ceremonial de los obispos

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CEREMONIAL DE LOS OBISPOS

PROEMIO

1. HISTORIA DEL LIBRO CEREMONIAL DE LOS OBISPOS El Ceremonial de los Obispos que ha estado en uso hasta nuestros das fue publicado por el Sumo Pontfice Clemente VIII, el ao 1600. Esta edicin era solamente la revisin y correccin de una obra vigente durante mucho tiempo, hecha segn la mente de la restauracin Tridentina. En efecto, el Ceremonial de los Obispos reemplaz a los "Ordines Romani", que desde finales del siglo sptimoproponan las normas para las acciones litrgicas que realizaban los Romanos Pontfices. Entre estos Ordines,Gregorio X (1271-1276) mand editar el que lleva el nmero XIII en el "'Museo italico" en la numeracin de Juan Mabillon, aproximadamente en el ao 1273, en el Segundo Concilio de Lyon, (1274) pero no se edit con el ttulo de "Ceremonial de los Obispos". Sin embargo en este libro se describan las ceremonias para elegir y coronar al Papa, y tambin se daban indicaciones para la Misa papal y celebraciones durante el ao litrgico. Casi cuarenta aos despus, el Ordo Romanus XIV, preparado bajo el nombre del Cardenal Santiago Cayetano Stefaneschi, apro ximadamen te entre los aos 1314 -1320, y luego divulgado por el ao 1341, describa las acciones sagradas que se celebraban en la eleccin, coronacin del Sumo

12Pontfice, y tambin con ocasin especialmente de un Concilio General, de una Canonizacin y de la coronacin de Emperadores y Reyes. Bajo Benedicto XII (1334-1342) y Clemente VI (1342-1352) este mismo libro apareci enriquecido y, luego, bajo Urbano V (1362-1370), se le aadi un suplemento que trata de la muerte del Sumo Pontfice y de la condicin de los Cardenales.

El Ordo XV, segn la numeracin de Juan Mabillon, o "Libro de Ceremonias de la Iglesia Romana" preparado por el Patriarca Pedro Ameil a fines del siglo XIV, bajo Urbano VI (1378-1389) , y despus adicionado bajo Martn V (14171431) por Pedro Assalbit, Obispo de Olarin (Aquitania), junto con los libros manuscritos de Avin y bajo el ttulo de "Libro de Ceremonias de la Santa Iglesia Romana", serva a la Curia papal, hasta que por mandato de Inocencio VIII (1484-1492) Agustn Patrizi, Obispo de Ancona e Ilice (Liguria) termin en 1488 el nuevo Ceremonial. Este libro, cambiado el estilo, fue editado por Cristbal Marcello, Arzobispo electo de Corfinio, en Venecia, el ao 1516: "Tres libros inditos de Los Ritos eclesisticos o Ceremonias sagradas de la santa Iglesia Romana, el cual permaneci en uso hasta nuestros das en las ceremonias del Romano Pontfice. Paris de Grassi, ceremoniero mayor del Papa Julio 11 (15031513) extrajo de un libro Ceremonial anterio r, no slo el Ordo Romanus para la liturgia papal, sino que tambin compuso una obra que en 1564 recibi el ttulo de "Dos libros de Ceremonias de los Cardenales y de los Obispos en sus dicesis", con el cual adapt la liturgia papal en una liturgia episcopal, precisamente para la dicesis de Bolonia.

13

El da 15 de diciembre de 1582, Gregorio XIII (1572-1585) cre una comisin precursora de la Congregacin para los sagrados Ritos y Ceremonias, y que, presidida por el Cardenal Gabriel Paleotti, enmendar el anterior Libro de Ceremonias para Cardenales y Obispos, de Paris de Grassi. San Carlos Borromeo, que en aquella poca resida en Roma, haba sugerido a Gregorio XIII esta renovacin y la apoy. Al morir ste en 1584, cesaron los trabajos de esta comisin. Sixto V (1585-1590) no slo cre el 22 de febrero de 1588 la Congregacin para los sagrados Ritos y Ceremonias, con el fin de que reformara los libros litrgicos, sino que desde el 19 de marzo de 1586 haba mandado que le llevaran muchos Cdices de la Biblioteca Vaticana para elaborar l mismo la nueva observancia de los sagrados ritos. El xito de esta empresa se ignora. Ms tarde, el 14 de julio de 1600, Clemente VIII (1592-1605) al editar el Ceremonial de los Obispos, complet la reforma de este de libro, usando con libertad no slo los libros de Agustn y de Paris, sino tambin otros -segn parece- hoy desconocidos, trabajando en aquel tiempo en la Sagrada Congregacin de Ritos los Cardenales Csar Baronio, San Roberto Bellarmino y Silvio Antoniano, varones ilustres por su santidad y ciencia. La Bula introductoria de este libro nunca habla de un libro nuevo, sino siempre de la correccin del Ceremonial de los Obispos, libro conocido por todos.

El 30 de julio de 1650 Inocencio X (1644-1655) hizo pblica una nueva edicin del Ceremonial de los Obispos corregida y revisada, la cual promulg nuevamente, casi un siglo despus, Benedicto XIII (1724-1730) dado su inters por los ritos sagrados, el 7 de marzo de 1727 no sin antes corregir

14algunos puntos oscuros y ambiguos o contradictorios. Finalmente, quince aos despus, el 25 de marzo de 1742, Benedicto XIV (1740-1758), quien fue antes Oficial de la Sagrada Congregacin de Ritos, volvi a editar el Ceremonial, agregndole el libro III acerca de aquellas cosas que le convenan al Estado Romano Eclesistico, ensalzando el mtodo de la escuela litrgica, que entonces se tena en el Colegio Gregoriano Romano de la Compaa de Jess. Por ltimo Len XIII (1878-1903), en 1886, mand publicar una nueva edicin tpica del Ceremonial de los Obispos, conservando en su totalidad el libro III, aunque no tuviera ya ninguna importancia, por est ar suprimidos los Estados Pontificios, o sea, reducido a la Ciudad del Vaticano. Finalmente el Concilio Ecumnico Vaticano II mand reformar todos los ritos y libros sagrados, y as vio la necesidad entonces de rehacer completamente el Ceremonial de los Obispos y editarlo en una forma nueva. 2. VALOR DEL LIBRO CEREMONIAL DE LOS OBISPOS Los Sumos Pontfices que promulgaron ediciones de este l i b r o , c i e r t a m e n t e d i j e r o n q u e d e b a c o n s e r v a r s e perpetuamente, y no quisieron abolir o abrogar las antiguas ceremonias conformes al espritu del antedicho Ceremonial. Este libro, adaptado a las normas del Concilio Vaticano II, reemplaza al precedente Ceremonial que hay que considerar abrogado, y ha sido redactado de tal manera que se pudieran conservar -segn las

circunstancias - las costumbres y tradiciones locales, de las cuales disfruta cada una de las Iglesias particulares, como tesoro propio, para transmitirlo a

15

las futuras generaciones, siempre y cuando sean conformes con la liturgia renovada segn las exigencias por decreto delConcilio Vaticano 11. La mayor parte de las leyes litrgicas que presenta el nuevo Ceremonial mantienen el carcter obligatorio de los libros litrgicos ya editados. Si se encuentra algo cambiado en el nuevo Ceremonial, esto deber realizarse conforme al modo indicado en el mismo Ceremonial. Las dems normas que se encuentran en el Ceremonial se dirigen a obtener una liturgia episcopal que sea sencilla y al mismo tiempo noble, y plena de eficacia pastoral, de tal manera que pueda convertirse en ejemplo para todas las dems celebraciones.

Para que dicha intencin pastoral fructifique ms fcilmente, este libro fue redactado con el fin de que el Obispo y los otrosministros, sobre todo el maestro de ceremonias, puedan encontrar en l todo aquello que es necesario para que las celebraciones litrgicas, presididas por el Obispo, no se convierta n en un mero aparato ceremonial, sino e n una manifestacin privilegiada de la Iglesia particular, segn el espritu del Concilio Vaticano II.

PARTE 1 LA LITURGIA EPISCOPAL EN GENERAL

19 CAPITULO I INDOLE E IMPORTANCIA DE LA LITURGIA EPISCOPAL

1. DIGNIDAD DE LA IGLESIA PARTICULAR1. "La dicesis es una porcin del Pueblo de Dios que se confa al Obispo para ser

apacentada con la cooperacin de su presbiterio de suerte que, adherida a su Pastor y reunida por l en el Espritu Santo por medio del Evangelio y la Eucarista, constituya una Iglesia particular, en que se encuentra y opera verdaderamente la Iglesia de Cristo, que es una, santa, catlica y apostlica") Ms an, "en ella est presente Cristo, por cuya virtud se congrega la Iglesia. Rectamente lo dijo san Ignacio: "Donde se presente el Obispo, all ha de reunirse la2

asamblea de los fieles, al igual que,dondequiera que est Cristo Jess, all est la Iglesia catlica".3

2.

Corresponde, por tanto, a la Iglesia particular la dignidad de la Iglesia de Cristo. No es,

pues, un grupo cualquiera de hombres que se renen espontneamente para alguna obra comn, sinoque es un don que procede de arriba del Padre de las luces. Ni tampoco se debe considerar como una mera distribucin administrativa del pueblo de Dios, porque ella a su modo posee ymanifiesta la naturaleza de la Iglesia universal, que brot del costado de Cristo crucificado, vive y crece continuamente con la Eucarista, unida a Cristo, madre de los fieles; es "en su lugar, el Pueblo nuevo, llamado por Dios en el Espritu Santo y en gran plenitud".4

Conc.2

Vat.

II,

Decr.

sobre

el

oficio

pastoral

de

los

Obispos

en

la

Iglesia, ChristusDominus, n. 11; cf. Const. dogmtica sobre la Iglesia, Lumen

gentium, n. 23. Cf. Conc. Vat. ll, Const. dogmtica sobre la Iglesia, Lumen3

gentium, n. 26. San Ignacio de Antioqua, Ad Smymaeos, 8,2: ed. Funk I, p.283.

4

Conc. Vat. II, Const. dogmtica sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 26

20

3. Ninguna reunin de fieles ni ninguna comunidad de altar es legtima, si no es bajo el sagrado ministerio del Obispo. Esta forma de reunin de la Iglesia5

particular se extiende y vive en cada una de las comunidades de fieles que el Obispo preside por medio de sus presbteros que "bajo su autoridad santifican y gobiernan la porcin de la grey del Seor a ellos encomendada". 4.6

Como la Iglesia universal est presente y se manifiesta en la Iglesia particular,' as

tambin las Iglesias particulares aportan sus dones propios a las otras comunidades y a toda la Iglesia "detal modo que el todo y cada una de las partes aumenten por la mutua comunin entre todos y tiendan a la plenitud en la unidad".8

II. EL OBISPO FUNDAMENTO Y SIGNO DE COMUNION EN LA IGLESIA PARTICULAR

5. Revestido de la plenitud del sacramento del Orden, el Obispo rige, como vicario y legado de Cristo, la Iglesia particular, en comunin y bajo la autoridad del Romano Pontfice.9

"Los Obispos, pues, son puestos por el Espritu Santo, como los sucesores de los Apstoles y como Pastores de las almas. Porque Cristo dio a los Apstoles y a sus sucesores mandato y poder

para ensear a todas las gentes, para que santifIcaran a todos los hombres en la verdad y los apacentaran. Los Obispos, por consiguiente, han sido constituidos por el Espritu Santo, que les ha

5

Cf. ibidem, n.

26

6 Cf.

ibidem,

nn. 26,28; COnst. de Sagrada Liturgia,

Sacrosanctum Concilium, Lumen gentium,n. 23.

n. 41.

