comparada 2.0
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Introducción
“Oriente y Occidente son trazos de tiza que alguien dibuja ante nuestros ojos para
burlarse de nuestro temor.”
F. NIETZSCHE
En la frase anterior, se destaca el hecho de que la separación entre Oriente y
Occidente es como un trazo de tiza, es decir, como una fina línea que alguien ha
querido dibujar y que podemos borrar y redibujar. Se presenta entonces el límite como
una intervención artificial. Al mover esa línea, podemos cambiar y limitar de distinto
modo qué significa para nosotros ser y pertenecer a Occidente y no así a Oriente.
Por otro lado, añade que esa línea se traza “para burlarse de nuestro temor”. Se
refiere entonces al temor al Otro o a lo Otro. En esta línea, Edward Said en su obra
Orientalismo entrevé cómo la academia occidental construye la noción de Oriente;
cómo se convierte ese Otro en objeto de estudio, de deseo o de temor.
Se llega pues tras analizar la frase a que el concepto de Oriente no es más que un
invento de Occidente.
La filosofía tomada como núcleo conceptual básico existe en todas las culturas, por
primitiva que ésta sea. Hegel expone que solo es filosofía aquello que ocurrió en Grecia
y las consecuencias que de ello se derivaron. En Oriente, no tiene lugar la escisión
entre el momento teórico y el práctico mientras que en Occidente existe la separación
entre el pensamiento teórico y el aplicado. En Oriente, toda palabra es enseñanza, una
enseñanza sobre la vida. La teoría entendida como tal no existe, solo existe la doctrina
del maestro hacia los alumnos. Se trata pues de una forma de iniciación al modo de
vida y al conocimiento, ya que éstos se cruzan y se funden. La doctrina da lugar pues a
una actitud.
Primera parte: Hegel y la filosofía
occidental
Antes de Leibniz, nadie pudo leer un texto chino. La cultura deja de ser entonces
únicamente Euromediterránea, pues se empiezan a conocer diversas y muy ricas
culturas en todo el mundo. Llegado a este punto es donde Hegel duda acerca de dónde
hemos de clasificar estas nuevas culturas. Lleva a cabo dicha clasificación en Lecciones
sobre la historia de la filosofía. En él, Hegel explica que la filosofía comienza en Grecia y
que todo lo que no parta de ella no es filosofía. La define a través de la pregunta
metafísica, por lo que, para Hegel, la filosofía se da cuando surge la pregunta del ser en
cuanto a si mismo, es decir, el pensamiento sobre el pensamiento es donde comienza
la filosofía. Para Hegel, el pensamiento, en especial, se manifestó entre los griegos
como un despliegue asombroso a partir de sus elementos originarios, y para
comprender su filosofía no es necesaria otra cosa que permanecer dentro de ellos
mismos sin buscar ningún motivo externo. Su exposición, iniciada en el primer tomo,
abarca el segundo y aun parte del tercero, y en ella nos encontramos con que, a partir
de un material muy precario, Hegel logra dar una interpretación magistral de las
distintas filosofías.
Tras dar dicha definición de filosofía, busca el origen de todo esto: explica que
solamente donde el pensamiento es libre podemos decir que hay filosofía. Dicho
pensamiento libre no puede sino existir en un pueblo que ampare esta misma
consciencia en términos políticos e históricos. El pueblo en el cual piensa Hegel es
Grecia. Aquí, se refiere a la libertad política en un plano práctico. Por ello, explica que
donde no se ha separado el mundo de la experiencia del mundo no se puede dar
cuenta de la libertad, no puede ser un mundo libre y, por lo tanto, no puede
reflexionar sobre lo general, solamente sobre lo concreto. Cabe decir que Hegel explica
que el pensar reduce algo concreto a lo general.
Así pues, sin libertad política no habrá libertad de pensamiento y sin libertad de
pensamiento tampoco la habrá política. Liga de este modo el pensamiento filosófico
libre a la libertad práctica.
La conciencia oriental no descansa todavía sobre el carácter de lo general, mientras
que, por el contrario, la conciencia occidental si lo hace. Para lograr que un pueblo sea
libre, lo particular debe desaparecer en favor de lo general.
Se definen pues dos condiciones: la separación de la naturaleza y la autoconciencia.
Tenemos por lo tanto cual es la demarcación y la condición que llevan a la conclusión
de la necesidad de separar a Oriente y a su filosofía de lo que Hegel considera filosofía.
Si aquello que pensamos y queremos está condicionado por aquello con lo que está
relacionado y no posee el fin en sí mismo sino en otra cosa, llegamos a que la
experiencia esa dirigida por la finitud, por tanto, no es libre y está determinada. Es esto
precisamente lo que caracteriza a los orientales, que quedan gobernados por el miedo,
en vez de por la libertad, donde la servidumbre o el despotismo son fruto de una
política no libre.
“… y la generalidad consiste, precisamente, en esta proyección sobre sí mismo. Este
ser consigo mismo, esta personalidad e infinitud del yo es la que constituye el ser del
espíritu; éste es así y no puede ser de otro modo.”
Cualquier cultura empieza ordenándose de acuerdo al miedo a un superior, a un señor,
a un Dios. Hegel explica que debemos ir más allá, emancipándose de esta condición
política, filosófica y religiosa basada en el temor. Defiende que nosotros, Occidente,
hemos ido más allá, mientras que Oriente no. Por ello, al no poseer libertad política y
de pensamiento y al no haber sujeto de esa libertad, no puede existir la conciencia, ni
la ética, solo puede haber un orden. La existencia de dicho orden no garantiza la
existencia de la ética, ya que está basado en el despotismo y la obediencia, en el cual
no hay cabida para la libertad.
Hegel defiende que lo oriental ha de separarse de la historia de la filosofía y sitúa su
posible interés como algo prefilosófico, como un preámbulo a lo filosófico.
Frente a la concepción de Hegel acerca de la definición y los límites de la filosofía, yo
ESTO CREO QUE MEJOR PONLO TÚ <3
Momento de autoconciencia y
autoidentificación griegas a partir de Pericles
La separación de lo oriental frente a lo occidental no se produce en la Modernidad.
Esta articulación dual se da en Grecia. Se trata de una autoconciencia que nace en
comparación y frente al Otro. Permite al griego distinguirse del persa, del bárbaro.
En la obra Los Persas de Esquilo se narra la guerra entre los griegos y los persas. En un
fragmento de la misma, la reina Atosa sueña con dos mujeres mitológicas altas y bellas
que son hermanas, pero que pertenecen a diferentes pueblos: una va vestida de
griega, de dórica, mientras que la otra viste de persa. Con ello, se puede inferir que no
son dos pueblos que chocan sino que son el mismo linaje, la hermandad de un linaje.
Aparece entonces cierta disputa y, ante la tensión, la reacción del Imperio,
personificado en el hijo de la reina, es unificar, lo que aparece en el relato como la
imposición de un yugo. Una, la persa, acepta su condición de súbdita respecto al poder
imperial y responde con su obediencia; mientras que la otra no se deja subyugar, se
arranca el yugo impuesto por el Imperio y rompe las riendas. El Imperio se rompe, la
unidad se rompe, se parte el yugo por la mitad, lo que simboliza que la unidad del
Imperio es imposible.
Se trata de un texto de la propia Grecia, no de una interpretación como la de Hegel, de
la cual hablamos anteriormente.
A continuación, tratamos sobre El discurso fúnebre de Pericles, un texto de referencia
para la democracia Griega (cultura y civismo). El texto lo retoma Tucídides, y fue
pronunciado en 431 a.C por Pericles. Habla de una autarquía, es decir, de aquello que
es por sí mismo y no depende de otro. Es en esto en lo que se basa la libertad griega
que llevamos comentando desde un primer momento (no es equivalente a una
libertad en términos modernos).
