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Carteles de ferias, fiestas y exposiciones Veintiocho carteles diferentes: del número 142 al 172 Memoria de la seducción: carteles del siglo XIX en la Biblioteca Nacional Del 11 de septiembre al 3 de noviembre de 2002 Exposición organizada por: Biblioteca Nacional de España Comisario: Raúl Eguizábal Maza

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Carteles de ferias, fiestas y exposicionesVeintiocho carteles diferentes: del número 142 al 172

Memoria de la seducción: carteles del siglo XIX en la Biblioteca Nacional Del 11 de septiembre al 3 de noviembre de 2002

Exposición organizada por: Biblioteca Nacional de España

Comisario: Raúl Eguizábal Maza

Memoria de la seducción / EXPOSICIÓN

Carteles de ferias, fiestas y exposiciones

© Biblioteca Nacional de España

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4 . - C A RT E L E S D E F E R I A S , F I E S TA S Y E X P O S I C I O N E S

Veintiocho carteles diferentes:del número 142 al 172

Elementos constitutivosNo hay una unidad en los encabezamientos. Unos destacan la institución

convocante (“Ayuntamiento Constitucional de Cádiz” “AyuntamientoConstitucional de Madrid”, etc.). Otros destacan el propio acontecimiento: “Fiestasdel Corpus”, “Feria de Medina del Campo”, “Semana Santa. Feria de Abril”, etc.

En toda caso, a continuación viene el detalle del programa. Y como cierre,el nombre y cargo de las autoridades convocantes.

Visualmente, además del empleo, en los titulares, de letras decoradas, unelemento que se repite es el del escudo de la ciudad donde se celebra el aconte-cimiento. Son frecuentes las orlas, guirnaldas y otros elementos ornamentales yel uso de tintas de diferentes colores. Contienen ilustraciones los carteles 148,149, 150, 151, 153, 155, 156 159, 162, 163, 164, 165, 166 y 171; aunqueocupan un espacio restringido en algunos casos. Los carteles 157 y 158 son dospequeños carteles de mano que reproducen (uno en negro y otro en color) elmismo motivo del 156.

En cuanto a los carteles de exposiciones, el 145 es un cartel tipográfico endos tintas. Tipográfico, aunque acompañado de un emblema en forma de estrellade cinco puntas sobre un círculo, y con mayor riqueza en los tipos de letras es elreferido a la Exposición Nacional de Flores y Aves (168). El 169, un cartel fran-cés, presenta mayor interés tanto por la variedad de caracteres, sombreados o enrelieve en ocasiones, el empleo de ornamentos tipográficos, plano y escudo de lavilla; todo él a dos tintas.

IconografíaAunque no todos los carteles recurren a la ilustración, es uno de los géne-

ros más ricos iconográficamente con elementos que representan a las ciudades o

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al país, como escudos y banderas o empleando el símbolo nacional de los coloresen la tipografía (153 y 155) o en una cartela en forma de pergamino (165). Tienensu presencia también otros iconos: el paje del cartel 159, el caballero abanderadodel 149, que buscan indicar la honda raigambre y la nobleza de las villas y de losfestejos. Los angelotes del cartel 151, así como el ángel armado de trompeta ybandera nacional del 148, parecen querer proporcionar al mensaje un sentidotrascendente. Y hasta la representación de algunos elementos arquitectónicos,como en el cartel 149 (aparece la Alhambra) o en el 165 (catedral y ayuntamien-to de Pamplona) se utilizan como elementos figurados. Tampoco faltan las inevi-tables referencias taurinas, por ejemplo en el 151 o, con mayor protagonismo, enel 165, 171, 164, 162 y 163.

Podemos así agruparlos en varias clases:— Aquellos elementos que representan a las localidades: como escudos, banderas

y monumentos.— Aquellos elementos que representan el carácter festivo: las corridas de toros y otros.— Aquellos que representan la feria: la muestra de ganados del cartel 166 o los

pabellones de exposición en el Retiro del cartel 155.— Aquellos de tipo alegórico: coronas, angelotes, etc..— Aquellos otros, finalmente, de carácter histórico: como las estampas del cartel

156.

EstiloAunque la modalidad de ilustración se sitúa en la característica de la época,

varios de estos carteles muestran un regusto barroco que se manifiesta en lo suntuo-so y decorado de ellos.

