sensible, delicado, cuidadoso de su imagen y amante de todo lo bello.

    Encuentro con el leproso (otoo, 1205)

    Lo que ms le repugnaba a Francisco era ver leprosos. No los soportaba ni de lejos; pero un da le revel el Seor que, si quera conocer su voluntad, tena que cambiar, hasta el punto que lo amargo se le volviera dulce y lo dulce amargo. Al da siguiente se le cruz un leproso en el camino, y quiso hacer la prueba: baj del caballo, le bes la mano y le dio una limosna. Tuvo que hacer un terrible esfuerzo, mas luego experiment tal dulzura, que desde entonces empez a frecuentar la leprosera, para dar limosna a los enfermos y curar sus llagas purulentas.

    San Damin: "Repara mi Iglesia" (noviembre-diciembre, 1205)

    Un da sali a dar un paseo y entr a rezar en la vieja iglesia de San Damin, fuera de Ass. Y, mientras rezaba delante del Crucifijo puesto sobre el altar, tuvo una visin de Cristo crucificado que le traspas el corazn, hasta el punto de que ya no poda traer a la memoria la pasin del Seor sin que se le saltaran las lgrimas. Y sinti que el Seor le deca: "Francisco, repara mi iglesia; no ves que se hunde?".

    El Seor se refera a la Iglesia de los creyentes, amenazada, como siempre, por mil peligros, mas l entendi que se refera a San Damin y, como era rico, pens que era cuestin de dinero. Se fue a la tienda de su padre, carg el caballo con las mejores telas y se fue a venderlas al mercado de Folio. Al regreso entreg el dinero a messer Pedro, el cura de San Damin, ms ste no quiso aceptar, temiendo que fuese una burla, y por miedo a sus padres. Entonces Francisco decidi quedarse all, y reparar l personalmente la iglesia y ayudar a los pobres, segn sus planes.

    Renuncia a todos sus bienes (invierno, 1205-1206)

    La brusca reaccin de Pietro Bernardoni al saber lo ocurrido oblig al hijo a permanecer escondido ms de un mes en un stano, atendido en secreto por alguien de su casa. All lloraba y rezaba, pidiendo al Seor verse libre de las iras del padre; hasta que, un da, experiment tal dulzura, que no dud en salir a la luz y exponerse a las burlas de sus paisanos, que lo tomaban por loco, y a la violenta furia del padre, que lo encerr sin contemplaciones en un cuarto oscuro de su casa. Pero la madre, viendo que nada poda hacer entrar en razn a Francisco, aprovech una de las ausencias del marido para dejarlo libre. Cuando el padre regres, viendo que no slo se mantena en su propsito, sino que adems le haca frente, lo denunci a los cnsules de la ciudad, con intencin de desheredarlo y desterrarlo; mas Francisco se neg a comparecer, alegando su propsito de consagrarse al Seor. Entonces Pedro Bernardoni traslad la denuncia al obispo y ste cit a ambos a juicio y logr convencer al hijo para que devolviera el dinero, animndolo a comportarse como un hombre y a confiar en el Seor, que ya le dara los medios para reparar la iglesia. Dicho y hecho: Francisco entr en la antecmara del obispo, se quit toda la ropa, la dobl cuidadosamente y puso encima el dinero; luego sali fuera y, ante el asombro de todos, devolvi todo a su padre, diciendo: "Ya no dir ms padre mo Pedro de Bernardone, sino, solamente, Padre nuestro que ests en los cielos".

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    El obispo, que lo haba cubierto inmediatamente con su capa, pues era pleno invierno, trataba de descifrar el significado de todo aquello, que no era sino la consagracin improvisada y atpica de un penitente. Poco despus le dejaron la tnica corta del hortelano del obispado, y as, desnudo, como explica San Buenaventura, se dispuso a seguir a Cristo pobre y desnudo, en una nueva vida radicalmente distinta a la anterior. El padre se march furioso a su casa, dejando al hijo sin nada y a los testigos de la escena indignados y llorando de compasin. No se sabe cuando muri, pero es seguro que fue antes de mayo de 1215, fecha en que al hermano de Francisco, en un acto notarial, lo llaman ngel "de Pica", y no "de Pedro Bernardoni".

    En Gubbio y con los leprosos (invierno, 1206).

    Casi desnudo y tiritando de fro, despus de desprenderse de todos sus bienes Francisco tom el camino de Gubbio, buscando estar a solas con el Seor. En el camino lo apalearon unos bandidos, ante los cuales se present como "el heraldo del gran Rey". Las aguas en crecida del Chiascio lo obligaron a permanecer en un monasterio, probablemente Santa Mara de Valfabbrica, donde no fue muy bien tratado por los monjes. En cuanto pudo continu hasta Gubbio. All un comerciante de telas amigo suyo, Federico Spadalunga, le regal una tnica. Luego permaneci algn tiempo en un lazareto, no se sabe si en Gubbio o en Ass, sirviendo a los leprosos.

    Repara San Damin (1206-1208). Recordando el mandato del Seor, Francisco regres pronto a San Damin, para

    reparar la iglesia. El sacerdote, conociendo su delicada vida anterior, le preparaba bien de comer, ms l se dijo a s mismo que no era esa la vida de pobre que haba escogido, as que se propuso ir de casa en casa, escudilla en mano, a mendigar su comida. El primer da casi vomit, viendo aquellos comistrajos mezclados en el plato, pero de nuevo se hizo violencia, comi y le supo a gloria. Desde entonces pidi al sacerdote que no le preparase ms de comer. Tambin mendigaba piedras para la obra y aceite para la lmpara del crucifijo, a veces en francs y pasando mucha vergenza. Su padre, al verlo, lo maldeca, mas l encontr el antdoto en Alberto, un anciano pobre de Ass, que lo bendeca a cambio de la mitad de sus limosnas. Tambin el hermano se burlaba de l al verlo en oracin y tiritando de fro, mas Francisco no se echaba atrs por ello.

    "No llevis nada para el camino" (24 febrero 1208)

    Dos aos tard en reparar la iglesia con ayuda de algunos pobres, a quienes anunciaba que aquel lugar llegara a ser un da un monasterio de mujeres santas. Francisco vesta de ermitao, con tnica larga, sandalias, cinturn de cuero y bastn, usaba alforja y reciba dinero, hasta que un da, en misa, oy el evangelio de la misin de los apstoles (Mt 10), cuando Jess los enva de dos en dos a evangelizar, a curar leprosos y a echar demonios, sin nada por el camino. Al orlo, exclam diciendo: "Eso es lo que buscaba, y lo que quiero practicar con todo mi corazn", y se desnud de nuevo, abandonando el bastn, la alforja, el cinturn, las sandalias y el dinero, quedando slo con los calzones, una tnica con capucho grande cosido a la espalda, y una cuerda a la cintura. En adelante no quiso tener nada ms.

    Primeros compaeros (15-16 abril, 1208)

    A partir de entonces Francisco empez a saludar con la paz, segn el evangelio, y a invitar a todos a la conversin, bajo la mirada atenta de algunos jvenes que lo observaban con inters. Un da, Bernardo de Quintavalle, rico como l, lo invit a cenar y

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    a dormir en su casa y le manifest su deseo de seguirlo. Al da siguiente, muy temprano, fueron a buscar a Pedro Cattanei, cannigo de San Rufino, y se fueron con l a la iglesia de San Nicols, atendida por los cannigos. Acabada la misa, Francisco pidi a Pedro que les ayudara a encontrar en los Evangelios lo que tenan que hacer (los textos estaban en latn). Abrieron el evangeliario (que ahora se conserva en la Walters Art Gallery de Baltimore, USA) y dieron con estos pasajes: "Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrs un tesoro en el cielo" (Mt 19, 21), "no tomis nada para el camino" (Lc 9, 3) y "Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo, que cargue con su cruz y me siga" (Lc 9, 23), despus de lo cual exclam el santo: "hermanos, esta es nuestra regla y vida, y la de todos los que quieran unirse a nosotros. Id, pues, y cumplir lo que habis odo". Ambos vendieron cuanto tenan, segn sus posibilidades, y lo distribuyeron todo entre los hospitales, monasterios, leprosera y pobres de Ass, con ayuda de Francisco. Tanto desprendimiento dio qu pensar a otro cannigo, muy avaro, de nombre Silvestre, que acabar por unirse al grupo despus de la aprobacin de la Regla. Bernardo, Pedro y Francisco se instalaron desde el primer momento en un tugurio o choza abandonada en la llanura, junto a un riachuelo llamado Rivotorto.

    Con fray Gil, primera incursin apostlica (23 abril y ss., 1208)

    A los siete das, un joven de condicin humilde, despus de or misa en San Jorge (era la fiesta de este santo, se fue con ellos a Rivotorto, y Francisco lo recibi muy contento, invitndolo a alegrarse por haber sido "elegido por Dios como caballero y servidor suyo amado en la perfecta observancia del Evangelio". Pocos das despus, ambos se fueron de gira "apostlica" por la Marca de Ancona, dejando a todo el mundo perplejo por la manera extraa de vestir y de saludar y por su aspecto desaliado. Dos nios los tomaron por el "coco", unos campesinos los confundieron con hechiceros que embrujaban al ganado, las muchachas corran asustadas y la mayora los tomaba por locos, ms Francisco animaba a fray Gil, anuncindole que la orden llegara a ser como el pescador que saca la red llena de peces y selecciona a los ms grandes. En Gualdo Tadino fueron tan mal recibidos, que Francisco no dud en sacudirse el polvo de los pies, como dice el Evangelio.

    Pobres como Cristo y su Madre "pobrecilla" (mayo-junio, 1208)

    Ya e regreso en Ass se unieron al grupo otros tres: Sabatino, Juan de Capella y Morico "el Chico". Francisco los quera fundados en la pobreza, viviendo como pobres y peregrinos en este mundo; y en la humildad, sirviendo a todos, sobre todo a los marginados, los pobres y dbiles, los enfermos y leprosos y los mendigos. Al principio, l mismo peda limosna por todos, hasta que, viendo que era superior a sus fuerzas, les explic que no tenan que avergonzarse de mendigar, pues esa era la herencia legada por Cristo a cuantos quieren ser pobres como l y su madre "pobrecilla". Pero los parientes y paisanos casi no les daban nada, ya que les pareca una estupidez darlo todo para luego vivir a costa de otros. Al obispo Guido I tambin le pareca demasiado spera y rigurosa aquella forma de vida y el propsito de no tener nada en este mundo, pero Francisco replicaba que las propiedades hay que defenderlas con las armas, y de ah nacen disputas y pleitos. La realidad de algunos monasterios de la regin era , efectivamente, esa.

