capitulo 1

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Capitulo 1: Un sueño. “Sé que nacerás… te tengo esperanza…” Eso me dijo la noche después del accidente. Una noche que jamás olvidaré, tal vez haya sido un simple sueño, pero… no sé, esa voz femenina, cálida despertó una parte de mi alma que creí perdida, ¿que habrá querido decir?. Algo recuerdo de ella, su voz, su angelical voz que al escucharla la parte muerta en mi alma volvía a ser como antes. Es como cuando está nublado una tarde de verano y de repente sale el sol y el pasto se ve más verde, esa sensación de vida que se siente al despertar una mañana de primavera escuchando aves preparando su nido. No sé quien es ella y menos sé si es que realmente existe, pero lucharé por encontrarla. O eso espero, ella es mi musa… Creo que fue así… si es que no fue de esa forma, mas adelante trataré de recordar. Recuerdo que estaba durmiendo cuando María me despertó. Ella es mi mejor amiga, la conozco desde los 8 años. La conocí en la escuela, ella me ayudaba en clase de ciencias donde no entendía nada. Ahora a los 19 años somos mejores amigos… -¡Daniel, despierta, llegaremos tarde a la facultad!- Exclamó María con urgencia y lo que me llevó a despertar. Estábamos en una plaza, el pasto se veía más verde de lo normal. Era una plaza no muy grande con un estanque de esos clásicos que se ven en películas estadounidenses con un puente en medio. El puente era azul brillante con detalles blancos. Había pocos árboles algunos sin hojas y otros muy frondosos además de haber pasto por todas partes y le estaba ganando terreno a los caminos de piedra que había en el parque. Cuando recuperé la conciencia, le agarré la mano a María, una joven de pelo castaño además de una piel muy blanca y unos ojos color plata pulida y no era muy alta con una delgadez promedia. Ella me ayudo a pararme y tuvimos que correr para así dirigirnos a la facultad que no estaba muy lejos de aquella plaza según recuerdo. Pasamos junto a una iglesia que estaba al otro lado de la calle, parecía de esas iglesias episcopales con mucho detalle, la verdad

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Page 1: Capitulo 1

Capitulo 1: Un sueño.

“Sé que nacerás… te tengo esperanza…”

Eso me dijo la noche después del accidente. Una noche que jamás olvidaré, tal vez haya sido un simple sueño, pero… no sé, esa voz femenina, cálida despertó una parte de mi alma que creí perdida, ¿que habrá querido decir?. Algo recuerdo de ella, su voz, su angelical voz que al escucharla la parte muerta en mi alma volvía a ser como antes. Es como cuando está nublado una tarde de verano y de repente sale el sol y el pasto se ve más verde, esa sensación de vida que se siente al despertar una mañana de primavera escuchando aves preparando su nido. No sé quien es ella y menos sé si es que realmente existe, pero lucharé por encontrarla. O eso espero, ella es mi musa…

Creo que fue así… si es que no fue de esa forma, mas adelante trataré de recordar.

Recuerdo que estaba durmiendo cuando María me despertó. Ella es mi mejor amiga, la conozco desde los 8 años. La conocí en la escuela, ella me ayudaba en clase de ciencias donde no entendía nada. Ahora a los 19 años somos mejores amigos…

-¡Daniel, despierta, llegaremos tarde a la facultad!- Exclamó María con urgencia y lo que me llevó a despertar.

Estábamos en una plaza, el pasto se veía más verde de lo normal. Era una plaza no muy grande con un estanque de esos clásicos que se ven en películas estadounidenses con un puente en medio. El puente era azul brillante con detalles blancos. Había pocos árboles algunos sin hojas y otros muy frondosos además de haber pasto por todas partes y le estaba ganando terreno a los caminos de piedra que había en el parque. Cuando recuperé la conciencia, le agarré la mano a María, una joven de pelo castaño además de una piel muy blanca y unos ojos color plata pulida y no era muy alta con una delgadez promedia. Ella me ayudo a pararme y tuvimos que correr para así dirigirnos a la facultad que no estaba muy lejos de aquella plaza según recuerdo.

