capitulo 4

13
1 Supongamos que yo le dijera que quiero fabricar Computadoras y quisiera que usted Invirtiera dinero en la empresa. Posiblemente usted quisiera ver un prototipo de lo que quiero fabricar y saber algo en cuanto a sus características. Si le mostrara una máquina manual de escribir como el prototipo, de mi computadora, seguro es que me echaría fuera de su oficina. ¿Por qué? Porque una persona que no conoce la diferencia entro una máquina de escribir y una computadora, nunca podría fabricar una computadora. Imaginémonos que discuto con usted: Pero, ¿cómo sabe usted que ésta no es una computadora? Fácil me diríano tiene las características de una computad o r a . N o t i e n e m e m o r i a . N o e s p r o g r a m a b l e . T i e n e u n m e c a nismo para imprimir las letras. Es mecánica, no electrónica. Y así seguiría señalando las diferencias entre una computadora y una máquina de escribir. La primera cosa que uno tiene que saber al pensar en producir algo es cómo es ese “algo”, ¿Cuáles son sus característica? ¿Cómo se ve? ¿Cómo sabré si tengo uno en mis manos? La segunda cosa que tiene que saber es como se logra producir esos componentes que integran el artículo. Y finalmente hay que saber dividir el proceso de producción en etapas pará que diferentes personas puedan dedicarse a diferentes tareas en la línea de producción. No voy a construir una fábrica enorme, emplear centenares de trabajadores, invertir enormes cantidades de dinero en maquinaria y en materia prima sin saber que es una computadora, como fabricar los componentes, y cómo organizar una línea de producción. Sin embargo, al hablar con Pastores en muchos países en cuanto a lo que quieren lograr en sus Igl esias, encuentro que muchos no tienen una idea muy clara del propósito de todo lo que están haciendo. Es cierto que tienen unas ideas generales de la dirección en que quieren ir con sus congregaciones: “Quiero que los miembros ll eguen a ser cristianos maduros, fieles en su mayordomía y asistencia a las actividades de la iglesia. Quiero que sean testigos eficaces. Ahora bien, ¿cuáles son las características de un cristiano maduro? ¿Cómo sabré cuándo he producido uno? Muchas veces les pregunto a los pastores con quienes trabajo: «De aquí a seis meses, ¿cuales características quisiera ver en La vida de estas personas que acaban de aceptar a Cristo? De aquí a dos años, ¿Cómo quiere que sean? ¿Qué cualidades y habilidades quiere que tengan en sus vidas?” En otras palabras: ¿saben la diferencia entre una máquina de escribir y una computadora, entre un cristiano común y corriente y un discípulo? Pocas veces me pueden explicar las metas concretas que tienen para nuevos creyentes o para el desarrollo de discípulos. Y si no saben cómo es un discípulo, menos van a saber cómo lograr producir estas características en la vida de una persona. Tampoco van a saber cómo planear el trabajo en etapas para evaluar la efectividad de su trabajo a medida que pasa el tiempo. No es de extrañar que después de tres, cuatro o cinco años de ministerio en una iglesia se sientan un tanto decepcionados al notar que los miembros no han crecido tanto como hubieran esperado. Lo que el autor de Hebreos lamenta en 5:12-14 describe perfectamente a sus congregaciones y no saben remediarlo.

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discipulado

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Page 1: Capitulo 4

1

Supongamos que yo le dijera que quiero fabricar Compu tadoras y quisiera que usted Invirtiera dinero en la empresa. Posiblemente usted quisiera ver un prototipo de lo que quiero fabricar y saber algo en cuanto a sus características. Si le mostrara una máquina manual de escribir como el prototipo, de mi computadora, seguro es que me echaría fuera de su oficina.

¿Por qué? Porque una persona que no conoce la diferencia entro una máquina de escribir y una computadora, nunca podría fabricar una computadora. Imaginémonos que discuto con usted:

—Pero, ¿cómo sabe usted que ésta no es una computadora? –Fácil –me diría– no tiene las características de una computad o r a . N o t i e n e m e m o r i a . N o

e s p r o g r a m a b l e . T i e n e u n m e c a nismo para imprimir las letras. Es mecánica, no electrónica. Y así seguiría señalando las diferencias entre una com putadora y una máquina de

escribir.

La primera cosa que uno tiene que saber al pensar en producir algo es cómo es ese “algo”, ¿Cuáles son sus característica? ¿Cómo se ve? ¿Cómo sabré si tengo uno en mis manos?

La segunda cosa que tiene que saber es como se logra producir esos componentes que integran el artículo.

Y finalmente hay que saber dividir el proceso de producción en etapas pará que diferentes personas puedan dedicarse a diferentes tareas en la línea de producción. No voy a construir una fábrica e n o r m e, e m p l ea r c e nt e na r e s d e t ra ba ja do re s , in ve r t i r en or m e s cantidades de dinero en maquinaria y en materia prima sin saber que es una computadora, como fabricar los componentes, y cómo organizar una línea de producción.

Sin embargo, al hablar con Pastores en muchos países en cuanto a lo que quieren lograr en sus Iglesias, encuentro que muchos no tienen una idea muy clara del propósito de todo lo que están haciendo. Es cierto que tienen unas ideas generales de la dirección en que quieren ir con sus congregaciones: “Quiero que los miembros lleguen a ser cristianos maduros, fieles en su mayordomía y asistencia a las actividades de la iglesia. Quiero que sean testigos eficaces.

Ahora bien, ¿cuáles son las características de un cristiano maduro? ¿Cómo sabré cuándo he

producido uno? Muchas veces les pregunto a los pastores con quienes trabajo: «De aquí a seis meses, ¿cuales características quisiera ver en La vida de estas personas que acaban de aceptar a Cristo? De aquí a dos años, ¿Cómo quiere que sean? ¿Qué cualidades y habilidades quiere que tengan en sus vidas?”

