cm - lamariposacubana.files.wordpress.com · el solecismo sale para 3todos el trabajo 6del héroe...

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pág. 12 NÚMERO • ISSN: 1999-8090 • $1.00 • 30 pág. 2 © yaimel EDITORIAL ESTIMADOS LECTORES: «De todo como en botica», decían nuestros abuelos cuando querían significar la variedad de ofertas de un estableci- miento o de un programa. Sin mag- nificar nuestra propuesta, esta vez el solecismo sale para todos 3 el trabajo del héroe 6 topos en el kremlin 7 aquí estamos televisión • OCTUBRE 2010 • pág. 4-5 pág. 10 traemos diversos temas: la telenove- la cubana, tan llevada y traída, por articulistas y lectores; la manera en que nos expresamos cotidianamen- te; los triunfos y las expectativas del joven equipo nacional de voleibol; los secretos de la caldosa y de las pastas «italo-universales»; la signifi- cación de los héroes (Alba Rico) y la existencia de «topos» en la historia reciente (Wejebe Cobo); los criterios de Ignacio Ramonet, importante en- sayista, periodista y profesor hispa- no-francés, y de Alexander Abreu, joven y a la vez consagrado instru- mentista cubano. Todo condimenta- do con el aderezo de La Ubre. Ello sin mencionar las habituales propo- siciones musicales y poéticas. Espe- ramos que como siempre nos envíe sus opiniones, discrepe o concuerde con nosotros, y comente con sus fa- miliares y amigos cada tema. Gra- cias, una vez más. CM © fivb © calixto n. llanes vila © archivo ignacio ramonet gente américa latina: ¿entre el paraíso y el infierno? alexander abreu música el director de habana d’primera en exclusiva para la calle... voleibol masculino deporte hay que quitarse el sombrero... opiniones sobre la telenovela cubana

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pág.

12

NÚMERO

• ISSN: 1999-8090 • $1.00 •

30pág.

2© yaimel

E d i t O R i a lEstimados lEctorEs: «De todo como en botica», decían nuestros abuelos cuando querían significar la variedad de ofertas de un estableci-miento o de un programa. Sin mag-nificar nuestra propuesta, esta vez

el solecismo sale para todos

3el trabajo del héroe

6

topos en el kremlin

7

aquí estamostelevisión

• OctubRE 2010 •

pág.

4-5pág.

10

traemos diversos temas: la telenove-la cubana, tan llevada y traída, por articulistas y lectores; la manera en que nos expresamos cotidianamen-te; los triunfos y las expectativas del joven equipo nacional de voleibol;

los secretos de la caldosa y de las pastas «italo-universales»; la signifi-cación de los héroes (Alba Rico) y la existencia de «topos» en la historia reciente (Wejebe Cobo); los criterios de Ignacio Ramonet, importante en-sayista, periodista y profesor hispa-no-francés, y de Alexander Abreu, joven y a la vez consagrado instru-

mentista cubano. Todo condimenta-do con el aderezo de La Ubre. Ello sin mencionar las habituales propo-siciones musicales y poéticas. Espe-ramos que como siempre nos envíe sus opiniones, discrepe o concuerde con nosotros, y comente con sus fa-miliares y amigos cada tema. Gra-cias, una vez más. CM

© fivb

© calixto n. llanes vila

© archivo

ignacio ramonetgente

américa latina:¿entre el paraíso y el infierno?

alexander abreumúsica

el director de habana d’primeraen exclusiva para la calle...

voleibol masculinodeporte

hay que quitarse el sombrero...

opiniones sobre la telenovela cubana

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LA CALLEDEL MEDIOOCtubrE 2010

EVANGELINA CHIÓ VIDAL

«PEro sEñora, esa novela no es para mojigatos ni par-vulitos. ¿Usted cree que la te-levisión es solamente para novelitas rosa? ¡Acabára-mos!»

El exabrupto quebró el silencio de la sala de espera, mientras la interpelada miraba confundida al hombre que, mo-lesto, buscaba apo-yo en el resto de los asistentes. Y ahí se ar-mó Troya, porque el mur-mullo creciente obligó a la secretaria a pedir silencio. Sin embargo, una voz cercana dijo: «Yo soy peluquera y en nuestros centros se oye, se habla de todo. Eso ocurre y la novela toca pun-tos neurálgicos sobre las crisis de valores en una sociedad que ofrece lo mejor. Está muy cruda, pero es real.»

«Mire, yo soy maestra con un hijo adolescente. Hablo siempre con él y sus amigos. Ahí se plantean problemas du-rísimos: la homosexualidad, la explotación de esa madre a la hija, en fin…, algo falla.»

«Yo no veo nada de eso, la te-levisión debe y es para entrete-ner como hacen las cadenas “de afuera”. Estoy muy estresada para preocuparme por cosas así» –añadió una cincuentona.

No solamente entretenerPor el estilo prosiguió la

conversación y nos dio el pie forzado para meditar sobre las apreciaciones de los televiden-tes acerca de Aquí estamos, la cual, más que ninguna obra an-terior, ha promovido reaccio-nes tan múltiples como diver-sas, doquiera que se comente entre dos o más personas.

¿A qué obedecen tales acti-tudes si algunos acceden a tele-visoras foráneas o a videos, sin escandalizarse ante programas de gusto dudoso o morbo exce-sivo?

Se sabe que nuestra televi-sión, además de lúdica –entre-tener, divertir–, tiene muy bien definida sus funciones: infor-mativa, formativa, cultural, ins-tructiva. Con esta puesta en pantalla e intención motivado-ra abre un debate necesario so-bre fenómenos negativos de la sociedad.

Opiniones variopintas se expresan, como dijimos, sobre la realidad recreada (no espe-jo), ya que la verdadera es mu-

cho más rica, profunda y no mostrada en su integridad.

De acuerdo con lo dicho por Hugo Reyes, ocho años de-moró en investigar y escribir esta telenovela sorbiendo de la vida aquellos aspectos que ne-cesitaba develar. Presumo que no fue motivado por ningún re-godeo morboso, sino para que la gente mirara de frente y con atención las pústulas que da-ñan el entramado social y van afectando la conducta colecti-va, aunque algunos miopes no quieran verlo, otros lo nieguen y cierta gente lo tome como un mal generalizado o normal, en el peor de los casos.

La ficción y la vida realPor fortuna –pensamos–,

pese al apasionamiento de los televidentes cubanos, prima la cordura en los razonamientos, unos más desprejuiciados que otros, aunque en general atien-den a una lógica, fruto de la nueva forma de conciencia so-cial lograda en cinco décadas de bloqueo, acosos, agresiones, esfuerzos, resistencias, heroici-dades, carencias materiales, so-lidaridad, creación e inventivas para subsistir.

Las inconformidades y de-bates sobre Aquí estamos res-ponden a la percepción estéti-ca, a la conmoción producida por una realidad –otra– no des-conocida pero sorprendente, la cual es ajena a las expectativas creadas mediante la obra que no hemos dejado de levantar.

Como ya se sabe, en la es-tructura dramática de la citada telenovela se aprecian dos uni-versos simultáneos y paralelos:

el del teatro de aficionados y el de la vida cotidiana de los acto-res y colaboradores con sus res-pectivos conflictos.

Del primero procede la fra-se titular desafiante y absoluta del autor, quien con otros refe-rentes apunta al derecho de la institución artística a existir: «Aquí estamos», con apoyo ofi-cial o sin él, siempre que los ar-tistas –más allá de la vida y de la muerte– apuesten por ello, dada la utilidad social del arte. Esas son las voces «fantasmas» que agobian la conciencia de Luz, la anciana dramaturga.

La evaluación estética en acciónCon el proyecto teatral de

Pedro se procura derribar vie-jos e increíbles prejuicios de quienes desconocen el carácter mágico y transformador del teatro, al igual que ayuda en la evolución positiva de algunos de sus actores.

El otro universo, el de la realidad re-creada, es la parte más activa del contenido a cau-sa de mostrar situaciones con-flictivas más conocidas, ex-puestas a mayores niveles de juicio y contraste con el más al-to ideal soñado. En este proce-so de percepción artística in-consciente operan tres elemen-tos: la percepción sensorial co-mún, dada por la experiencia; el intelecto, y lo racional, que inter-vienen en la evaluación estética de los individuos y sus emocio-nes positivas o negativas, según se trate de la belleza o su con-trario, la fealdad.

Las vivencias que tiene casi todo el pueblo cubano se basan

en la diferencia entre el pasado capitalista y explotador y el me-dio siglo de cambios revolucio-narios escultores de un ser di-ferente, todavía lejos del «Hom-bre Nuevo». Aun con carencias, una gran mayoría ha demos-trado que sin bajar la cerviz se puede vivir con dignidad y me-nos egoísmo, por eso hay reac-ciones encontradas ante las conductas expuestas.

No es tan simple, pero uno de los méritos que tienen las obras artísticas es su poder transformador de la realidad adversa en otra ideal, a la vez que devela verdades ocultas al receptor.

La utilidad social del arteHubo un tiempo en que mu-

chos estetas y teóricos se deba-tían en la necesidad de presen-tar las cosas como son para transformarlas; en tanto otros opinaban lo contrario: cómo debían ser. Concluyeron «que la vida espiritual del hombre está sostenida por un ideal, re-sultante de la reelaboración de lo existente, de crear algo que no existe, pero que debe existir o que es deseable, a veces posi-ble o no, utópico o fantástico pero concreto en su representa-ción», para decirlo con el famo-so esteta Dr. Moisei Kagan.

Aplicado a la telenovela en cuestión, estaríamos primero reconociendo el problema para después hallar su solución, a fin de no borrar totalmente nuestra sociedad ideal, imper-fecta y con errores, pero a favor de los cubanos.

Las nuevas generaciones deben reflexionar en que el pai-saje de conductas negativas mostrado en la telenovela, sur-gió por circunstancias adver-sas y errores humanos agrava-dos por el bloqueo ya existente

y el derrumbe del campo socia-lista del cual formábamos par-te. En términos teatrales, la si-tuación nos colocó en un punto de giro dramático que debía-mos rebasar con éxito para no matar nuestra independencia y aspiraciones.

Con medidas económicas como el turismo, la divisa y otros recursos de la Revolu-ción, más la resistencia épica de

los cubanos frente a la de-presión económica, la in-

flación, centros de trabajo cerrados, co-mercio disminuido

y los apagones, fue empinándose cual gi-

gante una nación junto a su gente.

No se retrata toda la sociedad

En ese contexto fue surgiendo una capa cancerosa o hi-

dra, como quiera lla-mársele, con figuras casi

desaparecidas del «lumpen» de la sociedad anterior: indisci-plinas y vicios de toda laya, rate-ros, oportunistas, «inventores», fulleros, mediocres, los autode-nominados «luchadore(a)s», pa-ra medrar a costa del turismo, la divisa, trámites, almacenes, etc.

Como resultado aparecieron y se popularizaron términos de un argot expresivo de la ilegali-dad y lo marginal: «resuélve-me», «por la izquierda», «fula», «jinetera», «carretillera», «yu-ma», y otros más.

En Aquí estamos están pre-sentes muchos de esos persona-jes –no todos– jóvenes y madu-ros, en representación de distin-tos estratos de la sociedad ac-tual, con defectos y virtudes, co-herentes en sus proyecciones individuales, desde el lenguaje hasta sus conductas respectivas (Paula, Adonis, los «Picapie-dras», Hugo), marginales; el re-formado Carlos y los saqueado-res de almacenes, la artificial madre de Paula, la obsesiva de Mariana y el repugnante caso de la de Cecilia, sin obviar a las lesbianas, cual muestra de liber-tad sexual.

De modo que, en conclusión, un gran número de los polemis-tas forman parte de ese público heterogéneo que en alguna me-dida no se identifica con los su-cesos y personajes de la ficción al considerarlos alejados de sus modos de pensar y del modelo social proyectado, debido a que responden a una ética, tradicio-nes, educación, creencias, mejor instrucción, moral, sentido de la justicia y la dignidad y otros fac-tores heredados de la práctica social y familiar. Todos estos in-gredientes intervienen en el me-canismo valorativo de la obra de arte y en las reacciones corres-pondientes.

Sería deseable que se man-tuviera activa la retroalimenta-ción ante materiales que acti-ven la participación de los cu-banos a favor de la cultura, los creadores y los medios de co-municación y la sociedad. CM

Los televidentes aquí están

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ALbErtO AJÓN LEÓN

ParEcE ya casi gEnEral la aceptación de las muy expandidas frases prepositivas de acuerdo a y acorde a, en lugar de las castizas de acuerdo con y acorde con, que aún bracean perseverantes para impedir la indeseable sustitución, a pesar de la insolencia con que las angli-cistas advenedizas se imponen donde se habla y escribe en Cuba. Originado el error en malas traducciones, no hay razones que justifiquen su propagación, pues ni son de más simple construcción ni más eufónicas que las que deben usarse. La expansión de esas frases en los medios escritos, incluidos los literarios, demuestra que la insularidad geográfica y la custodia ideológica no nos preservan ya de los anglicismos que tanto angus-tian a los puristas en otras latitudes en que el español tiene que defenderse de la constante agresión del inglés publicitario. Confirma, además, deficiencias en la ense-ñanza del idioma materno y en la trasmisión de la len-gua en la familia y en la comunidad, y las carencias lin-güísticas de muchos de quienes se sirven profesional-mente de los medios de comunicación orales y escritos.

Una lectura de manuscritos que se confían a edito-riales y concursos, o de textos que se debaten en talle-res literarios, o de los que se publican o se escuchan por radio y televisión, revela la reiteración de los sole-cismos –esos errores en el uso de las preposiciones– que plagan nuestros medios impresos y audiovisuales para desde ahí infestar a los hablantes comunes. Cu-rioso resulta que una buena cantidad de incorreccio-nes en este sentido tienen que ver con la vapuleada pre-posición a, como sucede en los casos siguientes (cuyas formas recomendadas se indican entre paréntesis):

–en relación a (en relación con)–cerca a la casa (cerca de la casa)–los menores al grupo (los menores del grupo)–menores a lo esperado (menores que lo esperado)–imposibilitado a asistir (imposibilitado de asistir)–en recordación a los héroes (en recordación de los héroes)–amantes al deporte (amantes del deporte)–entrevista al cineasta (entrevista con el cineasta)–en la base al monumento (en la base del monumento)–acreedor al premio (acreedor del premio…)–los participantes al acto (los participantes en el acto)–al interior (a lo interno) del partido (en el partido)–a nuestro criterio (en nuestro criterio)–aspiran lograr (aspiran a lograr)–reunión a celebrarse (reunión que se celebrará)–estar al centro (estar en el centro)–la disposición a negociar (la disposición de negociar) –solicitar a la asamblea (solicitar de la asamblea)–pendientes a eso (pendientes de eso)–en base a (sobre la base de…, basado en)En el terreno de los solecismos es ya casi institu-

cional en muchos de los países de lengua española (y evidente en los medios informativos y textos lite-rarios de aquí y de allá) la omisión de la preposición de antes de subordinadas sustantivas en casos como los siguientes:

–Me alegro que... (correcto: Me alegro de que…)–Nos percatamos que… (Nos percatamos de que…)–Se enteraron que… (Se enteraron de que…)–Te acordaste que… (Te acordaste de que…)–Me hablaron que… (Me hablaron de que…)–Estamos seguros que... (Estamos seguros de que…)–Estaba convencido que… (Estaba convencido de que…)–Estoy contento que… (Estoy contento de que…)-Se dio cuenta que... (Se dio cuenta de que…)–Tuve la impresión que... (Tuve la impresión de que…) –Ten la convicción que… (Ten la convicción de que…)–Tenía la certeza que… (Tenía la certeza de que…)Y etcétera, etcétera, etcétera...Paradójicamente, muchos de esos mismos hablan-

tes (y escribanos) suelen incurrir en las adiciones lla-madas «dequeísmo», que no sólo son atribuibles a per-sonas de escasa instrucción escolar, pues independien-temente de la formación académica se adquieren en medios de cultura lingüística deficiente: dijo de que…, su-pimos de que…, analizamos de que…, pensamos de que…, re-cordamos de que…, en las cuales sobra la misma preposi-ción de, antes desdeñada.

