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Estilos de pensamiento cientifico a comienzos de la Europa Moderna ALISTAIRC.CROMBIE Traduccion de Josep LIuis Barona SEMINAR! D-ESrUDIS SOBRE LA CIENCIA

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Estilos de pensamiento cientifico a comienzos de la Europa Moderna

ALISTAIRC.CROMBIE

Traduccion de Josep LIuis Barona

SEMINAR! D-ESrUDIS SOBRE LA CIENCIA

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DepositD Legal: V - 4217 -1993 I.S.B.N.: 84-600-8710-7 IMPRIME: G U A D A L I T O G K A F I A , S.L.

INDICE

I . ^Que es lo historia de la ciencia? n

I I . I.a dencia experimental y el artista racional 29

I I I , Matematicas, musica y medicina 63

IV. Expectacion contingente y eleccion incierta: contextos historicos de argumentos probabillsticos 89

V. Fuentcs bibliograficas 143

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I, ^Que es la historia de la ciencia?'

La historia del pensamiento ha tenido dificultad para esta-blecerse como un estudio universitario legitimo con su apropiada identidad, distinta de los intereses peculiares tanto de los filosofos ahistoricos como de los historiadores de la politica afilosdficos que dominan los departamentos de historia, especialmente en Gran Bre-tana. La historia del pensamiento cientifico ha tenido que diferen-ciarse tambien, en un tercer frente, de los intereses particulares de los cientificos (al igual que de los politicos practicos) sobre sus origenes. Pero no todo ha sido cuestion de fronteras academicas hostiles o indiferentes. Algunos de los mejores trabajos de historia del pensamiento cientifico o de otras formas de pensamiento han sido realizados, sin que ello sea sorprendente, por historiadores de la filosofia y tambien por historiadores de la literatura. Los historiado­res de la religion y del derecho han situado precisamente el centro intelectual de sus estudios en la historia de la teologia y de la teoria legal. La historia de la ciencia ha sido objeto de interes y atraccion para cientificos intelectualmente sensibles. La historia del pensa­miento, incluyendo el pensamiento cientifico, es tambien una parte de los estudios historicos en su conjunto, cuyo objeto especifico es la totalidad de la experiencia humana en toda su variedad en este mundo que gira. iQue tipo de preguntas abarca la historia de la ciencia, en su forma clasica como historia del pensamiento cientifico estudiado en el contexto de la historia de las ideas, de las mentali-

Publicado por primera vez en ingles en History of European Ideas, 7, (1986), 21-31

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dades, de las implicaciones intelectuales y morales, do las expectati-vas, motivaciones y realizaciones de los hombres en todo tipo de sociedades?'

Desde la Grecia antigua, la ciencia de la naturaleza, physiologia, scientin o philosophia unhiralis, en su amplia variedad desde las mate-maticas a las ciencias modicas, se ha identificado conn) un acerca-nr\iento filosofico a la naturaleza efectivamente competente para explorar y resolver problemas de dos generos que estan relaciona-dos. Los primeros eran los planteados por los fenomenos naturales particulares; los segundos eran los que surgian de los sistemas generaies de explicacion. Un criterio esencial para que un sistema general fuera aceptado era su capacidad de incorporar la solucion de problemas particulares. En este sentido, se puede decir que los griegos inventaron la nocion de problema como algo distinto de la doctrina. Ellos encontraron deficientes los metodos de los babilonios y egipcios por ejemplo en astronomia, porque carecian de una phi/sioh^in: eran tecnicas sin explicaciones generaies ligadas a ellas.^ Los griegos entonces establecieron una tradicion cientifica con una identidad reconocible tanto en la seleccion de los problemas acepta-

' Este ensayo se basa en mi futuro libro, Styles of Scientific Thinking in the European Tradition (que sera publicado por Duckworth, I^ondres), el cual contiene un aparato documental y bibliografico completo. Cfr. tam-bien mi "Historical commitments of European science", Annnii deU'Utituto e Museo di Storia delta Scienza di Fireme, 7(2), (1982), 29-5 L Ln unica guia indispensable y que contiene la informacion adecuada sobre la historiografia de la ciencia, la medicina y la tecnologia es la Isis Cumulative Bibliography, dirigida por M. Whitrow y J , Neu, 5 vols. (Londres, 1971-1980), a la que puede anadirse las extensas bibliografias actualizadas publicadas en la revista his, en el Dictionary of Scientific Biography, dirigido por C .C , Gilliespie, 16 vols. (Nueva York, 1970-1980) y las revisiones periodicas de problemas y fuentes que aparecen en la revista History of Science.

2 Cf. A D R A S T O , citado por T H E O N de E S M I R N A , Expositio rerum mathematicarum ad legendum Platonem utilium, recensuit E . Hiller (Leipzig, 1878), p. 177-178.

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bles para la investigacion cientifica como en el tipo de respuestas aceptadas como satisfactorias. Ellos introdujeron la concepcion fun­damental de un sistema cientifico del mundo, definido por una causalidad exclusivamente racional, que implicaba una logica de decision y demostracion. ^Podemos aceptar que las categorias de pensamiento expresadas en el lenguajc se han conservado suficiente-mente estables desde aquel tiempo y aquella socicdad hasta los nuestros, como para que sea posible y tenga sentido la investigacion historica de las etapas de pensamiento antiguo, medieval u otros? ^Podemos aceptar del mismo modo y de forma mas general, que hay suficiente en comiin entre toda la humanidad para que seamos capaces de entender la vida intelectual y moral de cualquier otra sociedad o cultura historicamente lejana de la nuestra propia? Toda la investigacion historica y antropologica reposa exactamente en esa aceptacion.

Pero no tenemos que mirar muy profundamente la indaga-cion cientifica y sus resultados inmediatos, para ver que el proceso en su conjunto se ha desarrollado en un contexto de compromise intelectual y moral, expectativas y disposiciones que pueden variar ampliamente en diferentes sociedades, periodos y grupos y tambien entre individuos con tern poraneos. Estas podrian implicar creencias acerca de la naturaleza del mundo y su cognoscibilidad; concepcio-nes del metodo cientifico y de la organizacion de la investigacion cientifica; expectativas de los fines deseables e indeseables con las consiguientes motivaciones; una disposicion a gobernar o a aceptar ser gobernado por los acontccimientos, a cambiar o a resistir al cambio y la innovacion. La naturaleza de la indagacion historica es una invitacion a buscar dctras de las teorias y de los resultados cientificos particulares, las condiciones intelectuales, sociales y mate-rialcs precedentes y concomitantes que las hicieron posibles en un contexto historico, o al contrario las obstaculizaron en otro contexto historico distinto. Las creencias generaies acerca de la naturaleza del mundo al variar han afectado tanto a la percepcion de problemas particulares como a la aceptabilidad de diferentes tipos de solucio-nes. Puede resultar altamente clarificardor preguntarse, al leer un

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Alistair C. Crombie 14 texto , a que preguntas el au tor estaba o frec iendo respuestas. U n exper imento en si m i s m o puede tener di ferentes s ignif icados e i n t e n -ciones en contextos di ferentes. Las concepciones de la en fe rmedad como algo c ont rar i o a la sa lud han l l evado a la invest igac ion medica y a la practica terapeutica en direcciones d iversas , solo explicables en cada contexto, lo m i s m o que la aceptacion o n o de l s u f r i m i e n t o y de la m u e r t e -no i m p o r t a si p>or en fe rmedad , m a r t i r i o o sacri f ic io- ha d e p e n d i d o f u n d a m e n t a l m e n t e de las creencias acerca de la natura le -za h u m a n a y de l va lor y el f i n a t r i b u i d o s a la v i d a h u m a n a . Fue necesario u n g r a n cambio f i losofico para que los fisicos matematicos se separasen d u r a n t e el s iglo X V I I de la arra igada concepcion aristotelica de causa, para f o r m u l a r l o que l lego a ser la concepcion n e w t o n i a n a de fuerza, con todas sus consecuencias. La creencia en u n disefio p r o v i d e n c i a l elaboro u n a concepcion estadistica de la economia de la naturaleza inaceptable en b i o l og ia , hasta que Charles D a r w i n presento sus argumentos como consecuencia de l analisis estadistico de la economia h u m a n a , los cuales a p o r t a r o n u n a analo -gia convincente.

Los c ompromisos intelectuales d o m i n a n t e s han provocado que ciertos t ipos de preguntas parezcan logicas y han dado a ciertas formas de expl i cac ion su poder de convicc ion , y han exc lu ido otras, al establecer como algo p r e v i o a cua lqu ier invest igac ion p a r t i c u l a r , la clase de m u n d o que se supone que existe y los metodos aprop iados para invest igar lo . Ellos p lanteaban de a n t e m a n o el t i p o de expl i ca ­c i on que pod ia ser satisfactoria cuando l o supuestamente decubr ib le Uegaba a ser descubierto . En este proceso, la logica de tales u n i v e r -sos teoricos p o d r i a cambiar de generacion en generacion o de socie-d a d en sociedad, a l t i e m p o que cada u n a c o n t r i b u y e a u n conoc i -m i e n t o c ienti f ico v a l i d o perdurab lemente . De este m o d o , nos encon-t ramos a la vez con u n proceso de a c u m u l a c i o n de conoc imiento par t i cu lar ob jet ivamente veri f icable , con el desarroUo de teorias ge-nerales que p u e d e n cambiar , y s iempre con personas y su p u n t o de v ista . En este sent ido , la h istor ia de las ideas cientificas se revela i n t i m a m e n t e conectada, a niveles de g r a n c o m p l e j i d a d , con la h i s to ­r ia de las menta l idades . La h is tor ia de las ideas y de las m e n t a l i d a -

