buenos aires buenos aires

Upload: languagefluency

Post on 04-Jun-2018

268 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/13/2019 Buenos Aires Buenos Aires

    1/12

    Claves de Cortzar en un LibroOlvidado: Buenos Aires Buenos Aires.Transcurrido bastante tiempo desde su publicacin 1968), una obrade Julio. Cortzar corre el riesgo de quedar olvidada por la crtica. Si se

    tratara de tr autor, nos resistiramos a considerarla, pero en Cortzarconfluyen varias justificaciones. En primer lugar: la unicidad de toda suliteratura. En todo estadio de su produccin puede estar la sntesis, cimay explicacin del resto. El mismo Cortzar nos recuerda al final de unade las numerosas reediciones de Final del juego fatuo sera el escritorque creyera haber dejado definitivamente atrs una etapa de su obra. Encualquier pgina futura puede estar esperndonos una nueva pgina pa-sada .1 Buenos Aires. Buenos Aires nos parece ampliamente significativapara esclarecer algunos aspectos de su visin de la literatura, de la sn-tesis sutil entre su profundo sentido porteo y su rotunda universalidad: Decir Buenos Aires es decir el mundo, ahora (p. 52 . En segundo lu-gar: la escasez, ms que abundancia, de su produccin. En Cortzar nohay una lnea superflua y parecera que ello se debe ms que nada a lapropia voluntad del autor: soy uno de los escritores ms fiacas que hadado la Argentina, excelsa sin embargo en ese terreno como lo pruebanGuido y Spano y Enrique Banchs entre otros muchos. Desafo a cual-quiera que demuestre que he escrito una sola lnea por razones de com-promisos editoriales .3

    La obra a la que nos referimos ha sido recibida por la crtica con unaindiferencia casi total, nunca justificada por razones econmicas.4 El texto,en colaboracin con las fotografas de Alicia D'Amico y Sara Facio, pre-Final de juego (Buenos Aires: Sudamericana, 1970, l1a edicin), p. 197. uenos Aires: Sudamericana, 1968. Todas las citas son de esta edicin. ispamrica 1, 2 diciembre 1972), p. 57. na de las pocas ex ep iones sera la mencin de Rafael Conte en Len.guaje y violencia (Madrid: Al-Borak, 1972, p. 139: donde tal vez la prosade Cortzar ha encontrado acentos inolvidables , Tambin le dedica unaslneas Malva Filer en Los mundos de Julio Cortzar (N.Y.: Las Amkricas,1970), pp 104-105.

  • 8/13/2019 Buenos Aires Buenos Aires

    2/12

    7EVISTA I B E R O A M E R I C A N Asenta la confluencia de la mirada de Cortzar y el objetivo de los fot-grafos. La ciudad se congela en esta bara a de espejos que detienen lahora mltiple en el azogue de unas pginas (p. 19 .REPULS DE LA SUPERFICIALIDAD

    Cortzar seala lo que considera como contrario a la esencia de laciudad, al indicar que precisamente Sara y Alicia han fotografiado Bue-nos Aires con_ un soberano rechazo de temas monumentales, de itinera-rios pintorescos o inslitos (p. 23 , ya que la ciudad es otra cosa muydistinta de lo que se muestra en las guas' de turismo. Cortzar se dedicaa desechar lo superfluo, postizo, enmascarado : de la ciudad tenemos losprpados, la piel, la risa o el rechazo, la moviente superficie de los das(p. 45 . Se pregunta: Quin puede jactarse de conocer ms que las fa-chadas que dan sobre esas calles porteas, y unas pocas calles por las queinfinitamnente fluye su sangre cotidiana ? (p. 45 . Por ese camino, alver de Cortzar, no logramos penetrar en la regin nuclear del almaciudadana, ya que 'estamos -fuera, irremisiblemente fuera de las cosasque hacen la ciudad, y degde esa exclusin inventamos un contacto y unapermanencia y un conocimiento. con la.secreta y admirable desesperacincon que lo hemos inventado todo (p. 45 . Lo que -enealidad consti-tuye l soporte anmico de una ciudad como Buenos Aires no puede, ver-se alterado por planes urbansticos circunstanciales; la urbe sigue con supersonalidad inclume, sin que ningn cambio exterior lo sobresalte olo ultraje [al autor], porque ya no hay novedad o catstrofe municipalque puedan cambiar el verdadero encuentro que ocurre en otra reginindecible p. 25 . Ntese que Buenos Aire, desaparece fsicamente enla segunda parte de Rayrte/as y queda personif icada en la lengua de losprotagonistas. Horacio, Traveler y Talita sustituyen con sus dilogoslaciudad trocada en el circo yel manicomio Para llegar a esa dimensinsecreta, intrahistrica, hay que rechazar ciertos mtodos empricos y esta-dsticos, entendiendo entendindose desde una visiin un lenguajeque nada tienen que ver con la historia y lacircunstancia (p. 46).BUENOS AIRES Y LA LITERATURA

