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HISTORIA DE LA MUSICA IV EL SIGLO VEINTE Notas compendiadas de la College Outline Series No.55, History of Music By Hugh M. Miller Barnes and Noble Inc. 1955 (Traducción-adaptación de Sara C. Neuman) CONTENIDO PARTE VI – EL SIGLO VEINTE XXVII CONSIDERACIONES GENERALES Desarrollo del modernismo. Tendencias del modernismo. Campos de actividad musical. XXVIII ASPECTOS ESPECIFICOS DE ESTILO XXIX COMPOSITORES DEL SIGLO XX Francia, Rusia, Austria y Alemania. Inglaterra, Italia. Hungría. España. Finlandia. Argentina. Brasil. Otros países latinoamericanos. Los Estados Unidos. XXX LA MUSICA EN COLOMBIA EN EL SIGLO XX Artículo del Dr. Luis Carlos Rodríguez Alvarez

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HISTORIA DE LA MUSICA IVEL SIGLO VEINTE

Notas compendiadas de la College Outline Series No.55, History of Music

By Hugh M. Miller Barnes and Noble Inc. 1955

(Traducción-adaptación de Sara C. Neuman)

CONTENIDO

PARTE VI – EL SIGLO VEINTE

XXVII CONSIDERACIONES GENERALESDesarrollo del modernismo. Tendencias del modernismo. Campos de actividad musical.

XXVIII ASPECTOS ESPECIFICOS DE ESTILO

XXIX COMPOSITORES DEL SIGLO XX Francia, Rusia, Austria y Alemania. Inglaterra, Italia. Hungría. España. Finlandia. Argentina. Brasil. Otros países latinoamericanos. Los Estados Unidos.

XXX LA MUSICA EN COLOMBIA EN EL SIGLO XXArtículo del Dr. Luis Carlos Rodríguez Alvarez

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PARTE VI – EL SIGLO VEINTE

XXVII CONSIDERACIONES GENERALES

La primera mitad del Siglo XX es un período revolucionario en la historia de la música, comparable al ars nova del Siglo XIV y de la nuove musiche de principios del XVII.

La primera mitad del Siglo XX está dominada por dos grandes guerras: la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Los tremendos adelantos científicos y mecánicos sacuden a toda la civilización, comenzando con la radio, el avión, el jet a propulsión, el radar y la energía atómica, para mencionar solamente algunos. En las artes y la literatura el espíritu moderno se ve representado por un retorno a la objetividad, el expresionismo realista y el funcionalismo. Este espiritu se hace evidente en los trabajos de artistas como Picasso en la pintura, Frank Lloyd Wright en la arquitectura y muchos puntos de vista en la poesía y la literatura.

El desarrollo del modernismo. – El modernismo en la música puede definirse como aquél en el cual se manifiesta algún aspecto de estilo o forma musical que se aparta de manera significativa de las prácticas comunes del período precedente. Se pueden distinguir tres etapas en el desarrollo de la música moderna: Fines del Siglo XIX; principios del Siglo XX; y de 1918 al presente (debe recordarse que esta síntesis llega solamente hasta mediados del siglo XX) .

Fines del Siglo XIX. – (1880-1900). Es imposible determinar en qué preciso momento se manifiesta el modernismo. Las dos últimas décadas del S. XIX muestran claros signos de alejamiento de los estilos generales de entonces, si bien muchas de sus características continúan hasta bien entrado el S. XX. La reacción contra las tradiciones románticas alemanas se manifiestan en dos formas: (1) el nacionalismo, en el que se destacaron muchos países que desarrollaron sus propios estilos, especialmente Rusia; y (2) el surgimiento de la escuela francesa del Impresionismo, cuya figura central en la música es Claude Debussy.

Principios del Siglo XX (1900-1914). Este período que va, en términos muy generales, de principios de siglo a principios de la Primera Guerra Mundial, es uno de abierto rechazo al romanticismo alemán y está marcado por una experimentación radical. Aquí predominaron los nuevos estilos aunque mezclados con música romántica conservadora, que aún se escribía y se interpretaba. Los

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pioneros de las nuevas corrientes fueron Scriabin, Stravinsky y Schönberg.

El Presente (1918- ). - Al cierre de la Primera Guerra Mundial se retardó mucho la actividad musical pero desde ahí y hasta finales de la Segunda Guerra Mundial parece haber una asimilación de nuevos principios, lo que se presta muchas veces a confusión, debido a que el romanticismo sigue presente y no es completamente abandonado. De todas maneras hay signos de una tendencia a la objetividad, manifestada en una restricción del contenido emocional, simplificación de materiales y estructuras y una mayor atención a la destreza musical. En suma, prevalece un espíritu clásico identificado consecuentemente como “neoclasicismo”.

Tendencias generales del modernismo. –El neoromanticismo. – Este término se aplica a la continuidad, si nó decadencia, de las tradiciones románticas alemanas. El estilo post-wagneriano se adentra en el Siglo XX, caracterizado por un emocionalismo exagerado, orquestas enormes, sinfonías interminables, pero también avances en el lenguaje armónico y la orquestación. Los principales compositores pertenecientes a esta categoría son Mahler, Bruckner, Richard Strauss y en algunos aspectos Sibelius.

El impresionismo. - Este movimiento se dio inicialmente en Francia, en la segunda parte del S. XIX. En poesía se vio representado por Verlaine, Baudelaire y otros más; en la pintura con Manet, Monet, Degas, Renoir y otros; estas nuevas técnicas producían una atmósfera “velada”; “impresiones”, más que expresiones claras y dinámicas. Este movimiento se adentró en la música con la obra de Debussy, como reacción directa en contra del wagnerismo. Con todo, el impresionismo no está despojado de elementos románticos. Su música puede describirse como refinada, delicada, vaga, envuelta en una “bruma luminosa”. Los aspectos técnicos del impresionismo se verán más adelante al estudiar a Debussy; además de él, otros seguidores de esta corriente fueron Roussel y Ravel en Francia, Delius en Inglaterra, Palmgren en Finlandia, Scriabin en Rusia y Griffes en los Estados Unidos.

El expresionismo. - El término, al igual que el de “impresionismo” fue tomado de las artes plásticas. Busca la expresión del yo interno, del subconsciente y por lo tanto se opone al impresionismo, que se manifiesta en el mundo externo. El expresionismo en el arte dio paso a lo abstracto, p.ej. en la obra de Mondrian, Brancusi y otros, y del surrealismo p. ej. en Dalí. Su paralelo en música surgió en la obra radical y experimentadora de compositores como Schönberg y sus

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seguidores Webern, Berg, Krenek y otros más. La politonalidad y la atonalidad son técnicas pertenecientes a esta tendencia. El expresionismo vivió hasta más o menos 1925, cuando fue prácticamente reemplazado por el neoclasicismo.

Neoclasicismo. - La última de las grandes tendencias hasta mediados del Siglo XX es el neoclasicismo. A diferencia del neoromanticismo, que representa una continuación o deterioro del período romántico, el neoclasicismo es un abierto retorno a un enfoque clásico. La subjetividad romántica, echada a un lado, es reemplazada por una moderna objetividad. Consiste en una simplificación del material, la forma y el medio, a veces hasta el exceso. Más específicamente, está representada por un reconocimiento de los ideales dieciochescos en el uso del contrapunto y la claridad formal, pero vestidos en un lenguaje armónico del Siglo XX, sus esquemas tonales, orquestación y estilo melódico. Los principales representantes de las tendencias neoclásicas son Paul Hindemith (contrapunto y formas), Stravinsky (simplificación de estilo desde aproximadamente 1920) y el ruso Prokofiev (simplicidad y claridad de textura y forma).