Pericles destaca que Grecia no imita a ninguna forma de poder anterior, no sigue un
modelo, no copia, sino que inventa y desarrolla un nuevo y original modelo de régimen
político, siendo este el que se toma como modelo en otras civilizaciones. Es el caso de
la democracia descrita por unas leyes propias, en la que hay una norma: respetar la
libertad; que se basa en llevar a cabo aquello que favorezca a la mayoría. Esto es lo
que distingue a la civilización Griega y la convierte en un modelo.
Destaca que Grecia no solo es un pueblo libre, sino que, además de ser igualitario y
respetuoso, no para de crecer en el ámbito cultural, cultivándose sin cesar. Se da así
una continuación entre lo político y lo cultural. Explica también que Atenas no se trata
de un lugar de igualdad absoluta pero si de uno de acogida y llegada, ya que sigue un
modelo basado en el recibimiento, en las puertas abiertas. Esto se nombra en
contraste con la situación oriental, caracterizada por ciudades protegidas por murallas
imperiales, como la gran Muralla China, por ejemplo. Así, la ciudad ateniense se define
como un punto de intercambio, de llegada; aunque también de rivalidad y diferencias,
ya que el intercambio de argumentos o ideas que se favorece puede provocar rivalidad
en argumentos confrontados. Ahí mismo, la filosofía comienza y se pone en marcha,
de ello se alimenta y crece.
Ese intercambio se puede tomar como discusión, una actividad mediante la cual somos
capaces de deliberar y decidir sobre los asuntos públicos. En este discurso racional,
tiene un papel fundamental la fuerza, que en este caso, no es más que la capacidad del
individuo para establecer alianzas, ya que somos capaces de dar y de aliarnos, lo que
nos hace más fuertes que aquellos que solo se tienen a sí mismos para defenderse,
refiriéndose de este modo a Oriente.
En el texto subyace la idea separación, ya que la idea de libertad sirve de base tanto
para distinguirnos y diferenciarnos como para servir de modelo a otros pueblos. Es lo
que nos hace distintos a los Otros en libertad de pensamiento y en constitución
política del pueblo, dos principios que Hegel usará para explicar la diferencia entre lo
que define como filosofía y lo que no, como ya vimos anteriormente.
Deseo de Oriente en la filosofía moderna
Trataremos ahora de lo que ocurre cuando lo Mismo y lo Otro se relacionan. Es una
pregunta que ha tratado de ser respondida por varios autores por los que haremos un
breve recorrido, como son Leibniz, defensor del universalismo; Schopenhauer, que se
mueve entre las coincidencias, el origen y el destino común; Heidegger y Foucault, que
abogan por el encuentro y el diálogo…
Entre los siglos XVII y XIX, llega un saber nuevo en cuanto a recepción filosófica se
refiere a Europa. Las tres formas de acercarnos a algunas figuras filosóficas que tratan
en sus textos de la posibilidad de una relación con lo oriental son el universalismo, el
origen-destino común y el encuentro-diálogo.
Leibniz busca, a través del orden matemático, la armonía del universo entero, de modo
que defiende que cada existencia concreta (mónadas) contiene todo un orden y la
forma del orden total, que sería el universo. En el siglo XVII, Leibniz comienza a leer
escritos y noticias que llegan desde China. Esto supone un cambio importante, si bien
desde el siglo XV lo único con lo que se había relacionado Europa era el
descubrimiento de América. Leibniz explica que existen dos modelos, dos expresiones
o notaciones distintas de un mismo orden universal, dos formulas distintas de un
mismo patrón que se conocen en los dos extremos de una tierra común, donde es
posible el encuentro de una Razón común. El orden es uno y lo que ha de hacer la
humanidad es tratar de aproximarse al conocimiento mas perfecto posible de ese
orden o de las leyes que lo rigen. Esa ley se trataría de la ley Divina, de modo que
avanzar en su conocimiento seria caminar hacia la perfección de la filosofía. Aquí
reside lo fundamental del universalismo de Leibniz, un universalismo teológico, ya que
defiende que todos somos hijos de la misma creación y, por lo tanto, todos los cambios
nos conducirían al mismo sitio. Leibniz reconoce pues a todos como iguales, tanto a
Oriente como a Occidente, mientras que, recordemos, Hegel no lo hace.
Es en este punto en el cual Pascal cuestiona la accesibilidad de Moisés frente a la de
China, entrando para responder en un juego de luces muy poco habitual. Plantea que
de algún lugar ha de proceder la luz y que los lugares pueden ser China o el
judeocristianismo. El debate que se da es que la luz de Oriente pueda ser cegadora y
no nos deje ver, pero Pascal defiende que China oscurece pero que hemos de saber
encontrar su claridad. ESTO MIRATELO PORQUE ES COMO UNA RAYADA CÓSMICA
MUY GORDA, ESPERO QUE TU LO PILLES PORQUE YO NO MUCHO <3
En Los Orientales de Victor Hugo, se nos anima a tratar de aprender de Oriente. Se da
una visión entusiasta del mundo oriental, tomado como un posible modelo para el
renacimiento del mundo en Oriente. Trasluce en la obra una exaltación desbordada
por el deseo de Oriente.
Schopenhauer en su obra El mundo como voluntad y representación explica algo
similar a lo dicho por Victor Hugo. Expone que su filosofía es la de Oriente aunque él
no se encuentre en Oriente. Su filosofía es la de allí no por nacer directamente de las
fuentes orientales sino por pensar y llegar a una conclusión igual a la de ellos
elaborando una filosofía propia que nace de la obra de Platón y Kant, sus principales
fuentes. Va explicando así que si aquel que lee su obra se ha familiarizado
anteriormente con la sabiduría contenida en los Vedas no tendrá problema alguno
para comprender su filosofía. De este modo, la literatura sánscrita o literatura clásica
de la india queda definido por Schopenhauer como el mejor descubrimiento de los
producidos en el siglo XIX. Defiende que el conocedor de la sabiduría india no sentirá
que la obra de este autor le es desconocida o extraña, ya que todo lo que él piensa y
plasma en sus escritos ya estaba reflejado en la sabiduría oriental. “Tengo la convicción
de que esta literatura ejercerá una influencia no menos profunda que la que ejerció en
el S.XV el renacimiento de la literatura griega.” (A. Schopenhauer: El mundo como
voluntad y representación. Prólogo, Folio, 2002, pp.12). A este respecto, me gustaría
decir que no todo ha salido como Schopenhauer esperaba, al menos, de momento;
pues si la sabiduría Veda hubiera ejercido hasta ahora una influencia no menos fuerte
que la literatura Griega, en colegios, escuelas y universidades, no solo nos hubieran
hablado de la literatura griega sino que también nos habrían puesto en el mismo nivel
a la literatura sánscrita. ESTO ES COPIADO DEL TRABAJO PERO NO SÉ SI LO PUSO ELLA
O LO DIJO LA MUJER ENTONCES NO SABÍA MUY BIEN QUÉ HACER CON ELLO. AHÍ TE LO
DEJO :*
Se produjo en este momento un cambio de paradigma, ya que en el siglo XIX el
conocimiento del Otro, en este caso, de Oriente ya no quedaba en manos de
intermediarios, si no que gracias a los avances en comunicación permiten a filósofos
como Heidegger y Foucault moverse por el mundo y ser visitados por filósofos
orientales. La situación cambia radicalmente ya que no se trata de filósofos europeos
estudiosos de textos y fuentes antiguas sino que tenemos filósofos que van de un lado
a otro y que reciben académicos con los cuales intercambiar ideas. De entre todos, nos
centraremos como ya hemos dicho en Heidegger y Foucault en sus dialogos con dos
japoneses diferentes.
