cristo su persona y su obra - james oliver buswell (1)

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Cristologia

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  • CRISTO,SU PERSONA Y SU OBRA

    Por J. Oliver Buswell, Jr.

  • CRISTO,SU PERSONAY SU OBRA

    PorJ. Oliver Buswell, Jr.

    CONTIENE UN ESTUDIO PROGRAMADO POR LA

    FACULTADLATINOAMERICANA DE ESTUDIOS

    TEOLGICOS

  • Publicado por LOGOI, Inc.y Editorial Unilit

    2003 LOGOI, Inc., 4ta. edicin revisada 2002 LOGOI, Inc., 3ra. edicin revisada 2000 LOGOI, Inc., 2da. edicin revisada 1983 LOGOI, Inc.14540 S.W. 136 Street, suite 200Miami, FL 33186

    1962 Zondervan Publishing House,Grand Rapids, Michigan, EE.UU.Ttulo del original en ingls:A Systematic Theology of the Cristian Religion

    Gua de estudio preparada por Richard RamsayPortada: Meredith Bozek

    Todos los derechos reservados.Prohibida la reproduccin parcial o total de esta obra,por cualquier medio visual, oral o electrnico,sin la debida autorizacin de los editores.

    Producto 491072ISBN 0-7899-0849-2

    Impreso en ColombiaPrinted in Colombia

  • 5Contenido

    PREFACIO ............................................................................. 71. LA PERSONA DE CRISTO: SU DIVINIDAD

    Y SU HUMANIDAD ............................................................ 92. LA PERSONA DE CRISTO: SU DIVINIDAD

    Y SU HUMANIDAD .......................................................... 393. LA PERSONA DE CRISTO: SU DIVINIDAD

    Y SU HUMANIDAD .......................................................... 594. LA DOCTRINA DE LA EXPIACIN . ................................... 915. LA DOCTRINA DE LA EXPIACIN . ................................. 133

  • PREFACIO

    El intento de presentar el vasto tema del plan de salvacinque Dios ofrece gratuitamente al mundo a travs de Cristo mellena de un gran sentimiento de insuficiencia. Se trata de lascosas ms profundas que conocemos. Lo ms alto, lo mssanto y lo ms esencial tocante a nuestra salvacin. Es mi msferviente oracin que esta obra pueda ser de ayuda a pastores,misioneros y laicos en posiciones de liderazgo, en su dedica-cin a la proclamacin del evangelio por todo el mundo y enobediencia a la Gran Comisin de nuestro Seor.

    En esta obra se emplean preferentemente las citas bblicasde la versin Reina Valera 1960. Se insta al lector, sin embar-go, a verificar las que crea conveniente buscndolas en el tex-to original.

    En este libro se destacan los asuntos siguientes: (1) Deta-lles del estudio de la persona y la naturaleza de Cristo en suencarnacin, esto es, en su trnsito terrenal. (2) Presentacinde la expiacin sustitutiva, con nfasis en el hecho de queCristo no es una tercera parte sino que, como Mediador,Dios y Hombre a la vez, es aquel contra el cual se ha dirigidotodo pecado humano.

    7

  • Captulo 1

    La persona de Cristo: su divinidad y suhumanidad

    El nico Redentor de los elegidos de Dios es el SeorJesucristo, quien siendo el Hijo Eterno de Dios se hizo hom-bre; y as era, y permanece para siempre, Dios y hombre endos naturalezas distintas y una sola persona.1 Esta es la res-puesta a la pregunta nmero 21 del Catecismo Menor: Quines el Redentor de los elegidos de Dios?

    Esto es esencial al sistema doctrinal cristiano: Que Jesu-cristo, la persona histrica que vivi en Palestina a principiosde nuestra era, no es otro que el Eterno Hijo de Dios, igual yconsubstancial con Dios el Padre y Dios el Espritu Santo. Supersonalidad inmaterial, ego o esencia personal, es eterna, sinprincipio ni fin. Es tan verdaderamente Dios como el Padre esDios y el Espritu Santo es Dios. Y en la encarnacin lleg aser tan verdaderamente hombre como lo somos nosotros loshombres.

    I. RESUMEN DE LA DOCTRINA DE LA DEIDAD DE CRISTO

    Jess es Dios2

    Cuando Toms, el discpulo incrdulo, vio al Seor resu-citado, exclam: Seor mo y Dios mo! (Juan 20.28). Laexpresin griega para Dios, en este texto, es literalmente joTheos que significa El Dios. No se puede dudar de que losprimeros discpulos consideraban a Jess como Dios en el sen-tido absoluto de la palabra, sin limitacin ni subordinacinalguna.

    9

    1 Ezequiel Lango Umalla, ed., Catecismo Menor, Publicaciones ElFaro, Mxico, 1984, p. 53.

    2 Esta seccin acerca de la divinidad de Jess apareci originalmenteen el primer tomo de la Teologa Sistemtica del Dr. Buswell, Diosy Su Revelacin, Logoi, 1969, pp. 85-94.

  • 10 / Cristo, su persona y su obra

    Pablo describe a los santos como aguardando la espe-ranza bienaventurada y la manifestacin gloriosa de nuestrogran Dios y Salvador Jesucristo (Tito 2.13). En este texto,el nombre Dios se aplica a Jess por varias razones. Primero,en la versin griega hay un artculo que indica que los dossustantivos que lo acompaan son designaciones de una solapersona. El pasaje de Tito 2.13, transliterado al castellano,dice as: aguardando la esperanza bienaventurada y la ma-nifestacin gloriosa de el gran Dios y Salvador nuestro,Jesucristo. Adems, en todo el Nuevo Testamento est cla-ro que es de Cristo la manifestacin gloriosa que se espera.Cristo Jess es nuestro gran Dios y Salvador.

    Pedro, en una forma de expresin similar, se refiere alos que han obtenido la fe por la justicia de nuestro Dios ySalvador Jesucristo. Y contina: Gracia y paz os seanmultiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro SeorJesucristo (2 Pedro 1.1,2).

    Pablo, por otra parte, se refiri a Cristo con las palabrasel cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los si-glos (Romanos 9.5). Algunos estudiosos se han esforzadopor modificar el sentido de este pasaje con un simple cambiode puntuacin, pero un trato ms honrado y sencillo de lasintaxis de la oracin debiera dejar bien claro que aqu Pablodesigna a Jess como Dios en el sentido supremo.

    En otro lugar Pablo se refiere a la gracia de nuestroDios y del Seor Jesucristo (2 Tesalonicenses 1.12), aunquehay que observar que la versin griega dice literalmente as:la gracia del Dios nuestro y Seor Jess Cristo. En 2Corintios 5.10, el mismo apstol nos ensea que es necesa-rio que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal deCristo. Idntico pensamiento expresa en Romanos 14.10, enlas palabras del texto crtico: porque todos compareceremosante el tribunal de Dios.

    Parece evidente que Pablo estaba pensando en las pala-bras que Cristo pronunciara, segn Juan 5.22, en cuanto aque el Padre le haba dado todo el juicio; de manera que los

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 11

    nombres Cristo y Dios son intercambiables en la mente delapstol.

    A. JESS ES JEHOVNo solamente se le llama Dios a Jess en el Nuevo Testa-

    mento, sino que tambin se le dice Seor en citas del AntiguoTestamento en las cuales la palabra que se emplea es Jehov.En la profeca de Zacaras, por ejemplo, se afirma de Juan elBautista: Y t, nio, profeta del Altsimo sers llamado;porque irs delante de la presencia del Seor, para prepararsus caminos (Lucas 1.76). Es obvio que Lucas entendi estaprofeca como una referencia a Juan cual precursor de Jess.

    Zacaras, sin embargo, estaba refirindose a la profeca deMalaquas 3.1, donde la palabra es Jehov y no Seor.He aqu, yo envo mi mensajero, el cual preparar el cami-no delante de m ... ha dicho Jehov de los ejrcitos. Demodo que el Seor, cuyos caminos Juan iba a preparar, esnada menos que Jehov mismo.

    Pablo da mucho nfasis a la profeca de Joel: Todo aquelque invocare el nombre del Seor, ser salvo (Romanos10.13). Es claro que el apstol llama a Cristo el Seor debi-do a su contexto en ese momento, pero en Joel 2.32 dice: Ytodo aquel que invocare el nombre de Jehov ser salvo.

    Adems, en la referencia al juicio de los santos en Roma-nos 14.11, Pablo antepone la frase Vivo yo, dice el Seor ala cita de Isaas 45.23, que indica: A m se doblar todarodilla, y toda lengua confesar a Dios. Que Jehov es elque habla en las palabras de Isaas es claro, como lo muestranlos versculos 24 y 25. Estos pasajes indican que Cristo, Diosy Jehov son uno mismo.

    B. CRISTO EL HIJO DE DIOSA Cristo se le llama Hijo de Dios muchas veces en el

    Nuevo Testamento. Creo que el pasaje clave aqu es Juan 5.18:Por esto los judos aun ms procuraban matarle, porque ...

  • 12 / Cristo, su persona y su obra

    deca que Dios era su propio Padre, hacindose igual a Dios.En la cultura juda la frase hijo de no implicaba subordina-cin alguna, sino ms bien igualdad e identidad de naturaleza.As, Bar Kokba, el que dirigiera la rebelin juda de 132-135d.C. en el reinado de Adriano, se llamaba por un nombre quesignificaba hijo de la estrella. Se supone que tom este nom-bre para identificarse con la misma estrella predicha en N-meros 24.17.

    El nombre Hijo de Consolacin (Hechos 4.36) sin dudasignifica el Consolador. Hijos del Trueno (Marcos 3.17)probablemente quera decir Hombres tronadores. Hijo delHombre, especialmente como se aplica a Cristo en Daniel7.13 y constantemente en el Nuevo Testamento, significa enesencia el hombre que representa. As, cuando Cristo dijoHijo de Dios soy (Juan 10.36), sus contemporneos enten-dieron que se identificaba a s mismo como Dios, e igual conel Padre, sin reserva alguna.

    C. LAS PROCLAMACIONES DEL CIELOLas ocasiones en que la divina filiacin de Cristo fue de-

    clarada desde el cielo, segn las crnicas evanglicas, son degran significacin.

    (1) En su bautismo. Y luego, cuando suba del agua, vioabrirse los cielos, y al Espritu como paloma que descendasobre l. Y vino una voz de los cielos que deca: T eres miHijo amado; en ti tengo complacencia (Marcos 1.10 cf.Mateo 3.16,17; Lucas 3.21,22; Juan 1.32-34).

    (2) En su transfiguracin. He aqu una voz desde la nube,que deca: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacen-cia; a l od (Mateo 17.5 cf. Marcos 9.7; Lucas 9.35; 2 Pe-dro 1.17).

    (3) En su ministerio pblico, poco antes de su crucifixin,Jess dijo: Ahora est turbada mi alma; y qu dir? Pa-dre, slvame de esta hora? Mas para esto he llegado a estahora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz delcielo: Lo he glorificado, y lo glorificar otra vez (Juan

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 13

    12.27,28). En este texto no se emplea el trmino Hijo, perola relacin filial se implica claramente en las palabras que Je-ss le dirigi al Padre.

    D. IGUALDAD ESENCIAL, SUBORDINACIN ECONMICAEn las palabras que tenemos de Jess, la divina filiacin

    indica una relacin de absoluta igualdad esencial. Cuando tra-temos de la persona y obra de Cristo, mostraremos que todaslas referencias a la subordinacin del Hijo al Padre son de tipofuncional en la economa del programa redentor divino. Esmuy importante que distingamos entre subordinacin econ-mica o funcional e igualdad esencial.

