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DESARROLLO SOCIAL ALTERNATIVO…UN DESAFÍO. Rafael Téllez Sánchez 131 CAPITULO II: DESARROLLO SOCIAL ALTERNATIVO, APUNTES PARA UN CAMBIO DE PARADIGMA “El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En las fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar”. - Eduardo Galeano LA ACTUAL CRISIS: MÁS ALLA DE LA EXPLICACIONES RACIONALES Asistimos a un momento excepcional de la vida en el universo y a un espectáculo cósmico impresionante cargado de miles de lugares y regiones ignotas, al tiempo que las fronteras de lo posible se han corrido a nivel micro-atómico, micro celular y cósmico, gracias al espíritu humano que Dios alimenta con sabiduría. Lo asombroso es que vivimos en un insondable firmamento de millones de galaxias como ésta de la vía láctea donde estamos hoy, en medio de más de 100 millones de estrellas, en un minúsculo barrio en los suburbios de una ciudad galáctica siendo el único lugar donde tenemos la certeza de la vida inteligente que conocemos y disfrutamos. Pero lo que sorprendente es que siendo una realidad cósmica el hombre se haya negado a comprender que es en el planeta tierra y con los que compartimos la vida, que nos toca convivir. Es en este minúsculo barrio de la vía láctea, galaxia donde el Espíritu de Dios hace posible al hombre trascender su reducida frontera de materia y razón. Asistimos también al nacimiento y agonía de millones de estrellas que configuran el espinazo del universo en un firmamento ocupado por millones de sueños invisibles y ejércitos blancos con banderas de esperanza para la humanidad que ha puesto su mirada en el Creador. Esto nos hace consientes de una existencia corpórea armónica pero finita rodeada inexorablemente de la muerte y por ello, la necesidad de una eternidad espiritual guiada por la tradición de la revelación judeo-cristiana. Separada la humanidad de sus propias pertenencias espirituales, las culturas han dejado dos clases de huellas de sus éxitos y fracasos a lo largo de los últimos diez mil años. Una primera clase de huellas es legible en la naturaleza agotada, recalentada y contaminada por la arquitectura del progreso material consolidado como la victoria del humanismo y la racionalidad instrumental. Los imperios babilonio, medo-persa, Chino, Egipcio, griego, romano, anglosajón contemporáneo han florecido y sucumbido a lo largo de la historia como sistemas culturales agotados en la frontera de su propia capacidad adaptativa, destronado el antropocéntrico poder ilimitado del hombre armado, conquistador, colonizador, ilustrado y científico. Los ciclos largos o cortos de las culturas son contados por historiadores como epopeyas y tragedias de los vencedores y vencidos de las innumerables guerras que llenaron de ricos pero efímeros botines a unos y miseria prolongada (histórica) a otros. La cultura globalmente predominante del capitalismo tiene un poco más de dos siglos y ha producido los indicadores y huellas de progreso más altos de todos los siglos anteriores, resultado de los más numerosos descubrimientos científicos con los que se han producido millones de innovaciones tecnológicas para alcanzar la paz y el bienestar material de la sociedad como condición material para la felicidad y plena realización humana de la personas. Pero hoy la pobreza y la miseria son tanto o peores como las de culturas o periodos anteriores, al tiempo que las guerras, la contaminación, las enfermedades aumentan junto con la angustia y la desesperanza que hoy provocan el estrés y la depresión como las enfermedades más

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DESARROLLO SOCIAL ALTERNATIVO…UN DESAFÍO. Rafael Téllez Sánchez

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CAPITULO II: DESARROLLO SOCIAL ALTERNATIVO, APUNTES PARA UN CAMBIO DE PARADIGMA

“El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En las fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar”. - Eduardo Galeano

LA ACTUAL CRISIS: MÁS ALLA DE LA EXPLICACIONES RACIONALES

Asistimos a un momento excepcional de la vida en el universo y a un espectáculo cósmico impresionante cargado de miles de lugares y regiones ignotas, al tiempo que las fronteras de lo posible se han corrido a nivel micro-atómico, micro celular y cósmico, gracias al espíritu humano que Dios alimenta con sabiduría. Lo asombroso es que vivimos en un insondable firmamento de millones de galaxias como ésta de la vía láctea donde estamos hoy, en medio de más de 100 millones de estrellas, en un minúsculo barrio en los suburbios de una ciudad galáctica siendo el único lugar donde tenemos la certeza de la vida inteligente que conocemos y disfrutamos. Pero lo que sorprendente es que siendo una realidad cósmica el hombre se haya negado a comprender que es en el planeta tierra y con los que compartimos la vida, que nos toca convivir. Es en este minúsculo barrio de la vía láctea, galaxia donde el Espíritu de Dios hace posible al hombre trascender su reducida frontera de materia y razón. Asistimos también al nacimiento y agonía de millones de estrellas que configuran el espinazo del universo en un firmamento ocupado por millones de sueños invisibles y ejércitos blancos con banderas de esperanza para la humanidad que ha puesto su mirada en el Creador. Esto nos hace consientes de una existencia corpórea armónica pero finita rodeada inexorablemente de la muerte y por ello, la necesidad de una eternidad espiritual guiada por la tradición de la revelación judeo-cristiana. Separada la humanidad de sus propias pertenencias espirituales, las culturas han dejado dos clases de huellas de sus éxitos y fracasos a lo largo de los últimos diez mil años. Una primera clase de huellas es legible en la naturaleza agotada, recalentada y contaminada por la arquitectura del progreso material consolidado como la victoria del humanismo y la racionalidad instrumental. Los imperios babilonio, medo-persa, Chino, Egipcio, griego, romano, anglosajón contemporáneo han florecido y sucumbido a lo largo de la historia como sistemas culturales agotados en la frontera de su propia capacidad adaptativa, destronado el antropocéntrico poder ilimitado del hombre armado, conquistador, colonizador, ilustrado y científico. Los ciclos largos o cortos de las culturas son contados por historiadores como epopeyas y tragedias de los vencedores y vencidos de las innumerables guerras que llenaron de ricos pero efímeros botines a unos y miseria prolongada (histórica) a otros. La cultura globalmente predominante del capitalismo tiene un poco más de dos siglos y ha producido los indicadores y huellas de progreso más altos de todos los siglos anteriores, resultado de los más numerosos descubrimientos científicos con los que se han producido millones de innovaciones tecnológicas para alcanzar la paz y el bienestar material de la sociedad como condición material para la felicidad y plena realización humana de la personas. Pero hoy la pobreza y la miseria son tanto o peores como las de culturas o periodos anteriores, al tiempo que las guerras, la contaminación, las enfermedades aumentan junto con la angustia y la desesperanza que hoy provocan el estrés y la depresión como las enfermedades más

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comunes de la sociedad. Ninguna de las culturas ni el capitalismo, ni el hinduismo, ni el islamismo, ni el socialismo, etc., escapan de estas consecuencias. Todos los imperios y culturas han albergado la esperanza de su prolongada existencia cultivando la religión, la filosofía y el arte para dar coherencia a sus cosmovisiones, pero han fenecido, solo queda memoria (historia). De ellos se conoce y las culturas modernas heredan, las religiones, el arte y la filosofía, como inmaterialidades históricas contenedoras del espíritu o la conciencia de todas las épocas, sus cosmovisiones como una segunda clase de huellas. Valores estéticos, principios éticos y morales que intentaron moldear conductas y comportamientos colectivos hasta los linderos de la libertad con buenos modales hasta para la guerra y los asesinatos con los que se consigue poder y con los cuales se aterroriza a la gente común que reproducen éstas como representaciones colectivas históricas. Cediendo a la avaricia – como llamó Krugman1 a la causa de la crisis financiera reciente- el hombre inventó un sistema de valores centrado en el dinero, plurifuncional a la codicia y la lujuria del consumo. La metáfora de Marvin Harris2 de los “asesinatos en el paraíso” en las comunidades de cazadores y recolectores hacen pensar en el presuntuoso paraíso prometido del neoliberalismo y el socialismo, como ideologías y/o regímenes predominantes de la modernidad. Estas sociedades no son menos proclives a fracasos en el empeño de asegurar la sostenibilidad de la calidad de vida y el bienestar. La diferencia de éstas con aquellas, reside en la organización sofisticada de la violencia para apropiarse de los recursos mediante guerras, genocidios, ecocidios, etc. que hoy tienen al planeta al borde de un colapso. Max Weber habría dicho en la primera mitad del siglo XX, que “el afán de lucro”, la tendencia a enriquecerse, sobre todo a enriquecerse monetariamente en el mayor grado posible, son cosas que nada tienen que ver con el capitalismo3. Estas conductas individuales y colectivas (en empleados, obreros, campesinos, profesionales, empresarios, jugadores, artistas, delincuentes, narcotraficantes, líderes, etc.,) oscurecen la “conciencia colectiva” guiada por la avaricia y la codicia. Y esto no es un problema de clases ricas y pobres, pues la crisis originada por las pirámides en el 2009 en Colombia mostró que familias pobres y de clase media dieron sus apartamentos y taxis con el deseo de tener más cediendo a las promesas de ganancias en el juego de las pirámides. El problema es espiritual. La codicia y la avaricia son valores espirituales que inducen a conductas deleznables que la ética cristiana consideró como pecaminosas como reconoce el trabajo de Max Weber y que desviaron el espíritu del capitalismo hacia una crisis espiritual. Particularmente el deseo de dinero sin trabajar o con el trabajo y la sangre de otros, es, en últimas, la causa de la disolución, rupturas y desviaciones de proyectos sociales y empresas con deseos inconfesables. Para el caso de la sociedad colombiana J. L. Garay, señala que “En Colombia la cultura productiva que prevalece no corresponde a la de una cultura capitalista moderna, sino, en cierta manera, a una que ha propendido a la búsqueda del lucro y la satisfacción de objetivos egoístas excluyentes a favor de ciertos grupos, logrados mediante el usufructo de privilegios individuales relacionados con una posición en la estructura política, económica y social”4.

1Paul Krugman al respecto opinó: “…la crisis no tiene nada de accidental. Desde finales de los años setenta en adelante, el sistema financiero estadounidense, sin restricciones gracias a la liberalización y a un clima político en el que la avaricia se suponía que era buena, empezó a descontrolarse cada vez más. Había recompensas cada vez mayores -primas que superaban los sueños de avaricia- para los banqueros que podían generar grandes beneficios a corto plazo”. Kruman Paul (2010). “Banqueros sin la menor idea”, Diario el País onlyne, Madrid, España 2HARRIS, Marvin (1987). Caníbales y Reyes, ed. Alianza, Madrid. España 3WEBER, Max (1969). La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Ed. Península, Barcelona, España. Pp. 9 4 GARAY,Luis Jorge (2002). La construcción de una nueva sociedad, Ed. Alfaomega, Bogotá, Colombia, Pp. 17

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Más bien en sus comienzos, el capitalismo se constituyó en un sistema encaminado a la ganancia resultado del trabajo organizado y ordenado, según la investigación de Weber5. En este sentido, las instituciones construidas entre el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, tuvieron básicamente dos fuentes: por un lado, la ética económica del trabajo y la cultura sajona y germana que predominó en los burgueses Ingleses y germanos, como fundamento de las instituciones económicas basadas en la ética del trabajo y la ganancia; y por otro lado, la filosofía política de la revolución francesa para la fundación de los principios de la democracia, la solidaridad y la justicia social y instituciones republicanas. Para Weber, “desde el punto de vista puramente económico, el problema central, no es en definitiva el del desarrollo de la actividad capitalista (solo cambiante en la forma), desde el tipo de capitalista aventurero y comercial, del capitalismo que especula con la guerra, la política y la administración, a las formas actuales de la economía capitalista; si no más, el origen del capitalismo industrial burgués con una organización racional del trabajo libre…”6. Estas formas anti-éticas adoptadas por el neoliberalismo y el socialismo, han contaminado de corrupción la cultura política predominante, destruyendo o pervirtiendo la “conciencia colectiva”7 (o “representaciones colectivas”8) como fuentes de regímenes políticos que han corrompido las instituciones con el cohecho y el prevaricato. En este marco, los síntomas de la anomia social refieren al uso del delito (todo tipo armas desde el soborno, cohecho, prevaricato, asesinatos, hasta el terrorismo), hasta para “nobles propósitos”, como aliviar la pobreza, a través de los poderes públicos de los Estados. Las élites mafiosas han construido una red global de poder que compromete ideologías socialistas, capitalistas, islámicas, etc., generalizando el afán de lucro, el enriquecimiento ilícito, inmoral e insaciable, legitimado en el poder militar y las instituciones. En últimas la institucionalización global del delito como símbolo de poder y condición de sostenibilidad de algunas democracias. Ejemplos de corrupción y crímenes de gobiernos y empresas, son sucesos comunes como símbolos de poder: empresas que envenenan niños con productos como los estupefacientes, los agrotóxicos, los transgénicos, ética, económica y ecológicamente no consumibles y contaminadores de la humanidad. Estados que prohíjan mafias y delincuentes para sostener privilegios de poder con el soborno y el cohecho, a través de organizadores de bandas de justicia privada y empresas multinacionales de mercenarios con las cuales se violan los derechos humanos. Gobiernos organizadores de guerras para establecer el poder del capital en lugares inéditos y convertir al Estado en un aparato de fuerza y no en un pacto social. Instituciones como la democracia y las constituciones nacionales, de ser instrumentos de las sociedades para mantener las fronteras de los apetitos personales del poder, pasaron a ser mecanismos o instrumentos del mercado en el cual se levanta el altar al capital. En este sentido, se generalizó una equivocada lectura de los principios que inspiran la cultura judeocristiana, responsabilizándole de una espiritualidad metafísica que separa a los hombres de la realidad y de Dios. Cuestión que no es ni teológica, ni bíblica, ni históricamente cierta. Weber examinó sociológicamente estos principios encontrando que una de las causas de la prosperidad de los principales países capitalistas entre el siglo XIX y primera mitad del siglo XX, estaba en las instituciones fundadas en la “ética cristiana”. En efecto, los intelectuales contemporáneos han mirado con desdén los marcos axiológicos que han sostenido históricamente procesos e instituciones sociales con éxito (en este caso

5WEBER, Max (1969). Op. Cit. P.49

6WEBER Op. Cit. P. 15 7GIDDENS (1996). Op. Cit. P. 33-37 8DURKEIM (1987). Op. Cit. P. 23

