como un zombie cibercerebro

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Cyborg

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  • Recibido: 03-052013Aprobado con modificaciones: 18-06-2013Aprobado finalmente: 22-07-2013

    Como un zombi en PompeyaEl sujeto neurolgico en su cibergora

    Like a zombie in PompeiiThe neurological subject in his Cibergora

    Jan de VosUniversidad de [email protected]

    RESUMEN

    El cerebro juega un papel destacado en la cultura iconogrfica actual. A su vez, lasimgenes cerebrales atrapan ineludiblemente las formas actuales de subjetividad. En esteartculo sostengo que, cuando la subjetividad contempornea implica una identificacin con elcerebro-imagen, ese ltimo ya es construido y dibujado por los discursos psicolgicos yneurolgicos. En primer lugar, explorar cmo los discursos psico-neurolgicos estndominados ellos mismos por la lgica de la cultura iconogrfica. A continuacin, abordar deforma ms detallada cmo con las nuevas tecnologas y la dimensin de la virtualidad se le daun nuevo giro a este esquema. De esta manera argumento que la subjetividad contemporneatiene su duplicado en lo que llamo el avatar psico-neurolgico. Por ltimo, pasar del nivelindividual al nivel social para abordar la cuestin del estatuto de la esfera pblica actual: es el

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    cibermundo una nueva forma de lo pblico? La cuestin principal ser entonces discernir cules la funcin del cerebro-imagen (materializando y virtualizando lo humano al mismo tiempo)para los modos de produccin y de consumo del capitalismo tardo.

    PALABRAS CLAVE

    Cultura iconogrfica, cibermundo, subjetividad cerebral, neurociencias.

    ABSTRACT

    In current iconographic culture the brain plays an important role. In their turn brain imagesengage in a compelling way todays subjectivity. In this paper I claim that, while contemporarysubjectivity implies an identification with the brain-image, the latter is already constructed andgiven form by the psychological and neurological discourses. First, I will explore more closelyhow the psycho-neurological discourses themselves are caught in the logic of iconographicculture. Then, I will address in more details how the new technologies and the dimension ofvirtuality gives this scheme another twist. In this way I argue that contemporary subjectivityhas its counterpart in what I call the psycho-neurological avatar. Finally I will pass from thepersonal to the social level to ask the question of the status of the current public sphere: is thecyberworld yes or no a new form of the public? The main question will be then what is thefunction of the brain (materializing and virtualizing human existence in one and the samemovement) for the modes of production and consumption of late capitalism.

    KEYWORDS

    Iconographic culture, cyberworld, cerebral subjectivity, neurosciences.

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    SUMARIO

    Introduccin El cerebro y la cultura iconogrfica El avatar psico-neurolgico La cibergora ConclusinBibliografa

    SUMMARY

    IntroductionThe brain and the iconographic cultureThe psycho-neurological avatarThe cibergoraConclusionBibliography

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    Introduccin

    El cerebro juega un papel importante en la cultura iconogrfica contempornea y aparece enella de manera casi constante. Esto es as hasta el punto de que se ha convertido prcticamenteen un nuevo icono, cuyas variaciones cromticas nos recuerdan a Andy Warhol y a su famosaobra sobre Marilyn Monroe, representada en diferentes colores pop (De Vos, 2013). El antro -plogo Joseph Dumit escribe que los escneres del cerebro que aparecen en las revistas, losperidicos, la televisin, la oficina del doctor o las revistas acadmicas nos reclaman. Estoytentado de utilizar aqu las palabras de Louis Althusser (1971): estamos interpelados por lasimgenes del cerebro. O como Dumit afirma:

    nos encontramos frente a las categoras que el conjunto de imgenes nos ofrece. A qucategora pertenezco? Qu tipo de cerebro tengo? O de manera ms nerviosa: soy normal?

    (Dumit, 2004, traduccin propia)1

    Dicho de otra forma: las imgenes cerebrales tienen una gran capacidad para atrapar la subjeti -vidad de una manera reflexiva. Y lo hacen precisamente al dirigir la mirada hacia el interior.Puesto que los escneres muestran aparentemente lo que somos, el sujeto responde a ellos conun es verdad, eso es lo que soy? Y, en un movimiento conjunto con la imagen, el sujetoadopta todo un vocabulario y un discurso psiconeurolgico para entenderse a s mismo. Versea s mismo, entenderse a s mismo, pasa por las imgenes y las palabras de las ciencias psico-neurolgicas.

    Ntese aqu que Dumit, en su anlisis crtico respecto de la imaginera cerebral, tiene queutilizar l mismo la palabra nervioso: no es precisamente ello una muestra evidente de quela imaginera y el discurso neuropsicolgico se han vuelto hegemnicos, y as ineludibles, noslo para las formas contemporneas de autocomprensin sino tambin incluso para toda po-sible crtica sobre sta? Cuanto menos nos encontramos ya aqu con un conjunto de trminosque estn fuertemente entrelazados: la cultura iconogrfica, los discursos psicolgicos y neuro-lgicos y la subjetividad.

    1 Cita original en ingls: We are placed among the categories that the set of images offers. To which categorydo I belong? What brain type do I have? Or more nervously: Am I normal?

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    Y aqu nos enfrentamos con un problema fundamental: cuando las ciencias neuropsicol -gicas estn implicadas tanto en la investigacin como en la produccin de subjetividad (las dosestrechamente vinculadas con la cultura iconogrfica y sus medidas tcnicas), no se corre elriesgo de que dichas ciencias se pierdan precisamente en las paradojas de este nudo doble(double bind)? Por lo general, se tiende a pensar que la dimensin de la virtualidad, que se haconvertido en un eje central de la cultura iconogrfica actual, est muy presente en la praxis delas neurociencias. Sin embargo, dicha dimensin no es prcticamente nunca objeto de una revi-sin crtica. Recientemente se ha puesto en marcha The Human Brain Project (El ProyectoCerebro Humano) un proyecto a gran escala financiado por la Unin Europea con el obje-tivo de disear un sper ordenador que podra generar un cerebro digital: un modeloinformtico y una simulacin avanzada del cerebro. Este modelo debera permitir una mejorcomprensin del funcionamiento del cerebro para as investigar de manera ms adecuadanuevos tratamientos para las enfermedades del mismo. Pero, aunque la promesa sea que deeste modo podremos obtener conocimientos profundos sobre lo que nos hace humanos(Walker, 2012, traduccin propria),2 el problema est en que este proyecto se arriesga a per-derse en su propio giro virtual. Esperar que un sper ordenador y sus modelos e imgenesvirtuales nos revelen lo que nos hace humanos es problemtico ya que la dimensin de la vir -tualidad y de la imagen ya estructura previamente y de forma fundamental las neurociencias.Es decir, la idea de un cerebro digital ya est estructurada por la imagen del ser humanocomo un cerebro-computadora.

