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Cuando la naturaleza habla: sanciones y señales cosmológicas entre los mocovíes del Chaco Austral Resumen: Para los aborígenes mocovíes del Chaco Austral el mundo se halla habitado por numerosas presencias cargadas de poder. En este contexto, diversas manifestaciones ambientales cumplen el rol de sanciones o señales que limitan y orientan la conducta humana. Granizo, vientos, tormentas, meteoritos y hasta el canto de los pájaros son interpretados como mensajes para los seres humanos. Exploraremos los procedimientos por los que son construidas estas conexiones entre el medio ambiente y el quehacer humano, deteniéndonos especialmente en la elaboración post-factum del carácter predictivo o correctivo de dichos fenómenos. Observaremos como estas señales y sanciones se conectan con los escenarios contemporáneos de relación entre aborígenes y criollos. También abordaremos el impacto en estas prácticas de los diversos discursos sobre el medio ambiente que se han hecho hoy presentes en el Chaco. Verdaderos mecanismos creadores de sentido, estos modos mocovíes de percibir los fenómenos del cosmos constituyen maneras de construir legitimidad para los límites socialmente impuestos a la conducta humana. Los mocovíes:

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Primer esbozo de trabajo etnográfico de antropologo argentino alejandro lopez.

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Cuando la naturaleza habla: sanciones y seales cosmolgicas entre los mocoves del Chaco Austral

Cuando la naturaleza habla: sanciones y seales cosmolgicas entre los mocoves del Chaco AustralResumen:

Para los aborgenes mocoves del Chaco Austral el mundo se halla habitado por numerosas presencias cargadas de poder. En este contexto, diversas manifestaciones ambientales cumplen el rol de sanciones o seales que limitan y orientan la conducta humana. Granizo, vientos, tormentas, meteoritos y hasta el canto de los pjaros son interpretados como mensajes para los seres humanos. Exploraremos los procedimientos por los que son construidas estas conexiones entre el medio ambiente y el quehacer humano, detenindonos especialmente en la elaboracin post-factum del carcter predictivo o correctivo de dichos fenmenos. Observaremos como estas seales y sanciones se conectan con los escenarios contemporneos de relacin entre aborgenes y criollos. Tambin abordaremos el impacto en estas prcticas de los diversos discursos sobre el medio ambiente que se han hecho hoy presentes en el Chaco. Verdaderos mecanismos creadores de sentido, estos modos mocoves de percibir los fenmenos del cosmos constituyen maneras de construir legitimidad para los lmites socialmente impuestos a la conducta humana.Los mocoves:

Los mocoves habitan la zona sur de la regin chaquea, en la Repblica Argentina. Pertenecen al grupo lingstico guaycur, como los tobas, abipones, pilags y caduveos. Estos grupos deben ser pensados como formando parte de una cadena tnica (Braunstein, Salceda et al. 2002). Desde los mrgenes del ro Bermejo, los mocoves se fueron desplazando hacia el sur durante el periodo colonial. Los testimonios de los cronistas (Guevara 1969[1764]; Paucke 1942-44[1749-1767]) sugieren que, antes de la llegada de los espaoles, se organizaban en grupos de familias emparentadas que se desplazaban llevando a cabo actividades de caza y recoleccin. Con la llegada del tiempo de maduracin de los principales frutos del monte, estos grupos tendan a reunirse, para actividades rituales y festivas, consolidacin de liderazgos, establecimiento de alianzas e intercambios matrimoniales. Durante el siglo XVII incorporaron el uso del caballo y el ganado vacuno, que cobraron un rol protagnico. Con la expedicin de Urzar, en 1710, los mocoves desplazaron el centro de su zona de accin hacia Corrientes y Santa Fe. Los jesuitas fundaron entre los mocoves misiones como la de San Javier (1743). Luego de su expulsin en 1767, los mercedarios se harn cargo de las misiones jesuticas durante un breve perodo, seguidos por los franciscanos.

