catarsis la lucha libre mexicana

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Catarsis la lucha libre mexicana Llaves y mentadas

INTRODUCCIN

L

a arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emocin. En el ring luchaban los cuatro rudos, dolos de la aficin El Santo, el cavernario, Blue Demon. ... Quin no ha escuchado esta cancin sin tener como referente

las leyendas de lucha libre mexicana? Resulta interesante observar como se comporta la gente ante determinadas situaciones o eventos, en donde el anonimato o la prdida de identidad juegan el papel ms importante. Las arenas de lucha libre son el ejemplo perfecto de estas conductas alteradas, que dan inicio cuando de los tneles salen los luchadores; a la derecha los tcnicos, a la izquierda, los rudos, posan y apuntan con el dedo hacia al pblico que los venera o insulta, segn sea el caso. En el escenario, cientos de asistentes les brindan aplausos y gritos. Muchos otros les mientan la madre. Los alaridos atraviesan el tinglado. Cmara, cmara, ya me aburrieron hijos de su re madre! Y muchos se carcajean, otros vitorean o simplemente aplauden. Cada da de lucha libre es un da de fiesta en cualquier arena donde se realiza un evento de esta ndole, porque la lucha libre, con todo lo que conlleva este fenmeno, lo hace un verdadero caos, que al verlo nos deslumbra, pues en l todos participamos como protagonistas de la obra o como observadores, un espectculo donde hay tantos insultos que hasta las madrecitas santas salen raspadas. Esto hace que acudamos a observar a los luchadores y tomar partido por algn bando, pues ellos representan el eterno enfrentamiento entre el bien y el mal. De esta manera, los aficionados se desahogan en esta catarsis llamada lucha libre, que vuelve locos a psiclogos y antroplogos.

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Me gustara comenzar por definir que es la psicologa de las masas como base para entender el comportamiento de las masas en el escenario de una arena de lucha libre. La Psicologa de las Masa es la rama de la psicologa orientada a la comprensin de la conducta de las personas dentro de grandes grupos, multitudes y sociedades, y a la relacin de dicha conducta con la base biolgica y el entorno cultural. Segn los expertos en la psicologa de masas, la visin que una persona tiene de su identidad depende de la capacidad para meditar sobre sus propias acciones, as como de la capacidad para responder a las acciones de los dems. Las teoras de la psicologa de masas intentan explicar la influencia que ejercen las acciones de grandes grupos sociales sobre la identidad. Esto es de vital importancia para entender el comportamiento de las masas en las luchas, el porque las personas se apasionan con una mscara, o con un luchador corpulento de abundante cabellera. Son los prototipos a seguir, son los personajes en los que se ven reflejados. Qu es la lucha libre? Sus publicistas suelen anunciarla como un deporte-espectculo. Los

antroplogos pueden hablar de ella como una representacin mtica en la que estn en disputa los smbolos del bien y del mal, en la que se ponen en escena los valores de la sociedad personificados como hroes o villanos que hacen las veces de dolos. Los politlogos seguramente recordarn aquello de al pueblo pan y circo y dirn que es una forma de alienacin prefabricada que forma parte del aparato ideolgico de dominacin como el ftbol, las telenovelas o la msica pop. Tal vez para el socilogo el pblico que paga boleto de entrada a la arena o lugar donde se lleva a cabo, mayoritariamente de clase baja, acude a liberar el stress y la angustia causada por sus condiciones econmicas y problemas relativos. Los estudios de los mercadlogos han de encontrar que es un entretenimiento tanto fuera como dentro de casa (va TV) que tiene como meta a consumidores de bajo ingreso, pero que garantiza ganancias multimillonarias. El clasemediero ilustrado muy posiblemente piensa que es una farsa para chusmas iletradas, un show de mal gusto ( naco). Ms o menos todos tienen razn, porque la lucha libre es esto yGloria G. C. Pgina 3

ms. Frausto Zamora, que alguna vez ocup el cargo de secretario general de la Comisin para la Lucha Libre en Mxico, dijo en 1994: Una arena, guardada la proporcin, es como una iglesia. A la iglesia se va a orar y a la arena se va a sacar todo aquello que uno guarda de la semana. La Arena Mxico fue construida en 1956. Es un coloso que despertara la envidia de cualquier campo de ftbol de provincia: le caben 17,000 personas. Este es el escenario perfecto para observar el comportamiento de las masas. La lucha libre es un producto popular donde se encienden y tienen cobijo pasiones inocultables; dolos que lo son porque muchos pagan por verlos; broncas en el ring donde los temperamentos superan a los vestuarios; pasin gutural y visceral por los rudos y una admiracin exacerbada por los tcnicos; espectadores levantiscos que gritan queremos sangre! tal vez para imaginarse los sacrificios en el templo mayor; nombres que representan gruidos de la rabia escnica y el estruendo sinfnico de la cada de los cuerpos.1 Las aportaciones de las mascaras (no ocultadoras sino creadoras de identidad), y del seudnimo que implica religiosidad y misterio, fuerzas ultraterrenas y tcnicas de defensa personal que, de paso, protegen a la humanidad. Un digno representante es El Santo, que es un rito de la pobreza, de los consuelos peleoneros dentro del gran desconsuelo que es la vida, la mezcla exacta de tragedia clsica, circo, deporte olmpico, comedia, teatro de variedad y catarsis laboral. Esto tiene que ver con los arquetipos de Jung que nos hablan de los motivos de la naturaleza mitolgica o simbolismos de la historia del hombre en general, as como reacciones, en especial de ndole intensiva. Estos motivos y smbolos (mscaras y hroes) tienen una relevancia decisiva para la vida psquica en general, Jung, al principio, los denomin imgenes primigenias y Burckhard por su parte los llam protoimgenes. Que no son ms que los arquetipos de los que habla Jung. En el lenguaje del inconsciente, que es un lenguaje figurado, los arquetipos aparecen en forma de imagen personificada o simblica, lo que siempre dice el contenido arquetpico es, en primer lugar, parbola verbal o sea se1

Monsivais Carlos, Los Rituales del Caos, p126

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identifica su personaje con el len o dragn, o la fuerza vital del hombre.

