centros históricos y turismo cultural

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CENTROS HISTÓRICOS Y TURISMO CULTURAL: RETOS DE PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN Mgter. JORDI PADRÓ WERNER Consultor en patrimonio, museología y turismo cultural [email protected] www.stoa.es Los espacios urbanos públicos (plazas, calles, parques...) constituyen, ya de por sí, auténticos lugares de convivencia e intercambio social, pero los barrios antiguos y centros históricos aportan además unos valores culturales de indudable interés y tienen, a menudo, unos atractivos suficientes como para constituirse en lugares emblemáticos, tanto para la población local como para los visitantes foráneos. Mientras que en el pasado los esfuerzos de rehabilitación de estos conjuntos patrimoniales se centraban principalmente en intervenciones aisladas, centradas en los bienes de notable interés arquitectónico, actualmente se pone de manifiesto la necesidad de intervenir de una manera global, para afrontar la supervivencia y conseguir la dinamización de unos conjuntos orgánicos complejos como son los núcleos antiguos de las ciudades. La revalorización de los centros históricos pasa por evitar que se produzcan alteraciones significativas del tejido social como resultado de las intervenciones de rehabilitación arquitectónica y reforma urbanística. Es necesario contemplar la recuperación integral de los centros históricos como espacios vivos y, a la vez, visitables. Tienen que ser un espacio colectivo, con unas características de representatividad adecuadas que refuercen la identidad de la población. Es fundamental, para ello, potenciar su recuperación en diversos sentidos: vivienda, comercio, cultura, ocio, relación social... Es preciso que en los procesos de dinamización de dichos espacios se consiga fijar la población residente y se puedan potenciar nuevas oportunidades de empleo mediante el desarrollo de actividades y servicios diseñados y gestionados con la participación de las asociaciones locales y los distintos agentes culturales y sociales. Desde el punto de vista de la experiencia turística, el reto fundamental consiste en dar respuestas adecuadas e imaginativas a las nuevas demandas que plantean unos visitantes cada vez más motivados por descubrir culturas y conocer el pasado. Por ello, en la medida que aspiramos a convertir un centro histórico en un destino de turismo cultural y urbano, es preciso plantearse su planificación y adecuación como espacio visitable o conjunto interpretativo. La Interpretación del Patrimonio (IP) como plantea hoy en día la necesidad de facilitar al visitante el descubrimiento del espíritu del lugar; y ofrecerle una experiencia que tenga en cuenta diferentes sentidos de la percepción humana. A partir del patrimonio y el paisaje urbano de un centro histórico, la IPpretende sensibilizar al visitante y ofrecerle las claves fundamentales para que pueda ver, descubrir, explorar, sentir... Se trata, en definitiva, de promover un conjunto de experiencias que ofrecen al turista cultural un significado y una vivencia. Para ello es preciso que utilicemos unos instrumentos adecuados de presentación y comunicación patrimonial que estén al servicio de la motivación, la emoción y la calidad de la experiencia del visitante. Abordar la puesta en valor e interpretación de un centro histórico plantea la necesidad de tener muy en cuenta la preservación del tejido social y la calidad de vida de la población residente, pero a la vez hay que tener reconocer la capacidad de atracción de los centros históricos y su potencial turístico, que puede revertir positivamente, por sus enormes efectos multiplicadores, en su propia conservación, si se parte de una planificación adecuada y de una interpretación auténtica y honesta, que evite la banalización o estandarización de la oferta. El reto consiste en plantear intervenciones orientadas a conseguir compatibilizar dos objetivos fundamentales: La mejora de la calidad de vida de la población local y el respeto a las formas propias de vida. La mejora de la calidad de la experiencia del visitante, por un contacto con un entorno más agradable, bien cuidado y con una dimensión humana del tiempo y del espacio, y por la aplicación de una estrategia de interpretación patrimonial

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El texto plantea el uso de la interpretación del patrimonio (IP) en el contexto de la planificación del desarrollo turístico sostenible de centros históricos.

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Page 1: Centros históricos y turismo cultural