Heidegger explica cómo desde que en Grecia surgió la pregunta por el ser ésta se ha
contestado de forma errónea, cayendo así en un error filosófico que es la metafísica.
Este autor aboga por volver a los presocráticos y retomar la pregunta por el ser, pero
esta vez respondiéndola de forma adecuada. Para Heidegger, la Nada es lo que
aparece con la creación de algo, es decir, la Nada se crea con el Ser. El Ser entonces es
un acontecer y la Verdad es comprendida como un desvelar. “La metafísica no
contesta nunca a la pregunta por la verdad del ser porque jamás plantea esta cuestión.
(...) Los enunciados de la metafísica se mueven de manera extraña, desde su inicio
hasta su consumación, en una constante confusión de ente y ser”1. (ESTO TE LO HE
PUESTO YO QUE BUSCANDO ME HA PARECIDO INTERESTING <3) Heidegger busca en el
Taoísmo un modo adecuado para aproximarse a lo que nosotros, mediante la
metafísica, no podemos pensar o describir. Esto se debe a que en la filosofía China no
existe la filosofía de la sustancia, el vaciamiento de la Nada no se da en Oriente,
mientras que nosotros, en Occidente, visualizamos la Nada esperando que en el
irrumpa el Ser, como los actores en un teatro. Los orientales no ven el teatro vacío,
sino que son capaces de encontrarlo lleno de relaciones entre luces y sombras…
Heidegger defiende que todo aquello que la metafísica occidental explica mediante
complejas teorías, la filosofía oriental ya lo ha descrito de una forma mucho más
simple. Por ello, el japonés que discute con Heidegger comenta “así, la confusión
creada debe ser soportada” (Heidegger, M.: “Un diálogo sobre el habla” en Del camino
al habla, pp. 101) ESTO LO MISMO QUE CON LA CITA DE SCHOPENHAUER DE ANTES.
Foucault mantiene un diálogo con un Bonze, que le pregunta sobre la crisis del
pensamiento que ocurre en Occidente. En ese momento, Europa se enfrenta a su
propia crisis para buscar fuentes de conocimiento de las que beber. Foucault expone
1 HEIDEGGER, M.: ¿Qué es Metafísica?, “Introducción”
que los temas se consideran desde distintos ángulos y por varias técnicas (análisis de la
historia, psicoanálisis…) y que así se evalúa la propia cultura. Sigue observando que
dicha evaluación podría seguirse de la confrontación de la cultura occidental con la
oriental, de modo que llega a la conclusión de que la crisis del pensamiento occidental
se produce a la vez que el fin del Imperialismo. Se infiere así que el pensamiento
occidental aunque se expresa mediante un discurso armónico, racional e interesante,
no es específico, ya que ningún filósofo occidental ha marcado o marca la época. De
este modo defiende que se encuentra así ante el fin de la era filosófica occidental.
Aboga entonces por una nueva filosofía que nazca fuera de Europa o como resultado
de la interacción entre Europa y el resto del mundo.
SEMINARIO: La especificidad de la filosofía y
su alteridad, a partir de los textos de los
sinólogos F. Jullien, A. Cheng y JF. Billeter
Esto hay uno que lo tiene y otro que no tonses no sabia qué hacer <3
En esta sesión vamos a debatir y discutir en torno a dos preguntas que tratamos de
responder en conjunto.
1. ¿Qué hay de singular en la manera cómo la filosofía nacida en Grecia se
propone elaborar las grandes preguntas de la humanidad?
2. ¿Podemos sostener que hay formas de pensar radicalmente otras? ¿O más bien
hay un fondo común de la experiencia humana?
Segunda parte: Filosofía oriental
La doctrina oriental se basa en un modo de pensamiento que no esta dirigido u
orientado por una idea de Origen. En ella, no hay principio ni final. Se trata de un
conocimiento ilimitado, una sucesión infinita en la que la temporalidad no posee
origen ni evolución. La historia china comprende la del Imperio chino y la de la
dinastía. Comprenden el Imperio chino como la historia del mundo y los emperadores
dan nombre al tiempo. Los maestros chinos y las obras de su pensamiento no pasan a
la historia si no que sirven como soporte de la tradición de la doctrina china, funcionan
como idea base aunque esta no se contemple como un origen. Los nombres que
trataremos de ahora en adelante no son considerados como autores, sino como
maestros, como sabios, que generan nuevas ideas pero que no son presentadas como
tales, sino como reinterpretaciones. Así, se tiene que el pensamiento oriental crece
como una tradición viva en la que no se suceden unas ideas tras otras, si no que las
ideas son lo que prevalece y resulta variado a la vez. El pensamiento es sincrético,
concentrado. Esta filosofía es un proceso vivo en la que no se citan autores ni se
pretende crear una obra original sin parangón, por ello, no hay ninguna búsqueda de la
pureza o de la Verdad, entendida esta como una Verdad revelada en un sentido bíblico
o como una Verdad dogmática en un sentido teórico. La Verdad en la filosofía oriental
tiene parte de acontecimiento, mas como algo que ocurre que como una doctrina en
sí. No se concibe como algo contrapuesto a la falsedad, tal como venimos aprendiendo
desde Aristóteles. Para explicar la Verdad recurren, no a la pregunta del Ser como en la
concepción occidental, sino a la pregunta del Tao, que, como veremos es aquella que
sostiene y enlaza todo el pensamiento chino y lo que lo precede. Dicha pregunta versa
sobre el cómo, sobre la manera y el modo de hacer o vivir. Sustituye el ¿Qué es la
vida? Por un ¿Cómo vivir la vida?
Nos surgen llegados a este punto una serie de críticas a la filosofía oriental que nos
permiten recoger las principales ideas sobre las que la misma se basa.
La primera es la tendencia a decir lo indeterminado, ya que se habla sin términos; nada
se define entre un principio y un final. No existe una idea clásica del primer principio,
es decir, que el logos genere el primer principio. Nos cuestionamos entonces si, no
habiendo principio ni final ni cortes en ella, es ilimitada. La segunda, esta en relación
con la anterior, ya que se tiene una cronología sin orden ni evolución. No se tiene un
sentimiento de sentido histórico. La historia es la historia del Imperio Chino, los
acontecimientos ocurren en el imperio, no en el tiempo. Los hechos que aparecen se
suman a la historia, perdurando desde que aparecen las corrientes de pensamiento.
La tercera es la existencia de una tradición común. El pensamiento no se crea, solo se
transforma a través de la recepción y la emisión. De este modo, no conocemos
autores, sino maestros, los cuales están marcados por un nombre que los define. No
hay originalidad, no se tiene esa inquietud por pertenecer a una corriente o a seguir un
dogma, por lo cual no se defiende una corriente en concreto, se busca y coge de todo.
En cuarto lugar, se tiene una concepción de la verdad como acontecimiento. No hay
verdad teorica. Se entiende la verdad como un acontecimiento, como algo que tiene
lugar. Tampoco hay preguntas sobre o por el fundamento, sobre el ser. El Tao (cómo)
es la pregunta que atraviesa el resto, pero no es la última, por lo que sigue sin haber
un fundamento.
