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  • 8/18/2019 Blanco Illary -

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     ASPECTOS NARRATIVOS DE LA IDENTIDADPERSONAL

     Juan Ignacio Blanco Illar i * 

    Resumen: En este trabajo quisiera mostrar la necesidad de recurrir a unaconcepción narrativa de la identidad personal. Para ello, tomo las corrientes actuales

    de la identidad personal e intento señalar sus lagunas y debilidades. Dichasdebilidades se deben al olvido de la dimensión narrativa en el tratamiento delproblema. Primeramente, analizo la línea descriptiva! de la identidad, toma eltrabajo de Par"it e intento mostrar el contraste con los argumentos narrativistas de#ac$ntyre y %icoeur. &uego repaso la teoría normativa en la versión elaborada por 'ugendhat. (llí muestro de qu) modo la identidad narrativa permite una mejorcomprensión del problema. En e"ecto, la identidad personal parecería involucraruna mi*tura de posesión y desposeimiento, acción y pasividad, que sólo la narraciónpuede armonizar dando a la identidad unidad y completitud.

    Palabras clae+ identidad personal narratividad

     Abs!rac!: $n this paper $ -ill try to sho- the need to resort to a narrativeconception o" personal identity. $n order to do so, $ -ill tae the most signi"icantlines on personal identity and $ -ill sho- their -eanesses and gaps. /uch -eanesses are generated by the lac o" narrative dimension. 0irstly, $ -ill analyzethe descriptive! line o" the personal identity1 $ -ill tae Par"it2s -or, and $ -ill tryto contrast -ith it the narrativistic! arguments o" #ac$ntyre and %icoeur. 'hen $ -ill turn to the normative theory, as it is elaborated by 'ugendhat, in order to sho-ho- the narrative identity allo-s a better comprehension o" the personal identityproblem. $n "act, the personal identity seems to involve a mi*ture o" possession and

    dispossession, action and inaction, that only a narration can combine giving theidentity unity and totality.

    "e# $or%s+ personal identity 3 narrativity 

    * Doctor en 0iloso"ía por la 4niversidad 5acional de &a Plata. 6ecario Postdoctoraldel 785$7E' Pro"esor de la 4niversidad 5acional de 9eneral /armiento y del$nstituto 4niversitario E/E(DE. Pro"esor $nvitado de la 4niversidad 7atólica (rgentina. Dirección electrónica+ juan:blanco;

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    &' In!ro%ucci(n

    Es di"ícil no reconocer la importancia que la identidad personal tiene,no sólo para las ciencias humanas en general, sino tambi)n para muchasotras disciplinas. Es un dato que hace a la complejidad y alcance de lacuestión el que la identidad personal sea abordada desde ?ngulos tandistantes+ desde la "iloso"ía hasta la gen)tica, pasando por el derecho, lasociología, la psicología, la biología, etc.. Esta poli"onía debería advertirnos

    desde el inicio que la b@squeda de una respuesta unívoca y de"initiva no secorresponde con la naturaleza del problema. 'ampoco deberíamos suponerque hay una   pregunta rectora que re@ne bajo su órbita el resto de lascuestiones que dispara el problema. Por ejemplo, tenemos de un lado losproblemas jurídicos de la identidad, los juicios de "iliación y, m?srecientemente, los juicios por la verdad, en los que se intenta develar laidentidad! de la persona. 'ambi)n tenemos la cuestión psicológica deldesarrollo de la personalidad!, y de la construcción de la identidad del yo.Por otro lado, aparecen cuestiones relativas a la dimensión social

    AsociológicaB de esa construcción, cuestiones biológicas que entran en juego,etc. &a unidad entre estas líneas interrogativas debe buscarse m?s del lado dela met?"ora -ittgensteiniana de los parecidos de "amilia! que de lameta"ísica platónica de la unidad de un eidos .

    Desde hace ya varios años, la identidad narrativa, propuestaespecialmente por %icoeur, aunque presente en otros autores de "usteA8rtega y 9asset, 7harles 'aylor, #ac$ntyre, (rendt, por nombrar sóloalgunosB, se ha colocado en el centro del debate. &o que me propongodemostrar es que la narratividad no es una prerrogativa que podamos

    agregar o no al an?lisis de la identidad personal. Por el contrario, la narraciónes “constitutiva” de la identidad, y en este sentido, forma parte esencial de ella. 

    &a teoría narrativa de la identidad personal muestra su capacidad ycompletitud e*plicativa cuando se la con"ronta con las perspectivasdescriptivo3reduccionista y pr?ctico3normativa. Estas dos "ormas de an?lisisparecen e*cluirse mutuamente, sin embargo la identidad narrativa se

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    presentar? como puente entre ellas seg@n el a*ioma de %icoeur+ entredescribir y prescribir, narrar!=.

    )' Las !eor*as %escri+!ias

    Dentro del complejo panorama que abre la cuestión de la identidadpersonal1 hay un consenso m?s o menos establecido en cuanto a los dosmeta3en"oques que gobiernan los di"erentes an?lisis. De un lado se alzan lasteorías que abordan a la identidad personal bajo el paraguas de unaontología descriptiva. Estas se han desarrollado, a su vez, con"orme a dos

    modelos+ el modelo reduccionista1 y el modelo no3reduccionista. %ealizar)un sobrevuelo de las tesis centrales de ambas teorías para contrastar laconsistencia de la hipótesis.

    )'&' La !esis re%uccionis!a

    &a tesis reduccionista es la que proviene de Cume, &oce, y tienecomo uno de sus @ltimos representantes a Dere Par"it. /eg@n este autor, sila identidad personal es un tipo de identidad, lo m?s recomendable es

    comenzar por analizar la noción de la identidad!. (sí, podemos distinguirla identidad num)rica de la identidad cualitativa+

     

    dos bolas de billar no son n@mericamente pero sí cualitativamenteid)nticas. /i pinto de rojo una de estas bolas, no ser? entoncescualitativamente id)ntica a sí misma tal cómo era ayer. Pero la bola rojaque veo ahora y la bola blanca que pint) de rojo son num)ricamenteid)nticas. 5o son sino una y la misma bola; 

    /i aplicamos  prima facie   esta distinción a la persona, entoncespodríamos decir que no hay contradicción a priori  en decir que una persona,despu)s de alg@n hecho relevante en su vida, es num)ricamente la misma,

    1 7"r. %icoeur P., Sí mismo como otro, #)*ico, /iglo $, =FFG, p. =

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    pero cualitativamente otra. /eg@n esta "orma de hablar, la persona es y no esla misma , siempre y cuando tengamos presente los di"erentes usos de lapalabra misma!. /i Juan ha cambiado radicalmente despu)s de suaccidente, entonces solemos decir que es una nueva persona!, que hanacido de nuevo!, aunque sepamos que num)ricamente se trata del mismoindividuo. Par"it re"iere el caso de 7assius #arcellus 7lay quien, luego de suconversión mística, se trans"ormó en otra persona+ #uhammad (li. Desdeluego se trata de una conversión cualitativa, no num)rica, pues si "ueranum)rica ya no podríamos decir qu)Kqui)n cambió.