Autores hay que se desentienden de la gramática y de las reglas de la sintaxis parapetándose tras el desali-ño de moda, el descrédito iconoclasta de las normas, el monólogo que a veces fluye irrefrenable durante los des-varíos de los personajes en algunos textos de ficción, el calco indiscriminado de un lenguaje supuestamente po-pular, la injustificada presunción de innovaciones litera-

rias… Por ahí se escucha al que recomienda no usar en las narraciones otro verbo que no sea «dijo» (nunca usar afirmó, aseveró, declaró, negó, insinuó, manifestó, expresó, ase-guró, sentenció, corroboró... sino dijo, dijo, dijo, tal vez toman-do como modelo el diálogo zigzagueante que sostienen en una tarde de aburrimiento dos personajes de Cabrera Infante atrapados por la lluvia en un café, y en el que pa-ra acentuar la monotonía del intercambio casi lacónico, el autor reitera una y otra vez la misma forma verbal: di-jo). También se oye al que sin escrúpulo ni escalofrío –y para estupor general– condena como ultraje escandalo-so el uso de adverbios terminados en -mente; al que igno-rando la carga semántica que puede transportar un sig-no de puntuación, repudia el empleo que de ellos ha de hacerse según patrones (porque José Martí –¡Martí na-da menos en el argumento de los blasfemos!– «demos-tró que la puntuación es temperamental», así dicen, y ci-tan como ejemplos a los cultores del nuevo periodismo en Estados Unidos).

Pernicioso es también el que reproduce como bue-no el lenguaje manido, la frase parapléjica, la jerga in-sustancial, el insulso pleonasmo que los burócratas trasmiten a los reporteros de prensa y estos a la pobla-ción; intratables clisés que se convierten en verdaderos bloques de significado –inamovibles bloques de con-creto– que han perdido con el manoseo la brillantez que alguna vez pudieron haber ostentado: profundo agradecimiento, importante aporte, variado espectáculo, destacado intérprete, exhaustivo análisis, amplio y profundo debate, intenso programa, merecidas vacaciones, digno ho-menaje, metas trazadas, metas alcanzadas, divertidos feste-jos, objetivos propuestos, logros alcanzados, plan previsto, alegres carnavales, lluvias caídas, acuerdos tomados, ofren-da floral, recinto ferial, repentina enfermedad, legado impe-recedero, indestructible amistad, apretada agenda, distin-guido huésped, preparación previa, cortinas imaginarias, violento huracán, terrible catástrofe, ejemplo a imitar, tareas a realizar, metas a alcanzar, jóvenes del futuro… y una lar-guísima ristra de comodines que no incitan a la re-flexión y que sobreviven en las antípodas de la creativi-dad, la originalidad de estilo y el lenguaje artístico que se espera de la literatura o del periodismo mejor, pues siendo la lengua su instrumento de expresión, la efica-cia del mensaje depende directamente de la destreza en el manejo de esa herramienta.

En el extremo opuesto de la frase hecha, rozando el esnobismo, en el equipaje de viajeros que vuelven (o por el conducto auditivo de quienes siempre tienen lo foráneo como mejor porque «viene de afuera»), al pano-rama léxico cubano llegan, entre otros dislates, voca-blos cuyos usos no concuerdan con el que recogen los

diccionarios. Así, junto a un malsonante leísmo y el ex-ceso de acá donde debe decirse aquí, aparece el térmi-no impronta cada vez que alguien necesita referirse a marca, huella, señal… (sin tener en cuenta que ese voca-blo, en sentido figurado, alude sólo a la influencia mo-ral que deja algo o alguien); imaginería (sustantivo) o imaginario (adjetivo) en lugar de imaginación; sumato-ria en vez de suma; la interrogante (así, con género fe-menino aunque el diccionario lo recoge masculino) a cambio de la pregunta, la interrogación, la duda; pro-blemática en sustitución de problema; temática por te-ma (sin embargo, en el habla y la escritura de estos su-jetos el vocablo tema reemplaza de modo superfluo a asunto, cuestión, problema, idea…; verbigracia: «La pro-ducción de zapatillas es importante en el tema de los salide-ros» ); más una ringlera de voces no siempre necesarias –en apariencia más cultas y elegantes y a menudo neo-logismos– con las cuales se dificulta la comprensión en lugar de favorecer la comunicación: frecuenciar, unifor-mización, direccionar, remarcable, secretividad…

Ya la mayoría no ve o mira, sino observa, visiona o vi-sualiza; no oye, sino escucha o audiciona; no cuenta, sino contabiliza; no atiende o concentra, sino focaliza… Tam-bién de otra latitud ha llegado a Cuba, para entronizar-se entre funcionarios, el mal hábito de iniciar las ora-ciones con los infinitivos de las perífrasis verbales, omitiendo los auxiliares o los verbos modales, y en lu-gar de Tenemos que agradecerles…, Queremos expre-sarles…, Deseamos manifestarles…, Debemos decir-les…, nos sueltan sin sonrojarse, suponiendo que es así como deben hablar los que ejercen cargos públicos: Agradecerles que…, Expresarles que…, Manifestarles que…, Decirles que…

Necio sería oponerse a la preferencia (no siempre justificada) que los protagonistas de cada época mues-tran por términos y usos diferentes a los de su tiempo, en esa continua renovación de la lengua como organis-mo vivo. Hoy, por ejemplo, la mayoría en Cuba prefiere decir propuesta y apenas se oye o se lee proposición, su-gerencia, oferta, ofrecimiento, recomendación; y se ha expandido por la isla una melódica y asonantada nega-ción: Para nada. A la vez, los escribas (sobre todo los del periodismo) desempolvan y quieren dar lustre nuevo a antiguallas que se preservaban en naftalina: fémina, in-fante, galeno... Sin embargo, se hace cada vez más raro, como sinónimo de culto o rebuscado, el uso del relati-vo cuyo, que ya los romanos empleaban para expresar relación de pertenencia (cuius), y algunos prefieren in-cómodos circunloquios como este: «…la producción de esos fármacos que el centro asistencial ha sido pionero en su empleo» (en lugar de: «…esos fármacos de cuyo empleo ha sido pionero el centro asistencial»).

Tampoco es raro hallar, tanto en textos narrativos como reflexivos, y en revistas y tabloides literarios (por no hablar de otras publicaciones periódicas, o la radio y la TV), gerundios que influenciados por el inglés son empleados en clara función adjetiva («Leí una publica-ción tratando el tema en varios artículos» –escribió al-guien, en lugar de: «Leí una publicación que trata el te-ma en varios artículos»); o en situación en que se igno-ra quién es el sujeto de la acción expresada por la for-ma no personal («la vi corriendo». ¿Quién corría: yo o ella? Según la norma, era yo quien realizaba la acción; sin embargo, quienes así usan el gerundio suponen que era ella quien corría). A veces la nombradía del es-cribano lleva al que angustiado lee, a sospechar que la incorrección es deliberadamente expresiva de inten-ción o un premeditado desafío a las reglas gramatica-les cuyo propósito el lector no consigue descifrar. O lo lleva a preguntarse si los editores y correctores leyeron bien ese texto. O a dudar si es él mismo (el lector) quien anda mal en sus conocimientos gramaticales.

En el afán de uniformar el pensamiento global, no con ideales esperantistas sino con propósitos de nuevo colonialismo, el neoliberalismo simplificador propició muchos de los problemas a que hoy se enfrenta la cultu-ra idiomática de cada nación, desde la torrencial pene-tración de extranjerismos (sobre todo anglicismos pro-cedentes de Estados Unidos) hasta la incomprensible jerga intelectualista y los neologismos de la postmoder-nidad, pasando por la exaltación de vulgarismos y regio-nalismos que impiden la comunicación entre individuos de una misma familia lingüística y hasta de un mismo país. Y a quienes se preguntan qué importancia tiene una preposición en un mundo amenazado de extinción por los cambios climáticos y la competencia entre los ar-senales nucleares, habría que recordarles que hablar y escribir bien es el camino para pensar mejor. CM

El solecismo sale para

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ENrIQuE ubIEtA GÓMEZ

Trasponemos el portón y avanzamos por un patio interior que delimita un edificio en lí-neas rectas. Allí radica la redacción central de una de las publicaciones periódicas más pres-tigiosas de Francia, dentro y fuera de sus fron-teras: Le Monde Diplomatique. Nos espera Ignacio Ramonet, escritor, periodista y profe-sor universitario de origen hispano, quien fue-ra su director durante 18 años (actualmente dirige la edición española). Pero no entramos a las oficinas de antaño, subimos un piso más arriba por la escalera, hasta el local que aho-ra ocupa la Fundación Memorias de la Gue-rra, empeñada en rescatar del olvido episo-dios de las luchas populares en Europa y en América Latina, de la que es su presidente. Ra-monet acaba de obtener el Premio «Antonio Asensio» de Periodismo, creado por el Grupo Zeta para honrar la memoria de su fundador. Apenas ayer estaba en Sofía, presentando la edición búlgara de Cien horas con Fidel, de la que existen ya ediciones en más de 40 paí-ses. En su oficina hay un estante de libros, en los que pueden verse algunas de esas traduc-ciones. También hay fotos del autor con Fidel, con Hugo Chávez y con el Subcomandante Marcos. Hemos viajado a París para asistir a un encuentro con la prensa francesa sobre la manipulación de la imagen de Cuba, por eso la primera pregunta, inevitablemente, abor-da el tema.

¿Cómo la prensa francesa, cómo la socie-dad francesa mira hacia América Latina?

Curiosamente no hay una visión única, porque el ciudadano francés o europeo, cuando mira los medios de co-

municación, recibe exactamente dos mensajes que son contradictorios. Me refiero a América Latina, pero esto pu-diera extenderse a todo el Tercer Mun-do, a los países del sur. Por una parte re-cibe el mensaje de lo que podría ser la publicidad turística, con algunos aspec-tos de la cultura popular; imagínense toda la publicidad de las agencias de via-je. Aquí los autobuses, por ejemplo, du-rante un período del año, exhiben en un flanco una publicidad sobre Cuba don-de esta aparece como el país de la ale-gría, del sol, de las playas y de la dicha. Y así sucede también para el conjunto de América Latina: playas paradisíacas, en México, en Santo Domingo, etc. Pero existe otro discurso mediático, en los te-lediarios o en las informaciones noticio-sas, donde América Latina sólo aparece cuando hay catástrofes: el golpe de Esta-do contra Correa, el terremoto en Haití, las inundaciones en Guatemala…

El ciudadano europeo imagina que un país de América Latina es el paraíso o el infierno. O que es a la vez el paraíso y el infierno. Y esto evidentemente es imposible. ¿Por qué sucede esto? Porque son naciones lejanas, y no existe un se-guimiento noticioso, y no se ven como países con una vida normal, con altiba-jos como en cualquier lugar. Esa es por tanto una visión deformada. Sobre Cu-ba sucede algo similar; por una parte es-tá muy extendido el mismo mensaje: «vaya a Cuba porque allí está el paraíso,

no cuesta caro, las playas son las más bellas del mundo, el mejor ron, las muje-res más hermosas, donde todo el mundo es risueño y acogedor, etc». Y a la vez, en las noticias se califica a Cuba como una dictadura, donde no hay derechos, don-de la gente sufre, donde hay prisioneros políticos, etc., etc. Se entiende que ese discurso contradictorio no puede ser un discurso de verdad.

¿Saben los franceses que en América La-tina se están produciendo los experimentos sociales de izquierda más importantes del mundo en el primer cuarto de siglo?

Lo saben, pero globalmente, al presen-tar esas experiencias –lo que ocurre en Ve-nezuela, lo que ocurre en Bolivia, en Para-guay, en Ecuador, etc., y sobre todo en Ve-nezuela, el país sobre el que hoy existe una mayor focalización, presentado como el manantial de todas las dificultades–, el discurso de los medios dominantes rebaja ese aspecto, o lo descalifica. No se les reco-noce el carácter democrático, a pesar de las elecciones, y se descalifican o ningu-nean los éxitos sociales. No se dice por ejemplo que en Venezuela ya no hay anal-fabetos, o en Bolivia, lo cual es un hito his-tórico. Actualmente esos medios mantie-nen ante esos procesos la actitud que asu-mieron durante mucho tiempo frente a Cuba, que ya no es, como diría Sanjinés, el enemigo principal.

El periodismo ha asumido con cinismo que su función, más que informar, es cons-truir esquemas de pensamiento.

Digamos que el periodismo objetivo no existe, en mi opinión. Siempre es subjetivo. Lo que ocurre es que un pe-riodismo subjetivo tiene que basarse en hechos para que el periodista pueda de-ducir. Y en este caso, con los procesos la-tinoamericanos, se tergiversan o no se presentan los hechos. Es más, se presen-tan «otros» hechos. Por ejemplo, la cam-paña que en Francia y en muchos países europeos se ha llevado contra Venezue-la en torno a la cifra de delincuentes y a la inseguridad en aquel país, se basa en hechos falsos, muy exagerados, sin ser comparados con los de otros lugares, co-mo México o El Salvador, por ejemplo. Hablamos en sentido general, no quiere decir que aquí no existan periodistas muy serios, pero no son mayoría, no es el discurso dominante.

¿Cómo ha sido recibido en Europa su li-bro sobre Fidel?

Inicialmente el libro fue mal recibido, y la campaña de hostilidad fue tal que al-gunos llegaron a decir que no era el re-sultado de una entrevista, que Fidel ya había muerto y que era un argumento más para pretender que seguía vivo y que se había hecho a base de textos ya existentes, o discursos suyos y textos in-ventados por mí. En España la batalla fue más intensa. Por eso ya en la segunda edición el libro se vendió con un DVD que contenía un extracto de las entrevis-tas de una hora de duración –porque las entrevistas en gran parte se filmaron y

«América Latina ¿entre el paraíso

y el infierno?»

ConversaCión Con IGNACIO RAMONET©

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existe un DVD de 6 horas– para que la gente comprobase que era verdad. Y des-pués sacamos la edición revisada que Fi-del asumió –él contó en algunas entrevis-tas todo esto–, pero esa fue la campaña inicial contra el libro y contra mí. Fui censurado. Por ejemplo, yo escribía regu-larmente en El País, y una vez que salió este libro dejaron de solicitar mis colabo-raciones. Aquí en Francia yo hacía un programa en Radio Cultural, cada sema-na, y lo suprimieron, me dijeron literal-mente que no podían tener un colabora-dor que hace libros con Fidel Castro.