En otras palabras: ¿saben la diferencia entre una máquina de escribir y una computadora,

entre un cristiano común y corriente y un discípulo? Pocas veces me pueden explicar las metas concretas que tienen para nuevos creyentes o para el desarrollo de discípulos. Y si no saben cómo es un discípulo, menos van a saber cómo lograr producir estas características en la vida de una persona. Tampoco van a saber cómo planear el trabajo en etapas para evaluar la efectividad de su trabajo a medida que pasa el tiempo. No es de extrañar que después de tres, cuatro o cinco años de ministerio en una iglesia se sientan un tanto decepcionados al notar que los miembros no han crecido tanto como hubieran esperado. Lo que el autor de Hebreos lamenta en 5:12-14 describe perfectamente a sus congregaciones y no saben remediarlo.

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12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los

primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.

13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; 14 pero el alimento sólido es para los

que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

Aunque no pretendo que la siguiente discusión sea la última palabra, creo que por lo menos puede servir de estímulo para que usted analice lo que te parece céntrico a cada etapa y para que empiece a plantear para lograrlo. Probablemente no incluye todas las posibles características que uno podría querer construir en la vida de los nuevos creyentes y en las otras etapas de desarrollo, pero por lo menos le puede servir de punto de partida al empezar a buscar del Señor las metas que debe tener para su ministerio. Otra vez, la ilustración rectangular del proceso de hacer discípulos nos puede servir para dividir el largo proceso de hacer discípulos en etapas más manejables. Estas etapas nos permitirán evaluar nuestro progreso hacia la meta a medida que avancemos en el camino. Regresando a nuestro ejemplo de una línea de producción en una fábrica, la ilustración rectangular nos ayuda a ver lo que se trata de lograr en las diversas etapas (o en términos de una fábrica, «estaciones de trabajo») que eventualmente resultará en la producción de colaboradores.

(Al referirme a una línea de producción, no quisiera igualar la producción de discípulos a un proceso mecánico. Sólo quisiera aprovechar el elemento de la división de un proceso largo en etapas intermedias para facilitar el trabajo y la evaluación del progreso hacia la meta final.)

6. Darles folletos, libros, cintas 5. Involúcralos con otros creyentes 4. Estudiar la biblia juntos 3. Orar fielmente por el 2. Pasar tiempo con el discípulo 5. Repasar el significado del Evangelio

7. Ayudarle a formar una biblioteca 8. Compartir experiencia y motivación 5. Entrenarlo en “como” y “por que” 4. Llevarlo a evangelizar y trabajar con nuevos creyentes 3. Estudiar la biblia juntos 2. Orar consistentemente por el 1. Tiempo extendido con el discípulo

Proceso Proceso

NUEVO

CREYENTE

CREYENTE CRECIENTE

DISCIPULO

EVANGELISMO CONSERVACION

DE LOS RESULTADOS

ENTRENAMIENTO EN EL

DISCIPULADO

1. Comprender lo que le paso al aceptar a Cristo 2. Tiene seguridad de salvación 3. Actitud cambiada hacia el pecado 4. Empieza a ser consistente en las disciplinas espirituales 5. Empieza a arreglar sus prioridades

Perfil

1. Pone a Cristo primero 2. Lo material en su lugar 3. Es un aprendiz 4. Consciente de Dios en su vida 5. Depende mas y mas de Dios 6. Ama a todos 7. Tiene una conciencia limpia 8. Lleva frutos 9. Comprometido con hacer la voluntad de Dios

Perfil

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3

Al ver estas gráficas, imagínese toda la línea horizontal central sin interrupción, como un ejemplo del progreso en el discipulado. En la parte inferior de la línea se encuentra el perfil que se quiere lograr en cada etapa. En la parte superior se menciona el proceso a seguir para lograr las características que constituyen el perfil.

Las cinco etapas descritas en el capitulo anterior nos serv i r án para el tercer elemento necesario para la producción de discípulos: una división del proceso en etapas menores. En e l diagrama de las páginas 78- 79, no aparece la etapa del no creyente porque no nos concierne aquí. Divido la etapa del “nuevo creyente» en dos etapas: el nuevo creyente y el creyente creciente, porque antes de poder producir un discípulo, tenemos que lograr que el nuevo creyente empiece a crecer. Las cuatro etapas del proceso que vamos a describir son las siguientes:

1. el creyente creciente 2. el discípulo 3. el líder que se multiplica 4. el colaborador

11 Pulir habilidades de ministrar 10 Libros sobre conservación 9 Estudiar la biblia juntos 8 Ayudarle a descubrir su ministerio 7 Ayudarle a descubrir sus dones 6 Trabajar sobre su carácter 5 Darles responsabilidades 4 Integrarlo a la planeación 3 Ponerlo en contacto con otros discipuladores 2 Orar consistentemente por el 1. Ministrar junto con el

4. Ampliar sus lecturas a incluir libros que muestran el corazón y la visión de Jesús

3. Seguir orando por el 2. Darle responsabilidades en planear y ejecutar un ministerio 1. Entrenarlo en cómo debe entrenar a otros y supervisarlo

Proceso Proceso

LIDER QUE SE

MULTIPLICA

COLABORADOR

CAPACITACION EN EL

LIDERAZGO

APOYO

1. Puede ayudar a otros a crecer 2. Tiene corazón de discipulador 3. Visión de lo que Dios está haciendo 4. Mira a largo plazo 5. Una vida digna de ser imitada

Perfil

1. Tiene el corazón de pastor 2. Comprende como entrenar a otros a discipular 3. Sabe motivar a otros 4. Esta preparado en teología y en aconsejar bíblicamente

Perfil

Page 4: Capitulo 4

4

Ahora que tenemos el tercer elemento (la división del proceso largo en etapas menores), regresemos a los primeros dos: las características buscadas y el proceso que se sigue para producirlas.

Otra vez doy por hecho que mis lectores saben cuáles son las características de un nuevo

creyente y comprenden el proceso que produce al nuevo creyente: el evangelismo. Por tanto, no voy a tocar este punto. Vamos a empezar con el creyente creciente. En vez de usar la palabra “características” vamos a utilizar el término “Perfil”.

