crítica a "reino de dragones", de edith salgado

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8/12/2019 Crítica a "Reino de Dragones", de Edith Salgado http://slidepdf.com/reader/full/critica-a-reino-de-dragones-de-edith-salgado 1/4 SUSCRIBIRSE VÍA RSS Buscar en el sitio  IR  ~ Lo mejor de la Fantasía en español todos los lunes, miércoles y viernes ~ Jorge es un niño muy especial: no sólo posee una gran inteligencia y unos intereses muy intelectuales para su corta edad, sino que también presenta características peculiares como no sudar nunca ni sentir frío o calor. Lo anterior lo ha vuelto un niño extraño ante sus pares, que lo han marginado de sus juegos, dejándolo sólo con la compañía de sus padres, sus libros… y sus recuerdos. Jorge aún guarda en su memoria un episodio que le ocurrió a los tres años, cuando creyó haber visto un dragón. Pese a la terapia sicológica que recibió, Jorge está convencido de que fue una visión real, pero sólo al cumplir los seis años tendrá la oportunidad de confirmarlo, cuando la dragona Lucila viaje del reino de Frondelan a la Tierra. En ese encuentro, la criatura comenzará a revelarle poco a poco los detalles sobre la antigua convivencia entre humanos y dragones, los motivos por los que ésta quedó trunca y, en última instancia, la verdadera identidad y destino de Jorge. La literatura infantil y la Fantasía suelen llevarse muy bien juntas cuando son enlazadas con osadía y compromiso estético. Lamentablemente, cuando esto no sucede, la obra resultante suele oscilar entre lo fantástico alegórico y la aventura maravillosa sin norte ni sentido. En el caso de Reino de Dragones , la autora opta por elegir un entorno de Baja Fantasía (es decir, plantear una conexión entre nuestro mundo y otro de naturaleza fantástica) en función del fomento de los valores morales tradicionales impartidos a los más pequeños. De hecho, una de las consignas de la obra es poder seguir las aventuras de Jorge en su conversión a una “persona noble”, concepto que aparece también entrecomilado en la obra para destacar su relevancia en la misma. PUBLICADO POR:  ALEJANDRA LÁQUESIS FECHA DE PUBLICAC IÓN: MIÉRCOLES, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2012 DISCUSIÓN: 6 COMENTARIOS ETIQUETAS:  ALEJANDRA LÁQUESIS, BAJA FANTASÍAFANTASÍA CHILENA, RESEÑAS Reseña: Reino de Dragones , de Edith Salgado, por Alejandra Láquesis FICCIÓN RESEÑAS COLUMNAS ENTREVISTAS LIBROS RECURSOS NOSOTROS CONCURSOS 

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~ Lo mejor de la Fantasía en español todos los lunes, miércoles y viernes ~

Jorge es un niño muy especial: no sóloposee una gran inteligencia y unosintereses muy intelectuales para sucorta edad, sino que también presentacaracterísticas peculiares como nosudar nunca ni sentir frío o calor. Loanterior lo ha vuelto un niño extrañoante sus pares, que lo han marginadode sus juegos, dejándolo sólo con lacompañía de sus padres, sus libros… ysus recuerdos. Jorge aún guarda en sumemoria un episodio que le ocurrió a lostres años, cuando creyó haber visto undragón. Pese a la terapia sicológica que

recibió, Jorge está convencido de quefue una visión real, pero sólo al cumplirlos seis años tendrá la oportunidad deconfirmarlo, cuando la dragona Lucila

viaje del reino de Frondelan a la Tierra. En ese encuentro, la criatura comenzaráa revelarle poco a poco los detalles sobre la antigua convivencia entre humanosy dragones, los motivos por los que ésta quedó trunca y, en última instancia, laverdadera identidad y destino de Jorge.

La literatura infantil y la Fantasía suelen llevarse muy bien juntas cuando sonenlazadas con osadía y compromiso estético. Lamentablemente, cuando estono sucede, la obra resultante suele oscilar entre lo fantástico alegórico y laaventura maravillosa sin norte ni sentido. En el caso de Reino de Dragones , laautora opta por elegir un entorno de Baja Fantasía (es decir, plantear unaconexión entre nuestro mundo y otro de naturaleza fantástica) en función delfomento de los valores morales tradicionales impartidos a los más pequeños. Dehecho, una de las consignas de la obra es poder seguir las aventuras de Jorgeen su conversión a una “persona noble”, concepto que aparece tambiénentrecomillado en la obra para destacar su relevanc ia en la misma.

