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MISIÓN E INTEGRALIDAD Misión integral: ¿fuego que sigue quemando? 15 L a misin integral, como un enfoque misionolgico de identidad evanglica, nacida en la dcada de 1970 y alimentada en el seno de la FraternidadTeolgica Latinoamericana, ha marcado, sin duda, el ser y el quehacer de las iglesias evanglicas latinoamericanas y caribeas en los ltimos cuarenta aos. Con su nfasis porfiado en que el evangelio se predica no solo con palabras sino tambin con el testimonio de vida y con acciones concretas de servicio a las personas ms necesitadas, ha ayu dado a desarrollar una mayor responsabilidad social por parte de las iglesias y a generar conciencia de las mltiples dimensiones que tiene la misin de Dios en el mundo. A este acento en la integralidad del evangelio se le debe, en gran parte, la creacin de organizaciones no gubernamentales ONG de inspiracin cristiana, as como la fundacin de incontables proyectos de servicio comunitario, el surgimiento de comisiones de defensa de los derechos humanos, la creacin de comits de trabajo ecolgico y no pocas aven turas polticas. De la mano de la misin integral, los evanglicos de Amrica Latina y el Caribe nos atrevimos a salir de los contornos de la Iglesia para anunciar all afuera el amor de Dios que se expresa hacia todos los seres humanos y que abarca la totalidad de la vida. En este peregrinaje 1

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Harold Segura. Capítulo 1 del libro "La iglesia en la era del vacío"

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  • MISIN E INTEGRALIDADMisin integral:

    fuego que sigue quemando?

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    La misiFn integral, como un enfoque misionolFgico de identidadevangClica, nacida en la dCcada de 1970 y alimentada en el seno dela FraternidadTeolFgica Latinoamericana, ha marcado, sin duda, el sery el quehacer de las iglesias evangClicas latinoamericanas y caribeEas enlos u_acuteltimos cuarenta aEos. Con su Cnfasis porfiado en que el evangeliose predica no solo con palabras sino tambiCn con el testimonio de viday con acciones concretas de servicio a las personasmBs necesitadas, ha ayu-dado a desarrollar una mayor responsabilidad social por parte de lasiglesias y a generar conciencia de las mu_acuteltiples dimensiones que tienela misiFn de Dios en el mundo.

    Aeste acento en la integralidad del evangelio se le debe, en gran parte,la creaciFn de organizaciones no gubernamentales parenONGparen de inspiraciFncristiana, asD como la fundaciFn de incontables proyectos de serviciocomunitario, el surgimiento de comisiones de defensa de los derechoshumanos, la creaciFn de comitCs de trabajo ecolFgico y no pocas aven-turas polDticas. De la mano de la misi'n integral, los evangClicos deAmCrica Latina y el Caribe nos atrevimos a salir de los contornos de laIglesia para anunciar all# afuera el amor deDios que se expresa hacia todoslos seres humanos y que abarca la totalidad de la vida. En este peregrinaje

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  • de diacon%a social no somos los mBs expertos. El trayecto apenas ha em-pezado y au_acuten queda un largo camino por recorrer e incluso muchos pasospor corregir.

    El propFsito de este primer capDtulo1 es animar esa caminata de fetrayendo a la memoria los orDgenes de la misiFn integral, mostrando susprincipales aportes y seEalando algunos de los desafDos mBs urgentes quedebemos atender hacia el futuro que es ahora.

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  • T t u l o d e l c a p t u l o 17

    quoteLa iglesia existe para la misi'ncomo el fuego existe para quemarquote

    dashEmil Brunner

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  • Una historia no muy distanteEn Cien a&os de soledad, la esplCndida novela de Gabriel GarcDa MBrquez,Premio Nobel de Literatura, se narran algunos de los pormenores de laboda entre el coronel Aureliano BuendDa y su novia Remedios Moscote,los que se casaron un domingo de marzo ante el altar que el padre Nica-nor Reyna hizo construir en la sala de visitas2. Al oficiante se le presentacomo un sacerdote quoteanciano endurecido por la ingratitud del ministerioquotequien habDa llegado a Macondo invitado por el progenitor de la novia,Apolinar Moscote. DespuCs de la ceremonia, se nos dice que el padreReyna,

    llevaba el propsito de regresar a su parroquia despus de la boda,pero se espant con la aridez de los habitantes de Macondo, que pros-peraban en el escndalo, sujetos a la ley natural, sin bautizar a loshijos ni santificar las fiestas. Pensando que a ninguna tierra le hacatanta falta la simiente de Dios, decidi quedarse una semana mspara cristianizar a circuncisos y gentiles, legalizar concubinarios ysacramentar moribundos. Pero nadie le prest atencin. Le contesta-ban que durante muchos aos haban estado sin cura, arreglandolos negocios del alma directamente con Dios, y habiendo perdido lamalicia del pedazo mortal. Cansado de predicar en el desierto, elpadre Nicanor se dispuso emprender la construccin de un templo, elms grande del mundo, con santos de tamao natural y vidrios decolores en las paredes, para que fuera gente desde Roma a honrar aDios en el centro de la impiedad. Andaba por todas partes pidiendolimosnas con un platillo de cobre. Le daban mucho, pero l querams, porque el templo deba tener una campana cuyo clamor sacaraa flote a los ahogados. Suplic tanto que perdi la voz3.

    En estas lDneas maestras del escritor deAracataca estamos ante unaaproximaciFn literaria de la misiFn de la Iglesia, situada en Macondoy representada por un anciano sacerdote catFlico para quien su voca-ciFn misionera se realiza administrando los sacramentos a los niEos sinbautizar, a las parejas sin casar y a los moribundos sin ungir. Para Cl, lamisiFn es un asunto de cristianizar a los escandalosos, de asegurar por

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  • todos los medios posibles el cumplimiento de la moral catFlica, y deobtener el respaldo polDtico para que se respeten las fiestas del santo-ral. Y piensa que eso se puede conseguir si se queda quoteuna semana mBsquote.

    El padre Nicanor refleja bien la mentalidad misionera que predomi-naba en el catolicismo latinoamericano en los aEos previos al ConcilioVaticano II, cuando la misiFn consistDa en vigilar la ortodoxia de laIglesia frente a los peligros apremiantes del modernismo, del secula-rismo y del comunismo ateo. Eran las Cpocas del quotecatolicismo vigilantequoteobsesionado por el Estado confesional en orden con la eclesiologDaexclusivista heredada de Cipriano paren200-258paren y confirmada por RobertoBelarmino paren1542-1621paren segu_acuten la cual extra Ecclesiam nulla salus parenfuera de laIglesia no hay salvaciFnparen.A la Iglesia se la entendDa como sociedad perfectaparensocietas perfectaparen y por eso el padre Reyna, leal a su Santa Madre Iglesia,quiere hacer todos los esfuerzos posibles para queMacondo no se pierdaen su aridez y retorne a los caminos de la fe. Por eso quiere construir allDel quotetemplo mBs grande del mundoquote, que tenga una campana cuyo clamorsaque quotea flote a los ahogadosquote. Tras esa misiFn lo da todo, incluso pierdela voz suplicando mBs limosnas. quoteSus huesos empezaron a llenarse deruidosquote y quoteun sBbado, no habiendo recogido ni siquiera el valor de laspuertas, se dejF confundir por la desesperaciFnquote4.

    !Vientos de renovaci*n! Pero, ?quiCn duda hoy de que en las u_acutelti-mas dCcadas haya habido avances significativos en la comprensiFn de lamisiFn no solo en la Iglesia CatFlica Romana sino tambiCn en la familiaevangClica? LamisiFn cristiana naciF y se desarrollF en nuestras tierras dela mano del colonialismo y se desacreditF cuando el colonialismo fuecondenado. Tantos cuestionamientos exigDan nuevos modelos. Por ejem-plo, en la Conferencia Mundial Misionera de Bangkok paren1972-1973paren, losrepresentantes del llamadoTercerMundo quoteprotestaron por la destrucciFnde sus culturas a manos de Occidente y pidieron una compensaciFn porparte de las misiones extranjerasquote5. Este gran eventomisionero convocadobajo el tema quoteLa salvaciFn en el dDa de hoyquote se hizo famoso por su enfo-que holDstico. En Cl se hablF acerca del balance que debe acompaEar a la

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  • misiFn; se dijo que la misiFn debDa atender tanto los aspectos espiritualescomo las necesidades de cada contexto sociopolDtico. Se quoteaceptF la nece-sidad de bracketlasbracket teologDas contextuales y del reconocimiento de la identidadcultural que influDa en la respuesta que daban quienes seguDan a Cristo.Los delegados debatieron las situaciones de explotaciFn e injusticia quetambiCn existDan en las relaciones entre las iglesiasquote6.

    Samuel Escobar, sin duda uno de los investigadores mBs juiciosos delacontecer misionero en suelo latinoamericano, reconoce la magnitud deestos cambios cuando habla acerca de un quoterenovado sentido de responsa-bilidad misionera que parecen compartir catFlicos y evangClicosquote7. EsarenovaciFn, en cuanto al catolicismo se refiere, tiene que ver con el Con-cilio Vaticano II y con numerosos congresos misioneros internacionalesque se celebraron en el marco de esos nuevos aires de aggiornamiento8.

