ceuta y melilla: una visiÓn de futuro
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Documento de Opinión 03/2012 1
03/2012 11 enero de 2012
Beatriz Mesa García
CEUTA Y MELILLA: UNA VISIÓN DE
FUTURO
CEUTA Y MELILLA: UNA VISIÓN DE FUTURO
Resumen:
En la última década, Marruecos y España han conseguido convertirse en “socios naturales” a
pesar de que el conflicto territorial con Ceuta y Melilla- dos ciudades reclamadas por el
sultán alauí desde la independencia de Marruecos- sigue estando vigente. Los diferentes
responsables del Ejecutivo español que han realizado visitas oficiales en Marruecos han
subrayado que, por encima de las diferencias políticas sobre el futuro de Ceuta y Melilla,
ambos vecinos tienen la intención de continuar estrechando lazos en clave comercial y en
clave de la seguridad. La cooperación en la lucha contra las amenazas del mediterráneo es
elemental: Desde el combate contra el crimen organizando, el terrorismo o la inmigración
clandestina.
El problema reside cuando, desde el país magrebí, se instrumentaliza políticamente el litigio
territorial y se utiliza como elemento de presión para otros expedientes. Lo vimos el pasado
año cuando el poder central (Majzén) llamó a los “alborotadores” de la ciudad marroquí de
Nador, colindante con Melilla, para que protagonizaran una ola de protestas contra España y
a favor de la marroquinidad de la ciudad española. El motivo de estas protestas nada tenía
que ver con la histórica reivindicación sino con una foto que desde un helicóptero español se
le hizo al Rey, Mohamed VI, mientras veraneaba en uno de sus lugares de reposo, en
Alhucemas, al norte de Marruecos, y aquella foto que invadió la intimidad del monarca
enfadó tanto al soberano que desembocó en las protestas de la frontera de Beni Enzar,
provocando así una nueva crisis bilateral que culminó con la visita de un representante
español a la capital rabatí.
Con todo, los problemas políticos no afectan a la realidad social de ambas ciudades, un
paraíso multicultural e interreligioso, que podría servir de espejo para el resto de las
poblaciones españolas aún reticentes a la mezcolanza de las diferentes culturas.
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Abstract:
In the last decade, Morocco and Spain have managed to become "natural partners" despite
the territorial dispute with Ceuta and Melilla, two cities claimed by the Alawite Sultan of
Morocco since independence. The Spanish officials who have paid visits to Morocco
underlined that beyond political differences on the future of Ceuta and Melilla, both countries
intend to continue strengthening ties in key commercial and security key. Cooperation in
combating the threats of the Mediterranean is elementary: From fighting organized crime,
terrorism and illegal immigration.
The problem is when, from the North African country was politically instrumentalized the
territorial dispute and used as leverage for other records. We saw last year when the central
power (Makhzen) called the "troublemakers" in the Moroccan city of Nador, adjacent to
Melilla, to star in a wave of protests against Spain for the Moroccan and the Spanish city. The
reason for these protests had nothing to do with the historical claim but with a picture from a
Spanish helicopter that was done to the king, Mohamed VI, while vacationing in one of his
resting places in Al Hoceima, northern Morocco, and that photo that invaded the privacy of
the sovereign king so angry protests leading to the border of Beni Enzar, causing a new
bilateral crisis that culminated with a visit to a Spanish representative to Rabat.
However, political problems do not affect the social reality of both cities, a multicultural and
interfaith haven, which could serve as a mirror for the rest of the Spanish population still
reluctant to the mixture of different cultures.
Palabras clave:
Seguridad, relaciones estratégicas, ciudades autónomas, intercambio comercial, terrorismo,
Marruecos.
Keywords:
Security, strategic relationships, autonomous cities, trade, terrorism, Morocco.