Cf. Conc. Vat. 11, Const. dogmtica sObre la Iglesia,

8

Conc. Vat. Il, Cons t. dOgm tica sobre la Ig lesia,

Lumen gentium,

n. 13.

9

Cf. Conc. Vat. 1l, Const. dogmtica sobre la lglesia, ObispOs, en la lglesia,

Lumen gentIum,

nn. 26,27; Decr. sobre el oficiO pastoral de los

Christus Dominus, n.

3.

21

sido dado, verdaderos y autnticos maestros de la fe, pontfices y pastores". 1

6.

Por la predicacin del Evangelio el Obispo, con la fortaleza del Espritu, llama a los

hombres a la fe, o los confirma en la fe vital, y les propone el ntegro misterio de Cristo." 7. Por medio de los sacramentos, cuya celebracin legtima y fructuosa regula l con su

autoridad, el Obispo santifica a los fieles. El dispone la administracin del Bautismo, por medio delcual se concede la participacin en el sacerdocio de Cristo. El es el ministro ordinario de la confirmacin, el dispensador de las Sagradas Ordenes, y el moderador de la disciplina penitencial. Eldirige toda celebracin legtima de la Eucarista, por medio de la cual continuamente vive y crece la Iglesia. Solcitamente exhorta e instruye a su pueblo para que participe con fe y reverencia en laliturgia y, sobre todo, en el santo sacrificio de la Misa. 8.12

En la persona del Obispo, a quien asisten los presbteros, el Seor Jesucristo,

Pontfice Supremo, est presente en medio de los fieles. Porque, sentado a la diestra del Padre, no est ausente de la comunidad de sus pastores, quienes, elegidos para apacentar la grey del Seor, son los ministros de Cristo y los dispensadores de los misterios de Dios. Por13

consiguiente "el Obispo debe ser considerado como el gran sacerdote de su grey, de quien deriva y depende en cierto modo la vida en Cristo de sus fieles"." 9. El Obispo es el "administrador de la gracia del supremo

10

Conc. Vat. lI, Decr. sObre el oficio pastoral de los Obispos en la Iglesia, Christus Dominas, n.2

Cf. ibidem, n. 12.

12

Cf. Conc. Vat. lI, Const. sObre la lglesia. Lumen gentium, n. 26; Decr. sObre el oficio pastoral de los ObispOs en la Iglesia, Christus Dominus, n. 15.

13

Cf. Ibdem, n. 21.

14

Conc. Vat. II, Const. de Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium, n.41.

22

sacerdocio" 1 5 y propia potestad,

de

l del

dependen, los Orden

en

el que,

ejercicio han sido

de

su cul

tanto

presbteros,

ciertamente,

prvidos colaboradores

Episcopal

tambin

constituidos verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento, como los diconos, que, ordenados para el ministerio, estn al servicio del pueblo de Dios en comunin con el Obispo y su presbiterio; as, pues, el Obispo mismo es el principal dispensador de los misterios de Dios, as como tambin moderador, promotor y custodio de toda la vida litrgica en la Iglesia que le ha sido confiada. 1 6 Y a l mismo "ha sido confiado el oficio de ofrecer a la Divina Majestad el culto de lareligin cristiana del y de y reglamentarlo las leyes de en la conformidad Iglesia, con los preceptos Seor precisadas

ms concretamente para su dicesis, segn su criterio" 10. El Obispo la rige con18

la

Iglesia

particular que

que recibi

le por

ha y su

s i d o encomendada, tambin con ordenacin episcopal

consejos, y sagrada

exhortaciones, potestad

ejemplos

autoridad

y que emplea para edificar a su grey en la

verdad y santidad. "Los fieles, por su parte, deben estar unidos a su Obispo como la Iglesia a Jesucristo y como Jesucristo al Padre, para que todas las cosas se armonicen en la unidad y crezcan para gloria de

III. IMPORTANCIA DE LA LITURGIA EPISCOPAL

11.

El oficio del Obispo, como doctor de su Iglesia, santificador

15

Oracin de la Ordenacin episc opal, en el Rito bizantino: Euchologion to mega, Romae, 1873, p. 139; Conc. Vat. Il, Const. dogmtica sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 26.

16

Cf. Conc. Vat. Il, Decr. sobre el oficio pas toral de los O bispos e n la Iglesia, Christus Dominus, n. 15.

17

Conc. Vat. II, Const. dogmtica sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 26.

18

Cf. ibidem, n. 21; Decr. sobre el oficio pastoral de los Obispos en la Iglesia, Christus Dominus, n. 3.

19

Conc. Vat. ll, Const. dogmtica sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 27.

23

y pastor, resplandece especialmente en la celebracin de la sagrada liturgia, que realiza con el pueblo. "Por eso conviene que todos tengan en gran aprecio la vida litrgica de la dicesis en torno al Obispo, sobre todo en la iglesia catedral; persuadidos de que la principal manifestacin de la Iglesia se reali2a en la participacin plena y activa de todo el pueblo santo de Dios en las mismas celebraciones litrgicas, particularmente en la misma Eucarista, en una misma oracin, junto al nico altar donde preside el Obispo, rodeado de su presbiterio y ministros". 12.20

La s sa g ra d a s c e le b ra c io n es q u e p resid e e l O b isp o manifiestan, pues, el

misterio de la Iglesia en el cual est presente Cristo; no son, por lo tanto, una mera suntuosidad de ceremonias. Por lo dems, conviene que las mismas celebraciones sean modelo para toda la dicesis, y resplandezcan por la participacin activa del pueblo. Por tanto, la comunidad congregada participe enellas con el canto, el dilogo, el silencio sagrado, la atencin interna y la participacin sacramental. 13. En tiempos determinados y en los principales das del ao litrgico prevase esta

plena manifestacin de la Iglesia particular a la cual se invite al pueblo para que concurra de las diferentespartes la dicesis, y en cuanto se pueda, a los presbteros. Para que los fieles y los

presbteros puedan ms fcilmente reunirse de todas partes, annciese la reunin en varias ocasiones y diversos lugares de la dicesis. 1 . En estas reuniones extindase la caridad de los fieles a la Iglesia universal, y despirtese 4 en ellos un servicio ms ferviente del Evangelio y de los hombres.

Conc.

Vat. II, Const.

de

Sagrada

Liturgia, Sacrosanctum

Concilium, n. 41.

24

IV. EL OBISPO Y EL CUMPLIMIENTO DE SU OFICIO DE PREDICAR15. Entre los principales oficios del Obispo se destaca la predicacin del Evangelio,

porque el Obispo es el pregonero de la fe ya que atrae nuevos discpulos para Cristo, y es el maestro autntico dotado de la autoridad de Cristo, que predica al pueblo que le ha sido encomendado la fe que ha de ser creda y aplicada a la vida, la ilustra bajo la luz del Espritu Santo, extrayendo del tesoro de la Revelacin cosas nuevas y antiguas, la hace fruc tificar y aparta con diligencia los errores que amenazan a su grey.21

Este oficio tambin lo cumple el Obispo en la sagrada liturgia, cuando hace la homila en la Misa, en las celebraciones de la Palabra de Dios, y, segn las circunstancias, en Laudes y en Vsperas y tambin cuando hace la catequesis y en las moniciones que dice en la celebracin de los sacramentos y sacramentales. 16. "Las fuentes principales de la predicacin sern la Sagrada Escritura y la liturgia, ya que

es una proclamacin de las maravillas obradas por Dios en la historia de la salvacin y en el misterio de Cristo, que est siempre presente y obra en nosotros, particularmente en las celebraciones litrgicas".22

1 . Como la predicacin es un oficio tan propio del Obispo, que no lo ejercen los dems 7ministros a no ser en lugar suyo, compete al Obispo que preside la accin litrgica hacer la homila l mismo. El Obispo predique sentado en la ctedra con mitra y bculo, a no ser que le parezca otra cosa.

21

Cf. Conc. Vat. Il, Const. sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 25.

22

Conc. Vat. ll, de Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium, n. 35.

25

CAPITULO OFICIOS Y MINISTERIOS EN LA LITURGIA EPISCOPAL 18. "En toda comunidad del Obispo", de se altar", congregada "el "bajo el de

sagrado ministerio haber salvacin". 23

manifiesta

smbolo

aquella caridad y unidad del Cuerpo mstico, sin la cual no puede

Por lo tanto, es muy conveniente que cuando el Obispo toma parte en alguna accin litrgica, donde est congregado el pueblo, presida l mismo la celebracin, puesto que posee la plenitud del sacramento del Orden. Lo cual se hace no para aumentar la solemnidad exterior del rito, sino para significar con una luz ms viva el misterio de la Iglesia. Es conveniente tambin que el Obispo asocie a los presbteros en la celebracin. Pero si el Obispo preside la Eucarista sin que celebre, tenga a su cargo la liturgia de la Palabra y concluya 24 la Misa con el rito de despedida, segn las normas que se dan en los nn. 176 -185. 19. En la asamblea que se rene para celebrar la liturgia, sobre

todo cuando preside el Obispo, cada uno tiene el derecho y el deber de prestar su participacin de diferente manera, segn la diversidad de orden y de ministerio. "Cada cual, ministro o simple fiel, al desempear su oficio, har todo y slo aquello que le corresponde".

23

Conc. Vat. Il, Const. dogmtica sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 26.

2A

C f. S. Co ng r. de Rito s, lns tr. sob re la s im p lific ac i n de los r itos y las ins ig nias pontificales, Pontificales ritus, 21

de junio de 1968, n.24: A.A.S. 60 (1968), p. 410.

25

Cf. Conc. Vat. II, Const. de Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium n. 28.

26

As la Iglesia se manifiesta, en sus diversas rdenes y ministerios, como un cuerpo, cuyos miembros constituyen una unidad. Los presbteros 20. Los presbteros, aunque no tengan la suprema cumbre del pontificado y dependan del26

Obispo en el ejercicio de su potestad, estn, sin embargo unidos con l en el honor del sacerdocio. 'Los presbteros, prvidos cooperadores del orden episcopal y ayuda e instrumento suyo, llamados para servir al pueblo de Dios, forman, junto con su Obispo, un solo presbiterio. Ellos, bajo laautoridad del Obispo, santifican y rigen la porcin de la grey del Seor a ellos encomendada". 21.27

Por consiguiente se recomienda en gran manera que en las celebraciones litrgicas el

Obispo tenga presbteros que lo asistan. Ms an, en la celebracin eucarstica presidida por el Obispo, los presbteros concelebren con l, para que en la Eucarista se manifieste el misterio de unidad de la Iglesia, y ellos aparezcan ante la comunidad como presbiterio del Obispo. 22. Los presbteros que participan en las celebraciones episcopales, hagan slo28

aquello que les corresponde como presbteros; si no hay diconos, suplan algunos de los ministerios de ste, pero nunca lleven vestiduras propias del dicono. Los diconos 23. Entre los ministros ocupan el primer lugar los diconos,

cuyo orden ya desde los primeros tiempos de la Iglesia ha sido

26

Cf. Ibidem, n. 26.

27

Cf. Conc. Vat. ll, Const. dogmtica sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 28.

28

Cf. Conc. Vat. Il, Const. de Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium, n. 28.

27 tenido en gran honor. Los diconos, hombres de buena fama, llenos de sabidura, ayudados29

por la gracia de Dios, deben obrar de tal manera, que sean reconocidos como verdaderos discpulos 0 de Aquel, que no vino a ser servido, sino a servir y que estuvo en medio de sus3

discpulos como el que sirve. 24.

