canibalismos (tomo 4) issuu

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 2/07/2015 Caracas, Venezuela. N°4 Canibalismos   Te voy a dedicar un tema que vamos a tocar ahora. Soul Eyes, se llama.    Me dijo entusiasmado justo cuando lo estaban llamando para tocar. Tomó su guitarra y se alejó.  No lo anunció por micrófon o ni nada, tan solo me veía de a ratos, cuando terminaba alguna frase y abría los ojos. La intro la hizo él. Cada nota que pisaba era como una burbuja que ascendía desde un oscuro lago; al llegar a la superficie, esas burbujas explotaban en el silencio y lo hacían a uno sentir que recordaba algo remoto; las más graves en el centro, las agudas en la orilla. De repente, sobre aquel lago que yo veía empezó a correr el viento frío que susurran las escobillas, las cuerdas del contra, como árboles que lo rodeaban todo, comenzaron a temblar y una sola y única hoja cayó justo en el medio de aquel lago, tan suave como los labios tibios de una mujer que está por irse: así cayó el saxofón; cada frase se volvía un aro, un círculo perfecto que nadaba hasta los bordes de arena de mi corazón, que se deshacía lento, inmóvil entre los dulces mordiscos de cada pequeña ola. Yo también cerraba los ojos cada tanto y dejaba caer tímidas lágrimas, como lo hago ahora. Me acerqué al lago, me arrodillé en la orilla y me vi temblando sobre el agua. Cuando dejaron de tocar, David tenía los hombros encogidos, estaba encorvado y en su cara se sentía como si un dolor repentino le a tacara el vientre, parecía estar a brazando a su guitarra: el último acorde lo escondía entre sus dedos y su pecho. Todos después de tocar ese tema se veían exhaustos. Me sequé las lágrimas y esperé a que comenzaran los aplausos: entonces dije “gracias”  Nada de lo aquí dicho debe ser o será juzgado como verdadero, en caso de encontrar alguna verdad en estas páginas comunicarse a: [email protected] Catálo  go de aperitivos literarios Fragmento Luis Mancipe Estudiante de Letras UCV                  

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REVISTA LITERARIA DE LA UCV

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  • 2/07/2015 Caracas, Venezuela. N4

    Canibalismos

    Te voy a dedicar un tema que vamos a tocar ahora. Soul Eyes, se llama. Me dijo

    entusiasmado justo cuando lo estaban llamando para tocar. Tom su guitarra y se alej.

    No lo anunci por micrfono ni nada, tan solo me vea de a ratos, cuando terminaba

    alguna frase y abra los ojos. La intro la hizo l. Cada nota que pisaba era como una burbuja que

    ascenda desde un oscuro lago; al llegar a la superficie, esas burbujas explotaban en el silencio y

    lo hacan a uno sentir que recordaba algo remoto; las ms graves en el centro, las agudas en la

    orilla. De repente, sobre aquel lago que yo vea empez a correr el viento fro que susurran las

    escobillas, las cuerdas del contra, como rboles que lo rodeaban todo, comenzaron a temblar y una

    sola y nica hoja cay justo en el medio de aquel lago, tan suave como los labios tibios de una

    mujer que est por irse: as cay el saxofn; cada frase se volva un aro, un crculo perfecto que

    nadaba hasta los bordes de arena de mi corazn, que se deshaca lento, inmvil entre los dulces

    mordiscos de cada pequea ola. Yo tambin cerraba los ojos cada tanto y dejaba caer tmidas

    lgrimas, como lo hago ahora. Me acerqu al lago, me arrodill en la orilla y me vi temblando

    sobre el agua.

    Cuando dejaron de tocar, David tena los hombros encogidos, estaba encorvado y en su

    cara se senta como si un dolor repentino le atacara el vientre, pareca estar abrazando a su guitarra:

    el ltimo acorde lo esconda entre sus dedos y su pecho. Todos despus de tocar ese tema se vean

    exhaustos. Me sequ las lgrimas y esper a que comenzaran los aplausos: entonces dije gracias

    sin que nadie me escuchara.

