charles bergquist los trabajadores en la historia a

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siglo veintiuno editores,sacEro oEt AGUA 28, MEXICO 20, D F

espaaeditores,sa siglo veintiuno_dec/Ptaa 5, MAofto 33, SPAXA

sa editores, argentina sigloveintiuno ltda de sigloveintiuno colombia,Av. 30. 17-73 Pn ER PISO. OGOIA, D.t. COIOTAA

traduccin del ingls de gabriel iriarte nez portada de fepe valencia primera edicin en espaol, abril de 1988 @ siglo XXI editores de colombia ltda. ISBN 958-606-016-0 preparacin litogrfica, impresin y encuadernacin tercer mundo editores impreso y hecho en colombia printcd and made in colombia

,,gl-Eg/gf

PREFACIO A LA EDICION EN ESPAO CAPITULO I: HISTORIOGRAFIA MOVIMIENTO OBRERO

LATI

CAPITULO 2: CHILE Singularidad de la historia chilena,4T; e ra del salitre, 50; La vida y el trabajo en cin obrera en el norte, 76 ; cristalizaci ta,90; trayectoria de la izquierda chilena toria de Chile, 108

CAPITULO 3: ARGENTINA El enigma de la historia de Argentina, 11 dor, 116 ; la promesa del desamollo econ molizacin obrera, 136; el curso anm obreros de la carne y el ascensodel pero mo,224

CAPITULO 4. VENEZUELA Historiografla de un pasado turbulento, creacin de un proletariado petrolero, 260 un pals,273; fundacin de un orden liber tempornea de Venezuela, 319

CAPITULO 5: COLOMBIA Orlgenes de un sistema polltico partidist cat'etera,349 ; los trabajadores del caf ro,367; la Violencia y la civilizacin caf contempornea de Colombia, 430

CAPITULO 6: ACERCA DE LOS LIMITES MESA DEL ENFOQUE

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CUADROS

2.L. Propiedad de las compalas productor 1878, 1895 y 1926 3.1. Indicadores del crecimiento econmico 3.2. Valor de las exportaciones argentinas aos. 1900-1954 3.3. Superficiedetierra dedicada a la produc 3.4. Indice de salarios reales en Buenos Aie 3.5. Indice de obreros empleados en la ciuda 3.6. Porcentaje estimado de desempleo obr l9l4-30 4 . 1 . Valor de las exportaciones petroleras de 4.2. Participacin del ingreso petrolero en de Venezuela, 19l?-63 5.1. Propiedades cafeteras clasificadas segin les departamentos productores de caf 5.2. Propiedadescafeteras clasificadas segrin ca y Toma, 1932y 1939 5.3. Nmero y produccin de fincas cafetera 6.4. Porcentaje de fincas productoras de caf tracin y tamao, 1955 o.o. Muertes atribuidas a la Violencia en Colo ra, 1955, segrln departamento 5.6. Muertes atribuidas a la Violencia en Col to o . I . Parcelas abandonadas a causa de Ia Vio departarnento

GRAFICOSnitrato, f880-f934

2.t. Exportaciones chilenas de nitrato y obr

3.1. Inmigracin neta a la Argentina, 18604 . 1 . Produccin de petrleo crudo en Venezen la industria perolera, 1922-77

5.1. Exportaciones cafeteras de Colombia ymercado de Nueva York. 187G1970

h#":tl"";J,;'i1**Isegrln nacionalidad' 65 . 1880-1913 en Pelodos de cinco 131 134 en la PamPa,1930'1954150 10 1914'39

dirwrio, cuya reputacin ya hnbra qu un especialista en estudias europeos

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Muy pocos historia.dores de izquie ra tan certera y poderosa la economa tro del contex,to del desanollo del ca

uos nires, Aires' i"'"it" de Buenos 151253 'i5',lffi*oernamental 254 354 .3l?i'it3' cundinamaren 356 195 35? rs segn tamao' admrnrs' segtln tiPo de 368 cafete' 194&6?,Y Produccin 426 1968'66,segn dePartamen' 421 segln en Colombia, 194&66' 428 de rboles en los PrinciPa'

Los cuatro poses trotados aporta autntico arulisis cornparotiuo, algo contrar en lns estudios latinoamerica nes histricas y culturales corunes La.boratorioideal para el uso del mto estudios es, a su rnanera, z tour de estructura econmica a las fuerzas s poltica con percepciones culturales y tratnas de nouelas, pbnteamientos d timonios, mouimientos de precios mu de un tango. El espritu que unifica t profundo por el intnenso coraje y Ia.te sos contingentes de trabajadores lati en medin de las pqores aduersidades.

emPleados en la

industria del

64 t24

emPleados , 1918'?8,Y obreros 262 en el del caf colombiano 361

Bergquist explica sus objetiuos y plar. Esta es uno historia tericament fuentes ("aruilisis del sistema eeonm jo" y aruilisis econmico cepalino), pe diente que produce una sntesis sui ge erudicin y a la uez ex,cepcional por s jores sentidos de la palabra. Ber{quis tniso con el soci.alismo, y sus races, algn da estudios corrro ste lleguen a 'rnas, para quienes- han sido escritos