Especialmente grandilocuente es el 156 con sus escenas históricas y “hagio-gráficas” que insisten en una iconografía que se ha repetido posteriormente (lascarabelas surcando el mar, el “sublime” momento en que Colón toma posesión delas tierras descubiertas, etc.) y que han contribuido a crear cierta imaginería popu-lar. Aunque su estilo directo y narrativo, el propio hecho de presentar las escenasenmarcadas, para darles mayor énfasis, la calidad de la litografía (obra del tallerde Portabella) le hacen poseer indudable mérito y encanto.

En la mayor parte de los casos, el atractivo o al menos la espectacularidaddel cartel la proporciona su riqueza tipográfica en tamaños, familias y colores, másque las convencionales ilustraciones. Aquellos dominantemente taurinos, como

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el 162 ó el 171, presentan el doble atractivo de la ilustración y la rica tipografíaque recurre a cartelas colores, tamaños, tipos y adornos variados.

Existe también claro paralelismo en la forma de componer el cartel —en elcaso de los dominantemente ilustrados— con los carteles litográficos taurinos, nonecesariamente porque el toro aparezca con más o menos protagonismo en algu-no, sino porque las imprentas son las especialistas en el género: Ortega de Valenciay Portabella de Zaragoza, y lo mismo sucede con alguno de los autores comoManuel Salvi. Uno de los carteles de éste (171) es un retrato del torero AntonioCarmona Gordito, realizado a partir de una fotografía111.

En cuanto al cartel 169, aunque la exposición de Toulouse debió ser irrele-vante112, su estilo está en sintonía con alguno de los emitidos ya con motivo dela Exposición de Londres de 1851, puramente informativos y de tipo letrero. Notodos los carteles de grandes exposiciones del X I X son de este orden, el carteloficial para la de Barcelona 1888 fue, sin ir más lejos, de gran lujo visual.

AutoresC. Chavez es el autor del cartel 166, “Semana Santa y Feria en Sevilla”, de

1878, uno de los de más cuidada factura del grupo.A Manuel Salvi, más prolífico pero menos refinado, se debe el de las Ferias

y Fiestas de San Fermín de 1883 y 1885; el de las Fiestas de San Antolín, Palencia,1883 y el de Vitoria, 1881.

Unceta es el autor del bello cartel 164, con escenas del encierro de SanFermín y el desfile a la plaza.

R. de Almodóvar firma el de las “Fiestas del Corpus. Coronación de Zorrilla”,la ilustración con que está encabezado aunque un poco fatua tiene cierto gracejo,con su “ángel de la hispanidad” coronando el busto del escritor. Además la rique-za cromática que, bien es cierto, proporciona la propia técnica cromolitográfica hacesiempre vistosos estos carteles. Los tres granadinos (1889, 1890, 1891) pertenecena la misma imprenta, J. Gómez de Granada. En esos años todavía no se hacía unconcurso abierto para el cartel de las Fiestas del Corpus; las imprentas presentaban

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111.– Lo que, al parecer, no era inusual. La foto, procedente de la colección de Ortiz Cañavate, puede verseen el tomo III del Cossío, p. 163.

112.– Ninguna mención hay a ella en el libro de Luis Calvo Teixira Exposiciones Universales.

una oferta que incluía tanto el boceto como la impresión, así que en la decisiónprobablemente pesaban más las razones económicas que la calidad del diseño113.

J. Pastor es el autor del cartel para la Feria de Medina del Campo y R. S.Arcis la del cartel de la Gran Feria de Ganados de Jerez de la Frontera, ambos profu-samente ilustrados. R. S. Arcis aparece en el cartel 120, un cartel de toros firma-do por Daniel Perea, como copista y litógrafo. Es posible que también en este casoArcis trabajase sobre un original ajeno.

ComentarioLas ferias tienen su origen en los mercados que se celebraban con carácter

anual, en fechas señaladas, con frecuencia de índole religiosa, y acompañadosnormalmente por festejos.

Algunas de las representadas en estos carteles son de las de mayor raigam-bre. Así las de Sevilla y Murcia que se remontan a Alfonso X. Y la de Medina delCampo de la que se tienen noticias desde 1321, o la de Burgos (1339).