    Rezar Padrenuestros y adorar la cruz (mayo-junio, 1208).

    La oracin del grupo de Rivotorto era ms mental que oral, pues no tenan libros para el rezo del oficio. Francisco les propuso que rezaran tres Padrenuestros por cada

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    hora cannica y or misa cada maana, y los exhortaba a "leer" el libro de la cruz de Cristo, para lo cual plant una cruz de madera en medio del tugurio. Adems les ense a repetir siempre esta oracin, cada vez que encontrasen una: "Te adoramos, Seor Jesucristo, aqu y en todas tus iglesias que hay en el mundo entero, y te bendecimos, pues por tu santa cruz redimiste el mundo". Por ltimo, les enseaba a respetar a los sacerdotes y dems ministros catlicos, a quienes l mismo, segn su testamento, honraba como a sus seores, tratando de mirar en ellos no sus pecados, sino al Hijo de Dios.

    De dos en dos por el mundo (verano, 1208).

    Por este tiempo se agreg al grupo el octavo miembro, fray Felipe Longo de Andria (castillo cercano al lago Trasimeno). Francisco, mientras tanto, se dedicaba a llorar su vida pasada, hasta que, en cierta ocasin, la gracia del Seor le concedi ver el futuro de la orden. Entonces, un da se retir con sus siete compaeros en el bosque de la Porcincula (solan hacerlo los das festivos, a raz, segn parece, del relato de un campesino que cont al santo haber odo all de noche cantos de ngeles), y les habl asi: "El Seor no nos ha llamado slo para nuestro bien. Tenemos que dispersarnos para socorrer al mundo en peligro con la palabra de Dios y nuestro buen ejemplo". Ellos se excusaron alegando su ignorancia, ms l los animaba dicindoles que el Espritu del Seor hablara por ellos, y que soportaran todo con paciencia y humildad. Y, para quitarles el miedo, les anunci que el Seor hara pronto de ellos una gran multitud y que muchos nobles e intelectuales se uniran a ellos para predicar a reyes, prncipes, naciones y pueblos numerosos, y los extendera por todo el mundo. Despus de haberlos animado con estos y otros consejos de inspiracin evanglica, los fue enviando de dos en dos hacia los cuatro puntos cardinales, no sin antes haberlos abrazado uno por uno, dicindoles: "Confa en el Seor, que l te ayudar".

    Grandes penalidades (1208-1209).

    Los hermanos se esforzaron por cumplir todo lo mandado: se postraban ante el signo de la cruz, saludaban con la paz, exhortaban a todos a temer y amar al Creador y a cumplir sus mandamientos. Unos los escuchaban con agrado, otros los acosaban con preguntas que no siempre saban responder, muchos los trataron con desprecio y como a delincuentes. Tuvieron que padecer fro, hambre, sed y muchas tribulaciones, mas ellos no se entristecan ni se quejaban por nada, nada reclamaban, rezaban por todos, se manifestaban un profundo amor mutuo y no aceptaban dinero, en vista de lo cual algunos recapacitaban y les pedan perdn por haberlos maltratado.

    Fray Gil y fray Bernardo peregrinaron a Santiago de Compostela. Ese mismo verano estaban en Espaa, obligados a dormir, a veces, al aire libre, en alguna era, y a comer habas o lo que encontraban. Fray Gil anduvo 20 das sin capucho, porque no tena otra cosa que darle a un pobre. En el invierno siguiente estaban ya de regreso en Italia. En Florencia a duras penas lograron dormir en el porche de una casa, junto a un horno, sin una manta siquiera con qu taparse. Por la maana temprano se fueron a rezar a la iglesia cercana, y all conocieron a Guido Volto dell'Orco, que se interes por ellos y les ofreci su casa y todo cuanto necesitaran. De lo sucedido a los otros hermanos y a Francisco durante esta misin no hay noticias, aunque podemos suponer que su suerte no fue distinta a la de Gil y Bernardo. Francisco recorri, al parecer, en esta ocasin el valle de Rieti. En Poggio Bustone, donde se cuentan algunas leyendas sin fundamento, recuerdan su paso y su original saludo: "Buenos das, buena gente!

  • Autor: Fr. Toms Glvez

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    Redaccin de la primera Regla (marzo-abril, 1209).

    En el tiempo convenido, el grupo regres crecido a Rivorto. A los ocho primeros se haban agregado Brbaro, Juan de San Constanzo y Bernardo de Vigilante. Reunidos en la Porcincula, cada cual cont a Francisco su experiencia y le pidi perdn por las posibles negligencias cometidas. l, por su parte, les expuso su proyecto de escribir una regla de vida, y de solicitar al Papa su aprobacin. Fue el Seor quien se lo inspir, como recuerda l mismo en su Testamento, pero tambin debi de influir el hecho de que todos les preguntaban quines eran y a qu orden pertenecan. Aparte de eso, en aquellos aos el Papa haba aprobado la regla o "propsito" de vida de algunos grupos de vida apostlica y evanglica semejante a la de ellos y, sin dicha aprobacin, corran el riesgo de ser considerados herejes. La Regla primitiva era muy breve, formada por algunos textos evanglicos y unas pocas normas esenciales, como el modo de ser recibidos en la Orden y la forma del hbito, la vida de oracin, el trabajo manual y cmo deban ir los hermanos por el mundo.

    Aprobacin oral de la Regla (abril, 1209).

    Animado por el sueo de un rbol corpulento y alto, cuya copa se inclinaba ante l, Francisco y los suyos se pusieron en camino, a las rdenes de Bernardo de Quintavalle. A mitad de camino, en Rieti, se les uni el caballero ngel Tancredi, alcanzando as el nmero apostlico de doce. En Roma los encontr el obispo Guido I de Ass, que ignoraba sus proyectos. Con su recomendacin, el cardenal Juan de San Pablo examin sus intenciones y decidi presentar a Francisco a Inocencio III. La primera entrevista fue un desastre, pero el papa, esa misma noche so que un fraile muy pobre sostena la Baslica de Letrn con sus hombros. Entonces mand buscar a Francisco y, aunque le puso muchas objeciones, despus de orle contar una parbola acerca del cuidado providencial de Dios sobre los hermanos, se convenci de que era un hombre de Dios y les aprob la Regla provisionalmente, con permiso para predicar. Segn una antiqusima tradicin, la aprobacin tuvo lugar el 23 de abril de 1209.

    Vida eremtica o apostolado? (abril-mayo, 1209).

    Los hermanos, que no salan de su asombro, visitaron los sepulcros de San Pedro y San Pablo antes de abandonar Roma. Se detuvieron quince das en un lugar abandonado cerca de Orte, contentos de no poseer nada, ni siquiera un lugar donde habitar. Luego prosiguieron hacia Rivotorto. Por el camino se planteaban si deban dedicarse a la vida eremtica o al apostolado entre la gente. Este problema no qued nunca resuelto del todo, y est en la raz de las futuras divisiones en la Orden.

    Vida de oracin, trabajo y predicacin (1209-1210).

    En Rivotorto llevaban una vida rigurosa de oracin, trabajo, mortificacin y extrema pobreza. La estrechez era tal, que Francisco tuvo que escribir el nombre de cada uno en los palos de la choza. Los hermanos se amaban con amor entraable y vivan en paz y mansedumbre entre ellos y con todos, eran intachables y evitaban cualquier escndalo. Respetaban a los sacerdotes y no queran ver pecados en ellos, hasta el punto de tener como confesor a uno de vida poco recomendable. Vivan en continuas oraciones y alabanzas, rezaban los Padrenuestros en cada hora del Oficio divino, lloraban sus pecados pasados, se mortificaban de mil modos y aceptaban slo lo necesario para vivir. Si alguno se exceda en las penitencias y ayunos, Francisco lo exhortaba a la prudencia. Vivan de limosna o del trabajo manual, que el santo recomendaba para combatir el ocio. De hecho, tuvo que despedir a un hermano a quien llamaba "fray mosca", porque rezaba

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    poco, no quera trabajar, pero coma por cuatro. Sus principales ocupaciones eran el cuidado de los leprosos, la ayuda a los campesinos ms pobres y la reparacin de la iglesia de San Pedro de la Espina, a un kilmetro de Rivotorto. Tambin predicaban en las parroquias de la dicesis. Un sbado por la noche, estando Francisco orando en un chamizo del huerto de los cannicos de San Rufino, en espera de predicar a la maana siguiente en la catedral, los hermanos, que estaban en el tugurio, vieron aparecer un carro con una bola de fuego que ilumin la habitacin, y comprendieron que era el mismo Francisco que, a pesar de estar ausente, segua velando por ellos.

    El emperador pasa por Rivotorto (finales de septiembre, 1209).

    El emperador Otn IV de Brunswich, yendo de camino hacia Roma para ser coronado emperador por Inocencio III, atraves el valle de Espoleto y pas por delante mismo del tugurio, pero Francisco no permiti que ningn hermano se asomara a verlo; tan slo a uno de ellos le orden que le saliera al paso, anuncindole lo pasajero de su gloria. El emperador, efectivamente, fue depuesto un ao despus.

    Traslado a la Porcincula (1210).

    Cierto da lleg al tugurio de Rivotorto un campesino con su asno para cobijarse en l y, para evitar que lo echaran, se puso a decir al animal: "entra, que ayudaremos a los hermanos a mejorar este sitio". Eso molest mucho a San Francisco, pues no era su intencin ampliar el lugar, ni estaba dispuesto a permitir que la gente les estorbara su forma de vida. Y, puesto que el grupo segua creciendo, propuso a sus hermanos buscar una pequea iglesia donde poder rezar y ser sepultados. Ante la respuesta negativa del obispo y de los cannigos, se dirigieron a los benedictinos del monte Subasio, que les cedieron la iglesia de Santa Mara de la Porcincula, la misma que el Santo haba deseado tener desde un principio.

    Ms hermanos (1210-1212).

