conformismo en méxico

Conformismo en México.

Dávalos Rochín Angélica Mabel

Universidad Autónoma de Baja California

Facultad de Idiomas Tijuana.

Segundo Semestre

522

Estructura Socioeconómica de México

12 de Mayo del 2016

México es un país con un severo problema de conformismo. El pueblo únicamente

protesta acerca de las deficiencias que abundan en él. Sin embargo, no están dispuestos a dar

algo a cambio para lograr que la sociedad evolucione a una más funcional. Las personas

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exigen cambios pero cuando llega una oportunidad de participar en uno, no están preparados

y lo toman como una consecuencia negativa del sistema; en la cual solamente se lamentan y

responsabilizan al gobierno por todos los problemas que viven, sin darse cuenta que los

cambios se generan desde los círculos familiares y sociales hasta la educación abierta al

cambio.

El término conformismo se refiere al estado en el que un individuo acepta fácil e

incondicionalmente alguna circunstancia, ya sea positiva o negativa. Es un estado de

indiferencia hacia el cambio, en el cual se acepta la situación en la que se encuentra o está

viviendo, para no causar problemas. El conformismo es un problema que no permite que las

personas desarrollen sus habilidades y potenciales, ni que se creen expectativas futuras por

medio de metas.

Ésta es una de las actitudes más comunes entre nuestra sociedad y se realiza

mayormente de manera inconsciente y se manifiesta a lo largo de la vida cotidiana. Según el

Diccionario de la Real Academia Española, el conformismo es la práctica de quien fácilmente

se adapta a cualquier circunstancia de carácter público o privado.

El conformismo se relaciona de manera muy cercana al miedo y a la inseguridad que

posee un individuo. El miedo a arriesgarse a perder la estabilidad que se tiene, ya sea social o

económica, provoca en la gente cierto deseo de hacer que las cosas permanezcan de la misma

manera en la que se encuentran en el presente. Así mismo, provoca que la sociedad se vuelva

de mente cerrada y no esté dispuesta al cambio ni al cumplimiento de metas delimitadas.


En lugar de buscar alternativas para poder seguir adelante, las personas eligen

asegurar lo que tienen a costo de los inconvenientes que se les presentan en la vida diaria.

Todo gracias a un temor que poseen de fracasar, así como de una apatía o desinterés de

aportar soluciones y sobretodo a comprometerse a darles seguimiento. La opción por la que

se deciden es criticar fuertemente al gobierno como causante de todos los males del país.

Las características de este conflicto son las siguientes. El individuo crea una felicidad

falsa para evadir los problemas que confronta en la realidad y desvía su atención del dilema.

De igual manera, una persona conformista tiende a justificar sus acciones con el propósito de

convencerse a sí mismo de que la situación se encuentra de una manera aceptable. No quiere

aceptar que tiene que cambiar algo en su vida para dejar una problemática detrás. En muchas

ocasiones, sí se percatan de su situación pero se rehúsan a aceptar un cambio.

“La corriente pragmática y el conductismo psicosocial son referentes más adecuados

para adoptar conductas social-conformistas y moverse con soltura entre redes y códigos

sistemáticos.” (Roitman M. 2003)

Es muy común observar que la sociedad se queja y expresa sus inconformidades y

creen que por enunciar sus problemas ya están haciendo algo al respecto; denuncian y critican

en redes sociales. Está bien visto que no es suficiente expresar la inconformidad, sino hacer

posible el sugerir propuestas viables y una organización verdadera que tenga como

consecuencia un movimiento organizado y con fines claros y certeros, y vemos que en

realidad estas quejas no funcionan para nada si no se concretan soluciones que se puedan

llevar a cabo en la práctica.


“El conformista se constituye en mero consumidor de valores y situaciones heredados.

Es infecundo. No transmite novedad. Sólo vehicula, transporta lo que ha heredado

desconectado incluso del contexto por el que se llegó a elaborar determinada norma social.