32

Fortalecidos con el don del Espritu Santo, ayudan al Obispo y a su presbiterio en el

ministerio de la Palabra, del altar y de las obras de caridad. Constituidos ministros del altar, anuncian el Evangelio, sirven en la celebracin del Sacrificio y reparten el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Los diconos consideren al Obispo como padre y prstenle su ayuda como al mismo Seor Jesucristo, Pontfice eterno, presente en medio de su pueblo. 25. Pertenece a los diconos en las acciones litrgicas: asistir al celebrante, servir al altar,

tanto en lo referente al libro, como al cliz, dirigir oportunas moniciones al pueblo, proponer las intenciones de la oracin universal y proclamar el Evangelio. Si no est presente ningn otro ministro, supla l segn la necesidad los oficios de los dems.33

Si en alguna parte el altar no est de cara al pueblo, el dicono siempre debe volverse a la asamblea cuando le dirige moniciones.26.

En la celebracin litrgica que preside el Obispo, haya por

lo menos tres diconos: uno que sirva al Evangelio y al altar, y otros dos que asistan al Obispo. Si son varios, distribuyan entre s los

29 33:12

Cf. Hch 6,3. Cf. Jn 13,35. Cf. Mt 20,28. Cf. Lc 2 2 , 2 7 . Cf. Misal Romano, Instruccin general, nn. 71, 127.

33

28

diversos ministerios, y por lo menos uno de ellos preocpese de la participacin activa de los34

fieles. Los aclitos 27. El aclito tiene sus funciones propias en el servicio del altar, funciones que debe

ejercer, aun en el caso de que estn presentes ministros de orden superior. 28. Aclito es instituido para que sirva al dicono y al sacerdote. Es propio de l tener

cuidado del servicio del altar, ayudar al dicono y al sacerdote en las acciones litrgicas, sobre todo en lacelebracin de la Misa. Adems, como ministro extraordinario, distribuir la Sagrada Comunin de acuerdo con las normas del derecho. Cuando sea necesario, el aclito instruya a los que sirven en las acciones litrgicas, acerca de la forma de llevar el libro, la cruz, los cirios, el incensario o cumplir otros ofIcios semejantes. Sin embargo, en las celebraciones presididas por el Obispo, conviene que sirvan los aclitos institudos, segn el rito previsto. Y si son varios, se distribuirn entre ellos los diversos oficios.'29.

Para que el aclito desempee sus oficios de una manera ms digna, participe de la

Eucarista con piedad creciente de da en da, alimentndose de ella y obtenga un conocimiento ms profundo de la misma. Esfurcese por adquirir el sentido ntimo y espiritual de cuanto hace, de tal manera que cotidianamente se ofrezca totalmente a Dios y sea impulsado a servir con amor sincero al Cuerpo mstico de Cristo o pueblo de Dios, especialmente de los dbiles y enfermos.

34

Cf. ibidem, n. 71.

35

Cf. Pablo Vl, Carta Apostlica Mnisteria quaedam, 15 de agosto de 1972, n. Vl: A.A.S. 64 (1972), p. 532.

29

Los lectores30. El lector tiene sus funciones propias en la celebracin litrgica, las que deben36

ejercer, aun en el caso de que estn presentes ministros de orden superior. 31.

D e e n tre lo s min is tro s in fe rio re s, d el p ri mero q u e histricamente hay constancia

es del lector. Se encuentra en todas las Iglesias, y su ministerio siempre se ha conservado. El lector

es instituido para el ministerio que le es propio, a saber, leer la Palabra de Dios en la asamblea litrgica. Por ello, en la Misa y en otras acciones sagradas lee las lecturas, excepto el Evangelio. Si no hay salmista, recita el salmo interleccional. En caso de no haber dicono, propone las intenciones de la oracin universal. En cuanto sea necesario, el lector prepare a los fieles que pueden leer la Sagrada Escritura en las acciones litrgicas. Sin embargo, en las celebraciones presididas por el Obispo, conviene que leanlectores instituidos segn el rito previsto, y si son varios, se distribuirn entre ellos las lecturas.32.37

Consciente de la dignidad de la Palabra de Dios y de la importancia de su oficio,

tenga constante preocupacin por la diccin y pronunciacin, para que la Palabra de Dios sea claramente comprendida por los participantes. Ya que el lector anuncia a los otros la Palabra divina, recbala tambin l dcilmente, medtela con asiduidad y con su modo de vivir, sea testigo de ella.

35

Misal Romano, Instruccin general, n. 66.

37

Cf. Pablo Vl, Carta Apost. Ministeriaquaedam, 15 de agosto de 1972, n. V: A.A.S. 64 (1972) p. 532; Misal Romano, Leccionario de la Misa, Nociones preliminares, nn. 51-55; Liturgia de las horas, Instruccin general, n. 259.

38

Cf. Misal Romano, Ordenacin de las Lecturas de la Misa, Nociones preliminares, nn. 19-20, 56.

30

El salmista 33. Dada la importancia litrgica y pastoral que tiene el canto

interleccional, conviene que en las celebraciones presididas por el Obispo, sobre todo en la iglesia catedral, haya un salmista o cantor del salmo, dotado del arte de salmodiar y formado espiritualmente. A l le corresponder cantar el salmo u otro cntico bblico en forma responsorial, o en directo, as como el gradual y el "Aleluya", de tal manera que los fieles encuentren ayuda oportuna para el canto y para meditar el sentido de los textos. El maestro de ceremonias 34. Para que la celebracin, especialmente la que preside el38

Obispo, resplandezca por su decoro, simplicidad y orden, es necesario un maestro de ceremonias que la prepare y dirija en estrecha cooperacin con el Obispo y los dems que tienen el oficio de organizar sus partes, sobre todo bajo el aspecto pastoral. El maestro de ceremonias debe ser verdaderamente perito en sagrada liturgia, su historia y su ndole, sus leyes y preceptos. Pero, adems, debe ser versado en pastoral, para que sepa cmo se han de ordenar las sagradas celebraciones, a fin de fomentar tanto la participacin activa del pueblo, como para promover su belleza. El maestro de ceremonias debe procurar que se observen las leyes de las sagradas celebraciones, segn su espritu verdadero y las legtimas tradiciones de la Iglesia particular, que sean de utilidadpastoral.35. Coordine oportunamente con los cantores, asistentes,

ministros, celebrantes, aquellas cosas que deben hacer y decir.

31

Dentro de la celebracin obre con mxima discrecin; no hable nada superfluo; no ocupe el lugar de los diconos y de los asistentes al lado del celebrante. Hgalo todo con piedad, con paciencia y con diligencia. 36. El maestro de ceremonias se reviste con alba, o sotana y sobrepelliz. Si es dicono,

dentro de la celebracin puede revestir la dalmtica y las dems vestiduras de su orden.

El sacristn37. El sacristn prepara las celebraciones del Obispo juntamente con el maestro de

ceremonias, y bajo su dependencia. El sacristn arregla con diligencia los libros para la proclamacin de la Palabra de Dios y para el rezo de las oraciones, las vestiduras y lo demsnecesario para la celebracin. Vigila se toquen las campanas para la celebracin. Cuida que se observe el silencio y la modestia en la sacrista y en el "secretarirum". El ajuar conservado por tradicin local, no se menosprecie, sino ms bien consrvese en ptimas condiciones. Y lo que se deba adquirir, escjase segn las leyes del arte contemporneo, evitando, sin embargo, la sola aficin de novedades.

38. Al ornato del lugar de la celebracin sagrada pertenece, ante todo, la esmerada limpieza del piso, de las paredes y de todas las imgenes y cosas que se usan o se exponen a la

mirada. Evtese en el ornato tanto la suntuosidad, como la avaricia; en cambio mantngase las leyes de la noble sencillez, de la decencia y del arte genuino. La ndole de los pueblos y la tradicin del lugar indicarn las cosas que deben emplearse y como se han de ordenar "con tal que sirva a los edificios y ritos sagrados con el debido honor y reverencia".39

39

Conc. Vat. Il, Const. de Sagrada liturgia, Sacrosanctum Concilium, n. 123

32

Sea tal el ornato de la iglesia que aparezca como un signo de amor y de reverencia hacia Dios, y al pueblo le sugiera la ndole propia de las fiestas y la alegra y piedad del corazn. El coro y los artistas msicos 39. Todos los que de modo particular toman parte en el canto

y la msica sagrada, tanto el director del coro, cantores, organista, as como otros, observen con diligencia todo aquello que se les prescribe en los libros litrgicos y en los documentos dados por la Sede Apostlica. 04

40.

Los msicos tengan presente sobre todo las normas acerca

de la participacin del pueblo en el canto. Adems deben vigilar que el canto en las celebraciones presididas por el Obispo manifieste ndole universal. De modo que, los fieles puedan decir o cantar a una, no slo en lengua verncula, sinotambin en lengua latina, las partes del ordinario de la Misa que les corresponde. 41. Desde el Mircoles de Ceniza hasta el himno Gloria a Dios en el cielo en la Vigilia Pascual, y en las celebraciones de difuntos, el sonido del rgano y de los otros instrumentos se reserven slo para sostener el canto. DomingoMisal Romano,41

Sin embargo, se excepta el

Instruccin general,

sobre todo nn. 12, 19, 22, 63, 64, 272, 274,

40

275, 313, 324; Ordenacin del Canto de la Misa,

Nociones preliminares;

Liturgia d e las H o r as , I ns tr uc c i n g e ne r al, n. 33; Ritual del Culto o la Eucarista

nn. 2 6 8 - 2 8 4; R itual R o m ano , I nic iac i n cristiana,

Nociones preliminares,

fuera de Misa, nn. 12, 104; Ritual de la Penitencia, nn. 24, 35; Ritual del Cuidado pasto ral y uncin de los enfermos, n. 38,d; Ritual de Ex equias, n. 12; Cf. S. Congr. par a los Obispos, Directorio acerca del ministerio pastoral de los Obispos, 1973, n. 90 d.41

Cf. S. Congr. de Ritos, lnstr.

Musicam sacram,

5 de marzo 1967, n. 66: A.A.S. 69 (1967) p. 319.

33

Laetare (Domingo IV de Cuaresma) y las solemnidades y las fiestas. Desde que termina el himno Gloria a Dios en el cielo en la Misa en la Cena del Seor hasta el mismo himno en la Vigilia Pascual, el rgano y los otros instrumentos musicales se usarn solo para sostener el canto. En tiempo de Adviento los instrumentos musicales se usarn con tal moderacin que concuerde con la alegre expectacin de este tiempo, sin que se adelante a la plena alegra de la Navidad delSeor.

34CAPITULO III

LA IGLESIA CATEDRAL

42.

La iglesia catedral es aquella en la cual el Obispo tiene

situada la ctedra, signo del magisterio y de la potestad del pastor de la Iglesia particular, como tambin signo de unidad de los creyentes en aquella fe, que el Obispo anuncia como pastor de lagrey. En la iglesia catedral el Obispo preside la Liturgia los das ms solemnes y, a no ser que circunstancias pastorales aconsejen otra cosa, consagra el santo crisma, y hace las ordenaciones. 43. La iglesia catedral "por la majestad de su construccin, es

signo de aquel templo espiritual, que se edifica en las almas y que resplandece por la magnificencia de la gracia divina, segn dice el Apstol Pablo: "Vosotros sois templo de Dios vivo" (2 Co 6. 16).Adems debe ser manifestacin de la imagen expresa y visible de la Iglesia de Cristo que predica, canta y adora en toda la extensin de la tierra. Debe ser considerada ciertamente como imagen del Cuerpo mstico de Cristo, cuyos miembros se unen mediante un nico vnculo de caridad, alimentados por los dones que descienden como el roco del cielo". 44. Por tanto, la iglesia catedral se ha considerado con razn el42

centro de la vida litrgica de la dicesis. 45. Inclquese en el nimo de los fieles, por los medios ms

oportunos, el amor y la veneracin hacia la iglesia catedral. Para esto es muy conveniente la celebracin anual de su dedicacin,

42

Pablo Vl, Const. Apost. Mirificus eventus, 7 de diciembre 1965: A.A.S. (1965), p p . 9 4 8 - 9 49 .