Diversas crónicas nos dan cuenta de la tradición feriante de Medina delCampo: “Ciudad rica y de gran tráfico —dice un antiguo viajero francés— a causade las largas ferias de invierno y verano, franca de impuesto y tan privilegiada queel rey de España no tiene poder para crear en ella oficiales ni el Papa para dispen-sar beneficios”. “Es un hermoso país —dice también Navagero— lleno de bellascasas y muy rico: solamente las muchas ferias que se celebran allí todos los añosy que atraen gran concurrencia de toda España es la causa de que todo se pagueen ella más caro que es de razón…”114. En estas ferias se negocia con toda clasede mercancías, pero sobre todo se traen muchas especias de Portugal, y los mayo-res negocios se hacen al cambio.

En cuanto a las fiestas del Corpus de Granada, su existencia parece que sedebe al deseo expresado por los Reyes Católicos de que el pueblo de Granada sedivirtiese115, lo que introdujo desde el principio una intención festiva además dereligiosa en la celebración. Fray Hernando de Talavera, el primer arzobispo deGranada impulsó las fiestas con intención también de conseguir la integración de

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113.– José Ramón Rodríguez Macías, Los carteles de las fiestas del Corpus, p. 33.

114.– Davillier, Viaje por España, p. 818.

115.– Véase José Ramón Rodríguez Macías, op. cit., p. 23 y ss. En este, por otro lado, buen trabajo sobre loscarteles del Corpus, no aparecen reseñados los carteles de la Biblioteca Nacional, aunque sí otros anteriores.

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la población morisca, permitiéndoles desfilar en gremios o en grupos de danzan-tes y músicos.

Como es común en estas fiestas se combinan lo profano (corridas de toros)y lo religioso (la procesión del día del Señor); lo popular (cucañas, gigantes ycabezudos) y lo distinguido (teatro, ópera, certámenes literarios); lo ferial (expo-siciones de ganados o de artesanía local) y lo festivo (iluminaciones, fuegos arti-ficiales).

Lo cierto es que las ferias características del siglo X I X , más que las agríco-las o ganaderas pasan a ser las industriales y, sobre todo, las grandes exposicionesinternacionales. Se incorporan nuevas diversiones importadas sobre todo deInglaterra, relacionadas con el deporte: carreras de caballos, tiro al pichón. Seconserva, sin embargo, la naturaleza festiva y de celebración de estos eventos,aunque disminuyese su importancia mercantil. En este sentido, la Semana Santay la Feria de Abril, en Sevilla, y las Ferias y Fiestas de San Fermín en Pamplonason quizá las de mayor renombre internacional, y atraen a visitantes de todas laspartes del mundo. El propio cartel 167 nos lo recuerda: “El esplendor y la suntuo-sidad con que se celebran en Sevilla las solemnidades religiosas de la Semana Santay las fiestas populares de la famosa Feria de Abril, son conocidos en todo el mundocivilizado”.

El origen de la feria de Abril lo encontramos en el cartel 166: “Desde queen el año de 1817 S.M. se dignó conceder a esta Ciudad la celebración de la Feriaen el mes de Abril”, dando cuenta además del renombre que obtuvo desde suinicio.

Este bello cartel, desconocido hasta el momento y que se remonta a 1878,presenta además diverso interés, ya que deshace la idea del estudioso del cartel festi-vo-religioso Guillermo Mateos de los Santos Pérez de que el cartel de estas fiestascon elementos artísticos no aparece hasta 1881. Así como que hasta 1884 noaparece reflejada en cartel, la celebración conjunta de la Semana Santa y la Feriade Abril116.

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116.– Véase Guillermo Mateos de los Santos Pérez, Un siglo de carteles festivo-religiosos en Sevilla (1881-1987),p. 11 y p. 99. En este notable estudio aparece recogido el citado cartel de 1884 también presente enla Biblioteca Nacional, así como otro anterior de 1881 cuyo autor es José Chaves y con el que presentaun cierto parecido (pp. 208-209). Otra publicación sobre el tema es El cartel en Sevilla (Originales deSemana Santa y Feria) que trabaja sobre los originales desde 1886 y trae interesantes fichas condescripción de las distintas técnicas: acuarela, óleo, témpera.

Más tardía es quizá la fama internacional de las fiestas pamplonicas, quedeben mucho a la literatura del americano Ernest Hemingway. Aunque no obstan-te, hay crónicas mucho más añejas que dan cuenta del interés de esta fiesta117, asíel “Escrito histórico de las solemnes fiestas que la antiquísima y noble ciudad dePamplona… ha hecho en honra y conmemoración del gloriosísimo San Fermínsu patrón, este año de 1628” del que era autor un instruido soldado granadinoque había servido en los tercios y que daba buen detalle de las corridas de toros.Así como también la descripción que hacía en 1766 el padre Francisco Méndezen sus “Noticias sobre la vida, escritos y viajes” de su compañero el ilustre agus-tino Enrique Flórez118.

