caso magallanes; conflicto, comunicación y paz. un nuevo
TRANSCRIPT
Caso Magallanes;
conflicto, comunicación y paz.
Un nuevo impulso a la lucha Uwa.
Arly Hazel Botia Martínez
Universidad Santo Tomás
Maestría en Comunicación, Desarrollo y Cambio Social
Bogotá, Colombia
2020
Caso Magallanes;
conflicto, comunicación y paz.
Un nuevo impulso a la lucha Uwa.
Arly Hazel Botia Martínez
Trabajo de investigación presentado como requisito parcial para optar al título de:
Magister en Comunicación, Desarrollo y Cambio Social
Director (a):
Ph.D. Pablo Felipe Gómez Montañez
Línea de Investigación:
Comunicación, salud, medio ambiente y sostenibilidad
Universidad Santo Tomás
Facultad de Comunicación Social
Bogotá, Colombia
2020
A mi familia, especialmente a mis hijos, mis pies
en la tierra.
A mi tutor Pablo Gómez por su paciencia, energía
y valiosos aportes
Y a ti, Cora, gracias.
Resumen
La investigación presenta el conflicto entre la comunidad Uwa y Ecopetrol, Caso Magallanes,
analizando a partir del modelo Pragmático de la Comunicación (MPC) de Leonarda García, las
tensiones del nivel cultural, dialógico y metacomunicativo que se presentan en los procesos de
comunicación entre los actores del conflicto, en el marco de la lucha y resistencia Uwa por la defensa
del territorio a través de acciones, no violentas, que permiten caracterizarla como una comunidad de
paz.
Palabras clave: (Comunicación, conflicto, tensión, Nación Uwa, paz)
Contenido VIII
Contenido
1. Capítulo 1. Planteamiento del problema de investigación ................................................. 17 1.1 Identificación del proyecto ............................................................................................... 25
1.2 Objetivos .......................................................................................................................... 28
1.3 Antecedentes de investigación ......................................................................................... 30
1.4 Marco teórico ................................................................................................................... 48
1.4.1 Cultura, territorio y desarrollo ..................................................................................... 48
1.4.2 Matriz colonial, resistencia y movimientos indígenas ................................................. 57
1.4.3 Violencia, conflicto y paz ............................................................................................ 62
1.4.4 Gobierno, gobernanza y gobernabilidad ...................................................................... 67
1.4.5 Comunicación y acción colectiva................................................................................. 70
1.5 Diseño metodológico ....................................................................................................... 74
1.5.1 Enfoque epistemológico ............................................................................................... 75
1.5.2 Metodología de investigación ...................................................................................... 76
1.5.3 Método de investigación .............................................................................................. 77
1.5.4 Técnicas de investigación ............................................................................................ 86
2. Capítulo 2. Caracterización de actores del conflicto, tensiones culturales y
reconstrucción cronológica del conflicto Caso Magallanes ........................................................ 90 2.1 Actores del conflicto Caso Magallanes ............................................................................ 91
2.2 Tensiones culturales entre los actores del conflicto ......................................................... 95
2.3 Reconstrucción cronológica del conflicto – Caso Magallanes ....................................... 109
2.3.1 Primer momento; génesis del caso Magallanes, repetición del conflicto................... 109
2.3.2 Segundo momento; coyuntura y movilización. .......................................................... 111
2.3.3 Tercer momento; negociación y acuerdo. .................................................................. 115
3. Capítulo 3. Tensiones dialécticas y metacomunicativas en medio del conflicto ............. 118 3.1 Reuniones tripartitas, negociación y acuerdo ................................................................. 119
3.2 Análisis de medios, narrativas del conflicto. ................................................................. 129
4. Capítulo 4. Los Uwa como una comunidad de paz ........................................................... 145 4.1 Base conceptual violencia, paz y comunidades de paz .................................................. 146
4.2 Los Uwa, una comunidad de paz, en continua resistencia ............................................. 152
4.3 El caso Magallanes como expresión de paz en medio del escenario del conflicto ........ 156
5. Capítulo 4. Conclusiones y recomendaciones .................................................................... 161 5.1 Conclusiones .................................................................................................................. 161
5.2 Recomendaciones........................................................................................................... 164
IX
Lista de imágenes
Imagen 1. Mapa ubicación comunidad indigena Uwa en territorio nacional ............................. 18
Imagen 2 Mapa área exploratoria bloque Samoré, preparado por OXY ................................... 20
Imagen 3. Mapa Comunidad Uwa de acuerdo a ASOUWA .................................................. 21
Imagen 4 Pozo exploratorio Magallanes .............................................................................117
Contenido X
Lista de tablas
Tabla 1 Necesidades de los tipos de violencia ....................................................................... 65
Tabla 2 Medios de comunicación y registros informativo del análisis de medios. .................... 132
Tabla 3 Amenazas a la integridad territorial por la presencia de megaproyectos ...................... 150
Introducción
La presente investigación realiza un análisis del conflicto entre la Empresa Colombiana de
Petróleo - ECOPETROL y la comunidad indígena Uwa, ubicada al nororiente colombiano, frente a
la concepción disímil del territorio y el desarrollo. El conflicto se aborda a partir de un caso
denominado Proyecto Exploratorio Magallanes que tuvo lugar en el periodo comprendido entre los
años 2012 y 2014, ubicado en la vereda Troya, municipio de Toledo, departamento Norte de
Santander, y en el que se evidencia la defensa de unos intereses particulares; por un lado, la
empresa, de carácter estatal, con unos intereses económicos y productivos del territorio, y por otro,
la comunidad indígena con la férrea defensa del mismo de acuerdo a su ley de origen.
Cabe resaltar que éste no es el único caso de resistencia frente a proyectos extractivos de la
comunidad indígena Uwa, sin embargo, es el caso más reciente y en el que se observa que sin
importar el trascurrir del tiempo, los líderes y las acciones que realizan desde la cultura Uwa les
permiten continuar con una lucha sostenida desde los años 90´s cuando tienen el primer encuentro
con la empresa petrolera por el proyecto exploratorio SISMICA 2D Bloque Samoré, que ha sido
ampliamente documentado por la academia y que más adelante se recordará en esta investigación
como insumo para contextualizar el conflicto.
Así mismo es imprescindible aclarar que para el análisis del conflicto es necesario
establecer una conceptualización frente a; a. el modelo de desarrollo implementado por Colombia a
partir de la época de los años 90´s con el impulso de la apertura económica que da como resultado
una serie de reformas políticas y económicas alineado con la noción de crecimiento económico, y
b. la dinámica de violencia a la que ha estado sometida la comunidad indígena debido al desarrollo
de proyectos en territorios ancestrales, en un principio con el proceso de colonización en el que
ésta, como otras etnias del país, se vio reducida notablemente, y la posterior llegada de los
proyectos extractivos modificando las practicas productivas en la región, que junto con la
militarización de la zona produjeron problemas de orden público como enfrentamiento y
hostigamientos.
En este sentido, se puede establecer que el conflicto se ha desarrollado en el marco de unas
políticas neoliberales con intereses económicos desde el Estado y la empresa, que, a su vez, han
generado violencia en los territorios de las comunidades, entendiendo por violencia “toda actitud o
comportamiento que constituye una violación o privación al ser humano de una cosa que le es
esencial como persona” (Barbeito Thonon & Sampere , 2005, pág. 8). De acuerdo a la
categorización de Johan Galtung (2003) la violencia puede ejercerse de tres formas; una directa
que hace referencia a las agresiones físicas, otra estructural alusiva a la insatisfacción de
necesidades básicas y por ultimo una cultural en la que se justifica o normaliza las acciones
violentas, estas tres formas de violencia pueden mencionarse en el caso Uwa, ya que se han
presentado asesinatos, detenciones, amenazas y la imposición de unos preceptos de desarrollo
como bandera de la modernidad, sin embargo para el caso de la presente investigación se realizó
énfasis en la violencia estructural como esa otra violencia que subyace en los procesos de
modernización-desarrollo del país, muchas veces invisible e indiferente para el macro sistema
socio-político colombiano, pero que tiene implicaciones importantes, al igual que el conflicto
armado, debido a que dicha violencia produce también tensión, dolor, presión, desplazamiento,
heridas y rupturas simbólicas y materiales. Infortunadamente estas violencias son invisibles a la
percepción dolosa nacional debido a dos factores, por un lado, el protagonismo del conflicto
13
armado y por otro la naturalización de acciones violentas justificadas en el proyecto de desarrollo
del País.
La investigación y el análisis del conflicto entre la comunidad Uwa y la petrolera (Caso
Magallanes) se realiza a partir del modelo Pragmático de la Comunicación (MPC) de Leonarda
García, que deviene a su vez del Metamodelo Constitutivo de la comunicación (MCC) de Craig, la
autora, teniendo en cuenta que la comunicación está presente en la cotidianidad del ser humano y
“construyen e interaccionan al mismo tiempo con determinadas tensiones culturales y dialógicas”
(García L., 2015) establece tres niveles de análisis de la comunicación en medio del conflicto; el
nivel cultural, las tensiones dialécticas entre los actores del conflicto, y el nivel metacomunicativo
como aquel en el que los actores narran o relatan el conflicto. Estos tres niveles están presentes en
el conflicto caso Magallanes en el marco de la violencia gestada a partir de los proyectos
extractivos, su impacto en territorios de poblaciones étnicas y las acciones de resistencia de dichas
comunidades constituyen el objeto de análisis de la presente investigación.
El texto se divide en cuatro capítulos. El primero desarrolla el planteamiento de la
investigación, en este sentido, presenta los objetivos, los antecedentes, así como el marco teórico y
metodológico. El diseño metodológico está enmarcado desde el enfoque cualitativo histórico -
hermenéutico, a partir del método del estudio de caso y los instrumentos utilizados fueron la
revisión y el análisis documental (audiovisual y digitales) en relación con los hechos ocurridos
durante el conflicto Magallanes, análisis de medios frente a los discursos sobre el conflicto, desde
y alrededor de los actores y entrevistas semiestructuradas a líderes de la nación Uwa.
El segundo capítulo presenta, en primer lugar, la caracterización de la empresa Ecopetrol y
la comunidad Uwa - como actores del conflicto - a partir del análisis de las tensiones culturales
entre ellos, tomando como categorías conceptuales para dicho análisis, los términos: desarrollo,
territorio y gobierno, pues éstos son el eje de las diferencias, en términos de significación, de los
mismos, para ello el análisis se basó en la revisión documental de textos y narrativas propias de los
actores, y a través de algunas entrevistas, en segundo lugar, se presenta la reconstrucción
cronológica del caso Magallanes, a través de los registros mediáticos, de los comunicados a la
opinión pública de la comunidad indígena y de entrevista a líderes.
El tercer capítulo, se ocupa de las tensiones dialécticas y metacomunicativas que se dan en
medio del conflicto; como se señaló anteriormente existe una disparidad en los intereses de los
actores frente a la noción de desarrollo, territorio y gobierno, lo que ocasiona el conflicto, que
según Muñoz (2000:8) es la “contraposición de intereses y/o percepciones”. En este espacio
conflictivo emergen lógicas desde las cuales se abordan las diferencias entre los actores, y cómo se
gestionan estas diferencias para regular, transformar o resolver el conflicto. Este apartado, presenta
en un momento inicial las tensiones dialécticas a partir del análisis de los espacios de encuentro
entre Ecopetrol, Uwa y Gobierno; las tres reuniones de negociación y acuerdo y la visita a la
plataforma Magallanes por la comisión tripartita; las expresiones de los actores a través de los
comunicados y noticias; y entrevista a líderes participantes de las reuniones. Las tensiones
dialécticas tomadas para el análisis fueron; autonomía/conexión, apertura/clausura, y
predecible/novedad1. En el apartado final de este capítulo, se presentan las tensiones
metacomunicativas a través de un análisis de medios que muestra las narrativas del conflicto, al
examinar los discursos configurados por y alrededor de los actores desde las nociones de
pensamiento tradicionales de la comunicación desarrolladas por Robert Craig (1999); retórica,
socio psicológica, semiótico, fenomenológica, sociocultural, crítica y cibernética, es decir, cómo
narran los actores, desde sus posiciones, el conflicto. Para ello en el análisis de medios se
establecieron dos categorías; los medios comerciales alineados con las políticas económicas de la
1 Estas tensiones corresponden a lo preceptuado por Esperanza Hernández en su Modelo Pragmático de la
Comunicación para el nivel dialéctico (García Jiménez, La teoría de la comunicación como matriz práctica
para la resolución de conflictos, 2015)
15
empresa y el estado, y aquellos medios alternativos o propios de las comunidades indígenas. Es
preciso indicar que los discursos narrativos del conflicto se dan en medio de la opinión pública y la
presión mediática debido al reconocimiento transnacional del que gozan los indígenas Uwa por la
fuerte defensa de su territorio y su cultura ante los embates del capitalismo representado por los
intereses de la empresa.
Finalmente, el cuarto capítulo cuenta las acciones realizadas por la comunidad Uwa a lo
largo del conflicto del caso Magallanes y por las cuales se les considera como una comunidad de
paz, pues su accionar frente al conflicto es no violento. Esta caracterización se basa en el concepto
desarrollado por Esperanza Hernández (2000) al definir una comunidad de paz como:
Iniciativas de paz desde la base, en construcción, que encuentran su origen en regiones de
alta violencia y en comunidades que en medio del fuego cruzado se organizan como
expresión de resistencia civil no violenta al conflicto interno armado, dentro de un
territorio delimitado que declaran al margen de las hostilidades, para autoprotegerse
reivindicando la autonomía e inmunidad de la población civil frente al conflicto armado,
reconstruir el tejido social, desarrollar un proyecto de vida soportado en la solidaridad y el
bien común, y materializar su derecho a la paz (pág. 3).
Este concepto, aunque hace referencia a las comunidades en medio de la violencia directa
(conflicto armado), y sin desconocer que los Uwa la han vivido, se retoma frente al interés de esta
investigación para analizar el conflicto en medio de la violencia estructural derivada de los
proyectos extractivos en territorios indígenas ancestrales, quiere decir, que la comunidad indígena
Uwa se considera una comunidad de paz, por cuanto cumple con las características descritas por la
autora solo que no en medio de la violencia directa, sino estructural, resultado del desarrollo de los
proyectos extractivos en sus territorios.
En síntesis, la presente investigación presenta el análisis del caso Proyecto Exploratorio
Magallanes como un nuevo impulso a la lucha indígena que a través de la cultura configura
procesos de comunicación que fortalecen la resistencia ante los proyectos extractivos en sus
territorios de manera no violenta, ubicándola como una comunidad de paz en medio de la violencia
estructural.
17
1. Capítulo 1. Planteamiento del problema de
investigación
Para definir el problema se empezará por describir el escenario donde se realizó el análisis
y la situación particular donde se hacen visibles los elementos de la cultura que construyen
procesos de comunicación para el cambio social, es decir, el contexto espacial y temporal del
conflicto, así como sus antecedentes históricos, de manera que se pueda comprender las tensiones
culturales, dialécticas y metacomunicativas que busca la presente investigación.
Los U´wa son una comunidad indígena de Colombia ubicada en la cordillera oriental de
los Andes, asentada actualmente en los departamentos de Santander, Norte de Santander, Boyacá,
Arauca y Casanare (véase Mapa No. 1). En su cosmovisión, SIRA (Dios) les dio un extenso
territorio delimitado por una línea imaginaria (Kera Chikara) que abarca gran parte de la sierra
Nevada del Cocuy y su piedemonte para que la cuidaran, manteniendo así el equilibrio del
universo, a esto lo llaman La ley de Origen, es la ley que los rige en todos los aspectos y que ha
sido encomendada por SIRA. Para los U’wa el territorio no es algo ajeno o externo a ellos mismos,
no es un pedazo, sino que lo es todo, incluyéndose, de allí que consideren que las afectaciones al
medio ambiente (territorio) son contra un sujeto colectivo interpretado culturalmente como pueblo
U´wa (Asouwa, Plan de Salvaguarda NAción Uwa, 2014, pág. 89).
La cosmogonía U’wa se fundamenta en el permanente equilibrio entre el hombre, el medio
ambiente y su universo cósmico. La defensa del planeta tierra y el territorio propio son
bases para dicho equilibrio entre la gente y el medio natural, el cual asegura la
permanencia de la cultura, de lo material y de lo espiritual ( Ministerio de Cultura,
Dirección de Poblaciones)
Imagen 1. Mapa ubicación comunidad indigena Uwa en territorio nacional
Fuente: Caracterizaciones de los Pueblos Indígenas en Riesgo (Auto 04/09). Dirección de
Poblaciones- Ministerio de Cultura
De acuerdo con el Censo Demográfico DANE 2005 los U’wa son 7.581 personas que representan
el 0,5% de la población indígena de Colombia, la mayoría de ellos se encuentra en el departamento
de Boyacá que corresponde al 61,9%, seguido de Arauca con 13,2% y Norte de Santander con
11,5%. El municipio con mayor presencia de indígenas U’wa es Cubará (Boyacá) donde el 80% de
su población corresponde a esta etnia.
Los integrantes de esta etnia conservan aun hoy su cultura a pesar de tener contacto con el
mundo occidental desde la época de la conquista. Pertenecen al grupo lingüístico Chibcha y su
19
lengua es la Uwa tunebo, se caracterizan por su alto sentido de preservación del medio ambiente y
por la lucha y resistencia frente a proyectos extractivos de petróleo en sus territorios.
Geográfica y políticamente los Uwa están organizados a través de la Asociación de
Autoridades Tradicionales y Cabildos Uwa ASOUWA que reúne las 17 comunidades indígenas
asentadas en los departamentos de Arauca, Casanare, Boyacá y Norte de Santander en una
extensión aproximada de 220.275 hectáreas en el Resguardo Unido Uwa, creado legalmente
mediante Resolución 056 del 6 de agosto de 1999 (Asouwa A. D., 2014). Dicha asociación tiene la
representación social y política del sujeto colectivo Uwa.
Los Uwa, hacen parte de las comunidades indígenas declaradas en riesgo de desaparición
por el Auto N. 004 de 2009 de la Corte constitucional derivado de la Sentencia T 0-25 de 2004
sobre desplazamiento forzado por el conflicto armado interno en Colombia. Este reconocimiento
jurídico de riesgo de extinción fisca y cultural ha sido de vital importancia en el marco de la lucha
y resistencia de la comunidad U´wa, ya que le ha permitido realizar acciones, también de carácter
jurídico, para su salvaguarda.
Contacto de la comunidad Uwa con las petroleras, inicio del conflicto
A partir del año 1991 iniciaron las acciones que generaron los primeros conflictos entre la
comunidad indígena Uwa, empresas petroleras y Estado, en este año la Empresa Colombiana de
Petróleo - ECOPETROL firma el contrato de Asociación (50-50) con las empresas Occidental
Petroleum Corporation – OXY y Shell, para realizar actividades de exploración y explotación en
un área denominada Bloque Samoré, en las faldas y el piedemonte llanero de la cordillera oriental,
en la región conocida como Las Selvas del Sarare, que se expande hacia los Llanos Orientales en la
Orinoquía colombiana, donde existen numerosos ríos que bajan de la cordillera y que en esta
esquina conforma un nudo conocido como la Sierra Nevada del Cocuy o de Güicán (Serje, 2003)
territorio sagrado para los indígenas quienes lo llaman Zizuma donde se encuentran los guardianes
de la Madre Tierra.
Imagen 2 Mapa área exploratoria bloque Samoré, preparado por OXY
Fuente: (Serje, 2003, pág. 115)
21
Imagen 3. Mapa Comunidad Uwa de acuerdo a ASOUWA
Fuente: (Serje, 2003, pág. 117)
En los mapas 2 y 3 se observa el territorio visto desde los dos actores del conflicto, el
primero de ellos realizado por la empresa OXY en el que se evidencia una cartografía técnica y
delimita el área objeto de la licencia ambiental concedida a la empresa petrolera para adelantar los
trabajos de exploración, así como el traslape del área con los resguardos indígenas de la zona. El
mapa No. 3 es una construcción, menos técnica, de la Asociación ASOUWA donde se ubican los
resguardos y comunidades indígenas, así como los ríos, las carreteras y las zonas en las que se
superponen con el bloque Samoré. El análisis de esta cartografía la desarrolla de manera amplia
Margarita Serje (2003) concluyendo que los mapas utilizados por la empresa no incluían aspectos
tan importantes para la comunidad como el relieve y la hidrografía del territorio, ya que, de
acuerdo a su cosmovisión y cultura, los indígenas Uwa se movilizan a través de los pisos térmicos
y siguiendo un patrón con los cauces hídricos, por tanto, culturalmente si revisten importancia en el
desarrollo de los proyectos. Por el contrario, los mapas realizados por Asouwa contemplan once
ríos y varias comunidades, así mismo, reconoce a través de convenciones, el territorio que está en
disputa y que han pretendido recuperar.
De acuerdo al artículo 330 de la constitución de 1991 donde se reglamenta la “consulta
previa” como mecanismo de participación de los pueblos indígenas frente a decisiones que los
afecten, las empresas petroleras acompañadas de la institucionalidad realizan en enero de 1995 una
reunión en la ciudad de Arauca para presentar el proyecto y realizar la “reunión de consulta”
entendiendo resultados diferentes las dos partes del conflicto; la comunidad indígena interpretó que
se realizaría una nueva reunión posterior a la reunión con sus mayores o werjayas consultando la
situación; por su parte el Estado asumió que estaban de acuerdo y que en la siguiente reunión
expondrían las modificaciones de acuerdo a lo que expusiera una comisión intercultural creada, al
realizarse la segunda reunión finalizando el mismo mes, la comunidad indígena se siente
traicionada pues con la primera reunión las empresas dieron por cumplido el mecanismo de
consulta previa, por tanto en febrero de 1995 el Ministerio de Ambiente otorga Licencia Ambiental
a OXY para Programa Sísmico 2D Bloque Samoré.
A partir de este episodio se genera un inconformismo mayor en la comunidad Uwa, y
expresan la negativa al desarrollo de dicho proyecto, amenazando con un suicidio colectivo de más
de 5.000 indígenas, remembrando la historia de sus antepasados en el Peñón de los muertos (Chita,
Boyacá) en la época de la colonia, donde miles de indígenas se lanzaron al vacío antes de ser
dominados por los colonos. Este hecho visibiliza el conflicto a nivel local, nacional e internacional,
acaparando la opinión pública y la afinidad de muchos sectores con la posición del pueblo Uwa, en
23
medio de problemas como el secuestro y homicidio de tres indigenistas norteamericanos, de
amenazas a líderes de la comunidad Uwa, de confrontaciones de grupos armados ilegales en la
zona (ELN, FARC y agentes del Estado) y de acciones judiciales en contra de la licencia ambiental
del bloque Samoré en estrados nacionales e internacionales.
El Estado colombiano solicitó apoyo a la Organización de Estados Americanos – OEA para
que mediara en la solución del conflicto, la OEA a través de la Unidad para la promoción de la
democracia y con el acompañamiento de la Universidad de Harvard realizó una serie de
recomendaciones en 1998 entre ellas: suspender las actividades por parte de la petrolera para generar
confianza con la comunidad y llegar al dialogo, normalizar el proceso de ampliación del resguardo
Uwa y respeto para el sistema de autoridad y liderazgo Uwa (Harvard, 1998).
Luego de la relevancia del caso a nivel nacional e internacional, la compañía Shell vendió
su parte del contrato a la OXY en el año 1998, la comunidad indígena continúo realizando gestiones
y encuentros con la institucionalidad nacional para lograr la ampliación de los títulos de propiedad
como resguardo, objetivo que tenían diez años atrás, y paralelamente la asociación petrolera
solicitaba una nueva licencia ambiental de exploración denominada Pozo Gibraltar 1, en Toledo,
Norte de Santander, estas dos acciones terminaron materializándose a finales del año 1999 en
septiembre y octubre respectivamente. Con la nueva licencia ambiental los Uwa se sintieron
engañados y se sumaron a las iniciadas acciones de inconformidad de las organizaciones sociales y
campesinas de Arauca quienes reclamaban mayor presencia del Estado a través de paros cívicos.
Finalmente, en el 2002 OXY cede los derechos sobre el bloque Samoré a Ecopetrol y éste
adelanta las actividades de explotación de gas en el pozo Gibraltar 1 a escasos 5 kilómetros de la
línea que delimita el resguardo Uwa, espacio que es considerado como territorio ancestral para los
indígenas (Serje, 2003), en medio de la resistencia del pueblo indígena, los desalojos por parte de la
fuerza pública, el cubrimiento nacional e internacional de los medios de comunicación y acciones
sociales y jurídicas por parte de los Uwa.
Con la infraestructura instalada por parte de la empresa petrolera, y de acuerdo a los intereses
económicos de ésta y el Estado colombiano, las fuerzas militares de Colombia prestan la seguridad
a dichas instalaciones, lo que ha propiciado por años, enfrentamientos con las guerrillas que operan
en la zona (ELN y FARC) quienes realizan atentados a la infraestructura de la petrolera, generando
zozobra, peligro y desplazamiento de la comunidad, adicionalmente daños a la flora y fauna de la
zona con el vertimiento de residuos debido a los atentados, lo que constituye afectaciones en el modo
de vida de la comunidad Uwa.
Recientemente, el 25 de marzo de 2014 se produce un atentado contra el Oleoducto Caño
Limón – Coveñas OCLC, sector La China, municipio de Toledo, Norte de Santander, en predio de
propiedad colectiva del pueblo Uwa, este oleoducto de 770.6 kilómetros y con una capacidad de
unos 220 mil barriles de petróleo día (kbpd) (CENIT - Transporte y Logística de Hidrocarburos
S.A.S., 2020) reviste gran importancia en materia económica para el país pues transporta el crudo
desde los llanos orientales hasta la costa atlántica. El atentado en mención se produce en medio del
inconformismo de la comunidad indígena Uwa por un nuevo proyecto exploratorio llamado
“Magallanes” a escasos 500 metros del rio sagrado Cubogón o Kerama, durante el mes anterior al
atentado, a la zona había empezado a llegar maquinaria para el desarrollo de la plataforma de
exploración, situación que la comunidad indígena había denunciado, ya que el proyecto se
desarrollaría en territorio ancestral indígena (no reconocido en los títulos del resguardo) y dentro de
la Reserva Forestal del Cocuy, lugar sagrado para los Uwa, sin tener eco en la institucionalidad. Con
el atentado se produjo la ruptura del oleoducto situación que obligó a frenar el transporte de crudo,
los indígenas aprovecharon esta coyuntura para hacerse escuchar impidiendo la reparación del tubo
25
a través del ejercicio de la autonomía y control territorial del predio con la presencia de
aproximadamente 50 indígenas (Asouwa, Comunicado a la opinión pública, 2014).
Este nuevo conflicto (Caso Magallanes) obligo a los indígenas a movilizarse nuevamente para
frenar el proyecto y evidenció que sin importar el transcurrir del tiempo (20 años después de la
primera movilización) los U´wa mantienen firme su posición opositora y han logrado que ésta
trascienda por generaciones, lo que permite preguntarse por las acciones que realizan desde la cultura
para fortalecer su resistencia contra los proyectos extractivos y caracterizarla como una comunidad
de paz, en el entendido que su accionar es no violento. El objeto de la presente investigación es el
análisis del caso Magallanes, teniendo como referente el Modelo Pragmático de la Comunicación
desarrollado por Leonarda García (2015), en el que se pueden establecer las tensiones culturales,
dialécticas y metacomunicativas en medio del conflicto entre Ecopetrol y la comunidad Uwa, así
como la caracterización de la etnia como una comunidad de paz en medio de la violencia estructural
derivada de los proyectos extractivos.
1.1 Identificación del proyecto
Título del proyecto: Caso Magallanes; conflicto, comunicación y paz. Un nuevo impulso a la lucha
Uwa.
Tema de investigación: Análisis del Caso Magallanes desde las tensiones comunicativas en el
marco del conflicto entre Ecopetrol y la comunidad Uwa como una comunidad de paz.
Línea de investigación a la que se articula
La presente investigación se articula a la línea Comunicación, salud, medio ambiente y
sostenibilidad ya que, en primer lugar, el caso analizado presenta las tensiones culturales que
emergen en el conflicto de dos actores con concepciones disimiles de lo que es desarrollo y
territorio, por una parte, la empresa Ecopetrol desde la óptica occidental de crecimiento económico
y producción, y por otra la comunidad indígena Uwa desde una perspectiva simbólica de bienestar
y armonía con la Madre Tierra, en segundo lugar, porque esta experiencia muestra el
fortalecimiento de la lucha y resistencia de los Uwa frente a los intereses económicos de la
empresa y del país sobre el territorio, y por ultimo debido a la importancia que cobra el papel de la
comunicación en torno a problemáticas relacionadas con el medio ambiente desde el nivel cultural
hasta las representaciones y los discursos mediáticos.
Pertinencia de la investigación
La resistencia de la comunidad U´wa es una experiencia de comunicación para el cambio
social, ya que las acciones colectivas de esta comunidad se sustentan en procesos comunicativos
que de manera trasversal permiten y promueven, de manera interna: la apropiación de la cultura
U´wa como guardianes de la Madre Tierra, y de manera externa: el fortalecimiento del movimiento
social orientado a develar la importancia de la conservación del medio ambiente, la necesidad de
un giro en la concepción de “desarrollo” y la integración de la vida en todos los procesos del ser
humano.
Se encuentra implícita en esta experiencia la tensión entre lo global y lo local; por una
parte el Estado colombiano que obedece a la dinámica económica capitalista y neoliberal, y que a
pesar de promulgar leyes y normas para proteger física y culturalmente a las comunidades
27
indígenas, tiene unos interés socioeconómicos sobre el territorio; por otra parte, las comunidades
indígenas U’wa, para quienes el territorio tiene una significación diferente y además innegociable,
confluyen allí dos concepciones opuestas de territorio y de desarrollo.
El proceso de resistencia de los U´was busca la transformación social, de hecho poco a
poco, a través de las acciones colectivas en contra de la explotación petrolera: plantones, foros,
acciones jurídicas, manifestaciones, tomas pacificas de puntos estratégicos, entre otras, los han
puesto en la esfera pública local, regional, nacional e internacional; hecho que ha obligado al
gobierno nacional, la institucionalidad y a las diferentes empresas a sentarse a dialogar en varias
ocasiones, no para negociar las operaciones petroleras en el territorio, pues su postura ha sido
siempre opositora a cualquier tipo de acción de esta índole, sino para discutir la garantía de los
derechos del pueblo U´wa frente a su supervivencia, inscrito dentro de ese derecho el respeto de su
territorio. Allí hay un claro ejemplo de acciones de comunicación para la transformación que
posibilitan el cambio social.
Adicionalmente la experiencia de lucha y resistencia indígena de los U´wa podría aportar
elementos importantes para el fortalecimiento de otros movimientos sociales que buscan incidir a
nivel social, político y económico sin un accionar violento, más aun en el escenario actual del país
donde la búsqueda de la paz se ha convertido en un aspecto importante de las agendas políticas,
donde se ha logrado un proceso de paz con la guerrilla de las FARC que contempla un capítulo
completo el tema étnico y está además latente la intencionalidad, por lo menos de parte de la
insurgencia, de reiniciar los diálogos de paz con la guerrilla del ELN.
Pregunta de investigación
¿Cuáles son los elementos, que desde la cultura U`wa, configuran procesos de comunicación que
contribuyen a fortalecer el proceso de resistencia como una comunidad de paz, en medio de la
violencia estructural derivada de proyectos extractivos a partir del análisis del Caso Magallanes en
el periodo de 2012 a 2014?
Preguntas específicas
¿Qué tipo de tensiones culturales y dialécticas se presentan a partir de las acciones y roles de cada
parte del conflicto Caso Magallanes?
¿Cómo se presentan dichas tensiones en los discursos y representaciones producidos por cada parte
del conflicto?
¿Qué acciones específicas llevadas a cabo por la comunidad U’wa durante este conflicto permitiría
caracterizarla como una Comunidad de Paz?
1.2 Objetivos
Objetivo general
Determinar los elementos que desde la cultura U`wa configuran procesos de comunicación, que
fortalecen su resistencia y permite considerarla como una comunidad de paz en medio de la
violencia estructural derivada de los proyectos extractivos de hidrocarburos en el caso Magallanes
en el periodo de 2012 a 2014.
Objetivos específicos
- Caracterizar los actores del conflicto y el rol de cada uno como interlocutor en los procesos
de negociación en el Caso Magallanes, reconstruyendo las acciones de los mismos en el
periodo de 2012 a 2014.
29
- Analizar las tensiones dialécticas en los momentos de negociación y en los discursos
mediáticos sobre el conflicto desde cada actor en el marco del Caso Magallanes en el
periodo de 2012 a 2014.
- Identificar las acciones no violentas llevadas a cabo por la comunidad Uwa durante el
conflicto del Caso Magallanes en el periodo de 2012 a 2014 que permiten caracterizarla
como una comunidad de paz.
Delimitación espacial y temporal
Hacer una delimitación espacial estricta del conflicto entre Ecopetrol y la comunidad Uwa
en el Caso Magallanes no sería preciso, debido a la concepción particular del territorio para esta
comunidad en donde el pueblo Uwa es uno con la madre naturaleza y sus límites desbordan lo
regulado por la institucionalidad a través del Estado, sin embargo, nos ceñiremos a las dinámicas
propias del Caso atendiendo tanto a la cosmovisión Uwa como a la visión occidental del estado y
la empresa petrolera, en este sentido aunque el área de perforación exploratoria Magallanes esté
situada en la vereda Troya, Corregimiento de Samoré, Municipio de Toledo, Departamento Norte
de Santander, el conflicto comprende otros espacios geofísicos y simbólicos como el Resguardo
Unido Uwa, el Parque Nacional el Cocuy y el río sagrado Cubogón.
En cuanto al periodo en el que se desarrolla el conflicto hemos indicado que esta comunidad
lo ha estado desde los años 90´s, no obstante, tomaremos como referencia para la presente
investigación lo acontecido desde septiembre de 2012, momento en que se otorga Licencia
ambiental No. 0803 de 2012 por parte de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA)
para llevar a cabo el Proyecto Exploratorio Magallanes, hasta el mes de febrero de 2015, momento
en el que es desmontado por completo la plataforma Magallanes por decisión de la empresa
Ecopetrol.
1.3 Antecedentes de investigación
En primer lugar, se presentan los trabajos de investigación en los que – de manera general –
se abordan las temáticas de los movimientos indígenas en el marco de conflictos ambientales y
cómo éstos se incluyen en procesos de cambio social.
En el libro “La construcción del nativo ecológico” Astrid Ulloa (2004) presenta de manera
amplia el surgimiento de los movimientos indígenas y su evolución a nivel global y nacional; las
tensiones y discusiones que se dan en torno a los movimientos indígenas relacionados con el
ambientalismo en contextos locales, nacionales y trasnacionales; la construcción de identidades
ecológicas de los pueblos indígenas en el marco de las dinámicas occidentales y sus implicaciones
políticas, económicas, sociales y culturales; así como una mirada crítica a las complejidades,
paradojas y dilemas del escenario actual de los movimientos indígenas en tanto cosificación de lo
“tradicional”, “ancestral”, “étnico”, en los que se sitúan dichos valores como objetos de mercado.
(Ulloa, 2004).
