ciencias naturales 2
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AUNQUE la Biblia debe ocupar el primer lugar en la educación de los niños y jóvenes, el libro de la naturaleza le sigue en
importancia. Las obras creadas por Dios testifican de su amor y poder. CM, pág 177.
El ha llamado al mundo a la existencia, con todo lo que contiene. Dios ama lo bello; y en el mundo que ha
preparado para nosotros, no sólo nos ha dado todo lo necesario para nuestra comodidad, sino que ha llenado
los cielos y la tierra de belleza. CM, pág 177
Vemos su amor y cuidado en los ricos campos del otoño, y su sonrisa en la alegre luz del sol. Su mano ha hecho las rocas como castillos y las sublimes montañas. Los altos árboles crecen a su orden; él ha extendido la verde y
aterciopelada alfombra de la tierra, y la ha tachonado de arbustos y flores.CM, pág 177.
¿Por qué revistió él la tierra y los árboles de verde vivo, en vez de un marrón oscuro y sombrío? ¿No es acaso para que fuesen más agradables a la vista? ¿Y no se llenará nuestro corazón de gratitud al ver las evidencias de su sabiduría y
amor en las maravillas de su creación? CM, pág 177.
La misma energía creadora que sacó el mundo a la existencia, sigue manifestándose en el sostenimiento del
universo y en la continuación de las operaciones de la naturaleza. La mano de Dios guía los planetas en su marcha
ordenada a través de los cielos. No se debe a un poder inherente que la tierra continúe su movimiento en
derredor del sol año tras año, y produzca sus bendiciones. CM, pág 177
La palabra de Dios controla los elementos. El cubre los cielos de nubes y prepara lluvia para la tierra. Hace fructíferos los valles, y "hace a los montes
producir hierba" (Sal. 147: 8). Por su poder florece la vegetación, aparecen las hojas y se abren las flores.
CM, págs. 177-178
Todo el mundo natural está destinado a ser intérprete de las cosas de Dios. Para Adán y Eva en su hogar del Edén, la naturaleza estaba llena del
conocimiento de Dios, rebosante de instrucción
divina. Para sus oídos atentos, hacía repercutir la
voz de la sabiduría. La sabiduría hablaba al ojo y era
recibida en el corazón; porque ellos comulgaban con
Dios en sus obras creadas.
CM, pág 178
La manera más eficaz de enseñar acerca de Dios a los paganos que no le conocen, es por medio de sus obras. De esta manera, mucho más fácilmente
que por cualquier otro método, puede hacérseles comprender la diferencia que hay entre sus ídolos, obras de sus manos, y el verdadero Dios, el Hacedor de los
cielos y la tierra. . .
CM, pág 178.
En estas lecciones que provienen directamente de la naturaleza, hay una sencillez y pureza que las hacen del más alto valor para otros, además de los paganos. Los
niños y los jóvenes, y todas las clases de alumnos, necesitan las lecciones que se derivan de esta fuente. La belleza de la naturaleza, por sí misma, aparta al alma del pecado y de las atracciones mundanas, y la lleva hacia la
pureza, la paz y Dios.
CM, pág 178
Por esta razón, el cultivo del suelo es un buen trabajo para los niños y jóvenes. Los pone en contacto directo con la naturaleza y el Dios de ella. Y para que tengan esta ventaja, debe haber, en cuanto sea posible, en relación con nuestras escuelas, grandes jardines y
extensos terrenos para el cultivo. CM,pág 178
El trabajo en el jardín y el campo proporcionará un cambio agradable de la rutina cansadora de lecciones abstractas a las cuales no se debieran nunca limitar las mentes juveniles. Será
especialmente valioso para los niños y los jóvenes nerviosos que hallan agotadoras y difíciles de recordar las lecciones de los libros.
