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    LosestudioscuLturaLesen amricaLatina:intercuLturaLidad, accionesafirmativasy

    encuentrodesaberes

    cuLturaL studiesin Latin america:intercuLuraLity, affirmative action, andthe

    meetingof KnowLedges

    estudoscuLturaisnaamricaLatina:intercuLturaLidad, aesafirmativase

    encontrodesaberes

    Jos Jorge de Carvalho1

    Universidad de Brasilia, [email protected]

    Resumen:

    El artculo ofrece una propuesta de refundacin de los Estudios Culturales en AmricaLatina, retomando el ideario y la postura poltica crtica que ha sido constitutiva de esarea de estudios desde su creacin en los aos sesenta en Birmingham. Esa postura crticafundante se actualiza ahora en el proyecto de un Doctorado en Estudios Culturales en laUniversidad de Brasilia, basado en tres ejes: la lucha por cuotaspara negros e indgenas

    en las universidades; la superacin del dualismo dominante entre las Humanidades y lasCiencias Exactas a travs de las teoras de la complejidad; c) el Encuentro de Saberes. Elproyecto de Encuentro de Saberes es un proceso terico-poltico que empez este aoen la Universidad de Brasilia y que permite que los maestros y maestras de los saberestradicionales latinoamericanos (chamanes, payes, artesanos, arquitectos indgenas, artistas,msicos, especialistas en plantas medicinales) entren ahora como profesores a dictar cursosregulares en la universidad. Los Estudios Culturales en cuanto Estudios Crticos de la Culturadeben proveer la fundamentacin terica, metodolgica y poltica para que las universidadeslatinoamericanas, que fueron constituidas como blancas, excluyentes, racistas y dedicadas aque ellas deberan haber sido desde su fundacin hace siglos: centros multi-epistmicos de

    estudios, abiertos a todos los saberes creados y vigentes en nuestro continente - saberesoccidentales, indgenas, afro-americanos, y de las comunidades tradicionales.Palabras clave: encuentro de saberes

    1 Profesor del Departamento de Antropologa de la Universidad de Brasilia, Investigador Senior delConsejo Nacional del Desarrollo Cientfico (CNPq) y Coordinador del Instituto Nacional de Ciencia

    y Tecnologa de Inclusin en la Enseanza Superior y la Investigacin. Es el proponente del sistema decuotas para negros e indgenas de la Universidad de Brasilia y actualmente coordina el proyecto Encuentrode Saberes, a travs del cual un grupo de maestros de tradicin oral, indgenas y afros, estn dictando uncurso regular en la universidad en la calidad de profesores visitantes. Autor de Cantos Sagrados do Xang doRecife; O Quilombo do Rio das Rs; Incluso tnica e Racial no Brasil. A Questo das Cotas no Ensino Superior;

    Las Culturas Afroamericanas en Iberoamerica: Lo Negociable y lo Innegociable.

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    Fotografa de Johanna Orduz

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    Abstract:

    This article proposes a re-foundation of Cultural Studies in Latin America, recovering itscritical and theoretical legacy, which is constitutive of this area of studies since it was founded

    in Birmingham in the sixties. This re-foundation of its critical stand is actualized now in theproject of a Graduate Course in Cultural Studies at the University of Braslia, based onthree principles: a) the struggle for cuotas for Blacks and Indians in the universities; b) theovercoming of the still predominant dualism, between Humanities and Exact Sciences; c) theMeeting of Knowledges. The Meeting of Knowledges is a theoretical-political intervention time in the history of Brazilian universities, that masters of traditional knowledges (shamans,artisans, indigenous architects, healers and specialists in medicinal plants, masters of popularcultures, such as music, dance, theatre, among others) enter now as professors of regularcourses in the state universities. Cultural Studies, taken to be the critical study of culture, canprovide the theoretical, methodological and political foundation of this innovative movement,

    so that Latin American universities, which were created as white, elitist, racist, and mentallycolonized, and entirely dedicated to reproduce the modern type of eurocentric knowledge,be since their foundation centuries ago: multi-ethnic, multi-racial and multi-epistemic centersof studies, open to the incorporation of all the valid, original and contemporary knowledgescreated and reproduced in our continent be they Western, Indigenous, African, Afro-American , Asian or of any other ethnic, racial, or traditional group.Key words: knowledges

    Resumo:

    O artigo oferece uma proposta de refundao dos Estudos Culturais na Amrica Latina,retomando o iderio terico e a postura crtica que constitutiva dessa rea de estudos desdea sua criao em Birmingham nos anos sessenta. Essa refundao da sua postura crticase atualiza agora no projeto de um Doutorado em Estudos Culturais na Universidade deBraslia baseado em trs eixos: a) a luta pelas cotas para negros e indgenas nas universidades;b) a superao do dualismo dominante entre as Humanidades e as Cincias Exatas, atravsda teoria da complexidade e da interdisciplinaridade; c) o Encontro de Saberes. O projetode Encontro de Saberes uma interveno terico-prtica que comeou este ano naUniversidade de Braslia e que permite, pela primeira vez na histria das universidadesbrasileiras, que os mestres e mestras das universidades tradicionais (xams, pajs, pais-

    de-santo, artesos, arquitetos indgenas, especialistas em plantas medicinais, mestres dastradies populares de canto, dana, teatro) entrem agora como professores/as de cursosregulares da universidades. Os Estudos Culturais como estudos crticos da cultura devemprover a fundamentao terica, metodolgica e poltica para que as universidades latinoamericanas, que foram constitudas como brancas, excludentes, racistas, colonizadas ea se transformar naquilo que deveriam ter sido desde a sua fundao: centros multi-etnicos, multi-raciais e multi-espistmicos de estudos, abertos incorporao de todos ossaberes vlidos, criados e vigente no nosso continente - saberes ocidentais, indgenas, afro-americanos e das demais comunidades tradicionais.Palavras chave:de saberes.

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    I. Resistencias disciplinares a los Estudios Culturales

    Intentar abrir un rea de Estudios Culturales en Amrica Latina que se pretendainnovadora significa cuestionar un canon acadmico marcado por la rigidez de

    las fronteras disciplinares y por una actitud eurocntrica que privilegia los saberesde la ciencia occidental moderna y excluye enteramente los saberes creadosy reproducidos en el interior de las comunidades y grupos tnicos de nuestraregin. Un correlato de ese eurocentrismo y esa subalternidad epistemolgicaes la exclusin tnica y racial tan intensa y generalizada en todas nuestrasuniversidades. Para que los Estudios Culturales puedan cumplir de hecho un rolinnovador en nuestro continente, creo que deben enfrentar los siguientes retos: lainterdisciplinaridad; la pedagoga intercultural; la lucha anti-racista; y la inclusinde los saberes de los indgenas, de los afros y de otras comunidades tradicionales

    como parte del canon de los saberes vlidos y que deben ser enseados ydesarrollados, en igualdad de condiciones con los saberes occidentales modernos.Lo que sigue es una propuesta en esas direcciones, tomando como referencia lasituacin de las universidades brasileas.