CENTROS HISTÓRICOS Y TURISMO CULTURAL: RETOS DE PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN

Mgter. JORDI PADRÓ WERNER Consultor en patrimonio, museología y turismo cultural

[email protected] www.stoa.es

Los espacios urbanos públicos (plazas, calles, parques...) constituyen, ya de por sí, auténticos lugares de convivencia e intercambio social, pero los barrios antiguos y centros históricos aportan además unos valores culturales de indudable interés y tienen, a menudo, unos atractivos suficientes como para constituirse en lugares emblemáticos, tanto para la población local como para los visitantes foráneos. Mientras que en el pasado los esfuerzos de rehabilitación de estos conjuntos patrimoniales se centraban principalmente en intervenciones aisladas, centradas en los bienes de notable interés arquitectónico, actualmente se pone de manifiesto la necesidad de intervenir de una manera global, para afrontar la supervivencia y conseguir la dinamización de unos conjuntos orgánicos complejos como son los núcleos antiguos de las ciudades. La revalorización de los centros históricos pasa por evitar que se produzcan alteraciones significativas del tejido social como resultado de las intervenciones de rehabilitación arquitectónica y reforma urbanística. Es necesario contemplar la recuperación integral de los centros históricos como espacios vivos y, a la vez, visitables. Tienen que ser un espacio colectivo, con unas características de representatividad adecuadas que refuercen la identidad de la población. Es fundamental, para ello, potenciar su recuperación en diversos sentidos: vivienda, comercio, cultura, ocio, relación social... Es preciso que en los procesos de dinamización de dichos espacios se consiga fijar la población residente y se puedan potenciar nuevas oportunidades de empleo mediante el desarrollo de actividades y servicios diseñados y gestionados con la participación de las asociaciones locales y los distintos agentes culturales y sociales. Desde el punto de vista de la experiencia turística, el reto fundamental consiste en dar respuestas adecuadas e imaginativas a las nuevas demandas que plantean unos visitantes cada vez más motivados por descubrir culturas y conocer el pasado. Por ello, en la medida que aspiramos a convertir un centro histórico en un destino de turismo cultural y urbano, es preciso plantearse su planificación y adecuación como espacio visitable o conjunto interpretativo. La Interpretación del Patrimonio (IP) como plantea hoy en día la necesidad de facilitar al visitante el descubrimiento del espíritu del lugar; y ofrecerle una experiencia que tenga en cuenta diferentes sentidos de la percepción humana. A partir del patrimonio y el paisaje urbano de un centro histórico, la “IP” pretende sensibilizar al visitante y ofrecerle las claves fundamentales para que pueda ver, descubrir, explorar, sentir... Se trata, en definitiva, de promover un conjunto de experiencias que ofrecen al turista cultural un significado y una vivencia. Para ello es preciso que utilicemos unos instrumentos adecuados de presentación y comunicación patrimonial que estén al servicio de la motivación, la emoción y la calidad de la experiencia del visitante. Abordar la puesta en valor e interpretación de un centro histórico plantea la necesidad de tener muy en cuenta la preservación del tejido social y la calidad de vida de la población residente, pero a la vez hay que tener reconocer la capacidad de atracción de los centros históricos y su potencial turístico, que puede revertir positivamente, por sus enormes efectos multiplicadores, en su propia conservación, si se parte de una planificación adecuada y de una interpretación auténtica y honesta, que evite la banalización o estandarización de la oferta. El reto consiste en plantear intervenciones orientadas a conseguir compatibilizar dos objetivos fundamentales:

La mejora de la calidad de vida de la población local y el respeto a las formas propias de vida.

La mejora de la calidad de la experiencia del visitante, por un contacto con un entorno más agradable, bien cuidado y con una dimensión humana del tiempo y del espacio, y por la aplicación de una estrategia de interpretación patrimonial

Page 2: Centros históricos y turismo cultural

Todo centro histórico que aspire a posicionarse como destino de turismo cultural y que quiera “mostrarse” a los visitantes debería disponer de un plan de interpretación del patrimonio. Se trata de disponer de un instrumento estratégico de planificación que nos permita tomar decisiones sobre qué queremos mostrar, qué relato queremos transmitir, dónde, de qué manera, con qué instrumentos y herramientas; y teniendo en cuenta además que deberemos hacerlo a distintos segmentos de público.

PLANIFICAR LA INTERPRETACIÓNDE UN CENTRO HISTÓRICO

La necesidad de llevar a cabo un plan de interpretación

¿QUÉse explica?

¿DÓNDEse explica?

¿CÓMO se explica?

RELATOConceptualización

y desarrollotemático decontenidos.

Localizaciónen el

territorio.Los lugares

de laInterpretación.

Tipología deespacios,

sistemas y medios.

Acciones de difusión…

¿A QUIÉNse explica?

¿POR QUÉse explica?

Objetivos de desarrollocultural,

educativo, turístico...

Incidencia en eldesarrollo local.

Estrategia de segmentación

de públicos.Característicasy motivaciones

de los visitantes.

El plan de interpretación nos permite tomar decisiones para optimizar les inversiones e intervenciones para la puesta en valor del centro histórico y permite hacer más interesante y atractivo para los visitantes el legado patrimonial y el paisaje urbano de un centro histórico, impulsando propuestas imaginativas que deberán ir acompañadas de un sistema de información al visitante que sea claro e interactivo. La interpretación nos va a permitir explicar todo aquello que nos planteemos. Con ella, vamos a comunicar a la gente los significados, las peculiaridades y los vestigios del centro histórico, pero siempre de una manera interesante, entretenida y pedagógica. La pretensión de cualquier sistema interpretativo es interesar al más amplio público posible para conseguir despertar su curiosidad y también la necesidad de conocer y comprender. En cuanto al modelo de gestión, es fundamental avanzar en el hecho de que los poderes públicos incrementen la colaboración mutua y que a la vez se dé un protagonismo mucho más grande al tejido social. Queda todavía un largo trecho por recorrer en la transición hacia la implantación de modelos de gestión que superen la actual burocracia y que opten por la gestión creativa. El horizonte de futuro pasa por profundizar en las experiencias descentralizadas de gestión que favorezcan la confluencia en la gestión y la toma de decisiones conjunta entre los representantes políticos, los profesionales y la sociedad civil. La clave de la gestión patrimonial pasa por introducir los principios de participación, autonomía y descentralización, y por promover la diversificación de las fuentes y formas de financiación, tanto públicas como privadas.