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cada psique individual pueden despertar los arquetipos con vida nueva, ejercer su accin mgica y condensarse en una especie de mitologa individual; en las

luchas es donde mejor se representa esta mitologa individual pues el espectador ve al luchador como su dolo. El que representa al dragn o al len, el hombre que tiene la fuerza vital. El espectador se puede proyectar en su dolo y sentirse realizado por un momento, hipnotizado, contagiado. Qu odio inmisericorde no anhelara el desahogo de unas patadas voladoras? Quin no desea estrechar al enemigo con el abrazo del oso? En la arena los cabellos recin cortados son trofeos de guerra y son la guerra misma, el desenmascaramiento es la perdida del rostro, son la ilusin de gloria de la raza de bronce. En la arena de luchas corren las latas de cerveza, los aullidos frenticos del pblico que envejece y rejuvenece a la vez. El Santo, Anteo fuera de la meseta helnica, metfora en busca de mitologa, recupera su mpetu si el pblico le implora a las fuerzas primordiales (sus gargantas, el efecto de la violencia sobre la teatralidad ) el desencadenamiento de la madriza. El mal se jacta. El bien se desespera. El mal enva el bien fuera de la realidad encordada. El bien regresa con serenidad exenta de compasin. El hombre corto de da y harto de sinsabores se exaspera: Mtalo! Acabalo! Chingatelo! Destrozalo! Pcale los ojos al cabrn! De tanto or consignas filantrpicas El Santo acepta la beatitud de su nombre y se traspasa a la defensa de las causas nobles, ya como tcnico.3 Esta situacin del santo que comenz siendo rudo, pero que, por la voluntad de la gente termina cambindose a tcnico tiene mucho que ver con lo que manifiesta skinner en su libro Ciencia y conducta humana que dice que: el individuo se halla sometido a un control ms poderoso cuando dos o ms personas manipulan variables que tienen un efecto comn sobre su conducta4 La conducta social es la que mantienen dos o ms personas cuando interactan o en la relacin con un medio ambiente comn, de ah que si2 3

Jolande Jacobi, La Psicologa de C. G. Jung, p 83 Monsivais Carlos, Los Rituales del Caos, p129 4 B. F. Skinner, Ciencia y Conducta humana, p349

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Es bien sabido que por cultura los mexicanos en trminos generales somos una raza oprimida, conquistada por los espaoles, lo cual a creado muchos complejos de inferioridad, razn por la cual creo yo; la lucha libre tiene tanto xito en Mxico. La participacin de luchadores extranjeros provenientes de Europa, Estados Unidos y Japn siempre ha sido importante en Mxico, porque a la aficin le gusta ver a sus dolos vencer en gestas que parecen imposibles y refuerza su identidad nacional en la evidencia emprica de la superioridad del mexicano sobre representantes de naciones poderosas, como cuando en 1984 Canek (el prncipe maya) derrot al francs Andr El Gigante, una mole de 225 k. y 2.23 m. de estatura. El caso es que la aficin atribuye victorias as a supuestas cualidades como el ingenio del mexicano, a su picarda o a que el mexicano tiene mucho corazn. Es una forma de sentirse fuerte, a travs de imaginar o fantasear acerca de que podemos vencer a los poderosos, imaginar que no somos reprimidos, ni los de tercer mundo, en fin, sentir que finalmente somos triunfadores. No podemos negar que cuenta mucho el entorno, el nimo que prevalece en ese momento, el estado de nimo de los dems se contagia y se generaliza hasta convertir la arena en un verdadero polvorn, lleno de un frenes hipntico, en donde la masa tiene un mismo espritu, de triunfo, de venganza, de violencia, pero que en este caso en particular solo ser imaginario, y toda la violencia que podra ser destructiva en una manifestacin; en este lugar; se trasmuta el odio y se proyecta hacia el objeto odiado; podemos pensar entonces que cuando el luchador que me representa, vence al contrario; en realidad, el que esta ganando soy yo, el que esta golpeando soy yo, y al salir del lugar saldr muy satisfecho con m triunfo William M. Jones en su libro El Arte de la Manipulacin nos dice: los estados de nimo son una respuesta a las actitudes, as como los cambios de actitud. Puesto que la gente frecuentemente prefiere las emociones a los hechos, el control del

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estado de nimo es de primordial importancia.5 Y los organizadores de las luchas saben de esto, es por eso que sus locutores tienen formas muy particulares de relatar la las luchas, pues ellos son los encargados de levantar los estados de nimo y contagiar a los aficionados del frenes y la euforia necesarios para un gran espectculo. Para comprender en toda su extensin y complejidad este escenario, este mundo del costalazo tan lleno de colorido por sus mscaras, vistosos trajes y espectaculares lances, y adems disfrutar de sus sabores y sinsabores que le han dado fama internacional, hay que estar en el momento preciso y en el lugar indicado, es decir, acudir a la mismsima arena. Slo as podremos sentir correr la adrenalina por el cuerpo al momento de apagarse las luces y dar vida a una serie de colores que vagan a sus anchas por las paredes y por el piso de la arena. Lo anterior no es nada comparado con lo que sigue: el corazn palpita con mayor intensidad hacindonos sentir ms vivos que antes de entrar a la arena y ocupar nuestro lugar, y escuchar al presentador, que har las veces de narrador de una historia que comienza con el clsico grito: Lucharaan a dos de tres cadas sin lmite de tiempoo, con lo que nos invita a abandonar el tiempo comn y adentrarnos a otro, el de la duracin de la lucha misma, de la que no podremos desprendernos hasta que finalice el ritual. Pasaremos, enton-ces, a otra dimensin, al mundo de los sueos, don-de el tiempo transcurre a travs de llaves y contrallaves.u Finalmente se trata de contagiar a la concurrencia del espritu de la masa, o el alma colectiva. Gustavo Le Bon nos habla de este tema y nos dice que El ms singular de los fenmenos presentados por una masa psicolgica es el siguiente: cualesquiera que sean los individuos que la componen y por diversos o semejantes que puedan ser su gnero de vida, sus ocupaciones, su carcter o su inteligencia, el solo hecho de hallarse transformados en una multitud les dota de una especie de alma colectiva. Esta alma les hace sentir, pensar y obrar de una manera por completo distinta de cmo sentira, pensara y obrara cada uno de ellos aisladamente. Si los individuos que forman parte de una multitud se hallan5