    Tal como argument en otros lugares, los Estudios Culturales deben innovarterica y polticamente como respuesta a dos frentes: a un frente interno a launiversidad y a un frente externo, all donde el mundo acadmico es solamenteuna parte de la sociedad como un todo (v. Carvalho, 2006). Identifico el frenteinterno como la crisis general del paradigma disciplinar decimonnico todava

    vigente y la asfixia de la formacin curricular impuesta en los cursos. Har unresumen de la situacin de la Universidad de Brasilia que podr ser tomadacomo emblemtica de la situacin de las universidades brasileas en general.

    Anticipo que el cuadro acadmico actual a nivel nacional, es de una abrumadorafragmentacin de las disciplinas.

    Cuando la Universidad de Brasilia fue fundada, en el ao 1960, contaba conunos pocos Institutos, uno de los cuales era el de Ciencias Exactas. Dos dcadasdespus, los fsicos se separaron del ICE y formaron un Instituto de Fsica. ElInstituto de Ciencias Exactas se debilit ms cuando los qumicos y los bilogostambin lo abandonaron y formaron un Instituto de Qumica. Ms tarde, losbilogos se divorciaron de sus colegas qumicos (con quienes compartan, entreotras afinidades, el rea de Bioqumica) y formaran el Instituto de Biologa.Un poco despus, los matemticos se independizaron y formaron el Institutode Matemtica y los gelogos hicieron lo mismo: formaron el Instituto deGeociencias. Por otro lado, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo estabaintegrada al Instituto Central de Artes, mientras ahora son unidades enteramenteindependientes, sin proyectos en comn. El Instituto de Humanidades acogalos departamentos de Filosofa, Historia, Geografa, Servicio Social, Economa

    y Ciencias Sociales. Pasado un tiempo, el Departamento de Ciencias Sociales, que

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    era compuesto de cuatro colegiados antroplogos, socilogos, politlogos ytrabajadores sociales sufri una primera escisin: los politlogos se separaron yfundaron, junto con los acadmicos de Relaciones Internacionales, el Instituto deCiencias Polticas. En seguida, los socilogos fundaron su propio Departamento yms tarde fueron creados los Departamentos de Antropologa y de Servicio Social.

    Ese proceso de fragmentacin disciplinar no par en ese punto. Hace ya quinceaos, los antroplogos y socilogos decidieron abandonar el Instituto deHumanidades y crearon el Instituto de Ciencias Sociales, con dos departamentos(Antropologa y Sociologa) y un Programa de Pos-grado en Amrica Latinay el Caribe. Paralelamente, ocurri un cisma entre politlogos y especialistasen Relaciones Internacionales, y cada uno cre su propio Instituto, con susrespectivos colegiados, absolutamente aislados, como lo son los colegiados de

    antroplogos, socilogos y asistentes sociales. El aislamiento de las unidadesacadmicas es acompaado por el aislamiento de los colegiados de especialistas;y ambos se aslan ms porque los cursos tambin se volvieron disciplinares. Heaqu una situacin tpica: hay un Instituto de Psicologa, formado de cuatroDepartamentos autnomos y con poco dilogo entre ellos, todos compuestoscasi exclusivamente de psiclogos y que ensean una carrera disciplinar yprofesional de Psicologa. La misma trada de la fragmentacin (una unidadacadmica disciplinar, con un colegiado exclusivo de especialistas en la disciplinay que ensean un curso con el mismo nombre disciplinar de la unidad) se

    generaliz en la universidad: Sociologa, Ciencia Poltica, Antropologa,Relaciones Internacionales, etc.

    Todo esa segmentacin metonmica disciplinar se parece a un movimiento deavestruz: cuanto ms complejas se vuelven las teoras, ms amplios y abiertoslos temas de estudios y ms severa se vuelve la crisis epistemolgica generalizadadel saber cientfico actual en Occidente, ms defensivas se vuelven las disciplinasde las Humanidades y las Ciencias Sociales en Brasilia. Es en este cuadro deun verdadero autismo disciplinar que estamos proponiendo la creacin de unInstituto Interdisciplinar de Estudios de la Cultura y un curso interdisciplinar de

    Estudios Culturales (Pregrado nocturno y Posgrado). La intencin es buscar lacreacin de un espacio que acoja a lo que es expulsado en cada una de esas triadas:la unidad acadmica, el curso y el colegiado. Y paralelamente, que esa innovacinsea democratizante, de ah la preferencia por el horario nocturno.

    Una fundamentacin clara de la necesidad de los Estudios Culturales en laUniversidad de Brasilia vino de una carta de apoyo a nuestra propuesta, dirigidaal Consejo Universitario, escrita por nuestros estudiantes. En un texto muy bienfundamentado, ellos reclaman sobre la ausencia de un espacio en donde todaslas teoras de las Ciencias Humanas, las Artes y las Ciencias Sociales puedan

    ser acogidas abiertamente sin exclusiones. Entre los que firman la carta estn

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    estudiantes conectados con varias militancias polticas e intelectuales: estnlos que participan del movimiento negro, las feministas, los del movimientoambientalista, otros de las luchas urbanas, miembros de varios colectivos en

    defensa de la diversidad sexual, otros del movimiento por la bicicleta libre, losanarquistas, los autonomistas, etc. El foco central de su adhesin es que las teorascontemporneas transitan muy poco entre departamentos y disciplinas, y ellosdemandan ms libertad terica y temtica, tal como es prometida por la propuestade los Estudios Culturales.

    La queja de los estudiantes corrobora la percepcin que motiv nuestrapropuesta: cada disciplina discrimina teoras que son definidas como ajenas asu rea de especializacin. Por ejemplo, el Psicoanlisis es acogido en uno delos Departamentos del Instituto de Psicologa; pero si un estudiante lo quiere

    discutir en el Departamento de Antropologa, los antroplogos contestan queel Psicoanlisis no forma parte de la disciplina antropolgica y que por lo tantol debe procurar estudiarlo fuera de nuestro curriculum. Lo mismo pasa conla teora del discurso, con la teora de gnero, con la desconstruccin, con lateora queer, o con la discusin amplia de la etnografa, que es aceptada en la

    Antropologa, pero no en otras reas. Aparece como ley general de esa estructuracerrada que cada disciplina afirma un conjunto generalmente pequeo deteoras y simultneamente rechaza un gran nmero de teoras supuestamentepertenecientes al canon de otras disciplinas. Ese proceso polarizado de absorcin

    limitada y rechazo generalizado que vemos en la vida de las teoras acadmicas,ocurre tambin con los temas y problemas a ser investigados: la mayora de lostemas y cuestiones candentes actuales en el campo de la sociedad y la cultura vanms all de los lmites de las disciplinas. En fin, en un texto contundente y de pesointelectual, los estudiantes afirman reconocer que hay una especie de cerco a lostemas y a las teoras en cada una de las unidades donde estudian.