    En cuanto a los sectores propiamente evangClicos, la renovaciFnmisionera recibiF aires nuevos, demanera especial, despuCs del CongresoInternacional de EvangelizaciFn Mundial celebrado en Lausana, Suizaparen1974paren, del Congreso Misionero de Curitiba paren1976paren, de los encuentrosconvocados por COMIBAN Internacional y de los cuatro Congresos La-tinoamericanos de EvangelizaciFn parenCLADEparen, entre otros. El cambio esde tal magnitud, tanto para catFlicos como para evangClicos, que el mismoEscobar cree que en el campo misionero ahora hay suficientes razones,incluso, para el acercamiento ecumCnico. Dice Cl: quoteCreo que al ver a lasiglesias a la luz del proceso de su gCnesis histFrica en nuestro continentepodemos encontrar mejores claves para entender lo que son catFlicos yevangClicos hoy enAmCrica Latina, y la forma en que podrBn participar enla tarea misionera cristiana en bracketestebracket sigloquote9. !Son vientos de renovaciFn!

    Estos avances estBn a la vista de todos y detrBs de ellos hay una his-toria particular. Para el caso de las iglesias evangClicas representadaspor el enfoque de lamisi'n integral 10, la historia reciente nos remite a treso cuatro dCcadas atrBs. Digamos algo acerca de esa historia. En la dCcadade 1960 surgiF en el seno del protestantismo un movimiento progresistacuyos lDderes, en su mayorDa, fueron perseguidos, detenidos o exiliados de

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  • sus paDses por los regDmenes militares de aquellos aEos11. Nos referi-mos aquD, de manera especial, a los pastores y las pastoras, a los teFlogosy las teFlogas, y otros intelectuales vinculados a Iglesia y Sociedad enAm$rica Latina parenISALparen. Fue en ese Bmbito quotedonde empezF a darse unfermento teolFgico intenso, en el cual pensadores del protestantismoecumCnico trataron de interpretar la realidad social y responder desdeuna perspectiva protestantequote, como lo registra Samuel Escobar. Porexpresar su voz profCtica y mostrar un decidido apoyo a los procesosrevolucionarios de aquellos tiempos fueron perseguidos por sus gobiernose incomprendidos por la mayorDa de las iglesias.

    JosC MDguez Bonino, con la autoridad que le da el hecho de habersido uno de los miembros de ISAL dice que fue un liderazgo quoteque bus-caba combinar una teologDa bDblica de redenciFn en clave histFrica y unllamado a la militancia activa en los movimientos sociales y polDticos deliberaciFnquote12. En ISAL sobresalen los nombres de Emilio Castro, RubemAlves, Julio de Santa Ana, Gonzalo Castillo, Richard Shull y el mismoMDguez Bonino, para citar algunos de los mBs conocidos.

    Segu_acuten Luiz Longuini Neto13dashen su reciente investigaciFn acerca delos nuevos rostros de la misiFn en AmCrica Latinadash, con el exilio y elsilenciamiento de este protestantismo progresista, las iglesias sufrieronquotecierto vaciamientoquote y no pudieron contar con el aporte de este valiosogrupo de intelectuales para configurar un rostro mBs contextual y perti-nente de la misiFn. Mientras que en el catolicismo se afianzaron lasperspectivas progresistas de la misiFn y de la teologDa parenteologDa de laliberaciFn y su expresiFn pastoral, las Comunidades Eclesiales de Baseparen,en la familia evangClica se produjo un natural giro hacia las teologDas de lamisiFn de corte conservador con claros visos fundamentalistas. En estequotegiro a la derechaquote incidiF mucho la llegada de algunas organizacionesevangClicas conocidas en aquellos aEos como quoteorganizaciones para-eclesiBsticasquote, y tambiCn las misiones de fe que procedDan de los EstadosUnidos de AmCrica; ambas de origen pietista conservador. Estas propues-tas forBneas fueron quotemuy bien aceptadas por la mayorDa de comunidades

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  • protestantes debido a la misma mentalidad fundamentalista y pietista yaexistente en ellasquote14. AsD, segu_acuten la tesis de Longuini, al contraerse lasposiciones progresistas, se expandieron las mBs conservadoras.

    Tensiones internas, distancias fraternas. Precisamente enesos aEos matizados por polCmicas apasionadas y esperanzas frustradassurgen dos grandes movimientos que van a marcar nuestra historia y, demanera puntual, van a definir diferentes maneras de concebir la misiFnen AmCrica Latina. El primero es el movimiento ecumCnico cuyo ejede articulaciFn es el Consejo Mundial de Iglesias, fundado en 1948, consede en Ginebra, Suiza. Y el segundo, el llamado movimiento evange-lical15 vinculado a la Alianza EvangClica Mundial, fundada en 195116.Cada uno tenDa una perspectiva misionera particular y unas formasdistintas de concebir la Iglesia y su relaciFn con la sociedad. Al respectodice Longuini Neto:

    el movimiento ecumnico y el movimiento evangelical articula-ron, a partir de la dcada de 1960, una propuesta de renovacineclesiolgica en Latinoamrica en el campo de la relacin entreiglesia y sociedad, llevando al redimensionamiento del concepto yde la prctica misionolgico-pastoral de las iglesias protestantes17.

    Tanto ecum$nicos como evang$licos mantuvieron amplias diferenciasen su forma de vivir la Ctica social y, por ende, de definir el quehacermisionero de las iglesias. Longuini Neto propone la siguiente hipFtesis detrabajo: quoteEl movimiento ecumCnico articulF sus propuestas de interven-ciFn en la sociedad con el tCrmino quotepastoralquote, lo cual fue rechazado porel movimiento evangelical, que optF por el tCrmino quotemisiFnquote quote18. Estapreferencia del tCrmino misi'n en lugar de pastoral se explica por laconnotaciFn catFlica que tenDa este u_acuteltimo y su relaciFn con los sectoresecumCnicos y progresistas con los cuales los evangClicos querDan diferen-ciarse19.

    Samuel Escobar20, a diferencia de Longuini Neto, prefiere distinguirtres sectores, a saber: el protestantismo ecum$nico, con estrechos vDnculoscon el protestantismo europeo y agrupado posteriormente en el Consejo

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  • Latinoamericano de Iglesias; el protestantismo evang$lico, identificado conel Pacto de Lausana y cuyo pensamiento se puede conocer en buenaparte a travCs de la Fraternidad TeolFgica Latinoamericana; y el evange-licalismo conservador, que en su momento se reuniF alrededor del ConsejoEvangClico Latinoamericano parenCONELAparen.

    Los dos primeros sectores, el del protestantismo ecum$nico y el delprotestantismo evang$lico, se diferenciaron con mayor contundencia a par-tir de 1969. Hasta ese entonces habDan participado por igual en lasConferencias EvangClicas Latinoamericanas parenCELA I, en 1949 y CELAII en 1961paren. Las razones de esas diferencias, segu_acuten cuenta Samuel Escobar,fueron varias: la apariciFn de una gran cantidad de misiones indepen-dientes parenmisiones de feparen que quotetraDan una fuerte sospecha en cuanto alecumenismo, pues este representaba en muchos casos a las iglesiasoficiales que estaban espiritualmente o teolFgicamente minadas porel liberalismo o modernismoquote21. Hubo, ademBs, razones doctrinales,pastorales y polDticas. Las doctrinales, ocasionadas por el evidente con-traste entre el liberalismo teolFgico y el conservadurismo evangClico; laspastorales, por la manera como cada uno percibDa las relaciones con laIglesia CatFlica Romana y el efecto que ellas tenDan sobre el entusiasmoevangelizador; y las polDticas, debido a la radicalizaciFn ideolFgica quedemostraron algunos grupos ligados al movimiento ecumCnico.

    Esto explica que a partir de la Segunda Conferencia parenCELAII, Lima,1961paren empezara a surgir quoteun movimiento evangClico de cooperaciFnparalelo al movimiento ecumCnicoquote22. Esa historia de desencuentros sepuede ubicar de manera mBs precisa a partir de 1969, cuando se realiza-ron dos conferencias por separado reuniendo dos tendencias diferentes:En julio se reuniF en Buenos Aires la Tercera Conferencia EvangClicaLatinoamericana parenCELAIIIparen y en noviembre del mismo aEo se reuniF elPrimer Congreso Latinoamericano de EvangelizaciFn parenCLADE Iparen, estecomo seguimiento del Congreso Mundial de EvangelizaciFn, realizadoen BerlDn tres aEos antes y convocado por la el famoso predicador norte-americano Billy Graham23.

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  • Este breve recorrido histFrico nos ayuda a comprender, hasta estepunto, el trasfondo de dos enfoques de la misiFn que eran claros y confronteras bien definidas en aquellos aEos: quienes comprendDan la tarea dela Iglesia como pastoral prof$tica orientada a encarnar la presencia de Diosen las realidades sociales, culturales, econFmicas y polDticas del mun-do, relacionando el evangelio con las culturas, promoviendo la justicia,actuando con solidaridad y animando la unidad de la Iglesia; y quienesidentificaban el quehacer de las iglesias con la evangelizaciFn con finesproselitistas y anticatFlicos, la defensa de la sana doctrina y el crecimientonumCrico de la Iglesia. En otras palabras, para los unos los Cnfasis centra-les de la misiFn recaen en el testimonio, la presencia y la Ctica social y,para los otros, en la proclamaciFn y la conversiFn individual.

    quoteTercera v)aquote enmisionolog)a.En el mismo aEo 1969 emerge enel escenario evangClico un grupo de pastores, teFlogos y profesionales deotras disciplinas quienes provienen de las filas evangClicas mas no se iden-tifican con el fundamentalismo; al mismo tiempo que simpatizan con losprincipios ecumCnicos no aceptan sus posiciones ideolFgicas. De estossurge la FraternidadTeolFgica Latinoamericana parenFTLparen y de ella un fuerteCnfasis en la misiFn integral de la Iglesia. Se trata de un nuevo conceptode misiFn:

    CLADE I ser tambin de vital importancia con relacin a un nuevoconcepto de misin y articulacin de una nueva agenda pastoral paralos sectores eclesisticos conservadores del continente. En los pasi-llos del Congreso surgi una articulacin de telogos autctonos,cuyo objetivo fue la formacin de una fraternidad de telogos, quems tarde lleg a ser la Fraternidad Teolgica Latinoamericana24.