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fundidos en una unidad, tienen que existir algo que los enlace con otros, y este algo podra bien ser aquello que caracteriza a la masa.6 Le Bon piensa que en una multitud se borran las adquisiciones individuales, desapareciendo as la personalidad de cada uno de los que la integran. Lo inconsciente social se funde y se convierte en el mismo para todos. El individuo integrado en una multitud adquiere, un sentimiento de potencia invencible, por lo que puede permitirse ceder a instintos que antes, como individuo aislado, hubiera refrenado forzosamente y se abandonar gustosamente a tales instintos, ya que por ser la multitud annima, y, en consecuencia, irresponsable, desaparecer para l el sentimiento de la responsabilidad, poderoso y constante freno de los impulsos individuales. La multitud es extraordinariamente influenciable y crdula. Carece de sentido crtico y lo inverosmil no existe para ella, piensa en imgenes que se enlazan unas a otras, como en aquellos estados en los que el individuo da libre curso a su imaginacin sin que ninguna instancia racional intervenga para juzgar hasta que punto se adapta a la realidad sus fantasas. Los sentimientos de la multitud son siempre simples y exaltados. Las multitudes llegan rpidamente a lo extremo. La sospecha enunciada se transforma en evidencia. Un principio de antipata se transforma en un odio feroz. Matalo, Matalo!, scale los ojos! Naturalmente inclinada a todos los excesos, la multitud no reacciona sino a estmulos muy intensos. En ese momento el xtasis de expectacin se convierte en estruendoso alboroto por los gritos, abucheos y chiflidos acompaados de insultos que surgen de los eufricos espectadores, que animosos quieren ser partcipes de esa interminable historia de la lucha entre el bien y el mal. Esto slo lo provoca la lucha libre con su constante enfrentamiento del equipo o bando de los rudos (los malos) y los tcnicos o cientficos (los buenos).

Recordemos que nos encontramos en un mundo donde lo imaginario se hace realidad y todo en la arena adquiere una realidad a la que no estamos acostumbrados, por lo que no debemos mirar a la lu-cha libre como lo hacemos cotidianamente, porque en ese momento de verbena el ring se convierte en el6

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espacio del culto, en una montaa csmica que ningn mortal puede pisar y que es exclusiva de los lu-chadores. Es ah, adems, donde nos muestran una historia, su historia. El rferi es el concedor del ritual y el nico que puede acercarse a ellos en esa rea ceremonial. Las esquinas, rudas y tcnicas, son los postes csmicos que los colocan entre el cielo y la Tierra, el cielo y el infierno, estableciendo as el punto exacto en el que interactan las divinidades con los mortales. , Por varias razones los luchadores son elevados a seres mticos: porque provienen de un lugar desconocido por el ser humano, pues son los que con su historia dominan el tiempo y, a su vez, en esos momentos el pblico no habla de otra cosa. La mscara y la abundante cabellera de quienes no portan careta son los elementos en los que depositan su fuerza; si las pierden sta disminuye. Pero en el caso de los enmascarados la prdida es mayor, pues la mscara es su verdadero rostro y al perderla son denigrados y desciende su jerarqua. La arena se transforma en el espacio del rito donde las divinidades muestran a los narradores una historia: la lucha entre el bien y el mal que provoca en el pblico vivir y recrear su mundo rindiendo culto a los luchadores. Se apropia de ellos y de la historia, y l mismo pasa a ser protagonista al participar en ese valle de lgrimas, de dramas, con momentos de suspenso y de risas que van ms all del circo, maroma y teatro que supuestamente brinda la lucha libre. Se establece as una analoga con la vida diaria, pues ve al bien combatir al mal, y sufre cuando el mal patea por debajo de la mesa al bien. Bajo esta perspectiva de piquetes de ojos, puntapis y costalazos, el pblico se apropia, consciente o

inconscientemente, de ese mundo como el que vive a diario, en el que hay buenos y malos. Esto permite al espectador percibir a la arena como el recinto especial donde se reproduce el drama de su vida diaria. Y es en esta fiesta donde adquiere el sosiego emocional en el mundo irreal de la lucha libre que, como hemos visto, se enmascara por s misma.

A diferencia de la lucha en Estados Unidos, lo caracterstico en Mxico es que hay dos bandos muy bien diferenciados: rudos (malos) y tcnicos (buenos), por loGloria G. C. Pgina 9

que todo luchador tiene que definir a cul de ellos pertenece y ser congruente con sus atributos distintivos. Tambin es caracterstico que muchos luchadores usan mscara que cubre adems de su rostro su identidad: el luchador no se presenta con su nombre propio, como en el caso del box, sino con el de un personaje. El primer luchador que se present con un antifaz se hizo llamar El Enmascarado, en 1934. Desde entonces la mscara en la lucha libre hace las veces de objeto mgico. Es el tesoro ms valioso de un luchador, objeto de devocin o admiracin por parte del pblico (entre el que hay quienes gustan ponerse mscaras como la de sus dolos mientras estn en la arena, compradas all mismo) y un cono que forma parte del universo simblico del imaginario colectivo. La arena de lucha libre es una terapia catrtica un lugar sociolgico en donde la gente acude para divertirse, pero tambin para liberar tensiones, gritando y

mentando madres, en este lugar nadie se ofende, existe el anonimato y por lo tanto se puede vociferar a placer, finalmente todos hacen lo mismo. Durante el da, como cualquier ser humano, nos vamos enfrentado a situaciones que poco a poco carcomen el nimo. Problemas con los nios, con el jefe, con el marido borracho, con la mujer que no nos comprende. Y resulta difcil externar ese cmulo de sentimientos por miedo o por vergenza. Pero en la arena de la lucha libre, tal como los luchadores ocultan su identidad, la masa oculta la de las personas. No hay nombres, ni ocupaciones: Nios y adultos, hombres y mujeres gritan y vociferan maldiciones al por mayor. Viene el desahogo de las frustraciones vividas durante la jornada laboral. Le gritan al rudo como si fuera su mismsimo marido borracho y mantenido o como si fuera su mujer que lo trae corto-corto y no hace nada para poner un alto. Pero qu sera de esta dinmica si el enmascarado en turno no dijera palabra alguna. El rudo tambin se desahoga y mienta madres. Se enfrascan en una "discusin" sin sentido. Los golpes son lo de menos. Simulados o perfectamente colocados, pasan a segundo trmino. Lo verdaderamente real son las mentadas de madre. Los gritos de las fminas espantan al ms recatado albail. Las palabras queGloria G. C. Pgina 10

