castellani y la juventud hav

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CASTELLANI Y LOS JÓVENES 1. EL CRISTIANISMO ABSOLUTO 1 Hay una respuesta ruda de Cristo –que muchos no entienden- a un joven que quería ir a sepultar a su padre. En realidad, hay tres respuestas rudas a tres casos análogos 2 . - “Deja que los muertos sepulten a sus muertos” , ¿qué quiere decir eso?- me preguntó un distinguido médico, hoy finado. Se lo expliqué bastante mal. - Pero es que quería ir a enterrar a su padre... - Así es. Callé un momento y luego dijo: - El Evangelio es difícil... - Sí; cumplirlo más todavía que entenderlo: lo v entendiendo uno a medida que lo va cumpliendo, en realidad. No es de creer que Jesucristo reprobase el ir a enterrar a un muerto, lo cual es una obra de misericordia, ni el ir a despedirse de sus parientes. Él mismo cumplió puntualmente esos deberes de humanidad o de mera civilidad. No hay que imaginarse a Cristo como el chúcaro Pastor Brand de Visen: ése es un Cristo luterano y unilateral. 1 10-XII-54. 2 Lucas 9, 57-62. 1

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CASTELLANI Y LOS JVENES

1. EL CRISTIANISMO ABSOLUTO1Hay una respuesta ruda de Cristo que muchos no entienden- a un joven que quera ir a sepultar a su padre. En realidad, hay tres respuestas rudas a tres casos anlogos2.

- Deja que los muertos sepulten a sus muertos, qu quiere decir eso?- me pregunt un distinguido mdico, hoy finado. Se lo expliqu bastante mal.

- Pero es que quera ir a enterrar a su padre...

- As es. Call un momento y luego dijo: - El Evangelio es difcil...

- S; cumplirlo ms todava que entenderlo: lo v entendiendo uno a medida que lo va cumpliendo, en realidad.

No es de creer que Jesucristo reprobase el ir a enterrar a un muerto, lo cual es una obra de misericordia, ni el ir a despedirse de sus parientes. l mismo cumpli puntualmente esos deberes de humanidad o de mera civilidad. No hay que imaginarse a Cristo como el chcaro Pastor Brand de Visen: se es un Cristo luterano y unilateral.

Si el joven quera ser discpulo hubiese dicho a Cristo: Rab, s cun capital es seguir la voz de Dios cuando nos llama; ms an, s que es lo nico capital. Pero me gustara mucho ir a cumplir ahora, si es posible, con mi familia, la respuesta de Cristo hubiese sido afirmativa; ms an, si solamente lo hubiese pensado. Si Cristo respondi como respondi, es porque el candidato pensaba mal. Pona una condicin.

No se puede poner condiciones a lo Incondicional. El que pone condiciones a lo Incondicional est mal dispuesto a lo Incondicional, y por tanto, no lo puede recibir: no lo conoce siquiera.

El Cristianismo de Cristo (que no es el Cristianismo de C. Vigil) es como una especie de cura radical (que no es un sacerdote politiquero), la cual uno posterga lo ms posible y cuyo primer paso es un salto.

La respuesta de cristo no fue un simple: NO. En los tres casos fue una frase que al mismo tiempo que deniega, ensea: deniega para ensear, justamente. Qu ensea? Que la salvacin es algo absoluto, que est por encima de todas las consideraciones terrenas: en otro plano, simplemente. Para Cristo, el que no lo sigue a l, est muerto; el que lo sigue mirando atrs, no sirve para el Reino; y el que condiciona su llamado par Apstol a la retencin de bienes materiales, no puede ser Apstol.

El Cristianismo es algo absoluto, que no sufre el compromiso. Hoy da hay bastante proslitos de una religin pastelera, que relativiza el Cristianismo. Para muchos la religin es un poco de moralina y un poco de mitologa; y ella es lo bastante razonable y maleable para adaptarse a las exigencias de la vida, -es decir, a las exigencias del mundo. Para sos pronunci Cristo esas tres frases netas y rudas. La relacin del hombre con Dios es un Absoluto, una cosa que introduce la Eternidad en el Instante.