    La menciFn de la FTL amerita bordes de lujo por haber sido lapartera de una nueva propuesta misionolFgica para el continente, quesin abochornarse de su identidad evangClica conservadora, se distanciadel fundamentalismo rampante; con tono pastoral convoca a las iglesiasa insertarse en la sociedad y jugar un activo papel de agentes de tras-formaciFn integral. En este sentido, los conceptos de pastoral ecum$nica

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  • y misi'n integral coinciden en sus objetivos parenaunque no siempre en susprBcticas pastorales ni en sus enfoques polDticosparen. Esta nueva dimensiFnmisionera en el movimiento evangClico recibiF su mayor impulso en elCongreso Mundial de EvangelizaciFn, realizado en Lausana, Suiza, del16 al 24 de julio de 1974.AllD se reunieron casi 2.500 participantes, ademBsde 1.000 observadores de 250 paDses y 135 denominaciones protestantes.Para algunos investigadores, Lausana forjF una nueva nomenclaturapara el movimiento evangClico y fijF parBmetros au_acuten vigentes para laacciFn misionera integral. A partir de entonces se habla del esp%ritu deLausana, que se expresa pormedio del conocido Pacto de Lausana. Lausanafue decisiva para el naciente movimiento de la misi'n integral al afirmarque la responsabilidad social y polDtica forma parte de la misiFn de laIglesia. Esto fue lo que se declarF en uno de los pBrrafos mBs importantesdel Pacto:

    Afirmamos que Dios es tanto el Creador como el Juez de todos loshombres. Por lo tanto, debemos compartir Su preocupacin por lajusticia y la reconciliacin en toda la sociedad humana, y por la libe-racin de todos los hombres de toda clase de opresin. La humanidadfue hecha a la imagen de Dios; consecuentemente, toda persona, seacual sea su raza, religin, color, cultura, clase, sexo, o edad tiene unadignidad intrnseca, en razn de la cual debe ser respetada y servida,no explotada. Expresamos adems nuestro arrepentimiento, tanto pornuestra negligencia, como por haber concebido, a veces, la evan-gelizacin y la preocupacin social como cosas que se excluyenmutuamente. Aunque la reconciliacin con el hombre no es lo mismoque la reconciliacin con Dios, ni el compromiso social es lo mismoque la evangelizacin, ni la liberacin poltica es lo mismo que lasalvacin, no obstante afirmamos que la evangelizacin y la accinsocial y poltica son parte de nuestro deber cristiano. Ambas sonexpresiones necesarias de nuestra doctrina de Dios y del hombre, denuestro amor al prjimo y de nuestra obediencia a Jesucristo. El men-saje de la salvacin implica tambin un mensaje de juicio a todaforma de alienacin, opresin y discriminacin, y no debemos temerel denunciar el mal y la injusticia dondequiera que existan. Cuando

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  • la gente recibe a Cristo, nace de nuevo en Su Reino y debe manifes-tar a la vez que difundir Su justicia en medio de un mundo injusto. Lasalvacin que decimos tener, debe transformarnos en la totalidad denuestras responsabilidades, personales y sociales. La fe sin obras esmuerta25.

    Bajo estos presupuestos de integralidad se asentF la FTL y se con-vocaron los siguientes Congresos Latinoamericanos de EvangelizaciFn:CLADE II, en 1979 en Lima, Peru_acute, bajo el lema quoteAmCrica Latina y laevangelizaciFn en los aEos 80quote; CLADE III en 1992 en Quito, Ecuador,bajo el lema quoteTodo el evangelio para todos los pueblos desde AmCricaLatinaquote; y CLADE IV en 2000, cerca de la ciudad de Quito, Ecuador,con el lema quoteEl testimonio evangClico hacia el tercer milenio: Palabra,EspDritu y MisiFnquote. Cada uno de los CLADE hizo un aporte significativoa la profundizaciFn y difusiFn del espDritu de misiFn contextual, evan-gClica, autFctona e integral. Con ese espDritu nos hemos identificadomiles de evangClicos apenados con el fundamentalismo de muchas denuestras iglesias, y esperanzados con que surjan nuevas propuestas misio-nolFgicas que actualicen lo dicho en las dCcadas pasadas y hagan mBspertinente el discurso de la integralidad. En estas filas militamos los queel sociFlogo inglCs-brasileEo Paul Freston ha denominado, con acierto,evang$licos cr%ticos.

    El mayor aporte de las Declaraciones suscritas en los CLADE,ademBs de la amplia producciFn bibliogrBfica y testimonial del movi-miento de la misiFn integral, ha sido, quizB, haber introducido en lafamilia evangClica un cambio radical en su concepciFn misionolFgica.Ante muchos que afirman que la salvaciFn corresponde solo al alma, elenfoque integral recuerda que la salvaciFn tiene connotaciones histFricasy alcances polDticos, y que apunta hacia la trasformaciFn de todo locreado. Ante los que predican la exclusiva conversiFn individual, esteenfoque les recuerda que la reconciliaciFn con Dios afecta la relaciFncon el prFjimo y tiene, tambiCn, implicaciones ecolFgicas. Sidney Rooy,refiriCndose a estos aportes, dice que los CLADE contribuyeron a un

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  • quotecambio radical respecto al evangelio de la salvaciFn del alma, el indivi-dualismo conversionista y la vivencia del rechazo del mundoquote26. En otraspalabras, se produjo un despertar de la conciencia social evangClica. LacontribuciFn de la llamada misi'n integral o enfoque hol%stico de la misiFnes, pues, indudable, sin por ello negar que, como todo enfoque misiono-lFgico, tambiCn esconde obvias limitaciones.

    Aportes de la misin integralPero, ?a quC nos referimos al hablar demisiFn integral? Con lo dicho hastaaquD me atrevo, en aras de la sDntesis, a formular la siguiente definiciFn,sujeta, como es obvio, a la discusiFn dashincluso la contradicciFndash y aldiBlogo: La misiFn integral representa una opciFn misionolFgica contex-tual de identidad evangClica, enmarcada dentro del espDritu del Pactode Lausana y promovida pastoral y teolFgicamente por la FraternidadTeolFgica Latinoamericana. Surge en los primeros aEos de la dCcada de1970 en reacciFn al fundamentalismo evangClico y tambiCn al movimientoecumCnico liberal. Su mensaje estB dirigido a las iglesias a las que invita aque desarrollen una nueva manera de anunciar las buenas nuevas delevangelio, no solo con palabras, sino tambiCn con la vida y con las bue-nas obras; entre estas u_acuteltimas se cuentan las que tienen que ver con suresponsabilidad social y polDtica. Su principal Cnfasis es la diaconDa social.

    Siendo que la misiFn integral, como ya se dijo, ha tenido como suprincipal promotora pastoral y acompaEante teolFgica a la Fraterni-dad TeolFgica Latinoamericana, vale que digamos que ella fue fundadael 17 de diciembre de 1970, en Cochabamba, Bolivia, por un grupo deveinticinco evangClicos latinoamericanos que se habDan reunido en estaciudad para participar en una consulta teolFgica. Entre los fundadoresde la FTL estBn RenC Padilla parenEcuador-Argentinaparen, Samuel EscobarparenPeru_acuteparen, Pedro Arana parenPeru_acuteparen, Robinson Cavalcanti parenBrasilparen, Emilio An-tonio Nu_acuteEez parenEl Salvador-Guatemalaparen, Washington Padilla parenEcuadorparen,Nscar H. Pereira parenChileparen y Pedro Savage parenPeru_acuteparen27.

    Con estas puntualizaciones histFricas podemos, ahora sD, mencio-

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  • nar algunos de los aportes de este enfoque misionolFgico para el ser yquehacer misionero de las iglesias evangClicas en nuestro continente.

    Balance pastoral y teol*gico. El primero tiene que ver con elbalance pastoral, teolFgico y polDtico que se introdujo en el movimientoevangClico conservador en una Cpoca de polarizaciones extremas entrefundamentalistas aguerridos y liberales pareny liberacionistasparen apasionadosque se diputaban el predominio del pensamiento teolFgico y de losestilos de la pastoral. La misiFn integral reconociF desde sus inicios lanecesidad de redefinir la identidad evangClica afirmando su herenciahistFrica parenel legado del pasadoparen y aceptando los retos del futuro parenla urgen-cia del contextoparen.