Más cerca de la época de estos carteles son otras referencias. Según noscuenta Manuel Cañete, un escritor y periodista andaluz que realiza un viaje porNavarra en 1843, a las fiestas de San Fermín los visitantes que vienen procedende las comarcas y poblaciones cercanas: Tafalla, Estella, Tudela, Sangüesa, Zaragoza.“La feria vale poco —nos dice—, aún cuando en otros años de paz haya solido sermucho más lujosa y abundante en toda clase de tráfico. En ella todo se reduce aque sea un poco mayor de lo ordinario la venta de manufacturas extranjeras”.

Cañete se queja de la plaza de toros, improvisada con tablas en la del Castilloy cuyos palcos son los balcones de los vecinos, pero “los toros navarros son gene-ralmente de sentío, y esto hace que los lidiadores trabajen bien. Lucióse pues, y nopoco, Cúchares, que estuvo sumamente feliz y salió triunfante en todas las ocasio-nes que le tocó matar”.

Otro escritor granadino, José de Castro y Serrano119, ya a finales del siglo,nos da el detalle de los distintos ingredientes de la fiesta: el encierro, que relata confu-samente, el desayuno, después a ver los gigantones, luego se toma un tentempié,una ley, como él mismo dice, consistente en un huevo frito o una magra. A las oncey media concierto: el orfeón, y la actuación del insigne violinista Sarasate. “Danlas dos, y a comer; a las cuatro en punto a los toros; a las siete en punto al paseo

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117.– Los datos sobre las fiestas en Pamplona están tomados de José María Iribarren, Pamplona y los viajerosde otros siglos, 1986 (facsímil de la de 1957).

118.– Enrique Flórez: teólogo e historiador nacido en Burgos. En 1766 viajó a Bayona pasando entre otraspoblaciones por Navarra acompañado por el padre Méndez que publicó esta reseña tras la muerte de Flórez.

119.– Castro y Serrano, según relata Iribarren, fue un fecundo escritor, miembro en su juventud de la célebrecuerda granadina, de la que formaron parte Manuel del Palacio, Pedro Antonio de Alarcón y M.Fernández y González. Miembro de la Real Academia Española en 1883.

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de la Taconera; a las nueve en punto a los fuegos de la plaza del Castillo; a las diezen punto a cenar; a las once en punto al baile, y así un día y otro, durante cuatro,sin solución de continuidad, sin reposo, ni fatiga visibles”. En el cartel de Uncetase hace, por cierto, mención al prestigioso violinista Sarasate: “Conciertos mati-nales por la sociedad de Sta. Cecilia con la cooperación de SARASATE”.

Corridas de toros, fuegos de artificio, conciertos de música y bailes sonelementos comunes a muchas de estas fiestas. Otros ingredientes, según nos cuen-tan los carteles, son las iluminaciones mediante gas, rifas, funciones religiosas,concursos y juegos florales, carreras de caballos. Todavía tienen importante prota-gonismo las exposiciones de ganado, cereales, plantas, etc.

Una singular atracción es la de los “cuadros disolventes” (148 y 149), perte-nece a la serie de espectáculos ópticos, como las linternas mágicas, los panoramasy dioramas, etc., que en cierta forma constituyen un precedente del cine. Fueronmuy populares en la segunda mitad del siglo X I X .

Además de sus tradicionales vínculos religiosos y mercantiles, hay ocasionesen que se asocia la fiesta con algún evento cultural, como la coronación, durantelas Fiestas del Corpus granadinas, de José Zorrilla (1817-1893), el popularísimoautor del Tenorio, pero también del poema Granada (1852). En 1889, en esaciudad, el escritor vallisoletano fue coronado como poeta por el duque de Rivas,en representación de la reina regente, hecho del que este cartel da fiel testimonio.El cartel 170, “Gran Feria y Fiestas Populares en Valencia”, de 1876, incorporatambién un aniversario: “Un aliciente más —se lee en él— presenta este año a losforasteros esta solemnidad comercial por coincidir con la misma El Sexto Centenariode la Muerte del Rey Don Jaime I hecho histórico que será conmemorado con actosreligiosos y literarios y artísticos…” O el cartel de las “Fiestas con que la ciudad deMurcia celebrará el tercer centenario del natalicio de D. Diego Saavedra Fajardo”,el ilustre escritor y político nacido en un pueblo de Murcia en 1584.

