carpeta 2 fasciculo iii

31

Upload: jamelare

Post on 13-Sep-2015

229 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

cooperadores salesianos. vocacion y mision

TRANSCRIPT

  • PLAN DE

    FORMACION INICIAL

    COOPERADORES SALESIANOS: VOCACION Y MISION

    Carpeta 2

    N

    ASOCIACION DE COOPERADORES SALESIANOS-ESPAA

  • Han colaborado en la preparacin de estos materiales Cooperadores, Delegados y Delegadas de todas las Inspectoras de Espaa. Redaccin final: Equipo Carpetas-92 Direccin del Equipo: Andreu Ibarz, Cooperador. Edicin: Jess Mairal, SDB.

    Edicin extracomercial (materiales para uso interno)

    Asociacin de Cooperadores Salesianos - Conferencia Nacional, 1993. Reservados todos los derechos.

    Esita: Secretara Ejecutiva Nacional,

    c/ Alcal, 211, of. 11. - 28028 MADRID. Composicin e impresin: M.G. Comunicacin Grfica - Madrid

  • Captulo Tercero

    COMUNIN Y COLABORACIN

  • COMUNIN Y COLABORACIN

    OBJETIVOS GENERALES

    1. Descubrir que la Comunin y la Colaboracin, en todos los mbitos y niveles, son la base de nuestra Asociacin.

    2. Potenciar las actitudes necesarias para que exista una autntica Comunin y Colaboracin en el

    seno de nuestra Asociacin y de la Familia Salesiana. METODOLOGA

    Conviene tener presente que aspectos como la Comunin no son especficos y exclusivos de la realidad de los Cooperadores Salesianos. Nos encontraremos, pues, en ms de una ocasin, con textos o referencias a la vida eclesial, ms amplia, o a la propia Familia Salesiana.

    Seguramente, en un futuro no muy lejano, esta categora y realidad -Familia Salesiana--, ser una de las claves fundamentales para justificar y redescubrir el sentido de la Comunin y Colaboracin. Con todo, se ha optado por partir de lo ms inmediato - e l Grupo y el Centro-, fundamentado en el contexto del proyecto eclesial.

    Notaremos en los Temas 1 y 2 alguna referencia a la Familia; pero, como algo especfico, lo deja-mos para el tercero. Los dos primeros temas se complementan profundamente. La teologa actual presenta con fuerza la relacin entre comunin y misin. De ah que la diferenciacin y organizacin de los contenidos que empleamos es, en realidad, metodolgica.

    El grupo y el animador tendern a identificarse con el contexto general y a profundizar en l, para ir descubriendo los aspectos propios que dan tono y color a la identidad del. Cooperador Salesiano.

    Por otra parte, ste es un tema que exige mucha concrecin y plasmacin en la vida cotidiana. Llamamos la atencin acerca de la necesidad de ese esfuerzo. UNIDADES

    Unidad la: Llamados a la fraternidad: Comunin en el seno de la Asociacin (2 sesiones). Unidad 2a: La Corresponsabilidad en la misin (2 sesiones). Unidad 3a: Participacin y comunin en la Familia Salesiana (2 sesiones).

    5

  • LLAMADOS A LA FRATERNIDAD EN EL SENO DE LA ASOCIACIN

    I. OBJETIVOS

    1. Reflexionar sobre las actitudes que se han de desarrollar para vivir la fraternidad y solidaridad en la Iglesia.

    2. Tomar conciencia de los lazos de comunin y fraternidad en el seno de la Asociacin.

    3. Revisar nuestra vida de hermandad en el Grupo y en el Centro.

    II. MOTIVACIN

    El captulo tercero del RVA nos invita a vivir en comunin y colaboracin, unos con otros, en el seno de la Familia Salesiana.

    Esta referencia es importante. Efectivamente, la fraternidad y la comunin son unos objetivos claros para la Asociacin de Cooperadores. La referencia a la Familia Salesiana, - d e la que los Co-operadores forman parte por vocacin y deseo explcito de Don Bosco, su Fundador-, constituye un reto ms amplio, aunque seguramente es, en ese contexto, dnde descubrimos la clave del ser y actuar del Cooperador.

    Con todo, en este tema haremos una referencia directa a la propia Asociacin: cmo viven sus miembros la fraternidad y la solidaridad, incluida tambin la econmica. Todo ello, como signos del sentido de pertenencia.

    En la prctica. haremos una reflexin sobre los aspectos ms significativos de los artculos 19 y 21 del RVA.

    Nuestro objetivo concreto es llevar al nimo del Cooperador lo hermoso y grande que es vivir la fraternidad en el seno de la propia Asociacin. III. METODOLOGA

    Este tema se ha de trabajar en dos sesiones. La primera puede dedicarse a la lectura de todo el texto y a responder a las tres primeras preguntas. En la segunda, compartiremos el resto de las cuestiones. Habr que insistir en la capacidad de concrecin, a la hora de reflexionar las preguntas y revisar nuestra vida cotidiana.

    IV. CONTENIDOS

    4.1. La comunidad cristiana, comunidad fraterna

    La transformacin del mundo se inicia ya en el cristiano convertido que rehace sus actitudes pro-fundas y sus relaciones con las dems personas y con las cosas, movido por un espritu nuevo que le induce a vivir como hijo de Dios en este mundo.

    La comunidad cristiana es de manera ms amplia y visible una porcin de la humanidad transfor-mada por la fuerza del Espritu. La benevolencia entre nosotros y la solicitud por los ms necesi-

    7

  • todos son la realizacin vital de los misterios que celebramos y el argumento ms convincente de las cosas que anunciamos.

    Sin un esfuerzo serio, renovado constantemente, para construir la fraternidad dentro de la Iglesia y establecer especiales relaciones de solicitud y ayuda con los necesitados y desvalidos, estara privada de fundamento y carecera de credibilidad nuestra palabra acerca de Dios y sus promesas de salvacin. Los hombres de nuestro tiempo y; de manera especial los jvenes, tienen necesidad de ver en la comunidad cristiana el signo de una vida reconciliada, justa, alegre, algo nuevo y di-ferente que les ayude a crecer en Dios y a buscar en El la autenticidad y la plenitud de sus vidas 1.

    Llegados a este punto, conviene profundizar un poco ms sobre el origen ltimo de la fraternidad

    (comunin-unidad) y su horizonte, es decir, el sentido de sta.

    Es la Iglesia una, - l a comunidad eclesial-, el sujeto de la evangelizacin; slo la Iglesia una, solidaria con los pobres, es signo del Reino de Dios y puede evangelizar a los que tienen deseos de, fraternidad y hambre de solidaridad... La Iglesia es, en Cristo, el sacramento o signo e instrumento de la ntima unin con Dios y de la unidad de todo el gnero humano... La Iglesia es el pueblo de Dios "congregado en la unidad del Padre, del Hijo y del Espritu Santo "2.

    En sntesis:

    La fraternidad se fundamenta en la experiencia de filiacin. Dios Padre nos convoca y nos

    quiere hijos.

    La fraternidad es una llamada universal (vivir como hermanos), que debe concretarse en la historia particular de cada uno.

    La fraternidad-comunin de los cristianos en el mundo tiene como objetivo la misin de dar a

    conocer y vivir el Evangelio.

    La fraternidad en los Cooperadores asume esta universalidad (amar a todos-servir a todos); pero se caracteriza por algunos aspectos. Vivimos formando un grupo, - e n general, de un Centro de Cooperadores-, que pertenece a la Asociacin y, todo ello, en la Familia Salesiana.

    4.2. Hermanos y hermanas en Don Bosco (RVA, art.19)

    Si el Cooperador es y se siente hermano de otros miembros que forman parte de los diferentes Grupos de la Familia Salesiana, con mayor razn, la fraternidad de los que forman parte, por vocacin, de la misma Asociacin es algo constitucional y, por decirlo as, hasta consanguneo... Don Bosco es reconocido como padre. Esta paternidad no slo es una bella imagen..., sino algo real. Don Bosco engendra un grupo apostlico, en razn de la vocacin salesiana, en el que sus miembros se constituyen realmente en hermanos. El sentido de pertenencia ha de llevar a sus miembros a la conviccin de ser parte viva de una comunin de personas comprometidas en una misin comn.

    En la prctica, ser hermanos y hermanas en Don Bosco significa considerar la Asociacin como propia y sentirse alentados a comprometerse seriamente en ella.

    Esto no se consigue de la noche a la maana. Ha de ser progresivo y llegar a que la expresin evanglica unidos en un slo corazn y en una sola alma marque el horizonte de un proceso, en el que:

    se consoliden las relaciones de estima y afecto de unos para con otros; se intercambien y compartan, tanto valores espirituales como ideas, experiencias, proyectos,

    alegras y penas, y la ayuda mutua, en los aspectos materiales y econmicos.

    Vivir la comunin fraterna supone asumir una actitud de autntica comunin, que es capaz de resistir la lejana fsica en la que, a veces, la propia vida nos sita. La comunin de pensamiento, afecto y oracin paliar esas circunstancias. La Comunidad cristiana, inicio de la humanidad nueva, en: CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAOLA, Testigos dei Dios vivo, 1988, nn. 57-58. 2

    8

  • CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAOLA, Los cristianos laicos, Iglesia en el mundo, 1991, nn. 19-20.