    Por este tiempo entr en la Orden un joven de las familias ms poderosas de Ass, Rufino de Escipin. Su prima Clara de Favarone, que tena entonces 17 aos, empez a tener contacto con ellos, ayudando con limosnas a los que trabajaban en Santa Mara. La iglesia se encontraba en muy mal estado y los hermanos tuvieron que ponerse a restaurarla. Segn una nota del siglo XIII conservada en el Sacro Convento de Ass, sta no volvi a estar dedicada al culto hasta el 2 de agosto de 1215, un ao antes de la concesin de la famosa Indulgencia o Perdn de la Porcincula. Tambin se agregaron al grupo Juan "el Simple", de la aldea asisana de Nottiano, tan simple, que remedaba a Francisco incluso cuando ste tosa, pues deca que haba prometido imitarlo en todo; fray Silvestre, el cannico avaro que empez a cambiar cuando Bernardo de Quintavalle y Pedro Cattani dieron toda su fortuna a los pobres; el caballero fray Masseo de Marignano (Perusa), de buena presencia, agradable y discreto, que aspiraba a conseguir la virtud de la humildad; fray Rufino de Escipin, primo de Clara de Favarone, tmido y quizs tartamudo, que prefera el retiro y la contemplacin al cuidado de los leprosos o a la predicacin, por lo que mereci la penitencia de tener que predicar en Ass con slo los calzones; fray Junpero, el "bufn" extravagante del grupo, que destacaba por su paciencia, humildad y deseo de seguir a Cristo crucificado, y era famoso por sus ardientes jaculatorias; y fray Simn de Ass, del que apenas se sabe que fue un gran contemplativo y que hablaba de Dios con palabras sublimes sin haber estudiado. Son bien conocidas las "tertulias" espirituales de estos hermanos de los primeros tiempos, junto a la iglesia de la Porcincula. Las principales virtudes de cada uno de ellos puestas en comn, segn San Francisco, daban como resultado el "hermano menor perfecto".

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    Eso revela hasta qu punto el Santo saba valorar el carisma y la idiosincrasia de cada uno. Con el pasar del tiempo, Francisco quiso que hubiera siempre en Santa Mara un nmero limitado de hermanos, escogidos de todas partes, y los quera realmente devotos y perfectos; pero jams lograron igualar a los primeros. Por eso, antes de morir, se lamentaba diciendo: "Ahora son ms tibios en la oracin y en otras obras buenas, y ms disipados que antes a las palabras ociosas y a las novedades de este mundo. Por eso ya no se le tiene a aquel lugar la devocin y el respeto que se merece y que a m me gustara".

    Vida en la Porcincula (1210-1212).

    La vida de los hermanos en Santa Mara de la Porcincula no era diferente de la que llevaban en Rivorto: "Aunque este lugar era ya santo -Recordaba el Santo en su lecho de muerte- nuestros antiguos hermanos conservaban su santidad orando continuamente, da y noche, y observando constantemente el silencio; y, si alguna vez hablaban despus de la hora fijada para el silencio, era para tratar, con la mayor devocin y del modo ms discreto, de las cosas referentes a la gloria de Dios y al bien de las almas. Y si suceda, cosa rara, alguno empezaba una conversacin intil u ociosa, enseguida era advertido por otro. Se mortificaban no slo con ayunos, sino tambin con frecuentes vigilias, con el fro, la desnudez y el trabajo manual. Con frecuencia iban a ayudar a los pobres en sus campos, para no estar ociosos, y stos, a veces, les daban pan por amor de Dios. Con estas y otras virtudes se santificaban a s mismos y el lugar. Los que vinieron despus vivieron durante muchos aos de forma parecida, aunque sin llegar a igualar a los primeros". Tambin observaban la clausura, para evitar que los seglares distrajeran a los frailes, y hacan salidas espordicas para predicar en las parroquias cercanas y cuidar a los leprosos. Francisco, por su parte, no dejaba de meditar continuamente la pasin y muerte de Cristo crucificado, por lo que alguna vez lo encontraron llorando por el camino, cerca de la Porcincula.

    Clara de Ass, la primera franciscana (28-29 de marzo, 1211).

    La primera mujer que sigui a Francisco fue Clara de Ass, hija de Favarone de Offreduccio. Era once aos menor que l, de modo que, cuando el santo renunci a todo, ella tena apenas doce aos, pero se propuso hacer lo mismo, cuando llegara a la mayora de edad. Cumplidos los 18 aos, la madrugada del lunes santo sali a escondidas de su casa, y se march a Santa Mara, donde Francisco la esperaba con sus hermanos para consagrarla al Seor. Al da siguiente la llevaron al monasterio benedictino de San Pablo de las Abadesas (en el actual cementerio de Basta Umbra), de donde intentaron sacarla, intilmente, su to Monaldo y todo el clan familiar. De all pas al monasterio de Santo ngel de Panzo en las faldas del Subasio. Aqu se le unieron su hermana Catalina (Santa Ins de Ass) y otras amigas. Juntas se trasladaron luego a San Damin, donde fundaron la Orden de las Hermanas Menores, rebautizadas luego por Francisco como "Damas Pobres". Popularmente las llamaban Damianitas y slo tras la muerte de Clara (1253), empezaron a llamarlas "Hermanas Clarisas". Francisco, vindolas tan animadas, les escribi una forma o regla de vida que no lleg a ser aprobada, y se comprometi a cuidar siempre de ellas, visitndolas con frecuencia y animndolas con la palabra y el ejemplo. (Fratefrancesco.org - Fr. Toms Glvez).

    Retiro en Las Crceles (12 de febrero - 22 de marzo, 1212).

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    Francisco y sus primeros compaeros se retiraron por primera vez en la ermita de Las Crceles, probablemente, durante la Cuaresma de 1212, cuando todo el grupo an permaneca en Ass. La sencillez de aquellos primeros hermanos era tal, que ngel Tancredi no quera dormir solo por la noche, por miedo a los demonios. A Rufino, en cambio, recin entrado en la Orden, algo tmido y quizs tartamudo, le pareca una tontera que Francisco los mandara a cuidar leprosos o a predicar, en vez de dejarlos all, en la soledad del monte, llorando sus pecados.

    Accin o contemplacin? (primavera, 1212).

    De regreso a la Porcincula, quizs despus de haber mandado a fray Rufino a predicar desnudo a Ass, a Francisco le asalt una angustiosa duda: deban dedicarse principalmente a la vida contemplativa o era mejor ir por el mundo, a anunciar el Evangelio? Despus de darle muchas vueltas al asunto, de sopesar los pro y los contra y de exponerlo a sus compaeros, un da decidi recurrir al discernimiento de otros. Llam a fray Maseo y a fray ngel y los mand a consultar a Santa Clara, que viva en San Damin con sus compaeras desde haca pocos meses, y a fray Silvestre, el cannigo de San Rufino que acababa de ingresar en la Orden y estaba retirado en Las Crceles. La respuesta fue la misma: El Seor no los haba llamado para s mismos, sino "para cosechar almas y que muchos se salven por l".

    Predicacin a los pjaros (primavera, 1212).

    Nada ms or la respuesta, Francisco se levant y se puso inmediatamente en camino, acompaado por ngel y Maseo. En la cercana Cannara predic de tal manera, que muchos, incluso casados, queran irse con l, por lo que le vino la idea de fundar una Orden Seglar (la Tercera Orden), para que pudiesen vivir el Evangelio y en penitencia, sin abandonar sus casas ni sus compromisos. Poco ms adelante, camino de Bevagna, encontr a una bandada de aves (palomas, grajos y cornejas) y tambin les predic, animndolas a alabar y amar al Creador, que tanto cuida de ellas.

    La dispersin (primavera-verano, 1212).

    A la vuelta, Francisco reuni a sus hermanos (no ms de 20 o 25) y luego de someterlos a examen, los envi de dos en dos, por los caminos del mundo. Se abra as una nueva etapa para la Orden, decididamente itinerante y misionera, con todos los riesgos y consecuencias que ello comportaba para el futuro. De otro modo, su movimiento nunca habra tenido la trascendencia que ha tenido y tiene an hoy, despus de casi ocho siglos de historia.

    En Siena y Roma. Nueva predicacin a los pjaros (verano, 1212).

    Los hermanos se dispersaron por Italia. Bernardo de Quintavalle estuvo en Miln, fray Gil, probablemente, se embarc este ao rumbo a Tierra Santa, mientras Francisco, acompaado por fray Maseo, recorra la provincia de Siena. En Montepulciano le pareci un tesoro poder comer unos mendrugos junto a una fuente, en Siena pacific los nimos de algunos contendientes y fue alojado por el obispo... Segn las Florecillas, su intencin era ir a Francia, pero desisti y se dirigi a Roma, donde, siendo un desconocido, fue mal acogido por la poblacin, como en otras partes. Y se cuenta que, ante la dureza de los

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    romanos, se fue a un estercolero a predicar a unos buitres y a otras aves que revoloteaban alrededor (San Antonio, pocos aos despus, har algo parecido en Rmini, con los peces).

    Fracasado de viajar a Siria (verano-otoo1212).

    Desde el principio Francisco deseaba llevar el Evangelio a los herejes y sarracenos o musulmanes. En aquellos aos la Iglesia estaba comprometida en tres cruzadas: la de Tierra Santa se haba alejado del ideal primitivo; la de Espaa consigui derrotar a los moros en las Navas de Tolosa (1212), inclinando la balanza peninsular a favor de los cristianos; y la anti-albigense, en Provenza, combata con las armas la hereja de los ctaros. Pero no todos estaban a favor de soluciones violentas. Santo Domingo de Guzmn, por estos aos, fundaba en Toulouse sus "predicaciones" para combatir la hereja con el debate, la predicacin y el testimonio de una vida pobre y evanglica. De Alemania y Marsella partieron en 1212 sendas "Cruzadas de los nios", con la ingenua intencin de recuperar Jerusaln y los Santos Lugares con la inocencia de los pequeos. En ese ambiente, Francisco, con permiso del papa, se embarc en Ancona para anunciar el Evangelio, desarmado, a los musulmanes de Siria, pero algunas circunstancias no le permitieron ir ms all de las costas de Dalmacia (Croacia), as que regres de nuevo a Italia.

    EntreUmbra, Marcas y Romaa (invierno - primavera, 1213).

    Francisco recorre la Marca de Ancona y los alrededores del Lago Trasimeno, en cuya Isla Mayor permaneci totalmente solo durante toda la cuaresma. En mayo se adentr de nuevo en las Marcas. El 8 de mayo, despus de predicar en Montefeltro (San Leo), cerca de San Marino, recibi del conde Orlando de Chiusi el monte de la Verna. En Imola logr ganar la simpata y la estima del obispo, que le negaba el permiso para predicar.

    Camino de Marruecos. Un ao por Espaa (verano, 1213-1214).