Al hablar de un perfil, me refiero a lo que uno espera que una persona sea y tenga en su vida

para poder decir que ha avanzado a cierto nivel en su crecimiento. No se trata de algo para juzgar a otros, sino de una herramienta que a usted lo puede ayudar a medir la efectividad de su trabajo en su vida.

Un perfil contesta las preguntas, ¿cómo sabré que tengo un discípulo en mi iglesia? y ¿qué es lo que

quiero ver en la vida de esta persona de aquí a seis meses (o un año o tres años)? El proceso explica algunas de las actividades que puede llevar a cabo para lograr este perfil en su vida.

1. Un cristiano que está creciendo es una personan que comprende lo que le ha sucedido al aceptar a

Cristo. Comprende el evangelio. Si era una persona «religiosa» antes, entiende que lo que hizo al “creer en Cristo” o “aceptar a Cristo” en el momento de su nuevo nacimiento, es algo muy diferente a lo que entendía en su religión tradicional cuando hablaba de «creer en Dios». Comprende que ahora es nueva criatura.

2. Tiene seguridad en su relación con Cristo. No está asediado por dudas. Ha superado estos ataques de Satanás por medio ele basar su seguridad en las promesas de Dios en su Palabra y no en sus propias emociones y circunstancias externas. Sabe qué hacer cuando peca y está firme en su aceptación del amor y del perdón de Dios.

3. Tiene una actitud cambiada hacia el pecado y hacia Cristo: Mientras que antes le gustaba el

pecado y quizás no tenía interés en Jesucristo, ahora ve el pecado negativamente y se siente atraído a Cristo. Posiblemente no ha superado todos los pecados evidentes. Quizás sigue luchando con pecados que por años han dominado su vida. Pero está luchando. Quiere dejarlos y seguir a Cristo y muestra un amor creciente hacia Cristo.

4. Empieza a ser consistente de las disciplinas espirituales como son la lectura y el estudio de la Biblia,

la oración, el congregarse con los hermanos, y compartir con otros su nueva relación con Cristo. Quizás está memorizando pasajes bíblicos básicos; quizás está empezando a encontrarse con algo de regularidad con el Señor en un Tiempo Devocional, Se nota un hambre por la Palabra de Dios en su vida. Las palabras claves de esta característica son “está empezando a ser consistente....» No es que haya logrado una consistencia muy alta, pero por lo menos se nota que con algo de regularidad está haciendo estas cosas.

5. Está empezando a arreglar sus prioridades y a organizar su tiempo conforme a ellas. Casi siempre un

nuevo creyente tiene prioridades que no concuerdan con las prioridades bíblicas. Ta l Vez e l deport e e s má s i mport ante q u e su familia y los sábados pasa la tarde jugando fútbol en vez de jugar con sus hijos o ayudarle a su esposa. Quizás le es más importante comprar un coche n u e v o q u e o f r e n d a r l i b e r a l m e n t e a l a i g l e s i a . A medida que va creciendo se van a ver cambios en sus prioridades. Otra vez, esto no quiere decir que debemos esperar que una persona tenga todas sus prioridades alineada con la Palabra de Dios para considerar que es un cristiano creciente. significa que da evidencia de estar en el proceso de arreglarlas.

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Ahora que sabemos lo que queremos ver en la vida del nuevo creyente, tenemos que planear nuestro trabajo, nuestras actividades con él, para que contribuyan a nuestras metas. El problema muchas veces con la programación en una iglesia es que p laneamos act iv idades buenas y atract ivas pero s in considerar si ayudan o distraen nuestros propósitos. Digamos que una de las cosas que quiero lograr en la vida de una persona con quien trabajo es que ponga a su esposa en segundo lugar en su vida (después de Cristo) y a su familia en tercer lugar. Si los sábados por la tarde es su único tiempo libre, no debo tratar de involucrarlo durante esas horas en alguna actividad en la iglesia, o conmigo (aunque sea en estudio bíblico). Debo animarlo a que use ese tiempo con su esposa y familia. Hemos de planear bien el poco tiempo que tenemos con la persona que estamos d isc ipu lando . A lgunas act iv idades pos ib les qu e contr ibu irán al desarrollo del perfil antes mencionado son:

1. Repasar con él el significado del evangelio para asegurar comprensión 2. Pasar tiempo individualmente con él para conocerlo y para poder descubrir sus

necesidades. Este tiempo puede ser tiempo informal, no estructurado, o puede incluir tiempo en que estudian la Biblia y hablan de cómo aplicarla a la vida. Se puede aprovechar el doble uso del tiempo, llevándolo con usted cuando va de compras, o a alguna actividad deportiva, o de paseo con la familia. Invítelo a alguna actividad especial de la iglesia. Difícilmente podrá llegar a conocerlo al grado necesario para discipularlo si su contacto con él se limita a solamente, darle instrucción desde el púlpito o desde el atril de una clase de la Escuela Bíblica Dominical. Este tiempo de “hombre a hombre” o “mujer a mujer” es la base de todo lo qu e significa d iscipular a otro. Es durante este tiempo junto que uno empieza a compartir su vida con el otro. Los materiales son de importancia secundaria; la metodología puede variar entre persona y persona, pero el cimiento mínimo, irreducible de todo proceso de discipular a otro es t iempo invertido en su vida. J e s ú s n o t u v o n i m a t e r i a l e s n i c i n t a s g r a b a d a s , n i e l N u e v o Testamento, ni muchos otros “adelantos” que tenemos hoy en día, pero vació su vida en la de sus discípulos. Vivió con ellos muchísimas experiencias que le permitieron ver cómo eran, cuáles eran sus necesidades y que le permitieron forjar en ellos el carácter y la fe que les iban a servir en su futuro ministerio. En una de sus muchas caminatas con Jesús, Jacobo y Juan dejaron ver cómo eran por dentro cuando le preguntaron a Jesús si quería que llamaran fuego del cielo para castigara un pueblo que no lo recibió bien. ¡Imagínense cómo Jesús aprovechó esa oportunidad para trabajar en su carácter! A Jesús las conversaciones triviales en esos momentos juntos le revelaron mucho en cuanto a sus actitudes. Jesús partió de una de esas conversaciones para enseñar sobre la humildad y la actitud de servicio: 26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27 y el que quiera

ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; (Mateo 20:26-27)

Muchos dirán que no tienen tiempo para invertir tantas horas en unas cuantas personas. Bueno, cada uno escoge cómo va a usar las horas que tiene, pero les puedo asegurar que si no lo hacen no van a producir discípulos de la misma calidad que Jesús y Pablo produjeron. Jesús también pudo haber gastado t o d o s u t i e m p o , v i s i t a n d o a l o s e n f e r m o , p l a n e a n d o a c t i v i d ades, asistiendo a reuniones y preparando y predicando sermones. Pero sus prioridades eran otras, y puesto que quería alcanzar al mundo entero con el evangelio, hizo lo que era más importante; invirtió su vida en doce hombres.

3. 0ra fielmente por él. Pocas personas han descubierto el poder de la intercesión en su ministerio. Tendemos a pensar que nuestro trabajo en la vida del discípulo es lo que causa el crecimiento. Por esto, cuando descubrirnos problemas o nos damos cuenta de que el nuevo

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creyente no está respondiendo como qu is iéramos, redob lamos nuestros y nuestro trabajo para ver si logramos sacarlo de su indiferencia o rebeldía. Pero la solución, yace en otro lado. “Yo planté, Apolos rego: pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que plata es algo, ni el que riega, sino

Dios, que da el crecimiento” (1 Corintios 3:6-7).

Dios es el que produce el cambio y el crecimiento en la vida del discípulo; más vale, que hablemos mucho con Él si querernos ver cambios en el discípulo. Como un año después de conocer a Cristo durante mi primer año en la universidad, c onocí a una pareja de discipuladores en un retiro. Yo estaba creciendo espiritualmente pero todavía tenía problemas gigantes con mi personalidad y vida espiritual. Wally y Chloe Hudson me invitaron a vivir en su hogar para discípularme. Ahora que estoy dando mi vida para discipular a otros, me doy cuenta de todo lo que ellos debieron haber sufrido conmigo. Pero nunca olvidare algo que Wally me dijo el día que salí de su casa para regresar a la universidad después de año y medio con ellos. Dijo estas palabras: «Has tenido que cambiar muchas cosas en tu vida, y muchas veces te hemos corregido y te hemos exhortado a base de la Palabra de Dios, pero quiera que sepas que nunca te hemos corregido sin haber pasado horas y horas, y a veces meses, en oración antes de tocar algún asunto contigo”. Fue hasta ese momento que me di cuenta de la enorme inversión que habían hecho en mi vida y descubrí el secreto de su contribución a mi crecimiento: habían logrado los cambios en mi vida mayormente por medio de la oración. Dios, gracias a sus oraciones, preparaba mí corazón aun antes de que ellos me hablaran. Sistemáticamente el discipulador debe orar por cada una de las personas que está discipulando pidiéndole a Dios que c o n s t r u y a e n s u v i d a l a s c a r a c t e r í s t i c a s q u e n e c e s i t e . T o m e e l perfil del Creyente creciente y ore estas cosas por él. Cada vez que encuentra en las Escrituras: “Bienaventurado el varón que...,” o «Dichoso el hombre que...», ore esto por el nuevo creyente con quien está trabajando, Pida por él lo mismo que Pablo oraba por los nuevos creyentes en Éfeso, en Filipos, y en otras ciudades: “La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16).

4. Estudiar la Biblia juntos, usando temas de importancia primaria en la vida del nuevo creyente. Debe concentrarse en temas que le ayudarán a vivir la vida cristiana, no tanto en temas doctrinales. Aunque cada persona que trabaja con un nuevo creyentes dé una lista diferente de las necesidades, me parece que, por lo menos se deben cubrir estos temas:

La Nueva Vida en Cristo

El Amor de Dios y su Perdón

El Papel de las pruebas en la Vida del Cristiano

La Palabra de Dios

El Tiempo Devocional

La Oración

El Espíritu Santo

La Vida de Victoria en el Espíritu

El Compañerismo con otros creyentes

Cómo Compartir su fe.

Estos temas aparecen como estudios en el libro Discipulado del Joven de D. McAlister, publicado anteriormente por Casa Bautista de Publicaciones.

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(Para una ampliación de cada tema vea la sección del C a p í t u l o 1 q u e t i e n e q u e v e r c o n l a s “ N e c e s i d a d e s d e l N u e v o c r e y e n t e ”.)

5. Involucrarlo en actividades y cultos con otros creyentes. La iglesia es su nueva familia y todo crecimiento, sea físico o espiritual, necesita de un contexto de amor y apoyo en qué desarrollarse. Será de mucha importancia ponerlo en contacto con otros creyentes que tienen una relación viva y muy real con el Señor, que han Incorporado en sus vidas las características y disciplinas que usted quiere que el nuevo creyente incorpore en su propia vida.

6. Darle folletos o prestarles libros para leer o cintas grabadas para escuchar, que tocan los temas básicos de la vida cristiana. Esto sirve de refuerzo a todo lo demás que uno hace con él, También estos materiales pueden servir de base para conversaciones con el nuevo creyente sobre los temas tocados en ellos. Le hará ver que usted no es la única persona que piensa que estas cosas son importantes. ¡Hay otras personas que piensan igual, y han escrito libros y folletos!