    En este contexto de tanto sectarismo temtico y terico, los Estudios Culturalesaparecen como la posibilidad de un espacio no sectario, interdisciplinar yfundamentalmente eclctico. Una vez que las disciplinas establecidas son definidas

    cannicamente cada vez ms desean reiterar que son, precisamente, alguna cosay no otras cosas , los Estudios Culturales, al contrastarse con ellas, pueden sercaracterizados a travs de un lenguaje apoftico: no son una sola disciplina, notienen una nica teora, ni un nico enfoque, ni un mtodo bsico, ni un linajenico, y ni siquiera un canon preciso. Acadmicamente, son heterclitos; o, parausar los trminos de Mikhail Bakthin, son polifnicos y heteroglsicos. Adems,no se reportan ms a un solo lugar de origen, mucho menos ahora, despus quela Universidad de Birmingham tom la desastrosa decisin de cerrar el Centrode Estudios Contemporneos de la Cultura que dio inicio a nuestra rea de

    estudios. O sea, mientras las otras disciplinas tienen sus Mecas europeas, los

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    Estudios Culturales son ahora nmades, excepto de la ilusin metafsica de algnlocal original de surgimiento al cual los investigadores latinoamericanos debenrendir pleitesa intelectual y deben visitar peridicamente en peregrinacin para

    actualizar sus teoras, temas y mtodos. Ese vnculo de subalternidad terica,metodolgica y temtica ha marcado profundamente las Humanidades y lasCiencias Sociales en Amrica Latina, sin que pesen movimientos de autonomaintelectual y poltica que existieron y que todava existen en todos nuestros pases.

    Por todas esas razones, los Estudios Culturales pueden tener ahora un nuevopapel de apertura en las Humanidades y las Ciencias Sociales en AmricaLatina. Conforman un espacio para acoger las disidencias, que pueden inclusoseguir conectadas parcialmente con las reas cannicas, ya que una persona nonecesita abandonar su formacin disciplinar para participar de una propuesta

    interdisciplinar. Nuestra postura no debe jams ser cerrada, limitante o exclusiva,y s inclusiva, expansiva, abierta, no-sectaria, acogedora. Obviamente, el dilogocon las dems disciplinas que estudian la cultura debe seguir constantemente ysiempre con una actitud crtica y franca. Por ejemplo, como lo record BeatrizOcampo en su exposicin en el Seminario, la prctica de la etnografa siguesiendo importante para cualquier investigacin que se haga, y no importa si losantroplogos reclaman que el trabajo etnogrfico es especfico de la Antropologa.

    Insisto en que los Estudios Culturales deben ser refundados en nuestros pasescon toda su diversidad temtica y tambin terica, lo que significa ejercitarun pensamiento complejo. Las teoras de la complejidad estn interpelandoprcticamente todas las disciplinas y provocando revisiones y transformacionesepistmicas radicales en los campos del saber. De ah que nos acercamos alos temas de Estudios Culturales incorporando, entre otros movimientos derenovacin epistmica, lo que Fritjof Capra llama de Punto Crucial (Capra,1996). Una vez conscientes de esa ruptura epistmica de las ltimas dcadas, yano me parece satisfactorio intentar hacer anlisis crticos de la cultura con baseen el mismo paradigma cartesiano-newtoniano de posiciones fijas y siemprecon la misma dimensin de escala. De hecho, una de las ventajas de la actitud

    interdisciplinaria de los Estudios Culturales es la facilidad para operar confenmenos de diferentes niveles de escala. Normalmente, las disciplinas de lasHumanidades y las Ciencias Sociales se especializan en una determinada escalay poco se abren a ejercitar escalas ms grandes o ms pequeas que las con quese acostumbraron. Una contraparte tambin limitante de esa especializacin en

    una escala es la dificultad de integrar elanlisis cualitativo con el cuantitativo.2El tema del trnsito entre distintasescalas y la articulacin de calidad con

    cantidad exige formulaciones tericas no clsicas o, precisamente, complejas.

    2 Un manual reciente, aunque muy bsico,que hace justicia a esa flexibilidad terico-metodolgica de los Estudios Culturales es el deMichael Pickering (2008).

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    Es por todos esos motivos que Immanuel Wallerstein, en su reciente libro LasIncertidumbres del Saber, al hablar de las crisis de las Ciencias Sociales en particular,menciona dos reas del saber que, en su opinin, podran superar la divisin de

    las llamadas dos culturas, segn la ya clsica distincin hecha por C. P. Snowentre las Ciencias Exactas y de las Ciencias Humanas. Esas dos nuevas reasseran las Teoras de la Complejidad, por el lado de las Ciencias Exactas; y losEstudios Culturales, por el lado de las Humanidades. Eso puede ser solamenteuna fantasa de Wallerstein, pero seala un imagen de apertura epistmica, debsqueda de renovacin que est asociada a la historia de los Estudios Culturales.Es este sueo (o deseo, como lo denomin Fredric Jameson) que debe guiarnosen la reformulacin de los Estudios Culturales en Amrica Latina ahora.

    II. Estudios Culturales y Teoras de la Complejidad

    Si bien es importante ejercer la libertad de refundar los Estudios Culturalessegn los intereses de nuestro tiempo, nuestro lugar y nuestra situacin (entodos los niveles que decidamos incluir en la idea de situacin), no debemosabandonar su legado terico que tambin se conecta, a travs de teoras oriundasde las Ciencias Sociales y las Humanidades, con las teoras contemporneas dela complejidad. Nuestro vocabulario epistmico valora la complejidad analticay se potencializa cuando lo utilizamos articuladamente o simultneamente, demodo a superar el paradigma newtoniano-cartesiano que es todava dominante

    en las dems disciplinas de nuestro entorno (Antropologa, Sociologa, Historia,Ciencia Poltica, Filosofa). En ese paradigma clsico, la lgica de razonamiento yargumentacin debe seguir el principio aristotlico del tercer excluido. Pensemosentonces en las propuestas tericas crticas que utilizamos en los EstudiosCulturales: la dialctica negativa de Adorno; la dialctica en suspensin de WalterBenjamin; la incorporacin de la asociacin libre y los saltos lgicos provocadospor la homofona en la teora lacaniana; la desconstruccin de Derrida con susaporas y sus indecidibles; la lgica rizomtica y de la diferencia de Deleuze; lateora del doble vnculo de Bateson; el pensamiento de la emergencia desarrollado

    por Homi Bhabha con inspiracin en Foucault; la nocin de infinalizabilidad deBakhtin; la fluidez de las posiciones de gnero trabajadas por Judith Butler; etc.

    Podemos transformar ese legado terico innovador de los Estudios Culturaleseuropeos en una herramienta ms til y menos alienada para resolver los dilemasespecficos de nuestras sociedades si abrimos un espacio de dilogo con las lgicasigualmente complejas de las cosmovisiones indgenas y africanas que forman partede nuestras culturas y que hasta ahora han sido confinadas solamente a la condicinde objetos de estudio de nuestros antroplogos. Si somos capaces de ese saltopoltico-epistmico, podemos entonces empezar a construir una agenda concreta,

    y no solamente terica, de descolonizacin de nuestro universo acadmico.