    Cuando Jess afirm: El Padre mayor es que yo (Juan14.28) y No puedo yo hacer nada por m mismo (Juan 5.30),tenemos que entender estas declaraciones como referidas a susubordinacin econmica en los das de su carne. Pero,cuando dijo: Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo eljuicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como hon-ran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre quele envi (Juan 5.22,23); y Yo y el Padre uno somos (Juan10.30); debe quedar claro que en estos pasajes se observa unarelacin de igualdad esencial.

    Este principio se recalca adems en 1 Juan 2.22,23:Quin es el mentiroso, sino el que niega que Jess es elCristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El queconfiesa al Hijo, tiene tambin al Padre.

    E. EL SIGNIFICADO DE ENGENDRADOEn cuanto a la concepcin de Cristo, tema debatido por

    siglos, nos preguntamos: En qu sentido fue engendradoCristo?

    (1) Su nacimiento virginal. Es claro por el historial delnacimiento virginal que Cristo, el eterno Hijo de Dios, se hizohombre debido al milagro de que fue engendrado por el Esp-

  • 14 / Cristo, su persona y su obra

    ritu Santo. Creo que una traduccin correcta de Lucas 1.35sera: El Espritu Santo vendr a ti, y el poder del Altsimote cubrir con su sombra; por tanto, lo que es nacido serllamado [l es] Hijo de Dios. En Mateo 1.18 se afirma queCristo fue engendrado por el Espritu Santo. La enseanzade la Escritura se resume en el Credo Apostlico mediante lafrase: concebido del Espritu Santo, naci de la virgen Ma-ra.

    El nacimiento virginal de Cristo fue un milagro obradopor la Tercera Persona de la Trinidad, por el cual la SegundaPersona, el eterno Hijo de Dios, tom para s mismo una na-turaleza humana, de tal manera que se hizo hombre. Eneste sentido Cristo fue engendrado en el curso de la historiahumana en un tiempo y lugar determinados, aunque este he-cho no fue el origen de su Ser. La preexistencia de Cristo sepresume constantemente en toda la Biblia.

    (2) A Cristo se le llama el primognito (o el primero)de los muertos en Colosenses 1.18 y Apocalipsis 1.5. Estafigura deja ver que Cristo es el primero que resucit de entrelos muertos en forma o cuerpo inmortal. Otras personasresucitadas de la muerte, como Lzaro, fueron resucitados auna vida fsica normal, es decir, tuvieron que morir otra vez.Cristo es el primero en levantarse al otro lado de la muerte,para no morir ms.

    (3) En el Salmo 2.7 tenemos Yo publicar el decreto;Jehov me ha dicho: Mi Hijo eres t; Yo te engendr hoy.Que estas palabras estn en forma de revelacin y declara-cin, y que no se refieren a engendrar literalmente en el senti-do de iniciar la existencia de la persona, es evidente por variasrazones. (a) El elemento mesinico en el segundo salmo apa-rece en el cuadro de la coronacin de un rey. (b) El rey es unapersona que existe antes de que se haga la revelacin declara-toria Mi hijo eres t. (c) Es una persona a quien Dios pon-dr sobre el santo monte de Sin (v. 6). Por estas y otrasrazones, tenemos que entender las palabras Yo te engendrhoy, no en un sentido literal: Yo he causado que existas

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 15

    hoy; sino en el metafrico: Hoy, en este da, he declarado yrevelado que t eres mi hijo.

    Con esta interpretacin concuerdan las diversas citas quedel Salmo 2.7 se hacen en el Nuevo Testamento (Hechos13.32,33; Hebreos 1.5; 5.4-6). Al predicar en la sinagoga deAntioqua de Pisidia, Pablo seal: Y nosotros tambin osanunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nues-tros padres, la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, anosotros, resucitando a Jess; como est escrito tambin enel salmo segundo: Mi hijo eres t, yo te he engendrado hoy(Hechos 13.32,33).

    Aun Thayer, un unitario, en su Lxico del Nuevo Testa-mento, bajo el vocablo gennao indica: ... para mostrarlo [aCristo] formalmente como el Mesas, a saber, por la resurrec-cin (Hechos 13.33). Es evidente, entonces, que Pablo con-sider la resurreccin de Jess como una parte definida delsentido de la declaracin en el Salmo 2.7.

    Pablo expresa igual idea en forma diferente en Romanos1.3,4: Acerca de su Hijo, que era descendiente de Davidsegn la carne, y que fue designado como el Hijo de Dioscon poder, segn el Espritu Santo, por la resurreccin de laspersonas muertas, Jesucristo nuestro Seor. Aqu es muyevidente el pensamiento de que la resurreccin es declarato-ria de la eterna filiacin de Cristo.

    En cuanto a la forma plural de la palabra nekron, perso-nas muertas, no se sabe si Pablo quiere que relacionemos laresurreccin de Cristo con la de otros a la vez, como se narraen el pasaje algo oscuro de Mateo 27.52,54, o si debemosentender el plural en el sentido genrico y no literal.

    La ltima interpretacin parecera indicada por el uso dela palabra (nekron) en Hechos 17.31,32: por cuanto ha esta-blecido un da en el cual juzgar al mundo con justicia, poraquel varn a quien design, dando fe a todos con haberlelevantado de los muertos. Pero cuando oyeron lo de la resu-rreccin de los muertos, unos se burlaban, y otros decan: Yate oiremos acerca de esto otra vez.

  • 16 / Cristo, su persona y su obra

    En este punto, Alford afirma: Tal vez aqu, cuando oye-ron de la resurreccin de los muertos,3 a saber la de Cristo,nekron era un trmino genrico. Pero las mismas palabrasaparecen en ... [1 Corintios 15.12: Cmo dicen algunos en-tre vosotros que no hay resurreccin de muertos?]. As quepreferira tomarlas aqu como inferencia de la posibilidad ge-neral de la resurreccin de los muertos como una doctrina dePablo, en el caso especfico que menciono.

    Me inclino a pensar, sin embargo, que las palabras de losmuertos, en Hechos 17.32, no son genricas; y que no quie-ren decir que los oyentes meramente infirieron la resurreccinde los muertos de la mencin de un caso por Pablo, sino msbien que tomaron la referencia del apstol al juicio futuro,aparte de su mencin de la resurreccin de Cristo, como im-plicando la resurreccin para juicio.

    Si este es el caso en Hechos 17.31,32, tenemos que recu-rrir al plural de Romanos 1.4 como un caso especfico. Alfordpiensa que el significado es: la resurreccin de los muertos,considerada como un hecho realizado en la de Cristo.4 Porsupuesto que esto es posible, pero me inclino a creer que enRomanos 1.3,4 Pablo, usando el plural, pensaba en la resu-rreccin de los santos mencionada en Mateo 27.52.

    Cualquiera que sea el significado del plural en Romanos1.3,4, sin embargo, es indiscutible que Pablo consider la re-surreccin de Cristo como demostrativa y declarativa de sufiliacin eterna y divina, en el sentido del Salmo 2.7 interpre-tado por el apstol en Hechos 13.31,32.

    El autor de la Epstola a los Hebreos, por otro lado, citados veces el Salmo 2.7 como declaracin de la exaltada filia-cin eterna de Cristo, sin vincular dicha exaltacin a un even-to particular. En el captulo 1 leemos: A cul de los ngelesdijo Dios jams: Mi hijo eres t, yo te he engendrado hoy?

    3 Alford, The Greek New Testament, Tomo II, p. 199.

    4 Op. Cit., p. 313

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 17

    (v. 5). Ms tarde, al hablar del sumo sacerdocio, dice: Y na-die toma para s esta honra, sino el que es llamado por Dios,como lo fue Aarn. As tampoco Cristo se glorific a s mis-mo hacindose sumo sacerdote, sino el que le dijo: T eresmi Hijo, yo te he engendrado hoy. Como tambin dice en otrolugar: T eres sacerdote para siempre, segn el orden deMelquisedec (Hebreos 5.4-6).

    As justificamos que el engendramiento del Hijo, al que serefiere el Salmo 2.7, como lo interpreta el Nuevo Testamento,no es una generacin literal de su Ser en ningn sentido de lapalabra, sino una referencia a la revelacin declaratoria deDios de la eterna filiacin divina, en particular de la resurrec-cin de Cristo de entre los muertos.

    (4) La palabra primognito, prototokos, se aplica variasveces a Cristo en el Nuevo Testamento. En Lucas 2.7 se refie-re a su nacimiento virginal, y en Colosenses 1.18 y Apocalip-sis 1.5 se le llama primognito de los muertos. Estos casosson perfectamente claros.

    En Romanos 8.29 leemos: Porque a los que antes cono-ci, tambin los predestin para que fuesen hechos conformea la imagen de su Hijo, para que l sea el primognito entremuchos hermanos. Tambin en Hebreos 1.6 observamos: Yotra vez, cuando introduce al Primognito en el mundo, dice:Adrenle todos los ngeles de Dios. En estos dos casos elsentido de la palabra primognito es claramente el quetiene la preeminencia, el que tiene todos los derechos y privi-legios del primognito.

    De acuerdo a la costumbre juda, el primognito ocupabael lugar sobresaliente de prominencia. Tal interpretacin sa-tisface completamente el sentido de la palabra en Romanos9.29 y Hebreos 1.6. No hay en estos dos pasajes ningn pen-samiento ni sugerencia de que Cristo jams haya sido engen-drado o nacido en sentido literal. No hay ni la ms mnimasugerencia de que su Ser personal haya tenido un principio.Sencillamente l es el que tiene el lugar de preeminencia, losderechos del primognito, en el eterno programa de Dios.

  • 18 / Cristo, su persona y su obra

    Otro caso en que este mismo sentido se considera proba-ble ocurre en Colosenses 1.15, donde se dice de Cristo que esprototokos de toda creacin. La mayora de los estudiososde la Biblia considerara que la palabra significa que l es elprimognito en el mismo sentido de Romanos 8.29 y Hebreos1.6. Sin embargo, como se observa en la nota marginal deNestle, Erasmo marc la palabra con un acento en la penlti-ma slaba ms bien que en la antepenltima. El estudiante degriego sabe, por supuesto, que el asunto del lugar del acentoes una cosa de opinin editorial, no del texto original.

    Cuando esta palabra se acenta en la antepenltima slabacobra un sentido pasivo, primognito, pero cuando se acen-ta en la penltima, adquiere sentido activo, el que engendrao produce. En este caso debemos traducirlo as: l es eloriginal que engendra o produce cada cosa creada. Este se-ra el mismo pensamiento que se encuentra en Juan 1.3 y He-breos 1.2, donde se declara que Cristo es el Creador.

    Se hace objecin a esta interpretacin de Colosenses 1.15sobre la base de que la palabra tiene un uso colateral en elaspecto de una madre que da a luz un nio, es decir, de supropio cuerpo. Se dice que no se puede pensar en la creacinbajo tal idea, porque esto sugiere pantesmo. Noto la fuerzade la objecin, no obstante, me parece que esta tiene contes-tacin. Creacin se describe en Hebreos 11.3 mediante la ex-presin haber sido constituidas las edades [griego] por lapalabra de Dios.

    No creo que sea una metfora demasiado extraa pensaren Cristo como el original que produjo (o engendr) la crea-cin, o que esa figura gramatical necesariamente suscita laidea de pantesmo. Estas palabras en Colosenses 1.15 se si-guen por la clusula explicativa del versculo 16. Porque enl fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos ylas que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos,sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fuecreado por medio de l y para l.