    En este artculo intentar explorar la subjetividad contempornea actualmente entretejidaen el conjunto de la cultura iconogrfica, as como sus nuevas modalidades en el cibermundo yen el plano de los discursos psicolgicos y neurolgicos que se le asocian. En la seccin queviene a continuacin explorar cmo es posible distinguir la lgica de la cultura iconogrficaen el ncleo mismo de los paradigmas de los discursos psicolgicos y neurolgicos. En la sec-cin posterior abordar de manera ms detallada la cuestin de la subjetividad contemporneay cmo sta tiene su sombra, su duplicado, en lo que denominar el avatar psico-neurolgico.Antes de concluir, en la penltima seccin se plantear el debate en torno al estatuto de la es -fera pblica actual: es el cibermundo una nueva forma de dicha esfera de lo pblico? En estepunto nuestro anlisis recupera su cariz ms claramente poltico: la investigacin sobre la in -

    2 Cita original en ingls: we can gain fundamental insights into what it means to be human.

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    terpelacin (otra vez en el sentido althusseriano) de la imaginera cerebral no puede dejar deponer de manifiesto las dimensiones ideolgicas.

    El cerebro y la cultura iconogrfica

    El Occidente moderno y postmoderno es una cultura iconogrfica. Cada maana me doycuenta de ello: cuando subo a mi oficina en el departamento de filosofa y paso por los dis -tintos tablones de anuncios acadmicos, me siento observado por toda una serie de cerebrosque me siguen desde los carteles. Estos carteles anuncian conferencias o talleres sobre el librealbedro, cuestiones de esttica, el envejecimiento, el amor Parecera que la imagen del ce -rebro sirviera como garanta cientfica de las actividades diarias de los filsofos y losespecialistas en tica.

    La preposicin neuro se ha vuelto omnipresente en muchas disciplinas acadmicas: sehabla de neuro-economa, neuro-esttica, neuro-educacin, y, por supuesto, de neuro-psico-loga. En todos estos campos se considera que algo ha sido explicado tan pronto como se lo havisualizado como fenmeno por medio de una imagen del cerebro. De forma destacada en laFilosofa de la Mente (Philosophy of Mind) y en las ciencias psi, la idea es que con las neuro-ciencias por fin podemos ver lo que es un ser humano: la ontologa, supuestamente, se hahecho visible a travs de las nuevas tcnicas digitales y de sus visualizaciones multicolores delo que est por debajo del crneo.

    Es por ello que, aunque trabajo en un departamento filosfico, espero constantemente queuna puerta se abra y pueda ver a gente en batas blancas manipulando un suculento cerebromuerto o, quien sabe, quiz todava vivo. Evidentemente, soy consciente de que estoy recu -rriendo aqu a imgenes fuertes (aunque construidas por medios discursivos). Esto no sloconfirma el poder de la imagen, tambin demuestra que en la cultura iconogrfica las imgenesy las miradas se multiplican. Y la consecuencia ltima de esto es la multiplicacin infinita de lareflexividad: cuando un yo se ve a s mismo, este yo se vuelve una imagen de igual formaque en su entorno es mirado a su vez por otro yo - con el resultado final de que son las im -genes las que nos miran a nosotros.

    Para entender que, de este modo, la Filosofa de la Mente, las ciencias psi y las neurocien-cias siempre corren el riesgo de perderse en los espejismos de una ontologa visual, puede ser

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    interesante una breve excursin por el campo del psico-entretenimiento (programas de telerrea-lidad y talk shows como The Oprah Winfrey Show, vase a De Vos, 2009). Se puede decirque en el psico-entretenimiento los problemas y las aporas de las ciencias del ser humano, sonmagnificadas y ensalzadas.3 Pinsese por ejemplo en todas las tcnicas de visualizacin, comoel espejo unidireccional y la cmara oculta, usadas en el campo psicolgico (para la observa -cin o para la intervencin teraputica) y como stas se aplican en el psico-entretenimiento. Unejemplo interesante es la Supernanny4 que interviene rara vez o nunca en vivo: hace comenta-rios y da asesoramiento mientras ve, junto con los padres, un monitor que muestra imgenes(editadas por supuesto) grabadas por toda una batera de cmaras. No se podra decir queaqu la imagen sirve de manera paradjica para revelar lo real del ser humano? La paradojaconsiste en que se necesita distancia para acceder a la realidad: slo por la mediacin de laimagen se puede tocar directamente lo real de la realidad. Este mira, esto es lo que es Ustedde la Supernanny parece ser tambin el paradigma central de las ciencias psi, cuyo fundamentoltimo es revelar al ser humano su verdadero rostro. Del mismo modo que la Supernanny in-vita a los padres (y a los espectadores) a mirar con ella las figuras en la pantalla, las cienciaspsi invitan al lego a asumir la perspectiva del cientfico, a salir de su mundo de la vida(Lebenswelt) y a verse a s mismo como un objeto de observacin cientfica, es decir, comouna imagen.

    Otro ejemplo del campo del psico-entretenimiento nos muestra cmo este esquema y su re-parto de papeles se convierte rpidamente en una verdadera casa de espejos, en la cual se hacedifcil de localizar la posicin real del sujeto. En el programa de telerrealidad de la BBC TheHuman Zoo el ex presidente de la APA (American Psychological Association) Philip Zimbardo(conocido por su famoso/infame experimento de la crcel de Stanford) habla sobre la psico-loga social de un grupo de personas reunidas en una casa llena de cmaras. Vemos aZimbardo en una especie de sala de control, observando una docena de pantallas y volvindosea intervalos regulares hacia la cmara para dar explicaciones psicolgicas. 5 Pero, no es la ima-

    3 Para la relacin entre las ciencias y el entretenimiento vase al artculo de Heidi J. Figueroa Sarriera Tecnolo -gas de visualizacin en la investigacin neuropsicolgica SARRIERA FIGUEROA, H. J. 2013. Tecnologas devisualizacin en la investigacin neuropsicolgica: un estudio de caso sobre imaginario corporal Visualization techno-logy in neuropsychological research: A case study on corporal imaginary. Athenea Digital, 13, 3-20.

    4 En Espaa se emite una versin de este show televisivo americano, bajo el mismo ttulo, en la cadena Cuatro.5 Para esta escena, vase un fragmento en http://www.youtube.com/watch?v=EIU5xKyg9UA.

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    ginera de Zimbardo escudriando sus monitores muy similar a la del sujeto cotidiano fisgone -ando en su Smartphone, su Tablet, su porttil, la televisin, su GPS y el resto de las mltiplespantallas que se encuentran en el hbitat del hombre postmoderno? Para decirlo sin rodeos,mientras Zimbardo observa las sombras en su caverna tecnolgica y toma estas imgenes porlo real, es l mismo quien est prefigurando el sujeto posmoderno sumergido en su entornovirtual.