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    Aunque resumiendo mucho, debemos actualizar y ampliar la compleja gramticaterica que transita alrededor de los Estudios Culturales para abrir el dilogo yinspirarnos en las gramticas equivalentes de las Teoras de la Complejidad de lasltimas dcadas, tales como aquellas desarrolladas por Edgar Morin, Ilya Prigoginee Isabelle Stengers, Jean Piaget y Rolando Garca, Humberto Maturana y Francisco

    Varela, David Bohm, y tantos otros. Por ejemplo, intentar expandir la teora de laemergencia, con base en la historia de India propuesta por Homi Bhabha, en dilogocon los tericos de la emergencia desde el lado de las Ciencias Exactas, como la deMurray Gell-Mann. Por supuesto, ser ms fcil hacerlo si nos fijarnos en nuestroprocesos locales y regionales de emergencia, de los cuales cito dos breves ejemplosde Brasil. El primero es la emergencia absolutamente impredecible, generalizada y

    vertiginosa de la lucha por las cuotaspara negros e indgenas en las universidades,que creci en los ltimos ocho aos; el segundo es la retomada histrica de

    grupos tnicos que se crean extinguidos durante siglos y que ahora emergen, porcaminos simblicos y polticos inslitos diseados ms all de los procesos yaidentificados por los etngrafos e historiadores. El movimiento intelectual debe serlo ms expansivo, abierto e innovador posible - incluso para exponer la fragilidadde la acusacin frecuente que hacen a los Estudios Culturales los acadmicosde las reas establecidas, cuando los llaman superficiales y carentes de teora. Loopuesto es ms cercano a la realidad si pensamos en la densidad argumentativainterdisciplinar de Stuart Hall, por ejemplo, que articula teora marxista de clase,psicoanlisis lacaniano, anlisis foucaultiano del poder, desconstruccin, teora de

    la representacin visual, semitica del cine, etc. Quizs ha faltado hasta ahora aesos autores construir un protocolo que permita iniciar un dilogo terico con losautores equivalentes, en su inters por la complejidad, de otras reas ms prximasa las llamadas ciencias exactas.3

    Hay que enfatizar tambin que los Estudios Culturales acogen todas lasdiferencias pero no tienen como misin construir un algoritmo terico-poltico

    para integrarlas en una convivenciapacfica; las diferencias legitimadaspueden seguir siendo conflictivas entre

    s. Estamos hablando de la necesidadde que renazca un movimientode apertura, pero no de cohesinnecesariamente; y si es as, la actitudque se busca es de ser capaz de acogerlas diferencias en un espacio de dilogo,pero a veces con incomensurabilidadesaxiolgicas o ideolgicas entre lasdiferencias. Podemos pensar en las

    condiciones de posibilidad de una resolucin, pero sin una promesa o garanta de

    3 Pensando en ejemplos tericos latinoamericanos,Pablo Gonzlez Casanova ha escrito un ensayosobre la relacin entre las Ciencias Sociales y las

    llamadas nuevas ciencias (Casanova, 2005). Auncuando su texto sea muy informado, Casanovano menciona la trayectoria de casi medio siglo delos Estudios Culturales, ni cita ninguno de sustericos ms prominentes, lo que es una lstima,justamente porque la tesis central de su libro, lapolitizacin de la academia, ha sido una marcafundante de los Estudios Culturales. En Brasil,Otvio Velho ha hecho propuestas, en la lneade Gregory Bateson, Tim Ingold y Casanova,centradas en la Antropologa, de la construccinde un espacio interdisciplinar (Velho, 2001 y 2010).

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    cmo deber ser. Por ejemplo, un activista del Movimiento Negro puede lucharcontra el racismo y seguir siendo machista o misgino, como muchos textos delrap, del hip hop, infelizmente lo muestran. Las mujeres negras de un colectivo

    pueden apoyar la lucha antirracista y al mismo tiempo cuestionar a los negrospor su machismo. En la misma lnea, los lderes indgenas descolonizadorespueden ser machistas y misginos, y es una lucha entre las mujeres indgenas enBrasil cuestionar esa represin masculina sobre ellas. Igualmente, muchos queparticipan de la causa por la diversidad sexual, oriundos de la clase media, puedenser clasistas y hasta racistas; y muchos activistas de la clases populares puedenreproducir machismo, racismo y homofobia.

    Cuando se acogen todas las tendencias tericas y polticas, no hay garanta deacuerdo previo ni de prioridad. Por ejemplo, el llamado giro descolonizador es

    un giro simultneo a otros giros. La idea de los Estudios Culturales es que abracetodas las contradicciones sin privilegiar ninguna en particular. Pero obviamente, sitodas las contradicciones deben ser externalizadas, tambin la opresin mundialcausada por el capitalismo tardo no puede quedar ausente. Por ende, los EstudiosCulturales deben investigar tanto la microfsica del poder, postulada por Foucault,cuanto el macro poder del sistema-mundo, teorizado por Immanuel Wallerstein,

    Anbal Quijano, Frederic Jameson y David Harvey, entre otros.

    III. Lucha anti-racista y acciones afirmativas

    Hasta ahora la discusin se concentr en el frente interno al mundo acadmico,lo cual es polmico, tenso, conflictivo y que demanda un cambio epistmico,temtico y terico en el interior de la universidad. Sin embargo, otra dimensinimportante de la institucionalizacin es la relacin con el frente externo, referentea las demandas que la sociedad hace a la universidad. En el caso de Brasil, lacuestin de la desigualdad tnica-racial es dramtica. Nuestras universidadesson racistas y segregacionistas desde su creacin en el inicio del siglo XX. Elporcentaje de profesores blancos en nuestras universidades llega al 99%. En

    las seis universidades ms importantes del pas, donde ya existen esas cuentas,el nmero de profesores afro es de apenas 0,6% del total. Mis proyecciones esque atravesaremos todo el siglo XXI como uno de los sistemas acadmicos mssegregacionistas racialmente del planeta.

    En el caso de la Universidad de Brasilia, puede tratarse de la universidad federalpionera en las luchas por las acciones afirmativas en Brasil, puesto que la primerapropuesta de cuotas para negros e indgenas viene de all. En 1999, presentamosla primera versin de la propuesta, la cual solamente fue aprobada en 2003. Hace10 aos que luchamos por la inclusin de negros e indgenas y paralelamente hace

    diez aos que luchamos por abrir el espacio de los Estudios Culturales. Hubo,

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    entonces, un esfuerzo de descentramiento poltico-epistmico en Brasilia, que es,guardada las proporciones, equivalente al descentramiento de los creadores de losEstudios Culturales en la Universidad de Birmingham.

    Recordemos que la politizacin fundante del Instituto de Birminghan fue elmovimiento de alfabetizacin de adultos. Los tres principales tericos del grupo(Hoggart, Williams y Thompson) trabajaban en la Workers Adult Asociation (deah incluso una conexin con el libro de Hoggart, The Uses of Literacy), y porese motivo una de sus luchas polticas ms visibles fue por el reconocimientode la diversidad de las formas de alfabetizacin. Visto desde ese punto de vista,la lucha en que participaron los fundadores de los Estudios Culturales fue mspor la inclusin de clase. Despus vinieron otras luchas, como las feministas,raciales, de las subculturas urbanas, de las identidades hbridas, contra el orden

    del consumo, etc.Entonces, la poltica acadmica de los Estudios Culturales de la Universidadde Brasilia implica participar abiertamente de la agenda anti-racista general delpas. Hay que luchar simultneamente por la inclusin de negros e indgenas ypor la inclusin de los saberes negros e indgenas. Las dos luchas tienen que serconstitutivas de esta refundacin de los Estudios Culturales. Esta lucha es msdifcil, quizs, de lo que fue la lucha por institucionalizar los Estudios Culturalesen Inglaterra y en los Estados Unidos por el hecho de que incluir representantesde los grupos tnicos y raciales no hegemnicos, o bien ya exista (en el casode los Estados Unidos en los aos ochenta) o no fue particularmente difcil nidramtico implementarla (como en el caso de Inglaterra).