Coincide que casi al mismo tiempo –unos años antes o después–, diferentes comunicado-res se interesaron por las figuras de Fidel y del Che: el brasileño Walter Salles filmó Diarios de motocicleta, sobre la etapa de formación del Che; el norteamericano Steven Soderbergh concibió una monumental obra cinematográfi-ca en dos partes que recogía la vida guerrillera del Che –y su relación histórica con Fidel–, des-de los días de México y del Granma, pasando por los de la Sierra y el triunfo revolucionario, hasta su etapa boliviana y su asesinato en La Higuera. El también norteamericano Oliver Stone preparó un documental basado en una larga entrevista con Fidel. Su libro se ubica en ese contexto de acercamientos a esas personali-dades de la historia. A pesar de la gran campa-ña mediática, las figuras más emblemáticas de la Revolución cubana siguen fascinando a un gran público.

Sí, el libro se recibió con una campa-ña, pero el libro venció esa campaña. Yo

diría que la palabra de Fidel es definiti-va, yo hice muchas presentaciones del li-bro y siempre dije que es normal que Fi-del sea un personaje controvertido, es normal, por su historia y su trayectoria, por las campañas que ha enfrentado, y es normal que las personas duden, pero hagamos un test, una persona que no tenga prejuicios, que lea el libro, que es-cuche a Fidel –quien lea este libro se ha pasado unas 20, 25 horas escuchándolo–, tendrá la posibilidad de saber si esa per-sonalidad que le habla es o no es hones-ta, es o no es tramposa, es o no es hipó-crita, etc. Y yo creo que el libro conven-ció a mucha gente de que Fidel no era el demonio que los medios presentan. De hecho el libro se ha editado en más de 40 países, yo he ido a muchos de ellos a presentarlo. Ahora está publicándose una edición iraní, y estuve en Israel, por ejemplo, para presentar la edición he-brea. Ha salido en vietnamita, en indo-nesio, hay una edición pirata en Indone-sia, que yo he recibido, me trajeron un ejemplar. Evidentemente, en todos los países europeos se ha publicado. El pri-mer país de Europa donde salió fue en Turquía. Es decir, el libro ha funcionado y se ha vendido bien, ha demostrado que hay un interés por él incluso en Es-tados Unidos; la edición norteamerica-na que se llamaba My life, ha tenido mu-cho éxito, ha circulado enormemente. Es decir, el libro ha podido vencer estas campañas y se ha establecido un poco

como un clásico; todo el mundo admite que lo que dice Fidel no puede ser con-tradicho por nadie. Hace poco Fidel, afortunadamente restablecido, ha dado una entrevista a La Jornada, a nuestra amiga Carmen Lira, y en la prensa ha repercutido mucho lo que ha dicho so-bre los homosexuales, pero eso ya está en este libro, ya él lo había dicho en el li-bro, no era la primera vez que lo decía, está muy bien que lo repita, pero en el li-bro ya él lo decía por primera vez. Es de-cir, hay una visión digamos de honesti-dad que podemos apreciar en estas con-versaciones en las que Fidel abordó to-dos los temas, los más difíciles, digamos, entre comillas, lo cual demuestra que los periodistas que tergiversan la reali-dad cubana lo hacen creyendo que hay cosas tabúes que no se pueden abordar en Cuba, y Fidel lo aborda con mucha naturalidad.

Usted, a contrapelo del descalabro o des-crédito que tienen los premios en este mundo, acaba de recibir uno importante.

Para mi gran sorpresa, porque ese premio curiosamente –con un jurado diferente en efecto–, el año pasado se lo dieron a la FIP, a la Federación de Em-presarios de Prensa de América, que es una organización bastante hostil en par-ticular con los procesos latinoamerica-nos de los que hablábamos, pero quizá por mala conciencia o por remordimien-to decidieron –también es un jurado di-ferente– dármelo a mí. Es un premio

que yo aprecio en particular, porque cuando se creó fui miembro del primer jurado. Estábamos en el jurado con mi amigo Manolo Vázquez Montalbán –que también ha escrito un bello libro sobre Cuba que se llama Y Fidel entró en La Ha-bana, un excelente libro. Y le dimos el premio a La República, por su resistencia a Berlusconi. Es uno de los grandes pre-mios de periodismo que se dan en Espa-ña y para mí ha sido una sorpresa absolu-ta. Y creo que las consideraciones del pre-mio, no sé si has tenido ocasión de leer-las, en lo que se dice de mí, es algo en lo que me reconozco, es decir, no se lo están dando por equivocación a otro persona-je, se lo están dando a lo que yo he hecho; fíjate que yo he escrito como unos veinte libros, algunos de ellos sobre periodis-mo, pero ellos sólo citan un libro mío, Cien horas con Fidel, sí, es curioso, así que no hay equívoco.

Para cerrar la conversación, ¿quisiera co-mentar algo sobre la profesión del periodista?

Bueno, yo pienso que el periodismo está cambiando muchísimo en este mo-mento, mucho, mucho. Es un momento de crisis de identidad del periodismo. El periodismo no ha tenido nunca una edad de oro, nunca ha habido un perío-do en el que los periodistas eran perfec-tos y escribían sin equivocarse, y eran los seres más imparciales y más objeti-vos, eso no ha existido, soñamos con ese paraíso evidentemente, pero no ha exis-tido, siempre han existido momentos muy difíciles, la prensa ha atravesado crisis, pero este momento es particu-larmente delicado en la medida en que estamos viviendo una crisis de identi-dad del periodismo y una crisis de identidad del periodista, porque los nuevos medios ligeros de comunicar están difundiendo la idea de que cada persona puede ser periodista, y cada día por consiguiente muchos medios están difundiendo las informaciones de per-sonas que proponen lo que han visto, lo que han sentido, lo que han experimen-tado, sus sentimientos, y en medio de es-ta gran confusión, la pregunta es ¿qué será mañana de la prensa de papel de pago?, ¿seguirá existiendo una prensa de papel de pago? La prensa de papel de pago es el único medio de información por el que aún se paga, en Internet es gra-tuito, la radio es gratuita, la televisión es gratuita, y hay muchos periódicos de pa-pel gratuitos, entonces la información es-tá condenada a ser gratuita, si la informa-ción está condenada a ser gratuita, ¿los empresarios estarán dispuestos a pagar mucho para tener una buena informa-ción que luego van a regalar? Es una pre-gunta que nos podemos plantear, lo que es seguro es que la sociedad y esta socie-dad, necesita una información de calidad, necesita una información libre, obvia-mente, y una información veraz, para que sea útil al ciudadano, ya sea para su vida de ciudadano y lector, es decir para escoger por quién voy a votar, por qué ti-po de sociedad me voy a declarar, con ar-gumentos, y también para su propia vida personal, si compro un periódico y gasto porque quiero saber un poco más en tér-minos de ciencia, de conocimiento, de economía, etcétera, seré mejor y podré trabajar mejor y me estaré mejorando, mientras que hoy el periodismo está en una serie de proposiciones en las que to-do está mezclado y aún no se ha decidido hacia cuál se va a dirigir. Lo que es segu-ro, lo repito, es que la sociedad siempre seguirá necesitando una información de calidad y una información veraz, eso está claro.

Muchas gracias. CM

«América Latina ¿entre el paraíso

y el infierno?»

ConversaCión Con IGNACIO RAMONET

...yo pienso que el periodismo está cambiando muchísimo en este momento, mu-cho, mucho. Es un momento de crisis de identidad del periodismo. El periodismo no ha tenido nunca una edad de oro, nunca ha habido un período en el que los pe-riodistas eran perfectos y escribían sin equivocarse, y eran los seres más imparcia-les y más objetivos, eso no ha existido, soñamos con ese paraíso evidentemente, pe-ro no ha existido.

sobre eL periodismo de hoy..

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LA CALLEDEL MEDIOOCtubrE 2010

A.A.G.

En Esta ocasión les propo-nemos un manojo de poemas de amor de Félix Pita Rodríguez. Nacido en Bejucal, La Habana, el 18 de febrero de 1909, el 19 de octubre de 2010 se cumplieron veinte años de su fallecimiento en nuestra capital. Poeta, narra-dor, periodista, autor teatral, en-sayista, crítico literario, traduc-tor y guionista de radio y televi-sión, Félix Pita Rodríguez es una de las grandes figuras de nuestra cultura, dueño de una honda sensibilidad y de una ori-ginal voz poética de profundas resonancias humanas. Poemas y cuentos de su autoría han sido traducidos a varios idiomas. En-

tre sus títulos más importantes se encuentran Corcel de fuego, Las noches, Historia tan natural, Tarot de la poesía, Tobías, Cuentos completos, Niños de Viet Nam, La pipa de cerezo y otros cuentos, Aquiles Serdán 18 y Elogio de Mar-co Polo, entre otros. A él debe-mos, entre diversas traduccio-nes que hizo del francés, la del Diario de prisión de Ho Chi Minh. Como reconocimiento a su obra, en 1985 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura. La breve muestra de poemas que aquí presentamos la hemos tomado de Proyectos del lirio, una hermo-sa selección de su poesía amoro-sa realizada por Pedro Oscar Godínez, publicada por la Casa Editora Abril en 1988.

Félix PitaRodríguez

INCLUYE POEMAS DE... · dos cartas · Sólo hay dos cartas marcadasen el juego del Tarot:Una, la que anuncia muerte.Otra, la que indica amor.

· esa paloma · Esa paloma triste y malherida, con las alas quebradas, sin aliento para seguir volando, era la vida.La levantó tu sueño contra el viento a volar decidida.

· visitante ·

Esa muchacha triste que me mira asomándose, tímida y silenciosa, tras las ramas más finas del árbol de la lluvia, ¿qué quiere preguntarme?

· si alguna vez la vida ·

Si alguna vez la vida te señala, imprecisa, ese camino turbio que termina donde empiezan los aleros del cielo, dile que no es preciso, que tienes un velero que no obedece al viento y que viaja contigo, con el único rumbo de tu encuentro.

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ivo Dile que amor te sobra

para mover el tiempo y encerrarte de nuevo.

· cierra la puerta, aguarda ·

Cierra la puerta, aguarda, llegará lo que esperas cuando ya no lo esperes.Ponte en el corazón la verja más segura.Que no entre nadie, nadie, no hay sitio, está ocupado hasta el rincón más alto, donde la última estrella viene en la madrugada a lavarse las manos.Cierra la puerta, espera:Te ha de nacer un día el azar más seguro, y tú serás su dueña.

· mira tras el envés ·

Todo, Ángela, hasta ahora ha sido intento, pregunta sin respuesta, desesperado monologar.Tenaz empeño por encontrar la puerta que por magia yo sabía estaba abierta y sabía que por ella, tú debías entrar.

Rebusca entre mis versos y encontrarás las huellas de mis pasos buscándote.Mira tras el envés oscuro de las palabras y así sabrás que si una vez estuve donde duerme la bruma, fue indagando por ti. CM

SANtIAGO ALbA rICOEspecial para LA CALLE DEL MEDIO

Una jovEncísima amiga colombiana residente en Cuba desde hace muchos años, contaba en una ocasión, un poco inquieta por los cambios que observaba a su alrededor, lo mucho que le había impresionado su primer día de escuela en La Habana. Sus pequeños compañe-ros la rodearon con curiosidad y la sae-tearon inmediatamente a preguntas. «En Colombia», decía mi amiga, «la pri-mera pregunta de los escolares es siem-pre: ¿cuánto gana tu papá?; aquí, en cambio, todos querían saber quién era nuestro héroe nacional».

Es posible conocer una sociedad por las preguntas más frecuentes que se intercambian sus ciudadanos: cuánto ga-nas, dónde compras, qué carro tienes, de qué marca son tus zapatillas, de qué equipo eres. Estos son los protocolos de una tribu hechizada por las imágenes. Pero podemos imaginar por juego pre-guntas correspondientes a sociedades buenas y malas, presentes o futuras, para definir el rasgo dominante –el «patrón de cultura», diría la antropóloga Ruth Bene-dict– que moldea a sus miembros: una sociedad, por ejemplo, de guerra ininte-rrumpida («¿cuántos mataste ayer?» o «¿cuántos hermanos te quedan?»); una de hambre sin tregua («¿has comido hoy?»); una de impulsos intelectuales puros («¿de cuántas maneras se nombre el ser?») o una, todavía inexistente, de cuidados y atenciones recíprocas («¿cuántos dolores puedo aliviarte?»).

Es posible conocer una sociedad por sus preguntas, pero también por los hé-roes que reclama y fabrica. Según la eti-mología griega, el héroe (héros) es el que ha alcanzado la madurez, el que expresa la forma plena de la condición humana. Pero para los griegos esa plenitud, como la del famoso discóbolo de Mirón, se de-claraba sólo una vez, en un gesto irrum-piente y desnudo, y en unos pocos luga-res privilegiados: el estadio o el campo de

batalla. Sobrehumanos, sobrepotentes, soberbios, los héroes señalaban su supe-rioridad en el relámpago de una hazaña aislada; la «plenitud humana» era apenas alcan-zable para unos pocos hom-bres, mestizos divinos, cuyas proezas había que registrar y admirar. Aun-que Hércules, el prototi-po antiguo, fuera cono-cido por sus «traba-jos», el «trabajo» era precisamente el con-trapunto y la negación del «heroísmo». Los héroes, que ahorraban trabajo a los hombres con sus hazañas, no trabajaban: resplandecían.

Lo contrario de un mito heroico es un cuento de hadas. Allí, esas fuerzas so-brehumanas que protagonizaban el des-tino de los griegos, se convierten en me-ros auxiliares, cuando no en enemigos, de criaturas menudas y seres pequeños que tienen que salir de un atolladero: hi-jitos abandonados, segundones sin he-rencia, siervas despreciadas encuentran la ayuda de un objeto o un espíritu má-gico cuya aparición, de algún modo, ha-bían merecido gracias a su esfuerzo o a su astucia. Pulgarcito es el reverso de Hércules, encarnado ahora más bien en el temible Ogro, enorme y peludo, que quiere comerse al racimo de hermani-tos extraviados. Pero luego –ay– el capi-talismo pasó a despreciar los cuentos y recuperó lo peor de los mitos griegos. Los grandes héroes estadounidenses (Superman o Spiderman), cuyo disfraz pueden ponerse los niños pero a los que no podemos imitar, recuperan la tradi-ción del relámpago individual, de esa gran proeza vertical, de arriba abajo, que paradójicamente provoca el mismo mal que, sólo una vez alcanzado el pun-to de máximo peligro, vendrían a desac-tivar. Lo inesperado se espera siempre; lo imposible se hace posible a fuerza de debilidad, de pasividad, de rendición.

Mezcla aberrante de individualismo ex-tremo y extrema mística religio-sa, hay que entregar el mundo a las fuerzas del mal, y dejar que triunfen hasta el final, para

provocar la entrada rutilan-te del héroe restaurador.