El jazz americano. – Aunque es evidentemente una forma de música popular, el estilo de banda de baile americana conocida como “jazz” ha tenido tanta influencia en la música seria que es importante mencionarlo como una de las manifestaciones modernistas. Las tendencias populares en los Estados Unidos han pasado por varias etapas de evolución en un tiempo más bien corto, por lo que a veces se superponen e influyen mutuamente, de manera que su cronología no siempre es clara: (a) el “ragtime” hace su aparición hacia fines del S. XIX; es un estilo particularmente pianístico, caracterizado por el uso de la síncopa en varios patrones, armonía convencional (I-IV-V) y fraseología regular. Las bandas de ragtime se originaron en Nueva Orleans poco antes del cambio de siglo y estaban conformadas por pequeños grupos de músicos negros que improvisaban sobre melodías de ragtime; (b) el “blues” ejerció su influencia en el ragtime y posteriormente en el jazz. El “Memphis Blues” de W. C. Handy (1909) y luego su famoso “St. Louis Blues” (1914) son ejemplos tempranos de este estilo, incuestionablemente de origen negro. El tema tiene que ver con una atmósfera de autoconmiseración, la pérdida de un amor y cosas por el estilo. Estas son algunas de sus características: (1) predomina el uso de período de doce compases en lugar de los más convencionales de ocho o dieciséis; (2) uso predominante de tonalidades mayores; (3) énfasis en armonías plagales o subdominantes; (4) uso de terceras y séptimas disminuídas en la melodía y la armonía; (5) ondulaciones por encima o por debajo del tono verdadero; y (6) progresiones de acordes de séptima dominante conocidas como “armonías barbershop” (de barbería), un estilo hoy

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considerado como obsoleto; (c) el jazz, cuyos elementos comenzaron a aparecer hacia 1910, derivados del ragtime y del blues, se convirtió en un estilo propio hacia los años 20, comenzando con las bandas “de nombre”: Whiteman, Lewis, Guy Lombardo, etc. El jazz es un arte orquestal en términos de arreglo (arreglos comerciales llamados “sweet” o “straight”, o improvisaciones “hot jazz”). El arreglista o el ejecutante puede convertirse en alguien más importante que el compositor, ya que la melodía principal pasa a un segundo plano. Se distingue por (1) melodías más suaves, más melodicas y vocales que las del ragtime; (2) melodías sostenidas sobre un acompañamiento pulsado; (3) superimposición de complejos patrones rítmicos; (4) más tonalidades mayores que menores; (5) uso de notas agregadas en la armonía, especialmente sextos o segundos grados en la tónica final; (6) paralelismo de acordes de séptimas y novenas; (7) en la instrumentación, poco empleo de cuerdas, preferencia por la percusión, las maderas (en especial el saxofón y el clarinete) y los metales (trompetas y trombones con o sin sordina) e instrumentos especiales como el banjo (usado en los años 20 y más tarde reemplazado por la guitarra), el vibráfono, etc. Una innovación que surgió para el piano hacia los años 30 fue el “boogie-woogie”, que consiste en fuertes ritmos ostinato que lleva el bajo, sobre el cual la mano derecha hace variaciones de diversas figuras. Los términos “swing” (Benny Goodman ca. 1935), “bebop” (ca. 1950 - ) y “jazz progresivo” son estilos posteriores de jazz de improvisación.

Influencia del jazz. - Los estilos populares indígenas que acabamos de mencionar han tenido una importante influencia en la música seria. Esto puede apreciarse en (1) la instrumentación; (2) ciertos recursos armónicos; (3) estilos rítmicos; y (4) empleo del blues. El jazz de concierto en formas más extendidas comenzó con George Gershwin y su “Rapsodia en Blue” (1924). Otros ejemplos ambiciosos son su “Concierto en Fa” y la “Coral y Fuga en Jazz” de Morton Gould. Podemos encontrar rasgos jazzísticos en “La Consagración de la Primavera” de Stravinsky y la “Historia de un Soldado” del mismo compositor, en su movimiento llamado precisamente “Ragtime”; en los ballets “Rascacielos” y “Krazy Kat” de Carpenter, la “Sonata para violín y piano” y el “Concierto para piano” de Ravel, los ballets de Milhaud “El Buey en el Tejado” y “La Creación del Mundo”, el “Concierto para piano y orquesta”, y “Rio Grande” para voces y orquesta, de Aaron Copland; la “Suite para orquesta de jazz” de Shostakovitch, y muchas más.

Campos de la actividad musical. - El Siglo XX ha sido testigo de importantes cambios en el medio musical. Ha visto también el surgimiento de nuevas perspectivas para la música como el cine, la radio y el fonógrafo. Y hay un creciente interés de la gente por la

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música en la que sigue predominando la música instrumental: En la música sinfónica las formas desarrolladas en el Siglo XIX continúan en el XX con la sinfonía, la suite sinfónica, el poema sinfónico y otras formas menos importantes; en la música de cámara ha habido un renacer a partir de más o menos 1920 en relación con las tendencias neoclásicas y se han explotado nuevas combinaciones de ensambles instrumentales; la música coral también ha experimentado un nuevo interés en el Siglo XX, sobre todo en la música a capella, para la que se ha escrito un amplio repertorio; incluso se ha utilizado en música sinfónica, cual es el caso de la “Sinfonía de los Salmos”, de Stravinsky; la canción solista ha mermado en popularidad con respecto a su importante posición en el Siglo XIX, en cambio se ha puesto de moda la voz solista con combinaciones de cámara; el ballet como forma separada e independiente de la ópera ha aumentado tremendamente su popularidad en el Siglo XX. El coreógrafo ruso Diaghilev ha sido el líder más importante en este moderno renacimiento del ballet, comenzando con “El pájaro de fuego” de Stravinsky (1910), “Petrouchka” (1912), y “La Consagración de la Primavera” (1913). En la ópera ha habido algunas producciones notables: “Pelleas y Melisande” de Debussy, “El Caballero de la Rosa” de R. Strauss, “Wozzek” de Alban Berg, “Cardillac” de Hindemith y “Lady Macbeth” de Shostakovitch pero, en general, ha habido un decaer de este medio y es la ópera del Siglo XIX la que sigue dominando el repertorio.

Otros usos de la música. – La música ha logrado llegar a otros medios, lo que ha afectado la producción del Siglo XX de una u otra manera: la radio ha ejercido una enorme influencia y ha sido el factor que más interés ha provocado en toda la historia de la música; la música de radio, además de los conciertos al aire ha llevado a que se escriban piezas concretamente para ese medio, por ejemplo la “Pieza para Radio” de Roy Harris que se pasó por la NBC en 1946; música incidental, comerciales, temas de canciones, música de fondo para dramas radiofónicos, anuncios, etc.; en el cine, aunque se usado extensamente en producciones fílmicas, ha sido de poco impacto en la música seria. Se ha convertido en un agente de música popular del tipo revista musical. Los esfuerzos de los compositores de música seria se han quedado en la producción de música de fondo para las películas, que rara vez ha llegado a convertirse en un factor para música de concierto; la música de fonógrafo ha sido otro agente importante pues la tremenda expansión de la industria disquera ha incrementado el interés del público por la música, tanto seria como popular. Finalmente, la “Gebrauchmusik”, término alemán que puede traducirse como música funcional, expresa otro aspecto importante de la música del Siglo XX; es un esfuerzo consciente por parte del compositor por salvar el abismo que separa a la música moderna del público musical. Más específicamente, significa música en un estilo

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simplificado para la ejecución de músicos aficionados. También implica música escrita para ocasiones o propósitos especiales. El principal exponente de esta música es Paul Hindemith y ha sido adoptada por muchos compositores modernos.

XXVIII ASPECTOS ESPECIFICOS DE ESTILO

Es importante tener en cuenta que ninguno de los revolucionarios aspectos del Siglo XX representan toda la música moderna, compleja vertiente de corrientes y contraflujos entrecruzados.