La investigación de Ulloa es relevante para esta investigación en tanto es el único texto que
condensa de forma amplia y completa las relaciones entre los movimientos indígenas y las luchas
en defensa del medio ambiente al analizar de manera histórica (a nivel global, latinoamericano,
nacional y específicamente en la Sierra Nevada de Santa Marta) cómo los pueblos indígenas han
adquirido – a lo largo de diferentes procesos – un poder político suficiente para interlocutar con
otras esferas de poder económico, político y social a nivel local, nacional e internacional, creando
redes, lazos o alianzas con otros movimientos o grupos ambientalistas locales, nacionales y
31
transnacionales con los que comparten, si bien desde una perspectiva diferente, la conservación de
la naturaleza, y también participando en espacios del sistema político democrático. De forma
histórica narra el reconocimiento del sujeto político indígena a partir de los años 1970 cuando
cobra relevancia sus luchas y la identidad colectiva “…por ser actores con capacidad de acción y
con poder para la reconfiguración de concepciones nacionales de identidad, desarrollo,
democracia y naturaleza” (Ulloa, 2004, pág. 19) y debido al interés de la academia en estudiar y
analizar sus acciones colectivas y movilizaciones políticas, sin embargo, se registra que anterior a
esta fecha los pueblos indígenas ya habían realizado esfuerzos por reclamar la diferencia e
identidad, incluso desde épocas de la conquista. En la década de los 80´s y 90´s ocurren varios
eventos tanto a nivel internacional como latinoamericano en la consolidación de las organizaciones
políticas indígenas; la Alianza de los pueblos indígenas de la cordillera, en Filipinas, El Consejo de
los Pueblos Indígenas y Tribales, en la India, El Pacto de los pueblos Indígenas de Asia, en el
escenario latinoamericano; El Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, en México, y la
Coordinadora de la Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica con pueblos indígenas de
Colombia, Brasil, Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela, Surinam y Guyana, así como sucesos a nivel
nacional y local con las luchas y resistencia de los pueblos indígenas colombianos, que reclamaban
desde los años de la colonia (1781) sus tierras, que dieron como resultado en 1971 la primera
organización indígena Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC y en 1984 la creación de la
Organización Nacional de Indígenas de Colombia ONIC que hoy sigue vigente, este escenario les
permitió avanzar en la participación política y mejorar la capacidad de negociación de sus
demandas frente al reconocimiento de la diversidad cultural, el control territorial, el manejo de los
recursos naturales y la conservación cultural ante el Estado, lo que derivó en cambios en las
políticas nacionales y la creación de programas que le permitiesen la participación directa y no una
simple integración a ellas.
La investigación también expone de forma detallada los cambios y modificaciones en la
legislación desde el ámbito internacional hasta la aplicación en el territorio nacional en lo
concerniente a comunidades indígenas; el Convenio 169 de la OIT en 1989, la Constitución
Política de 1991 (en la que los pueblos indígenas tuvieron participación a través de un bloque
democrático conformado por tres delegados y algunos partidos) en la que se reconocían por
primera vez sus derechos sobre territorialidad, política, economía, desarrollo, administración y
derechos sociales y culturales; y la creación de partidos políticos como la Alianza Social Indígena
ASI en 1991, el Movimiento Indígena Colombiano en 1993 y el movimiento Autoridades
Indígenas de Colombia en AICO en 1994, por nombrar algunos, que dan cuenta de los avances
como sujetos políticos activos de los temas que demandan y ya no como aquellos individuos
“salvajes” “incivilizados” o “necesitados” (Ulloa, 2004).
Es importante en este estudio el análisis que realiza sobre las demandas de los pueblos
indígenas y las tensiones que se dan en torno a éstas sobre su interés principal; el territorio, y todas
las implicaciones de carácter jurídico, social, económico, político y cultural que se derivan de éste,
ya que las dinámicas neoliberales y la visión de desarrollo económico les son completamente
ajenos, y aunque Ulloa centra su análisis de manera particular en los pueblos indígenas de la Sierra
Nevada de Santa Marta, estas tensiones son compartidas de forma general por otros pueblos
indígenas como los Uwa (caso que es nombrado como ejemplo en algunas partes del texto para
dilucidar las ideas de la autora), de manera minuciosa expone desde lo semántico categorías
conceptuales como el territorio; denominado desde los pueblos indígenas como “Madre Tierra”,
“Territorio sagrado”, “territorio ancestral” y visto no como un elemento externo a ellos mismos y
reducido al aspecto físico, sino como una unidad simbólica en la que basan el eje de su existencia,
por ello sus demandas han sido dirigidas a la recuperación de dichos espacios a través del
reconocimiento de resguardos indígenas, y a la ampliación y saneamiento de los ya constituidos;
Autonomía, gobernabilidad y autodeterminación, en el reconocimiento de la diferencia los pueblos
33
indígenas buscan estar insertos dentro del Estado pero con autonomía en el territorio y el manejo
de los recursos, no es de su interés verse separados de la nación, por el contrario las propuestas
giran en torno a “…impulsar el autogobierno de pueblos y comunidades, en el marco de la
soberanía del país…”2 lo que significaría para el Estado la pérdida de control sobre el territorio;
Propuestas de futuro, aunado a la concepción de autodeterminación y siendo parte del Estado –
Nación los pueblos indígenas consideran que las decisiones sobre el futuro a través de los “planes
de vida” (herramienta designada desde la institucionalidad) pueden ser, de manera externa, una
estrategia de lucha legal, y de forma interna, un instrumento para posicionar su lógica cultural que
garantiza su permanencia en el territorio (Ulloa, 2004); seguridad alimentaria, como uno de los
ejes básicos ya que la pérdida de territorio y los proyectos de desarrollo en sus territorios han
modificado las prácticas culturales y alimentarias. Todas las demandas de los pueblos indígenas
tienen de manera transversal la necesidad de control y autonomía territorial para la permanencia
física y cultural propia.
Adicionalmente explica la construcción de identidades del sujeto indígena pasando desde
la percepción y representación del “otro”3 como una criatura “silvestre” o hijo de la Madre
Naturaleza, el “otro” como una entidad femenina que debe ser protegida y dominada, el “otro”
como patrimonio de la humanidad que tiene la responsabilidad de proteger, conservar y cuidar la
naturaleza como una propiedad global, el “otro” como mártir en tanto dada su responsabilidad
como guardianes y defensores de la Madre Tierra pueden ser héroes o mártires al sacrificarse en
defensa del territorio, el “otro” como nativo sostenible debido al manejo de los recursos de acuerdo
a sus prácticas ancestrales que son consideradas “naturales”, su contrario; el “otro” como alguien
2 Propuesta de declaración: un nuevo país, digno, justo y en paz; un nuevo gobierno para la paz de la ONIC,
citado por Ulloa, página 210. 3 Utilizando el término dado por Ulloa para referirse a aquel que es diferente.
necesitado de disciplina y adiestramiento ambiental, el “otro” como premoderno en el que se
observa al sujeto en un estadio anterior al desarrollo, es decir, posturas que no comparten el
desarrollo sostenible como el caso Uwa, y su contrario, el “otro” como hipermoderno en el que su
representación se ha modificado debido a prácticas económicas y culturales completamente
distintas a la concepción imaginaria del indígena. Todas estas representaciones obedecen a
características particulares de los pueblos indígenas en cuanto a épocas y contexto histórico,
posturas políticas y el accionar en relación a los conflictos que libren.
Todas estas discusiones en el ámbito específico de las comunidades indígenas que realizan
sus luchas en temas medioambientales son de vital importancia para la presente investigación, ya
que logra observar y comprender en detalle muchos de los aspectos complejos que circulan
alrededor del conflicto del Caso Magallanes entre la comunidad Uwa y la empresa petrolera; las
tensiones culturales sobre territorio, desarrollo, gobierno, entre otras categorías, las contradicciones
en la normatividad internacional y nacional frente al abordaje de los temas medioambientales y de
territorio con comunidades indígenas y las representaciones de los pueblos indígenas en la
sociedad.
En esta segunda parte de revisión bibliográfica para el caso concreto del conflicto de la
comunidad Uwa con la empresa petrolera los antecedentes de investigación se presentarán en dos
categorías con base en sus contenidos: en la primera se exponen las investigaciones que reseñan el
conflicto entre las empresas extractivas de hidrocarburos y la comunidad Uwa con el fin de
contextualizar históricamente los problemas territoriales entre estos actores; en la segunda se
presentan abordajes frente a la comunicación para el cambio social dentro de escenarios de
conflicto en el plano nacional. Este abordaje dividido permite contextualizar mejor el escenario
donde se lleva a cabo procesos de resignificación social de la comunicación y cómo las
35
comunidades marginadas han incorporado esta comunicación, propia y externa, como herramienta
de lucha y resistencia.
Estudios y análisis del conflicto Uwa vs petroleras
La comunidad indígena U´wa ha sido objeto de diferentes investigaciones a lo largo de su
historia, pues como grupo étnico ha captado la atención e interés de la comunidad académica,
quizás la investigación de mayor importancia en cuanto a la descripción del pueblo U´wa es la tesis
doctoral de Ann Osborn (1982) Las cuatro estaciones, mitología y estructura social entre los U´wa,
en la que realiza una etnografía sobre el grupo y específicamente del clan Kubaruwa, a partir del
significado de sus mitos y la relación de éstos con su forma de vida. El propósito de la
investigadora fue evidenciar la estrecha relación entre el sistema de creencias de los U´wa y la
forma de vida de los mismos, en los que a partir de las cuatro estaciones realizan sus actividades
tanto productivas, sociales y simbólicas, así como la reciprocidad con el espacio geográfico que
habitan.
La investigación de Osborn permitió ahondar en la caracterización de la comunidad Uwa,
su cosmovisión y su organización social, así mismo conocer el pensamiento mítico del grupo
étnico en relación a las acciones o actividades que realizan en su vida cotidiana y cómo se
establece la correlación entre su mundo real e imaginario, creencias y pensamiento, gente y
deidades, naturaleza y sociedad, a través de las cuales se mantiene el equilibrio del universo. A
partir de este documento se pudo entender por ejemplo la importancia que tiene para los Uwa el
territorio, no como un elemento aislado, sino como una parte esencial de sí mismos, en los que
cobra vital importancia su cuidado pues es a partir del conjunto en el que es posible el sentido de
su propia vida. Toda su existencia está relacionada con ese espacio físico; la economía
(alimentación) y formas de cultivar, la pervivencia de la cultura a través de los matrimonios (de
acuerdo a los clanes y su ubicación física y simbólica) los rituales y costumbres, su modo de vida.
Adicionalmente la investigación realizó aportes generales para la ubicación geoespacial de la
comunidad Uwa y de sus clanes, cuestión que permitió entender la organización social y política
actual de la Nación Uwa.
Otro documento relevante es el informe realizado por la Unidad para la Promoción de la
Democracia (UPD) de la Organización de Estados Americanos OEA y el Programa de Sanciones
No Violentas y Supervivencia Cultural del Centro de Asuntos Internacionales de la Universidad de
Harvard luego de intervenir en el conflicto del caso Bloque Samoré entre el gobierno colombiano y
la comunidad indígena Uwa, esto a solicitud del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno
de Colombia en el año 1997. El equipo de investigación denominado “Proyecto OEA/Harvard en
Colombia” tuvo como objetivo:
“…recopilar las perspectivas y opiniones sobre el caso, tanto del gobierno colombiano como
de las otras partes, preparar una descripción sobre las varias perspectivas de las partes
involucradas en el conflicto y, como producto final, elaborar un informe con recomendaciones
encaminadas hacia un manejo del conflicto”. (Organización de Estados Americanos OEA,
1998).
El equipo de la misión OEA – Harvard realizó dos viajes a Colombia para reunirse con los
actores del conflicto tanto de las instituciones gubernamentales como de la empresa y la
comunidad indígena evidenciando que el conflicto era mucho más complejo de lo que se habría
pensado, ya que éste involucraba aspectos no solo económicos, sino culturales, sociales y políticos.
37
El análisis de la situación por parte del equipo de la misión, documentado en el informe,
permitió conocer el abordaje del conflicto así como los actores y fuentes principales del mismo,
entre ellas las diferencias culturales de los involucrados; centrados principalmente en la noción de
la tierra para unos y otros de forma muy distinta, por una parte desde la industria petrolera y el
gobierno como un recurso de producción económica y, por la otra parte, para los Uwa, como un
elemento intrínseco en sí mismo que constituye su historia, el presente y el futuro de su existencia.
Otra fuente del conflicto encontrada por la comisión es la delimitación del espacio físico, éste al
igual que el concepto diferente que tienen los actores sobre la tierra, es un generador más de
desacuerdo, pues para la empresa y el gobierno el área del bloque Samoré está delimitado por
aspectos físicos; medidas, área, capas, elementos individuales, etc. mientras que para los Uwa la
tierra está mediada por el sistema de valores y creencias sobre la vida, por ello no reconocen la
línea o límite impuesta desde la institucionalidad. Esta incertidumbre en cuanto a la delimitación
de la tierra es también fuente del conflicto ya que da lugar a la inseguridad de los derechos
territoriales, desde un punto de vista jurídico y normativo, y en lo que ocupó este caso del Bloque
Samoré específicamente en cuanto a la figura de consulta previa, y desde el punto de vista cultural
y simbólico como modo de vida para los Uwa. Finalmente, la comisión OEA- Harvard emite siete
recomendaciones sobre el conflicto, a saber:
- Suspender las actividades de exploración y explotación por parte de las empresas como paso
necesario para mejorar las condiciones de relacionarse.
- Normalizar el proceso de la ampliación del resguardo U´wa.
- Moderar las intervenciones públicas para evitar la estigmatización de los involucrados.
- Reconocimiento y respeto por el sistema U’wa de autoridad y liderazgo.
- Concretar el proceso de consulta previa de acuerdo a lo establecido en las normas.
- Brindar preparación y asistencia técnica a la comunidad Uwa sobre los procesos de consulta
previa y proyectos petroleros.
- Crear un programa para promover una mayor comprensión entre las partes.
(Organización de Estados Americanos OEA, 1998).
Esta investigación es base importante para entender el conflicto en el marco del caso
Magallanes, pues, aunque cada conflicto dista entre sí aproximadamente por 20 años, se conservan
rasgos y dinámicas símiles; brechas culturales entre los actores, intereses diferentes sobre el
territorio, desacuerdos permanentes entre las partes y, la resistencia social y cultural de la
comunidad; adicionalmente, el informe y la intervención de la OEA fue una aporte importante en
el reconocimiento a nivel internacional de la lucha de los Uwa.
En este sentido es también importante la investigación realizada por Luis Carlos Arenas
(2000) titulada “La lucha contra la explotación petrolera en territorio U´wa; estudio de caso de una
lucha local que se globalizó”, en la que analiza de manera amplia los hechos ocurridos en el
conflicto Uwa con las petroleras y el estado colombiano en los años 90´s con referencia al Bloque
Samoré y la nueva licencia ambiental para el pozo Gibraltar 1 y la forma en cómo a partir de las
acciones jurídicas, sociales y comunicativas de la etnia indígena, se logró visibilizar el conflicto en
esferas nacionales e internacionales, ganando la solidaridad de sectores sociales y no
gubernamentales en la lucha por el territorio. El análisis está dirigido en función de la
transnacionalización de un conflicto local, desde una organización de base comunitaria,
fuertemente arraigada a su cultura y cosmovisión, apropiada de las dinámicas impuestas por
occidente para expresar su voz a través de numerosos comunicados públicos, apoyada desde
ámbitos nacionales e internacionales gracias a su capacidad de organización social y política, y la
empatía que generó la lucha por el territorio y la naturaleza, contrario al modelo hegemónico de
desarrollo.
39
Esta investigación permitió conocer entre otras cosas; (1) el nivel organizativo de la
comunidad Uwa, donde la autoridad es ejercida por los Werjayas (personas mayores) pero la
representación se da a través de los cabildos, así mismo explica cómo nace la actual Asociación de
Cabildos y Autoridades Tradicionales Uwa – ASOUWA resultado de un proceso de
“modernización” de la estructura social que le permitiera la interlocución con las entidades para
luchar por sus derechos; (2) el proceso de constitución del Resguardo Unido Uwa derivado del
esfuerzo de la comunidad desde los años 80´s por recuperar sus territorios ancestrales, (3) las
acciones jurídicas emprendidas por la comunidad Uwa contra la licencia ambiental del Bloque
Samoré en estrados nacionales (una acción de nulidad ante el Consejo de Estado y una acción de
tutela ante el Tribunal Superior de Bogotá) e internacionales (Demanda ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos CIDH) que evidencian la apropiación de las dinámicas
occidentales en defensa de los intereses tradicionales como comunidad; y (4) el apoyo y
acompañamiento de organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil en el ámbito local,
regional (Organizaciones sociales de Arauca), nacional (Organización Nacional Indígena de
Colombia ONIC, CENSAT – Agua Viva) e internacional (Rain Forest Action Network, Amazon
Whatch, Amazon Coalition, Oilwatch, Acción Ecológica, entre otras) que visibilizó la lucha de
los indígenas y los vinculó con las causas en defensa del medio ambiente a nivel global. Está
investigación permitió comprender de manera más compleja la historicidad del conflicto desde un
punto de vista más cercano a las ciencias sociales, y desde el ámbito de la comunicación, ya que su
análisis abarca de forma más profunda las implicaciones que tienen las diferencias culturales entre
los actores y, los hechos ocurridos, así como su impacto en el desarrollo del conflicto mismo.
Este mismo autor plasma en el texto El caleidoscopio de las justicias en Colombia,
análisis socio – jurídico, en el Capítulo XIV titulado Postcriptum: sobre el caso de los U´wa a
través de diferentes documentos y comunicados de la comunidad Uwa, la visión y la posición de la
misma, frente a la ejecución de los proyectos petroleros en sus territorios en los años 90´s. Luis
Carlos Arenas (1999) en este trabajo, en primer lugar, da a conocer el conflicto y cómo éste había
tenido lugar en los principales medios nacionales e internacionales, así como las visitas a diferentes
instancias internacionales de voceros de la comunidad Uwa que les permitieron visibilidad. En un
segundo momento, entrega las recomendaciones del Informe OEA-Harvard sobre las sugerencias
frente al conflicto luego de visitar la zona para conocer la situación. En tercero lugar, explica la
incidencia del conflicto social y armado en Colombia en el caso Uwa; ofensiva de los grupos
ilegales en la zona, respuesta de las fuerzas militares, agudización de problemas sociales en el
Sarare y las protestas y movilización que ello suscito. Y, por último, presenta la estrategia del
estado colombiano para concretar una solución al conflicto; se realiza la ampliación del resguardo
Uwa y paralelamente se otorga la licencia ambiental para el segundo de los proyectos Pozo
Gibraltar 1. La comunidad indígena se siente engañada ante esta decisión y el 21 de septiembre de
1999 en un comunicado público expone la posición que en la actualidad sigue vigente:
“… Hoy declaramos el comienzo de una lucha permanente e irreversible para asegurar la
protección de nuestros derechos y el respeto por nuestra causa, que es la causa del mundo
entero, y no la causa de un selecto grupo, como el gobierno colombiano ha manifestado.
Emplearemos todos los medios necesarios, recurriendo a la ya presente solidaridad
internacional para lograrlo…” (Pérez, 1999)
En el artículo de investigación titulado El laberinto Jurídico de los Uwa en el derecho del
ejercicio de resistencia de Rodríguez, Ardila Ibagon, & Puentes Vargas, (2010) se realiza un
análisis histórico de dos licencias ambientales concedidas para la exploración y explotación de
recursos naturales en territorio de los indígenas Uwa y las acciones jurídicas que los Uwa llevaron
a cabo en contra de las licencias; Prospección Sísmica del Bloque Samoré y Área de Perforación
41
Exploratoria Gibraltar. La investigación hace un recuento pormenorizado de las acciones jurídicas
y legales de los actores del conflicto Uwa en el marco de las licencias mencionadas; acciones de
tutela, acción de nulidad, consulta previa, demanda al Estado ante la OIT y ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, entre acciones de protesta y cubrimiento mediático del
conflicto. Esta investigación de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario,
permitió comprender las implicaciones en materia legal de la lucha de los Uwa por la autonomía
territorial evidenciando contrariedades en la normatividad frente al efectivo goce de los derechos
de la comunidad Uwa.
Cabe resaltar que el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo OIT en el cual se
consagran los derechos de los pueblos indígenas, adoptado por el Estado Colombiano a través de la
Ley 21 de 1991, contempla en sus artículos 6 y 7 respectivamente, que se debe consultar a los
pueblos indígenas frente a decisiones de carácter administrativo o legislativo que puedan
afectarles, y se ratifica el derecho de decidir sobre sus prioridades frente al proceso de desarrollo
teniendo en cuenta sus características sociales, culturales, políticas y económicas (Organización
Internacional de Trabajo OIT, 2014).
El conflicto jurídico analizado en esta investigación, caso Samoré, amplifica las
consideraciones que en materia legislativa se deben tener en cuenta para abordar las tensiones entre
Ecopetrol y la comunidad indígena Uwa, evidencia además la efectiva utilización de recursos y
herramientas institucionales (marco normativo) por la comunidad Uwa en la defensa de sus
intereses, lo que permite trascender desde una perspectiva jurídica.
Finalmente, la investigación de Serje (2003) “ONG’s, indios y petróleo: El caso U’wa a
través de los mapas del territorio en disputa” muestra en dos partes el caso Uwa de los años 90´s;
en el primero de ellos presenta el estallido de la visibilidad de los indígenas y el conflicto con las
petroleras a través de cinco escenas; la consulta y cómo ésta se desarrolla en medio de
malentendidos, poca confianza y tensión; la amenaza del suicidio colectivo, remembrando la
hazaña de sus antepasados ante la presión de esclavitud por parte de los colonos, que permite la
visibilidad en el ámbito nacional e internacional; el apoyo nacional a través del proyecto
“Colombia es Uwa” impulsado por ONG´s y otros sectores y la “audiencia por la vida” celebrada
en el Chuscal; visibilidad internacional a través de la demanda ante la Corte Interamericana de
Derechos Humanos y del apoyo de diferentes ONG´s que le permitieron obtener dos prestigiosos
reconocimientos a su “gestión ambiental”: el premio Bartolomé de Las Casas entregado por el
Príncipe de Asturias y el Premio Goldman, considerado como el “Nobel del Ambiente”; recuento
de la agudización del conflicto en 1999 en la región del Sarare y el secuestro y posterior asesinato
de tres norteamericanos que asesoraban a la comunidad indígena.
En la segunda parte, realiza un análisis sobre la cartografía de los territorios en disputa en
el caso Uwa; dando como resultado que los mapas utilizados por la empresa no incluían aspectos
tan importantes para la comunidad como el relieve y la hidrografía del territorio, ya que de acuerdo
a su cosmovisión y cultura, los indígenas Uwa se movilizan a través de los pisos térmicos y
siguiendo un patrón con los cauces hídricos, por tanto culturalmente sí revisten importancia en el
desarrollo de los proyectos. Por el contrario, los mapas realizados por Asouwa contemplan once
ríos y varias comunidades, así mismo, reconoce a través de convenciones, el territorio que está en
disputa y que han pretendido recuperar.
Esta investigación aporta de gran manera a la comprensión del espacio geográfico que está
en querella, pero también incluye las razones simbólicas, y no meramente físicas, por las cuales las
reclama la comunidad indígena.
43
La comunicación en escenas de conflictos medioambientales y étnicos
A continuación, y como segunda categoría del capítulo, se reseñan algunos antecedentes en
materia de comunicación en comunidades inmersas en escenarios de conflictos, las siguientes
investigaciones hacen parte del acervo investigativo en torno a la comunicación como un
fenómeno de estudio que transciende o hace parte de manera transversal de los aspectos políticos,
económicos, sociales y culturales.
El primero de los trabajos a citar es la investigación Estado del arte de la investigación en
comunicación y desarrollo en Colombia de Herrera y otros (2008) en un esfuerzo conjunto e
interinstitucional de tres universidades del país – Universidad Santo Tomás, Corporación
Universitaria Minuto de Dios y Universidad Nacional Abierta y a Distancia – por establecer las
temáticas, los enfoques metodológicos, los referentes teóricos y las formas de abordar en
investigación el fenómeno de la comunicación y su relación con la categoría desarrollo en el
contexto nacional desde las experiencias de diferentes universidades del país, para luego ofrecer
algunas consideraciones frente a rumbos o rutas en materia de investigación de la comunicación y
el desarrollo (Herrera , y otros, 2008).
El estudio se centró en el análisis de 29 investigaciones en tres zonas del país; occidente,
centro y norte, con diferentes temáticas, sin embargo, los temas de ciudadanía y las
manifestaciones del conflicto tienen mayor interés, estos dos aspectos se abordan de diferente
manera; mientras en el abordaje del primero no contempla suficientes bases teóricas, el segundo
tema sí se analiza de manera profunda en cuatro de las investigaciones estudiadas (Herrera Arango
& Uruburu Giléde, 2009), esto permite ver que el conflicto y sus manifestaciones son una cuestión
que llama la atención en el campo académico, debido tal vez a la dinámica propia del país en las
últimas décadas.
La investigación concluyó también, los conceptos de mayor incidencia o estudio de la
categoría desarrollo en los trabajos académicos, encontrando que las nociones más abordadas son;
desarrollo económico como un eje fundamental para alcanzar la meta del desarrollo; desarrollo,
identidad y cultura dando protagonismo a la cultura como aspecto importante para el proceso;
desarrollo alternativo y campo social en el que las comunidades son las que proponen iniciativas y
definen sus propias metas frente al desarrollo; desarrollo y campo político intrínsecamente
relacionado con la paz y el conflicto haciendo alusión a los “…temas de la participación, la
ciudadanía, la construcción de lo público, la democratización de los medios, la inclusión social, y
la resolución de procesos de paz y conflicto” (Herrera Arango & Uruburu Giléde, 2009, pág. 34); y
por último la concepción de desarrollo integral o sinérgico donde se da importancia al aspecto
económico, pero articulado con otras dimensiones sociales. Por su parte la noción de comunicación
en la mayoría de las investigaciones – veintiséis de ellas – se refirió a esta categoría como un
proceso dinámico que posibilita la participación de las comunidades en los diferentes aspectos que
les afectan generando transformaciones en su realidad, situándose en la perspectiva de la
comunicación para el cambio social.
Esta investigación permite realizar un paneo de lo que se estudia o investiga en
comunicación en Colombia, cuáles son los referentes teóricos utilizados y los temas de interés,
cómo se han abordado desde la academia los conflictos frente al desarrollo y los aportes del campo
de la comunicación, para tener un referente valioso en cuanto a la investigación del caso Uwa, que
si bien se acera más a la relación comunicación-conflicto que con la de comunicación-desarrollo,
contempla en su análisis el abordaje de esta categoría (desarrollo) para comprender el conflicto
entre la petrolera y la comunidad Uwa.
45
Otra investigación de este grupo de universidades es el titulado Experiencias de
comunicación y desarrollo sobre medioambiente. Estudios de casos e historias de vida en la
región Andina de Colombia durante los años 2008 - 2010 y en la que se proponen estudiar
iniciativas de comunicación en defensa del medio ambiente, esto obedece a los resultados de la
primera fase donde las investigaciones de la zona centro y occidente muestran interés en los temas
de ciudadanía y medio ambiente, considerando la comunicación como eje transformador del
conflicto medioambiental (Herrera , y otros, 2008, pág. 128). Para hacer el estudio realizaron el
mapeo de experiencias que trabajaran el tema comunicación y desarrollo sobre el tema ambiental
hallando 250 experiencias, de las cuales 112 fueron objeto de la investigación en un análisis
cuantitativo expuesto en la primera parte del libro, y una segunda parte con la selección de 10
casos que abordaron de manera más profunda para conocer las experiencias desde el ámbito de la
cotidianidad, que incluyen iniciativas de radios comunitarias, medios comerciales, corporación,
fundaciones y redes en defensa del medio ambiente y de lo agroecológico.
Este estudio permite visualizar iniciativas de comunicación para el cambio social en el
entendido de la preocupación por el cuidado del medio ambiente, en el que predomina la noción
integradora del mismo, y que si bien no se realiza un juicio conceptual frente a qué concepto de
desarrollo hacen alusión, si puede establecerse que no es imperativo aquella del crecimiento
económico. Por otra parte, los procesos de comunicación participativa de los que es objeto el
estudio, dan cuenta de la perspectiva desde la cual las experiencias ven y asumen la categoría de
comunicación, haciendo referencia a aquella que promueve prácticas de producción de sentido
desde las mismas comunidades y que permiten la transformación de la realidad.
Aunque esta investigación hace referencia a temas medioambientales no lo hace desde una
concepción indígena, sin embargo, permite observar las acciones que desde el ámbito comunitario
realizan las diferentes experiencias para su conservación desde las prácticas culturales de esta
región del país, que distan de aquellas otras regiones como se observará en la siguiente
investigación, también de la misma alianza interinstitucional.
La tercera de las investigaciones de esta alianza – y a la que se suma la Universidad del
Norte – titulada Experiencias de comunicación y desarrollo sobre medio ambiente en las regiones
Pacifica, Orinoquía, Amazonia, Caribe e Insular (Herrera Húerfano, Rugeles Gélvez, Sotelo
Carreño, & Vega Casanova, 2014) amplía geográficamente el interés por conocer experiencias
relacionadas con la comunicación, el desarrollo y el medio ambiente, incluyendo en esta ocasión
algunas experiencias desde comunidades indígenas lo que enriquece las visiones y los aportes al
campo de estudio.
La investigación señala el sondeo de alrededor de 500 experiencias en el ámbito nacional,
en comunicación, medo ambiente y desarrollo, de las cuales 317 se tomaron para un análisis
cuantitativo, otras 19 experiencias, distribuidas por regiones, fueron estudiadas como una muestra
representativas, mas no generalizante, de la producción investigativa en materia de comunicación y
que muestra los diferentes abordajes y el matiz de soluciones que la comunicación plantea a
problemas socio-ambientales.
Dentro de una primera mirada panorámica a estas experiencias los autores Eliana Herrera,
Yenny Parra y Jair Vega (2014), proponen una segmentación por regiones para abarcar el análisis
así: Amazonia, Orinoquia, Pacifico, Caribe y Andina, obteniendo mayor porcentaje de experiencias
en la región Andina con un 35,3%; a su vez estudiaron el carácter institucional de las experiencias
donde primaron las promovidas por organizaciones comunitarias y las de instituciones públicas,
esto puede presentarse debido a la preocupación real de la comunidad por su entorno, así mismo es
importante conocer el impacto de las políticas públicas en el país por parte de la institucionalidad;
47
el 32,2% de las experiencias revelan la ausencia o choque de políticas públicas socavando en la
poca responsabilidad ambiental del Estado ante el otorgamiento de licencias y la realización de
megaproyectos. Los estudios se orientaron mayoritariamente hacia las problemáticas en torno a la
degradación o pérdida del suelo y el agua, detrimento, que, en los casos presentados, se asocia a la
explotación desmedida propuesta desde el capitalismo y que involucran no solo la pérdida del
ecosistema si no de los saberes, valores, practicas, las tradiciones de comunidades y su seguridad
alimentaria.
En materia de comunicación como curso de acción para alcanzar una meta, las
experiencias muestran que dentro de las estrategias utilizadas, las principales fueron la
comunicación interpersonal, los medios comunitarios y ciudadanos y la movilización social, así
mismo, los medios que priman dentro de los casos son los talleres, espacios participativos y
educativos, lo que da cuenta que priman las relaciones donde la comunicación se hace de manera
horizontal reforzando los lazos sociales y de confianza al interior de la comunidad y facilita la
construcción de espacios interactivos de generación de conocimiento y aprendizaje propio.
Las experiencias también muestran visiones de un universo heterogéneo y de concepciones
sobre el entorno y el mundo que aboga por la inclusión de distintas miradas y las respuestas que se
dan desde lo local a problemáticas que se generan desde lo central.
De las experiencias estudiadas a profundidad – quince en total – de las regiones objeto de la
investigación, dos corresponden a procesos de comunicación desde comunidades indígenas y
genera especial interés – para la presente investigación – el caso de Codeba4 ya que esta
experiencia se asemeja en varios puntos al caso Uwa; son organizaciones de base como Asouwa
que buscan defender el territorio, entendiéndolo como un aspecto integral (físico y simbólico), a
través de la comunicación a nivel comunitario, participativo y organizativo; movilización social y
acciones colectivas pacificas; incidencia en políticas públicas; replanteamiento de las relaciones de
poder; y normatividad compartida por pertenecer al mismo grupo poblacional. Por lo anterior, la
experiencia de Codeba constituye, de manera especial, una aproximación no solo teórica, sino
práctica, de las acciones en medio de la resistencia frente al modelo de desarrollo hegemónico de
otras comunidades indígenas.
1.4 Marco teórico
1.4.1 Cultura, territorio y desarrollo
El término “cultura” para la presente investigación será abordado a partir de la concepción
semiótica de Geertz quien la plantea como una urdimbre de significados tejida por el hombre,
entendida como sistema en interacción de signos interpretables – a los que llama símbolos – en la
que acontecimientos sociales, modos de conducta, instituciones o procesos sociales pueden
describirse de manera inteligible, es decir, densa (Geertz, 2003). Es el sujeto quien asigna valores
específicos a los aspectos que conforman su cotidianidad y está definido por su entorno, sus
creencias, su ideología y sus patrones de comportamiento, dichos aspectos, a pesar de la
proximidad espacial, varían de persona a persona, y es a través de su mirada y su experiencia, que
los significados adquieren sentido y pueden ser interpretados, generando una reacción frente al
mismo.
4 Corporación para la Defensa de la Biodiversidad Amazónica, creada en 2001 por los abuelos de la etnia Cocama del resguardo de San José del Rio, en Leticia.
49
En palabras de Geertz la cultura se conforma por estructuras de significación socialmente
establecidas (Geertz, 2003, pág. 26). Bajo esta visión otros autores han planteado su propia
concepción del término, Thompson dice que la cultura tendría que concebirse entonces, al menos
en primera instancia, como el conjunto de hechos simbólicos presentes en una sociedad. O, más
precisamente, como la organización social del sentido, como pautas de significados
“históricamente transmitidos y encarnados en formas simbólicas, en virtud de las cuales los
individuos se comunican entre sí y comparten sus experiencias, concepciones y creencias”
(Thompson, 1993, pág. 197).
Con base en lo anterior se evidencia que la interpretación de la cultura comparte rasgos con
la comunicación, ya que las dos dimensiones se centran en analizar los elementos simbólicos que
construye y definen una sociedad, frente esta categoría de lo simbólico, Giménez en coherencia
con Geertz, se refiere a “el mundo de las representaciones sociales materializadas en formas
sensibles, también llamadas “formas simbólicas”” (Giménez, La concepción simbólica de la
cultura , 2007), que pueden ser no solo la escritura o el lenguaje sino también los modos de
comportamiento, las prácticas sociales, los usos y costumbres, el vestido, la alimentación, la
vivienda, los objetos y artefactos, la organización del espacio y del tiempo en ciclos festivos.
La relación entre los campos de la comunicación y la cultura se da de manera clara desde
su núcleo fenomenológico, donde la significación y la interpretación de signos y códigos, son el eje
de construcción de los dos campos. Esta relación es fundamental para entender el abordaje que se
hace a la cultura desde la comunicación; permite comprender la comunicación como campo
analítico de fenómenos culturales a través de sus planteamientos conceptuales y teóricos. Además,
facilita entender cómo se producen, re-producen, re-configuran, difunden y apropian los
lineamientos que forman la conducta, conceptos, ideas, tradiciones, miradas del entorno, la
realidad y el mundo.