CM, pág 179
Hay salud y felicidad para ellos en el estudio de la
naturaleza; y las impresiones hechas no se desvanecerán
de su mente, porque quedarán asociadas con
objetos que están continuamente delante de
sus ojos. CM, pág 179
aEn el mundo natural, Dios ha
puesto en las manos de los hijos de los
hombres la llave que ha de abrir el alfolí de su Palabra. Lo
invisible queda ilustrado por lo
que se ve; la sabiduría divina, la verdad eterna
y la gracia infinita se
entienden por las cosas que
Dios ha hecho.
CM, pág 179
Por lo tanto, permítase a los niños y a los
jóvenes que se familiaricen con la
naturaleza y sus leyes. Desarróllese la mente hasta el máximo de su
capacidad, y adiéstrense las
facultades físicas para los deberes prácticos de
la vida. CM, pág 179
Especialmente los niñitos debieran acercarse a la naturaleza. En vez de aherrojarlos con
las modas, déjeselos libres como los corderitos, para que jueguen bajo los dulces
y alegres rayos solares.
CM, pág 180
Mostradles los arbustos y las flores, la humilde
yerba y los altos árboles, y dejadlos familiarizarse
con sus hermosas, múltiples y delicadas
formas. CM, pág 180
Enseñadles a ver la sabiduría y el amor de
Dios en sus obras creadas; y mientras sus corazones se ensanchen
de gozo y amor agradecido, dejadlos
unirse a las aves en sus cantos de alabanza.
CM, pág 180.
Educad a los niños y jóvenes a considerar las obras del gran Artífice y Maestro y a imitar las gracias
atrayentes de la naturaleza en la edificación de su carácter. A medida que el amor de Dios conquiste
sus corazones, dejadlos impregnar sus vidas con la hermosura de la santidad. Así usarán sus
capacidades para beneficiar a otros y para honrar a Dios (Special Testimonies on Education, Págs. 58-62; escrito el 20 de mayo de 1896). CM, pág 180.
La naturaleza está llena de las lecciones del amor de Dios. Correctamente comprendidas, ellas conducen al
Creador. Llevan de la naturaleza al Dios de la naturaleza, enseñando aquellas
sencillas y santas verdades que purifican la mente, y la ponen en íntima
relación con Dios. CM, pág 180.
El gran Maestro ordena a la naturaleza que refleje la luz que inunda el umbral del cielo, para que hombres y mujeres
puedan ser inducidos a obedecer su palabra. Y la naturaleza cumple la orden del Creador. CM, pág 180
Para el corazón enternecido por la gracia de Dios, el sol, la luna,
las estrellas, los altos árboles, las flores del campo, emiten su
palabra de consejo y advertencia. La siembra de la semilla recuerda a la mente la siembra espiritual.
CM, pág 180
El árbol se yergue y declara
que un buen árbol no puede
llevar malos frutos, ni un
árbol malo llevar buenos frutos. CM,
pág 180.
Cuando el hombre está reconciliado con Dios,
las cosas de la naturaleza le dirigen palabras de sabiduría
celestial, dando testimonio de la
verdad eterna de la Palabra de Dios.
CM, pág 181
A medida que Cristo nos da el significado de las cosas que hay en la naturaleza, la
ciencia de la verdadera religión irradia y explica la
relación que tiene la ley de Dios con el
mundo natural y el espiritual. CM, pág
181
La golondrina y la cigüeña obedecen los cambios de las
estaciones. Migran de un país a otro para hallar un clima
adecuado a su conveniencia y felicidad, según el Señor quiso
que lo hicieran. CM, pág 181
El sabio dirige estas palabras al indolente: "Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo
capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo
de la siega su mantenimiento" (Prov. 6: 6-8).
Las habitaciones que las hormigas se
construyen, demuestran habilidad y
perseverancia. Pueden manejar un
solo granito a la vez, pero por la diligencia
y la perseverancia realizan maravillas.