Teme a Jess que pasa y no vuelve, decan los antiguos (...). Cuando Dios nos llama, nunca sabemos si sa no ser la ltima llamada. As aconteca en la vagabunda vida del Maestro: una vez pas por Corozan, una vez pas por Bethsaida. No lo recibieron. Y no volvi.

Pero si los tres jvenes remisos hubiesen seguido decididamente a Cristo que pasaba, puede que el mismo Cristo les hubiera mandado volver atrs a arreglar sus cosas. Los deberes comunes, la moral social, y aun la simple cortesa, una vez abrazado Dios con toda el alma, no son eliminados sino transfigurados. Eso s, nada debe ser obstculo para abrazar a Dios, ni lo ms respetable del mundo, como es la moral social: la cual suele escandalizarse de las actitudes netamente religiosas. Pero dichosos aqul que de M no se escandalice3.

Visen quiso pintar lo Absoluto del Cristianismo, y retrat en su gran poema dramtico Brand un prroco salvaje que con la divisa Todo o nada y el grito: Abajo el compromiso! no acude al lecho de muerte de su madre si sta no abandona primero todos sus bienes; deja morir a su hijo y su mujer por no mudarse de un lugar insalubre (que a l no le haca nada); cierra su iglesia porque es muy chica; pretende edificar otra enorme sobre un glaciar; y perece all aplastado por un alud; horrenda caricatura del dulce Suren Kirkegor, a quien tom (segn dicen) de modelo para su desaforado poema.

Kirkegor dijo: Todo o nada. Tambin lo dijo San Juan de la Cruz. Pero lo aplicaban a s mismos antes que a los dems, y a los dems con infinita indulgencia y delicadeza como Cristo-, lo cual no quiere decir con blandenguera y sin energa.

2. LA MORAL CRISTIANA EN CONFRONTO

La moral cristiana se ha desledo y edulcurado en el ambiente comn. El Liberalismo lo ha hecho. Las virtudes se han amansado y anemiado. Incluso la palabra virtud suena un poco ridcula y ya no significa fuerza y virilidad como entre los romanos y los griegos (virtus, arete de vir y de aner, varn) sino ms bien debilidad. La virtud actual es una cosa para viejas; y en la mujer se reduce a la castidad externa, o sea a la defensa de su honra, lo cual no dir que no sea importante. No es todo.

No olvidar que el Liberalismo es una hereja cristiana: pasa por alto el pecado original, cree que el hombre es naturalmente bueno, y por ende no necesita de Sacramentos, ni de la oficina de los Sacramentos, la Iglesia, aunque la religin en s puede tolerarse; pero todas las religiones son buenas... lo cual equivale a decir, vive Cristo, que todas las religiones son malas.

El Catolicismo Liberal emascul y abland las virtudes catlicas: el liberal es muelle. Incluso las falsific introduciendo una falsa Prudencia Justicia Fortaleza Templanza. Le sigue hablando de ... e incluso se sigue alabando al Prudente, al Valiente, al Moderado; pero esas palabras ya no significan lo mismo que en los grandes siglos cristianos, cuando Martn Fierro distingua tan bien entre la Prudencia y la Astucia, entre la valenta y el matonismo en que l cay de joven.

LA PRUDENCIA

(...) Se introdujo una Prudencia remirada, egosta y cobardona: el no te mets, p.e. Pero esta Primera de las virtudes, sin la cuan ninguna es virtud, es un conocimiento, el conocimiento de lo hacedero y de lo faciendo, de lo agendo, de lo que hay que hacer; y este conocimiento est cimentado en el conocimiento de la Realidad: no es un mero timoratismo, es un conocimiento.

Cuando hacemos una imprudencia, malconocemos lo agendo; cuando malconocemos lo agendo, desconocemos la realidad; cuando desconocemos la realidad, pecamos. El que peca se pone delante como un bien lo que en realidad es un mal; de modo que se puede decir que el Bien es lo real, es mal es una equivocacin acerca de lo real realsimo, conforme al viejo apotegma de Scrates de que todo pecado es un error. Si uno dice: es nada ms que un error, se equivoca, pero si dice es un error, dice bien.

