caza mayor tras el fuego de lobengula · 2017-05-28 · la zona. tras los fuegos de lobengola: ......

robablemente muchos de loslectores de esta revista hayancazado alguna vez en Zimbabwe

y seguramente también sepan que hasta1965 este país fue una colonia británicabajo el nombre de Rhodesia del Sur.

Después de una polémica declaraciónunilateral de independencia de GranBretaña, que le valió su enemistad y fuer-tes sanciones internacionales, se convirtióen un país independiente, bajo un gobier-no blanco republicano encabezado por un

carismático líder llamado Ian Smith. Apartir de abril de 1980, tras una triste yamarga guerra civil entre blancos ynegros, conocida como “Bush War” y quedio el poder y el control político a la pobla-ción negra, se convirtió en una repúblicaindependiente ya con el nombre deZimbabwe. Desde entonces está goberna-do por un presidente dictatorial del que esmejor no hablar si quiero volver a pisarese bonito país... Si como a mí les gusta lahistoria y la lectura, posiblemente tam-

Caza mayor

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Roque Armada, director de Armada Expediciones

Caza en la Unidad 2 de Matetsi,Zimbabwe

Tras el fuego de Lobengula

P

Tras los fuegos de Lobengola:Africa addio copia.qxd 18/05/2010 10:08 Página 2

bién sepan de sus orígenes más antiguosy de su conquista por un extraordinarioinglés de nombre John Cecil Rhodes, queconsiguió para su país una extensión detierra cinco veces mayor que GranBretaña y a la que puso su nombreRhodesia, llevando la frontera del ImperioBritánico a la mayor extensión que tuvoen su historia.

Seguramente bastantes menos de mispacientes lectores hayan oído hablar deLobengula, el último rey de los matabeleslibres que fue el mayor enemigo deRhodes. Y con certeza casi ninguno cono-cerá una leyenda que habla de uno de losmayores tesoros de África enterrado bajouna colina o kopje en forma de babuinosentado, en algún lugar entre Bulawayoy las cataratas Victoria del Río Zambeze,en ese bonito país. Pero me estoy antici-pando…. voy a empezar por el principio.

A comienzos de la década de 1890 JohnCecil Rhodes era un riquísimo hombre denegocios, que había conseguido la mayorfortuna de África basada en oro y los dia-mantes. En pocos años había compradocasi todas las concesiones de la mina dediamantes más rica de la Historia, cono-cida como Big Hole, en la ciudad sudafri-cana de Kimberley. Este imperio queluego ampliaría con el oro deJohannesburgo, daría lugar a la compañíaconocida como “De Beers”, la más impor-tante del mundo en producción de bri-

llantes y que aún perdura en la elegantecalle de Bond Street en el centro deLondres. El curioso nombre De Beers erasimplemente el que tenía la finca propie-dad de dos hermanos boers que así se lla-maban, bajo la cual se excavó el increíbleagujero a cielo abierto del Big Hole. Porcierto, esta fabulosa mina es el mayoragujero abierto en la tierra por el hombresin medios mecánicos. Sin embargo, lamayor ambición de Rhodes era la expan-sión de los límites del Imperio Británicoal norte, más allá de la frontera del ríoLimpopo, tan conocido de muchos safa-ristas españoles y que hoy separaSudáfrica de Zimbabwe. El problemaera que ese territorio era el reino de losmatabeles, unos ferocísimos guerrerosdescendientes de loszulúes y de los cua-les habían heredado sus técnicas de gue-rra organizados en regimientos o impis ygobernada por un astuto rey que se lla-maba Lobengula. A ese sueño Rhodes lodenominaba como “Mi Norte”, perosabiendo el poderío militar matabele, semantenía a la espera de algún aconteci-miento que justificase el empleo de lafuerza y la solicitud de ayuda militardel Imperio Británico.