CM, pág 181
El sol, la luna, las estrellas, las rocas sólidas, el arroyo que corre, el amplio y agitado océano, enseñan lecciones que todos harían bien en escuchar. CM, pág 182
En su maravilloso Sermón del Monte Cristo utilizó
los lirios del campo en su hermosura natural para ilustrar una gran verdad.
Adaptó su lenguaje al intelecto naciente de la
vida infantil.
Alza tus ojos, pág 165
El gran Maestro puso a sus oyentes en contacto con la naturaleza, para que pudieran escuchar
la voz que habla en todas las cosas creadas; y cuando sus corazones se volvieron tiernos y
sus mentes receptivas, les ayudó a interpretar la enseñanza espiritual de las escenas sobre las cuales descansaban sus
ojos.
Alza tus ojos, pág 165
Las parábolas, por medio de las cuales le
gustaba enseñar lecciones de verdad,
muestran cuán abierto estaba el
espíritu de Cristo a las influencias de la
naturaleza y cómo se deleitaba en sacar
enseñanzas espirituales de las
cosas de la vida diaria que lo rodeaban.
Alza tus ojos, pág 165
En la actualidad, los hombres aseveran que las enseñanzas de Cristo con respecto a Dios no pueden verificarse por medio de las maravillas del mundo natural, porque
la naturaleza no se halla en armonía con el Antiguo y Nuevo Testamento. Esta
supuesta falta de conformidad entre aquélla y la ciencia no existe. La Palabra
del Dios de los cielos no concuerda con la ciencia humana, pero está en perfecto acuerdo con su propia ciencia creada.
Alza tus ojos, pág 276.
Para el niñito que aún no es capaz de aprender lo que se enseña por medio de la página impresa o de ser iniciado en la rutina del aula, la naturaleza presenta una fuente infalible de instrucción y deleite. La Educación, pág. 96
El corazón que aún no ha sido endurecido por el contacto con el
mal, es perspicaz para reconocer la Presencia que penetra todas las cosas creadas. El oído que no ha
sido entorpecido por el vocerío del mundo, está atento a la Voz que
habla por medio de las expresiones de la naturaleza. La Educación, pág. 96
Y para los de más edad, que necesitan
continuamente los silenciosos recordativos
de lo espiritual y lo eterno, la enseñanza de la naturaleza no dejará
de ser una fuente de placer e instrucción
(La Educación, pág. 96)
Debería animarse a los niños a buscar en la naturaleza los objetos que ilustran las
enseñanzas bíblicas y rastrear en la Biblia los símiles sacados de la naturaleza. Deberían buscar, tanto en la naturaleza como en la Sagrada Escritura, todos los objetos que
representan a Cristo, como también los que él empleó para ilustrar la verdad.
Conducción del niño, pág 45.
Así pueden aprender a verle en el árbol y en la
vid, en el lirio y en la rosa, en el sol y en la
estrella. Pueden aprender a oír su voz
en el canto de los pájaros, en el
murmullo de los árboles, en el ruido del trueno y en la música del mar. Y cada objeto
de la naturaleza les repetirá las preciosas lecciones del Creador.
Conducción del niño, pág 45.
El gran Maestro puso a sus oyentes en contacto con la naturaleza, para que oyesen la voz que habla en todas las cosas creadas, y a medida que sus
corazones se hacían más sensibles y sus mentes más receptivas, les ayudaba a interpretar la enseñanza espiritual de las escenas que contemplaban sus ojos.
Conducción del niño, pág 49-50
Toda la naturaleza se ilumina para aquel que aprende así a interpretar sus enseñanzas; el
mundo es un libro de texto; la vida, una escuela. La unidad del hombre con la
naturaleza y con Dios.
Conducción del niño, pág 53.
