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RenéChar , poesías BREVES/24

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Page 1: Char, Rene - Poesias de Rene Char

RenéChar,poesías

•BREVES/24

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POESIAS DE RENE CHAR

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POESIASDE

RENE CHARPresentación, Selección

y Prólogo

LUIS ALBERTO CRESPO

FUNDARTE

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POESIAS DE RENE CHAR

Traducción: Luis Alberto Crespo

Col. Breves/NQ 24

Editado por Fundarte

Portada: Carlos Varela

Depósito Legal: If-80-0467

Impreso por Editorial Arte

Caracas, Venezuela 1980

Page 5: Char, Rene - Poesias de Rene Char

PRESENTACION

En la frontera imprecisa de un lenguaje a 'la vez in­tensamente oscuro y abiertamente transparente trabajaRené Char (Isle-sur-Sorgue, Vaucluse, Bajos Alpes, Fran­cia). Ligado a los surrealistas del segundo frente --elque se' reuniera a la sombra de la revista Le Surréalismeau service de la Révolution-s--, Char supo apartarse atiempo de las creaciones colectivas y el automatismo paraescribir una de las obras poéticas más esenciales de estesiglo, al lograr una perfecta inteligencia entre la reflexióny la emoción, el pensamiento y las visiones, la belleza ylo trágico, mediante una escritura de aforismos, versícu­los y reflexiones sobre la moral y la imaginación, queinquiere por el hombre, su destino en un mundo marca­do en lo más vivo por las guerras y la deshumanización.

El lector de habla española ha podido tener accesoa la poesía de Char gracias a las traducciones de RaúlGustavo Aguírre y a la reciente muestra de la colecciónVisor. Las revistas y las. antologías suelen dejar un lugarde excepción al poeta de Presencia Común y Los Mati­nales, Sin embargo, Char permanece en el secreto deunos cuantos, para quienes su poesía es,' antes que lec­tura, oráculo, decálogo de una ética, ejercicio de lucidezy encantamiento.

La versión que ofrecemos pertenece a sus dos librosmás recientes: Aromas Cazadores y Cantos de la Balan­drana. La aventura cósmica de Orión, durante el ciclodel verano, suscita la escritura del primero de los libros.La llegada del invierno a las colinas de una granja delsur de Francia, en los alrededores del Vaucluse, la casade Char, sirve de fundamento al segundo. Pero el ver­dadero objeto de esta poesía es la belleza, la serenidadcrispada y, una vez más, el hombre.

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Obras de René Char

Seuls DemeurentFeuillets d'HypnosFureur et mystéreClaireLes MatlnauxLe Soleil des EauxA Una Sérénité CrispéeLettera AmorosaRecherche de la Base et du Sommet suivi de Pauvreté etPrivilégePoémes et Prose ChoisisLa Parole en ArchipelCommune PrésenceRetour AmontTrois Coups sous les ArbresDans la Pluie GiboyeuseLe Nu Perdu

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AROMAS CAZADORES

1972-1975

Título original: Aromates chasseurs, Gallimard, 1975

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Este siglo determinó la existencia de nuestros dos espaciosinmemoriales: el' primero, el espacio íntimo donde juga­ban nuestra imaginacián y nuestros sentimientos; el se­gundo, el espacio circular, el del mundo concreto. Ambospermanecían inseparables. Perturbar uno equivalía a tras­tornar el otro. Los primeros efectos de esta violenciapueden ser descubiertos con toda claridad. Pero ¿cuálesson las leyes que corrigen y restablecen lo que las leyesque infectan y arruinan dejaron inacabado? ¿Son leyes?¿Existen derogaciones? ¿Cómo opera la señal? Hay untercer espacio en camino, fuera del trayecto de los dosconocidos. La Revolución de Orión de nuevo entre nos­otros.

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ESE AZUL NO ES EL NUESTRO

Orián en Tauro

Nos hallábamos en el minuto de la última distinción.Fue necesario repatriar el cuchillo. Y el encamado ana­lógico.

Pocos supieron mirar la tierra en la que vivían y tutearlabajando los ojos. Tierra de olvido, tierra próxima, de laque nos enamoramos con horror.y el horror pasó .•.