A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, el avance de colonos hacia el Chaco desde Santa Fe provoc el retorno de muchos mocoves a zonas del sur de la actual provincia del Chaco. Tanto los mocoves que permanecieron en Santa Fe como aquellos que se desplazaron hacia el Chaco fueron gradualmente incorporados al mercado laboral como cosecheros, desmalezadores, hacheros, etc., en obrajes y estancias. Los abruptos procesos de cambio desatados fueron acrecentando la tensin en la regin. Hacia principios del siglo XX varios movimientos milenaristas (San Javier en 1904; Florencia 1905; Napalp en 1924; el Zapallar en 1933) protagonizados por los mocoves culminaron en una feroz represin (Cordeu y Siffredi 1971). Para fines de los aos setenta, el evangelismo (Iglesia Evanglica Unida, Iglesia Cuadrangular, etc.) comenz a cobrar importancia entre las comunidades mocoves. En la actualidad es un factor importantsimo en la organizacin de muchas de ellas. Actualmente el nmero de mocoves asciende a 12.145 personas entre las provincias de Chaco y Santa Fe, y 3.692 personas en el resto del pas (INDEC 2004-2005). Las comunidades en las que se ha realizado el trabajo de campo para el presente artculo son 3 comunidades rurales (Colonia Cacique Catn, Colonia Juan Larrea, El Pastoril y Colonia Aborigen Chaco) y una comunidad urbana (San Bernardo), todas de la provincia del Chaco. Cosmos y poder:

Para los mocoves, al igual que para otros grupos guaycures (Idoyaga Molina 1995; Tern 1994; Tola 2009; Wright 2008), el poder es un eje que articula su manera de percibir el mundo. La gestin del poder: como obtenerlo, conservarlo e incrementarlo; como vincularse con seres con mayor poder que el propio, son fundamentales para definir la cosmovisin mocov.

El poder o quesaxanaxa es lo que hace a alguien o algo capaz de ser fertil, rico, abundante o de realizar una accin eficaz. En el fondo, toda habilidad, caracterstica o accin especial requiere que su agente tenga el quesaxanaxa correspondiente. Se trata de lo que Cordeu (1998) llamara una concepcin activa o dinmica del poder, en la cual las asimetras en su distribucin se vinculan a las asimetras en las relaciones entre los seres que habitan y conforman el mundo.

Los humanos no son los nicos seres dotados de intencionalidad en el cosmos mocov. Con el nombre de poderosos se conoce a un heterogeneo conjunto de seres caracterizados por su cuota especialmente alta de poder. Estos seres estructuran en buena medida el mundo mocov, entre ellos se cuentan los dueos de diversos mbitos espacio-temporales y de diversos recursos. Estos dueos son los que conceden o no el acceso a los humanos a recursos vitales. Gracias a los pactos que los humanos logran establecer con ellos se hace posible la curacin de numerosas dolencias, la obtencin de agua, la caza o recoleccin de diversas especies animales y vegetales, etc. Por esta razn los encuentros entre los humanos y estos seres son eventos de primer orden en la estructuracin del mundo mocov, en cuya definicin cobra un rol central la escala de poder de los involucrados. Durante estos eventos el propio espacio-tiempo local en el que tienen lugar posee propiedades vinculadas al poder de los seres en cuestin. Por ello, el encuentro con seres de gran poder remite a un espacio tiempo con las caractersticas del tiempo originario en que dichos seres dieron forma al mundo. Ciertos lugres del territorio como el monte, el cielo, el camino, el agua, la noche, el sueo se constituyen en espacios especialmente propicios para dichos encuentros. El cosmos mocov se presenta a primera vista como formado por tres planos: el plano central que habitan los mocoves o 'laua, la tierra; el inframundo (regin habitada, similar al anterior, que el sol ilumina cuando en la tierra es de noche); y el cielo o piguem. El cielo es concebido como el lugar por excelencia de la abundancia y plenitud de recursos. Por lo tanto, en consonancia con lo ya discutido, lo habitan seres muy poderosos, y preponderantemente femeninos, lo cual est en relacin con su caracterstica de espacio fecundo. El brillo propio de las estrellas es interpretado en trminos de la idea de que las manifestaciones de los seres poderosos brillan, ms cuanto ms poderosa sea la entidad en cuestin. Por lo tanto las estrellas son vistas como seres muy poderosos. Existen mltiples vnculos entre el plano celeste y el agua (de hecho la casi totalidad del agua de sta regin del Chaco es agua de lluvia), lo cual refuerza su conexin con la abundancia de bienes y recursos. Los tres planos del mundo estn interconectados a travs de un gigantesco rbol nallagdigua, que es tambin un camino, un ro y un torbellino. Es ese rbol al que los pixonaq, los shamanes mocov, trepan en sueos para realizar su iniciacin, pactando con las entidades que lo habitan o pereciendo en el intento. Este rbol-camino-tunel de viento es el mayor entre todo un sistema de tneles que interconectan diversas partes del cosmos mocov. Los ojos de agua son pensados como otras tantas bocas de este tipo de pasajes.Como vemos, el cosmos mocov es un espacio modelado por el quesaxanaxa de los seres que lo habitan y tensionado por las relaciones asimtricas entre los mismos. Por ello se trata de un universo fundamentalmente social, donde las relaciones entre un amplio espectro de agentes intencionales atraviesan y dan forma al paisaje.