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 19

    Sugiero, entonces, que prototokos, en Colosenses 1.15,significa: el que originalmente produjo (o engendr). Si estasugerencia no es correcta, la alternativa es el que tiene losderechos del primognito, y nuestra tesis de que primog-nito no tiene referencia al origen o fuente de su existencia semantiene.

    F. EL SIGNIFICADO DE UNIGNITOAhora debemos considerar una palabra muy especial,

    unignito, monogenes, aplicada a nuestro Seor Jesucristo.Se refiere a l como aquel cuya gloria es como del unignitodel Padre, lleno de gracia y de verdad (Juan 1.14). En laversin comn de Juan 1.18 se le llama monogenes Hijo,pero en el texto crtico de este pasaje se le llama monogenesDios.

    El versculo ms famoso de todos, Juan 3.16, contiene lasmuy conocidas palabras: su hijo unignito (monogenes), yla frase se repite en el versculo 18 del mismo captulo en uncontexto igual. Juan usa esta expresin otra vez: En esto semostr el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envia su Hijo unignito [monogenes] al mundo, para que viva-mos por l (1 Juan 4.9).

    Parece que los padres de la iglesia del siglo IV, en el ardorde la controversia arriana, entendieron esta palabra como co-nectada de alguna manera con la raz del verbo gennao, quesignifica producir o engendrar, de all nuestra palabraunignito, proviene del uso del siglo IV. Cuando los padresortodoxos de la iglesia fueron desafiados por los arrianos que afirmaban que Cristo era un ser creado e indicaban lapalabra monogenes como evidencia, los ortodoxos no te-nan argumentos para probar que la palabra no tiene nada quever con engendrar, pero saban que, a la luz de otras Escritu-ras, Cristo no fue creado: Nunca hubo un tiempo en que lno era. Por eso aceptaron la palabra engendrado, peroagregaron los vocablos no creado.

  • 20 / Cristo, su persona y su obra

    La idea de que el Hijo fue engendrado por el Padre en laeternidad pasada, no como un acontecimiento sino como unarelacin inexplicable, ha sido aceptada y enseada en la teolo-ga cristiana desde el siglo IV. Carlos Hodge, el ms grandede los telogos sistemticos, en su discusin de la doctrinahistrica de la generacin eterna del Hijo la da por sentada.l dice: El Hijo es engendrado del Padre; se declara que es elunignito Hijo de Dios. La relacin entonces de la SegundaPersona con la Primera es de filiacin. Pero qu significa eltrmino, ni la Biblia ni los credos antiguos lo explican.5

    Cuidadosos estudios lexicogrficos prueban sin lugar adudas que la palabra monogenes no se deriva de la raz gennao,engendrar, sino de genos, gnero o clase. El trmino, enton-ces, significa en una clase aparte o nica, el nico de sugnero.

    Examinados los casos en que se aplican a Cristo las pala-bras engendrado o nacido, o los trminos relacionadoscon estas, podemos decir con confianza que la Biblia no dicenada acerca de engendrar como relacin eterna entre elPadre y el Hijo.

    G. IGUALES EN SUSTANCIANuestra declaracin confesional de que las tres Personas

    son la misma sustancia, iguales en poder y gloria se basa enfrases bblicas tales como aquella de Hebreos 1.3, charactertes jupostaseos, la imagen misma de su sustancia. Se diceque el Seor Jesucristo es la expresin exacta de la sustanciade Dios.

    Pero qu es sustancia? Para contestar esta pregunta noes necesario entrar en ideas filosficas; por ejemplo, las pala-bras que expresan la idea de sustancia se encuentran en lametafsica de Aristteles. De una manera sencilla podemosdecir con exactitud que sustancia es cualquier cosa que seanecesaria para que constituya o identifique eso de lo que esta-mos hablando.

    5Systematic Theology, Tomo I, p. 468.

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 21

    La sustancia de Dios es lo que lo identifica como Dios.As se declara que nuestro Seor Jesucristo es la expresinexacta de la Deidad. En l habita corporalmente toda laplenitud de la Deidad [theotes] (Colosenses 2.9).II. EL MODO DE LA ENCARNACIN

    A algunos les parece una barrera insuperable a la fe razo-nable que el eterno Hijo de Dios llegara a ser hombre, literal ehistricamente, sin dejar de ser Dios. Los unitarios y arrianos,junto con los sabelianos y otros, han declarado que la encar-nacin de la Deidad perfecta es imposible y han tratado dejustificar los datos autnticos del evangelio en cuanto al Jesshistrico en otros trminos diferentes a los de la Trinidad b-blica.

    Los msticos, irracionalistas, existencialistas (seguidoresde Soren Kierkegaard), por otro lado, al declarar que la doc-trina de la encarnacin se contradice, ensean que es necesa-rio que uno niegue la razn, en el sentido de rechazar la ley delos contrarios y dar lo que llaman el salto de la fe. Sostienenque aun cuando la encarnacin es una contradiccin, sin em-bargo, es la verdad.

    El cristianismo histrico contrariamente, aunque recono-ce la encarnacin como un misterio, no la considera de ningu-na manera una doctrina que implique contradiccin. En ver-dad, los relatos bblicos nunca presentan la encarnacin comosiquiera aparentemente contradictoria ni paradjica.

    A. JUAN 10.30-39El problema de la encarnacin se presenta grficamente

    en la discusin de Cristo con sus adversarios judos en el cap-tulo 10 de Juan. Jess acababa de referirse a sus ovejas y asu seguridad en los decretos redentores de Dios (vv. 27-29),concluyendo con estas palabras: Yo y el Padre uno somos(v. 30). Esto precipit una reaccin violenta de parte de sus

  • 22 / Cristo, su persona y su obra

    adversarios. Entonces los judos volvieron a tomar piedraspara apedrearle (v. 31).

    Ante esta amenaza Jess contest: Muchas buenas obrasos he mostrado por parte de mi Padre; por cul de estasobras queris apedrearme? (v. 32). Ellos respondieron: Porobra buena no te apedreamos, sino por blasfemia; y porquet, siendo hombre, te haces Dios (v. 33).

    Esta situacin expone en forma dramtica el problema dela encarnacin. Aqu est Jess, obviamente un hombre. Ha-bla, respira, camina, exhibe todas las caractersticas comunesde la humanidad. Sin embargo afirma: Yo y el Padre unosomos. Y antes declar: que Dios era su propio Padre,hacindose igual a Dios (Juan 5.18). Aun antes haba dichoque todos honren al Hijo como honran al Padre. Y hastaaadi: El que no honra al Hijo no honra al Padre que leenvi (Juan 5.23). En la mente de sus adversarios, el quealguien que era evidentemente un hombre pretendiese ser iguala Dios, igual con Dios el Padre, no poda ser verdadero; y portanto, tal declaracin era una blasfemia consumada.

    La respuesta de Jess en esta ocasin es del ms grandesignificado: No est escrito en vuestra ley: Yo dije, diosessois? [Salmos 82.6]. Si llam dioses a aquellos a quienesvino la Palabra de Dios (y la Escritura no puede ser que-brantada), al que el Padre santific y envi al mundo, voso-tros decs: T blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?(Juan 10.34-36).

    La esencia de la respuesta de Jess, dada hasta este punto,es sencillamente que el hecho de que Dios llegase a ser hom-bre no es una paradoja ni una contradiccin. Que el hombrees hecho a la imagen de Dios se indica en este pasaje en lareferencia de Cristo a que la Palabra de Dios vino (egeneto),a los hombres a quienes l se refiri.

    La implicacin es que la simple habilidad del hombre decomprender la Palabra de Dios es evidencia de que hay unacorrespondencia natural entre el hombre y Dios. El hecho deque hay en todos los hombres este elemento relacional con

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 23

    Dios, aun en los perversos que menciona el Salmo 82, debeser evidencia suficiente para mostrar que la encarnacin no escontradictoria.

    No estamos diciendo que un cuadrado llegara a ser uncrculo, ni que ningn ser adopt una naturaleza contradicto-ria a la suya propia, sino que el Hijo de Dios asumi un com-plejo de atributos de su propia imagen compatibles con supropio complejo de atributos divinos. De modo que la decla-racin: Yo y el Padre uno somos, no es necesariamente blas-femia. Poda ser cierto!

    La afirmacin de Jess no indica que tuviera una relacincon Dios como la que todos los hombres tienen, es decir, encuanto a ser creados a la imagen de Dios; por eso es crebleque sea verdad cuando declara que l, estando delante deellos, es Aquel que el Padre santific y envi al mundo.

    El argumento contina con una apelacin a la evidencia:Si no hago las obras de mi Padre no me creis. Mas si lashago, aunque no me creis a m, creed a las obras, para queconozcis y creis que el Padre est en m, y yo en el Padre(vv. 37,38).

    El hecho de que los enemigos de Jess no reconocieran lalgica de su respuesta sino que procuraron otra vez pren-derle, pero l se escap de sus manos (v. 39) no es desdeluego evidencia contra la racionalidad de la doctrina. El peca-do contra Dios, y no la racionalidad genuina, es lo que cons-tituye el rechazo a las afirmaciones de Jess.

    B. FILIPENSES 2.1-11La racionalidad de la encarnacin se presenta hermosa y

    sinceramente en el curso de la carta de Pablo a su queridaiglesia de Filipos. El apstol alega: (1) que la encarnacin esuna muestra de la gracia y el amor de Cristo; (2) que fue em-prendida desde el punto de partida superlativo de la deidadeterna; (3) que involucraba la ms tremenda humillacin; y(4) que la encarnacin era el fundamento del nombre exaltadodel Seor Jesucristo.

  • 24 / Cristo, su persona y su obra

    1. La manifestacin del amor (vv. 1-5)Parece particularmente apropiado que esta profunda ex-

    posicin de la encarnacin surgiera de una sencilla exhorta-cin pastoral. Sin embargo, como se ha dicho muchas veces:la verdad conduce a la santidad. La doctrina de la encarna-cin no es una consecuencia de fra especulacin filosfica,sino que se revela como una inferencia necesaria del amormisericordioso de Dios en Cristo.

    Pablo ruega: Si hay alguna consolacin en Cristo, sialgn consuelo de amor, si alguna comunin del Espritu, sialgn afecto entraable, si alguna misericordia, completadmi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unni-mes sintiendo una misma cosa. Nada hagis por contienda opor vanagloria; antes bien con humildad, estimando cadauno a los dems como superiores a l mismo, no mirandocada uno por lo suyo propio, sino cada cual tambin por lode los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubotambin en Cristo Jess (Filipenses 2.1-5).

    Lo principal que se ha de contemplar y vigilar en estaserie de mandamientos y admoniciones es el amor misericor-dioso de Cristo manifestado en su encarnacin. En el verscu-lo 2 del pasaje de Filipenses ledo, el mandamiento: teniendoel mismo amor, se refiere al amor manifestado en Cristo. Lapalabra traducida unnimes no es una exhortacin a estarde acuerdo el uno con el otro, sino a ser de una sola mentecon Cristo, y a meditar sobre este gran hecho de su amor.

    Los versculos 3 y 4 en verdad mandan que nos amemosunos a otros, pero esto se ordena como aplicacin y resultadode contemplar el gran tema, el amor de Cristo manifestado ensu encarnacin.