Ahora bien, frente al carácter de lo simbólico se hace referencia al vasto conjunto de los
procesos sociales de significación y comunicación, y éstos, según Giménez, funcionan con base en
tres elementos: los códigos sociales (como las normas o leyes), la construcción de sentido (capital
simbólico, o herencia cultural) y su interpretación. (la capacidad de reconocer el signo producido)
(Giménez, La concepción simbólica de la cultura , 2007). Por otra parte, Thompson añade o
complementa la concepción semiótica de Geertz, al poner en consideración los contextos y
procesos estructurados socialmente donde se insertan las formas simbólicas, indicando que éstas
contemplan cinco características: una intencional que hace referencia a la intención comunicativa
del símbolo; una convencional que hace alusión a los códigos o convenciones necesarias para
interpretar un mensaje; una estructural que muestra en dichos fenómenos una estructura, sistema o
patrón, una referencial en tanto representan algo, refieren algo, dicen algo acerca de algo, lo
afirman, expresan, proyectan o retratan, y por ultimo una parte contextual que remite hacia un
momento socio-histórico específico de las formas simbólicas (Thompson, 1993, pág. 205 y
siguientes).
Immanuel Wallerstein citado en (Giménez, La cultura como identidad y la identidad como
cultura, 2009, pág. 5) señala que una de las funciones atribuidas a la cultura es la de diferenciar a
un grupo de otros grupos, al respecto Giménez dice que, la cultura a través de los repertorios
culturales es de manera simultánea; un diferenciador hacia afuera, y un definidor hacia adentro, y
en este sentido indica que “la identidad no es otra cosa que la cultura interiorizada por los sujetos,
considerada bajo el ángulo de su función diferenciadora y contrastiva en relación con otros
sujetos” (Giménez, La cultura como identidad y la identidad como cultura, 2009, pág. 5), por tanto,
en razón a su función diferenciadora, la cultura a través de sus formas simbólicas contiene una
51
“identidad” que internamente la define y externamente la diferencia, y que puede verse en dos
niveles, en el nivel individual al referirse a un sujeto que, en palabras de Giménez, poseen
conciencia, memoria y psicología propias, y en el nivel colectivo a los grupos que, aunque de
manera propia no contienen dichos atributos, se contempla por analogía de los individuales y en la
que existe un sistema de acción. Frente a la “identidad”, Fredrik Barth citado en (Giménez, La
cultura como identidad y la identidad como cultura, 2009, pág. 17) propone que ésta es definida
por sus fronteras y no solo por los rasgos culturales que la delimita y distingue de otros actores,
haciendo énfasis en las identidades étnicas, en este sentido, Giménez manifiesta que un grupo
étnico puede modificar sus rasgos culturales, por ejemplo la lengua y la religión, manteniendo al
mismo tiempo sus fronteras, es decir, sin perder su identidad, Barth explica esta situación
indicando que “…las distinciones étnicas no dependen de una ausencia de interacción y aceptación
sociales; por el contrario, generalmente son el fundamento mismo sobre el cual están construidos
los sistemas sociales que la contienen” (Barth, 1976, pág. 10), es decir que, una cultura (étnica o
no) no pierde su identidad al modificar algunos rasgos culturales debido a la interacción existente
con otras culturas o con el contexto variante en aspectos políticos, sociales y culturales.
De acuerdo a lo anterior y teniendo en cuenta que “... la cultura no puede existir en forma
abstracta, sino sólo en cuanto encarnada en “mundos culturales concretos” que implican, por
definición, una referencia a contextos históricos y espaciales específicos” (Giménez, La
concepción simbólica de la cultura , 2007, pág. 5) es preciso indicar que esa referencia espacial de
la cultura hace alusión al territorio en el que se dan las significaciones de las formas simbólicas. El
territorio entendido, según Claude Raffestin citado en (Giménez, Estudios sobre la Cultura y las
identidades sociales, 2007, pág. 122) como “… el espacio apropiado y valorizado –simbólica y/o
instrumentalmente– por los grupos humanos” que fundamentalmente está compuesto por; (1) la
apropiación y valorización de un espacio que puede ser de forma instrumental – funcional, es decir,
de acuerdo al uso del mismo en términos económicos o estratégicos, o de carácter simbólico
expresivo, en el que su papel es visto como espacio en que se alberga lo simbólico-cultural o como
soporte de identidades individuales y colectivas, su uso radica en la concepción del mundo; (2) el
poder que suscita el espacio en torno a las relaciones y que se resume en tres operaciones: a.
delimitar la superficie a través de mallas que indican los límites de acuerdo a la división y
subdivisión del espacio, por ejemplo municipios, resguardos indígenas, departamentos etc., b.
implantar nudos o centros de poder que posicionan a los diferentes actores en el espacio y con
relación al “otro”, por ejemplo aldeas, ciudades, pueblos etc., y c. trazar redes entre los nudos de
acuerdo a la necesidad de interacción entre los actores del territorio, por ejemplo redes bancarias o
rutas áreas, y (3) la frontera del territorio como delimitación del espacio (Giménez, Estudios sobre
la Cultura y las identidades sociales, 2007).
A su vez, Pedro Geiger citado en (Montañez Gómez & Delgado Mahecha, 1998, pág. 124)
se refiere al territorio como “… una extensión terrestre delimitada que incluye una relación de
poder o posesión por parte de un individuo o un grupo social. Contiene límites de soberanía,
propiedad, apropiación, disciplina, vigilancia y jurisdicción, y transmite la idea de cerramiento” en
este sentido el concepto de territorio está ligado a la idea de dominio y poder por parte de los
actores sociales, bien sea de carácter estatal, público o privado, y como escenario de las relaciones
que se dan entre dichos actores sociales.
El territorio, como organización del espacio, según Gilberto Giménez, responde en un
primer momento a la satisfacción de necesidades económicas, sociales y políticas de cada
sociedad, de acuerdo a las relaciones sociales que la componen, pero no es solo ese carácter
instrumental, lo que lo define, sino que además cumple una función simbólica en la que los actores
sociales (individuales o colectivos) proyectan sus concepciones del mundo (Giménez, Estudios
sobre la Cultura y las identidades sociales, 2007, pág. 124).
53
Ahora bien, el territorio como es una construcción social, implica que la creación,
recreación y apropiación del mismo sea diferencial, es decir, que cada sociedad o actor social de
acuerdo a sus formas simbólicas o culturales puede tener una concepción diferente del territorio,
incluso haciendo alusión al mismo espacio geográfico que otro grupo social. Frente a esta noción,
es preciso hacer referencia a la territorialidad que de acuerdo a Montañez (1997) y Lobato Correa
(1996) citado en (Montañez Gómez & Delgado Mahecha, 1998, pág. 124) es el grado de control
que tiene un determinado grupo o actor social sobre un espacio geográfico y al mismo tiempo el
conjunto de prácticas y sus expresiones materiales y simbólicas que permiten la apropiación y
permanencia de un grupo o actor social en un determinado territorio. En este orden de ideas,
pueden existir varias posibilidades de territorialidad sobre un mismo espacio geográfico,
sustentadas en diversas percepciones, valoraciones y actitudes territoriales lo que podría generar
relaciones de complementación, de cooperación y/o de conflicto. Esta multiplicidad territorial en la
que están involucrados los actores sociales debido a la interacción, puede tipificarse según A.
Moles y E. Romer (1972) citado en (Giménez, Estudios sobre la Cultura y las identidades sociales,
2007, pág. 126 y 127) como territorios identitarios y territorios abstractos, los primeros hacen
referencia a aquellos más próximos, caracterizados por la vivencia, la cotidianidad, y en el marco
de lo natural por ejemplo la aldea, pueblo o el barrio, vistos como espacios comunitarios y de
refugio a amenazas externas, y los segundos a aquellos espacios en donde la vivencia es más
lejana, son vagamente conocidos o de los que se tiene solo una idea o concepto, y en los que se
evidencia en mayor medida las nociones de poder, administración y frontera por ejemplo el Estado
– nación, conjuntos supranacionales, los territorios de la globalización.
Finalmente, y teniendo en cuenta las anteriores percepciones sobre cultura, identidad y
territorio, es pertinente situarnos sobre el concepto de desarrollo ya que para la presente
investigación reviste importancia entendiendo que estas concepciones son eje del conflicto entre la
petrolera y la comunidad Uwa, en este sentido, el desarrollo, aunque una categoría amplia y
compleja debido a todas las implicaciones que de él se derivan, es un término que ha ido
modificándose a la par de los análisis históricos del mismo; en primer momento, luego de la
segunda guerra mundial, el desarrollo fue visto como crecimiento económico, en el que las
sociedad atrasadas o tradicionales debían pasar por un proceso o etapas para alcanzar el nivel de
aquellas modernas o industrializadas, en este sentido el desarrollo en tanto proceso evolutivo,
direccional, acumulativo, predeterminado e irreversible, progresivo, e inseparable con referencia al
estado nación estaba ligado a las teorías de las etapas, de los índices, de la diferenciación y de la
difusión, tuvo criticas fuertes sobre ese carácter evolutivo y unilateral, y además como imposición
frente a dinámicas y características diferentes de los grupos sociales; en un segundo momento, y
atendiendo a la crítica producto de la crisis del modelo de crecimiento económico, el término es
visto a partir de la perspectiva de la dependencia, con insumos valiosos del estructuralismo y la
CEPAL (Comisión Económica Para América Latina y el Caribe), como; una situación inalcanzable
ya que las condiciones y estructuras del desarrollo, y de los países desarrollados, ejercen
predominio sobre los países “atrasados” que al no contar con las mismas condiciones (desventajas
sociales, políticas, económicas y tecnológicas) se subsumen en la explotación, de esta manera se
concreta el “desarrollo” (que se convertirían en los centro de poder) para unos y para los otros no
(la periferia, que aporta a la continuidad del desarrollo del centro), aparece entonces el
subdesarrollo no como un estado anterior al desarrollo sino como un efecto del mismo y que están
íntimamente interrelacionados de manera que no puede verse uno fuera del otro; y en un tercer
momento, emergen la concepción de “otro” y “múltiples” desarrollos, en esta perspectiva se
inscriben las teorías y modelos que ven el desarrollo como un proceso integral, multidimensional y
dialectico, que busca principalmente; satisfacer las necesidades humanas básicas, gestado desde el
interior de cada sociedad (por tanto no existe un patrón o un solo desarrollo) y con la participación
democrática de los actores, en armonía con el medio ambiente y que, requiere cambios
55
estructurales en las dinámicas económicas, políticas y sociales a nivel local como global. (Servaes,
Comunicación para el desarrollo: tres paradigmas, dos modelos., 2000)
Sin desconocer los enfoques desde los cuales históricamente se ha estudiado pasando de
verse como riqueza, evolución y progreso desde el liberalismo, como industrialización y
crecimiento desde la mirada de la economía capitalista, hasta las más actuales que lo relacionan
con la proyección, visión o prospección (Sunkel, 1970, pág. 22 y ss) El desarrollo se entiende
como “…un proceso deliberado que persigue como finalidad última la igualación de las
oportunidades sociales, políticas y económicas, tanto en el plano nacional como en relación con
sociedades que poseen patrones más elevados de bienestar material” (Sunkel, 1970, pág. 39) para
esto, los grupos que aspiran al desarrollo en estos términos deberán examinar y buscar desde sus
realidades, implícita en ella las dinámicas de interacción con otras sociedades desarrolladas, las
estrategias y políticas de desarrollo y las formas propias de organización. Este concepto, considera
“… que el subdesarrollo es parte del proceso histórico global de desarrollo, que tanto el
subdesarrollo como el desarrollo son dos caras de un mismo proceso histórico universal; que
ambos procesos son históricamente simultáneos; que están vinculados funcionalmente, es decir,
que interactúan y se condicionan mutuamente …” (Sunkel, 1970, pág. 37) y que su expresión
geográfica concreta puede verse en la clasificación de los países entre aquellos industriales,
avanzados o desarrollados y los que no cumplen con dichos requisitos y son atrasados,
dependientes, pobre o subdesarrollados, esta lógica se traslada de igual manera en la división
interna de las naciones entre grupos sociales o sectores avanzados y modernos, y los primitivos y
dependientes.
En palabras de N. Girvan y O. Jefferson (1967) citado en (Sunkel, 1970, pág. 37) “el
desarrollo de una unidad política y geográfica nacional significa lograr una creciente eficacia en la
manipulación creadora de su medio ambiente natural, tecnológico, cultural y social, así como de
sus relaciones con otras unidades políticas y geográficas” en este sentido las sociedades o grupos
de estructura subdesarrollada deben orientar sus esfuerzos a lograr superar la dependencia y esto
solo es posible con la participación social, política y cultural de nuevos grupos sociales que pasen
de ser “objeto” de desarrollo a “sujetos” involucrados en el proceso. Por su parte, Perroux (1984)
citado en (Guillen, 2007, pág. 492) afirma que el desarrollo “se trata no solamente de un proceso
de acumulación de capital, de mayor productividad del trabajo y de progreso tecnológico, sino
también de la creación de una estructura productiva, de la relación e interacción de las partes que
constituyen esa estructura y del mejoramiento cualitativo de los productores directos, sus
capacidades y habilidades, su formación y capacitación”, en coherencia con esta afirmación el
desarrollo incluye además del aspecto económico, la dimensión social, cultural y antropológica del
hombre, entre tanto Amartya Sen lo concibe como “el desarrollo de las capacidades de la gente”
(Guillen, 2007, pág. 494) basado en la libertad real que puedan disfrutar los individuos, y para
lograrlo, es necesario eliminar las fuentes que la privan; “la pobreza y la tiranía, la escases de
oportunidades económicas y las privaciones sociales sistemáticas, el abandono… de servicios
públicos o el exceso de intervención de Estados represivos” (Sen, 2000, pág. 19). Sen, considera la
libertad como fin y como medio para logar el desarrollo, en tanto que, la expansión - de lo que él
ha llamado libertades instrumentales pues constituyen el medio para alcanzar el desarrollo - de las
libertades políticas, los servicios económicos, las oportunidades sociales, las garantías de
transparencia y la seguridad protectora, mejoran las capacidades de los individuos que es el fin del
desarrollo (Sen, 2000, pág. 57 y ss) estas libertades están interrelacionadas y deben ser
acompañadas por un aparato institucional que las garantice como sistemas democráticos,
mecanismos jurídicos, estructuras de mercado y sistemas de educación y salud. Desde este enfoque
de la libertad como fin y medio del desarrollo, los individuos se ven como seres activos y
participativos y no como receptores pasivos a quienes se le entrega un guion (Sen, 2000, pág. 75).
57
1.4.2 Matriz colonial, resistencia y movimientos indígenas
Aníbal Quijano al hablar de colonialidad expone de manera detallada y de forma histórica
el surgimiento, desde la colonización, de las marcadas diferencias entre el mundo europeo y no-
europeo en las que emerge, a partir de la colonización de América, la denominación de “europeo”
como identidad superior, a la par que se resignifica al otro (no-europeo) como inferior (así como
otros dualismo de diferenciación; primitivo-civilizado, mágico/mítico-científico, irracional-
racional, tradicional-moderno), estas diferencias marcadas o argumentadas sobre la categoría de
raza (que de acuerdo a Quijano es una invención misma del eurocentrismo) y no justamente sobre
la historia de poder (Quijano A. , Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina , 2014).
En este sentido, la colonialidad hace referencia a la estructura de poder que ejerce dominación (si
bien, ya no directa ni política como en el colonialismo) social a través de relaciones clasistas, y
cultural a partir de la represión frente a los modos de pensar, de conocer, de producir
conocimiento, de producir perspectivas, imágenes y sistemas de imágenes, símbolos y modos de
significación, para adoptar como propios las formas y estructuras europeas, con el imaginario de
alcanzar los mismos beneficios materiales y el mismo poder que los europeos y lograr el
“desarrollo” (Quijano A. , ColoniaIidad y modemidad/racionalidad, 1992, pág. 11 y ss).
El concepto de matriz colonial como categoría analítica, se toma desde el texto “La matriz
colonial, los movimientos sociales y los silencios de la modernidad” del autor ecuatoriano Patricio
Noboa Viñán (2005), quien plantea los fundamentos y configuración de dicha categoría (en
dialogo con otros autores), y grafica de forma sintética el concepto con las variables que le
intervienen. Noboa se refiere a la matriz como “un sistema ordenador y acumulativo de la acción
colonial-imperial, actúa como un patrón social subyacente y permanente que constriñe
continuamente nuestras acciones de la vida cotidiana y está directamente relacionada con las
estructuras de poder” (Noboa Viñan , 2005, pág. 92). El autor devela cómo la matriz interfiere y
moldea cada aspecto de la realidad, como se sostiene y se reconfigura ideológica y
pragmáticamente para seguir vigente de manera permanente e intangible; la estructura de poder
que más peso tiene dentro de la población es la economía regida por el mercado, factor que
configura el orden social y político de la sociedad; así mismo la matriz colonial antepone el
mercado como fuente jerárquica, frente a este escenario el autor refiere la mejor manera de
entender la categoría, en sus palabras:
“podemos también entenderlo como un mecanismo ideológico jerarquizador: en el ámbito
social desde los ejes de clase, raza, genero, lengua y religión, en el ámbito político desde el
eje estado-nación, a través de un programa de gobernabilidad, ……En el ámbito
económico desde el eje capital mediante prácticas sociopolíticas a través de las cuales se
explotan los recursos naturales y los sujetos, … Finalmente desde el eurocentrismo y las
geopolíticas del conocimiento, ……., subalternizando, negando y excluyendo a otras
prácticas epistemológicas” (Noboa Viñan , 2005, pág. 92 y 93)
Es la sociedad de mercado la que le permite a la matriz colonial circular por intermedio de
los entramados sociales, invisibilizando, neutralizando, hasta absorbiendo las resistencias y
diferencias, homogenizando así las sociedades y los patrones de conducta direccionándolos hacia
la columna central del mercado occidental, el progreso. Bajo la noción-promesa de progreso la
matriz ejerce presión para someter las diferencias locales, convirtiéndolas en resistencias, con lo
cual aprovecha sus instrumentos mediáticos, políticos, económicos y culturales para sofocarlas a la
vez que las absorbe. Para ello la matriz moldea los sujetos necesarios o funcionales para el
proyecto de modernidad; los sujetos de determinación colonial, son quienes implementan la matriz
y están en la cúspide de la matriz colonial; los sujetos de estructuración colonial, formados por y
para la colonialidad, quienes mantiene la matriz en el ámbito local y de forma subordinada; y los
59
sujetos de la practica colonial, son quienes alimentan la matriz de manera voluntaria u obligatoria,
que aprende a vivir en un sistema que no le permite ser lo que es (Noboa Viñan , 2005, pág. 95 y
96).
Por supuesto la matriz se enfrenta a fuertes movimientos de resistencia que luchan contra
su dominio, algunos de estos tienen la particularidad de estar latentes desde los tiempos mismos de
la conquista española, trascienden en el tiempo y en la actualidad sus luchas continúan vigentes, tal
es el caso de comunidades indígenas (para referirnos a los indios, nativos, aborígenes u
originarios), que se vieron notablemente disminuidos en número en las primeros años de la
colonización debido a la explotación y la esclavitud pues fueron obligados a trabajar hasta morir,
posteriormente la Corona estimó el cese de la esclavitud de los “indios” para evitar el exterminio
total y “… fueron confinados a la servidumbre. A los que vivían en sus comunidades, les fue
permitida la práctica de su antigua reciprocidad –por ejemplo, el intercambio de fuerza de trabajo y
de trabajo sin mercado– como una manera de reproducir su fuerza de trabajo en tanto siervos”
(Quijano A. , Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina , 2014, pág. 781).
Según Aníbal Quijano (2005), el término “comunidad indígena” fue una creación de las
autoridades coloniales en el Siglo XVI como sede y refugio de los indios que no hacia parte de la
servidumbre, espacio en el que podían cultivar y residir y del cual poseían propiedad exclusiva, fue
en el momento del “…despojo republicano de sus tierras y el sometimiento de los “indios” a la
nueva servidumbre, (que) la “comunidad indígena” es reclamada y proclamada como la institución
emblemática de la lucha contra la servidumbre y el abuso de la hacienda, de la mina y del Estado”
(Quijano A. , 2005, pág. 14), hasta el siglo XIX la mayoría de comunidades indígenas conservaron
el control de las tierras concedidas por la corona, sin embargo y debido al capital extranjero en la
apropiación de cultivos, plantaciones y minas, el despojo de las tierras recomenzó a finales del
mismo siglo, reproduciendo las mismas lógicas de la colonialidad del poder.
Frente a este escenario, las comunidades indígenas empiezan un proceso de organización
política para reclamar sus demandas a través de la lucha, en 1940 se realiza el I Congreso
Indigenista Interamericano y 19 años más tarde ya se habían realizado tres congresos más de esta
índole (Ulloa, 2004), estoy permitió el reconocimiento de los diferentes grupos indígenas y la
necesidad de incluirlos en las políticas públicas del Estado, así mismo a partir de los años 60´s a
través de acciones de resistencia como la oposición a proyectos petroleros en Ecuador (1964), la
recuperación de tierras a mano de latifundistas en Colombia (1971) y la conformación del Comité
Unido de Campesinos en Guatemala (1978) las comunidades indígenas de América Latina ganaban
espacio en el poder político, a nivel global se consolidó con la creación del Consejo Internacional
de Tratados Indios en 1974 y del Consejo Mundial de los Pueblos Indígenas en 1975, en el caso
colombiano, las comunidades indígenas a la par de los procesos latinoamericanos y mundiales,
venían organizándose políticamente a través de asociaciones y en 1974 se celebra el I Encuentro
Regional Indígena en el Tolima, luego en 1980 el I Encuentro Nacional y en 1982 se concreta la
creación de la Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC (Ulloa, 2004).
Las comunidades indígenas empiezan a ser actores políticos, por tanto este reconocimiento
les permite participación en esferas globales, nacionales y locales, la Organización de Naciones
Unidas en su Declaración sobre los pueblos indígenas y en concordancia con la Declaración
Universal de los Derechos Humanos consignó en varios artículos, lo que sustenta, en parte, la
lucha social indígena, ratificando la condición de vivir en autonomía, paz, y el goce y respeto de
todos los derechos que como humanos les acogen:
61
Artículo 7.2. "Los pueblos indígenas tienen el derecho colectivo a vivir en libertad, paz y
seguridad como pueblos distintos y no serán sometidos a ningún acto de genocidio ni a
ningún otro acto de violencia, incluido el traslado forzado de niños del grupo a otro grupo”
(Organización de Naciones Unidas ONU, 2008, pág. 5)
Artículo 10. "Los pueblos indígenas no serán desplazados por la fuerza de sus tierras o
territorios. No se procederá a ningún traslado sin el consentimiento libre, previo e
informado de los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una
indemnización justa y equitativa y siempre que sea posible, la opción del regreso.”
(Organización de Naciones Unidas ONU, 2008, pág. 6)
Colombia se adhirió a la ratificación de estos derechos, al igual que otros 29 países, en el
año 1991 con la Constitución Política del mismo año, en ella, los Artículos 7, 8, 10, y 72 hacen
alusión a los derechos de los pueblos indígenas reconociendo la diversidad étnica y cultural de la
nación, admitiendo la diversidad lingüística y religiosa del país y la obligación del Estado en la
protección de su patrimonio cultural. Así mismo el Convenio 169 de la Organización Internacional
del Trabajo – OIT adoptada en Colombia en virtud de Ley 21 de 1991 daría el marco normativo a
nivel global para garantizar los derechos de los pueblos indígenas en el momento de elaborar leyes
y políticas públicas relacionadas con los grupos étnicos.
La Constitución política de 1991 fue una conquista para las comunidades indígenas – se
destaca en la Asamblea Nacional Constituyente la participación de Lorenzo Muelas, Francisco
Rojas Birry (indígena embera) y Alfonso Peña Chepe (del grupo insurgente, ya desmovilizado,
Quintín Lame) – en tanto que los representantes de los indígenas centraron las propuestas en dos
temáticas “las demandas propias de los indígenas (autonomía política, administrativa y territorial;
gobernabilidad de sus territorios y recursos) y el funcionamiento, político, económico y social de la
nación en conjunto” (Ulloa, 2004, pág. 32) esto fue clave para el reconocimiento de la nación
pluriétnica y mulitcultural, y a los indígenas y grupos étnicos como ciudadanos con derechos
culturales especiales.
Todo el marco normativo, y la organización política, social y cultural de los movimientos
indígenas han posibilitado que la lucha de los mismos cada vez tome mayor fuerza, aunque sin
desconocer que a pesar de la legislación sus derechos en la praxis siguen sin garantizarse
completamente, por eso sus procesos de lucha siguen centrándose en las demandas más antiguas; el
reconocimiento de sus derechos y la autodeterminación y autonomía sobre sus territorios, recursos
y reconocimientos, caracterizados, según Javier Rodríguez Mir (2008) por; (1) accionar colectivo
en medio de la discrepancia, (2) emerger a partir de un claro malestar social, (3) aspirar al
reconocimiento y aceptación general de sus demandas, (4) poseer una estructura organizativa, (5)
difundir nuevos significados sociales, (6) someter a debate un aspecto de la vida social que hasta la
fecha era aceptada de forma incuestionable, (7) presentar alternativas que generan debates,
controversias y reflexiones sociales, y (8) intentar promover cambios políticos e institucionales en
la sociedad (Mir, 2019)
1.4.3 Violencia, conflicto y paz
El conflicto es un elemento innegable de la realidad, es una condición que de manera
permanente está presente en la vida biológica, natural o socialmente, el conflicto forma parte del
universo, de todas las realidades que lo componen y de las relaciones que se establecen entre ellas,
así lo menciona Francisco A. Muñoz (2001), partiendo de este concepto del caos del universo y de
las tensiones de los seres vivos para, en primera medida, intentar perpetuarse como individuos, y
en segunda forma, como especie que pretenden utilizar en su beneficio los recursos y la energía
63
disponible en su entorno. Bajo esta afirmación se entiende el conflicto como la tensión presente
entre dos o más actores frente a un elemento común, “los seres vivos estamos en conflicto con el
universo y tal tensión repercute en la relación que establecemos con lo físico, con los recursos de la
naturaleza, en nuestros comportamientos biológicos, en las interacciones con los otros seres vivos,
en la obtención de recursos... y por supuesto en la cultura” (MUÑOZ, 2001, pág. 7). Estas
tensiones se complejizan mucho más en el ámbito social y el entramado que deviene de la
interacción entre sujetos que exteriorizan necesidades, deseos, emociones, proyecciones, etc.
elementos que a partir de la cultura generan una frecuente contraposición de intereses y
percepciones, es allí, en esa disensión donde tiene génesis el conflicto, que puede ser entendida
como capacidad o fuente de creatividad, en este sentido, el conflicto como parte esencial de la
interacción social puede presentar variadas y diversas posibilidades “… producir múltiples y
complejas colisiones y coaliciones … comprensión de las percepciones del otro… mera
coexistencia … o incluso, la emergencia de nuevas formas de colaboración, convivencia y
mestizaje y, en ocasiones, tiene resultados destructivos y aniquiladores” (MUÑOZ, 2001, pág. 8).
La premisa de la conflictividad radica en que, el conflicto es inherente a la naturaleza humana que
está en tensión constante y permanente, la experiencia del ser humano es naturalmente compleja
por tanto el conflicto se deriva de la misma complejidad.
Ahora bien, es pertinente realizar una aclaración frente a la perspectiva desde la cual se
reflexiona sobre los asuntos de paz y violencia, en palabras de Francisco Muñoz (2001) “se desea,
se busca, se valora más la paz, pero sin embargo se piensa en claves de violencia”, es decir, se da
prelación e importancia a la violencia dejando de lado el análisis de la paz, en este sentido, según
Muñoz, citado en (Mingol, 2018, pág. 151) "nos encontraríamos con una paz fuertemente deseada
y sentida frente a una violencia grandemente pensada e investigada" a este enfoque de estudios el
autor lo denomina “perspectiva violentológica” que visibiliza la violencia y la guerra y, minimiza
la paz.
A partir de este giro, sin desconocer los aportes de la misma, se empieza a pensar y
estudiar a la paz como objeto de estudio - a este enfoque se le denomina constructivista-, y más allá
de la conceptualización de la misma, lo que debe primar es la forma de hacer las paces (en plural
ya que considera una tipificación sobre la misma), en palabras de Vicent Martínez citado en
(Mingol, 2018, pág. 152) "no se trata de aprender sobre la paz, porque sabemos lo que no es paz;
sino reconstruir las maneras de hacer las paces que, aunque sean imperfectas, constituyen parte de
nuestra condición humana".
Galtung (2003) concibe la violencia como “afrentas evitables a las necesidades humanas
básicas, y más globalmente contra la vida, que rebajan el nivel real de satisfacción por debajo de lo
que es potencialmente posible” (Galtung, 2003), propone cuatro categorías de necesidades básicas
que son privadas por la violencia; las necesidades de supervivencia, de bienestar, identitarias y las
necesidades de libertad, y esquematiza a través del triángulo de la violencia, tres tipos de violencia
que están estrechamente relacionadas entre sí; la violencia directa como aquella que genera un
impacto o agresión física, que es visible a través del comportamiento humano sea de forma verbal,
física o psicológica; la violencia estructural cuando se trata de la privación de alguna necesidad
básica como alimentación, salud o educación, y que se produce a través de los sistemas sociales,
políticos y económicos que gobiernan las sociedades; y la violencia cultural como factores
simbólicos, ya sean religiosos, culturales, artísticos o medios de comunicación, que normalizan la
violencia directa y/o estructural y por ende reprimen la respuesta de quien la sufre (Concha, 2009).
65
Frente a los tipos de violencia y su interrelación, es importante aclarar como lo expone
Galtung citado en (Concha, 2009, pág. 16) las manifestaciones de cada tipo de violencia frente a
las necesidades básicas del ser humano de las cuales es privado:
Tabla 1 Necesidades de los tipos de violencia
Fuente: (Concha, 2009, pág. 16)
En este sentido, de acuerdo al triangulo de la violencia, de los tres tipos, la única que se
hace visible fácilmente es la violencia directa, los dos ángulos de la violencia estructural y cultural
permanecen ocultos bajo la violencia directa, y las mismas le dan soporte, así pues, la violencia
directa percibida, generalmente es una manifestación o se da debido a acciones de la violencia
estructural o cultural, por ejemplo; los asaltos o asesinatos se generan en ocasiones debido a la
insuficiencia económica para satisfacer alguna necesidad básica como la alimentación, la acción
directa es el asesinato, generado por una acción violenta estructural como la inseguridad
alimentaria. También es preciso indicar, de manera diferenciadora entre los tres tipos de violencia,
que “la violencia directa es un acontecimiento; la violencia estructural es un proceso con sus altos
y bajos; y la violencia cultural es una constante, una permanencia que se mantiene básicamente
igual durante largos periodos, dadas las lentas transformaciones de la cultura básica” (Galtung,
2003, pág. 12).
A la par de los análisis del concepto de violencia y su tipología, la paz como objeto de
estudio recobra atención desde la perspectiva constructivista, como se indicó anteriormente,
inicialmente y de acuerdo al fenómeno desde la perspectiva violentológica debía producirse el
equivalente contrario de guerra surge entonces la paz, pues solo en tanto existe la guerra se concibe
la paz, “El concepto de paz se desarrolló así como ausencia de guerra o como situación de no-
guerra, era la paz negativa” (Muñoz, Francisco A., 2001) que se limitaba exclusivamente a las
dinámicas de la guerra o en el marco de la violencia directa, posteriormente el concepto derivó en
la búsqueda de la justicia, que permitiera la generación de valores positivos y perdurables, y capaz
de integrar política y socialmente, sobre todo en los término en los que operaba la violencia
estructural (miseria, dependencia, hambre, desigualdades de género), de generar expectativas, y de
contemplar la satisfacción de las necesidades humanas, en este sentido se le acuña el término paz
positiva, o paz perfecta, sometido a las calificaciones utópicas, por considerársele inalcanzable, en
esa medida se considera que podría conducir a posiciones desesperadas, inmovilizarnos o a la
defensa de revoluciones (-violentas), finalmente, se concibe a través del adjetivo “imperfecta”, esta
perspectiva hace referencia a “aquellos espacios e instancias en las que se pueden detectar acciones
que crean paz, a pesar de que estén en contextos en los que existen los conflictos y la violencia”
(Muñoz & Molina, Una paz compleja y conflictiva e imperfecta, 2020, pág. 23) esta lógica de
aceptación y gestión del conflicto como parte de la naturaleza humana debido a la interacción
social de diversos actores, ofrece una visión realista de la complejidad misma en la que está inserta
el ser humano y “refuerza el camino superador del antagonismo dual entre bien y mal, pacífico
versus violento, para aceptar situaciones intermedias y mediaciones” (Muñoz & López Martínez ,
Historia de la paz, 2004)
67
Otras definiciones de Muñoz (2001) son “La paz nos permite identificarnos como
humanos, la paz puede ser reconocida como una invención de los humanos, la paz de los humanos
es después proyectada al resto de los animales, la naturaleza y el cosmos” y que a su modo de ver
puede ser conceptualizada o construida de diversas formas, ya que ésta puede ser sentida, percibida
y pensada desde múltiples puntos, espacios y ámbitos, y desde diferentes actores, y es además un
elemento constitutivo de las realidades sociales, por tanto, es inherente a la condición humana,
como se expuso de igual forma el conflicto. Otra, un poco más elaborada, tiene que ver con
“alcanzar el máximo de equilibrio interno, y en esa medida, el menor grado de entropía externa y,
en consecuencia, la regulación pacifica de los conflictos, el mayor desarrollo de las potencialidades
dentro de la especie humana y el mayor equilibrio y armonía con su medio” (Muñoz F. A., 2009,
pág. 39)
1.4.4 Gobierno, gobernanza y gobernabilidad
Las siguientes categorías se analizan a la luz del caso indígena, debido al vasto escenario
teórico sobre el asunto, sin embargo, el interés principal es dilucidar estos conceptos en torno a la
territorialidad y la capacidad de toma de decisiones de este grupo específico, así como el
relacionamiento de los mismos con la forma de gobierno del Estado.
La noción de gobernanza de acuerdo a Marc Shufty citado en (Benavides & Duarte, 2009)
puede verse como “…una clase de hechos sociales, un objeto de estudio que se refiere a los
procesos colectivos, formales e informales, que determinan, en una sociedad, cómo se toman
decisiones y se elaboran normas sociales con relación a los asuntos públicos” quien adicionalmente
propone un Marco Analítico de Gobernanza MAG para examinar los problemáticas de gobierno en
las comunidades indígenas, Shufty establece cinco categorías; los problemas, son los intereses que
están en juego; los actores, bien sea individuos o grupos que se movilizan en contra; los puntos
nodales, como interacción de los actores que puede ser conflictiva o cooperativa, expresada a
través de acciones colectivas y que dan como resultado acuerdos o toma de decisiones; las normas,
son el resultado de los acuerdo y decisiones tomadas y fijan las reglas de juego; y los procesos,
como la sucesión de estados o hechos por los que pasa la interrelación de los actores (Benavides &
Duarte, 2009), en este sentido la gobernanza hace alusión al análisis de los mecanismos a través de
los cuales se toman decisiones en una sociedad.
Por su parte, Fernando Mayorga y Eduardo Córdova (2007:9) conciben el término en
función del “… análisis de las relaciones Estado y sociedad en sus distintos niveles jurisdiccionales
cuando el objeto se refiere a políticas públicas”, en igual medida Eduardo Andrés Chilito Piamba
(2008:57) conceptualiza la gobernanza como “la manera en que los grupos políticamente
organizados buscan resolver los problemas a través de acciones colectivas novedosas”, en este
sentido la gobernanza se refiere a la capacidad que tienen las comunidades para, en relaciones
horizontales, tomar decisiones frente a los asunto públicos.