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des es, despues de todo , la h is tor ia de personas que p iensan y cuando decimos que las ideas cambian , queremos decir que las personas cambian sus ideas, b i en sea p o r su p r o p i a manera de pensar o p o r contacto con la de otros , cualesquiera que sean sus circunstancias. La h is tor ia de la ciencia puede ser considerada e n t o n -ces como u n a especie de ant ropo l og ia inte lectual c omparada que se proyecta hacia el pasado. Pero al cons iderar la asi, seria ingenuo caer en esa especie de r e l a t i v i s m o sociologico que no acierta a d i s t i n g u i r la especifica i d e n t i d a d historica de la ciencia como a c t i v i d a d encami -nada a resolver prob lemas , de una h is tor ia general de las ideas o \ ideologia , s in tener en cuenta sus modos especificos de autocorreccion ' -y sus criterios de aceptabi l idad . U n f i losofo hermetico c omo Robert F l u d d se enfrentaba a cuestiones como la a r m o n i a m u s i c a l o mate -mat ica , o a la c i rcu lac ion de la sangre con preguntas de d i ferente esti lo de las de Mersenne y Kep ler o de W i l l i a m H a r v e y , a pesar de ciertas coincidencias ideologicas. Las preguntas de Gal i leo sobre las matematicas d e l m o v i m i e n t o se d i r i g i a n a la so luc ion de prob lemas que no eran considerados como f u n d a m e n t a l s por sus c o n t e m p o r a -neos los aristotelicos escolasticos. La percepcion de l o que es c i ent i -f icamente resoluble const i tuye la esencia d e l c o m p o r t a m i e n t o intelec­t u a l med iante e l cual podemos d e f i n i r en nues lra ant ropo l og ia h i s to ­rica comparada la t r a d i c i o n cientif ica en el contexto de la mas general t r a d i c i o n de la c u l t u r a occ idental , de la que s iempre const i -t u y o u n a parte caracteristica.^ C u a n d o Gal i leo insist ia en que no se puede engafiar a la naturaleza , p o r m u c h o que p o d a m o s engafiar a

^La vision catastrofica alternativa, que niega la existencia de una t a l tradicion cientifica parece ejemplificada por m i amigo Paolo Rossi, por lo que puede juzgarse de sus comentarios sobre mf, y mas recientemente (aunque sin mucho discernimiento) al colocarme en el seno de u n cuarteto con la dist inguida compama de Ernst Cassirer, J . H . Randall y Alexandre Koyr^: v^ase su "Aristotel ic i e 'moderni ' : le ipotesi e la natura" . E n : Aristotelismo veneto e scienza moderna, editado por L. Ohvier i , 1, (Padova, 1983), 125-129, publicado en ingles en Annal i . . . (v.supra n . l ) , 7, (1982), n . l , p . 3 - 7 . .• • • . • ' ' V U V . ^ ^;::;>.^,,:,,V.,. , . '

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nuestros propios congeneres, estaba definiendo, al mismo tiempo, la identidad de la naturaleza y de la ciencia de la naturaleza.'* Porque era imposible resolver los problemas de la naturaleza, tanto teoricos como practices, mediante la magia o por transacciones comerciales, de conveniencia politica o por medio de supercherias. Fue la suya seguramente una experiencia terapeutica para la humanidad; para los historiadores plantea la mas fundamental de las verdades; la fragilidad como tambien la fuerza de los hombres y las mujeres frente a problemas que no son solo intelectuales sino morales.

" En historia de la ciencia nos enfrentamos entonces con nu-

merosas preguntas diferentes, si bien relacionadas entre si. El movi -^ miento cientifico occidental ha sido la historia de las relaciones de ? los hombres con la naturaleza y de la humanidad como perceptora ^ y conocedora y agente mediatizado por visiones particulares de la

existencia, a partir de las cuales derivaron las artes y las ciencias. Los problemas historicos se plantean a diferentes niveles, algunos vienen dados por la naturaleza y otros son elaborados por el hombre. Una investigacion comprensiva deberia incluir una ecologia historica, la reconstruccion del medio fisico y biologico y de lo que los hombres

^ hicieron de el. Aspectos esenciales a nivel cultural son la motivacion ' • y la oportunidad, tanto social como material. A nivel del pensamien-

to cientifico, tanto en la percepcion como en la solucion de proble­mas en el marco de las posibiUdades tecnicas disponibles, y en la justificacion de la empresa bien sea intelectual o moral o practica, la historia de la ciencia ha sido la historia del argumento. El argumento

^ cientifico constituye la substancia del movimiento cientifico, u n dis-') curso que utiliza experimento y observacion, instrumentos y apara-

^ tos, pero con significacion siempre en relacion con el argumento. Resulta ilustrativo dar una mirada a las variedades de argumento cientifico. Podemos distinguir seis diferentes estilos de indagacion y

\n cientifica, diversificados segun disciplinas de que se

4 G A L I L E O G A L I L E I , Le mecaniche, dir. A. F A V A R O (Le opere, vol. I I , ' nuova ristampa, Firenze, 1968), p. 155; cf. su Lettera a Madama Cristina di Lorena (1615; ibid, vol. V) , p. 326-327.

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trate, de acuerdo con concepciones generales de la naturaleza, con presupuestos acerca de la validez cientifica y segun la experiencia L cientifica de la interaccion de programas con realizaciones. Tres ' estilos o metodos se desarrollaron en la investigacion de regularida-des individuales, tres en la investigacion de las regularidades de las poblaciones ordenadas en el espacio y el tiempo. Cada uno de ellos surgio en un contexto en el que un conjunto de disciplinas afines estaban unidas bajo una forma comiin de argumentacion. Asi , e l " ^ metodo simple de la postulacion ejemplificado por las ciencias ma-tematicas griegas se origino en la comun indagacion griega de o principios racionales semejantes al mundo perceptible y al razona-miento humano. La exploracion por medio del experimento contro-lado y la observacion y la mensuracion, exigidas por la busqueda L cientifica de principios en disciplinas mas complejas, dio origen a una forma de argumento por analisis y sintesis que vino a ser aplicado a las mas diversas cuestiones desde la qufmica y la biologia hasta el estudio de la sociedad humana y el lenguaje. La creacion de modeios hipoteticos, que se desarrollo de forma compleja en su aplicacion a comienzos de la ingenieria moderna y de la pintura de perspectiva, se convirtio igualmente en un instrumento de analisis para el estudio de la sociedad, lo mismo que para la fisiologia y para la fisica. La taxonomia surgio del ordenamiento logico de casi todas las disciplinas. El analisis estadistico y probabilistico de la expecta-cion y de la eleccion adopto de nuevo las mismas formas, bien en la valoracion del pronostico de una enfermedad, bien en u n proceso legal, una empresa comercial, la seleccion natural, o la racionalidad de la aceptacion de una teoria cientifica. El metodo de derivacion historica fue aplicado primero a los lenguajes y de forma mas ^ general a las culturas humanas, y despues a la historia de la geologia y a la evolucion de los organismos vivos. Claramente toda esa diversidad cientifica puede entenderse solo a traves de la diversidad i.^ de pensamiento que hay en todo el contexto historico. '

Casi tan importantes como las demostraciones o pruebas en la historia del movimiento cientifico han sido los argumentos dir ig i -dos a la persuasion. El uso de tales argumentos dirigidos a reforzar

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o crear el poder de las ideas para convencer -especialmente si las ideas eran nuevas y la audiencia estaba indecisa o refractaria-, es en cierto modo un fenomeno abandonado en historia de la ciencia. Sin embargo, estaba muy lejos de haber sido abandonado por algunos de los mas grandes innovadores. Tanto Galileo como Descartes eran maestros en las tecnicas retoricas de persuasion de su tiempo. Galileo dedico al menos tanta energia a intentar establecer la identidad de la ciencia natural en la cultura intelectual contemporanea suya como a resolver problemas fisicos particulares. El condujo todas sus contro-versias a dos niveles: uno concerniente al problema fisico en cues­tion; el otro a una elocuente defensa de su concepcion de la ciencia natural como empresa de resolucion de problemas, distinta de la exegesis filosofica o teologica de las autoridades, de un ejercicio literario, de una negociacion comercial o legal, de la magia y demas. Su comprobacion de la validez de una explicacion general era su capacidad de incorporar la solucion de problemas particulares. Des­cartes argumentaba igualmente a dos niveles, lo cual era, por su-puesto, una necesidad general en un periodo en que la naturaleza del movimiento cientifico era todavia, en cierta medida, una cuestion abierta y en que sus metodos y estilos de razonamiento aceptados se estaban estableciendo aiin. Charles Lyell despues de estudiar leyes practico como abogado, y se comporto como un habil letrado para presentar su concepcion uniformista de la geologia como la linica aceptable y para desacreditar la hasta enlonces reconocida concep­cion catastrofista rival. Tambien Charles Darwin formulo su argu-mento en el Origin of Species sobre la evolucion por seleccion natural como un informe legal: insistiendo en la evidencia, demoliendo las explicaciones rivales, proponiendo su propia solucion, planteando dificultades contra ella, enfrentandose a ellas una a una, y finalmente concluyendo que la suya era la linica explicacion plausible que podia dar cuenta de todas las diversas categon'as de hechos que debian considerarse. La persuasion se ha dir igido obviamente a la difusion de las ideas cientificas, tanto al complejo nivel de la comunidad cientifica como entre el publico en general.