    En vista de esta posibilidad, Par"it señala tres preguntas

    "undamentales sobre la cuestión de la identidad, tres preguntas que seresumen en una cuarta+ ALB MNu) est? implícito de hecho en la continuidadde una persona a lo largo del tiempoO!. De esta manera se ve claramenteque lo que est? en juego es el problema de la continuidad de la mismapersona a trav)s del tiempo. /iempre el modo de preguntar señala lospresupuestos no declarados de una teoría. (quí, Par"it sale a la caza de unhecho, empíricamente constatable , en el que consista la identidad personal en surelación con la temporalidad.

    En una primera apro*imación podríamos decir que la tesisreduccionista implica dos presupuestos "uertes+

    A=B que el hecho de la identidad de una persona a trav)s del tiempoconsiste sólo en la posesión de ciertos hechos m?s particulares, y A;B queestos hechos pueden ser descritos sin presuponer la identidad de esapersona, sin a"irmar e*plícitamente que esa persona tiene talese*periencias en su vida e incluso sin a"irmar e*plícitamente que esapersona e*iste. Esos hechos pueden ser descritos de manera impersona l L.

     4na ontología de los hechos no puede sino administrar una

    metodología objetivista, en la que la primacía la tiene la tercera persona!por sobre la perspectiva de la primera. Nue los hechos en los que consiste laidentidad personal puedan describirse de modo impersonal, signi"ica que no3 Ibidem , p. ;

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    necesitan armonizar con la perspectiva  yoica . (sí, tratamos a la personacomo un objeto de conocimiento que, en principio, no presenta di"erenciasrelevantes con otros objetos. /i algo es un ente, tiene que tener identidad.

    El criterio principal, que nos permite distinguir cu?ndo un individuotiene la identidad requerida, es el de la continuidad!. /eg@n este criterio AaBun sujeto en un tiempo t.= es id)ntico a un sujeto I en t.; si se puedeestablecer una continuidad ininterrumpida entre los hechos psicológicos yneuro"isiológicos de e I, pero este criterio, aunque necesario, esinsu"iciente, porque, AbB la continuidad e*ige que la cone*ión sea de undeterminado tipo. Podemos decir, que los hechos de e I se superponen,

    o se implican, o se relacionan causalmente, o teleológicamente, osist)micamente, etc.

     (l aplicar este criterio Par"it intentar? derribar tres creenciasordinarias con respecto a la identidad+ A=B la primera concierne a lo quedebemos entender por identidad personal, esto es, la e*istencia separada deun n@cleo de permanencia1 A;B la creencia de que puede darse siempre unarespuesta absoluta sobre la e*istencia de semejante n@cleo de permanencia1y AB la creencia seg@n la cual, la identidad personal es un requisitoimportante para que la persona pueda constituirse en sujeto moral. Qeamoscomo procede Par"it para derribar en bloque estas creencias.

    Sobre (!"  En sus an?lisis Par"it parece tener como tesis rival la teoríaegológica de ascendencia cartesiana. Para no caer en los calambresconceptuales que supone la doctrina del "antasma en la m?quina!, esnecesario mostrar que la identidad personal se reduce al hecho Ao noB decierto encadenamiento entre acontecimientos psíquicos o neuro"isiológicos.0uera de este encadenamiento no hay nada. &o que e*cluye la tesisreduccionistas es, precisamente, que seamos entidades separadas. En

    t)rminos de Par"it, aparte de esta cone*ión no hay ning@n Cecho 4lterior!,ll?mese res3cogitans, yo trascendental, en que consiste la identidad personal. (hora bien, la teoría reduccionista parte de la siguiente de"inición+ &ae*istencia de una persona consiste simplemente en la e*istencia de uncerebro y un cuerpo, y en el acontecimiento de una serie de eventos "ísicos ymentales interrelacionados!R.

    5 Ibidem , p. ;==.

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    &o que esta de"inición supera es, seg@n Par"it, el subjetivismo de latesis contraria AcartesianaB. /i, como supone la tesis no reduccionista, laidentidad personal se atiene a un hecho subjetivo central Acomo puede ser elcaso del yo pienso que debe poder acompañar a todas mis representacionesB,entonces esta tesis se en"renta con un problema insuperable+ este hecho noseria accesible, ni por ende corregible, desde la perspectiva de la tercerapersona. Pero, agrega Par"it, no es contradictorio pensar en la posibilidad deque estemos equivocados con respecto a nosotros mismos. Podríamossuponer que, aunque yo recuerde haber estado en la histórica "inal de "@tboldel #undial HG, en realidad yo no estuve allí. Esto sería posible si se lograsetrasplantar, de un cerebro a otro, la zona que almacena la memoria. Es sólouna cuestión de tiempo para que la ciencia haga posible t)cnicamente estetrasplante. (sí, si a mí se me injertara la memoria de Pedro, entonces, siPedro estuvo en aquella "inal, yo recordar), desde la perspectiva yoica , haberestado en ese partido. Pero esto no sería verdad. Es decir, no sería verdadque yo estuve en ese partido, aunque sea verdad que yo recuerdo haberestado en ese partido.

    &a estrategia de Par"it para evitar este subjetivismo, con susconsecuencias paradójicas, es poner a la identidad personal como un mero

    asunto de hechosKacontecimientos! objetivos Asean psíquicos o "ísicosB. &abase de la estrategia consiste en despersonalizar! los hechos oacontecimientos psíquicos, es decir, dar de ellos una descripción en tercerapersona, que no requiera la adscripción a una sustancia  yoica . De ahí latendencia de Par"it a hablar de huella cerebral o mn)mica.

    /i podemos intercambiar e*periencias de un sujeto a otro, laposesión! de estas e*periencias no es necesaria. (dem?s, quedaríademostrado que no tenemos ninguna evidencia empírica para a"irmar que, allado de la e*periencia, hay un sujeto3yo! poseedor de dicha e*periencia. &o

    que hay son e*periencias! que se conjugan de determinada manera. /ihubiera que adscribir la e*periencia a algo! deberíamos adscribírsela alcuerpo. Par"it suscribe plenamente la observación que &ichtenberg le hicieraa Descartes+ cuando este llegó al co#ito, debió haber dicho hay el pensar deun pensamiento! en lugar de yo pienso!. &a primera "ormulación noadelanta ni presupone ning@n su$eto3 yoico de posesión. /i se hubiera atenido a

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    lo que de hecho estaba sucediendo nos hubiese ahorrado muchosquebraderos de cabeza

    Sobre (%!"   4na vez eliminada la tesis del hecho ulterior!, elpresupuesto de la decidibilidad sobre tal hecho cae por sí sólo. Es aquídonde se hace pesar el recurso a los  pu&&lin# cases . &a estrategia ahoraconsistir? en buscar ejemplos en los que la identidad, tal como la entiende la

     further theory  AegologíaB, queda re"utada merced a la imposibilidad de resolverla cuestión de la continuidad de la identidad por sí o por no G. Entonces+ /iaceptamos la Perspectiva %educcionista, puede haber casos en los quecreamos que la identidad de una cosa es AB indeterminada . 5o creeríamos

    esto si rechazaramos la Perspectiva %educcionista sobre este tipo decosas...!S.