Seales y presagios:

En un universo socializado como el que hemos descripto, los seres y fenmenos que en occidente llamariamos naturales forman parte de un complejo entramado de sentidos y potencialmente cargan mensajes para quien sepa descubrirlos. Es por ello que muchos acontecimientos, objetos, plantas o animales son vistos como seas o seales de otras cosas.

Hay grandes seas que marcan o preanuncin cosas muy importantes y tambin hay seas cotidianas que avisan de visitas o lluvias. Iremos analizando estos distintos tipos de seales.Seas csmicas:

Son las referidas a los grandes cambios de ciclo temporal, o cambios de era. Los relatos mticos mencionan diversos eventos cataclsmicos del pasado. Estos eventos venan precedidos por seales. La literatura sobre los relatos cataclsmicos en la zona es muy extensa. En el rea chaquea dominan cuatro motivos: "el incendio", "el fro", "la obscuridad" y el "diluvio". Cada uno de estos sucesos provoca "la muerte" y la metamorfosis de seres humanos en animales. Por lo comn se trata de la reaccin violenta de los seres primigenios (o del dios urnico) ofendidos por la inobservancia de los hombres (Cordeu 1969-70; Susnik 1984-1985). Los testimonios de los cronistas nos dan informacin sobre algunas de las seales cosmicas relatadas por los mocoves:

Al Sol conciben como mujer, y le llaman gdazoa, que significa compaera. De l fingen algunas trgicas aventuras. Una vez cay del cielo, y enterneci tanto el corazn de un mocob, que se esforz en levantarlo, y lo amarr para que no volviese a caer. La misma fatalidad sucedi al cielo: pero los ingeniosos y robustos mocobs, con puntas de palos lo sublevaron y repusieron en sus ejes.

Segunda vez cay el sol, o porque las ataduras no eran bastantemente robustas, o porque el tiempo debilit su fortaleza. Entonces fue cuando por todas partes corrieron inundaciones de fuego, y llamas que todo lo abrasaron y consumieron, rboles, plantas, animales y hombres. Pocos mocobs, por reparase de los incendios, se abismaron en los ros y lagunas, y se convirtieron en capiguars y caimanes. Dos de ellos, marido y mujer, buscaron asilo en la eminencia de un altsimo rbol, desde donde miraron correr ros de fuego que inundaban la superficie de la tierra; pero impensadamente se arrebat una llamarada, que les chamusc la cara y convirti en monos, de los cuales tuvo principio la especie de estos ridculos animales. (Guevara 1969[1764]) VER PAGCITAR OTROS DE WILBERT AND SIMONNEAUEn este sentido Orlando Sanchez nos proporciona interesante ejemplo tobas:

un da llenos de presagios climas adversos por el CAMBIO METEOROLOGICO que provoca un cambio de clima diferentes lleno de cargas electricas en la atmosferas que nunca fue experimentado por ellos (Snchez 2004? : 13)las gentes comenzaron a notar cambios del cielo la tierra desde las estrellas y algunos planetas se desatan objetos luminosos con mucha velocidad y las auroras cambiaron sus reflejos ensombrecidos las nubes cambian sus colores como anunciando fenmenos o catstrofes y la Va Lactea So Nqa aic Qatar Maic, expanden los rayos o reflejos extraos cargado de tormentas y signos de terremotos tronadas y granizos fuera de la poca y la prediccin de eclipses la posicin relativa de la tierra y el cielo es como que marchaban juntos y se ponen a enfurecer las fuerzas telrica de las tierras y hace sentir sus movimientos, una cosa ms notable fue la aparicin de los cuerpos celestes y sus salidas y entradas estn totalmente acelerados y las masas de minerales radioactivos entra en estado de fusin desde este punto los hombres de antao contemplaron la accin de los rayos ultravioletas que eran totalmente elevados (Snchez 2004? : 13) En nuestro trabajo de campo se nos ha hecho frecuente referencia a que el prximo cambio de era debe ir acompaado de un cambio del camino, o nayic, es decir la Va Lctea. Que dentre el actual y salga otro es sea de un cambio de era. Ello se esper para el 2000, y tambin para el 2003. Para el ao 2000, y reforzado por el milenarismo evanglico y la expectativa general por el cambio de milenio, muchos esperaban una sea en el cielo, un cambio en el camino [la Va Lctea] o la entrada de un nuevo camino en el cielo como seal de un cambio de era, y el comienzo de una poca en la que los mocoves recuperaran su autonoma. Al pasar el ao 2000, las expectativas se fueron trasladando a otros aos, y an estn presentes.