35

como tambin las peregrinaciones que los fieles, distribuidos por parroquias o por regiones de la dicesis, hacen a ella para visitarla con devocin. 46. Todo aquello que se prescribe en los documentos y en los libros litrgicos acerca de la43

disposicin y del ornato de las iglesias, la iglesia catedral debe manifestarlo de una manera ejemplar a las dems iglesias de la dicesis. 47.

La ctedra de la cual se habl en el n. 42, debe ser nica

y fija y colocada de tal manera que se vea que el Obispo preside verdaderamente toda la comunidad de los fieles. El nmero de gradas que tenga la ctedra, se debe adaptar a la estructura de cada iglesia para que el Obispo pueda ser visto con facilidad. No se coloque baldaquino encima de la ctedra, pero consrvense con diligente cuidado las obras preciosas que han legado los siglos. Excepto los casos previstos en el derecho, en la ctedra se sienta el Obispo diocesano o el Obispo al cual l mismo se lo haya concedido."

A los dems Obispos o Prelados, acaso presentes, se les preparan sedes en un lugar conveniente, que no sean, sin embargo, ereg idas a modo de ctedra.45

43

Cf.

Misal

R o m a n o , I ns tru cc i n

ge ne ra l, n n .

253-312;

Ordenacin

de

las

L e c t u r a s de

la

Misa,

Nociones

preliminares, nn. 32-34; Pontifical Romano, Ritual de Dedicacin de una Iglesia y de un altar, cap. Il, n. 3; cap.lV, nn. 6-11; Ritual Romano, Ritual del Culto a la Eucarista fuera de Misa,Nociones preliminares, nn. 9-1144

Cf. C.l.C., can. 436 3; infra nn. 1171 y 1176.

43 Cf. S. Congr. Ritos, lnstr. sobre la simplificacin de los ritos e insignias pontificales, Pontificales ritus, 21 de junio de 1968, nn. 10-13: A.A.S. 60 (1968), pp. 408-409.

36

La sede para el presbtero celebrante preprese en un lugar diverso. 48. El altar se construya y se adorne segn las normas del

derecho. Sobre todo se debe atender a que el altar ocupe un lugar que verdaderamente sea el centro al cual se dirija espontneamente la atencin de la asamblea de los fieles." El altar de la iglesia catedral de ordinario ha de ser fijo y

dedicado, separado de las paredes para que se pueda fcilmente pasar alrededor de l y se pueda realizar la celebracin de cara al pueblo Sin embargo, cuando el altar antiguo est situado de tal manera que haga difcil la participacin del pueblo y no se pueda trasladar sin detrimento de su valor artstico, erjase otro altar fijo, artstico y dedicado ritualmente y slo sobre l realcense las sagradas celebraciones. No se adorne el altar con flores desde el Mircoles de Ceniza hasta el himno Gloria a Dios en el cielo de la Vigilia Pascual, ni tampoco en las celebraciones de difuntos. Se excepta el DomingoLaetare (Domingo IV de Cuaresma) y las solemnidades y las fiestas. 49. Se recomienda que el tabernculo, segn una tradicin

antiqusima conservada en las iglesias catedrales, se coloque en una capilla separada de la nave central."

Si en algn caso particular el tabernculo se encuentra sobre el altar en el cual va a celebrar el Obispo, trasldese el Santsimo Sacramento a otro lugar digno.

46

Cf. Misal Romano, Instruccin general, n. 262.

4

' Ibi dem, n. 262. Cf. S. Congr. de Ritos, lnstr. sobre el Culto del Misterio Eucarstico, Eucharisticum Mysterium, 25 de mayo de 1967, n. 53: A.A.S. 59 (1967), p. 568; Ritual del Culto a la Eucarista fuera de Misa, Nociones preliminares, n. 9.

48

37

50.

El presbiterio, o sea el lugar donde ejercen su ministerio el

Obispo, los presbteros y los ministros, debe distinguirse en forma conveniente de la nave, ya sea, por alguna elevacin, o por alguna estructura peculiar u ornato, de tal manera que por su mismadisposicin muestre el carcter jerrquico de los ministros. Su amplitud debe ser tal que los ritos sagrados puedan desarrollarse y verse cmodamente. En el presbiterio se dispondrn convenientemente sillas, u otro tipo de asientos para los cannigos y presbteros que quizs no concelebren, pero que asisten con vestido coral, y tambin para losministros, de tal manera que tambin se favore2ca el recto desempeo de la funcin de cada uno. Durante las celebraciones litrgicas no debe entrar al presbiterio ningn ministro que no lleve el vestido sagrado o sotana y sobrepelliz y otra vestidura legtimamente aprobada. 51. La iglesia catedral ha de tener ambn, construido segn las5 49

normas vigentes. Sin embargo, el Obispo hable al pueblo de Dios desde su ctedra, a no ser que la condicin del lugar aconseje otra cosa. El cantor, el comentador, el director de coro, de ordinario no suban al ambn, sino desempeen su oficio desde otro lugar conveniente. 52. La iglesia catedral debe tener bautisterio, aunque no sea

parroquia, para que al menos se celebre el Bautismo en la noche

49 Cf. infra nn. 65 -67; cf. Misal Romano, Ordenacin de las Lecturas de la Misa, Nociones preliminares, n.54. 50 Cf. Misal Romano, Instruccin

general, n.

272;

Ordenacin

de

las

Lecturas

de la

Misa, Nociones

preliminares, nn. 32-34.

38

pascual. Este bautisterio se construir segn las normas dadas en el Ritual Romano?51 53. En la iglesia catedral no debe faltar el "secretarium", es decir una

sala digna, en lo posible cercana a la entrada de la iglesia, en la cual el Obispo, los concelebrantes y los ministros puedan ponerse los vestidos litrgicos, y de la cual se inicie la procesin de entrada. La sacrista ser de ordinario diferente del "secretarium"; en ella se guarda el ajuar sagrado, y en ella los das ordinarios el celebrante y los ministros se pueden preparar para la celebracin. 54. Para que pueda hacerse una reunin de fieles, provase en

cuanto sea posible, cerca de la iglesia catedral, otra iglesia, o sala apta, o plaza, o claustro donde se haga la bendicin de las candelas, de los ramos, del fuego y otras celebraciones preparatorias, y de donde se inicien las procesiones hacia la iglesia catedral.

5

'

Cf. Ritual Romano, Ritual del Bautismo de Nios: Iniciacin Cristiana, Nociones preliminares, n. 25.

39 CAPITULO

IV

ALGUNAS NORMAS MAS GENERALESNOCIONES GENERALES

55.

Segn la ensean2a del Concilio Vaticano II hay que52

procurar que los ritos resplandezcan con una noble sencillez. Esto tiene valor tambin para la liturgia episcopal, por ms que en ella no se deba desatender el profundo respecto y reverencia debidos al Obispo, en el cual est presente el Seor Jess en medio de los creyentes y de quien como gran sacerdote, deriva y depende de cierto modo la vida de sus fieles.53

Adems, puesto que en las celebraciones litrgicas del Obispo habitualmente participan los diversos rdenes de la Iglesia, cuyo ministerio se manifiesta ms claramente con esta forma decelebracin, en ellas conviene que resplandezcan la caridad y el honor mutuo entre los miembros del Cuerpo mstico de Cristo, y para que tambin en la liturgia se lleve a la prctica el preceptoapostlico: "Estimando en ms cada uno a los dems".54

Por tanto, antes de pasar a describir cada rito, parece oportuno anticipar algunas normas aprobadas por la tradicin, y que es necesario observar.

1. VESTIDURAS E INSIGNIAS Vestiduras e insignias del Obispo 56. Las vestiduras del Obispo en la celebracin litrgica son las

52

Cf. Conc. Vat. ll, Const. de Sagrada Liturgia,

Sacrosanctum Concilium, n.

34. 2 Cf. Conc. Vat. ll, Const. dogmtica

sobre la Iglesia,Lumen

gentium, n. 21; Conc.

Vat. II, Const. de Sagrada Liturgia,

Sacrosanctum Concilium, n. 41.

Rm. 12,10.

40 mismas que las del presbtero. Pero es conveniente que en la celebracin solemne, segn la antigua costumbre, debajo de la casulla vista la dalmtica, que podr ser siempre blanca, sobretodo en las Ordenaciones, en la bendicin del Abad y de la Abadesa, y en la dedicacin de una iglesia y de un altar. 57. derecho. 58. El anillo, insignia de fe y de unin nupcial con la Iglesia, su esposa, debe llevarlo Las insignias pontificales que lleva el Obispo son: el anillo,

el bculo pastoral, la mitra, la cruz pectoral, y, adems, el palio si le corresponde por

siempre el Obispo. 59. El bculo, signo de su ministerio pastoral, lo usa el Obispo

en su territorio. Pero puede usarlo, con consentimiento del Obispo del lugar, cualquier Obispo que celebra solemnemente.55

Sin embargo, cuando varios Obispos estn presentes en la misma celebracin, slo el Obispo que preside usa el bculo. El Obispo usa el bculo con la curvatura dirigida hacia el pueblo, o sea vuelta ante s. El Obispo lo usa de ordinario en la procesin, para escuchar la lectura del Evangelio, para hacer la homila, para recibir los votos, promesas o la profesin de fe; por ltimo, para bendecir las personas, a no ser que deba hacer imposicin de manos. 60. La mitra, que ser una sola en cada accin litrgica, es56

simple u ornamentada, conforme a la celebracin.

El Obispo la usar de ordinario: cuando est sentado, cuando hacess Cf. S. Congr. de Ritos, lnstr. sobre la simplificacin de los ritos y de las insignias pontificales. Pontificales ritos, 21 de

junio de 1968, n. 19: A.A.S. 60 (1968), p. 410.

Cf. ibidem, n. 18: A.A.S. 60 (1968), p. 410.

41 la

homila, cuando saluda, cuando habla o hace las moniciones, a no ser que

inmediatamente despus deba dejarla; cuando bendice solemnemente al pueblo, cuando realiza gestos sacramentales, cuando acompaa las procesiones. El Obispo no usa la mitra: para las preces introductorias; las oraciones; la oracin universal; la Plegaria Eucarstica; la lectura del Evangelio; para los himnos, si se cantan estando de pie; en las procesiones en las cuales se lleva el Santsimo Sacramento o las reliquias de la Santa Cruz del Seor y en presencia del SantsimoSacramento expuesto. Est permitido al Obispo no usar la mitra y el bculo si va de un lugar a otro y el espacio entre ellos es pequeo. 57 Para el uso de la mitra en la administracin de los sacramentos

y sacramentales, se observar aquello que se indica ms adelante en los lugares correspondientes. 61. La cruz pectoral se usa debajo de la casulla o de la dalmtica

o del pluvial; en cambio, se usa sobre la muceta. 62. El Arzobispo residencial que haya recibido ya del Romano cuando celebra Misa estacional, o por lo menos con gran

Pontfice el palio, lo lleva sobre la casulla, dentro del territorio de su jurisdiccin, solemnidad, y tambin cuando hace las ordenaciones, la bendicin de un Abad, de una Abadesa, la consagracin de vrgenes y la dedicacin de una iglesia y de un altar. La cruz arzobispal se emplea cuando, despus de haber recibido el palio, se dirige a la iglesia a celebrar alguna accin litrgica." 63. El hbito coral del Obispo, tanto en su dicesis como fuera57

Cf. ibidem, n. 31: A.A.S. 60 (1968), p. 411.

se

Cf. ibidem, n. 20: A.A.S. 60

(1968), p. 410.