Unos incidentes fronterizos enMashonaland al Este de Matabeleland,hicieron que por fin Rhodes tuviera elmotivo que necesitaba y en agosto de 1890fundó la “Compañía Británica de África

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Roque Armada,

director de

Armada

Expediciones, con

el magnífico

profesional inglés

Phil Palmer a la

entrada del área

de caza de Matetsi

con el mapa que

muestra las

distintas unidades

que conforman

la zona.


del Sur” que bajo mandato de la ReinaVictoria, se constituyó para la pacifica-ción, colonización y explotación deMashonaland y Matabeleland, los dos rei-nos que hoy componen Zimbabwe. Formóuna columna de unos 500 mercenarios yaventureros que se conoce en la Historiacomo la “Columna de Pioneros” bajo elmandato de su lugarteniente LeanderStar Jameson. Como guía para esa expe-dición Rhodes contrató al mejor que habíaen el momento, el experto cazadorFrederic Courtney Selous quien conocíabien esas tierras por haber cazadomuchos elefantes en ellas. Tras un avan-ce sin problemas por las tierras de lospacíficos mashonas, izaron sin incidenciaslas bandera británica el 13 de septiembrede 1890 en el corazón de Mashonaland, enFort Salisbury, después capital deRhodesia, hoy actual Harare capital deZimbabwe. Cada uno de los 500 pionerosrecibió una concesión de 1.250 hectáreasde tierra y derecho a 15 prospeccionesmineras. Pero Rhodes deseaba ampliar suimperio a tierras mucho más fértiles, con

mejores pastos y que sospechaba másricas en oro, que quedaban al Oeste deMashonaland. El problema es que en vezde enfrentarse a los pacíficos y sumisosMashonas se encontraban en manos delos más feroces guerreros que quedabanen África: los matabeles y su reyLobengula. Unas nuevas disputas fronte-rizas justificaron la entrada en el reinoMatabele, y a principios de octubre de1893 dos columnas de soldados y merce-narios de la Compañía Británica de Áfri-ca del Sur, entraron en Matabeleland.

Inmediatamente fueron atacados pormás de 20.000 guerreros organizados enlos terribles impis o regimientos Mata-beles, que utilizaban en la guerra laestrategia que habían heredado de susantepasados zulú de ataque en forma delcuerno de búfalo. En este orden de bata-lla los regimientos de guerreros de mayoredad, más fuertes y experimentados,atacaban por el frente mientras que losmás ágiles y rápidos envolvían por loslados y por atrás rodeando al enemigo,evitando su huida y exterminándolo.

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El acogedor

bungalow en

cuyo interior

está la zona de

estar del

campamento de

la Unidad 2

de Matetsi.

El confortable

interior de

uno de los

dormitorios de

la unidad 2.


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Esta técnica fue la que utilizaron loszulúes sólo 15 años antes con las tropasde Lord Chemsfold en Sudáfrica, con-cretamente en la batalla de Isandhwa-na donde 1.500 soldados británicossucumbieron en la mayor derrota queha sufrido el Imperio Británico ante tri-bus nativas. Los ingleses, perfectamen-te armados, pero con un exceso de arro-gancia lucharon en campo abierto, sinfortificarse, siendo masacrados y de loscuales no quedó un solo supervivientepara contarlo.

Pero Selous era mucho más astuto ymenos arrogante que Lord Chemsfold yconocía muy bien a los matabeles. Sabíaque nadie puede sobrevivir a un ataquede sus impis cuando usan la formacióndel búfalo, si los combate en campo abier-to. Por tanto siguió las enseñanzas de losboers, que fueron los únicos que vencierona los zulúes con sus cercos fortificados decarretas encadenadas, conocidos comolaagers, en el complicado lenguaje afri-caans. Construyó uno de estos perímetrosfortificándolo con alambre de espinos ycascos de botellas rotos para cortar lospies de los matabeles. Además, contabacon una modernísima arma que para supesar no tuvo Lord Chemsfold, cuatroametralladoras Maxim que emplazó enlas cuatro esquinas del laager. Ordenóque nadie saliera a combatir en campoabierto bajo ningún pretexto y, atrinche-rado, esperó a los impis de Lobengula. Enmenos de cuatro horas más de 800 guerre-