Presentación del confucianismo
Confucio (551- 479 a.C) fue un pensador, educador, político y fundador de la escuela
Ru de pensamiento Chino. Sus enseñanzas, preservadas principalmente en el libro
Lunyu o Analectas, conforman el pilar de la especulación China sobre la educación y el
comportamiento del hombre ideal, sobre cómo un individuo debería interactuar con
los demás y conducirse en su vida diaria, así como las formas, tanto de gobierno como
de sociedad, en las que deberían involucrarse y participar. Las fuentes de información
sobre la vida de Confucio son una mezcla de hechos ciertos y ficción. Confucio es
descendiente de la familia real del estado de Song y nació cerca del actual pueblo de
Qufu, en el sureste del actual estado de Shadong. Confucio conoció la pobreza desde
niño, viviendo una infancia humillante, siendo forzado en su adolescencia a asumir
trabajos tan bajos para la época como el de cuidar ganado o hacer de contable.
Alrededor de su cincuentena, Confucio estaba rodeado por una serie de discípulos a
quienes enseño, además de involucrarse en asuntos de política en el estado de Lu.
La doctrina de Confucio se apoya sobre la creencia de que un hombre demuestra su
valor desde la práctica de la virtud, la rectitud, el amor, la humanidad, la generosidad y
el respeto a los ancestros. No existiendo ningun comentario con respecto a lo que hay
“mas alla” no es descabellado argumentar que el Confucionismo es más una
concepción etica que una doctrina, no pretendiendo en ningun momento trascender
mas alla de los estrictamente concerniente a la persona. La importancia de Confucio
procede en parte de la difusión de su pensamiento después de su muerte, siendo su
pensamiento una respuesta al clima de desorden y de luchas entre señores feudales
que impregnaba China en la época.
El Confucionismo predica la unidad del cosmos que regula tanto la vida animal y
vegetal como el ser humano y las estaciones. Aun siendo tomada como una religión
oficial, nunca se conformó ni fundó como tal, evolucionando de manera natural desde
las enseñanzas de Confucio, siendo este no un padre o predicador sino una parte de la
tradición más. De esta forma, no posee ni clero ni iglesia ni divinidades. Se basa en los
principios de la practica del bien, la sabiduría empirica y las propias relaciones sociales,
todos ellos relacionados y buscados en la pregunta del Tao.
El Pensamiento se basa en su transmisión y los comentarios que a la misma se hacen y
aumentan dicha tradición; y se recoge en nueve libros. Los tres elementos están
relacionados de tal manera que permiten dar una ética, una educación del hombre.
Por este motivo, Confucio se concibe como el primer educador y centraliza los
esfuerzos de la educación en desarrollar no las capacidades físicas si no las virtudes
humanas que caracterizan a los hombres.
Los libros están divididos en dos grandes grupos: los Cinco Clásicos (Wu Ying o Wu
King), libros creados antes de la época de Confucio, y los Cuatro Libros (los Sishu),
libros compuestos por compilaciones de dichos y proverbios de Confucio y Mencio
comentados por sus seguidores. Los Cinco Clásicos son YiJing (Libro de las mutaciones
o cambios), Shujing (Libro de la Historia), Shijing (Libro de la poesía o de las odas), Liji
(Libro de los ritos) y Chunqiu (Anales de la primavera y el otoño). Los Cuatro Libros son
Tao-Hio (La Gran Ciencia), Chung-Yung (La invariabilidad del medio), Lun Yun
(Analectas) y Meng-Tse (Libro de Mencio). En ellos se recoge no la Verdad o la Virtud,
sino el camino para alcanzarla, la via que hemos de seguir si queremos ser nobles y
virtuosos. En dichas obras se recoge y alcanza a comprender el Tao, principio
redundante en toda la filosofía oriental.
Confucio afirmaba que las virtudes fundamentales del noble son tres: la bondad, que
produce alegría y paz interior; la ciencia, que disipa todas las dudas; y la valentía, que
ahuyenta todo temor. El pecado original es inconcebible para Confucio, para quien el
hombre se encuentra inmerso en un orden meramente natural.
La verdad (es decir, el principio verdadero y racional que se halla en el interior de
todos los hombres y en todos por igual) es el camino del cielo, y el principal deber del
hombre consiste en meditar sobre ella y descubrirla en todo su contenido y significado.
Existe un solo medio para ser sinceros y veraces en todo: alcanzar la virtud, porque sin
virtud no existe veracidad ni sinceridad verdadera. Es decir, la virtud en el ser humano
es natural y fruto de la propia y precisa voluntad de ser virtuoso. Esto puede
conseguirse por medio de la corrección en el trato fraterno, entre otras actitudes y
cualidades que son naturales al hombre.
Rén es la virtud central del pensamiento confuciano y ha sido traducida como
“naturaleza humana verdadera” (Lin Yutang), “humanidad verdadera” (Legge),
“humanidad perfecta” (P. Do-Dinh), “benevolencia” (Pérez Arroyo), “amor al prójimo”
y “bondad” (R. Wilhelm). El término chino está compuesto por dos palabras: “dos” y
“hombre”, por lo tanto hace referencia a la relación entre dos seres humanos, que ha
de estar caracterizada por el amor y la bondad. Se refiere asi a que no es posible la
práctica de la virtud de la humanidad sin el amor al prójimo. El Hombre Superior
confuciano no es un individuo que busca realizar lo que lo diferencia de los demás,
sino aquel que desarrolla su verdadero ser en la relación con el otro. Dicho Hombre
Superior no puede ser sino expresión del rén, de la verdadera naturaleza humana. El
otro presupuesto del rén confuciano es la bondad natural del ser humano, dado que su
ser es expresión celestial. El hombre debe realizar lo mejor de su ser para ser expresión
del orden natural.
“El hombre que posee las virtudes humanitarias en su más alto grado, al querer
afirmarse él mismo afirma a los demás, y al querer ensancharse él mismo ensancha a
los demás.” (VI, 28)
“La benevolencia (rén) consiste en amar a los hombres.” (XII, 22)
La “naturaleza humana verdadera” es una virtud completa, porque abarca todas las
demás virtudes. Es como el tronco que sostiene el gran árbol de la vida humana, por
eso tiene muchas ramificaciones. Por ser virtud completa, cada vez que le preguntaban
por ella, él respondía de acuerdo al interlocutor, no según un sistema teórico. Las
“ramificaciones” hacen referencia a esas circunstancias en las cuales tenemos que
expresar el rén. Todo ello puede parecer un conjunto desordenado de prescripciones,
pero deben ser interpretados en función de las situaciones y de las personas. Confucio
no formulada un sistema teórico ni preceptos formales, sino posibles rumbos de
acción. Rén es pues la Humanidad realizada en un hombre, por eso se convierte en
Hombre Superior (junzi).
Trataremos ahora brevemente del resto de virtudes. En términos simples, la segunda
virtud o Yi significa rectitud o justicia. Esta virtud busca que las personas sepan
diferenciar entre lo debido y lo indebido y tomen decisiones moralmente correctas en
cada situación en la que deban diferenciar. Abarca los conceptos de reciprocidad y
ética. Confucio creía que la naturaleza humana era inherentemente buena, y que la
humanidad compartía un entendimiento común del bien y el mal. Una de sus frases
más famosas explicando Yi hace eco de la Biblia: “Lo que no desees para ti mismo, no
se lo hagas a los demás.” (己所不欲、勿施于人。; Ji suo bu yu, wu shi wu ren.)
La tercera de las cinco o Li se refiere a los ritos, rituales y rutinas necesarios para llegar
en armonía al Ren. Originalmente incluía tres aspectos: las ceremonias de sacrificio
para los ancestros y los dioses, el respeto a los protocolos de las instituciones sociales
y políticas y las cortesías del comportamiento diario. Li se entendía como la única
manera en la cual se podía llegar a una sociedad ideal.