42 de ella, consta de la sotana de color violceo, una banda de seda del m i sm o c olo r c on fl ecos t a m bi n de s e da co mo ado rno en ambos extremos (mas no con borlas), roquete de lino o de otro tejido semejante, muceta de color violceo (sin cogulla), cruz pectoral sostenida sobre la muceta por un cordn de color verde entretejido con oro, solideo tambin de color violceo, bonete del mismo color, con borla. Cuando el Obispo lleve la sotana violcea, tambin usa medias de ese color. Sin embargo, es absolutamente facultativo el uso de lasmedias moradas cuando se usa sotana negra adornada con un ribete. 59 64. La capa magna violcea, sin armio, slo puede ser usada

en su dicesis y en las festividades ms solemnes. Vestiduras de los presbteros y de los otros ministros 65. La vestidura litrgica comn para todos los ministros de

cualquier grado es el alba, que debe ceirse a la cintura con el cngulo, a no ser que est hecha de tal manera que pueda ajustarse al cuerpo sin necesidad de cngulo. Pero antes de ponerse el alba, si sta no cubre perfectamente el vestido ordinario alrededor del cuello, pngase el amito. El alba no puede cambiarse por una sobrepelliz, cuando se ha de vestir la casulla o la dalmtica, o cuando la estola cumple la funcin de casulla o dalmtica. La6

sobrepelliz ha de llevarse siempre sobre la sotana. Los aclitos, lectores y dems ministros, en vez de las vestiduras antes mencionadas, pueden usar otras legtimamente aprobadas.

59

Cf. Secretara de Estado, Instr. acerca de las vestiduras, ttulos e insignias de los de Cardenales, Obispos y Prelados de menor orden, Utsivesollcite, 31 de marzo de 1969, n. 4: A.A. S. 61 (196 9), p. 335.

6

Cf. Misal Romano,

Instruccin general,

n. 298.

43

66.

La vestidura propia del sacerdote celebrante, en la Misa y

en otras acciones sagradas que directamente se relacionan con ella, es la planeta o casulla, a no ser que se diga lo contrario, la cual se reviste sobre el alba y la estola.

La estola la lleva el sacerdote alrededor del cuello y pendiente ante el pecho. El sacerdote utiliza la capa pluvial en las acciones sagradas solemnes, fuera de la Misa, en las procesiones y en otras acciones sagradas, segn las rbricas propias de cada uno de los ritos.61

Los presbteros presentes en una accin litrgica y que no concelebran, llevan hbito cora1 , si son Prelados o cannigos; de lo contrario llevan sobrepelliz sobre la sotana.62

67.

La vestidura propia del dicono es la dalmtica, que se

reviste sobre el alba y la estola. La dalmtica se puede omitir por necesidad o por una solemnidad de grado menor. El dicono lleva atravesada la estola, desde el hombro izquierdo, pasando sobre el pecho, hacia el lado derecho del tronco, donde se sujeta.63

II. Los68.

SIGNOS DE REVERENCIA EN GENERAL

Con la inclinacin se significa la reverencia y el honor que

se tributa a las personas mismas o a aquello que las significan. Hay dos especies de inclinaciones: de cabeza y de cuerpo.

61

Cf. ibidem, nn. 299, 302, 303.

' Cf. infra nn. 1207-1209.2

Cf. Misal Romano, Instruccin general, nn. 300, 81b, 302,

44

a)

La inclinacin de la cabeza se hace al nombre de Jess, de la Bienaventurada Virgen Mara y del Santo en cuyo honor se celebra la Misa o la Liturgia de las Horas.

b)

La inclinacin del cuerpo, o inclinacin profunda, se hace: al altar, cuando en l no est presente el Santsimo Sacramento; al Obispo; antes y despus de la incensacin,

segn se determine en el n. 91; cada vez que los distintos libros litrgicos lo ordenan expresamente. 69.64

La genuflexin -que se hace slo con la rodilla derecha,

doblndola hasta el piso- significa adoracin, y por esta razn se reserva al Santsimo Sacramento, sea que est expuesto, sea que est reservado en el sagrario; tambin a la Santa Cruz desde la solemne adoracin dentro de la Accin litrgica del Viernes Santo en la Pasin del Seor, hasta el principio de la Vigilia pascual. 70. No hacen genuflexin ni inclinacin profunda aquellos que

porten objetos, que se usan en la celebracin, como por ejemplo, la cruz, los cirios, el Evangeliario.

Reverencia hacia el Santsimo Sacramento71. Todos los que entren en la iglesia no descuiden adorar al

Santsimo Sacramento, sea visitndolo en su capilla, sea por lo menos haciendo genuflexin. Asimismo hacen genuflexin todos los que pasan delante del Santsimo Sacramento, a no ser que vayan procesionalmente.

Reverencia hacia el altar72. Saludan el altar con inclinacin profunda todos los que se

45

acercan al presbiterio, o se retiran de l, o pasan delante de l.73. Adems, el celebrante y los concelebrantes, en signo de veneracin, besan el altar al

principio de la Misa. El celebrante principal antes de retirarse del altar, lo venera besndolo como de costumbre. Los dems, sobre todo si son muchos, lo veneran con la debida reverencia. En la celebracin de Laudes y Vsperas presididas solemnemente por el Obispo, tambin se besa el altar al principio, y, si parece oportuno, al final.

Sin embargo, donde este signo no est en armona plenamente con las tradiciones o ndole de alguna regin, all las Conferencias Episcopales pueden determinar otro signo en vez del beso, informando de ello a la Sede Apostlica.65

Reverencia hacia el Evangelio74.

En la Misa, en la celebracin de la Palabra y en una vigilia

prolongada, mientras se proclama el Evangelio, todos estn de pie y, de ordinario, vueltos hacia el que lee. El dicono se dirige al ambn llevando solemnemente el Evangeliario, lo preceden el turiferario que lleva el incensario y los aclitos que llevan cirios encendidos.66 67

65 Cf. ibidem, . 208 y 232.66

Cf. Misal Romano,

Instruccin general. nn. 94,131. Segn la costumbre Romana, los aclitos "toman los candeleros

con la mano derecha, de tal manera que el que avanza por la derecha, coloque su mano izquierda en el pie del candelabro, y la derecha en la mitad -en la bola-, y el que avanza por la izquierda coloque su mano derecha en el pie del candelabro y la mano izquierda en la mitad -en la bola-", (Ceremonial de los O bispos ed. 1886, l, Xl, 8).67

Cf. Misal Romano,

Instruccin general, nn. 93-95, 131. Segn la costumbre Romana cuando el turiferario va en la

procesin, "debe -con las manos a igual

46

El dicono, de pie en el ambn y vuelto hacia el pueblo, despus de que haya saludado a la asamblea, teniendo juntas las manos, con el dedo pulgar de la mano derecha signa con el signo de la cruz, primero el libro sobre el principio del Evangelio que va a leer, despus se signa a s mismo en la frente, en la boca y en el pecho, diciendo: Lectura del Santo Evangelio. El Obispo, a su vez, se signa, de igual manera, en la frente, la boca y lo mismo hacen todos los dems. Despus, al menos en la Misa estacional, el dicono inciensa tres veces el Evangelio, es decir, en el medio, a la izquierda y a la derecha. En seguida lee el Evangelio hasta el final.

Terminada la lectura, el dicono lleva el libro para ser besado por el Obispo, o el mismo dicono lo besa, a no ser que como se dijo en el n. 73, la Conferencia Episcopal haya determinado otro signo de veneracin. 68 Si no hay dicono, el presbtero pide y recibe la bendicin del Obispo y proclama el Evangelio, tal como se indic antes. 75. Todos igualment e estn de pie cuando se cantan o se

recitan los cnticos evanglicos Benedictus, Magnficat y Nunc dimittis. Al principio de ellos se signan con el signo de la cruz. 69 Reverencia hacia el Obispo y otras personas 76. Saludan al Obispo con inclinacin profunda los ministros,

altura- tomar el incensario con la mano derecha; introduce el pulgar en el anillo m ayor, co n e l de do me dio de la mism a m ano r ige y so stie ne e le v ando de la cadena la tapa del incensario; con la mano izquierda sostiene el pie de la naveta cO n incienso y la cucharilla" (Ceremonial de los Obispos, ed. 1886 l, Xl, 7)

56 Cf. Misal Romano, Instruccin general, nn 131, 232.

69

Cf. Liturgia de las Horas, Instruccin general, n. 266 b.

47

los que se acercan a l para servirlo, o terminado el servicio, se retiran, o pasan delante de l. 7

77.

Cuando la ctedra del Obispo est detrs del altar, los.

ministros saludan o al altar o al Obispo, segn se acerquen al altar o al Obispo, pero eviten, en cuanto sea posible, pasar entre el Obispo y el altar, a causa de la reverencia a ambos. 78. Si acaso en el presbiterio estn presentes varios Obispos,

se hace reverencia slo al que preside.79.

Cuando el Obispo va a la iglesia, vestido segn se describe

en el n. 63, para celebrar alguna accin litrgica, puede, segn las costumbres de los lugares, o ser conducido pblicamente por los cannigos o algunos presbteros y clrigos vestidos con hbito coral o con sobrepelliz sobre la sotana, o puede tambin llegar en forma ms sencilla y ser recibido en la puerta por el clero.

En ambos casos, el Obispo avanza en primer lugar, pero si es Arzobispo, precede un aclito que lleva la cruz arzobispal con la imagen del crucifijo colocada en la parte anterior. Despus del Obispo siguen, de dos en dos, los cannigos, los presbteros y el clero. Cerca de la puerta de la iglesia el ms digno de los presbteros entrega al Obispo el aspersorio, a no ser que la aspersin deba hacerse despus en vez del acto penitencial. El Obispo, con la cabeza descubierta, se asperja a s mismo y a los presentes; luego devuelve el aspersorio. De inmediato prosigue con su comitiva al lugar donde se reserva el Santsimo Sacramento, y all ora brevemente, y, por ltimo, va a la sacrista. No obstante, el Obispo puede ir directamente al "secretarium" y ser all recibido por el clero.Cf. S. Congr. de Ritos, lnstr. sobre la simplificacin de las insignias y ritos pontificales, Pontificales ritus, 21 de junio de 1968, n. 25: A.A.S. 60 (1968), p. 411.

48

80.

En la procesin, el Obispo que preside la celebracin

litrgica, revestido con las vestiduras sagradas, va siempre solo, despus de los presbteros; aunque delante de quienes lo asisten, que van un poco detrs de l. 81. Al Obispo que preside o participa en una sagrada celebracin

slo con el hbito coral, lo asisten dos cannigos revestidos con su hbito coral, o presbteros o diconos con sobrepelliz sobre la sotana. 82. El que gobierna la Repblica, si viene a la liturgia por su

oficio, es recibido por el Obispo, ya revestido, en la puerta de la iglesia, y si es catlico, y se juzga conveniente, le ofrece agua bendita, lo saluda segn se acostumbra, avanza a su izquierda y lo conduce al lugar destinado, fuera del presbiterio. Terminada la celebracin lo saluda, cuando se retira. 83. Los otros magistrados, que tienen la ms alta autoridad en

el gobierno de la nacin, la regin o la ciudad, si suele hacerse, son recibidos, cerca de la puerta de la iglesia, segn las costumbres de los lugares, por el ms digno del clero, el cual los saluda y los conduce al lugar reservado para ellos. El Obispo, a su vez, puede saludarlos mientras va en la procesin de entrada y cua ndo se retira. III.INCENSACION

84.

