En nombre de mayo. El impresente poltico.

Por Bruno Napoli

La persistencia de los discursos en nombre de la Patria, de Mayo, como todo nacimiento (apropiado y de identidad robada) es una genealoga que discurre a lo largo de la historia como lo que construye y deshace. Como lo que posibilita para dar y castigar. Las fiestas mayas, con embriaguez popular de varios das, carreras de chanchos, palos enjabonados, corridas de toros, y fiestas de disfraces, cubrieron de alcohol a la belicosa Buenos Aires y sus provincias, en los primeros mayos. Pero sucumbieron por la Patria, cuando mayo demand Paz y Administracin (variedad verncula del Orden y Progreso) y la fiesta maya troc a desfile escolar-militar, misa y abstinencia. Los discursos de mayo han sido, quin lo duda, la necesariedad lgica para construir una patria (con mapa incluido) y armar un Estado. En nombre de esos relatos se construy, se consolid y se volvi a desmoronar: en nombre de mayo. Ofreci indios vivos en las puertas de las iglesias (para servidumbre) e indios muertos en los museos (para su fornea observacin). Los mircoles y viernes se efectuar la entrega de indios y chinas a las familias de esta ciudad, por medio de la Sociedad de Beneficencia (aviso del peridico El Nacional, Bs As, 31/12/1878) Trajo otros cuerpos en reemplazo laboral inmigrante, para una Patria que deba desplazar a los vagos y mal-entretenidos. La patria, esa mujer puesta a la fuerza en el nombre de un hombre; hecha palabra en el pater, para no nombrarla en su tan bellamente

nombrada definicin mujeril de pachamama. Y la posibilidad cierta de comenzar a escribir por mayo, por la patria y la bandera, todos los eventos que se sucedieran. Dar un lugar y un trabajo a los hombres en la patria nueva, y en nombre de esa patria matarlos si es necesario ante cualquier intento libertino de gestualidad nueva de esos cuerpos del otro lado del mar. Los cuerpos escolares moldeados por mayo fueron patriticos, y aqu no entraron ni los indios, ni los gauchos y ni los del color de la tierra. Pero, si por caso, esos cuerpos nuevos se rebelan, Mayo y la Patria se los demandar. Y otra vez la calificacin se salvajes ser para los que no acepten esas reglas. Nadie se atreva a cuestionar a la Patria y a Mayo, apropiados por los apropiadores de una dimensin que no considera eventual el robo y el maltrato (la inseguridad, al fin de cuentas, en la que se somete al rebelde). Esa temeraria genealoga de apropiacin intolerante (como matriz y motor de breve historia local) diseccion tambin a los que se atrevieron a suceder a sus propios reclamos, en su (b) versin libertina e impertinente. Ahora los salvajes son ellos, por no aceptar lo que la tierra virgen da; ahora ellos sern los salvajes a extirpar del territorio. Una inversin retorica donde el salvaje indio pas a ser la buena herencia y el buen trabajador externo un cuerpo indeseable. Las violencias realizadas por los estudiantes incendiando las imprentas anarquistas, mientras echaban a vuelo las notas del himno patrio, constituyen una revelacin de la ms trascendente importancia. Ante todo esas violencias demuestran la energa nacional y ensean que la inmigracin no ha concluido todava con nuestro espritu americano pues conservamos an lo indio que haba en nosotros (sobre el 25 de Mayo de 1910, en El diario de Gabriel de Manuel Glvez)

La seguidilla verbal de esta celebracin incendiaria de la patria (con pena de muerte y delito de opinin como ley, votada por el congreso nacional) fue la reduccin como todo futuro posible de integracin nacional y aun civilizatoria. Una diseminacin de reducciones con el rgimen de la Bandera para los indios que haba en nosotros. La regla de la Bandera era que al aclarar el da, el aborigen vea la bandera izada y tena que estar en su puesto como hachero o como cosechero, y no abandonarlo. Cuando el sol estaba en medio del cielo la volvan a izar y era seal para comer, y despus al anochecer cuando estaba entrando el sol la izaban de vuelta para dejar el trabajo hasta el otro da (en Chico, Juan y Mario Fernandez, Napalpi. La voz de la sangre. Coleccin Aprendemos a leernos. Sub. De Cultura de la Pcia. del Chaco) Relatos apropiados: de la Sociedad Patritica, esa que dio el primer golpe armado en pos de los ideales de mayo, en 1812, cien aos despus a la Liga patritica, a la caza del inmigrante, recorriendo el pas, descoyunturando ideas extraviadas a sangre y fuego, en Buenos Aires, en Patagonia, en Chaco. Mientras se reduce al pie de la bandera de la Patria, al sin historia. Y el grito civilizado del primer progrom judo de Latinoamrica, por la Patria. Cuando los sectores denostados en el silencio y el fraude (ya no los libertinos/libertarios, ni los reducidos, sino los ansiosos de una lugar en la formalidad de la poltica) decidieron hablar, otra vez, la Patria. Uriburu y la Legin de Mayo recurriendo a su propia genealoga. Silenciando a los ansiosos y fusilando a los libertarios. Mostrando que el fascismo es terrorista, y apropiando al Estado, se hace carne material y fusilada. el proceso iniciado en 1810 con la Revolucin de Mayo, se frustr