  • La Asociacin como tal, en sus diferentes mbitos, provee momentos de vida de familia: encuen-tros, jornadas, fiestas..., que alimenten la comunin y fraternidad. Todo ello sirve para conocerse, in-tercambiar experiencias, proyectos..., y sentir el crecimiento gozoso de la fraternidad, en la que se comparten hasta Ios propios bienes espirituales.

    Estos bienes se prolongan, en una autntica comunin, con los Cooperadores que han ido a la casa del Padre.

    La comunin con los Cooperadores difuntos nos sita ms all: el recuerdo perdura vivo; las per-sonas siguen unidas y el trabajo que los difuntos realizaron no desaparece con ellos, sino que lo conti-nan, con fidelidad, Ios hermanos y hermanas que an peregrinan en la tierra, pero con la proteccin de sus predecesores en el cielo.

    As pues, el gran proyecto de fraternidad de los Cooperadores ha de empezarse a construir en el grupo y en el Centro. Esto debe incidir en el mbito de las actitudes y, tambin, en los aspectos or-ganizativos. Efectivamente, los mismos Consejos Locales, los encuentros de Centro..., han de tener como finalidad ltima el crecimiento en la fraternidad y en la misin. Es necesario que los proyectos de grupo y de Centro reflejen con claridad esta aspiracin y, tambin, los medios para conseguirla. El Proyecto deber reflejar los momentos de revisin de nuestra vida de fraternidad.

    La conclusin 5.a del documento E1 Centro Local, comunidad de apstoles proclama con claridad estos mismos contenidos:

    Para los Cooperadores, el Centro no es un mecanismo ms que nos motiva y nos une. El consti-tuirnos como Centro nace de la exigencia del seguimiento de Jess de Nazaret y de la fidelidad al espritu de Don Bosco. As, la propuesta evanglica y las aspiraciones antropolgicas tienen una proyeccin y cotidianidad que nos hacen crecer y vivir..., ser Centro de Cooperadores como ver-dadero fermento en la Iglesia y en la sociedad, con vistas a nuestra propia liberacin y la de los ms necesitados.

    Ser conscientes de nuestra situacin significa, tambin, querer enriquecernos v seguir un camino de superacin que no tienen otro objeto que revivir y proponen, en el hoy, la experiencia de las primeras comunidades, tal y como se dice en el libro de los Hechos de los Apstoles (4, 32-35)3.

    3 II ENCUENTRO NACIONAL DE COOPERADORES SALESIANOS, Cooperadores Salesianos hacia e12000, Campei}o, 1985, pp. 52-53.

    9

  • 4.3. La fraternidad entendida como corresponsabilidad

    La expresin corresponsabilidad puede aplicarse a muchos mbitos y aspectos: podemos hablar de corresponsabilidad formativa, misionera, econmica... Tambin puede aplicarse en niveles diversos: podemos hablar del nivel personal (ser corresponsable con tal o cual persona), colectivo... En todo caso, la corresponsabilidad es una actitud adulta que se debe expresar y manifestar en momentos concretos de la vida del Centro y de la Asociacin.

    Una forma concreta de vivir la hermandad es ser corresponsable . Sin agotar ahora el tema de la correponsabilidad, podemos proponer unas ideas que marcan procesos y momentos importantes para la vivencia de esa corresponsabilidad:

    Hay que programar la vida del Centro. No podemos ser meros ejecutores de lo que otros han pensado y decidido. Tambin hay que ser miembros activos en el momento de la programacin.

    No basta hacer proyectos impecables... El proyecto debe hacerse vida en lo cotidiano. Cada

    cual asumir unos apartados propios; pero debe preocuparse tambin por los de los dems her-manos.

    Corresponsables en la formacin de los dems. En la dinmica del grupo y del Centro, todos

    somos formadores. La formacin va ms all de la lectura de un tema. La misma actitud frente a la vida, los valores, el dilogo, la interioridad..., se convierten en elementos de formacin recproca. Se manifiesta, tambin, en la exigencia y en el desarrollo del Plan de Formacin.

    Corresponsables en la eleccin de los animadores y dirigentes del Centro o del Consejo Tns-

    pectorial. Corresponsables en el trato afable de temas delicados y personales...

    Corresponsables en el momento de la evaluacin de cmo ha ido nuestra vivencia de her-mandad.

    Corresponsables de otros miembros de la Asociacin que viven la comn vocacin; con los otros miembros de la Familia Salesiana y de la Iglesia local y universal. Con todos ellos y en medidas diversas, pero no exentas de concrecin, el proyecto de fraternidad es un objetivo y una llamada fundamental...

    Tanto en el orden local, como en el ms general, la corresponsabilidad eclesial (en sus diversos aspectos) tiene unos fundamentos que pueden resumirse en los puntos siguientes: .

    Los laicos, por ser Iglesia y participar de la funcin proftica, sacerdotal y real de Cristo, son miembros activos y responsables, tanto de la comunin como de la misin.

    Que la comunin (unin-unidad) es orgnica, no significa uniformidad; es igualdad en la

    dignidad, pero diversidad y complementariedad de las vocaciones, los carismas y las respon-sabilidades.

    Cada uno de los miembros de la Iglesia es responsable, a su modo, y comparte la responsabi-

    lidad con los dems. Todos somos corresponsables de la vida y de la misin de la iglesia.

    10

  • 4.4. Solidaridad econmica

    Toda asociacin necesita una organizacin econmica. El propio Reglamento ofrece la frmula de financiacin: aportaciones voluntarias. Esta solucin es significativa y las razones que el texto da para justificarlas son dignas de mencin: el sentido de pertenencia a la Asociacin, el sentido de corresponsabilidad y participacin, y el sentido de solidaridad.

    Todas ellas hacen que las cuestiones econmicas que se derivan de la organizacin de la Asociacin sean asumidas por los propios asociados.

    La frmula establecida de aportaciones voluntarias pone a prueba la autenticidad de cada Cooperador, que tiene que discernir y armonizar en su propia vida lo que l entiende por pertenencia, corresponsabilidad, solidaridad... y, en definitiva, poner en juego su grado de generosidad para hacer frente a los gastos materiales concretos de la Asociacin.

    No se trata de cuotas o porcentajes... Es cuestin de identificacin. La aportacin econmica vo-luntaria es fruto concreto de algo mucho ms hondo; en nuestro caso, de esa categora, difcil de ex-plicar con palabras, que llamamos comunin. Pero no olvidemos que comunin no insina slo pertenencia, afiliacin, sino tambin, identificacin... Hay quien da como desde lejos; hay quien hace aportaciones, s, ciertamente con talones abultados, pero sin comprometerse personalmente en nada. Da de lo suyo..., pero no se da.

    En buena teologa, una asociacin no se compone de simpatizantes, sino de miembros; nadie puede ser padrino o patronizador, sino hermano.

    Por eso, formar parte de una asociacin supone una forma concreta de ser y estar en ella; es ha-ber captado una autntica eclesiologa de comunin.

    Hay dos trminos que interesa situar bien: aportacin y colecta.

    Se dan grupos que utilizan la colecta corno modalidad de financiacin... Tiene sus contrapartidas.

    La colecta contiene mucho de ritual, de significacin litrgica; es smbolo de la oblacin personal, ciertamente, y satisface, a veces, el deseo de expresar ritualmente el sentido de comunin con el grupo. Pero la aportacin voluntaria tiene en cuenta las necesidades concretas de la Asociacin, sita a las personas en la clave organizativa, les hace asumir unos proyectos concretos, en los que se hace una previsin material de las necesidades..., y stas suponen, en un determinado momento, una llamada concreta a la generosidad, por encima de ritos, ceremonias y calendarios.

    Enmarcados como estamos en un mundo materialista, el tema econmico puede ser la piedra de to-que o el termmetro que mida nuestro grado de comunin y pertenencia.

    En este artculo 21, hay un segundo aspecto que se refiere a la generosidad del propio grupo y que sita el tema econmico en un contexto universal, no solamente de Asociacin, sino tambin, de Familia Salesiana, comprometida en una misin comn. Se trata de una llamada a la solidaridad con otros hombres y con otras tierras. En estos casos, el Rector Mayor es, no solamente centro de unidad, sino referencia obligada para nuestros gestos solidarios de fraternidad universal.

    V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. Qu aspectos debernos potenciar en la Iglesia para vivir la fraternidad?

    2. Cul es nuestra comunidad cristiana concreta, en la que podemos hacer amplia y visible una porcin de humanidad transformada?

    3. Conoces a todos a todos los del grupo: nombres, contexto familiar...? En qu aspectos puedes ser corresponsable?

    4. Conoces a los miembros de otros grupos de Cooperadores de tu Centro? Te has relacionado con ellos?

    11

  • 5. Qu te gustara compartir en el grupo y en el Centro de Cooperadores?

    6. Sin la cuestin econmica, podra funcionar un grupo humano? 7. Qu entiendes por aportaciones voluntarias? Puedes ser corresponsable sin hacer alguna

    aportacin econmica?

    8. Conoces el presupuesto de tu Centro y el del Inspectora? 9. A este respecto, conoces el planteamiento econmico y de solidaridad de otros movimientos y

    asociaciones de Iglesia?