La Prudencia pues, siendo el ojo que encuentra el camino, no tiene por qu se ni astucia ni picarda ni sobrecautela ni precaucionismo ni clcul ni contnuo desconfo y avizoro, ni mucho menos cobarda; al contrario, la Prudencia no existo sino junto con su hermana la Fortaleza o Valenta. Al contrario del proverbio italiano de que soldado que huye sirve para otra vuelta y del proverbio cataln de los que disparan, algunos se salvan, la Prudencia sabe que en muchos casos lo ms imprudente de todo es disparar; y lo ms prudente, acometer. Y as Mussolini, que era italiano, dijo una vez que la primera virtud del Gobernante era la Prudencia; pero la segunda, sin la cual la primera no sirve, era la imprudencia; queriendo decir que la prudencia no excluye, antes reclama el bro, la osada, la valenta, el golpe; en una palabra, la virtud de la Fortaleza.

No olvidemos pues que la Prudencia es la recta ratio agibilium, la recta apreciacin de lo agendo y lo agible, o sea, la gua para hacer el bien; y el bien a veces pide lucha, esfuerzo, osada; el bonum arduum que decan los antiguos, el bien arduo, como lo son todos los bienes grandes, y en realidad de verdad todos los bienes verdaderos.

Yo he recogido en mi vida religiosa demasiada experiencia de la falsa prudencia, que San Pablo llama prudencia segn la carne3: la prudencia catalana que consiste en dispara siempre. Tres veces el original de un libro me ha sido devuelto por un religioso editor con las palabras: Es una buena obra; nos gustara publicarla pero no podemos por prudencia: tenemos miedo. Palabras textuales de una tarjeta acerca del Evangelio de Jesucristo. La primera vez me dio rabia y dije: Los Padres del Verbo Divino tienen miedo del Verbo Divino; pero la segunda vez me consol diciendo: Puede ser seal de que es literatura viva y no literatura muerta. Como es viva se mueve; y ellos al ver un bulto que se menea creen que puede ser un tigre o una vbora; y es un perro guardin, un manso y leal mastn.

La Prudencia del Liberalismo, la prudencia segn la carne est aguada; la Justicia del liberalismo est mutilada: es meramente negativa y conduce a la llamada Justicia Conmutativa; y sa, no entera ni completa.

LA JUSTICIA

La Justicia burguesa se reduce al contrato: do ut des (...): considera un cambio de bienes al modo comercial: yo te doy 10.000 pesos, pero me debes devolver 15.000, o bien otro bien equivalente, o al menos una ilimitada gratitud, alabanzas, favores, servicios o lo que sea. El Liberalismo ha ido tan lejos en esto que ha llegado a definir el Estado y la Nacin como un CONTRATO, el Contrato Social. (Esto es un disparate fenomenal, que no voy a refutar ahora. La Nacin no surge de un contrato ni explcito ni implcito entre todos los connacionales como imaginan Rousseau y despus Surez-, sino que surge de un movimiento natural del hombre, animal poltico que dijo Aristteles, el cual movimiento requiere la Autoridad, la causa eficiente de la sociedad, y por ende el Mando y la Obediencia. Y en este sentido solo decimos que la Autoridad viene de Dios, no inmediatamente, sino a travs de la Natura, creada por Dios).

De modo que el Liberalismo elimina la Justicia Distributiva (del Jefe para los sbditos) y la Justicia Legal (de los sbditos para con el Jefe): y una vez hecho el Contrato Social (elegido el Presidente), los sbditos no tienen ms deberes para con l, y l puede hacer lo que se le antoja. Lo nico que queda es el ordo partium ad partes (el orden de las partes a las partes), eliminando el ordo partium ad totum (el orden de las partes al todo) y el ordo totius ad partes (el orden del todo a las partes), que son las ms importantes de la Justicia, la cual exige al Gobernante que distribuya bien los castigos, premios, trabajos, puestos y privilegios, segn los mritos, y que busque y alcance el Bien Comn de todos, lo cual le es exigido acrrimamente, es su deber ms estricto, o sea el orden del todo a las partes, o Justicia Distributiva. Y a su vez los sbditos deben al gobernante legtimo respeto, apoyo y obediencia, o sea el orden de las partes al todo, o sea, Justicia Legal; y estos dos rdenes son mucho ms trascendentes que el orden de las partes a las partes o Justicia Conmutativa.