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La asimilacion de las ideas cientificas por una sociedad y sus interacciones con las creencias aceptadas a varies niveles de educa-cion constituyen cuestiones de gran interes para la historia de la ciencia, de las ideas y tambien de las mentalidades. Para una ade-cuada antropologia historica de la ciencia, para una verdadera histo- ^ ria de la experiencia de la naturaleza mediatizada por la vision y los ' compromisos especificos de una sociedad en particular, necesitamos tener presente que muchas de las categon'as con las que nosotros en Occidente comprendemos ahora tanto al hombre como la naturaleza, las satisfacciones intelectuales, morales y materiales que demanda-mos y los metodos a traves de los cuales las alcanzamos, nunca fueron compartidos por toda la humanidad y han llegado a ser nuestros solo a traves de un largo proceso de orientacion y reorientacion. Ademas, las perspectivas cientificas tuvieron siempre que enfrentarse en las sociedades occidentales a otras visiones de la existencia que ofrecian explicaciones y satisfacciones muy diferentes, con propositos bien distintos. El elemento dominante en la cultura occidental siguio siendo, durante mucho tiempo despues de! siglo XVII , la teologia. El problema historico consiste en ver como los diferentes intereses y categorias influyeron y fueron influidos por las ciencias de la naturaleza surgidas en el mismo ambiente. Nos cnfren-tamos con estilos y metodos a la vez de oposicion, de acomodacion y finalmente quizas de adopcion y uso, que tienen mucho en comun en su dimension intelectual y social, sea en la respuesta a nuevos retos de la ciencia o de la teologia. Hay paraleHsmos ilustrativos entre la difusion en el seno de una sociedad de las ideas cientificas y de las teologicas. Lo que no debe olvidarse al trazar esa popula-rizacion cientifica o de las creencias o practicas religiosas, es el origen de tales ideas, procedente por lo general de los niveles de pensamiento mas elevados, originales y tal vez dificiles, por la capacidad exclusiva de las personas mas instruidas. Las fuentes documentales a ese nivel siguen siendo una parte esencial de nues­tros datos historicos. .•, -.xu-nr.

Puede aportarse mucha luz sobre las orientaciones intelec­tuales de la sociedad europea por medio de sus aprehensiones

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mudables de su propio pasado y de los programas que han sido proyectados a partir de ellas. Debemos ver la historiografia de la ciencia, en su presentacion de tales aprehensiones de la historia de la cultura intelectual occidental, como parte integrante del movi-miento cientifico mismo. C u a n d o los filosofos del siglo XII se repre-sentaban a si mismos como enanos a hombros de los gigantes de Grecia y Roma, o como H u g o de San Victor y Roger Bacon entre-veian la restauracion de la semejanza divina en el hombre caido en la restauracion de las artes y las ciencias, o buscaban, en los siglos X V y X V I , la guia de una sabiduria hermetica de presuntn antigiie-dad mosaica, o insistian en el siglo X V I I en que estaban haciendo algo enteramente nuevo, todos ellos estaban haciendo evaluaciones del pasado que implicaban programas de accion futura. L o mismo puede aplicarse al uso valorativo de terminos historicos como E d a d Oscura o Media, Renacimiento, Reforma, N u e v a filosofia, Ilustraci6n y demas. Todos ellos pueden decimos mas acerca de los periodos en que fueron inventados que acerca de aquellos a los que se refieren. La historiografia de la ciencia desarrollada durante los siglos X V I a X V I I I con el m i s m o estilo valorativo que parte de una investigacidn historica mas general, fue iniciada especialmente por Jean Bodin y otros historiadores franceses con tempo raneos, en el seno de la histo­ria de la civilizacion. S u metodo consistia en establecer comparacio-nes entre las civilizaciones presentes y pasadas, para aportar u n diagnostico de las causas comunes de sus origenes, progresos, regre-siones o diversificacion. Se convirtio en una taxonomia que implica-ba la reconstruccion de las sociedades humanas del pasado, para lo cual sus artes y sus ciencias constituian la evidencia primaria. Francis Bacon y Leibniz utilizaron nuevamente este metodo para establecer un programa para la historiografia de la ciencia y una t u n i c a que investigara la causalidad historica y proporcionara direc­trices para una terapia y una accion presente y futura. E l programa suponia que la causalidad era el objeto de estudio adecuado, tanto de la historia del hombre como de la historia natural, y que era posible descubrir constantes de comportamiento en individuos y en sociedades humanas, como lo era en las cosas naturales. Los mode-

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los eran Tucidides y la medicina. De este modo la historia adquiri6 u n metodo tanto para reconstruir el pasado como para predecir el futuro posible.

Este programa filosofico aporto u n motivo duradero para el estudio de la historia de las ciencias y las artes. Daniel Leclerc, al trazar metodos y descubrimientos ofrecio su Histoire de la medeciiw, ou I'ou void I'oripne et le pro^^res de cet art, como u n intento de "entrer dans I'esprit de chaque siecle, et de chaque auteur" (Avertissemetit, 1689). Fue Fontenelle quien promovio principaimente lo que el llamo en su Elojiii' de Leibniz "I'histoire de I'esprit humain" como historia filosofica, centrada en las ciencias y las artes, que habia de descubrir las causas de sus progresos y guiar el futuro. E n este estilo, la historia de la ciencia se desarrollo como una disciplina de erudicion especialmente en Francia. Buen ejemplo son el Discours preliminaire (1751) de d 'Alembert y numerosos articulos de diversos autores de la Encyclopedie; la magistral Histoire des mathematiqiies (1758) de Jean-Etienne Montucla, los atractivos voliimenes de la historia de la astronomia antigua, modema y oriental (1775-1787) de Jean-Sylvain Bailly y, a finales de siglo, u n a avalancha de historias especializadas de todas las principales ciencias y artes de Europa, con algunos comentarios tambien de las de otros lugares. Los historiadores filosd-ficos franceses del siglo X V I I I integraron asi la historia filosofica de la ciencia en la cultura intelectual general de Europa y en la concien-cia historica de si misma y de su contexto en un mundo mas amplio. L a historia de la ciencia se hizo, al mismo tiempo, parte del movi-miento historiografico profesional de forma menos programatica y mas factual. La escuela historica de Gottingen comenzo sobre todo a aplicar los metodos de la filologia clasica y biblica y de la diplom^-tica para producir una historia general de la experiencia humana, que mostraria "la concatenacion de los materiales de la historia universal",-^ incluyendo en su amplia vision la historia de gobiemos

5 A U G U S T L U D W I G S C H L O Z E R , Weltgeschichte nach ihren Haupt-Theiien im Auszug und Zusammenhang. Vol. I (Gottingen, 1785), p. 73-77. Cf. p. 120.; H . B U T T E R F I E L D , Man on his Past (Cambridge, 1955), p. 6 y ss.

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y religiones, de artes y ciencias, y demas. Era una vision y una estrategia que se vio alterada, estrechada y ensombrecida durante el siglo XiX por el auge en el dominio academico de los historiadores de orientacion politica y constitucional, que separaron lo que ellos llamaban historia de su contexto en todos los otros aspectos de la experiencia humana. En tales circunstancias, la historia de la ciencia, el arte, la filosofia, la religion y el pensamiento en general vinieron a ser consideradas como de interes exclusivo del especialista.

La concepcion del siglo X V l l l de la historia de la humanidad como esencialmente la historia de la cultura intelectual -a pesar de las distintas formas que adopto en pensadores italianos, franceses, escoceses y alemanes- era indudablemente demasiado simple. Cabe desear que la historia de la humanidad se plantee con una base mas empirica como historia de las creencias, memorias, habitos, disposi-ciones, acciones y demas, de los hombres y mujeres en sociedades y circunstancias de m u y diferentes tipos. Pero a causa de la virtual exclusion de la historiografia aceptada academicamente de lo mas caracteristico de la experiencia humana, que es la historia del pensa­miento, el estudio de la historia ha experimentado un enorme empo-brecimiento, del cual sufre todavia. El t ipo ordinario de historiador academico, refugiado en la historia politica y cargado de prejuicios negativos, que utiliza en su propio interes, ha adquirido escasos conocimientos de la historia del pensamiento y de sus fuentes en cada periodo historico, poca competencia en las disciplinas analiticas de filosofia, ciencia, economia y demas, y poca preocupacion por sus deficiencias. Incursiones estimulantes en la historia social e intelec­tual demasiado a menudo acaban, por la misma razon, en una simple presentacion de impresiones, una mezcla de evocaciones agradables de ambientacion, sin analisis y sin relacion con el pensa­miento dure [hard thouf^ht] que es la fuerza creativa en cualquier cultura intelectual. De igual modo, restringir el estudio de la historia de la ciencia o de cualquier otra historia al pasado reciente, en

, funcion de su relevancia para nuestra condicion presente, empobre-ceria enormemente nuestro conocimiento de la variedad de expecla-tivas y experiencias humanas a lo largo de distintos periodos y

sociedades. EUo debilitaria las comparaciones que son esenciales en la explicacion historica. M u y a menudo la historia reciente es la menos relevante para nuestra comprension de los problemas del presente.

La historiografia es un dialogo entre un presente que interro- -ga y un pasado que es interrogado. Separado para siempre de ese pasado vivo, el historiador que interroga en el curso de su propio oficio puede reconstruir solo a partir de lo que ve y entiende. Tiene que ser claramente competente para entender las fuentes que definen la historia de cada una de las formas de la experiencia humana y colocarlas en su contexto. El contexto sera mas amplio y puede ser menos menos exigente tecnicamente que la experiencia cientifica de una sociedad, pero seria tan absurdo -por esa o por cualquier otra razon- afrontar la historia de la ciencia como la historia social del contexto sin el contenido cientifico, como plantear la historia de la ^ musica sin musica o la historia del arte visual sin la pintura y sus tecnicas, o la historia del parlamento sin ley constitucional. Los requisitos de competencia tecnica, tanto cientifica como lingiiistica, y de competencia sensibilidad historica de muchos tipos, tienen su aplicacion tanto a la historia tradicional del pensamiento cientifico como a los programas recientemente promovidos en diversas escue-las filosoficas; a las extravagancias no exentas de cierta profundidad intelectual de los estructuralistas franceses; a las prescripciones afir-mativas ampliamente difundidas en el mundo anglosajon desde la sociologia; al ingenuo dogmatismo parroquiano de las persuasiones neo-puritanas o neo-marxistas y a las presenlaciones de la historia que emergen de cualquier otra ideologia. La prueba no consiste en la prescripcion, cualesquiera que sean sus pretensiones, sino en el ejercicio de una cultura verdadera y sensible. Ver la historia de la ciencia, de la medicina y de la tecnologia a traves de los ojos del ^ interes politico o de la creencia popular es clasificarla de forma S contraria a la naturaleza esencial de su disciplina. Veria como un > programa calculado para obtener u n resultado politico es clasificarla fuera del conjunto de la cultura.