ros matabeles yacían muertos o heridosdelante de las ametralladoras británicas,Selous apenas tuvo unas pocas bajas. El 4de noviembre de 1893 las dos columnas deJohn Cecil Rhodes bajo el mando deJameson y guiadas por Selous, convergí-an sobre el kraal o poblado real enBulawayo del cual Lobengula había huidoy quemándolo no había dejado más quelas cenizas. Pero lo que Rhodes no sabíaera que Lobengula, extraordinariamenteinteligente había previsto con anticipa-ción que todo esto iba a pasar. Duranteaños había estado enviando a sus guerre-ros a trabajar en las minas de diamantesde Rhodes en Kimberley. Cada guerrerodebía trabajar durante el contrato de cua-tro años que le hacían los ingleses y alregresar a su tribu debía llevar comoregalo para su rey un diamante, quehabría robado con habilidad y que debíatener al menos el tamaño de un huevo depaloma. Sólo si cumplía este requisito, asu regreso tenía derecho a contraer matri-monio y tomar la corta lanza de guerreroo assegai e ingresar en uno de los impis oregimientos del Rey.

Estos diamantes los guardaba Loben-gula en doce vasijas de barro del tama-ño de un melón que cubría cuidadosa-mente con piel de cabritillo no nato en lomás secreto de su kraal. Cada año, conmotivo de su cumpleaños, se cubría elcuerpo con grasa de búfalo y cuidadosa-mente pegaba a su cuerpo los diaman-tes y así se exhibía delante de sus súb-

Un conocido

cazador español

con uno de los

leopardos de

Matetsi.


ditos en señal de poder. El brillo increí-ble que producían sus diamantes bajo elsol africano era conocido como “ElFuego de Lobengula”.

Cuando el 4 de noviembre de 1893 lascolumnas de Rhodes convergieron sobresu kraal abrasado, el Rey había huido.Estaba enfermo de gota, humillado ydesesperado. Por los dolores que sufríapor la enfermedad tenía que ser trans-portado en la carreta real tirada por diezyuntas de bueyes, con sus esposas yescoltado por el impis de su medio her-mano e induna (general) de sus ejérci-tos, llamado Gandang. Emprendió elcamino del exilio hacia el norte buscan-do la frontera, dirigiéndose hacia aque-llas enormes cataratas del río Zambezeque los matabeles conocían como “eltrueno que moja” y que hoy todos cono-cemos como Cataratas Victoria.

Pero cerca de las cataratas Lobengulase sintió muy enfermo, agotado, deprimi-do y no pudo seguir. Mandó parar a sucomitiva y pidió a su mejor general ymedio hermano, Gandang, que buscarauna gruta que le pudiera servir de tumbao túmulo real para la eternidad. Ordenó asu unlimo o hechicero, que le preparaseuna poción fulminante, pero indolora, abase de veneno de mamba negra e ingi-riéndola pasó sin dolor a la nueva vida.

Un rey matabele de acuerdo a la tradi-ción debe ser enterrado envuelto en unapiel de búfalo macho jefe de manadarecién muerto. La piel al secarse y al cur-

tirse encoge y le sirve de ataúd. Por lasprisas de la situación Lobengula fueenvuelto en la piel del buey guía de tiro desu carromato. Gandang el induna busca-ron una colina o kopje con una cueva en labase, que sirviese de tumba al último Reyde los matabeles. Después de enterrarlodejaron a sus pies sus armas y como últi-ma ofrenda para el más allá, 12 peque-ñas vasijas del tamaño de un melón cadauna llenas de diamantes, que debían sercomo mínimo del tamaño de un huevo depaloma. Gandang, al alejarse para ren-dirse ante las columnas de Rhodes,sumido en la tristeza de ver un mundoque terminaba, se volvió en un últimoadiós a su Rey y curiosamente observóque el kopje tenía una forma similar a lade un babuino sentado. Nunca jamásnadie en los 120 años transcurridos haencontrado esta tumba.

Acabo de regresar de esa zona deZimbabwe, concretamente de la unidadNúmero 2, del Área de Caza de Matetsi,a la que estoy enviando a cazar a misclientes de Armada Expediciones. El pro-pósito del viaje era, después de ver un parde zonas nuevas en Sudáfrica, conocer lasituación de Zimbabwe y personalmentela zona, como suelo hacer siempre quepuedo, para mandar a mis cazadores conel máximo conocimiento de causa. Depaso quería intentar tirar a uno de esosdificilísimos antílopes pequeños, elSharps grysbock que tanto me gustan y alos que persigo casi con lupa y que falta en

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Un elefante de

Matetsi.