Según esta tradición griega, capitalista y religio-

sa, héroe es el que ahorra trabajo a los humanos sin esfuerzo. ¿Agra-

decemos el traba-jo que nos aho-

rran? Los grandes gestos son femeninos: se llaman «ges-

tas». Pero nadie considera una «gesta» el trabajo de una madre que, como los ena-nitos del zapatero del cuento, ordena la casa, cocina los alimentos, recompone la vida amenazada por el deterioro y la co-rrupción, mientras los demás descansan o juegan; tampoco consideramos una «gesta» el esfuerzo del recogedor de ba-sura que limpia trabajosamente la ciudad –como Hércules el famoso establo de Au-gías– mientras los ciudadanos duermen; ni consideramos «gestas» las fatigas del que ajusta la máquina o repara el arma que utilizarán los otros; ni el sacrificio oscuro del que, en lugar de brillar en una guerra injusta, trabaja entre bastidores para evitarla. El capitalismo, fundado mi-tológicamente en el trabajo propio pero sostenido realmente en el trabajo ajeno, desprecia el trabajo. ¿Qué es lo que admi-ramos los consumidores occidentales en nuestros héroes? La aparente falta de es-fuerzo con que nos ahorran el trabajo de pensar o de intervenir en el mundo. Bri-llan, rutilan, relampaguean sin necesi-dad de combustible, y descienden olímpi-cos desde la televisión, con su aura livia-na, para responder a todas nuestras pre-guntas. Cuánto ganas: mucho. Dónde compras: en París. Qué carro tienes: ten-go siete. Qué perfumes, qué sábanas, qué hoteles, qué cuerpos usas: como la fuerza de Hércules y la visión láser de Super-man, son inalcanzables para ti. Nuestros

héroes son empresarios, deportistas, ac-tores, cantantes, diseñadores, vendedo-res y, si podemos disfrazarnos de ellos, no podemos alcanzar –al menos no con trabajo– su brillo irresistible.

¿Héroes que trabajan? Me conmueve mucho el final de una extraordinaria se-rie soviética de 1973, 17 instantes de una primavera, que los cubanos, si no me equivoco, pudieron seguir en su día por la televisión. A salvo en Suiza, ascendido y condecorado, el coronel Maxim Isayev, agente soviético infiltrado en las SS, sabe que regresar a Berlín le puede costar la vida. Pero decide regresar. A pocos kiló-metros de la capital alemana, detiene su automóvil en medio de un bosque y se sienta a reflexionar al pie de un árbol. Mientras él recuerda todo lo vivido –el amor al que ha renunciado, los compañe-ros que han muerto, los pequeños place-res arrancados a la lucha– un flashfoward anticipa lo que quizás el héroe no llegará a vivir: la liberación de Berlín por los so-viéticos, la victoria sobre el nazismo, los juicios de Nuremberg. Luego la cámara regresa al pie del árbol y una voz en off cierra la historia: «Pero nada de esto ha ocurrido todavía. Ahora el coronel Maxim Isayev va a Berlín... a trabajar».

En el Crátilo de Platón, Sócrates deri-va la palabra «héroe» de «eros», pues los héroes son fruto del amor y trasmiten el amor a los hombres; pero también de «erotán», la capacidad de preguntar, por-que los héroes son «buenos oradores» y «hábiles interrogadores». Todos somos capaces de amar, todos somos capaces de hacer buenas preguntas y, allí donde los humanos no estamos provistos de super-poderes, siempre cabe la posibilidad de una buena división del trabajo. Es bonito y ennoblecedor admirar a alguien por-que hace algo –juegos malabares o vacu-nas– mejor que yo; y es bonito y ennoble-cedor ser admirado al menos una vez en la vida porque soy capaz de hacer bien mi trabajo. Pero esta división del trabajo –en la que habrá turnos de admiración como hay turnos de fábrica o de guar-dia– presupone la dignidad, la indepen-dencia y la justicia, máxima expresión de la plenitud humana, como estructura del mundo y patrimonio común de todos los seres humanos por igual. CM

El trabajo del héroe

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LA CALLEDEL MEDIOOCtubrE 2010

JOrGE WEJEbE CObO

El PrEsidEntE Harry trUman or-ganizó una velada de disfraces en la Casa Blanca en 1946, con los principa-les jefes de la comunidad de inteligen-cia y del Pentágono vestidos de conspi-radores medievales, con capas y som-breros negros, barbas postizas y da-gas de madera.

La reunión tuvo un solo motivo: el anuncio por Truman de la más importante reorganización de los servicios de inteligencia pro-ducida en el siglo xx, para lide-rar la guerra secreta y total con-tra la Unión Soviética y la de-signación del almirante Si-dney Souers como primer jefe del Central Intelligen-ce Group (CIG), embrión de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y del Consejo de Segu-ridad Nacional.

Un probable invitado a la mascara-da, el General Curtis LeMay, jefe de las Fuerzas Aéreas norteamericanas en Eu-ropa –partidario de acabar con Stalin, el comunismo y de paso con todo el país de los soviets por la vía más explícita–, no atribuiría mayor relevancia a los cambios anunciados en los servicios de inteligencia que el de lograr una mayor rapidez en la selección de objetivos en territorio soviético, para ser destruidos en un ataque preventivo y masivo atómi-co, de acuerdo con el plan «Dropshot», hecho público en la década de 1960.

El ataque, que estaba aprobado por el Pentágono para aplicarse en una fe-cha entre 1948 y 1949 –antes que la URSS tuviera el arma nuclear y adqui-riera capacidad de respuesta–, fue des-estimado principalmente porque los so-viéticos detonaron su primera bomba nuclear en 1949, cinco años antes de los cálculos realizados por la CIA, lo cual entre otros motivos, le costó el cargo a su director de entonces, el almirante Roscoe Hillenkoetter.

Pero el otro bando no se aprestaba a servir tranquilamente de blanco ató-mico. Stalin recibía casi a diario re-portes de inteligencia de un grupo de agentes con acceso a resguardados se-cretos de los gobiernos norteamerica-nos e inglés, entre estos el propósito de crear la CIA. Uno de los iniciadores de la Agencia fue el inglés Kim Philpy, un coronel de 37 años de la inteligen-cia soviética KGB.

el hijo de «indiana Jones»Los soviéticos reclutaron a Kim Phil-

py en la década de 1930 cuando estudia-ba en la selecta universidad Cambridge. Sus contemporáneos lo recuerdan como un joven delgado de estatura mediana, ojos azules e impecable presencia, que destacaba por su filiación marxista y de-cisión de liderar con un brazalete de la hoz y el martillo las manifestaciones obreras. Las purgas estalinistas eran poco conocidas y la URSS se percibía entre no pocos alumnos y profesores co-mo el valladar a la ofensiva fascista en Europa.

Pero la inteligencia soviética le tenía reservada a Philpy otra misión muy di-ferente al activismo político, penetrar el Secret Intelligence Service (SIS), princi-

pal órgano de seguridad de Inglaterra, lo que aceptó en la primera entrevista que sostuvo con su contacto en un par-que londinense.

Además, colaboró en la captación de sus condiscípulos, con los que com-partía sus ideales, Guy Burgess, Do-nald Maclean, Anthony Blunt y John Caincross y aunque cada uno trabajó de forma independiente, se cuidaron las espaldas mutuamente, lo que los salvaría de muchos peligros al final de sus carreras.

Kim Philpy tuvo que abandonar sus vínculos con organizaciones de izquier-da y dejar de manifestar simpatías por el marxismo, pero encauzó su interés en el periodismo, lo que se le facilitaba por su origen social. Era hijo de Harold Adrian Russel Philpy, con antepasados aristocráticos y una especie de «Indiana Jones», aventurero, explorador y ar-queólogo, convertido al islamismo, re-conocida personalidad en el Medio Oriente y la India, donde nació Kim el 31 de diciembre de 1912 y donde vivió sus primeros años. El viejo Philpy mu-rió en 1960 en el Líbano.

En poco tiempo Kim se convirtió en una estrella del periodismo de reportaje por su cobertura de la Guerra Civil espa-ñola, del lado franquista. Fue herido y el propio General Francisco Franco lo con-decoró por el apoyo a su causa. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial cubrió las acciones del Cuerpo Expedicionario In-glés en Francia. Estas misiones le permi-tieron reportar a Moscú informaciones de utilidad a la causa republicana en Es-paña, y sobre las tácticas que estrenaba el ejército alemán en Europa Occidental. A su regreso del continente, cuando brin-daba con un grupo de amigos en Londres por la futura victoria de ese país, fue abordado por su colega Esther Marsdon, oficial encubierta del Servicio Secreto in-glés, quien le indicó el camino para cola-borar con el SIS.

El joven periodista, convertido en oficial del SIS, fue comisionado para en-trenar sobre propaganda a agentes secre-

tos que debían infiltrarse en los países ocupados por Alemania. Durante su fa-miliarización con el sistema de intercep-ción de comunicaciones, pudo alertar a la

URSS sobre el ataque alemán el 22 de junio de 1941, que conoció a través

de un cable secreto alemán des-cifrado por el SIS. Se afanó sin-ceramente en su nuevo trabajo, ya Inglaterra y la URSS eran aliadas y sus servicios le fueron

reconocidos con la Orden del Im-perio Británico, lauro que alcanza-

ron contados oficiales del servicio se-creto durante la guerra.

Para 1944 la derrota alemana era in-minente y el SIS se preparó para enfren-tar al nuevo enemigo, la URSS, y organi-zó la Sección IX, de la que Philpy pasó a ser jefe poco después. La nueva sección al final de la guerra se dedicó a organi-zar redes de espionaje y sabotaje con ex colaboradores de los servicios alemanes y miembros de organizaciones antico-munistas para enviarlos a la URSS y sus aliados de Europa Oriental. Las opera-ciones casi siempre terminaban con la detención o la muerte de los espías por los órganos de la seguridad de esos paí-ses. Philpy se consideraba un fuerte can-didato como sucesor del Jefe del SIS y para su preparación final lo nombraron enlace de ese organismo con la CIA y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) en la capital estadounidense.

Entre 1949 y 1951 se desempeñó en el nuevo cargo y se hizo asiduo visitante del jefe de la CIA, General Walter Bedell Smith, lo que alternaba con encuentros en lujosos restaurantes de la capital es-tadounidense con Alan Dulles, futuro jefe de esa Agencia, para discutir sobre la colaboración anglo-norteamericana, política internacional o sobre el clima político de la Casa Blanca .

Entre Philpy y Dulles se estableció una excelente comunicación. Eran hom-bres de mundo, compartían la pasión por las operaciones secretas, asimilaban gran cantidad de whisky sin perder la com-postura y coincidían sobre aspectos de la buena vida burguesa, todo lo cual fue de mucha utilidad a Moscú para engrosar el dossier de tan importante figura.

Además, el agente soviético partici-pó en la elaboración de las doctrinas de trabajo y de colaboración estratégica del servicio inglés y la CIA y de sus procedi-mientos durante una posible Tercera Guerra Mundial, las cuales discutía con altos funcionarios de la CIA y que co-municó textualmente a Moscú.

desastre a la vistaUna mañana el FBI le informó a su

enlace con el SIS que habían descifra-do un mensaje de la embajada soviéti-ca en Washington en el que se refería al espía soviético que había trabajado en 1944 en la sede inglesa en esa ciu-dad. Philpy sabía que se trataba de Donald Maclean, quien ocupaba un alto cargo en el servicio exterior britá-nico en Londres, ahora a un paso de ser desenmascarado.

Maclean obtuvo informaciones so-bre los planes de desarrollo de armas nucleares de Estados Unidos e Inglate-rra, a las que tenía acceso por ser secre-tario de la comisión bilateral anglo-nor-teamericana sobre energía atómica. Su trabajo como agente se considera que fue decisivo para que la URSS pudiese

acortar plazos en la fabricación de la bomba atómica,

El centro en Moscú autorizó a Phil-py a recurrir a Guy Burgess, en aquel momento segunda figura de la embaja-da inglesa en Estados Unidos, quien re-sidía en el mismo apartamento familiar de Philpy, para que viajara a Londres, advirtiera a Maclean y lo ayudara a de-sertar hacia la URSS.

La fuga se pudo realizar, sólo que Burgess no regresó y huyó también. La verdadera causa de esa decisión todavía es una incógnita. Burgess murió en la URSS el 19 de agosto de 1963, y Donald Maclean el 9 de marzo de 1983.

Philpy fue retirado del cargo y lla-mado a Londres, la huida de Burguess, uno de sus mejores amigos y colega en el trabajo de inteligencia, lo comprome-tía como sospechoso y la prensa lo cali-ficó como el «tercer hombre», pero aun-que lo sometieron a interrogatorios, no llegaron a probar su culpabilidad.

Rechazó la propuesta de refugiarse en la URSS y durante varios años afron-tó las investigaciones con sangre fría. Edgar Hoover –que también tuvo siste-máticos contactos con el agente soviéti-co– acusó a la justicia y al gobierno bri-tánico de negligencia en la investigación sobre el caso. Para cerrar el incidente y por falta de pruebas concluyentes, el Se-cretario de Asuntos Exteriores en esa época, Harold MacMillan, revindicó al ex funcionario del SIS.

El agente soviético fue reintegrado al SIS, pero en un cargo de poca importan-cia con cobertura de periodista en el Lí-bano en 1956, lo que le permitió reunirse con su padre y acompañarlo hasta su muerte. En realidad se le envió a esa ciu-dad para descubrirlo, haciéndole llegar materiales de desinformación para esti-mularlo a contactar con la KGB. En 1963 la inteligencia soviética organizó la sali-da de Philpy para la URSS en un barco que atracó en el puerto de Beirut.

Paralelamente, en Inglaterra la con-trainteligencia inglesa, el MI5, recopiló información para descubrir además a Anthony Blunt y a John Caincross, cole-gas de Philpy, llamados por la prensa co-mo «el círculo de Cambridge». Ambos aceptaron haber trabajado para la URSS a cambio de recibir inmunidad, al consi-derar que la información revelada ya no podía causarle daño a nadie, y fallecieron en Inglaterra el 9 de octubre de 1995 y el 26 de marzo de 1983, respectivamente.

Publicaciones oficiales de la URSS reconocieron que Blunt y Caincross aportaron importantes servicios duran-te la Segunda Guerra Mundial sobre planes del mando alemán y para descu-brir las conversaciones secretas entre Inglaterra y Estados Unidos con Alema-nia con el objetivo de establecer una paz por separado a espaldas de la URSS.

En 1980, Philpy publicó sus memo-rias Mi guerra silenciosa, con prólogo del escritor Graham Greene, su antiguo compañero en el servicio secreto in-glés. Laboró como profesor y consultor en la KGB hasta su fallecimiento en la URSS el 11 de mayo de 1988, y al igual que sus colegas, fue galardonado con importantes condecoraciones estatales soviéticas.

Cuando fueron descubiertos Philpy y sus compañeros y se conoció la magni-tud de la penetración que lograron en las altas esferas del gobierno inglés y sus servicios especiales, la literatura po-licíaca occidental escogió un nombre para singularizarlos y los llamó «topos», los que establecieron un antes y un des-pués en la historia del espionaje. CM

Topos del Kremlin

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Ya LA UBRE cumple 30 meses y entrando en los «tá» si-gue convocando talentos nuevos y estrenando. Esta vez se suman el muy joven Reinier, habanero oriundo de Güines, y Antoms, colega de la provincia Las Tunas. Las plumillas y pinceles de LA UBRE una vez más desean provocar en usted la sabia sonrisa y que nunca detrás de la risa se desencadene cosa alguna más que la re-flexión. iam

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AHMED PÉrEZ MOrEJÓN

como navE indetenible, pro-pulsada por un elenco empeña-do en confirmar que sus últi-mas demostraciones no tenían nada de fortuito, despegaron hacia Italia nuestros bisoños atletas con un único objetivo en sus mentes: encaramarse al po-dio de premiaciones para, a sa-biendas de que en lo adelante todo será más difícil, no aban-donarlo durante largo tiempo.