    Par"it propone el siguiente ejemplo+ supongamos que un club que hae*istido durante algunos años, con encuentros regulares y reguladosclaramente, se cierra. (lgunos años m?s tarde algunos miembros de esteclub deciden reabrirlo con el mismo nombre, las mismas reglas y la mismaprogramación de encuentros. &a pregunta sería+ Mes )ste el mismo clubO, Mosimplemente se trata de abrir otro club id)ntico al anteriorO /eg@n la tesisno3reduccionista deberíamos poder dar una respuesta concluyente a esta

    6 Cay que reconocer la sagacidad e inventiva de Par"it al momento de presentar loscasos! imaginarios. Nuiz? el m?s conocido y resonante sea el de lateletrasportación! que presentar) de manera abreviada+ supongamos que, para viajar a #arte yo tengo dos m)todos. 4no es el viaje com@n Aen nave espacialB y elotro es por medio de la teletrasportación. #ediante esta segunda modalidad, ingresoen una c?psula que mediante un scanner graba toda la in"ormación contenida encada una de mis mol)culas, luego destruye mi materia org?nica, envía la in"ormacióna destino por radio y reproduce, a partir de materia org?nica, una a una mis

    mol)culas. Io pierdo unos segundos la conciencia y la recupero en #arte. ( partirde aquí Par"it dispara sus preguntas. M/oy yo el que se despierta, o es alguienid)ntico a míO &o que quiere demostrar es que la respuesta a esta pregunta es unacuestión de decisión discrecional, que no hay nada en los hechos que me permitaresolver la cuestión. Esto no quiere decir que haya algo que se me escapa en midescripción de lo que sucede. Io s) todo lo que va a pasar y a@n así no puedocontestar por sí o por no a la pregunta por la identidad AMser? que esta pregunta nose resuelve describiendo los hechosOB.7 Ibidem , p. ;=.

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    acuerdo en que, para que algo sea una mol)cula de agua tiene que tener dos?tomos de hidrógeno y uno de o*ígeno. Es por ello que la identidad de unamol)cula de agua es decidible en "unción de los hechos, mientras que laidentidad de una persona no.

    Sobre (!"  Este @ltimo punto pareciera ubicarse del lado de las teoríasprescriptivas, sin embargo Par"it la presenta como una consecuencia de suteoría descriptiva3reduccionista. Par"it intenta derribar el juicio deimportancia que damos a la identidad personal combatiendo la teoríautilitarista de la moral llamada Self)interest theory . #uchos autores creen que lae*istencia de derechos y garantías se debe a la e*istencia de la identidad

    personal, que somos responsables de nuestras acciones en la medida en quesomos agentes yoicos que no pueden reducirse a los hechos Asean "ísicos opsíquicosB. $ncluso la preocupación por nuestra vida y nuestra "elicidadimplica la preocupación por nosotros mismos en tanto somos personas,yoes que deben anticipar su "uturo para tener un bienestar  =

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    )')' La !esis no,re%uccionis!a

     (ntes de continuar debemos tener presente que la tesis rival, quellamamos tesis no3reduccionista, puede subdividirse en dos+ una de corteingenuo! Ala heredada de la tradición cartesiana, y "uertementedesacreditada por buena parte de la "iloso"ía contempor?nea, entre ellosPar"itB, y otra no3ingenua!, establecida por los de"ensores de la identidadnarrativa. /obre ella me centrar) ahora. Qeamos de qu) manera la teoríanarrativa de la identidad permite una mejor comprensión del "enómeno víare"utación de la tesis reduccionista more Par"it.

    #ac$ntyre a"irma que la condición de posibilidad de la comprensiónde un concepto depende de las condiciones de posibilidad de aplicar consentido dicho concepto Apodríamos llamar a esto estrategia

     -ittgensteiniana!B. De esta manera, #ac$ntyre elabora tres condiciones deaplicabilidad del concepto de identidad personal.

    a) Puesto que mi cuerpo no es algo que yo tengo Ay que, quiz?,pueda dejar de tenerB sino algo que yo soy, parte de ser una y lamisma persona a lo largo de la vida implica tener uno y el mismocuerpo. Esta primera condición, si bien no est? lo su"icientemente

    desarrollada, le permite a #ac$ntyre desechar todos lose*perimentos de teletransportación y an?logos.

     b)  Io, en tanto miembro de m?s de una comunidad, me ocupo enrelaciones con otros las cuales duran a trav)s del tiempo. I puestoque yo, como miembro de estas comunidades, emprendoproyectos que se prolongan en el tiempo, debe ser posible, a lolargo de esta vida personal, atribuir una continua responsabilidaden estos proyectos. De esta continua responsabilidad se desprendela unidad de mi identidad.

    c) Puesto que mi vida ha de comprenderse como un todo orientadoteleológicamente, cuyo bien he de buscar en todo momento, mi

     vida ha de tener la unidad y continuidad de esa b@squeda cuyocorrelato es el bien de la vida como un todo. &a unidad, entonces,de la identidad personal, es la unidad de mi historia, una historia

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    con principio, nudo y desenlace. -'uí aparece la condición narrativa dela identidad personal ==.

    Estos tres aspectos, seg@n señala #ac$ntyre, tienen una relación deinterdependencia, y concurren al momento de aplicar el concepto deidentidad personal. /obre esta base, hay que señalar que+

    1) 5o es una e*plicación que provenga del vocabulario t)cnico3"ilosó"ico, sino que, esta "orma de entender la identidad ycontinuidad personal se enraíza en una precomprensión presenteen el hombre mucho antes de la teoría "ilosó"ica=;.

    ;B (unque atribuye unidad a la vida humana, reconoce un elementode contingencia ineludible+ la e*istencia ininterrumpida delcuerpo, la continuidad y "iabilidad de la memoria, la relativaestabilidad de ciertos rasgos del car?cter, etc.

    3) Esta concepción de la identidad personal no se propone comosolución a lo que se ha llamado problema de la identidadpersonal! desde &oce, 6utler, 0le- o el mismo Par"it. Elproblema sólo aparece cuando las creencias compartidas Aa, b y cBya no se mantienen. (hora bien, cuando esto sucede, el concepto

    de la misma persona! plantea un problema con solucionesrivales. En ausencia de un marco conceptual com@n, laspropuestas rivales son equipotentes, y, por ello, igualmente

     v?lidas.