    Eran tiempos de forcejeos fraternales dashy a veces no tan fraterna-lesdash entre los nacientes Consejo Latinoamericano de Iglesias parenCLAIparen yel Consejo EvangClico Latinoamericano parenCONELAparen. Tanto el uno comoel otro se atribuDan la representaciFn de las mayorDas evangClicas, sintenerlas parendespuCs de 30 aEos se constata que ninguno de los dos organis-mos logrF esa representaciFnparen. En ese contexto, Samuel Escobar afirmabaen el aEo 1982 que ante esas tensiones habDa que recuperar las raDces delpasado, pero mirando al futuro con sentido de misiFn. El pasado, paraEscobar, era la herencia teolFgica de la Reforma, la pasiFn evangelizadora,la piedad personal, la postura anabautista y la Ctica puritana: quoteSi todosvamos escarbando en nuestra propia tradiciFnquote, decDa Cl, quotepodremos llegaral sFlido terreno evangClico comu_acuten. Sin abandonar lo que nos es peculiar,podemos encontrar lo fundamental que nos une para enfrentar losdesafDos comunesquote28. El punto de equilibrio se encontraba entre la rele-vancia doctrinal evangClica y la pertinencia evangClica social. Era unaquotetercera vDaquote misionolFgica que se proponDa demostrar en la prBctica queera posible ser conservador en cuanto a la doctrina sin necesariamenteserlo en las prBcticas sociales y en las opciones polDticas.

    TambiCn las diferencias con ISAL eran evidentes. Se les reconocDael mCrito de haber pensado en una teologDa evangClica de los temassociales pero, al mismo tiempo, se creDa necesario seEalar las diferencias

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  • quoteprofundas e inzanjablesquote parenasD las llamF en su momento Pedro Arana29parencomo la equiparaciFn entre la ideologDa marxista y la fe cristiana, quotelaanulaciFn de la frontera entre la iglesia y el mundo, la revoluciFn bracketybracket eldesconocimiento de la autoridad bDblicaquote30. Acerca de esta toma de dis-tancias, dice Escobar que la mayorDa de los fundadores de la FTL,

    podran ser descritos como fundamentalistas, pero s se considera-ban evanglicos cuya posicin teolgica difera en varios puntos de laque venan expresando los telogos de ISAL. Estos evanglicos nocrean necesario adoptar el marxismo como mtodo de anlisis de larealidad social, ni compartan la fe de que el mundo estaba marchandohacia el socialismo, pero tampoco compartan el anticomunismoingenuo de los misioneros conservadores31.

    De esta manera se querDa encontrar una vDa intermedia entre el fun-damentalismo anticomunista y el progresismo socialista. Acerca de estaposiciFn de balance se expresF Caleb Meza en una de las presentacionesdel CLADE III paren1992paren, cuando dijo: quoteAquD hay que combatir rigurosamentea los que quieren hacernos creer que ser conservador, teolFgicamentehablando, es ser conservador polDticamente. Refutamos y rechazamos esaideaquote32.

    Evangelizaci*n integral.Otro de los aportes del enfoque hol%stico esque ampliF el horizonte teolFgico de la salvaciFn bDblica parensoteriologDaparenpara que no fuera entendida solo dentro de los lDmites estrechos de laredenciFn del alma individual33. Esta elemental puntualizaciFn bDblica esde suma importancia si se tiene en cuenta que el discurso de la misiFnintegral se ha dirigido durante estos casi 40 aEos a las iglesias evangCli-cas conservadoras, para quienes la salvaciFn se restringe al perdFn delpecado personal por medio del sacrificio de Jesu_acutes crucificado, bajo lau_acutenica exigencia de la fe que se declara verbalmente y con la promesa dela vida eterna situada en unmBs allB abstracto y celestial. En ese ambiente,las declaraciones de la misiFn integral tenDan, sobre todo en los prime-ros aEos, cierto tono sedicioso. RenC Padilla, en una de las ponenciaspreparatorias del Congreso de Lausana, decDa que quotesolo en el contexto

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  • de una soteriologDa que toma en serio al mundo es posible hablar dela proclamaciFn oral del evangelioquote y que,

    a la luz de la enseanza bblica no hay lugar para una ultra-mundanalidad que no redunde en un compromiso del hombrecon su prjimo, enraizado en el evangelio. No hay lugar para laparlisis escatolgica ni para la huelga social. No hay lugarpara estadsticas sobre cuntos mueren sin Cristo cada minutoque no consideren cuntos de los que as mueren son vctimas delhambre. No hay lugar para la evangelizacin que, al pasar junto alhombre que fue asaltado por los ladrones mientras descenda deJerusaln a Jeric, ve en l un alma que debe salvarse pero pasapor alto al hombre34.

    Lu_acutecidas aseveraciones que describen no solo un Cnfasis teolFgico, sinoque dejan ver los rasgos esenciales de una metodologDa misionolFgica queha caracterizado no solo a Padilla, sino tambiCn a los otros precurso-res de la misiFn integral: se inicia con la autocrDtica profCtica a la luz de larealidad misionera de la comunidad de fe, se sigue con una afirmaciFnteolFgica en clave evangClica y se concluye con una convocatoriamisioneracon fino tono pastoral35. La tarea teolFgica, dirDa despuCs el mismoPadilla, quotetiene como propFsito la obediencia de la fequote36 afirmando que laverdad tiene una clara dimensiFn existencial. Este acento sigue influyendohoy, sin duda, en el desarrollo de una comunidad evangClica mBs atenta alas realidades de su contexto social.

    LacentralidaddelReinodeDios.Por otra parte, esta manera decomprender y de vivir la misiFn tambiCn ayudF a reflexionar acerca delos nuevos modelos de Iglesia mBs adecuados para el contexto de AmCricaLatina. Este aporte eclesiolFgico37 puso el acento en el Reino de Dios,tema relevante en la misiFn integral. Se afirmF el lugar instrumental de laIglesia frente al Reino. quoteHablar del reinoquote, decDa Padilla ya en 1972, quoteeshablar de un propFsito de Dios, del cual la iglesia empDrica es un pBlidoreflejo. Es hablar de la vocaciFn de la Iglesia que vive quoteentre los tiemposquote.Es hablar de una realidad escatolFgica que es punto de partida a la vezque meta de la Iglesiaquote.

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  • En esemismo tono afirmaba EmilioAntonioNu_acuteEez que quotela iglesia noes el reino mesiBnico, pero sD se halla en el reino de Dios, es llamada aproclamar el reino deDios, a servir al reino deDios, a vivir como es dignodel reino de Dios, y a sufrir por el reino de Diosquote38. De esas aseveracionesse concluye que la Iglesia es una comunidad del EspDritu, enviada paraservir al mundo en el nombre de Jesu_acutes, quien es rey y quiere establecersu Reino en todas las dimensiones de la existencia humana. La Iglesia,entendida como instrumento del Reino y no el Reino en sD misma, tuvoun efecto misionero muy significativo en la comunidad evangClicaconservadora, de por sD apegada a ciertas escatologDas paralizantes y ecle-siocCntricas. La comunidad de fe, desde esta perspectiva, es el agente delamor de Dios quien es el u_acutenico soberano de la historia. La comunidad defe hace visible la presencia reconciliadora de Dios y quotevive y anuncia lasbuenas noticias desde sus opciones de vida, su existencia comunitaria, susobras, sus enseEanzas. Aprende a amar en la diversidad, como su SeEor, yexpresa su amor en tCrminos de trabajo por la paz, la no discriminaciFn yla justiciaquote39.

    Un pensador que contribuyF a consolidar las principales ideas teolF-gicas de la misiFn integral fue Orlando Costas. Para Cl, el reinado deDios,

    significa un nuevo orden de vida, la nueva humanidad y la nuevacreacin que se han hecho posibles mediante la muerte y resurrec-cin de Jess (2 Corintios 5:17; Efesios 2:14-15). Este nuevo ordenincluye la reconciliacin con Dios, con el prjimo y con la natura-leza, y por lo tanto la participacin en un mundo nuevo. Implica lalibertad del poder del pecado y de la muerte; y por consiguiente, lafuerza para vivir para Dios y para la humanidad. Abarca la esperanzade un orden moral ms justo y pacfico; y as, el llamado a uncompromiso vital con las luchas histricas por la justicia y la paz40.

    AsD, bajo la Cgida de la misiFn integral, cientos de comunidades evan-gClicas dashalgunas conservadoras, otras fundamentalistas; algunas histFri-cas y tambiCn algunas neopentecostalesdash se han involucrado en

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  • proyectos sociales, han organizadoministerios de servicio a la comunidad,han desarrollado actividades de asistencia a las personas mBs empobreci-das, han fundado organizaciones no gubernamentales, han participado endiferentes mesas de diBlogo social como parte de la sociedad civil, hanmarchado junto a sus comunidades en actos de reclamo social, se hanorganizado en redes de trabajo integral; en fin, han practicado su respon-sabilidad social aun sin saber que existe un discurso teolFgico acerca de lamisiFn integral. Samuel Escobar declara que despuCs de Lausana quotese hadado una significativa multiplicaciFn de proyectos de misiFn integral enlos cuales el componente social resulta indispensablequote41.

    Si se hiciera un anBlisis comparativo entre los compromisos de ser-vicio social de las iglesias evangClicas de hace treinta aEos con los de hoy,se registrarDan cambios cualitativos. La prBctica de las buenas obras esparte del ministerio de muchas iglesias y no despierta las reservas y losresquemores de aEos pasados. Con razFn Padilla afirma: quoteHay buenasbases para afirmar que la idea de la misiFn integral estB instalada en elpueblo evangClico latinoamericanoquote42. No hay duda: desde la Fptica delas buenas obras y del servicio social comunitario ha habido avances.