Tenían conciencia de que desandar la mítica península no sería ni mucho menos un tour, sino travesía pletórica de obstáculos, encarnados por los exponentes más descollantes del universo del voli. Claro que esta vez no irían a pasear por la Verona de Romeo y Julieta, ni el Milán que cautiva por las pa-sarelas rutilantes de la moda y su Duomo majestuoso; sino, más bien, «asaltarían» la Puer-ta del Paraíso –obra maestra de Ghiberti colocada en el Baptis-terio en 1425– en una Florencia signada por basílicas y puen-tes. Antesala del éxito logrado en la capital etrusca (nacida de un asentamiento de pastores y campesinos que se establecie-ron sobre la colina Monte Pala-tino), que refleja aún la impron-ta de foros, catacumbas y pala-cios vaticanos.

Fue así, a fuerza de remates espectaculares y bloqueos es-

tremecedores, que escribieron con voz propia esta demostra-ción histórica que los sitúa, des-de hoy, en el umbral dorado a la hora de escoger, en nuestro país, el mejor equipo del año.

imponiéndose a los vaticiniosMuchos creyeron, al caer

cerradamente con Alemania disputando una plaza hacia Beijing, que sería imposible re-cobrar un puesto dentro de la élite, al menos en la próxima década. Era tal el envalentona-miento, que afirmaban que es-taríamos condenados a un pro-longado período en el sótano, en los principales eventos.

Obviamente, dichos agore-ros festinados –que jamás han logrado entender la dimensión social del deporte cubano co-mo piedra angular de los ex-traordinarios resultados con-quistados durante cinco déca-das– ignoraban que un grupo de valientes, formado práctica-mente por adolescentes, de la mano de un colectivo técnico sumamente prestigioso, harían lo imposible por colocarnos en la cúspide.

Precisamente animados por esa certeza, escribimos en estas páginas, en el mes de agosto, que «El equipo, sin autosuficien-cias que los separen de su activi-dad cotidiana, tiene que interio-

rizar la idea de que pueden ser campeones olímpicos en Lon-dres. Claro está si mantienen la convicción de trabajo que les ha permitido pulir las asperezas detectadas por el colectivo de dirección.»

Los de casa a toda costaEl calendario aprobado por

la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), no sólo es el más enrevesado para este tipo de certámenes, sino que (con independencia de los elemen-tos inherentes a potenciar al país sede, en cualquier tipo de competencia internacional) privilegió de manera desmedi-da a la escuadra azzurra que no es hoy, ni remotamente, lo que fue dos décadas atrás. A tal punto que cuando los loca-les arribaron a la etapa semifi-nal en calidad de invictos, úni-camente tuvieron net por me-dio, como oponentes de consi-deración, a los estadouniden-ses, pues antes el sorteo les reservó adversarios de menor calibre como Egipto, Irán, Ja-pón y Puerto Rico.

Esto hizo que la crema y na-ta se viera obligada, literalmen-te, a «matarse» entre ellos, si pretendían llegar a la discusión de las preseas. Aspecto que en el caso de los nuestros engran-dece sobremanera el subtítulo,

al encontrar en el camino, des-de los compases iniciales, a Brasil, Serbia, Bulgaria y un Es-paña que de la mano de Iván Pérez, máximo anotador del evento, se convirtió en una de las grandes revelaciones.

La calidad, con independen-cia de las veleidades del organi-grama, puso de manifiesto la in-mejorable salud y el crecimiento sostenido del voleibol masculi-no, a partir de la celebración ininterrumpida, desde el año 90, de las Ligas Mundiales.

En el deporte contemporá-neo, a su más alto nivel, no existen equipos menores. Lo mismo en el fútbol: España, con su virtuosismo sin par, cae abatida ante Suiza por un gol en Sudáfrica; que, taraflex me-diante, los búlgaros broncea-dos en el anterior mundial su-cumben ante Francia y la Re-pública Checa (que también se impuso a los actuales monar-cas bajo los cinco aros), que Canadá –terminó en el puesto 21– arrolla a los serbios. Algo similar sucedió a los polacos que, subcampeones en el 2006 en Japón, descendieron ahora hasta el escalón 18, y Cuba y Rusia vencieron agónicamen-te, tres parciales a dos, a Espa-ña y Puerto Rico respectiva-mente.

Para que tengamos una idea más exacta de la formidable ri-

validad exhibida en tierras ga-ribaldinas, digamos que nues-tros doce plateados efectuaron nueve partidos; sonrieron en siete ocasiones y disputaron 37 sets, 22 de ellos con desenlace favorable. Sin embargo, ilus-trando de manera nítida lo en-carnizado de cada parcial y có-mo hay que pelear las meda-llas, tanto a tanto, marcamos 848 puntos y permitimos 801.

Otra cosa, en modo alguno a favor del espíritu de fair play, fue la especulación de Brasil y Rusia para escoger rivales en la próxima ronda, cayendo por su orden 0 a 3 ante Bulgaria y 2 a 3 ante los ibéricos. Más allá de lo lamentable de esos hechos para el espectáculo, lo verdadera-mente sorprendente es que, en ambos casos, lo hicieron evi-tando chocar con Cuba. LA CA-LLE DEL MEDIO, en ese sentido, y anticipándose a lo que exacta-mente ocurrió, pronosticó los acontecimientos cuando nues-tro colega H. Romo Sigler, en el número 29, mientras analizaba el desempeño antillano en los I Juegos Olímpicos de la Juven-tud, afirmó: «…Con razón, bra-sileños, rusos y serbios com-prenden que el equipo a derro-tar en este ciclo es el cubano. Tengamos, al mismo tiempo, confianza en los resultados que nos depare la inminente cita global en Italia.»

¡Quitémonos el sombrero!

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A fuerza de rompecorazonesEste certamen nos deja, es-

pecialmente a los técnicos, múl-tiples cuestiones de análisis pa-ra incrementar los aspectos po-sitivos y pulir las deficiencias que todavía persisten. Entre las notas positivas sobresalió la ex-quisita forma física mostrada de punta a cabo, que los hizo triunfar en los cuatro tie break que efectuaron. En esta misma línea tenemos que dar crédito a la preparación psicológica que logró multiplicar la concentra-ción en los instantes cruciales.

Otro tanto ocurrió con el ataque y el bloqueo, cualidades convertidas en las principales cartas de presentación, a las que hay que continuar sumando, con mayor acierto, el recibo, la defensa de campo y el empleo del saque como arma desestabi-lizadora de las tácticas rivales.

Los que conocemos los aportes de Orlando Samuels como estratega de talla mun-dial (presente como segundo entrenador en el bronce del 78, y timonel en la plata de Río de Janeiro, 20 años atrás), no al-bergamos ninguna reserva de que trabajará de inmediato por estabilizar una alineación que permita extraerle el máxi-mo a cada hombre.

En nuestra opinión, se im-pone trasladar definitivamen-

te a Wilfredo León a la posi-ción de opuesto, para que el muchacho despliegue, en to-da su plenitud, las fabulosas condiciones de atacador que posee, sin tener que preocu-parse por el recibo. ¿Cuántos jugadores en la historia que-daron, con 15 años, líderes en el saque de la final de la Liga; fueron subcampeones juveni-les con 16; monarcas olímpicos de la juventud con 17, y final-mente, con esa misma edad, subtitulares universales abso-lutos? En la cita europea el santiaguero lanzó balazos con su diestra con tal constancia, que fue el tercero en efectivi-dad, compilando 56.14 % de ac-ciones válidas.

Esta es una modalidad que, si se quiere por lo fastuoso de sus acciones ofensivas (los ata-cadores parecen aviones su-persónicos que «planean» di-visando la cancha por encima de los 3.50 metros), necesita del liderazgo que desarticule a los oponentes. Esa tarea, en nues-tro caso, le corresponderá ca-da día más al «Bebé» gigante.

Ahora mismo si dejara de ser auxiliar, aun con su condi-ción de imberbe, ocuparía jun-to a Milcovich, Mykhaylov y Vissotto lo más alto de esa posi-ción en el globo terráqueo. Po-see todavía tanto que dar el mu-chacho nacido el 31 de julio de

1993 que, dentro de tres Mun-diales, en el 2022, tendrá tres meses menos que la presente edad del carioca Murilo En-dres, escogido el Jugador Más Valioso de este torneo.

Ovación aparte para el capi-tán Robertlandy Simón que, a mandarriazo limpio, atacó por el centro, despachando desde cada lado de la cancha, los ta-pones más demoledores a la hora de detener los ataques ad-versarios.

Con ellos dos como bujía, a la que tienen que sincronizarse Leal, que le falta ser más agresi-vo para aprovechar sus extraor-dinarias condiciones de salta-bilidad y fortaleza en el servi-cio; Camejo, que sin mucha bu-lla hace correctamente lo suyo; Keibel, que contribuye a la co-hesión y entusiasmo en el te-rreno, y Fernando o Cepeda, convertidos en receptores; lo te-nemos todo para no dejar de soñar en grande.

Tómese en cuenta además que, nunca como ahora, conta-mos en la reserva con una ge-neración tremendamente talen-tosa, integrada por los plante-les juveniles de la India y, esen-cialmente, por los campeones de Singapur.

Asimismo debo apuntar que, una vez más, afloró la ma-gistral capacidad del Coman-dante en Jefe al plantearnos,

examinando de manera especí-fica este deporte, la necesidad de formar a nuestros atletas con el arsenal propio y no en-tregándolos a ligas foráneas que, indiscriminadamente, se aprovecharían de ellos.

Quienes vistieron el unifor-me de Cuba fueron los únicos, precisamente allí donde otros se apartaron de la gloria de su pueblo, no formados en organi-zaciones empresariales, sino a base de la inteligencia de sus adiestradores y el tesón derro-chado por ellos en cada sesión. Nadie niega el valor insustitui-ble de topes y confrontaciones pero, al igual que el resto de los componentes del entrenamien-to, no tienen como única vía de realización circuitos profesio-nales. Todo lo contrario, en el deporte en general –pese a la ceguera de muchos con sus ob-cecadas maneras de despreciar a los diferentes– existen diver-sas alternativas de alcance es-tratégico, similares a las obte-nidas por pueblos de la región en el ámbito político.

Por último, de ninguna ma-nera menos importante, quisie-ra dejar constancia del orgullo experimentado, estoy seguro que compartido por millones a través de las trasmisiones tele-visivas y por Internet, al pre-senciar que entre la decena de países de vanguardia, todos de-

rrotados por nosotros en los úl-timos dos años, el único equipo con integrantes de raza negra fue el cubano.

Esta, por múltiples razones que van desde la talla y fortale-za física hasta las instalaciones techadas, es una disciplina del primer mundo, en cuya cima aparecen las naciones más in-dustrializadas del planeta, mar-ginando en sus elencos, por las más disímiles razones, a los descendientes de la región afri-cana.

En la única final latinoame-ricana efectuada, desde la justa inaugural de Praga en 1949, nuestro conjunto pintó el recin-to Palalottomatica, con ese otro color, imprescindible para la humanidad, tristemente vili-pendiado por los poderosos del norte.

No hay objeción, la muralla color chocolate sobrecumplió de tal forma (jamás un elenco ascendió del puesto 15, hace cuatro años, al subcampeona-to; por demás el plantel más joven, con sólo 22,6 años de promedio), que puso a sus pies el Foro de Trajano, el Arco de Tito, las Termas de Caracalla y, por qué no creerlo, a la mismí-sima Fontana de Trevi. Por ello, y todo lo que presenciare-mos en el futuro, reverencie-mos a los laureados. ¡Quitémo-nos el sombrero! CM

¡Quitémonos el sombrero!

ORlanDO SamuElS«Este es un éxito increíble. Cuando salimos de Cuba no imaginamos discutir la final. Los muchachos tie-nen un mérito grande. Se sobrepu-sieron a dificultades y problemas, e incluso jugaron lesionados. Hay jó-venes con sólo dos meses en el equi-po, algo que no sucedió en 1990. Me siento muy satisfecho y feliz.»

mEJOR BlOquEO (39 bLOQuEOS, 1.05 bLOQuEO POr SEt)ROBERtlanDY Simón

SERviciO (23 ACES, 0.70 ACES POr SEt)StanlEY claYtOn

PaSEnikOla GRBic

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JuGaDOR máS valiOSOmuRilO EnDRES

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líBERO Y DEfEnSa DE camPOfERDinanD tillE

xvii caMpeonato Mundial de voleibolcuadRO dE hONORRaYDEl hiERREzuElO

«Ellos están acostumbrados a pe-lear en las finales. Esta medalla de plata significa oro para nosotros.»

YOanDRY Díaz«El pronóstico era estar entre los 8 primeros pero vimos, mientras avanzábamos, la posibilidad de al-canzar una medalla. Nos prepara-mos muy bien psicológicamente.»

ROBERtlanDY «El caPi» Simón

«Hace rato que coqueteábamos con las medallas. Nos prepara-mos para todo tipo de competen-cia. Todos los días me esfuerzo, poniéndole el máximo a los en-trenamientos. Tenían que salir los resultados.»

WilfREDO «BEBé» lEón

«Es lo más grande que por el momento he logrado. El Mun-dial se da cada cuatro años y es un gran privilegio estar en-tre los medallistas.»

kEiBEl GutiéRREz

«Contra Brasil nos afectó que nunca antes habíamos llega-do a una final. Fue pagado el sacrificio de todo un año.»

ORiOl camEJO«Dedicamos esta victoria al pueblo, al Comandante en Je-fe, a nuestras familias y a to-dos aquellos que aportaron su granito de arena.»

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lable en Cuba han estado diri-gidas por cantantes en algunas ocasiones de formación empíri-ca, y en muchas de estas agru-paciones han tocado músicos maravillosos que de cierta for-ma no han tenido la posibili-dad de desarrollar todo su ta-lento. Por ejemplo, un baterista que tiene muchas ideas puede molestar a un director que lo que necesita es una base para desarrollar precisamente sus ideas. Así ha funcionado du-rante años.

La historia de esta orquesta es la siguiente: cada músico es un mundo y lo que se trata es de lograr que expongan todo lo que tienen que demostrar, lo que tienen dentro, como con-junto, sin interferir con el men-saje general. Es decir: si el bate-rista tiene cosas que decir va a trabajar conmigo, si el pianista tiene cosas que decir va a traba-jar directamente con el bateris-ta y conmigo, formando una complicidad. Esto es Havana d’Primera. Este disco está ba-sado en eso, con temas que tie-nen textos que les llegan a per-sonas de todos los niveles. La música cubana se trata de eso,

y es lo que nosotros estamos buscando rescatar. Por eso le puse Haciendo Historia, porque es precisamente la forma que tengo de rescatar esa tradición. Es simplemente la historia de la música cubana que está de regreso en una agrupación que está buscando modernizar to-dos los géneros. Por ejemplo, incluí un son montuno. No sé cuánto tiempo hace que una or-questa no hace un son montu-no con un arreglo contemporá-neo pero que también refleja las raíces, lo que ya está hecho: hacer un arreglo con una letra que enamore y llevarlo a lo que se está haciendo ahora. Eso se logró en este disco, es lo bonito de este trabajo.

¿Estás preparando ya un se-gundo disco?

Sí, hay nuevo disco para Havana d’Primera que empe-zaremos a grabar muy pronto. Aún no tiene nombre pero sí están los temas. Hemos traba-jado con mayor profundidad en las letras y en la concepción de los temas.

Hace poco Havana d’Primera tuvo su primera gira europea. ¿Qué tal fue recibida la propuesta

musical de tu orquesta en esos es-pacios?