Una vez que la persona a quien estamos discipulando da muestra en su vida de haber alcanzado más o menos lo que hemos visto en el perfil de un cristiano creciente, debemos seguir trabajando con él para que siga creciendo hasta tener en su vida las características de un discípulo:

1. Pone a Cristo primero en su vida. Un discípulo es una persona de visión singular, que no tiene el corazón dividido. Cristo es Señor de su vida y dicta lo que hace y lo que no hace. Siempre antes de tomar alguna decisión consulta con Dios. Cristo no tiene ningún rival para sus afectos.

2. Pone en su debido lugar a las otras personas y las cosas materiales. Si es casado, su esposa y niños ocupan el segundo y tercer lugar. Si es soltero, pon e m u c h a i m p o r t a n c i a e n l a r e lación que lleva con su familia, y tiene el campo de las relaciones con el sexo opuesto bajo el control del Señor de tal forma que no estorba su crecimiento. Una carrera, una profesión o la acumulación de bienes o cosas materiales no ocupa primer lugar en su vida y estas no son las cosas que lo motivan. Pocos meses después de mudarme a la casa de Wally y Chloe Hudson estuve hablando con Wally en la acera frente a la casa. Mi coche estaba estacionado al otro lado de la calle fr e n t e a l a e n t r a d a d e l a c o c h e r a . O t r o joven que vivía con nosotros salió de la casa y sin mirar para atrás sacó el coche de la cochera. Wally me dijo: «Lloyd, espero que tu coche esté entregado al Señor» porque sabía que si no lo estaba, podría haber problemas entre el joven y yo. Efectivamente, destrozó la puerta izquierda de mi coche y aprendí que hay cosas más importantes que un coche arrugado: una relación de amor y perdón con mi hermano. Aprendí a mantener las cosas en manos abiertas ante el Señor para que Él haga con ellos lo que le plazca sin que me moleste.

3. Es un aprendiz; está abierto a la corrección. La definición misma de la palabra discípulo implica que está abierto a la enseñanza de otra persona. No se rebela cuando uno lo corrige. Esto no quiere decir que trague todo lo que se le dice. Incluso, al apóstol Pablo los de Berea sometían sus enseñanzas a las Escrituras para ver si eran ciertas (Hechos 11:17). En el discipulado, el discípulo debe estar dispuesto a considerar con mucha oración si lo que le pide o dice su mentor es correcto.

Por varias semanas mi esposa, Wilma, y yo habíamos observado evidencias de problemas en el matrimonio de una de las parejas en el grupo de discipulado que dirigíamos. Una noche B e a t r i z y J e r ó n i m o v i n i e r o n a n u e s t r a c a s a p i d i e n d o ayuda con sus problemas, Beatriz empezó a contarnos amargamente todo lo que Jerónimo le había hecho y aun seguía haciéndole. Tenía razón; estaba pecando y no la tomaba en cuenta. No había pruebas de infidelidad, pero existía bastante sospecha. Beatriz estaba esperando que yo regañara a Jerónimo p o r s u s p e c a d o s , y a l d e b i d o t i e m p o s í t r a t é e l p r o b l e m a c o n él. Pero Wilma y yo

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habiamos comentado entre nosotros la forma en que durante varias semanas ella lo había estado criticando y achicando en público. En esos momentos sus palabras le caían como golpes humillantes. Cuando me dio oportunidad, empecé a mostrarle a Beatriz su pecado, su falta de lealtad en público a su esposo, su falta de perdonar ofensas de hacia quince años. Beatriz se puso blanca como una sábana del susto y sorpresa (y Jerónimo se animó al ver que no íbamos a tratar un solo lado del problema). Después de que se fueron, le comenté a Wilma que quizás íbamos a perder a Beatriz porque no esperaba verse forzada a enfrentar sus propios pecados. Esa noche y por espacio de varias semanas oramos por ellos. Meses después, en una reunión pública, Beatriz hizo referencia al susto de esa noche y me dijo: «Lloyd, si no me hubieras tratado así esa noche, estoy segura de que ya nos habríamos divorciado». Había estado abierta a la enseñanza y a la corrección.

4. Crece cada día en su consciencia de la obra de Dios en su vida. Si alguien le pregunta qué esta haciendo Dios en su vida, puede compartir campos de su vida en que Dios está trabajando. Puede relatar lo que está aprendiendo en su tiempo a diario con el Señor. Puede señalar ocasiones en que Dios lo ha ayudado a resolver algún problema o ha provisto por alguna necesidad.

5. Depende más y más de Dios cada día. Cuando tiene problemas o necesidades va primero a Dios para buscar la solución, no a los hombres y su influencia. Depende del brazo fuerte de Dios, no de los hombres.

6. Ama a otros, especialmente a los hermanos en Cristo. El amor es el distintivo, del discípulo.

Juan 13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

7. Mantiene cuentas limpias con Dios y con los hombres. Confiesa sus pecados rápidamente y sigue adelante con Dios porque sabe que el pecado no confesado estorba la oración y s u c r e c i m i e n t o . P e r o t a m b i é n s e h a I m p u e s t o l a d i s c i p l i n a d e arreglar rápidamente cualquier relación rota con otros. No guarda rencor, sino que perdona. Aun si el otro es el culpable de la rotura, el discípulo toma la iniciativa para sanar la relación.

8. Lleva fruto. Creo que hay dos tipos de fruto que se deben notar en la vida de un discípulo. El primero es el fruto del Espíritu mencionado en Gálatas 5:22-23. Debe haber evidencia en la vida del discípulo del trabajo del Espíritu. Debe ser más paciente, más bondadoso, más disciplinado (tener dominio propio) y debe reflejar una paz interior. El otro fruto que se debe notar es el lindo de su trabajo en la vida de otras personas. Debe estar evangelizando y trabajando con nuevos creyentes. Debe estar empezando a reproducirse espiritualmente.

9. Está comprometido a hacer la voluntad de Dios . El discípulo no pide saber la

voluntad de Dios a ver si la quiere hacer. Existe aun antes de saberla un compromiso de hacerla, sea lo que sea, porque sabe que Dios quiere lo mejor para él. Con un discípulo, el trabajo del discipulador consiste en ayudarlo a encontrar la voluntad de Dios, no en convencerlo a que la haga.