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Las preguntas que se le plantean a las fuentes pueden cambiar con el conocimiento y con el punto de vista, igual que un presente que interroga es sucedido por otro distinto. Cada uno puede ofrecer prospectivas nuevas. Estamos atentos al pasado por la experiencia del presente. Los europeos de la Edad Media y de comienzos de la Edad Moderna se dedicaron a recuperar las fuentes del pensamiento antiguo primero porque les proporcionaban mate-riales esenciales para su propio tratamiento de los problemas cienti-ficos y filosoficos y porque la experiencia antigua parecia ofrecer una guia para su propio desarrollo intelectual. El interes historico se centre entonces en aquellos aspectos de la ciencia precedente que se enmarcaban del modo mas natural posible en la consecucion de soluciones de problemas que tenia planteados el corpus de conoci-mientos cientificos aceptados entonces. Durante los siglos XVII I y XIX el progreso del momento hizo que se dirigiese la atencion hacia el progreso en el pasado y hacia las condiciones que lo hicieron posible. Nuevas experiencias contemporaneas en nuestro siglo recla-maron la atencion sobre experiencias paralelas del pasado hasta ahora no consideradas. El poder creciente del pensamiento probabilistico en la ciencia contemporanea y en la logica, por ejem-pio, ha promovido una mirada nueva hacia los contextos intelectua-les en que puede verse que los conceptos de probabilidad han sido de uso sustancial, notablemente en medicina, leyes y filosofia moral, desde la antigiiedad. El irracionalismo dramatico de nuestro tiempo ha sensibilizado del mismo modo hacia lo irracional en sociedades e individuos anteriores, y su estudio ha ofrecido incursiones historicas valiosas en si mismas, aunque dudosamente relevantes para el mo-vimiento cientifico. A i i n mas, nuestra experiencia contemporanea de la relatividad de las creencias y valores ha subrayado las diferencias en expectacion y comportamiento entre diferentes sociedades y cul-turas, como algo opuesto a una permanente simil i tud racional de todos los hombres. E incluso, si nuevas intuiciones derivadas de nuestra propia experiencia afectan a las cuestiones que nos plantea-mos en una antropologia historica comparada, la racionalidad basica de nuestro tratamiento de ellas permanece esencialmente estable. Si

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bien cada generacion, al desmantelar la historia escrita por sus predecesores a su imagen, vuelve a escribirla a la suya propia, estamos obligados por el entero proceso critico de la erudicion a distinguir la evidencia de la interpretacion.

Las preguntas pueden cambiar tambien segun las intencio- ? nes del que pregunta y segiin la disciplina. Un historiador que trata > de penetrar en la mente de sus sujetos, con el f in de captar sus problemas y expectativas ante la incertidumbre de un futuro desco-nocido, plantea sus preguntas a las fuentes con una intencion dife-rente del filosofo que busca en los materiales historicos constantes del pensamiento cientifico o del comportamiento social o individual . Una indagacion de esta indole puede iluminar ei analisis historico al permitirnos distinguir lo historicamente accidental de los elementos logicamente esenciales en la sucesion de los sistemas cientificos. Un analisis de la historia del pensamiento cientifico debe inevitablemen-te abarcar un analisis no solo de como los problemas cientificos se presentaron en si mismos en un tiempo dado, sino tambien la validez de sus soluciones en relacion con la naturaleza. Un conoci­miento del desarrollo entero de la tradicion intelectual de la ciencia natural, las matematicas, la logica y la filosofia permite al historiador contemplar los problemas y las maniobras intelectuales de Arquimedes, o Alhazen, o Descartes, o Darwin en un campo de posibilidades mucho mas extenso del que divisaban esos mismos pensadores, y formar una apreciacion de sus logros y limitaciones desde el punto de vista mas amplio ofrecido por la tecnica y el conocimiento subsiguientes. Como sus fines peculiares estan clara-mente reconocidos, el analisis logico y el historico pueden alumbrar-se mutuamente. Algunas percepciones en la historia del pensamiento cientifico se hicieron posibles solo por un conocimiento matematico o cientifico mas reciente. De igual modo, hay posibilidades fructife-ras, por ejemplo, en la asociacion entre la historia de las tecnologias y el analisis cuantitativo de su uso y efectos economicos. Siempre es necesario ser claro en las diferencias entre tales actividades. Lo que se puede lograr es considerar conscientemente el hecho de que los presupuestos, intereses y tecnicas de los propios historiadores cam-

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Las preguntas que se le plantean a las fuentes pueden cambiar con el conocimiento y con el punto de vista, igual que un presente que interroga es sucedido por otro distinto. Cada uno puede ofrecer prospectivas nuevas. Estamos atentos al pasado por la experiencia del presente. Los europeos de la Edad Media y de comienzos de la Edad Moderna se dedicaron a recuperar las fuentes del pensamiento antiguo primero porque les proporcionaban mate-riales esenciales para su propio tratamiento de los problemas cienti-ficos y filosoficos y porque la experiencia antigua parecia ofrecer una guia para su propio desarrollo intelectual. El interes historico se centre entonces en aquellos aspectos de la ciencia precedente que se enmarcaban del modo mas natural posible en la consecucion de soluciones de problemas que tenia planteados el corpus de conoci-mientos cientificos aceptados entonces. Durante los siglos XVII I y XIX el progreso del momento hizo que se dirigiese la atencion hacia el progreso en el pasado y hacia las condiciones que lo hicieron posible. Nuevas experiencias contemporaneas en nuestro siglo recla-maron la atencion sobre experiencias paralelas del pasado hasta ahora no consideradas. El poder creciente del pensamiento probabilistico en la ciencia contemporanea y en la logica, por ejem-pio, ha promovido una mirada nueva hacia los contextos intelectua-les en que puede verse que los conceptos de probabilidad han sido de uso sustancial, notablemente en medicina, leyes y filosofia moral, desde la antigiiedad. El irracionalismo dramatico de nuestro tiempo ha sensibilizado del mismo modo hacia lo irracional en sociedades e individuos anteriores, y su estudio ha ofrecido incursiones historicas valiosas en si mismas, aunque dudosamente relevantes para el mo-vimiento cientifico. A i i n mas, nuestra experiencia contemporanea de la relatividad de las creencias y valores ha subrayado las diferencias en expectacion y comportamiento entre diferentes sociedades y cul-turas, como algo opuesto a una permanente simil i tud racional de todos los hombres. E incluso, si nuevas intuiciones derivadas de nuestra propia experiencia afectan a las cuestiones que nos plantea-mos en una antropologia historica comparada, la racionalidad basica de nuestro tratamiento de ellas permanece esencialmente estable. Si

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bien cada generacion, al desmantelar la historia escrita por sus predecesores a su imagen, vuelve a escribirla a la suya propia, estamos obligados por el entero proceso critico de la erudicion a distinguir la evidencia de la interpretacion.

Las preguntas pueden cambiar tambien segun las intencio- ? nes del que pregunta y segiin la disciplina. Un historiador que trata > de penetrar en la mente de sus sujetos, con el f in de captar sus problemas y expectativas ante la incertidumbre de un futuro desco-nocido, plantea sus preguntas a las fuentes con una intencion dife-rente del filosofo que busca en los materiales historicos constantes del pensamiento cientifico o del comportamiento social o individual . Una indagacion de esta indole puede iluminar ei analisis historico al permitirnos distinguir lo historicamente accidental de los elementos logicamente esenciales en la sucesion de los sistemas cientificos. Un analisis de la historia del pensamiento cientifico debe inevitablemen-te abarcar un analisis no solo de como los problemas cientificos se presentaron en si mismos en un tiempo dado, sino tambien la validez de sus soluciones en relacion con la naturaleza. Un conoci­miento del desarrollo entero de la tradicion intelectual de la ciencia natural, las matematicas, la logica y la filosofia permite al historiador contemplar los problemas y las maniobras intelectuales de Arquimedes, o Alhazen, o Descartes, o Darwin en un campo de posibilidades mucho mas extenso del que divisaban esos mismos pensadores, y formar una apreciacion de sus logros y limitaciones desde el punto de vista mas amplio ofrecido por la tecnica y el conocimiento subsiguientes. Como sus fines peculiares estan clara-mente reconocidos, el analisis logico y el historico pueden alumbrar-se mutuamente. Algunas percepciones en la historia del pensamiento cientifico se hicieron posibles solo por un conocimiento matematico o cientifico mas reciente. De igual modo, hay posibilidades fructife-ras, por ejemplo, en la asociacion entre la historia de las tecnologias y el analisis cuantitativo de su uso y efectos economicos. Siempre es necesario ser claro en las diferencias entre tales actividades. Lo que se puede lograr es considerar conscientemente el hecho de que los presupuestos, intereses y tecnicas de los propios historiadores cam-

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bian con el desarrollo de estas disciplinas analiticas paralelas y determina una vision mudable del pasado que es tan obvia en la historia de la erudicion historica.