    Limitaciones y nuevos desafosDebemos preguntarnos si eso que ha sucedido era todo lo que se esperabaen cuanto a la conversiFn misionolFgica. Es el momento de las evalua-ciones autocrDticas. Ya enseEaba Perlman que despuCs de haber hechoalgo del mismomodo durante dos aEos habDa que examinarlo cuidadosa-mente; despuCs de cinco aEos habDa que verlo con mucha desconfianza;pero despuCs de diez aEos, habDa que abandonarlo y empezar de nuevo43.En nuestro caso no se trata de abandonarlo todo, pero sD de examinar yde mirar con cierta desconfianza nuestras prBcticas misioneras a la luzdel nuevo contexto polDtico, social, cultural, econFmico y religioso deAmCrica Latina. Si bien es cierto que encontramos mBs actividades deasistencia social, tambiCn lo es que muchas de ellas persiguen finesproselitistas o ambiciones electorales en el campo de la politiquerDa

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  • tradicional. TFmese como ejemplo el caso de algunas de las llamadasmegaiglesias centroamericanas que tienen diversidad de programassociales y que, al mismo tiempo que sirven a las personas mBs necesitadasdashporque esto no se pone en dudadash, instrumentalizan esas iniciativaspara afianzar sus estrategias de crecimiento numCrico, lograr quoteposiciona-miento eclesialquote y dar el salto a la arena polDtica, incluso con candidatospresidenciales de fino corte neoliberal. quoteNo todo lo que brilla es oroquote,decDan nuestros abuelos y nuestras abuelas. En este nuevo panoramaevangClico quotecambiante, difuso y confusoquote se hace necesario pensar en losnuevos desafDos de la misiFn a la luz del nuevo contexto y de algunas delas limitaciones que se observan en su prBctica de los u_acuteltimos aEos.

    Desaf)o pol)tico: superar el asistencialismo benefactor. LamisiFn integral, aunque ha hecho bien en recalcar la integraciFn entreevangelizaciFn y servicio social, corre el riesgo de reducir la integralidadal trabajo social, y este expresado en proyectos que no siempre tienenque ver con la trasformaciFn integral de la sociedad. Este riesgo se con-firma cada vez que observamos iglesias que han incluido programassociales dentro de su estrategia pastoral parenservicios mCdicos, escuelas,tiendas de artDculos de primera necesidad a bajo costo, gimnasios depor-tivos, guarderDas, hogares de ancianos, consultorios jurDdicos y otrosparen,pero no por eso se podrDa afirmar que todas ellas son integrales en cuantoa su teologDa y que contribuyen a la quotetrasformaciFn de la vida humana entodas sus dimensionesquote44. Algunos de estos programas se quedan en losniveles superficiales y quotefuncionan mBs como un tranquilizante que comouna alternativa eficaz para los males de la sociedadquote45.

    Algunas de estas iglesias que desarrollan los programas tradicionalesde servicio social son presa fBcil del clientelismo polDtico, no porque lessobre tiempo para involucrarse en actividades electorales sino porqueles falta formaciFn socioteolFgica que oriente su participaciFn social46. Siel desafDo de hace dos dCcadas fue lograr conciencia social en las iglesiasy que estas hicieran algo mBs que quoteevangelizar para crecerquote, hoy, cuandolas acciones de beneficencia social y las aventuras electorales se han

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  • multiplicado, estamos ante un nuevo desafDo en la dimensiFn social dela misiFn: el de superar el enfoque asistencial con el que hemos inten-tado servir a nuestras comunidades e implementar nuevas accionescuyo objetivo sea un desarrollo social que tenga en el centro a la personahumana y que priorice la dimensiFn Ctica y espiritual47.

    Este desafDo implica, ademBs, profundizar la dimensiFn polDtica de lamisiFn de la Iglesia y su talante profCtico. Implica atreverse a denunciarlas situaciones de pecado, la violencia y las injusticias dentro y fuera delas iglesias; promover la justicia e incidir, junto a las instancias de la socie-dad civil parenorganizaciones sociales, gremiales, polDticas, movimientosciudadanos, etcCteraparen, ante los gobiernos tratando de lograr cambios en laspolDticas y programas del estado. Son retos que exigen una actitud dehumilde aprendizaje, sobre todo si se tiene en cuenta la escasa experienciaque se tienen en estos campos. Por otra parte, en el plano internacional,las iglesias evangClicas harDan bien en fortalecer sus organizaciones detrabajo continental parenconsejos, fraternidades, confederaciones, foros yotrosparen y sus vDnculos fraternales con las organizaciones cristianas deservicio48 con el fin de desarrollar iniciativas de incidencia polDtica ante losprincipales organismos internacionales49.

    Desaf)o teol*gico: la realidad como horizonte teol*gico. LamisiFn integral, aunque en sus inicios hizo bien en partir de una autocrD-tica de las iglesias con el propFsito de que estas renovaran su prBcticamisionera y balancearan sus opciones teolFgicas, tambiCn ha corrido elriesgo de confinar su discurso en los temas intraeclesiales. Ha habido unconcentrado y, hasta cierto punto, justificado afBn de hablar a las iglesias,de usar su lenguaje y de atender sus principales intereses parenvale observarque casi todos los teFlogos fundadores de la FTL eran tambiCn pastoreso lDderes de ministerios ligados muy de cerca al quehacer eclesialparen.Tito Paredes, ex secretario general de la FTL, seEalaba hace ya variosaEos que uno de los distintivos de la misionologDa de la Fraternidad secaracterizaba por estar comprometida con la Iglesia y estar a su servicio,lo que confirmaba citando el tercer objetivo institucional: quotecontribuir

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  • a la vida y misiFn de las iglesias evangClicas enAmCrica Latina sin preten-der hablar en nombre de ellas ni asumir la posiciFn de su voceroquote50.Pero esta virtud entraEa tambiCn un riesgo, el de convertir a la Iglesiaen el centro de las preocupaciones misioneras parenla Iglesia como sujeto yobjeto de la misiFnparen y en el punto de partida de sumetodolog%a teol'gica.

    Prueba del concentrado interCs en la Iglesia es la producciFn teolF-gica, el acervo bibliogrBfico y la experiencia pastoral aportados por lamisiFn integral. Si se hiciera un anBlisis detallado de cada uno de ellos,con facilidad se concluirDa que su mayor interCs han sido las iglesias: le hainteresado sobremanera descubrir cFmo ser una Iglesia integral, ha hechograndes esfuerzos por desentraEar la historia evangClica y afirmar esaidentidad, ha elaborado enjundiosos estudios para saber cFmo es que serelaciona la Iglesia con el Reino de Dios parencuando en otras corrientesmisionolFgicas la cuestiFn era cFmo relacionar el Reino de Dios con elmundoparen, ha resaltado la centralidad que debe tener la Palabra de Dios enla vida de las iglesias, se ha esforzado por definir patrones para la laborpastoral de las iglesias y ha contribuido a que las iglesias desarrollen unaevangelizaciFn contextualizada.

    Que la Iglesia es un eje primordial dentro del enfoque de la misiFnintegral es un hecho confirmado por los mismos fundadores de la FTL.Ya en 1983, RenC Padilla, respondiendo a una crDtica que se hacDa a laFraternidad, afirmaba que quoteno se hace justicia al testimonio bDblico sino se reconoce el papel primordial de la iglesia en relaciFn al propFsitode Dios de crear una nueva humanidadquote y aEadDa en tono enfBtico quequotela formaciFn de una nueva sociedad comienza con la iglesia, aunque nose agota en ellaquote51.

    Esta prioridad es, sin duda, meritoria, pero no por eso se debedesconocer que tambiCn con ella se corre el riego del quotereduccionismoeclesiBstico del Reinoquote o, para usar una palabra del teFlogo holandCsJ. C. Hoekendijk, en un pensamiento quoteeclesificadoquote52.

    Segu_acuten algunos analistas de la misionologDa evangClica, este acento enla Iglesia es prueba conclusiva de la marcada influencia del Pacto de

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  • Lausana en la misiFn integral. Mientras que la misionologDa ecumCnicaenfatizF el seEorDo de Jesucristo, el Reino de Dios y su presencia activaen la historia humana, las corrientes evangClicas resaltaron el lugar dela Iglesia como la mediadora que, en el poder del EspDritu, anuncia elReino e invita a aceptar la soberanDa redentora de Jesucristo. En estau_acuteltima perspectiva estB siempre latente el peligro del quotemonopolio ecle-siBsticoquote y su consiguiente quotetriunfalismo eclesiBsticoquote, como lo describeMDguez Bonino, aEadiendo de paso que esa postura quotelejos de corregir losreflejos coloniales o neocoloniales de la misiFn, los sostiene y alimentaquote53.

    La alternativa a este eclesiocentrismo es un compromiso decidido yvaliente por los pequeEos y las pequeEas de este mundo54. El futuro dela pertinencia misionera evangClica estB en eso, en la disposiciFn deponer a quienes Jesu_acutes llamF quotemis hermanos mBs pequeEosquote parenMat. 25:40,RVAparen como centro y eje de la misiFn. A este aspecto se referDa OrlandoCostas cuando decDa:

    Para mantener su integridad teolgica y su eficacia histrica, la evan-gelizacin deber hacerse, pues, desde abajo, o sea, desde el fondodel sufrimiento humano donde se encuentran tanto los pecadorescomo las vctimas del pecado. Tal situacin constituye un punto dereferencia fundamental en la evangelizacin. La comunicacin delevangelio presupone una base humana comn y un mismo pasaje dela gracia liberadora. De ah que sea un testimonio personal y socialy tenga como primera exigencia el compartimiento de la realidadhumana vivida y sufrida55.