    VI. BIBLIOGRAFA

    ---- Reglamento de Vida Apostlica, 1986. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAOLA, Los cristianos laicos, Iglesia en el inundo, 1991. .- CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAOLA, Testigos del Dios vivo, 1985. 11 ENCUENTRO NACIONAL DE COOPERADORES SALESIANOS, Cooperadores Salesianos hacia el

    2000, CampeIlo 1988.

    Adelante, juntos! (E. Viganio, 1987).

    12

  • CORRESPONSABLES EN LA MISIN

    I. OBJETIVOS

    1. Tomar conciencia de que la comunin y la corresponsabilidad son la base para llevar a cabo la misin.

    2. Descubrir la complementariedad apostlica en el seno de la Asociacin, a partir de diversas si-tuaciones y circunstancias personales.

    3. Reflexionar sobre las actitudes y los medios concretos para vivir la corresponsabilidad misione-

    ra.

    II. MOTIVACIN

    Complementariedad, comunin entre los diversos miembros de la Asociacin y entre los Grupos que forman la Familia Salesiana, para qu? Para conseguir ser ms eficaces en la misin encomen-dada: la salvacin de la juventud.

    En la medida en que sumemos esfuerzos, en la medida en que cada persona haga suyo el hacer del otro, en la medida en que cada grupo haga suyo el hacer de los dems grupos..., la eficacia de todos y cada uno en la misin ser mayor.

    Esta intuicin nos viene de lejos y puede ampliarse a la totalidad de la Familia Salesiana. Efecti-vamente, ya Don Bosco funda una Congregacin (una Familia) en la que caben todos (Salesia-nos, Hijas de Mara Auxiliadora, Cooperadores...), para dar una respuesta ms completa a las ne-cesidades de los jvenes y que sta llegue a todos los mbitos posibles, y desde todas las situaciones de vida.

    Hoy como ayer, todos los Grupos que formamos la Familia Salesiana, conscientes de que lo que nos une es el carisma de Don Bosco y de que juntos nos complementamos, aportando nuestras pe-culiaridades, tenemos que encaminar todos nuestros esfuerzos de relacin, comunin y colaboracin a la misin comn: la salvacin de los jvenes.

    En cualquier deporte, por poner un ejemplo, el equipo tiene una finalidad: ganar partidos y, con ello, conseguir una buena clasificacin. Todos los miembros se sienten responsables: jugado-res, equipo tcnico, directivos y hasta... los aficionados. Todos los esfuerzos de todos y de cada uno van en esa direccin, y cada cual aporta lo especfico de su papel. Y para que todo se haga de manera ms compacta, no faltan reuniones, concentraciones... en las que se anan rentabilidades y esfuerzos.

    En la reunin de vuestro grupo, seguro que habis tenido ocasiones de programar alguna activi-dad juntos, distribuir encomiendas. Cada uno responde de ella segn su propia capacidad; y os habris sentido satisfechos por los resultados y por haber comprobado que todos habis sido corresponsables y que el xito es comn...

    En la Asociacin ocurre lo mismo. Con el objetivo claro de cumplir la misin para la cual existe, debe dar lugar a unas buenas relaciones entre los grupos, a ese programar juntos, a un revisar juntos, a un... adelante juntos!. Todos los grupos se sienten responsables de la misma misin; por lo tanto, todos deben aportar sus esfuerzos, de acuerdo con su ser y modo de ser, tanto individual como co-lectivamente, para lograr, entre todos, una verdadera eficacia en la misin comn.

    13

  • III. METODOLOGA El tema se puede dividir en dos

    apartados o momentos.

    Tngase en cuenta que los contenidos y cuestiones de este tema giran alrededor de los artculos 20 y22delRVA.

    IV. CONTENIDOS 4.1. El Cooperador Salesiano,

    corresponsable en la misin

    El Cooperador Salesiano se compromete en la misin juvenil y popular de forma fraterna y aso-ciada (R1/A, art. 3). Se siente corresponsable, pues, de la misma misin comenzada por Don Bosco y asumida por todos los Grupos de la Familia Salesiana. Lo cual le lleva a sentir vivamente la comu-nin con los dems grupos de esa Familia, aportando los valores especficos de su condicin secular y vivindola en las condiciones ordinarias de vida, inserto en la realidad de la familia, el trabajo, la sociedad y la Iglesia local.

    Por sentirse corresponsable, el Cooperador debe participar en las actividades apostlicas de la Asociacin. Actividades en las que, desde un espritu hondamente compartido por todos los grupos, cada uno aporte su vivencia y experiencia.

    El Cooperador, no slo participa, sino que debe alentar la bsqueda de iniciativas diversas, tanto a favor de actividades de inters salesiano, como de un servicio ms rico a las Iglesias locales. Todo ello, convencido de que las fuerzas dbiles, cuando estn unidas, se hacen fuertes, como repeta Don Bosco.

    As pues, el Cooperador est dispuesto a participar en esa misin, aportando los valores espe-cficos de su condicin secular y respetando, tanto su identidad y autonoma propias, como la de los dems grupos. Y lo hace, - e n los diferentes niveles y de la forma ms conveniente-, en estructuras de comunicacin y colaboracin creadas de comn acuerdo por los responsables de los diversos Grupos de la Familia Salesiana (Comisiones, Consejos, etc.).

    4.2. Complementariedad en la propia asociacin (RVA, art. 20)

    La Asociacin es depositaria y portadora de la misin salesiana y cada Cooperador es el sujeto activo de la misma. La misin es comn y ha de ser llevada a cabo por cada uno, en comunin y complementariedad.

    A nadie se le pide lo imposible; pero a cada cual se le recuerda que debe cumplir con lo que pueda. No se establecen medidas y modalidades detalladas; unas y otras se dejan a la creatividad y a la generosa disponibilidad de cada cual.

    El propio artculo 20 indica los sectores en los que cada uno ofrece su colaboracin responsable, mediante su participacin, con espritu de iniciativa:

    14

  • en las reuniones de programacin, en la ejecucin y evaluacin de las diversas actividades; en la eleccin de los dirigentes.

    Se trata de dos sectores-clave en la marcha de la Asociacin, en la que todos han de sentirse soli-

    darios y comprometidos.

    Si alguien es designado para ejercer la funcin de coordinador o responsable de sector, lo ha de hacer con un profundo sentimiento de servicio fraterno, con sentimientos de comunin y corres-ponsabilidad, con la conciencia de que son tareas diferenciadas que hay que desempear en el seno de la Asociacin y que alguien tiene que asumir, ciertamente dentro de los plazos y tiempos de un autntico espritu democrtico.

    La diversidad de los miembros de la asociacin aporta y favorece la diversidad de situaciones y tareas: hombres y mujeres; jvenes, adultos y ancianos; personas clibes o casadas, o padres de familia; laicos y miembros del clero diocesano; personas de distinta formacin acadmica; con una cultura popular o propia del mundo del trabajo; personas con responsabilidades sociales o polticas; personas sencillas, sin mayor significacin pblica; personas con buena salud o enfermas; personas de diferente raza y nacin...

    Dentro de esta diversidad de situaciones y compromisos, cada uno aporta a la Asociacin su contribucin. particular y especifica.. . , como en una gran familia donde cada uno es acogido, res-petado, reconocido y amado como hermano.

    En este marco, el propio Reglamento ofrece a la Asociacin una aportacin diferenciada y comple-mentaria de los Cooperadores: adultos, ancianos, jvenes, enfermos, miembros del clero... (cfr. art. 20.3). 43. Origen y perspectivas:

    Fundados por Don Bosco para dar respuesta a una misin

    Don Bosco sigue siendo nuestro punto de referencia. Se siente llamado por el Espritu del Seor a vivir incansablemente para salvar a la juventud. Por eso hace lo imposible por fundar una vasta asociacin apostlica, una familia espiritual, compuesta por diversos grupos y categoras, pero n-timamente unida y estructuralmente organizada.

    En el proceso de fundacin de los tres Grupos, de consagrados y seculares, se da todo un pro-ceso de crecimiento y clarificacin hacia un espritu comn y una responsabilidad apostlica comn y compartida.

    Histricamente, cada Grupo de la Familia Salesiana no puede ser visto como independiente o sepa-rado. Todos nacen y viven en un recproco y continuo intercambio de valores espirituales y apos-tlicos, logrando, de este modo, ventajas extraordinarias. A ellos, juntos, como una sola Familia, les est encomendada la preciosa herencia de Don Bosco.

    La Familia Salesiana, como movimiento espiritual, - s i todos somos dciles al Espritu Santo, viviendo y dando testimonio de la vocacin, con interioridad, con mayor fraternidad y comunin, con un dinamismo gil, con una pastoral ms dctil, con una presencia entre los jvenes atractiva y que arrastre, y con mayor influencia social...-, proclamar la autenticidad del carisma de Don Bosco, hoy y en el futuro. 4.4. El Centro de Cooperadores, un proyecto de comunicacin y misin

    La concrecin ms explcita de esa voluntad de Don Bosco para los Cooperadores la tenemos en los Centros.

    Efectivamente, el Centro es una organizacin flexible al servicio de la Asociacin y un germen, un fermento de un tipo de Iglesia, de un tipo de hombre-sociedad.