La cuarta virtud o Zhi, significa sabiduría. Al igual que Yi, se concierne con saber lo que
está bien y lo que está mal y tomar las decisiones correctas en el momento correcto y
por las razones correctas. El Zhi solo se cultiva a través del estudio, la contemplación,
la experiencia y el análisis.
Finalmente, la quinta o Xin se refiere a la honestidad. La persona virtuosa no ha jamás
de romper sus promesas o engañar a los demás. Evoca también al concepto de
integridad, se espera que una persona actuará de manera coherente con los valores de
su comunidad.
Debemos destacar en este punto que todo lo dicho hasta ahora se refiere no al
individuo como sujeto aislado, sino a la colectividad, a una comunidad construida
sobre una red de relaciones muy concretas. La perfectibilidad, definida como la
conversión del camino en un camino de perfección, abre un nuevo modo de vida, una
nueva manera de entenderla, que es lo que en lo que radica la educación. Esta
perfectibilidad se entiende como individual y colectiva a la vez, de modo que un
individuo es capaz de idear y perfeccionar el todo. Siguiendo este camino, se comienza
a ordenar la imagen del mundo que el individuo tiene, de modo que llega a
comprender el orden de lo que le rodea y a sentirse parte del mismo. Se incorporan a
su vez los rituales, que constituyen la parte sensorial y sensible en la participación de
dicho orden. Como consecuencia de todo ello se llega a la Harmonía (¿?). En este
punto, el individuo, parte del orden ya no siente conflicto entre las normas y la
voluntad porque es parte del todo, de modo que desarrolla el Ren gracias al
aprendizaje y el estudio.
En un sistema como el descrito, lo que no puede ser cuestionado es la obediencia, ya
que el orden es sostenido por un soberano o señor. Se relaciona esto con la pregunta
del Tao, ya que no se cuestiona el orden en si, sino que se cuestiona como sostener y
participar en el orden.
Como hemos nombrado en un punto anterior, en las enseñanzas de Confucio se habla
de una continuidad, de una unidad en el pensamiento y en la conciencia. La conciencia
se toma como algo sobre lo cual hemos de trabajar, sobre lo que profundizar en
nosotros mismos para asi ser capaces de tener un fundamento moral interior que nos
ayude a, estando la conciencia ordenada, ser capaces de ordenar la vida en torno a
ella. Una conciencia de la igualdad y de la bondad es el único camino hacia el
conocimiento. En la misma línea, tenemos que el confucianismo defiende como
concepto esencial la piedad filial, concebida como un camino que el hombre ha de
recorrer. Uniendo las dos ideas sobre conciencia y piedad filial, Confucio defiende que
los hombres que llegan a sabios gracias a su piedad filial y su conciencia serán capaces
de mantener la paz y el orden, de modo que la piedad filial se acabara extendiendo a
todos, lo que nos dictara nuestra conciencia.
La organización basada en estas ideas por la que aboga Confucio es la siguiente. La
organización del gobierno ha de llevarse a cabo por aquellos que sean más sabios,
mientras que la organización de la sociedad, en la que el trabajo es obligatorio, será
fundada por cada familia como una unidad. La sociedad se encargara de mantener a
ancianos y niños, que están eximidos de trabajar. La organización de la economía está
muy lejos de la actual capitalista, ya que cada familia posee sus medios de producción.
Menciona también los siete estados, que resumen las emociones de los individuos y
que son el pesar, el miedo, el amor, el apetito, la cólera, la alegría y el odio. Sobre ellos
dice «mientras no despuntan las siete emociones, existe la conciencia del centro; se
contempla el mundo en sí, más allá de la ilusión». Por otro lado, define también las
relaciones terrenales del hombre, que son cinco, basadas en deberes: relación padre e
hijo, relación esposa y esposo, relación hermano mayor y hermano menor, relación
entre amo y criado y relaciones con los amigos.
Presentación del taoísmo: Lao Tse, Zhuang Zi
(25-03)
Tradicionalmente, se considera que la filosofía del taoísmo se originó en China con un
hombre llamado Lao-tzu. El Taoísmo retoma las directrices e ideas del Confucianismo
visto anteriormente, criticándolas y desviándolas a otro tipo de experiencia con el fin
de conocer el orden del todo. El Taoismo propone una sociedad y un orden diferente al
modelo propuesto por el confucianismo. Tras la imposición de la estructura social del
confucianismo, China no ve mejorada su situación y sigue siendo un territorio lleno de
disputas y convulsiones sociales. Es aquí cuando los sabios taoístas van preguntándose
por qué ese orden perfecto del todo que comprendían e imitaban en la sociedad cada
vez les es más complejo de mantener. Estos maestros viven en la naturaleza y
transmiten experiencias y enseñanzas sobre la vida salvaje que ellos llevan. Se deduce
de ello que los taoístas representan las figuras más críticas y enfrentadas al
confucianismo, son los que resultan más distintos y asalvajados.
La idea principal del taoísmo es “vivir intentando conservar el dinamismo de la vida,
evitando derrocharla de maneras inútiles, agotadoras, representadas principalmente
por la fricción y el conflicto”2. La manera de lograrlo es viviendo en armonía con el Tao,
en todas las cosas: el camino de la naturaleza, de la sociedad, y de nosotros mismos.
Los filósofos taoístas poseen una idea que caracteriza la acción en armonía con el Tao
llamado wu-wei que, literalmente, significa ‘falta de acción’. en la práctica implica no
tomar ninguna acción que sea contraria a la naturaleza o al Tao. Así, “la acción en el
modo de wu-wei es la acción donde la fricción en las relaciones interpersonales, en los
conflictos interiores de la psiquis y con respecto a la naturaleza– se reduce al
mínimo”3.
La definición del Tao es compleja en el taoísmo: Tao-Te Ching comienza diciendo que
no hay palabras adecuadas para explicar el Tao. Pero si bien las palabras no pueden
explicar plenamente el Tao, al menos lo pueden sugerir.
“Algo no diferenciado, y sin embargo completo,
Que existía antes del cielo y la tierra.
Silencioso e informe, no depende de nada y no cambia.
Opera por doquier y está libre del peligro.
Podría considerarse la madre del universo.
No conozco su nombre; lo llamo Tao”.
Tao-Te Ching, traducción de Wing-Tsit Chan (New Jersey: Princeton University Press,
1963), 152.
El Tao nos lleva pues a la no acción y al no hacer. También aparecerán como
fundamentales las nociones del recién nacido o la lluvia. El recién nacido representa en
el taoísmo el punto de partida en el cual la vida no se ha desordenado ni se ha
corrompido. El taoísmo coincide con el Confucianismo en que el orden no ha de ser
2 Huston Smith, The World's Religions (San Francisco: Harper Collins, 1991), 2003 Ídem
impuesto por la fuerza. El orden ha de ser intuido por el individuo, pero para ello el
taoísmo aboga por deshacerse de toda intuición y de todo anhelo por conocerlo. En el
taoísmo, se nombre recurrentemente el mundo de la artesanía ya que son los que
crean y toman contacto con la materia prima, natural y sin modificar. Defienden la
relación estrecha con la naturaleza frente a los ritos, completamente alejados del
mundo real y natural.
El Lao Tse explica que, a diferencia de lo observado por el Confucianismo, el hombre
que posee la virtud superior no es un hombre virtuoso, ya que no ha de ser virtuoso
para alcanzar la virtud. La virtud aquí se entiende como la capacidad de acción, como
un poder hacer del individuo, aunque la virtud mayor en si no tiene finalidad. El
taoísmo se opone aquí al confucianismo en cuanto al fundamento del orden y la
educación.