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mi colección de los 10 enanos o “Tinyten”. Además, y aunque sabía que eracasi imposible tantear si en esos escasoscinco días de caza que tenía podía hacerentrar a un leopardo a mis cebos.Mientras buscaba casi con microscopioel grysbock, alimentaba la posibilidadde ver en algún sitio un kopje en formade babuino sentado, por si encontrabaalgo interesante debajo, pero eso no se lodije a mi cazador profesional por si pen-saba que estaba chalado.

Matetsi está situada en el noroeste deZimbabwe, cerca de las CataratasVictoria, concretamente entre éstas y elantiguo Parque Nacional de Wankie, quehoy se llama Hwange. El área de cazaestá dividida en seis concesiones que searriendan cada cuatro años a diferentescompañías de caza que trabajan median-te un sistema de cupos o cuotas muy con-servador. Es un terreno montañoso y altosobre el nivel del mar que le da un climafresco que produce junto con la gran can-tidad de sales minerales de sus tierrasunos magníficos pastos que estimulan unexcepcional crecimiento de las cuernas delos trofeos que ahí viven.

La unidad 2 es una de las mejoreszonas de caza del Área de Matetsi y detodo Zimbabwe, además de las quemayor reputación ha mantenido del paísdurante los últimos 50 años. Son unas45.000 hectáreas de bush en las que

abundan todas las especies de cazamayor con unas cuotas de 15 búfalos,cuatro elefantes, seis leopardos y ochosables. Los elefantes de media están entorno a las 45-55 libras, pero existe laposibilidad de que nos entre alguno deBotswana, según llueva más o menos, ypodamos sobrepasar ampliamente estepeso. Leones tiene magníficos, pero pordesgracia las cuotas actuales para todoel país son mínimas. A veces dan uno alaño y otras ninguno, pero se puedenencontrar melenas descomunales tantopor la buena genética que tiene la zonacomo por la proximidad del Kalahari, dedonde a veces pasa algún ejemplarincreíble. Hace poco un cazador españolha cobrado uno de los más increíbles leo-nes que he visto en mi vida en la Unidad2 con una melena negra tal, que sóloporque sé muy bien de donde viene nopodría sospecharse que no es un león de“peluquería cercada sudafricana”. Losbúfalos son los típicos de Zimbabwe, conmagníficos bosses, aunque sus anchurasno son descomunales siendo la media 38ó 40 pulgadas, pero se consiguen mejo-res. Leopardos tiene muchísimos, perocomo es una zona propiedad del gobier-no, sólo se pueden cobrar tirando con luznatural, y además no se puede pre-cebar, con lo cual es una caza muy difícilaunque muy auténtica si usted quieretirar uno a la manera tradicional.

Un búfalo de

descomunal bossde Matetsi,

cobrado con un

Express .470 NE.


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Aunque Matetsi es una magnífica zonapara los “grandes” lo que ha hecho que sureputación se conozca en el mundo enteroha sido que además cuenta con una mag-nífica población y enorme calidad de antí-lopes. Otras zonas de caza de Zimbabwe,como el valle del Zambeze, cuentan con lamisma abundancia y calidad de los cincograndes, pero tienen poca densidad deantílopes de las especies más deseadas.Matetsi tiene buenísimos kudus, magnífi-cos elands, muchísimos waterbuck y susfamosísimos sables. Esta zona ha dadoalgunos de los mejores trofeos de todasestas especies, pues de los seis primerossables del mundo según el libro de SafariClub Internacional, tres son de Matetsicon 45; 46 y casi 47 pulgadas. Pero másque por estos supertrofeos puntuales, espor la continua y consistente calidadmedia de sus sables por lo que ha sidoconocida en el mundo entero. Para estosbellísimos antílopes es probablemente lamejor zona del mundo, tal vez junto conKafue en Zambia, siendo sencillísimoencontrar ejemplares de 43 y 44 pulgadasy buscando un poco más incluso mejorespues se han abatido como antes dije de 45y 46. Durante cinco décadas desde que seorganizó la caza deportiva en Zimbabwefue un mito en los libros de récords. Aquíun americano llamado Irvin Barnhartmató un búfalo que en su momento fuerécord del mundo, también cazó ese perso-naje legendario que fue Peter Capstick,cuando guiaba profesionalmente para lacompañía, Matetsi Safaris bajo la direc-ción del legendario Geoff Broom….