El rito de incensacin expresa reverencia y oracin, como

se da a entender en el salmo 140,2 y en el Apocalipsis 8,3. 85. La materia que se coloca en el incensario, debe ser o slo

y puro incienso de olor agradable, o si se le agrega algo, procrese que la cantidad de incienso sea mucho mayor. 86. En la Misa estacional del Obispo se usa el incienso:

49

a) b) c) d)

durante la procesin de entrada; al comienzo de la Misa, para incensar el altar; para la procesin y proclamacin del Evangelio; en la preparacin de los dones, para incensar las ofrendas, el altar, la cruz, al Obispo, a los concelebrantes y al pueblo; e) en el momento de mostrar la hostia y el cliz, despus de la consagracin.

En otras Misas se puede emplear incienso, cuando se juzgue oportuno. 87. Tambin se usa incienso, como se describe en los libros litrgicos: a) b) c) d) 88. en la dedicacin de una iglesia y de un altar;

71

en la consagracin del sagrado crisma, cuando se llevan los leos benditos; en la exposicin del Santsimo Sacramento con la custodia; en las exequias de los difuntos. Adems el incienso se emplea de ordinario, en las

procesiones de la Presentacin del Seor, del Domingo de Ramos, de la Misa en la Cena del Seor, de la Vigilia pascual, en la solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo; en la

solemnetraslacin de las reliquias, y en general en las procesiones que se hacen con solemnidad. 89. En Laudes y Vsperas solemnes, se puede incensar el altar,

al Obispo y al pueblo mientras se canta el cntico evanglico. 90. El Obispo, si est en la ctedra, o en otra sede, se sienta

para poner incienso en el incensario, de no ser as, pone el incienso

71

Cf. Misal Romano Instruccin general, n. 235.

50

estando de pie; el dicono le presenta la naveta 7 2 y el Obispo bendice el incienso con el signo de la cruz, sin decir nada." Despus el dicono recibe el incensario de manos del aclito y lo entrega al Obispo.' 91. Antes y despus de incensar, se hace inclinacin profunda a la persona

u objeto que se inciensa; se exceptan el altar y las ofrendas para el sacrificio de la Misa. 7 5 92. Con tres movimientos dobles se inciensa: el Santsimo Sacramento,

la reliquia de la Santa Cruz y las imgenes del Seor expuestas solemnemente, tambin las ofrendas, la cruz del altar, el libro de los Evangelios, el cirio pascual, el Obispo o el presbtero

72

Do s ac lito s p ue d e n ace r c ar se al O b is p o : uno lle v a e l inc e nsar io y e l o tr o la naveta, o tambin un solo aclito que lleva en la mano izquierda el incensario con carbones encendidos, y en la derecha la naveta con incienso y la cucharilla (cf. Ceremonial de los Obispos, ed. 1886, l, XXlll, 1).

73

Cf. Misal Romano, Instruccin general, n. 236. El dicono recibe de la mano del aclito la naveta un poco abierta y la cucharilla que est en ella, y la presenta al Obispo. Este toma la cucharilla y saca tres veces incienso de la naveta y otras tantas veces lo echa en el incensario.

Terminado esto, y devuelta al minis tro la cuc harilla, el Obis p o hace con la mano el s igo de la cruz sobre el incienso que est en el incensario (cf. Ceremonial de lOs Obispos, ed. 1886, I, XXIII, 1-2).74

El d ico no "dev ue lve al aclito la nave ta, y rec ibe de l e l inc ens ar io, q ue le entrega al Obispo: la parte superior de las cadenas la coloca en la mano izquierda del Obispo, y el incensario en la derecha" (Ceremonial de los Obispos, ed. 1886, I, lX, 1).

75

El que inciensa "sos tiene cOn la mano izq uierd a las cadenas pOr su par te superior, y con la derecha las mism as, juntas, cerca del incens ario y lo sostiene de tal m a n e r a q u e p u e d a c m o d a m e n te m o v e r l o y d e ja r l o q u e v ue l v a h a c i a l " . Advierta que al incensar debe hacerlo con dignidad y decoro, sin mover el cuerpo o la cabeza. Tendr la mano izquierda -que sostiene la parte superior de las cadenas- firme y estable sobre el pecho; la mano y el brazo derecho las mover con el incensario e n forma cmoda y continua" (cf. Ceremonial de los Obispos, ed. 1886. I, XXlIl. 4 y 8).

51

celebrante, la autoridad civil que por oficio est presente en la sagrada celebracin, el coro y el pueblo, el cuerpo del difunto. Con dos movimientos dobles se inciensan las reliquias e imgenes de los Santos expuestos para pblica veneracin. 93. El altar se inciensa con movimientos sencillos de la siguiente manera: a) Si el altar est separado de la pared, el Obispo lo inciensa pasando alrededor del mismo. b) Si el altar est unido a la pared, el Obispo, mientras va pasando, inciensa primero la parte derecha, luego la parte izquierda del altar. Si la cruz est sobre el altar o cerca de l, se inciensa antes que el mismo altar, de no ser as, el Obispo la inciensa cuando pase ante ella .76 Las ofrendas se inciensan antes de la incensacin del altar y de la cruz. 94. El Santsimo Sacramento se inciensa de rodillas.

95.

Las r eliqui as y las imgen es sa gradas ex puestas a l a

veneracin pblica se inciensan despus de la incensacin del altar. En la Misa, sin embargo, nicamente al inicio de la celebracin. 96. El Obispo, tanto en el altar como en la ctedra, recibe la

incensacin estando de pie, sin mitra, a no ser que ya la tenga. El dicono inciensa a todos los concelebrantes al mismo tiempo.

76

Cf. Misal Romano, Instruccin general, n. 236.

52

Por ltimo, el dicono inciensa al pueblo desde el sitio ms conveniente. Los cannigos que acaso no concelebran, o reunidos en coro, son incensados todos al mismo tiempo con el pueblo, a no ser que la disposicin de los lugares aconseje otra cosa. Lo anterior vale tambin para los Obispos que acaso estn presentes. 97. El Obispo que preside, sin que celebre la Misa, es incensado despus del celebrante o

de los concelebrantes. El que Preside la Nacin, y que viene por oficio a la sagrada celebracin, donde existe la costumbre, es incensado despus del Obispo. 98. Las moniciones o las oraciones que han de ser odas por

todos; no las diga el Obispo antes de que termine la incensacin.

IV. ORDEN PARA DARSE EL SIGNO DE PAZ99. El Obispo celebrante, despus que el dicono dijo: Daos

fraternalmente la paz, da el saludo de paz por lo menos a los dos concelebrantes ms cercanosy despus al primer dicono. 100. Mientras tanto los concelebrantes, los diconos, los dems ministros y tambin los

Obispos acaso presentes, se dan de modo semejante unos a otros el saludo de paz.

El Obispo que preside la sagrada celebracin, sin que concelebre la Misa, da la paz a los cannigos, o a los presbteros, o a los diconos que lo asisten. 101. Tambin los fieles se dan el saludo de paz, segn el modo determinado por las Conferencias53

102.

Si el que Preside la Nacin, viene por oficio a la sagrada celebracin, el dicono o

alguno de los concelebrantes se acerca a l y le da el saludo de paz, segn la costumbre de los lugares. 103. Mientras se dan el saludo de paz, puede decirse: La paz sea contigo, a lo cual se

responde: Y

con tu Espritu.

Tambin pueden usarse otras palabras, segn las costumbres locales. V. MANERA DE TENER LAS MANOS Manos elevada y extendidas 104. extendidas. Esta cost umbre ya se encuentra en la tradicin del Antiguo Testamento" y fue recibida por los cristianos en memoria de la Pasin del Seor. "Nosotros no slo elevamos (las manos), sino que adems las extendemos, y despus de (cantar) la Pasin del Seor, tambin orando aclamamos a Cristo.' Manos extendidas sobre las personas o las cosas 105. El Obispo tiene las manos extendidas: sobre el pueblo, para dar Es costumbre en la Iglesia que los Obispos o los presbteros dirijan a

Dios las oraciones estando de pi y teniendo las manos un poco elevadas y

solemnemente la bendicin y cuantas veces se requiere para la celebracin de los sacramentos y sacramentales, como lo indican en su lugar los libros litrgicos. 106. El Obispo y los concelebrantes tienen las manos extendidas

17

Cf. Ex 9, 29; Sal 27,2; 62,5; 133.2; ls 1,15.

18

Tertuliano, sobre la oracin, 14: CCL 1, 265; PL 1. 1273.

54

sobre las ofr endas e n la Misa para la epclesis a ntes de la consagracin. Para la consagracin, mientras el Obispo tiene en las manos la hostia o el cliz y pronuncia las palabras de la consagracin, los concelebrantes pronuncian las palabras del Seor, y si parece oportuno extienden la mano derecha hacia el pan y hacia el cli2.' Manos juntas 107. El Obispo, a no ser que lleve el bculo pastoral, tiene las manos

juntas,80 cuando revestido con las sagradas vestiduras, avanza para una accin litrgica, mientras ora de rodillas, mientras va del altar a la ctedra o de la ctedra al altar, y cuando las rbricas lo prescriben en los libros litrgicos. Tambin los concelebrantes y ministros, mientras van caminando o estn de pie, tienen las manos juntas, a no ser que tengan que llevar algo. Otros modos de tener las manos 108. Cuando el Obispo se signa a s mismo, o bendice, 81 coloca

79

Cf. Misal Romano, lnstruccin general, nn 174 a. c, 180 a, c, 188 a, c. Para la epclesis antes de la consagracin hay que extender las manos, de tal manera que las p alm as e st n abier tas hac ia y encim a de la o blata (c f. M is al Rom ano, ed. 1962, Rito que debe Observarse en la celebracin de la Misa, Vlll, 4). Para la consagracin empero, la palma de la mano derecha debe estar dirigida hacia el lado (cf. Notitiae, l, 1965, p. 143).

80 Cuando se dice que las manos estn juntas, se entiende: "tener ante el pecho las palmas extendidas, y al mismo

tiempo juntas, el pulgar de la derecha sobre el de la iz quierd a puesto en form a de cruz" (Cer emonial de los Obispos, ed. 1886, I, Xl, 1).81

"Al sig narse a s m ismo, vuelv e hacia s la p alm a de la m ano d erecha, con todos los dedos de dicha mano juntos y extendidos y form a el s ig no de la cruz, desde la frente hasta el pecho, y desde el hombro izquierdo hasta el derecho. Pero si

55

la mano izquierda sobre el pecho, a no ser que tenga que llevar algo. Pero cuando est en el altar y bendice con la derecha las ofrendas, u otra cosa, coloca la mano izquierda sobre el altar, a no ser que se indique otra cosa. 109. Cuando el Obispo est sentado, si lleva las vestiduras litrgicas, a no ser que tenga

el bculo pastoral, coloca las palmas de las manos sobre las rodillas.VI. USO DEL AGUA BENDITA

110.