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INTRODUCCIÓN
La histórica reivindicación de Marruecos de anexionarse las “ciudades expoliadas”, que data
desde la independencia del país magrebí en 1956, apenas se debate en la actualidad en los
pasillos del Ministerio del Interior marroquí, preocupado por otras cuestiones que amenazan
a la seguridad de la ribera sur como puede ser el terrorismo internacional y que igualmente
atrae la atención de España para la que es fundamental fomentar la paz y la seguridad en
ese espacio que comparte con su país vecino. Y más aún teniendo en cuenta que España está
presente en la región del Magreb a través de sus dos ciudades. Una región prioritaria para el
gobierno español por su proximidad geográfica, sus lazos históricos y humanos. De hecho,
en su Estrategia de Seguridad, España menciona a las dos ciudades autónomas como lugar
estratégico desde donde colaborar con los países de la zona y responder así a importantes
desafíos: Desde el fortalecimiento de la democracia y el Estado Derecho, la regulación y
control de la emigración o la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.
Por consiguiente, este contencioso territorial- al surgir otros problemas de gran
envergadura que afectan a la seguridad de ambos- ya no se ve como un escollo capital en el
desarrollo de las relaciones bilaterales sino más bien como un simple elemento discordante
entre dos vecinos o como diríamos coloquialmente un malentendido entre dos vecinos.
Lo que está claro es que, los dos grandes aliados ya se han acostumbrado a que, por una
parte uno reclame constantemente la marroquinidad de las dos ciudades, y el otro insista en
que Ceuta y Melilla siempre han sido concebidas para España como ciudades clave para su
seguridad nacional. Y partiendo de esta premisa, ambos Estados se han planteado una
cooperación que debe pasar por una real alianza y mientras no sean capaces de superar ese
obstáculo que afecta a la integridad territorial, buscan soluciones de futuro en otros campos
de cara al advenir económico de las dos ciudades autónomas y el país con el que hacen
frontera. Y por supuesto, de cara a la seguridad, que es una responsabilidad de todos1
Tanto el Ejecutivo español como el marroquí han rechazado plantearse abrir un periodo de
negociaciones sobre el expediente de Ceuta y Melilla, pese a las repetidas peticiones por
parte de las autoridades marroquíes de iniciar un proceso de diálogo que nunca han
quedado recogidas en el papel. En los últimos cuatro años- desde la visita de los Reyes de
España a las ciudades- parece que este conflicto se está marginando frente a otros
problemas conjuntos que deben resolverse en un “be to be”. Hemos hecho mención al
terrorismo, pero existen otras materias de calado relacionadas con el crimen organizado, el
1 Estrategia Española de Seguridad.
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narcotráfico, la emigración y el comercio que se ven como una prioridad en las relaciones
bilaterales.
Para el Estado marroquí- que deja que el expediente territorial lo conduzca su propia
evolución histórica con el deseo de que fruto de esa misma evolución natural algún día
ambas ciudades sean anexionadas- lo prioritario es ver a su país situarse en la casilla de los
países emergentes. Y pasos está dando, mediante la implantación de grandes proyectos
industriales, para elevar su país al escalón de los avanzados aunque las libertades
individuales y los derechos humanos no se encuentren aún al nivel de sus socios europeos.
Por ello, Marruecos prefiere dejar de dar rienda suelta al litigio con España con el fin de no
hacer peligrar su buena relación con la Unión Europea, sobre todo ahora que se ha
convertido en socio privilegiado a través del Estatuto Avanzado y eso se materializa en
mayores beneficios económicos y eliminación de aranceles, permitiendo así mayor
exportación de productos desde el vecino del sur sin coste alguno.
Es evidente que las dos ciudades al norte de África, rodeadas por un territorio del Reino de
Marruecos, afrontan un futuro lleno de desafíos sociales y económicos y en menor medida
políticos, aunque en el interior lo que se percibe es una vida armónica, plácida, en donde las
tres religiones monoteístas conviven y coexisten, el respeto por las tradiciones y las distintas
culturas se pone de manifiesto en las relaciones humanas, a veces envueltas en
determinadas zozobras como ocurre en la mayoría de los países del mundo.