Pero es referido cada vez que los acontecimientos toman un carcter inquietante o desacostumbrado. Estas referencias no son novedosas, ya que en los movimientos milenaristas de ppios de siglo XX la apelacin a un cambio cosmolgico de era, y al prximo advenimiento de una nueva etapa del mundo eran importante parte de las ideas que motivaron la resistencia al orden criollo (Cordeu y Siffredi 1971). Ser ese cambio de era el que anunciar un nuevo cambio en el balance del poder humano que permitir a los mocoves revertir su actual estado de sujeccin a los blancos. Este cambio de era traera un cambio de suerte.En este sentido, un relato sobre el origen mtico de las carencias actuales de los mocoves, remite nuevamente al tema de la sea. Segn este relato los mocoves van retirando los bienes que aparecen (marcados con seas que indican qu se puede tomar) junto al algarrobo viejo, antiguo o grande (Mapiqo'xoic) y los reparten equitativamente. Esta situacin paradisaca se interrumpe cuando se llevan ms de lo debido. Aqu transcribimos una de las versiones ms completas:

Porque dice: ms antes, le dieron la riqueza a los hermanos aborgenes. Bueno, tal da, dice, dos hermanos anduvieron en el monte. Encontraron una tela, que est ahy se ve la sea. Dice: Bueno, esa sea, tiene que cortar, por da, y reparte todos los hermanos[] Bueno, la tela,al otro da dice que se fueron los dos hermanos, encontraron otra vez ese completo. Pero siempre la marca tiene, tiene que llevar [slo] un pedazoal otro da dice que va, dice que llegaron otra vez. Y le dieron, porque son muchos,y la gente peda: `por qu no bajamos todo y con ese se tapamo?, `Pero, no!, dice uno que esta haciendo fuerza [para] que no la toquen. El siguiente da dice que ya es dinero,pero los antiguos no conocen lo que es la plata. Lleg esa plata, bueno: la plata de este lado, la plata de este [otro] lado, y siempre la raya. Y esa raya [significa] que tienen que sacar [lo que est] de este lado. Tienen que repartir cuantos sonAhora nunca falta que uno habla: `Qu es? Un papel ese? [por el dinero en billetes], `Pero, no!Y ahora vamos, que maana vamos a ver otras cosas. [] Y el siguiente da, va: un corral de este lado, un corral de este [otro] ladoun animal, pero todos son mansos. Ya ellos contentos, quieren sacar todos. `Pero no, hermanos! Vamos a esperar al siguiente da. El siguiente da, otra vez, dice que encontraron sombreritos, de este lado y de este [otro] lado, sombreritos. Y todos como calculado,y como si el Seor est manejando ese cmo no va a saber la [cantidad] de gente [que es]? Y todo completito [hay para todos]. Y el siguiente da, dice que van, esta es la armas. Pero son puales o esta bayonetas [] todo ese, de este lado, y de este [otro] lado. Ya tienen armas, por ah ya es contento. Pero una semana entera, cinco das, a los nueve das, dice que le rompieron toda la seal de arriba. Uno porque dice que quiere llevar las cosas, y otro, y otroah noms se termin.Ahhh! y despus, antes de eso, antes de que se terminen los nueve dasla ropa, despus el dinero, despus los animales, despus sombrerosAh! Y despus el siguiente quinto o sexto era? Despus mercadera de este lado, de este [otro] lado, todo completo, todo dice que medido para los hermanosese me contaban los mayores, nada que yo estoy mintiendodicen que es cierto ese. Por eso yo les cuento a los hijos mayores, les cuento, pero dicen que estoy mintiendo, porque ellos no conocen. Pero yo les digo la verdadY despus, siguiente da la mercadera,y tercero dice que una ollano, no, el otro es la olla, y el nueve da dice que es la cuchara, de este lado, de este [otro] ladotodo completoMir, si le llevara medido ese [si no hubieran tomado ms de lo que estaba permitido], iba a ser oro despus. (Marcos Gmez, Cacique Catn)

En este relato reaparece la idea del rbol como fuente de una abundancia gratuita. Pero en este caso la abundancia ya no es de peces o agua, sino de los bienes que se obtienen del blanco: ollas, telas, herramientas. Esta historia est vinculada a un asterismo muy interesante, debido a que est formado por una combinacin de estrellas (1, , , 1 y Sagitarii, que forman la copa, y unas muy dbiles estrellas que delinean el tronco) y manchas obscuras de la Va Lctea (que forman las races) [Figura 19]. Este relato vuelve a situar, como los relatos sobre el rbol del mundo, la imagen de un rbol en relacin a la abundancia primigenia de bienes. Pero lo interesante del relato de La Sea, es el hecho de que los bienes en cuestin son bienes manufacturados por los blancos. De modo que el motivo de la perdida de la abundancia original parece ahora volcado a dotar de sentido a las relaciones de desigualdad entre blancos y aborgenes.Seas del ciclo anual:

Otras seas remiten al ciclo anual. Desde antiguo (Dobrizhoffer 1967-69[1783]: Vol. II, Cap. VIII, Pag. 77-78; Canela citado por Lehmann-Nitsche 1927: 151) la reaparicin hacia junio tras un perodo de invisiblidad- del grupo estelar que en occidente se conoce como las plyades y los mocoves llaman Lapilalaxach es seal de la proximidad de las frutas y de la prxima abundancia de pichones de and (Lehmann-Nitsche 1927: 77-79), asi como del comienzo del ao. Otros testimonios sugieren que en la misma parte del ao, la reaparicin de la estrella central del grupo llamado en occidente las tres maras, es seal de que se acerca el buen tiempo y comienzan a criarse los pastos (Lehmann-Nitsche 1927: 77-79). Otros trabajos hablan de que el canto del pjaro llamado crespn, de noviembre a enero, es seal del comienzo del ao (Tern 1998 : 240), pero si su canto es muy insistente anuncia enfermedad o peste (Tern 1998 : 242). Recientemente hemos podido recoger testimonios que dan cuenta de que la floracin del aromo, entre fines de agosto y principios de septiembre, es sea de la renovacin del ao y la proximidad de la primavera. Este hito se ha ido identificando en tiempos recientes con el comienzo del ao (Citro, Gonzlez et al. 2006: 33; Lpez 2009). Buenaventura Tern recogi testimonios que hacen referencia que el principio del ao estara sealado con la floracin del aromo y la reaparicin del pjaro brasita de fuego (Tern 1998 : 249). Este tiempo implicara una renovacin del sol y de la luna, que es asimilada a la renovacin de estos astros ocurrida en los cambios de era (Tern 1998: 240).

Un relato de Virgilio Leiva, toba (Messineo y Dell'Arciprete 2003: 34) habla del sentido en el que el crespn, huojchin en toba, anuncia la madurez de los frutos. Se dice que el canto del crespn significa que los frutos estn maduros. Pero el canto es ms revelador de lo que significa este anuncio, ya que dice que el crespn [canta a los frutos para que pronto maduren, nunca duerme, no come, no bebe, no descansa hasta que muere ya que con su canto da vida a los frutos de los rboles. Al final de esta tarea descansa metiendo su espritu en la tierra, est en algn lugar , espera el siguiente ao. Y nuevamente aparece para cantar. De modo que el canto no es simplemente un anuncio, sino que es parte del proceso de maduracin. Es gracias al canto del crespn, por medio del cual el pjaro da su vida, que los frutos maduran. El canto parece transferir la vida, la potencia del pjaro a los frutos. En la versin mocov recogida por Tern, esos tres meses en los que el crespn canta, lo hace buscando a su mujer perdida, y el resto del ao est con ella (Tern 1998 : 242).

Tern menciona que entre los mocoves que entrevist tanto en san Javier (Santa Fe) como en Pastoril (Chaco), la chicharra, nekogek en mocov, es la duea de la maduracin. Sera su canto el que produce la maduracin, especialmente de la sanda, el maz y la algarroba. Nuevamente la chicharra tienen siete meses bajo tierra y tres que mira al mundo (Tern 1998 : 244-245).

Es interesante aqu el contraste entre acontecimientos celestes que son sea en virtud de su repeticin peridica y otros que lo son en virtud de la alteracin en esa repeticin. El lider toba Nachicyi o Juan Zorrilla, hablando de su padre dijo a Orlando Snchez:Mi padre fue un gran shamn (mdico natural), vidente por excelencia, conoca todos los secretos del hombre blanco, hasta lo ms recndito de la naturaleza y de los seres humanos, de todo lo que sucede con anormalidad y sucesos en relacin con las gentes extraas, y las malas intenciones les eran reveladas, nada era oculto para l (Snchez 2009: 320-321)Un tercer animal es nombrado por Tern como un indicador anual mediante su ausencia y su presencia estacional, se trata de la iguana, chilkayk en mocov, . Mientras que durante el tiempo fro esta permanecera bajo tierra unos seis meses, con la tormenta de fines de agosto Santa Rosa- que seala el fin de los fros el animal retorna a la superficie (Tern 1998 : 246-247). La tijereta se va al norte con el sol en el invierno y retorna en el verano (Tern 1998 : 248)

Entre los actuales mocoves del Sureste del Chaco hemos recogido un relato que habla de un intento de regresar al sur, a Santa Fe, de donde estos mocoves llegaron al Chaco, huyendo del ejercito. El relato da cuenta de cmo un intenso granizo fue sea que advirti a los mocoves que deban quedarse en el Chaco. ***Seas de lo cotidiano;