     (hora bien, las tres condiciones, junto con los tres corolarios,constituyen el armazón del argumento de #ac$ntyre. /i pensamos enuniversos en donde las condiciones de aplicabilidad ya no pueden sertenidas en cuenta Apor ejemplo en el caso que consign) en la nota GB,

    entonces el concepto se hace ininteligible o al menos incomprensible./uponer que la respuesta a la pregunta Mqu) tipos de juicios sobre laidentidad personal haríamos en tales mundos imaginariosO arrojaría luzsobre la "orma que tenemos de comprender dicho concepto en este mundoreal, es una suposición in"undada, pues la misma pregunta es una pregunta

    11 7"r. #ac$ntyre, (., res versiones rivales de la +tica , #adrid, %ialp, =FF;, pp. ;LL3;LG.=;

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    sin respuesta posible. Para poder dar respuesta a tal pregunta es conditio sine'ua non  ser habitante de dicho mundo.

     (sí, cuando Nuine advirtió que buscar lo que se requiere lógicamentepara la mismidad de la persona bajo condiciones sin precedentes equivalea suponer que las palabras tienen cierta "uerza m?s all? de lo que nuestrasnecesidades pasadas les han otorgado!1 Par"it pudo responder que estoscasos Alos pu&&lin# cases  B despiertan en la mayoría de nosotros arraigadascreencias. I se trata de creencias, no sobre nuestras palabras sino sobrenosotros mismos!. ( esto sólo se puede contestar, a su vez, que la

    apelación a la mayoría de nosotros! depende, respecto a su "uerza, dequi)nes seamos nosotros=.

    Entonces, siguiendo a Nuine, #ac$ntyre puede a"irmar que, analizarla cuestión de la identidad personal apelando a ejemplos comoteletransportación! o clubes! implica trasladar la problem?tica a regionesen las cuales el concepto se aplica de otra manera. En @ltima instancia setrata de una variante de  petitio principii , ya que realizar esta homologaciónentre personas! y cosas!, no sólo hace super"luos algunos argumentos,sino que tambi)n presupone algo que hay que demostrar.

    &a estrategia de %icoeur no es tan radical. El primer argumentoadquiere un tono "enomenológico1 el segundo, hermen)utico. /er? este@ltimo argumento el que nos permitir? tender un lazo con el de (rendt. Paraello debemos recordar, aunque sea brevemente, la distinción que realiza%icoeur entre dos modelos de identidad, la identidad3idem , y la identidad3ipse .

     (mbas se presentan como dos modelos de identidad merced a la peculiarrelación que cada una de ellas tiene con la temporalidad. (sí, a la identidad3

    idem   le corresponder? el car?cter! como modo de permanencia, mientrasque a la identidad3ipse   le corresponder? la promesa! como modo demantenimiento del sí. &a importancia de la di"erencia se percibe mejor sitenemos en cuenta las connotaciones temporales que implican las palabraspermanencia! y mantenimiento!. &a tesis de %icoeur es que la identidad

    13 Ibidem , p. ;LS.

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    personal es una dial)ctica entre idem  e ipse =L. I esa dial)ctica se mani"iesta enel movimiento de la narración. De allí que la identidad personal Aen tantodial)ctica idem)ipse  B sea identidad narrativa.

    Pasemos ahora a los argumentos en contra de la tesis reduccionista dePar"it. El primero pone en tela de juicio la validez del concepto deacontecimiento! Ao hechoB como v)rtice de la e*plicación de la identidadpersonal. &o que la tesis reduccionista reduce, casi aproblem?ticamente, eslo que no puede ser reducido so pena  de caer en una concepción demasiadoabstracta de la identidad personal. El termino acontecimiento, tal como lo usaPar"it, opera una importante elisión de la calidad de mío! tanto de mi3

    cuerpo! como de mi3vivencia!.  /o hay posibilidad, afirma Ricoeur, de hacerderivar la cualidad fenomenoló#ica de la posesión de una ontolo#ía del acontecimientoimpersonal . Entonces, lo que supuestamente gana Par"it en objetividad lopierde nuevamente en aplicabilidad1 esto siempre y cuando supongamos quela identidad personal es la identidad de alguien!. &a cuestión estriba en si esposible desentenderse de la posesión por parte de alguien de su cuerpo y susestados psíquicos. El acontecimiento mental Ahuella cerebral, mapaneuronalB señala la neutralización del cuerpo propio. (sí, la verdaderadi"erencia entre la tesis reduccionista y la no3reduccionista no est? tanto en

    la cuestión del dualismo de las sustancias, sino entre mi pertenencia y ladescripción impersonal !. Para concentrarse en la noción de cerebro! la tesisreduccionista debe, primero, reducir el cuerpo propio a un cuerpocualquiera. (sí se pasa de la intuición yo3pienso! al o*ímoron el cerebropiensa!=R.

    14 Para un an?lisis m?s detallado de esta distinción, c"r. %icoeur, P., Sí mismo comootro, pp. =

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     (hora bien, la importancia que tiene para %icoeur la "icción en laconstitución de la identidad narrativa hace que el recurso a los pu&&lin# casesAque podríamos caracterizar como de ciencia3"icción!B no sea rechazado enbloque como lo "ue en #ac$ntyre. &o que este tipo de casos demuestran,seg@n los an?lisis de Par"it, es lo que podríamos denominar ilusión de lacondición de decidibilidad de la identidad personal!.

    Es aquí donde el contra3argumento "enomenológico elaborado por%icoeur encaja con el contra3 argumento hermen)utico. 'ans"ormando a laidentidad en una cuestión de supervivencia, los pu&&lin# cases  disocian lo queen la vida cotidiana consideramos indisociable  Aeste argumento tiene un aire de

    "amilia! con el de #ac$ntyreB y cuyo ne*o e*perimentamos como no3contingente+ la relación entre la cone*ión psicológica y corporal Aque puedeincumbir m?s o menos a una descripción impersonalB, y el sentimiento depertenencia Aen especial de los recuerdos, a"irma %icoeurB a alguien capa& deautodesi#narse   como su poseedor. Es claro que, si bien puedo estarequivocado en cuanto a la verdad de mi recuerdo Aen realidad "ue Pedro elque estuvo en aquella "inal, no yoB, eso nada dice sobre el sujeto querecuerda. &a situación sería la siguiente+ yo recuerdo que yo estuve en la "inaldel #undial HG1 puede ser una posibilidad que yo no haya estado en dicha

    "inal1 pero, Mqu) sucede con el sujeto que recuerdaO, Mpuede ser que no seayo el que recuerdaO &a incorregibilidad de la primera persona no est? en elcontenido noem?tico, sino en el acto no)tico.