externan las delicadas amas de casa provocaran que un chofer de colectivo se sonroje ms que una quinceaera en el vals. Y los nios ms educados solo aciertan a hacer la Britneyseal. El del micrfono insta al respetable a hacer ms fuerte el grito de "culero", "mampo" y un largo etctera que no viene al caso citar. Se envalentonan y enfrentan "cara a cara" al luchador del bando de los rudos. Siempre divididos por una valla de seguridad. Nunca falta alguien que miente madres con gracia y provoque la risa de los que estn cerca. "No has de ser tan rudo. chenmelo a mi", dice una seora muy segura de su temple. Dos de tres cadas sin lmite de tiempo. Ganan los que tienen que ganar. Poco a poco la gente se retira. El marido borracho y la mujer incomprensiva se toman de la mano y cargan a su hijo. Toman su combi colectiva para dirigirse a casa. La jornada fue extenuante. La terapia familiar funcion esta noche. Hay que darle gracias a la lucha libre por los aos de paz social que el PRI suele autroatribuirse.: la Revolucin de las Masas mexicanas ocurrir cuando se prohba la lucha libre. Las energas, frustraciones y desquites que se desahogan en torno a esos encordados, estoy seguro, han evitado que este pas estalle cual Olla Presto de recin casada. Gracias al pancracio es que posibles magnicidas o guerrilleros en conserva, despus de gritar dos horas, regresen calmadamente a sus casas, satisfechos de haber sacado de su ronco pecho los rencores que la vida en Mxico suele sembrar en sus sufridos habitantes. Y claro, no se trata de gritos cualesquiera. En la lucha libre es donde sale a flote la picarda mexicana refinada y escanciada a su mxima potencia. Las ocurrencias del respetable, respondidas por los luchadores, son de un ingenio que se echa de menos en la programacin televisiva, el cine nacional o ese otro show de psima categora, las campaas presidenciales. Adems de que es el nico lugar en el Sistema Solar en que un mexicano puede mentarle la madre a otro sin que ocurran represalias telricas ni el agraviado eche mano a los fierros como queriendo pelear. Nada ms hay intercambios verbales. Eso s, a grito peln. Y sin mediar ninguna provocacin ni ofensa: nada ms porque s. Y aderezados con expresiones francamente esotricas. En la masa existe una especie de fascinacin, que un individuo, o unaGloria G. C. Pgina 11

idea ejercen sobre nuestro espritu. Esta fascinacin paraliza todas nuestras facultades crticas y llena nuestra alma de asombro y de respeto.7 La lucha libre es un espectculo por dems democrtico. Si Shakespeare deca que todo el mundo es un escenario, creo que es vlido decir que todo Mxico es Ring General. Ah caben el noble y el villano, el prohombre y el gusano, como dira Serrat. En Ring General es el nico lugar en que se impone la mediana y no los extremos de este pas de miserables y Carlos Slimes. Porque irse a gallopa es ms una extravagante desviacin psicolgica que una manifestacin de pobreza socioeconmica. Y comprar asiento de Ring Side slo sirve para estarse parando a cada rato, tratando de no derramar la cerveza, en tanto llueven toninas y cachalotes desde el encordado. Es el nico lugar en este pas en el que a los ricos les va peorLa . En Ring General hay profesionistas, obreros, estudiantes de escuela pblica pauprrima y privada carsima, dependientes de miscelnea, seoras gordas, muchachas fugadas del tubo, maestros universitarios. Y sin

mayores problemas ni complicaciones ni ideologas ni lucha de clases ni ms deseos que pasrsela bien y mentrsela al rferi. lucha libre es el espectculo ms honesto que conozco. Todos saben que mucho de lo que ocurre es actuacin pura; pero todos (luchadores, espectadores, vendedores de semillas, locutores del sonido local, rbitros) desempean su papel mucho mejor que los galancetes de Televisa en sus churros. Todas las almas que se hallan en la arena se toman muy en serio su rol, en un acuerdo tcito que funciona con una armona que ya quisiera cualquier partido poltico. O Gobierno, si a sas vamos. Qu no diramos por ver esa entrega y profesionalismo en futbolistas que en cinco minutos de no despeinarse ni sudar, ganan lo que un luchador (chafa, supongo) en un mes de darse de costalazos y lanzarse topes suicidas (arriesgada maniobra cuya principal funcin, segn pude colegir, es tumbarles la cerveza a los mamucas de Ring Side). El que sea actuacin no quiere decir que la cosa sea fcil. Los luchadores, incluso los ms toscos y pesados, son autnticos atletas, con una agilidad, resistencia y fortaleza. La verdad, subirse al encordado no es para corazones (ni

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msculos) dbiles. Y claro, los golpes (la mayora, al menos), por ms actuados que sean, duelen.8 Y de una mala cada no se salvaba ni El Santo. La lucha libre se adapta a los tiempos con mayor flexibilidad que la mayora de los deportes y busca novedades para que la gente siga yendo a las arenas. Una de estas novedades (al menos para m) es introducir luchadores gays en un deporte que se supone de hombres recios, hechos y derechos. Aparte de la obvia consideracin sobre lo que implica admirar a tipos musculosos y grasientos, el elemento gay tiene un atractivo muy curioso para el macho mexicano. En la lucha libre esto se explota de manera francamente hilarante, con sujetos tan sexys como un gato hidrulico y ms fingidos que un discurso poltico. Pero que hacen las delicias del respetable, algunos de cuyos miembros terminan siendo perseguidos por los descocados, sexys de porquera (como dira Mafalda). Un elemento jocoso ms en ese universo del absurdo y la relajacin. Queda claro que en la lucha libre podemos vernos representados todos, pues lo mismo vemos hombres corpulentos, que grasientos, gays, o rudos, guapos y bien feos, enanos, payasitos, mujeres gordas como la Tonina Jakson, o chicas despampanantes que parecen modelos, en fin, hay para todos los gustos. Bueno y muy a pesar de los

psiclogos, la lucha libre es el mejor y ms barato remedio antiestrs conocido por el saber occidental. Si anda de malas, si el jefe lo sigue jorobando por tonteras burocrticos, si quiere escapar de la tirana conyugal, pues ya sabe. Ah est la vlvula de escape por excelencia. Puede amargarse la vida y decir: adems de que estoy jodido me quieren engaar con esto de la lucha, racionalizndola, analizndola para encontrar algn truco, o puede decir: mi vida no es un asco porque ir a la lucha la hace agradable. Por eso en Mxico quienes gozan de un nivel de ingresos y de gasto satisfactorio, as como de educacin superior, generalmente no estn dispuestos a comprar la lucha como una confrontacin veraz. Siempre habrn de insistir en su carcter como simulacro. Al explicar las diferencias entre las formas de entretenimiento, Andrew Darley (2003: 85) afirma que las populares se basan en8