Para cada uno su reloj de arena a fin de terminar conel reloj de arena.Continuar a transcurrir en el enceguecimiento.

Aquél que entrega el mensaje no tendrá identidad. Noserá el opresor.

¿Modelar en el apocalipsis, no es lo que hacemos cadanoche sobre un rostro encarnizado en morir?

Un utensilio cuya mano privada de memoria descubrieraa cada instante el beneficio, no envejecería, conservaríaintacta la mano.

Entonces desaparecieron en la bruma los hombres delpillaje.

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VIAJEROS

Cefeida en Orión

Después que el tren desaparece,la estación parte riendotras la búsqueda del viajero.

Todo lo que se oculta bajo la mano es, esta noche,esencial. Lo no cumplido ensordece de esencial.

Inventamos fuerzas para tocarnos las extremidades, casinunca el corazón.

Conviene acercar los utensilios de la mesa de comer coninsignes precauciones. Este intervalo singular no tieneparentesco ni puede medirse.

Nuestro presente llegó a tal punto a inflamarse que invo­carlo sería destinarlo al viento.

Camarada, he aquí tu salvoconducto para dirigirte a don­de quieres y sufrir en todas partes. Desde la línea deflotación hasta los abismos. El coraje se sacia con infi­nitas variantes. Lugar de delicias que dura un día.

Construyeron una barca con la espuma del mar a fin dellegar a la orilla más distante. Ellos son esta cadena dearrecifes.

El calumniador desciende irresistiblemente hacia este mar.En cambio los dioses son complejos y lentos en sus apro­baciones.

Estamos sentados, como mancha amarilla, frente a lachimenea de la bestialidad. ¿Quién lo duda? Ni siquieraese farsante que es el gran frío.

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La sombra de la vida interviene a tiempo para preservarel lugar que le debemos en nosotros. Cuanto más altassean las montañas, mayor será el derecho que tienen losclarividentes a llevar el relámpago de las cumbres en subastón.-Vida, ¿dónde está tu victoria?-En ésta. Sobre aquél.-Yo sé, Amiga, que el porvenir es escaso.

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RODIN

Durante mucho tiempo acompañé a esos hombres. Ibandelante de mí o me abordaban, balbucientes y dando tum­bos, a merced de un torbellino que los mantenía a sualcance. No estaban muy apurados en llegar al puerto yal mar, en entregarse al desmesurado capricho del ene­migo. Hoy la lira de seis cuerdas de la desesperación queformaban esos hombres, se puso a cantar en el jardíncubierto de bruma. Acaso Eustaquio el servicial, el qui­mérico, haya entrevisto su verdadero destino calculadono en instantes de terror sino en aliento lejano dentro deun cuerpo constante.

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BAJO LA HOJARASCA

Golpear con la mirada consiste en tomar forma en los ojosde los otros, descubrir allí sus rasgos alterados junto alos nuestros, pero s6lo para cubrir de sombra nuestracintura de desierto.El que iba adelante se apoyó en un fresno, confirmó lareincidencia del rayo, y pleno de deseo aguardó la noche.

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III

VERDE SOBRE NEGRO

Nosotros

Pasar por el camino nuevo. Lo que nosotros deseamos esvasto. Pocos son los motivos para afligirse por lo que hade suceder. El edén impuro titila al lado del escarnio.

Alejarse, curvarse firmemente, con su aurora a la espalda,a través de las lentas peripecias de una montaña amada.

La lámpara arde indiferente. Se nutre de alimentos mez­clados. Confórmate con ella, o destrózala.

Nada permanece por mucho tiempo idéntico. Ninguno semuestra por mucho tiempo contraído. Capa tras capa acae­ce el hundimiento, ocupando todo el silencio.

¿No habíamos venido a realizar, a la hora de los presa­gios y las huellas de un mal sin remisión, el complementode una lucidez?

Un viajero mítico, de estos lados, se encontró con noso­tros. Ansiaba aumentar el espacio de los ímpetus, la tierrade las miradas, el murmullo de los sí, desde el mediodíahasta la medianoche. Se diría que ese hombre contrariadosólo sacaba de su pecho latidos exigentes, desfallecientes.