    La ciudad es siempre la misma para el que no quiere y no- est dis-puesto: a ir ms all del cemento y del asfalto. Julio Cortzar revela sus5 uenos Aires: Sudamericana, 1963

    472

  • 8/13/2019 Buenos Aires Buenos Aires

    3/12

    STU IOS

    admiraciones literarias: Trato de imaginar al novelista de Buenos Aires,a la mujer o al hombre que un da obligarn la ciudad rendir sus mssecretas llaves, como ya estas imgenes rinden tantas puertas. Parado enuna esquina, con su bufanda y su chambergo, Roberto Art fuma y espe-ra. Cuando pasen esa mujer o ese hombre, l los mirar largamente antesde irse. El viga podr descansar (p. 194). En rigor, Julio Cortzar in-tuye perfectamente que l tambin ha estado en el mismo camino de Arlt,pero con otros mtodos, sin costumbrismo. u es entonces Buenos Ai-res para l La respuesta es mucho ms sencilla que los monumentos yedificios urbanos, pero, al mismo tiempo, resulta ms difcil de capfar: los ojos de esa chiquita que sale de la escuela, el atorrante que duermesobre los tubos de fibrocemento, la viejita sentada en la vereda, la barrade la esquina, los tipos que hacen cola en el bao pblico, la gente p.25 . mo podemos llegar asimilar esta esencia? Para nuestro autor,el camino es obvio: slo as se entrega alguna vez a su habitante, cuandose la escala desde el sueo o el recuerdo, cuando se la posee con las armasde la imaginacin y del mito p.46). El conocimiento de la ciudad esun proceso, nunca es esttico, sino que se logra mediante el largo reco-rrido de la lenta creacin literaria.

    En este libro, Cortzar tiene sutiles incursiones en el sector que pa-reca reservado al ensayismo intuitivo, a la indagacin nacional de losaos treinta argentinos. Resabios de Martnez Estrada se deslizan porestas pginas: Rechazados desde el fondo de los tiempos por la natura-leza venenosa, la hemos inventado amiga y servidora; rechazados por laciudad que no es de nadie, la hemos posedo por el amor, por la violen-cia, por~el vagabundeo, por una oscura poesa de bares y trabajo ' pp.45-46 . Ral Scalabrini Ortiz podr haber incluido estas lneas enhombre que est solo y espera Ciudad moderna, sus domingos tienenesa penetrante tristeza enmascarada con gritos y el mejor traje, tienenla cada de hombros del que vagamente busca escapar a la alienacin de lasemana y de la vida, encontrar una reconciliacin que todo le niega yque slo la esperanza vestida de gol o de batacazo le muestra desde lejosp. 181). Alejado en sus primeras obras de la problemtica argentina

    e hispanoamericana, se observa una progresiva y ms honda preocupa-cin por los temas de su cultura en las grandes obras posteriores Elcamino de Cortzar es por lo tanto distinto al de otros que saltan de .los temas locales a la universalidad. El creador de los cronopios co-mienza tras la senda fatdica de Borges, quien ya habi abanda4Q

    9 uenos Aires: Gleizer, 1931.

    7

  • 8/13/2019 Buenos Aires Buenos Aires

    4/12

    REVISTA IBEROAMERICANApoesa con temas de barrio, esquina y compadre, mitificndolos ms tardeen sus cuentos fantsticos.

    LITERATURA Y DESARRAIGOA juicio de H. A. Murena,7 el argentino -y el americano, por ex-