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modos de representacin visual concebidos para estimular la curiosidad del ojo, para excitar y asombrar al espectador, mientras que en las modalidades propias de las clases dirigentes lo importante es la coherencia de la historia y la credibilidad de un universo ficcional. A fin de cuentas para la mayora de los mexicanos casi todo aparece como simulacin: los polticos no cumplen sus promesas de campaa ni son lo honestos que dice ser, las elecciones son fraudulentas, los jueces estn comprados, las gasolineras expenden litros de 900 mililitros (de acuerdo con la norma oficial), los bancos cobran (comisiones) al ahorrador en vez de pagarle (intereses), en las bandas de delincuentes siempre hay policas, las crceles estn llenas de inocentes (gente que no ha sido sentenciada), en las calles principales hay puestos de venta ilegal de toda clase de mercanca ilcita, el celibato sacerdotal es doctrina, el ex abad de la Baslica de Guadalupe declar que era falsa la impresin milagrosa de la imagen de la Virgen (despus de enriquecerse y retirarse), es el pas que ms tinte para cabello consume en el mundo (parecer rubia es el atajo ms fcil hacia la realizacin del ideal nativo de belleza), si en televisin una mujer luce especialmente atractiva la vox populi explica que est operada, etctera, etctera. Por lo menos la lucha libre, aunque sea un simulacro, deja satisfechos a sus aficionados. As como en la mayora de las pelculas de Hollywood o las telenovelas, en las que todo el pblico sabe de antemano el final en que pierde el malo, gana el bueno y se casa con la muchacha bonita, y nadie abandona la sala de cine ni apaga la televisin, el pblico de la lucha libre disfruta una y otra vez la puesta en escena de un relato que ya conoce. Pero a diferencia de cuando presencia un espectculo mediatizado por la televisin o el cine, el pblico que asiste a la luchalibre siente que participa activamente y que puede contribuir a decidir el resultado por medio de sus gritos de apoyo a unos y de repudio a otros.9

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nuestro Eco, Humberto (1995). Apocalpticos e integrados

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La lucha tiene una estructura narrativa codificada al modo de los productos de las industrias culturales: es simple, pues sus signos son ampliamente reconocidos por la gran mayora, fcil de comprender en poco tiempo, y se presentacin es agradable (Da Tvola, 1991: 13). Esto permite al aficionado promedio, de escasa escolaridad y pobre consumo cultural, entender de inmediato una trama ya conocida: no quiere novedades, sino buenas representaciones. Cada lucha es ms o menos previsible, el luchador tcnico el bueno, el justo, el hroe sufre y generalmente gana al sobreponerse a la deslealtad combativa del oponente y a otras adversidades; en contraparte, el rudo el malo, al antihroe slo puede ganar por medio de la trampa o de la traicin de un tercero en perjuicio de su antagonista. La asistencia a la lucha segn explican los socilogos Elas y Dunning respecto a la bsqueda de la emocin en el ocio (1992: 92-103) es una ocasin que permite experimentar el desbordamiento de las emociones fuertes en pblico sin perturbar el orden social; y como acto mimtico permite experimentar emociones de la vida real como miedo, compasin u odio, de un modo que se disfruta porque no entraa social ni personalmente peligro alguno y puede tener un efecto catrtico. Que la arena es un espacio de catarsis es clarsimo, pues es uno de los pocos lugares en el que hay la posibilidad de que la gente pobre pueda insultar hasta el cansancio a alguien ms poderoso, ms fuerte, ms importante , sin sufrir ninguna represalia a cambio. La Lucha Libre en Mxico un mundo de contraposiciones simblicas Oaxaca, Mxico.- Ante los grandes vacos que existen acerca de la lucha libre, el profesor-investigador de la Universidad Autnoma Metropolitana (UAM), el maestro Juan Soto Ramrez desarrolla el proyecto de investigacin: Psicologa Social de la lucha libre en torno a este complejo fenmeno social. Para el docente del Departamento de Sociologa de la Unidad Iztapalapa de esta casa de estudios, la lucha libre es un mundo de contraposiciones simblicas, y est lejos de ser una contraposicin simplista entre el bien y el mal. Ver as a la lucha libre es una manera demasiado somera, trivial y simplista porque es reducir el fenmeno a los discursos literarios que el escritor cronista y periodista Carlos Monsivis puso de moda.

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El especialista detall que las explicaciones sobre la lucha libre no han ganado profundidad a pesar de tantos esfuerzos. Me parece que son explicaciones demasiado simples, porque ni siquiera es posible ver a la lucha libre como una analoga, es decir, como una lucha de clases. Soto Ramrez seal en entrevista que la lucha libre tiene muchas posibilidades de ser interpretada. El relato ms comn es el hecho de que la lucha libre es una representacin entre el bien el mal. No obstante la lucha libre va ms all de una simple contraposicin entre el bien y el mal, toda vez que es teatralidad popular, tal como puede mirarse con detenimiento y tiene un mbito carnavalesco al ms viejo estilo de las celebraciones populares. El tema de investigacin Psicologa Social de la lucha libre pretende ser un libro que tome distancia de los que ya hay sobre lucha libre. Por lo general los materiales que existen son libros que estn centrados en lo descriptivo y por consecuencia no alcanzan lo que en ciencias sociales se conoce como teorizacin sustantiva.Eduardo Tllez Ramrez. UAM-Iztapalapa

La lucha libre como el segundo espectculo deportivo ms popular entre los mexicanos detrs del futbol. Dej de ser un evento exclusivo para hombres e incluye ahora a nios, jvenes y ancianos de ambos sexos, quienes disfrutan con una devocin casi religiosa las batallas en el encordado. Los luchadores, tcnico y rudos, aquellos para quienes la palabra miedo no existe, la Arena Mxico ha sido la patria chica en la que han sido ovacionados o abucheados segn sea su gloria deportiva ganada a base de golpes y carisma.

El pblico se lo toma muy, muy en serio pues se convoca cada semana a miles de espectadores, principalmente en la Arena Coliseo y la Arena Mxico, donde se presentan veladas de cinco luchas entre equipos de dos o tres contendientes bien identificables como buenos (llamados tcnicos, como El Mstico) y malos (o rudos, como Los Perros del Mal), casi siempre con mscaras que ya son parte del folklore de este mundo mstico como era en la antigedad donde las mascaras tenan valor simblico para los pueblos.Gloria G. C. Pgina 16

La arena es el lugar donde de bote en bote la gente se pone loca de la emocin, donde los montoneros rudos le ponen en la madre a los nobles y limpios tcnicos, siempre a la mala, en un mundo de fantasa donde los hroes se vuelven de carne y hueso. Un espacio donde se puede respirar adrenalina, admiracin, desahogo, una salida para la gente de todos los estratos sociales, un estilo de vida pues. Escenario de circo, maroma y teatro, esencialmente es el espacio donde se representa la ms esttica y popular de las batallas entre el bien y el mal, ntegro, en su mxima expresin, donde convergen luces modernas, coloridos trajes y mscaras, bellas musas de los gladiadores y las voces jacarandosas y desatinadas de los comentaristas luchsticos. rastros de la lucha por toda la ciudad. la mascara. Fuera de la arena tambin hay

Hay objetos que se convierten en recuerdos o monumentos, en un momento dado que comienzan a verse repetidos en todos lados, o valorados desde una playera, colgados en la pared de una casa o en una multitud de soportes y con distintos significados. Esto fenmeno esta ocurriendo con las mscaras de lucha libre mexicana. Si no existiera la mscara ya no habra sabor por as decirlo en la lucha libre, desaparecera el bien y el mal, sin mscara el luchador no es nadie, as que la mscara debe existir siempre.