    0inalmente, e*iste un elemento, aparentemente contingente de lacondición humana que no puede ser obliterado por ning@n pu&&lin#   case + lahistoricidad de la persona teletransportada.  (quí aparece el aspecto narrativo de laidentidad personal que Par"it pareciera haber dejado de lado=G.  El viajerotiene una historia, y en esa historia aparecen sus miedos, deseos,incertidumbres, etc. Esa historia es tambi)n la que lo une de una manera

    intrans"erible a su cuerpo. &a tesis de %icoeur es que la unidad de la personaes subsidiaria de la unidad de su historia. &a identidad personal es subsidiaria

    16M5o se re"iere 5agel a este aspecto histórico! cuando señala que si se produjerauna r)plica de mi "ísicamente distinta, que tuviera continuidad psicológica conmigo,aunque mi cerebro hubiera sido destruido, tal r)plica no sería yo, y su sobrevivencia nosería tan buena (para mí! como mi sobrevivencia O! A5agel, '., 1na visión desde nin#2n lu#ar.#)*ico, 0.7.E, =FFG, p. GS. /ubrayado nuestroB.

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    de la narración, pues es el car?cter unitario y completo de la historia narradalo que otorga unidad y completitud al personaje=S.  Entonces, la unidad delvia$ero es la unidad de una narración.

    #ientras se considere sólo la adecuación de la r)plica al cerebroreduplicado, sólo cuenta la identidad de estructura, comparable a la delcódigo gen)tico, preservado a lo largo de toda la e*periencia. En cuantoa mí que soy teletransportado, me sucede continuamente algo+ temo,creo, dudo, me pregunto si voy a morir o sobrevivir, en una palabra, mepreocupo. En este aspecto, el deslizamiento de la cuestión de los

    problemas de memoria  a los problemas de supervivencia  señala la apariciónde una dimensión de historicidad cuya descripción impersonal parecemuy di"ícil de hacer=H.

    *on la historicidad hace su aparición la narratividad en tanto forma de recobrardicha historia . /i e*iste la posibilidad de que alguien narre los avatares de losdesdichados viajeros, entonces, la cuestión de la decidibilidad sigue siendo,aunque "r?gil, posible. Para encontrar la identidad de cada uno de ellos, basta narrarlo 'ue a cada uno le ocurrió . 0a unidad del via$ante es la unidad del relato de su propiahistoria. /in embargo, Mno es la narración una decisiónO, Mno sigue siendo laidentidad algo convencionalO 5o, porque en esta narración hay pretensiónde verdad+ constitución y descripción se dan al mismo tiempo.

    Cannah (rendt desarrolla un en"oque similar. &a unidad buscada,esto es, la unidad de la identidad, no es una cuestión de cone*ionespsico"isiológicas, sino m?s bien es una unidad derivada delKlos relatoKs. Esel movimiento narrativo el que permite ligar los di"erentes momentos de lapersona, a punto tal que la noción misma de persona pareciera ser la de

    personaje! e*traído de su historia. 5o hay identidad hasta que no haya unrelato signi"icativo para el sujeto portador de dicha identidad=F.   3l errorconsiste, entonces, en buscar la unidad allí donde no puede aparecer, y de a'uí concluir

    17 En e"ecto, en la historia contada, debido al car?cter unitario y completo que lecon"iere la operación de elaborar la trama, el personaje conserva, a lo largo de lahistoria, la identidad correlativa a la de la propia historia! A%icoeur, P., 4istoria y /arratividad , 6arcelona, Paidós, =FFF, p. ;=HB.18=S %icoeur, P., Sí mismo como otro, p. =L.

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    'ue no hay unidad . /i no podemos encontrar una identidad personal que hagaposible contar una historia, entonces contemos una historia que hagaposible la aparición del personaje y su identidad.

    0inalmente, el argumento de %icoeur sobre el tercer punto elaboradopor Par"it. &o que le señala es que la conclusión moral a la que llega provocauna crisis interna a la identidad. Qolviendo a la cualidad "enomenológico3hermen)utica de la posesión de mis e*periencias a mi mismo, %icoeur marcael costado positivo de los pu&&lin# cases  de Par"it. Pues, lo que la identidadpersonal supone Acomo veremos m?s adelanteB es, en realidad, una mezclade posesión y desposeimiento. (unque, VsWi mi identidad perdiese toda

    importancia por todos los conceptos, Mno se volvería tambi)n la del otro Tsinimportancia2O!;

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    teorías descriptivas es+ M7ómo puedo yo ser el mismo que hace veinte años,siendo ahora tan distinto que entoncesO!;;

    &o que este modo de preguntar con"unde es la ecuación no3identidad y cambio!. /i 'ugendhat no ve ning@n problema en ladeterminación de la identidad num)rica, es porque no ha tenidosu"icientemente en cuenta la posibilidad de que algunos cambios alteren en"orma pro"unda la respuesta a la pregunta Mqui)nO (sí, al no mencionar la

     variable narrativa de la identidad personal, no ha podido conjugar cambio ypermanencia en el seno de un ser cuya temporalidad puede producircaracterísticas irrecusables al momento de preguntar por la identidad.

    En realidad se trata de conjugar dos intuiciones en principioantit)ticas+ por un lado es claro que  yo soy el mismo que hace veinte años seencontraba en tal lugar, realizando tales actividades, con tales deseos ye*pectativas, etc.. Por otro lado es igualmente claro que yo ya no soy el mismode hace veinte años, no en el sentido de que mi cuerpo ha cambiado en susaspectos accidentales, sino que algunos cambios han sido relevantes para lacomprensión que tengo de mi mismo. En este conte*to, tiene sentido decirque, por determinadas causas o motivos, soy sustancialmente otro que hace

     veinte años.

    Para las teorías descriptivas, la identidad personal es del orden deldato, es algo que est? allí Ao noB y que nosotros debemos contemplar. &asteorías prescriptivas, en cambio, ponen a la identidad en otro registro que eldel dato. &o que la identidad sea, es algo que tenemos que hacer! m?s quedescubrir. &a identidad es una categoría de la pr?ctica porque en realidad noest? ahí para ser observada, sino que se plantea como una tarea. /i en lasteorías descriptivas Ae*ceptuando la variable narrativaB el sujeto portador deidentidad parecía ser pasivo con respecto a ella, en las teorías prescriptivas,

    el sujeto se erige como mayormente activo. En una la identidad es algo queme pasa!, en la otra es algo que tengo que hacer!. 5uestra hipótesisemerge nuevamente+ la 2nica teoría 'ue lo#ra una correcta comprensión de la me&claentre pasividad y actividad en la constitución de la identidad personal, es la identidadnarrativa .

    22 'ugendhat, E., Problemas , 6arcelona. 9edisa. ;

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    7entremos nuestro an?lisis en el autor ya citado. 'ugendhat distinguedos tipos de preguntas por la identidad+ la pregunta por aquello que haceque pueda reconocer este libro, que ahora est? sobre la cama, como elmismo que ayer estaba en la biblioteca, y que hace unos días estaba en lalibrería1 es la pregunta por la identidad num)rica!. &a identidad cualitativa !,en cambio, adopta la estructura del identi"icarse3con!. En la obra de 0reud,por tomar un ejemplo destacado, la palabra identidad! aparece muy pocas

     veces, y cuando lo hace, lo hace bajo la "igura de la identi"icación con elpueblo judío. (quí tenemos, seg@n 'ugendhat, una "orma cl?sica deidenti"icación cualitativa. $denti"icarse3con no es algo que simplementesucede, es algo que tenemos que hacer.