    Nada de lo aqu dicho debe ser o ser juzgado como verdadero, en

    caso de encontrar alguna verdad

    en estas pginas comunicarse a:

    [email protected]

    Catlogo de aperitivos literarios

    Fragmento

    Luis Mancipe

    Estudiante de Letras

    UCV

  • Ms all de la ley Existe, ms all de las imposiciones de la Ley y de todo orden secular,

    incluyendo las formas conocidas del bien y del mal, un sustrato de la libertad humana que

    lucha por abrirse paso entre lo mundano para alcanzar la vivencia total. Es este el

    horizonte del poeta. No se cuestiona la moralidad de sus propios actos porque l sabe que

    las muchas genuflexiones bufonescas que se permite su espritu son, de hecho,

    condenables. Ms que desafiar el orden establecido, l solo quiere revestirse de formas,

    estar vivo hoy, maana inerte; saquear la sepultura y ofrendar malvas al mismo muerto;

    alucinar caleidoscopios; fundir en un crisol la barbarie y extraer oro; extraer oro de las

    ms descabelladas manifestaciones humanas. Para utilizar esta dimensin del espritu es

    necesario un dirigir consciente de la accin, llegar a tales estadios mediante la reflexin,

    pues esta es lo nico que separa al poeta del vndalo. Discurrir en la sobreutilizacin no

    es solo punible segn la Ley, sino que, peor an, significa caer en la anarqua -de

    sensibilidades e intuiciones-, en el aleatorio perpetuo, en la simpleza de lo ininteligible.

    El poeta debe tener los pies sobre la tierra, respetar aquello que merece ser venerado

    como la vida- pero su nimo irrefrenable le llevar muchas veces a caldear las pasiones

    humanas a propsito con motivo de reunir figuras poticas que explayar en hermosas

    riberas o en ptridos escondrijos. Todo esto para poder decir que nada le qued oculto.

    Paulo Mrquez

    Estudiante de Psicologa

    Universidad Metropolitana

  • Inicio

    Y si pregunto, si puedo crear un universo formado por jardines de rboles de

    laurel, con olores de lluvia sobre madera fresca. Y un acuario de peces del color de mi piel.

    Si estuviese preguntndole a Dios el secreto de un ser perdido bajo crema de

    estrellas, y la energa de un rayo luminoso. Miscelnea luminosa era su nombre.

    Como uno es igual a dos, y dos es a tres, creo que dejara de quedarme despierta

    hasta cerrar los ojos en un cielo ambarino, pensando en preguntas sin respuestas o de

    respuestas sin preguntas.

    Fin

    Recuerdo el da en que despert, todo giraba lleno de colores y nios. Muchos

    nmeros y voces del ms all. Suenan las campanas del pueblo de laurel, se pasea el

    ganador sobre los rieles de mil amores.

    Me olvido de azules rombos y tringulos, o de un acuario abandonado en

    manantiales. De un ro hecho antes que volvieras a verme, en punta y punta, de norte a sur.

    De Mosc hasta Santiago, una fosa de mil amores nada en un roco, con burbujas

    de pesares.

    Acuario

    Andrea Quintanilla

    Estudiante de Ingeniera Electrica

    Universidad de Carabobo

    @andrquinta

  • No quiero recordar bien las cosas.

    Crearme una casa con fotografas que yo nunca tom suena un poco ms cmodo.

    Una acogedora ficcin.

    Todas las memorias hacen llorar, llorar como una explosin.

    Comienzo un da sin recordar en donde queda la casa donde crec,

    aunque alguien me susurre que est a punto de desaparecer.

    Camino sin recordar que hace varios aos me mud de cuerpo.

    Como si los espejos no me sirvieran de nada.

    Ventanas, puertas, bibliotecas, vidrios y astillas que tocan y me dibujan.

    El cansancio de mi cuello ayer a la misma hora.