La costumbre, como la ley, esclaviza al hombre y, a su vez le libera del esfuerzo psicológico

por recrear en cada situación la respuesta más adecuada.” (Barriga, S. 1993)

El conformismo genera un ambiente de depresión entre la sociedad que por

consecuencia provoca que la comunidad viva sometida y con limitaciones al mismo tiempo

que no se desea buscar un cambio sino que procede a utilizar justificaciones para no resolver

la situación. Aunque con la acción de criticar o manifestar su inconformidad se sienten

desahogados y hasta cierto punto satisfechos por haber “aportado” ante los ojos de los demás

la crítica, pensando que fueron valientes o rebeldes al expresarlo.

Muchas personas temen manifestar sus molestias o dar un paso para cambiar el

sistema del cual no están de acuerdo; ya que se encuentran en la llamada ‘zona de confort’.

En ésta, la estabilidad del individuo es segura y no se ve afectada de ninguna manera; en

éstos casos la gente prefiere no poner en riesgo su “comodidad” y seguir viviendo de la

misma manera por temor a perderla.

El mayor miedo que el humano tiene es hacia lo desconocido. Qué puede ser más

desconocido que el futuro, donde nada puede ser comprobado ni es seguro que suceda. Por

esa razón las personas eligen no tomar decisiones precipitadas con el fin de evitar

complicaciones en el futuro, tales como seguridad personal y de la familia.


Los afectados por el conformismo se estancan con esperanzas falsas de que algún día

las cosas cambiarán. Sin embargo, no quieren darse cuenta de que para hacer un cambio de

esa magnitud, deben de poner de su parte un gran esfuerzo para salir de esa zona en la que se

encierran. Y una de las soluciones es inculcar en los hijos los valores éticos, de

responsabilidad y de empatía con el género humano y que dé paso a generaciones más

abiertas a generar cambios significativos de mentalidad, que puedan reflejarse en un futuro

próximo con el cambio de conductas o acciones como la corrupción, entre otras.

La religión es un medio de control de masas que, al igual que el gobierno, se

aprovecha de la desorientación de los habitantes para mantenerlos sometidos con creencias de

miedo a castigos divinos a consecuencia de “portarse mal”, en otras palabras, ir en contra de

las autoridades eclesiásticas que de alguna manera controlan también a las masas y generan

grandes capitales, sin que los feligreses puedan darse cuenta de ello. Por lo cual se pueden

observar frases como “Ahí si Dios quiere y la virgencita de Guadalupe lo permite.”

“La concepción autoritaria del orden católico impulsa, por lo tanto, una alternativa

que permita al Estado recuperar un mayor poder de represión y a la Iglesia volver a tener

dominio exclusivo sobre las conciencias de los hombres y poder fiscalizador sobre su destino

político.” (Rapalo, M. E. 1990)

En México el conformismo se manifiesta entre la sociedad por medio de frases que

arraiga cada vez más la cultura conformista dentro del pueblo mexicano. Frases tales como:

“por eso estamos como estamos” y “por eso México no avanza”, son una muestra de cómo la

cultura mexicana se conforma a la sociedad en la que vivimos, y justifica la misma ideología


o idiosincrasia que caracteriza al pueblo mexicano, frente a los ojos de los mismos mexicanos

y al exterior hacia la comunidad internacional .

La gente regularmente muestra su disgusto hacia los problemas que están intentando

de evadir y se desahogan de todos los pensamientos que han mantenido guardados por

conveniencia propia. Después de criticar o quejarse sobre el asunto a tratar, finalizan sus

discursos con las frases típicas: “pues, qué se le va a hacer”, “ni modo”, “a ver que pasa”, “ya

que”, entre otras.

Estas pequeñas frases son tan comunes dentro de nuestra sociedad, que se han vuelto

del uso cotidiano y reafirman la cultura conformista de manera inconsciente para los

habitantes. Muchas de éstas provienen de épocas anteriores a la nuestra, comprobando que

este conflicto no es reciente; sino que ha estado integrado a nuestra sociedad desde hace

bastante tiempo y se han convertido en parte de la cultura general de nuestro país.