    A estas alturas ya se puede preguntar uno si las ciencias psi son adecuadas para analizar adicho sujeto posmoderno as como al modo en que ste se constituye dentro de la cultura ico -nogrfica (y su ltima variante: el cibermundo). La estrecha relacin, que suele ser negada, deestas ciencias con la imagen funciona siempre como un verdadero punto ciego. Por otra parte,no se debe olvidar que la cultura iconogrfica est saturada a su vez por el discurso de la psi-cologa. Pensemos por ejemplo en el cine y en la publicidad: la gramtica de la lengua de laimagen est constituida en gran medida por la psicologa y sus teoras. En lo que respecta a lacultura ciberntica, se puede observar cmo los entornos virtuales ya son previamente car-gados con psicologa por los diseadores. Considrese por ejemplo lo que Mark Zuckerberg,fundador de Facebook, dice literalmente:

    Creo que esa es una de las ideas bsicas que tratamos de aplicar al desarrollo de Facebook.Lo que [a la gente] realmente [le] interesa es lo que pasa con la gente que les importa. Setrata de darle a la gente las herramientas y controles que necesitan para sentirse cmodoscompartiendo la informacin que desean. Si lo hace, se crea un servicio muy valioso. Es tan-to psicologa y sociologa como tecnologa.

    (Larson, 2011, traduccin propia).6

    Por eso la idea de una psicologa o de una neurologa de Facebook puede quedar fcilmenteatrapada en su propia red. Dicho de otra manera, Facebook, en lugar de ser analizable por lasciencias neuropsicolgicas (o de ser informativo para ellas) es, sobre todo, informado porellas. Y adems, se pueden discernir fcilmente los motivos comerciales en la declaracin de

    6 Cita original en inlgs: I think that that's one of the core insights that we try to apply to developing Facebook.What [people are] really interested in is what's going on with the people they care about. It's all about giving peoplethe tools and controls that they need to be comfortable sharing the information that they want. If you do that, youcreate a very valuable service. It's as much psychology and sociology as it is technology.

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    Zuckerberg: el servicio valioso es sobre todo la informacin que la gente comparte conFacebook. Esto es valioso sobre todo para las empresas anunciantes. De este modo, ya que Fa-cebook nos promete que nos va a permitir enfocarnos en lo que realmente importa (cosasinmateriales), esta movilizacin de lo real psicolgico presupuesto sirve sobre todo para expro-piarlo. As nuestro galma, por utilizar el trmino platnico, nuestro postulado fondo precioso,es convertido en moneda fuerte.

    Por lo tanto y aqu encontramos la cuestin de la crtica y de la resistencia est el pro -blema principal en intentar guardar la subjetividad fuera del cibermundo? Podramos siquieradecir que hay cosas que se resisten a ser computerizadas y que stas forman el verdadero n -cleo de lo humano? Es evidente que estas suposiciones estn conectadas con el tema del cualhemos partido. Pinsese en expresiones como esto que no se puede escanear, esto que nose puede visualizar en el cerebro, eso es la mdula de la subjetividad. Por ejemplo se podraargumentar que el gesto sutil, la mmica mnima, la suave brisa de una reminiscencia o unamirada delicada de comprensin se oponen a la digitalizacin y a la visualizacin. Pero aquelloque hoy est todava en lenguaje analgico o an no escaneado, maana quiz llegue a ser nu-merado y mapeado. Basta pensar por ejemplo en el sistema de reconocimiento automtico deemociones,7 una evolucin tcnica, a propsito, en la que las ciencias psy- han jugado un papelimportante (vase por ejemplo a Gunes and Pantic, 2010).8 Segn los autores franceses Jean-Franois Fogel y Bruno Patino la digitalizacin no conoce lmites ms que en un puntoparticular:

    Cualquier innovacin por otra parte se supera con el tiempo, el nico elemento sosteniblees la conexin. Un nombre de usuario sumado a una contrasea para acceder a una red: estees el ligero equipaje que todo el mundo est seguro de traer consigo maana.

    (Fogel and Patino, 2013, traduccin propria).9

    7 Vase por ejemplo el sitio web de Visual recognition, una empresa spin-of del Laboratorio ISLA en la Uni-versidad de Amsterdam: http://www.visual-recognition.nl/.

    8 En este punto nos encontramos con una cuestin intrigante: aunque lo digital es algo que empuja casi natural-mente hacia las imgenes, en la evolucin tcnica la digitalizacin de lo visual fue posible slo ms tarde.

    9 Cita original en francs: Toute innovation finit d'ailleurs par tre dpasse ; le seul lment durable, c'est laconnexion. Un login ajout au mot de passe pour avoir accs un rseau : voil le lger bagage que chacun est srd'emmener demain avec soi.

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    Hay de esta manera una frontera para la digitalizacin y la visualizacin: la subjetividadmisma? Tal vez deberamos sin embargo separar aqu los dos trminos que hasta ahora hemosconsiderado conjuntamente: es decir, lo psquico y lo neuro. Porque la lgica en las cienciaspsi contemporneas parece ser que cuando lo psquico vuelve a ser computerizado, se suponeque la base material-orgnica (lo neuro) ha sido demostrada. Es decir, cuando la tecnologalogre digitalizar y esto, hoy, equivale a ser visualizado las cosas que solemos llamar tpicasdel ser humano (como la conciencia, el humor y el amor), se considerarn completamenteaclaradas por sus bases neurolgicas. No se podra decir entonces que, en este caso, lo psico-lgico se convierte en lo neurolgico? Y, por lo tanto, tal vez Fogel y Patino se equivocancuando piensan que aquello constante de ser conectado es y ser la combinacin de unnombre de usuario y una contrasea, pues se podra decir que esto es an vieja psicologa. Esdecir, la contrasea parece pertenecer al galma psicolgico: es nuestro ntimo secreto, tal veznuestro pequeo y sucio secreto. De aqu la recomendacin de no anotar tu contrasea ni enpapel ni en formato electrnico: hay que evitar que sea digitalizada. Mientras que, por su-puesto, tu contrasea ya es de siempre conocida por el sistema electrnico, pero esto todavapodramos entenderlo en el esquema psicolgico. Tu contrasea es slo conocida por el Otro(en trminos lacanianos, el Gran Otro), el Otro tecnolgico. Sin embargo, los das de la con-trasea psicolgica y cuasi-analgica ya estn contados: muchos dispositivos electrnicosfuncionan ya con contraseas biomtricas (el escner de huellas dactilares, del iris, y quiz enel futuro, un escner gentico: por favor, lamer aqu). Una contrasea biomtrica no solo esms segura, tambin es ms idiosincrtica que su contrasea analgica-psicolgica.

    La conclusin es entonces que tu unicidad no es psicolgica, es bioneurolgica. Paradjica-mente, t no tienes acceso a lo que verdaderamente eres t: no se puede conocer directamente,se necesita la mediacin tecnolgico-neurolgica, que consiste precisamente en visualizar loque eres t, o mejor dicho, lo que es en ti ms que t. Formulado en estos ltimos trminos, yase asoma algo del orden del surplus, pero, por el momento, la observacin primera es quecuando la cultura iconogrfica culmina en la esfera virtual, se puede notar, en el seno de estadinmica, un desplazamiento desde el paradigma psicolgico al paradigma neurolgico. Dadoque en el mbito neuropsicolgico, la muerte de la psique est a punto de ser proclamada, eshora de desentraar la genealoga de este proceso.

