comentario del libro: imagen y apariencia del cuerpo humano de paul schilder, editorial paidos...

8
AALE – Formación Profesional en Eutonía, Buenos Aires, Argentina Asignatura: Análifsis de la Bibliografía – Primer Año – 2012 Alumno: Rodolfo Fenoglio Comentario del libro: IMAGEN Y APARIENCIA DEL CUERPO HUMANO de Paul Schilder, Editorial Paidos (1994) DESARROLLO La lectura de este libro me produjo una sensación similar a la de El tacto de Montagu. Ambos son libros que aportan tanta información y variedad de perspectivas que se hace difícil hacer un comentario que abarque su totalidad. Se me ocurre que son algo así como libros de referencia para la consulta permanente del alumno y del profesional. Ambos, también, incluyen datos y comentarios de disciplinas muy específicas que soy incapaz de comprender, por lo menos en esta instancia de mi formación. Aparentemente Schilder es el creador del concepto de “esquema corporal” (en un libro anterior de 1923), definido en la Introducción cómo “la imagen tridimensional que todo el mundo tiene de sí mismo” (pág. 15). Al comienzo de esta Introducción, Schilder comienza hablando de “imagen corporal”, a la que

Upload: rfenoglio

Post on 26-Dec-2015

408 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Comentario del libro:IMAGEN Y APARIENCIA DEL CUERPO HUMANOde Paul Schilder, Editorial Paidos (1994) estableciendo relaciones con la eutonía de Gerda Alexander. (Tarea escolar)

TRANSCRIPT

Page 1: Comentario del libro: IMAGEN Y APARIENCIA DEL CUERPO HUMANO de Paul Schilder, Editorial Paidos (1994)

AALE – Formación Profesional en Eutonía, Buenos Aires, ArgentinaAsignatura: Análifsis de la Bibliografía – Primer Año – 2012Alumno: Rodolfo Fenoglio

Comentario del libro:IMAGEN Y APARIENCIA DEL CUERPO HUMANO

de Paul Schilder, Editorial Paidos (1994)

DESARROLLO

La lectura de este libro me produjo una sensación similar a la de El tacto de

Montagu. Ambos son libros que aportan tanta información y variedad de

perspectivas que se hace difícil hacer un comentario que abarque su totalidad. Se

me ocurre que son algo así como libros de referencia para la consulta permanente

del alumno y del profesional. Ambos, también, incluyen datos y comentarios de

disciplinas muy específicas que soy incapaz de comprender, por lo menos en esta

instancia de mi formación.

Aparentemente Schilder es el creador del concepto de “esquema corporal” (en un

libro anterior de 1923), definido en la Introducción cómo “la imagen tridimensional

que todo el mundo tiene de sí mismo” (pág. 15). Al comienzo de esta Introducción,

Schilder comienza hablando de “imagen corporal”, a la que define como “aquella

representación que nos formamos mentalmente de nuestro propio cuerpo, es

decir, la forma en que éste se nos aparece” (pág. 15). Schilder se habría basado

en estudios anteriores de Head, quien trabajó sobre la noción de “modelo postural

del cuerpo”. (Aparecen en la bibliografía trabajos de Head de 1911y 1920).

El gran mérito de Schilder es que habría superado a la psicólogos de su tiempo,

que sólo se ocupaban de la descripción de las sensaciones, pero que eran

incapaces de captar la percepción del cuerpo tomo un todo unitario, qué es lo que

el autor intenta hacer en esta obra. Para Schilder, más allá de las sensaciones,

Page 2: Comentario del libro: IMAGEN Y APARIENCIA DEL CUERPO HUMANO de Paul Schilder, Editorial Paidos (1994)

“está la experiencia inmediata de que existe una unidad corporal“ (pág. 15). O,

como dice en la Conclusión: “el cuerpo siempre está presente; no es el producto

de sensaciones sino que se halla coordinado con las sensaciones, las cuales

adquieren un significado final sólo gracias a esta unidad, que es una de las

unidades fundamentales de nuestra experiencia” (p. 243). Por lo tanto, las

sensaciones “sólo adquieren significado en relación en con el modelo postural del

cuerpo” (p. 254).