El taoísmo predica la pérdida de todo aquello que nos impida experimentar lo esencial.
Se basa asi mismo en paradojas, que tienen como fin ultimo la renuncia a la vida
productiva. Busca la vuelta a la naturaleza, al contacto estrecho con ella, de modo que
alcancemos a ver lo esencial y permanente, obteniendo de este modo la iluminación y
el conocimiento. El orden se euipara en el Tao al agua, en relación con el concepto de
lluvia que antes nombrábamos; de modo que reposa si esta quieto pero que si se
concentra es destructiva y agresiva. Se presenta este elemento como capaz de alcanzar
lo mas alto y lo mas bajo, por lo que en relación a lo político y al poder, se traduce en
que el soberano bondadoso y comprensivo con los débiles es aquel que es sabio y sabe
gobernar.
Durante la lectura del Zhuang Zi, vimos que toda pretensión conduce a la pérdida de todo eso que
se pretende desde un principio, pues hay que no-hacer para poder hacer. En el taoísmo, no hay
finalidad, ni objetivo, ni pretensión.
Hemos tratado en clase también algunos de los poemas de Lao Zi, que intentan
transmitir, de nuevo, la recuperación de la figura confuciana; lo alto, visto desde abajo,
está abajo; que toda la acción de “no hacer” para conseguir algo, es algo, lo cual es
muy importante para el taoísmo etc.
Algunas Categorías de Si Kongtu también se han comentado. En ellas, hay una
contraposición entre el lenguaje y su inmediatez frente a la realidad; que la realidad no
tiene tiempo, sino que somos nosotros los que lo creamos; que el lenguaje es algo
intocable; la relación hay entre la naturaleza, sin intención, y la esperanza, que es pura
proyección, siendo que en la base del taoísmo está que toda proyección conlleva a un
crear; que venimos al mundo y somos movidos como el aire etc.
Presentación del hinduismo
El Hinduismo es una de las religiones conocidas más antiguas ya que sus escritos
sagrados datan de 1400 a 1500 años a. C. Es también una de las más diversas y
complejas, teniendo millones de dioses. Los hindúes tienen una amplia variedad de
creencias centrales. Aunque es la tercera religión más grande del mundo, el Hinduismo
existe principalmente en la India, Nepal y en menor proporción en algunos de los
países circundantes.
Los principales textos usados en el Hinduismo son los Vedas (considerados los más
importantes), los Upanishad, el Mahā Bhārata, y el Rāmāyana. Estos escritos contienen
himnos, encarnaciones, filosofías, rituales, poemas e historias en las que los hindúes
basan sus creencias. Otros textos usados en el Hinduismo incluyen las Brahmánicas, los
Sūtras, y los Aranyakas.
A pesar de que el Hinduismo es usualmente entendido como politeísta, porque
supuestamente se reconocen tantos como 330 millones de dioses, también tiene un
“dios” que es supremo: Brahma. Brahma es una entidad que se cree que habita en
cada porción de la realidad y la existencia, a través de todo el universo. Brahma es
tanto impersonal como inconcebible, y con frecuencia se ha creído que existe en tres
formas separadas como: Brahma–Creador; Vishnú–Preservador; y Shivá–Destructor.
Resulta realmente difícil “señalar” la teología hindú, puesto que casi cada uno de los
sistemas teológicos es representado de alguna manera por una escuela hindú de
alguna clase. El Hinduismo puede ser:
1. Monístico: Solo una cosa existe; la escuela de Sankara.
2. Panteístico: Solo una cosa divina existe, por lo que Dios es idéntico al mundo; el
Brahmanismo.
3. Panenteístico: El mundo es parte de Dios; la escuela Ramanuja.
4. Teístico: Solo un Dios, distinto de la Creación; el Hinduismo Bhakti.
Aún puede ser discutido, observando otras escuelas del Hinduismo, que es ateísta,
deísta, o aún nihilista. Con tal diversidad contenida bajo el título de “Hinduismo” uno
se pregunta ¿qué es lo que los hace hindúes en primer lugar? Acerca del único punto
real que puede usarse como referencia es si un sistema de creencia reconoce a los
Vedas como sagrados o no. Si es así, entonces es hindú. Si no, entonces no es hindú.
Pero el punto más significativo es intangible. Los Vedas son más que libros teológicos:
ellos contienen una rica y colorida “teo-mitología,” esto es, una mitología religiosa, la
cual tiene deliberadamente entretejidos, mitos, teología e historia, para lograr una
base de religión en forma de historia. Esta “teo-mitología” está tan profundamente
enraizada en la historia y la cultura india, que el rechazar los Vedas es visto como una
oposición a la India. Por lo tanto un sistema de creencias que no adopte la cultura india
hasta cierta medida, es rechazado por el Hinduismo. Pero si se acepta la cultura hindú
y su historia teo-mítica, entonces puede ser adoptada como “hindú” aún si su teología
es teística, nihilística, ateística, o de cualquier otra clase. Esta apertura a la
contradicción puede ser un dolor de cabeza para los occidentales quienes buscan la
consistencia lógica y racional defensivamente en sus puntos de vista religiosos. Para el
hindú, el conflicto es genuinamente una contradicción lógica.
El hinduismo también tiene diferentes opiniones sobre la humanidad. Siendo Brahma
todo, el Hinduismo asegura que todo es divino. Atman, o el ser, es uno con Brahma.
Toda la realidad fuera de Brahma, es considerada una mera ilusión. La meta espiritual
de un hindú es convertirse en uno con Brahma, aunque deje de existir en su forma
ilusoria del “ser individual.” Esta libertad es referida como el “moksha.” Hasta que el
moksha es alcanzado, el hindú cree que él/ella serán repetidamente reencarnados a
fin de que puedan trabajar hacia la auto-realización de la verdad (siendo esta verdad
que solo Brahma existe, nada más). La manera en que una persona es reencarnada es
determinada por el karma, el cual es un principio de causa y efecto gobernado por el
balance natural. Lo que uno hizo en el pasado, afecta y corresponde con lo que sucede
en el futuro, incluyendo el pasado y futuro de las diferentes vidas.
Como corriente filosófica, el hinduismo parte de “yo soy algo” de modo que busca el
conocimiento de lo que el individuo es. Toma como base que todo lo que nos rodea no
son sino manifestaciones de la misma realidad. La realidad es lo que se denomina
Brahman como antes nombrábamos. Defiende lo Uno como el origen del Todo y aboga
por buscar el conocimiento deshaciéndonos de todas las ideas: “Todo lo que te
muestra lo que eres, te muestra lo que no eres”.
Concibe al hombre como un animal enfermo, asocial, concepto totalmente contrario al
dado por la filosofía griega. Lo que mueve al hombre no es la razón ni el bienestar
social, si no el corazón, del cual nacen la piedad y la virtud natural humana.
Upanishads/ Bhaghavad ghita
En los Upanishads se define y analiza la naturaleza del ser controlador único del
universo. Estos libros narran la historia del tentativo de afirmar y explicar la verdadera
naturaleza del Ser supremo, a través de diálogos en los que distintos personajes y
eventos se entremezclan y que, a través del método dialéctico, se esfuerzan en
dilucidar la naturaleza verdadera de Brahman.
Los Upaniṣads ocupan la parte final de los Vedas y, aún cuando estos libros no formen
un sistema único de pensamiento, encontramos en ellos el germen de las futuras
escuelas de la filosofía india. En ellos se puede apreciar una evolución hacia el
concepto de un Ser supremo único con el cual el ser humano trata de unirse a través
del conocimiento. El término Upaniṣad significa “el acto de sentarse al lado” y se
refiere a la doctrina esotérica que se adquiere al escuchar directamente del maestro
espiritual las doctrinas secretas o reveladas exclusivamente a los videntes.