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fnense terratenicntes, cop italis tos, o b rediseaeI escenorio,redefine lr,spa obro -un siglode histora la.noame togonistas,los productores directos,l trabajadores, guienescon susxitos, lsdiuersas uariantes nacanolesde I tinaPor qu, entonces, ese consuetud delinitan EI obrros? autor com,enza tnosdenominor bs prisiones intelectu rrollo historiognifico del tema^ Se re perturbad,ores qlte hon tenido los mo tendenciashistricas del capitolismo subrayacrnosu erpansn continua t una capapidad tol de osimila,ci obrero y ae ta." fuerzas poltcas de i torse la, nuerte del marxisrno, a nom pacfica del capital y e coexistenci.a de miento fueron traspla,nta.dos mane o pesar de que b aparentenente ilimi ca uabl,e sola con bose en uno sobr ria- En segundo lugor, se nuestro c ceptualcs europeos los que institucio biosade la close obrero latinoamerica los trabojadores del sector industri,a das las connotacianes de lo "modem dzpositoros d todo agrc-ex,por.-rdor, "iradiconal". Ccmo tercer foctor ex protognbo real d.e tos trobo,ia.dare

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espejismoante fenmenoscolno el recesogeneralizadade Ia.econornaca pitalsta, el crecim.entodel desempleoy el colnpso d,ela,spolfticas euro peos del Wellfare State. Estas nueuas readades, concluye, le estn abriendopaso al reencuentrod,elmouinento obrero con otros gruposy mouimientossocials, por sobre todn, con su propia uocatnreuolucio ! naria,y dcnocrotizadora de Ia soci.eda.d.. Frente al segundopunto, el de la parcelacn del mouinicnto obrero, Bergquist postul.a y rescata Ia unidad de la clase obrera como tal y dedica la.mayor parte del libro a argurnentar precisamente que Laexclusn, conscenteo ingenua, de las trabajadores uinculados o Ia estructura e,portadora equiuale no sola a una mutiladn de buerwparte de l,ahistoria de Ia clase en Amrca Latna Ias ltimas dcadasdel siglo XIX y las tres primeras del presente, por Ia rnenos-, sino que, a.derruis, priua de la posibiltdad de descifrar el panos pel estratgico dc estos trabqjod,oresen el desanollo econmicoy poltico de bs cua.troposes estudiados, a saber, Chile, Argentina, Venezuelay Colonba^ Esto es lo desafante tarea del libro. Dentrc de esta nueuoperspectiua,la "externo" se canuierteen factor decisiuode estructuracin del ord,ennterno, no tanto por el tipo d,ecla sesdominantes que engend.ro,aunque las rela,ciones con stas tampoco se rnenosprecan,sino por la especificidad de cosmovisiones obreras que se ua.nteji.end.o sus intrinca.d,osredes y que el autor reconstruye con en gron erudicn y perspicacia a Io Inrgo del terto. Se reitera as Ia tesis central: hon sido las trabajadores quienes con su impulso, sus lmitaciones o equvocacones,con su debilidad o con su fuerza, le han imprirnido su portculardad a la.sdferentes formaciones socaleslatinoamericanas. Con esto nueua ptica, lo mirad,ode Bergqust no se detene exclusiuonente en las condiciones materiales de uida dc los trabajadores en los centros de prod,uccin, sino que la exti.end,e todas las facetas de la cotia dianidad Y l"acotidia.nidad. obrero es no solo Ia del sito de trabajo, o del euentualrnentela del portid,o, sus formas organizatiuas y la prensa propa, sno tambn Ia de la.casa, la del bar, le del centro d,erecreacin,la del lcnguaje, Ia,de su sexualdad, Ia de sus experiencasy percepciones

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y nombs exporta.dorosen las estructuros socio'les polltico nente, toles como el despegue industrial deriuodo o corn nipda urbankacin, el fortalccmento de las recursos e pliacin de las redesde comunarcn, y muchos otros que e ilustradps con obu\dante acopo de informacn por pa por quienes est que constituyen temas bien conoc.dos con Ia historio moderna latinoomericono Quisiera subra portir del sugestiuo texto fu Bergquist, las porticularida ral.esque se tejen en esenudo de relacanes. En Chil,e,par@tonar el orden dc exposcn d'el antt geognifico y ocupaconol de las obreros dcl salitre, prime despus; Io dispersin de las instala'conesminetws y de bre los tnistnas; os como las crisis clclicas de los produ dos, creoron uno cultura obrera nomdica, de mplicacion Por un lado, su condcin de trashumantes los lnca, ,ne disciplino de lospotronos y ms erigentes en las contrata otro lodo -forasteros en todas partes- no tenla,notra construir su unidad y su autonoma de clasea partir d'es cicron inuentndase audaces formos de sociabilidad, y de cohesionaroninicialmente en torno a socedades ayuda m,onn filarmnicas; posaron luego por otras ms sofsti continental con comunales eue a.dquiri.eroncel,ebri'd'ad t Iquque en 1907; y, desernbocaron finalmente en las form salesde organzacn gremaly polltica,los sindcatos y lo coracterstico de los buidos de un tnitante naciana.smo, ros, conquistaron un sldo presgia en otros sectoresd.e su capocidodde mouilizain y en el resto de Amrica La de tura poltco. Los condiconesad,uersas su surgimient transformarona ste enuno d.elas mouimientos obwos mente articulad.osa niuel nacanal. Se m.antuuieronen "e trfiao" con eI capital hosta la gron trugeda de 1978. El rumbo de Io close obrera en Argenna fue mucho

