boletín de noticias ns - nazi lauck nsdap-ao flags … · 2016-04-10 · mi cansancio desapareció...

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El hombre del milenio Adolf Hitler es único en la historia porque él… 1. creó una cosmovisión del mundo, que está 2. basada en las leyes de la naturaleza, 3. alcanzó el poder político, 4. fueron satisfactoriamente puestas en práctica sus enseñanzas en un breve periodo de seis años antes de la guerra, 5. entonces soportó a casi todo el mundo entero durante seis años durante la guerra más grande de la historia humana, y 6. se hizo inmortal y en última instancia inven- cible pese a lo que pareció ser la derrota abso- luta. Medio siglo después de la muerte física de Adolf Hitler, su herencia—la idea Nacionalso- cialista—sobrevive e incluso crece a pesar de una campaña sin precedentes de persecución y demonización. ¡Precisamente la derrota militar del Tercer Reich en realidad intensificó la evolución del Nacionalsocialismo desde un movimiento ale- mán nacionalista a un movimiento pan-ario racial nacionalista! El Imperio soviético se ha derrumbado por su propia decadencia interior. El capitalista «el nuevo orden mundial» sigue pudriéndose a pe- sar de su expansión externa. ¡El Nacionalso- cialismo, sin embargo, está vivo y bien vivo! (¡Habiendo sobrevivido a 1945, ya puede so- brevivir a cualquier cosa!) Pero el nacionalsocialismo sería inconcebible sin un hombre conocido como Adolf Hitler. Nacido a finales del segundo milenio, la Idea Nacionalsocialista crecerá y florecerá en el tercero. Y entonces Adolf Hitler es no sólo el Hombre del Milenio. ¡Adolf Hitler es el Hom- bre de DOS milenios! Gerhard Lauck 4 / 2016 (127) Número de emisión 112/34 Boletín de noticias NS Fundato 1992

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El hombre del milenio Adolf Hitler es único en la historia porque él…

1. creó una cosmovisión del mundo, que está

2. basada en las leyes de la naturaleza,

3. alcanzó el poder político,

4. fueron satisfactoriamente puestas en práctica

sus enseñanzas en un breve periodo de seis

años antes de la guerra,

5. entonces soportó a casi todo el mundo entero

durante seis años durante la guerra más grande

de la historia humana, y

6. se hizo inmortal y en última instancia inven-

cible pese a lo que pareció ser la derrota abso-

luta.

Medio siglo después de la muerte física de

Adolf Hitler, su herencia—la idea Nacionalso-

cialista—sobrevive e incluso crece a pesar de

una campaña sin precedentes de persecución y

demonización.

¡Precisamente la derrota militar del Tercer

Reich en realidad intensificó la evolución del

Nacionalsocialismo desde un movimiento ale-

mán nacionalista a un movimiento pan-ario

racial nacionalista!

El Imperio soviético se ha derrumbado por su

propia decadencia interior. El capitalista «el

nuevo orden mundial» sigue pudriéndose a pe-

sar de su expansión externa. ¡El Nacionalso-

cialismo, sin embargo, está vivo y bien vivo!

(¡Habiendo sobrevivido a 1945, ya puede so-

brevivir a cualquier cosa!)

Pero el nacionalsocialismo sería inconcebible

sin un hombre conocido como Adolf Hitler.

Nacido a finales del segundo milenio, la Idea

Nacionalsocialista crecerá y florecerá en el

tercero. Y entonces Adolf Hitler es no sólo el

Hombre del Milenio. ¡Adolf Hitler es el Hom-

bre de DOS milenios!

Gerhard Lauck

4 / 2016 (127) Número de emisión 112/34

Boletín de noticias NS Fundato 1992

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antiguas montañas, ocultando o mostrando

alternativamente sus desiguales cumbres—

un encantador, dramático, constantemente

cambiante paisaje de la Alta Austria. Pero

yo estaba más agotada que animada y anhe-

lando estar en una cama cómoda en un

agradable Gasthof.

Mi cansancio desapareció y una dosis de

adrenalina me llegó con la siguiente esta-

ción que lleva el nombre «Braunau am

Inn». Aunque yo había planificado llegar a

esta pequeña ciudad Medieval durante mu-

chos meses, la vista del nombre de la esta-

ción por primera vez por la ventana del tren

fue un choque. ¡Yo lo había logrado! Es-

taba realmente aquí. Llevaba a hombros

mi mochila, anduve bajo un aguacero frío

un par de millas desde la estación a Linzer

Strasse, donde pregunté si había lugar en el

Maybräu Gasthof. Tuve suerte. La dueña

me dijo que todos los hostales en Braunau

y por varias millas alrededor habían sido

reservados, a menudo por adelantado, hacía

meses. «No le pregunto por qué», le dije

enigmáticamente, y ella rió. «El mundo

entero está aquí este mes.» «¿Qué?» Jadeé.