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Weber estudió las europeas). En este sentido, las instituciones del neoliberalismo abandonaron los imperativos morales9 de la acción (asociados al temor de Dios) en la tradición luterana y calvinista. Esto explicaría, según Weber porqué las sociedades latinoamericanas, comparadas con la norteamericana o europeas, con similares recursos y riquezas que éstas, presentan grandes diferencias respecto al progreso de la sociedad capitalista y las mayores desigualdades e injusticias sociales. La razón es que siendo instituciones similares, los valores en que se fundamentaron históricamente fueron distintos. En las primeras la tradición judeocristiana desarrollada desde Lutero y, en la segundas, la tradición de los valores católico- romanos.10 Señala el autor que la iglesia católica romana tuvo una influencia profunda en las tradiciones y formación de valores en la educación durante 500 años, hasta el siglo XX en América Latina, cambiando principios del evangelio como revelación espiritual y normas éticas de crecimiento integral del ser humano, por los “imperativos categóricos” kantianos de la libertad ética individual y, con ello legitimaron la “inquisición” como institución de poder imperial de Roma y España a favor de los privilegios de la organización eclesial del vaticano. En este contexto, la más profunda expresión de crisis de la sociedad moderna es el desconocimiento de la fe cristiana, que se traduce en desasosiego y desesperanza, una sicosis colectiva de angustia del presente y miedo al futuro, debido a que no puede dejar los fantasmas del pasado (perdón y olvido). Después de 1950 y hasta el 2.000, presenciamos el gran derrumbe del socialismo y el neoliberalismo, fundados en el afán de enriquecimiento ilícito. Con todo y la profundización de la revolución tecnológica, con innovaciones en todos los campos de las ciencias y aplicaciones innumerables, la pobreza es mayor que en el siglo XIX, junto con mayor angustia e incertidumbre y la exclusión de más de 4.000 millones de personas del sistema. Ello constituye un saldo vergonzante para los líderes y gobernantes en la modernidad y la post modernidad. Se requiere reinventar y refundar un marco axiológico para la acción individual y colectiva del que necesita cambiar la manera de pensar y actuar e incidir en la solución de los problemas. Se requiere el verbo para cambiarnos nosotros mismos. La ética cristiana evangélica está basada en la revelación espiritual contenida en la Biblia y consistió en la secularización de los principios que fueron generalizándose universalmente como normas de conducta en la vida individual, familiar y social para representar en esta vida la presencia de Jesucristo en esta tierra. Hasta los años 60 la sociedad norteamericana había profundizado esta secularización al punto que la constitución de ese país fue inspirada en los diez mandamientos de la biblia y las instituciones emblemáticas de esa nación construidas por clérigos cristianos protestantes. Una de los factores causales de la crisis Norteamérica y del mundo en general, es el abandono de estos principios espirituales que cambiaron el temor de Dios por la arrogancia del afán de lucro y el amor al dinero, más que a la vida. Las contribuciones del foro social mundial El Foro Social Mundial, FSM, es un escenario alternativo al Foro Económico Mundial (FEM) de Davos, como expresión de un movimiento mundial de organizaciones sociales que representan sectores excluidos de la sociedad civil y concretamente, consideran y proponen un modelo de desarrollo alterno al neoliberalismo. Es un espacio de interlocución mundial en la búsqueda de alternativas diversas e innovadoras de desarrollo incluyentes, que el Foro Social Mundial

9Kant, formuló una crítica éstos, presentando idea de imperativos categóricos, con la pretensión de su autonomía, o sea que la moralidad tuviese su propia autonomía y que sus reglas no dependieran de nada ajena que la razón humana. Lo que llevará a los hombres a obrar por respeto al deber 10WEBER Max (1991). La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Ed. Premia, México, Pp. 12-34

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encauza como alianzas, acuerdos y consensos. Además de los encuentros realizados en Seattle 1999, Puerto Alegre, Caracas, Cartagena, Johannesburgo, etc., el FSM ha logrado construir una red de comunicación e intercambio de experiencias de cientos de organizaciones y movimientos sociales de países y regiones de todo el mundo. Este Foro trabaja en alternativas de largo plazo “ya sea para humanizar la relación social capitalista o para transformarla” como señala Houtart11, en la idea de que “otro mundo es posible”, teniendo en cuenta la pluralidad ideológica, cultural y filosófica que ha logrado reunir y que se concreta en cinco estrategias o campos acción: ― Regulaciones económicas: Tasación de las operaciones financieras internacionales

(Tasa de Tobin), fiscalidad regional e internacional, supresión de paraísos fiscales, anulación de la deuda de los países pobres, reagrupamientos regionales bajo la forma de mercados comunes o zonas de cooperación económica, reestructuración de las instituciones financieras internacionales, etc...

― Regulaciones ecológicas: Protección de los recursos no renovables, protección de las riquezas biológicas, establecimiento de reglas internacionales sobre contaminación ambiental, aplicación efectiva de la agenda 21, el protocolo de Kioto, etc.

― Regulaciones sociales: Legislación internacional del trabajo, código de conducta de las inversiones internacionales, participación de los organismos representativos de los trabajadores en las instancias regionales e internacionales, etc.

― Regulaciones políticas: Constitución de poderes regionales con competencia reguladora en materias económicas y sociales, reorganización de los órganos de la ONU, gestión mundial del patrimonio ecológico y cultural, parlamento mundial, etc.

― Regulaciones culturales: Protección de las producciones culturales nacionales y locales. Este Foro se plantea un espacio catalizador y de encuentros de visiones disímiles, de construcción y acción, cooperación y solidaridad democrática, de modelos de desarrollo regional, ecología, social, política y culturalmente compatibles, apuntando a superar la exclusión y la marginación. En el Foro se propuso que las organizaciones sociales busquen nuevas formas de trabajo que las fortalezcan y hagan visibles sus proyectos de vida y de región y nación.

Producto de la deliberación en la región nororiental de Colombia se firmó una declaración con los siguientes temas que acercan a los movimientos sociales regionales a un pensamiento alternativo, en los siguientes aspectos: ― Asumir la defensa del territorio como unidad de vida: Reconocer el territorio como

componente vital de nuestra identidad social e histórica, verlo más que un bien productivo y de explotación; además valorar las personas como potencial básico para el desarrollo regional.

― Integración y cooperación social: Construir organizaciones comunitarias y colectivas de producción para recuperar la democracia participativa, fortaleciendo organizaciones autogestionarias y valores de solidaridad y cooperación mutua. Fortalecer las redes de productores, de comercializadores, un sistema de seguridad y soberanía alimentaria.

― La democratización de lo público: Desarrollo de experiencias de procesos participativos en los asuntos de la vida local y colectiva.

― La construcción de partidos políticos democráticos: Que permitan además del acceso al gobierno, el ejercicio del poder popular y político para ejercer una verdadera gobernabilidad incluyente y transformar los intereses económicos y de poder que hacen que se mantengan la pobreza y la exclusión. Desde el punto de vista ideológico, se instalan los referentes de poder en el centro de los discursos que se disputan la aceptación del público, pero especialmente, de los consumidores. Por otra parte, el Foro Social Mundial tiene limitaciones de concepción para incluir al o a los Estados, como

11 HOUTART Francois (2008). Deslegitimar el capitalismo. Reconstruir la esperanza, Ed. Justicia y Vida, Bogotá, Pp. 138

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interlocutores. En este caso, el tema de la democracia vincula a gobiernos de dudosa o sospechosa procedencia, generalmente pioneros de políticas neoliberales.

― La tasa de Tobin. Para generar estabilidad y social y equidad internacional, el Foro Social Mundial a levantado la propuesta de la tasa de Tobin12. Ésta consiste en pagar un impuesto cada vez que se produce una operación de cambio entre divisas, para frenar el paso de una moneda a otra y para, en palabras de Tobin, echar arena en los engranajes demasiado bien engrasados de los mercados monetarios y financieros internacionales. La tasa debía ser baja, en torno al 0,1%, para penalizar solamente las operaciones puramente especulativas de ida y vuelta a muy corto plazo entre monedas, y no a las inversiones.

La Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) concluyó que la tasa Tobin permitiría recaudar 720.000 millones de dólares anuales, distribuibles a partes iguales entre los gobiernos recaudadores y los países más pobres. Por su parte, el PNUD afirma que con el 10% de la suma recaudada sería posible proporcionar atención sanitaria a todos los habitantes del planeta, suprimir las formas graves de malnutrición y proporcionar agua potable a todo el mundo, y que con un 3%, se conseguiría reducir a la mitad la tasa de analfabetismo presente en la población adulta, universalizando asimismo la enseñanza primaria. Las fisuras de las prácticas discursivas del desarrollo Investigadores como A. Giddens13 piensan que la globalización contemporánea contribuye a la profundización de la modernidad con todas sus instituciones, como un sistema cultural que nació en el siglo XVIII en respuesta al oscurantismo del catolicismo romano que había dominado el pensamiento por más de 500 años. Otros la describen como una nueva época de la sociedad occidental. El debate ha sido rico y esclarecedor de aspectos no vistos del sistema capitalista como un todo espacio/temporal. Al fin y al cabo las definiciones dependen o describen las percepciones, razón por la que la modernidad es definida de acuerdo a lecturas diferenciadas de la historia de Occidente (la cultura occidental), principalmente por europeos y norteamericanos. Otras son la historia y las prácticas discursivas desde las culturas orientales e islámicas o hindúes. La de Latinoamérica es predominantemente expresión de la racionalidad occidental y, en gran medida hija del paradigma del método lógico inductivo y el positivismo de Comte14 y Popper15 que aún hacen parte de los fundamentos. Alternativamente ha surgido un cambio de paradigma impulsado principalmente por los post estructuralistas. Por ejemplo, Arturo Escobar define esta época como “postdesarrollo”, describiendo tres momentos paradigmáticos del desarrollo: un primer momento, referido a las teorías de la modernización de los años 50 y 60 centrado en las teorías del crecimiento y desarrollo; un segundo momento, con la teoría de la dependencia en sus distintas variantes hacia los años 60 y 70 y un tercer momento, referido a enfoques culturales críticos del desarrollo, desde los años 80 hasta llegar el siglo XXI16. En general, la arquitectura de la modernidad en sus rasgos predominantes, se fundó en las instituciones derivadas de la secularización de la revelación espiritual luterana llevada a cabo por Calvino desde Austria, Suiza, el Reino Unido y Alemania. Otros añadieron las contribuciones desde la racionalidad instrumental de la economía política desde Smith hasta

12La tasa Tobin es un hipotético impuesto sobre el flujo de capitales en el mundo que fue propuesto por el economista James Tobin en 1971, que recibió el Premio Nóbel de economía en 1981 13GIDDENS, Anthony ( 2003). Un mundo desbocado. Ed. EDISA, Barcelona. 14COMTE, August (1987). Discurso sobre el espíritu positivo. Ed. Alianza, Madrid. 15POPPER, Karl Raimund (2006), La sociedad abierta y sus enemigos, Ediciones Paidós Ibérica 16ESCOBAR, Arturo (2005) “El postdesarrollo” como concepto y práctica social. En Daniel Mato (coord.), Políticas de economía ambiente y sociedad en tiempos de globalización. Caracas: Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela, pp. 17-31

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Marx, con epicentro en la revolución industrial y, finalmente, el papel fundante de la filosofía política que impulsó la revolución francesa que dio origen a las instituciones republicanas, de sociedades civiles, libertad y democracia. En este contexto se desenvuelve el debate sobre la globalización y los problemas del desarrollo. Resalta la generalización de discursos y representaciones enmarcados en la racionalidad económica referida a categorías de análisis como “composición del producto” y “distribución del ingreso”. El rasgo distintivo de estos discursos y prácticas es su desprendimiento de la naturaleza en de la historia. Surgieron en este contexto, las divergencias entre los ciclos de la economía que se cierran en el corto plazo con la conversión monetaria y los ciclos biofísicos y bio-geoquímicos de largo plazo de la dinámica de los ecosistemas y organismos, es decir, el plazo inter-generacional. Esta separación está asociada al sobre-determinismo económico con que se define el desarrollo con indeseables e incontrolables consecuencias sobre la vida a lo largo de la historia de los sistemas sociales antiguos y modernos. Entonces el colofón de la crisis está en la prevalencia del modelo energético lineal de producción que sustrae los flujos de energía para producir valores intercambiables en el corto plazo pero que sobrepasan la dinámica de los tiempos y ritmos ecológicos, para crear recursos. En este caso, el concepto de desarrollo sostenible convencional es insuficiente e inadecuado para la protección, la conservación en condiciones naturales y para para las futuras generaciones. Este es el desafío científico, político y cultural de todas las sociedades: cambiar el modelo energético del desarrollo17. El fracaso y el éxito de las distintas sociedades, desde cazadores y recolectores, ha dependido del modelo energético. Ninguna ha escapado a las presiones ecológicas generadas por el aumento de la demanda humana de bienes naturales18 determinada por las presiones reproductivas. En este caso los objetivos de bienestar material y espiritual han estado relacionados directamente con el balance ecología–sociedad humana, como la relación fundamental. Esto no ha cambiado. En efecto, la intensificación de la producción en la modernidad ha sido la respuesta, tanto a los cambios climáticos, graduales y drásticos del planeta (procesos entrópicos), como a las presiones poblacionales culturales asociadas al crecimiento de las demandas sociales. En este sentido, la de hoy no es la primera crisis ecológica y ambiental asociada al agotamiento de recursos naturales, alimentos, recursos energéticos, pero sí es la fase de la humanidad con mayor empobrecimiento de la población y desmejoramiento de la calidad de vida19. En este sentido, la relación ecología – sociedad surge como una estrategia para superar la sobre- determinación antrópico -economicista. Son ahora muy conocidos los enfoques que ponen en cuestión los fundamentos epistemológicos del desarrollo, instalando el pensamiento alternativo como una preocupación provocadora de transformaciones profundas en la manera de conocer y por tanto, de explicar. A éstas De Sousa20 las llama “tendencias contra-hegemónicas” al pensamiento único neoliberal y cimiento de una nueva revolución tecnológica acorde con las dinámicas ecológicas. Esto ha impreso una dinámica y contenidos nuevos a las agendas de los movimientos y organizaciones sociales del siglo XXI. Sin duda falta mucho, puesto que los argumentos alrededor de los cambios tecnológicos, económicos y empresariales ponen al mercado en el pináculo.