    Tras un ao de separacin, Francisco debi de reunirse en Ass con sus compaeros entre mayo y junio, antes de salir con Bernardo de Quintavalle camino de Marruecos, en su segundo intento por llevar el Evangelio a los musulmanes. La derrota de las Navas de Tolosa debi de animarlo a ello. Pero una enfermedad y dificultades para embarcarse, as como la muerte inesperada del rey de Marruecos a finales de 1213, le impidieron lograr su objetivo. No obstante, pudo recorrer la mitad norte de Espaa (Navarra, Aragn, Catalua, Castilla, Len, Portugal y Galicia), como lo demuestran algunos testimonios y tradiciones, concordes cronolgicamente entre si. Tambin visit Santiago de Compostela, donde el Seor le anunci la futura expansin de su Orden por todo el mundo. Su entrada fue por Canfranc, Jaca y San Juan de la Pea en agosto de 1213, y la salida, por la Junquera un ao despus.

    Crecimiento de la Orden (1214-1215).

    Los 12 frailes de 1209 sern ms de 3000 en 1221, lo que supone un crecimiento medio anual del 100 %. A su regreso de Espaa, se unieron a Francisco algunos nobles, letrados y artistas, como fray Pacfico, "rey de los versos", Toms de Celano, su futuro bigrafo, y Juan Parenti, fray Elas y Alberto de Pisa, futuros sucesores suyos como ministros generales de la Orden. Tambin entr por aquel entonces fray Esteban de

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    Narni, compaero del Santo entre 1217 y 1219. No teniendo dnde colocarlo, el santo lo dej, con otro compaero, en un monasterio, al servicio de los monjes. Al principio era as, pues muchos hermanos no servan para ir predicando de un lugar a otro, y los lugares o eremitorios de la Orden, aunque iban en aumento, no eran suficientes. Por eso Francisco, de acuerdo con los abades, los iba colocando en sus monasterios y l mismo los visitaba. Por mediacin del cardenal Juan de San Pablo, algunos prelados de la curia romana pidieron tener tambin en sus casas a algunos religiosos.

    El Concilio Ecumnico Lateranense IV (noviembre 1215).

    El Concilio IV de Letrn, convocado por Inocencio III el 19 de abril de 1213 y celebrado del 11 al 30 de noviembre de 1215, fue uno de los mayores acontecimientos de la Iglesia medieval. Entre los 2212 representantes de la Iglesia universal: patriarcas, obispos, telogos, abades y priores, tambin estaba San Francisco, en calidad de superior general de una Orden reconocida por la Santa Sede. En su discurso de apertura, el Papa invit a los presentes a ser "los paladines de la Tau", es decir de la cruz, y Francisco debi de tomar buena nota de ello. Entre las decisiones conciliares hay que destacar la convocatoria de la V Cruzada, la promocin del culto eucarstico, la prohibicin de nuevas reglas de vida religiosa, que afect de lleno a las fundaciones de Santa Clara y de Santo Domingo de Guzmn, y la obligacin para todas las congregaciones religiosas de celebrar captulo general de superiores y abades cada tres aos, al modo como lo hacan los cistercienses. Para la celebracin del primero de los captulos, los religiosos deban recurrir al consejo y ayuda de los abades del cister.

    Primer captulo general oficial de la Orden (primavera, 1216).

    Francisco ya sola reunir a sus hermanos cada primavera en la Porcincula y en su Orden no haba ms superiores que l; pero se atuvo enseguida a la norma conciliar y convoc a captulo general a sus primeros 300 frailes, junto al monasterio benedictino de San Verecundo, cerca de Gubbio. De este captulo deca el obispo de Acre, Jaime de Vitry, en una carta suya de ese mismo ao, que "los hombres de esa religin, una vez al ao y, por cierto, para gran provecho suyo, se renen en un lugar determinado para alegrarse en el Seor y comer juntos; y con el consejo de hombres santos redactan y promulgan algunas santas constituciones que son confirmadas por el Seor papa. Despus, durante el ao, se dispersan por Lombarda, Toscana, Puglia y Sicilia". A diferencia de los cistercienses, que se reunan el 14 de septiembre, Francisco empez a convocar a todos sus hermanos por Pentecosts, no cada tres aos, sino anualmente, como ya haca antes. Durante el captulo, como deca el obispo de San Juan de Acre, promulgaron nuevos estatutos, que sometan a la aprobacin papal y aadan al texto primitivo de la Regla, aprobada provisionalmente por Inocencio III. As cada ao, hasta llegar al texto de 1221, conocido como Regla no bulada o Primera Regla, demasiado amplio y engorroso, debido a su redaccin prolongada durante aos.

    La Indulgencia de la Porcincula (verano, 1216).

    En junio-julio de 1216 Inocencio III estaba en Perusa. Santa Clara, obligada a profesar la Regla Benedictina, que permita la posesin de bienes y rentas, aprovech la circunstancia para pedir al papa un "privilegio de pobreza", por el cual nadie pudiera obligar a las hermanas damianitas a tener propiedades. El papa muri en Perusa el 16 de julio, asistido personalmente por San Francisco. Su sucesor, Honorio III, le concedi, pocos das despus, una indulgencia plenaria para la iglesia de Santa Mara de la

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    Porcincula, en el aniversario de su consagracin al culto, que tuvo lugar el 2 de agosto del ao anterior. Dicha iglesia la haba recibido de los benedictinos 6 aos antes. Despus de su restauracin, los hermanos Menores repararon tambin el bside y presbiterio de la iglesia asisana de Santa Mara la Mayor o del Obispado.

    Creacin de los ministros y provincias (14 de mayo, 1217).

    Al captulo general de este ao acudieron a Santa Mara de la Porcincula unos 600 frailes de toda Italia y Francisco comprendi que haba que compartir responsabilidad, de modo que la Orden fue dividida en "provincias", que abarcaban regiones o pases enteros. Por primera vez, el captulo decidi enviar frailes a los reinos cristianos de Espaa, Francia, Alemania, Hungra (y pases balcnicos) y Ultramar (Malta, Chipre y Reino de Jerusaln), adems de a las regiones italianas de Lombarda, Marcas, Toscana, Tierra de Labor, Calabria y Puglia. Al frente de cada provincia puso a un "ministro" (servidor), con la misin distribuir, visitar y corregir a los frailes en el territorio de su jurisdiccin. Eso, naturalmente, oblig a introducir nuevos retoques en la Regla primitiva.

    Encuentro con el cardenal Hugolino (junio-julio, 1217).

    Terminado el Captulo los hermanos salieron para sus destinos y Francisco eligi ir a Francia, atrado por la devocin eucarstica de los franceses. En Arezzo pidi a fray Silvestre que exorcizara a los demonios que tenan a la ciudad toscana enfrentada en sangrientas luchas civiles. En Florencia se acerc a saludar al cardenal Hugolino de los Condes de Segni, legado Pontificio en las regiones de Toscana y Lombarda, que se ofreci a ayudarle como protector de la Orden (el cardenal Juan de San Pablo haba muerto dos aos antes), pero no le permiti ir a Francia. El Santo aprovech para invitarlo al prximo captulo general.

    El Papa nombra a Hugolino cardenal protector de la Orden (enero-febrero, 1218).

    La misin a los pases europeos fue un estrepitoso fracaso. Francisco enviaba a los suyos sin ningn documento que los acreditase, de modo que en muchos lugares fueron asaltados, maltratados y tomados por herejes. La noticia lleg a odos de ciertos cardenales que simpatizaban poco con aquel fraile mal vestido que predicaba en lengua vulgar y hablaba con los animales, y stos lo pusieron en conocimiento del papa Honorio III. Hugolino, al saberlo, mand llamar a Francisco a Roma en secreto y, temiendo que hiciera el ridculo, le prepar un buen discurso en latn, para que lo pronunciara ante el Papa y la Curia. Mas l, llegada la hora, dijo que lo haba olvidado todo e improvis otro, a su manera, sobre el buen ejemplo que los prelados deben dar en la Iglesia, dejando a todos admirados y a muchos cardenales con lgrimas en los ojos. San Francisco, era consciente de los problemas de la Orden y se vea cada vez ms incapaz de sacarla adelante. Un da so con una gallina negra y con plumn en las patas, que no lograba proteger a todos sus polluelos bajo las alas, y enseguida entendi que era l mismo. Por eso aprovech para rogar a Honorio III le concediera al cardenal Hugolino como protector, para que los Menores pudieran recurrir a l sin tener que molestar al Pontfice. Del cardenal Hugolino, antes y despus de ser elegido papa con el nombre de Gregorio IX, se dice que pareca un fraile entre los frailes, que amaba la sencillez y la pobreza, que tena un corazn piadoso y caritativo, que fue un hombre conciliador, que combati el error y las herejas. Sus relaciones con Francisco, cuya presencia le transmita siempre paz, fueron sumamente afectuosas. Lo reverenciaba como a un apstol, se inclinaba ante

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    l y le besaba las manos. El Santo le corresponda con un afecto profundo, lo saludaba con originales bendiciones y, previendo su futuro, a veces lo llamaba "obispo del mundo entero". Este cardenal, apenas recibi el encargo del Papa, lo primero que hizo fue enviar cartas a los obispos que ponan dificultades a los Menores en sus dicesis, y anim a otros cardenales a hacer lo mismo.

    El cardenal Hugolino visita la Porcincula (Semana Santa, 1218).

    Santo Domingo de Guzmn haba llegado a Roma a finales de enero de 1218 para dirigir desde all la expansin de la Orden, y consigui de Honorio III una bula (11 de febrero) que recomendaba a los Hermanos Predicadores, "que exponen fiel y gratuitamente la Palabra del Seor, valindose slo del ttulo de pobreza". Por encargo del papa y con ayuda de Hugolino, el santo espaol estaba tratando de reunir en un nico monasterio a todas las "reclusas" de la ciudad, as que no es de extraar que se encontrara con San Francisco por ese tiempo, en casa del cardenal. Poco despus, Francisco regresaba a Ass, Domingo march a visitar la nueva fundacin de Bolonia, y el cardenal se dispuso a recorrer el centro y norte de Italia, en calidad de legado pontificio. De camino, pas por Ass, y pudo ver, emocionado, en cuanta pobreza vivan los hermanos. Su encuentro con Santa Clara en San Damin tambin le dej un recuerdo imborrable, como confesar despus, en una carta enviada a la Santa.

    Hugolino y Santo Domingo en en el Captulo general (3 de junio1218).