En la cotidianeidad mocov, el comportamiento de los animales, o su presencia, es muchas veces invocado como sea de diversos acontecimientos. Cierto carcter extrao o fuera de lo comn es importante entre os guaycures para determinar el carcter no-humano de un ser, o para diferenciar entre los representantes habituales de una especie y su dueo (Wright 1994). En este sentido ciertois comportamientos inusuales de diversas especies animales son tomados como seas. El propio hecho de que el animal en cuestin comunique un mensaje a un humano est implicando una volicin de su parte y un vnculo con el humano en cuestin, que pone este encuentro en el campo de las relaciones entre humanos y dueos. Es frecuente que al visitante se le indique que la aparicin por la casa durante ese da o das anteriores de determinadas aves (***) le anunci al dueo de casa su visita. Segn Martnez Crovetto (1995: 118-119) el revoloteo en el interior de una casa o sobre la gente de un colibr (Chlorostilbon lucidus, Hylocharis chrysura, Heliomaster furcifer), llimaraich en mocov, indicara la llegada de visitas. Escuchar el canto del pjaro guaycur (Herpetotheres cachinans), kao en mocov, es seal de que un grupo de gente se muda (Martnez-Crovetto 1995: 113).

Otras aves son sea de que se aproximan lluvias, como el pjaro valdero o zohololo en mocov, o segn Martnez Crovetto (1995: 123) el uruta (Nyctibius griseus), qapp en mocov, cuando grita en las noches calurosas. El pjaro guaycur (Herpetotheres cachinans), kao en mocov, del que hablbamos, puede anunciar tambin para los mocov un cambio de tiempo (Martnez-Crovetto 1995: 113), as como el carancho (Polyborus plancus), qaqar en mocov, es sealado por Martnez Crovetto (1995: 91-92) como mensajero del cambio de tiempo para los vilela, cuando pasa volando. El vuelo de las esptulas rosadas (Ajaia ajaia), dolol en mocov, anunciara para los tobas grandes lluvias y el vuelo nocturno de los flamencos (Phoenicopterus ruber), napalol en mocov, el aumento del caudal de riachos y esteros para el mismo grupo (Martnez-Crovetto 1995: 100-101). El grito del paca (Aramides ypecaha), wata en mocov, anuncia para los mocoves mal tiempo o lloviznas (Martnez-Crovetto 1995: 113)

Segn Martnez Crovetto (1995: 88) el vuelo sobre las casas del guila negra (Urubitinga urubitinga), llamada ol en mocov, anuncia para los tobas hechos violentos (guerra, revolucin o asesinato) fuera del rea indgena, o bien la presencia de tropas que vienen a atacarlos. Para el mismo autor sera anuncio de algo malo para los pilag. El benteveo (Pitangus sulphuratus) o retok en mocov, para los toba (Martnez-Crovetto 1995: 89-90) anuncia cuando grita frente a la casa una sola vez la ria de la pareja que la habita. Pero si emite su caracterstico silbido de bicho feo, anuncia alegra. Para los pilag, cuando el benteveo canta volando por sobre las casas, anuncia que las autoridades vienen en busca de alguien. Segn Jolis, el canto lugubre del buho que l denomina Gran Dago, anunciaba a los toba la proximidad de enemigos (Jolis 1972 [CA 1789]: 175). De modo anlogo, el vuelo nocturno del carau (Aramos guarauna), rokor en mocov, por sobre las casas acompaado de un grito ronco, anunciara para los toba que alguien se enfermara por embrujo (Martnez-Crovetto 1995: 92). El canto repetido durante varios das del carpintero dorado (Piculus chysochlorus), o en mocov, anunciara a los vilela la muerte de un pariente que vive en otro lugar, y para los toba mala suerte para los mariscadores (Martnez-Crovetto 1995: 95). El grito del chilicote (Aramides cajanea), shelkik lemk en mocov, seala la muerte por pualadas o por dao shamnico entre los toba (Martnez-Crovetto 1995: 99). Cuando la lechuza de las vizcacheras (Speotyto cunicularia), kichiguigut en mocov, grita en forma extraa durante varias noches junto a una casa, anunciara para los mocoves enfermedad o tristeza para algunos de los moradores; de modo anlogo, si la que o hace es la lechuza de campo (Asio flammeus), kotelala en mocov, anuncia una desgracia como enfermedad o muerte (Martnez-Crovetto 1995: 107). Entre los toba Martnez Crovetto (1995 106-107) seala que comportamientos extraos en las cercanas de las casas de la lechuza con orejitas (Otus choliba), en mocov kolrolkq, y el lechuzn negruzco (Asio stygius), anuncian la cercana de los muertos. El pirincho (Guira guira), nachoror en mocov, sera considerado anunciador de desgracias por lo mocov (Martnez-Crovetto 1995: 119), pero segn Tern, el canto de esta ave genera para los mocoves un impulso de reconciliacin entre las parejas distanciadas, especialmente en abril con la llegada del frio (Tern 1998 : 249). Segn Tern el grito del uruta, kapp en mocov, si es prximo a las casas anuncia desgracia, pero cuando ocurre en el monte seala que cumple con su funcin de dueo de los frutos del monte y los pichones de los pjaros (Tern 1995: 19). El canto nocturno del pirincho negro (Crotophaga ani), naw en mocovi, similar a un llanto femenino, anunciara para los toba la muerte del conyugue (Martnez-Crovetto 1995: 119-120).