En cuanto a la gobernabilidad, Adrián Acosta (2001) citado en (Benavides & Duarte,
2009, pág. 29) la define como “la cualidad propia de una comunidad política según la cual sus
instituciones de gobierno actúan eficazmente dentro de su espacio de un modo considerado
legitimo por la ciudadanía, permitiendo así el libre ejercicio de la voluntad política y del poder
ejecutivo mediante la obediencia cívica del pueblo” sobre esta premisa, dice el autor, la
gobernabilidad no es exclusivamente en torno a la toma de decisiones, sino que ésta trasciende al
establecimiento de mejores condiciones para el ejercicio del gobierno.
Por su parte, Antonio Camou (2001) en (Mayorga & Córdova, 2007) define la
gobernabilidad como “un estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas societales y
la capacidad del sistema político (estado/gobierno) para responderlas de manera legítima y eficaz”
69
y de forma muy específica, Diego Iturralde (2001), citado en (Santoyo, 2001, pág. 7) indica sobre
el caso indígenas “...la idea de gobernabilidad que impulsan los pueblos indígenas exige como
punto de partida el reconocimiento (jurídico y político) de la diversidad social, cultural y étnica, al
que se corresponde el desarrollo de un sistema de relaciones multicultural y pluriétnico…”
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede decir que la gobernanza hace referencia a la
acción, y al mismo tiempo al resultado, de gobernar, mientras la gobernabilidad se plantea los
cuestionamientos sobre cómo se gobierna, en este sentido es conveniente revisar en el caso
colombiano cómo se ejercen la gobernanza y gobernabilidad en comunidades indígenas y cómo es
la relación de éstas con el gobierno en el marco del Estado – Nación pluriétnica y multicultural
luego de la Constitución Política de 1991, que de acuerdo al líder indígena de la Constituyente,
Lorenzo Muelas, citado en (Benavides & Duarte, 2009, pág. 30) el logro adicional al
reconocimiento como ciudadanos fue el de “establecer una relación de autoridad a autoridad entre
los pueblos indígenas y el estado colombiano”.
Las comunidades indígenas demandan en términos de gobernanza dos aspectos
principalmente; la territorial y administrativa, frente a la primera se tendrá que decir que el Estado
colombiano, de acuerdo a la Constitución política del 91 como estado administrativo
descentralizado lo conforman las entidades territoriales (municipios, departamentos, distritos y
territorios indígenas) quienes tienen autonomía para gobernarse, administrar recursos y participar
en las rentas nacionales, sin embargo en el caso de las comunidades indígenas este precepto no se
ha podido llevar a la práctica pues la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial aún no está
sancionada, por tanto aun cuando tienen propiedad de la tierra a través de la figura de resguardo
indígena y están conformados políticamente en Cabildos, no pueden acceder a las dinámicas como
Entidades Territoriales Indígenas ETI´s (Benavides & Duarte, 2009), otra consideración
importante frente a la gobernanza territorial es el protagonismo que adquieren a través de la
participación y acción social, lo que deriva en una visibilidad política importante que incide en la
toma de decisiones en cuanto a políticas públicas, esta gobernanza puede evidenciarse a nivel local
en tanto que existen redes de coordinación y cooperación entre los actores (gobierno y sociedad),
hay participación por tanto incidencia de la comunidad, y transformación en las políticas públicas a
través de la toma de decisiones (Piamba, 2018).
Frente a la gobernanza administrativa, las comunidades indígenas no son del todo
autónomas ya que, como se expuso anteriormente, al no consolidarse las ETI´s, el manejo
administrativo y presupuestal de las transferencias del Sistema General de Participaciones SGP, de
las que tienen acceso por su carácter especial, son entregadas a los municipios quienes administran
los recursos de acuerdo a la normatividad nacional con destinación específica para educación,
salud, vivienda, agua potable, saneamiento básico, y subsidios para acceso a servicios públicos
básicos para la población pobre, sin embargo en este sentido hay una disparidad frente a lo que se
considera por estas categorías, por ejemplo para las comunidades la salud no es infraestructura
hospitalaria o medicamentos, sino seguridad alimentaria, cobra entonces relevancia los
denominados Planes de vida como un insumo para articular el proyecto de vida de la comunidad
indígena con los mecanismos, dinámicas y obligaciones del Estado (Benavides & Duarte, 2009).
1.4.5 Comunicación y acción colectiva
La comunicación, como muchas de las ciencias del conocimiento humano, ha sido el
resultado de reflexiones y aprendizajes en el tiempo. El concepto de comunicación ha variado
desde los años 40´s y 50´s, pero pueden establecerse dos modelos de la comunicación; el primero
de ellos, el modelo difusionista que se caracterizó por transferir información buscando unos efectos
en los receptores a través de los medios masivos de comunicación, un modelo lineal basado en el
71
emisor y en los medios que buscaba persuadir a la audiencia o receptores, este modelo se
desarrolló de manera simultánea con los enfoques de desarrollo de la modernidad, por tanto su
función fue instrumental. Con la crisis del modelo de desarrollo, en tanto crecimiento económico, y
con el surgimiento de la teoría de la dependencia que situaba al subdesarrollo como un efecto del
desarrollo, se genera un giro también en la concepción de la comunicación desde el modelo
participativo “que afirma la importancia de la identidad cultural de las comunidades locales y de la
democratización y participación en todos los niveles —internacional, nacional, local e individual”
(Servaes, Comunicación para el desarrollo: tres paradigmas, dos modelos, 2000, pág. 20) desde
esta perspectiva se busca la comunicación desde las comunidades y no para las comunidades y se
suscribe en este modelo participativo los enfoques de; la comunicación para el desarrollo, que aún
con un sesgo institucional, valoraba la participación y el conocimiento local, y las formas de
organización social; la comunicación alternativa como una respuesta ante la exclusión de grupos y
expresiones sociales que al no contar con medios para dar su voz empezaron a producir contenido
y medios propios. La principal característica de este modelo fue la apropiación, en tanto desarrollo
de capacidades para producir los contenidos y la adquisición de los instrumentos para difundirlos,
por ello crearon radios comunitarias, revistas y diarios populares, y algunos canales de televisión; y
el enfoque de la comunicación para el cambio social, el más reciente, y que Gumucio (2002:37)
define como “… un proceso de diálogo y debate, basado en la tolerancia, el respeto, la equidad, la
justicia social y la participación activa de todos” caracterizado por la participación comunitaria y la
apropiación del proceso comunicativo, apoyado en la pertenencia cultural y la lengua de cada
comunidad en el marco del respeto, la generación de contenidos locales fortaleciendo el
conocimiento comunitario, el uso de la tecnología apropiada teniendo en cuenta las
particularidades de cada proceso, pues es eso lo que importa, el proceso no los productos o
instrumentos, y la constitución de redes y convergencias, los procesos no pueden estar aislados,
deben encontrar apoyo en procesos similares para ser sostenibles (Gumucio-Dagron., 2002).
A lo largo de este tiempo los aportes al concepto de comunicación desde diferentes
disciplinas como la psicología, sociología, antropología, lingüística, política entre otras, han sido
valiosos, y permiten una noción compleja de lo que ella significa, teniendo en cuenta aspectos
inherentes al ser humano como ser social. Esta complejidad es sintetizada de manera excepcional
en la obra de Robert Craig (1999) y su Metamodelo Constitutivo de la Comunicación en el que
destaca siete tradiciones teóricas a partir de las cuales estudiar la comunicación; (1) la retórica ve
la comunicación como el arte práctico del discurso, en el que se dirige a alguien para guiar las
decisiones, (2) la semiótica como el uso de signos y la significación que se da a ellos mediante la
intersubjetividad, (3) la fenomenológica que entiende la comunicación como la experimentación
del otro, a través del diálogo o experiencia del otro, en donde la auténtica comunicación se
encuentra fundada en la experiencia directa y no mediada, (4) la cibernética define la
comunicación como el procesamiento de información, la transmisión de mensajes a través del uso
de la tecnología, (5) la sociopsicológica que cercana a los preceptos de la semiótica, en cuanto a la
significación, ahonda más allá para indicar que, además de significar, la comunicación tiene unas
implicaciones o efectos en los estados emocionales, en la personalidad y actitudes y por tanto en
los comportamientos, (6) la sociocultural ve la comunicación como un proceso simbólico en el que
se produce y reproduce la realidad a través de pautas socioculturales compartidas, y (7) la teoría
crítica para quienes la comunicación debe potenciar la reflexión crítica y la justicia (Algarra, 2008,
pág. 157 y ss).
Desde estas tradiciones teóricas se puede comprender el concepto de comunicación por
una parte, en el contexto de la experiencia, es decir, que hace parte de sucesos, hechos e historias
de las personas o sujetos que intervienen en un grupo social, y por otra, los significados que tienen
esas experiencias en los sujetos y en el grupo social, que no puede verse simplemente como hecho
sin trascendencia, ya que toca, impregna, permite, genera, crea o transforma el orden social en el
que están inmersos los sujetos, por tanto el significado trasciende la acción misma. Se acuña en
73
este sentido la noción de “intersubjetividad” que complejiza más el concepto de comunicación,
elemento estudiado desde la sociología y concretamente por Alfred Schütz, quien además
reflexiona sobre lo que es la acción social y la relación que tiene la comunicación con dicha
acción.
Para Schütz citado en (Hernández Romero & Galindo Sosa, 2007) toda acción tiene una
intencionalidad, y establece dos significados de las acciones; uno subjetivo y otro objetivo, el
primero hace referencia a la construcción mental de ciertos componentes de la realidad, es decir
“mi” significado, y el segundo a los significados amplios y que han sido construidos socialmente,
es decir, el significado del “otro”. Entonces los sujetos pueden percibir la realidad dada la relación
y reconocimiento del otro, en palabras de Schütz, el aquí se define porque se reconoce un allí,
donde está el otro, yo soy porque hay un otro que me define. Estas relaciones intersubjetivas para
Schütz están dividas en dos tipos; espaciales y temporales. Entre las espaciales está el “nosotros”
como relaciones con otros de los que formamos parte, “ustedes” las relaciones de otros en los que
no está incluido uno mismo, y el “ellos” la relación de terceros. Con respecto a las relaciones
temporales hace referencia a las “contemporáneas” como aquellas en las que se puede interactuar
con otros, los “predecesores” aquellos otros con los que ya no es posible interactuar, pero de quien
se tiene conocimiento o historia, y los sucesores, es decir a aquellos otros con los que tampoco es
posible interactuar pero a quienes los sujetos pueden orientar acciones (García, 2007).
Dadas las anotaciones anteriores, la comunicación no es la transmisión de información
exclusivamente, no es un proceso lineal, todo lo contrario, es un proceso en movimiento, dinámico,
es poner en común con ese “otro”, con el que indiscutiblemente se tiene interacción y relación
desde la temporalidad y la corporeidad, donde se establecen significados y se permite la
participación; la comunicación entendida como acción transversal en el ser humano. En este
sentido, para la presente investigación se tendrán en cuenta las tradiciones teóricas de Craig desde
las cuales se realizará el análisis de los procesos de comunicación en el marco del Caso
Magallanes, así como lo preceptuado por Leonarda García y su Modelo Pragmático de la
Comunicación ( García Jiménez, La teoría de la comunicación como matriz práctica para la
resolución de conflictos, 2015), y que será abordado de manera amplia en el capítulo
metodológico, en él establece tres tipos de tensiones en medio del conflicto; una cultural, una
dialéctica y otra metacomunicativa.
Finalmente, el concepto de acción social se retoma desde Schütz citado en (Hernández
Romero & Galindo Sosa, 2007) como “la acción cuyo motivo para contiene alguna referencia a la
corriente de la conciencia de otro… la acción es una vivencia que está guiada por un plan o
proyecto que surge de la actividad espontánea del sujeto… la acción es concebida como
intencional y reflexiva, siendo en sí misma un contexto significativo” en este sentido la acción
social no es un hecho fortuito, sino un hecho consiente.
1.5 Diseño metodológico
En este apartado se describe la propuesta metodológica a través de la cual se realizó la
investigación; el enfoque, la metodología utilizada, el método de investigación a través del estudio
de caso, las técnicas de recolección de información y finalmente la síntesis del diseño
metodológico.
75
1.5.1 Enfoque epistemológico
Como enfoque epistemológico para la presente investigación partimos de la concepción de
que, para determinar elementos culturales y de comunicación - entendiendo la complejidad que
implica esto- como es el objetivo de este estudio, es necesario situarse desde una perspectiva de la
interpretación y comprensión del mundo simbólico. En razón a esto, y teniendo en cuenta que “Las
ciencias histórico hermenéuticas buscan rescatar el fenómeno de la relación entre sujetos a partir
de la comprensión de los procesos comunicativos, mediados por la apropiación de la tradición y la
historia; su interés se fundamenta en la construcción y reconstrucción de identidades
socioculturales (interés práctico) para desde esa comprensión estructural, y en un proceso
posterior, poder sugerir acciones de transformación” (Ortiz Ocaña, 2015, pág. 17) el enfoque desde
el que se orienta esta indagación es el histórico – hermenéutico, ya que en el caso Magallanes
nuestro interés es analizar justamente la interacción y los procesos de comunicación de dos actores
inmersos en un escenario de conflicto.
Las premisas, desde este enfoque para dirigir la investigación, están basadas en que su
objetivo es comprender contextos, particularidades, significaciones, narrativas en el marco de las
dinámicas cotidianas, por ello es imprescindible tener conocimiento del contexto para realizar la
investigación. “La vivencia y el conocimiento del contexto, así como experiencias y relaciones, se
consideran como una mediación esencial en el proceso de conocimiento, que se tiene en cuenta al
diseñar el proyecto de investigación” (Cifuentes Gil, 2011, pág. 30)
Ahora bien, el enfoque histórico-hermenéutico concibe la realidad como un constructo
social por tanto ésta es relativa, no hay una sola realidad, la concepción e interpretación de la
realidad está asociada al tiempo y al contexto, por ello es compleja, conflictiva y dialéctica (Ortiz
Ocaña, 2015). En este sentido y para efectos de la presente investigación el enfoque es un derrotero
frente a la forma en que se abordan la metodología, el método y las técnicas de investigación, las
cuales están sustentadas en los principios del enfoque, teniendo en cuenta la experiencia y la
historicidad del objeto de estudio y en este entendido propender por un visión amplia e integral del
caso Magallanes.
Finalmente, según Gadamer citado en (Ortiz Ocaña, 2015) el interés desde el enfoque
histórico hermenéutico no reside en “entender al otro”, sino en el “entenderse con el otro” en un
momento histórico, para ello es necesario poner en consideración las condiciones (para nuestro
caso Magallanes de tipo cultural, dialectico y metacomunicativas en un escenario de
conflictividad) en las que se produce la comprensión.
1.5.2 Metodología de investigación
La metodología utilizada en la presente investigación es cualitativa. González (2013)
citado en (Portilla Chaves, Rojas Zapata, & Hernández Arteaga, 2014, pág. 91) refiere que, la
investigación cualitativa aborda lo real en cuanto proceso cultural, desde una perspectiva subjetiva,
con la que se intenta comprender e interpretar todas las acciones humanas, las vivencias, las
experiencias, el sentir, con el fin de crear formas de ser en el mundo de la vida, en este sentido el
caso Magallanes como realidad compleja debido a sus implicaciones políticas, económicas, social
y culturales constituye un objeto de estudio desde la cultura.
Así mismo, la investigación se suscribe en la metodología cualitativa toda vez que reúne
como características; en primer lugar, el objeto de estudio hace referencia al significado de
procesos sociales – como la comunicación y las tensiones alrededor de ella en este caso - y como
tal reviste una complejidad para ser no solo abordada, sino interpretada; en segundo lugar, porque
77
el lenguaje utilizado es conceptual y metafórico debido justamente a que el objeto mismo de
investigación requiere de la narración, descripción e interpretación de la realidad – escenario
conflictivo entre la petrolera y Uwa-; en tercer lugar los procedimientos e instrumentos para la
recolección de información son flexibles y poco estructurados, no por carecer de sustento
científico, sino porque así mismo son las dinámicas y los procesos sociales que se estudian; son
diversos y susceptibles de cambios; en cuarto lugar, porque el procedimiento de investigación es
más inductivo que deductivo, es decir, en el estadio inicial de la investigación se parte de hechos o
premisas a partir de los cuales se busca la construcción de mundos complejos; y por último debido
a que el interés de la investigación es comprender todo el contenido de experiencias y significados
alrededor de un hecho histórico como lo es el caso Magallanes, en este sentido su abordaje es
holístico y concreto (Ruiz Olabuénaga, 2012, pág. 18).
1.5.3 Método de investigación
El método de investigación es el estudio de caso, éste “…es una herramienta valiosa de
investigación, y su mayor fortaleza radica en que a través del mismo se mide y registra la conducta
de las personas involucradas en el fenómeno estudiado” (Martínez Carazo, 2006, pág. 167) a través
de este método se puede observar y analizar los hechos alrededor del conflicto de manera integral,
pues abarca la totalidad de los eventos y permite como resultado de la investigación una
descripción densa de la realidad estudiada.
La investigación se llevó a cabo a través de las siguientes etapas, en cada una de ellas se
resalta las acciones que como investigador se realizaron:
Planeación:
En su fase más temprana, esta investigación se concibió como una apuesta para visibilizar
las acciones de la Comunidad Uwa en el Caso Magallanes (el interés sobre este caso siempre ha
sido la fuerza y determinación de los indígenas por conservar su territorio, sin embargo los hechos
del año 2014 llamaban más la atención porque luego de dos décadas de la visibilidad por el bloque
Samoré en los años 90´s, la comunidad seguía siendo fuerte política, social y culturalmente frente a
los proyectos, esto ganó mayor curiosidad por saber qué acciones permiten esa continuidad) sin
embargo pronto se evidenció que podría ser un esfuerzo meramente instrumental y que en eso, la
comunidad ya era experta, bastaba con ver la dinámica de los comunicados a la opinión pública
para entender la estratégica, entonces se optó por la curiosidad, por el deseo saber y comprender,
que es lo que finalmente que impulsa la investigación.
Se replanteó entonces la investigación, dirigiéndola hacia unos escenarios más complejos,
sí, pero mucho más enriquecedores, en este sentido y siguiendo la cuestión que rondaba frente al
“éxito”, por llamarlo de alguna forma, que había tenido la comunidad Uwa con el resultado del
proceso de negociación con Ecopetrol y Gobierno Nacional durante el 2014 (Caso Magallanes),
surgieron las cuestiones ¿Qué es lo que hacen los Uwa para continuar tan fuertes en la lucha por el
territorio?¿Cómo después de dos décadas de la última movilización fuerte aún siguen con
determinación?, ¿Cómo se dio o se desarrolló el caso Magallanes para que lograran esos
acuerdos?, lo que finalmente en un análisis somero permitió establecer; primero que si es algo que
“hacen” está directamente relacionada con la cultura (conducta); segundo, que es era necesario
hacer una revisión histórica para conocer qué había sucedido al interior durante esos 20 años, y
tercero, que la respuesta estaba justamente en el desarrollo del Caso Magallanes.
Con estos análisis, se consolidó la propuesta que está materializada a través del presente
documento, sin embargo, se debe indicar – aunque no se quisiera-, con enormes preocupaciones
79
por el “desborde” conceptual y la complejidad del asunto; diferentes nociones de tipo político y
económico, semánticas y culturales, multiactores, plurinormatividad, en fin, un universo
absolutamente inmenso para delimitar un tema de investigación y no perder el horizonte.
Trabajo de campo
Para efectos de la recolección de información se realizó una revisión documental a través
de la web, acercamiento y dialogo con representantes de Asouwa, asistencia y seguimiento a
reuniones de concertación entre Ecopetrol y Asouwa, seguimiento a medios de comunicación y
entrevistas semiestructuradas. Los niveles de detalle de estas acciones se describen más adelante en
el aparatado técnicas de investigación.
Análisis de la información
El análisis de la información se realizó de acuerdo al Modelo Pragmático de la
Comunicación MPC de Leonarda García (2015) y al concepto de comunidad de paz de Esperanza
Hernández (2000), estas dos bases teóricas son la esencia del análisis de la información y de las
fases metodológica de la investigación, por tanto, precisan una explicación en este apartado.
Modelo Pragmático de la Comunicación MPC
Leonarda García (2015) propone el MPC para caracterizar la interacción interpersonal
cuando se produce el conflicto, dicha caracterización se realiza a través de tres niveles de tensión:
1. Las tensiones culturales: La autora sostiene que la cultura es un proceso y fenómeno
diferencial, por tanto, no puede haber una única cultura, cada una tiene unos rasgos característicos
y varían de persona a persona, por ello cuando se produce la interacción o la relación interpersonal
entre las personas, estas pueden experimentar, en algún momento tensiones divergentes, una con
mayor intensidad que la otra, y es allí donde emerge el conflicto. García propone como tensiones
para este nivel cultural:
- Individualismo/colectivismo
- Alto rechazo de la incertidumbre/bajo rechazo de la incertidumbre
- Alta aceptación de la distribución desigual del poder/baja aceptación de la distribución
desigual del poder
- Culturas masculinas frente a culturas femeninas.
Sin embargo, para esta investigación estas tensiones no fueron las que se tomaron como base
analítica, sin desconocer que efectivamente estas tensiones hacen parte de las contradicciones que
pueden surgir en el conflicto como lo expone García, ya que la particularidad del Caso Magallanes
permite establecer otras categorías que constituyen tensión entre los actores del conflicto, los Uwa
y Ecopetrol y que tiene que ver con la concepción diferencial que tienen cada uno sobre
desarrollo, territorio y gobierno, por tanto el análisis en este nivel cultural estuvo dirigido hacia
lo que cada uno percibe por estos términos.
Este análisis del nivel cultural permitió, de manera metodológica, caracterizar los actores del
conflicto y el rol de cada uno como interlocutor en los procesos de negociación en el Caso
Magallanes, reconstruyendo las acciones de los mismos en el periodo de 2012 a 2014 y dicha
caracterización corresponde al capítulo 2 del documento.
2. Tensiones dialécticas: Este segundo nivel, dice García, corresponde a las tensiones que se
presentan en el momento mismo de la interacción, durante los diálogos, en la relación interpersonal
81
de los actores, y se origina debido a la posición que asumen cada actor frente a las siguientes
contradicciones:
- Autonomía/conexión: se refiere a la resistencia de los participantes frente a desprenderse o
no -en alguna porción o medida- de su autonomía, la autonomía entendida como
separación del otro, absoluta independencia del otro, en el que los criterios o posturas del
otro no afectan, mientras que la conexión hace alusión a lo contrario, a la permeabilidad
del otro, a la flexibilidad de las posturas propias ante el otro, es un “quién cede ante qué
situaciones”,
- Apertura/clausura: ésta hace referencia a la medida de la intimidad, “qué tanto (de acuerdo
a los intereses de cada quien) es deseable que el “otro” me conozca”, en este sentido
también podría incluso argumentarse que es definitivo el nivel de confianza que genera el
“otro” para esa posible intimidad, es decir, en medio del diálogo los interlocutores pueden
percibir la contradicción de abrirse (apertura) al dialogo y la comunicación, y la de cerrarse
(clausura) a la misma.
- Predecible/novedad: está determinada por la estabilidad y el cambio, se relaciona con la
incertidumbre que puede surgir en el diálogo en medio del conflicto, es decir, una
contradicción entre lo que se espera va a suceder y aquello que no se tiene previsto, por
tanto, se consideraría que la incertidumbre está condicionada por la memoria y por la
experiencia, es decir, puedo considerar un hecho predecible de acuerdo a la experiencia, en
ese sentido la incertidumbre sería menor, entonces cobra relevancia la continuidad o
frecuencia de la relación, pues dependiendo de la experiencia podría establecerse el nivel
de incertidumbre.
Este análisis de las tensiones dialécticas corresponde a la segunda fase metodológica de la
investigación, y permitió establecer, teniendo en cuenta las diferencias culturales expuestas en la
tensión anterior, qué es lo que produce el conflicto.
3. Tensiones metacomunicativas: estas tensiones corresponden a aquellas que se producen
posterior a los encuentros o al diálogo interpersonal y, se abordan desde la manera en cómo cada
una de las partes percibe, define e interpreta el conflicto tal como lo ha vivido y proyectado, y lo
reconstruye. Las tensiones de este tercer nivel del MPC son aquellas expuestas por Robert Craig
(1999) en el Modelo Constitutivo de la Comunicación MCC como tradiciones de pensamiento de
la comunicación, a saber:
Retórica, en esta tradición la comunicación es vista con la intencionalidad de persuadir, a
través de una correcta y estratégica utilización del lenguaje, demostrando en sus
manifestaciones, habilidades comunicativas.
Socio psicológica, aquí la comunicación es un proceso casi instrumental, en el que a través
de la emisión de mensajes se generan efectos cognitivos, emocionales y de conducta en el
otro.
Semiótica, para esta tradición la comunicación es un entramado de signos y significados
que puede darse en la medida en que éstos se comparten por las personas, ya que de no ser
así emerge el conflicto.
Fenomenológica, desde esta tradición la comunicación es esencialmente el encuentro con
el otro, mediada por la empatía, el diálogo, la transparencia, a través del reconocimiento
del otro.
Sociocultural, la comunicación es concebida como un proceso simbólico donde se produce
y reproduce el orden social, reconociendo que éste es complejo y en el que se deben
construir acuerdos, pues debido a su complejidad emerge el conflicto.
83
Crítica, esta tradición propende por evidenciar, desde la comunicación, las desigualdades
sociales, las exclusiones y las dinámicas de poder hegemónico.
Cibernética, vista desde esta tradición, la comunicación es un sistema de redes sociales en
la que las personas interactúan, y pueden afectar y ser afectadas por otras, los sistemas
pueden estar conectados entre sí, así como las personas; familia, sociedad, etc.
Frente a estas tensiones metacomunicativas, como tercera fase metodológica, el análisis se
centró en las formas como cada actor percibe y reinterpreta el conflicto, qué narrativas o discursos
utiliza para reconstruir el mismo conflicto, para ello el estudio se realizó a través de un análisis de
medios y discursos, presentado en el segundo aparatado del capítulo 3 de este documento.
De esta manera metodológica, a través del MPC de García, se analizaron los procesos
comunicativos de los actores desde la génesis del conflicto entre la comunidad Uwa y Ecopetrol
hasta el desmantelamiento de la plataforma, cronológicamente hablando, que corresponde también
a las fases o etapas por las que pasa un conflicto; en un primer momento antes de la interrelación
(caracterización cultural de actores), durante el dialogo donde emerge el conflicto (tensiones
dialécticas) y después de la interrelación (tensiones metacomunicativas).
Comunidad de paz desde Esperanza Hernández
Luego del análisis del escenario conflictivo desde el MPC de García, y como reflexión
final del documento, se caracteriza a la comunidad Indígena Uwa como una comunidad de paz,
entendiendo estas comunidades como aquellas que aun en medio de la violencia tiene expresiones
y proyectos de paz o no violentas, si bien Hernández conceptualiza a los comunidades de paz en
medio de la violencia directa, para el caso Uwa esa delimitación de la violencia se hace a partir del
concepto de violencia estructural de Galtung (1999) haciendo referencia a la violencia como
insatisfacción de necesidades básicas como alimentación, salud o educación, esto en el marco del
resultado del desarrollo de proyecto extractivos en territorios de la comunidad indígena que los ha
obligado a modificar sus prácticas sociales, económicas y culturales.
La definición que Hernández ofrece sobre comunidades de paz es la siguiente:
Iniciativas de paz desde la base, en construcción, que encuentran su origen en regiones de
alta violencia y en comunidades que en medio del fuego cruzado se organizan como
expresión de resistencia civil no violenta al conflicto interno armado, dentro de un
territorio delimitado que declaran al margen de las hostilidades, para autoprotegerse
reivindicando la autonomía e inmunidad de la población civil frente al conflicto armado,
reconstruir el tejido social, desarrollar un proyecto de vida soportado en la solidaridad y el
bien común, y materializar su derecho a la paz (pág. 3).
La caracterización se realiza atendiendo a las particularidades expuestas por Hernández y
contrastándolas con material documental (entrevistas, plan de salvaguarda, noticias, relatos del
conflicto) que evidencian que aun en medio de escenarios en tensión, conflicto desacuerdo sus
actuaciones, coherentes con su cosmovisión son expresiones de no violencia, de armonía y de buen
vivir lo que les permite conceptualizarlas como una comunidad de paz que resiste ante la violencia
estructural de los proyectos extractivos.
El capítulo 4 se ocupa de esta caracterización y se divide tres partes; una primera parte
donde se expone la base conceptual sobre las violencias y las paces (en plural), las comunidades
de paz, y la concepción que tienen los indígenas Uwa sobre lo que es la paz; una segunda parte
donde se relacionan las características de las comunidades de paz con expresiones propias de la
comunidad Uwa, y finalmente un recuento del caso Magallanes y de la estrategia de lucha en
85
términos no violentos para lograr superar el conflicto, que a lo largo de este texto ha sido
documentado.
Documento final
La investigación está presentada en este documento por capítulos de acuerdo a las fases
metodológicas y al análisis de cada uno los niveles del MPC, enriquecido con otras discusiones
sobre las comunidades de paz y con la narrativa cronológica del caso Magallanes, del que además
se construyó una línea de tiempo anexa a este documento. En ese orden de ideas, el documento
presenta:
En el capítulo 1 el planteamiento de la investigación donde se realiza la identificación del
proyecto, objetivos, los antecedentes de investigación, marco teórico y el diseño metodológico.
En el capítulo 2 se entregan los resultados de la primera fase metodológica del MPC de
Leonarda García que corresponde a las tensiones culturales del modelo, estos resultados se
presentan en un primer aparatado la caracterización de los actores del conflicto; comunidad Uwa y
Ecopetrol, en el segundo el análisis de las tensiones culturales desarrollo, territorio y gobierno, y
en un tercer apartado la construcción cronológica del caso Magallanes con los hechos de mayor
relevancia.
En el capítulo 3 se presentan los resultados de la fase metodológica dos y tres de la
siguiente manera; en un primer momento el análisis de las tensiones dialécticas que se dieron en
las reuniones tripartitas de negociación y un segundo momento donde se realiza el análisis de las
tensiones metacomunicativas a través de un análisis de medios.
En el capítulo 4 se caracteriza a la comunidad Uwa como una comunidad de paz, de
acuerdo a lo conceptuado por Esperanza Hernández y a través de las acciones no violentas
emprendidas por los indígenas en medio del conflicto caso Magallanes.
Finamente en el capítulo 5 se entregan las concusiones del trabajo investigativo.
1.5.4 Técnicas de investigación
Trabajo de campo
El trabajo de campo, como etapa de recolección de información, estuvo determinado por un
período aproximado de cuatro años, aunque no de manera constante, durante este tiempo se
realizaron las siguientes acciones para consolidar los datos necesarios para la investigación, así
mismo se exponen las dificultades en cada una de ellas.
- Búsqueda documental en la web: como primera acción se realiza una revisión bibliográfica
amplia sobre la historia y caracterización Uwa, sobre la lucha de la comunidad en casos de
proyectos petroleros, las producciones académicas sobre el asunto, la normatividad que
encierra a las comunidades indígenas y al sector hidrocarburos, la historia y operación de la
empresa Ecopetrol, es decir, todas la documentación que encerraba la complejidad del caso,
desde la historia y hechos relevantes incluso desde la colonia. Una vez se agotaron todas las
fuentes digitales, y se contaba con amplio conocimiento sobre el asunto, el siguiente paso
fue revisar la información que no podía encontrarse en la web, en este sentido, por ejemplo
información de la empresa y de entidades del gobierno fue poca, y las que se encontraban
87
eran propias del carácter institucional o empresarial, demasiado técnicas o solo
operacionales, como protocolos o manuales, por tanto la visión o percepciones de estos
actores no fueron concebidos al detalle.
- Acercamientos y reuniones con la comunidad Uwa: de manera particular se buscó el espacio
de interlocución con la Asociación Asouwa a finales del 2017 e inicios del 2018, luego de
varios intentos accedieron participar de una reunión en enero de 2018 para socializarles la
investigación y considerar la posibilidad de una participación activa en ella, ésta reunión se
dio en los términos más cordiales, sin embargo la decisión sería sometida, de acuerdo a sus
sistema de gobierno a la asamblea de la Asociación y allí no fue viable tal participación. Se
retoma nuevamente el acercamiento con la asociación en marzo de 2020, nuevamente con
la misma dinámica, sería sometida a deliberación, pero en esta ocasión se permite realizar
algunas entrevistas a líderes de Asouwa en el mes de Julio del mismo año.
- Asistencia y seguimiento a los eventos o reuniones de concertación: Aunque la investigación
inicio a mediados de 2016, es decir, cuando las acciones puntuales del Caso Magallanes ya
habían sucedido, se asistió a la primera reunión donde realizaban seguimiento luego de dos
años de los acuerdos del 2014, estos eventos aunque no forman parte de la investigación –
insisto por temas de delimitación- si fue una herramienta valiosa para conocer la dinámica
de la interlocución entre las partes del conflicto, registro de la asistencia a esta reunión son
las notas de campo que se anexan a este documento, aunque cabe aclarar que solo fue
utilizada para fines de orientación frente a esta investigación. Así mismo, se realizaba
seguimiento y monitoreo permanente a las reuniones de la comunidad con la empresa, a
través de medios locales y dialogo informal con algunas personas cercanas a los líderes.
- Seguimiento en medios de comunicación y emisión de comunicados de Asouwa: Como se
indicó anteriormente para la fecha del inicio de la investigación se estaba dando una nueva
coyuntura con respecto a los compromisos de los acuerdos del 2014, que para la comunidad
Uwa no se estaban cumpliendo, esto nuevamente desbordó el cubrimiento en medios debido
a la tensión generada por las acciones de movilización y acción colectiva de la comunidad,
por tanto se realiza seguimiento permanente al nuevo conflicto, aunque aclaro nuevamente
con fines de orientación pues no hacen parte de este estudio.
- Entrevistas semiestructurada: Se realizaron tres entrevistas, dos de ellas a integrantes de la
comunidad Uwa; Heber Tegría quien en el año 2014 era el vicepresidente de Asouwa y
actualmente es Consejero de la Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC y a
Juan Jerez quien actualmente es el asesor jurídico de la Nación Uwa, estas entrevistas
permitieron tener acceso a información que no se halla en los entornos web pues son aquellas
actitudes o acciones del nivel de especificidad y de cotidianidad que no se consignan en los
documentos oficiales o mediáticos, como los comunicados a la opinión pública o las noticias,
lo que permitió enriquecer el análisis y los argumentos del estudio. La tercera entrevista
corresponde a una persona funcionaria del gobierno -que atendiendo al derecho de
confidencialidad reservo su identidad- quien amplificó más la visión del conflicto entre Uwa
y Ecopetrol, dando una mirada diferente a la hasta el momento encontrada y documentada,
esto por supuesto debido a que como se mencionó antes, la información oficial por parte de
gobierno y empresa es más riguroso, y diría que hasta cautelosa, sobre estos asuntos, así
mismo las personas que las representan, por temas de vinculación laboral, no deben expresar
o difundir información, sin embargo sus comentarios e información solo fueron utilizados
como orientación personal para continuar con la investigación.
89
Desarrollo metodológico
Objetivo Base teórica Instrumentos Resultados G
ener
al
Determinar los elementos que desde la cultura U`wa configuran procesos de comunicación,
que fortalecen su resistencia y permite considerarla como una comunidad de paz en medio
de la violencia estructural derivada de los proyectos extractivos de hidrocarburos en el caso
Magallanes en el periodo de 2012 a 2014.