    Es la identidad cualitativa la que representa los problemas m?sinteresantes para el "ilóso"o1 es m?s, la identidad cualitativa se presentacomo el problema "undamental de nuestras vidas. Este tipo de identidad,bajo la estructura del identificarse)con , muestra la "orma que tiene uno deauto3comprenderse. &a pregunta "undamental de la identidad implica larespuesta a la cuestión de Mqui)n quiere uno serO, siempre y cuandoentendamos esta pregunta como Mqu) y cómo quiero serO (hora bien, estaspreguntas parecieran hacer re"erencia a la totalidad de mi e*istencia. Por

    ello, la identidad cualitativa no se re"iere a datos objetivos Ase*o, estatura,cerebro o mapa gen)ticoB como era el caso de la tesis descriptivo3reduccionista, sino por el contrario, a cualidades subjetivas que tienen comohorizonte el "uturo, no al "uturo inmediato, sino al "uturo en su totalidad./er judío, en el caso de 0reud, no era algo que podía agotar en una o algunasacciones, sino que era una cualidad que atravesaba toda su vida. 5o se sentíajudío en el consultorio, y no judío con sus amigos. %esumiendo, la identidadcualitativa tiene como objeto de deliberación la cuestión del sentido de mi

     vida, entendiendo a )sta como un todo.

    Pero la cuestión se torna un poco m?s compleja. &a respuesta a lapregunta pr?ctica "undamental parece depender y no3depender de nosotros.

     (quí aparece, seg@n 'ugendhat, el orden del dato, pues VtWodo lo quequeremos ser por una parte ya est? determinado, es algo dado1 y, por otra,depende de nosotros mismos!;.

    23 Ibidem , p. ;

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    /i volvemos al ejemplo del padre de psicoan?lisis esto se ve conclaridad. Por un lado, 0reud ya era judío, es decir, había nacido en el seno deuna "amilia judía, pero por otro lado, )l elige! serlo, si entendemos esto enel sentido de una reapropiación voluntaria, tal como debi)ramos entenderlosi la colocamos bajo la estructura identi"icarse3con!. Por lo tanto, laidentidad cualitativa implica, por un lado, que podamos reconocer lo queya somos!, y por otro, que podamos hacer algo con ese reconocimiento,esto es, aceptarlo libremente, o libremente negarlo. En el caso en que seacepte, el dato "ormar? parte constitutiva de mi identidad, y en el caso denegarlo, el dato sólo podr? eventualmente "ormar parte de las característicasobjetivas Ael hecho! de nacer dentro de la comunidad judíaB, pero no ser?parte de la identidad cualitativa del sujeto toda vez que no aparece como unamanera relevante de autocomprenderse. /e trata, en t)rminos de 'ugendhat, dela di"erencia entre el comportamiento teórico consigo mismo Acuyohorizonte estriba en la sentencia d)l"ica conócete a ti mismo!1 aquí se tratade reconocer lo que soy, saberloB y el comportamiento pr?ctico consigomismo Aestimulado por el apotegma de Píndaro llega a ser el que eres!, setrata de ser quien verdaderamente quiero serB.

     (hora bien, 'ugendhat entiende las cualidades subjetivas relevantes!

    en t)rminos de disposiciones! en sentido aristot)lico. Dice VuWnadisposición es, seg@n (ristóteles, una capacidad para actuar de cierto modoy que Aa su vezB se puede adquirir sólo por actuar de ese modo!;L. Por otraparte, aunque 'ugendhat distingue cuatro tipos de disposiciones Alast)cnicas, las que dependen de un colectivo, las que desempeñan un papel ylas del car?cterB, lo que le interesa subrayar es que, lo que tienen en com@nes que dependen en parte de algo que ya est? ahí!, del pasado, pero queellas mismas son algo prospectivo, y en esta dirección dependen del sujeto.Por ello la "rase yo soy tal y tal! es ambigua por cuanto puede re"erirse a

    algo que yo ya soy y tambi)n puede re"erirse a algo que yo libremente quieroser. 0o 'ue no 'ueda claro es de 'u+ manera se relacionan estas dos dimensiones de laidentidad" la del pasado y la del futuro, la del dato y la voluntariamente asumida, elcomportarse teórico consi#o mismo (donde se pone en $ue#o un saber esencialmentedescriptivo! con el comportarse prctico consi#o mismo (donde lo 'ue se debate es elhacerme de acuerdo al modelo normativo!. Pues, si el querer nunca se dirige

    24 Ibidem .

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    simplemente a algo en el "uturo, sino que es ya siempre una respuesta a algodado!;R,   entonces quedaría por mostrarse de qu) manera una puedecondicionar, determinar, negar, asumir, re"ormular, etc. a la otra. /i el quererdebe re"erirse a lo que ya soy, es necesario detenerse en el modo en que unsujeto puede aclararse lo que ya es, y cómo puede, a partir de aquí, re"erirseal "uturo. Ia en sus primeros escritos sobre el tema 'ugendhat reconocía lamisma laguna+ Esto vale "inalmente tambi)n para un aspecto delcomportarse consigo mismo que Cabermas acent@a con razón y que yo sólotoqu) brevemente en mi interpretación de Ceidegger A...B pero que en loesencial he descuidado, y es el de la continuidad de la propia historia de

     vida!;G.  3s este factor de la “ontinuidad de la propia historia” el 'ue la identidadnarrativa no descuida.

    Nuisiera ahora mostrar en qu) medida la identidad narrativa permitecompletar la propuesta prescriptivo3normativa desarrollada hasta aquí. Pues,si mi tesis es que la narratividad no es un mero agregado, no es un plus quepuede o no estar, sino que es indispensable para el tratamiento de laidentidad, entonces hay que señalar lo que la "alta de ella implica.

    7omo había mencionado, hay en 'ugendhat una laguna Aproducidapor la ausencia de la dimensión narrativaB en lo que se re"iere a la relaciónentre el orden del dato, que se inscribe dentro del presente y el pasado, y elorden de la acción, del hacerme!Arelativamente libreB cuyo eje temporal esel "uturo. 'al vez esto pueda verse mejor si tomamos como centro delan?lisis su noción de disposición adquirida!. %ecordemos que para esteautor, la estructura del identificarse)con9  hace re"erencia a la identidadcualitativa, y )sta, a su vez, se "undamenta en la disposición en tantocapacidad de actuar de cierto modo. (sí, una cualidad que contribuye anuestra identidad puede ser puesta como respuesta legítima a la preguntapr?ctica "undamental.