17HARRIS, Marvin (1987). Caníbales y Reyes; editorial Alianza, Madrid, Harris al respecto, aclara: “Las culturas en general, se han desarrollado a lo largo de sendas paralelas y convergentes, que son sumamente previsibles, a partir de un conocimientos de los procesos de producción, reproducción, intensificación y agotamiento”. Pp. 12 18HARRIS, Marvin (1987). Op. Cit. Pp. 23 19HARRIS, Marvin (1988). Op. Cit. P. 19 20DE SOUSA Santos, Boaventura (2005). Nuestra América, Sao Paulo

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Pero los argumentos optimistas alrededor de la aceleración de los cambios tecnológicos con la revolución informática, bioenergética, etc., tienden a encubrir el ahondamiento de los problemas ambientales junto con el crecimiento de la pobreza extrema, al tiempo que las disparidades entre países desarrollados y menos desarrollados, así como las asimetrías socioeconómicas, aún entre regiones de un mismo país, crecen. Abultados contingentes de grupos humanos son marginados y excluidos, expulsados del trabajo y lugares urbanos y rurales, imbricándose con las hordas de migrantes forzosos, refugiados y desplazados por los conflictos bélicos internacionales e internos21. Este es uno de los factores causales más importantes de una crisis humanitaria sin precedentes que configura una nueva geografía de la pobreza en el mundo y en cada región y país. De acuerdo con estimaciones oficiales, el 57% de la población mundial vive en países cuya distribución del ingreso se ha deteriorado, frente a sólo un 16% en aquellos en que ha mejorado, mientras en los demás no se observa ninguna tendencia definida22. Ni las políticas ni las agendas que sustentan el neoliberalismo, la OMC, la Organization for Economic Cooperation and development OECD, pueden responder, lo que pone en evidencia el carácter egoísta de la conducta que promueve el individualismo y la competitividad. En desarrollo de las reuniones de Davos y la OMC a fines de 1999, 50 mil personas protagonizaron una concentración de protesta que congregó a representantes de 135 países frente a Seattle, sede de la reunión haciéndose oír por los medios internacionales de comunicación. Hubo cientos de arrestos y las autoridades declararon la ciudad de New York en estado de emergencia ante el temor de los líderes mundiales. El presidente Bill Clinton declaró: “Hay que integrar a esa gente que grita a la discusión”: el debate alrededor de la visión individualista del mercado se reanudó al comenzar el siglo XXI recogiendo el descontento iniciado en Seattle, como germen de contra-tendencias que rompieron el consenso y antecedente de los nuevos modelos democráticos de centro en Chile, Brasil, Argentina, Uruguay. De otra parte, el aumento de las diferencias de ingreso en función del grado de calificación de la mano de obra es un fenómeno de alcance mundial atribuible a dos conjuntos de factores: de un lado, a la liberación del comercio, las tendencias tecnológicas y el debilitamiento de las instituciones de protección social y, de otra parte, a la asimétrica movilidad internacional de algunos factores de producción como el capital, la mano de obra altamente calificada y no calificada hacia los países en desarrollo y a la creciente dificultad de los gobiernos para proporcionar instrumentos eficaces de protección social23. En los últimos años esta discusión ha adquirido un carácter más pluralista del cual empiezan a surgir nuevas visiones del desarrollo, nuevos énfasis como la equidad de género, el bienestar espiritual, la importancia del desarrollo institucional, la ecología política, el desarrollo humano sostenible, el desarrollo social alternativo, etc. ¿Significa esto que el enfoque o el paradigma del desarrollo está cambiando? Es posible, pero aún no se nota mucho. De los cambios del paradigma al paradigma de cambio

21ACNUR (2005). Gutiérrez Antonio Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Informe 2005. Entre los refugiados, las últimas cifras publicadas indican que esta organización de la ONU se encarga de unos 21,1 millones en todo el mundo, distribuidos entre 8,4 millones en Asia, 5,6 millones en Europa y 5,3 millones en África (ACNUR: 2006) 22OCAMPO, José Antonio (2001). “Toward a post-Washington consensus on developmen and security”. Ensayo presentado en el panel de la reunión anual de la Américan Economic Asociation New Orleáns, Enero de 2001 23RODRIK, Dani (1997). Globalization, social conflict and economic Growth Revised, December 11, International political economy at the John F. Kennedy School of Government, Harvard University , This is the revised version of the Prebisch Lecture delivered at UNTAD, Geneva, October 24 , 1997

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Este trabajo ha recorrido enfoques teóricos con alto riesgo de superficialidad y eclecticismo dado que “cada teoría construye su cuerpo paradigmático”24 y lo que se busca es dar cierta coherencia y unidad conceptual a prácticas discursivas recurrentes en los debates políticos y académicos, dentro de lo que pudiera llamarse el paradigma del desarrollo y sus distintas variantes con un hilo conductor fundado en el mercado como institución social por excelencia y el Estado, como entidad subsidiaria para la estabilidad social y política, garante de la libertad y la igualdad ante la ley de productores y propietarios, en el interior de los cuales se vienen produciendo profundas fisuras. En efecto, los dispositivos teórico-conceptuales del paradigma neoliberal–neoconservador, pusieron en entredicho, entre otros, su respaldo científico, pues algunos sostienen que las revoluciones científicas tienen cierto aire de legitimidad cuando sus productos son incorporados a la sociedad, justamente para resolver sus problemas. En este caso, si es por los problemas, lejos de resolverse se han profundizado, y la catástrofe ambiental, ecológica y energética actual son el mayor lunar del neoliberalismo. En este contexto, los teórico-científicos apuntan al significado de las identidades y la utopías de integración y cooperación solidaria en la perspectiva de aprender a conocernos y reconocernos como latinoamericanos, como asiáticos, como africanos y como europeos frente al conjunto universal. Esta es una condición necesaria (pero no suficiente), para ejercer la capacidad en unos y el derecho en otros, de vivir la utopía, con la que se superan las estructuras y modelos excluyentes. La utopía, de hecho como imaginación y experiencia es el comienzo para dejar de ser pobres, para dejar de ser consumidos por el mercado y colonizados por la desesperanzada lógica del mercado y el consumismo. Finalmente, la integración, como una expresión de interdependencia, complementariedad y cooperación intercultural expresa los rasgos de complejidad que es necesario incorporar en la construcción y búsqueda de nuevos paradigmas, en cuyo cambio se concreta la utopía que requiere el diálogo entre ciencia y política, entre conocimiento y saber, entre científicos y políticos y movimientos sociales, lo que sugiere una nueva plataforma de una bioética de la extracción, la producción, la distribución, el consumo y el descarte (residuos). Alternativas para construir la democracia en los nuevos movimientos sociales

En medio de una creciente tensión sociocultural y política, caracterizada por una especie de desbocamiento de la institucionalidad del orden social y una cada vez mayor incertidumbre sobre el devenir se desencajan las bases epistemológicas de las ciencias y se levantan nuevas preguntas acompañadas de hipótesis alrededor de la entropía social. En el terreno económico y político el neoliberalismo acentúa su presencia desde los años 80 imponiendo un “modelo” de sociedad, un modo deseable de vivir y de hacer multiforme y polisémica de orden social (representaciones y formas) envuelto en la cultura mercantil, ce modo que la sociedad alcanzó a aceptar como neutral la idea de sociedad de mercado y de sociedad civil sin regulación. Esta construcción está asociada a una creciente desregulación estatal (privatizaciones) vinculada a la venta de las empresas públicas, como en el caso colombiano,25 acompañada de 24 MÚNERA López, María Cecilia (2007). Resignificando el desarrollo, Ed. Universidad nacional de Medellín, Medellín, Colombia , Pp. 81 25El presidente Álvaro Uribe de Colombia en su intervención en la asamblea de la ONU el 27 de Septiembre de 2007, no deja duda del neoliberalismo: “Hemos rechazado el desmantelamiento del Estado y nos negamos a entrar en el estatismo que marchita la iniciativa privada. Hemos reformado 420 entidades estatales y nos proponemos trabajar en esa dirección hasta el último día de nuestro Gobierno. Buscamos un Estado más eficiente al servicio de la comunidad y no apropiado por componendas politiqueras, excesos sindicales o grupos de interés. Nos empeñamos en el desarrollo de una sociedad emprendedora, en oposición a monopolios estatales o privados, en una Nación con un consenso de productividad, disciplina y equidad”.

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una profunda crisis de la seguridad social (derechos a la educación, la salud, alimentación, etc.). Dicha desregulación se materializa en la flexibilización y precarización laboral llevada al extremo de la individualización de las relaciones Estado - sociedad, como telón de fondo de la “democracia”, para la libertad de los contratos privados. Los individuos son ahora grandes corporaciones multinacionales muy insertadas en circuitos globales. Ha surgido así el paisaje de una sociedad de consumidores, asimilados al paraguas de una tal participación comunitaria o ciudadana recreada en consejos comunales, como emplazamientos públicos que aseguran las transacciones gobierno–sociedad civil, como si el futuro de la gente ya estuviese decidido en la oferta de bienes físicos de uso colectivo e individual. A esto más sofisticadamente los teóricos lo llaman “parámetros de transacción de la gobernabilidad”. Este mercado es a la vez, lugar y representación simbólica de encuentros entre ciudadanos (despolitizados sin derechos), sustituidos por ciudadanos–consumidores o clientes, bajo la sombrilla “neoliberal” de los derechos a la libertad de elegir, comprar y ser diferentes, etc. Estas transformaciones ubican a las instituciones y movimientos sociales en un doble desafío: de un lado, descubrir lo que está detrás de las representaciones simbólicas (íconos) del neoliberalismo, la “subliminización” de los deseos de acumulación y, de otro lado, re-emprender una revolución educativa que construya conocimiento relevante para la inclusión y reconstrucción de las identidades culturales y sociales hibridadas en las redes locales y regionales que se mueven globalmente. Para investigadores, organizaciones y empresas esto significa renunciar a la inmutabilidad del mundo neoliberal de poca gente buena y con plata, mientras millones construyen día a día naciones con su trabajo, al tiempo que en necesario profundizar el diálogo de experiencias y aprendizajes como las prácticas de resistencia y emancipación (mercados de trueque), colectivos de trabajadores informales, comunidades de desarrollo armónico que retomen los territorios a través de redes de producción, comercialización y consumo alternativo, etc. También la atención a productores de lenguajes facilitadores del diálogo de saberes y conocimientos que deriven en sinergias entre sujetos sociales y políticos, desde ámbitos locales, regionales, nacionales e internacionales lo mismo que entre universidad- sociedad – comunidad- empresarios – organizaciones. En este campo el desafío de la universidad es formidable por ser un lugar privilegiado universalmente para re-crear e inventar de nuevo las paradojas del mundo, que obligan a esta institución a ubicarse en lugares de privilegio en el mundo global, y no a la zaga de las propuestas organizaciones políticas. La universidad en este sentido, es productora de significados históricos, representaciones simbólicas y sentidos de lo local, lo urbano, lo regional, lo nacional y lo global. Es un espacio privilegiado de investigación y producción de conocimiento, que canaliza, organiza y da coherencia a la diversidad tanto en la producción de lenguajes polisémicos y plurisónicos como en la multiculturalidad social proyectando universalmente pluri- identidades26. De otra parte, lo que hace universal y global a la universidad es su identidad regional, local, como construcción y aporte al mundo. Contrario al concepto de universidad –empresa receptora de las demandas de grupos económicos y dispuesta a competir para lo que no está concebido. Junto a otras entidades culturales productoras de conocimientos y representaciones, la universidad, hace parte de un germen de globalización alternativa que

26Las comunidades lingüísticas (motilón –Bari y Uwa en el Nororiente de Colombia), junto con comunidades campesinas que coexisten y habitan territorios asediados por el capital (Narcotráfico, contrabando, etc.), al tiempo que se articulan a redes de comercio y redes de intercambio de saberes y discursos (cosmovisiones), también construyen proyectos políticos locales, regionales, nacionales e internacionales en los cuales incorporan su identidad eco-cultural

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traspasa límites y fronteras regionales pero no las borran. Allí es posible establecer un diálogo con las comunidades indígenas latinoamericanas, centroamericanas y caribeñas o con las comunidades organizadas de los asentamientos marginales sub-urbanos de las metrópolis urbanas. A su vez, junto con los trabajadores urbanos y rurales, independientes, sindicatos, gremios de economía popular, desplazados, mujeres, jóvenes, indígenas, que hacen parte de los Nuevos Movimientos Sociales NMS, se construyen redes de acción social y política cuya fuerza y dinámica se levanta desde referentes territoriales, de lugares o de sitios. Este es el ámbito y fuente desde donde las organizaciones sociales, pueden constituirse en correa de transmisión–reproducción poder popular secularizado. Redes de aprendizajes locales, regionales o nacionales con una plataforma de comunicación alternativa, enriquecida por la investigación-acción (sujetos sociales y políticos) y la educación para el desarrollo. La globalización en este sentido implica fragmentación del mundo real en multiplicidad de lugares de explotación del trabajo a destajo, cuenta propia, subcontrato, maquila, etc. y de lugares de realización (Just time), pero al mismo tiempo, genera múltiples espacios de acción social integrados por redes de poderes y micro poderes solidarios entrelazados de vecinos, víctimas del capital financiero y de las guerras, excluidos y marginados, de la violencia, etc. Este es el nuevo ámbito de la democracia participativa partera de los NMS que en el caso latinoamericano han transitado a proyectos políticos que re-sitúan a las organizaciones sociales alternativas en un escenario desafiante de imaginación e innovación política. Si el bien germina ya, es porque el neoliberalismo se está descomponiendo y no habría razón para pensar que las próximas generaciones merezcan suerte igual o peor que la actual, en la perspectiva de una práctica emancipadora. El Desarrollo Social Alternativo, DSA es por lo tanto, también un desafío ético de gobiernos y organizaciones del siglo XXI. En este sentido, para la “gente común”, las representaciones simbólicas de la globalización son invisibles, pero ciertas y además, “deseables”, como lo expresan los NMS, que logran construir el discurso y los presupuestos de un proyecto de vida que apunta a liberar al mundo del trabajo alienado. Este es el contenido de la comunicación que le da sentido estructurante a los lenguajes de experiencias compartidas. El “pensamiento alternativo” es una corriente que ha crecido como respuesta al carácter exclusivo y unilineal del discurso ideológico de la “globalización y la modernización neoliberales”, es asimilable al pensamiento crítico como estrategia epistemológica de construcción de conocimiento sobre la organicidad, complejidad dinámica y tendencias de la sociedad y el universo (cosmovisión). Es una respuesta a la idea dominante en la economía política, del mercado, como el “locus” de control del orden y ámbito de una “distribución justa” de riqueza, cercano a la lógica aristotélica para llegar a la verdad absoluta27. Según Boaventura de Sosusa se busca organizar representaciones y experiencias de resistencia y emancipación de organizaciones sociales, nuevos movimientos sociales, partidos, intelectuales e investigadores que sufren la violenta exclusión del modelo neoliberal. También como un proceso desde donde se debe escribir la memoria y tradiciones populares, para animar la acción colectiva, hacia un orden social solidario. A diferencia de otras prácticas discursivas de mayor protagonismo social, ésta se propone como una plataforma de equidad y solidaridad inter-generacional basada en la coherencia ecológica y ambienta. En palabras de

27DAVÍDOV, Vasili; La enseñanza escolar y el desarrollo psíquico, Investigación psicológica teórica y experimental, Editorial Progreso, Moscú, 1986. La lógica es el "proceso de reflejo del mundo objetivo en la conciencia del hombre y de verificación de la corrección de este reflejo por la práctica, es generada históricamente por la vida de los hombres concretos, cuando se separan de los fenómenos de la naturaleza", sus categorías son escalones y puntos focales del conocimiento de la naturaleza objetivamente existente, lo que caracteriza la conciencia del hombre que se desprende de la naturaleza objetivamente existente