    2. Divinidad preexistente (v. 6)El cual, siendo en forma de Dios, no estim el ser igual

    a Dios como cosa a que aferrarse. Como el Dr. Wallis apun-ta, el participio huparchon, en griego: existir, ser; no indicameramente existir siendo en forma de Dios, sino ms bienseguir subsistiendo en forma de Dios. Jess no renunci ni

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 25

    en ninguna manera abandon su divinidad en la encarnacin.En todo el transcurso de su vida terrenal, conserv total ycompletamente la naturaleza divina, el complejo de atributosesenciales a l como Segunda Persona de la Eterna Trinidad.

    a. La naturaleza divinaLa siguiente definicin de Dios, tomada del Catecismo

    Menor de Westminster respuesta a la pregunta nmero 4revela los atributos divinos: Dios es un Espritu infinito, eternoe inmutable en su ser, sabidura, poder, santidad, bondad, jus-ticia y verdad.6 El significado del participio huparchon aqu,indica que Jesucristo en su encarnacin conserv todos esosatributos.

    b. Su preexistencia, otros pasajesLa preexistencia de Cristo como Segunda Persona de la

    Trinidad se ensea explcitamente en numerosos pasajes de laEscritura. Cristo se presenta en varias teofanas en el AntiguoTestamento. Su preexistencia se destaca en los primerosversculos del Evangelio de Juan. En el principio era el Ver-bo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era enel principio con Dios. Todas las cosas por l fueron hechas, ysin l nada de lo que ha sido hecho, fue hecho (Juan 1.1-3).

    Pablo aclara igualmente la preexistencia del Hijo de Diosen su Epstola a los Colosenses: l es la imagen del Diosinvisible, el primognito de toda la creacin. Porque en lfueron creadas todas las cosas ... todo fue creado por mediode l y para l. Y l es antes de todas las cosas, y todas lascosas en l subsisten (Colosenses 1.15-17).

    La presentacin de Cristo como el Alfa y la Omega, prin-cipio y fin en Apocalipsis (1.8,11; 21.6; 22.13) se basa en elhecho de su preexistencia.

    Entre otros pasajes bblicos que ensean la preexistenciade Cristo, ya sea explcita o implcitamente, debemos dar aten-cin especial a sus propias palabras, como las expresa en elEvangelio de Juan: Padre, glorifcame t al lado tuyo, con

    6 Ibid., p. 21.

  • 26 / Cristo, su persona y su obra

    aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese(Juan 17.5).

    Adems, constantemente se refera a s mismo como sali-do del Padre y hablaba a la multitud de su ascensin adondeestaba primero (Juan 6.62). Su preexistencia se declara msfuertemente en el argumento de Juan 8.56-58, cuando Jessdijo: Abraham vuestro padre se goz de que haba de ver mida: y lo vio, y se goz. Entonces le dijeron los judos: An notienes cincuenta aos, y has visto a Abraham? Jess les dijo:De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yosoy.

    c. Warfield y Filipenses 2.6En su comentario sobre este pasaje, el reconocido profe-

    sor de la Universidad de Princeton, Benjamin Warfield, afir-ma: Que la representacin [en griego] de Cristo Jess comoen morphe [en forma] theou [de Dios] huparchon [siendo] que es exactamente lo mismo que llamarlo Dios, se eviden-cia no solo por la insinuacin que se da de inmediato que elque est en forma de Dios es igual a Dios, sino ademspor la connotacin de la misma fraseologa.

    Es innegable que en el modo de hablar filosfico-popu-lar aqu usado, forma significa aquel cuerpo de cualidades ocaractersticas que hace que cualquiera cosa sea esa y no otra,en una palabra, su carcter especfico. Warfield aade la notasiguiente: Con referencia a J.B. Lightfoot, morphe no im-plica los accidentes externos sino los atributos esenciales; ydebe aplicarse a los atributos de la Deidad. En otras palabras,se usa en un sentido sustancialmente igual al que lo caracteri-za en la filosofa griega ... este sentido de morphe es el carc-ter especfico.7 De modo que cuando el apstol Pablo habladel Cristo eterno como permaneciendo en forma de Dios,las palabras significan especficamente que Cristo conserv

    7Christology and Criticism, Oxford Press, p. 271, tambin reimpresobajo el nombre The Person and Work of Christ, Presbyterian andReformed Publishing Co., p. 223.

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 27

    todos los atributos esenciales de la divinidad cuando tompara s todos los de la humanidad.

    3. La autohumillacin (vv. 6b-8)El acto de Cristo al someterse a la humillacin de su en-

    carnacin queda indicado en las palabras siguientes: No esti-m el ser igual a Dios como botn que deba retener, sino quese despoj a s mismo, tomando forma de siervo, hecho se-mejante a los hombres; y estando en la condicin de hombrese humill a s mismo, hacindose obediente hasta la muerte,y muerte de cruz (traduccin del autor).

    a. BotnLa enseanza clara de que Jess exista y segua existien-

    do en forma de Dios, o en otras palabras, que tena y seguateniendo todos los atributos esenciales de Dios, muestra quela declaracin de que no consider su igualdad con Dios comobotn que deba retener constituye el sentido correcto delversculo 6b. l ya tena esa igualdad.

    Ser igual a Dios es una frase que designa la consecuen-cia de su existencia en forma de Dios. Esa frase habla de laexpresin exterior, schema, en griego: apariencia externa, for-ma de sus atributos esenciales. La schema, condicin, de susubsistencia anterior a la encarnacin, era de igualdad con elPadre y el Espritu. Fue esta schema la que Jess no conside-r como botn al cual aferrarse.

    Poseyendo tanto la condicin y la forma de Dios, yreteniendo esta ltima, tom para s mismo, adems, la for-ma de siervo y todos los atributos esenciales correspon-dientes al siervo, hecho semejante a los hombres. Fueentonces encontrado en condicin, schema, de hombre, porlo que adems se humill a s mismo hasta la muerte de cruz.

    b. El despojoEn qu sentido quiere decir Pablo que Cristo se despo-

    j a s mismo? Ciertamente no es que abandonara alguno delos atributos divinos esenciales. La morphe de Dios no podaser abandonada sin que l dejara de ser quien era. El verboekenosen, en griego: vaciar, destruir, anular, dejar sin efecto;

  • 28 / Cristo, su persona y su obra

    se explica por los gerundios que modifican su sujeto: To-mando la forma de un siervo siendo hecho semejante a loshombres, estando en la condicin de hombre. Adems, seexplica ekenosen por la frase paralela se humill a s mis-mo. Jess tom para s no solo la morphe, los atributos esen-ciales del hombre, sino tambin la schema de la humanidadpara poder morir en la cruz (Hebreos 2.14).

    Si Pablo hubiera pensado que Jess en su despojo habadejado algunos de los atributos divinos esenciales, nunca po-dra haber hablado de l en los trminos enaltecedores queusaba constantemente. Vase por ejemplo su declaracin enla Epstola a los Colosenses (2.9): Porque en l habitacorporalmente toda la plenitud de la Deidad.

    En verdad, el apstol no pensaba que la Segunda Personade la Trinidad se haba despojado de ciertas caractersticas, almenos no que se desprendiera de algo suyo, sino que lo hizo acosta de s mismo o a sus propias expensas.

    La idea de Pablo al decir que Cristo se despoj a s mis-mo es idntica en pensamiento lgico al sentido de la palabraspendomai, en griego: ofrecer, derramar como libacin. Alfinal de su ministerio, en su ltimo encarcelamiento en Roma,el apstol dijo literalmente: Yo ya estoy para ser sacrificado[derramado como una libacin], y el tiempo de mi partidaest cercano (2 Timoteo 4.6). Aqu la palabra en cuanto a smismo, spendomai estoy derramado, expresa un pensamien-to idntico al que tenemos cuando Pablo dice de Cristo,ekenosen: se despoj a s mismo.

    4. La exaltacin correspondientePablo concluy esta discusin de la encarnacin con una

    referencia al nombre exaltado de Cristo, el Eterno Hijo deDios. Por lo cual Dios tambin le exalt hasta lo sumo y ledio un nombre que es sobre todo nombre [Isaas 42.8], paraque en el nombre de Jess se doble toda rodilla de los queestn en los cielos y en la tierra, y debajo de la tierra; y todalengua confiese que Jesucristo es el Seor, para gloria deDios Padre (vv. 9-l1).

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 29

    Debido a nuestra idea humana de recibir recompensa alconcluir una tarea, muchos entienden estos versculos comouna referencia a la exaltacin de Cristo despus de su encar-nacin. Sin embargo, no hay nada en las palabras mismas queindique que esto era lo que Pablo pensaba. Al contrario, creoque Pablo se refiere a la exaltacin del Mesas y al nombra-miento que se le da a este como Jehov en la profeca delAntiguo Testamento.

    l es el Eterno Hijo de Dios, la Segunda Persona de laTrinidad, a quien se presenta visiblemente delante de los hijosde los hombres como su nico Salvador, la Persona Divinacon quien tienen que tratar. Un caso claro a lo que Pablo alu-de, creo yo, se encuentra en Isaas 42.1-8. Estos versculosdescriben la obra del Mesas en trminos tan claros como elcristal.

    El versculo 8 se puede traducir: Yo soy Jehov; este esmi nombre y a otro no dar mi gloria, ni mi alabanza a im-genes de escultura. En otras palabras, el Mesas es Jehov.En los versculos anteriores se declara explcitamente que les el que lleva la gloria de Dios, en quien el Espritu de Diosmora. El que ser una luz para los gentiles. El nombre delMesas se da explcitamente como Jehov, justicia nuestra(Jeremas 23.6). Es, pues, en la profeca del Antiguo Testa-mento donde Jess es exaltado y se le da un nombre que essobre todo nombre.

    Cuando Pablo dice que toda lengua confiese que Jesu-cristo es el Seor, la palabra Seor es la que se sola em-plear para Jehov en la Septuaginta. As Pablo declara quetoda lengua confesar que Jess en verdad lleva el nombreque le fue dado en la profeca del Antiguo Testamento, unnombre que es sobre todo nombre.

    Es cierto, por supuesto, que nuestro Seor Jesucristo fueexaltado a la diestra del Padre despus de sus sufrimientosaqu en la tierra, pero esta segunda exaltacin no fue en nin-

  • 30 / Cristo, su persona y su obra

    gn sentido una promocin. Tal pensamiento contradira ra-dicalmente su eterna deidad. Su exaltacin despus de su su-frimiento fue solamente la reasuncin de su igualdad eternacon Dios, el esquema de las cosas (schema) que subsista an-tes de la encarnacin.

    C. HEBREOS 2.9-18Otro pasaje en que el modo de la encarnacin se declara

    explcitamente se halla en el captulo 2 de Hebreos. En estecaso la exaltacin eterna de Cristo y la promulgacin de estaexaltacin en la profeca mesinica se menciona al principio(vv. 9,10).

    1. La exaltacinLa sugerencia de que la exaltacin de Cristo, aludida en

    Filipenses 2.9-11, fue dada en la profeca mesinica anterior ala encarnacin depende de nuestro entendimiento acerca de laprofeca veterotestamentaria. En una idea similar, en Hebreos2.9,10, la frase que explica el propsito introducida por lapalabra hopos, para que hace casi obligatorio que enten-damos la exaltacin all aludida como anterior a la encarna-cin.