Esp
ecíf
icos
Caracterizar los actores del
conflicto y el rol de cada uno como
interlocutor en los procesos de
negociación en el Caso Magallanes,
reconstruyendo las acciones de los
mismos en el periodo de 2012 a
2014.
Modelo Pragmático de
la Comunicación
Leonarda García - Nivel
cultural
Documentos de los
actores:
Uwa:
. Plan de salvaguarda
2014
. Comunicados a la
opinión pública.
Carta a Riowa.
. Entrevista a líder
indígena.
Ecopetrol:
. Informe de Gestión
y sostenibilidad 2019
. Manual de buen
Gobierno
Caracterización
actores del conflicto
Reconstrucción
cronológica del caso
Magallanes
Infografía Caso
Magallanes
Analizar las tensiones dialécticas en
los momentos de negociación y en
los discursos mediáticos sobre el
conflicto desde cada actor en el
marco del Caso Magallanes en el
periodo de 2012 a 2014.
Modelo Pragmático de
la Comunicación
Leonarda García -
Nivel dialéctico y
metacomunicativo
. Actas de reunión
. Noticias en medios
de comunicación
. Notas de campo
reunión
. Video visita de
verificación a
plataforma
Magallanes
. Entrevistas
Análisis tensiones
dialécticas
Análisis de medios
Identificar las acciones no violentas
llevadas a cabo por la comunidad
Uwa durante el conflicto del Caso
Magallanes en el periodo de 2012 a
2014 que permiten caracterizarla
como una comunidad de paz.
Concepto comunidades
de paz
Esperanza Hernández
. Entrevista
. Noticias en medios
de comunicación y
comunicados de
Asouwa
. Plan de Salvaguarda
Caracterización
como comunidad de
paz
2. Capítulo 2. Caracterización de actores del
conflicto, tensiones culturales y reconstrucción
cronológica del conflicto Caso Magallanes
En este capítulo se realiza, como primera fase metodológica del MPC de Leonarda García,
el análisis de las tensiones culturales entre los actores del conflicto que consiste en caracterizar a
cada una de ellos a partir de las diferencias conceptuales desde donde emerge el desacuerdo.
El capítulo se divide en tres aparatados; en el primero de ellos se presentan los actores del
conflicto Magallanes; comunidad Uwa y Ecopetrol, desde sus marcos normativos políticos,
económicos y culturales a través de la revisión documental de diferentes fuentes y entrevistas, para
establecer de manera general quiénes son los Uwa y quién es Ecopetrol, como actores principales
del conflicto, (haciendo salvedad que hay participación de otros actores, por ejemplo Gobierno,
ONG´s, sociedad civil, medios de comunicación); en el segundo apartado se realiza el análisis de las
tensiones culturales y que para efectos de esta investigación estará dirigido hacia la concepción
diferencial que tienen los actores sobre las categorías; desarrollo, territorio y gobierno, pues los
significados que cada uno de ellos le otorga a estos términos es lo que genera el conflicto, este
análisis se efectúo a través de documentos propios de cada actor; en el caso de la comunidad Uwa
se tuvo en cuenta el Plan de Salvaguarda Uwa 2014, comunicados de prensa y a la opinión pública,
material audiovisual de archivo y algunas entrevistas, de forma que la interpretación de dichos
significados pueda conducir, lo mejor posible, a la visión propia de los Uwa. Para el caso de la
empresa Ecopetrol no hubo la misma facilidad, ya que por su carácter empresarial, primero no
requiere emitir o validar juicios sobre dichas consideraciones y segundo la información desde su
ámbito organizacional tiene en cuenta protocolos y procesos cautelosos, ya que hay
responsabilidades sobre la misma, sin embargo el análisis se concretó a partir de informes de gestión
y de la navegación por el contenido web de la plataforma empresarial; en el último apartado, y como
91
preámbulo al siguiente capítulo en el que se analizan los otros dos niveles del MPC, se reconstruye
cronológicamente los hechos más relevantes ocurridos en el caso Magallanes, desde la expedición
de la Licencia Ambiental para el proyecto exploratorio en el año 2012 hasta la fecha del desmonte
de la plataforma por decisión de Ecopetrol en febrero de 2015.
2.1 Actores del conflicto Caso Magallanes
¿Quiénes son los Uwa?
U’wa: “gente inteligente que sabe hablar”.
Los U`wa se encuentran ubicados en el nororiente colombiano en los departamentos de
Boyacá principalmente, Norte de Santander, Casanare y Arauca, en un territorio considerablemente
reducido al que en tiempos ancestrales ocupaban, ya que sus cantos tradicionales dan cuenta de una
extensión geográfica más amplia en la que se incluía los estados de Apure, Táchira, Barinas y Mérida
del vecino país de Venezuela (ASOUWA A. d., 2013). Habitan la Sierra Nevada del Cocuy a la que
ellos llaman Zizuma, área que consideran sagrada y donde se encuentran los guardianes de la madre
tierra.
De acuerdo al Censo Demográfico DANE 2005 los U’wa son 7.581 personas que
representan el 0,5% de la población indígena de Colombia, la mayoría de ellos se encuentra en el
departamento de Boyacá que corresponde al 61,9%, seguido de Arauca con 13,2% y Norte de
Santander con 11,5%. El municipio con mayor presencia de indígenas U’wa es Cubará (Boyacá)
donde el 80% de su población corresponde a esta etnia.
Los integrantes de esta etnia conservan aun hoy su cultura a pesar de tener contacto con el
mundo occidental desde la época de la conquista. Pertenecen al grupo lingüístico Chibcha y su
lengua es la uwa tunebo, se caracterizan por su alto sentido de preservación del medio ambiente y
por la lucha y resistencia frente a proyectos extractivos de petróleo en sus territorios.
En la cosmovisión Uwa, SIRA (Dios) les dio un extenso territorio delimitado por una línea
imaginaria (Kera Chikara) que abarca gran parte de la sierra Nevada del Cocoy y su piedemonte para
que la cuidaran sustentados en cuatro pilares fundamentales: el derecho a la vida digna, la defensa
territorial, la cultura y el medio ambiente, manteniendo así el equilibrio del universo, a esto lo llaman
La ley de Origen, es la ley que los rige en todos los aspectos y que ha sido encomendada por SIRA.
Para los U’wa el territorio no es algo ajeno o externo a ellos mismos, no es un pedazo, sino que lo
es todo, incluyéndose, de allí que consideren que las afectaciones al medio ambiente (territorio) son
contra un sujeto colectivo interpretado culturalmente como pueblo Uwa.
Geográfica y políticamente está organizada a través de la Asociación de Autoridades
Tradicionales y Cabildos Uwa ASOUWA que reúne las 17 comunidades indígenas asentadas en los
departamentos de Arauca, Casanare, Boyacá y Norte de Santander en una extensión aproximada de
220.275 hectáreas en el Resguardo Unido Uwa, creado legalmente mediante Resolución 056 del 6
de agosto de 1999 (Asouwa A. D., 2014). Dicha asociación tiene la representación social y política
del sujeto colectivo Uwa.
Los Uwa, hacen parte de las comunidades indígenas declaradas en riesgo de desaparición
por el Auto N. 004 de 2009 de la Corte constitucional derivado de la Sentencia T 0-25 de 2004 sobre
desplazamiento forzado por el conflicto armado interno en Colombia. Este reconocimiento jurídico
de riesgo de extinción fisca y cultural ha sido de vital importancia en el marco de la lucha y
93
resistencia de la comunidad U´wa, ya que le ha permitido realizar diferentes acciones también de
carácter jurídico para su salvaguarda.
La Empresa Colombiana de Petróleo - ECOPETROL
Ecopetrol S.A. es una Sociedad de Economía Mixta, de carácter comercial, organizada bajo
la forma de sociedad anónima, del orden nacional, vinculada al Ministerio de Minas y Energía, de
conformidad con lo establecido en la Ley 1118 de 2006 (ECOPETROL, Ecopetrol, s.f.), su
nacimiento se da con la reversión de la concesión de Mares que tenía la Tropical Oil Company y los
Decretos 0030 del 9 de enero y 049 del 27 de febrero de 1951 emitidos por Laureano Gómez.
La actividad petrolera en Colombia comenzó en 1921, debido a la apertura del primer pozo
en La Cira y la ulterior producción del Campo La Cira-Infantas en el Valle Medio del Río Magdalena,
ubicado a unos 300 kilómetros al nororiente de Bogotá (Cote, 2020) y dio un giro con el
descubrimiento del pozo Caño Limón en Arauca “En septiembre de 1983 se produjo la mejor noticia
para la historia de Ecopetrol y una de las mejores para Colombia: el descubrimiento del Campo Caño
Limón, en asocio con OXY, un yacimiento con reservas estimadas en 1.100 millones de millones de
barriles. Gracias a este campo, la Empresa inició una nueva era y en el año de 1986 Colombia volvió
a ser en un país exportador de petróleo” (ECOPETROL, Ecopetrol, s.f.).
Hasta el año 2003 Ecopetrol fungía como administradora de los recursos petroleros del país,
sin embargo, a través del Decreto 1760 del 26 de junio de 2003 se modificó la estructura orgánica
de la Empresa Colombiana de Petróleos y la convirtió en Ecopetrol S.A. entonces fue creada la
Agencia Nacional de Hidrocarburos ANH para que se encargara de dichas funciones.
Como lo indican sus estatutos, el objeto social de Ecopetrol S.A. “… es el desarrollo, en
Colombia o en el exterior, de actividades industriales y comerciales correspondientes o relacionadas
con la exploración, explotación, refinación, transporte, almacenamiento, distribución y
comercialización de hidrocarburos, sus derivados y productos” como tal ha tenido un enorme
impacto en la economía nacional posicionándola como la empresa más grande del país con una
utilidad neta de $15,4 billones registrada en 2011 y la principal compañía petrolera en Colombia.
Por su tamaño, pertenece al grupo de las 40 petroleras más grandes del mundo y es una de las cuatro
principales de Latinoamérica (ECOPETROL, Ecopetrol, s.f.).
La empresa ha tenido un alto y variado impacto en diferentes sectores de las regiones-
comunidades donde opera, este impacto atraviesa lo económico con la obtención de regalías,
inversión en infraestructura, generación de empleos y mejoras en la calidad de vida, también influye
en lo social a través de impulsos socio-culturales, inversión en proyectos productivos locales y
responsabilidad social, y atraviesa también lo ambiental transformando el paisaje autóctono a medida
que descubre y explota nuevos yacimientos, lo cual ha desembocado en deterioro del medio
ambiente, impacto en la biodiversidad regional y alteración del paisaje autóctono, rural y urbano.
Para ciertas comunidades la industria petrolera ha tenido efectos positivos, ya que los
recursos obtenidos han resultado en mejoras en la calidad de vida, así mismo ha dado protagonismo
a las regiones en el escenario local/nacional tanto en lo económico como en lo político; sin embargo,
para otras poblaciones los impactos han sido negativos ya que son testigos del deterioro de su hábitat,
han vivido o acogido el desplazamiento forzado debido a la expansión industrial, su cultura,
creencias y hábitos han sido trasfigurados por ideales y valores ligados a la influencia del dinero y
el poder, reestructurando así el significado y el valor de los recursos y los sujetos transformando así
el tejido social.
95
En síntesis, Ecopetrol es la empresa colombiana apoderada de la industria petrolera en el País,
su influencia ha sido positiva y negativa en todas las áreas que conforman la sociedad; las
económicas, sociales, culturales y ambientales. Es una empresa que representa los ideales del
capitalismo imperante en la región y que está alineado con las políticas liberales que administran el
mundo, a la par, además por ser, desde su inicio una empresa de carácter estatal, el Estado
colombiano ha pasado por diversos periodos de crecimiento que por lo general están ligados al sector
económico, en especial después de la segunda guerra mundial, periodo en el cual entra en vigencia
el proceso de industrialización global, y donde las potencias dominantes buscaban tanto materias
primas como nuevos mercados en países (denominados por las mismas) subdesarrollados; categoría
en la que se incluye Colombia.
2.2 Tensiones culturales entre los actores del conflicto
Como hemos indicado anteriormente, el principal generador del disenso entre la comunidad
Uwa y Ecopetrol es, inicialmente, lo que para cada uno significa las categorías de desarrollo,
territorio y gobierno, entendido también como gobernanza y gobernabilidad (aunque teóricamente
sean diferentes), estos significantes tienen una connotación diferente de acuerdo a las
particularidades de cada actor, en tanto cada uno tienen marcadas contrastes estructurales; sistema
de gobierno, dinámica económica o productiva y sistema de creencias y costumbres. El conflicto
ocurre cuando en medio del relacionamiento o interacción, cualquiera que sea su causa, chocan estas
concepciones disimiles, para el caso de esta investigación, la interacción entre los actores ocurre con
ocasión al desarrollo del proyecto exploratorio de petróleo Magallanes. A continuación, se exponen
las tensiones culturales frente a los conceptos desarrollo, territorio y gobierno.
Desarrollo
Para analizar esta tensión se tendrá que aclarar, en primer lugar, que, ésta no es una palabra
nueva para la comunidad indígena Uwa quienes desde la época de la colonia han realizado esfuerzos
y resistencias debido a los proyectos en ese momento en nombre de la modernidad, su concepto
tradicional, de crecimiento económico, es el referente para dialogar sobre esta categoría.
Así mismo, Ecopetrol de acuerdo a la génesis misma de la empresa y en el marco de la
dinámica política y económica mundial en la que se inserta el negocio de hidrocarburos, concibe el
desarrollo como crecimiento económico y de acumulación de capital, esto es visible de forma
implícita desde la óptica empresarial y corporativa debido a su estructura, sin embargo, también de
forma explícita puede evidenciarse a partir del análisis de sus comunicaciones y documentos, por
ejemplo en la siguiente afirmación del Informe de Gestión 2016: “Ecopetrol continuó avanzando en
la identificación de encadenamientos productivos derivados de su operación, con el ánimo de
mejorar la productividad y competitividad de las empresas nacionales y de esta forma, acelerar el
desarrollo socioeconómico del país” (ECOPETROL S.A. , 2017, pág. 214), en este sentido el
desarrollo se enmarca en aumentar la producción y ser competitivos – que de acuerdo a las raíces
del término y en palabras de Adam Smith citado en (Lombana & Rozas Gutiérrez, 2008) se refiere
a la maximización del beneficio sustentada en la ventaja absoluta como especialidad para minimizar
los costos -, lo que generaría mayores ingresos y por tanto, en términos tradicionalmente económicos,
mayor desarrollo.
Para citar otro ejemplo, en la editorial de la revista de la empresa, E+ edición, 12 se lee:
“Perder la autosuficiencia petrolera tendría severas consecuencias para Colombia: no contaríamos
con el crudo nacional necesario para cargar las refinerías de Barrancabermeja y Reficar, perderíamos
cerca de US$25.000 millones en exportaciones y tendríamos que dedicar cuantiosos recursos para
97
importar crudo y combustibles. Eso, son menores opciones de desarrollo y bienestar para los
colombianos más pobres” (Ecopetrol, 2017), de esta enunciación se deduce entonces que, el
desarrollo – y adicionalmente el bienestar de las personas, en este caso los más pobres – están
asociados al capital económico exclusivamente.
Por otro lado, “Como parte de su estrategia de innovación y tecnología, durante 2016
Ecopetrol continuó el establecimiento de alianzas estratégicas de largo plazo para realizar
investigación aplicada, desarrollo tecnológico y transferencia de tecnología. Esto con el fin de
fortalecer la comunidad científica y universitaria, y formar talento humano con competencias
pertinentes que permitan generar competitividad empresarial y desarrollo regional” (ECOPETROL
S.A. , 2017), esta anotación dentro del informe hace referencia al apoyo de la empresa al Sistema
Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) y permite evidenciar otra dinámica de la
perspectiva de desarrollo económico desde el punto de vista del capital humano, en el que se concibe
la educación, formación o instrucción como una inversión que generará utilidades en el futuro
(Villalobos Monroy & Pedroza Flores , 2009, pág. 279).
Por su parte, la comunidad Uwa con pleno conocimiento de las dinámicas del desarrollo
económico y de la misma industria petrolera – es oportuno recordar aquí que ellos han tenido
relacionamiento con las empresas desde los años 90´s con el desarrollo del primer proyecto, Bloque
Samoré- en diversas ocasiones ha plasmado su desacuerdo y crítica a tal visión de desarrollo, sin
embargo, este análisis se remite a unas cuantas referencias como la siguiente:
Vemos que después de veinte años de explotación de recursos, que ha dejado millones en
ganancias, no se han visto aquellos grandes beneficios que nos ofrecían de manera pomposa:
continuamos padeciendo la pobreza, comprobamos la ausencia casi absoluta de políticas que
nos beneficien a nivel social, genuinamente; vemos entonces, que no existe aquel tal
“desarrollo” del que tanto hablaban. Por el contrario, observamos atónitos el incremento de
situaciones generadoras de corrupción, de manipulación despiadada hacia la población
campesina y lugareños por unos cuántos pesos; vemos el debilitamiento de las
organizaciones locales colectivas, tantas, pero tantas cosas vemos… (ASOUWA A. d., 2014)
En este entendido, es evidente que la comunidad Uwa no comparte la misma noción de
desarrollo promovida por la empresa Ecopetrol, identifica y comprende la lógica occidental, pero no
la comparte. En los siguientes fragmentos de la Carta de los Uwa a Riowa (hombre “blanco”) puede
evidenciarse esto, aunque utilizan la palabra “progreso” puede leerse como desarrollo en tanto
obedece a la misma dinámica:
Los jefes blancos les dicen a sus gentes que nuestro pueblo indio es salvaje, nos presentan
como sus enemigos y como enemigos del riowa mayor al que ellos han llamado progreso y
ante quien los otros riowa y todos los pueblos del mundo tenemos que arrodillarnos […] El
hombre blanco le ha declarado la guerra a todo, menos a su pobreza interior. Le ha declarado
la guerra al tiempo y hasta se la ha declarado a sí mismo, como dijera otro hermano indio de
un pueblo lejano: "el hombre blanco cabalga sobre el progreso hacia su propia destrucción"
[…] Antes a la codicia y a la ignominia le daban el nombre de acciones evangelizadoras o
civilizadoras, ahora le llaman progreso. El progreso, ese fantasma que nadie ve y que se ha
dedicado a aterrorizar a la humanidad. Antes, el oscuro camino del saqueo, genocidios e
injusticias contra nuestro pueblo era alumbrado con el cirial en nombre de Dios y su
Majestad. Hoy es alumbrado con el petróleo en nombre del progreso y de la mayor de las
majestades entre la mayoría de los no indígenas... el dinero (Uwa, 2016).
99
Con esta última frase “Hoy es alumbrado con el petróleo en nombre del progreso y de la
mayor de las majestades entre la mayoría de los no indígenas... el dinero” los Uwa ratifican la enorme
distancia que existe entre la comunidad y la empresa frente a lo que conciben como desarrollo, en
tanto que aquello que es insignia y fin último del desarrollo “riqueza”, “capital”, “dinero” no es una
variable de necesidad, mucho menos de interés para los indígenas, como lo expuso el líder indígena
Berito Cobaría durante la visita a la plataforma petrolera Magallanes en marzo del 2014 “La
económia pa’ nosotros es la tierra, la madre y el agua […] dinero no como”.
El siguiente es un fragmento de la entrevista realizada a Heber Tegría Uncaria, líder de la
Nación Uwa, consejero de la Organización Nacional Indigena de Colombia ONIC.
Nosotros los Uwas consideramos el desarrollo como vivir bien, estar bien, tener una relación
armoniosa con la naturaleza, tener una relación armoniosa con los seres humanos, tener una
relación armoniosa con los animales, tener una relación armoniosa con los espíritus.
Entonces para nosotros -digamos- no es un desarrollo como lo concibe el estado: de
infraestructura, de carreteras pavimentadas, no. Para nosotros los Uwas el desarrollo es
precisamente proteger la naturaleza, -digamos- que no tenemos una palabra equivalente a la
palabra de desarrollo, pero nosotros los pueblos indígenas -digamos- los Uwas y a nivel de
los pueblos indígenas de Colombia, preferimos hablar del buen vivir, el buen vivir para
nosotros es precisamente lo que dije anteriormente: es una relación armoniosa del hombre
con el hombre, el hombre con la naturaleza y el hombre con todo su entorno (Tegría Uncaria
, Concepciones del mundo Uwa y Caso Magallanes, 2020)
Desde esta postura, y sin existir una palabra equivalente a desarrollo en su léxico, podría
pensarse que la significación que la comunidad Uwa le da a esta categoría de desarrollo obedece, en
alguna medida, a la lógica de obtención de un beneficio; estar bien, como beneficio.
La tensión cultural desde el significado de desarrollo, genera choque o conflictividad entre
las partes en la media en que, además de no compartirse la misma connotación, éstas son opuestas
completamente; mientras para la empresa de petróleo el desarrollo está íntimamente relacionado con
la generación de riqueza o dividendos, acumulación de capital -concepto desde la dinámica
económica de la misma empresa-, para la comunidad Uwa, lejos completamente de esta concepción,
el dinero no tiene ningún tipo de valor, pues su sistema de significación no se basa en la acumulación
de riqueza o beneficio, sino en la conservación y cuidado de la Madre Tierra, lo que dirige el análisis
a la segunda tensión cultural.
Territorio
Frente a esta categoría se empezará por decir que es tal vez la de mayor importancia en todo
el conflicto entre Uwa y Ecopetrol, en ésta también se encuentra una notada diferencia entre lo que
significa para uno y otro, sin embargo, para los Uwa el territorio tiene un valor irrestricto pues de
acuerdo a su cosmovisión hacen parte de uno solo.
Para nosotros los Uwa, el territorio es el espacio vital, es el espacio esencial en donde se
reproducen la vida, en donde se reproduce la cultura, donde se reproducen los saberes
ancestrales y milenarios. En ese orden de ideas, entonces, nosotros los Uwa hemos dicho
que la tierra, el territorio, es nuestra madre, toda vez que ella es la que nos da los alimentos,
la que nos da el agua y nos da los insumos -digamos- necesarios para poder persistir, y
adicionalmente para nosotros los Uwa el territorio es sagrado, el territorio no se puede
101
maltratar, el territorio se tiene que cuidar (Tegría Uncaria , Concepciones del mundo Uwa y
Caso Magallanes, 2020).
Esta concepción del territorio ha sido desde siempre la consigan del pueblo Uwa para
oponerse y resistir frente a los proyectos de desarrollo/modernidad desde la colonia hasta hoy, podría
recordarse la historia de sus antepasados en el Peñón de los muertos (Chita, Boyacá) en la época de
la colonia, donde alrededor de 5000 indígenas se lanzaron al vacío antes de ser dominados por los
colonos y la amenaza de suicidio colectivo de los años 90´s al llegar la petrolera, esta visión del
territorio se debe a su cosmogonía, ya que de acuerdo a su ley de origen, los Uwa están llamados por
Sira (Padre) a mantener el equilibrio del universo a través de la conservación del medio ambiente,
esto tiene implicaciones simbólicas en todo lo que es la vida de cada uno y como sujeto colectivo,
por tanto, todas las afectaciones al medio ambiente, son también afectaciones a sí mismos. En este
sentido, consideran que muchas de las enfermedades que padecen, se debe a la contaminación de la
Madre Tierra, y algunas de ellas no pueden ser tratadas por los Werjayas (chamanes), por ello
aquellas enfermedades que desde la medicina tradicional no pueden ser curadas, deben ser atendidas
en el hospital con la medicina occidental, pues obedece a “males” que se dan a través del contacto
con el riowa (blanco).
“Territorio es respetable, como un árbol, una montaña, debe respetarse porque tiene la vida,
si se daña, nos puede castigar; nuestros abuelos nos decían: si se irrespeta, se producen
enfermedades, esta es la ley” (ASOUWA A. d., 2014, pág. 81)
“Debe quedar claro de una vez y para siempre: los intereses de uno y otro actor del conflicto
armado como el del mismo Estado colombiano no se conectan a nuestra forma de pensar y
ver el mundo; nosotros vivimos en equilibrio con nuestro territorio, siguiendo las
indicaciones que Sira le dio a nuestros Werjayas en el momento de la creación del mundo
U’wa. Y ha sido ese equilibrio el que nos ha permitido sobrevivir, por lo que el mismo Riowa
debería saber que él depende de la naturaleza, aunque su voraz avaricia no lo deje ver más
allá de sus grandes negocios. No existen billetes ni negocios que estén por encima del
derecho de nuestro pueblo, no existe ahora, ni existirá jamás”. (Asouwa, Plan de Salvaguarda
Nación Uwa, 2014, pág. 9).
En este sentido, el conflicto subyace no solo por los daños físicos o materiales que pudieran
tener los recursos que hacen parte del territorio, sino que en el nivel simbólico también se producen
afectaciones con la operación de la empresa en el territorio y éstas han sido las demandas del
colectivo Uwa, por ello su postura siempre ha sido la negativa al desarrollo de dichos proyectos, ya
que no se trata de un asunto físico exclusivamente sino con lo que consideran su propia existencia
tanto física como cultural.
El territorio se encuentra llorando, se encuentra afectado, como si le hubieran cortado las
venas, le está saliendo sangre. El territorio no es un pedazo, sino es todo, es un mundo
interno, se encuentra enfermo y está muriendo (ASOUWA A. d., 2014).
Ahora bien, desde la empresa la concepción del territorio es absolutamente diferente, pues
como se expuso en la tensión anterior, inmerso en la dinámica capitalista, y como se expresa en su
objeto social, su interés es el desarrollo de actividades industriales y comerciales correspondientes o
relacionadas con la exploración, explotación, refinación, transporte, almacenamiento, distribución y
comercialización de hidrocarburos, sus derivados y productos, en ese entendido su percepción del
territorio es como espacio geográfico en el que se encuentran unos bienes o recursos para explotar,
los siguientes son algunos fragmentos del informe de gestión del año 2016.
103
Priorización de áreas, correspondientes a 365.434 Km2, que equivalen al 52% del territorio
evaluado. El territorio restante es considerado como suplementario a la conservación, y su
ordenamiento es indispensable para mantener la biodiversidad y los servicios ecosistémicos
de las áreas prioritarias y las suplementarias (pág. 351).
En esta etapa [de planeación] se diseñan las estrategias de manejo de impactos de acuerdo
con las características de la actividad a desarrollar, las necesidades de las comunidades y las
realidades de los territorios, propendiendo por un enfoque preventivo que minimice la
materialización de impactos negativos y que mitigue, corrija o compense aquellos impactos
que se generan (pág. 457).
Hoy en día, varias áreas operativas se traslapan o son adyacentes a territorios habitados por
grupos étnicos (pág. 376).
Como se puede apreciar la categoría territorio expresa – y es así en casi todo el informe –
áreas o espacios geográficos, lugar o sitio, la significación meramente geoespacial es práctica para
la empresa ya que ésta es lineamiento para la operación de los proyectos.
La tensión que se genera en torno al territorio, es en primer lugar, la visión integradora por
parte de los Uwa y contraria a ella el concepto exclusivamente espacial de la empresa, y en segundo
lugar, la administración del mismo territorio pues tanto comunidad Uwa y petrolera tienen
herramientas jurídicas para reclamarla, la primera a través de los derechos reconocidos por la
Constitución política de 1991 así como de los convenios Internacionales, específicamente el 169 de
la OIT, y la segunda por medio de las licencias o concesiones que rigen en materia el sector
hidrocarburos, adicionalmente esta tensión se agudiza debido a algunos vacíos jurídicos en cuanto a
la consulta previa, mecanismo de participación de las comunidades minoritarias, y otras
disposiciones sobre la garantía de los derechos reconocidos. En este orden de ideas, el Estado,
representado por el gobierno, empieza a hacer su aparición en el conflicto, será pues la tensión a
analizar a continuación.
Gobierno
Para el análisis de este concepto, desde la comunidad indígena, se tomarán a partir dos puntos
diferentes; uno sobre lo que conciben como gobierno de manera interna, a lo que los teóricos
sociológicos denominarían gobernabilidad; y otro sobre la percepción de gobierno como institución.
De la primera se debe decir que soportados en la normatividad y legislación vigente – además
ampliamente interiorizada por la comunidad Uwa – y de acuerdo a su organización social y política,
los Uwa lo asocian con otros términos como autonomía, autogobierno, o autoridad, pero su
connotación hace referencia a la toma de decisiones al interior de la comunidad como puede verse
en los fragmentos siguientes:
“Los pueblos indígenas, en ejercicio de su derecho de libre determinación, tienen derecho a
la autonomía o el autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y
locales, así como a disponer de los medios para financiar sus funciones autónomas”
(ASOUWA A. d., 2014, pág. 28)
“La autonomía está basada en lo territorial, lo identitario y lo propio. La exigencia del respeto
a la autonomía además conlleva el reconocimiento de los sistemas de autoridad y gobierno
de esos pueblos y de los procesos mediante los cuales toman decisiones” (ASOUWA A. d.,
2014, pág. 28)
105
Sobre la percepción del gobierno, como institución, hacen referencia al poder y control que
ostentan sobre el espacio geográfico, en el que además tienen poca confianza debido a que como
representante del Estado tiene intereses económicos sobre el territorio, intereses que distan, de igual
forma y en la misma medida que Ecopetrol, de la visión que la comunidad tiene del territorio.
“De manera general podríamos decir que para nosotros el gobierno es una estructura no
propia, es una estructura que viene de occidente, que son los encargados de ejercer control
sobre un territorio con unas mismas leyes para todos. El gobierno para nosotros, -digamos
que- pensábamos que el gobierno nos debería proteger nuestro derecho, nos debería proteger
nuestro territorio, pero vemos que existen las leyes, pero no hay garantías de que esas leyes
se cumplan en nuestro territorio, por eso las diferentes afectaciones en el tema de salud, en
el tema educación, en el tema de los grandes proyectos minero-energéticos, entre otros”
(Tegría Uncaria , Concepciones del mundo Uwa y Caso Magallanes, 2020)
Por su parte, Ecopetrol, de manera equivalente a la comunidad Uwa, posee un modelo de
gobierno que proporciona las directrices para la toma de decisiones y “controla” las actuaciones de
sus miembros en términos del alcance corporativo, así mismo reconocen el término gobierno como
una entidad o esfera formal de poder con el que tienen relacionamiento. Los siguientes son
fragmentos del Reporte Integrado de Gestión Sostenible 2019 de la empresa.
El Gobierno Corporativo es el sistema de normas y prácticas que rigen el proceso
de toma de decisiones entre los órganos de gobierno del Grupo Ecopetrol, así como el
relacionamiento de las compañías que lo conforman. (pág. 25)
El Modelo de Gobierno Corporativo definido por Ecopetrol se basa en los principios de
agilidad, claridad y consistencia en la toma de decisiones y su articulación en torno a la
generación de valor para el Grupo Ecopetrol. (pág. 55)
Así mismo, continuamos en la implementación de las mejores prácticas de Gobierno
Corporativo con el fin de agilizar la toma de decisiones que nos permitirán cumplir con
nuestra estrategia y generar valor. (pág. 23)
Como se puede apreciar en la definición y características anteriores, el término gobierno
está asociado a la toma de decisiones, lo que remite inmediatamente a dinámicas de poder interna
para la materialización de las mismas, adicionalmente estas decisiones moldean la conducta de los
miembros en función del objetivo empresarial que es generar valor. – A manera de aclaración, aquí
no se utiliza el término valor como estrictamente económico -.
Ahora bien, frente al relacionamiento de la empresa con el gobierno como estructura de
poder nacional, haciendo claridad en que el gobierno representa los intereses del Estado, y que la
empresa es de carácter estatal (88,49% de participación), la interacción se produce de acuerdo a las
necesidades de una y otra, en este sentido, las relaciones están enmarcadas en reconocer que el
Gobierno:
a. Tiene unas responsabilidades para propiciar el sector hidrocarburos:
Es importante tener en cuenta que no se cuenta con una base de datos que establezca la
ubicación de las comunidades que no tienen tierras legalmente constituidas, ya que la
definición de los límites territoriales debe ser legalizada por parte del Gobierno Nacional
(pág. 296)
107
Conforme a lo establecido en el Decreto 321 de 1999, cuando los eventos son producto de
atentados, hurtos o acciones de terceros, la restauración o recuperación del área o
biodiversidad impactada es responsabilidad del gobierno nacional, por lo cual, para estos
casos, la atención llega hasta limpieza, inventario de biodiversidad afectada, e informe a la
respectiva autoridad ambiental. (pág. 183)
b. Con quien realiza alianzas económicas:
En 2019, Ecopetrol firmó el convenio con el Gobierno de Colombia, a través de
iNNpulsa, e inauguró el primer Estudio de Innovación Digital en CEmprende
Bogotá, campus de innovación y emprendimiento. (pág. 198)
Adicionalmente, Ecopetrol contribuye a que más de 1.800 jóvenes accedan en
educación superior en el marco del Programa del Gobierno Nacional “Generación
E” y de Bachilleres Ecopetrol y del programa Utopía (pág. 256)
Ecopetrol es uno de los más importantes contribuyentes de impuestos Nacionales y
territoriales en Colombia. Su política fiscal propende el cumplimiento de sus
obligaciones legales dentro de las normas vigentes y la obtención de la mayor
cantidad de beneficios tributarios para la compañía. (pág. 210)
c. Que le permite desarrollar o cultivar posibilidades para su estrategia empresarial:
Como contribución a la Misión de Sabios convocada por el gobierno nacional, que
definió una hoja de ruta para el nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología e
Innovación, y una agenda de CTeI para el país, Ecopetrol se comprometió a
invertir US$30 millones en temáticas propuestas por la Misión de Sabios, que
tienen alineación con la estrategia de la empresa. (pág. 195)
Ecopetrol cuenta con una estrategia de cambio climático que tiene como objetivo
principal, mantener una operación baja en emisiones de carbono y reducir la
vulnerabilidad de la operación a la variabilidad y el cambio climático. Dicha
estrategia se encuentra alineada con las políticas y planes que el gobierno nacional
ha construido para direccionar y gestionar el tema de cambio climático. (pág. 312)
En esta medida, y en el marco del conflicto Magallanes, la tensión desde la categoría de
gobierno se produce no por el concepto mismo del término, sino por el relacionamiento que tienen
los actores con la institución como tal, teniendo en cuenta que representa al Estado y en medio de
la complejidad del asunto viene siendo “juez y parte”5 ya que promulga leyes, tanto para proteger
los derechos de las minorías étnicas como para regular el sector minero energético, sin embargo,
también hace parte de la dinámica económica derivada del desarrollo de los proyectos, pues la
empresa es en gran parte del Estado (88,49% de participación).
Para concluir, como se ha recogido hasta aquí, las visiones y concepciones de los dos
actores (Uwa y Ecopetrol) frente a desarrollo, territorio y gobierno, permite ver la complejidad del
conflicto, enmarcado, en este primer momento, en las tensiones culturales derivadas de las
particularidades de cada actor, definidos éstos por su entorno, sus creencias, su ideología y sus
patrones de comportamiento. La disparidad de los significados, los primeros con referencia a su
concepto, y el último sobre el relacionamiento con la institución que representa, genera un
5 Es una apreciación personal, que requeriría de un profundo análisis y argumentación, y se utiliza aquí
simplemente como explicación coloquial, pues no es de interés de la investigación ahondar en dicho tema.
109
escenario de conflictividad, no obstante, y aludiendo a las palabras de Francisco Muñoz, es
también una “fuente de creatividad” para gestionar las diferencias y superar el conflicto.