Todos al ingresar a la iglesia, segn una laudable costumbre, humedecen la mano con

agua bendita preparada all en un recipiente, y con ella se signan con el signo de la cruz para evocar el Bautismo. 111. Si se va a ofrecer agua bendita al Obispo cuando entra a la iglesia, lo hace el ms digno

del clero de la Iglesia, le entrega el aspersorio con el cual el Obispo se roca a s mismo y a quienes loacompaan. Luego devuelve el aspersorio. 112. Todo lo anterior se omite si el Obispo entra ya revestido a la iglesia y cuando en la

Misa dominical se hace la aspersin en lugar del acto penitencial. 113. De la aspersin que se hace al pueblo en la Vigilia pascual y en la dedicacin de una

iglesia, se tratar ms adelante en los nn. 369 y 872. 114. La aspersin de los objetos que se bendicen, se hace segn las normas de los libros

litrgicos.

bendice a otros o alg una cosa, entonces vuelve el dedo pequeo haci a quien bendice -y al bendecir- extiende completamente la mano derecha, con todos los dedos igualmente juntos y extendidos" (Misal Romano, ed. 1962, Rito que debe observarse en la celebracin de la Misa, llI, 5).

56

VII. CUIDADO DE LOS LIBROS LITURGICOS Y MODO DE PROCLAMAR DIVERSOS TEXTOS 115. Los libros litrgicos deben ser tratados con cuidado y reverencia, ya

que sirven para proclamar la Palabra de Dios y hacer la oracin de la Iglesia.

Por tanto, hay que atender, sobre todo en las celebraciones litrgicas realizadas por el Obispo, que haya disponibles libros oficiales de la ltima edicin, bellos y encuadernacin. 116. En los textos que el Obispo, los ministros o todos los dems, deben bien presentados, por la edicin tipogrfica y por la

pronunciar con voz clara y alta, sta debe corresponder al gnero del texto mismo, segn sea lectura, oracin, monicin, aclamacin, canto y tambin a la forma de la celebracin y a la solemnidad de la asamblea. 117. En las rbricas y en las normas siguientes, las palabras "decir", "leer",

"proclamar", se deben entender, ya sea del canto, ya sea de la lectura, observando los principios propuestos en cada libro litrgico 8 2 ylas normas que se dan ms adelante en sus respectivos lugares. 118. canto. La locucin "cantar o decir", que se utilizan con frecuencia ms adelante,

se debe entender del canto, a no ser que exista algn motivo que no aconseje el

82 Cf. por ejemplo, Misal Romano, Instruccin general, nn. 18-19; Liturgia de las Horas, Instruccin general, nn. 367284; S. Congr. de Ritos, lnst. Musicam sacram, 5 de marzo de 1967, nn. 5-12: A.A.S. 59 (1967), pp. 301-302; S. Congr. para el Culto Divino, Carta circular sobre las Plegarias Eucarsticas, Eucharistiae participationem, 27 de abril de 1973, n. 17: A.A.S. 65 (1973), pp. 346 -347.

PARTE II

LA MISA

59

CAPITULO

I

LA MISA ESTACIONAL DEL OBISPO DIOCESANONOCIONES GENERALES

119.

La principal manifestacin de la Iglesia local tiene lugar

cuando el Obispo, gran sacerdote de su grey, celebra la Eucarista sobre todo en la iglesia catedral, rodeado por su presbiterio y los ministros, con plena y activa participacin de todo el pueblo santode Dios. Esta Misa, llamada estacional, manifiesta tanto la unidad de la Iglesia local, como la diversidad de ministerios alrededor del Obispo y de la Sagrada Eucarista Por lo tanto, convquese a ella la mayor cantidad de fieles; los presbteros concelebren con el Obispo; los diconos ejerzan su ministerio, los aclitos y lectores desempeen su oficio propio. 120.2

Esta forma de celebrar la Misa se ha de conservar sobre todo en las mayores

solemnidades del ao litrgico, cuando el Obispo consagra el sagrado crisma, y en la Misa vespertina en la Cena del Seor' , en las celebraciones del Santo Fundador de la Iglesia local o del Patrono de la dicesis; en el "da natalicio" del Obispo, en las grandes reuniones del pueblo cristiano y tambin en la visita pastoral.121. La Misa estacional se celebrar con canto, segn las normas que se encuentran en

la Instruccin general del Misal Romano.'Cf. Conc. Vat. Il, Const. de Sagrada Liturgia. Sacrosanctum Concilium, n. 41.

1

2

Cf. ibidem, nn. 26-28.

3

Cf. Misal Romano, Instruccin general, nn. 157-158 a.

4

Cf. ibidem, nn 12, 18, 19, 77, 313. Si es del caso, atindase tambin al

60

122.

Conviene que haya por lo menos tres diconos, que sean verdaderamente tales, uno que

sirva al Evangelio y al altar, y otros dos que asistan al Obispo. Si son varios distribyanse entre s los diversos ministerios, y por lo menos uno de ellos preocpese de la participacin activa de los fieles. Si no pueden ser verdaderos diconos entonces es conveniente que su ministerio lo cumplan los presbteros, los cuales vestidos con sus vestiduras sacerdotales, concelebren con el Obispo,aunque deban celebrar otra Misa por el bien pastoral de los fieles. 123. Si hay Captulo en la iglesia catedral, conviene que todos los cannigos concelebren5

con el Obispo la Misa estacional , sin que por ello queden excluidos otros presbteros. Los Obispos que acaso se encuentren presentes, y los cannigos que no concelebren, estn con sus vestiduras corales. 124. Cuando por alguna circunstancia especial no se pueda unir la Hora correspondiente de6

la Liturgia de las Horas a la Misa estacional del Obispo, y al Captulo le incumbe la obligacin coral,ste deber rezarla en el momento oportuno. 125. Cosas que hay que preparar:a) En el presbiterio y en su lugar correspondiente:

el Misal ; el Leccionario; Plegarias Eucarsticas para los concelebrantes;

Ordenacin del Canto de la Misa. Cf. Misal Romano, Disposicin del Canto de la Misa, Nociones preliminares Cf. tambin S. Congr. de Ritos, lnstr. Musicam sacram, 5 de marzo de 1967, nn. 7, 16, 29 -31: A.A.S. 59 (1967), pp. 302, 305, 3 0 8 - 3 09 .

5

Cf. Misal Romano, Instruccin general, n. 157.

6

Cf. Liturgia de las Horas, Instruccin general, nn. 31 a y 93.

61

texto para la oracin universal, tanto para el Obispo como para el dicono; libro de cantos; cliz de suficiente capacidad, cubierto con un velo; (palia); corporal; purificadores; palangana, jarra con agua y toalla; recipiente con agua para ser bendecida cuando se usa en el acto penitencial; patena para la comunin de los fieles. b) En un lugar adecuado: pan, vino y agua (y otras ofrendas) c) En el "secretarium": el Evangeliario; incensario y la naveta con incienso; cruz para ser llevada en la procesin; siete (o por lo menos dos) candeleros con cirios encendidos; y adems:7

Cf. Misal Romano, Instruccin general, n. 310.

para el Obispo: palangana, jarra con agua y toalla; amito, alba,

cngulo, cruz pectoral, estola, dalmtica, casulla (palio, para el metropolitano) , solideo, mitra, anillo, bculo; para los concelebrantes: amitos, albas, cngulos, estolas, casullas; para los diconos: amitos, albas, cngulos, estolas, dalmticas;

para los dems ministros: amitos, albas, cngulos; o sobrepellices para revestirlas sobre la sotana; u otras vestiduras legtimamente aprobadas. Las vestiduras litrgicas deben ser del color dela Misa que se celebra, o de color festivo.'

62

LLEGADA Y PREPARACION DEL OBISPO

126.

Despus de que haya sido recibido el Obispo, segn se indic antes

(n. 79), ste, ayudado por los diconos asistentes y otros ministros, los cuales ya tienen puestas las vestiduras litrgicas antes de que l llegue, deja en el "secretarium" la capa o la muceta, y segn el caso, tambin el roquete, se lava las manos y se reviste con amito, alba, cruz pectoral, estola, dalmtica y casulla. Despus uno de los dos diconos coloca la mitra al Obispo. Pero si es Arzobispo, antes de recibir la mitra, el primer dicono le coloca el palio. Entre tanto los presbteros concelebrantes y los otros diconos, que no sirven al Obispo, se ponen sus vestiduras. 127. Cuando ya todos estn preparados, se acerca el aclito turiferario, uno

de los diconos le presenta la naveta al Obispo, el cual pone incienso en el incensario y lo bendice con el signo de la cruz. Luego recibe el bculo, que le presenta el ministro. Uno de los diconos toma el Evangeliario, que lleva cerrado y con reverenciaen la procesin de entrada.

RITOS INICIALES 128. Mientras se canta el canto de entrada, se hace la procesin desde el "secretarium" hacia el presbiterio. Se ordena de esta manera: el t uriferario con el incensario humeante;

un aclito que lleva la cruz, con la imagen del crucifijo puesta en la parte anterior; va entre siete, o por lo menos dos aclitos que llevan candeleros con velas encendidas;

63

el clero de dos en dos; el dicono que lleva el Evangeliario; los otros diconos, si los hay, de dos en dos; los presbteros concelebrantes, de dos en dos; el Obispo, que va solo, lleva la mitra y el bculo pastoral en la mano izquierda, mientras bendice con la derecha: un poco detrs del Obispo, dos diconos asistentes; por ltimo los ministros del libro, de la mitra y del bculo. Si la procesin pasa delante de la capilla del Santsimo Sacramento, no se detiene ni se hace genuflexin. 129.8

Es recomendable que la cruz llevada procesionalmente se coloque cerca del altar, de tal

manera que se constituya en la cruz del mismo altar. De lo contrario, se guarda. Los candeleros se colocan cerca del altar, o sobre la credencia, o cerca del presbiterio. El Evangeliario se coloca sobre el altar. 130. Todos al entrar al presbiterio, de dos en dos, hacen profunda reverencia al altar.

Los diconos y los presbteros concelebrantes suben al altar, lo besan y luego se dirigen a sus sitios. 131.Cuando el Obispo llega al altar, entrega al ministro el bculo pastoral, y dejada la mitra, junto con los diconos y los otros ministros que lo acompaan, hace profunda reverencia al altar. En seguida sube al altar y, a una con los diconos, lo besa.

Despus, si es necesario, el aclito pone de nuevo incienso en el

Cf. supra n. 71.

64

incensario y el Obispo, acompaado por los dos diconos, inciensa el altar y la cruz. 9 Una vez incensado el altar, el Obispo acompaado por los ministros, se dirige a la ctedra por la va ms corta. Dos diconos se colocan de pie, uno a cada lado, cerca de la ctedra para estar preparados a servir al Obispo. Si stos faltan, los suplen dos presbteros concelebrantes.

132.Padre.

Despus el Obispo, los concelebrantes y los fieles, de pie, se signan con

la seal de la cruz, mientras aqul, de cara al pueblo, dice: En el nombre del

Luego el Obispo, extendiendo las manos, saluda a la asamblea, diciendo: La paz sea con vosotros, u otra de las frmulas que se encuentran en el Misal. Despus el mismo Obispo, el dicono o uno de los concelebrantes puede hacer a los fieles una breve introduccin sobre la Misa del da.' En seguida el Obispo invita al acto penitencial, que concluye diciendo: Dios Todopoderoso tenga misericordia. Si es necesario el ministro sostiene el libro ante el Obispo. Cuando se emplea la tercera frmula del acto penitencial, el Obispo, el dicono, u otro ministro idneo dice las invocaciones. 133. El domingo, en vez del acto penitencial acostumbrado, se recomienda

hacer la bendicin y la aspersin del agua."

En lo referente al modo de incensar el altar, como tambin las reliquias y las imgenes que quizs estn expuestas a la veneracin de los fieles, cf. Supra nn. 93,95.