Ni este orden siquiera guarda el Liberalismo, pues este orden no se reduce a cumplir los contratos, pagar las deudas y no emitir cheques en blanco, lo cual desde luego debe hacerse. La Justicia cristiana tiene dos partes, negativa y positiva; y la Justicia actual se contrae a una parte de la parte negativa: no daes. Es poco.

La Justicia cristiana est toda encerrada en la norma conocida: No hagas al otro lo que no quisieras te hagan a ti, que encontramos en boca de Jesucristo, y en la Ley de Moiss, y en el antiqusimo libro chino Las Analectas de Confucio traducido por A. Waley. Es negativo: dice no hagas, no dice: Haz a los otros lo que quisieras que te hicieran a ti, porque eso es falso: yo no puedo querer para todos los otros lo lo que quiero para mi, p. e., que escriban libros o que digan misa, porque ccual es ccual. Yo quiero que se editen mis libros, pero no puedo querer, por ejemplo, que se editen los libros del P.P. o del P: R. R., los cuales sin embargo editan antes que los mos. Pero eso no es Justicia ni positiva ni negativa.

El famoso Proudhon, en su libro La Justicia en la Revolucin y en la Iglesia, reprocha a la Iglesia su Justicia puramente negativa, segn l, porque estaba rodeado el ao 1858 de la Justicia del Capitalismo y el Catolicismo Liberal, y crea sa era toda la Justicia cristiana. Pedro Jos Proudhon, el famoso autor de La Propiedad es un Robo(y debajo: Este libro es propiedad del autor), fue un anarquista, pero un proletario honrado y de buena fibra; de una ignorancia impresionante. A pesar de haber sido seminarista, ignoraba la parte positiva de la Justicia cristiana, la ms esencial. Donoso Corts lo tiene por demonaco. Puede ser. Pero ms parece un ignorante, sembrado de virtudes cristianas que se han vuelto locas.

Lo positivo de la Justicia cristiana est contenido simplemente en el precepto: Amars al prjimo como a ti mismo (Mateo 22, 39; Lucas 10, 27)), lo cual es mucho ms que decir no daars al prjimo. Decir como a ti mismo es decir que yo soy uno y el prjimo es otro, y despus equipararlo conmigo, lo cual es el efecto propio del amor. Eso significa que el prjimo tiene cosas suyas, que son distintas de las mas, y no se reducen solamente al dinero, y esas cosas positivamente yo se las debo, no de limosna sino de Justicia: si tiene hambre, yo le debo una parte de mi pan; si est perseguido, yo le debo mi defensa; si merece un puesto, yo debo drselo y no excluirlo para ponerme yo; si es ignorante, yo le debo mi saber. Deste modo, la definicin pagana de ala Justicia: dar a cada cual lo suyo se ampla por obra del amor maravillosamente. En la Justicia natural, el tener yo saber no me crea ninguna obligacin, lo imparto o comparto si quiero; peor en la Justicia cristiana, que considera el saber un don de Dios, nace la obligacin de la Caridad de trabajar para compartirlo. Pero entonces es Caridad y no Justicia. La Justicia en el cristiano est envestida de la Caridad, o sea el Amor, lo mismo que todas las otras virtudes, como veremos. Dad a los que no os pueden devolver nada, dijo Jesucristo, ni siquiera es gratitud (Lucas 6, 35), Nace ek Buen Samaritano. El buen samaritano da compasin, ayuda, dinero, tiempo y cuidado a un desconocido que topa y que es, religiosamente, su enemigo. Bien, se es tu prjimo, dice Jesucristo (Lucas 10, 29-37).

En suma, la Justicia cristiana consiste en reconocer al otro como persona, no como algo mo, sino como EL EN S, munido de toda clase de derechos; y entonces volverme dese modo deudor de todo el mundo, como deca San Pablo de s mismo (Romanos 1, 14). Lejsimos de la ruin Justicia burguesa, comercial y liberal, que tiene como mxima alabanza: Yo no debo nada a nadie: ese hombre no debe nada a nadie. La alabanza verdadera es: Yo me debo a todos.