Tonalidad. – Uno de los aspectos más importantes en lo que concierne a la música moderna son los nuevos conceptos de tonalidad:

(1)Expansión y modificación de conceptos convencionales: El alejamiento de la tonalidad convencional comenzó en el S. XIX con el uso de tonalidades relativas cada vez más remotas dentro de la misma composición y con el oscurecimiento de la tonalidad por medio de modulaciones prolongadas y cromatismos (Chopin, Reger, Franck, Wagner y otros más);

(2)multitonalidad: una figura típica de la tonalidad del S. XX es el uso de numerosas tonalidades relativas remotas introducidas sucesivamente con modulaciones atrevidas, incluso a veces sin modulación, práctica conocida como “multitonalidad”, que se explicará más adelante;

(3)neo-modalidad: un alejamiento de las escalas diatónicas convencioinales mayor y menor, en búsqueda de los antiguos modos eclesiásticos, empleados no en el estricto sentido antiguo, sino con manejos libres en ambientes modernos con algunos efectos arcaicos (Debussy, Ravel, Vaughan Williams y otros);

(4)nuevos sistemas de escalas: los compositores se alejaron todavía más de los sistemas convencionales de escalas experimentando con nuevos patrones. Uno de estos fue la “escala de tonos enteros” (escala de seis tonos dentro de una octava), aunque no se usa permanentemente dentro de la misma composición, sino solamente para obtener efectos especiales. Debussy fue el principal compositor que empleó este recurso. Otros compositores como Rimsky-Korsakov y Roussel, han empleado modos orientales, o han inventado nuevas escalas, como Verdi, Strauss y Busoni;

(5)la politonalidad, ya mencionada, es una innovación todavía más extrema del S. XX que consiste en el empleo de dos o más tonalidades simultáneas, utilizando el término “bitonalidad” cuando se trata de dos, o de “politonalidad”, cuando se trata de

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varias tonalidades. Esta idea pudo haberse originado en el uso prolongado del pedal o múltiples puntos de pedal (dos o más tonos sostenidos a lo largo de un pasaje de armonía cambiante). Rara vez se usa en toda una composición. Su efecto es el de una gran disonancia y oscurecimiento de la sensación de tonalidad;

(6)atonalidad: es la innovación más extrema del Siglo XX en términos de tonalidad e implica su total negación. La técnica más sobresaliente de este recurso es el “sistema dodecafónico” ingeniado por Arnold Schönberg y emulado por sus seguidores de la escuela atonal, Webern, Wellesz, Berg, Krenek y unos más. La música atonal es extremadamente disonante, ya que la consonancia es evitada deliberadamente debido a su cercanía con la sensación de tonalidad;

(7)nueva división de la escala: más fantásticos que prácticos han sido los intentos por dividir la escala en intervalos de más de doce partes iguales: cuartos de tono (24 partes), octavos de tono (48 partes), e incluso más; intentos que no han pasado de ser experimentos, debido a que la división es impráctica desde el punto de vista de instrumentación y notación y a que es muy remoto para un auditorio tradicional. Algunos experimentadores en este campo son Alois Hába y Hans Barth. El mejicano Carrillo ha producido algunas cosas fantásticas en 6, 8 y 16 tonos.

Armonia. – La armonía moderna hace más uso de la disonancia: (1)Construcción de acordes: Desde los comienzos de los conceptos

armónicos los acordes se han construido sobre terceras. Los experimentos del Siglo XX han producido acordes sobre otros intervalos: cuartas (Scriabin); quintas (resultantes de la inversión de acordes de cuarta), séptimas y segundas. Un grupo de tonos adyacentes (de segundas) que suenan simultáneamente se llama, traducido literalmente del inglés “cluster tones”, como “racimos de notas” (Henry Cowell, Leo Ornstein, Charles Ives, otros). Los acordes sin terceras (quintas y octavas abiertas) se han utilizado principalmente para producir un efecto arcaico. Los acordes también se construyen sobre grados alterados de la escala diatónica) p. ej. en Do mayor un acorde como “C#-F-A-C#”);

(2)progresiones de acordes: la evolución de las prácticas con respecto a las progresiones de acordes ha sido prácticamente continua desde los comienzos de la música a partes. Seguramente los cambios más radicales se han dado en el Siglo XX. La elisión de acordes en una progresión de otra manera no convencional es bastante común. Un recurso más radical es el “paralelismo” violador de las reglas en la armonía convencional. Consiste en intervalos quintas, tríadas, acordes de séptima o novena abiertos en moción paralela, lo que se conoce como

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“cadenas de acordes” (chord streams). Otro aspecto más de progresiones de acordes típicas del Siglo XX es el uso de progresiones de raíz (root progressions) poco comunes: por medios tonos, cuartas aumentadas, etc.;

(3)acordes mixtos: el uso de dos acordes que suenan simultáneamente se encuentra desde el Siglo XVIII o antes, como resultado de suspensiones dobles o triples. Por ejemplo una combinación de C-E-G con B-D-F donde el segundo resuelve al primero. La aplicación de este principio llevó a los “acordes mixtos” o “armonías mixtas”, lo cual también es un atributo de la bitonalidad;

(4)nuevo tratamiento de la disonancia: el alejamiento del tratamiento convencional de la disonancia comienza con un empleo más libre de tonos de transición, apoyaturas, suspensiones, etc. en su preparación y resolución. Esto llevó a tonos no armónicos sin resolver y finalmente a lo que ahora se conoce como “tonos agregados” (p.ej. el acorde C-E-G más la nota Db). En general, la armonía moderna se caracteriza por disonancias más agudas y prologación del material disonante como resultado de las prácticas mencionadas, bitonalidad, atonalidad, lo mismo que por el choque de líneas contrapuntísticas independientes empleadas en el contrapunto del Siglo XX.

El contrapunto moderno. – Uno de los desarrollos más importantes en la música del Siglo XX es el renovado interés por la polifonía, un homenaje de las tendencias neoclásicas al pasado. Se han vuelto a emplear formas constrapuntísticas como la fuga, el canon, el cantus firmus, pero con la libertad lineal que permiten los conceptos de la armonía moderna. Se presta más atención al contorno de las líneas que a los efectos armónicos. Tal vez los nombres más importantes en este campo han sido los de Schönberg y Hindemith, ejemplo de lo cual es el “Ludus Tonalis” para piano, de éste último.

Tiempo y ritmo. – Los compositores del Siglo XX han explotado el campo del tiempo y el ritmo. En general, las características del ritmo moderno pueden resumirse a tres: una mayor complejidad de la estructura rítmica; una mayor variedad de los patrones rítmicos; y mayor elasticidad rítmica: (1) nuevos esquemas métricos: hay una prominencia de nuevos esquemas métricos en el Siglo XX. Las indicaciones de tiempo, tales como cinco por ocho, siete por ocho y diez por ocho son comunes; igualmente, debido a los acentos, una medida de ocho por ocho puede presentar acentos irregulares como 3-3-2 (rumba); 3-2-3; 2-3-3; etc. A veces se combinan varios esquemas y producen una música polirrítmica o, más exactamente, polimétrica (p.ej. tres por cuatro en una parte contra cuatro por cuatro en otra al

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mismo tiempo); música sin métrica: el rechazo a la monotonía de tiempos recurrentes de la misma longitud ha sido continuo en el Siglo XX, hasta el punto de llegar a expresarlo por medio de la frase “acabar con la tiranía de la barra de compás”, lo que significa un retorno a los ritmos del canto llano, por medio de varios recursos:

(1)abolición total de la barra de compás, lo que no es práctico en la música para ensambles;

(2)frecuentes cambios en el tiempo; y (3)uso de marcas para indicar acentos o ligaduras en el compás.

La melodía. – La melodía ha sufrido menos cambios radicales que los otros elementos. La importancia de la melodía se manifiesta desde su importante función en la música polifónica hasta algunos ejemplos recientes en los que se vuelve insignificante o incluso desaparece (“Pacific 231” de Honegger, “Fundición de Hierro” de Mossolov). Tal vez el aspecto más importante del estilo melódico moderno lo constituye la tendencia hacia una mayor angularidad (empleo de saltos de grandes intervalos en la línea melódica). Un estilo melódico que puede llamarse disonante no es raro (como una melodía en la que hay numerosos saltos de intervalos disonantes –séptimas mayores, novenas menores, octavas disminuidas o aumentadas, etc.). Otra característica más del material melódico del Siglo XX es el empleo de motivos pequeños, o melodía fragmentada, más que una línea melódica continua. Naturalmente el estilo melódico también se ve afectado por tendencias como la neomodalidad, la escala de tonos enteros, la técnica dodecafónica, etc.