Volviendo al tema que nos ocupa, ambos territorios se enfrentan a una serie de envites en
los que Marruecos juega un rol fundamental porque es tierra fronteriza, con lo cual,
cualquier desarrollo en positivo o en negativo de las ciudades de Ceuta y Melilla tendrán un
efecto directo en la población norteña de Marruecos y viceversa.
PREOCUPACIONES POR EL FUTURO DE CEUTA Y MELILLA: DESARME ARANCELARIO
Un motivo de preocupación de cara al futuro de Ceuta y Melilla y no a largo plazo sino que
casi tiene una fecha ya establecida es la expectativa de un declive económico de la ciudad
melillense o ceutí que apenas producen y representan gastos para el conjunto español. Pero
¿Qué ciudad española no supone también un gasto elevado para España y tienen
dificultades para autogestionarse? Marruecos, en 2012, concluirá el proceso de desarme
arancelario frente a la Unión Europea, a partir de entonces tanto el país magrebí como el
conjunto de los países de Europa tendrán la posibilidad de adquirir productos europeos
libres de aranceles, por lo que se teme que pueda desaparecer el contrabando o lo que se
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conoce eufemísticamente en Melilla como el comercio atípico.
Gracias al contrabando, miles de familias del Rif, el norte de Marruecos, sobreviven a las
condiciones precarias a las que se encuentran sometidas, a pesar de que éste tipo de trabajo
supone un esfuerzo físico desgarrador. Por la frontera del barrio chino, la única frontera
peatonal con Marruecos, una horda de alrededor diez mil mujeres casi milagrosamente
cruzan a diario soportando en el cuerpo kilos de ropa usada, zapatos, mantas, neumáticos,
cajas de patatas fritas, papel higiénico, pañales, infinidad de productos del hogar e incluso
botellas de alcohol procedentes de la península. Una vez llegan a los almacenes melillenses
son desviados, antes de cruzar al vecino marroquí, hasta unas enormes explanadas donde
aguardan las porteadoras que se bañan en sudor por un plato de comida al día.
El contrabando genera un empleo precario e inestable y una economía sumergida que, aún
con todo, beneficia a las familias marroquíes y a los comerciantes melillenses. Por esta razón
el comercio atípico pese a no contar con la autorización de ambos países sí es tolerado
porque el estraperlo supone alrededor de 500 millones de euros anuales. Se trata de
pequeños alijos pero que salvan en parte la actividad comercial de Melilla y de Ceuta.
Esta cifra podrá verse resentida en la zona tras el alcance del desarme arancelario. Sin
embargo, a ninguno de los dos países les preocupa la nueva medida que se aplicará el
próximo año teniendo en cuenta que el comercio transfronterizo, existente desde hace más
de cien años, nunca perecerá y aunque se vea afectado por la liberalización del mercado, se
buscarán otras pautas comerciales que continúen alimentado el intercambio2. Según el
alcalde de Melilla, Juan José Imbroda, el desarme arancelario ocurre desde hace diez años
porque no se podía pasar de súbito de cien a cero y no representará ninguna catástrofe
porque los mercados lo van asimilando.