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    El avatar psico-neurolgico

    No es una anomala que actualmente, en el preciso momento en que se reduce el ser humanoa su materialidad (su qumica, su biologa e incluso su mecnica cuntica), la subjetividad sehaya convertido de forma concomitante en una cuestin inmaterial, ya que sta se mueve ahoraprimordialmente en el mundo virtual de Facebook, Twitter, los juegos en lnea y las e-comuni-dades?

    Pero, es importante entender que la existencia humana, como una cuestin cultural, discur-siva y social, siempre ha pasado de un modo u otro a travs de lo virtual. Basta pensar en lamultiplicidad de las construcciones histricas (religiosas u otras) de un espacio o un tiempoimaginario, sea la imaginacin de un pre-mundo, un universo ms all o un mundo paralelo.

    Tambin se podra decir que ya en la vieja psicologa, la dimensin de lo virtual era a suvez central. Y esto era as porque a travs del paradigma principal de la psicologa, la interpe-lacin de mira, eso es lo que eres , se le mostraba al sujeto interpelado una imagen, un homopsychologicus, un homnculo psicolgico, o en otras palabras, un yo virtual o avatar que dupli-caba su vida o incluso se haca cargo de la misma. Aqu se revela una brecha epistemolgica yontolgica: el as llamado sujeto psicologizado est separado de s mismo o, en la terminologaderrideana (Derrida et al., 2002), "tele" (alejado) del homo (neuro)psicologicus que se dice quees. Mira, eso es lo que eres confronta el sujeto con su otro virtual. Por supuesto, esta virtua-lidad no debe ser asociada nicamente a las ciencias psi, pues est, en un sentido ms amplio,conectada al hecho de que la existencia del ser humano es fundamentalmente discursiva. Vi -vimos en el lenguaje y, como afirma Marc De Kesel, el ser que habla siempre se elude a smismo; el ser discusivo es as siempre "tele" de s mismo (De Kesel, 2010). Esta lgica es unatendencia subyacente mayor en las ciencias psi, y sin embargo no es reconocida como tal.

    Por lo tanto no es de extraar que con el giro neurolgico, la dimensin de lo virtual dotra vuelta de tuerca. Considrese por ejemplo el experimento mental de Robert Nozick:

    Supongamos que existiera una mquina de experiencias que proporcionara cualquier expe-riencia que usted deseara. Neuropsiclogos fabulosos podran estimular nuestro cerebro de talmodo que pensramos y sintiramos que estbamos escribiendo una gran novela, haciendoamigos o leyendo un libro interesante. Estaramos todo el tiempo flotando dentro de un tan-

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    que, con electrodos conectados al cerebro. Debemos permanecer encadenados a esta mqui-na para toda la vida, preprogramando las experiencias vitales?

    (Nozick, 1988)

    Aqu se muestra que el nivel cerebral, casi naturalmente, abre el espacio virtual. Cuando lo quese experimenta, se piensa o se siente no es nada ms que impulsos elctricos y reacciones qu-micas, lo que se llama la realidad recibe otro estatuto, o incluso podramos decir que seduplica. Pero, por supuesto, si aquel tanque nos recuerda las cunas llenas de lquido de la pel -cula The Matrix,10 a continuacin, una referencia ms obvia seran quizs los experimentospsicolgicos concernientes a la privacin sensorial, en los que los sujetos a prueba eran pri -vados de estimulacin sensorial por medio de, entre otras cosas, sumergirlos en tanques llenosde agua de temperatura a nivel corporal. Ntese que aqu, donde la psicologa es el proveedoroculto del imaginario de las neurociencias, la disciplina funcion como un "mediador evanes-cente" (vanishing mediator, un concepto utilizado por tericos hegelianos como FredericJameson y Slavoj iek). Es decir, como principio organizador de lo neurolgico y lo virtual,la psique est condenada a desaparecer en el vrtice materialista-virtual.

    De esta manera, cuando, como se ha mencionado ms arriba, la realidad analgica, fun-dada por el Logos, ya era siempre virtual, se puede decir que las neurociencias establecen unasegunda virtualizacin, quiz precisamente para enfrentar y contener la primera. Una manerade comprender esto es por medio de la esfera econmico-poltica: las neurociencias, se podradecir, sirven como una pseudo-concretizacin que intenta hacer ms tangible y gestionable laya virtualizada realidad econmico-poltica actual. Es decir, en la primera virtualizacin setrata de la vida precaria en el mundo post-moderno y post-fordista, donde tener un trabajo ovivir en una casa son cosas que pueden desaparecer de hoy para maana, donde por fin se rea -lizarn las palabras de Karl Marx, todo lo slido se desvanece en el aire. Esta virtualizacines enfrentada por una pseudo-concretizacin que en efecto resulta a su vez en una nueva vir -tualizacin. Es su cerebro, nos dicen, el que define sus pensamientos, sus capacidades, susxitos, sus fracasos, y por eso, su posicin en la sociedad. Pero, la buena noticia es que su ce -rebro se puede entrenar: con ejercicios, juegos, aparatos y con substancias qumicas Cuando

    10 Esta pelcula muestra adems que nunca se puede estar seguro de donde de la realidad o de lo virtualmismo viene la pregunta sobre si quieres o no permanecer encadenado para toda la vida a la mquina.

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    en estos tiempos globalizados, la economa post-fordista viene sobre todo propulsada por unprincipio inmaterial y virtual, los discursos sobre el cerebro nos traen aparentemente de nuevouna realidad concreta y palpable pero, en efecto, virtualizada.

    As, el giro neurolgico y el giro virtual tienen en comn la bsqueda de lo real ms quereal. Aqu uso otra vez las palabras de Jean Baudrillard con las que describe la obsesin porlo real en nuestra sociedad ultra-mediatizada:

    Esta mitologa se afianza en la exigencia cada vez ms voraz de realidad, de verdad, deobjetividad. En todas partes se impone el cine-verdad, el reportaje en directo, el flash, elphoto shock, el documento testimonial, etc. En todas partes, lo que se busca es el corazndel acontecimiento, el centro del alboroto, en vivo, el cara a cara el vrtigo de lapresencia total en el lugar donde ocurren los hechos, el Gran Escalofro de lo Vivido, osea, una vez ms el MILAGRO, porque la verdad de lo visto, lo televisado, lo registrado enuna cinta, es precisamente que yo no estaba en el lugar. Pero lo que cuenta es lo ms verda-dero que lo verdadero, en otras palabras, el hecho de estar all sin estar all, o, para decirloan de otro modo, la fantasa.

    (Baudrillard, 2009).

    Aqu podemos volver al tema de la telerrealidad: literalmente, la telerrealidad (lo tele de larealidad, lo ms all de la realidad) intenta tocar a lo real de la realidad, mostrando que, para -djicamente, lo real necesita la representacin y la mediacin de la televisin. Tambin en laRealidad Virtual (RV) lo que se busca no es lo real de las cosas (de las personas o del mundoen s) sino lo real de lo real. Djenme ilustrar esto con una ancdota: en cierta ocasin, en unacontecimiento social, conoc a una mujer, hablamos sobre lo que cada uno haca en la vida y,al final, me pregunt cmo se escriba mi nombre porque iba a googlearme en internet. Parautilizar el chiste de Sherry Turkle,11 no me tom en face value sino en interface value:12 lo

    11 Turkle escribe que en la actitud posmoderna "se toma las cosas por su valor de interfaz" (we take things attheir interface value) TURKLE, S. 1995. Life on the Screen: Identity in the Age of the Internet, New York, Simonand Schuster..