«Solamente espere. ¡Usted lo verá!» Y ella

me dejó a solas para meditar sobre su enig-

ma en mi pequeño y cómodo cubículo.

Me desperté al amanecer todavía débil

debido a la lluvia de ayer. Pero la ciudad

estaba viva con la actividad del pueblo y

admiré la mezcla maravillosa y armoniosa

de tiendas modernas junto a casas con los

edificios tradicionales y las calles de siglos

pasados. Seguí hasta el final de Linzer

Strasse, que se abrió en «Market Squa-

re» (Plaza del mercado) salida directamente

de la edad media. A su final por el Sur se

distinguía el Salzburger Tor, una gran arca-

Peregrinación

Hitler en su entrada a Braunau am Inn Continua en la página 3

Hoy me parece providencial que el des-

tino haya escogido Braunau am Inn como

mi lugar de nacimiento. Esta pequeña ciu-

dad en la frontera me parece ser el símbolo

de una gran misión.

Adolf Hitler, MEIN KAMPF, vol. 1, c. I

Yo comenzaba a sentirme cansada por

los miles de millas y los tres días viajando

en avión, en barcos y en ferrocarril desde

Chicago cuando mi tren paró en Salzburgo

a través de un campo verde de ríos de plata

que entrelazan pueblos de pan de jengibre.

Nubes negras y grises se deslizan sobre las

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Informe de Actividades

En el primer trimestre de 2016 publicamos diecinueve nuevos libros en nueve

lenguas: alemán, español, portugués, ruso, ucraniano, lituano, francés, italiano, e

I\inglés. Estos incluyen nuestros primeros libros en tres de aquellas lenguas, a

saber el portugués, el ruso, y las ediciones lituanas así como nuevas ediciones del

MEIN KAMPF en seis lenguas: alemán, inglés, español, portugués, francés, y ru-

so. Además, han doce nuevos «e-books» en cinco lenguas: alemán, inglés, fran-

cés, italiano, y checo.

da que hace quinientos años vigilaba la en-

trada original a Braunau. Por el otro lado,

el puente de la calle cruza un pequeño

afluente del río Inn. Quizás unos ciento

cincuenta metros más allá del Salzburger

Tor todavía existe un edificio grande, sim-

plemente encalado, actualmente ocupado

por inquilinos de apartamentos.

Era a este edificio, aparentemente sin im-

portancia, en una obscura ciudad austriaca,

al que yo había venido a visitar desde el

otro lado del mundo. Allí, en la casa de la

calle Salzburger Vorstadt, nació el hijo más

importante de la tierra, y yo había llegado

para celebrar su centésimo aniversario.

Tampoco estaba sola, como comprobé al

día siguiente cuando tropas regulares y las

fuerzas especiales del Ejército austriaco

bruscamente ocuparon Braunau am Inn. El

transporte sobre el puente en la frontera

alemana fue cerrado, y requirieron a todas

las personas que entraban en la ciudad que

presentarsen pruebas de vivir allí.

Un helicóptero militar daba vueltas en lo

alto mientras docenas de personal armado

se movían por la vieja plaza del mercado.

En escenas evocadoras de películas de pro-

paganda de Hollywood a partir de los años

1940, los soldados que llevan ametrallado-

ras se mezclaban entre los aldeanos perple-

jos y figuras oficiales que empuñaban pis-

tolas se colocaron en puntos clave. Carte-

les aparecieron en todas partes de la ciudad

que anunciaban sin ocultarlo que Braunau

quedaba bajo la ley marcial. Estrictamente

prohibieron todas las formas de demostra-

ciones públicas, así lo decían los carteles

del gobierno, a partir de las 14,00 horas del

miércoles hasta las 9,00 horas el viernes.

Más de dos personas que hablaran en voz

alta, reuniones en la calle o piquetes en la

acera, la distribución de prospectos, los gri-

tos de lemas, incluso personas que llevaran

«ropa sospechosa», quedaban sujetas a la

detención inmediata y el procesamiento

conforme a la legislación «anti-nazi» de

Austria. Los ufanos defensores de la de-

mocracia se comportaban con precisión

Peregrinación

Continua en la página 4

Continua en la página 5

como sus propias caricaturas repugnantes de

«Fascistas totalitarios». Pero justo antes de su lle-

gada la ciudad había sido invadida por unos miles

de «forasteros» de todas partes de Europa y Améri-

ca, incluso de Australia, Sudáfrica y del Oriente.