La forma. – No han aparecido nuevas formas importantes en la primera mitad del siglo XX. El tratamiento formal de las estructuras es todavía más libre que en el siglo anterior. Por otra parte, las estructuras formales muestran una tendencia hacia la sencillez y la claridad. Esta es otra de las contribuciones del neoclasicismo a la música del presente. La claridad formal se logra al acortar la extensión de las composiciones, eliminación de las cosas que no son esenciales y un empleo más económico del material.

XXIX COMPOSITORES DEL SIGLO XX

FRANCIA. – La revolución del Siglo XX en la música comienza en Francia. El impresionismo inicia el alejamiento del romanticismo alemán. Las innovaciones francesas se dieron más bien en el campo de la armonía y la orquestación. La música instrumental fue más importante para la música francesa en este siglo que en el anterior.

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Debussy y el impresionismo. – Claude Debussy (1862-1918) se identificó con el movimiento del arte impresionista francés y produjo un estilo muy original. Sus innovaciones se convirtieron en las herramientas de la técnica impresionista.

Estilo. – el impresionismo en la música se caracteriza por el empleo de varios recursos y elementos: (1) uso de la neomodalidad; (2) empleo de triadas sin terceras (p.ej. quintas abiertas); (3) paralelismo; (4) nuevas progresiones de acordes; (5) escalas de tonos enteros; (6) frecuente uso de acordes de novena; (7) vaguedad general en la forma; (8) ritmos libres y menos dependencia de la regularidad de la barra de compás; (9) líneas melódicas largas y fluidas; (10) uso de efectos pseudo-orientales y españoles; (11) en la música para piano, efectos especiales al tocar simultáneamente los registros extremos del instrumento.

Medios. – El principal medio en la música de Debussy es el piano (preludios libres y piezas descriptivas), obras orquestales (poemas tonales y suites impresionistas), canciones, la ópera impresionista “Pelléas et Melisande” y una obra coral impresionista, “La Demoiselle Elue”.

Maurice Ravel. - (1875 – 1937) combinó la técnica impresionista con sus rasgos personales. Es considerado por muchos especialistas como el compositor francés más importante de la primera mitad del Siglo XX. Su estilo consiste de (1) todos los recursos impresionistas pero menos uso de la escala de tonos enteros y más del acorde de undécima que Debussy; (2) mayor claridad y simplicidad de forma; (3) importante desarrollo del color orquestal; (4) uso prevalente de ritmos, armonías y color españoles; (5) uso moderado de la disonancia; (6) gusto por las formas y estilos barrocos (derivados de Couperin, Rameau, etc.); y (7) uso moderado de la politonalidad. Medios: escribió todo tipo de música para orquesta, piano, dos conciertos para piano (uno para la mano izquierda sola), música de cámara y el ballet “Dafnis y Cloé”. Entre sus obras más interpretada se cuentan “Mi Madre la Oca”, “La Tumba de Couperin”, “La Valse” y el “Bolero”.

Albert Roussel. - (1869-1937) fue, en términos generales, más progresista que Ravel. Su estilo es ecléctico, con elementos impresionistas y contrapuntísticos y una manifiesta influencia de Stravinsky, lo mismo que de sabor Oriental, seguramente adquirido en sus tantas visitas al Oriente durante su servicio a la Armada Francesa. Después de 1910 las disonancias armónicas y los elementos contrapuntísticos se hicieron más prominentes en su música. Roussel escribió una ópera-ballet oriental titulada “Padmavati”, tres poemas

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sinfónicos bajo el título de “Evocaciones”, mucha música de cámara y canciones.

Erik Satie. - (1866 – 1925) es notable principalmente por su humorística sátira en contra de los músicos y las personas que se toman la música con demasiada seriedad. Utilizó títulos grotescos para sus piezas (p.ej. “Pieza en forma de pera”, “Miradas desagradables”, etc.). En un comienzo empleó la politonalidad y la atonalidad, aunque no son rasgos consistentes de su estilo. Satie ejerció una enorme influencia en el grupo de compositores franceses conocido como “Los Seis”. Su obras son más que todo para piano, aunque también escribió algo de música orquestal, para ballet, y canciones.

Los Seis. – Un grupo de seis compositores franceses se hizo notar en la década de los 20 como la vanguardia de la música francesa. Ellos fueron: Milhaud, Honegger, Poulenc, Auric, Durey y Tailleferre. Erik Satie fue su líder, aunque no perteneció al grupo, y Jean Cocteau fue vocero del mismo. Su música se caracteriza por su modernismo, politonalidad e influencias del jazz.

Darius Milhaud . – (1892 - 1974) es tal vez el más prominente, ciertamente el más prolífico de Los Seis. Introdujo escenas dramáticas cortas llamadas “Operas al minuto”. Se familiarizó con los ritmos del Brasil cuando viajó a este país en misión diplomática; posteriormente se trasladó a los Estados Unidos. Su estilo se caracteriza por: (1) influencia del jazz americano y los ritmos sudamericanos; (2) politonalidad; (3) estilo poliarmónico; (4) influencia del primitivismo de Stravinsky (Ref. “La creación del mundo”; (5) ciertos aspectos neoclásicos. Escribió mucho para el teatro (música incidental, ballet, ópera, etc.), piezas orquestales, sinfonías, un ballet cómico titulado “El Buey sobre el Tejado”, donde hace uso de los ritmos tanto sudamericanos como americanos, y un ballet, “La creación del mundo”, donde se aprecian ritmos de blues, escrito antes de la famosa rapsodia de Gershwin.

Arthur Honegger (1892 – 1955), aunque de origen suizo, pertenece a “Los Seis” y es el único compositor prolífico del grupo. La influencia linear de Schönberg es evidente en su música aunque Honegger no utiliza el sistema dodecafónico. Su música es a menudo politonal con armonías disonantes. Escribió música para el teatro, ballets, música incidental y obras orquestales. Se lo conoce principalmente por su “Pacific 231” y un oratorio moderno titulado “El Rey David”.

Otros compositores de la moderna escuela francesa son: Paul Dukas, conocido por la magnífica orquestación de su cuento narrado

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“El Aprendiz de Brujo”, Florent Schmitt, Jacques Ibert y Edgar Varèse, entre otros. Este último figura entre los compositores norteamericanos.

RUSIA ocupa un lugar importante en el alejamiento del romanticismo del Siglo XIX, en parte debido al creciente espíritu nacionalista de este país. El estilo de la música rusa viene marcado por su folclor y los compositores rusos han contribuido a las innovaciones en términos de orquestación y armonía. Bajo el régimen soviético hubo un incremento en la música escrita para el proletariado, lo que redujo la distancia entre el compositor y su público. Los rusos también han sido líderes y han hecho aportes de gran importancia al ballet del Siglo XX.

Modesto Moussorgsky (1835 – 1881) y Nicolai Rimsky-Korsakov (1844 – 1908) se encuentran en el umbral del modernismo y son los compositores más importantes del grupo que se tituló “Los Cinco” (algo equivalente a Los Seis de Francia), que se apartó del romanticismo. Aunque su música sigue siendo básicamente romántica, la fuerte individualidad y las no menos fuertes tendencias nacionalistas son factores importantes de su estilo. La brillante paleta orquestal de Rimsky-Korsakov ha sido su contribución más importante a la música moderna. Escribió óperas, obras sinfónicas (de las cuales la más famosa es “Scheherazade”) y un texto sobre orquestación. Moussorgsky, por su parte, empleó armonías atrevidas y muy personales. Su obra maestra es la ópera “Boris Godunov”. También escribió varios ciclos de canciones, entre ellos dos titulados “Sin Sol” y “Canciones y Danzas de la Muerte”.