    Los primeros captulos generales eran llamados "de las esteras" porque los hermanos, estaban repartidos junto a la iglesia de la Porcincula en cobertizos de esteras. Al de 1218 asistieron unos mil frailes y tambin el cardenal Hugolino, que estaba en Perusa, y Santo Domingo, que regresaba de Bolonia con algunos compaeros. El prelado presida las Eucaristas y predicaba a los hermanos, gozoso de verlos por el suelo, en grupos, hablando de las cosas de Dios, en oracin u ocupados en otras actividades y servicios. "Realmente -deca- este es el campamento de Dios". En su discurso de apertura, Francisco les habl, diciendo: "Grandes cosas hemos prometido, mayores se nos prometen a nosotros", y los animaba a la fidelidad a la Iglesia, al amor fraterno, a la paciencia en las dificultades, a la pureza y castidad anglicas, a la paz y mansedumbre con todos y a no preocuparse por el comer, el beber o el vestido, pues Cristo buen Pastor cuida de todos. Santo Domingo no comprenda cmo un grupo tan numeroso poda vivir tan despreocupado, pero pronto comprob que gentes de toda la regin venan a presenciar aquella inaudita asamblea y cada cual traa para los hermanos algo de comer y de beber, y los servan. Desde entonces se hizo el propsito de observar la pobreza evanglica, y un ao ms tarde, en Pars, la hizo abrazar a sus hermanos, reconociendo que lo haca animado por el ejemplo de Francisco. Tanto le impact el Captulo de los Menores que, en 1220, convoc en Bolonia el primero de su Orden, para el da de Pentecosts.

    La bula "Cum dilecti" en favor de los Menores (11 de junio, 1218).

    Los hermanos se quejaban a Francisco de que muchos obispos no les dejaban predicar ni residir en sus dicesis, pero l se resista a pedir ningn "privilegio" a la curia, convencido de que al clero haba que ganrselo con la humildad y el buen ejemplo. Pero tuvo que rendirse a la evidencia. El fracaso de la misin anterior y la probable presin de Hugolino dieron como resultado una bula de Honorio III, por la que recomendaba a todos los obispos a los hermanos Menores, los cuales, "despus de abandonar las vanidades del mundo, han escogido un camino de vida merecidamente aprobada por la Iglesia romana y, segn el ejemplo de los apstoles, se esparcen por las distintas partes del

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    mundo, sembrando la semilla de la Palabra de Dios". terminado, pues, el captulo, los hermanos volvieron a sus provincias con copias de esta bula, y de otras cartas comendaticias de Hugolino y de otros cardenales. Los ministros recibieron, adems, la facultad de aceptar candidatos a la Orden, reservada hasta entonces exclusivamente a San Francisco. Esta vez no tendrn tantas dificultades para establecerse en otros lugares, principalmente en los distintos reinos de la Pennsula Ibrica (Aragn, Navarra, Castilla, Portugal), en Francia y en la regin balcnica.

    El cardenal Hugolino y las Damianitas; o Clarisas (1218-1219).

    Contaba fray Esteban, compaero del Santo entre 1217 y 1219, que el cardenal Hugolino, de paso por Ass, se despidi de San Francisco con estas palabras: "Te encomiendo a aquellas Damas", refirindose a Santa Clara y sus compaeras, que vivan en San Damin. A lo que l, muy gozoso, exclam: Desde ahora quiero que se llamen Damas pobres, como acabis de decir, y no Hermanas".Nunca le gust que las llamaran as. Irnicamente sola decir: "El Seor nos quita las esposas y el diablo nos da hermanas". El mismo fray Esteban contaba que Francisco nunca fue partidario de fundar nuevos monasterios femeninos, y que estos surgieron por iniciativa de otros. En los Tres Compaeros se dice, efectivamente, que muchas vrgenes y viudas, movidas por la predicacin de los hermanos, acudan a ellos en busca de consejo y de ese modo fueron surgiendo monasterios de clausura donde pudiesen vivir en penitencia, nombrndose para ellos un "visitador y animados". El visitador era fray Felipe Longo, pero al Santo no le pareca bien y fue sustituido por el cisterciense fray Ambrosio, del squito del cardenal Hugolino, el cual, como demuestran algunos hechos posteriores al captulo general de 1218, se hizo cargo directamente de las nuevas fundaciones.

    Nuevos monasterios de Damianitas en Toscaza (1219-1222).

    En los nuevos monasterios, como en San Damin, se profesaba la regla benedictina, que permita tener bienes en comn. Por eso, una de las primeras actuaciones del cardenal Hugolino en fsu favor, por encargo del papa, fue la recepcin en nombre de la Iglesia de todos los terrenos y donaciones ofrecidas para la construccin y fundacin de casas y oratorios para las damianitas, las nicas religiosas de entonces incapacitadas para poseer bienes muebles o inmuebles. As se hizo, por ejemplo, el 19 de marzo de 1219 con la casa de Monticelli en Florencia, y luego en Perusa (Monteluce), Lucca y Siena. De ello daba cuentas al Pontfice el cardenal, con cartas fechadas entre el 29 y 30 de julio de 1219, al tiempo que le comunicaba que haba redactado para ellas unas normas o estatutos especiales, para confirmarlas en las "observancias regulares que haban profesado, segn la Orden de las Seoras Pobres de Santa Mara de San Damin, salvando la Regla general de San Benito". La confirmacin papal de tales estatutos y fundaciones ha sido siempre considerada una verdadera aprobacin de la Orden de las Damas Pobres, de ah que fray Toms de Celano se refiera a "la maravillosa vida y gloriosa fundacin, que recibieron del seor papa Gregorio (IX), a la sazn obispo (cardenal) de Ostia".

    Primeros Estatutos para las Damianitas (1219, Cuaresma).

    Los llamados Estatutos o Constituciones hugolinianas, redactadas para preservar el espritu de San Damin en toda la Congregacin, se convertirn en 1228, con pocos cambios, en la primera Regla de la Orden de Santa Clara y servirn de base para las Reglas sucesivas. San Francisco no fue ajeno a tal redaccin. Toms de Celano dice expresamente, a propsito de sus tres fundaciones, que "a todos daba una norma de vida y sealaba con acierto el camino de salvacin, segn el estado de cada uno". Es, pues,

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    muy probable que las Constituciones hugolinianas fuesen una obra conjunta del santo y el cardenal. Es ms, stas debieron de redactarse en Monticelli (Florencia), durante la cuaresma de 1219. La antigua crnica del monasterio recuerda que sus fundadoras profesaron la regla de San Benito y los estatutos de las Damianitas el domingo de Pascua de un ao en que Francisco, que predic en Florencia toda una Cuaresma, se hosped all. Tradicionalmente se dice que fue en 1221, pero se sabe con seguridad que la profesin tuvo lugar ante del 27 de junio de 1219, fecha en que el cardenal Hugolino comunicaba al Papa dicha profesin y la elaboracin de los Estatutos.

    El captulo "de las esteras" de 1219 (26 de mayo).

    Dice la Crnica de los XXIV Generales que en el Captulo de 1219 en Santa Mara de la Porcincula, "elegidos de nuevo los ministros, fueron enviados los hermanos por todo el mundo, llevando cartas del seor Papa". En l participaron los hermanos de todas las provincias. Los candidatos a entrar en la Orden fueron tantos, que hubo que limitar a 500 el nmero de admisiones anuales, lo que nos permite calcular en unos 2000 el nmero de participantes de este ao (en 1221 sern 3000). Este captulo, como el anterior y el de 1221 se conocen como "de las esteras" por las chozas de estera en que se resguardaban los frailes.

    Misiones a pases cristianos (1219-1221).

    Excepto a Alemania, donde fueron tan mal tratados, los hermanos regresaron a las mismas provincias creadas dos aos antes. En Francia an encontraron la resistencia de algunos obispos, lo que oblig al papa a intervenir de nuevo. Su ministro segua siendo fray Pacfico, que fund la fraternidad de Pars y extendi la Orden hasta los Pases Bajos. Fray Juan Parenti sustituy a Bernardo de Quintavalle como ministro de la provincia espaola. Lo acompaaban un centenar de hermanos, que celebraron su primer captulo provincial en Zaragoza, por San Miguel, despus de ser bien recibido por el pueblo, clero y autoridades de la ciudad el 15 de agosto. Las casas fundadas por Juan Parenti entre 1219 y 1227, fecha de su eleccin como primer sucesor de San Francisco, fueron muy numerosas en todos los reinos de la Pennsula. De la provincia de Hungra tenemos pocas noticias, pero sabemos que la Orden se extendi rpidamente por los territorios de Serbia, Croacia, Eslovenia etc.

    Misiones a pases musulmanes (1219-1220).

    La gran novedad del 1219 fue el envo de hermanos a pases musulmanes. Francisco crey que era el momento de dar el gran paso, enviando a algunos de ellos a testimoniar la fe con la predicacin y con la propia vida, si era necesario, entre sarracenos. Una decisin importante, pues hasta ese momento las nicas relaciones posibles entre el Islam y el Cristianismo eran la Cruzada o la Guerra Santa, aunque ya algunos, como San Francisco, Santo Domingo o San Juan de Mata hacan presagiar un nuevo modo de relacin ms evanglico, basado no en la fuerza de las armas, sino en el poder de la Palabra y el testimonio de la propia vida. En el captulo 16 de la primera Regla, aadido tal vez este mismo ao, se puede ver cul es el nuevo espritu que impulsa a nuestro Santo a "ir entre sarracenos". Para ir a Tnez se ofrecieron voluntarios dos hermanos: fray Gil y fray Electo, que enseguida provocaron las iras del pueblo con su predicacin, y slo se salvaron porque los pacficos comerciantes genoveses y catalanes asentados en aquellas tierras, temiendo por s mismos y por sus familias, los embarcaron a la fuerza de regreso a Italia.

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    Marruecos, los primeros mrtires (1220, 16 de enero).

    Distinta suerte corrieron los cinco hermanos enviados a Marruecos: Berardo, Pedro, Adiuto, Acursio y Odn, decapitados por el mismo rey del pas, el 16 de enero de 1220, por su insistencia en anunciar a Cristo como verdadero y nico Salvador. La noticia de la muerte de los protomrtires franciscanos hizo llorar a Francisco, que exclam: "ya puedo decir que tengo cinco hermanos menores". Clara tambin llor, lamentando no poder ir tambin ella a evangelizar a los no creyentes. Fray Gil se lamentaba, aos ms tarde, de que los superiores de la Orden no hubiesen hecho nada para conseguir su canonizacin. Pero ya San Francisco haba prohibido que circulara una "leyenda" o relato del martirio escrita por sus frailes, pues deca que cada cual debe gloriarse de su propio martirio y no del ajeno. El martirio y posterior traslado de los restos de los cinco hermanos a la iglesia de Santa Cruz de Coimbra (Portugal) anim a uno de los religiosos agustinos de aquel monasterio a hacerse franciscano, ansioso como estaba de martirio. Se llamaba Fernando y era de Lisboa. Ahora todos lo conocemos como San Antonio de Padua.