La mascara como algo que se pude llamar por su nombre pero que esta dotado de un significado inefable, o que hace sentir qua esconde algn secreto, esa ansiedad por descubrir el mundo y quien esta de tras de ella, Se trata de un objeto que se lleva presente en la cultura en nuestro pas desde hace tiempo, y su convirtindose en el elemento ms caracterstico de esta disciplina en Mxico. Las mascaras, estos objetos llenos de enigma son igual de reales que los dems objetos en nuestra vida, pero es en presencia de estos objetos cuando la realidad se hace ms patente en la lucha libre, nada divide al objeto de uno mismo como

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aficionado o como luchador, pues uno mismo es el objeto, uno se mete dentro de la realidad y la realidad se mete dentro de uno. Uno se envuelve de enigma. Hoy da la prdida de la mascara en el ring significa la deshonra, tristeza y se resuelve en combates mano a mano, donde tambin se apuestan cabelleras. El primer mexicano que la us fue Murcilago Velzquez, seguido de El Solitario, Blue Demon, Tiniebla, Huracn Ramrez, Mstico o El Santo, que con sus xitos en el ring y el cine convirti la mscara en leyenda. Para el luchador Sangre Azteca, cuya mscara muestra el calendario de la civilizacin precolombina del mismo nombre, este accesorio "es el sello de la lucha libre" porque "te identifica a ti como luchador, te convierte en tu personaje". Pero l es slo uno de los 250 luchadores que segn el Consejo Oficial de la Lucha Libre Mexicana, practican esta modalidad, la mayora mexicanos, aunque tambin hay dos japoneses, un ruso y un italo-americano. Es la lucha libre un deporte-espectculo que permite una relacin directa entre el pblico y el personaje-deportista y que en sus inicios fue catalogado como un evento adecuado para las clases bajas que permite la canalizacin de la violencia ya que el espectador al participar tan activamente desahoga su estrs. A travs de la representacin dual entre bien y mal el espectador se programa como rudo o tcnico y es en las arenas dnde se cobra justicia o bien en donde se puede avasallar al otro, y el florecimiento de las pasiones se de manera exacerbada, se desfogan emociones o es lo que algunos llaman la catarsis. La lucha libre recrea los conflictos cotidianos que se viven en la sociedad mexicana en la que los tcnicos piden justicia castigando al rudo. Sin temor a exagerar, podramos decir que todos los mexicanos hemos sentido la influencia de la lucha libre en algn momento de nuestra vida. Casi siempre el deporte de las cuerdas se logra inmiscuir en algn aspecto de la cultura de los mexicanos y tal condicin va desde los nios que juegan con su pequeo ring y luchadores de plstico en la banqueta de alguna colonia popular, a los poster de los dolos del cuadriltero en algn taller mecnico o carpintera (eso si, junto al altar de la virgencita de Guadalupe para que no pierda el prximo encuentro) yGloria G. C. Pgina 18

alcanza hasta una lnea muy chic de playeras del Santo, el enmascarado de plata que se venden en tiendas de prestigio y boutiques muy nice. Crnica de una noche de lucha Desde el medio da las calles aledaas a la Arena sufren una metamorfosis total y adquieren una personalidad propia aderezada por los puestos de las famosas y tradicionales tortas de milanesa, as como por lo olores que envuelven el ambiente: las chalupas, los esquites y dems antojitos seducen hasta el paladar ms exigente. La venta de juguetes, mscaras, fotos, psters y dems recuerdos crean la atmsfera necesaria para el xtasis luchstico.

Cerca de las 6 de la tarde el movimiento en la zona se intensifica. Las arterias viales padecen el trnsito que evoca la agilidad de una tortuga. Ms de un conductor distrado se lamenta por su psima memoria que no le advirtieron del martirio que representa circular en esa zona a vuelta de rueda.

Los franeleros hacen su agosto. 30 pesos es la cuota y es ley porque no aceptan regateos, ni negociaciones y ms vale dar la ilegal tarifa o un espejo puede aparecer roto o quiz un rayn puede surgir de la nada, sin embargo la gente conoce las reglas y aunque con disgusto finalmente las acepta. Los nios llegan al recinto con las mscaras de sus dolos. El Mstico es el rey, pero su antagnico el Rey Misterio no se queda atrs. Para todos los gladiadores hay seguidores, para todos habr aplausos, abucheos y una que otra mentada; ninguno de ellos sufrir indiferencia. En las taquillas hay de todo. Hay tristeza, hay frustracin porque chilla la cartera; pero tambin hay quienes sin dolor aflojan los 300 o 600 pesos. Mientras los revendedores acaparan los mejores lugares como siempre-, hay quienes impacientemente tienen que hacer fila para conseguir entradas de 50 en balcn o bien 60 para ring general y los ms pudientes sin pretexto pagan el ring numerado de 150, aunque en todas las localidades la chamacada va de gorra. Pero las entradas son lo de menos porque una vez adentro de la arena los gastos siguen y siguen porque la oferta de productos en imparable. El gasto de la velada de luchasGloria G. C. Pgina 19

debe considerar las manoplas aplaudidoras, las espadas de luces, las matracas, as como las mscaras de los dolos del cuadriltero.

Sin embargo no pueden faltar los chescos y las chelas, las sopas Maruchan, y obvio las tortas de milanesa y aunado a ello hay que hacerle un hueco a los pescados fritos con salsa Valentina, las pepitas y cacahuates, pero adems no pueden faltar los algodones de azcar. En un abrir y cerrar de ojos una familia ya se gast ms de 500 pesos en una noche de esparcimiento, seguramente el desfalco a la quincena meter en los a ms de una ama de casa, pero las ms abusadas se dieron maas para dormir al guardia y lograron pasar en su bolsa de mano algunos refrescos y las tortas; todo se vale cuando se trata de ahorrar. Los guerreros, los gladiadores modernos, los enmascarados con cuerpos atlticos y otros que derraman sobrepeso van saliendo uno a uno. La emocin se desborda, el juego de luces atrae las pupilas y la msica ensordecedora no aplaca los gritos, casi alaridos de los fans. Las porras, chiflidos y desgarradores gritos ensordecen, pero al mismo tiempo alimentan el ego de los amos y seores del cuadriltero. Ellos se sienten los dueos de la situacin, los rudos gozan encarando al pblico y repartiendo a su paso empujones; posan para la prensa y sin pudor se mientan la madre y reparten parejo. Su altanera les anima, se paran enfrente y cara a cara se lanzan insultos con la aficin. Gozan y disfrutan provocando que la catarsis del espectador vaya calentando el ambiente, es obvio saben de su chamba y el conocen el negocio; por lo tanto les gusta retroalimentar a los cientos de fanticos que lo mismo pagan para estar en primera fila que aquellos que tienen que pellizcar de su gasto para instalarse en los famosos gallineros.