Alexander Scriabin (1872-1915) puede considerarse como uno de los pioneros en las propuestas radicales del modernismo. Su principal innovación fue el empleo de acordes construidos sobre cuartas, especialmente el llamado “acorde místico” (p.ej C-F#-Bb-E-A-D) que él empleó en el poema sinfónico “Prometeo” y en todas sus piezas del Opus 60, con el resultado de un alejamiento de la tonalidad tradicional, propio del Siglo XX. Sus primeras obras muestran una transición de los estilos románticos (con influencia de Chopin, Liszt y Wagner) a través del impresionismo, que influye en su obra media, hasta llegar a un estilo más individualista y radical. El misticismo es un rasgo importante en la música de Scriabin, quien llegó a interesarse en un “órgano de colores” para demostrar la afinidad entre la música y el color. La ambición de toda su vida fue alcanzar una síntesis completa de todas las artes. De su obra se desatacan dos trabajos orquestales: “El poema del éxtasis” y “Prometeo, poema del fuego”, pero también su obra para piano, que comprende 10 sonatas, 8 ciclos de preludios, 24 estudios y 6 impromptus.

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Igor Stravinsky (1882 – 1971). Para muchas personas el nombre de Stravinsky es sinónimo de música moderna. Tal vez esto se justifique debido al tremendo impacto que tuvo su música hacia 1910, ya que su producción de entonces representaba todas las características del rechazo al romanticismo. Su música se divide en dos períodos bien diferenciados: el primero, hasta cerca de 1920, distinguido por su dinamismo, y su período neo-clásico desde 1920 en adelante. Veamos primero su estilo dinámico: hasta más o menos 1920 la música de Stravinsky muestra una tendencia progresiva hacia: (1) una brillante y moderna orquestación con un tratamiento percutivo del piano; (2) armonía altamente disonante; (3) politonalidad; (4) fuertes ritmos percutivos; (5) frecuentes cambios de tiempo o acentos en sitios extraños del compás; y (6) poco énfasis en el desarrollo melódico. Las características de su período neoclásico comprenden: (1) simplificación de la textura; (2) economía de la orquestación; (3) desarrollo de un estilo más contrapuntístico; (4) menos armonías extremas y tonalidad más convencional; (5) una mayor claridad en la forma. Lo más conocido de su obra son sus ballets.

Del primer período de Stravinsky citemos sus “Fuegos Artificiales”, escrito con ocasión del matrimonio de la hija de Rimsky-Korsakov; “El Pájaro de Fuego”, ballet en el que se nota la influencia de su maestro, Rimsky; además, “Petrouchka”, “La Consagración de la Primavera” y “Las Bodas”, donde comienza a apartarse de este primer estilo; a su época neoclásica corresponden; “La historia del soldado”, “Pulcinella”, basado en temas y estilos desde Pergolesi, el “Octeto” para instrumentos de viento, “Oedipus Rex”, una ópera-oratorio, “Apollon Musagètes”, “El Beso del Hada”, ballet basado en temas de Tchaikovsky, “La Sinfonía de los Salmos” para coro y orquesta, y “Partida de Cartas”. Entre sus composiciones posteriores se cuentan “Los Robles de Dumbarton”, concierto para 16 instrumentos; las “Danzas concertantes”, el “Concierto de Ebano” para clarinete y banda de swing y otras más.

Sergei Prokofiev (1891 – 1953). – Tal vez ningún otro compositor ruso moderno ha tenido ese éxito inmediato con el público como en el caso de Prokofiev. Su estilo individualista y colorido puede resumirse en lo siguiente: (1) es objetivo; (2) es neoclásico por la claridad de su forma y textura; (3) usa el contrapunto rara vez pero de manera efectiva; (4) le agradan los cambios abruptos y las tonalidades remotas (multitonalidad) con algo de bitonalidad; (5) su estilo melódico es angular o diatónico, fluido y cantabile; (6) usa preferiblemente tiempos regulares de cuatro por cuatro y ritmos regulares periódicos; (7) su estilo armónico es ácido, disonante, pero no excesivamente; (8) su música es característicamente aguda y humorística. En sus obras encontramos música para piano, para orquesta (tal vez lo más

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conocido es su “Sinfonía Clásica”), un cuento infantil titulado “Pedro y el Lobo”, conciertos para piano y violín, música para ballet (“Chout”, “La Cenicienta”), óperas (“El amor por tres naranjas” y “La guerra y la paz”), lo mismo que una lista impresionante lista de pizas de cámara y vocales.

Dmitri Shostakovitch (1906 – 1975) representa, más que otros, el punto de vista de la Rusia soviética aunque él, al igual que otros compositores de la Unión Soviética, fueron denunciados periódicamente por el Politburó por escribir “música burguesa y capitalista” pero, a pesar de las limitaciones impuestas, su estilo es personal, caracterizado por; (1) objetividad; (2) negación de lo romántico místico y sombrío; (3) uso de temas del siglo XX con un tratamiento satírico (p.ej. su ballet “La Edad Dorada”, que es una sátira al capitalismo); (4) uso de formas sinfónicas convencionales con el scherzo en el segundo movimiento; (5) inversión del orden de temas en la recapitulación de la forma sonata-allegro; (6) uso de tiempos dobles (el tiempo triple lo emplea casi siempre en tonalidades menores o para caricaturizar el vals); (7) una de sus figuras rítmicas favoritas es la de una corchea seguida por dos semicorcheas (o oo); (8) sus primeros temas son muy rítmicos, esencialmente diatónicos y con ornamentación cromática; (9) angularidad del material temático; (10) modulaciones inesperadas; (11) instrumentación individualizada; (12) división de las cuerdas y efectos especiales, p.ej. uso del glissando; (13) explotación de los registros alto y bajo; (14) uso independiente de la percusión; (15) uso del piano en obras orquestales; (16) uso del punto de pedal invertido, trémolo en las cuerdas altas; (17) amplio uso de escalas; y (18) estilo individualista del piano: percutivo y con registros extremos. La obra de Shostakovitch está presente en todos los medios, principalmente la sinfonía, la ópera y el ballet. Entre sus obras más conocidas pordemos citar “La nariz”, ópera basada en una pieza teatral de Gogol; “La Edad Dorada”, ópera; “Lady Macbeth del Distrito de Mzensk”, nueve sinfonías, siendo las más conocidas la primera y las últimas cuatro; una suite para orquesta de jazz y una reorquestación del Boris Godunov de Moussorgsky.

Música coral y religiosa. – Hacia finales del Siglo XIX y primera mitad del XX se ha escrito mucha literatura coral interesante en Rusia, a lo cual han contribuido las sociedades corales, como la de los Cosacos del Don, y también por el énfasis que le pone la Iglesia Ortodoxa Griega a la música. La música de la iglesia rusa es de una profunda atmósfera religiosa que recuerda el estilo “a capella” de la música eclesiástica del Renacimiento. Algunos compositores de este período son Alexander Archangelsky, Alexander Kastalsky y Alexander Grechaninov.

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Rusia ha desarrollado una importante escuela musical durante el siglo XX. Otros compositores de mención surgidos de ella son Myaskovsky, Glazunov, Glière, Ippolitov-Ivanov, Tcherepnin, Kabalevsky y A. Khatchaturian, compositor armenio.

AUSTRIA Y ALEMANIA. - En términos generales ha habido un sensible declinar de música creativa en Alemania durante la primera mitad del Siglo XX, preocupado como estaba el país con la agresión militar y debido a que el desarrollo cultural no era parte esencial del régimen Nazista. Las innovaciones más importantes han venido de Austria en los adelantos sobre atonalidad.

Schönberg y la Atonalidad. – Ciertamente una de las figuras más influyentes del Siglo XX es Arnold Schönberg (1874 – 1951). Aunque su música no ha gozado de mucha popularidad, sí ha influido enormemente en el estilo de composición y la técnica de interpretación actuales. Las primeras obras de Schönberg son de corte post-wagneriano, con influencia de Mahler (“Noche Transfigurada”). En la primera década del Siglo XX el estilo de Schönberg se inclina hacia la música atonal (las “Gurre-Lieder”).