A continuación, en el siguiente apartado se reconstruirá el caso Magallanes de forma
cronológica, resaltando los hechos de mayor relevancia durante el conflicto desde el momento de
la Licencia ambiental en el 2012 hasta su desmonte en febrero de 2015 por decisión de Ecopetrol,
la reconstrucción se realizó a través de los comunicados a la opinión pública de Asouwa, los
registros mediáticos y algunas entrevistas, este relato servirá para contextualizar el caso y como
preámbulo para el análisis de los otros dos niveles del MPC que se exponen en el capítulo tres, así
mismo esta reconstrucción cuenta con una infografía que se encuentra como anexo que sintetiza
los hechos.
2.3 Reconstrucción cronológica del conflicto – Caso Magallanes
2.3.1 Primer momento; génesis del caso Magallanes, repetición del
conflicto
Después del conflicto con la OXY en los años 90´s la comunidad indígena presenció y
protestó por las actividades extractivas en sus territorios durante los años siguientes, sin embargo,
es en el año 2014 donde nuevamente su protagonismo es visibilizado en mayor magnitud debido a
un nuevo proyecto.
El 24 de septiembre de 2012, mediante Resolución 0803 de 2012 la Autoridad Nacional de
Licencias Ambientales (ANLA), otorgó a ECOPETROL S.A. Licencia Ambiental para el proyecto
denominado “Área de Perforación Exploratoria Magallanes”, localizado en la vereda de Troya,
corregimiento de Samoré, municipio de Toledo Norte de Santander, bloque ubicado a una distancia
de 270 metros de la línea del Resguardo Indígena Unido Uwa, creado mediante Resolución 056 del
6 de agosto de 1999 lo que le daba viabilidad jurídica al proyecto, y a una distancia de 500 metros
del rio Sagrado Cubogón (Keroa) (Asouwa, Plan de Salvaguarda Nación Uwa, 2014) con
implicaciones sociales y culturales para los indígenas.
Frente a esta situación la Asociación de Autoridades Tradicionales y Cabildos U’wa –
ASOUWA (asociación que reúne los líderes de las 17 comunidades indígenas que conforman la
Nación Uwa) envío solicitud ante el Ministerio del Interior el 14 de septiembre de 2013 pidiendo
verificar la ubicación del área de perforación exploratoria y tratar de reversar la licencia ambiental
ya concedida, sin obtener los resultados esperados, pues el día 21 de febrero del año 2014 la
empresa de petróleo llega al sitio para iniciar los trabajos de perforación ante la mirada impotente
de la comunidad indígena, quienes continuarían con una serie de pronunciamientos públicos para
visibilizar la problemática a nivel nacional e internacional, exhortando al gobierno nacional y a la
empresa al dialogo, aludiendo que el proyecto Magallanes constituía una amenaza a la integridad
física, social y cultural del pueblo Uwa, al medio ambiente y al territorio ancestral, así como un
atentado a su patrimonio histórico, cultural y milenario.
“El pueblo Uwa estamos consternados por cuanto el río sagrado Cubogón o Keramá, que
abastece el rio Arauca, se encuentra a escasos 500 metros, del punto donde se realizan los
trabajos de prospección y de continuar el proyecto, iniciaría una muerte paulatina y
silenciosa del río. El área de exploración petrolera es territorio ancestral de las
comunidades de Uncasias (Sisisará), Tamarana (Sútota) y de Segovia (Onkasa), es un área
contigua al Resguardo Unido Uwa y está inmerso en la reserva forestal del Cocoy creada
mediante la Ley 2 de 1959. Área que consideramos sagrada y donde se encuentran nuestros
guardianes naturales” (Asouwa, 2014).
111
A través de dicho comunicado Asouwa también denuncia que hay aumento de la fuerza
pública en la zona motivando la intranquilidad de los habitantes, y que grupos al margen de la ley
habrían hecho varios atentados en tramos del Oleoducto Caño Limón Coveñas (infraestructura de
Ecopetrol que transporta el crudo desde los llanos orientales hasta el golfo de Coveñas) afectando
el medio ambiente, específicamente el rio Cubogón.
Adicionalmente informan que el proyecto Magallanes no tuvo en cuenta las
consideraciones jurídicas internacionales y nacionales que garantizan los derechos de los pueblos
indígenas a saber; Convenio 169 de la OIT, Ley 21 de 1991 de Colombia, La Declaración de los
Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas en 2007, y el Auto 004 de 2009 de la
Honorable Corte Constitucional de Colombia en el que se le establece como una comunidad en
riesgo de extinción física y cultural.
2.3.2 Segundo momento; coyuntura y movilización.
En medio de las acciones de Asouwa para visibilizar el conflicto ante la opinión pública
local, nacional e internacional, y a partir de un hecho violento por parte de grupos armados que
operan en la zona del oriente colombiano, se genera un escenario nuevo que es aprovechado por la
comunidad indígena para hacer sentir sus preocupaciones frente al proyecto petrolero Magallanes y
presionar al Estado y a la empresa al dialogo.
El 25 de marzo de 2014 la guerrilla del ELN realiza un atentado al Oleoducto Caño
Limón-Coveñas en el sector de la China, ubicado en el territorio ancestral de los U´wa y en predio
de propiedad colectiva de la misma comunidad, este hecho deja como saldo un aborto, dos
personas (entre ellas un menor de edad) hospitalizados debido al humo, contaminación en la
quebrada La China, deterioro en la flora y fauna del lugar debido al incendio, e intranquilidad, ya
que a 100 metros habitan tanto colonos como indígenas (Asouwa A. D., 2014).
La comunidad indígena en acción colectiva pacifica toma la decisión de no permitir reparar
el tramo del oleoducto que resultó afectado por dicho atentando, ejerciendo autonomía y control
territorial, sustentados en los reiterados daños ambientales y sociales que derivan de la actividad
petrolera, la llegada de nuevos proyectos - aludiendo al proyecto Magallanes - y la poca respuesta
desde la institucionalidad ante los requerimientos y solicitudes anteriores frente a la exigencia de
sus derechos como pueblo indígena. El bloqueo a la reparación lo realizan alrededor de 50
indígenas en la finca de propiedad colectiva de la comunidad, sin obstaculizar el tránsito por la vía
principal, sin embargo, la no reparación del oleoducto implicó frenar el transporte de crudo desde
los llanos hasta el golfo de Coveñas generando “pérdidas” económicas para la empresa petrolera y
por ende al Estado.
En medio del bloqueo y un mes después del atentado se realiza el 25 de abril en el
municipio de Cubará (Boyacá), sede de Asouwa, la primera reunión para establecer dialogo con la
empresa y el Estado colombiano, en esta reunión la comunidad Uwa presenta un documento
denominado Propuestas al Gobierno Nacional, donde exterioriza en primera medida, un contexto
histórico a partir de quince puntos sobre la violación de los derechos del pueblo Uwa que
sustentarían las pretensiones que expondrían en el mismo documento, dichos puntos tiene que ver
con; el despojo del territorio ancestral desde la conquista, colonia y aun en la república, la
intervención de la iglesia católica con la comparecencia del Estado para llevar a cabo el proceso de
evangelización, la titulación de predios del territorio ancestral por parte del INCORA en el marco
de la reforma agraria, concesiones minero-energéticas a empresas extractivas sin tener en cuenta
las implicaciones al pueblo Uwa, remembranza del engaño en los años 90´s con respecto al bloque
Samoré y a la delimitación del Resguardo Unido Uwa, la utilización de la fuerza pública para
113
brindar seguridad a las pretensiones e infraestructura de las empresas petroleras, el
desconocimiento de la normatividad nacional e internacional para la garantía de los derechos como
pueblo indígena y por último afirma que el interés del gobierno es reparar el oleoducto, más no,
garantizar los derechos de los indígenas, pues había hecho caso omiso a las solicitudes y
requerimientos realizados por la comunidad previamente al atentado.
Con este preámbulo, Asouwa se muestra firme en su postura de lucha y resistencia “… bajo
este lamentable e indigno contexto y considerando que el Estado Colombiano continua
desconociendo nuestras exigencias, la Nación Uwa expresa que no renunciaremos al derecho de
resistencia por cuanto es un instrumento legítimo que nos permite tutelar derechos colectivos
territoriales, culturales y ambientales; a fin de garantizar la existencia Uwa y la de demás pueblos
para proveer a las futuras generaciones un ambiente sano con recursos naturales que permitan su
pervivencia en el planeta azul” (ASOUWA P. a., 2014), y presenta seis exigencias al gobierno
nacional en el marco de los derechos fundamentales consagrados en la ley, a saber:
1. Territorio, en este punto exige dos cuestiones, en primer lugar, que los títulos de la nación
Tunebo (denominación anterior a la comunidad Uwa en época de la colonia), sean
entregados a la Nación Uwa, y en segundo lugar con dichos títulos coloniales ampliar,
constituir y asignar presupuesto para el saneamiento total de lo que es hoy el Resguardo
Unido Uwa, específicamente la inclusión de las comunidades de Santa Marta y los Besua-
Pedraza.
2. Parque Nacional El Cocuy - ZIZUMA, frente a este aspecto insta el reconocimiento de la
autonomía plena del territorio y la no intervención del estado a través de Parques
Nacionales Naturales PNN.
3. Proyectos extractivos, a través de cuatro puntos las pretensiones en este sentido son,
primero; respeto absoluto en el territorio Resguardo Colonial Tunebo y Reguardo Unido
Uwa; segundo, cancelar el proyecto petrolero Magallanes y todos aquellos inmersos en
territorios ancestrales; tercero, levantamiento del pozo Gibraltar 1 por cuanto esta
infraestructura está sobre predios colectivos de la comunidad Uwa y cuarto, garantizar la
integridad territorial, derechos humanos y ambientales en el desarrollo y operación del
oleoducto Caño Limón Coveñas y el gasoducto Transoriente.
4. Veeduría de los órganos de control, exhorta a la Defensoría del Pueblo para que realice las
acciones necesarias para garantizar los derechos de la Nación Uwa.
5. Resarcimiento a los daños ambiental, social y cultural de la Nación Uwa, aunque
reconocen en el documento que no hay valor para calcular dicho daño, estiman y exigen la
suma de dos billones de pesos.
6. Aunque este punto no es claro en el documento presentado, hace referencia a que los
acuerdos han de ser ratificados mediante acto administrativo por el presidente de la
República para garantizar el cumplimiento del mismo.
Finalizada la reunión del 25 de abril donde se dan a conocer las propuestas anteriores,
Asouwa mediante comunicado a la opinión pública del mismo día, informa que la comisión del
gobierno participante de dicha reunión, no tiene poder de decisión, así mismo aclara que la
propuesta económica de resarcimiento de los daños a la comunidad fue una estrategia para ratificar
que la dignidad y el territorio no tiene precio, y que debido a la falta de seriedad y compromiso del
orden nacional, no permitirán la reparación del oleoducto manteniéndose en acción colectiva
pacifica como hasta ese momento, abiertos al diálogo para buscar una solución al conflicto.
115
2.3.3 Tercer momento; negociación y acuerdo.
Gobierno, empresa y comunidad Uwa se reúnen nuevamente el día 1 de mayo del mismo
año, para abordar las peticiones y exigencias realizadas por la nación Uwa, en dicha reunión y
después de varias horas de discusiones se llega a los siguientes acuerdos, consignados en el Acta
de acuerdo del mismo día:
Clarificar el tema de los títulos coloniales teniendo en cuenta la normatividad vigente en
un plazo de seis meses con la conformación de un equipo de profesionales de la
comunidad.
Sanear el Resguardo Unido Uwa en un plazo de dos años, que debe contar con asignación
presupuestal para el mismo.
Permitir la reparación del Oleoducto Caño Limón Coveñas en el sector de la China
afectado por el atentado.
Suspender el proyecto Magallanes por un mes, tiempo en el cual una comisión de
verificación integrada por la comunidad Uwa, empresa y órganos gubernamentales
realizaría un estudio de impacto ambiental.
Creación de un calendario para abordar en reuniones posteriores el tema de parques
nacionales.
Aun cuando esta reunión tuvo frutos frente a acuerdos, se realiza una tercera reunión el día
6 de junio para establecer los compromisos, fechas y responsables de los acuerdos previos del 1 de
mayo y una última reunión el 21 de junio en la que se realiza seguimiento a los compromisos más
inmediatos.
De acuerdo a los compromisos del 1 de mayo, se conforma un comité para realizar la visita
técnica a la plataforma del pozo Magallanes, con la intención de establecer los puntos de vista de la
comunidad frente a la ubicación de la plataforma, teniendo en cuenta la cercanía con el rio sagrado
Cubogón y los límites del resguardo Unido Uwa, este comité estuvo conformado por
representantes de ECOPETROL y de la comunidad Uwa y toman registro audiovisual del
recorrido, en dicho material muestran las posturas de cada actor; la empresa explica a la
comunidad sobre los protocolos de seguridad y medio ambiente que se tiene en la plataforma, guía
el recorrido y responde a las cuestiones de los representantes Uwa sobre la distancia de la
plataforma con el río, por su parte y ante la ubicación del pozo, los representantes Uwa indican que
el río está muy cerca y se verán afectados, pues los atentados a la infraestructura petrolera por parte
de los grupos armados son constantes, remembran las acciones anteriores en las cuales el rio ha
resultado contaminado, motivo por el cual en ocasiones no pueden pescar, incidiendo de esta forma
en la seguridad alimentaria y el deterioro de la Madre Tierra, adicionalmente aclaran que aunque la
licencia expone que no hay presencia de Uwa´s en ese preciso espacio, la locación petrolera está en
territorios ancestrales y es tránsito entre las comunidades de Santa Marta y la China, por tanto para
ellos si hay afectaciones a la comunidad. Instan al cumplimiento de la normatividad internacional y
nacional frente al respeto de los derechos de los pueblos indígenas.
Frente al estudio ambiental del proyecto, que sería financiado por Ecopetrol con la
condición de ser la Nación Uwa quien decidiera qué universidad lo realizaría, no hubo una
materialización de este compromiso la empresa adelantó los trámites administrativos para celebrar
el convenio, sin embargo, éste perdió interés para la comunidad Uwa y nunca se concretó6.
6 Diálogo informal con funcionario del Ministerio del Interior en confidencialidad.
117
Finalmente, y a través de un comunicado a la opinión pública de fecha 24 de febrero de
2015, Asouwa informa que el proyecto exploratorio Magallanes, ha sido desmontado en su
totalidad luego de la decisión de ECOPETROL, celebrando este gesto de la empresa frente al
respeto de los derechos del pueblo Uwa, sin embargo advierte sobre otros riesgos a los que
continúan siendo expuestos por cuenta de otros proyectos extractivos en su territorio, por tanto
invita a través de esa comunicación a la opinión pública a replantear acciones frente a la
preservación del medio ambiente.
Imagen 4 Pozo exploratorio Magallanes
3. Capítulo 3. Tensiones dialécticas y
metacomunicativas en medio del conflicto
El conflicto entre comunidad Uwa y Ecopetrol se desarrolla en medio de la opinión pública
y la presión mediática debido al reconocimiento transnacional del que gozan los indígenas por la
defensa de su territorio y su cultura ante los embates del capitalismo. Durante los más de 30 días de
parálisis del Oleoducto Caño Limón Coveñas, medios comerciales y alternativos a nivel nacional e
internacional informaron sobre la situación de los Uwa con la petrolera.
Los hechos se plasmaron a través de los medios de comunicación, los cuales registraron la
resistencia de la comunidad y el accionar de la multinacional desde varias perspectivas: una
comercial, condicionada por intereses económicos; otra, alternativa, que tiende a ser neutral o tener
una posición pro-social, y otra autónoma, que recoge y plasma la voz de la comunidad; de esta
manera se creó una realidad multi-óptica, permeada por los intereses de sus emisores.
En este capítulo se abordarán los resultados de las dos siguientes fases metodológicas del
modelo de Leonarda García; en un primer apartado se analiza la segunda fase que corresponde a
las tensiones dialécticas, es decir, aquellas que se producen en el momento mismo de la interacción
entre los participantes del conflicto, para ello se tuvieron en cuenta piezas de comunicación de
diferentes medios, las actas de acuerdo de las reuniones, notas de campo y observación de una de
las reuniones tripartitas, material audiovisual de la visita a la plataforma Magallanes por parte de la
119
comisión creada en el marco de los acuerdos del 1 de mayo y entrevista a participantes del proceso
de negociación, las categorías utilizadas para este análisis, de acuerdo al MPC, fueron
autonomía/conexión, apertura/clausura, y predecible/novedad; posteriormente, en el segundo
apartado se presenta el análisis de la tercera fase del modelo y que atañe a las tensiones
metacomunicativas, éstas son las que se producen posterior a los encuentros y se abordan desde la
manera en cómo cada una de las partes percibe, define e interpreta el conflicto tal como lo ha
vivido y proyectado, para esto se realiza un análisis de medios donde se examinan las posturas, a
través de los discursos de cada actor, en relación con las tradiciones de pensamiento del Modelo
Constitutivo de la Comunicación MCC de Robert Craig, a saber: retorica, socio psicológica,
semiótico, fenomenológica, sociocultural, critica y cibernética.
3.1 Reuniones tripartitas, negociación y acuerdo
Como se ilustró en el capítulo anterior, el conflicto tuvo tres momentos principalmente; un
primer momento en el que se origina como tal con la llegada de la maquinaria al sitio; un segundo
momento fue la coyuntura del atentado al Oleoducto Caño Limón, el bloqueo a la reparación y las
exigencias al gobierno nacional; y un tercer momento de negociación y acuerdo, y el desmonte de
la plataforma Magallanes. Durante este tiempo la tensión estaba en el aire, desde el ámbito local,
nacional e internacional, debido a las implicaciones -de todo tipo- que generaba la situación;
económicas para la empresa, por un lado con el desarrollo del negocio en la fase de exploración
que implicó movilizar maquinaria y personal, y por el otro, con el cese del transporte de crudo de
Caño Limón a Coveñas por más de 30 días; también de carácter económico para las personas
(aunque pocas, pues las oportunidades laborales también fueron pocas) que tuvieron expectativas
en el aspecto laboral; ambientales con la afectación al ecosistema tras el atentado al oleoducto;
sociales como el saldo de la afectación a la comunidad debido al atentado, con la movilización, la
negociación y el acuerdo; políticas con la necesidad de interlocutar y tomar decisiones; y
mediáticas con el cubrimiento del conflicto, en fin, fue un escenario de mucha tensión.
En este contexto, y teniendo en cuenta el análisis de la primera fase con respecto a las
tensiones de carácter cultural entre Uwa y Ecopetrol, que van dando cuenta de la emergencia del
disenso, se expondrá ahora el análisis de las tensiones de tipo dialógico, es decir, aquellas
fricciones que se producen en el momento del dialogo, directo o no, entre y desde los actores del
conflicto, es preciso recordar que, en medio del conflicto se realizaron tres reuniones tripartitas
amplias (con participación del Gobierno Nacional a través del Ministerio del Interior, el de Minas
y Energía y el de Medio Ambiente, también representación de las Fuerzas Armadas de Colombia,
la Defensoría del Pueblo, Ecopetrol, Incoder y Parques Nacionales, entre otros organismos), pero
no fueron las únicas pues desde el momento de la coyuntura (acción colectiva para la no reparación
del oleoducto) se dieron acercamientos y encuentros entre las partes para tratar de hallar una
solución rápida al conflicto, sin embargo, para este análisis solo se tendrá en cuenta las reuniones
del 25 de abril, 1 de mayo y 6 de junio de 2014, pues de ellas se tiene registro documental, no
obstante el análisis es enriquecido con entrevistas posteriores a personas participantes del proceso
de negociación. Las tensiones dialógicas desde las que se realizó el análisis son
autonomía/conexión, apertura/clausura y predecible/novedad, todas ellas están presentes durante el
diálogo en medio del conflicto, de forma independiente o interrelacionadas.
Autonomía/conexión
La tensión dialógica entre autonomía y conexión se refiere a la resistencia de los
participantes frente a desprenderse o no -en alguna porción o medida- de su autonomía, la
autonomía entendida como separación del otro, absoluta independencia del otro, en el que los
criterios o posturas del otro no afectan, mientras que la conexión hace alusión a lo contrario, a la
121
permeabilidad del otro, a la flexibilidad de las posturas propias ante el otro, es un “quién cede ante
qué situaciones”, en este sentido, esta tensión es visible cuando, como lo expone Heber Tegría7,
hay posturas radicales:
Cuando se discute con el Gobierno Nacional es porque el Gobierno Nacional coloca unas
cosas que ellos llaman “línea roja”, es decir, hay temas que son innegociables para el
Gobierno Nacional, por ejemplo, “que se tiene que explotar el territorio porque el beneficio
es para las mayorías y los Uwa somos 7.200 … y no pueden obstruir el desarrollo para 45
millones de colombianos y que por lo tanto, entonces, los Uwa deben ceder a las
pretensiones del gobierno para satisfacer entonces a la mayoría”, los Uwa decimos
“nosotros no permitimos la explotación petrolera, ni gas, ni ningún recurso natural porque
es sagrado, no es violable, no es explotable, etc”. Una postura como la del gobierno,
radicalizada, y una postura como la de los Uwa que también es radicalizada pues es
precisamente en ese tipo de discusiones es donde se generan grandes tensiones porque los
Uwa no cedemos y el gobierno no cede (Tegría Uncaria , Líder Uwa, Consejero de la
Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC , 2020).
En este escenario, los dos actores tratan de situarse en el mismo lugar, defender su
autonomía, y al hacer esto no hay posibilidad de gestionar el conflicto, por tanto, emerge la
situación conflictiva, es el caso de la primera reunión tripartita el 25 de abril, luego de un mes de
parálisis del transporte de crudo, ésta reunión termina sin resultados ante las exigencias tanto de la
7 Líder indígena de la Nación Uwa, quien en la fecha del caso Magallanes desempeñaba el cargo de
Vicepresidente de Asouwa.
comunidad Uwa, con las pretensiones descritas en la cronología del caso; como las de Ecopetrol,
principalmente la reparación del oleoducto para continuar con la operación de transporte de crudo.
Otra latente expresión de tensión, frente a esta categoría, es la decisión de la comunidad
Uwa de no permitir reparar el Oleoducto Caño Limón y ejercer el control territorial durante más de
un mes en el punto la China, sitio del atentado, aun con la presión mediática y la fallida primera
reunión, (lo que constituye situarse en el extremo de la autonomía), pueden leerse en las piezas
informativas afirmaciones como:
Bladimir Moreno, presidente de Asociación de Autoridades Tradicionales y Cabildos Uwa
(Asouwa), dijo vía telefónica que mantienen la firme decisión de no dejar pasar cuadrillas
de reparación del oleoducto hasta que sus demandas sean atendidas, en Revista
SEMANA 4/29/2014.
No sé dónde va a terminar la situación del tramo Caño Limón-Coveñas... Todo esto es
muy grave, gravísimo. Llevamos más de un mes y no se ha podido solucionar nada", dijo
el ministro (Amyilkar Acosta – Ministerio de Minas y energía), En Revista SEMANA
4/29/2014
En la misma lógica, los Uwa se posicionan sobre la autonomía al mantener la postura de no
permitir la continuación del proyecto Magallanes, aun cuando se llegaron a acuerdos el 1 de mayo
del mismo año, situación que condujo finalmente al desmonte de la plataforma por decisión de
Ecopetrol, quien se sitúo en este caso sobre la conexión, al ceder sobre su postura:
Hoy una vez más después de un largo periodo de silencio, en espera del cumplimiento de
los acuerdos firmados con el gobierno nacional el 01 de mayo del 2014, la nación del
pueblo U´wa informa a la comunidad nacional e internacional que el bloque exploratorio
123
denominado Magallanes fue desalojado en su totalidad, en donde Ecopetrol S.A retiro
toda la maquinaria que se encontraba allí demostrando así, un gesto de respeto por los
derechos que como pueblo indígena nos asiste, una vez más reiteramos al gobierno
nacional que éste es solo un paso de entendimiento y respeto mutuo por la salvaguarda
como pueblo ancestral y milenario de Colombia (Asouwa, Comunicado a la opinión
pública, 2015)
Los momentos de conexión en la tensión del conflicto se pueden encontrar en la decisión
de Ecopetrol de permitir, o acceder la visita a la plataforma Magallanes por parte de la comunidad
indígena para corroborar los límites de la misma con respecto al resguardo indígena, como quedó
plasmado en los acuerdos del 1 de mayo, ya que abandona parte de su autonomía para permitir
gestionar el conflicto, en este sentido, el acuerdo mismo en sí, es un indicio de conexión, pues
luego de horas de tensión, de discusión y deliberación, pudo gestionarse en alguna medida parte
del conflicto, al respecto Heber Tegría comentó sobre la forma en cómo se logró este acuerdo:
“… mediante las mediaciones, mediante los discursos, la palabra de los Werjayas,
autoridades tradicionales y finalizan unos acuerdos, el acuerdo del 1 de mayo del 2014
precisamente es producto de unas grandes discusiones, que duro todo un día y se pudo
producir ese acuerdo” (Tegría Uncaria , Líder Uwa, Consejero de la Organización
Nacional Indígena de Colombia - ONIC , 2020).
La tensión entre autonomía y conexión para los dos actores del conflicto Magallanes es
intensa, en la medida que cada uno –recordemos las diferencias culturales- tiene concepciones
opuestas e interés diferentes, por tanto, es complejo ceder ante la pretensión del otro, también
porque cada uno debe evaluar los costos políticos (en tanto la representatividad que ostentan) de
sus decisiones. Además, aunque las reuniones fueron con líderes de alto nivel, tanto de la
comunidad como del gobierno y empresa, hay decisiones que requieren de la evaluación y del
consenso interno de las estructuras de gobierno de cada actor, por ello la complejidad del dialogo y
la fricción del mismo.
Apertura/clausura
Por su parte, la tensión apertura/clausura hace referencia a la medida de la intimidad, “qué
tanto (de acuerdo a los intereses de cada quien) es deseable que el “otro” me conozca”, en este
sentido también podría incluso argumentarse que es definitivo el nivel de confianza que genera el
“otro” para esa posible intimidad, es decir, en medio del diálogo los interlocutores pueden percibir
la contradicción de abrirse (apertura) al dialogo y la comunicación, y la de cerrarse (clausura) a la
misma. Esta tensión es visible en este caso a través del material audiovisual de la visita a la
plataforma Magallanes (no quiere decir que sea la única, sin embargo como se ha indicado
anteriormente no se cuenta –infortunadamente – con archivo de las reuniones tripartitas para
realizar un análisis a mayor profundidad, es probable que en dichas reuniones hayan actitudes de
clausura y apertura de los actores, en tanto que esta tensión siempre hace parte del conflicto, no
obstante solo se mencionará a manera de reflexión por no contar con argumento documental).
En el video se aprecia a uno de los ingenieros dando la bienvenida a la facilidad,
explicando sobre el estado del proyecto, y qué acciones exactamente se están realizando (apertura),
así mismo los representantes de los Uwa entablan una interlocución, cordial, frente a los límites del
resguardo y la decisión de otorgar la licencia, sin embargo, después de este momento – respetuoso
pero un poco más subido de “tono” solo los Uwa dialogan, el personal de Ecopetrol guarda silencio
ante los argumentos de los Uwa, no se refuta, ni se aclara, ninguna de las afirmaciones de sus
interlocutores (clausura) sobre el área del proyecto, la cercanía con el río Cubogón, ni la
125
“maniobra” legal sobre la ausencia de comunidad indígena en ese punto específico, la tensión se
evidencia aún más en el momento en que Berito Cobaria (líder indígena tradicional) comenta:
“… los pueblos originarios indígenas trabajan la espiritualidad, tierra habla, rio habla, y rio
tiene la constitución y la escritura, tiene buena armonía, así es el territorio, eso es lo que
nos guía la economía (inaudible, es una interpretación) la vida… pero esto estamos al
contrario, hermano… esto… yo digo a ustedes, estamos gravísimo, siempre nos siguen
quitando los derechos de la norma y la constitución jurídica, filosofía, espiritualidad,
multiétnica y pluricultural, como que ya no valemos nada, nos están es como
arrinconando… para ustedes les parece muy bien, cierto? Claro… pero dinero no comen
(risas) comen de lo que salen de los cultivos que vienen de la tierra, ¿sí o no? ...” (PJ,
2014)
La contradicción entre abrirse o cerrarse al diálogo obedece a las implicaciones que tiene el
expresar “algo”, para los representantes de la comunidad Uwa ésta tensión quizá no sea tan
preponderante porque todos manejan el mismo discurso, en términos de colectivo, sin embargo,
desde la empresa la situación cambia ya que los funcionarios están condicionados por las normas y
la dinámica de la relación laboral, entre las que están la confidencialidad de datos, información o
procesos, por ello son cautelosos con sus intervenciones, es decir se sitúan en el plano de la
clausura.
Predecible/novedad
La tensión predecible/novedad está determinada por la estabilidad y el cambio, se relaciona
con la incertidumbre que puede surgir en el diálogo en medio del conflicto, es decir, una
contradicción entre lo que se espera va a suceder y aquello que no se tiene previsto, por tanto, se
consideraría que la incertidumbre está condicionada por la memoria y por la experiencia, es decir,
puedo considerar un hecho predecible de acuerdo a la experiencia, en ese sentido la incertidumbre
sería menor, entonces cobra relevancia la continuidad o frecuencia de la relación, pues
dependiendo de la experiencia podría establecerse el nivel de incertidumbre. Desde el extremo de
lo predecible que puede ser el gobierno para la comunidad Uwa, cabe aquí citar lo dicho por Heber
Tegría al momento de ahondar sobre las tensiones en el dialogo:
“… pongo un ejemplo muy específico, el Gobierno Nacional firmó el acuerdo el 1 de
mayo de 2014 en donde dice que en dos años sanearía el Resguardo Indígena Uwa y ya
han pasado seis años y no ha saneado la totalidad del Resguardo Indígena Unido Uwa,
entonces cuando se hacen las exigencias, el gobierno siempre va a sacar una excusa de que
si ha cumplido, de que hay unos procesos administrativos, legales y financieros, que no
cuenta con recurso, y por eso se producen las tensiones, porque ya no hay credibilidad, ni
confianza en los acuerdos, el Gobierno Nacional firma muchos acuerdos solo por ganar
ellos y los indígenas siempre seguimos perdiendo” (Tegría Uncaria , Líder Uwa, Consejero
de la Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC , 2020).
Teniendo en cuenta lo anterior, debido a la experiencia sostenida por el relacionamiento
con el gobierno, los Uwa pueden predecir los discursos y la conducta del gobierno, esto es
relevante en medio del conflicto porque los prepara para un escenario conocido, así mismo puede
leerse desde la empresa Ecopetrol frente a los discursos sostenidos de la comunidad frente al
desarrollo de los proyectos extractivos en el territorio.
127
De igual forma, puede situársele a la empresa en el plano de lo predecible a través del
discurso sobre desarrollo, que ya constituye una rutina para los Uwa, por tanto, no hay nada de
incertidumbre frente al mismo:
“Ecopetrol se obstina a sacar el petróleo, el gas, por encima de la filosofía de los Uwa,
entonces el hecho de que Ecopetrol llega y dice vamos a explotar X petróleo, en X
territorio de los Uwa porque si no explotamos el gas o el petróleo entonces el pueblo
colombiano va a quedar sin gas…va a quedar sin petróleo, y por lo tanto entonces es un
retroceso en el desarrollo del país, entonces cuando se llega con esas posturas, digamos
que cuando la gente no comprende, pues va a decir “oiga de verdad hay que explotar el
gas” pero resulta que eso no es tan cierto porque digamos que las grandes ganancias y los
grandes dividendos que genera una explotación petrolera pues se lo llevan las
multinacionales o las grandes corporaciones, todos los colombianos pagamos el gas, todos
los colombianos pagamos los impuestos, entonces esas posturas de Ecopetrol de querer el
gas o el petróleo porque si no se saca entonces va a afectar la economía del país, entonces
no es tan cierto, y eso es lo que genera grandes discusiones políticas, porque ya los
indígenas no somos tan ignorantes, ya sabemos también la dinámica de economía del país,
conocemos también el contexto de las multinacionales…” (Tegría Uncaria , Líder Uwa,
Consejero de la Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC , 2020)
Frente al plano de la novedad, se puede encontrar esta condición a partir de un hecho
nuevo, como aprendizaje del caso Magallanes y de la misma historia conflictiva entre Uwa´s y
Ecopetrol, y es la implementación de un protocolo de relacionamiento constante, y no
exclusivamente en medio del conflicto entre los dos actores, así lo evidencia Ecopetrol en el
Reporte Integrado de Gestión Sostenible 2019: “Conforme el interés de Ecopetrol por mantener el
relacionamiento con las comunidades étnicas, en 2019 Ecopetrol retomó el diálogo directo con el
Pueblo U’wa, en una apuesta por transformar las dinámicas con las comunidades indígenas. En
este marco se proyectó avanzar en la construcción de confianza y conocimiento mutuo a través de
un diálogo intercultural que permita aclarar supuestos sobre la actividad petrolera, conocer mejor a
la comunidad y su cosmovisión, así como la generación de acciones de inversión socio ambiental
encaminadas a construir conjuntamente una visión de territorio” (ECOPETROL, Reporte Integrado
de Gestión Sostenible 2019, 2020, pág. 291). Situación que Juan Jerez, jurídico de Asouwa, en
entrevista relato de la siguiente manera:
“El plan de relacionamiento que tenemos con Ecopetrol deriva de la mesa de dialogo que
tiene la comunidad indígena Uwa con el gobierno nacional [remembra el conflicto del año
2014 ya narrado en otro apartado de este documento] y en ese trasegar se estableció como
mecanismo de dialogo el tema de la mesa de dialogo… ésta cuenta con una resolución… la
direcciona directamente el Ministerio del Interior… allí convergen diferentes actores del
Estado colombiano, está Ecopetrol, el Ministerio del Interior, el de minas, la ANH…
Parques Nacionales y las diferentes gobernaciones, digamos que en esa dinámica de
dialogo con el Gobierno Nacional y altos funcionarios, nosotros los Uwa quisimos
apostarle a un trabajo de dialogo un poco más efectivo y directo con la empresa Ecopetrol,
en esa dinámica fue que nosotros establecimos bajo las recomendaciones de la OEA-
Harvard de los año 98 y 99 sobre ese relacionamiento, sobre esa cercanía que debe tener
las dos partes para solucionar los problemas… eso no implica que nosotros estemos
desmejorando nuestros derechos, estamos a la expectativa de que Ecopetrol le cumpla al
pueblo indígena Uwa con varios requerimientos, entre esos tener un buen relacionamiento,
que la palabra sea creíble, y que lo que se interlocute sea creíble, también tanto de nosotros
como de ellos y lo que se busca es una mejor convivencia en pocas palabras… nos hemos
reunido con ellos esporádicamente en Bogotá y en Saravena…” (Jerez Tegria, 2020)
129
A manera de cierre, y haciendo salvedad de la mirada, quizá un poco sesgada sobre la forma
de abordar el caso, esto en parte debido a los pocos recursos documentales con los que se cuenta
desde Ecopetrol como actor del conflicto – podría decirse por su carácter corporativo y empresarial
lo que hace difícil acceder de manera puntual a aspectos de significación más allá de los manuales,
informes de gestión y comunicaciones oficiales a través de sus canales-, las tensiones dialécticas
propuestas por Leonarda García en el Modelo Pragmático de la Comunicación analizadas aquí a
partir de los procesos comunicativos de Ecopetrol y la comunidad Uwa, en el marco del Caso
Magallanes, permiten observar la complejidad de las relaciones de los actores y de la forma de
comunicarse cuando se basa en un entorno de conflictividad, ya que alrededor de ellas (las
relaciones y la comunicación) actúan variables culturales, sociales, económicas y políticas, sin
embargo y como se observó en este caso, el reflexionar (qué finalmente es lo que busca la teoría de
la comunicación como matriz práctica para la resolución de conflictos) cómo es que se comunican
los actores en medio de los conflictos, qué sucede desde cada uno, y, en medio de la interacción,
para que se pueda solucionar los conflictos, abre la posibilidad de conocer las experiencias y
aprender de las mismas.