    San Francisco en el asedio de Damieta (Egipto)

    Francisco nunca quiso dar la impresin de que enviaba a los suyos a soportar penalidades mientras l se quedaba tranquilo en su tierra. por eso decidi ir ms all que ellos y se embarc en Ancona, rumbo a Palestina y a Egipto, donde se desarrollaba la Quinta Cruzada. Las cruzadas empezaron en el ao 1095 con la intencin de liberar Jerusaln y los Santos Lugares, pero en tiempos del Santo la verdadera finalidad, en contra de los deseos de Inocencio III y de Honorio III, ya no era recuperar Jerusaln, sino conquistar tierras y extender el dominio occidental por todo el Mediterrneo. De ah la toma del imperio cristiano bizantino de Constantinopla (Cuarta Cruzada, 1202-1204) y el asedio de Damieta, en el delta del Nilo (Quinta Cruzada, 1218-1220), como primer paso para dominar el pas de Egipto. Los cronistas de la poca nos han contado con detalle el desarrollo de la campaa de Egipto y tambin se hicieron eco de la presencia de San Francisco en el campamento cristiano, donde asisti a una batalla en la que perdieron la vida muchos espaoles. Su dolor fue grande, porque haba avisado de la derrota, y no fue escuchado. El ejrcito cruzado se encontraba a las puertas de Damieta, mientras los musulmanes acampaban al otro lado del Nilo.

    Se dirige con su compaero al campamento egipcio

    En una de las escasas treguas entre los combatientes, a pesar de la resistencia del legado pontificio, el cardenal espaol Pelayo Gaytn, que no les quiso dar permiso, aunque tampoco se lo impidi, Francisco y su compaero fray Iluminado cruzaron el ro en barca y se dirigieron al campamento musulmn. Antes haban rezado el salmo 23: "El Seor es mi pastor". La vista de unas ovejas le record las palabras de Jess: "Os envo como ovejas en medio de lobos". Y as fue, pues los guardias egipcios se abalanzaron sobre ellos como fieras y por poco si los matan, de no ser porque empezaron a gritar: "Sultn! Sultn!. Entonces, pensando que eran portadores de alguna embajada o que queran hacerse musulmanes, dejaron de golpearlos y los llevaron ante el rey.

    Propone al Sultn una "ordala" o prueba del fuego El Sultn se llamaba Melek el Kamel. Era ra hijo de Cherf Eddim Melek Moaddam

    Issa y nieto de Saladino. Francisco le explic que no los enviaba nadie, ni queran pasarse al Islm. "Somos embajadores de nuestro Seor Jesucristo -le dijo- y traemos un mensaje de su parte, para ti y tu pueblo: que creis en el Evangelio". Tambin le explic

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    que, por el bien de su alma, estaba dispuesto a demostrarle, en presencia de los sabios de su reino, que su religin era falsa, no con argumentos bblicos (pues no crean en las Escrituras), ni racionales (pues la fe est muy por encima de la razn), sino entrando l y sus jefes religiosos en una gran hoguera. "Y si me quemo -termin diciendo- atribyelo a mis pecados, pero si no, ser seal de que tu religin es falsa, y t te hars cristiano y creers en Cristo, fuerza y sabidura de Dios y Seor y Salvador de todos". Al or esto, algunos jefes religiosos musulmanes all presentes se escabulleron enseguida, alarmados, haciendo sonrer al rey, que respondi: "No puedo hacer esto, mi gente mi matara a pedradas". La propuesta de San Francisco puede parecer descabellada, pero lo que hizo fue aceptar el reto que un da Mahoma, fundador del Islam, lanz al obispo y a los cristianos de Nadjam, que acudieron a Medina a rendirle pleitesa y prefirieron someterse, antes que pasar aquella prueba.

    Buenas relaciones entre Francisco y Melek-el-Kamel

    Melek el Kamel orden que curasen a los dos hermanos de las heridas sufridas durante el arresto, y que los atendiesen con todo respeto, en espera de que acudieran al campamento algunos de los jefes religiosos ms importantes del reino. Francisco y su compaero pudieron exponer libremente la palabra de Dios a los musulmanes, aunque sin xito, pues la mayora los miraba con hostilidad y desconfianza. No as el Sultn, que cada da conversaba con l y pona a prueba su fe y su sabidura. "Que venga ese hombre -deca- que parece un verdadero cristiano". Y Francisco aprovechaba para hablarle de Cristo. Cuando llegaron los jefes islmicos y conocieron el motivo de la convocatoria se indignaron muchsimo contra el rey y lo reprendieron porque, en vez de defender la ley contra el adversario, daba audiencia, imprudentemente, a aquellos infieles, quienes, segn la ley, deban morir decapitados. Pero el rey tranquiliz a Francisco, dicindole: "Esta vez ir contra la ley. No ser yo quien condene a muerte a quien viene a salvar mi alma, a riesgo de su propia vida". Y el santo, viendo que su estancia all ya no tena sentido, pidi permiso para regresar al campamento cristiano. Entonces el Sultn le ofreci preciosos regalos, mas l no quiso aceptarlos, ni siquiera para los pobres, pues no se fiaba demasiado de sus intenciones. El cuerno de marfil tallado que se conserva entre las reliquias de la Baslica de San Francisco en Ass podra ser el "pasaporte" que, segn ngel Clareno, entreg el Sultn al Santo para que pudiese recorrer libremente tierras musulmanas. Al despedirse, el rey le dijo en secreto: "Rezad a Dios para que se digne manifestarme cul es la ley y religin que ms le agrada.

    Hay buenas razones para creer que el sultn de Egipto qued fuertemente impresionado por la personalidad del Santo de Ass. Su vida, desde luego, ya no fue la misma. Y no nos referimos a las Florecillas, que dicen que recibi el bautismo antes de morir; ni a San Buenaventura, que dice que desde entonces llev la fe cristiana impresa en el corazn. Son los mismos cronistas de la Cruzada los que dan fe del cambio notable observado en el comportamiento moral del rey. Mateo Pars, por ejemplo, que llor su muerte como una calamidad para los cristianos, dice que se esperaba de l que recibiera el bautismo. Tambin Juan de Brienne, jefe de la Cruzada, que se hizo fraile Menor antes de morir y est sepultado en la Baslica de Ass, llor de emocin por el buen trato que l y sus tropas recibieron de Melek el Kamel cuando los cristianos perdieron Damieta y fueron apresados y luego liberados por las tropas egipcias.

    El polmico captulo "de los vicarios" (17 de mayo, 1220).

    El martirio que Francisco no logr en Egipto lo encontrar al regresar a Italia. Antes de partir haba dejado en su lugar a dos vicarios, fray Mateo de Narni y fray Gregorio de

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    Npoles, uno con la misin de visitar a los hermanos y lugares de la provincia umbro-toscana, y el otro encargado de recibir a los nuevos candidatos en la Porcincula. Estos, sin embargo, se excedieron en sus atribuciones, convocando un captulo con la sola participacin de los ministros y de algunos frailes "ms ancianos" o expertos, cuando la norma era la asistencia de todos los religiosos. Debi de ser este captulo el que decidi la creacin de la nueva provincia de Provenza, y el que autoriz a fray Felipe Longo a ponerse al frente de los monasterios de damianitas, an sabiendo che Francisco no quera la intromisin de los frailes en los monasterios de monjas, salvo el de San Damin. Por otra parte, el ministro de Lombarda y Romaa, Pedro de Juan de Staccia haba abierto una escuela en Bolonia, se dice que para rivalizar con los dominicos, que haban abierto una en 1219.Los vicarios se atrevieron tambin a introducir enmiendas en la regla, como la relativa al ayuno de los frailes. Para colmo, fray Juan de Compello haba abandonando la orden para fundar otra, llegando incluso a solicitar al papa su aprobacin, a pesar de la prohibicin del Concilio Lateranense IV.

    Regreso precipitado de Francisco a Italia (agosto-septiembre, 1220).

    Tales novedades introducidas durante la ausencia de san Francisco fueron motivo de polmicas y disgustos, y muchos se resistieron a acatarlas, lo que les vali severos castigos, mientras otros desertaban, como fray Esteban, compaero del santo entre 1217 y 1219, el cual, indignado por lo que estaba sucediendo, se fue a Oriente, a contar lo sucedido a Francisco. Y aunque ste pareci tomrselo con irona, lo cierto es que regres a Italia un ao antes de lo previsto, con el ministro de Oriente fray Elas, fray Pedro Cattanei, fray Cesreo de Spira y otros, dejando all slo a unos cuantos frailes, con fray Lucas de Puglia al frente de ellos.

    Los males incurables de Francisco y de la Orden (agosto-septiembre, 1220).

    Francisco desembarc en Venecia, en una de cuyas islas (San Francesco al deserto) se cuenta que compiti con una bandada de pjaros a la hora de recitar el oficio divino. Las charcas y el calor de Egipto comprometieron para siempre la salud del santo, que volva afectado de malaria y de una infeccin ocular que lo dejar prcticamente ciego al final de su vida. Tan mal estaba, que tuvo que hacer el viaje a lomos de un borriquillo, acompaado por fray Leonardo de Ass, a quien di una gran leccin de humildad.

    Bolonia era paso obligado y all estaba el ministro Pedro Staccia, de quien cuenta Angel Clareno que Francisco fue a buscarlo y lo maldijo, por querer destruir la orden. Alguien podr escandalizarse, pero la realidad es esa. Sus principales bigrafos dicen que "maldeca a quienes con su mal ejemplo eran motivo para que la gente hablase mal de la orden" y destruan lo que el Seor haba edificado y no dejaba de edificar por medio de los santos hermanos. Por la misma razn maldijo tambin a fray Felipe Longo, diciendo: "Hasta ahora la llaga estaba en la carne y haba esperanza de curacin, pero ahora ha calado hasta los huesos y ser prcticamente incurable".

    Recurso al papa e introduccin del noviciado (Septiembre, 1220).

    Francisco no se dirigi a Ass, sino que se fue Viterbo, donde resida entonces el papa Honorio III con la curia, para solicitarle que permitiera al cardenal Hugolino ayudarle a resolver los problemas surgidos. El cardenal revoc enseguida las concesiones otorgadas a fray Felipe, y fray Juan de Compello y sus secuaces fueron expulsados de la curia sin contemplaciones. Como medida de prudencia, el papa concedi a Francisco la

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    bula "Cum secundum" por la que se introduca en la orden lo que ya era habitual en otras congregaciones: un ao de noviciado antes de la profesin, prohibiendo adems el abandono de la orden o el cambio de obediencia.