Todavia debemos distinguir lo que es comun de lo que es diferente en las historias del pensamiento cientifico y de las artes practicas. Las ciencias teoreticas y las artes practicas han mantenido estrechas y fructiferas relaciones desde la antigiiedad y contemplar a las unas sin las otras empobreceria nuestra comprension historica. La optica y la pintura, la aciistica y la musica, la mecanica y la ingenieria, la fisiologi'a y la medicina, por ejemplo, han compartido entre si, en distintas formas, una historia comiin tanto social como cientifica, problemas comunes y a menudo u n estilo intelectual comun. Pero aunque tengan mucho en comun, la ciencia y el arte poseen finalidades distintas. La ciencia analitica, como indagacion teoretica, tiene como finalidad la comprension y la explicacion. Su mision se ve completada despues de haber d iv id ido en piezas su objeto de estudio e identificado sus partes, y de haber comprendido como se ensamblan entre si y en un sistema teoretico mas amplio. En contraste con eilo, el objetivo de la medicina, como el de las artes visuales, la musica, la ingenieria y la politica y la moral practica, no es el analisis de las partes, sino los resultados producidos en el conjunto. El efecto buscado por la medicina es la salud, el bienestar "iorporal y mental del individuo singular. Esta finalidad la comparte casi mas con la religion que con la ciencia. En lo que se diferencia de la religion y por ello pertenece a la ciencia es en sus medios. De ahi la complejidad de establecer una relacion entre la historia moral e intelectual y la antropologia filosofica de la medicina y de la ciencia.

iPuede la historiografia ser verdadera? ^Podria ser escrita la historia sin una vision selectiva de los acontecimientos y sus relacio­nes, mas de lo que la ciencia natural puede proceder sin teoria? Pero entonces, ^es la historiografia mas bien un trabajo literario, un patron estetico o dramatico, que un ejercicio con el esencial control logico de la ciencia natural? El arte que desde la antigiiedad ha distinguido a la historia de la ficcion ha sido el control de la vision

Estilos de pensamiento cientifico 17 por la evidencia y la distincion, a traves de la erudicion critica, de la evidencia de la interpretacion. Shakespeare en su analisis del carac-ter humano ofrecio generalizaciones que reconocemos de inmediato como verdaderas, pero la luz que nos da la literatura consiste en aplicnr el analisis de un mundo imaginario a nuestra experiencia del real. La historiografia es un arte comprometido en indagar la verdad real y particular. La historiografia politizada, por el contrario, es una forma conocida de arte de ficcion, a modo de verdad, que durante una larga tradicion ha procurado alcanzar no a la verdad, sino a unos resultados. Su objetivo no era descubrir y comprender lo que ocurrio de hecho, sino presentar una reconstruccion de acontecimien­tos para promover o justificar la accion politica. Aspiraba, pues, mediante la distorsion o la supresion de la evidencia o mediante otros artificios retoricos de engafio a promover una linea partidista, o tal vez promocionar al autor mismo, explotando la confianza en que debe fundarse una verdadera republica de las letras. Es un mundo de verdades a medias con el que la veradera cultura debe vivir , pero no puede aceptar, porque

No hay vicio tan simple que no contenga alguna serial de vir tud en su apariencia ex­terna: ...en una palabra, la verdad aparente que el tiempo astuto crea para atrapar al mas sabio.

(£/ Mercader de Venecia, IIL2)

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II . La ciencia experimental y el artista racional*

El termino esencial es el termino itaVianovirtii que Leon Battista Albert! utilizo en el siglo XV para "aquellos dones de tanta virtud que Dios dio al alma del hombre, grandisima y prestantisima por encima de todos los otros animales terrenales".' Un hombre de

E*ublicado por primera vez en ingles en Daedalus, 115, (1986), 49-74. ' LEON BATTISTA ALBERTI, / Ubri della famiglia, a cura di C. Grayson (Opere volgari, 1, Bari, 1960), p. 133. Para una completa documentacion bibliografica de este articulo cfr. A.C. CROMBIE, Styles of Scientific Thinking in the European tradition, (London, 1993) G. Duckworth & Co.; tambien Science and the Arts in the Renaissance: the search for truth and certainty, old and new. History of Science, 18, (1980), 233-246 y en Science and the Arts in the Renaissance, ed. J.W. SHIRLEY y F.D. HOENIGER (The Folger Shakespeare Library, Washington D.C., 1985), p. 15-26, Philosophical presuppositions and shifting interpretations of Galileo. En: Theory and Change, Ancient Axiomatics and Galileo's Methodology: Procedings of the 1978 Pisa Conference on the History and Philosophy of Science ed. J . Hintikka, D. Gruender y E. Agazzi (Dordrecht, 1981), p. 271-286, Historical commintments of European Science, Annali dell'Istituto e Museo di Storia della Scienza di Firenze, 7, (1982), 29-51: estos y otros articulos estan incluidos en Science, Optics and Music in Medieval and Early Modern Thought (Hamblendon Press, London, 1986). Una version m^s breve del presente ensayo fue lei'da en el William College, Massachusetts, durante mi estancia como Visiting Bernhard Professor, en el encuentro organizado por el profesor Samuel Y. Edgerton j r . , en octubre de 1984, sobre "Art and science in related revolutions". Sobre las relacio-nes entre las artes y las ciencias en este periodo existen R. CAVERNI, Storia del metodo esperimentale in Italia, 6 vols. (Firenze, 1891-1900); L. •'

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yirtu -vocablo procedente de l l a t i n virtus que signi f icaba poder o capacidad- en el Renacimiento i ta l i ano era u n h o m b r e con capac idad inte lec tua l act iva para d o m i n a r cua lquier s i tuac ion, para hacer lo que se p r opon i a , como u n arqui tec to que produce u n edi f ic io de acuerdo con su proyecto : en contraste con a lgu ien a merced de la fortuna, d e l azar o la suerte, de los accidentes deb idos a c ircunstancias for tu i tas , imprev is tas y , p o r tanto , fuera de cont ro l .

La concepcion de l h o m b r e de virtu, el virtuoso que aspira al con t ro l rac ional y de ten ido tanto de sus p rop ios pensamientos, intenciones y acciones, como t amb i en de su en to rno , centra la aten-c ion sobre la esencia de las obl igaciones morales e intelectuales po r las que se engendro el m o v i m i e n t o c ient i f ico occ idental . La concep­c ion de virtu imp l i caba u n p r o g r a m a para re lac ionar a l h o m b r e con el m u n d o , como perceptor y conocedor y agente en el contexto de su Integra existencia mo ra l , social y cosmologica. E l p r og rama presupo-nia la es tab i l idad de la natura leza y de la h u m a n i d a d y de las relaciones entre ellas. Imp l i caba el c ompromiso de una v i d a exami -nada de razonada consistencia po r i g u a l en la v i d a inte lectual , pract ica y mo r a l , y engendraba u n estilo c o m i i n en e l d o m i n i o de si, de la natura leza y de la h u m a n i d a d por i gua l , med ian t e una ant i c i -pac i6n rac iona l de los efectos. •

Para entender ese est i lo c o m i i n , hay que hacer u n largo

recor r ido hasta los f i losofos, matemat icos , medicos, h is tor iadores y

OLSCHKI , Geschichte der neusprachlichen wissenschaftlichen Literatur ( I , Heidelberg, 1919; I I , Leipzig, 1923 y I I I , Halle, 1927); H .H . RHYS (dir.) Seventeenth Century Science and the Arts (Princeton, N.J., 1961); E. PANOFSKI , Ar t i s t , Scientist, Genius: notes on the Renaissance-Dammerung' , en: The Renaissance: Six Essays de W.K. Ferguson et al. (New York, 1962), p. 121-182; W.P.D. W I G H T M A N , Science in a Renaissance Society (London, 1972); y SHIRLEY y HOENIGER (dirs.) vid.supra; y sobre la mayor parte de las personas nombradas, vease el Dictionary of Scientific Biography, dir. CO . Gil l ispie, 16 vols. (New York, 1970-1980). > v,v, , ,,

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dramaturgos griegos, pues ellos p r opo r c i ona ron los mode los , tanto para el m o v i m i e n t o c ient i f ico med i eva l y de comienzos de la era mode rna , como para las artes plasticas, musicales y l i terar ias de ese t i empo . Seguramente no fue acc idental que la m i sma cu l tu ra p r o d u -jera ciencias y artes basados po r i gua l en expectativas estables, sean fisicas o morales: una ciencia de la natura leza es t ructurada matema-tica y causalmente, u n d r a m a es t ruc turado mora lmente , y una p i n -tura y una mus ica cada una de ellas es tructurada matemat icamente para alcanzar sus efectos dramat icos o esteticos. E l virtuoso era entonces el art ista rac iona l en todo , e l que proyectaba sus in tenc io ­nes antes que nada med iante u n analisis menta l p r ev i o a ejecutarlas con las manos , tanto s i se dedicaba a la invest igac ion matemat ica o exper imenta l , a la compos ic ion art ist ica, a la consecucion de l b i en p r i v a d o o pub l i c o med iante u n t emperamento gu i ado po r la recta razon, o como u n po l i t i co o p o r t u n o a calcular a pa r t i r de las regular idades de la experiencia h u m a n a , las formas mas eficaces de maqu inac i on . E n este sent ido, podemos entender el t e r m i n o virtuoso -=> como d iagnost ico de la c i v i l i zac ion occ idental , d i s t in ta de otras "* c iv i l i zac ione de comparable o m a y o r an t i g i i edad y m a g n i t u d .