Pasamos junto a una iglesia que estaba al otro lado de la calle, parecía de esas iglesias episcopales con mucho detalle, la verdad una maravilla. Toda la gente estaba esperando para entrar a la iglesia, todos misteriosamente vestidos de negro, pero no estaban tristes, incluso conversaban de lo más bien. No pude fijarme más en aquella iglesia puesto que estábamos corriendo.

Íbamos y podía ver casas, muchas casas. Todas parecían tener buen estatus económico, casas de 2 pisos y con mucho verde. Cuando llegamos a la facultad ya se había nublado y María se detuvo para recuperar al aire un poco y dijo: “Entremos rápido”, la facultad era un edificio blanco algo surrealista bastante moderno con varias ventanas en el segundo piso, no era muy grande puesto que no iba mucha gente a estudiar ahí porque era una facultad para gente de alto rendimiento.

Teníamos clases separadas, no sé por qué puesto que siempre íbamos juntos a clase. Fuimos a salas separadas. Desde ese momento del sueño no volví a ver a María. Entré a la sala, algo lúgubre y me senté en mi puesto. Generalmente María se sentaba a mi derecha y otro amigo llamado David, que conocí cuando entré a la facultad, un tipo alto rubio de pelo largo con ojos azules

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bastante simpático que se sentaba a mi izquierda, pero en este caso María no estaba y quedó el puesto vacío.

Segundos antes de que el profesor cerrara la puerta para que no entrara nadie más, llegó una mujer que entro corriendo desesperada para que no cerraran la puerta, el profesor por bondadoso la dejó pasar. Cuando la vi me sentí muy atraído a ella, era de mediana altura físico normal, con el pelo largo y de un color particular, entre rubio y castaño, ojos color café muy claro, muy similares a la miel y se notaba que era algo desordenada puesto que tenía puesta ropa que no combinaba. Poco después me llamó la atención que tenía corazones de diferentes colores pintados en las uñas y muchos brazaletes de goma de diferentes colores fosforescentes, además de unos audífonos para escuchar música de color rosado colgando en los cuales se podía escuchar música pesada a un volumen estridente.

El profesor le ordenó que se sentara donde solía sentarse María, de manera torpe pero sutil se sentó al lado mío y me saludó, no pude contestar puesto que estaba algo aterrado.

Al empezar la clase empezó a volverse todo confuso, el profesor empezó a hablar incoherencias y sonidos inentendibles, no reconocía una sola palabra que salía de su boca y en este momento miré a mi derecha y vi a esa mujer haciendo dibujos algo aburrida, sus dibujos parecían de un infante, muy coloridos y alegres, ella se volteó y me vio sonriendo y dijo: “Me llamo Nadia, y tú, ¿Cómo te llamas?” le contesté y desde ese momento no me dejó en paz a lo largo de la clase, me hablaba, me pasaba mensajes y me molestaba. De alguna manera u otra la soportaba y algo me dijo que tenía que hablarle y le pregunté:

-¿De dónde eres?- Y ella contestó:- De (…)- En el sueño parecía entenderle pero no logro recordar lo que dijo en algunas partes. En ese momento me agarró de la mano y empezó a inspeccionarla y siguió hablando:-Veo que te lavas mucho las manos, las tienes dañadas.-Sí, soy algo obsesivo con eso- Le contesté avergonzado.-Eso me dice que eres de fiar- Añadió y después la miré y le pregunté:-¿Qué tiene eso que ver?-Si algún día me das comida, sabré que está limpia- y me sonrió.