    Sugiero que leamos estos versculos parafraseados as:Vemos a aquel que, por un poco de tiempo, fue hecho menorque los ngeles [cf. Salmos 8.5], coronado de gloria y dehonra para el padecimiento de la muerte, para que por lagracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenaa aquel por cuya causa son todas las cosas y por quien todaslas cosas subsisten, que al llevar muchos hijos a la gloria, seperfeccionase a s mismo, como el Capitn de la salvacinde ellos, por medio de la afliccin (Hebreos 2.9,10).

    Si Cristo no fuera eterno Hijo de Dios no podra haberseofrecido como sacrificio suficiente para todo hombre. [Nota:La declaracin de que por la gracia de Dios gustase la muertepor todos no debe ser tergiversada. Estas son palabras cla-ras. No hay nada en estas contrario a la doctrina calvinista dela expiacin particular. Es tan esencial al sistema bblico de

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 31

    doctrina, como los calvinistas lo entienden, que enseamosque la expiacin de Cristo es suficiente para todos, ofrecida atodos, aplicable a todos, como lo es tambin que enseemosque el objeto de la expiacin es efectuar la salvacin de loselegidos, y que no efecta la salvacin de los que son eterna-mente perdidos.]

    Adems, si Dios no hubiese revelado explcitamente queel Mesas que iba a ofrecerse no era otro que Jehov, nuestrajusticia, la suficiencia de la expiacin nunca podra haber sidotrasmitida inteligentemente al entendimiento de los hombresconvencidos de pecado.

    2. La autoperfeccinDebera ser bastante claro que en este texto es Cristo y no

    el Padre que es el sujeto del verbo teleiosai, en griego:completar, perfeccionar, el sujeto del verbo, lo cual se ca-racteriza exactamente por lo que se declara del Hijo en He-breos 1.1-4.

    En qu sentido puede decirse que Cristo se perfecciona s mismo? Acaso implican estas palabras que hubo un tiem-po en que era imperfecto? Indudablemente el autor de la Eps-tola a los Hebreos consideraba a Cristo como eterno einmutablemente divino en todos los atributos esenciales de ladivinidad. Nada poda ser ms enrgico que los trminos enque se presenta a Cristo en Hebreos 1.1-4. Es el autor deHebreos quien dice: Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y porlos siglos (Hebreos 13.8).

    Es sin embargo en la misma Epstola a los Hebreos queencontramos descritas ms grficamente las experiencias hu-manas de Jess. No solo se perfeccion a s mismo como elcapitn de nuestra salvacin (Hebreos 2.10) sino que aun-que era Hijo, por lo que padeci aprendi la obediencia; yhabiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna sal-vacin para todos los que le obedecen (Hebreos 5.8,9).

    Debe quedar manifiesto que no hay ninguna contradic-cin en atribuir inmutabilidad a la Segunda Persona de la Tri-nidad y al mismo tiempo reconocer la verdadera progresin

  • 32 / Cristo, su persona y su obra

    cronolgica de los eventos en su vida terrenal. Nuestro SeorJesucristo con sus experiencias, aqu en la tierra, realiz susplanes y complet sus intenciones en perfecta armona con losdecretos eternos de Dios. Se perfeccion a s mismo en cuan-to a que efectu en la historia, el tiempo y el espacio precisa-mente lo que siempre quiso hacer.

    3. HijosLa expresin de que Cristo llevara muchos hijos a la

    gloria se puede explicar en dos maneras: (1) En el versculoque sigue a los redimidos se les llama sus hermanos (cf.Romanos 8.29). Podemos entender que l lleva muchos hi-jos [de Dios] a la gloria. (2) Tambin es cierto que en He-breos 2.13 se ponen en boca de Jess las palabras de Isaas:He aqu, yo y los hijos que Dios me dio (Isaas 8.18).

    Podemos imaginar que sus discpulos muchas veces lehaban odo citar esas palabras en sus discursos espirituales yaplicarlas por analoga a su propia vida y ministerio. En cual-quier caso, no hay nada en la referencia a hijos para consti-tuir un argumento contra el hecho de que es Cristo, y no elPadre, el sujeto del verbo perfeccionar en el versculo 10.

    4. De uno son todosLas palabras del versculo 11: El que santifica y los que

    son santificados de uno son todos, han sido ocasin de espe-culacin errnea. Algunos traductores han aadido la palabraPadre, la cual no est en el texto. La relacin filial de Cristoy la de los redimidos, por otra parte, nunca se colocan al mis-mo nivel en las Escrituras. Al dar un modelo de oracin Jessdijo: Vosotros, pues, oraris as: Padre nuestro (Mateo 6.9).

    A la mujer que se encontr con Jess en la tumba despusde su resurreccin, le dijo: An no he subido al Padre; masve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Pa-dre, a mi Dios y a vuestro Dios (Juan 20.17). Jess nunca serefiri a Dios como nuestro Padre comn, ni us palabraque no mostrara claramente su relacin nica con el Padre.Por tanto, la palabra Padre no debe aadirse en Hebreos2.11.

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 33

    La unidad de Cristo como el Santificador con los redimi-dos como santificados, se indica explcitamente en el verscu-lo 14: As que, por cuanto los hijos son participantes decarne y sangre, tambin l particip igualmente de lo mis-mo. Se dice que nuestro Seor Jesucristo es de uno conlos que santific, porque en la encarnacin se hizo carne ysangre.

    5. l propsito y el modoAhora se indica explcitamente el propsito de la encarna-

    cin: ... para destruir por medio de la muerte al que tena elimperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos losque por el temor de la muerte estaban durante toda la vidasujetos a servidumbre (vv. 14,15).

    Se hace aun ms explcito el modo de la encarnacin en losiguiente: Porque ciertamente no ech mano [de la natura-leza] de los ngeles, sino que ech mano [de la naturaleza] dela simiente de Abraham (v. 16). Algunos traduciran el ver-bo epilambanomai por socorrer (como lo hacen Reina yValera, en castellano).

    En ciertos contextos esta palabra puede tener tal signifi-cado, aunque ese no es su sentido principal, y en este casosera totalmente errneo. Habra sido absurdo que el autor deHebreos dijera que Cristo no les presta ayuda a los ngeles. Elnico punto de la declaracin es que l ech mano, no de lanaturaleza de los ngeles, sino de la naturaleza de la simientede Abraham. El significado primario del verbo es agarrar,echar mano de, y en la voz media, como lo tenemos aqu, latraduccin como se ha dado arriba es la nica sustentable enmi opinin.

    Adems, esta traduccin introduce mejor las palabras quesiguen: Por lo cual deba ser en todo semejante a sus her-manos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdoteen lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pue-blo. Pues en cuanto l mismo padeci siendo tentado, es po-deroso para socorrer a los que son tentados (vv. 17,18).

  • 34 / Cristo, su persona y su obra

    Por supuesto que la palabra deba no indica obligacinimpuesta a l desde afuera, pero aqu deba ser equivale aesperaramos que sera.

    El tema de la compasin de Cristo como el gran SumoSacerdote se reanuda al final del captulo 4: Teniendo ungran sumo sacerdote que traspas los cielos, Jess el Hijo deDios, retengamos nuestra profesin. Porque no tenemos unsumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras de-bilidades, sino uno que fue tentado en todo segn nuestrasemejanza pero sin pecado. Acerqumonos, pues, confiada-mente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia yhallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4.14-16).

    Estas palabras que recalcan la compasin de Cristo mos-trada en la encarnacin quedan salvaguardadas rgidamentepor los trminos choris hamartias, pero sin pecado, en He-breos 4.15. Hay que recordar que en el Nuevo Testamento lapalabra tentacin no significa necesariamente inducir al mal.El significado bsico de este trmino es prueba. La declara-cin no es que l haya sido probado sin calificacin en todorespecto como nosotros. La declaracin es que l soportuna vida humana tpica con pruebas y aflicciones aunque sinpecado, lo que no fue hallado en l.

    D. PROBLEMAS SICOLGICOSLos tres pasajes principales que hasta aqu hemos presen-

    tado en la discusin del modo de la encarnacin, Juan 10.30-39; Filipenses 2.1-11 y Hebreos 2.9-18, evidencian que losescritores del Nuevo Testamento creyeron que el eterno Hijode Dios tom para s mismo una naturaleza humana genuina yvivi una vida autntica aqu en esta tierra, sin dejar de ser lmismo (el Hijo de Dios) en ningn sentido y sin abandonarninguno de sus atributos divinos esenciales. Sin embargo, hayciertos problemas sicolgicos en los relatos de su vida quetenemos que considerar.

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 35

    1. Desarrollo de la niezLas crnicas bblicas muestran la infancia, la niez y la

    juventud de Jess siguiendo el curso normal del desarrollohumano en todo aspecto. Despus de la presentacin en eltemplo, Lucas aade: El nio creca y se fortaleca, y sellenaba de sabidura; y la gracia de Dios era sobre l (Lucas2.40).

    El incidente que ocurri cuando tena 12 aos de edad(Lucas 2.41-50) no debe interpretarse como milagroso en elsentido tcnico de la palabra milagro. Ms bien debe consi-derarse como dentro del alcance de su desarrollo normal. Lee-mos: Todos los que le oan, se maravillaban de su inteligen-cia y de sus respuestas (v. 47). Lo que le respondi a sumadre revela que Jess entendi completamente quin era ly cul su misin.

    Mara le dijo con mucha naturalidad: Tu padre y yo(v. 48), a lo que Jess contest: Por qu me buscabais?No sabais que en los negocios de mi Padre me es necesarioestar? (v. 49). Lucas aade que sus padres no entendieronlas palabras que les habl (v. 50). A la luz de toda la narra-cin, sin embargo, es claro que Jess entendi completa yconscientemente que en un sentido singular Dios era su Padrey que l tena una misin divina y nica.

    El escritor del evangelio prosigue su crnica: Y descen-di con ellos y volvi a Nazaret, y estaba sujeto a ellos ... yJess creca en sabidura y en estatura, y en gracia para conDios y los hombres (Lucas 2.51,52; cf. 1 Samuel 2.26).

    Estas porciones de la narracin, tomadas todas del Evan-gelio de Lucas, muestran un desarrollo precoz, aunque sano ynormal. Se presenta como normal no solo su crecimiento yfuerza fsica, sino tambin su desarrollo intelectual. Se dice demanera explcita que Jess creca en sabidura.

    La cuestin que surge de estos registros es esta: Dadoque uno de los atributos esenciales de la divinidad es laomnisciencia, cmo podra Jess pasar a travs de las distin-

  • 36 / Cristo, su persona y su obra

    tas etapas normales de su desarrollo sicolgico? Cmo pudodecirse que l creca en sabidura?

    Creo que la respuesta no es muy difcil. En nuestra expe-riencia con la sicologa humana ordinaria aprendemos que haydiferentes niveles de conciencia. No es una contradiccin de-cir que una persona sabe en un sentido lo que desconoce enotro. Por supuesto que esta es una ilustracin humana; sinembargo, todos estamos acostumbrados al poder humano yordinario de la memoria.

    Con frecuencia decimos: No s, aunque luego de re-flexionar podamos traer el asunto a la mente. En la sicologaanormal hay casos de amnesia en que los diversos niveles deconciencia son disociados patolgicamente.

    No sugiero ni por un momento, por supuesto, que lasicologa de Jess fuera en alguna manera patolgica. Simple-mente estoy ilustrando el hecho de que hay diferentes nivelesde conciencia, y es posible que uno posea conocimiento en unsentido a la vez que carece de l en otro. Es posible tenerconocimientos disponibles que no guardamos en la concien-cia activa.