EL INTERCAMBIO ENTRE DOS “SOCIOS NATURALES”
El futuro de ambas ciudades, independientemente de si se llega o no a una resolución
política con el vecino, pasa sobre todo por una relación de intercambio en el ámbito laboral,
comercial, educativo, sanidad y en el sector servicios. Todo en aras del desarrollo de Melilla
y la vecina provincia marroquí de Nador, pero especialmente en la evolución de Nador y sus
alrededores. Frente a aquellos que piensan que el llamado comercio atípico influía
negativamente en el desarrollo de Nador y su provincia siendo esto la causa del
subdesarrollo del norte de Marruecos, existen otras teorías sustentadas en datos de la
2 Entrevista realizada por esta autora con López Bueno, José María. Especialista en el intercambio comercial
entre las ciudades autónomas y Marruecos. 4/11/2011
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Teoría Económica3 que demuestran los efectivos positivos derivados de los flujos de bienes
entre dos zonas geográficas próximas como vemos a continuación:
Melilla y Nador son socios naturales por su proximidad geográfica. Les separan 15
kilómetros. El desnivel económico entre ambas zonas favorece los intercambios comerciales
y promueve las relaciones socioeconómicas con beneficios mutuos. Sólo hay que ver el
crecimiento de las importaciones de Melilla que afecta positivamente al PIB de Marruecos: Si
la tasa de incremento de las importaciones en Melilla aumenta un 1%, la tasa de crecimiento
del PIB de Marruecos aumenta aproximadamente un 0,20%. Es decir, las compras que
Melilla hace al exterior favorecen el crecimiento económico de Marruecos.
Teniendo en cuenta que las importaciones de Melilla sirven para satisfacer en una elevada
proporción la demanda externa marroquí, la anterior relación demuestra la vinculación
positiva entre los flujos comerciales de Melilla y Nador y el crecimiento de dicha región y por
extensión de Marruecos. Esta relación tiene especial trascendencia para las importaciones
realizadas de determinados países como China. Así, un aumento de un millón de euros en las
importaciones de Melilla a China, aumenta el PIB real de Marruecos en 0,46 millones de
euros. Las importaciones realizadas por Melilla afectan positivamente al PIB de Marruecos, a
través del comercio formal e informal. Es decir, estas importaciones revierten en el comercio
entre Melilla y Nador y/o en exportaciones a Marruecos. Los flujos de comercio exterior de
Melilla (importaciones y exportaciones), impactan muy positivamente sobre el crecimiento
de Marruecos.
Pero esa “relación natural” y beneficiosa para ambas fronteras, especialmente para
Marruecos también es extrapolable al área de la sanidad, lo laboral y de la educación. He
podido comprobar durante los últimos cinco años de trabajo en las ciudades autónomas, el
flujo de marroquíes que entran a diario para ocupar un empleo. Son los llamados
trabajadores transfronterizos para los que, sin embargo, es inaccesible la tarjeta de
residentes. Realmente, la residencia sólo la obtienen hoy los marroquíes que contraen
matrimonio con melillenses o rifeños de nacionalidad española.
TRABAJADORES MARROQUÍES EN CEUTA Y MELILLA
Según la Oficina de Extranjeros de Melilla, un total de 2344 trabajadores fronterizos, de los
cuales más del 95% trabajan para cuenta ajena. De estos últimos, un 54% son asalariados
bajo el régimen de empleados del hogar o en el comercio. En la mayoría de los casos son
3 Informe de la empresa pública melillense que se conoce con el nombre de Promesa. Net
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empleos irregulares, es decir, sin cotizar a la seguridad social4. Estos trabajadores no tienen
derecho a pernoctar en la ciudad de Melilla, lo mismo ocurre en Ceuta. Están obligados a
retornar por la noche. En cuanto a la sanidad, las oportunidades y las condiciones que ofrece
el hospital Comarcal de Melilla son tan óptimas que los ciudadanos de Nador y alrededores-
los únicos con derecho de acceder a la ciudad sin necesidad de disponer de un visado-
suelen acudir a este centro sanitario para ser atendidos. De hecho, una parte importante de
la asistencia sanitaria prestada por el Hospital Comarcal de Melilla se realiza a extranjeros no
residentes. En torno a un 15 por ciento de la totalidad de las urgencias, un 25% de los
servicios de diálisis y alrededor del 45% de los partos realizados5. Fuentes del hospital
estiman que la asistencia equivaldría a la de un centro destinado a atender a una población
de entre 300 y 350.000 personas.