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De Sousa28, hace parte de la corriente contra-hegemónica de la globalización, como ámbito dentro del cual se potencia la acción deliberante de las organizaciones y los movimientos sociales. Este paradigma en construcción es una apuesta de largo alcance, hacia la cual se emboca la misión estructurante e innovadora de las nuevas organizaciones y nuevos liderazgos sociales y políticos, basada en la investigación-acción y la educación como actividad y procesos organizados en función de construir nuevos valores y nuevos sentidos del saber y el conocimiento asociados a la recreación de la vida. Esta investigación–acción–participante surge como una estrategia sinérgica entre saberes populares y conocimiento científico como pilares de una pedagogía del desarrollo social alternativo DSA que fundamenta la educación y la comunicación (públicas) para la democracia y el desarrollo. DESARROLLO SOCIAL ALTERNATIVO SOSTENIBLE Búsqueda de un marco axiológico: del bienestar al “bien ser” y “bien tener” El hombre, en cuanto realidad en el contexto ecológico y socio histórico cultural, es constructor del tiempo y el espacio. El ser, el tener y el estar son configuraciones históricas de espacios concretos como sentidos buscados de existencia, junto con otras especies. En el hombre la socialización de estos sentidos se incorporan en la cultura. En las otras especies estos sentidos configuran las comunidades y ecosistemas. Lo común es que, biológicamente, todos somos criaturas inteligentes, como una realidad física, química, biológica, ecológica, social, sicológica, todo al mismo tiempo, creados para producir desde un principio energético de intercambios y comunicación que determinan la constante del cambio. Este cambio es condición y expresión de éxito y éste, a su vez, de adaptación. Nuestra adaptación es acelerada por la cultura, mientras que la adaptación de otras especia es lenta, genética (filogenética). En este orden de ideas, el hombre tiene una doble naturaleza creativa: de un lado, biológica y ecológicamente como organismo inteligente con capacidad auto creadora de adaptación. De otro lado, espiritual, por ser dotados de libertad para optar por la eternidad espiritual ofrecida en el sacrificio y victoria de Jesucristo en la cruz para ir más allá de lo natural y organizar el sentido trascendente de los hombres en el “bien ser”, “bien estar” y “bien tener”. Este es un ordenamiento de las necesidades que, en función del desarrollo, debe conducir a la colectividad al bienestar integral. Para esto de necesita acordar un marco axiológico, esto es, una plataforma de valores éticos para el desarrollo humano sostenible basado en los frutos del trabajo. Estos nuevos valores están en la base de una pedagogía del compromiso, como sustento de la libertad y la democracia participativa en escenarios domésticos y públicos que contribuyen a superar los efectos destructivos del modo actual de pensar y producir de los individuos, las empresas y las instituciones. Desde la perspectiva espiritual, la manera de pensar produce acciones que contaminan el corazón y la conciencia, más allá de la racionalidad con la que se producen, intercambian y consumen tanto los recursos naturales como los bienes y servicios. Las preguntas convencionales en los análisis de problemas del desarrollo tienen referentes de la economía política que aluden a la composición del producto y la distribución del ingreso. Esta visión ha llevado a una generalizada interpretación unilineal y uni-causal de los problemas haciendo borrosas las fronteras ecológicas y la base natural de la producción, que al tener un valor económico se consideran externalidades. Como consecuencia, el análisis se restringe

28 DE SOUSA Santos, Boaventura (2005). Nuestra América, Ed. Tsaser, Sao Paulo, p. 11

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sólo a los procesos de producción- distribución-consumo, dejando de lado los efectos ecológicos sociales y económicos de la extracción y el descarte deshecho. Para superar esta limitación el DSA incorpora la noción de base natural - ecológica como una categoría de análisis e investigación que permite estudiar las alteraciones ecológicas y los efectos e impactos socioeconómicos y culturales de las actividades antrópicas tomando como marco de referencia el estudio de las dinámicas ecológicas y ambientales en los procesos de extracción-producción-distribución-consumo-descarte que configura un sistema alternativo de producción (Figura 1). La coherencia ecológica y eficiencia energética de los sistemas culturales para la sostenibilidad del desarrollo La coherencia ecológica como categoría de análisis es una de las bases fundamentales del concepto de sostenibilidad del desarrollo, este concepto29 apunta a poner en evidencia la complejidad tanto de las interacciones ecológicas que determinan la fragilidad de la vida, como de los procesos de ocupación, organización, ordenamiento y apropiación del territorio en función de la disponibilidad de recursos. Estos últimos procesos han evolucionado y cambiado a lo largo de la historia conforme a los rasgos culturales de las distintas sociedades modificando el ámbito de las interacciones ecológicas, hasta transformar paisajes de manera radical con profundas consecuencias. En este sentido, la coherencia ecológica ha sido un referente consiente de las culturas traducidas en estrategias adaptativas a la naturaleza, buscando equilibrios entre las presiones ecológicas y las presiones reproductivas de la población y sus consecuencias, de modo que los excedentes están bajo y responden una distribución equitativa, como señala Harris30. Este enfoque nos permite comprender que los problemas ambientales son una constante histórica de todas las culturas, lo que cambia es la magnitud social de los impactos y menor la eficiencia energética con que hoy se produce y que es responsable de la contaminación. La aplicación del principio de coherencia ecológica implica el análisis de largo plazo de la interrelación naturaleza-cultura (naturaleza-población) mirados como desacoplamientos y acoplamientos estructurales entre los ciclos genéticos y bio-geoquímicos y las necesidades humanas en contextos socio espaciales e históricos distintos. Estos son también procesos mediados por el conocimiento generador de las revoluciones científico tecnológicas que aceleran las presiones ecológicas de estos tiempos, en vez de servir a la disminución de éstas. La coherencia ecológica de los sistemas de producción alternativos implica investigación y conocimiento en los procesos de extracción-producción-distribución-consumo-descarte (Figura 1) para ordenar, organizar y sistematizar la información disponible para productores, comercializadores, consumidores de manera que la gestión sustentable del desarrollo muestre frutos o resultados en la calidad de vida de las personas, las plantas y los animales. Y esto pueda ser llevado a indicadores de desarrollo asimilable a calidad de vida. Figura 1. Sistema de producción alternativo

29Esto significa que los propósitos orientados a la conservación ecológica, conjuga aspectos culturales, sociales y ambientales en correspondencia con las necesidades económicas del sector agrícola. Ver también Varela, 1989) aunque, en sí, es muy antiguo y constituye el trasfondo de toda la biología. La organización biológica se plasma en lo que hemos llamado estados; pasa por diversos grados o niveles en una misma clase de individuos: es el desarrollo (véase Maturana Humberto:1.999) 30HARRIS, Marvin (1986). Canibales y reyes, Ed. Alianza, Madrid, España, P. 7-21

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En América latina, Centroamérica y el Caribe numerosas experiencias de gestión ecológica agropecuaria, agroindustrial, manufacturera y servicios trabajan en objetivos de restauración y restablecimiento de la coherencia ecológica perdida, configurando prácticas de eficiencia energética exitosas intercomunicadas en redes y nodos de seguridad y autonomía alimentaria territorial, con un impacto directo en la conservación o explotación sostenible de la biodiversidad presente en ecosistemas, áreas protegidas y biomas especiales. En este marco el DSA plantea la construcción de una bioética a partir de una estrategia de eficiencia energética económica, cultural y socialmente viable. La investigación en innovaciones biotecnológicas nativas y contemporáneas o prácticas culturales ecológicas o sostenibles locales, es un comienzo. Este enfoque controvierte el uso generalizado y acrítico de biotecnologías manipuladas por empresas multinacionales, empresas locales y centros de investigación que amenazan para la biodiversidad nativa, la salud humana, vegetal y animal. El DSA promueve la construcción y ampliación de redes de educación y aprendizajes locales, regionales e interculturales para la apropiación del bio-conocimiento y las innovaciones con objetivos de incremento de la productividad y la calidad de vida. En este marco, el par productividad ecológica - eficiencia energética pueden ser condición de riqueza y ésta a su vez, ser asimilada a calidad de vida en las estrategias de desarrollo social alternativo. Se requiere entonces, de una categoría abarcativa de esta complejidad conceptual, por lo que se propone la noción de sistema cultural, como representación simbólica del complejo entramado de relaciones interactivas entre los subsistemas ecológico, social, económico-productivo, científico-tecnológico, político y simbólico presentes en el territorio (Figura 6). En este sentido, el territorio, su contenido, es leído como un sistema cultural complejo. La coherencia ecológica en los sistemas culturales sólo es una tendencia estratégica de las estrategias de adaptación, puesto que hay una fuerte carga de entropía que hace parte de los ciclos climáticos, bio-geo-químicos o alteraciones de carácter antrópico. Se reconoce así la inestabilidad como un rasgo propio de la naturaleza y de los procesos u organizaciones sociales, lo que hace necesaria una gestión eco-estratégica del desarrollo en todos los niveles y escalas (individuos, hogares, empresas, organizaciones, etc,) para no alejarse de la coherencia ecológica. También como categoría de análisis, el sistema cultural considera clave la producción cotidiana de la vida material y espiritual en tanto fuentes del conocimiento y la transformación/construcción de valores y prácticas sociales y comunitarias que recrean la vida social y natural como un todo. En este sentido, el sistema cultural depende y al mismo tiempo reproduce la biodiversidad como condición de sostenibilidad a largo plazo del desarrollo como

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calidad de vida en ámbito concretos como el territorio, el lugar o ciertos espacios construidos, organizados y apropiados por individuos, organizaciones, comunidades de todas las especies incluida, la humana. El balance de las estrategias y procesos sociales de producción debe estar dado por indicadores de eficiencia energética en la producción de alimentos como un referente o indicador de productividad destinado a fomentar cambios en los modelos de producción basados exclusiva o excluyentemente en la racionalidad del mercado y asociados al concepto de escases que argumenta el agotamiento, contaminación y calentamiento global, para encubrir la concentración monopólica y la inequidad alimentaria traducida en hambre. Este es un desafío formidable que pasa por promover una distinta manera de pensar desde la ciencia económica que plantean la eficiencia energética como “el conjunto de acciones que permiten optimizar la relación entre la cantidad de energía consumida y los productos y servicios finales obtenidos. Esto se puede lograr a través de la implementación de diversas de estrategias de gestión de las educación y la información para cambiar hábitos y costumbres con miras a una cultura y ciudadanía ambiental. Contrario al modelo de desarrollo neoliberal, para el desarrollo social alternativo el proceso de reproducción ampliada no es del capital sino del bienestar (centrado las condiciones materiales y espirituales del trabajo y los trabajadores) y las condiciones ecológicas que aseguran en el plazo inter- generacional, el desarrollo de la vida digna (saludable), base de las dotaciones iniciales de Amartya Sen, para ejercer libremente derechos económicos, sociales, políticos y culturales. La riqueza que la reproducción ampliada se plantea en este régimen de acumulación, se refiere no solo a los bienes naturales (tierra, ambiente, biodiversidad), económicos (remuneración al trabajo, ganancias y rentas), territoriales (identidades y representaciones de pertenencia), sino también de las identidades ecológico- culturales, las representaciones simbólicas y los valores morales éticos, espirituales, la organización y la producción social o colectiva, así como las reglas de equidad para la distribución de la riqueza (tierra, excedentes y conocimiento). A este conjunto de reglas y normas formales e informales, socialmente construidas por las organizaciones sociales alternativas y los NMS a escala local, territorial, regional, nacional e internacional se le denominamos nuevo régimen de acumulación. En este sentido, en el DSA, la acumulación tiene un carácter social en diferentes escalas espaciales, particularmente en lo local y regional. Es un principio de distribución socioespacial de la riqueza en función del trabajo y los trabajadores que la producen. A partir del principio de coherencia ecológica de los procesos de producción y reproducción natural de los ecosistemas y recursos, el DSA la ocupación, organización del territorio y sus recursos es una condición necesaria de seguridad y soberanía alimentaria. Distinto al enfoque convencional, el DSA reconoce en la ecología no un recurso (finito), sino un ámbito donde los grupos humanos, las comunidades, las sociedades han producido y producen la vida en relaciones interdependientes donde el hombre reproduce la vida, conjuntamente con la naturaleza, al tiempo que también es una categoría referida a la organización del hábitat. Sostenibilidad del desarrollo El DSAS es una opción teórico práctica dirigida a promover cambios culturales al mismo tiempo busca resultados tangibles y sostenibles a largo plazo más allá de la racionalidad del mercado centrado en el consumo. Como representación (teórica) de una práctica posible y viable a distintas escalas espaciales, plantea la estrategia de crecimiento con equidad basada

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en las interacciones de las demandas poblacionales con la base ecológica (Figura 2). Estos conceptos de crecimiento, equidad, base ecológica y población de la figura 2 son interdependientes y buscan representar la complejidad y carácter dinámico del DSA, en cuya interacción definen y delimitan una frontera ambiental-ecológica de producción, pero también unas afectaciones (negativas o positivas) a la base ecológica. Como se muestra en la Figura 2, los objetivos del DSAS son resultado de la interacción entre el crecimiento constante de la producción para garantizar el cumplimento de objetivos de desarrollo. La equidad. La equidad es la categoría sociocultural y ecológica fundamental que garantiza el derecho de cada persona, familia, organización o grupo poblacional a una vida digna teniendo en cuenta la diversidad ecológica la pluriculturalidad y las diferencias sociales. Su concreción requiere un tipo de Estado de derechos con poder ético, bioético y autoridad moral para producir, asignar, transferir o conservar de manera efectiva y transparente recursos tangibles e intangibles (servicios de asistencia social pública o bienes de uso colectivo, conservación de ecosistemas y servicios ambientales que éstos prestan). Figura 2. Esquema de la estrategia de DSA Es un concepto abarcativo que va más allá de la igualdad del derecho positivo, más bien lo reemplaza en cuanto considera ésta como equiparación de capacidades entre distintos y desiguales ante la ley, la sociedad y las instituciones públicas o privadas. Está asociada a la justicia distributiva en cabeza del Estado en tanto asignación de recursos o dotaciones según las necesidades de cada individuo, grupo u organización social y está emparentada con la idea aristotélica de igualdad proporcional, puesto que lo más injusto es dar a los que son diferentes y desiguales, cosas iguales Este enfoque de equidad implica subordinación de los entornos de mercado de bienes y servicios a las necesidades y capacidades de la población, a través instrumentos estatales de la regulación y estímulo de las funciones sociales de la propiedad privada o colectiva de la propiedad. El sistema de distribución y transferencias de rentas hacia la sociedad esta presidido por la equidad en términos de garantizar la capacidad de la población, comunidades y organizaciones sociales para conservar y disfrutar ecosistemas y ambientes sanos pero también productivos (servicios ambientales). Estas capacidades pueden ser auto-desarrolladas individual y colectivamente, pero también pueden ser adquiridas en las relaciones con los entornos locales, regionales, nacionales, internacionales y globales de mercado, lo que implica presencia del estado compatible con el mercado en tanto éste no limite el sentido de la equidad. En este sentido, la economía social de mercado de la mano con Estado, contribuye al desarrollo de la individualidad (no el individualismo) que requiere un principio práctico de libertad para concertar o pactar normas y reglas bioéticas en las organizaciones y entre éstas y

Objetivos de desarrollo social alternativo

Crecimiento de la

población humana

Frontera Amb. y

Ecológica de Producción

Crecimiento insostenible

de la población humana

CR

EM

IE

NT

O

EQ

UID

AD

BASE ECOLOGICA

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la sociedad con el Estado para el uso responsable de los bienes y recursos naturales en proceso de extracción-producción-distribución-consumo y descarte. Este es un paso importante para construir capacidades (culturales, económicas, sociales y políticas) de inserción a la globalización y el sistema económico internacional. La equidad es un principio fundamental de la búsqueda del bienestar material y espiritual de modo que la sociedad actual no comprometa la disponibilidad ecológica y ambiental de recursos para las generaciones futuras. En este caso, la equidad es también intergeneracional y transcultural. Lo que deben garantizar las metas de desarrollo, desde los conceptos de crecimiento y la equidad, es el aumento constante de la Frontera Ambiental (ecológica) de Posibilidades de Producción, FAPP es la equidad (Figura 2). La noción de FAPP implica el reconocimiento del proceso de artificialización de la base natural que se deriva de la extracción, producción de bienes y servicios, su distribución, consumo y descarte. Esta alteración no debe pasar el umbral ecológico como una frontera hasta donde es posible desarrollar la producción con un saldo de eficiencia energética social y económicamente costeable. Poner en práctica este concepto implica cambio o reconversión productiva hacia tecnologías limpias. El desarrollo Social alternativo como estrategia a largo plazo e intergeneracional implica disminuir la intensificación del trabajo social y las presiones sobre los ecosistemas y recursos como el agua y el suelo, de manera gradual . El crecimiento: adoptando el sentido de la ley de conservación de la energía conocida en el primer principio de la termodinámica, se considera que la biosfera es un gran ecosistema que no crece y nosotros hacemos parte de subsistemas que tampoco crecen en la cantidad total de biomasa o energía. Es decir vivimos en eco-subsistemas finitos, con bienes naturales como energía fósil, aguas, plantas, animales, minerales, etc., que lejos de crecer, se agotan. Desde esta realidad el concepto de crecimiento alude a una posibilidad en tanto crece o se aumenta la FAPP desplazando la atención del capital dinero como factor fundamental del subsistema socioeconómico, al capital natural. Desde el punto de vista de la composición del producto, el crecimiento es un resultado del éxito de las estrategias culturales de adaptación de las comunidades y sociedades que reflejan en la coherencia ecológica de los modelos productivos, estrechamente ligados a la equidad social. Surgen tres interrogantes ¿Cómo medir el crecimiento? ¿En términos monetarios? ¿Cómo monitorear y evaluar metas? ¿Son las cantidades de utilidad que se obtienen por el consumo de cantidades de bienes lo determina el desarrollo y por tanto, es necesario hacer que éstas crezcan? En primer lugar, desde el DSA lo que debe crecer es la calidad de vida de la personas, de los miembros de la empresas y organizaciones sociales, comunitarias, de las especies naturales y de los ecosistemas. En segundo lugar, es necesario hacer cuentas cuando se emprende un plan de desarrollo a cualquier escala espacial, de manera que se asignan valores económicos a los procesos, actividades y productos (resultados) desde la extracción hasta el descarte para tener una idea de lo que le cuesta a la sociedad o el precio que ésta paga por el bienestar material y espiritual. En tercer lugar, el crecimiento como expresión cuantitativa de los bienes transformados en términos de magnitudes de peso, volumen, precios y su realización en una economía social de mercado. En este caso, la composición del producto y la distribución del ingreso muestran la estructura de la producción en función de las estrategias de gestión del crecimiento en los distintos sectores (figura 2).