3.2 Análisis de medios, narrativas del conflicto.
En este segundo apartado se presenta el análisis de la tercera fase metodológica del Modelo
Pragmático de la Comunicación de Leonarda García que corresponde a las tensiones
metacomunicativas, entendiendo estas tensiones como aquellas que se producen posterior a los
encuentros o al diálogo interpersonal y, se abordan desde la manera en cómo cada una de las partes
percibe, define e interpreta el conflicto tal como lo ha vivido y proyectado, lo que se pretende es
conocer y examinar los discursos desde y alrededor de la comunidad Uwa y la empresa Ecopetrol.
El análisis de estas tensiones se realizó a través de un análisis de medios desde varias perspectivas:
una comercial, condicionada por intereses económicos; otra, alternativa, que tiende a ser neutral o
tener una posición pro-social y otra autónoma, que recoge y plasma la voz de la comunidad; de
esta manera se creó una multi-perspectiva de lo que sucedía, cada visión permeada por los interese
de sus emisores.
Las tensiones de este tercer nivel del MPC son aquellas expuestas por Robert Craig en el
Modelo Constitutivo de la Comunicación MCC como tradiciones de pensamiento de la
comunicación, a saber:
Retórica, en esta tradición la comunicación es vista con la intencionalidad de persuadir, a
través de una correcta y estratégica utilización del lenguaje, demostrando en sus
manifestaciones, habilidades comunicativas.
Socio psicológica, aquí la comunicación es un proceso casi instrumental, en el que a través
de la emisión de mensajes se generan efectos cognitivos, emocionales y de conducta en el
otro.
Semiótica, para esta tradición la comunicación es un entramado de signos y significados
que puede darse en la medida en que éstos se comparten por las personas, ya que de no ser
así emerge el conflicto.
Fenomenológica, desde esta tradición la comunicación es esencialmente el encuentro con
el otro, mediada por la empatía, el diálogo, la transparencia, a través del reconocimiento
del otro.
Sociocultural, la comunicación es concebida como un proceso simbólico donde se produce
y reproduce el orden social, reconociendo que éste es complejo y en el que se deben
construir acuerdos, pues debido a su complejidad emerge el conflicto.
131
Crítica, esta tradición propende por evidenciar, desde la comunicación, las desigualdades
sociales, las exclusiones y las dinámicas de poder hegemónico.
Cibernética, vista desde esta tradición, la comunicación es un sistema de redes sociales en
la que las personas interactúan, y pueden afectar y ser afectadas por otras, los sistemas
pueden estar conectados entre sí, así como las personas; familia, sociedad, etc.
Segmentación
Dado que, como se ha expuesto a lo largo del presente documento, la comunidad Uwa y su
lucha por el territorio es una causa de renombrado y gran interés, sobre todo para la academia y los
movimientos u organizaciones ambientales a nivel local, nacional e internacional, se hallan en la
web innumerables entradas sobre su categoría, entonces como primera medida, se segmentaron los
resultados haciendo la búsqueda a partir de los enunciados: Ecopetrol+Uwa+Magallanes //
Ecopetrol+Uwa+Gibraltar lo que permitió especificar o delimitar los resultados sobre el caso
Magallanes, arrojando gran cantidad de registros en diferentes medios y plataformas, sin embargo
se seleccionaron aquellos resultados que primero, correspondían a medios de comunicación y
noticias que registraron el conflicto del caso Magallanes, lo que redujo sustancialmente la cantidad,
en segundo lugar se seleccionaron aquellas noticias publicadas durante el periodo del conflicto en
el año 2014, reduciendo a un número limitado de registros y finalmente se seleccionaron de
acuerdo a la posición (comercial, alternativo y propio) del medio de comunicación con respecto al
conflicto, reduciendo los resultados a los artículos que se relacionan a continuación, y sobre los
que se llevó a cabo el análisis.
Tabla 2 Medios de comunicación y registros informativo del análisis de medios.
Tipo
de
medio
Titular Ubicación web, URL Fecha de
publicació
n
Alt
ern
ativ
o
Ecopetrol, desmovilizará el
pozo Magallanes de
territorio U´wa.
http://www.actualidadetnica.com/actua
lidad/actualidad-col-
01/desarrollo/8960-ecopetrol,-
desmovilizara-el-pozo-magallanes-de-
territorio-u%C2%B4wa.html
Julio
2014
La comunidad U’wa contra
la explotación petrolera de
Ecopetrol y de la OXY
http://www.pasc.ca/es/article/la-
comunidad-u%E2%80%99wa-contra-
la-explotaci%C3%B3n-petrolera-de-
ecopetrol-y-de-la-oxy
Marzo
2014
Colombia: La interminable
lucha de los U’wa contra el
petróleo
http://www.opsur.org.ar/blog/2014/04/
18/colombia-la-interminable-lucha-de-
los-uwa-contra-el-petroleo/
Abril
2014
Colombia’s U’was Say No
to Gas Drilling in Their
Territory
http://upsidedownworld.org/archives/c
olombia/colombias-uwas-say-no-to-
gas-drilling-in-their-territory/
Mayo
2014
Gobierno logra acuerdo con
comunidad U'wa para
reparar oleoducto
http://www.colombia.com/actualidad/n
acionales/sdi/87793/gobierno-logra-
acuerdo-con-comunidad-uwa-para-
reparar-oleoducto
Mayo
2014
El gobierno no logra
conjurar protesta de los
Uwa
http://www.colombiainforma.info/el-
gobierno-no-logra-conjurar-protesta-
de-los-uwa/
Marzo
2014
Pro
pio
ONIC
ASOU'WA ratifica
denuncias por daños al
ecosistema en territorio
ancestral
http://cms.onic.org.co/noticias/98-
regionales/469-asouwa-ratifica-
denuncias-por-danos-al-ecosistema-en-
territorio-ancestral
Marzo
2014
Co
mer
cial
Se cierra pozo petrolero en
Norte de Santander por
conflicto con los Uwa
http://caracol.com.co/radio/2015/02/24
/regional/1424787480_646584.html
Febrero
2015
Indígenas colombianos
exigen al Gobierno medidas
contra la industria petrolera
https://www.telesurtv.net/news/Indige
nas-colombianos-exigen-al-Gobierno-
medidas-contra-la-industria-petrolera-
20140416-0025.html
Abril
2014
Indígenas se niegan a que
sea reparado el Oleoducto
Caño Limón - Coveñas en
Santader
http://www.elpais.com.co/colombia/in
digenas-se-niegan-a-que-sea-reparado-
el-oleoducto-cano-limon-covenas-en-
santader.html
Abril
2014
Gobierno vuelve a
incumplir, según indígenas
U'wa
http://www.wradio.com.co/noticias/act
ualidad/gobierno-vuelve-a-incumplir-
segun-indigenas-
uwa/20140601/nota/2253191.aspx
Junio
2014
133
Como se ve a primera vista en la tabla, se analiza el cubrimiento en medios, es decir, la
frecuencia con la que la noticia fue transmitida en diferentes medios de comunicación; para los
hechos ocurridos en el 2014 frente al caso Magallanes, se encontró una mayor frecuencia en los
medios alternativos, quienes trataron la situación con un lenguaje claro y en la mayoría de casos a
favor de la comunidad, reforzando el mensaje de resistencia y respeto hacia la identidad y derechos
de los Uwa. En la misma línea se puede observar el cubrimiento de los medios con enfoque
comercial en los que la noticia fue manejada a favor de la empresa y la explotación de los recursos
naturales, reduciendo el problema con la comunidad a un pleito de posesión y uso de tierras. Por
parte de los Uwa y sus medios comunitarios, la retórica se enmarca en la defensa de la vida, la
naturaleza, y la identidad de dicho pueblo, por lo cual sus noticias se hacen en forma de
comunicados a la opinión pública.
Análisis de medios
Para facilitar el abordaje de los medios se dividieron en dos grupos: comerciales y
alternativos-autóctonos. El análisis realizado a los medios de comunicación, busca relacionar las
comunicaciones de esos medios con las tensiones metacomunicativas expuestas anteriormente por
el MPC, en el nivel metacomunicativo.
Medios comerciales
Al abordar las noticias comerciales, estas muestran interés en lo económico, debido a que
al momento de informar abordan cuestiones que afectan a la población en general y así mismo se
transmiten (con una alta preocupación), en este caso la producción de hidrocarburos para el
exterior y el suministro de combustible hacia los centros urbanos, las noticias hacen énfasis en las
perdidas y la afectación que sufre el país por las protestas generadas por los Uwa, enfatizando en
las pérdidas económicas que esta situación genera, por ejemplo el noticiero El País comenta “La
comunidad indígena Uwa ratificó el martes su oposición a no permitir la reparación del oleoducto
Caño Limón-Coveñas, lo que ha impedido la exportación de 2,5 millones de barriles de crudo en
un mes, según ha advertido el Gobierno”. De manera superficial esta noticia se muestra del lado
de la población colombiana al exponer la situación como una problemática que afecta la
producción económica del País y cómo eso también afecta el modo de vida de familias de algunas
cabeceras urbanas y el país, en este sentido entonces se puede evidenciar una tendencia hacia la
tradición retórica y sociopsicológica pues su intencionalidad es persuadir que los indígenas son
quienes están generando un daño a la economía y aunque no de manera explícita mostrándolos
como rebeldes.
Por otra parte, un comunicado de Ecopetrol citado por CNN indica “bloqueo que ejerce la
nación U´wa en esa zona afectando el suministro de gas a cerca de 500 mil familias de 11
municipios de Santander y Norte de Santander"; al analizar en detalle la configuración de la
noticia se encuentra: unos intereses económicos-corporativos impulsados por la empresa extractora
Ecopetrol, al enfatizar en las perdidas económicas y productivas; un carácter centralista, al hacer
énfasis en la afectación que sufren las grandes urbes con la disminución del suministro; una
posición capitalista al recalcar los costos de reparación; una visión eurocéntrica al mostrar a la
comunidad indígena como invasores y subdesarrollados; muestra también una parcialización de la
información frente al uso de las fuentes de consulta; y manifiestan una descontextualización frente
al objetivo y temporalidad de la protesta, en este sentido se pueden ver la tendencia hacia lo
retórico ya que, como en el caso anterior, trata de disuadir a los receptores para que consideren a la
comunidad Uwa como los únicos culpables de la situación conflictiva, además se observa también
una tendencia hacia lo sociocultural en la medida que muestra la trasgresión hacia el orden social,
pues lo normal sería la reparación del oleoducto.
135
Frente a las interacciones entre los actores, los comunicados también se enfocan en el
dialogo como la solución del conflicto por las vías pacíficas legales, en un pasaje emitido por la W
radio se resalta una intervención del representante de la comunidad indígena “El Pueblo U´wa se
mantiene abierto al diálogo con el gobierno nacional, pero exige respeto por cuanto también
somos un Gobierno que debemos atender múltiples situaciones a nivel comunitario”, Señaló
Aguablanca.”; a través de esta afirmación se evidencia la tradición fenomenológica, en tanto que
la comunidad busca o propende por la vivencia o el encuentro con el otro, así mismo, los actores
enfocan su discurso en la defensa de la calidad de vida de la población, en los beneficios y
perjuicios que trae la producción de hidrocarburos para el país y la comunidad por tanto se
posiciona desde la tradición crítica de la comunicación.
Por parte de Ecopetrol también hay en sus discursos una inclinación hacia lo sociocultural,
como se encontró en una noticia de CNN “Ecopetrol mantiene su posición de respetar las
solicitudes de la comunidad indígena al Gobierno Nacional y reitera que hasta la fecha ha
cumplido con los compromisos adquiridos tales como la suspensión de la perforación del Pozo
Exploratorio Magallanes y el enterramiento de un tramo del oleoducto Caño Limón Coveñas en el
sector la China, hasta donde la comunidad U´wa lo ha permitido”8 al igual que lo expresa la
comunidad “se llegaron a unos mínimos acuerdos en el marco de la sana convivencia y
contribuyendo a la paz, a la integridad y la armonía, y sobre esta base esperamos el fiel
cumplimiento del gobierno nacional a lo pactado.”9. en este orden de ideas la empresa se muestra
respetuosa de las normas y de la relación con la comunidad y como un actor más del conflicto que
aporta desde su posición a mejorar la situación.
8 http://cnnespanol.cnn.com/2016/07/21/indigenas-se-toman-una-planta-de-gas-en-colombia/ 9 Comunicado ASOUWA, Cubara, Boyacá 2 de mayo de 2014
En términos generales, las noticias y los comunicados acatan la posición centralista del
Estado colombiano y reconoce su posición en la jerarquía administrativa estatal. Sin embargo, las
comunicaciones muestran que al momento de negociar, los actores tienen una carga similar de
poderes, por un lado las noticias refuerzan el discurso centralista y hegemónico de la empresa
explotadora del recurso, como fuente de ingreso y desarrollo, ejemplo de estas afirmaciones es la
noticia de Caracol Radio donde formula “En Norte de Santander, sectores económicos lamentaron
el hecho, manifestando que se pierde una oportunidad para la consecución de regalías y
desarrollo petrolero en el sur del Departamento.”; por otro lado la comunidad exhibe una posición
de poder propio frente a su territorio y sus demandas, prueba de su determinación se hace clara en
un comunicado donde se consigna “El Gobierno Nacional continúa jugando con la vida, el
territorio y la cultura del Pueblo U´wa. El Estado Colombiano no ha dado muestras de querer
atender nuestras peticiones establecidas en el Plan de Salvaguarda, siendo un mandato de la
Corte Constitucional a través de la Sentencia T-025 de 2004 y el Auto 004 de 2009.
Los medios de comunicación comerciales buscan vincular la problemática de la empresa a
la situación del país, así mismo, exponen el detrimento de la calidad de vida de las familias y
regiones donde tiene injerencia la empresa, para lograr empatía entre los usuarios de combustibles
fósiles, por ejemplo, en una emisión de Caracol Radio se expone la voz del alcalde del municipio
de Toledo, Norte de Santander, manejando el discurso mencionado anteriormente: “Esto traerá
graves efectos económicos a la región, con el agravante de los problemas sociales en la zona y
bueno tendremos que afrontarlo”; sin embargo, el fondo de sus comunicados manifiestan
argumentos progresistas y raciales que buscan justificar y legitimar el conflicto y las acciones que
se llevan a cabo para conseguir un objetivo particular, que la empresa siga operando, siguiendo así
su actividad comercial (la cual, cabe recordar, es bastante lucrativa), en este sentido puede
137
mencionarse la tradición sociocultural al evidenciar que se puede vincular o entender las
posiciones de los dos actores del conflicto.
Para sintetizar, los medios comerciales mayoritariamente tienen tendencia hacia la
tradición retórica, ya que estos fueron emitidos de manera estratégica para apoyar una situación en
favor de algún actor con el concuerde; en el caso del conflicto Uwa, las noticias exponen las
afectaciones que tiene la población urbana por la falta de combustible, la inoperancia del gobierno
en cuanto a resolución de conflictos e incumplimiento de pactos y la buena voluntad y disposición
de la petrolera por solucionar la situación, esta exposición busca generar un escenario de presión
para encontrar acuerdos prontamente, incluso la empresa lo reconoce en una noticia del medio de
comunicación Portafolio “Ecopetrol confía en que el Gobierno Nacional llegue a un pronto
acuerdo con la comunidad indígena U´wa, que conduzca al desalojo de las instalaciones
indebidamente ocupadas por dicha comunidad10”. Por supuesto este tratamiento de la situación
deja entrever la búsqueda de una solución que permita continuar la producción de combustible y
detener la pérdida económica de la empresa.
Medios alternativos
Los comunicados comunitarios y los medios alternativos manifiestan una tendencia
fenomenológica ya que a través de sus discursos buscan generar empatía con su causa, generar
consciencia y entendimiento del conflicto mismo, de manera transparente y desde la experiencia,
un comunicado de la comunidad así lo expresa “es una inminente amenaza a la integridad física,
10 http://www.portafolio.co/negocios/empresas/planta-de-gas-de-gibraltar-tomada-por-la-comunidad-indigena-u-wa-
498972
social y cultural del pueblo Uwa, al medio ambiente y al territorio ancestral, además que es un
atentado contra nuestro patrimonio histórico, cultural y milenario.”; también puede observarse la
tradición crítica en el discurso, al visibilizar su modo de vida y su visión orgánica del mundo, en
contravía del concepto occidental de desarrollo y progreso, lo que los coloca en una posición
contra-hegemónica frente a las cadenas productivas del país. El mismo comunicado resalta “Las
afectaciones físicas no solamente se evidencian, sino que también la ruptura de los ciclos
biológicos, la interrupción de los canales de comunicación entre el mundo material y espiritual no
permiten el cumplimiento eficaz del trabajo real de nuestros mayores y se coloca en peligro la
propia vida física de nuestras autoridades tradicionales y la cultura en general.11”; por tanto
también aparece aquí la tradición semiótica al ir más allá de la visión particular, y hablar a partir de
los signos y las connotaciones diferentes que tiene para el colectivo la defensa del medio ambiente,
de la vida, del planeta que es y da sustento para todos.
En el comunicado del 26 de febrero de 2014 donde hacen un recuento pormenorizado
sobre la normatividad y la base jurídica que les da derecho a reclamar la intervención en su
territorio, en el que además de dejar ver su conocimiento sobre la legislación en esta materia, los
Uwa exponen las desigualdades y la propia injusticia desde el modelo capitalista, evidenciando de
manera explícita la tradición crítica “Comunicamos que el proyecto Magallanes, no ha tenido en
cuenta las normas de carácter internacional como lo es el Convenio 169 de la OIT, ratificado por
Colombia mediante la Ley 21 de 1991, La Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas,
adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 13 de septiembre de 2007. Así
mismo, derechos de los pueblos indígenas consagrados en la Constitución Política de Colombia de
1991. Tampoco se ha considerado el Auto 004 de 2009 expedida por la Honorable Corte
11 Comunicado ASOUWA, Cubara, Boyacá 2 de mayo de 2014
139
Constitucional en donde se establece que los Uwas nos encontramos en peligro de extinción física
y cultural.12”.
El Pueblo U´wa informa a la opinión pública nacional e internacional y a todas las
instituciones e instancias competentes, que a raíz de los reiterados incumplimientos por parte del
Gobierno Colombiano de salvaguardar el territorio, la cultura y la vida del pueblo U’wa,
decidimos levantarnos de la mesa de concertación establecida el 25 de marzo de 2015 para la
implementación del Plan de Salvaguarda.”13; si bien es cierto que los agentes en conflicto,
legitiman o pierden su poder en el proceso de negociación; para el caso en mención, la comunidad
Uwa ostenta y ejecuta un poder mayor al de la empresa Ecopetrol en busca de que sus demandas
sean aceptadas y sus peticiones se lleven a cabo, en este caso por ejemplo, se evidencia la
tendencia hacia la tradición crítica, al dejar ver que ante los incumplimientos, vistos como una
injusticia, la comunidad decide dejar el diálogo.
La comunicación alternativa o propia, es una declaración de búsqueda constante de
legitimidad para su nación y su territorio, legitimidad que incluye el respeto por su ideología, sus
creencias, su modo de ver el mundo, sus manifestaciones políticas, socioculturales y religiosas, sus
comunicados exponen y defienden esa ideología donde cada palabra buscar dar a entender, y no
solo en el idioma castellano, sino también jurídico, el porqué de su lucha y de sus acciones, en
concordancia con su pensamiento, el mismo texto invita a pensarse más allá de la individualidad
moderna (material) para conectar a una estancia superior y tratar de entender a los Uwa, convergen
en este sentido las tradiciones semiótica, fenomenológica y sociocultural la mejor muestra de este
12 Comunicado ASOUWA, Resguardo Unido Uwa, 26 de febrero de 2014
13 Comunicado ASOUWA, Territorio Ancestral, 8 de abril de 2015.
pensamiento es un documento Uwa llamado “el petróleo, la sangre de la tierra, los Uwa y su
lucha contra las petroleras” donde deja clara su intención desde el principio "Carta de los Uwa
que crea conciencia sobre la destrucción de los blancos a la tierra" este comunicado intenta llevar
la voz de la comunidad hacia su contraparte, en ella se expone de manera clara su pensamiento
“nosotros nacemos siendo hijos de la tierra... eso no lo podemos cambiar los indios
ni tampoco el hombre blanco (riowa). Más de mil veces y de mil formas distintas les hemos
dicho que la tierra es nuestra madre, que no podemos ni queremos venderla, pero el
hombre blanco parece no haber entendido, insiste en que cedamos, vendamos o
maltratemos nuestra tierra, como si el indio también fuera hombre de muchas palabras.
La ley de nuestro pueblo se diferencia de la del blanco, porque la ley de riowa viene de los
hombres y está escrita en papel, mientras que la ley de nuestro pueblo fue Sira (Dios)
quien la dictó y la escribió en el corazón de nuestros sabios Werjayas (chamanes). El
respeto a lo vivo y a lo no vivo, a lo conocido y a lo “desconocido” hace parte de nuestra
ley: nuestra misión en el mundo es narrarla, cantarla y cumplirla para sostener el
equilibrio del universo”.
La comunicación alternativa-propia responde a una tendencia Crítica donde se exponen y
denuncian los excesos y opresiones del capitalismo y sus políticas neoliberales en el país,
visibilizan una mentalidad colonialista, racista, una ideología y conducta materialista derivada del
mercantilismo moderno. Así mismo, la comunidad Uwa comparte su visión del mundo, del tiempo,
de su territorio, el porqué de su lucha y el ejercicio de la soberanía que como nación les asiste, con
el fin de buscar entendimiento y empatía por parte del resto de la sociedad, lo que se suscribe
dentro de la tradición sociopsicológica también. Adicionalmente buscan llamar la atención sobre
cómo la industria petrolera lleva a cabo procesos extractivos de alto impacto negativo en el corto
plazo para la comunidad y en el largo plazo para el medioambiente. Sus comunicados hacen un
141
llamado de atención al conocimiento parcializado de la situación por parte del Estado, refleja la
desarticulación entre el poder central y las regiones, incluso a nivel municipal, al emitir licencias
de exploración y explotación desconociendo los territorios y sus configuraciones sociales,
justificándose, principalmente en el artículo 334 de la Constitución Política de Colombia.
Análisis de discurso
A continuación, se expone, por una parte, el análisis hecho a los discursos de los medios de
comunicación comerciales frente al caso Uwa, y por otro, el análisis realizado a los medios de
comunicación comunitarios. Para los dos casos se examinará la estructura del discurso, así como
los modelos a los que apela y el contenido que emite.
El discurso de los medios comerciales esta mediado por la lógica de poder y la hegemonía
occidental-eurocéntrica, aunado a la ideología de mercado que prima en las empresas privadas; así
estos medios exponen en sus discursos, de manera reticente, sus intereses y posiciones. Los
lenguajes y cargas semántica unidas a la retórica y los intereses de los medios de comunicación
siempre generan tensiones y conflictos en la sociedad donde se difunden sus contenidos. Los
intereses de los medios de comunicación están presentes en el trasfondo de los mensajes y se
perciben sutilmente en el manejo de las palabras, los párrafos, la narración, la historia, en fin, todas
y cada parte de la estructura comunicativa.
La producción de sentido que presentan los medios de comunicación, a través del
tratamiento de la información, juegan en doble sentido: por un lado, visibilizan una problemática o
una situación particular que afecta a las comunidades y por otro, refuerza las representaciones y
los estereotipos que se tienen sobre las minorías, en este caso, los indígenas Uwa, perpetuando así
la violencia física y simbólica que por décadas han vivido dichas comunidades.
Dentro del lenguaje que utilizan los medios comerciales se manifiesta la carga semántica
colonialista (herencia de la conquista española), eurocéntrica, que atraviesa las narraciones y
emerge al momento de tratar asuntos étnicos; sobre todo para deslegitimar el discurso ancestral de
las comunidades indígenas; este abordaje atraviesa los contenidos del emisor influyendo en la
opinión y el imaginario de la sociedad receptora, la cual configura sentido frente a la realidad en
base a sus estructuras mentales, socio-culturales y su herencia histórica. Dicha semántica
contribuye a construir juicios de valor frente al accionar de la comunidad indígena, muchas veces
en contra de ésta, ya que el mensaje capitalista del progreso está ligado al sistema económico y
cultural del país, lo cual hace más difícil el apoyo de la sociedad hacia la defensa de las
comunidades marginadas y el reconocimiento de sus derechos; estos juicios alteran la percepción
del problema, reduciendo la dimensión del mismo y enfocándolo solo en las repercusiones
económicas que la situación trae para la empresa y que se trasladan a sus usuarios finales, lo cual
por supuesto, genera malestar, desconfianza y disgusto hacía los Uwa.
El uso de enunciados como “indio”, “protesta”, “producción”, “perdidas”, “economía”,
“afectación”, “costos”, “atraso”, “progreso”, “cierre”, se valen del modelo cognitivo social
colonialista-neoliberal para juzgar las acciones de la comunidad como negativas y
contraproducentes para el país, destacando la afectación en el servicio que genera el reclamo de la
misma. Este tratamiento de la información refleja la exclusión, el racismo y el rechazo que se
generan en el país hacia las minorías sobre todo étnicas, la supremacía del blanco y el criollo como
herencia histórica, influye profundamente en el abordaje y la comprensión de este tipo de noticias.
143
Por otro lado, las imágenes que acompañan los textos que también apoyan la configuración
de realidades, a partir de fragmentos de la cotidianidad, aunque en la mayoría de casos el uso de las
imágenes es descontextualizado o parcializado, estas también están sujetas a la posición del medio
de comunicación, en el caso de los medios comerciales las imágenes que se utilizaron reseñan un
fragmento de la situación donde se identifica actores de la empresa siendo retirados de las
instalaciones, lo que sugiere un accionar contra la economía y es un acto casi delictivo. Para los
medios alternativos las imágenes de apoyo se concentran en mostrar la unión y la lucha de la
comunidad, lo prioritario son las imágenes que muestran su realidad, el impacto de los proyectos
en la población y el ambiente, y la lucha que promueven en defensa de sus derechos.
En los medios alternativos-propios se observan dos situaciones; la primera, que la
temporalidad se diluye puesto que no obedece a patrocinios o franjas programáticas, aquí los
comunicados dan detalle de la problemática tratando de situar al receptor, tanto física (en el
territorio) como mentalmente (con la comprensión de su ideología) para que sea capaz de entender
la complejidad de la misma, justificando así el accionar de la comunidad, ejemplo de ello, es uno
de los comunicados de Asouwa del 2 de mayo de 2014, donde en nueve folios la comunidad hace
un resumen de la reunión sostenida con el Gobierno Nacional frente a la intervención de la
petrolera en su territorio; la segunda situación, se presenta con el formato y el medio como tal, ya
que la comunidad no tiene acceso a medios masivos, a pesar de que (gracias a la revolución
tecnológica), cuentan con espacios en la web para difundir sus comunicados y noticias como
páginas web y hasta redes sociales como Facebook https://esla.facebook.com/bladimir.moreno.71)
sin embargo, estos llegan a una audiencia limitada, lo que trunca sus intenciones comunicativas, y
cuando ganan un espacio en medios masivos se les obliga a sintetizar los relatos y por ende se
parcializa también su comunicación, ejemplo de esto es una noticia de la W Radio “Gobierno
vuelve a incumplir, según indígenas U'wa” donde en 621 palabras se permite que la voz de la
comunidad exprese su situación, su sentir y sus reclamos.
Una razón más del porqué la comunidad hace uso de canales no convencionales (como los
virtuales) para dar a conocer su realidad en conjunto, es que estos medios hacen parte de la
estrategia de visibilidad Uwa, pues a través de ellos, la comunidad pueden llegar a múltiples y
variados públicos que, aunque alejados geográficamente, hacen seguimiento cercano y constante a
las circunstancias que envuelven a la comunidad; el objetivo que se percibe con esta actitud es
modificar la noción que se tiene de la misma por medio del acceso limitado a la comunidad y sus
prácticas socioculturales desde la exterioridad. Esta condición busca generar empatía entre las
partes en dialogo con el fin de forjar confianza y entendimiento para que los acuerdos sean
favorables para ambas partes.
Como se ha expuesto en este apartado, las tensiones metacomunicativas que se generan
alrededor de los Uwa y de Ecopetrol después de los encuentros o del diálogo interpersonal, son de
lado y lado, comunicaciones estratégicas que son utilizadas por cada actor de acuerdo a sus
intereses, demanda de su parte una planificación frente a los discursos, por un lado, qué decir, y
por otro, a quién decirlo (en términos de sus receptores). Adicionalmente, cada actor desde sus
discursos, expone cómo conciben a su interlocutor y cómo es la relación entre ellos, esto es, desde
las tradiciones de pensamiento del MCC cada actor se posiciona, en mayor medida a una de las
tradiciones, lo que denota y le lleva a reflexionar sobre cuál es la naturaleza de las relaciones
personales (tensiones culturales), problemáticas (tensiones dialógicas) y consecuencias (tensiones
metacomunicativas). De esta forma el MPC explica la practica comunicativa en escenarios
conflictivos y permite el análisis del proceso para encontrar mejores prácticas comunicativas que
ayuden a subsanar las carencias.
145
4. Capítulo 4. Los Uwa como una comunidad de
paz
Como se ha podido observar hasta este momento, el discurso del documento ha girado en
torno al conflicto de la comunidad indígena Uwa con la empresa Ecopetrol debido al desarrollo de
los proyectos extractivos en territorios ancestrales – se utiliza la categoría ancestral para clarificar
que aunque el espacio geográfico no hace parte del área reconocida legalmente como Resguardo
Unido Uwa, los territorios donde se han querido desarrollar dichos proyectos son considerados
propiedad de la Nación Uwa de acuerdo a su ley de origen -, sin embargo, este capítulo se ocupará
justamente de lo contrario; caracterizar a la comunidad Uwa como una comunidad de paz que
resiste en medio de la violencia estructural derivada de los proyectos extractivos.
La antesala a este capítulo ha mostrado varias situaciones que ameritan precisión; en
primer lugar, que el conflicto entre Uwa y Ecopetrol no es violento, por tanto, que exista una
relación conflictiva no quiere decir que alguno de los actores sea violento, no, los actores no son
violentos, las relaciones entre ellos son conflictivas, es un espacio o escenario de disenso, de
desacuerdo, de diferencia, ya que no comparten el mismo sistema de valores y significación como
ampliamente se ha sistematizado a través del MPC en cada uno de sus niveles; cultural, dialectico
y metacomunicativo; segundo, que el conflicto, entendido como una condición inherente al ser
humano debido a la complejidad del mismo, es una realidad, una tensión constante y permanente,
la experiencia del ser humano es naturalmente compleja por tanto el conflicto se deriva de la
misma complejidad; tercero que la intencionalidad de este documento no es entrar en dicotomías
sobre juicios de valor entre el bien y el mal, lo correcto e incorrecto, pues como se ha evidenciado
durante todos los análisis realizados hasta ahora, la premisa es justamente que existen unos matices
frente a la naturaleza conflictiva del ser humano, y que como tal explicitan la diferencia, por tanto
solo en la aceptación de las diferencias se podrá reconocer al otro, porque es diferente, es otro; y
por último, este capítulo constituye un giro para pasar, como diría Francisco Muñoz (2001), de la
perspectiva violentológica – necesaria para entender el conflicto – a la perspectiva constructivista
en la que el protagonismo lo tenga la paz (la mayoría de veces minimizada por la violencia) no
solo para emitir conceptos sobre ella, sino para entender cómo es posible llegar a ella. “Se desea,
se busca, se valora más la paz, pero sin embargo se piensa en claves de violencia”.
Este capítulo está dividido en tres partes; una primera parte donde se expone la base
conceptual sobre las violencia, las comunidades de paz y el significado que tienen los indígenas
Uwa sobre lo que es la paz; una segunda parte donde se relacionan las características de las
comunidades de paz y se argumenta porqué debe considerarse como una de ellas, y finalmente un
recuento sintético sobre la manera – no violenta- en que los Uwa manejaron el conflicto del caso
Magallanes para lograr superar el conflicto, que pese a estar suficientemente sistematizado hasta el
momento, se realizará desde una óptica diferente, no desde los hechos acontecidos, sino desde la
experiencia de Asouwa.
4.1 Base conceptual violencia, paz y comunidades de paz
En este apartado se examinará, a nivel de introducción y como reseña, las bases
conceptuales y teóricas sobre las categorías violencia, paz y comunidades de paz, de manera que,
posteriormente, permita entender la caracterización de los Uwa como una comunidad de paz.
147
Violencia y tipos de violencia
Como primera medida se dirá que el termino violencia se entiende para esta investigación
desde la postura y concepción de Johan Galtung (2003) quien considera que la violencia es la
privación de los derechos humanos fundamentales, y de una manera más general la búsqueda de la
felicidad, con respecto a la visión de violencia como la negación de los derechos más básicos del
ser humano, Galtung tipifica la violencia (directa, estructural y cultural), las necesidades básicas
(de supervivencia, de bienestar, identitarias y de libertad) y las manifestaciones de la violencia para
cada necesidad (muerte, acoso, explotación, miseria etc).
Tipos de violencia
o Directa: como aquella que genera un impacto o agresión física, que es visible a
través del comportamiento humano sea de forma verbal, física o psicológica
o Estructural: se trata de la privación de alguna necesidad básica como alimentación,
salud o educación, y que se produce a través de los sistemas sociales, políticos y
económicos que gobiernan las sociedades
o Cultural: como factores simbólicos, ya sean religiosos, culturales, artísticos o
medios de comunicación, que normalizan la violencia directa y/o estructural y por
ende reprimen la respuesta de quien la sufre
Ahora bien, se hará énfasis en la violencia estructural para tener mayor claridad frente al
porqué es desde esta violencia que se estima a la comunidad Uwa como una comunidad de paz.
Frente a la violencia estructural, indica Galtung, ésta está determinada por la dominación,
donde la clase dominante tiene muchos más beneficios que los demás. Con respecto a la relación
de este tipo de violencia con las necesidades básicas expuestas anteriormente precisa que la manera
en ejercer dicha violencia en el caso de las necesidades de supervivencia está relacionada con las
formas de explotación que derivan en desigualdades y pobreza, de esta forma la muerte por hambre
o por la exposición a enfermedades constituiría una manifestación de la violencia estructural al
privar de un derecho o necesidad básica como es la supervivencia. En igual medida con respecto a
las necesidades de bienestar hace referencia al estado de abandono y miseria (restringiendo p
privando las necesidades en términos de alimentación, salud y educación) que derivaría en una
menor esperanza de vida. Otra forma de violencia estructural, dice el autor, es el adoctrinamiento
que privaría a la persona de su necesidad identitaria, se produce con la implantación de elites
creadoras de opinión para manipular a la ciudadanía, adormecer su dignidad y evitar la conciencia
de clases. Por último, frente a la necesidad de libertad la violencia estructural se ejerce cuando se
utilizan factores externos, que pueden ser de tipo social, económico o cultural, para limitar la
libertad personal y colectiva para evitar la cohesión social y evitar la movilización.