Muchas de las actividades que usted empezó a hacer con el nuevo creyente, para lograr que llegara a ser un creyente creciente, seguirán al tratar de ayudarlo a incorporar en su vida las cualidades de un discípulo. En los casos en que el proceso es más o menos lo mismo, solamente mencionaré el elemento sin desarrollarlo. Puede ver la discusión anterior para saber lo que implica ese cimiento.

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1. Conseguir tiempo aún más extendido con él, asegurándose que sea tiempo de calidad, no sólo cantidad de tiempo.

2. Orar insistentemente por él.

3. Estudiar la Biblia juntos, con temas que contribuyan a llenar sus necesidades y producir en

él las cualidades deseadas. Los posibles campos de estudio son tan extensos que no intentaré sugerir un curriculum. Existen varias fuentes para el contenido de esta actividad que puede consultar para obtener ideas.

4. Llevarlo con usted a evangelizar y a trabajar con nuevos creyentes. El discípulo aprende al observar cuando usted trabaja con otros. Al principio estará presente mayormente para observar, pero con un poco de experiencia podrá empezar a contribuir en lo que pueda. En el próximo capítulo ampliaremos este principio importante que opera en el discipulado que, llamamos “el principio” "con el": llevara alguien consigo cuando está trabajando con personas en las etapas anteriores a su propia etapa.

5. Entrenarlo en los «por qué» y en los «cómo» de la vida de un discípulo. El discípulo necesita

saber no sólo qué es lo que debe ser y hacer, sino por qué debe ser así y cómo hacer estas cosas. No es suficiente decirle que debe memorizar las Escrituras. Usted ha de explicarle, por qué es importante memorizarlas y cómo hacerlo. También debe ayudarlo a preparar su propia presentación que podrá dar a otros cubre los «por qué» y los “cómo”. Poco a poco el discípulo debe ir preparando su propio «archivo» (mental y seguramente en papel también) de presentaciones breves sobre los elementos básicos de la vida del discípulo. Debe juntar ilustraciones y pasajes bíblicos que apoyan cada tema y saber cuáles materiales están disponibles si quiere hablar con un amigo sobre algún tema como el Tiempo Devocional, la memorización de las Escrituras, u otro tema. Todo este material le será de gran ayuda cuando tenga oportunidad de dar un pequeño mensaje o devocional en la iglesia. Algunos de los «cómo» que también implican sus «por qué» son:

Procesos completos y bien estructurados para esta tarea se encuentran en Materiales como El Plan Maestro, La Serie 2:7, Perfeccionando a los santos, y otros.

Cómo tener un tiempo efectivo cada d' con Dios

Cómo orar

Como dar su testimonio

Cómo presentar el evangelio

Cómo estudiar la Biblia (varios métodos)

Cómo memorizar las Escrituras

Como Organizar su tiempo según las prioridades Bíblicas

Cómo arreglar las relaciones rotas

Cómo conocer la voluntad de Dios

6. Compartir con él sus propias experiencias en estos campos, lo que Dios está haciendo en su vida, y lo que le motiva en sus propias disciplinas. Seguramente en el tiempo que ha estado practicando estas cosas, usted ha aprendido algunos secretos y técnicas que lo han ayudado. Compártaselas.

7. Prestarle libros básicos sobre la vida cristiana y los «cómo» de la vida de un

discípulo. Ayudarle a empezar a formar su propia biblioteca de ayudas y libros básicos para la tarea de trabajar con otros. Incluso las personas de pocos reclusos, con tiempo y buena administración de los recursos que Dios les da, pueden juntar una pequeña biblioteca de libros básicos que pueden ayudarles en su estudio bíblico y en ministrar a otros.

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Algunas personas se refieren a una persona en esta etapa como un «hacedor de discípulos». Otra vez quiero recalcar que no estamos hablando necesariamente de los líderes de la estructura organizacional de la iglesia. Estamos hablando de personas cuyo crecimiento y dones espirituales les abren puertas de ministerio en la vida de otras personas de tal forma que pueden empezar a reproducirse espiritualmente y hacerlo consistentemente. Son discípulos que empiezan a hacer otros discípulos. Las características que queremos que se desarrollen durante esta etapa de su crecimiento son las siguientes:

1. Es una cosa ser discipulado por alguien; pero es otra cosa repetir este proceso con una tercera persona. Muchas veces cuando uno está siendo discipulado por otro, no está muy consciente del proceso por el cual uno está pasando. Uno está tan ocupado con las luchas y los esfuerzos para llegar a ser lo que Dios quiere que uno sea que realmente no se da cuenta de cómo el discipulador trabajó con uno para producir ese crecimiento. En esta etapa de su desarrollo no se centran exclusivamente sobre su propio crecimiento, sino que se empieza a entr enar en la s ha b i l id ade s y cono c i mien t os para que él pueda repetir el proceso con otros.

2. Otra forma de decir lo mismo es tener un corazón de padre o madre. Alguien que vera discipular a otros necesita desarrollar un amor, una comprensión, y una paciencia fuera de lo común. Una de las cosas que le es más importante, que lo motiva más, debe ser el deseo de ver a otros crecer y el deseo de ser usado por Dios en ayudarles a alcanzar su potencialidad en Cristo.

3. Tiene una visión de lo que Dios está haciendo en el mundo y en la historia y sabe cómo él cabe dentro de ese plan más grande. Logra ver lo que está sucediendo en su vida y en su iglesia en función de lo que Dios está haciendo en el mundo. Comprende cómo su ministerio en la vida de otros calza con la visión que Jesucristo tiene de alcanzar al mundo entero por medio de la multiplicac ión espiritual. Pose una visión misionera.