por la ley Saenz Pea (proclama de La Legin de Mayo, crculo poltico que agrupaba civiles y militares en apoyo al golpe de estado de 1930) El lugar de la patria, otra vez renacida y virilizada por el macho que dio benefactoramente un lugar en la historia a los olvidados, fue prontamente desarmado en nombre de mayo por el terror estatal, en un bombardeo inquino contra los que pedan pan y liderazgo. Y de aqu en mas, la vorgine de La Patria, salvada una y otra vez, en la nueva hora de la espada (segn el festejo de E. Sbato) por un general bigotudo y de bastn largo que encontr en Crdoba su letargo. El intento de tomar el cielo por asalto, habl en boca de las vctimas, por un instante, el lenguaje de los patriotas; y desgran en cintas desgravadas, la dolorosa historia de la patria fusilada. Pero fue breve el deseo; y fue vano, fue banal su final: una copia maltrecha del benefactor de los humildes (ahora viejos, y padres de un relato mtico que aliment a los asaltantes del cielo, y retorn al viejo lder) desempolv lo peor de Mayo. Y desenton con esos jvenes que lo haban devuelto. Estamos en presencia de verdaderos enemigos de la Patria, organizados para luchar en fuerza contra el Estado () pido a todas las fuerzas polticas y al pueblo en general que tomen partido activo en defensa de la Repblica que es la afectada. Ya no se trata de contiendas polticas partidarias, sino de poner coto a la accin disolvente y criminal que atenta contra la existencia misma de la Patria sus instituciones () Aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una patria justa, libre y soberana. (Juan Pern, cadena nacional, 02/01/74)

Las rplicas genocidas repatriaron rpidamente los peores elogios. La Patria se sumerga en una experiencia concentracionaria, menos novedosa de lo que se cree (Roca ya haba ensayado Martn Garca) pero ms terrorista que sus antecesoras. Si es preciso, en la Argentina debern morir todas las personas necesarias para lograr la seguridad del pas.* Yo quiero significar que la ciudadana argentina no es vctima de la represin, la represin es contra una minora a quien no consideramos argentina** (Jorge Rafael Videla en dos tiempos: *La Prensa 24/10/75 y **Clarn 19/12/77) La inconclusa devastacin festej la implosin, y el Estado patritico se volvi catico, tensionado y tensionante para los que vinieran. Difcil de digerir pero aprendizaje forzoso de una reparacin que deba desatarse en torno a una poltica desordenada pero hbil y efectiva. De todas formas, los pasados persisten y si bien los vientos cambiaron, hubo destellos de un Mayo intolerante que deba cambiar de cuerpo, pero insista: los objetivos polticos (de las Madres de Plaza de Mayo) no coinciden con los intereses nacionales (R. Alfonsn, en rueda de prensa. 21/12/1984). Es negativo para la democracia (que las Madres) defiendan a quienes ocasionaron todo este trgico derramamiento de sangre en el pas, con una concepcin elitista yendo al terrorismo subversivo (R. Alfonsn en la TV alemana 6/07/1985) La reversin del discurso en los intentos desaparecedores de un Estado que ya no era ni la sombra de aquel sueo inclusivo, desenvain nuevamente la patriada que denostar la queja y el reclamo de cualquier rebelda:

no vaya a ser cosa que volvamos a tener otro contingente de Madres de Plaza de Mayo reclamando por sus hijos. El rebrote subversivo () es un peligro latente para toda Latinoamrica. Y por eso les digo que tengan mucho cuidado, que manifiesten, que utilicen la libertad, pero que no exageren las cosas, porque ah se meten estos delincuentes y tratan de sacar partido de este tipo de movida (C. Menem. Pgina/12. 09/07/1992) Doscientos aos despus, la apropiacin de identidad maya comenz un lentsimo retorno a sus cuerpos habituales, con antinomias novedosas, pero tambin con hacedores de la razn nacional y popular como secuela de lo que no debe repetirse. Con enjambres de rostros vestidos de un color que represent lo peor de sus tensiones y que anid estupendos plumajes para los artfices de la razn de Estado. Aun descubren nuevos sentidos las bocas facciosas en la patria maya, pero un tanto rezagados por los que aprendieron que el color a usar era el mismo, cambiando el sol de lugar en la bandera, por imgenes menos vrgenes y mas redentoras de lo posible, en suelo patrio, minado por su propia historia. El tiempo del Mayo intolerante parece finalmente haber trocado a un fervoroso festival de lucha libre, por apropiar su sentido legendario, donde el bajo pueblo en la calle pueda celebrar con el entusiasmo de una calle pagana, muy a pesar de los destellos de intolerancia de sus mayores. Que si bien ajustan los relojes a un cambio vespertino, a veces olvidan el nuevo libreto y se les pianta un lagrimn nostlgico, inconsciente en el colectivo social. "24 de marzo en la Plaza. Gente uniformemente vestida de rojo, autotitulada de izquierda. Amenazantes, con garrotes en sus manos () Del otro lado, jvenes vestidos de azul, celeste, o blanco con banderas argentinas, brazos y manos entrelazados, haciendo cordn humano...para separar y evitar la agresin y la pelea (CFK, 2013)

Pero son destellos ya. Una marea incandescente de otros cuerpos, prefigura que puede sostenerse lo contrario al oprobio, con insistencia en la historia inolvidable de la Patria. Con insistencia en la recuperacin de las fiestas mayas. Pero no deja de sorprender cmo pervive, como suscribe bajo rengln o en letra chica, la inquina nostalgia de aniquilar al de al lado, si la patria lo demanda. Por la patria! Las cosas que se han hecho.! (prlogo a su GRAN OBRA de prxima salida)