    12 El chiste es de difcil traduccin: face value es valor nominal (en ingls to take something or someone onface value tomar algo o alguien en valor nominal quiere decir tomar algo como se presenta en s), y interfacevalue es literalmente valor interfaz.

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    real de mi presencia (cara a cara, frente a frente), no le bast, internet iba a revelarle lo realms all de lo real.

    Visto de modo ms general, el cibermundo parece abrir una puerta hacia el interior de lascosas. A travs de internet se entra ahora por ejemplo al interior de muchos espacios que antesno eran fcilmente accesibles: se pueden visitar sitios web de gobiernos, de instituciones, deempresas y sobre todo de grandes tiendas. Por supuesto, el acceso a estos sitios web est en re-alidad generalmente controlado, pero, potencialmente, por medio del hackeo por ejemplo, sepuede tener acceso al centro nervioso de casi todo.

    Y aqu volvemos a la lgica de las ciencias neuropsicolgicas. Las imgenes escaneadas delcerebro tambin ofrecen una mirada hacia adentro, hacia lo ms all de lo real. Lo que el legoentiende, supuestamente en un sentido ingenuo, como amor, libre albedro o altruismo, lasneurociencias lo relacionan a su verdadera base orgnico-material. El adentro reduce de estamanera estos fenmenos a meras ilusiones o trucos de la mente y nos muestra lo que est real -mente en juego. Parece que al ser humano se le debe decir quin es realmente, se le debemostrar quin es, se le debe mostrar la imagen de su avatar neuropsicolgico: mira, eso es loque eres realmente.

    Sin embargo, volviendo a Baudrillard, se puede decir que esta fascinacin con lo real noslleva hasta la obscenidad:

    Todos los media y la informacin tienen como tarea hoy en da producir (entrevistas, en di-recto, cine, TV-verit, etc.) ese real, ese aadido de real. Hay demasiado, se cae en lo obsce-no y el porno. Una especie de zoom en el porno nos aproxima demasiado de lo real, quenunca existi, no tuvo nunca sentido ms que a una cierta distancia.

    (Baudrillard, 1978).

    No est eso en juego en el campo de los neurociencias? Las imgenes del cerebro y la hlicede ADN son las imgenes que producen un yo objetivado que se puede ver de cerca, unyo que se multiplica casi infinitamente en una serie de imgenes multicolor. Para demostrarlas obscenidades potenciales de este esquema, permtanme relatar otra ancdota. En una con -ferencia reciente di una ponencia sobre psicoanlisis y mencion (muy de pasada) algo sobrelas emociones. Durante la discusin alguien me respondi de manera muy exaltada: "Yo no s

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    de qu est hablando, emociones no son ni ms ni menos que actividad cerebral, el resto sonslo cuentos. Esa misma es precisamente, a mi entender, la esencia de los enfoques neuropsi -colgicos actuales: la idea de que tenemos que deshacernos de las historias innecesarias. Hoy,creemos, podemos enfrentar lo real sin mediacin. Eso se puede llamar psico-porno, o pornocerebral: no nos moleste con las escenas introductorias, vayamos directamente a las escenascarnales. Pinsese por ejemplo en la tesis segn la cual las psicoterapias deben partir de la lla -mada investigacin basada en la evidencia. Esto ltimo deberamos entenderlo de lasiguiente manera: las estadsticas son los rbitros finales que deciden qu programas terapu-ticos funcionan. Ya no es ms importante entender cmo o por qu, las cifras desnudas sonsuficientes: ni cuentos ni coazos, por favor. Estos enfoques se conectan adems sin problemasa las corrientes gerenciales y neoliberales de la poltica de hoy en da: nada de debates ideol -gicos ni discusiones sobre izquierda o derecha por favor: hacemos lo que tenemos que hacer.

    Parece ser entonces que en la condicin postmoderna estamos ms all de la historia, delos cuentos, de la dimensin discursiva en s. En la esfera virtual existe un fenmeno que sellama ASMR (autonomous sensory meridian response" o respuesta sensorial meridiana aut-noma). En este sentido se pueden ver varios videos en YouTube donde personas ojean unlibro,13 rasguan un cuaderno de dibujo,14 representan una pequea escena cotidiana,15 o susu-rran algo en japons.16 Es evidente que estos videos, que estn destinados a generar un efectorelajante en los espectadores se habla de orgasmos cerebralesno tienen la intencin decontar una historia. Un joven que me habl de su inmersin profunda en los mismos me dijoque actualmente el contenido no es importante. Todo lo cual parece muy diferente de lo quepasa cuando se ve una pelcula: en este caso uno se sumerge en la historia, se identifica con lospersonajes y as, como se dice, se suspende la incredulidad. Se podra decir que el paradigmade la pelcula conecta con las teoras psicolgicas y sobre todo con las teoras psicodinmicas:pinsese por ejemplo en Sigmund Freud y sus concepciones de la identificacin y del incons-ciente. Sin embargo, parece que el marco explicativo del ASMR es otro: aqu tenemos quereferirnos por ejemplo a la teora de los mltiples personajes o historias de dispersin de Gilles

    13 http://www.youtube.com/watch?v=_ldkFNtGv1M14 http://www.youtube.com/watch?v=slpDYhVI14E15 http://www.youtube.com/watch?v=DMCGW7JH0rw16 http://www.youtube.com/watch?v=WpOFeQosAdo

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    Deleuze y sobre todo a las neurociencias para explicar el efecto placentero (descrito por ciertaspersonas como un hormigueo en el cuero cabelludo, expandindose a veces por la espalda, loshombros e incluso hasta las rodillas). Pero, lo ms importante que tenemos que retener aqu noes slo que lo virtual parece estar ms all de la dimensin discursiva, sino tambin que la ideahegemnica a da de hoy es que, para entender el mundo o quizs mejor dicho para anali-zarlo, porque suponemos que hoy no hay nada ms para entender los medios discursivos sehan convertido en algo redundante.