T a m b i e n el d iagnost ico es una f o rma rac iona l par t i cu la r de cegarse po r la razon, que pod r i amos I lamar sindrome del idiota ciego. M e ref iero a la h is tor ia de aque l o rdenador p r og ramado para hacer traducciones a l que se ind ico que t radujera de l ingles al ruso y despues nuevamente al ingles la frase: " O u t o f s ight , o u t of m i n d " [ fuera de la v is ta , fuera de la mente l . T raduc ida nuevamente de l ruso la frase decia: " B l i n d i d i o t " [ id io ta ciego] . Este t i p o de prob le -mas ha su rg i do de percepciones que s imp l i f i can en exceso o, en otros t e rminos , no a lcanzan a comprender lo que exist ia, en este caso, en l engua inglesa. En cada cu l tu ra y en cua lqu ie r epoca, los hombres han exper imentado su m u n d o a traves de una v i s i on par t i cu lar de la existencia y de l conoc imiento . El lo def ine su esti lo ^ cu l tura l . La incapac idad de la v i s i on europea de comprender lo que ' existia, por cuanto era inesperado, se ha mani festado en abundanc ia en los relatos de la expans ion europea en u l t r amar , tanto en las

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diversas partes de Asia , como en America o en el sur del Pacifico.^ Las incapacidades de comprension cientifica a menudo han acompa-fiado a las revelaciones ofrecidas por nuevos instrumentos como el microscopio o el telescopio.^ L a historia del pensamiento cientifico esta plagada de ejemplos de incluso las mas originales mentes cientificas que no aciertan a comprender o incluso a reconocer ciertos fenomenos, porque no habrian podido existir en el seno de su poderosa v i s i o n teorica. L a s barreras tecnicas p u e d e n hacer inobservables los fenomenos: las barreras conceptuales los ponen fuera de la mente. ;).•>; v i ^ i i v

E l estilo comun a las ciencias y las artes occidentales puede ilustrarse mediante unos cuantos ejemplos, a traves de los cuales se Kara palpable el modelo en el cual, en una diversidad de contextos, la virtii estructuro incluso eventualmente la propia fortum. Por eso escribio Platon: u n arquitecto empleo la teoria tecnica aportando el analisis previo y el proyecto, como una 'ciencia directiva' {.Politico 260A-B) para controlar la construccion de u n edificio por medio de la mensuracion y el calculo. Porque "todas las artes y formas de pensamiento y todas las ciencias emplean.. . el numero y el calculo" (Republica, 7, 522C). Cualquier artista o artesano al hacer alguna cosa "tiene antes en su mente la forma o idea" (X,596B) de lo que tiene que hacer. Ese era su modelo, igual que el divino hacedor modelo el mu ndo a partir de las formas eternas iXimeo 28A-30C, 46C-48D, 53B).

2 Cf. B E R N A R D S M I T H , European Vision and the South Pacific: a study in the history of art and ideas. (Oxford, 1960); B.M. S T A F F O R D , Voyage into Substance: Art, Science, Nature and the illustrated travel account, 1760-1840. (Boston, Mass., 1984). 3 Cf. G . L . E . T U R N E R , The microscope as a technical frontier in science. E n : Froceedings of the Royal Microscopical Society, 2, (1967), 175-197; L B . C O H E N , The influence of theoretical perspective on the interpretations of sense data: Tycho Brahe and the new star of 1572, and Galileo and the mountains of the Moon. Annali dell'Istituto e Museo di Storia delta Scienza di Firenze, 5, (1980), 3-134; I. H A C K I N G , "Do we see through a microscope?" Pacific Philosophical Quaterly, 62, (1981), 305-322; S.Y. E D G E R T O N jr . (1984), (1985), vide infra, notas 30 y 31.

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A veces en nuestras percepciones "nos quedamos satisfechos con el juicio de nuestros sentidos (Republica, 7, 523B), pero a veces los sentidos solos no pueden resolver las contradicciones o ilusiones aparentes producidas por la naturaleza o por el arte, como cuando una dimension aparente varia con la distancia, o cuando u n baston sumergido parcialmente en el agua parece curvado, o en "muchos trucos de ilusion, como en la pintura paisajista o en los juegos de prestidigitacion. Pero las ilusiones pueden desvanecerse midiendo, contando y pesando. Y a no estamos a merced de los sentidos; la razon toma el control" (X, 602C-3B). E l arte entonces se encuentra en las fronteras entre la verdadera representacion y la ilusion". Por una parte estaba "la produccion de semejanzas, como crear una copia que se ajusta a las proporciones del original en las tres dimensiones con cada una de sus partes adecuadamente coloreada": eso se Uamo cortesmente retrato [cikon]. Pero cuando, por ejemplo, la verdadera proporcion de una gran escultura era distorsionada para que pare-ciese correcta al ser vista desde abajo, eso solo "es u n retrato en apariencia", pero de hecho es una mera "semblanza" [phantasmata] producida por el arte (Sofista 225D-6C). Las artes plasticas eran como la sofistica, que ganaba a los oyentes "por medio de palabras que enganaban el oido, "mostrando imagenes [eidola] de todas las cosas en un discurso que es u n juego de sombras que les hace creer que estan escuchando la verdad." (234C)

Los sofismas de la retorica no iban destinados a la verdad sino solo a la persuasion; pero todo maestro de la persuasion puede compartir metodos comunes de argumentacion con u n cientifico autentico que busca una meta distinta. Platon comparaba los meto­dos de la retorica con los de la medicina. C a d a uno, con el fin de alcanzar su objetivo, debe descubrir la verdadera naturaleza de su objeto. L a retorica debia captar la naturaleza del alma para ver como ser capaz de persuadirla; la medicina tenia que captar la naturaleza del cuerpo a fin poder sanarlo o curarlo: " E n ambos casos hay que analizar la naturaleza... si hay que proceder cientificamente y no simplemente por practica o rutina, para impartir salud y fortaleza al cuerpo prescribiendo remedies y dieta, o mediante discursos y

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aprendizaje adecuados para dar al alma la v i r t u d y creencias desea-das." A l final de su analisis, el retorico cientifico "clasificara los tipos de discurso y los tipos de alma, y las diversas formas como las almas se ven afectadas, explicando las razones en cada caso: sugi-riendo los tipos de alocucion adecuada para cada tipo de alma y que tipo de discurso puede emplearse para engendrar credulidad en un alma e incredulidad en otra, y por que es asi." Porque "determinado tipo de oyente sera facil de persuadir por medio de cierto tipo de alocuciones, para realizar tal o cual accion, por tales o cuales razo­nes; mientras que otro sera dif ic i l de persuadir. Todo ello es lo que debe captar plenamente el orador y a continuacion observar si realmente se produce en la conducta humana." Cuando el estudiante de retorica que ha captado la teoria pueda colocar a cada persona en esta clasificacion de caracteres y pueda saber como manejar la ocasion para los trucos adecuados "entonces y no antes ha alcanzado bien y verdaderamente el arte". "Quien quiera ser u n brillante orador no tiene que preocuparse en absoluto de la verdad de lo que es una conducta justa o buena" n i "quienes sean hombres buenos y justos... En los tribunales de justicia nadie se preocupa por la verdad en estas cuestiones, sino solo por la persuasion y esta se propone alcanzar el proposito perseguido con lo que resulta mas aparente". Quien quiera ser u n maestro de la persuasion debe prescindir de los hechos o sustituirlos de acuerdo con sus necesidades y decir "adios a la verdad para siempre." Entonces estara "equipado con el arte comple-to". {¥edro, 269D-73A).

Platon dehneo muy claramente en este relato los objetivos de la potencia racional sobre su objeto de estudio, que habrian de definir la tradicion racional occidental en su conjunto, tanto en su btisqueda de la verdad como en la persuasion hacia la creencia o la accion. El establecio de forma sistematica por primera vez en sus diversos escritos el hecho historico de que el dominio de la compren-sion cientifica racional Uevaba consigo la capacidad de manipular materia y mente por igual. La ingenieria fisica y la ingenieria social han adquirido la misma forma y la persuasion de la aceptabilidad cientifica (igual que la artistica) de cualquier proposicion o acto se

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convirtio tanto en parte integrante de la tradicion cientifica como en prueba demostrativa.

Se gun Aristoteles, todo lo constituido por la naturaleza "po-see en si un principio de movimiento y de quietud" {Fisica, II, 1, 192B 14-15). Por el contrario, el arte imponia un principio exterior de cambio, pero "el arte imita la naturaleza" y por consiguiente formaba parte de la ciencia natural (//, 2, 194a 22-23). Porque, "si una casa hubiese sido hecha por la naturaleza, habria sido hecha exactamente como lo ha sido por el arte; y si las cosas hechas por la naturaleza estuvieran hechas por el arte, lo estarian exactamente del mismo modo...; en general, el arte imita parcialmente a la naturaleza y en parte completa lo que la naturaleza no puede completar." Por eso, "si el arte de construir navios estuviera en la madera, produciria los mismos resultados por naturaleza" (//, 8, 199a 12-17, b28).

El arte, al comportar la capacidad de inventar por eleccion y deliberacion racional y por aprendizaje, distinguiria al hombre de otros animales. Solo el hombre "vive por el arte y el razonamiento". Por eso solo el hombre puede progresar. Aristoteles distinguia la "mera experiencia" de percepciones sensoriales particulates de la "experiencia conexa", en la que la memoria de lo particular Ueva al conocimiento de las regularidades generales. En este ult imo sentido, "la experiencia se parece mucho a la ciencia y al arte, pero en realidad la experiencia es la via a traves de la cual le vienen al hombre la ciencia y el arte." Porque "el conocimiento y la compren-sion pertenecen mas bien al arte que a la mera experiencia, y los artistas son mas sabios que los hombres que siguen la mera expe­riencia...; porque los primeros conocen la causa, pero los segundos no" {Metafisica, 1, 1, 980b25-981a28). Por eso, " en el caso de las cosas hechas, el principio esta en el hacedor; es tanto razon, como arte, como facultad" (VI, 1, 1025b22-3) y "todo lo hecho procede o de un arte o de una potencia o de un pensamiento...; del arte proceden las cosas cuya forma esta en el alma del artista" (VII, 7, 1032a25-bl). Asi , tanto en las artes practicas, productivas o teoreticas como en las ciencias, hay dos cosas esenciales: "Una es la eleccion del objetivo o finalidad correctos, la otra es el descubrimiento de las acciones que

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conduciran a alcanzarlo... En todas las artes y ciencias tanto los fines como los medios deben estar bajo control" (Politica, VII, 13, 1331b 25-37). Del mismo mode, en su comportamiento moral solo el hombre puede elegir e iniciar sus acciones y puede, mediante la practica guiada por la recta razon, cultivar el ingenio en la v i r tud o en el vicio, como en cualquier otro arte. Por eso, "la eleccion es tanto intelecto apetitivo como apetito racional, y el principio de accion es el hombre" (Etica a Nicomaco, VI, 2, 1139b4-5). Porque "el arte es identico a un estado de capacidad de producir, que supone un verdadero curso del razonamiento. Todo arte implica que algo Uegue a ser, es decir, inventar o considerar c6mo algo puede Uegar a ser lo que es capaz tanto de ser como de no ser, y cuyo origen esta en el hacedor y no en la cosa hecha". Es en la naturaleza y no en el arte donde las cosas existen "por necesidad" (Vl, 4, 1140a 1-16). Por consiguiente, mediante el arte, mediante la practica conducida por la razon, los hombres adquirieron ingenios para controlar cada faceta de sus vidas, bien sea realizando artefactos materiales, o bien con la

7manipulaci6n de plantas y animates y de sus propios cuerpos o de sus colegas, o cultivando la vir tud moral o el vicio.