El efecto de la Justicia es conservar el orden en las relaciones humanas; y ese orden despus de Jesucristo no se puede conservar sino por el amor, digamos por una exageracin del despego de s mismo, para lo cual es necesaria la Fortaleza.

LA FORTALEZA

Todo el mrito de la Fortaleza viene de la Justicia dice Santo Toms. Fortaleza significa simplemente Valenta y se define: la aptitud para acometer peligros y soportar dolores. De Luis XVI de Francia escribi Hiplito Taine: Tena todas las virtudes de los cristianos, pero no las de un Rey. Se equivoca grandemente: la Fortaleza, que le falt a Luis XVI (aunque no en el momento de su muerte santa), es estrictamente una virtud del cristiano, aunque no del cristiano liberal. La cobarda puede ser pecado mortal y Jesucristo tena verdadera inquina a la cobarda. En el Apocalipsis (21, 8) San Juan enumera una cantidad de condenados al fuego, y entre ellos pone los mentirosos y cobardes, que faltan a la Justicia y a la Fortaleza.

La falsificacin liberal de la Fortaleza consiste en admirar el coraje en s, con prescindencia de su uso, o sea, prescindiendo de la Prudencia y de la Justicia. Pero el coraje aplicado al mal no es virtud, es una calamidad, es la palanca del Diablo dice Santo Toms.

El coraje en s puede ser una cualidad natural, una especie de furor temperamental, una ceguera para ver el peligro, o una estolidez en soportar males que no se deben soportar. Ente nosotros, por ejemplo, es usual admirar y encarecer a Sarmiento porque era corajudo. Est bien, pero falta ver todava si aplic ese coraje, que le vena simplemente de haber nacido sanjuanino, a una buena causa o a una mala causa, como por ejemplo, la exaltacin soberbia de s mismo; si la aplic a buenas causas lo nombraremos prcer. En un discurso para la inauguracin de un busto a Rosas en Senz Pea (Chaco) Marianito Grondona dijo que estaba dispuesto a reconocer a Rosas como un hroe si los rosistas reconocan a Sarmiento como un hroe, aunque no con estas palabras. Dijo literalmente: Debemos venerar y honrar a todos nuestros prceres, porque somos una nacin joven, que no tiene muchos, prescindiendo de sus defectos, de sus fallas y hasta de sus crmenes, dijo el orador. Un momento: un hroe que hace crmenes no es hroe; y nosotros no podemos prescindir de sus crmenes. Mejor es que caigan Rosas y Sarmiento, antes que amontonarlos a los dos en una coyunda comn. Ninguno de os dos fue prcer, en todo caso, Marianito.

Lavalle era un prcer y mat a Dorrego; pero Dorrego tambin es un prcer y los dos tienen su estatua en la misma calle a 300 metros de distancia. En la realidad estuvieron tan distantes como la Muerte y la Vida; pero ahora estn juntitos en el abrazo luminoso de la inmortalidad que dice Marianito Grondona. Creo (y corrjanme si me engao) que Lavalle no tuvo ms virtud de Fortaleza que el coraje para pelear el la guerra, fue un buen sable, la virtud del tigre y del toro, no la virtud del cristiano, incluso tomando cristiano en el sentido criollo de humano, de hombre racional. Fue un poco bobo.

La Fortaleza no excluye el miedo, solamente lo domina; al contrario ella est fundamentada en un miedo, en el miedo profundo del mal definitivo, de perder mi propia razn de ser. La Fortaleza se basa en que el hombre es vulnerable, el ngel no puede tener Fortaleza porque no puede recibir heridas. La Fortaleza consiste en ser capaz de exponerse a las heridas y a la muerte (el martirio, supremo acto de la virtud de Fortaleza) antes de soportar ciertas cosas, de tragar ciertas cosas y de hacer ciertas cosas. No existira la Fortaleza o Valenta si no existiera el miedo (el miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente), y tampoco si no existiera la vulnera-bilidad (...).