    La lucha inicial por afirmar los Estudios Culturales en medio de las demsdisciplinas fue mucho ms centrada en el cuestionamiento epistmico, primero, yde gnero, despus, pero el problema de la necesidad de la inclusin de asiticos,indgenas, indios, afros, no fue un problema tan dramtico en los pases centralescomo todava lo es para nosotros ahora. As, el lugar del acadmico como ellugar controlado casi exclusivamente por un blanco occidental, anglosajn,

    cristianocntrico (o abrahamocntrico) ya estaba cuestionado en los aos 80,cuando los Estudios Culturales renacieron en los EEUU en la Universidad deIllinois. En el caso de Brasil, nosotros estamos empezando ahora a hacer esecuestionamiento; y, ms grave an, en un ambiente mucho ms segregacionista,como jams ha sido el de las universidades norteamericanas y europeas. Estamosdemandando la presencia de afro e indgenas en un espacio de produccin deconocimiento del cual ellos siempre estuvieron ausentes en un grado extremo.

    Las relaciones con los movimientos sociales, que fue una de las preguntas puestasa discusin en ste seminario, existe porque es parte de la historia de la Universidad

    de Brasilia. Es constitutiva de la transformacin epistmica esperada. No es una

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    discusin terica, sino una prctica fundante. Es una tensin en la sociedad yuna tensin en el espacio acadmico brasileo. El movimiento por las cuotas esun movimiento que surgi en la academia como respuesta a casos concretos de

    racismo acadmico, y a las demandas de los movimientos negros e indgenas sesumaron los movimientos contra la homofobia, el feminismo, el movimiento afavor de la diversidad sexual, entre otros. Varios movimientos poltico-intelectualesconfluyen en la lucha por las cuotas y por la apertura de los Estudios Culturales.

    An sobre la relacin entre los movimientos sociales y los Estudios Culturales,asunto que siempre regresa cada vez que se discute nuestra interdisciplina, meparece relevante recordar que ya existe una disciplina acadmica que mantuvosiempre una relacin estrecha con los movimientos sociales: Servicio Social. Esosignifica que no estamos inventando esta relacin y s ampliando la discusin de la

    prctica de intervencin para una crtica epistemolgica ms amplia, que quizs nitodos los que hacen Servicio Social estn motivados para hacerlo. Por otro lado, larelacin con los movimientos sociales existe o no existe para cada acadmico enparticular y no tiene por qu ser impuesta a todos como un nuevo canon acadmico.Un estudiante puede hacer Estudios Culturales y hacer su militancia netamenteterica o temtica o etnogrfica, si eso es lo que le motiva sinceramente (podemosretomar ac la nocin althusseriana, renovada, de prctica terica). Como dijouna vez Cazuza, uno de nuestros grandes rockeros: hay aquellos que se la pasanesperando alguien que quepa en sus sueos. No es de eso que se trata. El sueo

    de la participacin en el activismo puede volverse pesadilla si no es una respuestadirecta a alguna experiencia de vida por parte del estudioso.

    Esa cuestin de la participacin debe ser expuesta como un dilema tico real delos Estudios Culturales, para que no se vuelva una imposicin sectaria, un fetiche,una moda o hasta una impostura. La visin estereotipada de una condicin deacadmicos del Tercer Mundo supuestamente luchando con valenta frente auna academia del Primer Mundo construida como opresora, vuelve posible ennuestras Ciencias Sociales (con relativa facilidad, si se cuenta con una retrica y uncontexto favorable), que algunos colegas afecten sentimientos de participacin

    en causas sociales o culturales sin que jams se hayan involucrado realmente en elmundo de los movimientos socio-polticos fuera de la academia.

    El orden institucional de nuestras universidades fue construido en un momentodel pasado. Copiado integralmente de la organizacin de las disciplinas cientficas

    creada en Europa en la segunda mitaddel siglo XIX, ese modelo es anacrnico,tanto como estructura organizacionalcomo paradigma epistmico.4 En el

    momento en que ese paradigma fue

    4 El modelo bsico y ms famoso de ese ordeninstitucional fue la reforma de la Universidad deBerln propuesta por Wilhelm Humboldt en 1809(Humboldt, 2003). Para un anlisis minucioso deese proyecto de universidad eurocntrica y racista

    en Amrica Latina, ver Castro-Gmez (2005).

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    creado, el Occidente viva el auge de su poder sobre el resto del mundo y nohaba ninguna duda, en la cabeza de los acadmicos europeos, de que su cienciaera superior a cualquier otra tradicin intelectual. Parte de ese saber aceptado

    como incontestable fue una forma de transmisin del conocimiento unapedagoga racionalizada en los currculos y en el formato de las clases. Y todoeso fue pensado exclusivamente para un aula compuesta de estudiantes de origeny formacin intelectual europea, hablantes de idiomas europeos y obviamente

    pertenecientes al fenotipo europeo blanco dominante. Todo ese universo,tanto en la dimensin institucional como en la imaginaria, fue trasladado a lasuniversidades de Amrica Latina y hasta muy recientemente nunca ha sidopuesto en cuestin. Y nuestra concepcin de mrito y de excelencia est basadaen una adecuacin entera a ese modelo de organizacin universitario y de unproductivismo cientfico tpicamente neoliberal, vigente en las universidadeseuropeas y occidentales extra-europeas (canadienses, norte-americanas,australianas, neozelandesas, etc.).

    Proponer una intervencin en ese modelo de universidad implica disponerse ainnovar y ejecutar la innovacin en varios planes simultneamente:

    a) una innovacin en el orden institucional que favorezca la interdisciplinaridady tambin la transdisciplinaridad;

    b) una poltica de inclusin a travs de acciones afirmativas para estudiantes

    indgenas y estudiantes afros;c) una ampliacin del universo de saberes, para que pasemos de unauniversidad monoepistmica a una universidad multiepistmica;

    d) una reestructuracin de los saberes y teoras en la lnea propuesta porWallerstein de superacin de las dos culturas de C.P. Snow;

    e) una reestructuracin pedaggica;

    f) una ampliacin radical del cuerpo docente universitario, que incluya los

    maestros y sabios indgenas y afros como profesores de cursos regulares delas diferentes carreras, en dilogo constante con los colegas de formacinexclusivamente europea.

    De este modo, haremos un reconocimiento y una revalorizacin de lossaberes afros e indgenas que fueron enteramente excluidos y descalificadosa lo largo de los ltimos quinientos aos de las colonias y repblicas racistasexcluyentes. Tal como lo concibo, la tarea de los Estudios Culturales ylas polticas de interculturalidad debe ser participar de ese proyecto derefundacin de nuestro universo acadmico.

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    IV. El encuentro de saberes

    La propuesta de un Doctorado en Estudios Culturales en la Universidad deBrasilia fue pensada en sintona con todas esas innovaciones mencionadas. La

    idea es crear un Centro Interdisciplinar de Estudios de la Cultura que funcionecomo unidad acadmica para el posgrado. Dicho Centro estar instalado en elespacio fsico del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnologa de Inclusin en laEnseanza Superior y la Investigacin (INCT), por m coordinado.5 La idea deinclusin ac, derivada de nuestra lucha por las cuotas, es amplia: inclusin deestudiantes afros e indgenas e inclusin de los saberes afros e indgenas.