     ( esto podemos contraponer, en principio, dos argumentosprovenientes de los de"ensores m?s relevantes de la identidad narrativa!. Elprimero es el argumento de %icoeur. 7onsiste en relacionar la disposiciónadquirida! con el car?cter! y mostrar las implicaciones temporales de este

    25 Ibidem , p. ;=.26 'ugendhat, E. -utoconciencia y -utodeterminación. #)*ico. 0.7.E., =FF, p. ;;S.

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    par para, "inalmente, poner en relación temporalidad y narratividad. Para%icouer, en e"ecto, VeWl car?cter A...B designa el conjunto de disposicionesduraderas en las 'ue   reconocemos a una persona!;S.   (sí, la idea dedisposición Atan importante en los an?lisis de 'ugendhatB es parte de lade"inición del car?cter. &a duración , por su parte, cuando se predica de ladisposición, hace re"erencia a un modo de ser constante!, y esta constanciaimplica un modo "uerte ArígidoB de permanencia en el tiempo. 7uandohablamos de disposición adquirida podemos pensar por lo tanto en unacuasi3inmutabilidad. Esto es lo que signi"ica, en este conte*to, la palabraadquirido!. (hora bien, junto con esta cuasi3inmutabilidad est? ladimensión temporal de la adquisición!. De esta manera+ a la noción dedisposición se vincula la de costumbre, con su doble valencia de costumbreque seg@n se dice, estamos contrayendo y de costumbre ya adquirida! ;H.

     (quí emergen los rasgos temporales, pues la costumbre otorga unahistoria   al car?cter, pero una historia en la que la sedimentación tiende arecubrir, y en el límite, a anular la innovación que, por de"inición, la haprecedido. /i ponemos el concepto de h?bito entre el concepto dedisposición adquirida y el de car?cter, podremos comprender por qu)autores como %avaisson veían en el car?cter el retorno de la libertad a la

    naturaleza!. El n@cleo de inmutabilidad, que posibilita la continuidadininterrumpida a trav)s del tiempo, est? dado por la sedimentación AocristalizaciónB, que hace del car?cter el modo privilegiado de la identidad3idem . Pero la sedimentación no anula la ipseidad, pues, aunque mi car?ctersea, en t)rminos pascalianos, una segunda naturaleza, mi car?cter soy yo!,yo3mismo!, ipse !. 7ada h?bito así contraído, y convertido en disposiciónduradera, constituye un signo distintivo por el que se puede identi"icar yreidenti"icar a una persona.

    Pero el car?cter, seg@n %icoeur, se relaciona tambi)n con lo que

     'ugendhat llama identidad cualitativa! en el sentido de la estructuraidenti"icarse3con!. 7on esta estructura ingresa lo otro! en la composiciónde lo mismo!+ en gran parte la identidad de una persona, de una

    27 %icoeur, P., Sí mismo como otro, p. ==R.28 Ibidem .

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    comunidad, est? hecho de estas identificaciones)con   valores, normas, ideales,modelos, h)roes, en  los que la persona, la comunidad, se reconocen!;F.

    El identificarse)con9, esencial al car?cter, realiza un proceso similar alde sedimentación del que hablaba m?s arriba. Pero, en este caso, lo que seobtura es el e"ecto inicial de alteridad  que presupone, pues el movimiento vade a"uera hacia adentro, dando lugar al proceso de interiorización! tan bientrabajado por la tópica "reudiana. Entonces, sedimentación e interiorizaciónhacen posible la identidad num)rica, cualitativa y la continuidadininterrumpida de una persona.

    /in embargo, agrega %icouer,

    VlWa dial)ctica de la innovación y de la sedimentación, subyacente alproceso de identi"icación, est? ahí para recordar que el car?cter tiene unahistoria, diríase contraída, en el doble sentido del termino contracción!+abreviación y a"ección. Por lo tanto, es comprensible que el polo establedel car?cter pueda revestir una dimensión narrativa A...B lo que lasedimentación ha contraído, la narración puede volver a desplegarlo

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    del carcter . Es la dimensión temporal del car?cter la que lo colocar? en elcamino de la narrativización de la identidad personal. &a narración destaca elelemento de ipseidad  que hay en el car?cter. Pues es por intermedio del narrarcomo se aclaran las circunstancias, causas, deliberaciones, "ines, etc., queconcurrieron durante todo el proceso de cristalización de una determinadadisposición. /i la adquisición tuvo una etapa inicial, una etapa de "ijación yuna etapa de sedimentación, entonces, ante la necesidad de consentir onegar dicha adquisición , la historia de las etapas debe ser relatada . (sí,

    el entrelazamiento de los motivos subjetivos y razones m?s generales que

    e*plican la decisión requiere para ser e*puesta la "orma de una narración.Para comprender es necesario un relato a trav)s del cual se despliega unatrama en la que los personajes van e*presando o poniendo de mani"iestola cone*ión intrínseca de sus actos y sus motivos=.

    El segundo argumento es de #ac$ntyre. (quí se pone el acento en lapeculiaridad de la posible respuesta a la pregunta pr?ctica "undamental. /i laidentidad no brota sólo de la pregunta, sino mejor de la respuesta que

    damos a la pregunta Mqui)n quiero serO Aes decir Mqu) y cómo quiero serOB, ysi esta respuesta debe abarcar la totalidad de una vida, entonces debemosanalizar qu) tipo de respuesta pide esta pregunta. /i la respuesta a lapregunta Mqui)n quiero serO debe contener, primero, la respuesta a lapregunta Mqui)n soyO Ay, por lo tanto, Mcómo he llegado a ser quien soyOB,para luego pasar a la respuesta a la pregunta Mqu) y cómo quiero serO,entonces debemos encontrar un modo de enla&ar las tres dimensiones temporalesque se encuentran en cada una de ellas. /eg@n #ac$ntyre, la @nica "orma quetenemos de dar unidad a las tres respuestas es por intermedio de una

    narración encarnada por una vida @nica. 0a pre#unta prctica fundamental e8i#ecomo respuesta una narración.

    4na de las categorías principales que ingresa #ac$ntyre en suargumento es la categoría de b@squeda!. De esta manera, la respuesta a lapregunta por la identidad no puede tener una "orma completa y acabada,

    31 9uariglia, 8., :oralidad" 3tica 1niversalista y Su$eto :oral , 6uenos (ires, 0.7.E.,=FFG, p. ;;G.

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    sino que se erige como algo que hay que buscar!. Dice+ &a unidad de la vida humana es la unidad de un relato de b@squeda. 4na b@squeda Mde qu)O/in un concepto parcialmente determinado de telos   "inal no puede haberprincipio alguno para esa b@squeda!;.