Schilder se ocupa en muchos pasajes de la teoría de la gestalt, a la que considera

insuficiente y “demasiado estática”. Quienes parecen haber estado más cerca de

sus ideas son los filósofos, con quienes Schilder tiene algunas afinidades, aunque

también plantea sus discrepancias con ellos.

Schilder critica a la psicología de su tiempo por considerar a la sensación

separada de la acción. Para el autor movimiento y acción son imprescindibles para

el desarrollo de la imagen del cuerpo. Dice en la página 49: “La experiencia y el

esfuerzo activo son necesarios incluso para la elaboración y la adquisición de la

localización táctil de un solo contacto, que no es un don inmediato brindado por el

mundo exterior a nuestra conciencia”. Y más adelante: “No sólo hacen falta

movimiento activos voluntarios y semivoluntarios, para construir el modelo postural

del cuerpo, sino también todo el estado tónico del cuerpo habrá de darle forma al

modelo postural (pág. 251)”.

Esto no implica negar la importancia de las sensaciones: “La experiencia de

nuestro propio cuerpo se basa en impresiones ópticas y táctiles”. Schilder realiza

un extenso análisis de esta cuestión.

Parece evidente que un aporte central de Schilder ha sido el de intentar unificar

los aportes de la fisiología y la neuropatología con los de la psicología, incluyendo

el psicoanálisis, al que aborda en detalle, aunque con cuestionamientos a algunos

de los puntos de vista de Freud. Dice en la pág. 11 de la Introducción: “A nuestro

juicio, la teoría del organismo puede y debe ser incorporada a una teoría

psicológica que vea la vida y la personalidad como una unidad. (...) Para el autor

Page 3: Comentario del libro: IMAGEN Y APARIENCIA DEL CUERPO HUMANO de Paul Schilder, Editorial Paidos (1994)

“no existe ningún abismo entre lo orgánico y lo funcional. La mente y la

personalidad son entidades tan eficaces como el organismo.” Las siguientes

afirmaciones hablan a las claras de la importancia del plano psíquico en la

construcción de la imagen del cuerpo: “Si deseamos comprender el desarrollo del

modelo postural del cuerpo, no habrá ninguna razón para que digamos que el

plano fisiológico es primitivo y el psíquico complicado. En efecto, deberemos tratar

de comprender el modelo postural del cuerpo desde un punto de vista puramente

psicológico. (...) La vida emocional desempeña un papel decisivo en la

configuración definitiva del modelo postural del cuerpo” (pág. 254).

Un aspecto sumamente interesante de la teoría de Schilder, es que el esquema

corporal no es una noción estática y definitiva, sino que es una construcción, “algo

cuya estructura se halla sujeta a permanentes transformaciones” (pág. 254). Esto

ya había sido planteado anteriormente por Head: “Mediante perpetuas

alteraciones de la posición, construimos constantemente un modelo postural de

nosotros mismos, sujeto a continuos cambios.” (Head, citado por Schilder, p. 16).

Dice el autor en la pág. 246: “Existen tendencias que tratan de completar la

imagen corporal; pero es imposible mantenerla completa sin un esfuerzo

renovado. También existen tendencias opuestas. Hay, por ejemplo, una tendencia

hacia la disolución de la imagen corporal. (...) La imagen corporal no es nunca,

para decirlo de un modo paradójico, una estructura completa; nunca es estática:

siempre hay tendencias disolventes”.

En estas transformaciones y acomodaciones del esquema corporal, el tiempo es

un factor muy importante: “En esta construcción y organización no sólo se utilizan

las experiencias actuales, sino también las pasadas, y la función de la memoria

consiste en tener listo el material para la nueva organización. La memoria, el

aprendizaje y la experiencia se basan en el hecho psicológico fundamental de que

las experiencias pretéritas no desaparecen de nuestra mente, y pueden ser

utilizadas para las nuevas organizaciones” (pág. 246).