El padre de Eliseo era un agricultor rico, cuya familia se contaba entre los que no habían
doblado la rodilla ante Baal en un tiempo de apostasía casi universal. En su casa se honraba a Dios, y la obediencia a la fe del antiguo Israel
era la norma de la vida diaria. Conflicto y valor, pág 220
En tal ambiente habían transcurrido los primeros años de Eliseo. En la quietud de la vida en
el campo, bajo la enseñanza de Dios y de la naturaleza y gracias a
la disciplina del trabajo útil, adquirió hábitos de sencillez y de obediencia a sus padres y a Dios
que contribuyeron a hacerlo idóneo para el alto puesto que
había de ocupar más tarde. Conflicto y valor, pág 220
Las aves del aire, los lirios del campo, la semilla que crecía, el
pastor y las ovejas, éstas eran las cosas con las cuales Cristo ilustraba
la verdad inmortal; y siempre, de allí en adelante, cuando sus oyentes veían por casualidad estos objetos,
recordaban sus palabras. Así llegaba la verdad a ser una realidad viva; las
escenas de la naturaleza y los asuntos diarios de la vida les repetían constantemente la
enseñanza del Maestro. CM, pág 248
Día a día Jesús adquiría conocimiento en la gran biblioteca de la naturaleza animada e inanimada. El que había creado todas las cosas, por cuya
poderosa palabra las colinas, los valles, los ríos y los árboles habían llegado a existir, era ahora hijo de la humanidad, y estudiaba las lecciones que su propia mano había escrito en las hojas, las flores y los árboles. COES, pág 42
Cristo enseñaba a sus discípulos junto al lago, sobre la ladera de la montaña, en los campos y arboledas, donde pudieran mirar las cosas de la naturaleza con las cuales ilustraba sus enseñanzas. Y
mientras aprendían de Cristo, usaban sus conocimientos al cooperar con él en su obra. CSS, pág 161
En estas lecciones que se obtienen directamente de la naturaleza hay una sencillez y una pureza que las hace del más elevado valor. Todos necesitan las enseñanzas que se han de sacar de esta fuente. Por sí
misma, la hermosura de la naturaleza lleva al alma lejos del pecado y de las atracciones mundanas y la guía hacia la pureza, la paz y Dios.
CSS, pág 161.
Demasiado a menudo las mentes de los estudiantes están ocupadas por las teorías y especulaciones humanas, falsamente llamadas ciencia y filosofía.
Necesitan ponerse en íntimo contacto con la naturaleza. Aprendan ellos que la creación y el cristianismo tienen un solo Dios. Sean enseñados a ver la armonía
de lo natural con lo espiritual. CSS, pág 161.
El niño Jesús no recibió instrucción en las escuelas de las sinagogas. Su madre
fue su primera maestra humana. De labios de ella y de los rollos de los
profetas, aprendió las cosas celestiales.
DTG, pág 70.
Las mismas palabras que él había hablado a Israel por medio de Moisés, le fueron enseñadas sobre las rodillas de su madre. Y al pasar de la niñez a la
adolescencia, no frecuentó las escuelas de los rabinos. No necesitaba la instrucción que podía obtenerse de tales fuentes, porque Dios era su instructor. DTG, pág 70.
La pregunta hecha durante el ministerio del Salvador "¿Cómo
sabe éste letras, no habiendo aprendido?" no indica que
Jesús no sabía leer, sino meramente que no había recibido una educación
rabínica. Puesto que él adquirió saber como nosotros podemos
adquirirlo, su conocimiento íntimo de las Escrituras nos
demuestra cuán diligentemente dedicó sus
primeros años al estudio de la Palabra de Dios.
DTG, pág 70.
Delante de él se extendía la gran biblioteca de las obras de Dios. El que había hecho todas las cosas, estudió las lecciones que su propia mano había escrito en la tierra, el mar y el cielo. Apartado de los caminos profanos del mundo,
adquiría conocimiento científico de la naturaleza. DTG, pág 70.
Estudiaba la vida de las plantas, los animales y los hombres. Desde sus más
tiernos años, fue dominado por un propósito: vivió para beneficiar a otros.