Pobre pequeña Braunau invadida de visitantes, y

la atmósfera se puso cada vez más pesada con una

tensa expectativa. Había rumores en boca de todo el

mundo. Los comandos del hombre-lobo, como se

suponía, levantarían una bandera con la esvástica

sobre Salzburg Tor en la medianoche. Asesi-

nos de judíos se decía que estaban merodeando por

las calles de noche. Los terroristas de Milán iban a

poner una bomba en la efigie de Simon Wiesenthal

que hay delante de la casa del Alcalde. La aprehen-

sión pública no se alivió cuando la tropas del go-

bierno construyeron una barricada a través del Salz-

burg Tor, sellando el viejo Vorstadt como una zona

prohibida. A través de la arcada yo podría ver la

calle más allá, misteriosa con su obligado vacío.

Al atardecer la Market Square en gran parte fue

desalojada salvo por los soldados en sus puestos.

Pero todas las tabernas y restaurantes estaban ates-

tados por animados celebrantes. Poco antes de la

medianoche comenzaron a pasar cosas. En el Hotel

Gann, no lejos del Salzburger Tor con su barricada,

alguien pidió botellas de champagne del más fino de

la casa, y los brindis resonaron por todo su alrede-

dor en saludos de cumpleaños. ¡En el Ratskeller de

mi propio Maybräu, en la mesa al lado del mío, ro-

deado por estudiantes de la universidad de Munich,

un joven se levantó elegantemente, agitó su brazo

derecho en el saludo proscrito y gritó en lo alto de

sus pulmones, «Por el gran Reich alemán, ¡Sieg

Heil! ¡Sieg Heil! ¡Sieg Heil!» Nadie le molestó

ni a él ni a sus compañeros.

Estando sola, mi propia celebración era un asunto

más tranquilo. Anduve por la desierta y cercana

Plaza del Mercado y me senté en un banco bajo el

gran reloj del pueblo. Alcé la vista hacia el cielo.

Las nubes que habían cubierto la mayor parte de

Europa central la semana pasada habían desapareci-

do, y las estrellas observables bailaban inexorables

en sus proféticas posiciones como los pulmones del

prodigioso reloj que laboriosamente tocaba las cam-

panas de la medianoche. Estar en este lugar, en este

momento—no hay palabras para describirlo. Cuan-

do la última campanada la repitió él en la eternidad,

pulsé el botón de mi pequeño casete. El Badenwei-

ler, su marcha favorita, palpitó en mis auriculares.

A la mañana siguiente, la Market Square estaba

Peregrinación

4

¡Saludos para el Libertador!

5

atestada con una masa de la gente expectante. To-

dos parecían esperar, esperando—¿esperando qué?

¿A quién? Era como si él mismo estuviera a punto

de aparecer en cualquier momento, quizás erguido

en un Mercedes grande y negro. Tal vez ellos espe-

raban algo así. El espíritu vivo, la presencia emo-

cionalmente tangible del hombre que cuarenta años

después de su muerte física centraba la atención

mundial en su lugar de nacimiento se sentía más

intensamente, se manifestó más poderosamente.

Hacia el mediodía, un grupo de Fascistas italianos

misteriosamente apareció en medio de la muche-

dumbre. Uno de ellos, desafiando la presencia

aplastante de las autoridades, intentaba hablar.

¡«Traemos el saludo de cumpleaños al mayor héroe

de la Raza Blanca! ¡Él vive siempre en los corazo-

nes y las mentes de sus hermanos y hermanas de

sangre! No a la Tiranía del judío.»—los soldados se

echaron encima suyo y de sus compañeros, pero no

antes de que ellos lanzaran un saludo a los asombra-

dos espectadores. Algunos de entre la muchedum-

bre desafiaron el devolver el saludo. Los otros acla-

maron y unos cuantos comenzaron a cantar la vieja

canción de las SA «Brüder in Zechen und Gruben»,

al parecer una referencia ingeniosa al breve discurso

del italiano sobre «hermanos de sangre». La policía

arrastraba hacia fuera a estos acusados para su de-

tención, un pesado castigo en esta parte del mundo.