En este sentido, es importante dar algunos datos y apreciaciones de lo que se consideraría
como manifestaciones de la violencia estructural en territorio indígena Uwa, sin que ello constituya
– aclaro – una intencionalidad o planificación por parte de la empresa Ecopetrol, o un señalamiento
de culpa directa hacia la misma, pues se entiende que el entramado y escenario de las relaciones
entre estos actores es complejo, sin embargo es importante entregar estos datos para argumentar
que efectivamente la comunidad Uwa sufre este tipo de violencia estructural, así como la violencia
cultural y directa, no obstante no es de interés para efectos del presente análisis y caracterización.
149
Comunidades de paz
La caracterización como comunidad de paz se realiza de acuerdo a lo conceptuado por
Esperanza Hernández (2000), quien de manera puntual las define como:
Iniciativas de paz desde la base, en construcción, que encuentran su origen en regiones de
alta violencia y en comunidades que en medio del fuego cruzado se organizan como
expresión de resistencia civil no violenta al conflicto interno armado, dentro de un
territorio delimitado que declaran al margen de las hostilidades, para autoprotegerse
reivindicando la autonomía e inmunidad de la población civil frente al conflicto armado,
reconstruir el tejido social, desarrollar un proyecto de vida soportado en la solidaridad y el
bien común, y materializar su derecho a la paz (pág. 3).
Si bien, Hernández enmarca las comunidades de paz en escenarios de violencia directa,
pues hace referencia a entornos en los que se vive el conflicto armado, este concepto se ha
tomado para el caso Uwa a partir de la violencia estructural que sufre como consecuencia del
desarrollo de proyectos productivos en sus territorios, entendiendo por violencia estructural –
explicada en el apartado anterior - aquella en la que se priva de alguna necesidad básica como
alimentación, salud o educación, y que se produce a través de los sistemas sociales, políticos y
económicos que gobiernan las sociedades Galtung (2003).
La principal característica de las comunidades de paz es desarrollar un proyecto de vida
para el bien común, eximido de las dinámicas de las hostilidades, pero sobre todo que
materializan o llevan a cabo a través de acciones no violentas, así el entorno en el que se
desenvuelva esté permeado o circunscrito en la violencia, que para el caso Uwa sería aquellas
manifestaciones de violencia derivada del desarrollo de los proyectos extractivos como
desplazamiento de sus territorios, inseguridad alimentaria, enfermedades, modificación en las
formas productivas, entre otras.
A continuación, se presenta las amenazas y manifestaciones de la violencia estructural
debido a los proyectos de desarrollo, aunque su construcción no fue con estos fines, hace parte
del diagnóstico del Plan de Salvaguarda de la comunidad y puede interpretarse como tal, ya que
contempla los problemas y las incidencias que tienen las mismas en la comunidad Uwa.
Tabla 3 Amenazas a la integridad territorial por la presencia de megaproyectos
151
Finalmente, y como base conceptual para este capítulo se presenta la concepción que
tienen la comunidad indígena sobre este término, la siguientes es la respuesta del líder Uwa
Herber Tegría ante la pregunta ¿Qué es la paz para los indígenas Uwa?
“Para nosotros los Uwa, paz es armonía, es solidaridad, es reciprocidad, es buen vivir, es
ayudar al otro, eso es para nosotros lo que entendemos para la paz. Y una cosa adicional:
para nosotros la paz no es solamente entre los hombres, no. La paz es entre los hombres y
la naturaleza y todo lo que hay en la naturaleza: animales, riquezas, espíritus, y nuestros
dioses. Mientras que el hombre blanco concibe la paz, entre el mismo ser humano la
mirada de los Uwa la paz es más entre los seres humanos y se incluye también a los seres
no humanos.”
4.2 Los Uwa, una comunidad de paz, en continua resistencia
A continuación, se revisarán una a una las características presentada por la autora Esperanza
Hernández sobre las comunidades de paz, y al mismo tiempo se relacionará los hechos por los
cuales la comunidad Uwa cumple con dicha particularidad.
Características:
1. Iniciativas de paz desde la base, su naturaleza es comunitaria y se originan en
poblaciones que soportan de manera directa la violencia
La comunidad Uwa es una etnia milenaria, que se denomina como sujeto colectivo, basada
de acuerdo a su cultura en la defensa y cuidado del medio ambiente con fuertes valores de
comunidad, identidad y respeto por lo humano y no humano, hace parte de las 34 comunidades
en riesgo físico y cultural debido desplazamiento forzado de acuerdo al Auto 004 de 2009 de la
Corte Constitucional, adicionalmente por los intereses económicos del país sobre el territorio con
los proyectos extractivos de petróleo han sido violentados en varias ocasiones, así mismo han
sufrido la violencia estructural derivada del desarrollo de proyectos extractivos en sus territorios
como se evidenció en el apartado inmediatamente anterior.
153
2. Territorio delimitado al margen de hostilidades
Como Resguardo Unida Uwa legalmente constituido, la comunidad indígena tiene un vasto
espacio geográfico en el que conviven de acuerdo a su cosmovisión, sin embargo no corresponde
con los lugares, que según ellos, son de su propiedad, pues incluyen dentro de su territorio
ancestral otras zonas, esto ha sido motivo de conflictos con el Estado, y con diferentes empresas,
ya que no conciben el desarrollo de proyectos que atente contra la Madre Tierra, por su lucha y
resistencia frente a este tipo de incursión en el territorio la comunidad indígena ha sido
reconocida a nivel local, nacional e internacional valiéndose incluso de premio internacionales
de gran renombre, y del apoyo de ONG en defensa dl medio ambiente. Sus esfuerzos siempre
están dirigidos a conservar el territorio libre de hostilidades, tanto físicas por la presencia de
grupos armados, como simbólicas con el desarrollo de los proyectos extractivos.
3. Estas iniciativas se originan en el impacto de la agudización y degradación del conflicto
Por ser una comunidad milenaria no podría cumplirse este requisito de forma literal, sin
embargo en términos de nacimiento como actor político – que creería es al nacimiento al que se
refiere la autora – la comunidad Uwa alcanza una representatividad y una visibilidad en el plano
nacional, y de la defensa del territorio a nivel internacional, con la agudización del conflicto con
la empresa petrolera OXY debido al Bloque Samoré en los años 90´s, a partir de esa fecha su
lucha no ha cesado, incluso como se demuestra en este estudio de caso, luego de 20 años de
aquella icónica lucha, ésta se mantiene con determinación.
4. Consideradas como mecanismos de autoprotección
El interés de la comunidad Uwa es proteger su vida y su pervivencia de acuerdo a su ley de
origen, resumida “como [la] misión cuidar, proteger y defender a la madre tierra como garantía
de nuestra existencia y la del planeta tierra” (ASOUWA A. d., 2014, pág. 21), en este sentido, de
acuerdo a su cultura y debido a las amenazas al territorio, su mecanismo de autoprotección se
materializa a través de la lucha y la resistencia, para garantizar la vida del sujeto colectivo Uwa,
con todos sus significados, simbolismos y cosmovisiones.
5. Proyectos políticos de no violencia
La organización social y política de los Uwa para hacer frente o resistencia al conflicto por
los proyectos extractivos, es en sí misma un proyecto político no violento; desde un ámbito
comunitario (sistema de educación propio articulado con su ley de origen, Salud desde su
cosmovisión, producción económica de la tierra, y estructura familiar) participativo (resguardo,
cabildos, asociación, interlocución con entes externos de diferente índole y nivel) todas las
acciones en busca de su objetivo son que es la defensa del territorio son no violentas, así mismo
los momentos de mayor tensión en ocasión a los proyectos son de carácter político como
interlocuciones, diálogo y negociación, acciones colectivas pacificas como movilizaciones,
control territorial, plantones y de carácter jurídico respetuosos de las normas y de la legislación.
6. Alternativas de subsistencia
Para los U´wa su subsistencia radica en el respeto a su ley de origen, basado en los
conocimientos que sus antepasados dejaron sobre cómo protegerla y vivir en equilibrio con la
155
misma, de allí que desde la cultura (ritos de sanación, ayunos, medios de producción,
aprovechamiento de la naturaleza, la salud, el contacto con los colonos, la forma de casarse,
descendencia, educación) propongan soluciones al conflicto (con la petrolera y de la
administración del Parque Nacional el Cocuy) que nada tienen que ver con la mirada económica
y de desarrollo propuesta por occidente, se traduce en respeto al territorio, a la Madre Tierra, a
todo lo que para ellos esto significa: autonomía, conservación, no explotación.
7. Desarrollar un proyecto de vida soportado en la solidaridad y el bien común, y materializar
su derecho a la paz.
Para los indígenas Uwa, aunque desconocido en esos términos, proyecto de vida es la
materialización del cumplimiento de la ley de origen, de cumplir el mandato de SIRA, para lo
cual han sido creados por él, desde la cultura se ven como uno solo con la naturaleza, son un
sujeto colectivo, por tanto, su interés es común, y como se ha expuesto anteriormente la paz para
ellos es armonía con ellos, con la Madre Tierra (de ahí su defensa), con los animales, con lo
humanos hermanos menores o Riowa (blancos), con los no humanos. Este proyecto de vida se
formaliza – por utilizar un término de requisito para el Estado – a través del Plan de Salvaguarda
Uwa.
8. Resistencia no violenta mediante acción colectiva
La comunidad ha estado en resistencia, como algunos análisis académicos lo han
demostrado, desde épocas de la colonia, luego la republica con los proyectos de modernidad y
ahora el Estado a través del desarrollo, durante este tiempo han resistido a través del
fortalecimiento de su cultura, de su organización política, han adoptado, no como propias, las
dinámicas de “occidente” para autoprotegerse, tal es el empoderamiento frente a temas políticos,
legales y sociales que han podido sostener la lucha por generaciones, pues amenaza su
autonomía y pervivencia física y cultural. Como comunidad han realizado muchas acciones
colectivas, en distintos tiempos y por diferentes proyectos, casos que han sido analizados y
documentados en reiteradas ocasiones y desde diversas ópticas, sin embargo, para característica
puede dilucidarse en mayor detalle en el siguiente apartado, donde se hace un relato sobre el caso
Magallanes – objeto de este estudio – como una expresión de paz.
4.3 El caso Magallanes como expresión de paz en medio del
escenario del conflicto
El caso Magallanes fue un evento de gran relevancia desde varios ángulos y actores,
movilizó muchos entes frente al conflicto de intereses entre Ecopetrol y la comunidad Uwa, y
contó con un gran cubrimiento mediático, los hechos del caso ya fueron relatados en el capítulo 2 y
sintetizados en una infografía anexa a este documento, sin embargo, el interés en este apartado es
mostrar, desde Asouwa la manera en que se abordó el conflicto y los aprendizajes que de esta
experiencia quedan para continuar con la lucha y resistencia de la Nación Uwa, así mismo, que
estas precisiones aporten a otros movimientos o grupos sociales que en condiciones similares
deban asumir espacios de dialogo, concertación y entendimiento en medio de escenarios
conflictivos, con la consigna de la no violencia, como en efecto, lo ha logrado realizar la
comunidad Uwa.
157
Será la voz de la comunidad Uwa la que rememore en este apartado, a partir de la relatoría
del líder Heber Tegría14, cómo se llevaron a cabo las acciones en defensa de la lucha indígena en el
conflicto Magallanes.
“La lucha de los Uwa estuvo direccionado, y yo fui uno de los que estructuro esa defensa,
en tres líneas estratégicas. Uno, la línea jurídica, otro la línea política y otro la línea
cultural. En la línea cultural hubo algunos werjayas: Bocota, Circayo, Banaruwas, Inoso y
otros que botaron ritacha allá e hicieron un trabajo cultural, y los ayunos de Ata, y los
ayunos que realizaba el presidente [de la asociación] y algunos miembros del equipo de
Asouwa.
En la línea política estuvo todo el tema de visibilización ante los escenario nacional e
internacional sobre la reactivación de la lucha por la defensa de los territorio y los derechos
colectivos de la gran Nación Uwa, se empieza a retomar el proceso con Amozon Whatch,
con aliados de Amazon Whatch como Erik, la misma ONIC estuvo también, en su
momento, haciendo sus pronunciamientos y ante los medios de comunicación,
comunicados van comunicados vienen, entonces toda esta acción política estuvo
encaminada a visibilizar la problemática, a generar presión ante los medios, a generar
incidencias entre las entidades de gobierno lo que permitió que el Gobierno Nacional le
prestara atención a esta situación que se estaba presentando en la Nación Uwa.
14 Para efectos de la fluidez en el relato se transcribió omitiendo repeticiones, sin embargo, la esencia misma
de los argumentos no tuvo modificación.
Y en el tema jurídico, se conforma un equipo técnico, jurídico, que permitió realizar toda
una serie de acciones legales para frenar muchas de las posturas que el Gobierno Nacional
había tenido, y este equipo estuvo conformado por la compañera Aura Tegría quien
dinamizaba, apoyaba y contribuyo en este proceso de defensa Magallanes, pero como
aliados muy importantes estaba un geólogo que se llama Julio Fierro … él hizo un análisis
técnico sobre lo que sucedía y se corroboró que los argumentos que tenían los Uwa a nivel
cultural se podía traspolar, y se podía enriquecer, y argumentar con los elemento técnicos
que él como geólogo manejaba, también estuvo el abogado Fernando Valencia especialista
en Derechos Humanos, quien estructuró un documento que permitió argumentar porqué los
Uwa no permitían Magallanes, porqué los Uwa no permitían procesos petrolero en los
territorios y de esa manera con argumentos legales, objetivos y razonables se permitió que
se estructurara un documento bastante sólido, y también estuvo acompañando Tatiana
Vila, bióloga, que también hizo todo el análisis desde la biología, todo el impacto que iban
a tener estos proyectos petroleros, específicamente el proyecto Magallanes, por lo tanto se
permitió consolidar y estructurar un documento técnico con buenos argumentos que
permitió reforzar los argumentos culturales y sociales que tenemos nosotros los Uwa en
nuestro “Rita Ichawua”, entonces así fue como se estructuro la defensa. Estos tres
elementos y componentes fue lo que permitió generar toda una solidez en la lucha y la
defensa de los Uwa” (Tegría Uncaria , Líder Uwa, Consejero de la Organización Nacional
Indígena de Colombia - ONIC , 2020).
Este estratégico modelo, de influir en el conflicto desde diferentes ángulos, pero todos
ellos desde acciones no violentas, evidencia que la estructura política y social de la comunidad
Uwa es una fortaleza para los objetivos que como sujeto colectivo se trazan, como lo afirma el
mismo líder al indagarle por los aprendizajes que dejó la experiencia del proyecto Magallanes.
159
“Para nosotros significó una gran lucha, una gran apuesta por proteger nuestro territorio,
pero el gobierno no cumple, ese es el gran aprendizaje que uno concluye, el gobierno
incumple los acuerdos, sin embargo, dice que cumple, es lo contradictorio del gobierno…
El otro aprendizaje que nosotros tenemos como Nación Uwa es que definitivamente si
queremos defender nuestro territorio, defender lo que tenemos, tenemos que unirnos como
pueblo, si nosotros como pueblos indígenas y en este caso como Nación Uwa no
fortalecemos nuestra unidad, muy fácilmente llegará el gobierno o las grandes
corporaciones a invadir nuestro territorio, entonces eso es otro aprendizaje que tenemos
que luchar desde adentro, desde nuestros territorios… Los medios de comunicación juegan
un papel muy importante, los aliados, las organizaciones defensoras de los Derechos
Humanos y derechos ambientales son muy importantes en estos procesos, sin embargo la
fuerza, la contundencia y la claridad, deben venir desde nuestros territorios, desde nuestras
autoridades, desde nuestra propia organización, si nosotros sostenemos esa unidad, si
nosotros sostenemos esa estructura de organización pues seguiremos defendiendo y
protegiendo con mucha más fortaleza estos procesos, y en eso sí somos muy reiterativos,
de que la defensa de los Uwa por el aire, la defensa de los Uwa por el agua, la defensa de
los Uwa por el territorio beneficia no solamente a los Uwa, sino beneficia a la humanidad,
entonces el aprendizaje es que tenemos que seguir defendiendo nuestro territorio y más
ahorita que nos dimos cuenta en la época de pandemia en la que estamos, que se puede
paralizar la explotación de petróleo, se puede paralizar la economía del país por unos días,
pero lo que no se puede paralizar es la comida y la bebida de todos los habitantes de este
planeta, entonces creemos que ahora más que nunca los mensaje de nuestras autoridades,
de nuestros caciques, de nuestros werjayas, tienen muchísimo más valor porque nos damos
cuenta de que si no hay agua, y si no hay comida, más fácil llegan las enfermedades y nos
acaban” (Tegría Uncaria , Líder Uwa, Consejero de la Organización Nacional Indígena de
Colombia - ONIC , 2020)
Finalmente, y a manera de cierre, es preciso indicar que la comunidad Uwa, como sujeto
político tiene un alto nivel de incidencia en esferas de gobierno nacional y en espacios
internacionales, como se ha podido evidenciar a lo largo del estudio, sin embargo, este ostentoso
lugar, no ha sido fortuito, todo lo contrario, es el resultado de un trabajo de resistencia, de
aprendizajes y de empoderamiento que llevan construyendo desde hace un largo tiempo.
161
5. Capítulo 4. Conclusiones y recomendaciones
5.1 Conclusiones
Este estudio de caso se propuso analizar el escenario conflictivo entre Ecopetrol y
comunidad Uwa en torno a los procesos de comunicación – desde el nivel cultural, dialógico y
metacomunicativo – que tuvieron lugar en el marco del Proyecto Exploratorio Magallanes durante
los años 2012 a 2014, en este sentido, para la investigación fue necesario reconstruir, de manera
muy amplia, los hechos ocurridos durante el conflicto, sin embargo para comprender los hechos
que se iban registrando era imprescindible abordar muchas otras dinámicas que están implícitas en
la complejidad del conflicto; de carácter político, económico, social y cultural, de no ser así, la
posibilidad de análisis y de interpretación hubiese sido menos rigurosa que la aquí expuesta, en ese
comprender los significados de los procesos sociales que se generaban alrededor del conflicto, de
manera clara emergían las causas y las razones del relacionamiento entre los actores. A
continuación, se presentan las principales conclusiones del estudio de caso.
Frente a los actores del conflicto, como se pudo evidenciar en el capítulo dos a través de la
caracterización de los actores, éstos tiene marcadas diferencias culturales y dinámicas
completamente distantes, lo que provoca, en el marco de la interacción o del relacionamiento
discusiones, desacuerdo y el conflicto mismo, además con una posición de poder fuerte en cada
una lo que también genera tensión, por un lado la empresa Ecopetrol con dinámicas económicas y
productivas, situada en el poder a través del mercado y el capital, y por el otro la comunidad Uwa
con dinámicas de conservación y protección de la Madre Tierra situada en el poder originario –
que desde su visión es anterior al Estado y al mercado, por tanto es la válida- y que es reconocida
por las instancias y lógicas del Estado-Gobierno, quien además tiene la obligación de garantía.
Desde esta caracterización los dos actores se posicionan en medio del conflicto como pares, como
iguales, y como válidas cada una de sus posturas, por ello los procesos de concertación y
negociación son tensas, complejas y lentas, añadiendo a esto que cada actor internamente responde
a un sistema de gobierno en el que no es del todo autónomo para la toma de decisiones; en el caso
de Ecopetrol es regulado a través del gobierno corporativo que está dirigido al máximo beneficio
económico; y en el caso de la comunidad Uwa el sistema de cabildos y la asociación de cabildos
Asouwa quien representa a la Nación Uwa pero que además cultural y simbólicamente tiene otros
procesos para la toma de decisiones.
Frente al conflicto caso Magallanes, este caso fortuito e inesperado, ya que aparece
protagónicamente luego del evento del atentado, de manera estratégica se consolidó como un
impulso a la lucha indígena para buscar la garantía de los derechos demandados por décadas, al
parecer la intención del bloqueo por parte de los Uwa no fue, inicialmente, el desmonte de
Magallanes, pues sus pretensiones estaban ligadas – reitero, al parecer – al enterramiento del
Oleoducto Caño Limón Coveñas, en esas áreas, pues constantemente se producían atentados
generando daños al medio ambiente, situación que preocupaba a los Uwa y que ya habían
solicitado sin obtener respuesta, sin embargo, con intencionalidad o no, también de forma
estratégica – y no por ello inválida –los Uwa asumieron esta coyuntura para generar un dialogo
directo con instancias nacionales y empresariales del más alto nivel para concretar aquellas
demandas históricas que como comunidad indígena han realizado, una clara muestra del nivel
organizativo como comunidad y de la apropiación de los recursos “occidentales” para protegerse y
defender la Madre Tierra, lo que lo posiciona como interlocutor válido e igual, en las reuniones de
163
concertación y negociación que vinieron después, éstas fueron tensos encuentros donde cada actor
defendía sus intereses y pretensiones, sin embargo, a pesar de las diferencias y de las tensiones que
pudieran emerger en el diálogo fueron no violentas. Adicionalmente el caso, debido a la
importancia que tiene para la economía del país el Oleoducto y recordando que éste no fue
reparado sino después de 30 días, acaparó la atención de medios locales, nacionales e incluso
internacionales lo que, estratégicamente, visibilizó nuevamente la lucha indígena, generando
opinión publica en la población colombiana sirviendo de plataforma para los Uwa para incidir en la
resolución del conflicto, en este sentido, la empresa y el mismo gobierno quedaron minimizados,
este caso indiscutiblemente visibilizó la fortaleza de la comunidad Uwa, quienes a pesar del paso
del tiempo, continúan de manera determinante en la lucha y resistencia, de generación en
generación, esto quiere decir, que ésta no obedece a situaciones temporales, sino que la misma está
interiorizada en el ser Uwa como cultura.
Frente a la caracterización de comunidad de paz, los indígenas Uwa se han destacado como
no violentos, ya que sus acciones, aunque en medio de escenarios de mucho conflicto; de grupos
armados y fuerzas militares y con el desarrollo de proyectos, han sido registradas como resistencia
no violenta, sus demandas al respeto del territorio y a la cosmovisión Uwa como guardianes de la
Madre Tierra, han sido exigidas en el marco del respeto, el diálogo y el entendimiento, porque eso
mismo es lo que defienden, la armonía con el medio ambiente incluyendo todos los seres allí;
humanos, no humanos, espíritus y naturaleza, sin embargo, y como ha sido ampliamente
documentado por la academia, han estado en conflicto desde siempre, en la colonia, en la república
y hoy en el Estado-Nación. La caracterización como comunidad de paz obedece a la vinculación
que tienen con valores como el respeto, la solidaridad, la armonía y reciprocidad propias de
aquellos grupos que de forma autónoma conciben la vida en estos términos, para consolidar su
proyecto sustentado en estos valores, tienen un valor supremo, su cultura o ley de origen, sin
embargo, para interactuar con el estado éste se materializa en el Plan de salvaguarda, el interés por
caracterizarla desde este enunciado de la paz, es un reconocimiento a la apuesta permanente,
constante e irrestricta de lograr su pervivencia.
5.2 Recomendaciones
Se considera pertinente ahondar, en línea con la presente investigación, una mirada más
completa de los procesos comunicativos desde el actor empresarial, pues como se mencionó en el
documento, la información a la que se puede acceder de Ecopetrol es operativa y procedimental, no
hay posibilidad de interpretar desde allí aspectos tan necesarios de la interacción como lo es la
misma comunicación, ya se había indicado que esto obedecía a que quizá el interés de la empresa
no está en profundizar sobre dichos análisis o experiencias, pues no obedecen a su objeto social,
sin embargo dichos análisis pueden aportar a mejorar el relacionamiento y el entendimiento entre
las partes.
165
A. Anexo: Infografía caso Magallanes
167
169
Bibliografía
Algarra, M. M. (2008). La comunicación como objeto de estudio de la teoría de la
comunicación. Anàlisis, 151-172.
Asouwa. (26 de febrero de 2014). Comuncado a la opinión pública. Cubará.
Asouwa. (14 de 04 de 2014). Comunicado a la opinión pública. Comunicado a la opinión
pública. Cubará, Boyacá, Colombia: -.
Asouwa. (2014). Plan de Salvaguarda Nación Uwa. Cubara.
Asouwa. (2014). Plan de Salvaguarda NAción Uwa. Cubara.
Asouwa. (24 de febrero de 2015). Comunicado a la opinión pública. Cubará.
ASOUWA, A. d. (2013). Plan de Salvaguarda U`wa. Cubará.
Asouwa, A. D. (14 de abril de 2014). Comunicado a la opinión pública. Cubará, Boyacá,
Colombia.
ASOUWA, A. d. (2014). Plan de Salvaguarda . Cubará: ASOUWA.
ASOUWA, P. a. (25 de abril de 2014). Propuestas al Gobierno Nacional . Cubará ,
Boyacá, Colombia.
Barbeito Thonon, C., & Sampere , M. C. (2005). Introducción de conceptos: paz,
violencia, conflicto. Bellaterra.
Barth, F. (1976). Los grupos étnicos y sus fronteras . México: Fondo de Cultura
Económica .
Benavides, C., & Duarte, C. (2009). Gobernabilidad política, gobernanza económica y
gobiernos indígenas. Límites estructurales e interpretaciones divergentes de los
derechos pluriétnicos en el sistema general de participaciones. Analísis político ,
26-42.
CENIT - Transporte y Logística de Hidrocarburos S.A.S. (06 de 06 de 2020). Cenit-
Transporte.com. Obtenido de https://portal.cenit-
transporte.com:1443/CenitNominaciones/modulos/bto/pdf/Manualtransportador.pd
f
Cifuentes Gil, R. (2011). Diseño de proyectos de investigación cualitativa . Buenos Aires:
Ediciones novedades educativas de México.
Concha, P. C. (2009). Teoría de conflictos de Johan Galtung. Revista de Paz y
Conflictos, 60-81.
Cote, C. G. (15 de julio de 2020). Obtenido de Red Cultural del Banco de la República de
Colombia: https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-
historia/numero-266/de-la-concesion-de-mares-y-la-tronco-hasta-ecopetrol
Cubides, J. S. (12 de 05 de 2019). Sogeocol.edu.co. Obtenido de
http://www.sogeocol.edu.co/documentos/GLOBALIZACION.pdf
Dragón, A. G. (2011). Comunicación para el cambio social: clave del desarrollo
participativo. Signo y Pensamiento, 26-39.
Ecopetrol. (2017). Los No Convencionales, gas, recobro y apuestas fuera de Colombia.
E+ Ecopetrol.
ECOPETROL. (2020). Reporte Integrado de Gestión Sostenible 2019. Bogotá: Ecopetrol.
ECOPETROL. (s.f.). Ecopetrol. Obtenido de
https://www.ecopetrol.com.co/wps/portal/Home/es/NuestraEmpresa/QuienesSom
os/MarcoLegal/MarcoLegalContenido/!ut/p/z1/04_Sj9CPykssy0xPLMnMz0vMAfIjo
8zi_YzMnA09TQwDLEKcXA0CXb0sjX18XQwMHY30w_EpCPA10Y8iRr8BCnA0c
AoycjI2MHD3NyJHP7JJxOnHoyAKv_Hh-lF4rfA0xa8gwMOEgAJ
ECOPETROL S.A. . (2017). Reporte Integrado de Gestión Ssostenible años 2016.
Bogotá: ECOPETROL S.A. .
Galtung, J. (2003). Violencia estructural . Centro de Investigaciones por la Paz,
Fundación Gernika Gogoratuz .
García Jiménez, L. (2015). La teoría de la comunicación como matriz práctica para la
resolución de conflictos. Nueva época, 45-65.
García, M. R. (2007). SEDICI. Obtenido de
http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/30621/Documento_completo_.pdf
?sequence=1
Geertz, C. (2003). LA INTERPRETACIÓN DE LAS CULTURAS. Barcelona, España:
gedisa.
Giménez, G. (2007). Estudios sobre la Cultura y las identidades sociales. México:
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes .
Giménez, G. (2007). La concepción simbólica de la cultura . En G. Giménez, Estudios
sobre la cultura y las identidades sociales (págs. 5-17). Guadalajara :
Intersecciones .
171
Giménez, G. (2009). La cultura como identidad y la identidad como cultura. En Varios,
Identidad, cultura y política: perspectivas conceptuales, miradas empíricas (págs.
1-27). Cali: Universidad del Valle.
Guillen, A. (2007). La teoría latinoamericana del desarrollo. En G. Vidal, & A. Guillén,
Repensar la teoría del desarrollo en un contexto de globalización. (págs. 289-
518). Argentina: CLACSO Libros.
Gumucio-Dagron., A. (2002). Comunicación para el cambio social: clave del desarrollo
participativo. Signo y pensamiento , 26-39.
Harvard, U. d. (1998). Observaciones y Recomendaciones sobre el caso del Bloque
Samoré (Colombia) OEA. Washington, D.C.
Hernández Romero, Y., & Galindo Sosa, R. V. (2007). El concepto de intersubjetividad en
Alfred Schutz. Espacios Públicos, 228-240.
Herrera , Á., Uruburu, S., López Preciado , P., Sotelo, A., Rodríguez , C., & Rojas, Á.
(2008). Estado del arte de la investigación en comunicación y desarrollo en
Colombia. Bogotá.
Herrera Arango, Á. D., & Uruburu Giléde, S. (2009). Teorías, enfoques y estrategias de
desarrollo: el papel de la comunicación en el cambio social. Estado del arte de la
investigación en comunicación y desarrollo en Colombia 2002-2006. Hallazgos,
111-146.
Herrera Húerfano, E., Rugeles Gélvez, M., Sotelo Carreño, A., & Vega Casanova, J.
(2014). Emergencia del territorio y comunicación local. Bogotá: Universidad del
Norte.
Jerez Tegria, J. (24 de julio de 2020). Asesor Jurídico Asouwa. (A. H. Martínez,
Entrevistador)
Lombana, J., & Rozas Gutiérrez, S. (2008). Marco analítico de la competitividad
Fundamentos para el estudio de la competitividad regional. Pensmaiento y región
.
Martínez Carazo, P. C. (2006). El método de estudio de caso: estrategia metodológica de
la investigación científica. Pensamiento y gestión , 153-196.
Mayorga, F., & Córdova, E. (2007). Gobernabilidad y gobernanza en América Latina .
Instituto Universitario de Estudios del Desarrollo, Ginebra.
Mingol, I. C. (2018). Retos epistemológico-normativos de la investigación para la paz.
Revista de paz y conflictos , 143-160.
Mir, J. R. (22 de marzo de 2019). Gazeta de Antropología . Obtenido de
http://www.ugr.es/~pwlac/G24_37Javier_Rodriguez_Mir.html
Montañez Gómez , G., & Delgado Mahecha, O. (1998). Espacio, territorio y región:
conceptos básicos para un proyecto nacional. Cuadernos de Geografía: Revista
Colombiana de Geografía, 120-134.
MUÑOZ, F. A. (2001). La paz imperfecta ante un universo en conflcito . En F. A. MUÑOZ,
La paz imperfecta (págs. 21 - 66). Granada .
Muñoz, F. A. (2009). Clío y Eiréne. Una Paz conflictiva e imperfecta. Reflexión política -
Universidad Autonoma de Bucaramanga, 30-42.
Muñoz, F., & López Martínez , M. (2004). Historia de la paz. En B. M. Rueda, MANUAL
DE PAZ Y CONFLICTOS (págs. 45-65). España: Universidad de Granada .
Muñoz, F., & Molina, B. (10 de julio de 2020). Una paz compleja y conflictiva e
imperfecta. Obtenido de
http://www.ugr.es/~fmunoz/documentos/pazcompconfimperfdraf.pdf
Muñoz, Francisco A. (2001). La paz imperfecta ante un universo en conflicto. En F. A.
Muñoz, La paz imperfecta (págs. 21-66). Universidad de Granada.
Noboa Viñan , P. (2005). La matriz colonial, los movimientos sociales y los silencios de la
modernidad. En C. Walsh , & Otros, Pensamiento crítico y matriz colonial (págs.
71-110). Quito: Universidad Andina Simón Bolivar - Ediciones ABYA - YALA.
Organización de Estados Americanos OEA. (1998). Observaciones y Recomendaciones
sobre el caso del Bloque Samoré (Colombia). Washington, D.C.
Organización de Naciones Unidas ONU. (2008). Declaración de NAciones Unidas sobre
los derechos de los pueblos indígenas. Organización de Naciones Unidas ONU.
Organización Internacional de Trabajo OIT. (2014). Convenio No. 169. Lima .
Ortiz Ocaña, A. (2015). Enfoques y métodos de investigación en las ciencias sociales y
humanas. Bogotá: Ediciones de la U.
Pérez, R. (21 de septiembre de 1999). Comunicado Uwa a la comunidad nacional e
internacional. Cubará, Boyacá, Colombia.
Piamba, E. A. (2018). Participación comunitaria, gobernanza y gobernabilidad.
Experiencias de construcción de paz en el departamento del Cauca, Colombia, y
su aporte al posconflicto. El caso del corregimiento de Lerma. Estudios políticos -
Universidad de Antioquia , 51-72.
PJ, E. (18 de marzo de 2014). Youtube.com. Obtenido de
https://www.youtube.com/watch?v=aN3-EO7vyVg
173
Portilla Chaves, M., Rojas Zapata, A., & Hernández Arteaga, I. (2014). INVESTIGACIÓN
CUALITATIVA: UNA REFLEXIÓN DESDE LA EDUCACIÓN COMO HECHO
SOCIAL. Universitaria , 86-100.
Quijano, A. (1992). ColoniaIidad y modemidad/racionalidad. Perú Indigena, 11-20.
Quijano, A. (2005). El “movimiento indígena”, la democracia y las cuestiones pendientes
en América Latina. Polis, Revista Latinoamericana , 2-22.
Quijano, A. (2014). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina . En C. L.
Sociales, Cuestiones y horizontes: de la dependencia histórico-estructural a la
colonialidad/descolonialidad del poder (págs. 778-832). Buenos Aires: CLACSO.
Ruiz Olabuénaga, J. (2012). Metodología de la investigación cualitativa. Bilbao:
Universidad de Deusto .
Santoyo, G. J. (2001). Gobernabilidad Indígena y Territorio. Fundación Canadiense para
las Ámericas, 2 - 13.
Sen, A. (2000). Desarrollo y libertad . Argentina : Planeta Argentina .
Serje, M. (2003). ONGs, indios y petróleo: El caso U’wa. BIFEA - Bulletin de l'Institut
français, 104.
Servaes, J. (2000). Comunicación para el desarrollo: tres paradigmas, dos modelos.
Temas y Problemas de la comunicación , 5-28.
Servaes, J. (2000). Comunicación para el desarrollo: tres paradigmas, dos modelos.
Temas y problemas de la comunicación , 5-15.
Sunkel, O. (1970). El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo. México:
Siglo XXI editores .
Tegría Uncaria , H. (24 de 07 de 2020). Concepciones del mundo Uwa y Caso
Magallanes. (A. H. Martínez, Entrevistador)
Tegría Uncaria , H. (24 de 07 de 2020). Líder Uwa, Consejero de la Organización
Nacional Indígena de Colombia - ONIC . (A. H. Martínez, Entrevistador)
Thompson, J. B. (1993). Ideología y cultura moderna. México : Universidad Autónoma
Metropolitana .
Ulloa, A. (2004). La construcción del nativo ecológico. Bogotá, Colombia: Imprenta
Nacional de Colombia.
Uwa, C. (18 de 08 de 2016). Biblioteca Pleyades. Obtenido de
https://www.bibliotecapleyades.net/gaia/esp_gaia32.htm
Villalobos Monroy, G., & Pedroza Flores , R. (2009). Perspectiva de la teoría del capital
humano acerca de la relación entre educación y desarrollo económico. Tiempo de
Educar, 273-306.