Los Upaniṣads difieren considerablemente unos de otros en lo que se refiere al
contenido y al modo de presentar los temas, pero en general intentan establecer el
sentido místico de los Vedas. Muchos de ellos consideran en forma de diálogo temas
como la naturaleza del ser individual, la relación entre el cuerpo, la mente y el Yo, la
naturaleza del conocimiento y de la verdad, la salvación y los distintos caminos para
alcanzarla, etc.
En el Taittirīya Upaniṣad que explica el conocimiento de Dios como un proceso por el
cual el Ser supremo penetra dentro de la sustancia más profunda del alma. Brahman
está presente en todas partes, pero reside en nuestros corazones. El alma conoce el
Ser supremo cuando descubre la identidad que existe entre uno mismo y Brahman.
Este Upaniṣad se divide en tres capítulos o vallis. En la sección 10 del primer valli
[I.10.1] expresa este descubrimiento de la propia naturaleza como idéntica con la del
Ser supremo:
“Yo soy el que agita el árbol (el árbol del mundo que tiene que ser cortado por el
Conocimiento). Mi gloria es como la cima de una montaña. Yo soy la luz pura del
Conocimiento que se ha elevado en los cielos; yo soy el verdadero, el inmortal, aquel
que reside en el sol. Yo soy el tesoro más brillante. Yo soy el sabio, el eterno, el
imperecedero.”
El conocedor de Brahman conoce que lo primero que emana de él es el éter (ākāśa) y a
partir del éter surgen los otros elementos – el aire, el fuego, el agua y la tierra -, cada
uno a partir de lo que inmediatamente le precede. El término sánscrito que se utiliza
es sambhūtaḥ que denota un proceso de emanación, excluyendo completamente un
proceso de creación a partir de la nada. El Ser supremo es el principio de conciencia
universal del cuál todo procede. Más allá de Él no existe ningún otro ser. Brahman es la
verdad (satyam), la conciencia o conocimiento (jñānam) y lo infinito (anantam). El
Taittirīya Upaniṣad [II.1.1] afirma:
Quien conoce a Brahman alcanza lo supremo. El siguiente verso así lo recuerda:
«Quien conoce a Brahman, que es lo consciente, que no tiene fin, que está oculto en lo
profundo, en el corazón, en el éter más elevado, que goza de todas las bendiciones, se
hace uno con el omnisciente Brahman». De ese Ser surgió el éter, del éter el aire, del
aire el fuego, del fuego el agua, del agua la tierra, de la tierra las hierbas, de las hierbas
la comida, de la comida la semilla y de la semilla el hombre. Por consiguiente, el
hombre consiste en la esencia de la comida.
Si hay un libro mundialmente famoso entre los libros sagrados del hinduismo, éste es
el Bhagavadgītā o la canción divina del Señor. Aunque según la tradición hindú no es
técnicamente un libro revelado, se le considera tal. El Bhagavadgītā es un poema de
700 versos colocados dentro del libro VI del Mahābhārata. Está escrito en forma de
diálogo con un mensaje concreto para transmitir. En occidente se le conoce desde la
primera traducción al latín hecha por Wilkins en 1785 y, especialmente, la edición
crítica de Schlegel in 1823.
El Bhagavadgītā es un dialogo entre dos personas, Kṛṣṇa y Arjuna, que tiene lugar en
Kurukśetra, una planicie cercana a la ciudad de Delhi. El diálogo, que tiene como
contexto la batalla entre los Pandavas y los Kuravas, tiene una gran trascendencia
moral y pone las bases para determinar cómo actuar en situaciones conflictivas
combinando el conocimiento, la devoción y la acción. Karmayoga es el término que
expresa el actuar correctamente y consiste en el cumplimiento de las obligaciones de
cada persona según su posición en la sociedad.
En medio de teorías opuestas sobre el valor de las acciones humanas y del
conocimiento, el Bhagavadgītā propone el punto medio de renunciar no a la acción en
sí misma, sino a los frutos de ésta. Este actuar con desprendimiento de sus frutos se
transforma en el punto de partida de todo actuar moral. Según estas enseñanzas, el
actuar —el trabajar en tareas profanas— no es algo artificial o que se deba dejar de
lado. Lo importante, lo que dignifica al hombre, no es tanto la acción concreta sino el
modo de llevarla a cabo y el hecho de que sea una obligación correspondiente a su
propio estado de vida o dharma.
Comparación entre los Vedas y los poemas épicos
Si comparamos el mundo védico con el mundo de la literatura épica (sutras y el
Bhagavadgītā, los Puruṣārthas) observamos los siguientes cambios:
1. Nuevas condiciones sociológicas:
a) El mundo védico es esencialmente Brahmánico, en el que el universo está
centrado en los sacrificios del fuego y otros rituales celebrados por los sacerdotes.
b) El mundo de las obras épicas se caracteriza por el hecho de que los guerreros
(kṣatriyas) son los que ocupan el centro de atención.
2. Nuevo enfoque ético: Los sacrificios (yajña) son reemplazados por dharma
(obligación moral). Lo que importa no es ya el cumplimiento exacto de las ceremonias
rituales sino de la ley de dharma.
3. Nuevos desarrollos religiosos: Aparecen el Budismo y el Jainismo, junto con la
religión de los Bhāgavatas que adoran a un Dios personal.
4. Se abandona la práctica de un ritual védico complicado. La actitud de adoración se
universaliza entre gentes de diferentes castas, etc. La devoción tiene más importancia
que el conocimiento.
Presentación del budismo
La mejor explicación de las enseñanzas del Buda proviene del Buda mismo. En
sánscrito las enseñanzas se llaman Dharma, y en tibetano Chö. Ambas palabras
significan “las cosas como son”. Por lo tanto, el Budismo puede ser visto como un
conjunto de herramientas que nos permiten ver las cosas como realmente son aquí y
ahora. El Budismo no tiene dogmas y permite que signos de interrogación sean
colocados en todas partes. Las enseñanzas del Buda tienen por objeto el pleno
desarrollo y libertad de cuerpo, habla y mente.
A Buda (Siddhartha Gautama) se le conoce como el ser despierto por excelencia, pues
se sentó bajo el árbol de Bodhi (el árbol de la iluminación), donde alcanzó el completo
despertar a la naturaleza. Desde entonces se le conoció como Shakyamuni Buda, el
sabio completamente despierto. Vivio entre el 566 y el 486 a.C aproximadamente y
dedico 45 años de su vida a la peregrinación. Los relatos sobre su vida nos llegan
mezclados con mitos y lyendas llenas de simbolismo, ya que hasta la primera
recopilación de los mismos se transmitieron de manera oral. Todas estas enseñanzas
fueran finalmente recopiladas en más de cien volúmenes de los discursos de Buda,
más conocidos como Sutra.
El Budismo trae un mensaje muy importante para el mundo, ya que no es una fe en un
dios imaginario o alguna deidad ante quien toda responsabilidad es entregada. Es fe en
el ser humano. El Budismo da completa responsabilidad y dignidad al ser humano, y lo
hace su propio maestro. Según Buda, todo hombre es capaz y tiene el poder de
convertirse a si mismo en Buda. El Budismo es pues absolutamente humano. Entre
todos los grandes maestros religiosos, Buda ha sido el único que no declara ser otra
cosa que un ser humano. No reclamó ser un mensajero divino, y atribuyó su realización
y logros al esfuerzo y la inteligencia humana. Buda exhortaba a sus discípulos a ser
refugio para sí mismos, y no buscar ayuda o refugio en algún otro lado. Enseñó,
estimuló y alentó para que cada persona se desarrollara totalmente y trabajara su
propia emancipación, pues a través de su propia inteligencia y esfuerzo, el ser humano
posee el poder de liberarse a sí mismo de toda servidumbre.