    Trato con mujeres (septiembre, 1220).

    Extenuado por la enfermedad y el exceso de ayuno, desanimado y preocupado, Francisco pas por Bevagna, de regreso a Ass, donde le sali al encuentro la madre de un religioso, acompaada de otra hija tambin consagrada, probablemente como penitente. Pero el santo no mir a la joven en nungn momento, pues deca al compaero: "Quin no tiene reparos en mirar a una esposa de Cristo?". Seguramente pensaba en fray Felipe y en otros religiosos amigos de conversar con vrgenes consagradas. El era del parecer que hay que ser muy prudentes, pues es difcil, deca, caminar entre brasas y no quemarse los pies (Prov. 6, 28). Por eso se esforzaba en predicar con el ejemplo, evitando seguir la conversacin de mujeres demasiado habladoras, o hablndoles en voz alta y clara, de manera que todos lo oyesen. Al final de su vida confesar que, si las mirase a la cara, slo reconocera a su madre y a "madonna" Clara, a quien llamaba "cristiana" para evitar llamarla por su nombre. La Regla de 1221 ser muy explcita al respecto: los hermanos deben evitar la familiaridad con mujeres, el aconsejarse o caminar a solas con ellas o comer juntos en la misma mesa, y aquellos que mantengan relaciones sexuales con ellas deben ser expulsados de la orden.

    Delega el gobierno en manos de Pedro Cattanei (sep.-oct., 1220).

    El regreso de Francisco alegr a muchos, pues se rumoreaba que haba muerto, y sirvi para tranquilizar los nimos. Su llegada a Ass coincida prcticamente con la celebracin anual del captulo provincial o de San Miguel, en torno al 29 de septiembre, con la asistencia de todos los religiosos de las regiones Umbra y Toscana. Decisin de este captulo fue, probablemente, el encargo a fray Cesreo de Spira, experto en Sagrada Escritura, de adornar la regla con textos bblicos. Pero la decisin ms grave fue la renuncia de Francisco en favor de fray Pedro Cattanei, no como ministro general, pues para ello se requera el permiso del papa, sino como vicario suyo. Ante la conmocin y el llanto de todos, le prometi de rodillas obediencia y reverencia, diciendo: "Seor, te encomiendo la familia que hasta ahora me habas confiado. La dejo en tus manos, pues mis enfermedades no me permiten ocuparme de ella; y en las de los ministros; que ellos respondan ante ti, Seor, el ltimo da, si por negligencia o mal ejemplo, o por alguna spera correccin, se perdiera algn hermano".

    Desde entonces se esforzar en ser un hermano ms, sometido al vicario y a los ministros de las provincias donde resida o por donde tuviera que pasar. Es ms, pidi al vicario que delegara su autoridad en alguno de sus compaeros, para poderlo obedecer como si de l se tratase. Los bigrafos dicen que era reacio a recurrir a la fuerza de la autoridad, salvo en contadas ocasiones. Esto y la enfermedad fueron la causa de que renunciara al gobierno de la orden, empendose desde entonces en mostrar a todos con el ejemplo, ms que con la autoridad de las palabras, lo que deban hacer o evitar.

    Se acusa pblicamente, para dar ejemplo (oct.-nov.,1220).

    Habindose agravado en su enfermedad, el obispo Guido II le haba insistido para que se alojara en su casa, y all permaneci durante la cuaresma del adviento o de San Martn (1 nov. - 24 dic.). Al final. de la misma predic a los asisanos en la plaza y les rog que esperasen un poco, mientras suba a la catedral de San Rufino. Una vez all, baj a la cripta, se quit el hbito y pidi a Pedro Cattanei que lo condujera as, con la cuerda al

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    cuello, hasta la picota de la plaza donde solan exponer a los delincuentes a las burlas de todos. Y all confes su culpa, diciendo: "Vosotros y los que me siguen me consideris un santo, pero yo confieso ante Dios y ante vosotros que he comido carne y caldo de pollo esta cuaresma". Muchos lloraban de compasin, pues era invierno y haca fro. Tal vez fue entonces, o en otra ocasin semejante, cuando, caminando por las calles de Ass, seguido de mucha gente, regal su manto a una pobre anciana, pero enseguida confes haber tenido sentimientos de vanidad.

    La casa del Comune o Municipio (1221, enero).

    La casita de barro y madera construida por los hermanos al principio en la Porcincula se haba quedado estrecha, pues deban alojar tambin a los frailes y postulantes que a diario acudan al lugar. Por eso, en ausencia de Francisco, tal vez a peticin de los vicarios, las autoridades de Ass decidieron edificarles una casa grande, con muros de piedra y mortero. Cuando l regres y se percat de las obras, llam al vicario para manifestarle su desaprobacin, pues deca que el lugar deba ser modelo y espejo para toda la orden, y que prefera que los hermanos sufrieran incomodidades antes que dar mal ejemplo y animar a otros a hacer lo mismo.

    Se castiga comiendo con un leproso (enero-febrero, 1221).

    Uno de aquellos das se acerc a la Porcincula fray Santiago el Simple con un leproso purulento. Francisco lo reprendi, por no considerarlo prudente, debido al horror que la gente senta por ellos; mas luego pens que haba avergonzado al enfermo con sus palabras, y pidi al vicario que le impusiera como penitencia comer con l, en su mismo plato. Siempre haca lo mismo, tambin cuando crea haber ofendido a un hermano. En cambio ocultaba sus progresos espirituales, para no envanecerse ante los dems. Y cuando alguien le reprochaba la aspereza de su vida responda que haba sido puesto en la orden como modelo, como un guila que ensea a volar a sus polluelos. De ah que siguiera mortificndose hasta el final, aunque ya no lo necesitara.

    Los detractores en la orden (enero-febrero, 1221).

    Hay que repetir que el verdadero san Francisco tiene poco que ver con la imagen del santo dulce, bonachn y tolerante que nos hemos hecho de l. El era un hombre disciplinado, responsable, exigente y austero consigo mismo y severo con los dems, lo cual no est reido con la caridad y la humildad. He aqu otro ejemplo: un da oy a un fraile que difamaba a otro. Entonces se volvi al vicario, que estaba a su lado, y le dijo, visiblemente enojado: " Los detractores, si no se les hace frente, amenazan con dividir la orden; y el suave olor de muchos se volver apestoso si no se les tapa la boca a tiempo. Anda, examina el caso con atencin y, si el acusado es inocente, haz saber a todos con una severa reprensin quin es el difamador. Y si no puedes castigarlo por ti mismo, ponlo en manos del pgil florentino. Quiero que t y los dems ministros tengis cuidado con este mal apestoso, para que no se extienda ms". El pgil florentino era fray Juan de Lodi, de complexin fuerte, a quien Francisco debi de recurrir en ms de una ocasin para corregir a los recalcitrantes. Lo mismo hara despus fray Elas, para su desgracia. Deca Francisco que los difamadores merecen ser despojados del hbito y no son dignos de levantar los ojos a Dios, si antes no devuelven la buena fama robada al hermano.

    Los bienes de los novicios y la posesin de libros (enero-febrero, 1221).

    El gran nmero de hermanos que acudan a la Porcincula planteaba problemas no solo de alojamiento, sino tambin de alimentacin y vestido. Por eso, Pietro Cattanei,

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    viendo que no bastaban las limosnas, propuso a Francisco la posibilidad de quedarse con parte de los bienes que los novicios estaban obligados a repartir entre los pobres. Ms l le respondi que era preferible despojar el altar de la Virgen, antes que obrar contra la regla. Lo obstante, la Regla, que estaba siendo sometida a revisin por esos das, admitir la posibilidad de recibir bienes de los novicios, pero no dinero.

    Por este mismo tiempo una pobre anciana, madre de dos frailes, fue a pedir ayuda a la Porcincula y el santo, no teniendo otra cosa que ofrecerle, le regal el primer Nuevo Testamento que tuvo la orden.

    Otro da vino un ministro a consultarle sobre el pasaje evanglico de la Regla que dice: "No llevis nada para el camino". Su respuesta fue rotunda: "Mi pensamiento es que los hermanos no deberan tener ms que el hbito, la cuerda y los calzones, y el calzado si es necesario". "Y qu puedo hacer yo -replic el ministro-, que tengo libros por valor de ms de cincuenta libras?" "Hermano -concluy el santo- yo no puedo ni debo obrar contra mi conciencia ni contra el Evangelio prometido. Vosotros queris que la gente os tenga por observantes del Evangelio, pero en el fondo queris tener la bolsa llena". Respuestas semejantes dar a un novicio que quera tener un salterio y a fray Ricerio de la Marca.

    Francisco no permita la posesin de libros en privado. Los quera en comn y slo los estrictamente necesarios, como las dems cosas. Se cuenta que por aquellos aos, durante los captulos, los hermanos dejaban sus breviarios en un estante, y luego cada cual coga, muy contento, el primero que encontraba, aunque fuese ms viejo que el suyo.

    Muerte del vicario Pedro Cattanei. Lo sustituye fray Elas (10 de marzo, 1221).

    Fray Pedro Cattanei muri apenas cinco meses despus de ser nombrado vicario, y fue sepultado junto a la iglesia de la Porcincula. Su muerte fue muy sentida en la comarca y la gente acuda en masa a su tumba, pues su intercesin obraba prodigios. Hasta que Francisco se percat, y le rog, por obediencia, que dejara de hacerlo, para recuperar la paz del lugar, ya que estaban desbordados por los seglares. En su lugar fue elegido nuevo vicario fray Elas Bombarone de Ass, hombre de gran personalidad y carcter, muy controvertido, sobre todo en los ltimos aos de su vida, cuando, por motivos polticos, cay en desgracia. Pero de l todos hacan elogios, y el hecho de que Francisco, hombre perspicaz y buen conocedor de las interioridades de cada hermano, lo nombrara ministro de la provincia de Oriente y luego vicario suyo, es una buena prueba de sus capacidades.

    Tres mil frailes (30 de mayo - 8 de junio, 1221).

    Fue el ms multitudinario de los llamados captulos "de las esteras" (1217, 1218, 1219 y 1221). Segn fray Jordn de Jano, que estuvo presente, participaron unos tres mil hermanos, entre profesos y novicios. Se alojaban en cobertizos de ramas secas y esteras, donde coman, repartidos en 23 grupos, correspondientes, probablemente, al mismo nmero de custodias en las que hubo que dividir las provincias, por razones prcticas. Los comarcanos contribuyeron generosamente con vveres, tanto, que al sptimo da se negaron a aceptar ms y tuvieron que quedarse otros dos das, para consumir las existencias.