    La primera parte de la lucha descolonizadora y anti-racista fue abrir las puertaspara los jvenes afros e indgenas paraque tambin tengan el derecho deentrar como estudiantes en nuestrasuniversidades. Ahora nos proponemos

    completar esa tarea invitando a los sabios afros e indgenas a que vengan a launiversidad para ensear sus ciencias y saberes. Dada la desigualdad tnica y racialexistente hasta ahora, tanto en el cuerpo docente como en el discente, un grupode jvenes afros e indgenas estn entrando por la primera vez en la historia denuestro sistema acadmico, a travs de las cuotas, para estudiar con profesoresblancos; y ahora ser tambin la primera vez que los estudiantes blancos tendrnla oportunidad de aprender de sabios negros y indgenas. Con el Encuentro deSaberes, entonces, unificamos la lucha para la superacin, de una sola vez, delracismo fenotpico y del eurocentrismo monoepistmico, ambos profundamenteinstalados en nuestras universidades.

    Fue en ese contexto que construimos ahora el proyecto denominado Encuentrode Saberes, resultado de una relacin con el Ministerio de la Cultura y elMinisterio de la Educacin. El objetivo es reintroducir las artes y los oficios en lasuniversidades. sta es la primera vez que el secular y por lo general conservadorMinisterio de Educacin admite la amputacin intelectual y epistmica que

    signific el currculo universitario brasileo, enteramente copiado del modeloexcluyente de la ciencia moderna occidental.

    Para esta primera versin del Encuentro de Saberes, indito en todo el sistemauniversitario brasileo, vendrn cinco maestros, que viven en cuatro distintasregiones del pas. El primero es el maestro Biu Alexandre, del Estado dePernambuco (regin Nordeste), que es el lder de un grupo performtico deteatro popular llamado Cavalo Marinho, que articula canto, baile, poesa, msica,con personajes de mscaras (su agrupacin es capaz de presentar 71 personajesenmascarados distintos); el segundo maestro es Benki Ashaninka, lder de los

    Ashaninka del Estado de Acre (frontera con Per) que es un especialista en

    5 Los INCTs son los grandes proyectos del CNPQ

    (equivalente a Colciencias, CONICET, CONACIT,etc., de los dems pases de nuestro continente),vistos como estratgicos para la nacin.

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    manejo forestal, y reforestamiento (la comunidad de Benki ha plantado ms de200 mil semillas de plantas en la ltima dcada, en un concepto de agro-florestao permacultura); el tercer maestro es Jos Jerome, del Estado de So Paulo(regin Sudeste), quin lidera un grupo de Congado, una tradicin devocionalafrobrasilea que articula msica, baile y msica ceremonial, anloga a las cofradasy los cabildos existentes en otros pases de la Dispora Afrolatinoamericana; laotra maestra es Lucely Pio, una lder de una comunidad de quilombo (palenque,o cimarrn) de Gois (regin Centro-Oeste) quien es una gran especialista enplantas medicinales.6 Finalmente, vendr tambin el maestro Maniwa Kamayur,quien vive en el Parque Nacional Xingu, Estado de Mato Grosso (Centro-Oeste)y que, adems de ser chamn y msico, es un arquitecto indgena conocedor dela arquitectura tradicional del Xingu.

    Cada uno de los maestros dictar su mdulo acompaado de un profesor amigode su respectiva rea de investigacin:Biu Alexandre dialogar con profesorasde Artes Escnicas, Benky Ashaninka

    con profesores de Educacin Ambiental, Jos Jerome con profesores de Msica,Lucely Pio con profesores de Farmacia y Enfermera, y Maniwa Kamayur conprofesores de Arquitectura.

    El Encuentro de Saberes empez en julio de 2010 con un Seminario Internacionalpara intercambio de experiencias, entre colegas sudamericanos, sobre proyectos

    de inclusin de los saberes tradicionales en las universidades, en una perspectivadescolonizadora e intercultural. El evento ms extraordinario ocurrido en elSeminario fue la conferencia magistral de apertura, que estuvo a cargo de MapuluKamayur, una chamn de los Kamayur del Parque Nacional Xingu, de MatoGrosso. Mapulu es hija y heredera espiritual del decano de los chamanes detodo el Xingu, Takum, que cuenta con 80 aos, quien se enferm y no pudocomparecer junto con su hija. Probablemente es la primera vez en toda la historiade las universidades brasileas, que una conferencia magistral en un SeminarioInternacional ha sido proferida por un indgena (y en este caso, una mujer), quien

    habl en su idioma (Kamayur) con traduccin simultnea, exactamente como escostumbre hacer cuando un conferencista ilustre habla en francs, ingls, alemn,o cualquier otro idioma de prestigio. Mapulu habl sobre el mundo espiritual de lasnaciones del Xingu y abri un dilogo sobre los problemas que afectan a su mundo ya nuestro mundo. Como experiencia intercultural, una revolucin epistmica se pusoen marcha en la Universidad de Brasilia, cuando una chamn indgena, que ni siquierahabla portugus ocup el lugar acadmico que Lacan llam de sujeto supuesto saber.

    En el final del segundo semestre de 2010 habr un seminario para discutir lasinnovaciones y retos pedaggicos propuestos por el proyecto. Con base en

    nuestra experiencia en la Universidad de Brasilia, el Ministerio de Educacin

    6 Los quilombos son palenques, cumbes ocomunidades de cimarrones.

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    podr ampliar el movimiento de inclusin de sabedores no letrados comodocentes en otras universidades pblicas y quizs se podr generalizar la prcticadel Encuentro de Saberes. Tendremos que desarrollar un protocolo para esareestructuracin epistmica, porque cada rea especfica y cada disciplina en launiversidad tendr sus retos especficos para establecer ese dilogo, incorporar yreformular un mtodo de enseanza y sus contenidos. Traer los maestros en lacalidad de profesores es innovar tambin desde el punto de vista pedaggico. Esproponer una revolucin equivalente a la revolucin pedaggica promovida enlos aos sesenta por Paulo Freire.

    Si comparamos la pedagoga del oprimido con el Encuentro de Saberes, podemospensar, en primer lugar, que la gran revolucin propuesta por Paulo Freire fueintentar recobrar la dignidad de aquellas personas que no saban leer ni escribir

    en el proceso mismo de alfabetizarlas. Se trataba entonces de reconocer que ellasno entraban en el proceso de la escritura como si estuvieran en la condicinmental de tabula rasa, para demostrar prcticamente que aprender a escribir esuna experiencia de activar y expandir la conciencia que ya poseen, a pesar de sucondicin de oprimidos. Sin embargo, el foco de la lucha de Paulo Freire fuesiempre la alfabetizacin bsica y no el tope de la enseanza superior, que esel lugar de los acadmicos. De un cierto modo, el Encuentro de Saberes debeentenderse como un movimiento paralelo y complementario a la propuesta deFreire, incluso porque muchos de los analfabetos que podrn aprender a utilizar

    la escritura a travs de su mtodo, pueden ser los mismos maestros y sabiosque ahora entrarn en la universidad en la calidad de profesores. As podremos,finalmente, romper la barrera epistmica que privilegi con absoluta exclusividadla ciencia europea moderna al precio de rechazar y excluir todas las cienciasmilenarias desarrolladas por las naciones indgenas, las naciones africanas, lascomunidades afro-brasileas y dems pueblos tradicionales de Brasil.