    Cada una de nuestras praxis -buenas, regulares o malas- no slo est poniendo en marcha una estructura. Cuando hacemos Centro, pensamos algo, proyectamos algo, presentamos algo, en definitiva construimos algo. Qu? Pues un modelo de Iglesia y un modelo de hombre-sociedad.

    1 5

  • El Centro no es una realidad neutra, puramente organizativa. El Centro puede llegar a convertirse en verdadera oferta, en verdadera profeca dentro de la Iglesia y la sociedad actual. El Centro es verdadero fermentol.

    El documento citado justifica cmo un Centro, mediante su ser y obrar (misin), colabora en la

    edificacin del Reino. As se expresa:

    Potenciamos una Iglesia verdadera asamblea en comunin y un hombre solidario en la sociedad ..; potenciamos una Iglesia verdadera asamblea servidora (misin) y un hombre comprometido y responsable en la sociedad...; potenciamos una Iglesia verdadera asamblea que participa y es responsable y un hombre que es participativo y asociativo en la sociedad...; potenciamos una Iglesia verdadera asamblea abierta al Espritu y un hombre dialogante en la sociedad... ; potenciamos una Iglesia verdadera asamblea universal y un hombre que es hermano y no racista en la sociedad...; potenciamos una Iglesia verdadera asamblea de jvenes y un hombre joven en la sociedad2.

    Y finaliza el apartado diciendo:

    Hoy; nosotros, y a travs de nuestra prctica cotidiana de Centro, no hacemos otra cosa que pre-figurar y configurar un modelo de Iglesia y de Sociedad. Somos fermento de algo concreto. Esta opcin diaria debe ser consciente y coherente para que sea madura y eficaz. Conviene, pues, des-cubrir la intencionalidad de nuestra vocacin a travs de la experiencia de Centro. Somos hombres y mujeres llenos de proyectos, de futuro, de utopa, que quieren llenar este presente con semillas del Reino. Slo as puede haber crtica y denuncia, construccin del Reino (tercera conclusin)3.

    Ahora bien, toda esta perspectiva deber concretarse en un documento __ el Proyecto de Centro-

    capaz de aglutinar y dirigir los esfuerzos ms importantes del Centro como fraternidad y colectivo mi-sionero. El Proyecto de Centro no es una mera programacin de actividades, ni un catlogo de normas y costumbres; es la manera de ser, de vivir y de hacer de un determinado Centro. Su finalidad es expresar lo que somos y lo que queremos ser. Por tanto, ha de servir como instrumento valioso para la revisin y la evaluacin de la maduracin y del proceso de un Centro.

    El proyecto se deber realizar desde las categoras sealadas en el tema anterior de la correspon-sabilidad (participacin, dilogo...), asumiendo un equilibrio entre los proyectos personales y de grupo, y todas aquellas realidades y urgencias que el Centro vaya descubriendo4. Y comprender diferentes apartados: integrantes y grupos del Centro, formacin, vida de Centro y Familia Salesiana... Pero, como tal, deber reflejar tambin los mbitos de compromiso apostlico de los Cooperadores de ese Centro. 4.5. Una exigencia:

    Corresponsabilidad entre los grupos de la Familia Salesiana

    La capacidad para poner de manifiesto la unidad de la misin y del espritu salesiano en la plu-ralidad de sus formas y expresiones, la creatividad y la inventiva propias de cada Grupo en beneficio de los dems, nos harn dignos de credibilidad, harn que seamos ms eficaces en el trabajo apostlico y, al mismo tiempo, ms profundos en las realizaciones personales.

    Para la colaboracin mutua y la comunin entre los diversos Grupos Salesianos, se han de tener presentes:

    la situacin concreta en la evangelizacin juvenil y popular, de acuerdo a las diversas realidades y aportaciones;

    - la relacin entre todos los grupos, en orden a una pastoral de conjunto dentro de la Iglesia;

    1 T A R R A D E L L , 3., El Centra, comunidad de apstoles., en: Cooperadores 5aiesianas hada el 2000. Campello 1988, p. 44. 2 TARRADELL. J.. O.C., pp. 44-46. ? TARRADELL, J., me., p. 46. 4 Ver comentarios sobre los proyectos en: AsOC1ACION DE. C O O P E R , W O 2 E S , Pautas para la elaboracin de los Proyectos, en: Plan de Formacin Inicial, Carpeta 0, Madrid 1992, pp. 16-17.

    16

  • los medios necesarios para una informacin y una formacin comn, con miras a la misin que se ha de realizar.

    La intercomunicacin y colaboracin no han de entenderse como dependencia de un grupo de otro.

    Cada uno, ayudado por los dems, debe reafirmar su identidad y autonoma. Cada Grupo debe aportar su forma de ver y sentir la vida -como seglares o consagrados, como jvenes o adultos, como laicos o sacerdotes, como hombres o mujeres..., que no slo debe ser respetada, sino asumida y potenciada por todos, en aras de un mutuo enriquecimiento y una mayor eficacia en la misin.

    La implicacin, la corresponsabilidad de todos los Grupos de la Familia Salesiana en la misin comn debe llegar hasta la organizacin de las estructuras de participacin (p. ej., el Consejo Pastoral de la Familia Salesiana, rgano inspectorial o local de coordinacin, animacin e impulso de los aspectos fundacionales comunes de todos los Grupos), desde las cuales se establezca un Proyecto Educativo-Pastoral comn, rganos de comunicacin, encuentros de formacin, etc., a fin de aunar los esfuerzos de todos.

    La comunin y complementariedad bien entendidas nos llevan, no slo a vivir la corresponsabili-dad cuando todos los Grupos trabajan en un mismo proyecto, sino a sentirla y vivirla en las condi-ciones particulares de vida y trabajo de cada Grupo.

    El sentir y experimentar que, entre todos, llegamos a todos los mbitos y situaciones de la vida, y que lo hacemos conforme a nuestras peculiaridades, pero todos con el mismo espritu de Don Bosco. hace que sintamos la gran riqueza que es la Familia Salesiana y, por lo tanto, vivamos tambin la corresponsabilidad en la comunin y colaboracin en su senos.

    V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. En qu sentido estoy siendo corresponsable, hoy, con la obra iniciada por Don Bosco?

    2. Hay corresponsabilidad misionera entre los miembros de nuestro Grupo y Centro? En qu la. hacemos consistir? Todos debemos hacer lo mismo y participar en el mismo proyecto de mi-sin?

    3. Cmo podemos ser corresponsables con quienes no trabajan en una obra salesiana?

    4. Entiendes el servicio a la Asociacin como una verdadera misin?

    5. La diversidad de situaciones, tareas y cualidades en la Asociacin es una riqueza? Qu pue-

    den aportar los ms jvenes? Aceptaras ser elegido Coordinador o para alguna tarea con-creta del Centro o de la Asociacin?

    6. Cmo valoras la intuicin de Don Bosco respecto a la misin, al fundar la Familia Salesiana?

    7. Cmo podemos ir viviendo, ya desde ahora, como Familia Salesiana, la comunin, la comple-

    mentariedad y la corresponsabilidad?

    VI. BIBLIOGRAFA

    ASOCIACION DE COOPERADORES SALESIANOS, Plan de Formacin Inicial, Carpeta 0,

    Madrid 1992. Reglamento de Vida Apostlica, 1986. TARRADELL, J., El Centro Local, comunidad de apstoles, en: Cooperadores Salesianos hacia

    el 2000, II Encuentro Nacional de Cooperadores SaIesianos, Campello, 1988.

    5 Junto a las citas anotadas, buena parte de las ideas de este tema han sido sintetizadas de escritos y palabras del Rector Mayor, de los documentos del Captulo General Especial de la Congregacin Salesiana y de comentarios de Antonio M.' 'Calero al RV,A.

    17

  • PARTICIPACIN Y COMUNIN EN LA FAMILIA SALESIANA

    I. OBJETIVOS

    1. Conocer los elementos que deben darse para que exista una autntica comunin y colaboracin en la Familia Salesiana.

    2. Tomar conciencia de los principios y de las opciones que tambin afectan al Cooperador Sa-

    lesiano, en cuanto miembro partcipe y activo de la Familia Salesiana.

    3. Profundizar en el conocimiento de los ministerios de comunin de la Familia Salesiana. II. MOTIVACIN

    La fuerza de la Familia Salesiana se basa en la complementariedad de los Grupos que la forman. Unos y otros se complementan formando su conjunto, aportando cada uno sus valores especficos sobre la base de vivir un mismo carisma.

    Este complementarse hace que todos los Grupos enriquezcan a los otros, hasta el punto de que todo Grupo se hace imprescindible para que los dems sean realidad. Tambin el Cooperador necesita de la Familia Salesiana, porque en ella encuentra los apoyos necesarios para reconocerse a s mismo.

    En este tema vamos a estudiar cmo es y qu exige la complementariedad de los Grupos de la Familia Salesiana. As pues, tendremos en cuenta la reflexin realizada sobre la identidad de dichos Grupos - v e r Captulo 1, tema 1 V - . Estudiaremos, tambin, cules son los elementos que deben darse para que exista una mayor comunin y colaboracin en la Familia Salesiana, y descubriremos cul es la aportacin del Cooperador Salesiano en la misma.