A pesar de ese estimable intercambio de intereses, cierto es que tanto las ciudades
marroquíes que colindan con Ceuta como las que hacen frontera con Melilla están llevando
a cabo proyectos de desarrollo y crecimiento y esto desde España se ve como una velada
amenaza o asfixia económica. Por esta razón, la ciudad melillense está buscando nuevas
oportunidades en el turismo y en la investigación de nuevas tecnologías como fuente de
ingresos. Lo que, sin embargo, no necesita Ceuta por su cercanía con la península que le
permite servir de puente entre ambos continentes.
Paralelamente al puerto que ha construido Marruecos en la ciudad de Nador, la ciudad de
Melilla ha emprendido un proyecto para ampliar su puerto y hacerlo más competitivo. El
deseo de este puerto es incrementar el tráfico marítimo, captar el tráfico de contenedores
procedente del Canal de Suez que colapsa ya otros puertos6, y la posibilidad de aportar de
valor añadido a los productos semielaborados o materias primas que provengan de África,
Asia y otros mercados principales, siendo posteriormente exportados como producto
manufacturado a la Unión Europea sin imposición de aranceles adicionales es otra ventaja a
tener en cuenta.
Melilla es así una puerta de entrada al Norte de África con un enorme potencial de
crecimiento como lo puede ser Nador. Los conocedores de la materia están buscando un
acuerdo de complementación entre los dos puertos en vez de pensar que se abren nuevas
brechas entre los vecinos por la competitividad que la ampliación de ambos puertos puede
despertar. Exactamente lo mismo sucede en Ceuta tras el puerto de Tetuán o de Tanger Med
frente a la costa de Algeciras. Los operarios de ambos lados se desvinculan de todo tipo de
4 Datos, a 30 de julio de 2008, de la Oficina de Extranjeros de Melilla.
5 Informe completo disponible en www. fhimades.org. Fundación para el desarrollo socio económicos hispano-
marroquí. 6 Declaraciones del alcalde de Melilla, Juan José Imbroda, en un especial de la revista ATENEA sobre “Ceuta y
Melilla: La lenta Marcha Verde”
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hostilidad y piensan en términos de colaboración y de complementariedad en vez de
competitividad: Marruecos ofrece mano de obra barata y España seguridad y agilidad. “Hay
que hablar siempre de intercambio o complementariedad por encima de la cuestión política.
Nuestro interés es de mejorar las relaciones comerciales y llevar una política de intercambio
entre el norte de Marruecos y Ceuta y Melilla porque ganan los dos. El desarrollo de Melilla
tiene un impacto directo en sus poblaciones cercanas…”7
Y haciendo caso al informe que citamos en este análisis, como ocurre en el resto de las
materias, el tráfico portuario de Melilla tiene también un impacto positivo en Nador. Un
incremento del tráfico de cabotaje melillense de un 1% se traduce en un crecimiento del
tráfico portuario exterior de Nador del 1,23%.
En resumen, la realidad de Ceuta y Melilla con respecto a su vecino marroquí,
independientemente de las diferencias políticas, sociales o económicas, es estable en lo que
se refiere al concepto de intercambio comercial. Pero, como en todo, hay que hacer
mayores esfuerzos y mostrar mayor voluntad política para resolver, por ejemplo, el tráfico
de personas por la frontera de Beni Enzar, a los pies de Melilla, que separan ambos países y
que contribuirían a un mayor entendimiento, una circulación fluida de productos y animaría
el turismo extranjero desde Marruecos.
En la frontera, miles de vehículos, a diario, en ambos sentidos tienen bloqueada durante
muchas horas la frontera trasladando una imagen tercermundista de la situación. La frontera
de Beni Enzar se consiguió ampliar con fondos de la Unión Europea (FEDER) pero los grandes
obstáculos que tal camino representaban no han sido resueltos y prueba de ello, las
interminables colas de los pasajeros y de los vehículos que provocan un desgaste en las
relaciones bilaterales.