Cf. Misal Romano, Instruccin general, n. 29. Cf. ibidem, Apndice, Rito para bendecir el agua y asperjar con ella.

65

Despus del saludo, el Obispo, de pie cerca a la ctedra, de cara al pueblo y teniendo delante de s un recipiente con agua para ser bendecida, que le llev el ministro, invita al pueblo a orar, y despus de un breve tiempo de silencio, dice la oracin de bendicin. Donde la tradicin del pueblo aconseje que se conserve el uso de mezclar sal al agua, el Obispo bendice tambin la sal, y despus la vierte en el agua. El Obispo recibe del dicono el aspersorio, se roca a s mismo y a los concelebrantes, a los ministros, al clero y al pueblo y, segn las circunstancias, recorre la iglesia acompaado por los diconos. Entre tanto se canta el canto que acompaa a la aspersin. El Obispo vuelve a la ctedra, v terminado el canto, de pie y con las manos extendidas dice la oracin conclusiva. Terminado lo anterior, cuando est prescrito, se canta o reza el himno Gloria a Dios en el cielo. 134. Despus del acto penitencial se dice el Seor, ten piedad, a no ser que se

hubiera hecho la aspersin con agua, o se hubiera empleado la tercera frmula del acto penitencial, o las rbricas determinen en otra cosa. 135. El himno Gloria a Dios en el cielo se dice segn las rbricas. Lo puede iniciar

o el Obispo, o uno de los concelebrantes, o los cantores. Mientras se dice el himno, todos estn de pie. 136. Luego el Obispo, invita al pueblo a orar, y teniendo las manos juntas, canta o dice: Oremos; y luego de unos instantes de silencio, con las manos extendidas, dice la oracin colecta. Para ello tiene ante s el libro que le presenta el ministro. El Obispo junta las manos cuando concluye la oracin, y dice Por nuestro Seor Jesucristo..., u otras palabras. Al final el pueblo aclama: Amn.

66

En seguida el Obispo se sienta y, como de costumbre, de uno de los diconos recibe la mitra. Y todos se sientan. Los diconos y los dems ministros se sientan segn la disposicin del presbiterio, pero de tal manera que se note la diferencia de grado con los presbteros. LITURGIA DE LA PALABRA 137. Despus de terminada la oracin colecta, el lector va al ambn y lee la

primera lectura, la cual todos escuchan sentados. Al final canta o dice Palabra de Dios y todos responden con la aclamacin. 138. Despus el lector se retira. Todos en silencio meditan brevemente la

lectura escuchada. Luego, el salmista o cantor, o el mismo lector, canta o lee el salmo, segn uno de los modos previstos. 12 139. Otro lector desde el ambn hace la segunda lectura, como se dijo

antes, estando todos sentados y escuchando. 140. Sigue el Aleluya u otro canto, segn las exigencias del tiempo

litrgico. Al iniciarse el Aleluya todos se ponen de pie, menos el Obispo. Se acerca el turiferario y uno de los diconos le presenta la naveta. El Obispo pone incienso y lo bendice sin decir nada. El dicono que va a proclamar el Evangelio, se inclina profundamente ante el Obispo, pide la bendicin en voz baja, diciendo: Padre, dame tu bendicin. El Obispo lo bendice, diciendo: El Seor est en

C Cf. Misal Romano, Ordenacin de las Lecturas de la Misa,

Nociones preliminares,

n. 20

67

tu corazn. El dicono se signa con el signo de la cruz y responde: Amn. Entonces el Obispo, dejada la mitra, se levanta. El dicono se acerca al altar y all van tambin el turiferario con el incensario humeante, y los aclitos con los cirios encendidos. El dicono hace inclinacin al altar y toma

reverentemente elEvangeliario, y omitida la reverencia al altar, llevando solemnemente el libro, se dirige al ambn, precedido por el turiferario y los aclitos con cirios. 141. En el ambn, el dicono, teniendo las manos juntas, saluda al pueblo. Al decir las

palabras Lectura del santo Evangelio, signa el libro y luego se signa a s mismo, en la frente, la boca y el pecho, lo cual hacen todos los dems. Entonces el Obispo recibe el bculo. El dicono inciensa el libro y proclama el Evangelio, estando todos de pie y vueltos hacia el dicono, como de costumbre. Terminado el Evangelio, el dicono lleva el libro al Obispo para que lo bese. Este dice en secreto: Por la lectura de este Evangelio; o tambin el mismo dicono besa el Evangeliario, diciendo en secreto la misma frmula. Por ltimo, el dicono y los ministros regresan a sus sitios. El Evangeliario se lleva a la credencia u otro lugar apropiado. 142. Luego, estando todos sentados, el Obispo, con mitra y bculo, si lo considera

oportuno, y sentado en la ctedra, hace la homila, a no ser que haya otro lugar ms adecuado para ser visto y odo cmodamente por todos. Terminada la homila, se puede tener algn momento de silencio. 143. Despus de la homila, a no ser que en este momento se celebre algn rito sacramental o consecratorio o de bendicin, segn las normas del Pontifical o del Ritual Romano, el Obispo deja

68

la mitra y el bculo, se levanta y, todos de pie, se canta o se reza el Credo, segn las rbricas. A las palabras y por obra del Espritu Santo se encarn ... todos se inclinan, pero en las solemnidades de la Anunciacin y de Navidad, todos se arrodillan.1 144.3

Terminado el Credo, el Obispo de pie en la ctedra, con las manos juntas, invita con la

monicin a los fieles a participar en la oracin universal. Despus uno de los diconos o el cantor o lector u otro, desde el ambn o desde otro lugar apropiado, dice las intenciones, y el pueblo participa segn le corresponde. Por ltimo el Obispo, con las manos extendidas, concluye las preces con la oracin.LITURGIA EUCARSTICA

145.

Terminada la oracin universal, el Obispo se sienta y recibe la mitra. Los

concelebrantes y el pueblo igualmente se sientan. Entonces se comienza el canto para la presentacin de los dones, que se prolonga por lo menos hasta que stos sean colocados sobre el altar. Los diconos y aclitos colocan en el altar el corporal, el purificador, el cliz y el Misal. Luego se traen las ofrendas. Es conveniente que los fieles manifiesten su participacin trayendo pan y vino para la celebracin de la Eucarista, y tambin otros dones con los que se ayude a lasnecesidades de la Iglesia y de los pobres. Los diconos o el mismo Obispo reciben las ofrendas de los fieles

69

en un lugar adecuado. Los diconos llevan el pan y el vino al altar, lo dems a un lugar apropiado, preparado con anterioridad. 146. El Obispo va al altar, deja la mitra, recibe del dicono la patena con

pan, y con ambas manos la eleva un poco sobre el altar, diciendo en secreto la frmula correspondiente. Luego coloca la patena con el pan sobre el corporal. 147. Entre tanto, el dicono vierte vino y un poco de agua en el cliz,

diciendo en secreto el agua unida alvino." Despus el Obispo presenta el cliz, que tiene con ambas manos un poco elevado sobre el altar, dice en secreto la frmula establecida, y luego, deja el cliz sobre el corporal, y el dicono, si se requiere, lo cubre con la palia.

148.

Despus el Obispo, inclinado en medio del altar, dice en secreto acepta,

Seor, nuestro corazn contrito. 149. En seguida el turiferario se acerca al Obispo, el dicono le presenta la

naveta, y el Obispo pone incienso y lo bendice. Despus el Obispo mismo recibe del dicono el incensario, y acompaado por ste, inciensa las ofrendas, 15 el altar y la cruz, como lo hizo al principio de la Misa. Terminada esta incensacin,todos se ponen de pie, el dicono desde un lado del altar

inciensa al Obispo, el cual est de pie y sin mitra; luego a los concelebrantes y despus al pueblo. Tngase cuidado de que la monicin Orad, hermanos, y la oracin sobre las ofrendas no se digan antes de que haya terminado la incensacin. 150. Una vez incensado el Obispo, que se encuentra a un ladoEl dicono puede hacer la preparacin del cliz, y la infusin del vino y del agua en la credencia. Cf. Misal Romano, Instruccin general, n. 133.15

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So br e e l mo do de ince ns ar la o blata, c f. s up r a nn. 9 1 -9 3.

70 del altar y sin mitra, se le acercan los ministros con la jarra del agua, la palangana y la toalla. El Obispo se lava y se seca las manos. Si es necesario uno de los diconos toma el anillo del Obispo. Mientras ste se lava las manos dice en secreto: Lvame, Seor, mis culpas. Una vez que ha secado las manos y colocado el anillo, el Obispo regresa al centro del altar. 151. El Obispo, de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos invita al pueblo a

orar, diciendo: Orad, hermanos. 152. Una vez dada la respuesta El Seor reciba de tus manos, el Obispo, con las manos

extendidas, canta o dice la oracin sobre las ofrendas. Al final el pueblo aclama: Amn. 153. Despus el dicono toma el solideo del Obispo y lo entrega al ministro. Los

concelebrantes se acercan al altar y estn de pie cerca de l, de tal manera que no impidan el desarrollo de los ritos y que la accin sagrada pueda ser mirada atentamente por los fieles. Los diconos estn detrs de los concelebrantes, para que cuando sea necesario, uno de ellos sirva en lo referente al cliz o al misal. Ninguno permanezca entre el Obispo y los concelebrantes, o entre stos y el altar. 154. Entonces el Obispo empieza la Plegaria Eucarstica con el prefacio. Extendiendo las

manos canta o dice: El Seor est con vosotros, y cuando dice: Levantemos el corazn, eleva las manos, y con ellas extendidas, aade: Demos gracias al Seor nuestro Dios. Despus de que el pueblo respondi: Es justo y necesario, el Obispo prosigue con el prefacio. Una vez

terminado ste, junta las manos y canta juntamente con los concelebrantes, los ministros y el pueblo: Santo. 155. El Obispo prosigue la Plegaria Eucarstica segn lo que se dice en los nn. 171-191 de la instruccin general del Misal Romano

71 y en las rbricas que se encuentran en cada una de las Plegarias. Las partes que dicen todos los concelebrantes a la vez, con las manos extendidas, deben pronunciarlas en voz baja, de modo que la voz del Obispo se escuche claramente. En las Plegarias Eucarsticas 1, II y III el Obispo, despus de las palabras: con tu siervo el Papa N.,aade: conmigo indigno siervo tuyo. En la Plegaria Eucarstica IV, despus de las palabras: de tu servidor el Papa N. ,aade: de m indigno siervo tuyo. Si el cliz y el copn estn cubiertos, el dicono los descubre antes de la epclesis. Uno de los diconos coloca el incienso en el incensario y en cada una de las elevaciones inciensa la hostia y el cliz. Los diconos permanecen de rodillas desde la epclesis hasta la elevacin del cliz. Despus de la consagracin el dicono, si se juzga conveniente, vuelve a cubrir el cliz y el copn. Dicho por el Obispo: Este es el Sacramento de nuestra fe, el pueblo responde con la aclamacin. 156. Las intercesiones particulares, sobre todo en la celebracin de algn rito sacramental, bien consecratorio o de bendicin, hganse segn la estructura de cada una de las Plegarias Eucarsticas, empleando los textos que se encuentran en el Misal o en otros libroslitrgicos,16

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L as inte r c e s io ne s pe c uliar e s en e l M is al R o m ano s o n: 1. En la Plegaria Eucarstica I:

a)

En el Memento de los vivos: por los padrinos, en la Misa de los escrutinios

(MR, Misas Rituales l) y en la celebracin del bautismo (MR, Misas Rituales l).

b)

En el "Acepta, Seor, .