    Tanto la complementariedad, como la comunin y la colaboracin, no aparecen por generacin es-pontnea. Disponemos de unos ministerios con la finalidad de garantizar dicha comunin.

    La Familia Salesiana responde a una necesidad. Tiene un objetivo claro: la salvacin de los j-venes. La componen distintos grupos, con diversidad de situaciones y estados de vida. Su grandeza est en complementarse perfectamente para conseguir ese objetivo. Y necesita que cada grupo sea fiel a su ser y asuma el papel que tiene asignado. De ese modo, todos se enriquecen y sern ms fa-milia y, por lo tanto, todos juntos, sern ms fieles cumplidores de su misin. III. METODOLOGA

    Los diferentes contenidos y sugerencias para la reflexin quieren profundizar los artculos 22, 23, 24 y 25 del RVA. No obstante, consideramos oportuno, en esta ocasin, separar netamente, y en dos sesiones de trabajo o reuniones, los contenidos y sus respectivas preguntas para la maduracin del tema.

    Se propone la participacin de otros Salesianos e Hijas de Mara Auxiliadora en la primera sesin, para poder comunicar y contrastar su experiencia de Familia Salesiana.

    18

  • Primera sesin: PARTICIPACIN Y COMUNION

    IV. CONTENIDOS-1 4.1. Participar y crecer en comunin

    Don Viganb nos presenta, de esta manera, su inquietud respecto al trabajo y vivencia de Familia Salesiana.

    El Aguinaldo va dirigido a la Familia Salesiana en su totalidad, como comunin de grupos dife-rentes y complementarios. En 1987 deberemos aumentar, concretamente, nuestra mutua comunin.

    a) Juntos para conocer y dar a conocer a Don Bosco. Leer atentamente su vida y algunos de los

    escritos que mejor profundizan su personalidad. Cuanto ms tiempo pasa, ms cuenta nos damos de que su figura histrica es como un diamante con muchas facetas, an no bien conocidas en su totalidad. Ante todo, somos nosotros quienes hemos de descubrir sus valores Hus significativos, para comunicarlos luego a los dems.

    b) Juntos para vivir y dar testimonio de su espritu, de acuerdo con las modalidades propias de

    cada Grupo, en actitud de una mayor comunin recproca. El encontrarnos juntos para estu-diar el espritu de Don Bosco, es una tarea de genuina fundamentacin de la Familia y de enri-quecimiento vital.

    c) Juntos para colaborar en iniciativas comunes especialmente significativas para el Centenario.

    Adems, dado que cada Grupo tendr iniciativas propias, es conveniente que la perspectiva del juntos presida su programacin y realizacin.

    d) Juntos para aumentar la calidad y el nmero de los Laicos de la Familia.

    Esta tarea es muy importante. Hemos firmado con la Madre General un Convenio para proceder juntos, sobre todo en el re lanzamiento de la Asociacin de Cooperadores.

    Se trata de un campo en el que todava nos queda mucho por hacer, sobre todo si pensamos en los otros laicos (exalumnos y exalurnnas, amigos, colaboradores...). El ao 1987 est marcado, tambin, en la Iglesia, por una preocupacin similar. En efecto, se est preparando el Snodo de los Obispos sobre la vocacin y misin de los laicos en el Pueblo de Dios.

    Cada comunidad o Grupo deber conocer, en concreto, el Reglamento de Vida Apostlica de los Cooperadores, recientemente aprobado por la Santa Sede. Adems, tendremos que hacer algo juntos por los Exalumnos y Exalumnas, que tienen un campo especfico y actualsimo en la promocin y defensa de tantos valores culturales y pedaggicos del carisma de Don Bosco en la educacin de la juventud.

    e) Juntos para coordinar mejor los diversos proyectos de pastoral juvenil, tanto los extraordi-

    narios, lanzados con ocasin del Centenario, como muchas iniciativas locales de ayer y de ma-ana, que se pueden afianzar y cualificar en una comunin de propsitos ms inteligente. Tra-bajar mucho 'juntos" nos ofrecer la ocasin de aparecer en la Iglesia como un verdadero movimiento de misioneros de los jvenes.

    f) Juntas para superar, valiente y humildemente, ciertos prejuicios y posibles distancias que

    puedan existir entre nosotros, ya sea por defectos personales, ya por actitudes inadecuadas, por un poco de historia que olvidar, o por un sentido demasiado restringido del grupo en la Familia, o por falta de una mayor comunicacin y fraternidad en favor de nuestros comunes destinatarios 1.

    VlGAN. E., Aguinaldo 1987, en Boletn de Cooperadores Satesianos, marzo 1987.

    19

  • 4.2. La Familia Salesiana, una obra del Espritu Santo que nos compromete

    Pablo VI nos recordaba que, ya desde los aos del Vaticano II, "estamos viviendo en la Iglesia un momento privilegiado del Espritu. En todas partes se procura conocerlo mejor... Uno se siente feliz de estar bajo su mocin. Hacemos asamblea en torno a El y queremos dejarnos conducir por El".

    El Espritu Santo es, precisamente, el portador de un comienzo nuevo, de una creacin nueva, del hombre nuevo. Se presenta como quien es Seor y da la vida, y, con admirable providencia, gua el curso de los tiempos y renueva la faz de la tierra.

    Nuestra Familia Salesiana est convencida de la presencia vivificante del Espritu en los comien-zos de su vocacin; adems, ha considerado el quehacer postconciliar de los dos ltimos decenios -e n los que se han elaborado los textos fundamentales de la identidad de los tres Grupos funda-das por San Juan Bosco- como camino de docilidad al Espritu Santo, que nos ha visitado para que actualizramos y promoviramos el carisma que dio a nuestro Fundador:

    Hoy nos sentimos interpelados por el Espritu Creador a relanzar juntos un verdadero movimiento espiritual, es decir; un modo nuevo de vivir nuestra vocacin comn, que tenga sus races en una interioridad apostlica ms autntica, que prefiera una creatividad pastoral de mayor actualidad, que influya ms socialmente en la promocin de la juventud, en la evangelizacin de las culturas y de los ambientes populares, que sienta con mayor universalidad la inquietud misionera, que suscite el entusiasmo y la alegra de pertenecer a una Iglesia Catlica en dilogo ecumnico.

    En mi "Carta sobre la Familia Salesiana" (febrero de .1982), emple dos palabras -"adelante" y `juntos"-, como consigna que nos deba servir para buscar algunos objetivos de renovacin. Creo que la expresin "movimiento espiritual" interpreta muy bien aquella consigna, a la vez que sintetiza y expresa con mayor concrecin cuanto nos proponemos reavivar es decir; la vida en el Espritu para cada persona y para cada Grupo. Queremos que nuestra vocacin sea testimoniada con interioridad ms profunda, con mayor fraternidad y comunin, con dinamismo ms gil, con pastoral ms dctil, con presencia ms atrayente e implicante entre los_ jvenes, y con mayor inci-dencia social.

    Para ello es imprescindible en todos una docilidad atenta al Espritu Santo, a su presencia anima-dora y a los resultados de la visita que nos ha hecho durante la tarea de elaborar los documentos de nuestra identidad.

    No pretendemos organizarnos en formaciones compactas y rumorosas (aunque no nos desagrada el alboroto juvenil), sino que deseamos ser "fabricantes" competentes de un tejido de autenticidad cristiana en el mbito concreto, aunque modesto, de nuestras presencias locales, que, por lo de-ms, son numerosas y se hallan en todos los continentes.

    La Familia Salesiana, presentada como "movimiento espiritual ", proclamar, de esa forma, la actualidad del carisma de Don Bosco, hoy y en el futuro. Un verdadero carisma se caracteriza - como dice el documento "Mutuae relationes"- por "verificar constantemente su fidelidad al Se-or, su docilidad al Espritu, su atencin inteligente a las circunstancias y su mirada penetran-temente dirigida a los signos de los tiempos, su voluntad de insercin en la Iglesia, su conciencia de la propia subordinacin a la sagrada jerarqua, su audacia en las iniciativas, su constancia en la entrega, su humildad en sobrellevar los contratiempos".

    Don Bosco estimulaba a todo Cooperador y Cooperadora a ser verdaderamente catlicos de fe

    convencida y vivida, valientes y emprendedores. "No temis - a f i rma - . Dios est con la Iglesia todos los das hasta el fin de los siglos. Les toca a los malos temblar delante de los buenos, y no a los buenos hacerlo delante de los malos. Combatamos con el Papa por la causa de la Iglesia, que es la causa de Dios. Animo! Trabajemos de corazn. Dios sabr pagarnos como buen patrn. La eternidad ser lo suficientemente larga para descansar"?.

    2 VIGANO, E., tia Asociacin de Cooperadores Salesianos, Editorial CCS. Madrid 1986, pp. 38-40.

    20

  • 4.3. Elementos que deben darse para una mayor comunin en el seno de la Familia Salesiana

    Como en toda familia, se deben cuidar los lazos de unin, se debe fomentar una relacin basada en la

    simpata, la sencillez, la cercana, la familiaridad, el conocimiento mutuo, la confianza, la alegra, la amabilidad, la paciencia, el dilogo... Rasgos, todos ellos, que definen el estilo salesiano.