4. Tiene la capacidad de mirar a largo plazo. La mayoría de nosotros preferiríamos recibir un millón de dólares hoy que recibir un centavo mañana, dos pasado mañana, cuatro al día siguiente, ocho el próximo día y así duplicando la cantidad cada día por treinta días. Pero la persona que mira a largo plazo escogería el arreglo de 30 días, sabiendo que tan sólo en el día 31 recibiría $ 10.737.400.-. La promesa hecha a Abraham requirió de una visión Larga para que pudiera aceptar como un hecho lo que apenas empezó a verse en su hijo Isaac. Dios le prometió una descendencia tan numerosa como las estrellas, pero en su v ida Abrah am logró ver t res generac iones, unos pocos resultados de su vida. Sin embargo, en fe aceptó como una realidad las multitudes y miles de multitudes que, en los s ig l os v en ider os de su v ida de fe con Jehová Dios. Así mismo el hacedor de discípulos tiene que poder visualiza el resultado a largo alcance de su fe y su trabajo, o nunca podrá aguantar el rigor del trabajo, las desilusiones, las derrotas y el aparente poco resultado de tanto trabajo. Tiene que poder decir con plena convicción: «Sí, yo daré mi vida a unos pocos hombres para que de aquí a treinta o a cien años haya multitudes de discípulos discipulando a otros».

5. Tiene una vida digna de ser imitada . En una buena medida el que quiere hacer

discípulos tiene que tener su propia vida sometida al señorío de Cristo. Debe ser una persona de carácter, intachable en su moral, que refleja el fruto del Espíritu. Su personalidad debe ser agradable y atractiva. Ha de ser una persona de la cual otros dirían: «Me gastaría ser así».

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Cómo lograr este perfil

1. Deben ministrar juntos y usted debe supervisar su trabajo en el evangelismo, la

conservación de los resultados, y en discipular a otros.

2. Orar insistentemente por él, pidiendo que Dios le dé la visión de multiplicarse espiritualmente y el corazón de un padre. Orar con él al intercede por otros, para que capte la importancia y el poder de la intercesión.

3. Ponerlo en contacto con otros que tienen la visión de la multiplicación espiritual. Necesita

ver que hay otros con la misma visión y debe formar otra red de personas que la tienen para que se apoyen mutuamente. Necesita la influencia de otras personas, además de la persona que lo ha estado discipulando para asegurarse de que las debilidades de su mentor no sean reproducidas sin contrapeso en su propia vida.

4. Integrarlo en el proceso de planeación del ministerio. Pronto va a necesitar saber planear y proyectar su propio ministerio y debe tener experiencia en planear este tipo de actividad. Ha de ver la forma en que usted busca de Dios las metas y la dirección necesaria, la forma en que busca de Dios el consejo que le va a dar a una persona con problemas. Necesita ver cómo usted continuamente está evaluando la estructura y l a s a c t i v i d a d e s d e l m i n i s t e r i o p a r a e s t a r s e g u r o d e q u e e s t á n contribuyendo a la meta. Debe captar la flexibilidad que caracteriza este tipo de ministerio, porque si el nuevo hacedor de discípulos empieza a poner en concreto las estructuras y las actividades específicas que se usaron con él, sin ser flexible, pronto perderá la capacidad de ministrar las necesidades cambiantes de sus discípulos. Tiene que ver que si lo que se hizo el año pasado no sirve este año, se cambia. Debe aprender a evaluar cada aspecto del ministerio para ver si está produciendo los resultados esperados. Si no, así de fácil se cambia.

5. Asigne responsabilidades y vigilar su trabajo. Cuando ve que su madurez espiritual llega a ser tal que con esfuerzo puede hacerse cargo de alguna responsabilidad, explíquele lo que se espera de él en esa responsabilidad, asegúrese de que s a b e h a c e r l o q u e t e n d r á q u e h a c e r , y l u e g o e n t r é g u e s e l o p a r a q u e l o h a g a . Observe su trabajo y si es fiel en cumplir con la responsabilidad, usted sabrá que puede darle más responsa bilidad. Si falla, trabaje con él en lo que fallo y vuelva darle responsabilidad hasta que llegue a ser un hombre fiel.

6. Trabajar con él en el campo de su carácter y sus prioridades. Ayúdele a conocer profundamente el carácter de Dios porque nuestro carácter se desarrolla a medida que conocemos cómo es Dios. Por ejemplo, si quiere que desarrolle la honestidad, pídale que estudie la honestidad en Dios. También puede pedirle, que haga un estudio de algunos personajes bíblicos que mostraron honestidad en su carácter. Sugiera que haga un estudio de lo que los proverbios dice en cuanto a la honestidad.

Si quiere que corrija sus prioridades, trabaje con él para que incorpore en su vida las prioridades que la Biblia recomienda para el hijo de Dios, y luego ayúdale en la tarea difícil de alinear el uso de su tiempo con estas prioridades. Probablemente tendrá que mantener la presión sobre él por algunos me s e s p a r a q u e n o a b a n d o n e s u s n u e v a s c o n v i c c i o n e s b a j o l a presión de otras personas.

7. Ayudarle a descubrir y desarrollar sus dones espirituales. La efectividad del ministerio de cada persona depende del buen uso de los dones que, el Espíritu le ha dado. Si no sabe cuáles son, no podrá ministrar con efectividad. Hay varios estudios y “test” disponibles que pueden ayudar en esta tarea, pero una vez que tiene una buena comprensión de cada uno de los dones, simplemente tendrá que probar el uso de los que cree tener, para ir descubriendo, los que realmente tiene.

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8 . Ayudarle a descubrir el ministerio específico que Dios tiene para él. Esto va muy ligado al punto anterior. Una vez que ha descubierto sus dones, podrá investigar los posibles usos de esos dones en el ministerio amplio de la iglesia. 9 . Estudia la Biblia juntos, usando temas y métodos de estudio que contribuyan a producir las

cualidades deseadas en su vida. Ya para esta altura se supone que no se estará usando estudios de pregunta y respuesta. Deben usar diferentes métodos de estudio como análisis de capítulos, estudios de personajes, estudios de palabras, estudios de temas y otros.