    Este cambio de Fptica, que pone en el primer plano de la misiFn ala realidad social como su objeto primordial, y a la Iglesia en un segundoplano, como su agente instrumental, podrDa producir un salto cualitativodentro del enfoque de la misiFn integral en las prFximas dCcadas. No esque hasta ahora la realidad se haya desconocido, sino que no ha sido elpunto determinante para su metodologDa teolFgica, ni para su prBcticapastoral56. La misiFn recupera su vigor evangelizador cuando la Iglesiadeja de ser su centro y se convierte en misi'n descentrada en servicio al

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  • mundo. Esta perspectiva de misiFn requiere poder discernir bajo ladirecciFn del EspDritu los nuevos campos de acciFn y situar allD las prio-ridades de servicio; exige una lectura atenta de las quoteseEales de lostiemposquote parenMat. 16:3paren para escuchar el clamor de los quotehermanos mBspequeEosquote, de los rostros sufrientes, a quienes se nos llama a anunciarel evangelio del Reino de la vida, entre ellos: personas migrantes, los queviven en la calle, desempleados, enfermos, adictos dependientes, despla-zados, campesinos sin tierra, niEos y niEas sometidos a la explotaciFnsexual, las comunidades indDgenas y afroamericanas que en muchos casosno son tratadas con dignidad e igualdad de condiciones; y los de siempre,los millones de personas y familias que viven en la miseria e incluso pasanhambre.

    Urge que se haga una lectura evangClica de la realidad de AmCricaLatina en el marco de este nuevo mundo globalizado, neoliberal y sordoa los clamores de quienes piden justicia, paz y solidaridad. En la realidaddel contexto social, cultural, polDtico y econFmico, y no en la Iglesia,estBn los verdaderos desafDos de la misiFn integral: pobreza infame,calentamiento global, capitalismo salvaje, exclusiFn social, brecha entrelos segmentos de ricos y pobres, crecimiento incesante del analfabetismo,nuevos caudillismos polDticos; en fin, los tantos males que conocemos yhoy se multiplican como nunca antes.

    Desaf)o operativo: el aportede las ciencias administrativas.La misiFn integral surgiF principalmente entre pensadores evangClicos,en su mayorDa especialistas en teologDa, sociologDa, historia, filosofDa yeducaciFn, con sobradas capacidades y dones para la producciFn inte-lectual y la conceptualizaciFn teolFgica. Por cierto, el primer objetivoque definiF la FTL era: quotepromover la reflexi'n en torno al Evangelio y asu significaciFn para el ser humano y la sociedad enAmCrica Latina. Coneste fin estimula el desarrollo de un pensamiento evangClico atento a lasinterrogantes que le plantea la vida en el mundo latinoamericanoquote. Esdecir, una de sus prioridades ha sido promover la reflexiFn en torno alevangelio y el desarrollo del pensamiento. Con esto ha brindado un in-

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  • menso servicio al pueblo evangClico. !QuC serDa de la teologDa evangClicaconservadora latinoamericana sin la FTL!

    Junto a esa veta conceptual, la misiFn integral ha tenido tambiCn undefinido carBcter pastoral; es decir, ha intentado que su pensamiento serefleje en compromisos prBcticos por parte de la Iglesia. Por esto, lamisma FTL declarF tambiCn desde su inicio que el diBlogo y la reflexiFna la luz de la Biblia debDan conducir a quotecomunicar el Evangelio en mediode las culturas latinoamericanasquote57. De allD que el impacto de la misiFnintegral no se debe medir solo por sus foros teolFgicos o por su ampliaproducciFn bibliogrBfica sino, sobre todo, por el nu_acutemero de proyectossociales y de diversas iniciativas de servicio que se han desplegado enlas u_acuteltimas dCcadas en las iglesias y organizaciones de servicio. Se cree,por ejemplo, que hoy existen mBs de 120.000 entidades de servicioevangClico en el mundo58, lo que implica un serio desafDo de ordenadministrativo y gerencial; es un reto al ejercicio de una mayordomDaintegral. DesafDo que se pronuncia au_acuten mBs si se tiene en cuenta quemuchos de estos proyectos son dirigidos por equipos de personas o porindividuos con escaso entrenamiento en las Breas administrativas parenfinan-zas, gerencia, contabilidad, desarrollo organizacional, producciFn,mercadeo, etcCteraparen. Algunos teFlogos y pastores que han demostradosobrada virtud en el campo de la reflexiFn socioteolFgica no siempre handemostrado iguales ventajas en el Brea administrativa y gerencial.

    Valga decir que entre los promotores de la misiFn integral dashaunquemucho mBs entre los lDderes del movimiento ecumCnicodash se desarrollFuna abierta desconfianza hacia lo que tuviera que ver con la gerenciamoderna parenpadecieron de quotealergia gerencialquoteparen. Creyeron, y siguen creyendoalgunos de ellos, que la administraciFn es un recurso capitalista a laorden de los tecnFcratas del sistema pareny no es que les falte razFnparen. Por esose distanciaron de estas herramientas y decidieron dirigir sus proyectoscon intuici'n pastoral. AsD se han dirigido algunas casas editoriales, centrosde atenciFn psicolFgica, proyectos de desarrollo comunitario, escuelas,pequeEas organizaciones no gubernamentales, clDnicas y hospitales,

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  • instituciones de educaciFn teolFgica, emisoras de radio y canales detelevisiFn parenporque tambiCn la misiFn integral ingresF en los medios decomunicaciFnparen, fraternidades teolFgicas, y otras expresiones de servi-cio a la comunidad y a las iglesias. Por el temor de convertir la fe en unaempresa parentemor reverenteparen se ha incurrido en otros errores igualmentegraves: el de la mala mayordomDa de los recursos, la improvisaciFn enlos procesos tCcnicos y, por ende, el bajo nivel de logros efectivos. Eneste sentido ha habido un lamentable vacDo en la pastoral administrativaque, al no subsanarse, queda expuesta la credibilidad de las iglesias yde sus organismos de servicio, y el alcance de su labor ministerial. Aeste importante aspecto de la misiFn integral se referDa Orlando Costascuando hablaba del desarrollo orgBnico de las iglesias. Todos estos aspec-tos, decDa Cl, quoteno son elementos extraEos a la misiFn, sino parte esenciale indispensable de la mismaquote59.

    Desaf)o ecum(nico: di'logo y cooperaci*n con sentido pas-toral. Por otra parte, aunque desde sus inicios la misiFn integral semostrF abierta al diBlogo ecumCnico y aceptF, no sin reservas, la necesi-dad de la cooperaciFn con la Iglesia CatFlica Romana, sus avances en esecampo han sido escasos y su actitud bastante tDmida. LamisiFn integral seha situado entre sectores evangClicos distantes de las relaciones formalescon el catolicismo y crDticos del neopentecostalismo. Por lo general hamantenido, como la mayorDa de los evangClicos del continente, un perfilantiecumCnico parenenmuchos casos con sobradas razones por la ambigu_dieresisedaddel catolicismo latinoamericanoparen. RenC Padilla reconoce que quotela divisiFnentre el catolicismo romano y el protestantismo ha sido uno de losmayores obstBculos en la evangelizaciFn deAmCrica Latinaquote y se preguntaquotehasta quC punto actualmente existe una base para la cooperaciFn catF-lico-evangClica particularmente en la evangelizaciFnquote60.

    Ante los grandes males sociales y ante la imperiosa necesidad detrabajar junto a otros en la bu_acutesqueda de las mejores soluciones, resuenanlas palabras de Jesu_acutes parenJuan 17:11paren llamando a la unidad de su pueblo. LacooperaciFn ecumCnica es inaplazable, ya sea como seEal de reconcilia-

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  • ciFn en una Cpoca de mu_acuteltiples exclusiones y prejuicios parenel ecumenismocomo testimonioparen, o como opciFn pastoral para trabajar con las perso-nas mBs necesitadas y buscar la trasformaciFn de las estructuras depecado parenel ecumenismo como diaconDaparen, o como exigencia evangClicade hacer visible la realidad pneumatolFgica de la unidad como gracia delEspDritu parenel ecumenismo fundamentalparen. Pedro Arana, refiriCndose a lamisiFn de la Iglesia en este nuevo siglo, dice que esta tiene quotepor lo menos,dos elementos esenciales para nuestro milenio: vida y ecumenismoquote, yagrega:

    La misin cristiana debe ser, en su esencia, humanizadora, es decir,portadora de vida a travs de su presencia, mensaje y accin; ade-ms, debe ser ecumnica en su alcance. La iglesia cristiana es y debeser para todas las naciones de la tierra parafraseando a AlbertSchweitzer vida que prodiga vida, en medio de vida que quierevivir61.

    Se trata de un ecumenismo amplio que incluya, como es obvio, a laIglesia CatFlica Romana, pero tambiCn a las diferentes denominacionesevangClicas, a sus organizaciones de servicio, a sus movimientos eclesialesy a otras expresiones del cuerpo de Cristo con las cuales las iglesiasevangClicas, herederas del exclusivismo denominacional, no siempretienen una relaciFn estrecha. Se trata de un ecumenismo que parta delfundamento espiritual que reconoce que la unidad es una gracia otorgadapor el EspDritu, pero que se proyecte al trabajo social en comu_acuten, a laoraciFn compartida y a otras formas de dar testimonio de servicio yde reconciliaciFn; un ecumenismo de rostro pastoral. Este ecumenismopor la vida, al igual que el diBlogo interreligioso con ese mismo fin, esun reto inexcusable de la misiFn porque el Dios que nos envDa es elSeEor de la vida, la justicia, la solidaridad y la reconciliaciFn.