    Tal vez esto inspir al escritor portugus Jos Saramago al describir esta situacin en tr-minos ms controvertidos: Sabremos cada vez menos qu es un ser humano un juicio enmarcado contraste con la promeso del Proyecto Cerebro Humano (vase ms arriba) de ob-tener conocimientos profundos sobre lo que nos hace humanos (Saramago, 2010). En otraspalabras, ya que ahora sabemos que el amor, el libre albedro y el altruismo no son nada msque trucos y espejismos virtuales del cerebro y el gnomo, nuestro saber en s sobre lo humanose ha disminuido en verdad actualmente. Cuando se sabe que en el amor uno est propulsadopor sustancias qumicas e impulsos elctricos, no es esto un saber que corre el riesgo de neu-tralizar o incluso destruir el amor? Adems, en el campo social tal saber tiene tambin efectosparalizantes: discusiones sobre el libre albedro por ejemplo se resuelven finalmente afirmandoque la tica se convierte en un mbito muy problemtico. Pinsese sin ir ms lejos en el casode los homicidios, se ha vuelto casi imposible mantener cualquier concepcin jurdica de laresponsabilidad. Entonces, no tendremos que duplicar el dictamen de Saramago de estaforma: sabremos cada vez menos qu es una sociedad humana? Por lo tanto, no es el ciberes-pacio justamente una sociedad ersatz, una esfera sucednea, que tiene que ocultar sobre todonuestro interbloqueo contemporneo postmoderno con respecto a nuestro saber sobre el serhumano y su sociedad?

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    La cibergora

    En nuestra era post-moderna parece que hemos ido ms all de las historias discursivas, es-tamos en el plano rizomtico de lo virtual, en donde las imgenes ya no son parte de unaestructura discursiva comprensible (traducible) a travs de otra estructura discursiva (como elpsicoanlisis) sino que son imgenes e iconos que se suceden, se multiplican y as efectan, enel plano corporal mismo, supuestamente, una conciencia y una identidad fugaz.

    Pero aqu, donde nos encontramos tcitamente ms all de Freud, no estamos tambinms all de la sexualidad? Algunos psicoanalistas han incluso afirmado que en la fenomeno-loga de los sntomas se observa un retiro de lo sexual o por lo menos un cambio con respectoa la sexualidad. Considrese este informe sobre los llamados nuevos sntomas:

    En vez de fobias, nos encontramos con trastornos de pnico. En lugar de sntomas de con-versin, nos encontramos con el trastorno de somatizacin [....] el paciente dcil neurtico deantao que soaba con actividades sexuales prohibidas manifestadas en una infinidad de sen-timientos de culpa y que conducan a sntomas fbicos y obsesivos [...] ha casi desaparecido.En lugar de eso, nos enfrentamos al promiscuo paciente borderline, agresivo, que combinatrastornos de alimentacin con adicciones y automutilacin (Verhaeghe, 2007, traduccinpropia).17

    Tal vez, esta desexualizacin en el campo clnico se duplica en la esfera de lo pblico. Pin -sese, como escribe Baudrillard, que en la sociedad de consumo el centro comercial efecta unahomogeneizacin completa: diferentes aspectos de la vida (trabajo, ocio, naturaleza, cultura),antes desgarrados y ms o menos irreductibles el uno al otro, finalmente estn mezclados,amasados y homogeneizados: todo queda finalmente asexuado en el mismo ambiente herma-frodita de la moda! (Baudrillard, 2009). O como canta Del Amitri, en el centro comercial

    17 Cita original en ingls: instead of phobias, we meet with panic disorders. Instead of conversion symptoms,we find somatization disorder. (.) yesterdays docile psychoneurotic patient who dreamt of forbidden sexual activit-ies resulting in massive feelings of guilt that lead to phobic and obsessional symptoms, () has almost disappeared.Instead of that, we are confronted with the promiscuous, aggressive borderline patient who combines eating disorderswith addictions and self mutilation."

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    slo los compradores son seducidos.18 Esta desexualizacin, a mi parecer, est desafiada ni-camente por los jvenes considerados vagos, al pasear por los centros comercialesintentando flirtear con las chicas que estn de compras.

    Baudrillard describe adems cmo la antigua diferencia entre la calle y los escaparates delas tiendas desaparece en el centro comercial: la calle en un centro comercial es una calle falsay artificial, es slo el limbo y el proscenio de la tienda. En lugar de ser un lugar pblico lacalle se vuelve un espacio ficticio y virtual, parte de la hegemona de lo comercial. Esto, porsupuesto, podra haber sido tambin la definicin de internet: no es un espacio pblico o com-partido, es un espacio que est ya desde siempre, o potencialmente, comercializado.

    Sin embargo, no vamos demasiado rpido? No es la esfera virtual todo menos desexuali -zada, no hay una verdadera pornificacin en internet? Esto parece imposible de refutar. Peropor otro lado, como ya se ha argumentado, esta pornificacin efecta precisamente una dese -xualizacin: el acceso fcil a material pornogrfico y la gratificacin instantneacorrespondiente conduce a una desexualizacin de la vida real. Pero, adems, en el propio ci -bermundo se puede notar tambin junto a la pornificacin una tendencia desexualizante.Recordemos que en el fenmeno de la ASMR se hablaba de orgasmo cerebral. Muchos testi-monios en internet, lo dicen claramente:

    [...] Que no son orgasmos. De hecho, confundir la ASMR con algo remotamente sexualarruina toda la experiencia. Si alguien fuera a tocarte, o a decir algo sexual, o incluso a hacersugerencias sexuales durante una sesin de ASMR, te sacara de tu trance por completo (Fa-gan, 2012, traduccin propria).19

    Por supuesto, cuando uno es freudiano (para decirlo claramente, yo lo soy), es fcil reconoceraqu una negacin freudiana. Basta ver en los videos de ASMR los primeros planos de uaspintadas manipulando cosas, o bocas (tambin pintadas) susurrando sugestivamente para en-

    18 And the riverside where we first kissed has now been reduced/To a phoney old world market where onlyshoppers get seduces de la cancin Surface Of The Moon de Del Amitri

    19 Cita original en ingls: they are not orgasms. In fact, to confuse ASMR with something even remotelysexual ruins the entire experience. If someone were to touch you, or say something sexual, or even make sexualimplications during an ASMR session, it would jerk you out of your trance completely.

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    tender que la dimensin fetiche20 est muy presente. Adems, se puede decir que desde laperspectiva del psicoanlisis sexualizacin y desexualizacin siempre han sido dos caras de lamisma moneda: en el freudismo lo sexual se desexualiza y, viceversa, lo no-sexual se sexua -liza. Esto es exactamente lo que el fenmeno de la ASMR muestra: atestiguando unapreocupacin por el cuerpo (algo muy presente en internet) en la ASMR la desexualizacin de -pende de una negacin de lo sexual. En general, se puede decir con Burgoyne y Leader que elgiro temtico hacia el cuerpo ha servido siempre a la desexualizacin:

    Tanto en la poca de Freud como en la nuestra, la presin sobre los problemas del cuerpoen detrimento de la consideracin de las relaciones entre el cuerpo y la mente ha tenido para-djicamente el efecto de desexualizar los motivos del psicoanlisis: tal como Freud informaen su Lecturas Introductorias, el descubrimiento triunfal del tema del parto como un hiloconductor subyacente en muchos casos de histeria brind a las autoridades que estaban bus-cndolo la apariencia de una refutacin de la teora general de Freud sobre el sexo.