PUBLICADO POR:

 ALEJANDRA LÁQUESIS

FECHA DE PUBLICAC IÓN:

MIÉRCOLES, 12 DE SEPTIEMBRE DE

2012

DISCUSIÓN:

6 COMENTARIOS

ETIQUETAS:

 ALEJANDRA LÁQUESIS, BAJA

FANTASÍA, FANTASÍA CHILENA,

RESEÑAS

Reseña: Reino de Dragones , de Edith Salgado,

por Alejandra Láquesis

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La novela aparece dividida en tres grandes secciones: El Umbral, El Guía y ElRey, cada una de ellas profundizando en distintas etapas en la vida delprotagonista, desde que es un niño pequeño hasta su adolescencia. La historiacomienza cuando Jorge se encuentra con Lucila y ésta le revela el rol del niñocomo Umbral, un ser que sirve de enlace para el mundo real y Frondelan, elReino de los Dragones. De ahí en más, tras explicarle algunas cosas sobre estelugar y sobre la comunidad dragontina, Lucila le cuenta que vendrá a visitarlocada tres años. En cada encuentro, Jorge deberá haber sabido mantener lanobleza de su espíritu y haber cumplido asimismo con pequeñas tareas. El éxitoen estas asignaciones le permitirá obtener beneficios (como volar a lomos deLucila) y, eventualmente, una colección de seis diminutas barras de metalprecioso que en su conjunto, hacia su décimo octavo cumpleaños, le otorgaráel derecho de v iajar a Frondelan.

 Así planteada, la Fantasía en la obra podría considerarse como una meramotivación externa —por no decir conductista— para reforzar el cultivo devalores positivos tanto en Jorge como en el lector infantil. Señas de estoparecen haber de sobra, pues el protagonista se toma muy en serio la promesade Lucila y va progresando poco a poco hacia esta nobleza ya descrita. Porejemplo, uno de los primeros desafíos sostenidos es hacer amigos y “aprender aconocer a los otros seres humanos”. Jorge es un niño bastante antisocial por lapreferencia hacia actividades solitarias y Lucila le pide que logre insertarse en lacomunidad del resto de los niños porque no puede ni debe estar solo.

Sin embargo, si bien encuentro loable el respaldo hacia el valor de la amistad y lanecesidad de deshacerse de prejuicios al momento de acercarse sinceramente alos demás, muy personalmente me parece que la forma en la que se plasmóesto en la obra no es del todo idónea. Y esto porque se da a entender que Jorgedebe abandonar el mundo de la lectura o la entretención a solas por lasinstancias deportivas, en lugar de intentar conjugar ambas. No me parece quese tenga que hacerle ver a un niño que debe cambiar del todo sus interesespersonales sólo para encajar en una mayoría, sino más bien ayudarlo a respetary mantener firme su identidad y relacionarse con personas que sí puedanvalorarla íntegramente. Y aunque quizá no haya sido éste el mensaje que seintentó plasmar en la historia, permanece esa sensación de que sólo transando almáximo estas cosas se puede tener amistades, como si el gusto por la soledad yel retraimiento fueran cosas de suyo negativas; no lo son. Esto se aprecia antetodo porque uno de los amigos que logra hacer Jorge, Benjamín, jamás aparece

compartiendo una actividad que al protagonista le gustara realizar de antes. Sólose presenta un breve episodio en que Jorge lo amonesta por sus malas notas ydecide ayudarlo a estudiar.

 A partir de lo anterior, se desprende un rasgo que tiene sentido dentro de lasorientaciones morales de la obra, pero que hace mucho ruido en términosestéticos: Jorge es un personaje perfecto. Fuera de este retraimiento inicial (quees condenado y purgado en las primeras páginas, por lo demás), el niño terminahaciéndolo todo bien a pesar de las dificultades cotidianas. Se convierte en elmejor jugador de fútbol de su generación, tiene un sentido intachable de la justicia y del compañerismo, es muy piadoso hacia los más necesitados, asumecon gran madurez sus pérdidas, es buen hijo y amigo, es un niño y luego un joven apuesto, y toma siempre las decisiones correctas.

Tanta perfección impide una identificación mayor con él en tanto personaje,sobre todo considerando que los lectores infantiles estarán seguramente en unperíodo de formación de identidad y moral personal, con muchos baches en eltrayecto. Se echa en falta caídas y deslices en Jorge, aspectos naturales en laexperiencia de todo ser humano que son, en realidad, las únicas instancias quepermiten un crecimiento interno relevante. Un niño podría sentirse mucho másreflejado en Jorge si viera que éste, a pesar de compartir algunos defectos conél mismo, logra sobreponerse a las adversidades con gran esfuerzo de su parte.

 Asimismo, el reflejo se acentuaría si el protagonista hablara de una manera másnatural, pues los diálogos que se le adjudican suenan bastante acartonados ycarentes de inflexiones. Aun cuando la historia mencione que Jorge es conocidopor hablar “como grande”, parece ser más bien un problema estilístico, puesto

que Benjamín también habla de una manera en extremo formal, y el propioJorge no tiene cambios relevantes en su discurso una vez ya adolescente. Dehaberse pulido más estos aspectos, el protagonista había ganado mucha másprofundidad literaria, en lugar de presentarse como un molde genérico enfocadohacia un “deber ser” infantil.