    El Encuentro de Saberes ser la primera vez que personas sin formacinacadmica occidental y sin diploma dictarn clases formalmente como profesoresen universidades pblicas brasileas de prestigio. Uno de los temas claves de

    ruptura acadmica con el euro-centrismo es la cuestin de la oralidad, tan centralen las prcticas culturales tradicionales africanas y de las comunidades indgenas.Los maestros y las maestras van a traer la escena de la oralidad para nuestromundo acadmico que la rechaz en su constitucin.

    De hecho, se trata de aproximar dos posturas que se volvieron antpodas ennuestro universo acadmico perifrico, eurocntrico y subalterno: la escrita yla oralidad. La escritura est hipertrofiada en nuestro medio acadmico y laoralidad est casi enteramente atrofiada. Las dos modalidades de transmisin sesepararon a un precio muy alto para ambas. Cuando, al abandonar las tcnicas

    mnemnicas, la universidad rechaz la prctica de la memoria larga, form

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    generaciones de cientficos, humanistas y profesionales de memoria corta yen algunos casos enteramente dependientes de los artefactos protticos de lasoperaciones mentales que envuelven la memoria larga. Adems de eso, la misma

    separacin escritura-memoria es artificial, incompleta y obviamente fetichizadanegativamente por una ideologa iluminista anacrnica, hegemnica en nuestrasuniversidades modernistas y modernizantes que celebra una supuesta liberacindel logosfrente a las amarras del mytho (y ac la referencia de lucidez y plenitud essiempre Grecia, y nunca nuestros pueblos). Tampoco se trata de caer en fantasasregresivas, fundamentalistas y reaccionarias de una oralidad pura, centrada,ahistrica, desalienada y supuestamente ms cerca de una unin entraable delser humano con la naturaleza. Acoger, entonces, en la universidad, sabios de laescritura y sabios de la oralidad, es mantener viva esa tensin, nunca resuelta, paracrear un campo nuevo de inspiracin y desafos mutuos, capaz de promover elclima propicio para que pueda florecer lo que Amadou Hampt B (quien fuesimultneamente un sabio de la memoria oral y de la escrita acadmica) llamabade tradicin viva (Hampat B, 1981 y 2008).7

    Algunos crticos de esa propuesta podrn argumentar que la escena de la oralidad esmuy distinta de la escena de la escrituray que, por tal razn, querer traer losmaestros al espacio de la escriturahipertrofiada es atentar contra la vida de

    la oralidad plena. Como ha argumentadoDerrida de un modo consistente, ambasformas, oralidad y escritura, estn atravesadas por la incompletud; por ende,la oralidad no est necesariamente ms prxima de la verdad del sujeto supuestosaberque la escritura. Derrida desconstruye la apora constitutiva de la oposicinoralidad-escrita, oposicin que fue impuesta por los acadmicos cuando expulsaronla oralidad de su medio (Derrida, 1971). Pero si la oralidad es tambin atravesadapor la ausencia, no hay entonces ninguna razn consistente para que haya sidoretirada de nuestro medio; y tampoco debe ser sta la razn para restituirla all.

    La motivacin primera para su inclusin debe ser el ejercicio de lo que JacobBronowski llam (etnocntricamente, pero con una visin correcta) de democraciadel intelecto: todos los saberes vlidos y todos los modos de transmisin merecensu presencia plena en los centros de saberes, sin censura de ningn tipo.

    Las Humanidades y las Ciencias Sociales, productoras y la vez vctimas delfetichismo de lo escrito, han optado por el soporte fsico de la escritura como siello fuera una garanta eficaz para la memoria. Sin embargo, como dijo Derrida,justamente ese soporte aparentemente firme ese phrmakon - es tambin(e inseparable de su papel de remedio) un veneno para la memoria (Derrida,

    1975). La oralidad necesita la memoria precisa y vasta porque as se constituye

    7 Sobre la relacin concreta y porosa entre oralidady escrita, incluyendo una referencia histricasugestiva a los quipus andinos (simultneamente,cdigos de escritura, artefactos y recursosmnemnicos de la memoria oral), ver el artculo

    reciente de Bruno Mazzoldi (2010).

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    como tradicin de saber y verdad. Por otro lado, la escritura tiene como suporteconstitutivo la biblioteca y el archivo: el profesor no puede solamente decir loque dijo un autor lo citado tiene que estar en un libro o archivo para demostrar

    la veracidad de lo dicho de memoria en una clase. Adems de eso, ambas sufrentambin de sus respectivos males de archivo, para usar otra expresin deDerrida: nuestras universidades dependen totalmente de bibliotecas y nuestracondicin es siempre precaria y subalterna, pues hemos decidido polticamenteevaluarnos a nosotros mismos segn los parmetros de las universidades de lospases occidentales centrales, que son cada vez ms poderosas que las nuestras.Por otro lado, muchos sabios de tradicin oral tambin pasan actualmente porcrisis de transmisin de sus saberes y el dilogo con el mundo de la escriturapuede ayudarlos. En fin, hay una escritura viva e inspiradora y una escritura encrisis; as como hay una oralidad igualmente viva y una oralidad en crisis.8

    Para reconectar eso que haba sido desconectado se hace necesario, en primer lugar,que los mismos sabios acadmicos letrados reconozcamos, en nuestro horizontepersonal, el saber de los sabios grafos. Descolonizarse para un acadmicolatinoamericano significa, entre otras cosas, admitir que no hemos sido capaces deincorporar plenamente los saberes de nuestros colegas maestros afros e indgenas,sencillamente porque atribuimos la posicin de maestra solamente a los sabios delos pases centrales de Occidente. Todo lo contrario, la posicin del acadmico deHumanidades y Ciencias Sociales debe sufrir una mutacin existencial, epistmica

    y poltica.9

    Las llamadas ciencias etnogrficas tradicionalmente han desarrolladometodologas para que nosotros, acadmicos blancos occidentalizados,seamos capaces de aprender sobrelos maestros afros y los indgenas;la Pedagoga del Oprimido de PauloFreire ha desarrollado un mtodo paraque podamos aprender con los afros ylos indgenas; ahora, con el Encuentrode Saberes, nosotros nos estamos

    preparando para aprender de los afrosy los indgenas. La posicin bsica detodos debe ser la posicin de mutuareceptividad: recibir las enseanzas yensear de vuelta.

    En nuestro caso, podremos ofrecer una innovacin en ese movimientocontemporneo de mutaciones epistmicas, utilizando justamente el potencial desaberes que es especfico de nuestras sociedades: los saberes de las comunidadesafros, los saberes indgenas y los saberes de los dems pueblos tradicionales. O

    sea, podemos expandir nuestro concepto de Humanidades, Ciencias Sociales y

    8 Sobre el mal de archivo, ver Derrida (1997).Coincidentemente, Santiago Alba Rico acaba deescribir un artculo periodstico en que comenta lacrisis simultnea de la tradicin oral y de la escritahoy da, frente al reto de la Internet, que eliminael soporte fsico de la escrita (y con ello, y por ellono soporta la lentitud de la lectura) y tampocopermite el tipo de concentracin entrenadorade la memoria que permite la continuidad de latradicin viva formulada por Amadou Hampat B

    (ver Rico, 1/05/2010).9 Ver, a propsito, dos conmovedores ensayosde Jaime Arocha sobre Nina de Friedmann ysu reconocimiento de lo que aprendi con lossabedores y sabedoras afrocolombianas (Arocha,2006 y 2009).