Para ello, hallaba recursos en la naturaleza; al estudiar la vida de las plantas y de los animales concebía
nuevas ideas de los medios y modos de realizarlo. DTG, pág 70.
Continuamente trataba de sacar de las cosas que veía ilustraciones con las cuales
presentar los vivos oráculos de Dios. Las parábolas mediante
las cuales, durante su ministerio, le gustaba enseñar
sus lecciones de verdad, demuestran cuán abierto
estaba su espíritu a la influencia de la naturaleza, y
cómo había obtenido enseñanzas espirituales de las
cosas que le rodeaban en la vida diaria. DTG, pág 70.
Mientras educaba a sus discípulos, Jesús solía apartarse de la confusión de la ciudad a la tranquilidad de los campos y
las colinas, porque estaba más en armonía con las lecciones de abnegación que deseaba enseñarles. DTG, pág 291
Y durante su ministerio se deleitaba en congregar a la gente en derredor suyo bajo los cielos azules, en algún collado hermoso, o en la playa a la ribera del lago. Allí, rodeado por las obras de su propia creación, podía dirigir los pensamientos de sus oyentes de lo artificial a lo natural. En el crecimiento y desarrollo de la naturaleza se revelaban los principios de su reino. DTG, pág 291
Al levantar los hombres los ojos a las colinas de Dios, y contemplar las obras maravillosas de sus manos, podían aprender lecciones preciosas de la verdad divina. La enseñanza de Cristo les era repetida en las cosas de la naturaleza. DTG, pág
291.
Así sucede con todos los que salen a los campos con Cristo en su corazón. Se sentirán rodeados por la influencia celestial. Las cosas de la naturaleza repiten las parábolas de nuestro Señor y sus consejos. Por la comunión con Dios en la naturaleza, la mente se eleva y el corazón halla descanso. DTG, pág 291.
Se educó en las fuentes designadas por el Cielo, en el trabajo útil, en el estudio de las Escrituras, en la naturaleza y en las experiencias de la vida, en los libros de texto de Dios, llenos de enseñanza para todo aquel que recurre a ellos con manos voluntarias, ojos abiertos y corazón dispuesto a entender (El Ministerio de Curación, pág. 311).
Desde el solemne y profundo retumbo del trueno y el incesante rugido del viejo océano, hasta los alegres cantos que llenan los bosques de melodía, las
diez mil voces de la naturaleza expresan su loor. CN, pág 51
En la tierra, en el mar y en el cielo, con sus maravillosos matices y colores, que varían en glorioso
contraste o se fusionan armoniosamente, contemplamos su gloria. Las montañas eternas hablan de su poder. Los árboles que hacen ondear sus verdes estandartes a la luz del sol, las flores en su delicada
belleza, señalan a su Creador. CN, pág 51
El verde vivo que alfombra la tierra, habla del cuidado de Dios por la más humilde de sus
criaturas. Las cuevas del mar y las profundidades de la tierra, revelan sus tesoros. El que puso las perlas en el océano y la amatista
y el crisólito entre las rocas, ama lo bello. CN, pág 51.
El sol que se levanta en los cielos es una representación de Aquel que es la vida y la luz de todo lo que ha hecho. Todo el esplendor y la hermosura que
adornan la tierra e iluminan los cielos, hablan de Dios. CN, pág 51.
Las madres . . . no deberían recargarse tanto con actividades y preocupaciones que no les quede tiempo para educar a
sus hijos con ayuda del gran libro de la naturaleza, impresionando su tierna mente con las bellezas que contienen los pimpollos y las flores. (Signs of the Times, 5-8-1875).
Los elevados árboles, los hermosos pájaros que envían sus alegres cantos a su Creador, hablan a sus sentidos de la bondad, la misericordia y la benevolencia de Dios. Cada hoja y flor con sus tintes variados, que perfuman el aire, les enseñan
que Dios es amor. (Signs of the Times, 5-8-1875).