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En este contexto, la ciencia ecológica y económica provee herramientas de medición y valoración económica de servicios ambientales que prestan los ecosistemas y recursos naturales prestan a las comunidades rurales y urbanas, al tiempo que permiten valorar económicamente los recursos genéticos y la biodiversidad. La utilización de estos instrumentos está atravesada por principios éticos que pueden ser traducidos en normas y pactos entre los usufructuarios, beneficiarios o usuarios y el Estado. La composición del producto y la distribución del ingreso A diferentes escalas las preguntas para caracterizar la dinámica de crecimiento y los conflictos subyacentes, se refiere a la composición del producto y la distribución del ingreso, como categorías de referencia de los problemas del desarrollo. La estructura y funcionamiento del subsistema económico presenta los sectores: primario, secundario y terciario, convencionales pero gestionados social y organizadamente a través de redes físicas o electrónicas de producción. De igual manera, la composición del producto o estructura de la producción refiere a la magnitud y grado de desarrollo relativo (Figura 3). Figura 3. Estructura de la producción y la distribución en el DSA

Es importante tener en cuenta que la producción está precedida de la extracción, la cual afecta directamente la base natural. Para conseguir objetivos de DSA se requiere una gestión ecológica y ambiental (sostenible) de la extracción, producción, distribución puesto que como muestra la figura 3, toda intervención en la base natural altera positiva o negativamente sus condiciones de existencia, lo que se denomina en esta propuesta como frontera ambiental de posibilidades de producción FAPP, la cual puede disminuir o aumentar como resultado de las presiones productivas y reproductivas de todas las especies, en el DSA debe aumentar. De otra parte, se requiere la práctica de principios de solidaridad y cooperación social para conseguir la reincorporación y/o recirculación natural del descarte tanto en los procesos de extracción de materiales biológicos y minerales, como también en la producción, la distribución, el consumo y la distribución. Esto contribuye a un balance positivo entre las tasas de extracción y las tasas de regeneración natural o regeneración artificial (reforestación, agro

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forestación, re-vegetalización, etc.) aplicable al uso de recursos genéticos y de la biodiversidad para hacer sostenible el desarrollo del territorio. La distribución del ingreso. Este concepto responde a la pregunta de cómo y entre quiénes se distribuye el ingreso y los recursos. La respuesta se ubica en el conflicto entre la apropiación y concentración privada de los ingresos y la asimétrica social de la distribución. Para conseguir objetivos de desarrollo social alternativo sostenible, se requiere del Estado para equiparar capacidades y oportunidades de cada persona y familia en función de la equidad, de modo cada uno pueda percibir una renta básica suficiente para proveerse del sustento de una vida y entorno dignos para sí y sus generaciones. Para este cometido el sistema fiscal es una plataforma de organización y distribución del excedente a través de pactos por la equidad entre grandes, pequeñas y microempresas con los trabajadores y los consumidores a través del sistemas estatales y mixtos de financiamiento y transferencia de rentas hacia los trabajadores independientes considerados informales. En este sentido, las políticas públicas sociales deben incorporar los principios de equidad y solidaridad, de modo que los habitantes y las familias aseguren tanto rentas básicas, como seguridad social acorde con sus aportes a la producción nacional, regional y territorial superando el asistencialismo estatal. De otra parte, los excedentes de la actividad privada de nacionales, nativos o extranjeros se enmarca en los pactos por la equidad de manera que la responsabilidad social del capital privado (nacional o extranjero) tenga un lugar en el sistema fiscal como estímulos e incentivos a la innovación socio productiva y la contribución al desarrollo nacional, regional, local y sean los empresarios reconocidos sociablemente y en los mercados internacionales. Los mercados sociales y los precios justos derivan en tasas de ganancia rentables y equitativas que pueden utilizar el indicador de los precios justos como compensación al riesgo que asumen los empresarios locales y nacionales, también los riesgos del capital extranjero. De otra parte, en términos de recursos naturales y bienes ambientales la distribución es asumida fundamentalmente por el Estado a través de la estructura institucional y de las políticas públicas como reguladoras del ordenamiento ecológico, y ambiental del territorio, asegurando la equidad y la complementariedad en el acceso de todas las personas ciudadanas a suelos, tierras, alimentos, agua, aire y otros servicios ambientales para la recreación de la vida. Este es el marco y la base de la seguridad y la soberanía alimentaria cuyo referente es el territorio como unidad espacial de la soberanía de las naciones y referente de la identidad cultural de las comunidades y la sociedad, en general. ORGANIZACIÓN ESPACIAL Y REGULACIÓN ALTERNATIVA La organización espacial refiere a una categoría constitutiva de los procesos del desarrollo que permite mirar las dinámicas espaciales de la globalización y los procesos de acumulación. El DSA supone una organización espacial deliberadamente construida con arreglo a los fines de equidad y calidad de vida que se buscan en la producción y distribución del ingreso, el excedente y los recursos en ámbitos materiales que van desde los lugares, los espacios, los territorios hasta las regiones donde es tangible la frontera ambiental de posibilidades de producción. Esta categoría denota un proceso presidido por el carácter conflictivo de la ocupación, apropiación y organización de los territorios, espacios y lugares, donde se suceden los sucesos del desarrollo como procesos de interacción de la relación naturaleza-sociedad, al tiempo que responden a intereses diversos, individuales, colectivos, simbólicos, culturales, etc. A esta organización espacial corresponde una organización social de la producción contenedora, entre otras, de las relaciones de poder que se derivan de los distintos intereses y estrategias alrededor de los contenidos naturales (recursos, ecosistemas) del territorio. El tipo de organización socio espacial es uno de los temas estratégicos de este trabajo en tanto pone

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en cuestión la lógica del mercado y la movilidad del capital que desestructuran y desordenan el o los territorios en búsqueda de recursos para su valorización. El desafío consiste en la invención de un modo de regulación entendido como el conjunto dispositivos de normas, pactos e instituciones que dan orden y cierta coherencia de largo plazo a la organización espacial que supone un modelo productivo no lineal, sino circular que implica procesos de extracción-producción-distribución-consumo-descarte, guiados por principios de distribución con equidad.Este modo de regulación tiene un marco referencial de modelo alternativo de desarrollo apuntando a superar los efectos socialmente indeseables de la liberalización comercial y los impactos del asistencialismo estatal que inmoviliza a la colectividad. La organización espacial supone los siguientes elementos conceptuales: ― Planificación regional, ordenamiento territorial y desarrollo endógeno ― El territorio como construcción socio-histórica y paisaje cultural ― Sistema cultural ― Comunidades de desarrollo Planificación regional, ordenamiento territorial y desarrollo endógeno La experiencia de la planificación en los países de América Latina, Centroamérica y el Caribe es un dispositivo de regulación caracterizado por tres conjuntos de enfoques estratégicos: de un lado, la planeación indicativa centralizada de regímenes autoritarios que responden a la reestructuración reduccionista del Estado para garantizar la movilidad del capital a escala sectorial y espacial en un marco de privatización compulsivo, como Colombia, México, Perú, Honduras, Guatemala y otros. De otro lado, la planeación centralizada e indicativa de regímenes autoritarios socialistas como Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua. En tercer lugar, enfoques mixtos de planificación participativa regionalizada que intenta la concertación del desarrollo nacional desde las regiones y los sectores sociales, económicos y culturales, como los casos de Brasil, Ecuador, Argentina, Paraguay, Chile. Los dispositivos de planificación territorial en el desarrollo social alternativo son una herramienta de participación y la integración de la multiplicidad de espacios de acción social y como escenario de construcción permanente de legitimidad institucional necesaria para el conjunto de políticas públicas. En este sentido, uno de los pilares de la regulación en la planificación basada en el ordenamiento territorial como herramienta de participación democrática de las comunidades locales en la gestión del desarrollo en las distintas escalas nacionales. Se considera que los rasgos y las dinámicas ecológicas y ambientales se reflejan en las identidades culturales como representaciones de las visiones de desarrollo endógeno de pobladores y comunidades rurales y urbanas en las escalas nacional, regional, municipal, local, provincial, etc. La inclusión como estrategia de las políticas públicas apunta a superar la estrategia de la competitividad del neoliberalismo orientada a garantizar la movilidad del capital que termina excluyendo territorios, regiones y grupos de población al intensificar la competencia entre éstos, dejando un saldo de regiones o territorios perdedores y ganadores. La planificación, en este sentido, busca regular la movilidad y relocalización del capital transnacional garantizando la responsabilidad ambiental y social contenida en los principios de equidad socio territorial. El territorio como construcción socio-histórica y paisaje cultural: Es necesario incorporar la vida del territorio y los territorios de la vida en el análisis de nuevas visiones de región y ordenamiento territorial, en la perspectiva de los pactos por la equidad. La vida del territorio alude al reconocimiento de las condiciones ecológico-ambientales y endoculturales en que se desenvuelven comunidades rurales y urbanas, en tanto ellas determinan las características del paisaje.

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Por su parte, los territorios de la vida refieren a ámbitos espaciales socio-históricamente construidos y transformados, donde la vida tiene una expresión social referida a grupos humanos. En la tradición oral amerindia el territorio es una construcción espacial, resultado de la interacción armónica entre el hombre y la naturaleza. En el devenir de su evolución cultural, un territorio pasa por configuraciones espaciales y fronteras diferentes, no es un pedazo de tierra, es dinámico “es un trozo del espíritu de quienes lo habitan”31. Las concepciones tradicionales no reconocen la cultura que habita el territorio en convivencia con la base ecológica, se refieren a la identidad cultural como un ente del pasado, inmóvil, despojando de autonomía creativa de presente y futuro. Había hasta los años 80 una gran y generalizada tendencia en la investigación sobre la naturaleza del territorio cargado de antropocentrismo productor de la historiografía y geografía del poder. Pero afortunadamente los nuevos enfoques interdisciplinarios han iniciado rupturas desde varios frentes como la antropología cultural, la arqueología, la bioeconomía y otras disciplinas. Para leer los momentos fundacionales y las trayectorias de los procesos sociales, se propone el territorio y lo territorial como unidad básica de análisis donde es posible leer con mayor nitidez la dinámica de las relaciones de interacción naturaleza – población, mediadas por la cultura. Para la lectura del territorio, basta una mirada de la fotografía aérea o satelital, para describir las variaciones de textura y color (paisaje), en función de los gradientes altitudinales. Pero la imagen no sustituye la realidad (solo la representa), la tecnología de precisión de un Global Position Sistem (GPS) puede ser un excelente localizador de objetos del paisaje, pero es entre otros, uno mediador, entre el éste y el investigador. Se debe empezar por considerar el territorio como un sistema energético mediando por un sistema cultural. Un sistema viviente, resultado del equilibrio entre elementos de una determinada organización natural, social y cultural. En este sentido, el territorio es una unidad de vida y por tanto, también un sistema energético (figura 4) complejo.

Figura 4: Esquema energético del sistema territorial La lectura de la complejidad de lo real se asemeja al concepto de "sistema sensorial”, en tanto permite explicitar las configuraciones espaciales de las interacciones entre estructuras fÍsico-bióticas, ecológicas (geoforma), y socioculturales. Este "sistema espacial complejo" se presta para leer, las dinámicas que dan lugar al paisaje y la connotación geo-espacial de la identidad

31 PREAFÁN, Julio César (1995). Economía Kogui: Mimeo Santa Marta “Acerca de la economía tradicional indígena, (mimeo, santa Marta) y acerca de la economía tradicional indígena, Popayán, 1997. Véase también Escobar Arturo (1999), El mundo postnatural, ICAN, Bogotá, P. 291

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cultural. Como se muestra en la figura 4 el territorio es una construcción socio histórico cultural procesadora y transformadora de energía y productora de paisaje, por lo que el ordenamiento territorial es un desafío bajo la responsabilidad del estado y la sociedad, para diseñar los métodos de planificación. En este sentido, el desafío sigue estando en identificar las trayectorias espaciales de dichos cambios, en función de la cantidad de territorio que cada comunidad (biótica y social) define en sus interacciones e intercambios32

y las territorialidades que ejercen como actores, ya se trate de formaciones espaciales urbanas (ciudades) o rurales, que se comportan como una unidad vida (grafica 4), artificializada al máximo. .