El campamento de la Unidad 2 es mag-nífico, encontrándose en una colina eleva-

da con preciosas vistas al bush deMatabeleland. Son varios bungalowsredondos con preciosos y típicos techos depaja y cada uno cuenta con su baño com-pleto incorporado con ducha y bañera a suelección. Un magnífico gusto por parte dela compañía propietaria que los tienedecorados con bonitos muebles y grabadosde estilo africano y está en unos nivelesdifíciles de igualar no sólo en Zimbabwe,

Roque Armada con el impala cobradopara ser utilizado como cebo para leopardo.


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Uno de los sables

que han hecho

a Matetsi

famosa en el

mundo entero.

sino por muchos lujosos campamentos deSudáfrica. Además cuenta con un bunga-low central que hace las veces de comedory cuarto de estar, con chimenea interior yuna preciosa balconada sobre el bushdonde al amor de una hoguera se tomauna copa después de un duro día de caza.

Respecto a la situación del país, por lomenos en lo que se refiere a la caza, hamejorado mucho desde la dolarización dela economía justo ahora hace un año. Losproblemas de suministro por parte de lascompañías de safari, que había ya no exis-ten y el camino hacia la completa recupe-ración económica del país está abierto. Lazona al ser una “Safari Área” propiedaddel Gobierno, que recibe buenos dólaresanuales por la concesión no ha sufridoninguno de los desagradables incidentes yexpropiaciones que sufrieron las fincasprivadas de los blancos durante las ocu-rridas en los años 2001 y 2002. El DólarAmericano ahora funciona libremente y,de hecho, todo se paga en esa moneda.

Y precisamente las famosas CataratasVictoria, consideradas la octava maravilladel mundo, y su aeropuerto internacionales otro de los grandes atractivos de estazona. Te permite ir en un vuelo regulardesde Johannesburgo a muchas capitaleseuropeas y luego, en apenas dos horas en

coche, llegar al campamento sin necesi-dad de complicados y carísimos vueloscharter. Además, esta proximidad haceque sea un destino imnmejorable para ircon familia. Al principio, durante la cazao mejor al final, aconsejo pasar una nocheo dos en Victoria Falls.

Todo tipo de divertidas actividadespara la familia, desde cenas románticas enbarcos elegantísimos, paseos en piraguapor el Zambeze, en elefante domesticado,safaris fotográficos a caballo, vuelos enhelicóptero o ultraligero sobre las catara-tas. Si usted es más amigo de las emocio-nes fuertes, haga rafting por las aguasbravas en barcas neumáticas o penetre enuna fuera borda de potentes motoreshasta el mismo pie de la catarata. Si legusta sentir chorros de adrenalina en susangre contrate el plato fuerte del menú:con una cuerda elástica atada a las pier-nas le ofrecen saltar desde el puente inter-nacional del Zambeze, justo sobre losmayores saltos de las cataratas. Dicen queno hay ningún peligro, pues la longitud dela cuerda está perfectamente medida ensu punto de máximo estiramiento, pero noobstante por si con eso de las pulgadas ylos pies de los británicos se hacían un lío alpasarlo a metros y centímetros, yo preferídejarlo para una próxima ocasión.


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Uno de los

descomunales

waterbucks de

Matetsi que le

han dado fama

mundial no sólo

como zona de los

cinco grandes,

sino como

continua

pulverizadora

de récords en

plain game.

Todo tipo de hoteles, restaurantes, casi-nos y hasta una discoteca por si entrebúfalo y leopardo quiere llevar a su seño-ra a mover el esqueleto, lo cual no dejaríade ser una novedad. Innumerables tien-das desde barata artesanía hasta la mássofisticada joyería están esperando a sufamilia para entretenerlos, mientrasusted sigue cazando en la unidad 2 deMatetsi. Como apenas se tarda 90 minu-tos en coche del campamento a las cata-ratas puede organizar que un día despuésde chequear sus cebos y si el maldito leo-pardo no ha entrado otra vez, se puede ira pasar el día, comer, hacer compras yvisitar las cataratas y aun estará a tiem-po de volver a cenar al campamento.