    Hemos visto que Jess, a la edad de doce aos, saba quinera y por qu haba venido al mundo. Creo que antes de laencarnacin, cuando Dios estableci sus decretos eternos, elHijo se propuso mantener en su conciencia activa y duranteel tiempo de su vida terrenal toda la informacin y los sen-timientos y reacciones comunes a los hombres guiados por elEspritu.

    De manera que Cristo pas, conscientemente y por pro-pia decisin previa, a travs de todas las etapas normales deldesarrollo intelectual. Esto es perfectamente congruente conla doctrina de que no se despoj de su poder de omnisciencia.Jess, en cualquier momento de su vida terrenal, pudo traer asu memoria algn aspecto de su conocimiento infinito; sinembargo, eligi voluntaria y continuamente mantener en suconciencia solo los asuntos que haran de su existencia terre-nal una experiencia puramente humana.

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 37

    Cristo dijo que obraba sus milagros por el poder del Esp-ritu Santo, tal como los propios profetas y apstoles: Si yopor el Espritu de Dios echo fuera los demonios, entonces hallegado a vosotros el reino de Dios (Mateo 12.28). Y expli-ca: No puede el Hijo hacer nada por s mismo... no puedoyo hacer nada por m mismo; segn oigo, as juzgo; y mijuicio es justo... (Juan 5.19,30).

    Estas explicaciones de Jess no son contrarias a la doctri-na de su divinidad. Es ms, aclaran el modo en que obrabadurante el tiempo de su humillacin.

    Es congruente, por lo tanto, que el eterno Hijo de Diosmantuviera en su conciencia tal nivel de actividad sicolgica,por lo cual era lgico que creciera y se desarrollara tanto inte-lectual como fsicamente durante su vida temprana.

    2. Sicologa adultaCon la explicacin anterior pueden aclararse otras decla-

    raciones difciles acerca de la sicologa de Jess. No solo lee-mos que estaba asombrado de la incredulidad de ellos(Marcos 6.6), y que le asombr la fe del centurin (Mateo8.10; Lucas 7.9), sino que Mateo y Marcos igualmente re-cuerdan que en el discurso en el monte de los Olivos, y res-pecto al tiempo de su venida, Jess indic: Pero de aquelda y de la hora nadie sabe, ni aun los ngeles que estn en elcielo, ni el Hijo, sino el Padre (Marcos 13.32; cf. Mateo24.36).

    El que Jess experimentara capacidad de asombro genui-no y que excluyera de su conciencia el conocimiento del tiem-po preciso de su segunda venida, son hechos que armonizancon la retencin de sus atributos divinos, basados en que sa-bemos que hay diferentes niveles de conciencia, y en que an-tes de su encarnacin determin el lugar que ello ocupara ensu conciencia activa, a pesar de sus poderes infinitos.

    Es significativo observar que despus de su resurreccin,interrogado en cuanto al tiempo de su segunda venida, Jessno dijera que no saba; al contrario, dijo: No os toca a voso-

  • 38 / Cristo, su persona y su obra

    tros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en susola potestad (Hechos 1.7).

    3. IlustracionesHay muchas ilustraciones histricas que dan una analoga

    parcial de la encarnacin, por ejemplo, numerosos casos dereyes y otras personas de la realeza que han servido en lasposiciones ms bajas en las fuerzas armadas y otros puestos.Pedro el Grande lleg a ser carpintero de un astillero alemnsin dejar de ser Emperador de Rusia. El heredero de un granconsorcio industrial, aun siendo dueo de todo, se emple enuna de sus fbricas en una ciudad en que yo viva. En la Pri-mera Guerra Mundial, el Prncipe de Gales sirvi en el ejrci-to britnico como un oficial de bajo rango.

    Es interesante observar que ninguna de las ilustracionesanteriores implica contradiccin alguna, ya que en cada casola naturaleza de la persona es la misma en cualquier rango,sea inferior o superior.

  • Captulo 2

    La persona de Cristo: su divinidad y suhumanidad

    I. EVIDENCIA DE LA RESURRECCINLa evidencia de que la afirmacin de Jess era cierta

    que l era el que deca ser, la constituye el hecho de queresucit de los muertos tal como dijo que lo hara. Trato lasevidencias de la resurreccin de Jess, con ms detalle de loque es posible ahora, en mi libro Behold Him [Contempln-dolo]. El estudiante, adems, encontrar un excelente resu-men de las evidencias de la resurreccin en el tomo I de laHistoria eclesistica de Schaff y en la Teologa sistemticade Charles Hodge, tomo II, as como en muchas otras obrasteolgicas clsicas.

    La resurreccin de Cristo es preeminente entre las evi-dencias cristianas de toda la historia de la iglesia. El lema Cris-tus ver resurrexit, Cristo en verdad ha resucitado, ha sidoun punto fuerte para la fe y el testimonio cristianos a travs detodos los siglos.

    Hay muchas maneras de presentar evidencias. Sugiero elsiguiente bosquejo como prctico para los propsitoshomilticos y misioneros.

    A. DATOS OBSERVABLES HOY1. El libro cristiano

    Antes de todo, presentemos la existencia del Nuevo Tes-tamento como un dato inexplicable aparte de la resurreccinhistrica de Jess. De dnde vino el Nuevo Testamento? Cadatexto literario, bueno o malo, digno de confianza o no, tienesu origen en algn ambiente histrico, y esto es cierto. Nues-tro argumento ahora no es en cuanto a la autoridad de la Bi-blia, sino acerca del hecho de la existencia del Nuevo Testa-mento.

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  • 40 / Cristo, su persona y su obra

    El Corn de los mahometanos es inexplicable si no se con-sideran los eventos principales en la vida de Mahoma, y notenemos deseo alguno de negar que acontecieran en realidad.Las obras de Charles Dickens son inexplicables aparte de lascondiciones econmicas y sociales de lo que se llama la re-volucin industrial. El principio observado en los exmenesliterarios en la Universidad de Pars, llamado explication detexte, consiste en determinar la matriz en la que se originaronlos cuerpos literarios.

    Sabemos, segn datos indisputables, que el Nuevo Testa-mento tuvo su origen al principio de nuestra era entre el mo-vimiento cristiano que tena sociedades organizadas llamadasiglesias en las grandes ciudades del mundo romano. Es evi-dente, segn la naturaleza del Nuevo Testamento mismo, quelos escritores de los veintisiete libros crean cabalmente queJesucristo haba resucitado de los muertos. Crean que su tumbaestaba vaca y que haba aparecido en forma reconocible conel mismo cuerpo con que haba sufrido en la cruz.

    El Nuevo Testamento no emplea argumentos para probarla resurreccin de Jess; las alusiones a ese hecho son en for-ma de apelaciones a sucesos conocidos pblicamente. Se pre-sume que se necesita contar la historia, pero que nadie conconocimiento de los hechos poda disputarlos inteligentemente.El nico argumento contrario a la resurreccin de Jess quemenciona el Nuevo Testamento se encuentra en el Evangeliosegn Mateo (28.11-15).

    Mateo relata lo que los hombres dijeron que ocurri, se-gn ellos, mientras dorman! Naturalmente el escritor no pier-de tiempo en tratar de refutar tal alegacin. Los escritores delNuevo Testamento no parecen tener conocimiento de ningnargumento opuesto. Al contrario, el hecho de la resurreccinfue proclamado por todas partes y los escritores del NuevoTestamento obviamente no contemplaron la posibilidad siquie-ra de que su testimonio sera negado inteligentemente.

    Hombres tramposos, culpables de fraude o movidos poralucinaciones, son incapaces de producir una literatura como

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 41

    esta. El Nuevo Testamento mismo es evidencia tangible deque Cristo resucit de entre los muertos.

    2. El movimiento cristianoEs un hecho real que el movimiento cristiano ha existido

    en el mundo, y an perdura, fundamentado solamente en lacreencia de que Jesucristo resucit de entre los muertos. Sa-bemos que este movimiento tuvo su origen dentro de la cuar-ta dcada del primer siglo. En el ao 30 no haba tal cosacomo la iglesia cristiana en el sentido de un movimiento visi-ble en la sociedad humana.

    En los aos 40 empiezan a aparecer documentos cristia-nos as como tambin se observan nombres cristianos en loscementerios. Sociedades cristianas llamadas iglesias empie-zan a aparecer en las ciudades del mundo romano. La iglesiacomo un fenmeno sociolgico indudable tuvo su origen se-guramente entre el ao 30 y el 40 A.D. En los primeros 300aos de su existencia, pues, el movimiento cristiano cubritodo el Imperio Romano de una manera milagrosa.

    Cmo se origin ese movimiento cristiano? La nica ex-plicacin que el cristianismo da de su origen se basa en elhecho de que Jesucristo resucit de entre los muertos. Cuan-do l muri, el pequeo grupo de sus seguidores se dispersy huy. Sus esperanzas quedaron completamente destroza-das. Ellos mismos testifican de su propia y completa desespe-racin, no se describen en tales trminos en una manera ficti-cia, diciendo: Esperbamos que l era el que haba de redi-mir a Israel (Lucas 24.21), pero ahora est muerto y todaesperanza est perdida.

    Entonces, de repente, dan un giro de ciento ochenta gra-dos y encaran al mundo con un testimonio de confianza yvalor que nunca despus se ha extinguido. Jesucristo ha resu-citado de entre los muertos y lo hemos visto por muchaspruebas indubitables (Hechos 1.3). La misma existencia delmovimiento cristiano, que tuvo su origen al principio de loque llamamos la era cristiana, es evidencia no solo de que

  • 42 / Cristo, su persona y su obra

    todo el grupo crea que Jesucristo haba resucitado de entrelos muertos sino de que efectivamente resucit.

    3. El da del culto cristianoUn detalle de cierta importancia es el hecho de que, antes

    de la era cristiana, el da del culto judo era el sptimo de lasemana, pero inmediatamente despus de la crucifixin de Jessla iglesia cristiana empez a adorar a Dios el primer da de lasemana. La nica razn sostenida para ello es que ese fue elda de la resurreccin. El estudiante puede verificar que efec-tivamente as era, buscando las referencias del Nuevo Testa-mento al primer da de la semana y al da del Seor.

    4. La experiencia cristianaOtro hecho evidente de la resurreccin de Jess, que tam-

    bin puede observarse en el mundo moderno, es la experien-cia cristiana. Cuando un alma pecaminosa y quebrantada ponesu confianza en el Seor Jesucristo, experimenta un cambioque llamamos la vida resucitada. Si Jess solamente muri,entonces la muerte lo conquist; pero, si muri y as mismoresucit, entonces su fallecimiento fue una victoria.

    Cuando uno cree en Jesucristo como Salvador personal,en efecto, se designa a s mismo como identificado simblica-mente con Cristo en su muerte y resurreccin, y como vivien-do una nueva vida por el poder impartido por el Cristo resuci-tado. En las palabras de Pablo: Somos sepultados juntamen-te con l para muerte por el bautismo, a fin de que comoCristo resucit de los muertos por la gloria del Padre, astambin nosotros andemos en vida nueva (Romanos 6.4).[Nota: La palabra traducida sepultado no designa ningunaforma particular de disponer del cuerpo muerto, sino el hechode que se dispone del cuerpo por medio de un funeral. Uno delos modos primitivos de sepultar era quemar el cuerpo y es-parcir las cenizas.]

    El milagro de la gracia, impartir una nueva vida espiritualpor fe en el Cristo sepultado, es un dato observable en el mundomoderno que no puede explicarse si Jess solamente muri yno resucit otra vez.