    En cuanto a las relaciones dashsiempre esquivas y conflictivasdash conla Iglesia CatFlica Romana, se ha abierto una nueva puerta que seexpresa con mucha claridad en las declaraciones expedidas por laVCon-ferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, reunida

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  • enAparecida, Brasil parenmayo de 2007paren. AllD se reconoce que:

    La comprensin y la prctica de la eclesiologa de comunin nosconduce al dilogo ecumnico. La relacin con los hermanos yhermanas bautizados de otras iglesias y comunidades eclesiales esun camino irrenunciable para el discpulo y misionero, pues la faltade unidad representa un escndalo, un pecado y un atraso del cum-plimiento del deseo de Cristo: Que todos sean uno, lo mismo quelo somos t y yo, Padre y que tambin ellos vivan unidos a nosotrospara que el mundo crea que t me has enviado62.

    Desaf)o pastoral: nuevos interlocutores, nuevos paradig-mas.La misiFn integral, y con ella la FTL como su expresiFn teolFgica,surgiF, como se dijo antes, en un clima de polCmicas en las que se hacDanecesario tomar posiciones teolFgicas y definir opciones pastorales antelos principales interlocutores del momento: Iglesia y Sociedad enAmCrica Latina parenISALparen, la teologDa de la liberaciFn, el fundamentalismoevangClico, el marxismo y la Iglesia CatFlica Romana. Su identidad sedefiniF en medio de controversias, de tal manera que sus propuestasmisionolFgicas no solo tenDan el sello de lo que se querDa decir, sinotambiCn de lo que se querDa desdecir o contradecir. Sus representantesmBs visibles, entre ellos RenC Padilla, Samuel Escobar, Emilio AntonioNu_acuteEez y Pedro Arana asumieron, por cierto con mucha altura acadC-mica y pasiFn pastoral, el papel de apologistas de la fe evangClica con-textualizada. Es en este sentido que se podrDa afirmar que la misiFnintegral es tambiCn una opci'n misionol'gica de car#cter apolog$tico.

    La FTL fue una abierta contradictora de ISAL; segu_acuten la FTL,ISAL representaba un humanismo marxista que convierte a Dios en unsimple patrocinador de la revoluciFn socialista. En 1970, cuando seconvocF la primera consulta en Cochabamba, Pedro Arana, en su con-ferencia titulada quoteLa revelaciFn de Dios y la teologDa en LatinoamCricaquote,dijo refiriCndose a ISAL:

    En la ideologa de ISAL, Dios se traduce en revolucin. El pueblo deDios como huestes revolucionarias. El propsito de Dios como hu-

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  • manizacin.Y la Palabra de Dios como los escritos revolucionarios. Anadie escapa que todo esto es humanismo marxista63.

    De igual manera se contradijo a la teologDa de la liberaciFn porencontrar en ella rasgos de militancia intransigente y de alineamientoideolFgico; se le criticaba el uso de las ciencias sociales como elementoarticulador de la teologDa y se le seEalaba el riesgo de quoteun reduccionismohistFrico, especialmente cuando el sentido de la existencia solo se veen relaciFn con los procesos histFricos, percibidos con la Fptica mar-xistaquote64. Contra la teologDa de la liberaciFn se escribieron varios artDculos yalgunos libros en los que con respeto acadCmico y sentido fraterno sereconocDan sus aportes, pero se confirmaban las sensibles diferenciasentre esa nueva manera de hacer teologDa parenla praxis como nuevo locustheologicusparen y el mCtodo en la teologDa evangClica parenla autoridad de la Pala-bra de Dios como punto de partidaparen.

    Por otra parte, tambiCn se criticaba la herencia misionera evangClicapor haber transmitido una teologDa que ya no respondDa a las nuevasexigencias del contexto latinoamericano. Escobar anunciaba la necesidadde crear un nuevo itinerario teolFgico propio, desprovisto del ropajeanglosajFn:

    Cuando las expresiones recibidas de la herencia misionera vienen aser una teologa que no responde a la vida aqu y ahora, empezamosa marchar por un itinerario teolgico propio, arraigado en la heren-cia evanglica pero buscando pertinencia contextual; distinguiendo,como decamos aos atrs, entre contenido bblico, por una parte,y ropaje anglosajn por otra65.

    Pero hoy, 40 aEos despuCs, los interlocutores de la naciente misiFnintegral han variado notablemente. ISAL no existe; la teologDa de la libe-raciFn existe, es necesaria, pero ella misma reconoce la urgencia deuna crDtica autoevaluativa; el marxismo tambiCn existe, pero no es elmismo de las dCcadas pasadas, sobre todo, no es el mismo despuCs de lacaDda del Muro de BerlDn en 1989 parencaDda de los regDmenes socialistasdel este europeoparen; la Iglesia CatFlica Romana mantiene su hegemonDa

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  • numCrica, pero no es la misma de hace 40 aEos; el panorama evangClicotambiCn tiene nuevos y complejos rostros, diferentes a los que confrontFla FTL en sus aEos mozos. En fin, este es otro escenario que exigenuevos anBlisis y que traza otros paradigmas teolFgicos. En este sentido,la misiFn integral estB ahora frente al reto de su pertinencia histFrica:?son vBlidos hoy sus planteamientos de ayer? Sobre todo si se tiene encuenta que la misiFn integral corre el riesgo de repetir intacto el discursode sus progenitores.

    Ante la globalizaciFn o mundializaciFn de la economDa, la expansiFndel sector financiero y el consecuente surgimiento de la nueva sociedadposindustrial; ante la irrupciFn de los rostros teolFgicos plurales parencam-pesinos, indDgenas, mujeres, pentecostales, afroamericanos, niEos yniEas, y otrosparen; ante el nuevo panorama polDtico y religioso de AmCricaLatina y el Caribe; ante la manida crisis de la modernidad y el rumbohacia una nueva cultura parennuevas formas de subjetividad, diversas formasde racionalidad y nuevas sensibilidadesparen, se requiere un replanteamientode la misiFn integral parenreplanteamiento teolFgico y pastoralparen situado eneste nuevo y cambiante contexto.

    En sntesisEntre la providencia divina y la confusi*n humana. En resumen,el llamado enfoque integral arroja un balance positivo en cuanto a susaportes teolFgicos y pastorales. Ha ayudado a rescatar la dimensi'n hol%s-tica de la salvaci'n al afirmar que la misiFn de Dios expresa su amor portoda la creaciFn y que Cl desea que su amor se manifieste en cada rincFny criatura de este mundo. Esa integralidad de la misiFn se afirmF en unmomento cuando el movimiento evangClico fundamentalista reducDa lasnecesidades humanas a las carencias del alma, desconociendo la ricaantropologDa bDblica en la que no hay lugar para las dicotomDas entrealma y cuerpo, entre razFn y emociFn, entre vida privada y vida social,entre necesidad espiritual y necesidad material. Por otra parte, la misiFnintegral ha ayudado tambiCn a subrayar el lugar de la Iglesia como seEal

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  • audible y visible del Reino de Dios. La misiFn, ha dicho, es eclesial y laIglesia es un instrumento del Reino enviada para ser testimonio del amorde Dios por medio de su vida, sus obras y sus palabras.

    Con la misi'n integral ha sido posible ser evangClico sin ser funda-mentalista; estar comprometido con la sociedad y luchar por la justiciay contra la pobreza sin equiparar la fe cristiana a cualquier ideologDapolDtica; creer en la utopDa del Reino sin identificarla, asD no mBs, con lautopDa socialista; debatir con las teologDas de la liberaciFn y contradeciralgunos de sus postulados sin, por ello, despreciar sus aportes o dejarde apoyar sus causas; hablar de Dios sin caer en el odioso fanatismo;promover el diBlogo ecumCnico sin diluir la identidad protestante; evan-gelizar sin proselitismo; cultivar la espiritualidad y relacionarla con loscompromisos polDticos; amar a la Iglesia y servir a travCs de ella sindesconocer sus inconsecuencias y olvidos.

    Con el enfoque hol%stico las iglesias evangClicas han recordado queDiosquiere la reconciliaciFn con Cl, con el prFjimo y con toda la creaciFn; quenos invita a construir un mundo de amor, justicia y paz; que su amor noscompromete a colaborar con Cl en sus propFsitos de redenciFn integral yde vida plena. Ha recordado, tambiCn, que la misiFn de Dios es la expre-siFn de su amor por todos66; que es una misiFn revelada por medio deJesucristo e impulsada por el EspDritu Santo; que es una misiFn socialpuesto que el ser humano tambiCn lo es; que es eclesial puesto que esmisiFn de una comunidad que se entiende como seEal del Reino que hade venir; que es profCtica, que apela a la vida para un mundo de justicia,libertad y amor. En fin, que la misiFn es necesariamente integral.