El sistema cultural La gestión integral es el resultado de una visión también integral y /o sistémica. A nivel político los problemas del desarrollo son problemas de gestión que pasan por comprender las dinámicas socio históricas y culturales y la manera como el Estado y los actores sociales y políticos han regulado los procesos de apropiación, ocupación y organización en función de intereses, individuales, colectivos, etc. Figura.5 Esquema sistema cultural

Se requiere un enfoque integral del desarrollo que considere las dinámicas y procesos, como resultado de la interdependencia entre los subsistemas que la configuran y expresan el territorio, como un paisaje de alta complejidad e interacción ecológica, económica, política, social, institucional y el subsistema cultural. Desde esta perspectiva se pueden leer con mayor nitidez la diversidad ecológico-cultural y las diferenciaciones en la constitución de identidades culturales asociadas al territorio. La propuesta es el concepto de sistema cultural (figura 5), como una manera de leer el territorio como unidad cultural de vida Las lecturas del desarrollo regional desde el pensamiento y la teoría neoliberal son fragmentadoras de la realidad, por partes o compartimentos. La visión integral no es la sumatoria de partes o dimensiones (económica, ecológica, política, cultural, tecnológica, etc.). Desde allí muestran la región y/o el territorio como un recurso mas, objeto de su valoración para una competitividad incierta (sujeta a las preferencias del capital nacional o internacional). La visón integral que se proponen considera la región como un sujeto socio histórico multicultural y ecológicamente determinado, de manera que los procesos de intervención deliberadamente o no, afectan positiva o negativamente el territorio en diferentes niveles y/o en todos a la vez. 32JACOB, Francois (1988), la lógica de lo viviente. Ed. Salvat. Barcelona, pp. 300. Desde una perspectiva ecológica, la solidaridad entre los elementos de la organización hace que cada modificación introducida en un punto, ponga en cuestión el conjunto de las relaciones y produzca tarde o temprano una organización nueva. En ecología se denomina propiedades emergentes

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Es importante tener en cuenta esta consideración especialmente en el análisis de los efectos de los megaproyectos minero-energéticos agricultura comercial de tipo extensivo-extractivo, cadenas o redes y alianzas productivas, los cuales involucran vastos territorios o ecosistemas, contingentes de población y comunidades, así como recursos que desde el punto de vista ecológico terminan anulando los objetivos sociales que supuestamente persiguen, porque privan a generación jóvenes y futuras de agua, suelo, etc. Es el caso de la estrategia de la extensión de la palma de aceite, el petróleo, el gas, los macroproyectos turísticos, etc., en Colombia. El caso del papel y la intervención de las organizaciones sociales alternativas y tradicionales, las intervenciones de los programas o proyectos, ívan más allá de la mera consideración de grupos de población, sectores, comunidades en territorios diferentes. Debe considerarse que se interviene (interrumpe o potencia) y, en casos, se dialoga con identidades socio-culturales construidas en relación con el territorio. En últimas, se inducen maneras, estrategias y métodos de construcción del territorio al cual las comunidades y grupos poblacionales pertenecen. En este sentido, la organización de movimiento social o político como objetivo de las organizaciones sociales, debe pasar por la conducción hacia proyectos políticos de recuperación de regiones y territorios. La comprensión de las dinámicas de los conflictos del desarrollo (por la apropiación de los recursos y los excedentes), se plantean como conflictos de poder, que en el caso del conflicto armado, tiene expresiones regionales y territoriales que una consideración nacional no muestra. Así, la resolución política del conflicto armado y los otros conflictos por la distribución, pasa por reconocer los referentes territoriales y/o regionales de poder en disputa. En el caso del nororiente de Colombia además de los actores armados, los empresarios, las compañías multinacionales y los movimientos apolíticos, desencadenan, en su disputa por el control de los recursos del territorio (o los territorios con recursos), desplazamiento forzado, migraciones forzadas y exclusión socioeconómica (marginalidad) de millones de productores - trabajadores que no pueden entrar en esa competencia. Es en este sentido que se requiere un enfoque integral de la región, como entorno de las dinámicas previas de los proyectos e impactos que pueden generar. APUESTA TEORICO METODOLOGICA PARA LA GESTIÓN DEL DESARROLLO SOCIAL ALTERNATIVO SOSTENIBLE La construcción de la región requiere ser leída desde el o los territorios que la constituyen y configuran, como construcciones socio históricos no acabados. El territorio es el referente privilegiado de las identidades socio- culturales, en cuanto sistema y unidad de vida, sobre el cual se expresan los arraigos, como representaciones y meta-lenguajes que recrean las identidades de los pobladores. Las identidades sociales y culturales son portadoras, a menudo, de normas, pactos, arreglos, códigos, leyes que permiten la sostenibilidad a largo plazo de derechos de pertenencia y posesión. En este orden de ideas, la gestión del DSA se asocia, al menos, a cuatro componentes que involucran la participación de las comunidades, los pobladores y las organizaciones (étnicas, lingüísticas, afro-colombianas, etc.): ― Gestión Integrada del territorio como unidad de vida (desarrollo endógeno): identidad y

pertenencia; desde una perspectiva de derecho a la vida y de derecho al desarrollo; desde una perspectiva de calidad de vida

― Planificación territorial del desarrollo regional y local ― Concertación democrática y estratégica de actores para el desarrollo local ― Fortalecimiento de los elementos de identidad local y valoración del patrimonio histórico

como activo de desarrollo local

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Gestión integrada de la región y el territorio La gestión integrada implica considerar el desarrollo desde una perspectiva de protección- conservación y producción y ampliación de la frontera ambiental de posibilidades de producción (FAPP), donde de constituyen y garantizan desde el Estado los derechos, así: ― Al agua como derecho fundamental ― A la propiedad y uso de la tierra ― A la soberanía y seguridad alimentaria ― Acceso y uso del conocimiento ― A permanecer y pertenecer a un territorio (derecho de ciudadanía – colombiana) El desarrollo social alternativo se interesa por las dinámicas y las especificidades socio-espaciales y territoriales, como una estrategia para reconocer la diversidad ecológico-cultural como identidades e improntas de la región. En este sentido, la construcción de Estado Nación (hasta la mitad del siglo XX), como un proceso de disputas violentas viene a ser el colofón de los numerosos conflictos armados tanto en Colombia como en otros países latinoamericanos y centroamericanos como referentes de sucesivos regímenes autoritarios o linderos con la democracias occidentales asociados la sustitución de las identidades regionales, por pactos elitistas que terminaron en el centralismo que impide en el caso colombiano el desarrollo endógeno. Se adopta y adapta el “desarrollo endógeno”, para convocar las fuerzas locales a la construcción de región, puesto que por definición desarrollo endógeno significa que se origina o nace en el interior. Aquello que se origina en virtud de causas internas, desde adentro, tanto de la región, del corazón del territorio y de los hombres y mujeres. La construcción de la región y sus territorios implica que las comunidades, las organizaciones y los movimientos construyan una democracia participativa y decisoria en la organización, la apropiación y el uso del territorio y la región, como el caso de la región nororiental en relación con la participación de las comunidades rurales y urbanas en el aprovechamiento de los recursos naturales renovables y no renovables. Ello debe conducir a potenciar la capacidad ecológica y social para la satisfacción de las necesidades básicas y la calidad de la vida coherente con la dinámica natural del ecosistema y la reproducción ampliada de la frontera ambiental de posibilidades de producción La búsqueda y la construcción de la región, apunta que los procesos locales, regionales, nacionales, binacionales, internacionales se complementen dignificando la vida y reconstruyendo la democracia participativa. Esta aplicación del Desarrollo Endógeno tiene como propósito estratégico el cambio del carácter extractivo y expansivo del modelo agroindustrial y de agricultura comercial actual, de modo que sea capaz de transformar sus recursos naturales en bienes y servicios que multipliquen el empleo y el bienestar social, lo que garantiza la calidad de vida para las personas y el medio ambiente. Bajo el concepto de construcción social y política de la región se intervienen diversos aspectos: ― La transformación de los recursos naturales con el uso adaptación e innovación y

desarrollo de tecnologías alternativas (limpias). ― La construcción de cadenas productivas que enlacen producción-distribución y consumo en

dirección a nuevos estilos de vida y consumo. ― El aprovechamiento eficiente de la infraestructura. ― La incorporación de la población excluida y los grupos poblacionales y territorios

marginados. ― El desarrollo de nuevas formas de organización, tanto productiva como social.

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― Construcción de una red de economía popular con mini, micro y empresas asociativas y cooperativas alternativas.

― Incorporación y potenciación de las identidades territoriales y regionales para el desarrollo de las innovaciones (contrario al pensamiento neoliberal que basa la innovación en la destrucción de las tradiciones e identidades culturales)

Esta gestión integrada del territorio es una perspectiva desde el Desarrollo Endógeno que potencia la construcción de ciudadanía desde los derechos: - a medios de producción - al uso y propiedad de la tierra - a acceso a mercados (redes de producción. comercialización y consumo) - a servicios de educación ciencia y tecnología limpia - acceso al trabajo Desde esta perspectiva el desarrollo sustentable y endógeno está relacionado con la creación colectiva de riqueza y su distribución con equidad teniendo en cuenta la coherencia ecológica. El desarrollo sostenible no es una estrategia exclusiva ni de propiedad de las corporaciones internacionales que convirtieron la ecología en un recurso más; para el desarrollo social alternativo, la ecología es una categoría de análisis y el desarrollo sostenible endógeno una perspectiva inter-generacional de los pueblos y sus cultura. La construcción social del territorio incorpora principios alternativos de desarrollo sustentable33, de manera que incorpora a la población excluida, adoptando nuevos estilos de vida y de consumo. Este enfoque, por tanto, impulsa una economía popular, fundada en valores, asociativos, cooperativos y solidarios. En la economía Popular, el centro no es la ganancia, sino los hombres y las mujeres que la conforman, busca objetivos de una existencia digna de los trabajadores. El centro de esta economía es el trabajo y los trabajadores. La noción de desarrollo humano que en el DSA se incorpora, refiere a un proceso permanente de ampliación y/o universalización de las oportunidades de las personas, para hacer del desarrollo y creación de riqueza de la región y el un proceso democrático y participativo. Crecimiento y equidad constituyen dos estrategias que dependen de la consolidación de un estado social de derechos, que garantiza los derechos y condiciones del trabajado y los trabajadores de una vida digna (salud, entorno, educación, ingreso, etc.). Para que sea posible, todos deben tener la oportunidad de participar en las decisiones comunitarias y disfrutar de la libertad humana, económica y política. El desarrollo regional es un proceso en que lo social se integra a lo económico, lo social y lo ecológico, de donde es posible leer la identidad cultural. En la práctica, se busca que las estrategias de la economía popular se emboque en tres procesos básicos de integración: i. integración económica: en donde un sistema de producción específico permite a los

productores locales (y/o la comunidad), usar, eficientemente, los recursos productivos y alcanzar los niveles de productividad, social y económicamente competitivos.

ii. integración sociocultural: de los productores (organizaciones) con las instituciones locales, formando un sistema de relaciones que incorporan los valores de la sociedad al proceso de desarrollo, a través de sistemas territoriales de producción, redes de producción, comercialización, consumo y aprendizajes locales.

iii. La integración política: busca potenciar e incorporar las iniciativas de la comunidad, como parte del entorno regional y local, para construir visiones compartidas de desarrollo territorial, para impulsar el desarrollo social alternativo.

33La transformación de recursos sin comprometer las generaciones futuras: productividad ecológica. “Un desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin menoscabar las capacidades de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”.

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El desarrollo regional comprende los derechos humanos fundamentales y los DESC como objetivo estratégicos, de manera que el ser humano en su totalidad, es el centro de la ciudadanía buscando que la educación popular los capacite en: – Cohesión social y calidad de vida; para alcanzar el desarrollo personal y comunitario. – Capacidad autogestionaria para transformar sus propios recursos para producir nuevas

fuentes de empleo. – Coherencia ecológica para Interactuar con la naturaleza y la tecnología, preservar el

ambiente. – Elevar la calidad de vida Gestión integrada de la región y el territorio desde una perspectiva de calidad de vida: Derecho económicos, sociales, culturales y ambientales El desarrollo social es una perspectiva que centra la construcción integrada de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y Ambientales – Derecho al propiedad y uso de la tierra, el espacio público y medios de producción – Derecho a acceso a mercados (redes de producción. comercialización y consumo) – Derecho a servicios de salud, educación ciencia y tecnología limpia – Derecho de acceso al trabajo Estrategia de construcción social de territorio, ciudad y región Las categorías de análisis y evaluación gruesas a evaluar en el sistema y metodología de gestión deben responder a: Coherencia ecológica y seguridad alimentaria Calidad y vida digna Capacidad auto-gestionaría, solidaridad y cooperación Cohesión social y trabajo en red Democracia y equidad de género Investigación – acción - participante Los planes operativos de los programas y proyectos están orientados a generar procesos que contribuyen efectivamente a la construcción y/o apropiación del territorio, la ciudad y la región, desde la puesta en práctica de los siguientes criterios: Enfoque integral, espacial (construcción de regional, territorio, ciudad) Enfoque de derecho al desarrollo, para la superación de la marginalidad y la exclusión Educación popular e investigación-acción para la transformación Comunicación e información para hacer efectiva la democracia Organización y movilización deliberante Producción limpia, comercialización y consumo alternativos El enfoque integral, espacial (construcción de regional, territorio, ciudad), está orientado a contextualizar las acciones, actividades y procesos de la corporación hacia el conocimiento y la transformación por parte de las comunidades, actores, organizaciones y movimientos, de los territorios, la ciudad, los espacios públicos, lo territorios y la región, como referente de la dignificación de la vida y el ejercicio de los DESC. El enfoque regional del quehacer de los NMS tiene que ver con nociones del desarrollo endógeno, apuntando a potenciar y desarrollar la innovación latente en la sabiduría popular y el conocimiento. Implica reconocer las determinaciones ecológicas, sociales, culturales, económicas, políticas y simbólicas de la formación del territorio y la región, como un todo, como base de reconocimiento de la pluralidad y diversidad en que deben fundarse las estrategias democratizantes y el trabajo en red, así como la comprensión de los DESC.

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Esto implica la necesidad de un enfoque de derechos al desarrollo, para la superación de la marginalidad y la exclusión para comprender que éstas, son consecuencias de la aplicación del modelo neoliberal asociado a causas estructurales, por ello, el desarrollo social alternativo se plantea la des-marginalización y la inclusión como objetivo estratégico de los proyectos que realiza con las organizaciones y comunidades desde una perspectiva económica (empelo, crédito, gestión y políticas públicas, servicios, mercados, ciencia y tecnología, tierra, etc.) Al mismo tiempo, la marginalidad y la exclusión, son la fuente de desigualdad e inequidad en términos de derechos sociales, económicos, políticos y culturales, de modo que el enfoque de derechos apunta a un trabajo educativo integral (no compartí mentalizado o segmentado), que retoma la marginalidad y la exclusión como un problema estructural que asocia la educación, la investigación y la comunicación a conseguir objetivos estratégicos de participación efectiva en la construcción y la toma de decisiones. Por su parte, la pobreza (desde el enfoque multidimensional de Sen) está referida a los ingresos en función de la transferencia de estos para generar capacidades. Dado que el revolucionario enfoque de Amartya Sen, se asocia mas a estrategias estatales de política publica, desde organizaciones como la ONG se adopta, en enfoque de libertades y dotaciones iniciales para el ejercicio de derechos. En este sentido, la perspectiva de derechos, apunta a centrar la atención en la noción de equidad, entendida como un atributo de la igualdad (oportunidades), en el sentido de reconocimiento de derechos a la diferencia y libertad de realización de los propios proyectos y la capacidad de hacerlos. Estos últimos tres párrafos, permiten comprender la pobreza como privación, también como des-posesión (mengua de las capacidades y las dotaciones iniciales), cuando se mira la expropiación y expulsión de los desplazados por el conflicto armado o los migrañitas forzados por los macro-proyectos, pero para propósitos estratégicos de política de desarrollo social alternativo de construcción de la región, los diagnósticos de pobreza deberían ir a la marginalidad y la exclusión desde la perspectiva Comunidades de desarrollo armónico: pluralidad cultural, social y ecológica La comunidad de desarrollo un sistema cultural complejo de diversidad ecológica y ambiental y de identidades sociales y políticas dentro de unas fronteras territoriales y/o espaciales. Expresa la convivencia en la diferencia y la pluralidad como producto del aprendizaje para el bien ser, bien estar y bien tener, como finalidades del trabajo individual y colectivo. El referente material de este sistema comunitario de desarrollo es el territorio, el espacio y/o el lugar, cuya construcción es mediada por un proceso de comunicación basado en la investigación acción, en el conocimiento transformador. Ello requiere una estrategia y un sistema pedagógico, como sistematización y organización de valores, de conocimientos y saberes, dirigidos a encauzar la acción colectiva al mejoramiento progresivo de niveles de vida y alcance de bienestar integral. Estas son prácticas presididas por marcos éticos acordados y experiencias externas éticamente exitosas, generadoras del desarrollo integral de las comunidades y organizaciones sociales. La pedagogía del compromiso busca secularizar los valores como comportamientos sociales moralmente aceptables, éticamente compartibles y ecológicamente sostenibles. La pedagogía del compromiso construye actitudes democráticas y representaciones solidarias colectivas del desarrollo comunitario y asociativo. Es un proceso de aprendizaje permanente en redes locales redes locales, regionales e internacionales para la producción, comercialización y el consumo, con certificación ética. El territorio como ámbito de producción social y política, es el referente material de la comunidad de desarrollo, puesto que allí se produce y reproduce la vida como un proceso bio-social, que hace que las variaciones y los cambios sean resultado de procesos adaptativos