    Por eso, hemos de fomentar y participar en momentos que puedan facilitar dicha relacin: en-cuentros, jornadas de convivencia y reflexin, fiestas, rganos de programacin...

    Nuestros lazos van ms all. Nos une la misin. Todos nuestros esfuerzos irn encaminados a ser fieles a la misma. De ah que dediquemos todo un apartado a esta cuestin.

    4.4. El proyecto de Familia Salesiana en la zona, un reto para el futuro

    Ya hemos visto que la llamada a construir y ser Familia Salesiana tiene muchas vertientes. Nos parece oportuno analizar, un poco ms, el aspecto de su sentido misionero.

    La Iglesia manifiesta su capacidad misionera:

    Convocando a los creyentes, a fin de que crezcan juntos (comunin). Unificando, en torno a la primaca de la evangelizacin, la riqueza y multiplicidad de los caris-

    mas (anuncio). Favoreciendo la profundidad del conocimiento del misterio cristiano (catequesis). Haciendo transparentar en las celebraciones la presencia operante de Dios (celebracin). Ayudando a los fieles a dar, cada vez con mayor claridad, la primaca a la vida en el Espritu

    (testimonio). Expresando y desplegando un amplio servicio (servicio). Di_fimdiendo, con originalidad evanglica, la Buena Noticia (compromiso). ---- Acogiendo la demanda o peticin de un sentido ulterior o trascendente (profeca)3.

    Por otra parte, los ltimos Captulos y Asambleas Generales nos impulsan a caminar hacia un trabajo de conjunto por parte de todas las ramas de la Familia Salesiana presentes en una zona o am-biente.

    La nueva sensibilidad ante la solidaridad, nos impulsa. a asumirla como "camino nuevo", en el compromiso de colaborar en la educacin de los jvenes, en la Iglesia y en la Familia Salesiana (CG XIX FMA, 60).

    3 Ideas y consideraciones extractadas y sintetizadas de: DICASTERIO DE PASTORAL JUVENIL, Comunidad Salesiana en la zona. Presencia y

    misin, CCS-CNS de PJ, Serie Vector, n. 9, Madrid 1986, pp. 51-52.

    21

  • La constatacin de que la educacin la debernos realizar "juntos", requiere una experiencia de compartir ms consciente y competentemente. En primer lugar, nos debemos abrir a la cola-boracin con los Salesianos, los Cooperadores, los Antiguos Alumnos, para llevar a cabo un proyecto comn de educacin de los jvenes y las jvenes, segn el Sistema Preventivo (ibdem, 61).

    (Toda comunidad) debe adquirir la aptitud de revisarse y de proyectar continuamente el signi-ficado juvenil de la obra y su capacidad de dialogar con la realidad circundante y con las insti-tuciones sociales y educativas del barrio y de la ciudad (CG 23 SDB, 226; y, tambin, 229-230; cfr. RVA 16,1).

    Dondequiera que trabajemos, realizamos la comunidad educativo pastoral... Construir la co-munidad educativo-pastoral significa lograr implicar directamente a todos sus miembros y ha-cerlos corresponsables de la experiencia educativa y de la formacin cristiana (ibdem, 232).

    El trabajo que nos propongamos como Familia en una zona determinada, deber contar con las si-

    guientes bases o principios:

    El quehacer pastoral, hoy, es fruto de toda una comunidad y en favor de toda la comunidad humana y eclesial.

    La zona no es slo el lugar geogrfico donde anunciar el Evangelio, sino tambin una me-diacin histrica, a travs de la cual la intervencin salvfica de Dios llega a los hombres de hoy, respondiendo a sus esperanzas y posibilidades de liberacin y salvacin.

    La atencin a la zona comporta un tipo de pastoral general, y juvenil, en particular, que

    afronta retos inditos y supone actitudes nuevas, especialmente si, por vocacin, somos agentes populares y juveniles: desarrollar una evangelizacin que se convierta en comunin y cultura, y construir una convivencia humana abierta al anuncio del Evangelio4.

    Por otra parte, la misin que realicemos como Familia en una zona determinada, deber caracte-

    rizarse por las siguientes opciones:

    Opcin comunitaria-familiar (colaborativa): tener presentes a todos los miembros de la Fa-milia, sus tareas, sus realizaciones, sus posibilidades...

    Opcin educativa: hacer de la educacin y de todos sus campos (familia, tiempo libre, escue-la,...) un camino para proponer la fe y crecer en ella. Aplicar el Sistema Preventivo como meto-dologa.

    Opcin por una correcta laicidad: reconocer la autonoma, las exigencias y bondad de ciertas realidades seculares (aceptar y respetar las leyes civiles; participar en el dilogo en la vida p-blica; atencin a los campos culturales y temas humanos; valoracin del trabajo y de la profe-sin...)

    Opcin popular: prioridad por unas clases determinadas, buscando las vas y medios adecua-dos.

    Opcin integradora: aprovechar la riqueza de mbitos de trabajo (oratorios, aulas-taller, es-cuelas, centros juveniles, parroquias, Comunidades, Centros de Cooperadores...) y de misin, desde un proyecto que acente los mismos objetivos y respete las diferentes peculiaridades.

    Opcin crtica: que parta de la realidad concreta de la zona y de las personas que la conocen (preocupaciones, necesidades, esperanzas...); capaz de revisar los objetivos, medios y estrate-gias utilizados por parte de todos5.

    V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    I. Qu aspectos de la realidad Familia Salesiana consideras ms significativos y atractivos? Por qu?

    4 DICASTERIO DE PASTORAL JUVENIL. o.c., p. 5 3 . 5 Para ampliar, ver D ASTERIO DE PASTORAL JUVENIL, o.c., pp. 5 7 y ss.

    22

  • 2. Personal y brevemente, cmo vives lo especfico de la vocacin de Cooperador Salesiano en el contexto de la Iglesia y de la Familia Salesiana?

    3. Sientes la necesidad de los dems Grupos para vivir tu vocacin salesiana? 4. Qu podramos hacer, en nuestra zona, para que los diversos Grupos locales de la Familia

    Salesiana se conociesen ms? Qu acciones se podran emprender conjuntamente, en el mbito local, en orden a la misin comn?

    VI. BIBLIOGRAFA

    AUBRY, J. Y COLABORADORES, La Famiglia Salesiana di Don Bosco, Dicastero per la Famiglia Salesiana, Roma 1988. DICASTERIO DE PASTORAL JUVENIL-ROMA, Comunidad salesiana en la zona. Presencia y misin, Editorial CCS, Serie Vector, n. 9, Madrid 1986.

    Reglamento de Vida Apostlica, Madrid 1986. VIGAN, E., Aguinaldo 1987, en Boletn de Cooperadores Salesianos, marzo 1987. VtGAN, E., La Asociacin de Cooperadores Salesianos, Editorial CCS, Madrid 1986.

    23

  • Segunda sesin: MINISTERIOS Y SERVICIOS DE COMUNIN

    IV. CONTENIDOS-2

    4.5. Ministerios y servicios de comunin en la Asociacin de Cooperadores 4.5. L El Ministerio del Rector Mayor

    El RVA hace notables y frecuentes referencias a la figura del Rector Mayor, hasta llegar a afirmar en el art. 23: El Rector Mayor de la Sociedad de San Francisco de Sales es el sucesor de Don Bosco. Por voluntad explcita del Fundador, es el Superior de la Asociacin y ejerce en ella las funciones de Moderador Supremo.

    Esta frase es el eco de la disposicin que dej establecida Don Bosco, segn la cual el Rector Mayor de la Congregacin Salesiana es, a la vez, el Superior de esta Asociacin (RDB V, 3). Estas pa-labras han sido tomadas completamente en serio por los siete sucesores del Fundador, desde 1888 hasta nuestros das.

    Cada uno de ellos, segn las circunstancias, eI momento histrico, las posibilidades concretas y sus cualidades personales, ha mostrado una seria responsabilidad en este campo, que se ha concretado, sobre todo, en la orientacin formativa y organizativa de la Asociacin, siempre en orden a una fide-lidad creciente al pensamiento del Fundador.

    Son numerosos los documentos que los distintos Rectores Mayores han preparado para asegurar la formacin Salesiana de los miembros de la Asociacin, como igualmente numerosos son los congresos, nacionales e internacionales, celebrados a lo largo de estos cien aos de vida de la Asociacin. 1-Ie aqu la lista de los Rectores Mayores, con los aos de su rectorado:

    -----Miguel Rua (1888-1910) Pablo Albera (1910-1921) Felipe Rinaldi (1922-1931) Pedro Ricaldone (1932-1951) Renato Ziggiotti (1952-1965) Luis Ricceri (1965-1978) Egidio Vigan (1978-....)

    Con todos ellos y con sus colaboradores, la Asociacin tiene contrada una gran deuda de gratitud.

    Por eso queremos recordar aqu sus nombres, ya que casi todos han ido marcando etapas sealadas en nuestra historia.

    En trminos generales, toda Asociacin ha de clarificar la identidad, cuidar con esmero la con-vivencia y potenciar decididamente la tarea o misin que ha de cumplir. Estos tres aspectos constitu-yen las columnas bsicas en que asentarse y la fuerza impulsora de su desarrollo.