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    Ciencias Exactas ms all del marco (fuertemente eurocntrico, aunque lcido)que fundamenta los anlisis de Wallerstein. Para dialogar con los sistemas lgicosinconsistentes no-triviales (que podran fundamentar la complejidad de las

    identidades en la sociedad contempornea, tales como las teorizadas por StuartHall, por ejemplo) podemos aproximarnos a varios mitos de grupos amaznicos,como algunos de los Barasana que sealan geometras para-consistentes analizadaspor Guillermo Pramo. En una lnea paralela, estn las reflexiones de Eduardo

    Viveiros de Castro sobre el pensamiento amerindio, construidas en dilogo con elpensamiento de filsofos de la diferencia, como Giles Deleuze. Desde el lado delas tradiciones religiosas afros, estn tambin narrativas mticas y formas ritualesque desafan las ontologas occidentales clsicas de presencia y ausencia, talescomo un mito del dios Chang, por m interpretado, que desenmascara el secretode los eguns (muertos divinizados): el secreto guardado sobre algo que quizs nosea nada (o que sencillamente es, an cuando nada sea).10

    No hay que minimizar las dificultades que se presentan cuando se intentapromover un encuentro de saberes tradicionales grafos con saberes letradosoccidentales en un ambiente universitario conservador y eurocntrico comoel nuestro. Sin embargo, ya contamos con algunas experiencias interculturalesde ese tipo que nos pueden servir de referencia, a pesar de las considerablesdiferencias. Un ejemplo actual en la lnea de las propuestas de interculturalidad esla Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indgenas Amawtay

    Wasi, de Ecuador. Ac se proponeun encuentro de saberes de los variospueblos indgenas entre s y de elloscon los saberes occidentales.11 Otroejemplo de reorganizacin institucionaluniversitaria que se fundamenta en unpeso casi ecunime entre saberes oralesy saberes escritos es la Universidad

    Tibetana en Exilio, en Dharamsala,

    India. Muchos de los sabios tibetanosque escaparon de su pas ocupadoguardan, cada uno de ellos, docenasde libros enteros en sus memoriasy se los transmiten por ese medio; yparalelamente, las ciencias transmitidas

    por la escrita, orientales y occidentales, son enseadas a los estudiantes.

    Finalmente, la Universidad Obafemi Awolowo, en Ile Ife (la ciudad sagradade los yorubas) en Nigeria, por muchos aos promovi una reunin anual

    internacional de babalawos, quienes son los sacerdotes de Ifa, el dios yoruba del

    10 Para las lgicas indgenas para-consistentes, verPramo (1996 y 2006). Un dilogo posible, porejemplo, sera entre las lgicas para-consistentesde los Barasana y el principio del tercer incluidoelaborado por Stephane Lupasco y que es uno delos pilares del manifiesto de la transdisciplinariedadde Basarab Nicolescu (1999). Para el pensamientoamerindio, ver Viveiros de Castro (2002). Para elmito de Chang y los eguns, ver Carvalho (1995).11 Sobre la Universidad Amawtay Wasi, ver elensayo de Catherine Walsh (2006) y el libretosobre la propuesta de la Amawtay Wasi a cargo deLuis Fernando Sarango (n.d.). Sobre una sntesis

    de varias experiencias interculturales indgenas enlas universidades de doce pases latinoamericanos,

    ver Daniel Mato (2008). En este momento, preparouna fundamentacin terica y metodolgica delEncuentro de Saberes que lo pone, entre otrascosas, como uno de los tantos modelos posibles deinterculturalidad en la academia.

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    orculo, que se manifiesta a travs de largos textos mtico-poticos llamadosod. Cada sacerdote aprende a memorizar miles de odus. Esos encuentrosanuales, que reunan sacerdotes yorubas de Nigeria, Benin, Togo y dems

    pases, fueron organizados bajo el liderazgo de Wande Abimbola, (quien essimultneamente un acadmico y un sacerdote adivino de Ifa) cuando fue Rectorde la Universidad de Ile-Ife. Su iniciativa seal un movimiento concreto dedescolonizar el patrn eurocntrico de universidad impuesto por los britnicosal introducir en ella saberes tradicionales africanos.12 En la misma lnea de

    Abimbola, Kwabena Nketia funden la Universidad de Ghana, en losaos sesenta, un Instituto de Msica

    Africana, con el ideal de desarrollar el arte musical tanto en la perspectivaoccidental (basado en la partitura) como en la perspectiva tradicional africana(basada en la transmisin oral y corporal).

    Por supuesto, los protocolos de interculturalidad son muchos y concibo larefundacin de los Estudios Culturales en Amrica Latina como parte de eseesfuerzo poltico-intelectual por construir una universidad descolonizada quetenga las siguientes caractersticas, entre otras:

    a) la enseanza debe ser polglota, y debe reflejar la pluralidad lingstica decada pas;

    b) la enseanza debe alternar o combinar contenidos de tradicin oral concontenidos basados en la escritura;

    c) los estudiantes deben ser negros, blancos, indgenas y dems minoras todos idealmente en una proporcin que sea igual al porcentaje de cada unode los grupos tnicos y raciales que conformen la sociedad como un todo;

    d) los protocolos pedaggicos deben ser variados y siempre sensibles a larealidad de cada disciplina o campo de saber;

    e) los profesores deben ser de dos tipos: los sabios profesores quetuvieron estudios formales en universidades occidentalizadas; y los sabiosprofesores, afros e indgenas, sin formacin occidentalizada regular ografos, como los chamanes, pays, taitas, babalaos, artesanos, maestrosde oficios, artistas, etc;

    f) no debe haber exclusin ni jerarqua previa de los saberes de nuestrassociedades, ni por sus orgenes epistmicos, ni tnicos, ni raciales, nigeogrficos, ni por su soporte oral o escrito, o por cualquier otro tipo;

    g) la autoridad relativa de cada saber ser construida como resultado delEncuentro de Saberes.

    12Ver la propuesta pedaggica descolonizadora deAbimbola (2003).

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    An reconociendo el carcter resumido y esquemtico de ese protocolo, quesiempre alcanzar una complejidad impredecible cuando intentemos consolidarcualquier propuesta completa de intervencin, sugiero que lo utilicemos para

    comentar el proceso de descolonizacin de que tanto hablamos en los ltimosaos en Amrica Latina. Tal como lo veo, no tiene sentido seguir hablando de lacolonialidad del poder, colonialidad del saber, colonialidad del ser, etc., mientrasseamos un grupo compuesto casi exclusivamente de acadmicos blancos, ymientras todos los blancos que hablen no estn involucrados concretamente en lalucha por abrir definitivamente las universidades latinoamericanas para los afrose indgenas. Solamente en el momento en que estemos hablando juntos - afros,indgenas y blancos -, tanto en la condicin de aprendices/estudiantes como enla condicin de maestros/profesores, podemos empezar a desarrollar protocolosque ayuden a superar de un modo eficaz nuestros paisajes mentales todava tancolonizados. Estoy convencido de que los Estudios Culturales pueden ayudarnosen esa tarea que ya iniciamos.

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