LA INTERRELACIÓN CULTURAL Y RELIGIOSA: EL ESPEJO DEL MAÑANA
La convivencia entre musulmanes, cristianos y judíos en las ciudades de Ceuta y Melilla es el
vivo ejemplo de que la interrelación religiosa es posible en el resto de España con una
creciente población musulmana que, por el momento, tiene una tendencia a la formación de
guetos y no a la integración y adaptación a las nuevas realidades sociales y culturales. La
globalización exige a la casta política actual hacer frente a este nuevo desafío que en cierta
medida se ha superado en las poblaciones españolas del norte de África, y esto no deja de
ser una herencia que han recibido las ciudades autónomas a lo largo de su historia tras su
7 Entrevista de esta autora con López Bueno, José María. Especialista en el intercambio comercial entre las
ciudades autónomas y Marruecos. 4/11/2011.
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mezcolanza con las comunidades bereberes.
Dos estilos de vida coexisten y conviven en las ciudades- cristiana y musulmana- donde se
defiende por encima de todo la españolidad, independientemente de la fuerte atracción
económica que suponen ambas urbes. Este es el sentir general para los melillenses de origen
rifeño que esperaron la histórica visita de los Reyes de España en el año 2007 para que su
sentimiento de nacionalista español se viera reforzado. Distinto es el ciudadano musulmán
marroquí afincando en cualquiera de las dos ciudades tras contraer matrimonio con
individuos de nacionalidad española y de su misma confesión religiosa que, en este caso,
defiende España por el interés que para sus bolsillos y su integración física representa las
dos ciudades, pero su corazón lo mueve las ondas de la bandera marroquí.
Otro hecho relevante que representa el espejo de mañana en la península, la utilización por
parte de las mujeres melillenses el velo islámico que no supone ningún problema en ambas
ciudades. Todo lo contrario, en las calles se cruzan las mujeres veladas con las no veladas y
es una señal de la tolerancia y el respeto a la tradición de sus orígenes sin desvincularse de la
cultura española en la que siempre han crecido. Por ello y para dar ejemplo de esa rica
mezcolanza de tradiciones y prácticas religiosas, los gobiernos de ambas ciudades españolas
incluyeron en el calendario laboral fiestas de tanta trascendencia social y religiosa como la
Fiesta del Cordero. Este gesto ha sido interpretado en Marruecos con muy buenos ojos
porque no existe la voluntad de acabar con las características de una religión compartida por
todos. Más bien al contrario, los planes políticos están enfocándose hacia el máximo respeto
de las comunidades musulmanas que ya configuran la mayoría de la población melillense
que alcanza los 80.000 habitantes. Y las razones son lógicas. En el sector musulmán, la
natalidad es superior e igualmente cuando se producen matrimonios mixtos entre españoles
originarios del Rif y marroquíes, se producen los naturales agrupamientos familiares.
Y un dato más que certifica la arraigada doble identidad (de español y de rifeño), es que los
españoles rifeños emiten su voto a partidos laicos desvinculándose así de cualquier base
religiosa para hacer política. El voto, sin embargo, destinado a los actuales partidos
islamistas de las ciudades autónomas, lo emite ese sector de la población musulmana que
vive en unos barrios quasi chabolistas levantados con casas muy precarias, que pueden
llegar a sentirse menos orgullosos de ser españoles por la discriminación y las carencias
económicas que sufren como veremos más adelante. Y sus insatisfacciones y miserias
pretenden ahogarlas en partidos religiosos, lo que podría significar una situación de riesgo
(para España) o positiva (para las reivindicaciones de Marruecos). Esta queja social tiene otro
reflejo, que debería a su vez preocupar a la clase política, en el lento desarrollo educativo. Y
con motivo de las diferencias sociales, no así culturales, dentro de una misma población se
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ha creado una brecha educativa en las sociedades ceutí y melillense cuya responsabilidad
reside en sus respectivos gobiernos.