Antes de que fueran lanzados a los ojos las formas y losgestos de otras partes.

Dos labradores ciegos.

Verde sobre negro.

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CANTOS DE LA BALANDRANA

1975-1977

Título original: Chants de la Balandrane,Gal1imard, París, 1977.

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Á Claude Papeyrequien me ayudó a construirsiete casitas sobre la escarchapara recibir en ellas, duranteel invierno, a mi erranciaendurecida.

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IGUALMENTE

El suelo que recoge no es el único que se resquebraja du­rante las labores de la lluvia y el viento. Lo que se derrum­ba se mantiene casi silencioso en los bordes del cata­clismo, con nuestras secas palabras de predicción, pene­trantes como el tridente de la noche en el iris de la mi­rada.

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MI HOJA VINOSA

Las palabras que han de surgir saben de nosotros Jo quenosotros ignoramos de ellas. En un instante seremos elequipaje de una flota integrada por unidades ind6ciles,y su almirante, en el vendaval. Luego el altamar la tomaránuevamente, dejándonos con nuestros torrentes y nuestrosalambres cubiertos de escarcha.

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¡PASO!

En nuestro aterrado sueño se apretujan contra nosotros,en el borde del lecho, los pequeños soles hablachentos quenos calientan y nos preparan para la prueba glacial delpróximo día.La insistencia de los animales, las reprobaciones de lasflores, es lo primero que se escucha en el alba. Todo loque está dotado de vida sobre la tierra sabe reconocer lamuerte.Gente de lindero, sonido melodioso de una materia in­munda, sobre la nieve nuestros pasos aumentan con losesparcidos copos.

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EL RUIDO DEL FOSFORO

Crecí entre la leña encendida, al borde de brasas que nose volvían cenizas. A mi espalda, girando sobre un vidrioazafrán, el horizonte reconciliaba el empenachado plu­maje marrón de las cañas con el pantano plácido. El in­vierno favorecía mi suerte. La leña caía en ese desordenfrágil mantenido en suspenso por la alianza del absurdoy del amor. El abrasamiento me era al mismo tiemposoplo en el rostro y humo acre, Cuando no cerraba losojos para sufrir, el héroe enfermo me sonreía desde sulecho. ¿Aprendí, junto a él, a permanecer silencioso? ¿Aconfiar el bosque de mi corazón a la llama que habríade conducirlo a chispas ignoradas por los enclaves delporvenir? Las fechas se borraron e ignoro las convulsio­nes del compromiso.

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CRUELES COMBINACIONES(fragmento)

La existencia sólo es nuestra para un breve intento. Anteel devorador incendio, lo único que hacemos es puntearel espacio. Pertinente escalamiento.

Muerte, ante ti seré el Tiempo en persona, el Tiempo sindefecto. Pero tú me miras solamente con los ojos de lavida. No me verás.

Mi memoria es una llaga viva donde los hechos pasadosse niegan a aparecer en el presente. Si se les obliga san­gran y una gata no reconocería en ellos a sus hijos ensan­grentados.

El sol en el espacio no vive mejor que nuestra sombrasobre la tierra, cualquiera que sea su prolijidad. Blasóncaído, está solo, nutrido con sus excrementos; solo comoestá solo el hombre, enemigo inicial, hundiendo sus uñasen el pan de sus enemigos.

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A PESAR DEL FRIO GLACIAL

A pesar del frío glacial que te atravesó desde tus comien­zos, y mucho antes de lo que sobrevino, tú no eras sinoun fuego que el fuego inventa, atracado por el tiempoy quien, en el mejor de los casos, moriría por falta defuego renovado, o de fiebre por haber respirado cenizas.

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EL CREPUSCULO ES VIENTO DE ALTA MAR

Cuando somos Jovenes, tenemos alma de viajero. El solde Tolomeo nos fusila lentamente, Por eso son necesariosdos relámpagos en lugar de uno si la noche desliza sumarca en nosotros,

En tiempos del arte romano, los escolares y los pájarostenían los mismos ojos redondos. Yo me ponía al ladodel pájaro. Ambos observábamos, nos parecíamos.

El bocino compuso, la zarza tapó la censura, la trampase abrió. Nuevas costumbres educaron al terror.