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dustrio exportadara dc lana, cerealsy especialrnente carnes, alH, con excepcinde bs zonas costetu,s dande seprcdujeron olgunos destel en reuolucia nario s (Alco rta, 19I 2 ; P atag onia, rc2A-2I ), eI desgarrotnien cultural se haplo an ms pottco, puesto que coeristfan conflctu rnente dos tipos de situaciones, La primero era Ia. de una capa sgnifi" tua compuesta tonbn d,eobwos inmgrantes no calfcadns,con es sa copac.d,ad orgonizotiuo y reiuind,icatiua,y por tanto, fcilmente sus tuiblcs por vornpehuelgas Estados Unidos, Australia, y Nueua Zela d da. La segunda situa.cin era la que cobijoba tanto a los obrercs na,c nales califrcadas, unculados al ernpaque de cames o a su procesamen /frigortficos), como a los trabajadores rurahs, dispersosen Ia potnpa, d dos bs mtodos e*tensiuos habituales en Ia cro d.egonados. Los trab ja.dores d,eeste Imo conjunto, nacionalscalftcodos y rurales, solf serlnstibs o los inmigrontes (apodadas "golandrinas"), refroctarios a occin colcctiva y con Htnites objetivos infranqueables para forjarse u uisn autnomo de Ia sociedad.Se refugaron en lo que podr.atnoscan terzor corno uno cultura gaucha, mezcla,de una mentadnd indiuidu listo y compeua. con un nacionalsmochauunsta. De esto contraposicn entre a cultura obrera cosmopoliay u cultura obrera gauch4 se deruoron consecuencas perdurables para socedad, argenna: desde eomcnzosdel siglo, su unid.ad. interna esta roto- Este dramonteror es el que se expresapopularmente en Ia mela colla y el fotolismo del tango. En el pl,anopollco se expresparadgrr ticamente en el peronistno, cuyo ascensoy consoldacn tuvo como s pofte fundomental, segn Bergqust, Ias obreros de Ia carne. Su conc sn, segurarnente muy Tiotmica"es la, d,eque el peronsmo bloque pnoyecto polltico burgu.sd,eIo postguerra, pero ol msrno tempo frust el potenciol socastade Ia claseobrera^En este mouitniento pendular, mIitorsmo surg corno meconsmorecurrente de reuersndel nestab equilibrio o favor de b cb.sedominonte. En Venezuel4 pas que desde las albores d.elsigla se lnbla. erigida e petl,eo del mundo, y que Io sgu sendo ln el principol exportodor d,e

d'estellos n oryunos -ol- fi, el esgort'omiento a' i ,* t ta'n conf lictiu caPasignifica' :;L-d; esco' ",* * calficados'con

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nomno' ' -(.o' s'- s trab rfr't-ionoito L.o " ,"l,r;obtes Pora foriarse

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*xtr#xr:;:rmY ury oUr.t" cosmoPolita t P"::-Y ',," i"t^ p"u'bt" estaba il a" interna la'nn e,e lo e ; "p";"nt arodi rui'^ms :ait:"; ; ; p res P so.liisotidnc n tuuo^como conctu' ";;;

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crltura obrera del petrleo que, en un s tor, pero fundados en su oruihsis, no complcjo artiaulada de por Io menos discutibl sensibidad a la dependenc rodicalismo gremial que se rnueue den miso entre el copitol y el traboio, es d porticipacin; y, finalrnente, una ocep pitalsta, en las trminos que Ie han sid Democnitica Por ltitno, resulto porticulormente pnoponeel autor del caso colambano. iguol que en los onteriares, Bergqust p ernergede la llomada fose dc crecitnen de el polo de consoli.d.acn uru, econo de ln expansn cofetero d.efincs del s sente.El hilo conductor del anlisis so autor engloba bajo la.categora genri de pequeos propietorios independien jornolcros, todos ellas dotodas, por la d cidad paro soportor las crisis cclicas dinl. Dos tesis centtwles organzon el con el pnoceso de colonzacn y Ia' co uertiente", estipula, que la conqusta demognifica contpronetcron o la mas alada, en un enfrentomento sangrien uecescon los terrotenicntes. Como re eso especiede hobbesianismo social, h tneconismode resstencioa la proletari osos, en cuanto hci.ercnuoler su con estratgco por la transform lo botol,la, quedar sumidas en Ia peor otomzaai mizacin surgid,a d.eesto plrrica uictor la, retwuada rnasa d.epequeos produ

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podria. tener fecu biMades de su nodelo,y le ndica en qu otros c@sos en estorla sujeto a modificatones sustanciales dos oplcocones, cu.lcs en cud.les smplemente tw tendt.a ualdez alguna Un admirable sentid y crlteo, Ttocousual en los medios acadmeos, que reuela al misno t,e po utr.o grun segurd.ad, Io que se ltace. Bergquist tiene Io uno y lo ot en porque se equip de monera nmejoroble paru realkar esa larga march por Amrica Lotina" Urw empresa intelectuol de estas dimensianes requiere, en efecto, d Ia oprcpbcn crtco" efectuamente lngroda,,de las auances del cono micnto en por lo menos tres planos intenelnaonados. El prrnero es el d los auances d b modemo histori.a social, y de la laboral en particula cuyos tenos constituyen los preocupacionescenttales del libro: Laform cn de una concencaobma; el desmonte de cierto culto o Ia product uidad.y al d.eterminismotecnolgico; las luchas obreras por la recupe cn del contrcl sobre el procesoptoductiuo y sobre susprop.asuidns. E toda esto problcmco es posibla reconocerla influencia de antecesor twtablcs, cornoE.P. Thompson y Eric Hobsbawm, en Inglnterra, o D u Montgomery y Hury Brauerman, en Norteamrica, quienes no so lnn hecho hstora sirw que han cambiada nuestro modo de hacerla^Ha que onotor quc se trato, sgnficauonente, de autores que han estad uinculados, en algn nwmento, a la mitancia,polltica, e.toreas educa uas en centtps obreros y eventualmente, Ins dos ltimos, d,eautores qu han trobojada ellos tnismos corno obreros, ol igual que la hzo Bergqus ontes d.ededicorseprofesionalmente o la hstora" El segundo ouonae, e&pWcomente asimilada en este libro, y que lector d,entifba, m,sffuilmente, es el de las teoa,ssobre el funcon micnto d.elsistemo econmcomundial, mejor conocdaseorno teorfas d lo dependcnciq que configuron lo ruis notabl,ey uniuersalrnente ace ta.deontribucin de Amrica Latina a las ci.encias socinlcs. El tercerc es el d bs ferencia.dos d.esarrcllasde la.shistoriografla nacionales, tw sob con respecto oI terna especlfco d.el mouimient obrero, sino con nespecto Ia euolucn globol de las sociedad.es a aqu tra todos.