    (Burgoyne and Leader, 2009, mi traduccin).21

    No se puede entender de esta manera que el giro hacia el cerebro es un discurso anti-freu -diano que intenta rechazar el paradigma de la sexualidad del psicoanlisis? Aparentementepara las neurociencias, desde sus versiones acadmicas hasta sus popularizaciones, el cerebrono tiene sexo. En el discurso del cerebro, hablando de neuronas, sinapsis y zonas del cerebro,la idea de la sexualidad como factor causal en los trastornos mentales ha desaparecido. Cath-rine Malabou, una filsofa francesa, sostiene que ya es hora de reemplazar la sexualidadfreudiana (como principio organizador tanto de la psique como de la sociedad) por la cerebra-lidad. Adems, segn Malabou "la gran enseanza metafsica de la neurobiologa actual" hasido considerar el dao cerebral no como una posibilidad aislada, cosas raras que ocurren enlos hospitales, sino como una posibilidad constante (Malabou y Vahanian, 2008, p. 9). Aqu el

    20 Como ya ha comentado Joshua Hudelson HUDELSON, J. 2012. Listening to Whisperers: Perfomance, ASMRCommunity and Fetish on YouTube. Available from: http://soundstudiesblog.com/2012/12/10/whisper-community/2013]..

    21Cita original en ingls: Both in Freuds time and in ours, the stress on problems of the body at the expense ofconsideration of relations between the body and the mind has paradoxically had the effect of desexualizing the mo-tives of psychoanalysis: as Freud reports in his Introductory Lectures, the triumphant discovery of the theme ofchildbirth as an underlying leitmotif in many cases of hysteria provided those authorities who were looking for it withthe semblance of a refutation of Freuds general theory of sex.

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    cerebro parece un objeto de un mysterium tremendum et fascinans. Considrese por ejemploque el cerebro se ha convertido en las ltimas dcadas en objeto de una extraa adoracin, sinoincluso de culto. Si la teora de Freud sobre la sexualidad condujo a un movimiento entusiastapor la liberacin de la sexualidad (que es de por s contrario a la teora de Freud en s misma),ahora somos testigos de la celebracin de la liberacin del cerebro (puesto al descubierto).Basta con contemplar la estetizacin del cerebro (el hermoso cerebro) y las posturas optimistasde desarrolla tu cerebro, viaja a tu cerebro, pon en forma tu cerebro, e incluso, disfruta tu ce-rebro.

    Aqu estamos otra vez de vuelta con Baudrillard, que explcitamente conect el cerebro alespectculo:

    Todo lo que nos fascina, es el espectculo del cerebro y de su funcionamiento. Quisiramosque nos fuese permitido contemplar el proceder de nuestros pensamientos y esto es unasupersticin.

    (Baudrillard, 1990).

    Queremos vernos a nosotros mismos, nos fascina vernos pensar, querer, desear. Tal vez es poreso que decimos que no hay un agente unificador del pensamiento, que no hay libre albedro yque no hay tal cosa como el amor: porque cuando estamos observando todo esto, ya estamosafuera de, ms all del pensamiento, de la voluntad, del deseo. El hecho de mirar el espect -culo del cerebro engendra un surplus, una agencia paradojal, aparentemente afuera delpensamiento, la voluntad, el deseo. Por supuesto, podemos conectar esto otra vez con el hechode que el ser humano, viviendo en Logos, siempre est tele de s mismo: en el momento enel que el ser humano habl, surgi un extra yo que se contemplaba (y se miraba) a s mismo.Se puede decir que en la modernidad esta agencia sobrante, este en el sujeto, ms que el sujeto,resurgi de una manera especfica, que aparece redefinida en el cartesianismo como el Cogito,resultando esto ltimo en el mismo movimiento en la fundacin de las ciencias modernas.

    Entonces, no es el cibermundo el ltimo hogar, el hbitat contemporneo de esta inter-vencin supra-humana, o mejor dicho, de su avatar: el homunculus neurolgico vestido con sucolorido traje en los escneres cerebrales? Pero, cuando el cibermundo est siendo celebradopor muchos como lugar de posibilidades infinitas y potencialmente emancipadoras (las cuales

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    podran abrir al fin una va hacia la democracia directa), no me parece sin embargo claro queen dicho cibermundo aquel ncleo supra-humano propio de cada ser hablante sea universali-zado. La existencia de una cibergora como una esfera comn y social es problemtica,aunque slo sea porque el imaginario del ser humano como portador de su cerebro rpida -mente evoca una virtualidad estrictamente solipsista. Basta pensar en el experimentoimaginario, comparable con el de Nozick antes mencionado, del cerebro-en-una-cubeta y supremisa de un cerebro sin cuerpo introducido en una cubeta llena de lquido y conectado a unasupercomputadora: como el ordenador proporciona impulsos elctricos "t" crees que ests en-carnado y viviendo en un mundo real (vase a Putnam, 1981, Dennett, 1978). Esta dinmicasolipsista parece estar en vigor en el cibermundo: pinsese que internet se ha convertido cadavez ms en un espacio estrictamente individual. Con la Web 2.0, internet se reconstruye cons -tantemente para cada usuario: algoritmos basados en tu perfil personal determinan no slo lavista y el diseo de las pginas, sino tambin los contenidos. Cada vez que visitas una pgina,la informacin sobre en qu haces clic (dime en qu haces clic), cunto tiempo pasas en unapgina, si vuelves o no todo esto es utilizado en las siguientes veces que accedes. Los mo-tivos, por supuesto, son sobre todo comerciales: el internet adaptivo tiene como objetivoprincipal llevarte lo antes posible a una gama especfica de productos o servicios. De esta ma-nera, internet no es una comunidad, no es un sucedneo de lo social, no es un foro pblico; searriesga a ser sobre todo un espacio solipsista diseado con un enfoque comercial. Lo que veses lo que obtienes (WYSIWYG, o, What You See Is What You Get) aqu obtiene un nuevo signi-ficado: incluso Google te da los resultados de bsqueda que coincidan con tu perfil.

    Por otra parte, al mismo tiempo que la esfera virtual, como esfera pseudo-pblica, est ga -nando importancia y alcance, hay que observar que en la vida real los espacios colectivos estnen peligro. En estos tiempos de expropiacin de los bienes comunes, urbanizaciones cerradas ycierre del espacio pblico, internet nos ofrece sobre todo un simulacro de lo comn. Comodice Baudrillard, internet simula simplemente un espacio mental libre (Baudrillard, 2002). Enotro lugar, el filsofo francs aade:

    Por lo tanto, existo en un universo paralelo, el ciberespacio. Al menos en 250 sitios webestoy siendo avistado. Internet piensa acerca de m. Los sitios web me hacen pensar irresisti -blemente en yacimientos prehistricos y arqueolgicos - mi doble fosilizado deambula por la

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    red, o mi superego electrnico, aqul que nunca encontrar (Baudrillard and Gingeras, 2005,traduccin propia).22

    Por supuesto, cuando el yo virtual parece un zombi en Pompeya es fundamental recordarque el ser hablante estaba ya desde siempre muerto, pero no lo saba. Pero hoy, con las nuevastcnicas de digitalizacin, por primera vez, podemos ver a nuestro doble, nuestro muerto vi -viente, como un icono. En el capitalismo 2.0, que logra realizar la economa de la culturaiconogrfica como nunca antes, este doble vuelve a ser el punto focal del espectculo de unacibergora solipsista.