Las personas se escudan detrás de estos dichos para evadir la responsabilidad que

recae en uno cuando se protesta o se hace mención de los problemas que se presentan al

momento de tomar la iniciativa para resolver el conflicto y salir adelante. Prefieren no

involucrarse para prevenir el ser afectado por los resultados de sus acciones.

Cuando la gente habla quejándose de sus problemas , utilizan las frases anteriores

para dar a entender que no está en su poder la oportunidad del cambio y de esa manera evitar

que la responsabilidad de esforzarse, para la resolución del mismo y generan que esto sea una

preocupación que se convierte en un círculo vicioso de lamentos, críticas y responsabilidades

reflejadas en otros.


Esta problemática se fomenta y se manifiesta de cierta manera dentro del sistema

educativo. A los estudiantes se les enseña que deben cumplir con una calificación mínima

para poder pasar el curso, en lugar de fomentar el deseo por el aprendizaje a largo plazo. Los

alumnos deciden conseguir el número mínimo exigido con el menor esfuerzo posible sin

tomar en cuenta las aplicaciones de dichos conocimientos en la vida diaria y en su futuro.

“Creo que la educación no sirve para modificar las condiciones objetivas, la realidad

social, sirve para ayudar a los individuos a tener conocimientos, saberes y conciencia sobre la

realidad social y a partir de allí poder cambiarla, si lo desean y lo pueden lograr.” (Briceño-

León, R. 1996)

Gabriel García Márquez, en su discurso ‘Por un país al alcance de los niños’,

menciona: “Nuestra educación conformista y represiva parece concebida para que los niños

se adapten por la fuerza a un país que no fue pensado para ellos, en lugar de poner el país al

alcance de ellos para que lo transformen y engrandezcan.” (1994)

Dentro de la cultura mexicana se adopta la ‘Ley del mínimo esfuerzo’. Esta ley

consiste en realizar las acciones mínimas para resolver los retos diarios, que implican no dar

el 100% de esfuerzo o empeño en los que se hace sino lo mínimo requerido para sacar el

trabajo, lo cual caae o concluye con un resultado mediocre, el cual viene siendo aceptado. El

problema con la sociedad en México es que abusan del uso de ésta hasta llegar a un punto

donde simplemente se convierte en un desinterés a realizar las labores asignadas.

Convirtiéndose en un estilo de vida que lamentablemente se hereda de generación en

generación.


“(...) El pensamiento conformista es ya víctima de este falso dilema. No descubre en

las aspiraciones de las gentes la Imagen especular de sus propios anhelos; identifica el bien

de la nación con los intereses particulares de sus gobernantes. El pensamiento conformista

abandona, en fin, la tarea de construir una visión propia del mundo y de la realidad social; no

recurre más a la autoridad de los mejores argumentos, sino al argumento de la desnuda

autoridad.” (Pennington, H. J. 1994)

Desde una edad temprana se inculca una cultura de indiferencia hacia el trabajo, la

cual se puede identificar con los días festivos que el sistema otorga para evadir las

responsabilidades nuevamente y dejar al trabajo a un lado. Por consecuencia, se fomenta una

falta de compromiso y obstruye las metas que se delimitan; ésto provoca el surgimiento de

una sociedad que anhela vivir sin hacer ningún tipo de esfuerzo. La sociedad vive creyendo

que a todo problema llegara una solución de manera fácil y espontánea, creen que la vida

misma quita y da.