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s caso Podia' tener.fecun' s, s trooninesustancia'le Y sentdn i od'rnrable '" reueloal mismo temi, o"tt tiene lo uno Y Ia otro lil"o, esalarga marcho en nesrequiere, efecto' de del de lns-ouances con?c!'

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lenttalcs dettibro: la forma' i i'rn" culto a la Producti' ws obreras Por Ia' recuPer@vidns' En Tiai susProPios Io influencia d'eontecesores en Inglaterra, o Da' {uienes no 29Io e hacerla HaY oao Luror"t que han e-stadP

el de oot. El Prirnero es a"-to U\orl en Particulnr'

tar . p irr- itm" o @- eos eiluc11i; quedos ltimos, de autores lii"l q"r la hizo Bergquist'

en este libro, Y que el teortot sobreel funciorn' corno teorlns de ior cottocidos aceP' y uniuersolmente cicnciassocinls' historiograflas Jlut" de lrs d'el movimi'ento esoeclfrco oqul ta' I ,, ui sociedad'es -I

alterado de manera fundamental tant sarrollo econmicode los pases de la Esta afirmacin, tesis del presente da lo que me ensearon laexperienci juventud en Estados Unidos en las d asimismo el grueso de Ia teratura de mico en Latinoamrica en el siglo XX ptro, a medida que mi experiencia s gresaba y las tendencias intelectuale influenciaban mipercepciny compre Me cri en los aos cuarentas y c ciudad de la Costa Pacfica de Estad medida todava lo es, una especie nu empresa gigante, la Boeing, Ia burocr combinaron para fomentar la produ Haba una gran demanda de trabajo, como para empleados y profesionale los cuarentas y cincuentas seguan e cuando la legislacin Taft Hartley, q movimiento obrero clasista del pas, c co y poltico de los obreros organizado purgado de los militantes de izquierda sa por organizar la industria bsica d En la Seattle de mi juventud incluso movimiento obrero que habia enfrenta meras dcadas del siglo estaba prcti cia popular. Muy pocos saban de las Industriales del Mundo, fWW, en pro los valientes y explosivos esfuerzos d restales por organizarse y construir s

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del sin ideolsi"", ,rrr;ienorancia casi total del papel central del mundo occidental. Hice mi especiato obrero en la histi moderna que aprend una lizacin doctoral en estudios latinoamericanos, con lo que el movimiento obrero latinoamericano uor, tesis de moda por una lite pasiva "" "rr era preponeranteLttt" .o.L*ador, capita_neado radical v re" truU^:uo.", innrtiiales que haba perdido su vocacin volucionaria. y educacin forFue asi como, mediante la experiencia concreta la en la historia del u a"r"", et papei de los trabajadores -ui gentes "pr.rri moderno. Pero al mismo tiempo me iban influenciando las -"tia de cmo ellos tratrabajadoras que me rodeaban. Ahora me doy cuenta desprovista taron de inculcarme los valores ms profundos de una clase fe democrtide organizacin social y conciencia potica autnoma: una un sentido 99 ca en las capacida"r i"t"f"ctuales de todos los hombres; capital y del ia e"plotaci6" v rul":usticia social; un recelo profundo del gobierno, y una comirensin elemerttal del poder de las fuerzas materiay antes de conles en la historia. eprendi el oficio de mi tio, un techador, me gan la vida desempeando historiador enl972, seguir empleo pequea "o- g.u" variedad de oficios. Fui techador, operario -en una ,rrr una.fbrica de enlatai-prnta, chofer a" t*i y ambulancias, obrero _en y de produtos agricolas, fumigador de insectos, cartero or, directo ni con tra"o"""ttero estibador. En ning;unode esos puestos tuve contacto partidos de izquierda' uuuaor"* sindicaizados ni con-militantes de los Ia mayorade Tal hecho no debe causar extraeza. Durante estos aos de las grandes los trabajadores ri"i"utirudos se limitaba a los confines padel sector industrial. Y la izquierda, gracias a la ofensiva sufrido un "-pr".u, estatal, ui poltico el macartismo, haba ;;;;"iy "r"rd"lo de la pocade Vietnam' ha durado totai,lue, *fipt".uti "on "*"Lpcin hasta nuestros dlas. concepcin Debe ,", oblriJirre los valores de cada cual, o mejor, su directamente por su situacin de clar" determinan social del mundo, propia fuerza de " ;;, ;.t el hecho, verbigracia, de tener que vender su capitalista. No. La comprensin ioUu:o para sobrevivirln una sociedad