El sistema dodecafónico. - Ideado por Schönberg, es un recurso técnico para llegar a la atonalidad. Parte de que existe una igualdad tonal de los doce tonos de una octava. Cualquier sugerencia de tonalidad debe evitarse a toda costa. Una composición dodecafónica se basa en una serie melódica compuesta por esos doce tonos en los cuales se divide una octava. Está construida de tal manera que no haya ninguna sugerencia de acorde o relación tonal. Esta serie, que no es un tema en el sentido ordinario de la palabra, no se reduce a los límites de una octava. No se puede repetir una nota en una voz dada antes de que se haya tocado todas las notas. La serie puede someterse a infinitos cambios rítmicos y se puede alterar melódicamente de varias maneras: (1) por transposición de un tono de la serie una o más octavas arriba o abajo; (3) por inversión; (4) por retrogradación (tocar la serie al revés); (5) por retrogradación de 2, 3, 4 o 6 (p. ej. retrogradación por dos significaría tocar la serie original en el orden de 2 1 4 3 6 5, etc.); o (6) por combinación de los recursos anteriores. Una misma composición puede emplear dos series diferentes de tonos.

El estilo de Schönberg. – Otros elementos en el estilo de Schönberg, resultantes del sistema dodecafónico son: (1) extrema angularidad de la línea melódica; (2) saltos de intervalos disonantes (disonancia melódica); (3) oscuridad formal; (4) uso extremo de la disonancia (no se permite consonancia porque sugiere tonalidad); (5) textos medio

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hablados, medio cantados en la música vocal; (6) gusto por temas mórbidos (“Pierrot lunaire”).

Críticas al sistema de Schönberg. – En su intento de apartarse de toda práctica convencional en la música el sistema dodecafónico es, desde un punto de vista estético, un arte más negativo que positivo. Es una negación de la tonalidad, de la progresión armónica, de la consonancia y de la claridad formal, sin suficientes elementos positivos que reemplacen a éstos. El sistema de la serie tonal le da cierta oscura unidad a la música pero esa unidad es más teórica que práctica, ya que incluso un músico no puede aprehender su construcción con sólo escuchar la músic: se necesita hacer un análisis técnico partitura en mano para saber qué está ocurriendo. Y, debido a las arbitrarias y severas limitaciones del sistema, adolece de una objetable monotonía.

Principales obras de Schönberg. – “Noche Transfigurada”, poema sinfónico neo-romántico; “Gurre-Lieder” para solistas, orquesta y coro; “El jardín colgante”, ciclo de canciones; “Pierrot lunaire”, para voz y cinco instrumentos combinados de manera variada sobre veintiun versos de Albert Giraud. Schönberg también tiene un número considerable de piezas para piano, música de cámara, entre ella cuatro cuartetos para cuerda y “Un sobreviviente de Varsovia”, cantata para narrador, coro y orquesta.

Otros Compositores de la Escuela Vienesa: Los discípulos de Schönberg conformaron lo que se llamó Escuela Vienesa. Sus principales representantes son Anton Webern, quien escribió canciones, música de cámara y algunas obras orquestales; Alban Berg, conocido principalmente por la atonal “Wozzek”, una “Suite Lírica” para cuarteto de cuerdas y su concierto para violín titulado “A la memoria de un ángel”, en el que emplea libremente la técnica dodecafonista; Ernst Krenek quien, luego de abandonar el sistema es recordado por su ópera de jazz “Jonny Spielt Auf”, además tiene un número considerable de composiciones para piano, música de cámara, algunas cantatas y cinco sinfonías; y Egon Wellesz, musicólogo y compositor que también abandonó el sistema dodecafónico.

Richard Strauss (1864-1949) pertenece a los finales del Siglo XIX y primeras décadas del XX. Prácticamente abandonó la composición en sus últimos treinta años. Su estilo puede clasificarse como neoromántico debido a su gusto por las orquestas enormes y su masiva, aunque colorida y brillante orquestación. Su estilo armónico y melódico pertenece al Siglo XX, sin llegar a los extremos de Schönberg y Stravinsky. Su obra está costituida más bien por poemas sinfónicos (mencionados en otra parte de este texto) y algunas óperas: “Salomé”,

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“El Caballero de la Rosa”, “Elektra” y “La Mujer sin Sombra”, además de canciones.

Paul Hindemith (1895-1963) ha contribuido al modernismo con el contrapunto moderno neoclásico y música funcional. Es sin duda uno de los principales compositores de la primera mitad del Siglo XX. Su estilo es: (1) esencialmente contrapuntístico; (2) armónicamente disonante, como resultado de la independencia melódica; (3) a menudo melódicamente angular con saltos disonantes; (4) básicamente tonal en el sentido de que comienza y termina en una tonalidad, aunque oscurecida desde el principio por el empleo de tonalidades remotas; (5) neoclásico en su economía de material y claridez de textura.

Obras.- Las principales son las óperas “Cardillac” y “Neues von Tage”, el ciclo de canciones “Marienleben”, otra ópera, “Mathis der Maler” más conocida en su forma de suite sinfónica, mucha música de cámara, piezas de concierto, el ballet “Nobilissima Visione” sobre la vida de San Francisco de Asís, el “Tema con Variaciones sobre los Cuatro Temperamentos” para cuerdas y piano y otras más.

Ernest Bloch.- (1880-1959), suizo pero educado en el estilo alemán, es uno de los compositores más importantes de música judía. Su estilo es notable por los libres elementos rítmicos y el frecuentes cambio de tiempo. Sus formas son libres, rapsódicas y no se atienen a estructuras sinfónicas convencionales. Su música tiene definitivamente una cualidad romántica y se encuentran muchos elementos judíos en las construcciones armónicas y melódicas. Sus principales obras son: el poema sinfónico “Tres poemas judíos”, la sinfonía con voces “Israel”, la rapsodia “Schelomo” para violoncelo y orquesta y otras más.

Kurt Weill (1900-1950) se conoce principalmente por sus óperas, la más conocida de las cuales es la “Opera de los Tres Peniques”, basada en la Opera del Mendigo, de Gay. Su estilo combina elementos del expresionismo con ritmos tomados del lenguaje del jazz. Mencionemos finalmente a Ernest Toch (1887-1964), también alemán, quien escribió mucha música para piano y de cámara, óperas, música para el cine y radioteatro. Entre sus obras están “La flauta china” para orquesta de cámara y soprano; “Hyperion”, “Un preludio dramático” para orquesta y otras más.

INGLATERRA.- Este país, que no se destacó entre las naciones de liderazgo musical desde los tiempos isabelinos, sí lo ha hecho en el Siglo XX. Ha surgido un interés por la música nacional y por las formas

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sinfónicas, encabezado por Cecil Sharp (1895-1924), quien coleccionó más de 2800 canciones folclóricas de Inglaterra y Estados Unidos.

Ralph Vaughan Willliams (1872-1958) es uno de los compositores más importantes del Siglo XX en Inglaterra. Los principales elementos de su estilo son: (1) extenso uso de la neomodalidad (p.ej. en su “Fantasía sobre un Tema de Tallis” ; (2) extenso uso de material y estilo folclóricos; (3) algo de paralelismo; (4) relaciones cruzadas ocasionales; y (5) cierto uso de disonancias extremas. Obras: Ha escrito una considerable cantidad de música coral, obras orquestales, sinfonías (incluyendo la “Sinfonía de Londres”), música de cámara y ciclos de canciones.

Gustav Holst (1874-1934) adoptó un lenguaje propio del Siglo XX pero es individualista y de gran creatividad melódica. Durante cierto tiempo se sintió inclinado hacia los textos sánskritos que inspiraron algunas de sus obras. Emplea motivos reiterados y frecuente quasi-ostinato, lo mismo que tiempos inusuales (cinco por cuatro, siete por cuatro, etc.) y a veces omite la barra de compás. Tiene una marcada inclinación al misticismo en la música. Su obra más conocida es la suite sinfónica titulada “Los Planetas”. También escribió piezas para bandas militares, música coral sagrada y profana y muchos arreglos folclóricos.

(Sir) Arnold Bax (1883-1953) fue un prolífico compositor desde sus tiempos de juventud. Su música muestra la influencia del folclor irlandés y su estilo es predominantemente neoromántico, diatónico y rico en diversidad armónica. Compuso en todos los medios prácticamente y también ha hecho arreglos de canciones folclóricas inglesas y francesas. Su principal contribución ha sido a la música coral, orquestal y de cámara.