“La pérdida de la conciencia crítica, la capacidad de protesta, sería lo más nefasto

para la juventud de hoy. Y es lo que buscan los enclaves de dominación externa e interna. Por

eso de la capacidad de resistencia, de la imaginación crítica, depende la existencia de una

juventud creadora y consciente. Es entonces necesario alentar la diversidad, los espacios de

contracultura, el hábito a la alteridad, para robustecer la democracia. Ante los sedantes que

quieren adormecer la movilización, es necesario crear una conciencia despierta, presta a la

acción.” (Montiel, E. 1985)


Lamentablemente, son las mismas instituciones educativas las que crean este

ambiente deseoso de no trabajar, donde la mayoría de los maestros resaltan frente a los

alumnos la dicha de no trabajar los fines de semana y días festivos, fomentando con ello que

los alumnos aprendan a sentir que es un premio “no trabajar”. Se construye una creencia en la

que el trabajo es un mal, una especie de castigo que se tiene que soportar a lo largo de la vida

y, que los puentes y los días festivos son una recompensa al esfuerzo realizado anteriormente.

“Es natural el deseo de reposo pero lamentablemente se está formando una sociedad

conformista en la cual ya no se cuestiona ni se reflexiona sobre la información que recibimos

de agentes externos, ni si en realidad estamos actuando y pensando como auténticamente lo

haríamos o si estamos siendo influenciados y presionados por patrones de la sociedad.”

(Robles Chian, D. 2015)

El mexicano no solo evade sus responsabilidades, sino que las hace recaer en otro

para que el problema se pueda solucionar sin necesidad de tener trato directo con éste. Uno

de los ejemplos más comunes y relevantes de esto es cuando el pueblo discute con el

gobierno los problemas a solucionar y exigen que las instituciones se hagan cargo de todo el

trabajo para mejorar el problema.

Es un evento que se alcanza a apreciar todos los días, la gente en lugar de proponer

soluciones, dejan todo el trabajo a estas organizaciones que se encargan de engañar a las

personas haciendoles pensar que se harán cargo de solucionar los problemas que plantean.

Las personas al no ver respuesta, lo que hacen es protestar para que el gobierno se haga

responsable de hacer la enmienda propuesta por parte de la sociedad.


El pueblo no se da cuenta de que la única manera de poder cambiar al país es por

medio de sus habitantes y no del gobierno. Algunas personas se han dado cuenta de esta

solución, pero para reestablecer la cultura social de un país, se necesita que todo el pueblo

ponga de su parte y esté dispuesto al cambio; si no, no sirve de nada encomendar a otros que

hagan el trabajo por nosotros.

Un gran número de personas viven sin recursos para informarse sobre la situación

actual que se presenta en el país. Estas personas lo único que tienen para enterarse de los

acontecimientos que suceden a diario, son los medios de comunicación como el periódico, el

radio y la televisión, los cuales son controladas por las fuentes de poder que no permiten que

el pueblo se entere de las problemáticas que abundan en el país.

“En una sociedad conformista es mucho más fácil inducir en los ciudadanos las

necesidades no elementales con ayuda de la publicidad. Los dueños de los medios de

producción en masa, en una sociedad donde la mayoría de la población consumidora tiene sus

necesidades básicas satisfechas, para poder asegurar sus ventas futuras, debe lograr conseguir

que las necesidades del público consumidor permanezcan siempre en crecimiento o sobre

consumo, creando necesidades de conformidad, prestigio y de lujo utilizando para ello la

publicidad.” (Herrera, J. B. 2012).

El gobierno se aprovecha de este conflicto social y mantiene al pueblo sumiso bajo la

influencia de programas televisivos que lo único que fomentan es la desinformación, la baja

cultura, la apreciación de un mundo ficticio lleno de risas y bajo nivel de cultura artística. De

esta manera sometiendo y evitando un desarrollo intelectual y pensante en la mayoría de la

población.


En ocasiones, surgen grupos que desean hacer un sacrificio para que la sociedad

evolucione. No obstante, la misma sociedad los reprime y no son comprendidos dando como

consecuencia que esas luchas sean en vano. Como se ha visto con el asesinato de periodistas,

la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, la matanza de Casas Blancas e infinidad de hechos

que ni siquiera salieron a la luz públicamente.