Para los cubanos el trabajo de la orquesta Havana d’Primera sigue siendo nuevo, sin embargo para Europa esta propuesta no llegó como algo nuevo. Hace ya siete años que la orquesta Danzón, donde es-tuve trabajando junto a otros cuatro músicos cubanos en Co-penhague, había asumido esta manera de hacer de Havana d’Primera. Fue en esa época y para esa agrupación que empe-cé a experimentar con la com-posición, los arreglos, cuando comencé a cantar, y fue una propuesta que paseó por Euro-pa. Llegar ahora con Havana d’Primera fue llegar a un pú-blico que ya tenía dentro esta sonoridad, que ya me había vis-to cantar, y estuvimos en festi-vales muy fuertes donde la pro-puesta de mi orquesta gustó y fue muy aceptada.

¿Cómo ves las perspectivas de la música cubana actual en las plazas del mundo?

Veo un estancamiento, o sea, me parece que los que de-fienden la música cubana han dejado de regirse por patrones

que son importantes para que esta música siga en el mundo. Fuera de Cuba se tacha a la mú-sica cubana de textos incohe-rentes, burdos, que se basan en el argot popular del cubano, lo que la convierte en una música local y frena su poder de comu-nicación al no entender las per-sonas el sentido de lo que se quiere decir. Esto nos hace mu-cho daño.

Recientemente nos visitaron los músicos de la Orquesta del Jazz at Lincoln Center liderados por el trompetista Wynton Marsalis. ¿Qué crees de este tipo de encuentros?

Pienso que visitas como la de Wynton Marsalis, y no sólo la suya, la de cualquier músico o agrupación relevante que nos visite y permita un intercam-bio, es importante y va más allá del hecho comercial. Verlos to-car en vivo en un país donde hay poca posibilidad de que eventos como estos ocurran aporta mucho, permite anali-zarnos y ver qué mejorar, y, ¿por qué no?, qué enseñar tam-bién. Se convierte en una expe-riencia impresionante y única, se gana en cultura.

Recuerdo que en una ocasión me comentaste que creías que la cultura cubana estaba un poco «en baja». ¿Por qué lo crees? ¿Desde qué punto de vista dices que está «en baja»?

Pienso que los creadores que han defendido esta música por los años de los años se han dejado influenciar por cosas que nada tienen que ver con es-te tipo de música, otros ritmos que han llegado a Cuba, por fortuna o no, porque como quiera que sea, «lo fácil» tam-bién forma parte de la gama de lo bailable. Pero los creadores de esta música se han influen-ciado por muchas cosas. Me parece que se ha perdido en el rigor de las letras, en los arre-glos, se ha perdido rigor en los formatos de la orquesta, y con respecto a los músicos que es-tán sobre el escenario, o sea, es un conjunto de cosas que han

A2dos momentos con Alexander Abreu

CArMEN SOutO ANIDO

aunque es un músico muy joven, su nombre es habitual en el ámbito de la música popular cuba-na desde hace años. Hace muy po-co concretó un proyecto propio: Havana d’Primera, una orquesta que, aunque reciente, ha resaltado por su propuesta musical contem-poránea y su trabajo ha logrado redefinir las audiencias habitua-les de espacios como la Casa de la Música de Galiano, y la ha coloca-do como una de las agrupaciones punteras del patio. Sobre su cre-ciente suma de éxitos, pudimos conversar hace muy poco.

Recientemente estuviste nomina-do en varias categorías al Premio Cubadisco y obtuviste el premio en la categoría Ópera Prima, que ra-ra vez recae en una agrupación bailable. ¿Qué ha significado para ti haberlo ganado?

Mira, tener un Premio Cu-badisco en este país es un lo-gro, aunque no sean siempre todo lo justos que puedan ser según el criterio de cada quien, pero indiscutiblemente es un logro. Alzarse con el Premio Cubadisco en Ópera Prima sig-nifica de alguna manera mar-car tu carrera. Que el primer disco que uno hace en la vida sea nominado ya es un logro, pero el premio ya es sentir que tu primer trabajo es reconoci-do y de alguna manera es dar forma a tu carrera y propiciar el hecho de que vengan otros discos.

La música de Havana d’Pri- mera es considerada por una bue-na parte de la juventud como una música de vanguardia. Háblame del disco, cómo lo concebiste.

El disco se llama Haciendo Historia y mucha gente se alar-mó: ¿por qué Haciendo Historia si la orquesta sólo tiene un año? La historia que defiende es la de la música cubana, en la que prácticamente todo está hecho, y se debe buscar tener un estilo propio, aunque no es nada fá-cil. Por los años de los años las agrupaciones de la música bai-

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atentado contra la música y hoy por hoy estamos sufrien-do las consecuencias, y vemos que orquestas de Puerto Rico o de Nueva York tienen inclu-so más cubanía que las mis-mas orquestas que tenemos en el patio.

Cuando dices que tienen más cubanía, ¿a qué te refieres?

A que estas orquestas están rescatando toda la historia y la tradición de la música cubana. La están rescatando, la están fusionando, la están materiali-zando en estos años que esta-mos viviendo y están haciendo cosas súper, súper interesantes. Aquí en Cuba se han perdido muchas cosas: todo es una fu-sión, se está fusionando con el reguetón y otros ritmos que na-die conoce, y como quiera que sea es como una degradación. Son muy pocas las orquestas que están defendiendo la músi-ca de este país como va. Por ejemplo, los Van Van siempre han tenido la vanguardia y esa tradición nosotros la seguimos detrás de ellos. Pero realmente son pocas las orquestas que lo hacen.

Esto de la fusión también se co-necta un poco con lo que hablabas del facilismo hace un momento. Po-dría decirse que es un proceder que se sigue fundamentalmente para insertarse en un mercado de gusto. ¿Crees entonces que esta sea la pau-ta de creación que se está siguien-do?

No lo creo, fíjate si no lo creo que hice una orquesta y estoy haciendo la música cuba-na como debe ser, basada en canciones que tengan cosas que decir, con textos, en la for-taleza de los arreglos. La agru-pación solamente tiene dos años y ya está en la preferencia del público, lo que significa que esto no se estaba haciendo. Quizás hay muchas personas que piensan que ya ese tiempo pasó y no hace falta retomarlo, que hay que fusionar con las cosas que se están haciendo ahora para poder tener un éxi-to. A ese paso todo se ha ido de-rrumbando, se ha ido perdien-do de una forma triste.

También la formación que dan las escuelas de música está atentando contra esto. Yo re-cuerdo que cuando estudiaba en la ENA, tú en la escuela es-cuchabas mucha música de ver-dad, porque los músicos esta-ban fundamentalmente sobre la pista de lo real, sobre las co-sas que estaban haciendo los músicos, lo que te ayudaba a concretarte como músico. Hoy tú vas a las escuelas y los mu-chachos están bailando y escu-chando las cosas que no hacen los músicos, y me preocupa mu-cho eso. Te lo digo sinceramen-te, porque no tengo miedo a de-cir estas cosas. Me preocupa mucho, por ejemplo, que el bi-bliotecario de una escuela sea el director de la orquesta, el que tuvo la preocupación de formar una orquesta, y no un profesor de música. Son cosas que preocupan, ahí es donde tú ves que todo se empieza a de-

gradar y si no se hace algo al respecto el futuro de la música cubana estará en serios proble-mas.

Este tema de la formación mu-sical de las nuevas generaciones se mantiene en constante debate, y ahora que mencionas el caso del bi-bliotecario, hace pensar en el es-fuerzo que hacen algunas perso-nas para rescatar la tradición de la música cubana y para mostrar-la y enseñarla, aunque no es una acción que se haga de forma regu-lar en las escuelas. ¿Abogas para que haya dentro de la academia un espacio para la música popular co-mo formación profesional?

Claro, ¡¡es tu música!! La formación de las escuelas está atentando contra la música. En todos los países se defiende la música nacional en la acade-mia. Es tu música, son tus raí-ces, y es lógico que tú la ense-ñes, la defiendas y la fortalez-cas. Que un alumno de trompe-ta de estos tiempos se quiera parecer a Chet Baker y no sepa ni siquiera cómo tocaba Cha-potín, son cosas que atentan se-riamente contra la música de un país que es una potencia musical. Yo decía hace poco: los artistas plásticos se enriquecen de obras que se hacen en el mundo; los de teatro de todo lo que hay en el mundo; sin em-bargo, en el mundo hay perso-nas que vienen a enriquecerse de la música cubana. Nos co-pian a nosotros, y sin embargo, parece que aquí todo se está perdiendo. Yo no entiendo eso.

Todas estas preocupaciones que tienes como creador joven te llevan a unir numerosas figuras de la música cubana en algunos de tus conciertos. Háblame un poco de este proyecto.

Sí, te diré que la presenta-ción fija que tiene Havana d’Primera es la matiné de los martes en la Casa de la Música de Galiano, y ahí se puede en-contrar jazz, trova, allí van has-ta los rocqueros. Es algo lindo lo que está pasando en estas presentaciones porque hay una identificación muy rica del pú-blico con las letras, con el hacer de la orquesta, la diversidad del público es grande para una or-questa cuya principal propues-ta es la música salsa.

Estoy buscando la forma de combinar lo que las personas creen que no es fácil, lo que las personas creen no entender. Estoy intentando hacer la músi-ca que nos caracteriza y tratar de potenciar un público más abierto a propuestas diferen-tes. Y lo estoy logrando, porque por ejemplo, el público que consume la música de Interac-tivo, que es distinta a la que no-sotros hacemos, va los martes a la Casa de la Música, oye y can-ta nuestras canciones, signifi-ca que el trabajo está dando resultado. Con esto intento mostrarle a la gente que dice que los reguetoneros no tie-nen nada que decir, que sí pue-den hacer algo relevante, que sí tienen algo que decir, que lo que hay es que trabajarlas bien. Los estoy llamando, estoy ha-

ciendo cosas de ellos, llevándo-las a mi estructura y muchas personas ya entienden lo que estoy tratando de trasmitir. Ya hemos trabajado con Gente de Zona, Baby Lores, pero tam-bién con maestros como Pablo Milanés, Mayito Rivera, repito, todo el que tenga algo que de-cir puede estar fusionando con Havana d’Primera. Este es un trabajo que se mantendrá por-que desde la estética de la or-questa todo tiene cabida. Se-guiré llamando a figuras que tengan algo que decir y que ten-gan una concepción profesio-nal interesante y algo que ex-poner. Esa es la esencia del tra-bajo que estoy tratando de ha-cer, por eso hago ese tipo de es-pectáculos, buscando gente que cante con la orquesta.

También es una orquesta que creé para eso. En el pasado Concierto por la Paz acompa-ñamos a artistas de los que pa-saron por ese escenario, y cuan-do tú formas una orquesta con estas características, con músi-cos élite de los que hay en este país, te das cuenta de lo que puedes hacer.

Hay mucha juventud que es asidua a estas peñas de los martes en la Casa de la Música, sobre todo porque tienen un concepto muy in-teractivo, o sea, tú permites que los músicos que están en el público su-ban a compartir con la orquesta, toquen con ustedes…

No siempre pasa, pero sí. Fíjate que el martes en la Casa de la Música era un día muerto que nadie quería, era un día bastante pesado en la semana, y su carácter no era muy festi-vo. Y poco a poco, ya hace más de un año que iniciamos esta peña, y creo que se ha converti-do en uno de los espacios más lindos que tiene La Habana. Siempre sugiere algo, siempre hay algo nuevo. Y ahí es que me doy cuenta de que el trabajo que estamos haciendo está fun-cionando, vale mucho. Al prin-cipio esta orquesta fue cuestio-nada por muchas cosas: cues-tionaron el formato porque mucha gente pensaba que tan-tos músicos de ese calibre en un escenario no podía funcio-nar, cosa que es bastante difícil; cuestionaron el cantante, que es trompetista y nadie quería que el trompetista cantara; cuestionaron la imagen de la orquesta, que tiene muchos músicos mayores, que si el trompetista tiene mil libras y no iba a vender nada, lo cues-tionaron todo, pero al final, cuando dentro de tu corazón tienes un mensaje lindo y quie-res expresarlo, simplemente sa-le lo bonito.

También tu trabajo es muy segui-do por los alumnos de las escuelas de arte, y sé que vas a las escuelas a hacer espectáculos especiales pa-ra ellos, lo que se conecta de algu-na manera con lo que decías antes sobre los estudiantes.

Las escuelas de arte, esa es la única esperanza que tiene la música. Por alguna razón los estudiantes se han hecho asi-duos a la orquesta, y por eso te-

nemos la obligación de acercar-nos a ellos, de visitarlos, de bus-car precios asequibles para que vayan a los conciertos, para que puedan entrar todos, de estar pendientes de lo que están pen-sando. Hay que tener mucho cuidado con las escuelas de ar-te. Los músicos de élite en este momento no están impartien-do clases en las escuelas de ar-te, cosa que en mis tiempos sí pasaba. Por muchas razones. Te pongo un ejemplo pequeño: yo estuve dando clases en la ENA durante tres años, le hice el pase de nivel a un muchacho de Villa Clara que cogió 200 puntos, me cercioré de que to-das las pruebas de música las tuviera aprobadas, y cuando entré en septiembre buscán-dolo –era un alumno que yo sabía que había entrado–, no le habían dado plaza porque ese año en el pase de nivel hu-bo preguntas de Historia de Cuba, y el muchacho desapro-bó. Ahí se perdió un músico, porque lamentablemente se decepcionan y no regresan, se dedican a otra cosa. Eso me decepcionó tanto que dejé de dar clases. Hay otros músicos que dicen que no vale la pena perder tiempo de descanso por un salario que van a ganar en una escuela dando clases. Nadie puede obligar a nadie a dar clases, pero hay muchas cosas que hacen que músicos de élite de este país, que pue-den formar músicos tan bue-nos o mejores, no estén en las escuelas, y eso atenta contra todo lo que está pasando.

Hace un momento menciona-bas tus experiencias en el concierto Paz sin Fronteras. Háblame un po-quito de esa experiencia,¿ cómo lle-gaste?

Llegué al concierto por Juan Manuel Ceruto. Él es como si fuera mi papá. Me llamó y me dijo: tienes que tocar con Olga Tañón, tienes que tocar con Danny Rivera, tienes que to-car… y le dije «¡pero bueno! ¡¡¡¿Con cuánta gente tengo que tocar!!!?? Hay que buscar más trompetistas porque yo solo no puedo hacerlo todo». Estuve en los ensayos durante casi una semana, las cosas de Danny Ri-vera, las cosas de Amaury Pé-rez, las cosas del trovador ecua-toriano... y la orquesta mía fue la que acompañó. Te digo que para lo grande que fue se ensa-yó muy poco, y creo que fue una de las cosas más grandes que he hecho. Estaba muy preo- cupado porque en muchas de las cosas que tocamos no domi-namos el estilo, pero todo salió muy bien.

Fíjate que yo no pensé que iba a tener la connotación que tuvo. Se ensayó muy poco, las condiciones fueron pésimas en el ensayo porque no se tenía idea de lo que se iba a tocar, por ejemplo, los músicos de Olga Tañón llegaron el último día de ensayo, se ensayó sólo una ho-ra, tampoco pudimos ensayar durante la prueba de sonido, fueron cosas por las que nunca pensé que iba a tener la conno-

tación que tuvo. Siempre pensé que iban a venir muchas perso-nas de público porque eran to-dos artistas internacionales muy importantes que en Cuba nunca se habían presentado, pero bueno, ese día, recuerdo que llegué un poco tarde, subí directo al escenario, organicé mis papeles y cuando levanté la vista se me aguaron los ojos de la cantidad de personas que ha-bía. En ese momento me di cuenta de que lo que estaba vi-viendo era histórico. Salió un concierto que yo, que llevo bas-tante tiempo en esto y he visto muchos conciertos, creo que es el más grande de todos los que he hecho en mi vida.