Al verla se me bloqueó el pensamiento y no supe que más decirle. De repente empecé a entender lo que decía el profesor y empezó a decir:

-Eso es todo por hoy, el resto de la información que tenía para la clase se me quedó en casa, ruego que me perdonen- Todos extrañados y salimos. Yo salí con David conversando sobre la clase y todo eso cual el dijo:-Te vi conectando con la nueva, ¿eh?- me puse nervioso y le contesté:-Eh, no… sólo hablamos- lo que hizo que me mirara con cara de risa.-No me puedes engañar, de hecho decidí no hablarte en la clase porque estuviste todo el rato con ella- yo me sorprendí y le contesté:-Ella era la que me hablaba, después decidí seguirle el juego- y el contestó:-¡Mira! Se acerca y te está mirando, mejor me voy- Se aleja sonriendo y yo me quedo paralizado.

Después trato de seguir caminando ignorando lo que sucede y escucho un grito, era ella, Nadia, que se acercaba casi corriendo hacia mí. Yo me puse muy nervioso Mientras ella aumentaba su

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velocidad hasta que llegamos a chocar. Ella se recuperó rápido y me dijo que conocía un lugar que moría por mostrarme, me agarró de la mano muy fuerte y me arrastró hasta su auto. Un vehículo de no estoy muy seguro de su marca y era azul, de esos modelos parecidos a los taxis. Me dijo que me subiera de copiloto mientras ella se subía y encendía el auto, me dijo que no me arrepentiría.Poco rato en el vehículo ella me empezó a hablar supongo que para que no sea muy incómoda la situación, puesto que se notaba que yo era tímido.

-¿Qué edad tienes?- Me preguntó.-Tengo 19.-Mira tú, yo también tengo 19…- Añadió con una sonrisa mientras manejaba.-¿Que te hizo estudiar Química y Farmacia? No te ves muy científica…- le pregunté.-Cosas del destino, creo- y volvió a decir:-Estamos llegando, mira hacia afuera, es muy lindo este lugar y pensar que no hemos salido de la ciudad…-¿Dónde estamos?- Le pregunté-En un mirador que descubrimos con mi padre cuando era una niña. Hay muchos lindos recuerdos aquí.- Dice ella nostálgica.-Es muy lindo la verdad-Si- AsintióLlegan a un mirador en un cerro desde el que pueden mirar toda la ciudad estando en el ocaso, la vista era hermosa. Nos bajamos del vehículo y lo primero que ella hizo fue sentarse encima de la parte delantera del vehículo.-¿Sabes? Nunca traje a alguien a este lugar. Siempre fue mi lugar privado.- Dijo Nadia mirando con nostalgia el horizonte.-¿Enserio? ¿Y qué te hizo traerme hasta acá?- Pregunté algo cautivado y curioso.-Corazonada.- Me miró y sonrió.-¿Corazonada de qué?-Ni idea. Solo disfruta, siente el viento, mira la ciudad y ve como las luces se van encendiendo a medida que avanza la tarde…- Contestó con una voz relajada.-Bueno…- Contesté algo disconforme con su respuesta. -Este fue uno de los últimos lugares que visitamos con mi padre antes de su muerte…- Dijo mirando con nostalgia al cielo.-Lo siento por eso.- Dije con cara de “¿Qué hago?”-No te preocupes- y Me vuelve a sonreír.-Prométeme una cosa- Dijo ella apuntándome con su dedo índice.-¿Que te prometo?- Pregunté curioso y aterrado a la vez.-No me olvides…-No lo haré.- Contesté sintiéndome algo extraño.-Y siempre recuerda una cosa-¿Qué cosa?- Le pregunté-Despierta.

Después de eso se puso todo en blanco, veía imágenes de mi vida y escuché algo. Algo que ya les hablé:

“Sé que renacerás… te tengo esperanza.”

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Después de eso me desperté, escuchaba a mi madre llorando sentada en una silla lejos de mí, estaba en una cama y María estaba parada mirándome con cara de preocupación agarrándome de la mano casi llorando diciendo: “Despierta, Despierta, ¡Despierta!” cada vez más desesperada.

En ese momento recordé lo del accidente automovilistico y parte de mi internación causado por ello.