El problema educativo responde a varios factores; Por una parte, las comunidades
musulmanes de los barrios periféricos carecen de una formación de calidad por la falta de
medios y si a esto le sumas la falta de perspectivas de futuro en el ámbito académico, los
jóvenes optan por el auto abandono o por caminos ilegales como el del narcotráfico para
salir de la precariedad. Por otra parte, dada la marginalidad en estas zonas se produce un
efecto dominó: Los padres no han adquirido un nivel educativo superior por lo que
repercute negativamente en el crecimiento intelectual de los hijos que imitan los mismos
derroteros. Por consiguiente, los niños musulmanes cuando asisten a los centros lo hacen
para pasar el tiempo, desmotivando a su vez a los docentes sobre los que incluso se ejerce la
violencia. Todo esto explica los resultados de fracaso escolar que atenaza a estas dos
poblaciones españolas. Y en contraposición a lo que algunos académicos puedan estimar, si
a estos colectivos marginados, muy alejados de una vida de prebendas, se les permitiera
disfrutar de una mejor vida, sus reivindicaciones no llevarán en forma de votos a partidos
islamistas sino a partidos nacionalistas.
Estos grupos de melillenses musulmanes procedentes de las zonas marginales como la
Cañada de la muerte, con unos ingresos inferiores al resto de la población musulmana o
cristiana de clase media, requieren de más medios y otras motivaciones que les permita
creer en las expectativas de futuro. Sin embargo, la realidad muestra una importante falta
de empleo en unas ciudades con una gran dependencia de la península. Al no haber
industrias, las nuevas generaciones ven más sombras que luces al final de túnel. Y ante la
falta de empleo y la falta de salidas profesionales, estas comunidades mantienen un pulso
con el poder. Hace dos meses se llevaron a cabo manifestaciones en los barrios populares
que desembocaron en barricadas. El gobierno prometió tras las últimas elecciones unas
salidas profesionales a los más desfavorecidos pero fueron palabras en papel mojado. El
resultado es aún peor. Estos jóvenes optan por la industria del hachís, la llamada amenaza
del mediterráneo o del estrecho por donde cruzan a diario lanchas neumáticas con
toneladas del “Oro del Rif”.
¿EL PELIGRO ISLAMISTA?
La marginalidad y la falta de integración, insistimos, sólo en un pequeño sector de la
población española musulmana que vive en el extrarradio, puede llevar a las nuevas
generaciones a acercarse a la religión islámica en su sentido más rigorista y esto sí puede
significar una amenaza para la seguridad y la estabilidad en ambas ciudades. Y en ello
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trabajan muy activamente las fuerzas y cuerpos de la seguridad de Melilla y Ceuta, que al
compartir a su vez frontera con Marruecos, están muy vigilantes ante la entrada de alguna
célula yihadista.
Lo que está claro es que en el radio de doce kilómetros cuadrados que forman la ciudad de
melilla, los grupos de musulmanes que puedan verse más desviados por su radicalismo están
perfectamente controlados y según fuentes de la seguridad consultadas por este periodista,
aunque siguen muy estrictamente los preceptos del Islam- la mayoría mal interpretados-
ninguno de ellos representa una amenaza para el bienestar.
Esta autora conoció a Ilham, española de 22 años, originaria del Rif como la mayoría de los
melillenses nacidos en una de las ciudades más discriminadas de España por su condición de
identidad múltiple y por situarse a las puertas de Marruecos y explicaba que su mayor
felicidad fue la de llevar el burka como otras tantas mujeres melillenses. Su única vinculación
con el mundo árabe es la religión y el idioma, la lengua sagrada del Islam que,
paradójicamente, habla con muchas dificultades. Su padre profesa la fe a su manera y su
madre, cristiana evangelista. Una mezcolanza que pone de manifiesto que las personas no
son intercambiables y en el seno de una misma familia las diferencias entre los miembros
son enormes.