Hubo muchos criterios, porque aunque tuvo mucho impacto, se re-cogieron opiniones de jóvenes que decían que muchos de los artistas que se presentaron no respondían a las jóvenes generaciones que fue-ron a la plaza ese día. ¿Tú qué crees?

Quizás en parte tienen ra-zón. Podrían haberse presenta-do grupos como Buena Fe, por ejemplo, que halan bastante ju-ventud, podrían haber estado allí. Pero fue un concierto que duró muchas horas, y alguien tiene que dirigir una cosa como esa. El margen de error existe.

Igualmente se comentó mucho, creo que hasta se mitificó, tu parti-cipación junto con Van Van en aquel solo.

Fíjate cómo fue, que en ese momento yo ya me iba para mi casa. Estaba recogiendo mis cosas después de tocar con Danny Rivera que fue el últi-mo artista que tenía que acom-pañar, y bajando las escaleras me encuentro con Formell que me dice: «No te vayas, que ten-go un número al final que quiero que hagas un solo.» Me quedé, y tampoco pensé que iba a ser tan fuerte la connota-ción. Creo que fue sobre todo después de las cosas que dije-ron algunas figuras de la músi-ca que lamentablemente deja-ron de ser cubanos. Y lo digo así porque uno puede tener di-ferencias en miles de cosas, pero hay muchas personas de otros países que darían la vida por ser cubanos, para ellos la condición de cubanos, la deno-minación de cubanos es una bendición, vivas donde vivas. Pero hay músicos que lamen-tablemente se avergüenzan de esa condición, y es importante demostrar al mundo entero que también en Cuba hay mu-chos músicos que pueden res-ponder a cualquier cosa.

Me parece que es una expe-riencia que debe repetirse, no sé cuándo, pero debe repetirse, porque son cosas tan grandes en las que todo el universo se convierte en algo grande. Si eso nos convierte en grandes por la disciplina que hubo, por la asis-tencia de las personas, por la acogida de los artistas, de los músicos que trabajamos arriba del escenario, por la profesio-nalidad que hubo en todo lo que pasó, creo que se debe tra-bajar para que se repita. CM

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En el número 25, el ingeniero Ulises Valdés

Villegas, refiriéndose al desconocimiento exis-tente entre las nuevas ge-neraciones acerca de la rica historia beisbolera de nuestro país, plantea-ba: «…Yo pensaría que si se trata de comparar a Germán Águila con Héc-tor Rodríguez, en 3ra.

base, muchos cubanos creerían que se trata del incomparable comentarista Héctor, que tan-tas series nacionales y eventos internacionales ha narrado; in-cluso se harían la pregunta ¿eh, y jugó pelota? Pocos reconoce-rían que se trata del 3ra. base del Almendares; y en cuanto a Germán Águila, muchos jóve-nes sabrán que fue un árbitro bueno, entre los polémicos de nuestro beisbol, pero muchos han olvidado que fue uno de los mejores 3ra. base de la capi-tal y de Cuba»; y solicitaba, al mismo tiempo, información so-bre dichos jugadores. En esta edición, por razones de espa-cio, profundizaremos en el se-gundo.

Héctor Rodríguez nació el 13 de junio de 1920 en Alquízar, y falleció el 9 de septiembre del 2003, en México. El que mu-chos consideran el antesalista defensivo más destacado de la pelota prerrevolucionaria, se inició jugando en 1939 con el Club Regalías El Cuño, de su municipio, y pasó al Almenda-res en la campaña de 1942-43. Fueron sin duda los azules su gran equipo, al acogerlo hasta 1956, momento en que, en las postrimerías de su carrera, pa-só a militar con los archirriva-les del Habana. En resumen, a lo largo de 19 temporadas de la liga profesional, acumuló 4 699 veces al bate, con 1 237 hits, 574 anotadas, 572 impulsadas, 111 bases robadas, 224 extrabases, de ellos 130 dobles, 79 triples y 15 bambinazos. En el caso de los cuatro primeros renglones, y en el de los triples, impuso ré-cord absoluto para ese tipo de torneo. Tuvo un average de 263.

También intervino, durante 11 ediciones, en el competitivo béisbol azteca, vistiendo las franelas de Tampico, Veracruz, San Luis de Potosí y el Distrito Federal. Allí hizo sonar el ma-dero para 299 de promedio a lo largo de 906 partidos.

De igual manera, algo co-mún en la época, calzó los spikes del Pastora, en la Liga In-vernal de Venezuela, y no de-fraudó a los parciales moro-chos, pues acumuló 298 desde el cajón de bateo.

Con las huestes almenda-ristas participó además en 4 se-ries del Caribe; y se coronó en la primera convocatoria de es-

tas justas, efectuada en 1949 en nuestra capital. Un año más tarde, en el Parque «Sixto Esco-bar» de San Juan, terminó co-mo Champion Bate con desco-munal average de 474. Inclui-dos los eventos de 1954, en Bo-rinquen, y 1955 en Caracas, pro-medió 361.

Héctor también participó en diferentes equipos de los circuitos profesionales de Nor-teamérica, como la Liga de la Costa del Pacífico, donde llegó a desempeñarse, durante algu-nos años, en la posición de tor-pedero. También vistió el uni-forme de los New York Cubans, de Alejandro Pompez.

En 1952, a la edad de 32 años, defendió la esquina ca-liente con los Medias Blancas de Chicago, dentro de las deno-minadas Ligas Mayores, en un momento en que se requería, en esa posición, ser bateador de largo metraje debido a que sólo existían 16 equipos y no 30 co-mo en la actualidad. El habane-ro, que apenas medía 5 pies y 7 pulgadas de estatura, con 165 li-bras de peso corporal, prome-dió para 265, con 40 carreras impulsadas y un bambinazo, en 113 choques.

Por último, añado que su nombre completo era Héctor Antonio Rodríguez Ordeñana, mientras que el famoso Mosqui-to del Habana era Antonio Or-deñana Rodríguez. Otra coin-cidencia es que cuando el hom-bre de Alquízar irrumpió en la Liga de nuestros país, en 1942-43, el Mosquito lo hizo con los Piratas de Pittsburg en 1943, dentro de la denominada Gran Carpa. Otra curiosidad fue que en ese primer torneo, donde Héctor se erigió Novato del Año, el galardón al Jugador Más Valioso fue a manos de Antonio El Pollo Rodríguez.

Además, muchos lo compa-raban, a la hora de partirles a los toques de bola, con el este-larísimo Brooks Robinson al que los especialistas catalogan el mejor de todos los tiempos.

H. rOMO SIGLEr

Hola amigos de la Redac-ción de LA CA-

LLE DEL MEDIO: Por azar de la vida llegaron jun-tos a mis manos los nú-meros 27 y 28 de la re-vista y me agradó so-bremanera encontrar tantos comentarios so-

bre la novela, soy de la opinión de que cuando algo es bien po-lémico, es porque logró desper-tar sensibilidades en la pobla-Lo

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nAn escríbanos a:

Calle 21 no. 406, Vedado, La Habana, Cuba. cp 10400

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LA CALLEDEL MEDIOOCtubrE 2010

ZurAMYS PINEY truJILLO Algunos en sus casas / pasan dos sardinas,En agenas posadas / demandan gollerías,Desechan el carnero, / piden las adafinas,Desían que non combrian / tosino sin gallinas.

dE sEgUro que en el barrio tunero de la calle Lora, donde Kike y Marina cobraron noto-riedad, nunca se acogieron es-tos versos del Arcipreste de Hita con el mismo entusiasmo con que se menean cinturas al compás de la composición de Rogelio Díaz Castillo, dedica-da a esta pareja y su conocido plato.

Sin embargo, existe un aro-mático hilo conductor que enla-za esa geografía cubana con la encrucijada del medioevo espa-ñol, donde naciera, en el siglo xiii, Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita. A su obra Libro del buen amor, se debe una de las referen-cias más antiguas en la literatu-ra a lo que hoy los cubanos co-nocemos como «la Caldosa de Kike y Marina». Siguiendo ese oloroso hilo imaginario que atraviesa siglos de historia, pa-reciera que no es privativa del matrimonio tunero la idea ori-ginal de tal mixtura. Según es-tudiosos de la historia de la gas-tronomía, la adafina, hecha con garbanzos y carne de cordero o cabrito, consumida por los ju-díos, parece haber sido la pri-mera intención de lo que des-pués derivó en la conocida olla podrida, o mejor dicho, olla po-derida. El nombre de podrida remite a un alimento descom-puesto; sin embargo, la historia cuenta todo lo contrario: al ini-cio, la tal olla era poderida por ser una exquisitez sólo al alcan-ce de los poderosos, dado lo eli-tista de sus ingredientes. Otra de las hipótesis, con la que la historia ha sido más consecuen-te, es la que atribuye el calificati-vo de poderoso a los ingredien-tes que la componían, por su al-to valor nutricional y lo cercano a la tierra. Con el tiempo, la vo-cal e desapareció como resulta-do de la evolución de la lengua, y quedó solamente el vocablo po-drida. Algunos lo justifican por el hedor que, se supone, debían despedir las carnes empleadas en una época donde la conser-vación de los alimentos andaba en pañales.

La dichosa de esta historia es citada por vez primera en castellano a principios del siglo xvi por el monje franciscano Antonio de Guevara, cronista de Carlos V; y luego ilustres plumas como Lope de Vega, Cervantes, Calderón de la Bar-ca y Quevedo, casi la elevaron a mito. Sancho Panza habla en

varias ocasiones de las ollas po-dridas «que mientras más po-dridas mejor huelen». Pero lo mejor sobre la olla y a su vez lo más importante, que es su espi-ritualidad, lo dejó dicho Lope de Vega en un diálogo del acto II de El hijo de los leones:

Joaquín: Y ¿qué tenéis que le dar?Bato: Una reverenda ollaa la usanza de la aldea,que no habrá cosa que comacon más gusto cuando venga;que por ser grosera y tosca,tal vez la estiman los reyesmás que en sus mesas curiosaslos delicados manjares.Joaquín: Me conformo con la ollaPíntame el alma que tiene.

Aunque su definición remi-te al desagrado, ha sido uno de los preparados calientes más comunes entre muchos pue-blos, porque de Europa viajó al nuevo mundo ofreciendo una bondadosa opción nutritiva donde se mezclan desde los in-gredientes más simples y re-presentativos de las culturales locales hasta los más encareci-dos y ocasionales.Tal es el caso de países como Brasil y Colom-bia, este último con su cocido boyacense como variante en América de la olla podrida.

Una de las curiosidades en la evolución de este plato es su flexibilidad para ser elaborado en los más diversos contextos, con poco o con mucho, pero siempre con el mismo princi-pio: la mezcla no sólo de ingre-dientes sino desde sus propios hacedores. Es aquí donde em-pieza a escucharse bajito la co-nocida composición musical creada por el profesor Rogelio Díaz Castillo y popularizada por Inocente Iznaga, El Jilguero de Cienfuegos. Porque en Cuba tal cocido cobra una cualidad diferente: marca un espacio donde todos colaboran, y el va-lor colectivo del preparado se hace tradición.

En otros países también puede encontrarse una gran olla, pero no por las mismas ra-zones.

En las calles cubanas, en vísperas del 28 de septiembre, sin caldosa no se saborea real-mente la fiesta, aun cuando los ingredientes propuestos por Kike y Marina no sean en todos los casos los mismos. En Cuba siempre hay un gran pretexto para hacer una caldosa: desde el apagón a causa del huracán hasta los quince de Yackelin.

Por eso, si a propósito de la caldosa cubana, el Joaquín de Lope de Vega volviera a propo-ner hoy «píntame el alma que tiene», la respuesta pudiera ser: sentimiento, autenticidad y ale-gría, a fuego lento, con o sin ga-llina. CM

La cara oculta de la caldosa

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ra fomentar el debate amplio y constructivo, bienvenidos sean estos espacios, pero espero que no intenten erigirse como la verdad absoluta.

J. PEÑA CruZestudiante universitario

Un saludo para el maravilloso colectivo de LA

CALLE DEL MEDIO, gracias por hacer que la opinión modesta de cada lector vea la luz.

Nosotros los sobrevi-vientes, ¿a quién debemos la sobrevida? ¿quién se murió por mí en la ergás-tula? ¿quién recibió la ba-la mía, la para mí, en su corazón?

Los versos de Fer-nández Retamar son oportunos, muy a tono con las líneas de Sheyla

Valladares Quevedo. La libera-ción de los cinco cubanos es un tema que a todos concierne. Creo que falta por hacer. Los medios internacionales de in-formación tienen un papel cla-ve; no basta con las marchas populares y las manifestacio-nes de apoyo. Si no hay difu-sión por los medios, pienso que la cadena de acciones no podrá cerrarse pues falta un eslabón en la cadena.

Cada día se suman más her-manos de otras partes del plane-ta: intelectuales, Premios Nobel, organizaciones; se crean más co-mités de liberación por los cinco. Pero insisto, no basta. El mono-polio de la información –agen-cias internacionales de noticias, la prensa, TV–, es clave para esto. La lucha continúa, el camino puede tornarse angosto, pero no por eso la lucha cesará. Las voces por la liberación de estos compa-triotas se tienen que escuchar. Cabe la interrogante para aque-llos sordos: ¿Sobre qué prisione-ro soy/estoy yo libre?

Lic. DANAYVI rODrÍGuEZ tELLES

Comercial de la EMIF

Primero felici-tar los artículos del periodista

Jorge Wejebe Cobo, en los que realiza unos aná-lisis profundos sobre la política nefasta del im-perio, muy bien desem-polva situaciones que a la luz del día de hoy tie-nen un fundamento bá-sico y un porqué. Des-nuda de una manera di-recta las mil vías que el imperio (en cualquiera de sus manifestaciones)

diseña para lograr sus objeti-vos bélicos. Es importante destacar el aporte que brin-dan estos artículos a los histo-riadores y personas que quie-ren tener una visión más pro-

funda de los entuertos impe-rialistas, para tratar de pene-trar y acabar con cualquier tipo de reacción social contra las políticas neoliberales. Los artículos variados que brinda la publicación son de gran utilidad para la población en general. Los felicito por el di-seño y selección de los mate-riales tan sugerentes que po-nen a disposición de un lector ávido y con deseos de apren-der algo más, es una de las más admiradas premisas de este joven diario.

A. PÉrEZ

mo meros espectadores. De- safortunadamente para mu-chos a los que la serie los cogió desprevenidos, ¡¡¡aquí esta-mos!!!, lo que nos toca hacer ahora es decidir para dónde va-mos y sólo entonces podremos saber quiénes somos. Agrade-ciendo el espacio y el tiempo,

MArApsicóloga

Amigos de LA CALLE DEL MEDIO: Los felicito por poner todos los

meses en el centro de nuestros barrios, candentes temas de in-terés, que son ampliamente de-batidos por una buena parte de la población. He decido es-cribirles pues desde hace al-gún tiempo existe una tenden-cia que me preocupa, referida a la supuesta realidad cubana que es reflejada en nuestras más recientes telenovelas y producciones cinematográfi-cas. No creo que todo lo que se puede visualizar en Aquí esta-mos y en las últimas películas realizadas, se corresponda exactamente con nuestras rea-lidades cotidianas.