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 43

    B. EVIDENCIAS DEL MUNDO ANTIGUO1. El Diatessaron de Taciano

    Los cuatro evangelios cuentan la resurreccin de Cristo yfueron escritos en la generacin de los contemporneos deJess. Mientras algunos tenan conocimiento personal de loshechos relacionados con la vida y muerte del Seor, otrostenan que haber estado vivos todava. Hacia el ao 170 des-pus de Cristo, los cuatro evangelios ya haban circulado ex-tensamente en el mundo romano y haban sido combinados enuna armona.

    Un estudiante llamado Taciano de Edesa, en Asia Menor,haba visto las escrituras del Antiguo Testamento en su idio-ma nativo, el siriaco. Taciano dej su hogar y emprendi unviaje, como acostumbraban los estudiosos de la filosofa delmundo antiguo. Despus de visitar Egipto lleg a Roma y seencontr con Justino Mrtir, cerca del ao 150 A.D.

    Justino tena los cuatro evangelios en su poder y los lla-maba las memorias de los apstoles. Taciano, por ese en-tonces, se convirti en cristiano y regres a Edesa. Se creeque antes del ao 170, Taciano combin los cuatro evangeliosen una narracin continua, una armona de una sola colum-na. Evidentemente Taciano consider los evangelios comoautoridad cannica, pues no cambi ni una palabra y omitisolo el material duplicado.

    No puede negarse que para el ao 170, es decir, 140 des-pus de la muerte de Jess, los cuatro evangelios ya estabanescritos, haban circulado extensamente, aceptados por casitodos los creyentes y combinados en una armona completa.

    El mismo nombre que Taciano le dio a su armona, ElDiatessaron, presume que todos la entenderan. Es como sialguien llamara, a una obra dirigida a los msicos, El diapa-sn. Cualquier msico conoce ese trmino, que significa li-teralmente a travs de todo; un vocablo musical antiqusi-mo empleado y muy conocido por los griegos.

  • 44 / Cristo, su persona y su obra

    Taciano, entonces, cre la palabra Diatessaron, que com-bina diapasn con otro trmino griego, tessares, que significacuatro. Taciano nunca habra usado el nombre Diatessaron,literalmente a travs de todos los cuatro, si no hubiera asu-mido que todos sabran de los cuatro evangelios que l habaarmonizado.

    2. Los evangeliosAl hablar de la fecha temprana de los evangelios como

    evidencia para la resurreccin de Jess, no es mi propsitoduplicar la obra hecha en los textos sobre introduccin alNuevo Testamento, sino ms bien referirme a eventos por logeneral admitidos. Ahora que tenemos un fragmento del Evan-gelio de Juan que data de la primera mitad del siglo II, la ideacrtica de hace una generacin, que sostena que ese Evange-lio no era historia biogrfica sino teolgica de fines del segun-do siglo, ya no puede considerarse seria.

    Se sabe que los evangelios sinpticos fueron escritos an-tes que el de Juan, y que este apstol trat conscientementede suplementarlos. Se dice que Adolf von Harnack, telogoalemn, en sus ltimos aos, sostuvo que Mateo, Marcos yLucas tienen que haber sido escritos antes de la destruccinde Jerusaln en el ao 70.

    En esto no fue seguido por los eruditos crticos comoGoodspeed, pero al menos podemos decir con confianza queningn estudioso competente del Nuevo Testamento negaraque Mateo, Marcos y Lucas fueron escritos en la generacinde los contemporneos de Jess, es decir, cuando tenan quehaber muchos hombres vivos relacionados con los hechospersonalmente.

    3. Fuentes escritasPodemos dar un paso ms en el examen de la evidencia de

    los evangelios mismos. Lucas alude a las fuentes escritas queemple en la composicin de su evangelio (Lucas 1.1-14).Los estudiantes del problema sinptico creen que es posi-ble descubrir algo de la fuente o las fuentes escritas, fuera del

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 45

    evangelio de Marcos, que Mateo y Lucas podran haber teni-do en comn.

    A.T. Robertson, en su libro The Christ of the Logia [ElCristo de la logia], adopt las conclusiones aducidas por elestudio crtico del problema sinptico y mostr que la figurade Cristo presentada en las fuentes sealadas y contenidas enMateo y Lucas no es otra que la de Dios manifestado en lacarne, el Deus-homo.

    En verdad, el supuesto pasaje sinptico de Juan (Mateo11.25-30; Lucas 19.21,22) se halla en aquella fuente aducidapor Mateo y Lucas que los estudiantes crticos de la materiallaman Q y que Robertson llama la logia.

    Es aparente, pues, que los cuatro evangelios dan eviden-cia de la generacin contempornea de Jess indicando suresurreccin corporal de entre los muertos, y que el nicoconocimiento objetivo que tenemos de las fuentes de los evan-gelios seala la propia figura del Dios-Hombre en la historia.

    4. Evidencias del ministerio de PabloEs imposible que alguien familiarizado con los hechos nie-

    gue que un judo talentoso, instruido a fondo en las ensean-zas rabnicas, que haba odiado y perseguido a la iglesia cris-tiana y que haba tratado hasta de eliminarla, se convirtiera enel exponente ms grande del cristianismo, el mejor propagan-dista del sistema de doctrinas basado en la creencia de la resu-rreccin de Jess, que lleg a ser fundador de sociedades cris-tianas llamadas iglesias, en varias ciudades del mundo ro-mano, y autor de al menos cuatro de los libros del NuevoTestamento, como son Romanos, 1 y 2 de Corintios y Glatas.

    No se puede negar que el relato que Pablo da del cambioradical en su posicin se debe a que vio a Jesucristo vivo enuna repentina visin sobrenatural y sobrecogedora, por la quequed convencido de que Jess haba resucitado, y que susafirmaciones, consideradas antes espurias, eran indiscutible-mente verdicas.

    Ni siquiera los antisobrenaturalistas, que niegan la reali-dad de la visin de Pablo en el camino a Damasco, pueden

  • 46 / Cristo, su persona y su obra

    dudar que su transformacin se debi a que qued convenci-do, y que crea constantemente despus de su conviccin queJesucristo resucit de entre los muertos. Algunos afirman quela conversin de Saulo de Tarso es por s misma un eventoinexplicable por completo, si la resurreccin de Jesucristo nofuese histricamente verdica.

    El mtodo de Pablo, mientras viajaba predicando el evan-gelio y estableciendo iglesias, consista ante todo en: (1) Pre-dicar en la sinagoga juda explicando la profeca mesinica.(2) Exponer la relacin de las Escrituras profticas con la vidade Jess, mostrando que su muerte y resurreccin fueron pre-dichas y apelando al hecho de que eso ya haba ocurrido. Elpunto cntrico de su mensaje era que Cristo haba resucitadode los muertos. En el caso de cada iglesia establecida, el rela-to sera incomprensible a no ser que las personas que se unana la comunin cristiana creyeran en la resurreccin corporalde Jess.

    Debe recordarse que en todas estas comunidades judasen las que Pablo predic haba quienes viajaban a Jerusalnao tras ao, al tiempo de la Pascua, para asistir a esa fiestajuda. Se supone que habra algunos individuos, en cada gru-po de los que naci una iglesia, que iran a Jerusaln y habrantenido oportunidad de investigar la veracidad de la historia dePablo.

    Tambin es posible que hubiera aquellos cuyos amigos yvecinos fueron a Jerusaln despus de la fundacin de la igle-sia local y quienes, si eran contrarios al evangelio, habranhecho todo lo posible por refutar el testimonio de Pablo. Lamisma naturaleza del ministerio de Pablo es tal que las igle-sias que fund y que prosperaron por aos despus de sumuerte no podran haber existido si hubiese sido posible quealguien negara el testimonio del apstol presentando eviden-cia sustancial en contrario.

    El mensaje de Pablo tena como centro a Jess y la resu-rreccin (Hechos 17.18). En Atenas tuvo la oportunidad in-

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 47

    slita de hablarles a los filsofos griegos, no en la sinagogajuda, sino en el Arepago.

    Puesto que la palabra resurreccin, anastasis, es un sus-tantivo femenino, estos filsofos paganos entendieron quePablo predicaba acerca de una nueva pareja de dioses, esdecir, Jess y Anastasis. Pablo estableci tanto contacto comole fue posible con su auditorio y proclam la resurreccin delSeor Jesucristo. Naturalmente, al hacerlo, algunos de los fi-lsofos paganos se rieron; otros dijeron: Ya te oiremos acer-ca de esto otra vez; sin embargo, algunos creyeron. Nin-guna iglesia fue establecida debido a esta reunin en Atenas.Tampoco ninguno de esos filsofos habra visitado Jerusaln;pero la naturaleza del testimonio de Pablo se revela con clari-dad (Hechos 17.16-34).

    No solamente fue la resurreccin corporal de Jess el fun-damento doctrinal de todas las iglesias establecidas por Pa-blo; no solo habra sido imposible que continuaran existiendosi alguien pudiera haberles mostrado evidencia contraria a laresurreccin, sino que lo mismo es cierto en el caso de todaslas iglesias fundadas por otros. La iglesia de Roma no fueestablecida por Pablo. l escribe su Epstola a los Romanosesperando visitarlos, pero es claro que la iglesia haba empe-zado y prosperado antes de que el apstol llegara all.

    Al principio de su epstola, Pablo alude a la resurreccinde los muertos (Romanos 1.4) como evidencia de que Jesu-cristo es el Hijo de Dios. El libro entero es de tal naturalezaque nunca podra haber existido si el escritor no hubiera dadopor sentado que la resurreccin era un hecho indisputable, labase del cristianismo, la nica razn de la existencia de la co-munidad cristiana en Roma.

    5. El juicio romano de PabloAvancemos un paso ms cerca del acontecimiento mismo

    y examinemos la naturaleza de la evidencia en el juicio dePablo delante del tribunal romano. Una vez tras otra, durantetodo el procedimiento, Pablo procur presentar el hecho deque Jesucristo haba resucitado, y que habr una resurreccin

  • 48 / Cristo, su persona y su obra

    de todos los muertos as de justos como de injustos (He-chos 24.15; cf. Daniel 12.2; Juan 5.28,29). Delante del sane-drn judo el apstol declar enfticamente: Acerca de la re-surreccin de los muertos soy juzgado hoy por vosotros(Hechos 24.21; cf. 23.6).

    Los opositores de Pablo lo acusaban de fomentar desr-denes y, en general, trataron de traer contra l toda acusacinposible, pero una cosa evitaron cuidadosamente, y era acu-sarlo de haber perpetrado un fraude religioso al pretender queJesucristo haba resucitado de entre los muertos. Al contra-rio, Pablo aludi a la resurreccin de Jess constantemente ypareca estar aguijoneando a sus opositores a que discutieranese asunto. Delante de Agripa, Pablo aludi a la esperanzacomn de los fariseos judos de que habr una resurreccin,diciendo: Se juzga entre vosotros cosa increble que Diosresucite a los muertos? (Hechos 26.8).

    Refirindose entonces a la resurreccin de Cristo, el apstolproclam en aquel tribunal romano que estaba dando testi-monio a pequeos y a grandes, no diciendo nada fuera de lascosas que los profetas y Moiss dijeron que haban de suce-der: Que el Cristo haba de padecer, y ser el primero de laresurreccin de los muertos para anunciar luz al pueblo y alos gentiles (Hechos 26.22,23). Tras una breve interrupcincontinu: El rey sabe estas cosas, delante de quien, tambinhablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nadade esto, pues no se ha hecho esto en algn rincn (Hechos26.26).