En mucha menor proporcin algunos otros animales son citados como sea. Martnez Crovetto (1995: 35) menciona que el grito del sapito (Bufo granulosus), nedp lapaqat en mocovi, anunciara para los mocov inundaciones con un grito como corneta. Lo mismo anunciara para los toba el canto o la aparicin en los caminos de la rana panza colorada (Elachistocleis ovalis bicolor), tok nal en mocov (Martnez-Crovetto 1995: 35). En el mismo sentido, la aparicin de las hormigas correccin (Eciton sp.), en mocov layor-ri lalq, anunciaran lluvia para los mocov (Martnez-Crovetto 1995: 79), o una mudanza cuando invaden el patio, para los toba.Cruzarse con una vbora coral (Micrurus corallinus, M. frontales), yigu en mocov, sera anuncio del encuentro con una linda muchacha para los toba (Martnez-Crovetto 1995: 31).Cuando se habla de los lderes del pasado, se menciona frecuentemente su capacidad para ver las seales y comunicarse con diferentes ayudantes tanto durante la vigilia como durante el sueo- que les avisaban de la presencia de caza o de enemigos. Un relato de Mximo Jorge, toba (Messineo y Dell'Arciprete 2003: 29), l menciona que el famoso lider toba Meguesoxoch, tena un pajarito, llamado viic, que le anunciaba lo que sucedera. El tema de los animales compaeros de los lderes, especialmente pjaros, pero tambin jaguares y serpientes, es recurrente en los grupos guaycures. Estos animales son seres potentes, poderosos que estn asociados con el lder y le confieren muchos de los atributos que este necesita para conducir al grupo enana coyuntura: habilidad para localizar recursos y detectar a los enemigos que se aproximan. Tern menciona entre los pjaros involucrados segn los toba, a unos pajaros pequeos, grises, designados como pjaros mensajeros o viri nolka en toba (Tern 1985: 11). Se tratara de los pajaros de Nowet, o mensajeros de los shamanes (Tern 1994: 42-43). El lder toba Augusto Soria sealaba que segn su abuelo, compaero del famosos lder Meguesoxochi, las palabras finales de este lder, antes de ser capturado por el ejrcito, fueron que si no les llegaba una palomita anunciando su prximo arribo sera porque algo malo le haba ocurrido (Snchez 2009: 259). La visita de animales mensajeros pueden ocurrir, como lo hemos dicho, durante el sueo. El lider toba Nachicyi o Juan Zorrilla, hablando de su padre dijo a Orlando Snchez:

[] mi padre sorpresivamente convoc a sus gentes para anunciarles la noticia que le trajo en la noche un espritu de pjaros llamado en Toba Bochaxat; ste es un ser que se transforma en una mujer para comunicarse con l cuando se acercaban peligros en relacin con sus gentes y/o una amenaza de muerte. (Snchez 2009: 332-333)Augusto Soria y Orlando Snchez tambin menciona otro uso del entorno como sea en el contexto de las relaciones hostiles con los blancos:Para la sealizacin de los caminos utilizaron el corte de las ramas de los rboles, que con la punta indicaban una sola direccin, ya sea Norte, Sur, Este y Oeste; y otras seales que indicaban la proximidad de lagunas, ros, fuentes de agua; mientras otras seales indicaban algunos peligros de animales feroces y tambin para indicar las zonas controladas por los soldados de los distintos fortines que estaban controlando las fronteras (Snchez 2009: 282-283).Desde el comienzo de nuestro trabajo de campo hemos notado que los meteoritos ocupan un lugar central en la cultura de las comunidades mocoves del Suroeste del Chaco. En parte esto tiene relacin con el hecho de que en la regin se encuentra la conocida dispersin meterica de Campo del Cielo y por ello pueden hallarse en el suelo una gran cantidad de fragmentos metericos metlicos (Gimnez Bentez, Lpez et al. 2000).