Una vez en las cataratas sólo tiene quedirigirse al bonito hotel Ilala Lodge yhablar con la directora de actividades, laamable y guapísima señorita MichelleClipston. Mientras usted, totalmente hip-notizado por los ojos verdes más bonitosque he visto en África, contrata todo tipode actividades terminadas en “ing”, yalgunas más que no sabe ni lo que son, sumujer no parará de darle codazos paraque vuelva al mundo real en que vive y sedeje de sueños románticos, para conti-nuar con la visita turística de las catara-tas. Michelle, además de organizarle cual-quiera de estas actividades, le prepararála recogida de su familia en el campamen-to de caza por la mañana para entretener-

los un día entero con sus programas deturismo. Mientras tanto usted no tienemás remedio que esperar a su leopardo operseguir a su búfalo, dudando mucho desi a pesar de su tremenda afición por estodel rifle, no preferiría estar bajo el embru-jo de esos increíbles ojos verdes haciendoturismo, en vez de cazar. De todos modos,al final de su safari le aconsejo muchoquedarse una noche en el famoso HotelVictoria Falls, construido por los británi-cos en 1904 cargado de aire colonial queaun se respira. Increíbles cuadros de lareina Madre o del Rey Jorge V decoran lasparedes, preciosos dormitorios de ambien-te colonial, una maravillosa piscina conun bar de cócteles, varios restaurantescon vistas al puente internacional delZambeze entre Zimbabwe y Zambia. Unservicio amable y educado al más puroestilo británico que tanto hemos visto enpelículas como “Memorias de África” leharán sentirse en un ambiente que, pordesgracia, ya pasó y nunca ha de volver.

Pero el gran atractivo es la visita a laspropias cataratas apenas 10 minutosandando del hotel. Empezará visitando laestatua de Livingstone, aquel medio explo-rador medio misionero que diera a conocerlas cataratas al mundo en 1861 y las cua-les bautizó con el nombre de su Reina. Unaincreíble sucesión de saltos de todas las for-mas y maneras, le enseñarán porqué sonmundialmente conocidas y la mayor atrac-


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ción turística de África. Y mientras caminade salto en salto verá cómo se va mojandopor una nube de agua en suspensión ycomprenderá por que los matabeles las lla-maban “El Trueno que Moja”.

Habrá cazado en una de las mejoreszonas de África, la Unidad 2 de Matetsiy usted y su familia habrán visitado lasCataratas Victoria uno de los sitios masbonitos, impresionantes y románticosque quedan en el Mundo. Y mientraspistea sus elefantes, aguarda sus leopar-dos, persigue a sus descomunales sableso rececha malhumorados búfalos, noolvide querido lector mirar con el rabillodel ojo por si tiene la suerte de descu-brir, pues yo no la tuve, una pequeña

colina o kopje con forma de babuino sen-tado. Tal vez en su base encuentre unapequeña cueva donde yace el último Reyde los matabeles y a sus pies doce peque-ñas vasijas de barro que contienen “elFuego de Lobengula”.

Entonces, amigo lector, será el másafortunado entre los mortales pues yasólo se dedicará a cazar.

Un abrazo y buena suerte.

Nota: Agradecemos a Roque Armada ya Armada Expediciones, [email protected] y www.armadaexpedi-cones.com ; 91 298 19 03 la colaboraciónprestada y el material grafico para la ela-boración de este artículo.

De compras en

las Cataratas

Victoria.

A sólo 90

minutos en

coche del

campamento se

ofrecen todo

tipo de

atractivos para

que su familia

se entretenga

antes, durante

o al final

de la caza.

La terraza del

Hotel sobre el

río Zambeze,

desde la que se

divisan las

cataratas.

Está a sólo 10

minutos

caminando de

esa maravilla de

la Naturaleza.


caza mayor tras el fuego de lobengula · 2017-05-28 · la zona. tras los fuegos de lobengola: ......

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