La virtud de la Valenta no supone no tener miedo; al revs, supone un supremo miedo al ltimo y definitivo mal, y el miedo menor a los males de esta vida captados en su realidad real; de acuerdo a la palabra de Cristo: No temis tanto a los que pueden quitar la vida del cuerpo; temed ms al que puede cuerpo y alma condenar para siempre (Lucas 12, 5). No dice: No temis nada, porque eso es imposible: el prudente naturalmente teme los males naturales captados en su realidad real, no en imaginaciones... Dice Cristo: temed menos; y en caso de conflicto que el temor mayor venza al menor, impidindonos perder el alma, aun a costa de perder la vida.

De ah que los dos principios precipuos de la Fortaleza son acometer y aguantar; y este ltimo es el principal; dice Santo Toms inesperadamente. Cmo? No es mejor siempre la ofensiva que la defensiva, la actividad que la pasividad? Santo Toms parece apocado, ,parece aconsejar agacharse y aguantar ms bien que atacar; y el mundo siempre ha tenido el ataque por ms valeroso que el simple aguante.

Santo Toms tiene por ms a la Paciencia que al Arrojo; pero no excluye el Arrojo cuando es posible, al contrario; con otra proposicin paradojal dice que la Ira trabaja con la Fortaleza y hace parte della.

Oh argentinos, que nos sois capaces de airaros y os refugiis en la pasividad resentida! No sois fuertes, no sois tan siquiera pacientes.

En la condicin actual del mundo, en que la estupidez y la maldad tienen mucha fuerza, hay muchos casos en que no hay chance de lucha; y aun para luchar bien se necesita como precondicin la paciencia; y a veces el sacrificio. He aqu que os envo como corderos en medio de lobos (Mateo 10, 16). El acto supremo de la virtud de la Fortaleza es el martirio, pero la Iglesia ha llamado siempre al martirio triunfo y no derrota.

La Ira recta arroja al hombre recto al ataque, o al menos lo mantiene es su puesto: airaos sin pecar dice San Pablo (Efesios 4, 26), de lo cual el dio grandes ejemplos, o sea, indignaos ante el Mal sin frenis ni desorden. El hombre que no puede indignarse no es hombre; ni tampoco mujer: es un cuitadillo [apocado, de poca resolucin y nimo]. La recta indignacin es el permanente motor del paladn: ella presta y aumenta sus fuerzas. La Ira desordenada es uno de los pecados capitales; pero la Ira de suyo es una pasin natural, que como todas ellas puede ser buena o mala segn sea o no gobernada por la razn.(...)

Existe un concepto vulgar de que la virtud consiste en la ausencia de pasiones y la santidad en la eliminacin de las pasiones: es erradsimo. Las pasiones son fuerzas naturales del hombre, sin las cuales no podemos hacer nada grande ni chico, no podemos camina: los afectos son los pies del alma, dice San Agustn. El burgus se disgusta ante cualquier apasionamiento, le parece que se quiebra la correccin o la buena educacin: Vamos, paz, paz, querido: no te atufes: despacio, despacio!. Esta virtud pacata que consistira en la eliminacin de las pasiones es el falso concepto de los estoicos antiguos, de los modernos liberales, y de la religin y cosmovisin budista: un Schopenhauer, p.e.; pero eso no es virtud, ser correccin a lo ms, y a lo menos, es debilidad, insensibilidad y apata. Para que triunfen los malos en el mundo, basta que los buenos no hagan nada. Por eso en la Argentina los malos gobiernos se ponen a gritar: Paz, tranquilidad, reencuentro de todos los argentinos buenos y malos!. Pero eso, la mezcolanza del bien y del mal en la falsa tranquilidad burguesa, se es el reencuentro en la ignominioa y no en la Paciencia.

Ten cuidado con el hombre paciente: es peligroso- dijo uno. Por qu? Porque espera su momento. La paciencia consiste formalmente en no dejarse derrotar por las heridas, o sea, no caer en tristeza desordenada que me abata el corazn y perturbe el pensamiento; hasta hacerme abandonar la Prudencia, abandonar el bien o adherir al mal; y en eso se ejerce una actividad enorme. Soportar es ms fuerte que atacar; y por eso las mujeres tienen muchas veces ms Fortaleza que los varones: y por eso una buena mujer que ha soportado toda la vida a un mal marido ha hecho quiz una hazaa mayor que si le hubiera dado un garrotazo; aunque eso tambin puede servir a veces.