Diez de la noche, momento para ir afuera, alzar la cabe­za, cerrar los ojos, abatir el centinela, señalarlo al nuevoocupante del Trapecio.

-Mientras declinaba, ¿qué distinguiste en el astro quehas nombrado?-Millares de rostros, oh espejo sin fortuna, ya formados,que intentaban volcar esta tierra sin rival.

-¿Por qué entonces tu extraña prisa?

-Es necesario, transferimos. La muerte, lo eventual, elamor, el estambre calientan la pala y el arenal.

Gracias al rigor de los cálculos, han sido honrados conpermanecer estables sobre la barra de madera del Tra­pecio, cerebros y cuerpos celestes: Copérnico, Galileo,Kepler, Newton. A golpes de ala corsaria, Leibniz sealejó del espacio establecido, después de mirar hacia atrás,y posó en alta mar, sobre el montículo de un islote colo­reado, sus patas anhelantes.

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VIENTO CAlDO

Cuántas veces te me apareces al alba, azocando tus am­biciones de lujuria después de pasar por las cañas, pobretierra, entre la fábrica de la tranquilidad mefítica, cuyohumo no exorciza viento alguno, y la luna llena, secoescupitajo de los terrícolas o espejo cenagoso del sol, elarrogante limador ante su mesa de un momento a otro.¡Sol!Con lo oscuro. del cuerpo se acuña una cifra. Este inci­dente desapercibido habrá de brillar y reflejarse en elsurtidor de nuestras vértebras hasta el divertimiento: unabandada de búhos bermejos. Callada pero libre de ele­varse. Allí nos da de beber la Amiga que ignora las horasy se enorgullece de nosotros.

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A MENUDO ISABEL DE EGIPTO

Tu partida es un secreto. No lo divulgues. Mientras ruedeel alegre tonel del viento, cántale.

Enfréntate a Estropios mientras sude.

Llovizna limpia la nariz del caracol.

La fuente hizo defensiva la aulaga alejándola del junco.No te envanezcas, acerca aquélla a éste.

Lecho por la mañana afirma tus designios. Lecl o por lanoche halaga tu esperanza, si ella huye.

No bordes en la tintebla.

La orilla de la almohada se burla de la cabeza.

Cuéntale diez brazaletes a la araña, y un gorro de oro.

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EL JUNCO INGENIOSO

Escucho la lluvia aun cuando no es la lluviaSino la noche;Disfruto del alba aun cuando no es el alba ..Sino la blancura de mi pulpa sobre el cieno.La boca de un niño me aja con sus dientes.¡Amor de las aguas silenciosas!

Para el espino el ruiseñor,Para mí los juegos fascinantes.

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LA CALMA

Palabras del cerezo salvaje

Cogedla, yo os tiendo mis ramas;Yo era el cerezo de la avalancha.

Como el epiléptico tendido sobre el pretilSi me caía no me hacía daño.

Joven porvenir

Caballo libre que resoplas en mi campo,Despierta a la amapola, yo inmortalizo a la adormidera.

Moldura

Uds. cepillan el espejo ingenuamentepara que el frío en mi casa se vuelva familiar.Lo que crece debajo es la astucia, la. rosa.

La piedra expandida atribuye el impulsoA la mano amorosa que ya no cuelga.

La dolencia maravillosa

El sol ya no se contenta con iluminarnos:¡Nos lee!Yeso es desastrosoPara su vista. Para nosotros.

Tiz6n

Cuando Nietzsche se inclinó para atraparte,Flor incisiva de la arcadaSobre la eminencia de la eterna partida,La estrella de yodo quemó su vistay reconoció la nuestra.

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[Oh carretilla sin orejas, rito!Cúbrenos con una funda de deudasDespués que nos hayas aumentado.

Vislumbrada

Siembran mis manos,Plantan mis riñones;Muda es la fina lluvia.

En un estrecho senderoescribo mi confidencia.No se es medianochecon sólo quererlo.

El eco es mi vecinoLa bruma es mi doncella.

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ALTA FUENTE

Siempre hacia tiSin decírteloHasta tu boca

amada.