La plebe no puede ms, est al rojo vivo y est a punto de desbordarse cuando observa a su dolo medir distancia, tomar vuelo y lanzarse cual bala humana entre la segunda y tercera cuerda contra su rival que sin remedio es derribado en un dos por tres.

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De pronto el capitn del tro rudo reacciona a la golpiza que les han propinado La Mscara y Volador jr. El ms rudo de todos, Averno carga sin problemas al dolo de multitudes, se lo acomoda y los estrella sin compasin en el filo de la butaca de primera fila. Mstico est inconsciente pero no cesan las patadas y golpes que le receta Averno y Terrible. La aficin est afligida y nadie hace nada. Una chica desesperada trata de auxiliar al prncipe de plata y oro, pero el guerrero no reacciona. El castigo contra el capitn tcnico sigue y ella no puede soportar ms, pide detener la agresin sin embargo no tiene xito y contra la brutal fuerza surge un espontneo clamor doliente Ya djalo, pendejo! La lucha, sea social sea libre, se lleva a cabo en un escenario. Es decir, necesita de un campo de batalla. En el cuadriltero, las reglas rigen, hasta cierto punto, el desempeo de los contrincantes. De tal forma que esa maquinaria de dualidades (bien mal; sagrado profano; rudo tcnico; etc.), puesta en escena por los luchadores tenga, como soporte, un espacio de dualidades ms amplio que le es propio al escenario, es decir, al cuadriltero. El pancracio es, a veces, el lugar sagrado donde las reglas de la lucha imperan y, otras, el lugar profano donde reina la trasgresin. Cuando la cara sagrada de la lucha libre se muestra entonces adquiere su carcter tcnico, ese al que apelan por nostalgia los luchadores de antes. Cuando la cara profana de la lucha libre se muestra entonces adquiere su carcter rudo y el cuadriltero se presta para la flagrante violacin de reglas, es cuando las reglas de lo no permitido se re-inventan a s mismas, es cuando aparece la rudeza innecesaria. El uso adecuado de la tcnica lleva a los luchadores a encumbrarse. La utilizacin de la rudeza los lleva, en ocasiones, al castigo y a la descalificacin. Pero no siempre es as. En cierto sentido la lucha libre tiene un carcter fabulesco pues de vez en vez las moralejas aparecen una y otra vez: el bueno es el que gana y si pierde el pblico est con l; el malo gana a la mala y no merece estar donde est y tarde o temprano tendr su castigo; y as sucesivamente. Su carcter paradjico nos deja ver que no siempre el bueno gana y nos ensea otro elemento de fbula: el malo puede triunfar porque el bueno se pasa de bueno cuando tenaGloria G. C. Pgina 21

que ser un poco ms rudo, etc. Y es este tipo de, llammosles coherencias y paradojas las que nos permiten explicar este carcter mutante, metamrfico de la lucha libre: el bueno que deviene malo y viceversa, planteando as su carcter voltil, etreo, difuso podramos decir, que permite el enganche con el pblico . Gracias a que no hay posibilidad de empate como en otros deportes de contacto (y la funcin de la tercera cada es precisamente esa, evitar el empate), en la lucha libre se puede saber que habr un ganador y un perdedor, pero su magia y su encantamiento residen en ese punto crucial de no saber cmo es que ocurrir. De otra forma su posibilidad de gustar terminara demasiado pronto. Y cul es el soporte de la espectacularidad de la lucha libre? Es precisamente el tono circense que adquiere en el momento de su desenvolvimiento. Las amenazas, los improperios, la convocatoria al pblico, etc., son parte de su teatralidad. La lucha libre a veces alcanza ciertas dimensiones del teatro del absurdo. Luchadores que llevan nombres de fuerzas de la naturaleza, de hroes picos, senadores o dictadores romanos, personajes de novela, cine o cmic, de animales o de animales fantsticos, de personajes de leyendas, de figuras sagradas o profanas, nombres de guerrilleros o guerrillas, etc. Mientras el nombre le sirve de soporte al atuendo o al revs. Todo esto nos habla de los prstamos culturales que visualizan en la lucha libre. Pero sucede al revs tambin. Que la vida cotidiana toma elementos de la lucha para incorporarlos a su argot. Puede usted entender qu quiere decir alguien que le anuncia: te va a caer la voladora? O puede entender usted qu quiere decir una expresin como: me cay la voladora? Si puede es porque ha logrado descifrar los cdigos luchsticos incorporados a argot de la sociedad. En este sentido la lucha libre es escenario de dos tipos de bsquedas en trminos generales: la de lo propio y la de lo ajeno, pero hay algo que la lleva a un nivel de complejidad mayor, el reconocimiento de lo ajeno como propio y de lo propio como ajeno. Por ejemplo, muchos suponen (y suponen mal), que la lucha libre es caracterstica de nuestro pas, lo cierto es que existe y existi en muchas otras latitudes (en Chile por ejemplo, el inculto dictador Pinochet acab con esteGloria G. C. Pgina 22

deporte-espectculo durante su sangrienta dictadura). En 1957, ya Roland Barthes hablaba muy mal del catch, como se le conoce en Francia, en su libro de Mitologas cuando aqu en Mxico acababa de nacer, eso s, el nico gnero exclusivo del cine mexicano, el cine de luchadores. La Lucha libre es el espectculo urbano ms disfrutado por el pueblo, y oscila entre los polos deporte, teatro, ritual y espectculo televisivo. Como evento comercial, introducido originalmente a partir del modelo de los Estados Unidos, la pelea en el ring se desarroll pronto hasta adquirir una forma propia, debido al contexto sociocultural mexicano. Mac Dougall explica que el fenmeno ms singular y al mismo tiempo ms importante de la masa consiste en la exaltacin o intensificacin de la emotividad en los individuos que la integran, estos experimentan una voluptuosa sensacin al entregarse ilimitadamente a sus pasiones y fundirse en la masa, perdiendo el sentimiento de su delimitacin individual10. Esto explica el frenes que se vive en las luchas, las pasiones desbordadas, el xtasis y la fantasa, la hipnosis y el contagio de las emociones.

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Freud S. Psicologa de las Masas, p23

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Bibliografa.