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No obstante, aun en circunstancias desfavorables com res, es posible progresar hacia la comprensin del funciona sociedad capitalisa. Cuatro factores contribuyeron a hacer te de esta verdad social: mi experiencia en Latinoamric como miembro de los Cuerpos de Paz asignado a un pueblo luego como investigador acadmico en varios de los pais srn-, donde las fallas del sisemacapitalista y sus mecan plotacin social se reveliancon ms claridad de lo que suele las naciones ricas, de capitalismo avanzado, como Estado trabajo de posgrado con John Johnson, el primer historiad dense en ofrecer una interpretacin global y materialista de ltico latinoamericano a lo largo de este siglo; la influencia sobre m el anlisis marxista, que primero lleg a mi conoc pocade la movilizacin universitaria en oposicin a la inte teamericana en la guerra de Vietnam y, finalmente, mi inte Ias circunstancias que rodearon el asesinato de Csar Ca a\umno mio enDuke University, organizador sindical y act tido Comunista de los Trabaiadores (Communist Workers fue muerto, junto Concuatro de sus compaeros' a manos del Ku Klux Klan y el Partido Nazi Americano, en la ciud boro, Carolina del Norte, en noviembre de 1980. De esta manera personal y particular, aspectos de la posguerra han impatado mi formacin poliicae intelectua alen detalle porque, segn lo evaluarn los dive t "" simultneamente actan pra inspirar y limitar cada aspe que sigue. Aparte estas consideracionesideolgicas, que influyen cin e los datos historicos y mi anlisis del material, el otros aspectos, tanto positivos como negativos, relacionad de desairollo de los etudioshistricos latinoamericanosy de la metodologia comparativa. Aunque estoy convencido desarrollada a lo largo del libro constituye una paliancapo interpretacin de la hisoria latinoamericana,los capitulo

que coadyuvaron a literatura existente entorno de ella. Los espeeiastas el manuscrito, me o".rtacin de miinvestigaciny luego comentaron permitieron atenuar, no superar, este problema' -junto el sudesarrollo mismo de la historiografia, sin embargo, "" sobre la investigacin de la historia labocon liaslimitacione;q"" ;;n justificar intentos globales de interpretacin para ;;i; 6 q"" la tarea que "" "o-Uitiu las presentes circuristantias' Debido a la magnitud de en afrontaelpequeno*nodehistoriadoresquetrabajansobreAmrica que iaslmplicacines politicas de toda investigacin, no creo ;;ti""l prioridades, a investigar al " nos podamos dar ;i1ot proceder, sin sea de Eranera urur. nrp"ro en tal r"rriido que este estudio sirva, aunque prioridades y fomentar ,rr.rypur"iul, para estimulaiel debate sobre esas Espero sirnism! ulteriores investigaciones sobre el movimiento obrero. de manera imperfecta en estas pgiq""1" ri.iO" a"f pu"uo, resenada por part'e y u itrrpit.rtt actividad poltica inteligente eficaz iur, ms por forjar un orden srero argentino fue organizado, institucionalizado y "pero nizado" en los aos cuarentas. Hasta hace poco, casi toda la historiogra fa del perodo -peronista, marxista y liberal- haca nfasis en el acti vo papel de la direccin peronista en el proceso y l~ funcin esencialmen te pasiva de las masas obreras (80). No hay duda de que los lderes pero nistas aspiraban a sacar partido del podero latente del movimiento obre ro en beneficio de un proyecto poltico ms amplio y que se sirvieron exi tosamente del poder estatal para alcanzar dicho objetivo. Perola historia de la crucial etapa de 1943-46 nos muestra ms bien una direccin pero nista dbil ya menudo vacilante. Prisioneros de una filosofa social reac cionaria, los peronistas teman el poder independiente de la clase obrera