La realizacion de la inteligencia humana en las artes y las ciencias se hizo posible por el hecho de que "el hombre es el linico de todos los animales que se mantiene erecto, de acuerdo con su esencia y naturaleza semejante a la de Dios" (De Parlibus Animalium, IV, 10, 686a 27-29), lo que hizo crecer con su cabeza los mas exactos sentidos de la vision y la audicion, y libero sus manos como

f instrumento, para hacer tanto cosas artificiales como otros instru-mentos. Asi , con la mente, el ojo y la mano, el hombre era el unico animal equipado para el avance tecnico.

Se daba una analogi'a entre el arte racional de la naturaleza y el arte racional del hombre: " Nuestra admiracion se estimula antes que nada por los fenomenos que suceden de acuerdo con la natura­leza, pero de ellos no conocemos la causa, y despues por los que se han producido por arte, al margen de la naturaleza para beneficio de la humanidad. La naturaleza a menudo opera contra la conveniencia humana;... cuando ademas tenemos que hacer algo contrario a la

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naturaleza, la dificultad que plantea nos deja perplejos y debemos acudir al arte para que nos ayude." Entonces, por "ingenio mecani-co...: dominados por la naturaleza, vencemos mediante el arte" (Me-cdnica, c.L, 847a 10-b 16). Se puede decir de alguien que ha compren-dido las revoluciones de los cielos, que "su alma es igual a la de aquel que las ha forjado en el cielo. Porque cuando Arquimedes imputo a una esfera (metahca) los movimientos de la luna, el sol y los cinco planetas, hizo lo mismo que el dios de Platon, creador del mundo en el Timeo; el hizo que una revolucion de la esfera contro-lara varies movimientos totalmente distintos en lentitud y en veloci-dad. Ahora bien, si en este mundo eso no puede hacerse sin dios, tampoco pudo Arquimedes ser capaz de imitar esos mismos movi­mientos sobre una esfera sin genio divino" (Ciceron, Tusculanae quaestiones, i , 25, 61-63).

Para investigar todas las diversas disciplinas del arte y la ciencia a las que Aristoteles impuso una forma racional similar, el empleo un metodo tambien similar de argumentacion por analisis y sintesis. Asi , apUco a la politica y a la fisica "el metodo que hasta ahora nos ha guiado. Como en otros apartados de la ciencia, igual en politica, el componente debe siempre resolverse en sus elementos mas simples o partes ultimas del todo" {Politica, I, 1, 1252a 19-24). A I igual que con los fenomenos fisicos, asi con el estado y la sociedad humana, el todo complejo debe primero analizarse en sus constitu-yentes elementales, para que pueda ser reconstruido a partir de esos elementos y asi comprendido cientificamente {Fisica, I, 1, 184a9-bl).

Aparte del Timeo, las principales obras de Platon se difundie-ron en el Occidente latino solo a partir de las traducciones latinas de Marsilio Ficino de finales del siglo XV, que fueron seguidas de ediciones del griego. Por el contrario, practicamente todo lo de Aristoteles era conocido a mediados del siglo XI I I , principalmente a traves de las traducciones llevadas a cabo durante la centuria ante­rior. Por eso las concepciones filosoficas sobre las relaciones entre la ciencia natural y el arte, y sobre la estructura de la argumentacion cientifica -tanto si conduce a la comprension cientifica como mas alia de ella, a la construccion artistica o ingenien'a- eran, a comienzos de

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la Europa moderna, predominantemente aristotelicas. Mas tarde, durante el siglo XVI, se manifesto la influencia de Platon junto con la d e los matematicos griegos, especialmente Arquimedes, ademas de nuclides, quien habia apor tado un modelo de argumentacion cientifica desde el siglo XIII.

El acercamiento original por el que los matematicos griegos habian descubierto u n orden abstracto mas alia del caos de la experiencia inmediata, era en el dominio de relaciones sencillas, como en las ciencias matematicas de la astronomia, optica, mecanica y acustica, que habian desarroUado con el mayor exito. Su indaga-cion para la explicacion de un fenomeno se convirtio en una biisque-da de los principios mas simples y de menor niimero que lo producirian. Entonces, cuando se postulaban los principios, debia producirse el fenomeno. Asi, explotaron la capacidad especulativa d e

/ la geometria, imponiendo de inmediato a los fenomenos su estructu-7 ra logico-deductiva y un modelo adecuado que delinease para cada ^uno de ellos su forma en el espacio. Euclides habia establecido el estilo clasico de postulacion, desarrollando primero en los Elementos una teoria racional del espacio geometrico. A partir de ella desarrollo en la Optica una teoria geometrica de lo que debe ser la vision en situaciones especificas, aceptando sus postulados, que tomaban el ojo como pun to de origen d e las lineas rectas de la vision. De forma semejante, en la Sectio canonis desarrollo una teoria d e la percepcion acustica a partir del postulado segiin el cual los sonidos se p rodu-cian por el movimiento, estableciendo entre ellos una relacion nume-rica, en la que la altura venia determlnada por la frecuencia. Euclides y otros matematicos griegos aspiraron idealmente a desarrollar su investigacion sobre los fenomenos de forma puramente teorica con su modelo geometrico o aritmetico. Mas tarde se dieron cuenta,

/ como Tolomeo en su Optica, que al explorar fenomenos complejos, ^ las hipotesis deben ser controladas por medio de la observacion y el

experimento, para poder decidir si un posible modelo teoretico produce las consecuencias que aparecen en el m u n d o real. El estilo d e argumentacion cientifica d e la optica se convirtio en el siglo XIII en Occidente en una de las maneras de postular controladas experi-

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mentalmente, especialmente a traves d e Tolomeo y mas tarde tam-bien d e Alhazen.

Ese se convirtio en el estilo del arte del Renacimiento. Ya en el siglo XII aparece como un programa en Domingo Gundisalvo, seguidor del filosofo arabe del siglo X al-Farabi: "El artista", escribio, "es el filosofo natural que procediendo racionalmente desde las causas de las cosas a los efectos, y de los efectos a las causas, busca los principios." Por eso, "lo que aparece en la vision", sea verdadero o ilusorio, la optica "enseha las causas que lo producen y lo hace mediante las necesarias demostraciones." Lo mismo sucede con la musica y con la ingenieria: "La ciencia de las maquinas y la ciencia para idear como pueden construirse todas las cosas..., cuyas medicio-nes se expresan y demuestran mediante teoria matematica, coinci-den... en los cuerpos naturales... Las ciencias de las maquinas ense-nan los modos de idear y averiguar como los cuerpos naturales pueden ensamblarse mediante cierto artificio, de acuerdo con el numero, de modo que se derive el uso que de ellos queremos hacer."'* Tambien en el siglo XIII escribio Robert Grosseteste: "Todas las causas de las fuerzas naturales deben darse por medio de lineas, angulos y figuras, porque si no fuera asi seria imposible tener conocimiento d e la razon [propter quid] que encierran."^ De ahi la necesidad de las matematicas en todas las investigaciones de filoso-fia natural. Asimismo, de acuerdo con el arquitecto frances Villard de Honnecourt , una generacion mas tarde, al construir y producir maquinas, como en el diseno y en el retrato "el arte de la geometria

DOMINICUS GUNDISALVUS, De divisione philosophiae, hrg. L. Baur (Beitrdge zur Geschichte der Philosophie des Mittelalters, 4, 2-3; Miinster, 1903), p. 10, 27, 112, 122; Cf. ALPHARABIUS, De ortu scientiarum, hrg. C. Baeumker {Ibid., 19, 3, 1916). - i . • ^ 5 ROBERT GROSSETESTE, De lineis, anguHs et figuris. En: Die philosophischen Werke, hrg. L. Baur (Beitrdge zur Geschichte der Philosophie des Mittelalters, 9; Miinster, 1912), p. 60; cf. A.C. CROMBIE, Robert Grosseteste and the Origins of Experimental Science, 1100-1700. (Oxford, 1953, 1971).