Otra vez volvemos los ojos al error moderno y plebeyo; considerar la paciencia como la actitud lacrimosa y pasiva del corazn destrozado, que dicen. Al contrario, la paciencia consiste en no dejarse destrozar el corazn, no permitir al Mal invadir mi interior. Por tanto en el fondo se basa en la conviccin o en la fe en mi ltima invulnerablez, en mi inmunidad definitiva. Pase lo que pase, al fin yo voy a vencer, cree el cristiano; y hasta el fin nadie es dichoso. Aunque sea a travs de la muerte, si es inevitable; pero si no es inevitable, no. (...)

De donde se ve que la Prudencia pisa y pende de la virtud de la Esperanza sobrenatural, lo mismo que la Fortaleza, y no del apocamiento y la debilidad.

(...) la paciencia no consiste en el sufrir sino en el vencer el sufrimiento: eso no lo sufro yo-dijo el Valeroso. Sufrir y aguantar no es lo mismo: aguantar es activo, y es pariente de aguardar y aguaitar.

Con razn dice Pieper que la Fortaleza o Valenta atraviesa los tres rdenes humanos, el Pre-orden, el Orden, y el Super-orden, y est integrada con ellos. El Pre-orden en este caso es el coraje natural, el instinto de agresin en el varn sobre todo, y de la resistencia en la mujer sobre todo, que lo poseen lo mismo el ser humano que el len o el mastn, y depende mucho del cuerpo, temperamento y temple; el Orden es el coraje ordenado por la razn y devenido valenta o valor; y el Super-orden es la virtud moral de la Fortaleza, pendiente de la virtud supernatural de la Esperanza, la cual informa a los otros dos rdenes y los robustece o se los incorpora; de tal modo que puede darse un hombre tmido cansado, entristecido y castrado de lo natural, que haga grandes fortalezas en virtud de su virtud sobrenatural como se ha visto en dbiles mujeres y enferma, de Ilapa como aquella santa que estaba embarazada y era una esclava - en el tiempo de los triunfos de los mrtires.(...)

LA TEMPLANZA

A la Fortaleza sigue la ms chica de las virtudes cardinales, la Templanza o Temple (propongo se denomine a las virtudes cardinales discriminacin, Ecuanimidad, Valenta y Temple), la ms pequea pero la ms urgente y cotidiana: la ms pequea porque dice respecto a s mismo y no en relacin con los dems, es individual y no comunitaria; pero su falta estropea o debilita todas las otras virtudes, hasta hacerlas desaparecer a veces. La Lujuria, p.e., produce imprudencia, injusticia cobarda estropea las otras virtudes.

La Templanza, para el burgus, consiste en no hacer excesos peligrosos, evitar el escndalo y, si acaso, no ser casto pero ser cauto: usar el preservativo; en suma, ser moderado en todo, como dicen, dando a moderado el sentido de mediocre. O sea, la Templanza burguesa se vuelve puramente negativa, como la Prudencia burguesa, la Justicia burguesa y la Fortaleza burguesa. Pero la Templanza es una virtud positiva, consiste en el recto uso de los placeres y tambin, por supuesto, en la recta exclusin de algunos placeres; tanto es as que entre las ramas de la Templanza existe una virtud poco conocida hoy que los griegos llamaban eutrapelia: la virtud de saberse divertir, el arte de divertirse bien, es decir, mucho. (,,,) Santo Toms diserta muy sabiamente acerca de la eutrapelia, que creo que para l consista principalmente en leer libros y dar clases (...)

(...) porque la Templanza, as como comprende la abstinencia, la continencia y la rdenuencia, tambin comprende la eutrapelia, ala habilidad, la sociabilidad, la gracia en el hablar, el viajar, el cantar (pero cantar bien), el nadar, el domar potros (aunque esto tiene algo de la Fortaleza), el gusto artstico, el huir de los necios, el no comprar diarios y ... la buena cocina. La mala cocina es un pecado contra la Templanza.

-Cmo me mhi divertio anoche! dijo el salteo. -Y qu hiciste? Com arroz con leche.