Soy del criterio de que exis-te una tendencia a apologizar lo negativo, los problemas que en ocasiones nos afectan, los antivalores y las conductas no-civas de algunos, intentándose trasmitir una realidad sesgada, cargada de pesimismo y escep-ticismo en el presente. Hace poco escuché el criterio de que el arte, para que fuera arte, te-nía que ser contestatario; sin embargo, de ser así, ¿dónde quedaría el espacio para lo bo-nito de nuestra sociedad, para la cultura que nos ha servido como escudo y espada frente a los que intentan arrebatarnos la cubanía y aspiran a domi-narnos ideológicamente?

Recuerdo el intenso debate que se suscitó en estas páginas en defensa de la figura del com-batiente en los medios de co-municación, donde algunas producciones intentan deni-grarla, ridiculizarla y hacerla ver como algo anacrónico. Con-sidero que si bien es muy nece-sario hacer catarsis, mirarnos en el espejo y revisarnos cons-tantemente, también lo es reco-nocer nuestras fortalezas y po-sibilidades de ser mejores. Lo importante no es sólo adquirir conciencia acerca de los proble-mas, sino buscarles soluciones, aunque no estoy queriendo de-cir que los espacios dedicados a la recreación deban estar car-gados de un didactismo que, a la postre, resulta contraprodu-cente.

A mi modesto modo de ver, no especializado en la crítica del arte audiovisual, lo que existe es un intento de traducir al lenguaje televisivo todo un entramado de relaciones socia-les que, a veces, ni los más des-tacados sociólogos son capaces de desentrañar en toda su ex-tensión. Si la novela que vemos los lunes, miércoles y viernes y las películas cubanas sirven pa-

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La revista es buena y oportu-na, pues nos

mantiene al tanto de mu-chas informaciones que son necesarias para se-guir contribuyendo a ele-

var la cultura de nuestro pueblo, así como para adquirir una cul-tura del debate, tan necesaria en estos tiempos, pues para criticar no debemos apartarnos de esta máxima martiana, y parafraseo: criticar no es rasgar ni morder, es apartar con noble empeño el lu-nar que entorpece la bella obra…

ELIEZEr AHMED MELO AbAD

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ción y eso es un gran paso de avance. Realmente estaba espe-rando que la novela avanzara más para emitir comentarios al respecto, pues tengo por cos-tumbre no adelantarme a los acontecimientos, pero como el debate está tan caliente, decidí escribir ya para no quedarme atrás. Voy a situarme en un ex-tremo y sentar desde aho-ra pautas: la novela me encan-ta. No soy una ducha en la ma-teria, sólo soy una simple es-pectadora que espera con an-sias los lunes, miércoles y viernes la llegada de un espacio que logró acaparar su aten-ción.

No podemos pretender que un espacio sea una copia exacta de nuestras propias historias, las hay tan variadas como per-sonas, el hecho de encon-trar puntos coincidentes ya di-ce bastante de que se logró con el guion recrear parte de nues-tro entorno cotidiano. Creo que la mayoría de los televiden-tes ha logrado identificarse o identificar a algunos de los per-sonajes dentro de nuestras pro-pias realidades, sé que para muchos es difícil ver en lo que nos hemos convertido. Entien-do que es más que todo un lla-mado de alerta a la crisis de va-lores que hemos estado enfren-tando, un llamado a ser mejo-res porque sé que habrá leccio-nes al final, porque hay valores que necesariamente desde los medios se tienen que fomentar. Hay temas peliagudos a mi en-tender: la prostitución, la dro-gadicción, las relaciones lésbi-cas, estas ultimas muy atacadas por el hecho de ver a dos perso-nas del mismo sexo arrullán-dose como si esto no pasara, y se han empleado términos co-mo inmoralidad e indecencia: hemos visto relaciones hetero-sexuales de todo tipo en la pan-talla, hemos visto sexo hetero-sexual en pantalla y no han suscitado ni la décima parte de los comentarios, no se puede seguir metiendo la cabeza en la tierra como el avestruz, soy de la opinión de que si se mostra-ra más conoceríamos más y de-jaríamos de discriminar la di-ferencia, sé que todos somos prejuiciosos, pero para ser me-jores necesitamos ir rompiendo los muros del prejuicio que nos hacen valorar a los demás so-bre la base de criterios general-mente erróneos. Las palmas a los jóvenes actores, muchos es-tán a la altura de los consagra-dos y otros están por encima, como en el caso de la joven que hace el papel de Mariana que logra salvar todas las escenas que le corresponde con Tamara Morales que una vez más está por debajo de lo que se espera teniendo en cuenta que lleva un montón de tiempo en el me-dio y aún no logra la excelen-cia. Al margen de cualquier error técnico, de los que por desconocimiento no puedo ha-blar, es una propuesta amena, que nos invita a reflexionar co-mo televidentes activos y no co-

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El proyecto cultural Escribanía Dollz convoca a todos los interesados a participar en la novena edición del concurso de Cartas de Amor 2011, con carácter internacional:

1. Podrá participar todo el que así lo desee, sea residente o no en el país. Los trabajos tendrán una extensión de una cuartilla, hoja normal, tamaño carta.

2. Las cartas podrán ser enviadas por correo electrónico, regular o entregadas personalmente en: Escribanía Dollz, Calle Maceo No. 1, sur entre Avenida de los Mártires y Dollz, Sanc-ti Spíritus, Cuba. Código postal 60100. Y por correo electró-nico a: [email protected]

3. En caso de que las misivas se envíen por correo electró-nico deben ser adjuntas en documento Word, o en el cuerpo del mensaje. Estarán acompañadas por los datos persona-les de los concursantes, nombre, dirección particular, telé-fono, y nacionalidad. En caso de no tener estos datos los tra-bajos quedarán automáticamente fuera de concurso.

4. Se recibirán desde el momento en que remite la convo-catoria hasta el 1ro. de febrero. Las obras que se reciban con posterioridad al cierre del concurso quedarán automá-ticamente archivadas para la edición del año 2012.

5. Las cartas serán evaluadas por un jurado integrado por personalidades de la cultura cubana.

6. Los premios serán patrocinados por: Sectorial de Cultu-ra, la Asociación Hermanos Saíz, la UNEAC, el Centro Pro-vincial del libro y la literatura, Centro Provincial de Casas de Cultura, Radio Reloj, la emisora provincial Radio Sancti Spíritus, Radio Vitral, Centrovisión Yayabo, Consejo de las Artes Plásticas, Sociedad Cultural José Martí, Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena, Fondo Cubano de Bie-nes Culturales, Unión de Historiadores de Cuba, Dirección Municipal de Cultura, Centro de Prevención y Lucha con-tra el SIDA.

7. Se otorgarán tres premios consistentes en 500, 300 y 200 pesos moneda nacional. Además de obras de arte origina-les, libros, discos compactos. En el caso de los ganadores extranjeros recibirán diploma, obras de arte originales, li-bros, discos compactos y otros obsequios, además de la pu-blicación de las obras. El jurado podrá entregar el número de menciones que estime convenientes.

8. Los premios se darán a conocer en acto de premiación que se efectuará en la sede de la Escribanía Dollz, en el mar-co de la Feria Internacional del Libro en Sancti Spíritus.

liudMila QuiNcOsEsPROYECTO ESCRIBANíA DOLLz

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ESPAGuEtIS A LA CrEMA

ESPAGuEtIS CON SALSA DE VEGEtALES

COMEr EN CASA

CD MuY EXCLuSIVOintérpretes: VArIOS ArtIStASEGrEM, 2010

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propUestAsMUsicALes

LA CALLEDEL MEDIOOCtubrE 2010

A cargo de AILEr PÉrEZ, ISAbEL SOutO y CArMEN SOutO

SIN DIrECCIÓN autor: JOSÉ OCHOAintérprete: ALISSONCD Sin dirección Demo, 2010

CHIQuItICA autores: WALDO MENDOZA y AMED MEDINAintérprete: Waldo MendozaCD Hojas del alma EGrEM, 2010

EL MuNDO EStÁ CAMbIAOautor: WILLIAM VIVANCOintérprete: WILLIAM VIVANCOCD El mundo está cambiaoNAIVE, 2010

uN LOCO CON uNA MOtOautor: CÉSAr (PuPY) PEDrOSOintérprete: PuPY Y LOS QuE SON SONCD Siempre PupyEGrEM, 2010

HAVANIZAtION autor: rAúL PAZintérprete: rAúL PAZCD Havanization NAIVE, 2010

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NO ME DEJES DE QuErErintérpretes: YENISEY DEL CAStILLO y EL CHACALDir.: ruDY MOrA y OrLANDO CruZAtA

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LA MAtrAKA Con Liliana Héctor, Ariel Díaz y artistas invitados. terceros lunes de cada mes a las 5:00 p.m. en los Estudios Areíto de la EGrEM (San Miguel y Campanario, Centro Habana)

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30OctubRE

2010

NÚMERO directorenrique ubieta gómez

diseño10kzardoyas

correcciónana r. gort wong

fotografíasalejandro montesinossheyla valladares

rnps: 0583

colaboradoresa.a.g.alberto ajón leónsantiago alba ricoevangelina chió vidalalejandro montesinos larrosaailer pérezahmed pérez morejón

zuramys piney trujillocarmen souto anidoisabel souto anidomadelaine vázquez gálvezjorge wejebe cobo

direccióncalle 21 no. 406, vedado, la habana, cuba. cp 10400.

[email protected]

impresiónimprenta federico engels

MADELAINE VÁZQuEZ GÁLVEZ y ALEJANDrO MONtESINOS LArrOSA

los EsPagUEtis, coditos, macarrones, tallarines, raviolis, lasañas, ñoquis… llegan con credenciales de aceptación a las mesas de los más exigentes palada-res, bajo el genérico de «pastas», casi siempre asociados al uso de la harina de trigo, y comúnmente con visa italia-na, aunque su origen sea asiático (Chi-na, Indonesia, Japón y Vietnam).

Su versatilidad culinaria se verifica en un vasto recetario, en los menús de gran refinamiento, o en las propuestas más modestas. Como alimento, pro-porcionan sensación de llenura y com-binan muy bien con las salsas condi-mentadas.

El imaginario popular refiere su in-troducción en Europa por el explora-dor del siglo xiv Marco Polo; no obstan-te, en Sicilia ya consumían pastas du-rante el período del dominio árabe. Con el tiempo y la alquimia de mu-chos, se incorporan de manera indiso-luble al acervo culinario de Italia. En su folclor se le han atribuido propieda-des mágicas, afrodisíacas y hasta han sido censuradas como alimento. Bajo el influjo de etruscos y griegos, de los invasores sarracenos y de los reinos es-pañoles, borbónicos y austro-húnga-ros, las pastas llegaron al Nuevo Mun-do y aquí se aclimataron, con la añadi-dura de los condimentos locales.

Los platos de pastas pueden trans-formarse por la presencia de sus ingre-dientes acompañantes. Por ello la adi-ción de ajo, cebolla, queso, mantequi-lla, tomate fresco y en puré, albahaca, orégano y otras hierbas, le confieren altos valores gustativos y amplían sus posibilidades en la cocina.

Las pastas pululan en una gran va-riedad de formas, tamaños y colores, como base para muchas preparaciones rápidas y saludables. Dentro de las más reconocidas se incluyen las pastas para sopas (de gran variedad de for-mas), las largas (espaguetis, vermicelli), las tubulares (macarrones), las de cin-tas (tallarines, fettuccine), con formas (tirabuzones, ricitos, caracoles), las re-llenas (raviolis, canelones, tortellini), así como las pastas frescas de color (al huevo, al chile, a las hierbas, de remo-lacha, de tomate, de azafrán, de espina-ca…). Otras variedades, como las lasa-ñas (láminas de pasta combinadas con salsas, vegetales, queso y otros produc-tos) y los ñoquis (pequeñas albondi-guillas, hechas con harina, papa, migas de pan o diferentes tipos de verduras, acompañadas con salsas y queso), son preponderantes dentro de este grupo culinario.

Con las pastas ha de cumplirse una serie de requisitos tecnológicos para poderlas cocinar de manera adecuada: • Para agregar la salsa, la pasta debe

estar recién cocida, con excepción de las pastas al horno.

• Generalmente se debe cocinar pri-mero la salsa y otros elementos acompañantes, y después la pasta.

• Las pastas se cocinan al dente, es de-cir, no deben sobrecocinarse.

• El agua de cocción debe sextuplicar el volumen de la pasta.

• Las pastas se deben revolver duran-te la cocción, preferiblemente con tenedor de madera.

• Se añaden en agua hirviendo con sal (para cinco litros de agua se uti-liza una cucharada y media de sal).

• Las pastas de buena calidad no de-ben enjuagarse con agua fría, pues sólo recién cocidas es que absorben de forma adecuada la salsa acom-pañante.

• Los espaguetis y otras pastas se pueden picar a la mitad cuando se agregan al agua hirviendo, pero es preferible mantenerlos intactos pa-

ra que se puedan enrollar con el te-nedor cuando son consumidas.

• Utilice las plantas aromáticas para diversificar el sabor de la pasta; por ejemplo, la albahaca, el cebollino y el perejil, entre otras hierbas.

• Modere el uso de la grasa y la sal en su elaboración.Contrariamente a la creencia popu-

lar, las pastas no son alimentos con ele- vados contenidos de energía. Si se acompañan de una salsa ligera, con po-ca grasa y muchas verduras, pueden incluirse en una dieta para adelgazar. Mejor aún son las pastas integrales, que aunque poseen una textura más tosca que las blancas, son una buena fuente de vitaminas del complejo B y fibra dietética. CM

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· e l a b o r a c i ó n ·Hervir los espaguetis en abundante agua, ligeramente salada, y escurrirlos ¶ Apar-te, sofreír en el aceite y la mantequilla los dientes de ajo picados, junto con el resto de los vegetales cortados en dados pequeños ¶ Añadir el perejil, la albahaca y el oréga-no, cortados finamente ¶ Cocinar los ve-getales con la salsa de tomate, previamente diluida en un poco del líquido de cocción de los espaguetis ¶ Rectificar el punto de sal ¶ Servir los espaguetis bien calientes, con la salsa en el centro y el queso rallado en forma de corona ¶ Decorar, preferible-mente, con el perejil por encima.nota: Los espaguetis se cocinan al dente y se sir-

ven, preferiblemente, recién cocidos, es decir, «a la orden».

· i n g r e d i e n t e s ·p a r a c u a t r o c o m e n s a l e s

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espaguetissal

aceite mantequilla

ajo zanahoria

pimientoacelga

cebollaperejil

albahaca orégano

puré de tomatequeso

1 paquete2 cucharaditas2 cucharadas1 cucharada2 dientes1 unidad mediana1 unidad pequeña½ taza1 unidad mediana4 ramitos2 cucharadas1 hoja1 taza1 taza

· e l a b o r a c i ó n ·Cocinar los espaguetis en agua con sal ¶ Aparte, mezclar en un recipiente los hue-vos, el queso crema, la nuez moscada, la sal y la pimienta ¶ Saltear la cebolla en la grasa; agregar los espaguetis y revolver con cuidado ¶ Incorporar la mezcla de queso crema y huevos ¶ Revolver duran-te unos segundos y retirar del calor ¶ Servir inmediatamente y polvorear con el queso y la albahaca.

espaguetishuevo

queso cremanuez moscada

salpimienta

blanca molidacebolla

aceitemantequilla

quesoalbahaca fresca

1 paquete2 unidades2 unidades¼ cucharadita1 cucharadita

1/8 cucharadita1 unidad grande1 cucharada1 cucharada½ taza2 cucharadas