    El papel del Rector Mayor en la Asociacin de Cooperadores tiene como funcin garantizar y favorecer la identidad, la convivencia y la misin. En el art. 23 del RVA se dice claramente que el Rector Mayor:

    garantiza la fidelidad al Proyecto del Fundador (identidad); cuida la unidad interna de la Asociacin y su comunin con la Familia Salesiana (convi-

    vencia); ---- coordina las iniciativas de apostolado... (misin).

    Ms all de los impulsos de independencia, la persona humana comprende, -cuando se integra de

    mente y corazn en una Asociacin-.--, que la animacin y el gobierno -ejercidos por personas con-cretas- son necesarios.

    24

  • Las fuerzas dispersas no logran nada y las manos unidas lo pueden todo, segn el dicho popular:

    Que los montes se hacen llanos, cuando son muchas las manos y uno solo el ideal. Forjar esta uni-

  • dad, en el proyecto-ideal salesiano, es responsabilidad de todos, no cabe duda; pero, de manera espe-cial, se le ha encomendado al Rector Mayor, centro de unidad de toda la Familia Salesiana y lugar de convergencia para todos.

    De ah la importancia de comprender a fondo el ministerio especifico del Rector Mayor en cuanto a su potestad de animacin y gobierno.

    4.5.2. El hecho y su fundamento

    He aqu los textos del RVA en los que se establece que el Rector Mayor es el "superior de la Aso-ciacin" y el porqu:

    Textos:

    Art. 6,1: Unidos a la Congregacin Salesiana, bajo la autoridad del Rector Mayor.

    Art. 23: El Rector Mayor..., por voluntad explcita del Fundador, es el superior de la Asociacin y ejerce en ella las funciones de moderador supremo.

    Art. 48,6: Las directrices de la Consulta Mundial slo entran en vigor despus de ser aprobadas por

    el Rector Mayor.

    Fundamentos:

    Sin duda, este ser "superior" en sentido jurdico hunde sus races en el ser carismtico de la fi-gura del Rector Mayor; en cuanto sucesor de San Juan Bosco: la funcin jurdica y la realizacin operativa de la radical realidad carismtica6.

    El RVA da, expresamente, una sola y nica razn: Por voluntad explcita del Fundador. En efecto, as lo dej determinado Don Bosco en el Reglamento de la Asociacin (RDB V, 3).

    No es aventurado imaginar las motivaciones que movieron a Don Bosco. stas hacen referencia directa a las funciones que el Rector Mayor desempea en la Asociacin.

    Funciones:

    El mismo art. 23 y, en parte, el 24, detallan las funciones del Rector Mayor. Son cuatro:

    v MIDAU, M., Con Don Bosco, hoy, Editorial CCS, Madrid 1975, p. 294.

    25

  • Garantizar la fidelidad al Proyecto del Fundador, en sus contenidos de misin y espritu sale-siano.

    Promover el crecimiento cualitativo y numrico de la Asociacin, estimulando oportunamente

    a los mismos Cooperadores.

    Cuidar la unidad interna de la Asociacin, teniendo en'cuenta que sta tiene y posee una di-mensin mundial.

    Cuidar la comunin y colaboracin con los dems Grupos de la Familia Salesiana.

    4.5.3. Otros ministerios y su relacin con el Rector Mayor y

    con la dinmica de la Asociacin de Cooperadores El Consejero General para la Familia Salesiana:

    El Consejero General para la Familia Salesiana no tiene autoridad jurdica personal sobre los Co-

    operadores y slo acta en nombre del Rector Mayor.

    No obstante, su misin es de extraordinaria importancia en la promocin de la unidad interna de la Asociacin y en el fomento de la comunin y colaboracin con los dems Grupos de la Familia Sale-siana (art. 23.1). La Consulta Mundial:

    No es un rgano de gobierno colegial, como lo son los Consejos Locales y el Consejo Inspectorial. Es

    un rgano de asesoramiento directo al Rector Mayor para el gobierno de la Asociacin, en su dimensin mundial, atendiendo al doble objeto de animar y coordinar las iniciativas de formacin y de apostolado.

    Es evidente que la Consulta Mundial desempea una funcin muy singular e irreemplazable, por ofrecer al Rector Mayor la voz directa de los Cooperadores de las diversas Regiones del mundo. El Inspector Salesiano (en su relacin con los CC. SS.):

    Es significativo que, en el RVA, no haya un artculo especfico dedicado al Inspector, aunque en di-

    versos lugares se hable de l. No obstante, su funcin, en ciertos casos, es decisiva.

    El texto ms destacado acerca del Inspector es el del prrafo 3 del art. 23. Seala claramente que los Inspectores hacen presente, localmente, el ministerio del Rector Mayor, conforme a lo dispuesto en el Reglamento (cfr. tambin el art. 42, 2). Pero precisa muy bien aadiendo: en el mbito de sus responsabilidades especficas.

    El Inspector no es un superior de los Cooperadores en su Inspectora, aunque posee ciertos ele-mentos de autoridad jurdica, como se reconoce en el propio RVA. Esos elementos jurdicos se refieren, sobre todo, a lo relacionado con los Salesianos y las obras de la Congregacin, que s dependen de l. Vemoslo:

    el consentimiento para la ereccin de un nuevo Centro (art. 45, 2); el nombramiento de los Delegados (art. 46, 2); la aprobacin de los Inspectores interesados para el caso de la constitucin de Conferencias

    Nacionales o Regionales (art. 47, 1).

    En cambio, el Inspector personifica la responsabilidad que la Congregacin tiene en cada Ins-pectora, por mandato del Fundador, respecto a los Cooperadores; se trata de una responsabilidad es-pecial de animacin, de gua y de promocin (art. 42, 2), no de gobierno...

    En concreto, ejerce su cometido, sobre todo designando para los Centros de Cooperadores Delega-dos preparados (art. 46) y estimulando a las Comunidades Salesianas a que asuman seriamente los compromisos para con los Cooperadores, sealados en sus propios Reglamentos Generales (arts. 36 y 38).

    26

  • - El Director y la Comunidad Salesiana:

    Don Bosco deseaba que las relaciones entre Salesianos y Cooperadores se desarrollaran en un clima de confianza fraterna y recproca7. Y, en este ambiente de familia, los Cooperadores esperan de las Comunidades Salesianas que asuman plenamente los compromisos que enumera el art. 24, 1 del RVA, que recoge, de un modo ms suave, lo dispuesto por el art. 38 de los Reglamentos de los Salesianos, segn el cual toda Comunidad se siente implicada en el deber de:

    sostener e incrementar la Asociacin; contribuir a la formacin de sus miembros; dar a conocer y promover se proyecto de vida.

    Las Constituciones de las Salesianos son ms taxativas y contundentes, afirmando claramente que ha

    de ser preocupacin de toda comunidad dar a conocer y promover esta vocacin, sobre todo entre los jvenes ms comprometidos y los colaboradores seglares.

    Es oportuno recordar que, ms all de estas necesarias y serias precisiones de orden jurdico, con-viene comprender el significado profundamente salesiano de la figura del Rector Mayor como superior. La paternidad, que el Fundador dej en preciosa herencia a sus sucesores, da a la auto-ridad del Rector Mayor un "rostro salesiano caracterstico", hecho de suavidad y bondad, y hace, adems, que la suya sea esencialmente una fimcin vital que transmite, alienta y defiende la misin y el espritu de Don Bosco8.

    El Rector Mayor ejerce su ministerio de forma tan participativa, que logra movilizar a toda la Congregacin Salesiana en el compromiso de animacin de la Asociacin de Cooperadores. Los Ins-pectores, los Directores y la Comunidades han de sentirse mediadores de la paternidad de Don Bosco, que se encarna en cada Rector Mayor.

    En este contexto, es lgico que los Cooperadores hablen de vnculos especiales con la Congrega-cin Salesiana y que, en el RVA, declaren que es firme voluntad de los Cooperadores conservar y desarrollar las relaciones que los unen a la Congregacin Salesiana. En particular; tienen para el Rector Mayor sentimientos de sincero afecto y de fidelidad a sus orientaciones (art. 24, 2). 4.5.3. Convenio entre los Salesianos y las Hijas de Mara Auxiliadora

    para la animacin de los Cooperadores Salesianos

    por su importancia e incidencia en la animacin de la vida y accin de los Cooperadores, de los Centros y de las demarcaciones inspectoriales, reproducimos aqu, a modo de apndice, el texto del Convenio firmado por ambos Superiores Generales.

    EL RECTOR MAYOR DE LOS SALESIANOS, sac. Egidio Vigan,

    Y LA SUPERIORA GENERAL DE LAS HIJAS DE MARA AUXILIADORA, Madre Marinella Castagno,

    Considerando que la ASOCIACIN DE LOS COOPERADORES SALESIANOS ha sido aprobada en la Iglesia por la Sede Apostlica como Asociacin pblica de Fieles y (que) participa del patrimonio espirinutl de la Sociedad de San Francisco de Sales (RVA 6.1: cfr. CIC 303).

    y teniendo presente que la Asociacin de Cooperadores es uno de los grupos de la Familia Salesiona; ,v que, con la Sociedad de San Francisco de Sales, el Instituto de las Hijas de Mara Auxiliadora..., es portadora de la comm vocacin salesiana ' corresponsable de la vitalidad del proyecto de Don Bosco en el mundo (RVA 5):

    7 Para ampliar esta reflexin. se puede consultar: A u B R Y , 7., Cooperatori Sulesiani, 'anida di /errara del RVA, Roma 1987, pp. 76-80. L'Ispettore Salesiano, Editrice SUB, Roma 1987, nn. 342-343. El Director Salesiano, Editorial CCS, Madrid 1987, nn. 187-194.