Las manifestaciones que se realizan frecuentemente en el centro del país, aún cuando

pareciera , es visto de manera molesta por parte de la sociedad. El pueblo no se apoya entre

sí. Cuando se hace el intento de alzar la voz para proponer un cambio, las personas que

participan en estos movimientos son la minoría y la mayoría los perciben como una molestia,

puesto que se sienten afectados por no poder usar las vialidades o porque dejaron basura en

las calles, etc.

Las redes sociales son una oportunidad para conectar a las comunidades a larga

distancia. Es un recurso que facilita la comunicación y permite unir al país en vías de

clarificar ideas y poner en marcha manifestaciones que signifiquen verdaderos caminos. Por

este medio se pueden hacer acuerdos donde se propongan soluciones a cerca de las

problemáticas actuales

.

Sin embargo, en ellas la población difunde los problemas cotidianos sin proponer un

remedio para éstos. logrando más inconformidad en las personas que lo leen pero generando

confusión en las acciones a realizar y generando una idea acerca de ‘hay personas en

situaciones peores’ o ‘es normal lo que me pasa’ y no buscan manera de cambiarlo; ya que

los hacen creer que son problemas que no se pueden evitar y que le sucede a todos.


Aún cuando ha habido una evolución social en torno a la libertad de expresión, la

actitud de la sociedad sigue siendo reprimida por las amenazas por parte del gobierno. Sin

embargo, el ciudadano moderno cuenta con más libertad para expresarse de manera libre y

anónima por medio de la tecnología; pero no se aprovecha.

“El conformismo aparece aquí superficialmente, de modo negativo, como la

condición insensible e inactiva de quien opta por no luchar por nada ni de ningún modo.”

(Pavón Cuéllar, D., & Arroyo Ortega, J. 2015)

El filósofo y periodista francés Albert Camus dijo: “El problema más grave que se

plantea a los espíritus contemporáneos: el conformismo, y la pasión más funesta del siglo

XX, la servidumbre. Más que el equilibrado, el hombre normal es el hombre domesticado.”

Esto lleva a la reflexión sobre las limitantes que tiene la sociedad para organizarse en trabajo

colaborativo y dar soluciones verdaderas y eficaces a los problemas que aquejan el país,

tenemos ejemplos de países que han destituido del poder a sus presidentes por no cumplir con

sus promesas de campaña o cuando han sido descubiertos en actos ilícitos.

Es importante tomar como modelo las acciones que en otros países han servido para

unir a la ciudadanía y exigir los cambios requeridos por parte de los gobernantes para

propiciar la evolución de la sociedad y por ende un clima de armonía entre la población que

genere progreso, desarrollo y bienestar al país.


Bibliografía.

1. Roitman M,. (2003). El Pensamiento Sistemático: Los Orígenes Del Social-

Conformismo. México: Siglo XXI Editores.

2. Montiel, E. (1985). Conformismo y rebeldía. Nueva Sociedad, No. 76, pp. 69-76.

3. Pennington, H. J. (1994). Adaptación y muerte sobre un falso dilema de la educación

superior pública. Reflexiones, 29(1), 4.

4. Barriga, S. (1993). El individuo en la sociedad del siglo XXI: reflexiones sobre el

cambio sociopolítico. Psicothema, 5(Suplemento), 31-43.

5. Robles Chian, D. (2015). Existencias inauténtica.

6. Herrera, J. B. (2012). Crisis y capitalismo: el riesgo implícito en la metamorfosis de la

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Villegas Editores.

8. Briceño-León, R. (1996). The author reply. Cadernos de Saúde pública, 12(1), 27-30.


9. Rapalo, M. E. (1990). La Iglesia católica argentina y el autoritarismo político: la

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(5), 51-69.

10. PAVÓN-CUÉLLAR, D., & ARROYO-ORTEGA, J. (2015). El Ejército Zapatista de

Liberación Nacional y su crítica de las psicologías conformista, despótica y

desmemoriada. Estud. psicol.(Campinas), 32(3), 557-568.

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