Mi propia pequeña celebración se efectuó después

de este barullo, en la Pfarrkirche Square frente a la

magnífica catedral del siglo XV, San Stefans. Pri-

mero, bajé al subterráneo memorial dedicado a los

muertos en la guerra, un epíteto público inscrito

sobre sus paredes con los nombres de los caídos de

Braunau. En el centro del piso yace una escultura

de un soldado caído en la heroica lucha. Sobre la

pared norte está un cuadro de honor de los militares

que murieron en Stalingrad. Allí coloqué un ramo

de flores con una pequeña cinta donde se leía: «¡Y

usted pese a todo lo ha conquistado!» Subiendo la

escalera del memorial, crucé al Pfarrkirche, donde

puse una corona de flores de hoja perenne con su

fotografía en el centro del altar y alumbré la vela

más grande del ofertorio.

Peregrinación

Continua en la página 6

Hitler en Braunau am Inn

6

Mientras meditaba en el banco de la iglesia, vi a

una anciana entrar e ir directamente al altar donde

ella vio mi corona con su foto. Aunque quedó

atónita por su descubrimiento, ella no molestó

para nada la corona. Otra gente vino, la vio con

obvio asombro, pero la dejó intacta.

Fui a la parte trasera de la catedral a ver la anti-

gua fuente en la cual el infante fue bautizado,

luego volví a la luz del sol brillante del atestado

Market Square. Estos acontecimientos simples,

tranquilos en su narración, no pueden reflejar la

calidad y la experiencia profunda emocional de

este Día de Días, seguramente el día más inspira-

dor de mi vida. Hasta aquel día de abril, yo en

gran parte me había desesperado sobre nuestras

perspectivas de éxito. Aquella calamidad inmen-

surable - la pérdida de WWII - aparecía irrecupe-

rable. Desde el final doloroso de aquella catástro-

fe para la civilización mundial, el movimiento ha

luchado con fuerza, ha caído y ha luchado otra

vez en una época en la que los poderes hipnotiza-

dores del mal parecen invencibles.

Pero desde ese 20 de abril, en el centésimo

aniversario de su nacimiento, en su sagrado lugar

de nacimiento, mi incredibilidad sobre la victoria

gradualmente despareció y comprendí que yo

había sido inconsciente al limitar mi apreciación

sobre el desarrollo del movimiento y su progreso

dentro de mi visión de mi propio tiempo. Su idea

es un concepto ETERNO. Las consecuencias

históricas que él puso en movimiento son una ola

gigante de acontecimientos, que irán ganando un

ímpetu incontenible con los años y en el futuro.

Nuestro Movimiento es asumir las leyes de la

Naturaleza en los asuntos humanos, y la Naturale-

za es omnipotente. Pueden frustrarse temporal-

mente, pero sus poderes sólo utilizan esa frustra-

ción para más tarde o más temprano seguir ade-

lante con más furia que nunca.

El 21 de abril, después de que las autoridades

levantaran sus barricadas frente a su casa, las mu-

chedumbres se levantaron para ir hacia ella como

los musulmanes van alrededor de la Piedra Santa

de la Meca. Yo estaba entre otros muchos foras-

teros, pero de repente sentimos ser de la familia el

uno del otro, hermanos y hermanas de la esvásti-

ca, y estar juntos en este lugar venerado era como

un reencuentro. Su espíritu nos envolvió a todos

nosotros, nos hizo sus camaradas y nos llenó de

esperanza para el porvenir. El mero hecho de que

nosotros hubiéramos venido de todas partes de la

tierra a este lugar, en este momento especial en

medio de un mundo hostil, era la prueba suficien-

te de que la idea aun vive, era como él dijo en la

película «El triunfo de la voluntad»—nos juntó

«el mandato de nuestros corazones ».

Sentimos un orgullo singular de que la concien-

cia que futuras generaciones nos envidiarán por

habernos podido juntar aquí en este momento

único para encender una vela de cumpleaños ro-

deada por una enorme noche de ignorancia y mal-

dad. De esta llama se extenderá como un faro

para ilustrar a nuestros hermanos raciales y como

un fuego para incinerar a los envenenadores de

nuestra posteridad. Yo había venido a Braunau

am Inn para ofrecerle una pequeña celebración

con la que yo podía honrar su memoria. Pero él

me dio un regalo tan grande como la vida mis-

ma—la creencia renovada, firme, en nuestro

triunfo inevitable, absoluto. ¡Heil Hitler! ¡Mil

veces Heil Hitler!

Katti

Peregrinación

En la tumba de sus padres

7

El NSDAP/AO es el mayor suministrador de propaganda Nacionalsocialista

en el mundo. Publicamos periódicos en varias lenguas.

Traducido de libros originales del Tercer Reich al inglés y a otras lenguas.

www.nsdap.info

Mi lucha

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