La Templanza es catlica, la moderacin es protestante. Si la Templanza consistiese en la mera correccin externa del burgus, entonces los puritanos seran prodigios de virtud; y el Puritanismo, que rechaza todos losplaceres o se avergenza de los inevitables o indispensables, condena al teatro, la pintura y todas las bellas artes y se pasa la vida oprimiendo a sus hijos y a los prjimos, no es virtud sino vicio: es el fanatismo de la negatividad. Esos dos grandes escritores ingleses, Chesterton y Belloc se pasaron la vida alardeando de su aficin a la cerveza y su aficin al vino respectivamente; y sus adversarios los tachaban de bohemios, viciosos y borrachos; y en realidad era el gusto de rersele en la cara al Puritanismo ingls; y creo que hicieron ms apologa cristiana con sus vidas alegres que con todos sus libros de Apologtica, Belloc escribi un largo poema al vino, (...), que es una de las cumbres de la poesa inglesa, tan rica hoy da; donde junto con el vino anda el viajar, el dirigir un velero, el hacer bromas, el hacer versos, el cenar con los amigos, el corregir los deberes de los hijos, pelearse con la mujer, polemizar con los protestantes toda la eutrapelia (...)- para acabar con la buena muerte y el Santsimo Sacramento. Al pobre Belloc le vino por permisin de Dios un diluvio de desgracias al fin de la vida y tuvo que ejercitar la paciencia mucho ms que la eutrapelia; pero sus cincuenta o sesenta aos de eutrapelia no se los quita nadie. San Hilario Belloc: Hilario significa alegre, de donde viene hilaridad; y es otra de las palabras latinas que hemos perdido, hlaro, alegre.

CONCLUSINEn suma, el Liberalismo corrompi las virtudes cardinales naturalizndolas (puesto que el Liberalismo es Naturalismo religioso) y mutilndolas (puesto que al Liberalismo le falta grandeza, es la idiosincrasia del comerciante); y en consecuencia suprimi las virtudes teologales, la Fe, la Esperanza y la Caridad.

La virtud es lo ms all que un hombre puede ser; el ensanchamiento, la plenitud del ser humano en cuanto humano, pero Cristo aadi otra plenitud, la plenitud del ser humano en cuanto sobrehumano, o sea elevado al orden sobrenatural.

3. EPLOGO PARA JVENES4Castellani: Yo creo que a los jvenes el mensaje que hay que darles es decirles que se formen, si les es posible. Pero como anda tan mal la Universidad, que busque un buen maestro y que se atengan a las direcciones de l y que trabajen en instruirse de tal manera que se formen. Y al mismo tiempo que estn atentos al estado argentino, sin intentar hacer poltica, porque los jvenes no sirven para la poltica, dice Aristteles, por falta de experiencia. Pero s sirven para enterarse ellos de cmo andan las cosas y eso es formarse para un joven. Estar atentos a lo que est pasando, a la vida real. Y eso hasta que llegue el momento, hasta que las circunstancias les permitan actuar. Y tienen que hacer poltica todos porque hoy da las cosas estn tan mal que3 todo el mundo tiene que preocuparse por la carrera del gobierno y no dejar a un grupo de especializado que gobierne y pasar la vida fuera de eso. No se puede ya. Es necesario interesarse en la marcha de la nacin.

Periodista: Esa formacin de la que Usted habla, debera basarse en el catolicismo?

Castellani: Esa formacin tendra que ser con sentido catlico. La mejor es sa. Y no creo que haya otra posible.

SANTA TERESA DE JESS:

Oh cristianos!, tiempo es de defender a vuestro Rey y de acompaarle en la gran soledad, que son muy pocos los vasallos que le han quedado y mucha multitud acompaa a Lucifer; y lo que peor es, que se muestran amigos en lo pblico y vndenle en lo secreto; casi no halla de quin se fiar

Exclamaciones (10), escritas en diferentes das, conforme al espritu que le comunicaba nuestro Seor, despus de haber comulgado (1569).

1 10-XII-54.

2 Lucas 9, 57-62.

3 Mateo 11, 6.

3 Romanos 8, 6.

4 Conversaciones con el Padre Castellani, Pablo Jos Hernndez, Bs. As., Colihu, 1977, p. 123-125.

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