Entre los mocoves de la zona, los meteoritos son entendidos como estrellas que caen del cielo (huaqaji naji), su aparicin anuncia lluvias o sequas importantes y en el caso de ser fenmenos especialmente notables, la muerte de algn pi'xonak (shamn). Por otra parte, tal como ocurre para los chiriguanos (Lehmann-Nitsche 1924-25), los mocoves llaman huaqaji la'tec (excremento de estrellas) a una variedad de pequeos hongos que son relacionados con los meteoritos.Una idea recurrente es la de que los fragmentos metericos son la "suerte del paisano" (Gimnez Bentez, Lpez et al. 2004). Al impactar en la tierra, estos objetos se hundiran para luego y ascendiendo lentamente, para que aquel a quien estn destinados, acabe encontrndolos en la superficie. La posesin de uno de estos fragmentos confiere suerte, la cual debe entenderse en varios sentidos: por un lado el meteorito es signo de la suerte o fortuna de haber sido elegido; por otro lado la suerte o fortuna de esta eleccin radica en su capacidad de engendrar riqueza. La capacidad productora de riqueza de los fragmentos metericos es una manifestacin del poder que los mismos confieren, como intermediarios de los "poderosos", a los humanos que los encuentran. Por otra parte, el tocar o frotar los fragmentos metericos transmiten fuerza y resistencia. Estos fragmentos quedan as incluidos dentro de un conjunto amplio de objetos portadores de poder a los que se les da el nombre genrico de "santitos" (nqolac). Estos "santitos" pueden ser cruces, estatuillas de santos cristianos u otro tipo de objetos. Cuentan que antiguamente haba quienes se introducan estos objetos debajo de la piel de su pecho, protegindose as de las balas. Como en el caso de los fragmentos metericos, se trata de un poder relacionado con los poderosos, y son objetos que encuentran en el campo aquellos que estn destinados a ello. En algunas ocasiones se hace referencia al poder presente en estos objetos con el trmino cristiano "bendito"22. Un tipo particular de objeto portador de poder son las piedras del trueno (soxonaxa naqa'). stas presentan analogas y contrastes muy llamativos con los fragmentos metericos. Como estos ltimos, su origen est vinculado al mbito celeste, son objetos con la apariencia de piedras, estn cargados de poder y estn vinculados al agua (no slo por su relacin con el trueno, que las produce, sino porque su manipulacin atrae la lluvia). A diferencia de los fragmentos metericos (que traen suerte), las piedras del trueno, son perjudiciales si el que las manipula no es un pi'xonaq. Incluso, son difciles de reconocer para quien no lo sea. Slo los pi'xonaq pueden hacer uso del poder que encierran estos objetos.VER TEXTO SOBRE ANTROPO CVLIMNA(Buckwalter 1995)Braunstein, J., S. A. Salceda, H. A. Calandra, M. G. Mndez y S. O. Ferrarini (2002), "Historia de los chaqueos-Buscando en la papelera de reciclaje de la antropologa sudamericana", Acta Americana. Journal of the Swedish Americanist Society, 10(1): 63-93.

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Segn el INDEC: La poblacin de cada pueblo indgena corresponde a la poblacin que se reconoce perteneciente y/o descendiente en primera generacin de ese pueblo. (INDEC 2004-2005)

En este ro obtenan originalmente los humanos su alimento, sin esfuerzo. Esta situacin paradisaca, aconteca en el tiempo originario, durante el cual los humanos tambin tenan formas animales. Una falta a la reciprocidad, termin con esa era.

El padre de Juan Zorrilla, Dashiloqshy, actu durante la poca del fin de Meguesoxoch. Tena un mediohermano mocov (Snchez 2009: 320-321).

La dispersin meterica de Campo del Cielo tiene una extensin aproximada de unos 100 Km. de longitud por 3 Km. de ancho. Los meteoritos se concentran fundamentalmente en su extremo sudoeste. Se caracteriza por la sorprendente concentracin de grandes meteoritos metlicos y la disposicin de los crteres de impacto: stos estn perfectamente alineados a lo largo de una recta cuya direccin es N60E. Corresponden a la fragmentacin de un gran meteoroide metlico hace unos 5800 200 aos.

El diccionario del Pastor Bucwalter traduce este trmino como dolo. (Bucwalter, 1995).

Si bien Buckwalter afirma que estos son objetos de poder (segn l proporcionan fuerza en el manejo del hacha), no hace referencia a la restriccin antes mencionada (Bucwalter, 1995).