80. Murmis y Portantiero, "Crecimiento industrial", rompen decididamente con esta tradicin.

ARGENTINA

191

y, sin embargo, necesitaban de l para superar las potentes fuerzas libe

rales que cerraban filas en contra de su proyecto nacionalista y corporati vista. De tiempo en tiempo los obreros forzaron a los tmidos y ambiva lentes lideres peronistas a otorgarles concesiones organizativas y mate riales, mucho ms grandes de lo que el peronismo juzgaba conveniente. Que los peronistas entregaran tanto, sin mayor perjuicio para ellos, obe deci ms al poder de la economa nacional en las postrimeras de la guerra mundial y a la bancarrota del liberalismo argentino en los aos cuarentas que a un decidido compromiso con la justicia social o a la via bilidad inherente de la economa politica corporativista (81). Con toda la libertad que estas coyunturales condiciones econmicas e ideolgicas les daban, los dirigentes peronistas a menudo tuvieron que ser presionados fuertemente para que otorgaran concesiones institucionales y materiales al movimiento obrero. Hubieron de ser forzados a practicar la filosofa social que decan profesar y a tomar el poder que decan ambicionar pero que casi siempre ejercieron con timidez. Los trabajadores fueron el agente que llev a los peronistas a asumir tales posiciones. El ascenso y consolidacin del perorusmo se explica de manerasim plista en buena parte de la historiografa argentina como la obra de un gran hombre, concebido por los peronistas como un nacionalista ilumi nado y por la oposicin como un inescrupuloso politico oportunista (82). Tambin se explica como consecuencia de la tradicional cultura politica de los inmigrantes de origen rural, convertidos en obreros industriales, que se congregaron bajo la bandera peronista (83). Pero ninguna de es81. Tales asuntos se discuten de manera sistemtica en la seccin final de este ensayo. 82. Por ejemplo,la interpretacin peronista est ilustrada en las siguientes obras tempranas: Par tido Peronista, El movimiento perODista. Buenos Aires, 1964, y Enrique Pavn Pereyra. Pe rn, preparacin de una vida para el mando, 9a. OO., Buenos Aires, 1963. Los lectores ingleses fueron abrumados con una serie de interpretaciones antiperonistas a comienzos de los aflos cincuentas; entre las ms influyentes figuran Robert J. Alexander, Tbe Peronlst Era, Nueva York, 1961, y George I. Blankston, Pern's Argentina, Chicago, 1953. 83. Esta visin es desarrollada ampliamente en la obra de los investigadores liberales. Un plan teamiento maduro por su ms influyente y recursivo exponente es Gino Germani, "El surgi miento del peronismo: El rol de los obreros y de los migrantes internos", en Desarroll Econ mico, 13:51, oct.-dic. 1973, pp. 435-489. El impresionante estudio histrico de Samuel Baily, Labor, Nationalism, and PoUtics, tiene la misma suposicin cultural. Estudios revisionistas recientes han desafiado efectivamente la insistencia de Germani en la importancia de los mi grantes internos en el ascenso del peronismo, pero han dejado sus suposiciones culturales en lo fundamental intactas. Estos estudios han mostrado que tanto los obreros organizados como los no organizados se conv:1;ieron en decididos partidarios del peronismo y que las primeras victorias electorales de ste en realidad dependieron ms de los votos de los distritos obreros establecidos que de los recin formados. La reseiia ms sistemtica de esta literatura es Mat sushita, Movimiento obrero... El ltimo estudio, como el de Tamarin, est enfocado hacia la polltica de los sindicatos ferroviarios y de la COT y demuestra que hacia finales de los ai\os treintas los ms prestigiosos lideres sindicales hablan adoptado una actitud econmica y poli tica ms nacionalista que la de sus predecesores e ido ms all del nfasj,s sindicalista en el predominio de las soluciones econmicas sobre las politices para los problemas de la clase obrera. Una transformacin similar de las politicas de los dirigentes de varias organizaciones

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LOS TRABAJADORES EN LA HISTORIA

tas explicaciones puede esclarecer a cabalidad la dinmica de los aconte cimientos. Los obreros argentinos y no un gran hombre fueron quienes hicieron la historia de aquellos aos cruciales. Lo hicieron como seres humanos realistas y racionales que trataban de solucionar los viejos pro blemas organizativos, culturales y materiales que afrontaban como cla se. No es necesario asumir los valores culturales premodernos de los inmigrantes rurales para explicar la "peronizacin" de los trabajadores argentinos. La gran debilidadcultural del movimiento obrero no radica.. ba en supuestos defectos culturales de los inmigrantes llegados del cam po, sino, paradjicamente,en los modernos valores capitalistas y libera les inculcados a los obreros, tanto rurales como urbanos, desde cuando fueron destruidas, a comienzos del siglo XX, la autonomia cultural y la fuerza organizativa del movimiento obrero. La historia del ascenso y con solidacin del peronismo se concibe mejor como la lucha de los obreros por reconquistar la autonoma y la fuerza perdidas. Ningn grupo ilustra mejor todo el proceso que los trabajadores de la carne, ni contribuye tan to a su resolucin. En vsperas del golpe mlitar de junio de 1943, luego de ms de un cuarto de siglo de fracasos colectivos, los obreros de la carne parecan estar a punto de lograr un avance organizativo espectacular. Parecan estar a punto de consolidar, bajo la direccin del Partido Comunista, poderosos sindicatos en la industria. Antes de 1930, el Partido Comunis ta haba sido una fuerza menor en el seno del movimiento obrero argen tino y un organizador poco atractivo para los trabajadores de la carne. Creado en 1919 a raz de un desgajamiento minoritario del Partido Socia lista, el partido se uni a la Tercera Internacional y luch infructuosa mente durante los aos veintes contra las facciones ms numerosas de socialistas, sindicalistas y anarquistas por el control del quebrantado movimento obrero argentino. Sin embargo, en 1932 la Federacin Obre ra de la Industria de la Carne, FOIC, orientada por los comunistas, orga niz y dirigi la huelga ms importante que se lanz en las plantas em.pa cadoras desde el fracaso de 191718. Dicha huelga cerr la ms grande y moderna planta empacadora de carne del mundo, el Frigorfico Anglo, que los britnicos habian construido en Avellaneda en 1927. A pesar de que se extendi brevemente a las otras plantas de Avellaneda y algunos obreros pararon en Berisso, la huelga se vino abajo en menos de quince das. El paro de 1932 puso al descubierto una vez ms la magnitud de los problemas organizativos que enfrentaban los sindicalistas en la industriaobreras se demuestra en Joel Horowitz, "Adaptation and Change in the Argentine Labor Movement, 1930-1943: A Study of Five Unions", disertacin para Ph.D., University ofCali fornia, Berkeley, 1979. Dicha transformacin, parte de un proceso histrico mAs amplio anali zado en este ensayo, hizo ms fcil que los obreros organizados aceptaran las iniciativas de los peronistas .