    El cuerpo impuntual, la cabeza delirante.

    Maana estar hecha de semillas,

    y no debo nunca recordar.

    Libemos los mejores vinos de La Arcadia

    con los ms horrendos rones

    allende las columnas de Hrcules

    juntemos a las ninfas y ninfetas de El Pireo

    en lupanares asfixiantes hipobreos, bajo los brazos de Atlas

    Demos demos a la noble sangre herclida

    hagamos partynoon donde queramos

    y hemos de fijar el Olimpo

    en largas y grandes montaas palpitantes

    all donde la ambrosa sea sabrosa.

    Y los cuerpos corrompidos

    los dejar hemos insepultos

    como lo ejecuta Sfocles en Antgona.

    De semillas

    ss

    Tamar Flores Granados

    Estudiante de Letras

    ULA

    [email protected]

    Lib

    acio

    nes

    Armando Torres Escazubi

    Estudiante de Letras

    ULA

  • Brian Eno canta extrao - me dices

    Canta raro y me asusto por las noches, cuando la boca huele a alcohol - te digo

    Canta extrao, pero suena interesante - respondes

    Como el disco que Pink Floyd sac en 2014. Lo escuchaste?

    No, no escucho nada cuando tengo hambre

    pero suena Talking Heads

    y hablamos

    hablamos a travs de las ondas del ruido

    a travs de la voz de David Byrne

    que dijo todo el tiempo que este era el lugar

    Lo era? - te pregunto

    Y respondes a travs de la onda expansiva de tu nombre

    de la cancin que escucho en aleatorio

    mientras el pecho se agrieta

    Te lo cuento porque ya no puedo hablarte

    porque hace fro y ahora tengo un gato

    te lo cuento porque ya no sabes nada

    lo sabes? - te pregunto

    El temblor del cuerpo ya no sabe a nadie

    las uas ya no duelen cuando las arranco

    el vientre ya no sangra cuando llueve

    Y Brian Eno?

    Brian Eno sigue cantando

    y yo?

    yo siempre fui el temblor

    de ti

    de ti siempre qued el desastre.

    Hablamos a travs de las ondas del ruido

    Oriette Dangelo

    Egresada de Derecho

    UCAB

  • VII Con la emocin gastada, el instante muerto,

    y ni un segundo ms de ganga pusilnime,

    la congoja se aleja y abandona el corazn.

    Desconozco esta piedra atorada en la garganta.

    Me pregunto qu es? Porque aqu estoy

    y sin embargo estoy vaco, no siento nada.

    Si la vida es otra, no slo el exquisito sentimiento,

    por qu me siento insignificante?

    Fro lecho de mar, eso es lo que somos!

    Despus de todo las tragedias terminaron.

    Y a merced de la luna estamos, a que ella suba la marea.

    No hay nada que podamos hacer.

    Cohetes {Seleccin} Mikal Sagasti

    Estudiante de Artes

    UCV

    IX

    Aprend a despreciar el sufrimiento inventado

    que nace en la cabeza de la gente;

    lo sacuden y hacen crecer a merced de un triste verso

    malpuesto, improvisado, pobre mentira.

    Comprend que hacer palabra

    no significa sentir: si lo pienso demasiado

    ms vale callar. Otros pretenden una emocin

    que es slo pensamiento, poema vaco.

    Si sientes, no lo digas.

    No hay por qu hacerlo.

    Acaso entiendo demasiado? Debera borrarlo todo y quedarme con la pgina en blanco?

  • Las redes sociales y el trabajo alienado Alejandro Arturo Martnez Universidad Alberto Hurtado (Chile)

    Facebook te acerca a tus amistades; te permite estar en contacto con amigos sin importar dnde estn; te abre la posibilidad de establecer ms relaciones humanas.

    Ser cierto todo esto? Sern, acaso, las redes sociales en Internet una extensin de la capacidad del hombre de relacionarse con sus semejantes? Son vidas reales las que se ven en una pantalla? Justificamos nuestra esquizofrenia

    cuando hablamos por videoconferencia en el chat de Facebook?