    Pero, aun reconociendo sus enormes aportes, hay que seEalar tam-biCn que queda mucho camino por recorrer. Los desafDos estBn a lavista; algunos de ellos se han mencionado ya: superar el asistencialismobenefactor parendesafDo polDticoparen; situar a la realidad y no a la Iglesia comoel horizonte teolFgico de la misiFn parendesafDo teolFgicoparen; valorar el aportede las ciencias administrativas parendesafDo operativoparen; crecer en el diBlogoy en la cooperaciFn ecumCnica con sentido pastoral parendesafDo ecumC-

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  • nicoparen y tener conciencia de los nuevos interlocutores y paradigmas quehan surgido en estos u_acuteltimos aEos parendesafDo pastoralparen. En la agenda de lamisiFn integral hay desafDos inaplazables, como la defensa de los derechoshumanos, el acompaEamiento solidario a los pueblos originarios, la valo-raciFn de la mujer, la inclusiFn de las niEas y los niEos, el respeto y ladefensa de la interculturalidad, la participaciFn en los debates acerca de lalegitimidad de la deuda externa, la participaciFn en los debates naciona-les de los tratados de libre comercio, el apoyo a los procesos regionales dedesarrollo, las nuevas propuestas litu_acutergicas inclusivas, y una espiritualidadque tenga como eje constitutivo el seguimiento radical de Jesu_acutes.

    Por otra parte, y tambiCn como uno de los principales desafDos,aparece el crecimiento explosivo de las iglesias llamadas independientes,de corte neopentecostal, concentradas en la predicaciFn del evangelio dela prosperidad, afincadas en las estructuras piramidales del movimientoapostFlico y entretenidas con las mieles del poder religioso, econFmicoy polDtico. No estoy seguro de que el enfoque holDstico les interese; tam-poco de que les preocupe cFmo superar el asistencialismo, o cFmoampliar su cDrculo de relaciones ecumCnicas, mucho menos que quieranreorientar su misiFn partiendo de una lectura responsable de la realidadsocial.

    Esta es otra manera de ser evangClico y, por ende, de concebir lamisiFn; basta ver alguno de sus canales de televisiFn o escuchar una desus numerosas emisoras de radio. Su evangelizaciFn es, en la mayorDa decasos, proselitista; sus proyectos de asistencia social forman parte, casisiempre, de su estrategia de posicionamiento institucional; su liderazgo,en muchas ocasiones, es caudillista; sus estructuras de gobierno sonautFnomas parenpor eso se llaman independientesparen y casi nunca rinden cuen-tas a una autoridad externa; su culto se centra en la mu_acutesica emotiva, enlos prodigios y milagros, en la guerra contra el diablo enemigo y en unapredicaciFn de dudosa teologDa; interactu_acutean con los gobiernos con tinodiplomBtico, los aplauden en los desayunos presidenciales y guardansilencio cuando todo el pueblo protesta; poseen habilidad innata para

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  • las contiendas de la polDtica electoral: casi siempre aciertan con el can-didato ganador; se identifican como evangClicas, pero pocas de ellasparticipan de lleno en las alianzas o confraternidades evangClicas de cadapaDs parentienen sus propias organizacionesparen. AsD son. AhD estBn y son partede nuestra misma familia. Son Iglesia tanto como las demBs parende lo con-trario negarDamos la urgencia de un amplio ecumenismoparen y forman partede los nuevos desafDos de la misiFn.

    Estas ambigu_dieresisedades nos recuerdan a David Bosch, el cClebre misio-nFlogo del siglo pasado, quien decDa: quoteLa misiFn es una empresa que seejecuta en el contexto de la tensiFn entre la providencia divina y la con-fusiFn humanaquote; y aEadDa: quoteLa participaciFn de la Iglesia en la misiFn esun acto de fe sin garantDa en el mundoquote67. AcojBmonos, pues, a la graciade Dios y mantengBmonos firmes en medio de las inconsecuencias deotros y las confusiones nuestras parenMar. 9:23, 24paren. La providencia divinasiempre es mBs grande que todas ellas juntas y es el u_acutenico fundamento dela misiFn. Solo asD lograremos avanzar hasta quotedar con la Iglesiaquote, con unamBs parecida a la que Jesu_acutes anhela y con la que nuestra AmCrica Latina yel Caribe necesita.

    quoteCon la Iglesia hemos dado, Sanchoquote. En el noveno capDtulode la segunda parte de Don Quijote de la Mancha, se cuenta que DonQuijote y Sancho entraron a media noche a un lugar llamado El TobosoparenToledoparen buscando un tal palacio de Dulcinea. Pero tras un tiempo debu_acutesqueda llegaron a la conclusiFn de que buscaban a alguien que ningunode los dos conocDa en la realidad. Don Quijote se habDa enamorado deella sin conocerla y Sancho solo la habDa visto a travCs de los comenta-rios de su amigo enamorado.

    Pero despuCs de un rato, Sancho convence a Don Quijote para quese quede en un lugar mientras Cl va a buscar a su Dulcinea; le dirB que suamado caballero la estB esperando. AsD trascurre entonces esta parte dela historia:

    Seor dijo Sancho, ya que vuestra merced quiere, a pesar mo,que sea alczar la casa de mi seora Dulcinea, es hora esta por

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  • ventura de hallar la puerta abierta?Y ser bien que demos aldabazospara que nos oigan y nos abran, metiendo en alboroto y rumor todala gente? Vamos por dicha a llamar a la casa de nuestras mancebas,como hacen los abarraganados, que llegan, y llaman, y entran a cual-quier hora, por tarde que sea?Hallemos primero una por una el alczarreplic donQuijote, queentonces yo te dir, Sancho, lo que ser bien que hagamos.Y advierte,Sancho, que yo veo poco, [o] que aquel bulto grande y sombra quedesde aqu se descubre la debe de hacer el palacio de Dulcinea.Pues gue vuestra merced respondi Sancho quiz ser as; aun-que yo lo ver con los ojos y lo tocar con las manos, y as lo creeryo como creer que es ahora de da.Gui don Quijote, y, habiendo andado como doscientos pasos,dio con el bulto que haca la sombra, y vio una gran torre, y luegoconoci que el tal edificio no era alczar, sino la iglesia principaldel pueblo. Y dijo:Con la iglesia hemos dado, Sancho68.

    Dar con la Iglesia. !He ahD el propFsito! Dar con una Iglesia lu_acutecidaen su fe, apasionada en sus compromisos con el prFjimo, esquiva a losplaceres del poder polDtico, servidora de todos, dialogante y sencilla. UnaIglesia de periferia, utFpica, encarnada y al servicio del Reino. Una Igle-sia integral.

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  • A la luz del captulo:1. En la parte introductoria de este capDtulo, dice el autor: quoteDe lamanode la misi'n integral, los evangClicos de AmCrica Latina y el Caribenos atrevimos a salir de los contornos de la Iglesia para anunciar all#afuera el amor deDios que se expresa hacia todos los seres humanosy que abarca la totalidad de la vidaquote. En su paDs, ?se puede afirmarque esto tambiCn es cierto? ?Por quC? ?Ha visto que la responsa-bilidad social de las iglesias ha crecido en los u_acuteltimos aEos?

    2. El autor menciona tres aportes del movimiento de la misiFn inte-gral: ha ofrecido balance pastoral y teolFgico, en especial al protes-tantismo evangClico; ha resaltado la urgencia de desarrollar unaevangelizaciFn integral que afecte la vida total del ser humano, dela sociedad y de la creaciFn; y ha recordado la centralidad del ReinodeDios para el quehacer misionero de las iglesias. ?EstB de acuerdoen afirmar que estos son tres aportes vBlidos de la misiFn integral??Por quC? ?QuC otros aportes podrDan seEalarse?

    3. La misiFn integral, dice el capDtulo, tiene hoy nuevos desafDos yretos, entre ellos: superar el asistencialismo benefactor parendesafDopolDticoparen, situar la realidad y no a la Iglesia como el horizonte teolF-gico de la misiFn parendesafDo teolFgicoparen; valorar el aporte de las cienciasadministrativas parendesafDo operativoparen; crecer en el diBlogo y en lacooperaciFn ecumCnica con sentido pastoral parendesafDo ecumCnicoparen ytener conciencia de los nuevos interlocutores y paradigmas que hansurgido en estos u_acuteltimos aEos parendesafDo pastoralparen. Por su propiaexperiencia y prBctica, ?quC opina de estos desafDos que presenta elautor? ?Hay otros desafDos?

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    PARA LA REFLEXINy el dilogo en grupo

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  • A la luz de la Biblia:4. Lectura del texto b)blico: En Lucas 13:10-17 se narra la sanidadde una mujer encorvada a la que Jesu_acutes sanF un dDa de reposo:

    Un sbado Jess estaba enseando en una de las sinagogas, y estaba alluna mujer que por causa de un demonio llevaba dieciocho aos en-ferma. Andaba encorvada y de ningn modo poda enderezarse. CuandoJess la vio, la llam y le dijo:Mujer, quedas libre de tu enfermedad.Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer seenderez y empez a alabar a Dios. Indignado porque Jess haba sa-nado en sbado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigindose a la gente:Hay seis das en que se puede trabajar, as que vengan esos das paraser sanados, y no el sbado.Hipcritas! le contest el Seor. Acaso no desata cada uno deustedes su buey o su burro en sbado, y lo saca del establo para llevarloa tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y aquien Satans tena atada durante dieciocho largos aos, no se le debaquitar esta cadena en sbado?Cuando razon as, quedaron humillados todos sus adversarios, pero lagente estaba encantada de tantas maravillas que l haca.

    5. Preguntas al textob)blico:Unas preguntas para despuCs de leerel texto: ?Hay algu_acuten aspecto del texto que nos ayude a comprendermejor lo que significa la misiFn de la Iglesia? ?CuBles son algunasdiferencias entre Jesu_acutes y los lDderes religiosos en cuanto a la manerade entender lo que es cumplir con la misiFn de Dios? Segu_acuten laexperiencia de la mujer encorvada, ?quC es la misiFn integral? ?QuCdirDa ella acerca de la misiFn de Jesu_acutes?

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