1 0 . Asignarle la lectura de libros que hablan de cómo trabajar con nuevos creyentes, cómo

discipular, y otros aspectos de ministrar. Deben ser libros que le den ideas, técnicas, los “por qué” y los “cómo” de ministrar a otros.

1 1 . Asegurarse de que sus habilidades al ministerio estén bien desarrolladas en los campos

básicos:

cómo comunicar bien los conceptos básicos de la vida del discípulo (por ejemplo, las siete presentaciones de El Plan Maestro)

evangelismo; testimonio personal, el evangelio, cómo desarrollar amistades Con no-creyentes. cómo usar preguntas para abrir conversaciones

cómo trabajar con grupos pequeños, estilo de liderazgo

qué hacer en su tiempo individual con cada discípulo

cómo cultivar buenas relaciones interpersonales

técnicas de estudio bíblico

Perfil de un colaborador

1. Tiene el corazón de pastor. Otra vez recalco que no necesariamente estoy hablando de un

puesto en la estructura organizacional de una iglesia. Estoy hablando de una persona que dentro de un ministerio grande pastorea a un grupo de hacedores de discípulos o líderes que se multiplican. La diferencia entre un corazón de padre y un corazón de pastor es que el que tiene un corazón de padre trabaja en la formación de discípulos. El enfoque de su ministerio está en el crecimiento personal de sus aprendices. El que tiene un corazón de pastor ha ampliado su ministerio para incluir la capacitación de líderes que van a discipular a otros. Coordina y vigila sus ministerios. Aunque también trabaja en la formación de carácter en la vida de las personas con quienes trabaja, el enfoque principal está en el entrenamiento, lay la coordinación de un grupo de personas que están ministrando.

2. Comprende cómo, entrenar a otros a discipular. Como dij e a n t e s , u n a c o s a e s

q u e a l g u i e n l o d i s c i p u l e y o t r a c o s a s a b e r discipular a otros. Bueno, es todavía otra cosa saber entrenar a una persona para que él sepa enseñar a la terrera generación cómo trabajar con la cuarta. Una ilustración: yo, como un líder de hacedores de discípulos, (o un colaborador en la termino lo gía de El P lan Maestro ) tengo que saber cómo t rabajar con Ricardo (Un hacedor de discípulos o líder que se multiplica) para que Ricardo sepa qué Hacer con Alejandro y Olga (discípulos) para que ellos sepan cómo trabajar con los nuevos creyentes que se les asigna en la iglesia. Cada nivel necesita unas pericias específicas para trabajar bien con los niveles es anteriores.

“ L o q u e h a s o í d o d e m í a n t e m u c h o s t e s t i g o s , e s t o e n c a r g a a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2)

3. Sabe motivar a otros. Uno de los problemas más grandes en el liderazgo espiritual

es saber motivar a otras Personas. Realmente. poco trabajo se ha hecho sobre cómo motivar en el campo espiritual. Desgraciadamente muchas veces las iglesias, puesto que no tienen otros modelos a seguir, optan por tratar de motivar a

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los miembros a base de modelos seculares de motivación. El último capítulo de este libro toca brevemente, el campo de la motivación.

4. Está preparado en la teología y en aconsejar bíblicame n t e . N o

q u i e r o d e c i r q u e h a a s i s t i d o a u n seminario, sino que ha estudiado algunos libros básicos sobre teología y doctrina y sabe enfrentar a adeptos de las sectas y aberraciones doctrinales dentro del cristianismo. Puede aconsejar a personas con problemas a base de la sabiduría que se encuentra en la Biblia, no exclusivamente a base de la psicología secular.

Como lograr este perfil

1. Entrenarlo en como capacitar a otros a discípulas, supervisando su trabajo con los líderes baja su responsabilidad.

2. Darle responsabilidad por aspectos amplios de planeación, ejecución y evaluación de un ministerio, evaluando, con él su trabajo. Esta llegando a ser su colaborador y usted no quiere dictar lo que hace, pero tampoco quiere abandonarlo al peso enorme de un ministerio sin estar a mano para animarlo y ayudarlo a evaluar qué tan efectivo ha sido lo que hizo, y quizás ofrecerle sugerencias sobre cómo mejorar.

3. Seguir orando insistentemente, tanto por él como por su ministerio.

4. Ampliar los libros y cintas sugeridas para su estudio para incluir obras que muestran el corazón de Jesús, su visión y su p lan para a lcanza r a l mundo. Ayúdel o a co nse gu ir l ib ro s s obre teología, que lo entrenen en cómo usar la Biblia para aconsejar a personas con problemas. La psicología moderna nos puede ayudar a descubrir muchas verdades acerca del hombre y sus p r o b l e m a s . S i n e m b a r g o , p u e s t o q u e e s t á f u n d a m e n t a d a s o b r e suposiciones que en muchos casos son anti-bíblicas, no podemos aceptar sus conclusiones sin antes hacer un análisis crítico. Mucho de lo que la psicología califica como disturbios o enfermedad mental en realidad es pecado que necesita ser enfrentado, confesado y abandonado. La psicología moderna parte del supuesto que no hay verdad absoluta, y que el hombre puede encontrar dentro de sí las respuestas a sus problemas. Como consecuencia, nos dice que no se le debe decir a una persona lo que debe hacer para arreglar su problema, sino que se le debe ayudar a encontrar la solución por sí misma. Los profetas

bíblicos y Jesús no operaban sobre esta base y nos conviene aprender a ayudar a personas a resolver sus problemas de la misma forma en que ellos lo hicieron. En los primeros cuatro capítulos hemos visto la necesidad de un proceso completo de

discipular, la base bíblica para este tipo de trabajo, una definición de lo que significa discipular y sus implicaciones. También hemos analizado el proceso implícito en ella. En el resto del libro quisiera desarrollar más algunos de los aspectos o elementos importantes en este proceso.

(Nota. – Al final del libro, señalamos material publicado que le ayudarán en el tema del

discipulado. Véase Bibliografía recomendada)