    Podríamos traducir la identidad cualitativa en t)rminos de b@squedadel bien!, o de b@squeda de la "elicidad!. Pero la categoría de b@squeda!encierra cierta indeterminación, pues b@squeda! no signi"ica ir detr?s dealgo que ya est? adecuadamente caracterizado. Es en el transcurso mismo dela b@squeda en donde lo buscado! se entender?, al "in, como la meta de lapropia b@squeda. Por ello #ac$ntyre apela a la narración como modo en

    que se esclarece la noción de b@squeda. Es en los relatos Asean "icticios onoB en donde hace su epi"anía lo que signi"ica para el hombre buscar supropia identidad.

    &a identidad cualitativa necesita de la dimensión narrativa. En esteconte*to, Cabermas a"irma+

    /ólo quien toma a su cargo su propia vida responsabiliz?ndose de ellapuede ver en ella la realización de sí3mismo. Cacerse cargo de la propia

     vida responsabiliz?ndose de ella signi"ica tener claro qui)n quiere unoser, y, desde este horizonte, considerar las huellas de las propiasinteracciones como si "ueran sedimentos de las acciones de un autordueño de sus actos.

    Este tomar a nuestro cargo! es un requisito esencial de laautodeterminación. Es interesante mostrar que aquí, Cabermas y #ac$ntyrecoinciden. &a identidad personal estriba en la capacidad que tiene un agente

    de responsabilizarse por su propia vida. (hora bien, esta capacidad deasumir la propia biogra"ía implica lógicamente una "ase narrativa.

    la pr?ctica narrativa A...B cumple tambi)n una "unción para laautocomprensión de las personas que han de objetivar su pertenencia al

    32 #ac$ntyre, (., ras la virtud , 6arcelona, 7rítica, ;

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    intenta demostrar una hipótesis "ilosó"ica, etc. &o @nico que nos permiteintegrar estas respuestas d?ndoles unidad e inteligibilidad es por medio deuna narración. Por lo tanto, la acción es inteligible sólo si es previamentenarrada. (hora bien, #ac$ntyre agrega que las respuestas que damos a lapregunta Mqu) hace )lO deben tener en cuenta las intenciones del agente.Estas intenciones se ordenan, con"orme al intervalo temporal en que sellevan a cabo, jer?rquicamente en intenciones inmediatas!, intencionesmediatas!, intenciones a largo plazo! e intenciones a muy largo plazo!.Entonces, las intenciones inmediatas sólo se tornan signi"icativas porre"erencias a las intenciones mediatas1 )stas, a su vez, si se remiten a lasintenciones a largo y muy largo plazo+ De ahí que la conducta sólo secaracterice correctamente cuando sabemos qu) intenciones a largo y muylargo plazo se invocan, y cómo las intenciones a corto plazo se relacionancon aquellas. 4na vez m?s nos vemos implicados en una narrativa!G.

    Si la identidad se conforma, pues, al menos en parte, por lo 'ue “hacemos”; y si lo'ue hacemos resulta inteli#ible dentro de una historia narrada, entonces la identidad y lanarratividad se unen ineluctablemente. &a narratividad, decíamos, tiene lacapacidad de conjugar lo que hacemos y lo que nos pasa!. Ella logracombinar, en una historia @nica y completa, los aspectos normativos, y los

    aspectos pasivos!.

    &o que he llamado una historia es una narración dram?tica representada,en la que los personajes son tambi)n autores. Por supuesto que lospersonajes nunca salen literalmente ab initio, se lanzan in medias res, yarealizados los principios de sus historias por aquello y por quienes vinieron antes. &a di"erencia entre los personajes imaginarios y los realesno reside en la "orma narrativa dentro de la cual act@an, est? en el gradode su autoríaS.

     (quí encontramos nuevamente la paradoja e*hibida por 'ugendhat.5uestra identidad pareciera estar bajo nuestra potestad, aunque nuestrapotestad se ejerce sobre algo dado!, recibido!.  3n la historia narrada se

    36 #ac$ntyre, (., ras la virtud , p. ;RG.37 Ibidem , p. ;GR.

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    muestra de 'u+ manera se con$u#a esta me&cla de posesión y desposeimiento de laidentidad personal.  /eg@n #ac$ntyre, la imprevisibilidad coe*iste con elcar?cter teleológico de la vida, sin que se perciba en ello ningunacontradicción. Esta coe*istencia se ve en la narración de aquella historia enla que nosotros somos el personaje principal.

    Pero el relato agrega otra dimensión a la b@squeda. #e re"iero a ladimensión del acontecimiento! elaborado por Cannah (rendt. &arespuesta a la pregunta Mqui)n soyO debe poder incorporar aquellosacontecimientos que nos han ido modi"icando cualitativamente! a lo largode nuestra vida. &a noción de acontecimiento! hace re"erencia a la

    ruptura! de cierto encadenamiento de sucesos, de acciones por la apariciónde una novedad! que modi"ica radicalmente la sucesión de los hechos. &arespuesta a la pregunta Mqui)n quiero serO puede e*perimentar pro"undos

     virajes. Estos cambios cualitativos son producto de los imprevistos! quecomponen nuestra vida, y por lo tanto, deben ser incorporados en lanarración que estamos llamados a hacer de nosotros mismosH.

    El poeta, en un sentido muy general, y el historiador, en un sentido

    especial, tienen la tarea de poner este proceso de narración enmovimiento y de involucrarnos en )l. I nosotros, aunque no somos en lamayoría de los casos, ni poetas ni historiadores, estamos "amiliarizadoscon la naturaleza de este proceso por nuestra propia e*periencia de vida,pues tambi)n nosotros tenemos la necesidad de recordar los sucesossigni"icativos de nuestras vidas narr?ndolos a nosotros mismos y a otraspersonasF.

    Por ello, no todo est? del lado de la autoría. E*isten circunstancias no

    elegidas que provocan un replanteamiento general de la pregunta pr?ctica"undamental. 0a tesis de -rendt es 'ue estos “acontecimientos” 'ue provocan una

    38 V&Wa narrativa en todas sus "ormas es una dial)ctica entre lo que se esperaba y loque sucedió. Para que e*ista un relato hace "alta que suceda algo imprevisto1 de otromodo Tno hay historia2.! A6runer, J., 0a fbrica de historias , 6uenos (ires, 0.7.E, ;

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     fractura en el continuum temporal, sólo ad'uieren su verdadero estatuto para la identidadsi los incorporamos en una narración.  Dice,  VaWcontecimiento es lo quesobreviene o adviene en el tiempo A...B humano A...B. El acontecimiento es loque para los individuos como para las colectividades emerge a título desingular imprevisto en el tiempo, aparece en el tiempo notoriamente ymerece ser conmemorado como tal!L

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    Para terminar, soy consciente de todos los problemas que encierra elconcepto de narratividad cuando se vuelca sobre la cuestión de la identidad.Pero no ha sido el objetivo de este trabajo analizar la estructura de lanarración. Ese an?lisis sólo se mostrar? pertinente cuando nos hayamosconvencido de que la narración es un momento esencial de la constituciónde la identidad personal.

    %ecibido+ =