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de los frigorficos. Las exigencias expresadas en las peticiones de la huelga eran bsicamente las mismas de la gran huelga de 1917-18: rein tegro de los trabajadores despedidos por actividades sindicales; recono cimiento del sindicato; mejores salarios, especialmente para .los opera rios no calificados; y paga de medio dia garantizada para quienes fueran llamados a presentarse al trabajo. Los huelguistas fracasaron por los mismos obstculos estructurales que quince aos antes haban obstruido su organizacin: los esquiroles ocuparon pronto los puestos de los huel guistas; la polica rompi los piquetes, dispers reuniones y manifesta ciones callejeras, cerr a la fuerza las oficinas centrales de la FOIC y arrest a cientos de militantes sindicales. El respaldo de la clase obrera se derrumb muy pr.anto. Los continuados esfuerzos de los empresarios por' 'perfeccionar" la organizacin del trabajo en las plantas empacado ras hacan 'especialmente vulnerables a los obreros frente a todo intento de destruir la agremiacin sindical. Los principios tayloristas fueron for malmente introducidos en las plantas a fines de los aos veintes y el por centaje de mujeres en la fuerza laboral creci sustancialmente entre los aos censales de 1914 y 1935. Tales cambios desembocaron en 1932 en dos nuevas exigencias que se convertiran en la piedra angular de la po sicin de la FOIC durante el resto del decenio: salario igual para trabajo igual y eliminacin del sistema !' estndar" que utilizaba cuotas de tra bajo a destajo y primas con el fin de incrementar en forma constante el ritmo de trabajo (84). A partir de 1935 los comunistas adoptaron una posicin tctica ms moderada en sus esfuerzos por organizar las plantas empacadoras. A tiempo que la FOIC difundia pacientemente su mensaje organizativo entre los obreros en asados y picnics, buscaba y a veces consegua pe queas mejoras en las condiciones de trabajo. Adems, orquest una campaa nacional, basada en moderadas demandas legalistas, para con vencer a la opinin pblica argentina, a los funcionarios del gobierno y a la direccin de la CGT de la necesidad de mejorar la situacin de los obreros en los frigOrficos. En 1939 la F,OIC logr comprometer formal mente a la moderada direccin socialista dela CGT para quese organi zara prioritariamen,te a los obreros de la carne. Ese mismo ao, la FOIC dio el paso sin precedentes de solicitar ayuda al gobierno nacional en la lucha por poner fin a los abusos contra los trabajadores en los frigorfi84. Las demandas estn reproducidas en La Van8Wll'f" mayo 23 de 1932. La continuada il:npor tanda de los obreros extranjeros ("polacos y lituanos"), el papel central de las mujeres enlos esfuerzos por conseguir apoyo para la huelga, el fracaso de las huelgas de solidaridad y la magnitud de la represin policial se encuentran en el reportaje del principal diario de Buenos Aires, La Nacin, mayo 24 de 1932, p. 5,Sobre el sistema "standa,rd" y la huelga en sl, vase el recuento de Peter en Crrdea.s proletaria&. .. , pp. 143-11. De los 23.200 obreros de los frigo.:. rlflCOS incluidos en el censo industrial d 1935, 4.9'78, ms de una quinta parte ,eran mujeres o nios menores de 18 aos. CeIUlO indllltrlal de 1936, p. 58.

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coso Apoyada por la representacibn parlamentaria. del Partido Socialista y redactada por el secretario general de la FOJC, Jos Peter, la peticibn, llevada a la Cmara de Diputados en 1939, se propona mostrar la situa cibn de los trabajadores de la carne como una desgracia nacional. Peter parta de la premisa de que "todo cuanto se refiere a la produccibn e industrializacibn de la carne ( ... ) se vincula con las cuestiones econbmi cas, sociales y polticas ms profundas de la Argentina". La forma como las compaas empacadoras extranjeras se burlaban de la ley resultaba un caso ilustrativo. Sus tcticas antisindicales violaban la Constitucibn Nacional, cuyo Artculo 14 conceda a los argentinos la libertad de aso ciacibn. Sus prcticas laborales incumplan la legislacibn nacional que regulaba el trabajo de mujeres y de ~os (Ley 11, 317), estipulaba horas de ~rabajo y sa~rio por tiempo extra (Ley 11, 544) y establecia compen saclO~es ~or aCCidentes y enfermedades industriales (Ley 9, 688). Resul taba ubmco,anotaba Peter, que no obstante la considerable importancia de los obreros de la carne para la salud econbmica del pas, stos se en contrasen entre los asalariados peor pagados y menos saludables. Los frigorificos extranjeros tambin se negaban a acatar la legislacibn sobre indemnizacibn por despido, vacaciones anuales y licencia por enferme dad (Ley .11,729). Empero, aseveraba Peter, "quizs por sus caracteris ticas, ninguna otra industria obligue tanto, por su sistema de trabajo, al goce de vacaciones, y la licencia en caso de enfermedad". Por ltimo Peter afirmaba que las mismas polticas contractuales que minaban lo~ intentos organizativos de los obreros de la carne lesionaban los intereses econbmicos de la nacibn en su conjunto."Las empresas ocupan a obreros extranjeros especiahnente seleccionados entre aquellos que por su poco conocimiento del idioma y del pats aceptan ms fcihnente con~ciones bochornosas p~a el trabajo. Con esto hacen aparecer al trabajador ex tranJe:o (... ) como un enemigo del trabajador nativo, ya que pareciera ser el causante de la disminucin de los salarios y la desmejol'8 de las condiciones de trabajo. Asf es creada una odiosa y artificial divisin entre los 'criollos' y los 'gringos' que constitu ye un ele~~~ de p~rturbaci~. Per:o lo ms grave es que para conseguir tan mezqui nos? perJudiCiales fmes, los frigorlflCOS han restado a nuestra agricultura centenares y md~ de braz?s aptos, ya que ca~i todos esos trabajadores extranjeros que ocupan, han Sido expenmentados campesmos en sus paises de origen" (85).