Otro aspecto muy interesante es que el esquema corporal no termina en los

límites del cuerpo físico, ya que “se proyecta” a los instrumentos, vestimentas y

Page 4: Comentario del libro: IMAGEN Y APARIENCIA DEL CUERPO HUMANO de Paul Schilder, Editorial Paidos (1994)

accesorios, a “todo aquello que participa del movimiento consciente de nuestros

cuerpos” (pág. 16).

Schilder dedica un capítulo especial a la “sociología” de la imagen corporal, y dice

en la Conclusión: “Una imagen corporal es siempre, en cierto modo, la suma de

las imágenes corporales de la comunidad entera, de acuerdo con las diversas

relaciones de dicha comunidad” (pág. 258). Existe una total interdependencia

entre la imagen corporal propia y la de los demás: “son iguales, y no es posible

explicar la una en función de la otra”, existiendo un continuo intercambio entre

ambas. Dice en el mismo párrafo: “Existe, por cierto, una imagen social del

cuerpo”.

COMENTARIO

La lectura del libro de Schilder nos introduce en la fascinante discusión sobre algo

tan multifacético como la conciencia del cuerpo. El autor nos propone un

entrecruzamiento de disciplinas, y a medida que la obra avanza se va abriendo un

abanico de interrogantes y de posibles respuestas. Es loable su intento de mirar el

cuerpo desde todas las perspectivas de que dispone, y tal vez lo que más nos

asombre es esta “inestabilidad” de la imagen del cuerpo: sus transformaciones en

el tiempo, sus proyecciones en el espacio, la estrecha relación entre el cuerpo

propio y el cuerpo de los otros, el hecho de que estemos continuamente

construyendo –y destruyendo- nuestro “esquema corporal”.

En la cátedra de Psicología nos preguntábamos: “¿De qué cuerpo hablamos en

eutonía?”, y veíamos las dificultades involucradas en la respuesta a esta pregunta.

En un artículo titulado Ni siquiera sabemos de qué cuerpo hablamos1, Susana

Kesselman lo plantea del siguiente modo: “Nadie ignora que el cuerpo no es un

conjunto de vísceras, ni un conjunto de huesos, ni una extensión de la piel. Pero

quién sabe lo que es el cuerpo”. Y más adelante señala “El proceso que se inicia

con el análisis del cuerpo, al desplegar la conciencia corporal, nos introduce en un

1 Se trata de una ficha de la cátedra Psicología I, sin datos editoriales.

Page 5: Comentario del libro: IMAGEN Y APARIENCIA DEL CUERPO HUMANO de Paul Schilder, Editorial Paidos (1994)

laberinto. Tiene algo de caótico intentar adentrase en un cuerpo porque existe una

producción de corporeidad que no cesa.”

Comenzar la formación en eutonía implica adentrarse en esta problemática tan

compleja de todos los aspectos que influyen en nuestra corporeidad. En las

prácticas se nos pide todo el tiempo que tomemos conciencia de nuestras

sensaciones, de nuestros pensamientos, de nuestras emociones... Se nos pide

además que llevemos un registro escrito de lo que nos sucede. Nos vemos

conducidos a un ejercicio de libertad muchas veces placentero, pero también nos

lleva a enfrentarnos con cosas guardadas tal vez desde hace mucho tiempo y que

al aflorar nos devuelven una imagen de nosotros mismos muchas veces

rechazada o ignorada. Al profundizar en nuestra propia problemática corporal

algunas máscaras comienzan a caer y nos sentimos vulnerables. En este proceso

se ponen en juego nuestra historia personal, las relaciones con el entorno y con

los demás, nuestro universo emocional, todo lo que nos pasa al mirarnos y ser

mirados.

No es fácil sostenerse en la incertidumbre que surge cuando tomamos conciencia

de la imposibilidad de “conocer” el propio cuerpo. Dice Kesselman: “No hay un

cuerpo a conocer. Varios son los cuerpos que danzan todo el tiempo en nuestros

cuerpos. (...) ¿A cuál cuerpo nos gustaría conocer, descubrir, recrear? ¿A cuál nos

gustaría ignorar, ocultar, desechar?”.