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lentos, acelerados o lentificados por la cultura, de acuerdo a grados diferentes de conocimiento y evolución tecnológica. Durante los últimos cincuenta años el progreso científico-tecnológico no solo ha acelerado la productividad y eliminado las restricciones espaciales, sino que ha modificado profundamente las percepciones y apropiación del futuro. Ya no importa apropiarse del presente, "gana quien tenga capacidad y conocimiento sobre el futuro", ésta es una ficción muy vendida y comprada (o sea popular), para el olvido colectivo de la angustia que causan la inseguridad, el hambre y la guerra. Si bien se ha incrementado la productividad y aumentado los inventarios mundiales de alimentos, también la extracción y bio-transformación ha sobrepasado el umbral de legalidad natural, haciendo impredecible los impactos a largo plazo de la manipulación genética sobre la calidad de la vida y la ética cultural del desarrollo humano y sostenible. Pese al auge reciente de esta perspectiva y la pertinencia de los estudios ambientales en proyectos de desarrollo, las disciplinas de las ciencias naturales, físicas y las ciencias socio-humanas, no han salido del circulo vicioso de la relación naturaleza - sociedad a-espacial y el eclecticismo de la interdisciplinariedad. Un intento por recuperar una visión espacial de las cuestiones ambientales del desarrollo puede emprenderse desde una geografía híbrida enriquecida por la antropología cultural y la teoría espacial (incluyo aquí la geografía económica de Krugman). Desde esta perspectiva el territorio adquiere una significación espacial como referente de la dinámica de identidades culturales. Debe considerarse que el territorio no es, en estricto sentido, un producto del desarrollo, este es culturalmente un concepto moderno, sobre el que los antropólogos reclaman una atención particular a estos aspectos, teniendo en cuenta algunos estudios que muestran que para la mayoría de los pueblos indígenas el término “desarrollo” no tiene una significación. Por ejemplo, para las comunidades Kogui de la Sierra Nevada de Santa Marta, el desarrollo tiene cuatro connotaciones: ― La certeza en el futuro hace innecesaria la idea de mejoramiento, la palabra o el término

“progreso” es extraña a su lengua y cultura; está relacionada con la noción de “tener” en la cultura occidental, mientras que para los Kogui “tener” interesa en cuanto es bueno referido a tener más mirada, mejor vista, mas resistencia en los pies, oídos agudos para cazar.

― Los cambios en la vida y el mejoramiento del espíritu en cuanto mantienen el equilibrio ― El cambio en lo particular, es factor de estabilidad en lo general y ― La insatisfacción de los “hermanitos menores” conducirá al cataclismo34. El territorio es una unidad espacial constituida por una o varias comunidades de vida, controladas por pueblos o grupos sociales, es el contenido del paisaje, es la forma vital en mayor o menor grado artificializada del territorio. Una unidad de vida que como un sistema complejo se relaciona con otras, configurando en algunos casos, regiones o formaciones espaciales más o menos integradas, cuyas fronteras son a veces imperceptibles. En el caso de los territorios, las fronteras (ambientales), de ciertas comunidades de animales e incluso, plantas coinciden con las posibilidades de producción y caza, en función de los ciclos biológicos y reproductivos, al tiempo que, como ocurre en algunos lugares de Norte del Brasil, los que coinciden con las fronteras ecológicas. Geográfica, ecológica, socioeconómica e históricamente es referente físico de la identidad cultural al tiempo que permite leer las diferencias entre un pueblo y otro, entre lugares o entre regiones. Como plantea Jackson, la "Identidad es social y culturalmente construida como un

34PERAFAN J. César (1995). Op. Cit, pp.291-205

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producto de fuerzas históricas y geográficas35 de una o varias comunidades o pueblos que ejercen control y poder” (territorialidad). A través de la historia de las sociedades el progreso tecnológico ha colonizado y reconfigurado las identidades culturales, ha producido un creciente proceso de fragmentación y diferenciación espacial / territorial en formas nuevas de vida, de habitar el mundo, que surgen con cierta fuerza o identidad (aparte de las formas que desconocemos en la naturaleza), configurando entramados y redes territoriales de poder36. En las formaciones espaciales modernas, surgidas de la violenta distribución del producto y los suelos, se ha identificado que dentro de las ciudades y las regiones han surgido territorios de resistencia y emancipación, en defensa de la vida y las condiciones de desarrollo, lo que lleva a prestar mayor atención al estudio de los territorios de la vida, y la lectura de las territorialidades como multiformes representaciones simbólicas y ficciones (jurídicas y culturales). Reconocido este aspecto, la lectura de la dinámica interna y sus relaciones con el entorno en términos de flujos de intercambios y transformación de energía, dicha dinámica es generadora de los límites espaciales del territorio (gráfica 5), aunque sus fronteras sean, en algunos casos, difíciles de identificar. Como sistema vital tiene un comportamiento dinámico dentro de ciertos límites, lo que configura una entropía territorial (ET), definida como una medida de desorden u organización de lo aleatorio37, como característica consistente en la capacidad de mantener y crear equilibrios dinámicos, de los cuales depende la frontera ambiental de posibilidades de producción (FAPP). Adicionalmente, esta es una función de intercambio ecológico y cultural, en cuanto en la mayoría de los casos, como se muestra en la gráfica 3, todo el territorio se ve afectado por una intervención inadecuada (un megaproyecto vial, turístico, agroindustrial, minero, etc). En este sentido, los impactos ambientales pueden desencadenar profundas mutaciones territoriales acompañado de cambios culturales de patrones de consumo, alimentación, etc. Se puede mencionar el establecimiento de la palma de aceite en el magdalena medio, que desplazó la agricultura tradicional de cultivos semi-permanente y permanentes por este tipo de cultivo comercial, comprometiendo la seguridad y autonomía alimentaria de estas comunidades. Los cultivos y consumo local de maíz, plátano, yuca, ñame, cítricos, etc., desaparecieron cambiando los patrones alimentarios con repercusiones nocivas sobre la salud. POLÍTICAS PÚBLICAS DE GESTION Y PLANIFICACIÓN TERRITORIAL Y/O REGIONAL. Dado el fracaso y efectos negativos de los modelos centralizados de planificación estatal o de mercado, se requiere un dispositivo de regulación contenedor de la equidad espacial y territorial. Este es la planificación territorial, como un modelo de gestión de doble y entrelazada vía: de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, tanto desde el punto de vista espacial de estructuras jerárquicas que van de lo nacional a lo local y territorial, como desde la organización político administrativo e institucional del estado En este sentido, la planificación territorial y/o regional reconoce en las identidades culturales una fuente de legitimidad social, organización y orden institucionalizado que hace posible a la

35JACKSON, Peter (2000). The crisis of representation and the politics environment an planting an space, pp131-134 36La combinación del análisis etnográfico e histórico, permite, como dice Arturo escobar, hacer una aproximación a la conciencia histórica del territorio (véase Joanne Rappaport Cumbe Renaciente. Una historia etnográfica andina, Ed. ICAN, Bogotá) 37La entropía es como una fuerza creadora de desorden (equilibrio dinámico), la cual en los sistemas metabólicos es contrarrestada por unas fuerzas creadoras de orden (organizadoras), que llevan todo a un equilibrio.

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sociedad reconocerse como coprotagonista del desarrollo social alternativo. Con este enfoque se busca enfrentar la tendencia a la fragmentación socio-especial y territorial que acompaña la relocalización del capital, así como la segregación y exclusión de los espacios de acción social de la economía informal en el campo y la ciudad. El concepto de inclusión socio territorial de la planificación nacional busca incorporar las identidades, las vocaciones y las estrategias regionales para hacer explícita y efectiva la participación social, comunitaria y ciudadana en pactos por la equidad y la integridad territorial. En este sentido, este tipo de planificación contribuye a fortalecer la soberanía del Estado y la ciudadanía en los territorios (lugares, espacios, regiones, ciudades, etc.) como un referente de la regulación y materialidad de lo público. En este sentido, una alternativa de regulación parte de fortalecer políticas públicas territoriales que garanticen relaciones de interdependencia e intercambios equitativos de las regiones con otras y con el mundo, sustituyendo la competitividad por el desarrollo endógeno autogestionario. La regulación debe garantizar la soberanía y autonomía alimentarias, que en términos económicos aluden a modelos o estrategias eficiencia energética, socialmente rentables y ambientalmente sostenibles promovidas y subsidiadas por las policías públicas de desarrollo agropecuario. En este merco, el crecimiento económico es gestionado a través de pactos entre Estado, capital y sociedad, a escalas sectoriales nacionales, regionales y locales para blindar tanto los derechos históricos de los trabajadores, consumidores y los productores, como el patrimonio natural en ecosistemas, especies, agua, de las prácticas monopolísticas de producción y comercialización. A su vez, se limita la racionalidad rentística y especulativa del capital para asegurar su responsabilidad social y ecológica de acuerdo a las necesidades sociales y conforme a las identidades culturales y sociales. Desde el Estado en sus niveles descentralizados la planificación participativa apunta asegurar la eficiencia y la equidad de las estrategias y proyectos a través de la auditoría empresarial, comunitaria y social de la responsabilidad ecológica y social del capital. Algunas líneas de regulación específica podrían ser las siguientes: Regulación del trabajo (relación salarial, ingreso digno y protección social a la familia) Regulación del capital financiero para democratizar el acceso como derechos, a todos los

trabajadores; micro-crédito y fondos de pensiones Normatización del principio de solidaridad y cooperación en la extracción, la producción, la

comercialización, el consumo y el reciclaje a través de redes Regulación de formas alternativas de intercambio para la construcción de mercados

sociales justos, institucionales y mixtos Regulación – protección de las relaciones de interacción con la naturaleza, para la

preservación, protección, soberanía alimentaria y la biodiversidad Planificación regional y/o territorial participativa y desarrollo endógeno Instalación de condiciones materiales (ambientales, económicas y políticas) para desarrollo

de la individualidad, la solidaridad y la cooperación en la construcción de sinergias y alianzas que aumenten la capacidad autogestionaria de las organizaciones sociales para la construcción de región y territorios

El diseño y gestión de políticas de planificación necesitan un marco de principios conceptuales orientadores de la acción y los procesos técnico-administrativos, políticos y socioculturales para conseguir efectividad en el ordenamiento y asignación-distribución de recursos y capacidades por parte del Estado. Se requiere debatir y poner práctica los siguientes principios: ― Desarrollo endógeno ― Enfoque territorial del desarrollo local

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― Sistemas territoriales de producción, saberes y redes de aprendizaje local ― Enfoque del desarrollo humano, el capital social y humano ― Estado, organizaciones sociales y el desarrollo endógeno: los proyectos regionales Desarrollo endógeno y autogestionario Este trabajo ha venido enfatizando la idea de que la globalización no es ni mucho menos un proceso homogéneo (aunque si homogenizante), por el contrario, el despliegue de este proceso tiene expresiones y dinámicas espaciales que ponen en evidencia diferentes expresiones de la globalización a destinas escalas espaciales. Coraggio en este sentido, dice que “lejos de expresar una contraposición a los procesos de globalización, el mantenimiento o incluso la amplificación de las diferencias entre lugares y sociedades aparecen como constitutivos de aquellos y .. en términos muy generales, la complejidad y el desarrollo de un sistema suponen no la homogeneización sino la diferenciación creciente”38. Dado que uno de los rasgos del neoliberalismo, como se trató en capítulos anteriores, es la desviación del sistema hacia prácticas monopólicas que agudizan la concentración del poder en pocos grupos económicos, esta intencionalidad tiene limitaciones o barreras que comunidades de desarrollo (lingüísticas, indígenas, campesinas, redes de producción y comercialización alternativas) ponen, resistiéndose a la homogenización compulsiva. Por su parte las regiones y sociedades que se insertan dentro de la lógica de la competitividad, al capital trasnacional, son víctimas de una mayor distribución inter-regional desigual del ingreso, particularmente en cuanto a la fragmentación/segmentación de los mercados laborales que califican (competitivos) por el capital transnacional y la mercantilización de los recursos naturales. Las evidencias han mostrado que ante el proceso de urbanización, por migración laboral forzosa de cientos de trabajadores del sector rural, expulsados por los agricultura comercial asociada a los biocombustibles como los casos de Colombia39 y Centro América40. En otros casos como en las regiones de Brasil, Bolivia, Argentina, Uruguay y Venezuela, los distintos modelos de inserción al capital y al comercio internacional han contribuido a la divergencia entre los ingresos de las regiones a favor de aquellas privilegiadas por la inversión estatal. En el caso de Colombia, Perú, México y los países centro americanos la inserción a partir de las políticas de competitividad, además del aumento de las divergencias de ingresos, ha llevado a una concentración socio territorial y regional de los desarrollos tecnológicos, de los modos y costos de vida y, como consecuencia a generar “mercados” de trabajo que dejan fuera de competencia o niegan el acceso a los trabajadores de zonas o territorios, supuestamente, no competitivas. Las diferencias de salarios entre regiones con trabajo calificado y menos calificado, se traduce en una mayor “informalidad” o precarización de la vida y el trabajo. De otra parte, como sostiene Coraggio, “la nueva ola de globalización o mundialización incluye también fuertes tendencias a homogeneizar y uniformar”,41 lo que es particularmente evidente

38CORAGGIO José Luis (2000). Ponencia Seminario Taller Internacional: “Cultura y desarrollo: la perspectiva regional/local”, organizado por el Instituto Andino de Artes Populares del Convenio Andrés Bello (IADAP), Quito, marzo 15-17, 2000 39Corporación de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (CPDPMM)- OPI. Esta una organización que promueve y asesora proyectos de desarrollo regional alternativos en una región cruzada por el conflicto armado y la presencia de AUC paramilitares. 40Guatemala ya sufre desnutrición, hambre y pobreza "y a ello se suma el incremento de plantaciones de granos para producir biocombustibles y no alimentos, lo que "puede acarrear una hambruna con secuela de violencia social", afirmó la presidenta de la Asociación Nacional de ONGs de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente (Asorema), Marta Pilón. La dirigente de Asorema, que aglutina a 25 entidades del ramo, afirma que empresarios han empezado a cultivar "grandes extensiones" de tierra con palma africana, soya, maíz y azúcar, pero no para alimentación sino para exportar y producir los biocombustibles, llamados "petróleo verde". (Documento de Radio la primerísima, Julio 10 de 2008 41 CORAGGIO, José Luis (2000). La gente o el capital, Ed, Espacio, Buenos Aires, Argentina, Pp 32