    N M m D A L I , M., Con Don Bosco, hoy, Editorial CCS, Madrid 1975, p. 295.

    27

  • visto el art. 25,1 del Reglamento de Vida Apostlica de la ASOCIACIN DE COOPERADORES SALESIANOS, que dice: Lazos especiales unen a los Cooperadores con las Hijas de Mara Auxiliadora, que, mediante sus Delegadas, animan los Centros establecidos en sus obras. Esta animacin, anloga a la de los Delegados Salesianos, se regula por un Convenio estipulado entre el Rector Mayor y la Madre General de las Hijas de Mara Auxiliadora,

    CONVIENEN

    cuanto sigue: Art. 1.1. Con el respeto debido a sus propias Constituciones y Reglamentos, los Salesianos y las Hijas de Mara

    Auxiliadora, conscientes de su responsabilidad, se obligan a observar el Reglamento de Vida Apostlica de la Asociacin de Cooperadores Salesianos, en lo que es de su respectiva competencia y dentro de los lmites impuestos por el Reglamento mismo.

    1.2. En cumplimiento de este compromiso, mantendrn relaciones especiales con los Consejos Locales e Ins-

    pectoriales de Cooperadores, que tienen que dirigir colegialmente la Asociacin en esos niveles (RVA 43,1). Adems, como para organizar los Centros Locales, la Asociacin toma como base la estructura de la Inspectora de los Salesianos (RVA 42, E), se reconoce en el Inspector al que hace presente el ministerio del Rector Mayor en los servicios de animacin, de gua y de promocin (RVA 23,3 y 42,2).

    Art. 2. La fusin de un Centro Local, constituido en una obra de las FMA, con un Centro Local, constituido en una

    obra de los SDB, o viceversa, requiere el consentimiento del Inspector y de la Inspectora competen-tes, y se lleva a cabo con un acto colegial del Consejo Inspectorial, por decreto del Coordinador del mismo Consejo, odos los respectivos Consejos Locales. El nuevo Centro sucede en las obligaciones econmicas, activas y pasivas, a los dos Centros anteriores, salvo disposicin en contrario en el decreto de fusin.

    Art. 3.1. Cuando se suprima una obra de los SDB o de las FMA, en la que est constituido un Centro Local, ste

    puede ser trasladado a una obra cercana de los SDB o de las FMA, donde no exista ya otro Centro, obser-vando las formalidades del RVA 45,2 y odo el Consejo Local del Centro que ha de trasladarse.

    3.2. Si no es posible el traslado, el Centro Local puede permanecer como independiente, mantenidas las mis-mas

    condiciones, previo consentimiento escrito del Obispo diocesano.

    Art. 4. Salvo en el caso de fusin de que se trata en el art. 2, un Centro Local puede ser suprimido, o por s mismo, o por supresin de la obra de los SDB o de la FMA en que estuviese constituido, por motivos justos, as estimados por el Consejo Inspectorial, y previo consentimiento del Inspector, o de la Inspectora, si se trata de una obra de las FMA, teniendo en cuenta las condiciones previstas por el RVA, art. 45,2; cuando se suprime un Centro Local independiente, es necesario que el Consejo oiga el parecer del Obispo de la Dicesis. Los bienes temporales de los Centros suprimidos, comprendidas las obligaciones econmicas, activas y pasivas, pasan al Consejo Inspectorial, salvo disposicin contraria del decreto de supresin.

    Art. 5. Los Delegados Locales no sacerdotes se empeen, en lo posible, por tener en el propio Centro un sacerdote

    salesiano que se encargue, de acuerdo con el Inspector, de los momentos fuertes de oracin y discerni-miento, y de la vida sacramental-litrgica de los Cooperadores. Este sacerdote, que, circunstancialmente, puede no ser salesiano, no forma parte del Consejo Local, ni le compete ninguna responsabilidad organi-zativa.

    Art. 6. Cuando los Centros Locales estn constituidos en obras de los SDB o de las FMA, muy cercanas entre s, es

    sumamente oportuno que se establezcan, de comn acuerdo, relaciones de entendimiento y colaboracin entre los Consejos Locales, respetando la autonoma propia de cada Centro y salva la competencia superior del Consejo Inspectorial.

    Art. 7. El Consejo Inspectorial de Cooperadores, de acuerdo con el Inspector salesiano y las Inspectoras FMA

    competentes, determine cules son los Centros Locales. constituidos en obras de las FMA, que pertenecen a su propia estructura inspectorial, habida cuenta de todas las circunstancias, especialmente la situacin geogrfica, en lo concerniente a la realidad de las Inspectoras de las FMA y de las estructuras diocesanas. En caso de duda o controversia, se debe recurrir a la Consulta Mundial.

    28

  • Art. 8. En la estructura inspectorial que agrupe Centros constituidos en obras de la FMA de varias Inspectoras, se fomente, en cuanto sea posible, una pastoral de conjunto y la organizacin de iniciativas comunes, sobre todo en el campo de la formacin. En la realizacin de actividades, se tenga en cuenta la necesaria so-lidaridad y participacin en la pastoral diocesana, a norma del RVA 18,2.

    Art. 9. Los Inspectores SDB y las Inspectoras FMA, en el mbito de sus respectivas competencias, tienen que

    nombrar, sin retraso injustificado, a los Delegados o Delegadas de cada Centro Local o de la estructura inspectorial, a norma del RVA 46,2.

    Art. 10. Si, en el mbito de la propia Inspectora, las FMA actan en Consejos Inspectoriales de Cooperadores dis-

    tintos, la Delegada Inspectorial es miembro de derecho de cada uno de ellos. Es competencia, tambin, de la Delegada Inspectorial visitar los Centros constituidos en las obra de las FMA.

    Art. 11.1. El Delegado Inspectorial desempee sus funciones de animacin y responsabilidad de la formacin Salesiana

    apostlica con todos los Centros de la estructura inspectorial para la que ha sido nombrado; por esta finalidad, es muy conveniente que sea sacerdote salesiano.

    11.2. En el cumplimiento de sus funciones, proceda de comn acuerdo con la Delegada Inspectorial de las FMA,

    para lograr un trabajo apostlico fecundo y con miras a una pastoral de conjunto.

    11.3. De acuerdo con la inspectora competente y la Delegada Inspectorial de las FMA, visita los Centros cons-tituidos en las obras de las FMA, con el fin de conservar y desarrollar las relaciones (RVA 24,2) que unen a los Cooperadores con la Congregacin Salesiana.

    Art. 12. Las relaciones de colaboracin y corresponsabilidad entre SDB y FMA, en lo concerniente a la Asociacin

    de Cooperadores Salesianos en el mbito internacional, sean estudiadas, peridicamente y de comn acuerdo, por el Consejero para la Familia Salesiana (cfr. Const. SDB, art. 137) y la Vicaria General (cfr. Const. FMA, art.126). A este fin, ambos podrn valerse de la colaboracin de expertos.

    Art. 13. Entre los cinco miembros de propia designacin, que menciona el RVA, art. 48,1, el Rector Mayor nombrar a una Hija de Mara Auxiliadora para la Consulta Mundial de los Cooperadores Salesianos, previa presentacin de la Superiora General de las FMA.

    Art. 14. El Rector Mayor de los SDB y la Superiora General de las FMA disponen la actuacin de este Convenio y

    resolvern, de comn acuerdo, toda duda o controversia que pueda surgir al respecto.

    Roma, 16 de Agosto de 1986

    yac. Egidio Vigan Madre Marinella Castagno, Rector Mayor Superiora General

    V. PARA LA REFLEXIN Y EL DILOGO

    1. Inspectorial y localmente, ,cmo son las relaciones de animacin y comunin entre Cooperado-res y Salesianos e Hijas de Mara Auxiliadora?

    2. En la prctica, cmo vivimos las orientaciones del Rector Mayor?

    3. Qu importancia damos al Boletn Salesiano y dems rganos de comunicacin de la Aso-ciacin y de la Familia Salesiana?

    4. Qu sensibilidad tenemos respecto a los rganos y mecanismos de animacin de la Familia. Salesiana?

    29

  • VI. BIBLIOGRAFA

    AUBRY, J., Cooperatori Salesiani. Guida di lettura del RVA, Roma 1987. --- Constituciones FMA, 1983. Constituciones SDB, 1985. CONSULTA MUNDIAL, Reglamento de Vida Apostlica. Comentario oficial, Asociacin de Co-

    operadores Salesianos, Madrid 1993. El Director Salesiano, Editorial CCS, Madrid 1987. L'Ispettore Salesiano, Editrice SDB, Roma 1987. .- M~UALI, M., Con Don Bosco, hoy; Editorial CCS, Madrid 1.975. Reglamento de Vida Apostlica, 1986.

    Todo empez aqu!

    30