Muy formales, incluso académicos, son los actos con que se conmemora elIV centenario del descubrimiento: manifestación pública organizada por los cate-dráticos, el Directorio Escolar Madrileño y comisiones de las Universidades,Institutos etc.; cabalgata cívico-histórica; exposición de labores; concurso de bandasy sociedades corales, etc.

Otro elemento llamativo es el calificativo de constitucional de muchos deestos ayuntamientos. Durante el agitado siglo X I X , se sucedieron en España lasconstituciones con inclinaciones a veces contrapuestas. La más cercana a las fechas

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de los carteles es la constitución de 1876, consecuencia de la restauración alfon-sina y de la influencia canovista. Poco antes se había producido la breve experienciade la I República, tras la abdicación de Amadeo I, el 11 de febrero de 1873, hastael golpe de estado de enero de 1874. Pero habría también que recordar la consti-tución de Cádiz, en 1812; las de 1837, 1845 ó 1869.

Finalmente disponemos de un excelente documento que nos da detalle detodos los pormenores de la boda del rey Alfonso XII con su primera mujer, su primaMaría de las Mercedes de Orleans que fallecería a los pocos meses del enlace. Laboda tendría lugar en la iglesia de Atocha; a las diez y media el rey y la comitivasaldrían del palacio e irían por tales y cuales calles, etc., etc. En total cinco díasde celebraciones que incluían iluminaciones, corridas de toros, carrera de caba-llos, música, fuegos artificiales,… en fin, todos los ingredientes de una gran fies-ta de la época.

En cuanto a la exposición que recuerda el cartel 169, se enmarca dentro dela fiebre de exposiciones internacionales y universales de aquellos años. Inauguradasen 1851 con la exposición de Londres, es seguramente la década de 1880 la másprolífica en este tipo de muestras. Ese mismo año del cartel, 1887, se celebró enMadrid, por ejemplo, la llamada Exposición Hispano-Filipina, de la cual quedacomo recuerdo el Palacio de Cristal del Parque del Retiro, realizado a imitacióndel de Londres. Un año más tarde se celebraría la mucho más notable ExposiciónUniversal de Barcelona y otras cuatro más en distintos países.

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145. Asociación de Escritores y Artistas Españoles. 1884205'5 x 95 cm

146. Burgos. Ayuntamiento. 1878340 x 83 cm

147. Cádiz. Ayuntamiento. 1871181 x 89 cm

148. GranadaAyuntamiento. 1889290 x 88 cm

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149. Granada. Ayuntamiento. 1890275'5 x 88'5 cm

150. Granada. Ayuntamiento1891276 x 88 cm

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2 1 5152. Madrid. Ayuntamiento. 1878260 x 89 cm

151. Jerez de la FronteraAyuntamiento. 1897270 x 108 cm

155. Madrid. Ayuntamiento. 1880199 x 92 cm

153. Madrid. Ayuntamiento1879222 x 94 cm

154. Madrid. Ayuntamiento. 1879245 x 121'5 cm

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2 1 7156. Madrid. Ayuntamiento. 1892207 x 103 cm

158. Madrid. Ayuntamiento. 189246'5 x 27 cm

160. Murcia. Ayuntamiento. 1878262 x 105 cm

161. Murcia. Ayuntamiento. 1884217 x 83'5 cm

159. Medina del CampoAyuntamiento. 1882184'5 x 88 cm

157. Madrid. Ayuntamiento. 189256'5 x 34 cm

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162. Palencia. Ayuntamiento. 1883202'5 x 104 cm

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164. Pamplona. Ayuntamiento. 1884262 x 130 cm

163. Pamplona. Ayuntamiento. 1883199 x 100 cm

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165. Pamplona. Ayuntamiento. 1885228'5 x 123'5 cm

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166. Sevilla. Ayuntamiento. 1878231 x 83 cm

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167. SevillaAyuntamiento. 1884240'5 x 84'5 cm

169. ToulouseMairie. 1887194 x 95 cm

170. ValenciaAyuntamiento. 1876241'5 x 85'5 cm

168. Sociedad Madrileña Protectora de los Animales y de las Plantas. 1879248 x 121 cm

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171. Vitoria. Ayuntamiento. 1881283 x 100 cm

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172. Zaragoza. Ayuntamiento. 1880257'5 x 143 cm