La joven pedía vivir el Islam en profundidad y, por ello, se apartó de su madre y se instaló
con sus primas en una casa donde la mayoría de las chicas van enteramente veladas. Son las
nuevas generaciones españolas del Burka que optaron por SIRAT AL MUSTAQIM (“El camino
recto”) y enseñan a sus padres la verdadera vía de la religión musulmana que exige máxima
adoración a Alá. Dicen que se lo colocaron después de hacer un estudio pormenorizado del
mensaje de Dios.
Esta actitud por parte de una minoría de extremistas mujeres españolas musulmanas, que
exigen, inútilmente, a las autoridades vivir el Islam en profundidad en una sociedad sin
alcohol, con otro estilo de vestir, y con aulas educativas amoldadas a sus exigencias, ha
enfadado a buena parte de la población melillense que se identifica con las palabras de
Ismael Rusadir, articulista en el diario Melilla Hoy y aclaró en relación a las jóvenes del Burka
que: “El Islam, en las circunstancias de bienestar en las que vivimos los musulmanes
melillenses, no perdona a los padres de los jóvenes que abandonan el colegio sin razón
justificado. El Profeta y Maestro de los musulmanes dijo: 'Utlub il 'ilma wa law fis-Sin" que
significa "Buscad el Conocimiento incluso en la China". Este dicho se aplicaba y se aplica
exactamente por igual a hombres y a mujeres. Así que, si nuestro sistema educativo nos trae
conocimiento y educación a las puertas de casa, ¿Cómo se puede tener la cara de
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rechazarlos en nombre del Islam?”
CONCLUSIÓN
Aunque la cuestión de Ceuta y Melilla, como ciudades autónomas bajo soberanía española, y
reivindicadas por Marruecos, aún sigue siendo una asignatura pendiente por resolver para
zanjar un asunto que, en algunas ocasiones, ha envenenado la vecindad hispano-marroquí,
la realidad sobre el terreno es que entre Marruecos y sus dos ciudades reclamadas hay una
relación de “socios naturales” que prevalece sobre la polémica territorial.
Y al margen de las reivindicaciones territoriales que permanecen subyacentes a otros
mensajes de cooperación bilaterales, Melilla o Ceuta intentan hacer frente a desafíos
educativos, sociales, culturales y económicos que ya están teniendo un efecto positivo en el
desarrollo y evolución de Marruecos y al contrario como explicamos a lo largo de este
análisis con datos y ejemplos claros. El futuro de estas dos ciudades dependerá en cierta
medida de su capacidad de autogestión y su poder de crecimiento frente a la capacidad del
Reino Alauí de permitir el desarrollo del norte. Mientras esto no se lleva a cabo en un corto
plazo sino más bien en un plazo más largo, las políticas conjuntas que se están llevando a
cabo con la creación, por ejemplo, de unas comisarías de policía conjuntas en la lucha contra
el terrorismo, crimen organizado o narcotráfico, pueden servir de leitmotiv para crear las
condiciones de acercar posturas y tender puentes.
Para poder afianzar aún más su cooperación bilateral y por tanto implantar la confianza con
el fin de pasar de una cooperación a una asociación, y a través de esta asociación,
consolidada y mutuamente respaldada, ambos países litigantes podrán alcanzar una alianza
geoestratégica. De este modo, podría reinar indudablemente una relación normalizada. Y
una vez establecida la alianza, España dejaría de concebir a Marruecos como raíz de
inestabilidad para su seguridad nacional, y por consiguiente se impondría la convivencia
pacífica y duradera8.
Beatriz Mesa García*
Periodista
8 Entrevista con Ahmed Bensalh. Periodista marroquí e investigador doctorando en el diálogo de culturas y
alianza de civilizaciones. *NOTA: Las ideas contenidas en los Documentos de Opinión son de responsabilidad de sus autores, sin que reflejen, necesariamente, el pensamiento del IEEE o del Ministerio de Defensa.