Todo lo que es bueno, amante y hermoso en este mundo les habla del amor de nuestro Padre celestial. Pueden discernir el
carácter de Dios en sus obras creadas (Signs of the Times, 5-8-1875).
Así como las cosas de la naturaleza manifiestan su aprecio por su Creador al hacer lo mejor posible por embellecer la tierra y
representar la perfección de Dios, así también los seres humanos deberían esforzarse en su esfera de acción por manifestar la perfección de Dios, permitiéndole obrar mediante ellos sus
propósitos de justicia, misericordia y bondad (Carta 47, 1903).
¿Quién nos da el sol que hace producir la tierra? ¿Quién nos da las lluvias abundantes? ¿Quién nos ha dado los cielos de arriba y el sol y las estrellas del cielo? ¿Quién os concedió la razón, quién
cuida de vosotros todos los días? . . . CN, págs. 52-53.
Cada vez que contemplemos el mundo, se nos recuerda de la poderosa mano de Dios que lo trajo a la existencia. El cielo que se extiende por encima de nuestra
cabeza, y la tierra que se ensancha bajo nuestros pies cubierta por una alfombra de verdor, hacen recordar el poder de Dios y también su bondad. CN, págs. 52-53.
Pudo haber hecho el pasto oscuro o negro, pero Dios ama la belleza, y por lo tanto nos ha dado cosas hermosas para contemplar. ¿Quién podría pintar las
flores con los delicados tintes que Dios les ha dado? . . . CN, págs. 52-53.
No podemos tener un libro de texto mejor que la naturaleza. "Considerad los lirios del campo, como crecen: no trabajan ni hilan;
pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos". Elevemos hacia Dios la mente de nuestros hijos. Para eso él nos dio el séptimo día y lo dejó como un recordativo de
sus obras creadas (Manuscrito 16, 1895).
El gran Maestro puso a sus oyentes en contacto con la naturaleza, para que oyesen la voz que habla en todas las cosas creadas, y a medida que sus
corazones se hacían más sensibles y sus mentes más receptivas, les ayudaba a interpretar la enseñanza espiritual de las escenas que
contemplaban sus ojos. . . . El Hogar Cristiano, pág 128.
En sus lecciones había algo para interesar a cada mente, e impresionar cada corazón. De ese modo la tarea diaria, en vez de ser una mera rutina de trabajo, exenta de pensamientos elevados, era animada por recuerdos constantes de lo
espiritual y lo invisible. El Hogar Cristiano, pág 128.
Así también hoy el hombre por sí mismo es incapaz de leer debidamente las enseñanzas de la naturaleza. Si no lo guía la
sabiduría divina, el hombre exalta la naturaleza y sus leyes y las sobrepone al Dios de la naturaleza. MC 367.
Por esto las meras ideas humanas respecto de la ciencia están tan a menudo en contradicción con la enseñanza de la Palabra de Dios. Mas para los que
reciben la luz de la vida de Cristo, la naturaleza vuelve a iluminarse. En la luz que brilla desde la cruz podemos interpretar acertadamente la enseñanza de
la naturaleza.-MC 367.
Se debe inducir al estudiante a ver a Dios en todas las obras de la creación. Los maestros deben imitar el ejemplo del gran Maestro,
quien de las escenas familiares de la naturaleza sacaba ilustraciones que
simplificaban sus enseñanzas y las grababan más profundamente en los corazones de sus
oyentes. PP, pág 599.
Los pájaros que gorjeaban en las ramas frondosas, las flores del valle, los soberbios árboles, las tierras fructíferas, el
cereal que germinaba, el suelo árido, el sol poniente que doraba los cielos con sus rayos, todo servía como medio de
enseñanza. PP, pág 599.
El relacionaba las obras visibles del Creador con las palabras de vida que pronunciaba, para que cada vez que estos objetos se presentaran a los ojos de sus oyentes, éstos recordaran las lecciones de verdad con las cuales las había
vinculado. PP, pág 599.