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 Afortunadamente, a medida que la historia avanza y desemboca en la sección deEl Guía, la novela no se queda sólo en la Fantasía como motivación alegórica,sino que intenta ir un poco más allá. El reino de Frondelan es descrito a grandesrasgos como un universo que remite al imaginario básico de los cuentos dehadas de influencia medieval. Los dragones, acaso el aspecto más llamativo delrelato, también son trabajados desde una narrativa que se esfuerza porpresentar conceptos que construyan un Mundo Secundario.

En primer lugar, se supone que cada ser humano varón de Frondelan tienedesde su nacimiento una conexión con un dragón, independiente del sexo deéste último. Ahora, ¿por qué sólo los hombres pueden tener dragones? Estohabría sido interesante de desarrollar narrativamente, por cierto, porque la obraestá dirigida a los niños en general, no sólo a los varoncitos. Ya de niña meincomodaba bastante la discriminación e injusticias de género en las narracionesinfantiles folclóricas; me parece que esta omisión es bastante más grave en unaobra que busca el fomento de valores.

La caracterización de los dragones es muy curiosa. No hay prácticamente nadaen ella que entronque con el imaginario de estas criaturas en las leyendas, relatostradicionales u obras clásicas de Fantasía que los retraten. En cambio, sondescritos como seres que poseen una lealtad extraordinaria hacia sus Guías —losseres humanos a los que están enlazados desde su nacimiento—, incluso si estostraicionan su naturaleza noble y se vuelven malvados. También, y sobre todo através del dragón Roqued, se demuestra que son capaces de albergar fortísimos

sentimientos de cariño incondicional por los Guías, aun cuando en el caso deeste personaje no haya visto hace mucho tiempo a su compañero. Esdestacable que los dragones sean desarrollados más como acompañantes sabiosque como mascotas, como podría haber sucedido, si bien esta sabiduría tienemás de pedagogía moral que de otra cosa, por el tono general de la obra.

En segundo lugar, Frondelan posee un creador que recuerda bastante al Dios dela tradición judeocristiana. Incluso Lucila le comenta en una oportunidad a Jorgeque todo el reino y sus habitantes se rigen bajo las llamadas Tablas, cuyaescritura contiene toda la historia de la nación y lo que está por suceder. Éstasson escritas por el Gran Silem, que naturalmente vendría a ser un correlato deDios, sobre todo por sus potestades dentro de la historia: él es la deidad que seencarga de juzgar a los habitantes de Frondelan y decidir sobre su destino final,a partir de lo sucedido en la historia y la influencia de las acciones de Jorge en

ella. Aún más: parte de la historia del reino y su conexión con la Tierrra humanase origina a partir de un episodio similar a la expulsión del Paraíso, reforzándoseasí implícitamente los valores a transmitir a través del sustrato bíblico.

Fuera de estos dos aspectos, relativos a la deidad del reino y de la idiosincrasiade los dragones, no hay una presencia de Mundo Secundario más profunda,pues el énfasis de la obra está en los valores morales y no en lo fantástico, queactúa casi como un barniz llamativo para los lectores infantiles. A pesar de loanterior, la novela no resulta incómoda de leer, y aun cuando podría haber sidomás sintética en sus episodios, se aprecia un dominio aceptable de las formasmás básicas de la narración. Esto se ve ante todo en la subdivisión en tressecciones con marcos argumentales claramente delimitados y en el hecho deque se consiga cerrar el argumento central en este volumen, pues la obra está

planteada como el inicio de una saga mayor. Sólo cerca de las páginas finales lahistoria se abre a una potencial continuación, y pese a que la transición se sientealgo forzada, para entonces el conflicto principal ha quedado resuelto.

Sorprende agradablemente también que la novela, fuera de la regular ediciónargumental, esté bien editada en aspectos gramáticos y ortográficos,encontrándose escasos errores. Esto es importante de mencionar ya que enFantasía Austral  siempre hemos sido muy críticos con esto y Editorial Forja nohabía salido muy bien parada en este criterio en particular. Es hora entonces deredimirla al menos por Reino de Dragones , obra que puede ser leída sinsobresaltos causados por imperfecciones textuales superficiales.

Como corolario, podemos concluir que Reino de Dragones   es una obra sinmayores pretensiones estéticas o fantásticas, puesto que su énfasis está en la

transmisión, enseñanza y fortalecimiento de una dimensión valórica a través desu historia, altamente alegórica y hasta evangelizante. La Fantasía, desarrolladamás bien de manera superficial, es sólo un pretexto que busca volverla másamena a los ojos de los lectores infantiles. Con todo, la forma en la que setransmiten estos valores resulta demasiado explícita, de modo que es posibleque algunos niños detecten las verdaderas intenciones de la obra y no se

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sientan tan a gusto leyéndola, más aún si éstas están escritas desde loabstracto, donde ser una “noble persona” parece ser casi un estado natural o almenos uno fácil de alcanzar. En eso, quizá, pueda ser de más utilidad la Fantasíainfantil a secas, que expone un crecimiento moral y espiritual mucho más naturaly, paradójicamente, realista.