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    Celebraciones

    En lugar del cardenal Hugolino asisti el cardenal Rainiero Capocci, en cuyo nombre, cada da, presida la eucarista uno de los muchos obispos presentes. Francisco ejerca como dicono, proclamando el Evangelio. Este ao se dirigi a todos los presentes con unas palabras basadas en el versculo del salmo 144 que dice: "Bendito sea mi Dios, que adiestra mis manos para el combate", exhortando a los hermanos a la paciencia y a ser modelo para todo el mundo. El ansia de mortificacin de los hermanos era tal, que Francisco tuvo que prohibir que utilizaran argollas de hierro y cilicios, pues muchos enfermaban por ello, quedando incapacitados para la oracin y otras actividades. Hasta 500 piezas dejaron los hermanos a los pies de Francisco, por mandato suyo.

    Ambiente

    El ambiente era juvenil y optimista, casi eufrico. Grupos de hermanos rezaban, cantaban o charlaban animadamente, ac y all, comentando las peripecias de sus correras por el mundo, el martirio de los cinco que fueron a Marruecos o el valor de Francisco en Egipto. No es extrao, sin embargo, que en un lugar de tanta aglomeracin, ocurriera alguna desgracia. Un da un hermano tropez y fue a caer en un pozo. Francisco, apenas oy el golpe de la cada, corri a orar a la iglesia y el hermano fue rescatado ileso.

    La casa del "Comune"

    Francisco no terminaba de asimilar lo de la nueva casa construida por el Municipio, as que un da se subi al tejado con otros compaeros, con evidente intencin de derribarla. Ante la multitud de hermanos agolpados alrededor, algunos representantes municipales, entre ellos el hermano carnal de Francisco, ngel, le gritaban desde abajo: "La casa es del Comune, y te prohibimos derribarla". Ante tales argumentos, el santo ces inmediatamente en su empeo. Haba conseguido lo que quera: que todos los hermanos supieran que la casa no era de los hermanos, pues tema que la Porcincula dejara de ser un modelo y que en otros lugares siguieran el mismo ejemplo. El nunca quiso que se alojaran en ninguna parte, sin antes haberse asegurado de quin era el dueo, pues los hermanos menores tienen que alojarse siempre bajo techo ajeno. Tambin quera que sus casas fuesen humildes, como las de los pobres, y que viviesen en ellas como peregrinos y forasteros, anhelando ardientemente la patria del cielo, y desplazndose en paz de un lugar a otro. Tambin deca que la pobreza es el fundamento de la Orden y que, si esta se resquebrajara, el edificio se vendra abajo.

    La Regla revisada

    En este captulo Francisco present la nueva versin de la Regla, es decir, la regla primitiva, aprobada oralmente por Inocencio III en 1209, con las modificaciones, aadidos y supresiones introducidas en los captulos anteriores (1216 al 1219) y por el mismo santo al volver de Egipto, con ayuda de fray Cesreo de Spira, experto en Sagrada Escritura, que la ador con abundantes frases evanglicas. Entre las novedades estaba la introduccin del noviciado (cap. 2), en virtud de la reciente disposicin de Honorio III. Tambin el captulo referente al ayuno (cap. 3) sufri una transformacin radical, quedando ste reducido a las cuaresmas de San Martn, Epifana y Pascua y a todos los viernes del ao. No slo se abrogaba, pues, la meticulosa normativa introducida el ao anterior por el captulo de los vicarios, sino que se simplificaba bastante las disposiciones

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    primitivas. Otra novedad importante fue el captulo 18, donde se dispone que los captulos de Pentecosts sigan siendo anuales para las provincias italianas, y trimestrales para el resto, en vez de cada dos aos, como, probablemente, se vena haciendo hasta entonces (1217-1219-1221). Pero lo ms destacado es que la participacin al captulo de Pentecosts quedar limitada a los superiores de la orden, segn la prctica cisterciense, propuesta como modelo por el Concilio de Letrn, y como deseaban los ministros. En compensacin, los captulos provinciales o de San Miguel seguan siendo abiertos a la participacin de los religiosos de toda la provincia.

    El envo a las distintas provincias (7-8 de junio 1221).

    Aunque Francisco interviene y toma decisiones en el captulo, la coordinacin de todo corre a cargo de su nuevo vicario fray Elas. Este, en efecto, de comn acuerdo con los provinciales, era el encargado de asignar la provincia de destino a los hermanos, excepto a los Ultramar, a donde slo iban quines lo solicitaban personalmente, como dispone la regla. Nuevo ministro de esta provincia fue elegido fray Benito Sinigardi de Arezzo, en sustitucin de fray Elas y de fray Lucas de Puglia, que haba quedado al cargo de la misma el ao anterior, cuando Elas regres a Italia con Francisco. Fray Gregorio de Npoles sustituy en Francia a fray Pacfico, mientras ste era nombrado, probablemente este mismo ao, visitador general de los monasterios de damianitas, tras la muerte del cisterciense fray Ambrosio y la deposicin de fray Felipe Longo. A la provincia de Hungra (incluidos los pases balcnicos) fueron enviados algunos hermanos a combatir la hereja bogomil o patarina en Bosnia, Serbia y Bulgaria, a peticin del legado pontificio y algunos obispos de la zona. Al frente de la provincia espaola, la ms floreciente fuera de Italia, fue enviado de nuevo fray Juan Parenti, que permanecer en el cargo hasta su eleccin, en 1227, como primer sucesor de San Francisco.

    San Antonio de Lisboa o de Padua

    A la provincia espaola perteneca Antonio de Lisboa, el joven ex-agustino de Santa Cruz de Coimbra, que vio frustrados sus deseos de martirio en Marruecos y acab en las costas sicilianas cuando regresaba, enfermo, a Portugal. Viendo que nadie lo reclamaba, pues era un completo desconocido lo consideraban poco til, solicit a fray Gracin, sucesor de Pedro Straccia en la provincia de Lombarda-Romagna, que lo llevase consigo y lo instruyese en la vida religiosa, sin hacer alusin a sus estudios ni a sus conocimientos bblicos. El ministro lo envi entonces al eremitorio de Montepaolo, cerca de Dodvola (Forl), y all permaneci, ejerciendo como sacerdote, hasta septiembre del ao siguiente, cuando todos descubrieron sus dotes oratorias.

    La provincia de Alemania

    A Alemania nadie quera ir, desde el estrepitoso fracaso de la misin de 1217. Por eso Francisco, por medio de fray Elas, ofreci a los que quisieran ir la misma obediencia que a los que iban a Ultramar, a tierras de infieles. Se ofrecieron casi noventa voluntarios, muchos de ellos ansiosos de martirio. Los seleccionados fueron doce hermanos clrigos y quince legos. Entre estos iba fray Jordn de Giano, a quien debemos una preciosa crnica de mediados del siglo XIII, con mltiples noticias sobre los orgenes de la Orden y de la provincia en Alemania. Al frente de la misma fue enviado fray Cesreo de Spira, una de las adquisiciones de fray Elas, cuando estuvo en Palestina. Tambin iba fray Toms de Celano, futuro bigrafo oficial de San Francisco, y fray Juan de Pian del Crpine, futuro ministro de Alemania, Espaa y otras provincias. Fray Juan fue enviado como embajador del papa Gregorio IX a la corte del Gran Khan, logrando implantar la Iglesia catlica y la Orden de los hermanos menores en el lejano Oriente.

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    Fundacin de la Orden Tercera, de los Penitentes Seglares

    Existe constancia de que San Francisco fund la Orden Tercera o de la Penitencia este mismo ao 1221, y el captulo general al que nos estamos refiriendo no poda ser ajeno a una decisin tan importante. Es probable que en el captulo se diese el visto bueno al proyecto, dejando para ms adelante la redaccin de un memorial o regla, en espera de que el santo y el cardenal Hugolino pudiesen elaborarlo juntos, cosa que se hizo, segn parece, el verano siguiente, en Florencia (ver Orden Franciscana Seglar.)

    Enemigo de la vanagloria (Verano, 1221)

    Despus del captulo general, repuesto un poco de su enfermedad, Francisco emprendi una gira apostlica por el centro de Italia. Fue tal vez en esta ocasin cuando, un da, despus de predicar delante de la catedral de Terni, el obispo despidi al pueblo diciendo: "Desde que el Seor plant y edific su Iglesia, no ha dejado de adornarla con hombres santos que la hacen crecer con sus palabras y su ejemplo. Ahora, en nuestros das, la ha enriquecido con un hombre sencillo, humilde e iletrado. Por eso debis honrar y amar al Seor, evitando todo pecado, ya que 'con ninguna nacin obr as". Tanto agradaron a Francisco estas palabras, que se ech a sus pies, exclamando con satisfaccin: "Messer, nadie en el mundo me ha honrado tanto como t ahora. Los dems dicen que soy un santo y alaban a la criatura, no al Creador. T, en cambio, has sido discreto, sabiendo distinguir lo que es precioso de lo que nada vale.

    Todo el esfuerzo de Francisco iba dirigido a edificarse a s mismo sobre la humildad aprendida de Cristo, por eso slo miraba a sus fallos y su mayor ilusin era crecer en la virtud. Humilde en el vestir, en los sentimientos y en la valoracin de s mismo, apareca ante los dems como el menor de los menores. No haba arrogancia en sus palabras, ni afectacin en sus gestos, ni ostentacin en sus obras. De buena gana se someta a los dems, dejndose guiar mejor por el consejo de un compaero que por el suyo propio; y prefera la crtica a la alabanza, porque aquella le obligaba a corregirse, mientras el elogio lo pona en peligro de caer.

    Austeridad en el comer (Otoo, 1221).

    Del 1 de noviembre al 25 de diciembre Francisco hizo la cuaresma de San Martn en Poggio Bustone, cerca de Rieti y, por su enfermedad, los hermanos le condimentaron algunos platos con tocino. Mas, cercana ya la Navidad, mientras predicaba a un grupo de comarcanos, les dijo: "S que vens a verme con gran devocin, porque me consideris un santo; pero yo confieso ante Dios y ante vosotros que durante la cuaresma he tomado alimentos con tocino". Ms tarde, dira tambin a sus compaeros: "En los eremitorios, como en cualquier otro lugar, quiero ser ante Dios tal como la gente me ve, pues si ellos me consideran santo y no vivo como tal, sera un hipcrita".

    Porque le pareca imposible satisfacer al cuerpo sin condescender con el placer, las pocas veces que tomaba alimentos cocidos los volva inspidos echan