compendio de la doctrina social de la iglesia (1)

2
El panorama de la pobreza puede extenderse indefinidamente, si a las antiguas añadimos las nuevas pobrezas, que afectan a menudo a ambientes y grupos no carentes de recursos económicos, pero expuestos a la desesperación del sin sentido, a la insidia de la droga, al abandono en la edad avanzada o en la enfermedad, a la marginación o a la discriminación social... ¿Podemos quedar al margen ante las perspectivas de un desequilibrio ecológico, que haceinhabitables y enemigasdel hombre vastas áreas del planeta? ¿O ante los problemas de la paz, amenazada a menudo con la pesadilla de guerras catastróficas? ¿O frente al vilipendio de los derechos humanos fundamentales de tantas personas, especialmente de los niños?».4 6.- El amor cristiano impulsa a la denuncia, a la propuesta y al compromiso con proyección cultural y social, a una efectiva actuación, que apremia, a cuantos sienten en su corazón una sincera preocupación por la suerte del hombre, a ofrecer su propia contribución. La humanidad comprende cada vez con mayor claridad que se halla ligada por un destino único que exige asumir una responsabilidad en común, inspirada por un humanismo integral y solidario; ve que esta unidad de destino está muchas veces condicionada y hasta impuesta por la técnica o por la economía y se percibe la necesidad de una mayor conciencia moral que oriente el camino común. Asombrados por las múltiples innovaciones tecnológicas, los hombres de nuestro tiempo desean ardientemente que el progreso se oriente al verdadero bien de la humanidad de hoy y de mañana.

Upload: calabui24

Post on 12-Jul-2015

435 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: Compendio de la doctrina social de la iglesia (1)

El panorama de la pobreza puede extenderse indefinidamente, si

a las antiguas añadimos las nuevas pobrezas, que afectan a

menudo a ambientes y grupos no carentes de recursos

económicos, pero expuestos a la desesperación del sin sentido, a

la insidia de la droga, al abandono en la edad avanzada o en la

enfermedad, a la marginación o a la discriminación social...

¿Podemos quedar al margen ante las perspectivas de un

desequilibrio ecológico, que haceinhabitables y enemigasdel

hombre vastas áreas del planeta? ¿O ante los problemas de la

paz, amenazada a menudo con la pesadilla de guerras

catastróficas? ¿O frente al vilipendio de los derechos humanos

fundamentales de tantas personas, especialmente de los

niños?».4

6.- El amor cristiano impulsa a la denuncia, a la propuesta y al

compromiso con proyección cultural y social, a una efectiva

actuación, que apremia, a cuantos sienten en su corazón una

sincera preocupación por la suerte del hombre, a ofrecer su propia

contribución.

La humanidad comprende cada vez con mayor claridad que se halla

ligada por un destino único que exige asumir una responsabilidad en

común, inspirada por un humanismo integral y solidario; ve que esta

unidad de destino está muchas veces condicionada y hasta impuesta

por la técnica o por la economía y se percibe la necesidad de una

mayor conciencia moral que oriente el camino común.

Asombrados por las múltiples innovaciones tecnológicas, los

hombres de nuestro tiempo desean ardientemente que el progreso

se oriente al verdadero bien de la humanidad de hoy y de mañana.

Page 2: Compendio de la doctrina social de la iglesia (1)

INTRODUCCIÓN.- UN HUMANISMO INTEGRAL Y SOLIDARIO

a) Al alba del tercer milenio 1.- La Iglesia, pueblo peregrino, se adentra en el tercer milenio de la

era cristiana guiado por Aquél que es «el gran Pastor de las ovejas»

(Hebreos 13,20): Él es la «Puerta Santa» (cfr. Juan 10,9) que hemos

atravesado durante el Gran Jubileo del año 2000.

1.Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida (cfr. Juan 14,6):

contemplando el Rostro del Señor, confirmamos nuestra fe y

nuestra esperanza en Él, único Salvador y meta de la historia.

La Iglesia sigue interpelando a todos los pueblos y a todas las

Naciones, porque sólo en el Nombre de Cristo se da al hombre la

salvación. La salvación que el Señor Jesús nos ha ganado, y por la

que ha pagado «un alto precio» (I Corintios 6,20; cfr I Pedro 1,18–

19), se realiza en la vida nueva que los justos alcanzarán después de

la muerte, pero atañe también a este mundo, en los ámbitos de la

economía y del trabajo, de la técnica y de la comunicación, de la

sociedad y de la política, de la comunidad internacional y de las

relaciones entre las culturas y los pueblos: «Jesús vino a traer la

salvación integral, que abarca al hombre entero y a todos los

hombres, abriéndoles a los admirables horizontes de la filiación

divina».

2.- En este inicio del tercer milenio, la Iglesia no se cansa de

anunciar el Evangelio que dona salvación y libertad auténtica

también en las cosas temporales, recordando la solemne

recomendación dirigida por san Pablo a su discípulo

Timoteo:«Predica la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo,

reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina.

Pues vendrá un tiempo en que los hombres ya no soportarán la

doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones,

se harán con un

montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus

oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. Tú, en cambio, sé

prudente, soporta los sufrimientos, realiza la función de

evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio» (2 Timoteo

4, 2–5).

4.- Descubriéndose amado por Dios, el hombrecomprende su propia

dignidad trascendente, aprende a no contentarse consigo mismo y a

salir al encuentro del otro en una red de relaciones cada vez más

auténticamente humanas. Los hombres renovados por el amor de

Dios son capaces de cambiar las reglas, la calidad de las relaciones y

las estructuras sociales: son personas capaces de llevar paz donde

haya conflictos, de construir y cultivar relaciones fraternas donde

hay odio, de buscar la justicia donde domina la explotación del

hombre por el hombre. Sólo el amor es capaz de transformar de

modo radical las relaciones que los seres humanos establecen

entre sí. Dentro de esta perspectiva, todo hombre de buena

voluntad puede vislumbrar los amplios horizontes de la justicia y del

progreso humano en la verdad y en el bien.

5.- El amor tiene ante sí un inmenso trabajo al que la Iglesia quiere

contribuir con su doctrina social, que concierne a todo el hombre y

se dirige a todos los hombres. Existen muchos hermanos necesitados

que esperan ayuda, muchos oprimidos que esperan justicia, muchos

desocupados muchos desocupados que esperan trabajo, muchos

pueblos que esperan respeto: « ¿Cómo es posible que, en nuestro

tiempo, haya todavía quien se muere de hambre; quien está

condenado al analfabetismo; quien carece de la asistencia médica

más elemental; quien no tiene techo donde cobijarse?