Pero el instante que fluyeMe nombraPoco importan los rasgos

que adopte.

Preferida del aire la calandriaNo deja en tierra su canto.y por los trigales el viento pasa.

Acerco a la rosaLa punta de mi llama.

¡La espina no ha gemido!Sólo mi propio polvome gasta.

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NO VENGAS TAN PRONTO

No vengas tan pronto, amor, sigue todavía;Sólo la vida del árbol ha temblado;El viento despedazó las hojas de abril.

La tierra sosiega su extensióny cierra de nuevo sus abismos.¡Ya estás aquí, amor desnudo, fruto del huracán!Soñaba contigo mientras rajaba la corteza.

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LEY OBUGA

La estrella que rugía su nombre innegableEn este verano esplendoroso,Quedó atrapada en el espejo de las tejas.¡El feroz animal será domesticado!

Tan pronto como ascienda la poderosa noche helada,Donde los ojos pierden pronto la claridad de la utopía,Palabra de Albatros, la volveré salvaje.

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INDICE

5 / Presentación

7/ AROMAS CAZADORES

11 / Ese azul no es el nuestro

13 / Viajeros

15/ Rodin

17 / Bajo la hojarasca

19 / 111 Verde sobre negro

21/ CANTOS DE LA BALANDRANA

25 1 Igualmente

27/ Mi hoja vinosa

29/ ¡Paso!

31 / El ruido del fósforo

33/ Crueles combinacibnes

35 / A pesar del frío glacial

37 / El crepúsculo es viento de alta mar

39/ Viento caído

41/ A menudo Isabel de Egipto

43 / El junco de ingenios

45/ La calma

47 / Alta fuente

49 / No vengas tan pronto

51 / Ley obliga

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ESTE LIBRO SE TERMINO DEIMPRIMIR EL DIA 5 DE MARZODE MIL NOVECIENTOS OCHENTAEN LAS PRENSAS VENEZOLANAS

DE EDITORIAL ARTE, EN LACIUDAD DE CARACAS

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FUNDARTE

Fundación para la Cultura y las Artes del Distrito Federal

Col. Breves

Titulos Publicados

2 / 20 Poemas de William Carlos Williams3 / Poemas de Dylan Thomas4 / Poemas de Drummond de Andrade5 / La Sombra del Farallón / Henri Corbin6 / Adagia / Wallace Stevens7 / Pensamientos / D.H. Lawrence8 / Los Cuadernos de Georges Braque9/ Clepsidra / john Ashbery

10 / Pájaros / Sainr-john Perse11 / Poemas de Henri Michaux12 / Poesía y Temporalidad / Jacques Garelli13 / Poemas de Brian Parten14/ Señas Particulares y otros poemas / Vahé Godel15/ Poesía nuestra / Manuel Bandeira16 / Con mucho gusto / e.e. eummings17 / Dos trovadores del siglo XX / John Lennon-Bob Dylan18 / Antología poética / Joao Cabral de Melo Neto19 / El gran juego / Roger Gilbert-Lecornre20 / 20 Poemas / Mark Strand21/35 Poemas de Murillo Mendes22 / Poemas de john Donne23/ Poemas de Denise Levertov24 / Poesías de René Char

Traductores: 2/ Lamis Feldman-Gabriel Rodríguez; 3/ }ohn Di­kinson-Douglas Branch-Gabriel Rodríguez; 4/ Gabriel Rodríguez;5/ Juan Calzadilla; 6/ Guillermo Suere; 7/ Rafael Cadenas;8/ Guillermo Sucre; 9/ Julieta Fombona de SUGre; 10/ Guiller­mo Suere; 11/ Julio Miranda; 12/ Hugo Gola; 13/ GabrielJiménez Emán; 14/ Alfredo Silva Estrada; 15/ Gabriel Rodrí­guez-Juan M. Inehauspe; 16/ Juan Antonio Vasco; 17/ GabrielJiménez Emán; 18/ Márgara Russotto; 19/ Julio Miranda; 20/Ocravio Armand; 21/ Rodolfo Alonso; 22/ Alberto Girri - WilliamShand; 23/ Diana Bellesi; 24/ Luis Alberto Crespo.

P.V.P. Bs. 4,00