    Conclusin

    La crtica obvia y expresada repetidas veces sobre la IRMf (imagen por resonancia magnticafuncional) el mtodo ms popular para visualizar el cerebro es que representa la actividadde las personas que yacen en una mquina, que no estn envueltos en verdad en una situacinreal, sino que slo la imaginan (vase por ejemplo lvarez, 2011). Sin embargo, esto puedeestar pasando por alto el hecho de que la persona en el tubo IRMf observando una pantalla,ponindose auriculares, manipulando un teclado en una tarea similar a un juego de ordenadoren red se corresponde en realidad con un enfoque muy realista sobre el sujeto posmoderno,sumergido en una u otra forma de ciber-realidad. Pinsese otra vez en Zimbardo, en su sala decontrol escudriando una docena de pantallas, y en como l est prefigurando el sujeto posmo-derno conectado al mundo (virtual) por medio de mltiples pantallas.

    Un ejemplo del gran alcance de esto es que ya se pueden ver nios pequeos que intentanusar los movimientos swipe frente a un escaparate: deslizando sus dedos para intentaragrandar o desplazar un objeto particular, y cuando no lo logran le dicen a sus padres: pap,haz clic en este por favor.23

    Pero, a pesar de que hoy la pantalla forma todava parte del hardware, la evolucin haciapantallas virtuales no parece en verdad muy lejana. Recientemente Google present sus gafas

    22 Cita original en ingls: Thus I exist in a parallel universe, the cyberspace. At least on 250 sites I am beingsighted. The Internet thinks about me. Internet sites irresistibly make me think of prehistoric or archeological sites my fossilized double wanders along the net, or my electronic superego, the one I will never meet.

    23 Tomo prestado este ejemplo a Jan Slaby, que experiment esa situacin (comunicacin personal).

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    de realidad aumentada (Project Glass). Las lentes de estas gafas sirven como una pantallatranslcida que da acceso a internet mediante rdenes de voz. De esta manera las gafas per -miten integrar informacin de una manera discreta en la visin o incluso mezclar sutilmenteinformacin con la imagen analgica (proyectando por ejemplo mapas de ruta en su visin).En una presentacin, Timothy Jordan de Google explic que hoy la tecnologa es en muchasocasiones un obstculo. Jordan dio el ejemplo de gente que durante actuaciones toman fotoscon sus tablets y sus mviles: estn viendo las pantallas en lugar del evento. Segn Jordan,Google Glass no es un obstculo de la experiencia: no te saca del momento.24 La tecnologaaspira a ser una mediacin sin mediacin.

    Pero, por supuesto, las gafas solo pueden ser un paso intermedio, el sueo de una tecno -loga directa y ms all de la mediacin slo se lograr cuando se pueda acceder directamenteal cerebro por va del nervio ptico (y para una experiencia total, tambin por el nervio audi-tivo, el nervio olfativo, el nervio del gusto y los nervios tctiles). Solo entonces se realizar lapantalla virtual que trascienda toda mediacin posible. Pero, sobre todo cuando los cinco sen -tidos estn implicados, uno podra preguntarse si de esta manera la ausencia de toda mediacinno resultar en que la experiencia misma de la pantalla se desvanezca. No se entrara aqu enla confusin total? Es decir, en esta situacin toda diferencia entre un afuera y un adentro,entre vida real e informacin, entre realidad y sueo se perdera, y realidad y pantalla coinci -diran completamente. Esta idea de que no habr ninguna mediacin ni siquiera con los dedosparece, al menos para nosotros, una pesadilla. Pero quiz venga otra generacin, paraquienes tal vez no sea un problema escribir en su ordenador simplemente por medio del actode pensar, para quienes baste idear una cancin para escucharla o concentrarse en una pelculapara verla. Para nosotros, sin embargo, esto slo puede conducir a una cabeza inmersa en uncaos total, con diferentes impulsos y mltiples imgenes y sonidos en movimiento y en compe -ticin. Aqu seguramente se recuerde el imaginario de Daniel C. Dennett: contra la idea de unteatro cartesiano, con una instancia mirando una pantalla, l mantiene que ser consciente dealgo es el resultado de una competicin entre diferentes contenidos, cada uno buscando famaen el cerebro (Dennett, 1991). Pero, como he argumentado en otro lugar, en este imaginarioDennett es superado por sus metforas, pues sus conceptos de fama en el cerebro y cele -

    24 Vase el fragmento http://youtu.be/JpWmGX55a40. La irona es que en ese momento Jordan quisoponer un video que mostraba la experiencia de Google Glass, pero por razones tcnicas el pblico tuvoque esperar: hasta ah la fantasa de evitar toda mediacin!

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    bridad cerebral todava presuponen una pantalla y un pblico y siguen en deuda con la lgicade la representacin y de la mediacin (De Vos, 2009). No es la conclusin entonces que unamediacin u otra, una pantalla u otra, siempre ser reinstalada a pesar de que la tecnologa laselimine aparentemente a todas?

    Una vez que la tecnologa supere todas las vas de intermediacin para alcanzar el cerebro,sistemas internos de mediacin me siguen pareciendo necesarios, aunque slo sea para evitarlas obscenidades y las perversidades que de seguro surgiran y que seran bastante inapro-piadas, sobre todo cuando otras personas tengan acceso a estos contenidos (el sndrome deGilles de la Tourette generalizado). No habr, de esta manera, una restauracin de un sujetocartesiano, una intervencin central que funcione gracias a su distancia de la pantalla interna?

    Cul sera el diseo, la ergonoma de estas interfaces de mediacin y sobre todo qu formade intervencin se instaurara en este caso, est todava por verse. Y en lo que se refiere a laintervencin que resultar, la pregunta principal sera qu ropaje psicolgico le encajaramejor quizs un sujeto freudiano, capaz de reprimir? Seguro que hoy el cerebro el cerebroiconogrfico que nos observa desde los tablonesde los anuncios acadmicos, los peridicos, lasrevistas y el resto de pantallas es el interfaz, el mediador entre nosotros, sujetos vaciados ymeros espectadores, y el cibermundo que es an ms material de lo que suponemos. Este ce-rebro, ahora, es iconografiado, naturalizado, materializado y socialmente aislado por lasciencias psiconeurolgicas para ser til a los modos de produccin y de consumo del capita -lismo tardo.

    Pero cuando (y si) logrsemos sobrepasar el acceso mediado y analgico al cibermundo,cuando (y si) logrramos conectarnos directamente a una esfera virtual desmaterializada y des-centrada, me parece que el interfaz necesario (es decir, que ser necesario en mi opinin)resultar ser una intervencin sin ninguna dimensin material (en el sentido clsico de la bio-loga o la neurologa) ya que tendr que ser pura funcin de la interfaz de mediacin.Quedara por ver si esta intervencin tendra un potencial social y poltico emancipador quepor el momento sigue ausente en el cerebro iconogrfico.

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