    En otras palabras, el apstol Pablo, luchando por su vidaen un tribunal romano, pidi que la corte reconociera un muyconocido evento atestiguado pblicamente, tanto que nadiesiquiera tratara de negar, a saber, la resurreccin corporal deJess.

    El relato muestra que al retirarse la corte se declar quePablo podra haber sido puesto en libertad porque su argu-mento era vlido, pero que ya haba apelado a Csar. La evi-dencia adicional de parte de las epstolas pastorales muestra

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 49

    que cuando se oy su caso en Roma fue puesto en libertad.Todo esto habra sido completamente imposible si se pudierahaber mostrado que su argumento contena un reclamo frau-dulento. Pero el reclamo no era falso. La resurreccin de Je-ss evidentemente fue reconocida por la corte. No poda sernegada.

    6. El da de PentecostsNadie negar que el movimiento cristiano, como uno de

    los asuntos humanos de los cuales los historiadores secularestoman nota, empez el da de Pentecosts en Jerusaln en elao en que Jess muri. El difunto Dr. W.H. Griffith Thomasformul la pregunta: Dnde estaba el cuerpo de Jess el dade Pentecosts?

    Estaba en aquella ciudad frente a una multitud entre loscuales muchos estuvieron presentes en la pascua, algunos delos que tambin estuvieron entre la turba que gritaba: Fue-ra! Crucifcale! Estaba en la ciudad en la que se conoca ellugar de la sepultura de Jess; entre los que podran haberrefutado el testimonio cristiano y probado que era falso sihubiesen podido mostrar el cuerpo de Jess; fue all donde elmovimiento cristiano se inici.

    El Espritu Santo, por otra parte, manifest su poder mi-lagroso con el don de lenguas. Pedro se levant para explicara la multitud que se haba congregado: Jess Nazareno, va-rn aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas,prodigios y seales que Dios hizo entre vosotros por mediode l, como vosotros mismos sabis, a este, entregado por eldeterminado consejo y anticipado conocimiento de Dios, pren-disteis y matasteis por manos de inicuos, crucificndole; alcual Dios levant, sueltos los dolores de la muerte, por cuan-to era imposible que fuese retenido por ella (Hechos 2.22-24).

    Pedro procede a aludir a la profeca de David, as comotambin a la vida y muerte de este. David... muri y fue se-pultado, y su sepulcro est con nosotros hasta el da de hoy(v. 29). Esto es claramente un reto, pues no se puede dudar de

  • 50 / Cristo, su persona y su obra

    que muchos entre la multitud vieron la tumba vaca dondesepultaron a Jess, as como tambin deben haber visto loslienzos all, y que el cuerpo no estaba. Pedro est en efectodiciendo: Si abrieran el sepulcro de David encontraran losrestos de su cuerpo muerto, pero, qu del sepulcro vaco deJess?

    Si la resurreccin no hubiera sido un hecho o si el cadverde Jess lo hubieran encontrado, el testimonio cristiano ha-bra sido completamente silenciado por los acontecimientos.Dnde estaba el cuerpo de Jess aquel da? O en los dassiguientes? Los enemigos del cristianismo habran buscado portodo el mundo para conseguirlo, presentarlo y detener el mo-vimiento cristiano.

    Los que han dicho con mofa y escarnio que los cristianosescondieron el cuerpo de Jess pretenden un milagro sicolgicoms grande aun que la resurreccin misma; porque los hom-bres que mienten y perpetran un fraude religioso no puedenhablar como lo hicieron estos. Los hombres que cometen frau-de casi nunca estn listos para morir por su testimonio.

    Pero cmo reaccion la multitud el da de Pentecosts,el pueblo que tena la oportunidad de conocer los hechos?Muchas de esas personas presenciaron la crucifixin! La cr-nica indica: Se compungieron de corazn, y dijeron a Pedroy los otros apstoles: Varones hermanos qu haremos? (v.37). Pedro les dijo: Arrepentos y bautcese cada uno devosotros en el nombre de Jesucristo para perdn de los peca-dos; y recibiris el don del Espritu Santo. Porque para no-sotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos losque estn lejos; para cuantos el Seor nuestro Dios llamare(vv. 38,39).

    El hecho es que si se arrepintieron y fueron bautizados,por cientos, y aun por miles, en aquel da y los posteriores, seunieron a la compaa de los que creyeron en la resurreccinde Jess, y lo aceptaron como su Salvador personal.

    No es asombroso que a travs de los siglos la iglesia hayaafirmado que la resurreccin de Cristo es un hecho cierto,

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 51

    abierto a la investigacin histrica, un hecho contra el cualnadie ha producido evidencia o testimonio.

    II. EL NACIMIENTO VIRGINAL DE CRISTOEl nacimiento virginal de Cristo fue considerado en el ca-

    ptulo anterior de esta obra como parte de la discusin de sudivinidad. Veamos a continuacin otros aspectos importan-tes.

    A. LUGAR DEL NACIMIENTO VIRGINAL EN EL SISTEMA DEDOCTRINA

    El caso el nacimiento virginal de Cristo, por su naturale-za, no es tanto probatorio como explicativo. No es el granacontecimiento visible y abierto a la investigacin pblica comolo fue su resurreccin. Tampoco era el punto prominente dela predicacin cristiana primitiva. Ms bien es necesario parauna mejor comprensin de lo que est claramente implcito ensu resurreccin. En verdad, es el nico medio por el cual po-demos concebir que el Eterno Hijo de Dios llegara a ser ente-ra y completamente hombre sin dejar de ser Dios en ningnsentido.

    Jesucristo no es mitad Dios y mitad hombre, como ocurrecon los dioses de las mitolgicas mundanas. El asunto estbien resumido en las palabras: Cristo, el Hijo de Dios, sehizo hombre, tomndose un cuerpo verdadero y un alma ra-cional; siendo concebido por obra del Espritu Santo en elvientre de la Virgen Mara, de la cual naci, mas sin pecado.Estas constituyen la respuesta a la pregunta nmero 22 delCatecismo Menor, que reza as: Cmo se hizo Cristo hom-bre siendo como era Hijo de Dios?

    Es usualmente despus que uno acepta el hecho de que elJess de la historia no es otro que el Eterno Hijo de Dios, queel nacimiento virginal llega a ser una parte esencial y lgicadel sistema bblico de verdades. En el proceso de la genera-cin normal, una nueva persona o ego empieza a existir. Jess

  • 52 / Cristo, su persona y su obra

    no empez a existir cuando fue concebido. El nacimiento vir-ginal fue el medio por el cual tom para s mismo una natura-leza puramente humana.

    B. TESTIMONIO DE LA ESCRITURALa historia del nacimiento virginal se encuentra en el pri-

    mer evangelio y en el tercero. La narracin de Mateo (1.18-25) parte desde el punto de vista de Jos, el esposo de Mara.James Orr indica que Mateo no solo menciona la aparicindel ngel a Jos, y los pensamientos de este en cuanto al asun-to, sino tambin los acontecimientos de la infancia de Jess, lavisita de los magos con sus regalos, la huida a Egipto, y otrosdetalles que conciernen especialmente a Jos. Orr sugiere queel relato de Mateo acerca del nacimiento y de la infancia deCristo bien pudo haber sido deducido por el escritor directa-mente del testimonio personal de Jos.

    La narracin de Lucas (1.26-38; 2.1-7), por otro lado, sepronuncia desde el punto de vista de Mara. Se relata all laanunciacin del ngel, adems nos cuenta las circunstanciasdel nacimiento de Juan el Bautista en el hogar de Elisabet, laprima de Mara, la visita de los humildes pastores y la re-flexin de Mara sobre estas cosas (Lucas 2.19).

    Orr sugiere que Lucas poda haber odo directamente delabios de Mara toda la historia del nacimiento de Jess y suinfancia. Ella pudo haber sido uno de los testigos oculares(1.2) que el escritor menciona como sus fuentes de informa-cin.

    1. Mitos paganosCon frecuencia se alega que la historia del nacimiento vir-

    ginal es igual a muchos relatos de los nacimientos sobrenatu-rales narrados en la mitologa pagana. Al contrario, las narra-ciones paganas aducidas como paralelas al nacimiento virgi-nal son, sin excepcin, historias de cohabitacin de un Dioscon un ser humano, lo que produce un semidis y/o unsemihombre. La idea del nacimiento virginal no halla cabidaen el paganismo.

  • La persona de Cristo: su divinidad y su humanidad / 53

    Ntese que aun cuando fue el Espritu Santo quien obrel milagro, ningn grupo de personas que afirman creer laBiblia, ninguna secta ni hereja en la historia eclesistica, ja-ms ha considerado el Espritu Santo como el Padre de Jess.Hay una alusin gnstica a el Espritu Santo, mi madre enel libro apcrifo El evangelio segn los hebreos, pero ningngrupo considerado cristiano jams ha visto al Espritu Santocomo el Padre de Jess. Tenemos en los registrosneotestamentarios del nacimiento virginal la encarnacin dela Divinidad preexistente, algo completamente ausente de todaotra obra literaria religiosa.

    2. Discrepancias aducidasAunque los crticos han tratado de levantar discrepancias

    entre las historias de los dos evangelios, un anlisis microsc-pico no revela contradicciones. Ms bien las diferencias tie-nen el valor de revelar fuentes independientes para la mismaserie de eventos.

    Algunos han intentado alegar una discrepancia interna enel relato de Lucas, en el que tratan de confundir el uso de unpronombre plural que ocurre en el captulo 2, versculo 22, elcual dice: Y cuando se cumplieron los das de la purifica-cin de ellos.

    Si no se estudia cuidadosamente el significado de esta re-ferencia, podemos caer en lo que se ha pretendido en cuantoal pronombre plural ellos como referido a Jos y Mara, locual dejara ver que Jess naci por un acto natural entre unhombre y una mujer. Consideremos esto a continuacin.

    Un examen serio de la ley del Antiguo Testamento, a laque se alude, contesta claramente esta acusacin. Levtico 12nos habla explcitamente de la ofrenda para la purificacin dela madre, pero Lucas no se refiere solamente a esta Escritura;l cita directamente de xodo 13.2,12 y 15, los versculosrelacionados con la santificacin del varn primognito.

    De modo que cuando Lucas 2.22 menciona el pronombreellos se refiere a la madre y al nio, y no al padre. As comose observ la ley judaica en los dems puntos de toda su vida

  • 54 / Cristo, su persona y su obra

    terrenal, tambin en su nacimiento, circuncisin y presenta-cin en el templo se cumpli y sigui la misma ley.

    3. Isaas 7.14La historia en Mateo del nacimiento virginal declara

    especficamente que de esta manera se cumpli la profeca deIsaas 7.14: Todo esto aconteci para que se cumpliese lodicho por el Seor por medio del profeta, cuando dijo: Heaqu una virgen concebir y dar a luz un hijo, y llamars sunombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros(Mateo 1.22,23).

    Los crticos se han esforzado intentando desacreditar lacita de Mateo de esta profeca de Isaas. Debe notarse que elevangelista no la da como comentario propio, sino como laspalabras del ngel que apareci a Jos en el sueo. De maneraque si la referencia que emplea Mateo se ha de desacreditar,no solo est errado en la aplicacin que hace de la Escrituradel Antiguo Testamento sino tambin en lo que l alega comouna revelacin sobrenatural.

    Se afirma que la palabra hebrea