Frederick Delius (1863-1934) no fue progresista ni nacionalista. Tiene un estilo ecléctico, con influencias de diversas procedencias: (1) del negro americano, gracias al tiempo que residió en la Florida como agricultor de naranjas; (2) del impresionismo francés; (3) del romanticismo alemán, debido a sus estudios en Leipzig; (4) de Escandinavia, debido a sus viajes por la región norte. De todas éstas el impresionismo es la más evidente. Su obra comprende óperas, poemas sinfónicos, obras corales y algunas canciones y música de cámara.

(Sir) Benjamin Britten (1913-1976) es seguramente el compositor más popular de mediados del Siglo XX; aunque ha escrito para muchos medios, incluyendo el cine, es más conocido por sus obras dramáticas,

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las óperas “Paul Bunyan”, “Peter Grimes”, “The Rape of Lucretia”, una versión de “The Beggar´s Opera” y “Billy Budd”.

La lista de compositores británicos importantes en el Siglo XX es abundante. Mencionemos sin embargo los nombres de Granville Bantok, (Sir) Edward Elgar, Cyril Scott, Frank Bridge, Arthur Bliss, William Walton y Constant Lambert.

ITALIA.- Desde el Siglo XVII Italia no se ha vuelto a distinguir como innovadora en el campo de la música. En el Siglo XIX la ópera, en la que los italianos sí llevaron la bandera de este género al estilo italiano, opacó cualquier otro intento de creatividad en otros medios. No obstante en el Siglo XX ha habido algunos esfuerzos de compositores que han logrado, a partir de su propia historia musical, hacer algunas contribuciones en la música y en el campo de la musicología.

Ferruccio Busoni (1866-1924): maestro, compositor, pianista, crítico, editor y arreglista, ha ejercido una influencia importante en el pensamiento musical, tanto en su país como en el exterior. Tiene ideas originales, auncuando continúa siendo básicamente un romántico.

Ottorino Respighi (1879-1936) es el más importante de los modernistas italianos, con su estilo personal, que le presta atención al diseño estructural. Utiliza una moderna paleta orquestal con inclinaciones impresionistas. Ha empleado algo del canto gregoriano en su producción musical. Es conocido principalmente por sus obras orquestales “Los pinos de Roma”, “Las fuentes de Roma” y su ópera “La Campana sommersa, Semirama”, además de canciones y obras de cámara.

Ermanno Wolf-Ferrari (1876-1948) representa la continuación de la tradición operática del verismo en el Siglo XX. Su obra más conocida es tal vez la ópera “Las Joyas de la Madonna” y otras más escritas a la manera buffa.

Otros compositores italianos son Francesco Malipiero, Alfredo Casella, Ildebrando Pizzetti y Gian Carlo Menotti.

HUNGRIA.- El nacionalismo húngaro del Siglo XIX se vio representado en la creación de Franz Liszt y sus rapsodias húngaras, pero no fue sino hasta el XX cuando este país recibió el reconocimiento mundial, gracias a la aparición de importantes compositores modernistas.

Béla Bartók.- (1881-1945) es uno de los principales nombres en la música progresista, lo mismo que uno de los principales líderes de la

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música nacionalista húngara. Recogió más de 6000 canciones de origen magyar, eslovaco y rumano y estudió profundamente su música. Su estilo está coloreado por el folclor, aunque es decididamente personal y original. Sus primeras obras están influenciadas por Brahms y posteriormente por el impresionismo. Más adelante se pueden ver trazos de Schönberg y Stravinsky. Es neoclasicista hasta cierto punto (p. ej. en el manejo contrapuntístico de su primer concierto para piano). Los aspectos más llamativos de su estilo son sus ritmos percutivos, dinámicos y a menudo intrincados, derivados de los patrones de las danzas húngaras. También es progresista en su empleo de la armonía politonal y ásperas disonancias. Su estilo armónico igualmente muestra la influencia de la modalidad húngara. Bartók tiene un buen sentido de la estructura formal. Obras: Bartók escribió para una variedad de medios; tiene obras orquestales, conciertos, música para piano, de cámara y coral. Debe mencionarse su método “Mikrocosmos”, en el que se revelan los principales aspectos de su moderno estilo húngaro. También se deben mencionar sus 24 dúos para dos violines, una sonata para dos pianos y percusión, 1 concierto para violín, varios para piano y obras dramáticas, entre ellas la ópera “El Castillo de Barba Azul”, “El Mandarín Prodigioso” y “El Príncipe de Madera”. Sus cuartetos para cuerdas son importantes en el estudio de este tipo de ensamble.

Ernst Dohnányi (1877-1960) es más conservador y menos nacionalista que Bartók y Kodály. Su estilo es personal y más inclinado al Siglo XIX que al XX. Entre sus obras se encuentran algunas para orquesta, música de cámara y para el piano. Típicas de su estilo son las “Variaciones sobre una canción de cuna” y su “Suite orquestal en F sostenido menor”.

Zoltan Kodály (1882-1967) fue colega de Bartók en el trabajo investigativo sobre la música húngara y exploración de sus posibilidades. Su estilo es definitivamente nacionalista, con un talento especialmente melódico, unido a una expresión concisa y gusto por lo pintoresco. Su mayor contribución se encuentra en la música de cámara, además de otras obras. Se lo recuerda especialmente por su método de estudio de la música, muy empleado en las escuelas modernas.

ESPAÑA.- En la música española del Siglo XX también se manifiesta un fuerte sentimiento nacionalista. Hay poca de carácter ultramoderno, más bien con tendencia hacia lo romántico o impresionista. Al igual que en Italia, ha habido un despertar del interés por la música española del pasado.

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Manuel De Falla (1876-1946) es el más importante compositor español del Siglo XX y, aunque no utiliza melodías folclóricas en su música, el elemento folclórico es muy pronunciado. Ha asimilado los estilos de Cataluña, Andalucía y otras regiones de su país. Un patrón melódico característico de la cadencia andaluza (A G F E – o si nó A G# F E) es frecuente en su música, lo mismo que el modo frigio. Se percibe alguna oscuridad tonal dentro de un estilo regularmente tonal. Frecuentemente modula a una tonalidad de una tercera menor por debajo de la tónica en la cadencia final. El ritmo es muy importante en la música de De Falla y, además de los patrones rítmicos españoles, emplea poliritmos y otras complejidades rítmicas. Sus melodías por lo general se desenvuelven dentro de un registro estrecho. Su estilo orquestal se deriva de la escuela francesa moderna con ciertos rasgos impresionistas. Entre sus obras se destaca el drama lírico “La Vida Breve”, “El Sombrero de Tres Picos” (ballet arreglado como suite orquestal), “Noches en los Jardines de España” para piano y orquesta, un concierto para clavecín y flauta, oboe, clarinete, violín y violoncello y muchas piezas de cámara, piano y canciones.

Felipe Pedrell (1841-1922) es el musicólogo español más importante, no solamente por sus investigaciones del folclor nativo, sino porque editó publicaciones modernas de las obras de Victoria, Morales, Milán y otros músicos. También fue maestro y orientador de la escuela nacionalista española de la cual surgieron músicos de la talla de Albéniz y De Falla.

Otros compositores españoles son: Isaac Albéniz, romántico impresionista; su obra más conocida es la “Suite Iberia “ para orquesta. También escribió mucha música para piano; Enrique Granados, también compositor al estilo del Siglo XIX, con música típicamente española; su obra más popular es la ópera “Goyescas”, basada en una serie anterior de piezas para piano.

FINLANDIA.- Jean Sibelius (1865-1957) puede ser considerado como uno de los grandes compositores del Siglo XX. Aunque no hace empleo directo de la música folclórica finlandesa, es básicamente romántico en su naturaleza subjetiva e inclinación programática. Es individualista y no ha seguido las corrientes innovadoras del siglo. Entre sus rasgos estilísticos se distinguen: (1) el uso de motivos cortos más que de material extendido melódicamente, salvo en algunos casos; (2) tratamiento del ostinato, reiteración incesante de un tema o motivo corto; (3) melodías que parecen gravitar en torno al tercer grado de la escala; (4) armonías rígidas, no extremadamente disonantes; (5) un recurso favorito son los crescendos inesperados, generalmente en los metales, seguidos por un abrupto silencio; (6) uso prominente de los timbales; (7) sus sinfonías y poemas tonales

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muestran un inusual sentido formal que rara vez se conforma a estrictas estructuras sinfónicas; (8) toda su música transmite una melancolía contemplativa. Su obra sinfónica es la más conocida, sobre todo el poema sinfónico “Finlandia”.