    tensin- est constituido por el balanceo de dos arquetipos: uno deseasalir del pas, en donde se siente castigado, y el otro se aferra a la tierra.El primero se solaza con cualquier muestra de cultura extraa, y el se-gundo se trueca en un ultranacionalista. El que anhela poder huir de lamaldicin austral considera que la cultura todava est en Europa: eldesarraigo es el resultado. Cortzar reconoce que tambin se sinti ata-cado por el mismo mal: invent espejos que adelantaban o atrasaban,[ .. no pidi ni agradeci que le dieran el pan nuestro de las im-genes de cada da, prefiriendo elegir el reflejo incierto de otras pticas(p. 19). Su corta obra crtica de los primeros aos haba quedadoreducida a estudios sobre literatura inglesa y francesa. En un caminoque claramente empieza con Alina Reyes, de Lejana y que cesa untanto en Las puertas del cielo -ambos de Bestiario8- el autor estcreando seres que se sienten dominados por el desarraigo. Nuestro autorrepasa brevemente su vida y mira desconfiado un Buenos Aires quehabia sido repulsa y enajenacin (p. 23 . El rechazo de la realidadinmediata est plasmado en La banda y en Las mnades de Fi-nal del juego- y sobre todo en Los premios 9 con la cima en las accionesde Horacio en Rayuela que se repite en o fundamental de El otrocielo de Todos los fuegos el fuego :1 todos ellos tienen varios motivospara tratar de abandonar un p s que resulta intolerable, aunque ellosno sepan exactamente por qu. Incluso para el mismo autor, este aspectoes muy complejo y al mismo tiempo bastante simple. En la misma cartaa Hispamrica contesta a David Vias: Yo no me vine a Pars parasantificar nada, sino porque me ahogaba dentro de un peronismo queera incapaz de comprender en 1951, cuando un altoparlante de la es-quina de mi casa me- impeda escuchar los cuartetos de Bela Bartok;hoy puedo muy bien escuchar a Bartok (y lo hago) sin que un altopar-lante con slogans polticos me parezca un atentado al individuo . '

    7El pecado original de Amrica (Buenos Aires: Sur 1954), Buenos Aires: Sudamericana, 1957.SBuenos Aires: Sudamericana, 1960. ouenos Aires: Sudamericana, 1968. _Hispamrica 1 2 (diciembre 1972), p 56,

  • 8/13/2019 Buenos Aires Buenos Aires

    5/12

    STU IOS

    Lo cierto es que el autor abandon Argentina un dia y en su vo-luntario transterramiento escribi lo mejor de su produccin. Sus perso-najes miran hacia atrs muchas veces. Cortzar recuerda los pasadostiempos porteos: Ahora sabe, por ms viejo y distante, que no ama la gente de la ciudad como la aman estas muchachas, l no viviun Buenos Aires de barra o de partido, de club o de noviazgo, unBuenos Aires caminado y escupido y entraado, l no se acerc al ca-nillita con algo ms que la moneda y la orden, a la mujer con algo msque el deseo y la demanda (p. 23 . Por alienacin, por rechazo totalde la vulgar realidad que lo envolva, el autor resuelve un da mate-rializar el sueo del que considera estar castigado en el solar americano.La humanidad, que juzgaba ausente a su alrededor, la crey ubicada enel otro continente: Tuvo que irse, tuvo que reconciliarse con el prjimoen horas de amargas querellas, hospitales y pasiones, tuvo que participarde ese misterioso trfico de la sangre que fluye de las venas de uno paracorrer en las del otro, en las de todos los otros (p. 23 . Para JulioCortzar en plena confesin, este salto no fue ms que espejismo y elremedio pareci no encontrarse: tuvo que viajar una vez hasta las islaspara comprender que no man is an island, y slo entonces comprender,empez a vivir ms cerca de la vida' '(p. 23 . El autor confiesa aHarss,1 sin ambages, su alienacin humana hasta el momento de es-cribir El perseguidor : es precisamente tras el exilio de 1951 cundoel contacto con el hombre se hace notar ms. En La vuelta al dia enochenta mundos escribe el poema La patria , de 1956, algo que elautor teme que no ser bien interpretado, como evidentemente no lo hasido en su totalidad.Otros personajes creados por Cortzar han dado salto similar alviejo mundo: el camino se abre con Alina Reyes en Lejana y elfracaso final es total;. Una flor amarilla y El idolo de las cicladasFinal del juego) tienen fin semejante al primero: autodestruccin del

    personaje. El mvil Final del juego nos muestra cmo la durezadel compadrito se desmorona en la distancia de la patria. Es, sin em-bargo, con Cartas de mam (Las armas secretas4) cuando vemos conmayor claridad cmo la decisin de abandonar Argentina no libera alprotagonista de sus problemas de antao. Los pr mios terminan en ab-soluto fracaso de todos los que intentan dejar a un lado su vida anterior:lo aconsejable es seguir la tnica de la mayoria del pasaje y no saltr 2 Los nuestros (Buenos Aires: Sudamericana, 1966),13Mxico: Siglo XXI, 1967.4 Buenos Aires: Sud=cericana, 964