En estas lecciones que se obtienen directamente de la naturaleza hay una
sencillez y una pureza que las hace del más elevado valor. Todos necesitan las enseñanzas
que se han de sacar de esa fuente. PVGM 14
Por sí misma, la hermosura de la naturaleza lleva al alma lejos del pecado y de las atracciones mundanas y la guía hacia la
pureza, la paz y Dios. PVGM 14
Demasiado a menudo las mentes de los estudiantes están ocupadas por las teorías y especulaciones
humanas, falsamente llamadas ciencia y filosofía. Necesitan ponerse en íntimo contacto con la
naturaleza. Aprendan ellos que la creación y el cristianismo tienen un solo Dios. PVGM 14
Sean enseñados a ver la armonía de lo natural con lo espiritual. Conviértase todo lo que ven sus ojos y tocan sus manos en una lección para la
edificación del carácter. Así las facultades mentales serán fortalecidas, desarrollado el carácter, y ennoblecida la vida toda. PVGM 14 (1900).
El que inspiró la Palabra es el verdadero expositor. Cristo ilustró sus enseñanzas llamando la atención de
sus oyentes a las lecciones sencillas de las leyes de la naturaleza y a los
asuntos que conocían bien, porque se relacionaban diariamente con ellos. De este modo él condujo sus mentes del
ámbito natural al espiritual.- Sabbath School Worker, 1º de diciembre de 1909.
La santa pareja eran no sólo hijos bajo el cuidado paternal
de Dios, sino también estudiantes que recibían
instrucción del omnisciente Creador. Eran visitados por los
ángeles, y se gozaban en la comunión directa con su Creador, sin ningún velo
obscurecedor de por medio. Se sentían pletóricos del vigor que procedía del árbol de la vida y
su poder intelectual era apenas un poco menor que el de los
ángeles. PP, pág 51
Los misterios del universo visible, "las maravillas del Perfecto en sabiduría" (Job 37: 16), les suministraban una fuente inagotable de instrucción y placer. Las leyes y los procesos de la naturaleza, que han sido objeto del estudio de los hombres durante
seis mil años, fueron puestos al alcance de sus mentes por el infinito Forjador y Sustentador de todo. Se entretenían con las hojas, las flores y los árboles,
descubriendo en cada uno de ellos los secretos de su vida. PP, pág 51
Toda criatura viviente era familiar para Adán, desde el poderoso leviatán que juega entre las aguas hasta el más diminuto insecto que flota en el rayo del sol. A cada uno le había dado nombre y conocía su naturaleza y sus costumbres. La
gloria de Dios en los cielos, los innumerables mundos en sus ordenados movimientos, "las diferencias de las nubes" (Job 37: 16), los misterios de la luz y
del sonido, de la noche y el día, todo estaba al alcance de la comprensión de nuestros primeros padres. PP, pág 51
El nombre de Dios estaba escrito en cada hoja del bosque, y en cada piedra de la montaña, en cada brillante estrella, en la tierra, en el
aire y en los cielos. El orden y la armonía de la creación les hablaba de una sabiduría y un poder infinitos. Continuamente descubrían algo nuevo que llenaba su corazón del más
profundo amor, y les arrancaba nuevas expresiones de gratitud. PP, pág 51.
Los niños no deberían estar mucho tiempo dentro de las casas; no se les
debería exigir que se apliquen con mucho tesón al estudio hasta que se
haya echado un buen cimiento para el desarrollo físico. Durante los ocho o
diez primeros años de la vida del niño, el campo o el jardín constituyen la
mejor aula, la madre, la mejor maestra, y la naturaleza el mejor libro
de texto. (La Educación, pág. 204).
Hasta que el niño tenga edad suficiente para asistir a la escuela se debería considerar su salud mas importante que el conocimiento de los libros. Debería
estar rodeado de las más favorables condiciones para el crecimiento físico y mental (La Educación, pág. 204).