ARGENTINA.- El Siglo XX ha visto un interés creciente por la música en América Latina, lo que ha llevado a un desarrollo de la educación musical en los países de esta parte del continente. Los estilos, como regla general, siguen líneas europeas combinadas con rasgos indigenistas. En la Argentina los compositores más destacados han sido Alberto Williams y, sobre todo, Alberto Ginastera.

BRASIL.- En su música se combinan elementos portugueses, españoles, africanos y nativos, de los cuales el africano parece ser el más fuerte. En en Siglo XIX ya hubo algunos compositores, como José García, compositor de música religiosa y Francisco Manuel, fundador del Conservatorio de Rio de Janeiro; pero el compositor más importante de toda América Latina es Heitor Villa-Lobos (1887-1959), muy prolífico, con más de 1400 obras a su haber, en un estilo algo disparejo pero altamente original y nacionalista. Muy conocidos son sus “choros”, lo mismo que “Momo precoce”, un trabajo para piano y orquesta y las famosas “Bachianas brasileiras”, que comprenden cinco suites para diversos ensambles instrumentales.

Otros compositores de América Latina.- En Chile: José Zapiola; en Colombia; Guillermo Uribe Holguín (aunque el tema de Colombia se comentará en un documento aparte); el el Perú Daniel Alomias Robles; en Venezuela Vicente Emilio Sojo; en México, Carlos Chávez, dirigido hacia el nacionalismo de su país. Entre sus obras se pueden mencionar “Los Cuatro Soles”; Manuel Ponce y Silvestre Revueltas también son mexicanos.

ESTADOS UNIDOS.- Este país se ha convertido en una de las naciones líderes en el campo de la música a nivel mundial. Aunque no ha producido compositores de la talla de un Stravinsky o Hindemith, sí los hay muy prominentes y el creciente interés hacia los compositores norteamericanos puede deberse lo siguiente; (1) los directores incluyen cada vez más composiciones americanas en sus programas; (2) la creación de gremios que estimulan una música de carácter nativo; (3) el otorgamiento de becas, premios y fundaciones para estimular el talento.

Nacionalismo en los Estados Unidos.- No existe un nacionalismo como tal en los Estados Unidos, no hay un estilo indigenista, no tiene un estilo propio, pero hay una variedad de complejos estilos heterogéneos, por varias razones; (1) la influencia europea, cuyas

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fuertes tradiciones han impedido un estilo americano indigenista. La llegada de músicos, directores, compositores y profesores europeos al país en el Siglo XIX y principios del XX tiene mucho que ver. Hasta hace relativamente poco tiempo existía la noción de que músicos y compositores debían recibir su entrenamiento en Europa para poder adquirir una sólida educación musical. Los productos de las excelentes escuelas y conservatorios norteamericanos han abolido este concepto erróneo; (2) el eclecticismo infundido por las diversas innovaciones musicales, como el impresionismo, la atonalidad, el clasicismo, la escuela francesa, etc.; (3) el individualismo norteamericano ha contribuido su parte en contra de un estilo nacional uniforme; (4) la escasez de música folclórica nativa, ya que debido a la juventud del país y la heterogeneidad de sus gentes, no hay una música folclórica estadounidense; en lugar de ésta han surgido las composiciones de Stephen Foster, las canciones de vaqueros, la música del indio americano (de poca influencia en la composición) y la música afro americana, la de mayor influencia.

El jazz- El único desarrollo verdaderamente americano es el jazz, con mucha influencia, tanto de compositores extranjeros como nacionales. Aunque se ha extendido, el jazz no constitutye un estilo americano, sino un elemento, ciertamente digno de estudiar por lo complejo de sus orígenes.

Compositores americanos (estadounidenses) .- El Siglo XX ha producido una enorme cantidad de compositores estadounidenses, imposibles de abarcar en esta síntesis por lo cual será muy incompleta:

Charles Ives (1874-1954).- Es capaz de expresarse en varios estilos; es en gran parte un músico amateur autodidacta que ha experimentado con las innovaciones de otros compositores como Stravinsky y Schönberg: poliarmonías, poliritmos, disonancia, atonalidad, cambios de tiempo, ritmos de jazz, todo esto al lado de otros elementos conservadores. Ha escrito sinfonías, obteniendo el Premio Pulitzer por su Tercera. Tiene además piezas orquestales para diversas combinaciones de instrumentos, un cuarteto de cuerdas, música de cámara y obras para coro.

Edgard Varèse (1886-1965), nacido en Francia. Tiene un estilo duro, con énfasis en la percusión, fragmentación melódica y descuido por la claridad estructural. Orquestación colorida y peculiar uso de los tiempos, p. ej. tres por cuatro y medio .

Walter Piston.- (1894-1976) emplea mucha música atonal con ritmos vigorosos, cuartas aumentadas y séptimas mayores, evitando deliberadamente las relaciones de tónica-dominante en su armonía. Su

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expresión es directa y es muy inclinado a la escritura contrapuntística. Ha escrito obras para orquesta, sinfonías, coro y música de cámara, además del ballet “El flautista increíble”. Es autor del tratado “Armonía, contrapunto y orquestación”.

George Gershwin (1898-1937).- representa el eslabón entre el Tin Pan Alley y la sala de concierto. Muy conocido por sus éxitos en Broadway. Hace mucho uso del lenguaje jazzístico, de lo cual son ejemplo su “Rapsodia en Blue”, “Un Americano en París”, su concierto para piano y la ópera “Porgy and Bess”.

Roy Harris (1898- ?) ha gozado de gran aceptación entre el público, quien lo ha considerado a veces como “el” compositor americano. Su obra pertenece más bien al campo orquestal, coral y de cámara. Mencionemos “When Johnny Comes Marching Home”, “Old Black Joe”, sus Quinta y Sexta Sinfonías y el “Concierto de Cumberland”.

Aaron Copland (1900-1990).- Es uno de los más importantes compositores estadounidenses y ha escrito mucha música para el cine, el teatro, el ballet y la radio. Entre sus obras más conocidas se cuentan el “Salón México”, “Appalachian Spring” y “Quiet City”, esta última para trompeta, corno francés y cuerdas.

Samuel Barber (1910-1981).- se ha dado a conocer, curiosamente, por el movimiento lento, “Adagio” de su cuarteto para cuerdas, que se ejecuta muchas veces de manera independiente, aunque tiene otros trabajos importantes como su “Sinfonía en un movimiento”, el “Concierto Capricornio” y “Knoxville”, para soprano y orquesta.

Gian Carlo Menotti (1911- ?), nacido en Italia, es el más importante compositor de óperas americano. Mencionemos solamente “Amelia al Ballo”, “The Old Maid and the Thief”, “The Telephone” (ópera buffa) y la ópera infantil “Amahl and the Night Visitors”.

Leonard Bernstein (1918-1990), pianista, director de orquesta, educador y compositor de música seria y exitosos musicales, es una de las figuras más prominentes en el campo de la música en los Estados Unidos. La obra que lo lanzó al conocimiento público fue la música para el musical de Broadway y posterior película “West Side Story”, si bien Bernstein hubiera preferido ser recordado por otras diferentes, de corte más serio como la “Jeremiah Symphony” y los ballets “Fancy Free” y “Facsimile”. Además de los compositores mencionados pertenecen a este numeroso grupo otros nombres distinguidos como los de Charles Loeffler, Charles Griffes, Howard Hanson, Virgil Thomson, Henry

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Cowell, Quincy Porter, Randal Thompson, Paul Creston, Morton Gould, Elliott Carter, Norman Dello Joio, John Cage y muchos otros.

XXX LA MUSICA EN COLOMBIA EN EL SIGLO XXArtículo del Dr. Luis Carlos Rodríguez Alvarez