NO es sorprendente que la Cmara dominada por los conservadores la legislacibn socialista que tena como propbsito tratar las mquletudes expresadas en las peticiones de los trabajadores de la carne.simpleme~te a~chivara

85. Cmara ~e Diputados, Diario de sesiones de 1939, Vol. 3, pp. 118-21. El proyecto presentado por l~s diputados socialistas para encarar las condiciones planteadas en la peticin aparece en el IIUBmo volumen, pp. 49-53.

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Sin embargo, las tcticas moderadas y legalistas que los comunistas adoptaron en su esfuerzo por organizar la industria de los frigorficos a fines de los aos treintas les permiti6 aprovechar el nuevo ambiente para la organizaci6n tan pronto como empez6 la guerra mundial. Para enton ces, al contrario de los alegatos formales de Peter, el disociador asunto histrico de los inmigrantes extrarUeros dentro de la fuerza laboral de los frigorficos indudablemente haba perilido importancia. Aunque los cen sos del perodo ya no discriminan la fuerza de trabajo industrial segn nacionalidad. el virtual cese de la inmigraci6n internacional a la Argenti na al comienzo de la depresi6n mundial y ms de una dcada de migra cin rural-urbana, haban disminuido quiz la importancia de las divisio nes nacionales y lingisticas, si no tnicas y culturales, entre los trabaja dores de la carne. Ms an, la gran demanda para las exportaciones durante la guerra y el surgimiento de nuevas industrias en el pas haban dejado de lado el mayor obstculo histrico para la' organizaci6nen los frigorficos: la existencia de grandes cantidades de obreros desemplea dos en las populosas provincias del litoral. Por ltimo, la creciente con ciencia popular sobre las implicaciones antinacionales de las polticas conservadoras de los aos treintas habia' creado la base para alianzas amplias en respaldo a las luchas de los obreros de lacame contra los ca pitalistas forneos que controlaban los frigorficos. Las condiciones de la guerra tambin permitieron que los empresarios, vidos de cosechar las cuantiosas ganancias que implicaba el cumplimiento de los contratos con los Aliados, se tornaran ms conciliatorios con los trabajadores. A medi da que progresaba la contienda, se desarro1l6 una inc6moda sociedad entre los dirigentes sindicales comunistas y los capitalistas britnicos y estadounidenses: los dos grupos estaban comprometidos en la produc cin ininterrumpida de un bien que era vital para el esfuerzo blico de los Aliados. Durante 1941 y 1942, la FOIC logr6 remediar quejas meno res de los operarios de las plantas; asimismo, en tales aos cedi6 la re presi6n empresarial contra las actividades sindicales y el nmero de afi liados a las organizaciones creci61entamente (86). Todos estos factores estucturales actuaron en favor de la lu.cha de los obreros de la carne y a fines de 1942 la FOIC obtuvo su primeraconquis ta importante y dio salida a una de sus viejas reivindicaciones: Luego de varios meses de negociaciones, las compaas aceptaron acogerse a la

86. Ms tarde Peter dijo mucho ms: que l sindicato consigui una garantia efectiva de 60 horas de trabajo quincenales para cada obrero, aumentos salariales, leche gratis para aquellos ope rarios que desempei1aban trabajos insalubres y alguna ropa de proteccin suministrada por las empresas. Jos Peter, Historia y luebasde loe obrel'Oll de la came, Buenos Aires, 1947, pp. 68-69. La dirigencia de la FOIC sostendrla luego que la cooperacin de la compaftia con el sindicato en este perlodo no fue lo suficiente como para mantener la lealtad de las bases en la competencia con los sindicatos pro-peroDistas.

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legislacin nacional y otorgar vacaciones pagadas. El lo. de.enero de 1943 Peter se uni a millares de obreros, funcionarios empresariales y representantes del gobierno provincial de Buenos Aires en una gran ce lebracin pblica por este logro, acto que tuvo lugar en Avellaneda., cer ca del nuevo frigorfico ., Anglo", en el Muelle Sur. Dicho evento coron ms de una dcada de lucha de la rOIC luego de la desastrosa huelga de 1932 y marc el inicio de una nueva era. De un solo golpe el sindicato, cuyos afiliados, segn estimativos de la misma rolC, apenas represen taban en 1942 el 20% de la fuerza de trabajo de los frigorficos, demostr a la masa obrera su efectividad y consigui el reconocimiento tcito de los funcionarios de las empresas y del gobierno (87). El prestigio y la fuerza crecientes de las organizaciones comunistas en la industria de la carne eran tpicos de los avances marxistas en el movimiento obrero argentino a fines de los aos treintas y comienzos de los cuarentas,.; A partir de 1935, las tcticas de frente popular del partido y el resurgimiento de la economia argentina se conjugaron para favore cer el xito de las acciones sindicales dirigidas por los comunistas. En diciembre de ese ao los comunistas organizaron y dirigieron una impor tante huelga en la industria de la construccin de Buenos Aires. Respal dada por un cese general de actividades que paraliz la ciudad durante dos das, en enero de 1936, la huelga triunf. Esta victoria dio mucho prestigio a los comunistas entre los trabajadores e inici un proceso que, en pocos aos, los convertiria en la fuerza ms dinmica del movimiento obrero. Durante esta etapa, los cOlllunistas, al igual que .sus colegas de la CIO en Estados Unidos. adoptaron nna agresiva poltica de sindicalismo de industria, concentrando sus esfuerzos en los obreros de las ramas de alimentos, textiles y metalurgia. La federacin que tratar,on de construir entre los obreros de los alimelltos ilustra el alcance de sus planes y de sus esfuerzos organizativos. La fe

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