Debemos recordar, en primer lugar, que las enseñanzas de Buda constituyen una
forma de vida que debe ser practicada y experimentada en la vida diaria, en nuestra
vida social y política, aquí y ahora. Son un vasto y completo sistema de enseñanzas
ético-filosóficas y psicológicas. Son un camino que conduce, gradualmente, al ser
humano a través de su propia disciplina y desarrollo moral, intelectual y espiritual, a la
más alta comprensión de la verdad absoluta, la realización del Nirvāna.
El Budismo defiende la existencia de Cuatro Nobles Verdades, aunque es difícil explicar
este enorme sistema en unas pocas palabras. Pero si tomamos las Cuatro Nobles
Verdades (cattāri ariyasaccāni), a saber dukkha, samudaya, el surgimiento u origen de
dukkha; nirodha, la cesación de dukkha; y magga, el camino que conduce a la cesación
de dukkha; podemos, entonces, discutir brevemente todas las enseñanzas
fundamentales del Budismo.
La primera verdad, dukkha, es traducida por casi todos los estudiosos como la Noble
Verdad del Sufrimiento, y se interpreta en el sentido de que la vida, de acuerdo con el
Budismo, es sólo sufrimiento y dolor. Ambas, traducción e interpretación, son
insatisfactorias y erróneas. Debido a ésto, mucha gente ha considerado al Budismo
pesimista. El Budismo no es ni pesimista ni optimista, sino que tiene una visión realista
de la vida y del mundo, y ve las cosas objetivamente. Dice con exactitud y objetividad
lo que uno es, lo que es el mundo, y muestra el recto camino hacia la perfecta libertad,
paz, tranquilidad y felicidad. Es cierto que la palabra pāli dukkha (sánscrito duhkha)
significa comunmente ‘sufrimiento’, ‘dolor’ o ‘miseria’ en oposición a la palabra sukha
que significa ‘felicidad’, ‘bienestar’ o ‘tranquilidad’. Sin embargo, como Primera Noble
Verdad, el concepto dukkha tiene un significado filosófico y un sentido mucho mas
amplio. El concepto dukkha en la Primera Noble Verdad incluye el significado ordinario
de ‘sufrimiento’, pero también incluye ideas profundas como ‘imperfección’,
‘impermanencia’, ‘vacuidad’, ‘insubstancialidad’ y ‘conflicto’. Es difícil, por lo tanto,
encontrar una palabra que abarque toda la idea del concepto dukkha de la Primera
Noble Verdad, así que es mejor dejarla sin traducir en vez de dar una idea errónea al
traducirla como sufrimiento y dolor. Buda predica por la confrontación del sufrimiento
que vive en los seres humanos, de modo que así seamos capaces de superarlo y
despertar del mismo. El sufrimiento humano surge de su corazón y de su mente, de tal
manera que es allí donde debemos buscar para encontrar la fuente del mismo y ser
capaces asi de superarlo y dejarlo a un lado, alcanzando así la iluminación y la felicidad.
Buda defiende que la vida feliz, sin sufrimiento será aquella en la que quieras lo que
tienes y no quieras lo que no tienes, de modo que no haya causa posible para el
sufrimiento. Seremos capaces de alcanzar la iluminación y la felicidad mediante la
contemplación de uno mismo, es decir, poniendo atención en los pensamientos,
dichos y hechos de nosotros mismos. Para ello, hemos de tener un punto de vista, un
habla y una intención correcta, dando lugar a una moral y un modo de vida
bondadoso. Además, Buda aboga por la existencia de una meditación con recta
concentración, recto pensamiento y recto entendimiento para alcanzar la iluminación.
El camino para la cesación del dukkha es un concepto fundamental en el budismo. A
este Camino se le llama el Noble Sendero Óctuple porque está formado por ocho
aspectos:
Visión correcta.
Pensamiento correcto.
Palabra correcta.
Acción correcta.
Medio de existencia correcto.
Esfuerzo correcto.
Atención correcta.
Meditación correcta.
Lectura sutras
El término "Sutra" se refiere a las compilaciones de las enseñanzas predicadas por
Buda. Son recopilaciones de variados estilos de las enseñanzas que expuso durante los
cincuenta años que viajó por toda la India, como ya hemos mencionado antes. Buda
predicó su filosofía en el proceso del diálogo que entablaba con individuos de las más
variadas vertientes, entre los que se encontraban personas humildes e iletradas, así
como también ministros de estado. En tales conversaciones, fue dando respuestas a
las más diversas interrogantes sobre la cuestión fundamental de la existencia humana:
¿Para qué nacemos? o ¿Por qué tenemos que experimentar los sufrimientos de la
enfermedad, el envejecimiento y la muerte? Los más conocidos son el Sutra del Loto,
el Sutra de la Guirnalda, el Sutra del Diamante y el Sutra del Corazón.
Budismo zen
Durante los siglos, el Budismo se extendió por toda India y el sudeste asiático. Pronto surgieron divergencias entre distintas maneras de interpretar las enseñanzas originales del Maestro. Se crearon diversas escuelas y se desarrolló una compleja exégesis sobre el sentido real de lo enseñado por el Buda. Esto produjo una cierta confusión en el mundo budista primitivo.
Ante esta confusión, grupos cada vez más numerosos de maestros y monjes budistas decidieron retirarse a las montañas y a los bosques para dedicarse exclusivamente a la práctica de la meditación enseñada por el Buda. Así, de manera poco organizada, fue naciendo la llamada Escuela de Dhyana.
Dhyana es un término sánscrito que significa "absorción de la mente" y designa el estado de conciencia propio de la meditación budista. Dhyana se convirtió en Ch'an na, en chino. Más tarde la expresión quedaría abreviada en Ch'an. Zen es la transcripción fonética al japonés del término chino Ch'an.
La enseñanza del budismo zen no está basada en las escrituras, sino que es transmitida de corazón a corazón, de maestro a discípulo, a través de la realización de la propia naturaleza original que tiene lugar gracias a la práctica de la meditación zen.
El budismo zen es una mezcla única de filosofías e idiosincrasias de tres culturas diferentes. Es una forma de vida típicamente japonesa, pero que refleja el misticismo de la India, el amor de la naturalidad y espontaneidad del Taoísmo y el pragmatismo profundo de la mente Confucianista.
Se enfatizaba el “despertar” en el medio de las actividades diarias y dejaban muy en claro que veían a la vida diaria, no sólo como la forma de lograr la iluminación, sino como la iluminación misma. Los maestros Zen no son adeptos a la palabrería y aborrecen todo tipo de teorización y especulación. De esta manera desarrollaron métodos que apuntan directamente a la verdad, con acciones y palabras repentinas y espontáneas, que exponen paradojas del pensamiento conceptual y, como los koans, están orientados a parar el proceso mental del pensamiento, preparando así al estudiante a la experiencia mística.
El énfasis sobre la naturalidad y espontaneidad muestra claramente las raíces Taoístas, pero la base para este énfasis es estrictamente Budista. Es la creencia en la perfección de nuestra naturaleza original, la realización de que el proceso de iluminación consiste meramente en transformarnos en lo que ya somos desde un principio.
TE QUIERO JAVIER :*