A. Adler, Superioridad e Inters Social. Ed. Fondo de Cultura Econmica, Mxico 1968 B.F. Skinner, Ciencia y Conducta humana. Ed. Fontanella, Barcelona 1977 El [email protected] Elas, Norbert y Eric Dunning (1992). Deporte y ocio en el proceso de la civilizacin. Mxico: Fondo de Cultura Econmica. Tr. Purificacin Jimnez. Freud Sigmond, Psicologa de las Masas, Alianza Editorial. Madrid 1974 Fromm Erich Psicoanlisis de la sociedad contempornea. Fondo de Cultura Econmica, Mxico 1970 http//cronicasperiodisticas.wordpress.com/2010/04/30/esto-es-lucha/ Jacobi Jolande, La Psicologa de C.G. Jung. Ed. Paids. Buenos Aires 1971 Monsivais Carlos, Los Rituales del Caos. Ediciones Era. Mxico 1995 William M. Jones, El Arte de la Manipulacin. Grupo Sayrols Compaa General de Ediciones, S.A. de C.V. Mxico 1982 www.aulalibre.es/spip.php?article85 Fuente: Mxico desconocido No. 293 / julio 2001 e Viernes 14 agosto 2009 Lucha Libre: Pequeo tratado sobre una Terapia Colectiva 20.08.2008

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CONCLUSINLa lucha libre en Mxico es un espectculo no solo deportivo sino teatral y hasta teraputico, un espectculo donde se puede soar a ser triunfador, en donde se puede dejar salir todo el estrs, en donde se vale gritar, maldecir y hasta mentar madres, sin que nadie se sienta ofendido, momentos de catarsis en donde se puede gritar, insultar y dejar salir la furia sin lastimar a nadie. Un lugar en donde lo mismo grita el ama de casa que el albail o chofer, el oficinista o la prostituta, en donde hasta los nios pueden insultar a sus mayores sin recibir de los padres tremenda bofetada, o por lo menos una reprimenda. Sin temor a exagerar,

podramos decir que todos los mexicanos hemos sentido la influencia de la lucha libre en algn momento de nuestra vida. Casi siempre el deporte de las cuerdas se logra inmiscuir en algn aspecto de la cultura de los mexicanos y tal condicin va desde los nios que juegan con su pequeo ring y luchadores de plstico en la banqueta de alguna colonia popular, a los poster de los dolos del cuadriltero en algn taller mecnico o carpintera (eso si, junto al altar de la virgencita de Guadalupe para que no pierda el prximo encuentro). En las arenas de Lucha Libre es donde se puede apreciar ms claramente el comportamiento de las masas, se puede vivir el alma de la masa, porque esta impregna el lugar. Podemos ver claramente al inconsciente en todo su esplendor, vasta con observar a los compaeros de butaca. Aqu se renen los profesores, los estudiantes, los albailes, los comerciantes. Todos unidos por el alma de la masa.

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ESPECIALIDAD: PSICOLOGA

ASIGNATURA: PSICOLOGIA DE LAS MASAS

TEMA: EL COMPORTAMIENTO DE LAS MASAS EN LA ARNA DE LUCHA LIBRE

PROFESOR: TERESA MEJA LOYOLA

ALUMNA: GARCA CANO GLORIA

GRUPO: PSO6DI105

FECHA: 14- JUNIO-2010Gloria G. C. Pgina 26

GLOSARIOPALABRA 1. Analoga 2. Arengas DEFINICIN (1) Relacin de semejanza entre cosas distintas. Discurso en tono solemne y elevado que se pronuncia para levantar el nimo de los que lo escuchan.Error que resulta de situar a una persona o cosa en un periodo de tiempo que no se corresponde con el que le es propio

DEFINICIN (2) semejanza o parecido entre cosas diferentes Razonamiento largo e impertinente.

3. Anacronismo

Cosa que forma parte del pasado.

4. Estrato

Capa o nivel de la sociedad.

5. Gnesis

Principio u origen de una cosa Gran catstrofe o desgracia que produce muchos destrozos y un gran nmero de vctimas.correctivo, disciplinario, sancionador

6. Hecatombe

Conjunto de elementos que, con determinados caracteres comunes, se ha integrado con otros conjuntos. Proceso mediante el cual se ha originado o formado una cosa. Sacrificio de cien vctimas que ofrecan antiguamente algunos pueblos a los dioses. .del castigo o relativo a l.

7. Punitiva

8. Inmutable

Que no cambia o no puede cambiar.

9. Inverosmil Que no tiene apariencia de verdad:

Se aplica a la persona que no siente o no muestra alteracin del nimo. Que parece mentira o es muy difcil de creer

10. Plebe

Conjunto de personas en una sociedad que no tiene ttulos nobiliarios, cargos importantes, ni buena posicin econmica.

Conjunto de personas que en la antigua Roma no tena los privilegios o favores de los patricios

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PALABRA 11.- Masa

DEFINICIN (1) Numero grande de personas, de origen diverso, que por alguna circunstancia se ven involucrados en una situacin comn que los une. La masa psicolgica es un ser provisional compuesto de elementos heterogneos, soldados por un instante. Abundancia de personas o cosas. Emisin de vapores o de partculas muy pequeas que se desprenden de una cosa y llegan a nuestros sentidos. Que est formado por elementos de distinta clase o naturaleza. Discusin o pelea entre dos o ms personas, generalmente con mucho ruido y alboroto. Que tiene un sabor fuerte y spero, como el del vinagre o el del limn.

DEFINICIN (2) En el sentido de muchedumbre, representa un conjunto de individuos de cualquier clase, sean cuales fueren su nacionalidad, profesin o sexo, e independientemente de los motivos que los renen.

12.- Muchedumbre 13.- Efluvios

Gran cantidad de gente reunida en un mismo lugar. Irradiacin de algo inmaterial

14.- Heterognea

Compuesto de partes de diversas naturalezas. Disputa, pelea.

15.- Trifulca

16.- cidos

Se aplica a la persona que es spera en el trato, tiene carcter desagradable o es poco sociable

17.- preponderante 18.- Aptitudes

Que prepondera Capacidad para realizar Cualidad que hace que un satisfactoriamente una tarea objeto sea apropiado para o desempear un cargo. un fin. Idoneidad para el buen desempeo de alguna cosa.Se aplica a la persona o grupo que no se somete al poder establecido y tiende a la rebelin

19.-Levantiscos

Rebelde, indmito, insumiso. Imitacin de la manera de actuar de una persona o sus gestos. Incierto, inseguro, dudoso De la garganta o relativo a ella.

20.-Contagio

Transmisin de una idea o sentimiento por influencia de una persona.Se aplica a la oracin que expresa o muestra duda

21.- Dubitativa 22.-Gutural

Sonidos graves similares a los producidos por algunos animales.

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