    En su artculo Contra las redes sociales, Rodrigo Fresn se pregunta: quin va a tener tiempo para leer vastas novelas decimonnicas cuando hay que

    estar chequeando y contestando y reportando a tantos amigos ansiosos por saber qu comimos y cul fue la posterior consistencia y tonalidad de la materia fecal resultante de ese almuerzo?

    Frente a las redes sociales, el hombre no es un usuario de un servicio, sino un mero trabajador. Actualizar informacin, responder comentarios, subir fotografas, revisar lo que los dems han hecho, contestar los avisos de chats, de mensajes en el muro. Slo descansa para recuperar energas y volver a la rutina. No se trata de una actividad de placer, aunque as lo sintamos, sino de una carga (quin puede aguantar lo demandante que es mostrar felicidad en medios virtuales?). Incluso, si lo leemos desde Marx, podemos pensar que hay otro hombre que se

    beneficia del trabajo que hacen los usuarios de las redes sociales. Me refiero, claro est, a los dueos de Facebook, Twitter, Instagram (y aada todas las dems) que se enriquecen cada vez que ms usuarios entregan su vida diariamente a estas plataformas.

    Qu ocurre, pues, con los usuarios de las redes sociales? Son ellos realmente quienes escriben y participan en esos servicios? Dice Fresn:

    Funcionamos cada vez ms como en un frentico pinball de links, nos cuesta concentrarnos por ms de una o dos pginas, resulta difcil terminar una idea sin comenzar otra, vamos convirtindonos en el fantasma de nuestra propia mquina.

    Somos, pues, trabajadores enajenados, siervos virtuales sin ni siquiera un nfimo salario.

  • Qu es el Estado? Nos preguntaron en una de las clases de Sociologa, nadie daba

    una respuesta, slo el murmullo ciego que no sabe a dnde va. Y as termin el

    cuatrimestre, a vsperas del ltimo parcial y hacindome la pregunta, ahora a m mismo,

    mientras me tomaba una taza de caf.

    Estado. Pas. Nacin. Tierra. Comarca. Repblica Patria. Un sinfn de palabras con

    tantos significados que las ciencias han buscado y conseguido separar, y que son lo mismo:

    no son nada. A dnde pertenecemos y qu es realmente nuestro cuando todos estamos de

    paseo? Turistas de la vida. Al parecer nuestra existencia no es ms que unas vacaciones

    que queremos alargar.

    A punta de dialctica y consciencia se nos ha corrompido nuestra forma de existir, de

    seguir, de permanecer, de pertenecer a esta nada llena de definiciones y un querer abarcarlo

    todo.

    Un da te levantas y te haces la ltima taza de caf; se que sali de ese suelo al que

    llamas mi tierra. Hasta eso has llegado, a beberte los hijos naturales de la tierra. Con caf

    recin colado te engaas constantemente para llegar a otro estado, a uno de identidad en

    el que te dices todos los das, ste soy yo, a esto huele y sabe mi tierra.

    Qu es el Estado?

    Debera leer y aprenderme lo que ya dijeron de ello. Lo que explican y repiten una y

    otra vez en cada cuatrimestre de Sociologa. La taza se ha quedado vaca. Vas a la despensa

    y te das cuenta que no tienes ms caf. Tu saciedad de patria est limitada. Y as como un

    da se automatiza la muerte, tu sentido de pertenencia lo hace igual, pues, te ha tocado

    calentar agua en la pava, sacar la yerba del estante y beberte los hijos de los otros. Un

    Saturno para el que no fueron suficientes los suyos y se bebe a borbotones lo que otra tierra

    le da: un mate recin cebado. La otredad.

    Los sinsabores de la tierra

    Danny Pinto-Guerra

    Profesor de Idiomas

    UCVUBA (Argentina)

    @pintoguerra