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en países como Chile, México y Colombia, con la fiebre de las políticas de competitividad que concentran la movilidad del capital en algunas regiones en detrimento de otras, particularmente, en lo atinente al empleo y los recursos naturales. Estas estrategias están acompañadas de paquetes legislativos de privatización de servicios sociales como la educación y la salud, así como precarización laboral, buscando dos objetivos: de un lado, la producción “in situ” (o just time), de bienes y servicios estandarizados de consumo masivo en maquila o clústeres de bienes exportables y de otro lado, la regulación abierta o flexible del capital para influir en el régimen político e imponer salarios bajos para garantizar competitividad entendía como movilidad del capital. En este caso al capital le interesan regímenes autoritarios sin importar que sean neoliberales o socialistas como Colombia o China. En este caso Saskia Sassen dice que “A pesar de que la transnacionalización y la desregulación han reducido el papel del Estado en la gobernanza de los procesos económicos, éste sigue siendo el último garante de los derechos de capitales nacionales o extranjeros. Las empresas que operan transnacionalmente quieren garantizar las funciones tradicionalmente ejercidas por el Estado nacional en el ámbito de la economía, sobre todo garantizando los derechos de propiedad y los contratos. El estado aquí puede concebirse como una técnica de la capacidad administrativa que no puede reproducirse en este momento por cualquier otro arreglo institucional, por otro lado, se trata de una capacidad militar respaldada por el poder. Pero esta garantía de los derechos del capital se inserta en un determinado tipo de Estado, una cierta concepción de los derechos del capital, y un determinado tipo de régimen jurídico internacional: Es en gran medida el estado de los países más poderosos del mundo, occidental nociones de contrato y los derechos de propiedad, y un nuevo régimen jurídico dirigidas a la mejora de la globalización económica. ... La desregulación de las principales operaciones de mercado y en el sector financiero puede considerarse como una negociación entre la nación basada en los regímenes jurídicos y la formación de un consenso entre un número creciente de los estados sobre la promoción de la economía mundial. En otras palabras, no es simplemente una cuestión de economía, el espacio se extiende más allá de un ámbito nacional. También tiene que ver con la formación y legitimación de los regímenes jurídicos transnacionales que operan en los territorios nacionales. Desde el punto de vista jurídico nacional, los campos se están cada vez más internacionalizando en algunas de las principales economías desarrolladas. El Estado sigue desempeñando un papel crucial en la producción de legalidad en torno a las nuevas formas de actividad económica”.42 El problema para superar las tendencias de inequidad y disparidades socio territoriales e inter-regionales, a favor del desarrollo es, para el caso de la mayoría de países latinoamericanos, la persistencia de regímenes políticos y de organización territorial anacrónicos, donde la descentralización político-administrativa precaria obstaculiza la posibilidad de políticas de desarrollo regional (a nivel de Estados, departamentos, provincias o municipalidades). Esta circunstancia aleja el papel activo que el Estado debería jugar para estimular el crecimiento con equidad social. Ello no es posible desde la perspectiva de los sistemas regulatorios centralizados y autoritarios, allí, en muchos casos el Estado es un obstáculo para el desarrollo de las potencialidades y capacidades de las sociedades regionales y los territorios, dado su énfasis en las políticas de competitividad “per se”. Recogiendo la idea de Sassen, junto al planteamiento del desarrollo territorial de Boissier y F. Albunquerque, la recuperación del lugar y el papel del Estado en la dirección de la economía regional, es un reto para el desarrollo social alternativo desde la perspectiva del desarrollo endógeno.

42SASKIA, Sassen (1995) El estado y la ciudad global: notas hacia una concepción del lugar centrado en la gestión pública" en Próximas la competencia y de cambio: La revista de economía política mundial, vol 1 n ª 1, verano de 1995. Véase , también de Sassen: Det global förankrat i det nationella Konsekvenser för statens roll.(On line)

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Según Boisier, para el caso venezolano los núcleos de desarrollo endógeno estaban hasta los años 2004 asociados a “Iniciativas productivas que emergen del interior de un territorio, sector económico o empresa, para aprovechar las capacidades, potencialidades y habilidades propias, con el fin de desarrollar proyectos económicos, sociales, ambientales, territoriales y tecnológicos, que permitan edificar una economía más humana, para una nueva vida económica del país".43 Otro argumento a favor del desarrollo endógeno es el de Antonio Vásquez Barquero, quien señala: “el desarrollo endógeno puede entenderse como un proceso de crecimiento económico y cambio estructural por la comunidad local utilizando el potencial de desarrollo que conduce a la mejora del nivel de vida de la población”.44 Este es un enfoque que concreta un ámbito de articulación entre lo económico y lo sociocultural, como un sistema complejo: ― El subsistema territorial de producción: Que permite a productores, empresarios y

consumidores locales el uso libre, responsable, ecológico y eficiente de los factores disponibles para construir y aprovechar el mercado local y generar excedentes exportables o intercambiables. En este caso la estrategia de planificación del desarrollo endógeno privilegia los sistemas territoriales de producción en términos de redes de productores- comercializadores distribuidores y consumidores.

― Subsistema social: Conformado por los colectivos y organizaciones y sus relaciones de

interacción cultural, económica, política y espiritual. El conjunto de organizaciones y formas de relacionamiento tanto personales como virtuales y electrónicas (redes), constituyen el tejido y paisaje del territorio y ámbito donde se producen y auto reproducen identidades y representaciones colectivas.

― El subsistema político: Conformado por los actores y sujetos con sus intereses y estrategias de poder, expresados en pactos de democracia efectiva participativa. El subsistema político en la forma territorial de poder para la concertación negociación con el poder central del estado.

El desarrollo endógeno tiene otras acepciones, como la del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social, ILPES, haciendo referencia principalmente a cuatro planos: – El político, que se caracteriza por una creciente capacidad para tomar decisiones relevantes

para las opciones de desarrollo territorial. – El económico, que hace referencia a la apropiación y reinversión de parte del excedente a

fin de diversificar la economía del territorio. – El científico-tecnológico, es decir, la capacidad interna del sistema para generar sus propios

cambios e impulsos tecnológicos. – El cultural, como una suerte de matriz generadora de la identidad socio territorial, pues es

imposible concebir los nuevos espacios de desarrollo territorial si no existe una identidad de la sociedad con su región

El enfoque territorial del desarrollo local La evolución que experimentan los usos del suelo se debe a la convergencia de tres causas: De un lado, la profundización de la urbanización que avanza sobre terrenos no siempre adecuados, con consecuencias evidentes de marginalidad y exclusión urbana y efectos ambientales severos de gran alcance social tocando la salud de la población. En este sentido, el modelo de urbanización colombiano y sus distintas expresiones están teniendo asimismo

43BOISSIER, Sergio (1993). Desarrollo regional endógeno en Chile. “Utopía o Necesidad?”, en Ambiente y desarrollo, Vol IX-2, Santiago de Chile 44VASQUEZ, Barquero Antonio (2001). Desarrollo endógeno y globalización. Revista EURE, Vol. XVV, pp. 12

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consecuencias negativas para la calidad de vida de los ciudadanos (de las que son expresión palmaria las dificultades de acceso a la vivienda, el incremento de la movilidad y el aumento de los costos de los servicios) y efectos financieros. Así mismo, la actividad económica, tal como han advertido las autoridades fiscales y monetarias tiende a problemas de localización. De otra parte, las dinámicas poblaciones asociados factores como desplazamiento forzado, el refugio y la migración forzada en Colombia, están generando procesos de fragmentación y marginalidad socio territorial en las grandes ciudades, matizando el fenómeno de metropolización con un empobrecimiento progresivo. Así, el o los territorios, se consumen en aras de la competitividad y en detrimento de la calidad de vida de la gente, pues no existen apuestas académicas. La investigación del territorio se pone al orden del día, para junto a la sociedad retome el gobierno del territorio. Se necesita capacidad de conocer para transformar los escenarios de impactos ambientales y deterioro ecológico, en espacios de vida. El gobierno del territorio, de la ciudad y del campo es responsabilidad de todos, a través de acuerdos y encuentros universidad – comunidades- empresas y actores como argumento para el debate político sobre el proyecto de región y ciudad-región a largo plazo. En este caso se debe destacar el papel de las organizaciones y movimientos sociales que pugnan por determinados espacios y/o ecosistemas amenazados por procesos de urbanización inadecuados, articulando la academia a estos movimientos para incrementar su capacidad propositiva. La nueva cultura territorial implica una estrategia de investigación, análisis y comunicación a gran escala regional que sea fuente de las políticas públicas de desarrollo urbano, desarrollo regional y desarrollo local Esta nueva cultura del territorio debe estar sustentada en los siguientes principios, criterios y prioridades45: ― El territorio es un bien no renovable, esencial y limitado:. La sociedad encuentra en él

soporte o sustento material a sus necesidades, así como referente de su identidad y cultura. Las características naturales de cada territorio y las pervivencias en él de trazos y formas que provienen del pasado le confieren singularidad y valores de diversidad. Por ello, el territorio debe ser entendido como recurso, pero también como cultura, historia, memoria colectiva, referente identitario, bien público, espacio de solidaridad y legado. La nueva cultura del territorio debe tener como primera preocupación encontrar la forma para que, en cada lugar, la colectividad pueda disfrutar de los recursos del territorio y preservar sus valores para las generaciones presentes y venideras (véase la declaración>colombiana).

― El territorio es una realidad compleja y frágil. Toda realidad territorial, todo lugar, está compuesto de múltiples elementos naturales y culturales y de sus interrelaciones, que deben ser adecuadamente considerados. Las actuaciones con gran incidencia territorial (urbanización, obras públicas, extracción de minerales, roturaciones, forestaciones, etc.) tienen habitualmente consecuencias irreversibles. Por ello, deben realizarse con conciencia de dicha complejidad y evaluando previamente las múltiples repercusiones posibles. El principio de precaución es de imprescindible aplicación a todas estas transformaciones.

― El territorio contiene valores ecológicos, culturales y patrimoniales que no pueden reducirse al precio del suelo. Estos valores sociales difíciles de medir en términos monetarios convencionales deben ser tomados sistemáticamente en consideración por las administraciones responsables de velar por sus cualidades y potencialidades. La apropiación privada de cualquier parte del territorio debe ser compatible con dichos valores; por ello, la propiedad del suelo y la vivienda debe ser ejercida con respeto de su función social, y con la asunción plena de la responsabilidad de potenciar su utilidad, su valor ambiental y su potencial paisajístico.

45Investigadores y científicos europeos e iberoamericanos hicieron una declaración sobre el territorio para poner en evidencia su importancia crucial

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― Un territorio bien gestionado constituye un activo económico de primer orden. En

efecto, la correcta gestión del proceso de urbanización permite reducir los costes de la movilidad para las personas y las empresas, contener los precios del suelo y la vivienda, así como moderar las cargas de la prestación de los servicios. Por otra parte, disponer de un entorno de calidad no sólo evita daños ambientales y de salud, sino que también confiere valor añadido a los productos y a los servicios, en particular los turísticos, básicos para la economía colombiana. La gestión sostenible del territorio es ciertamente una obligación social y ambiental, pero resulta también un apremiante imperativo económico.

― El planeamiento territorial y urbanístico es un instrumento esencial para la actuación

de los poderes públicos. Así, frente a toda veleidad desreguladora, hay que defender la importancia de la legislación, la normativa y la gestión urbanística para el buen gobierno del territorio. Ahora bien, la práctica urbanística debe dotarse de nuevos horizontes y de nuevas herramientas disciplinares y administrativas. Sólo de esta forma dará respuesta a las necesidades sociales, propiciará la coordinación política horizontal entre distintos departamentos y fomentará la concertación vertical entre administraciones y con los agentes sociales. El conjunto de administraciones competentes deben propiciar pues una revalorización del planeamiento territorial y general, suprimiendo la utilización espuria de otros instrumentos de menor alcance espacial pero con alta incidencia real, cuya aplicación abusiva ha tenido como consecuencia la urbanización masiva, desordenada e inadecuada de suelo rústico.

― El planeamiento municipal debe tener como principal objetivo facilitar el acceso a la

vivienda, el goce de los servicios y la preservación del ambiente. El planeamiento municipal es la escala básica de la práctica urbanística, pero en demasiadas ocasiones los planes locales de ordenación está sirviendo casi exclusivamente para impulsar procesos de expansión urbana. Ante esta deriva, hay que defender planes municipales de ordenación que atribuyan valores positivos a todas y cada una de las partes del término municipal, basando el crecimiento urbano en criterios ecológicos y sociales, más allá de la simple consideración de la oportunidad económica o de ocasionales negocios particulares inmediatos. En particular, debe abandonarse la concepción del suelo rústico como un espacio residual, perennemente pendiente de urbanización futura y comprender que la permanencia de suelos rústicos destinados a las prácticas agrarias se hace imprescindible por razones ambientales y ecológicas, incluso en los contextos espaciales de las mayores ciudades y aglomeraciones urbanas. La defensa del espacio abierto, como matriz territorial básica es hoy una prioridad que debe ser perseguida adecuadamente, incluso mediante procedimientos de adquisición de tierras y/o expropiación por interés social.

― El planeamiento territorial debe proveer acuerdos básicos sobre el trazado de las infraestructuras, el desarrollo de los asentamientos y el sistema de los espacios abiertos. En un territorio crecientemente integrado a la planificación municipal no puede hacer frente por si solo a las dinámicas de transformación del espacio. Por ello hoy es más necesario que nunca disponer de un planeamiento a escala territorial que coordine y vincule la planificación municipal, en pos de un nuevo modelo de urbanización, basado en el ahorro en el consumo de suelo, la convivencia de usos y la cohesión social.

El planeamiento territorial debe ser un compromiso a la vez general y suficientemente concreto, por cuyo cumplimiento y desarrollo será evaluada la actividad política de los partidos y responsables públicos que lo formulan y aprueban. Sobre las provincias, municipios y departamentos recae la gran responsabilidad de demostrar una mayor voluntad política de ordenar su territorio superando la situación creada casi exclusiva del planeamiento urbanístico. Deben aumentar su capacidad administrativa y técnica para

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realizar planes de ordenación y de hacer real el orden territorial que se propongan tener. Es imprescindible la formulación de modelos de ordenación territorial para ámbitos metropolitanos, litorales y de espacios rurales, con ciudades medias y/o espacios naturales protegidos.

― El impulso de los valores de sostenibilidad ambiental, eficiencia económica y

equidad social requiere de una nueva cultura del territorio. Para promoverla es necesario un gran acuerdo que debe tener su reflejo tanto en la actuación administrativa como en las prácticas sociales. Así, las administraciones que actúan en cada nivel territorial (local, autonómico, estatal y latinoamericano) deben revisar sus objetivos, sus normativas e instrumentos de gestión territorial para ponerlos de forma más efectiva al servicio de la colectividad. Y los ciudadanos, al mismo tiempo que reclaman el derecho de un trato equitativo en cualquier territorio, tienen también el deber ético de velar por el bienestar de las generaciones venideras.

― Territorios libres de transgénicos. los transgénicos son una amenaza comprobada a la

biodiversidad y por lo tanto a la productividad y la identidad cultural de numerosas comunidades aborígenes y campesinos de de muchos lugares.