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d o m i n a y ensena" y "para que se p u e d a trabajar fac i lmente" debe ser t e n i d a en alta est ima p o r q u i e n "desee saber c o m o cada u n o debe trabajar."^ S in adentrarnos en cuestiones c o m o la s igni f i cac ion de tales p r o n u n c i a m i e n t o s p r o g r a m a t i c o s para la pract ica pa r t i cu la r , y de la s igni f i cac ion de las matematicas en di ferentes contextos y per iodos , p o d e m o s ver en ellos u n esti lo de jus t i f i cac ion rac ional que se repi te i n d e f i n i d a m e n t e . N a d i e a r g u m e n t o tan insistentemente c o m o Roger Bacon en f a v o r d e l "poder de las matemat icas para las ciencias y para los asuntos y ocupaciones de este m u n d o . . . De esas ciencias, la puer ta y la Have son las matematicas" {Opus mains, IV, 1.1). Q u e

^ la f i losof ia n a t u r a l efectiva requer ia t a m b i e n arte pract ica e x p e r i m e n ­t a l era a f i r m a d o elocuentemente p o r el c o n t e m p o r a n e o de Bacon, Pierre de M a r i e c o u r t en su carta de 1269, De Magnete. Porque, escribia, "si b i e n es c ierto q u e el i n v e s t i g a d o r de esta cuest ion debe entender la naturaleza. . . t a m b i e n debe usar d i l i g e n t e m e n t e sus p r o -pias manos . " Entonces "sera capaz en poco t i e m p o de corregir u n e r r o r que n o p o d r i a correg i r en toda la e t e r n i d a d con solo las matematicas y la f i losof ia n a t u r a l , si no ha t e n i d o c u i d a d o con sus manos . Porque en las operaciones ocultas necesitamos en g r a n m e -d i d a la i n d u s t r i a m a n u a l , s i n la cual n o r m a l m e n t e nada p o d e m o s lograr . S in e m b a r g o , h a y m u c h a s cosas sujetas a las leyes de la r a z o n que n o p o d e m o s invest igar p lenamente con las manos."^

C o m p a r a n d o esto, mas b ien con las artes practicas q u e con ^ l a f i losof ia n a t u r a l , u n contemporaneo se pr e gunt a ba "en que clase

/de los intelectuales" colocar a A l b e r t i . E l respondia ; "Entre los c ien-'p,tificos naturales [physici\... Cier tamente . . . el ha nac ido solo para

^ inves t igar los secretos de la naturaleza . que matemat icas son las q u e n o conoce? Geometra , a r i t m e t i c o , a s t r o n o m o , m i i s i c o , el escribio

6 V I L L A R D DE H O N N E C O U R T , Krit ische Gesamtausgabe des Bauhiittenbuches ms. f r . 19093 der Pariser Nationalbibl iothek. H.R. Handloser (Wien, 1935), ff . I v , 18v, 19v.

PETRUS PEREGRINUS M A R I C U R T E N S I S , De Magnete, 1, 2, hrg . G. H e l l m a n n (Mara magnetica: Neudriicke von Schriften and Karten iiber Meteorologie und Erdmagnetismus, X, Ber l in , 1898). ( - .'••'-V--: : : r ; , j : * ' '

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m a r a v i l l o s a m e n t e mejor que n i n g i i n o t r o d u r a n t e m u c h o s siglos sobre perspectiva. . . Escribio sobre p i n t u r a , escultura. . . p e r o no solo escribio, s ino que la h i z o con sus p r o p i a s manos."^ El p r o p i o A l b e r t i explicaba en 1435: " A l escribir sobre p i n t u r a . . . para que nuestro discurso sea c laro, t o m a r e m o s p r i m e r o de los matemat icos aquellas cosas que parecen relevantes para el tema. C u a n d o las ha l lamos a p r e n d i d o , seguiremos adelante c o n lo mejor de nuestra capac idad para expl icar el arte de p i n t a r a p a r t i r de los p r i n c i p i o s basicos de la naturaleza. . . Despues i remos mas alia para i n s t r u i r al p i n t o r c o m o p u e d e representar c o n sus manos l o que ha concebido e n su m e n -te."^ A l b e r t i e jempli f icaba en su d e s c r i p c i o n d e l p i n t o r al h o m b r e de v i r t i i conscientemente ac t ivo , a l art ista rac ional que se crea a si m i s m o p o r m e d i o d e l conoc imiento , la tecnica y la pract ica cont inua . Su percepc ion de la analogia d e n t r o de la d i v e r s i d a d gobernaba t o d o su pensamiento . El buscaba en t o d o su trabajo una economia de expl icac ion y de pract ica, que alcanzo ex t rayendo el p r i n c i p i o gene­r a l q u e se esconde e n cada mater ia , t an to e n la perspect iva p ic tor ica , en las variaciones anatomicas d e l c u e r p o h u m a n o c o m o en De Sculplura, en a r q u i t e c t u r a c o m o e n De re aedificatoria, en la t o p o g r a f i a como en la Descriptio urbis Romae y Ludi rerum mathemalicarum, en las ) relaciones de la lengua vernacula itaUana con el l a t i n clasico, c o m o en las Regule lingue florentine, en el arte de c i f rar c o m o en De cotnponendis cifris, o en su teoria de la v i d a m o r a l . E l busco en t o d o m o m e n t o c o n v e r t i r la teoria en pract ica y encontrar asi su c o n f i r m a -c ion m e d i a n t e la observacion. De este m o d o , la virtu tanto m o r a l ^ como cienti f ica tenia que cul t ivarse p o r m e d i o d e l analisis rac ional de la experiencia personal y contemporanea , y m e d i a n t e el d i a l o g o con otros h o m b r e s tanto d e l presente c o m o d e l pasado q u e h u b i e r a n recogido la experiencia y las ref lexiones de la h u m a n i d a d . El f i n u l t i m o d e l h o m b r e en su v i d a n a t u r a l sobre esta t ierra era el de

C. L A N D I N G , Commento... sopra la Comedia de Dante Algheri (Firenze, 1491), f. I V r .

A L B E R T I , De Pictura, l,\y 24, ed. C. Grayson en On Painting and on Sculpture (London, 1972), p. 58.

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cul t ivarse a s i m i s m o m e d i a n t e la r a z o n , la tecnica y las letras, c o m o u n a obra de arte b i e n compuesta y contro lada . Era u n i d e a l h u m a -nista ar is tote l ico v i s t o t a l vez c o n escepticismo p o r parte de a lgunos contemporaneos mas toscamente empef iados en el m u n d o rea l , p e r o su p r i n c i p i o de c o n t r o l rac i ona l e n u n a v i d a e x a m i n a d a f o r m o par te d u r a n t e m u c h o t i e m p o de la t r a d i c i o n a l teor ia m o r a l cr is t iana. Para A l b e r t i era la base tanto de la responsab i l idad personal c o m o social que l l evaban consigo todas las ac t iv idades y obras h u m a n a s . De a h i la necesidad tanto de la educac ion c o m o d e l c o n t i n u o esfuerzo en la

'prac t i ca de la virtu, pues solo ella p o d r i a f renar los azares de la " injusta y malevo lente fortuna" {1 libri della famiglia, p r o l o g u e , p . 3). D i e s d o t o al h o m b r e de u n a virtu innata y es o b l i g a c i o n nuestra c u l t i v a r l a , t an to para nosotros m i s m o s c o m o para nues t ro trabajo "para que los t i e m p o s pasados y los presentes sean de a y u d a a los q u e t o d a v i a no b a n nac ido" (Profugiorum ah aerumna I, p . 122-123). " N u e s t r o p r i m e r y mas adecuado e m p l e o es el de ejercitar el p o d e r d e nuestra a l m a hacia la virtii", p o r q u e "solo a l h o m b r e entre los morta les le ha s ido d a d o invest igar las causas de las cosas, e x a m i n a r si sus pensamientos son v e rdade ros y sus acciones buenas" (De iciarhia I, p . 198, 212). A l m i s m o t i e m p o , debe v i v i r responsablemente en benef ic io de los demas , sobre t o d o para "la just ic ia y la v e r d a d " ill, p . 286). 10

Todas las artes practicas proceder ian , pues , de u n analisis rac ional de los objetos y de los objet ivos d e l arte , para su rea l izac ion en u n a representacion adecuada o m a n i p u l a c i o n , o uso de los p r o -ductos d e l analisis. Las artes practicas, i g u a l q u e la ciencia n a t u r a l , se h i c i e r o n a u n t i e m p o a l tamente inte lectual izadas y controladas c o n prec is ion . Ese era e l nexo inte lec tual q u e u n i a a A l b e r t i con sus contemporaneos , Ni co l as de Cusa, Paolo d a l Pozzo Toscanel l i , G e o r g

JPeurbach y Piero de l la Francesca, en su busqueda c o m i i n de u n lespac io geometr ico c u a n t i f i c a d o y de tecnicas para su m e d i c i o n e n

a s t r o n o m i a y car tograf ia , c o m o en opt ica y en p i n t u r a . Y t a m b i e n

A L B E R T I , Opere volgari, edicion a cargo de Grayson, I (1960) y I I (1966), vide supra, nota 1.

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mas tarde u n i r i a a L e o n a r d o da V i n c i y A l b e r t o D u r e r o , c o m o a los musicos F r a n c h i n o G a f f u r i o , L o d o v i c o Fogl iano y sus sucesores en la busqueda d e u n a mi is i ca cuant i f i cada ar i tmet i camente que se acomo-dara a las exigencias d e l o i d o h u m a n o . C u a n d o D u r e r o escribio que " u n b u e n p i n t o r esta l l eno de f i g u r a s p o r d e n t r o " , que surgen "de las ideas innatas de que hablaba Platon",^^ estaba presentando u n a teoria estetica de u n artista con educac ion f i losof ica y conoc imientos t t o i c o s de matemat ica practica. Este p r o g r a m a se c o n v i r t i o en u n t6pico . A s i , decia G i o r g i o Va l la : "el artista razona c u a n d o quiere a lgo p o r s i m i s m o , l o forja y f o r m a i n t e r n a m e n t e , y de acuerdo con eso realiza u n a i m a g e n de a q ue l lo que debe ser representado . " '^ y M a r s i l i o F ic ino a f i r m a : "^Que es u n a obra de arte? La mente d e l artista p l a s m a d a e n u n a mater ia separada de ella. i Q u e es u n a obra de la naturaleza? La mente d e la naturaleza en la m a t e r i a que esta u n i d a a ella. . . Y l o que es destacable es que las artes h u m a n a s c o n s t r u y a n p o r si m i s m a s l o q u e la naturaleza m i s m a const ruye , c o m o si n o fuesemos esclavos de la naturaleza s ino sus r ivales ." Pero, "no t o d o el m u n d o p u e d e discernir p o r m e d i o de que p r i n c i p i o y de que m o d o , la obra de u n art ista in te l igente , ar t is t icamente constru ida , a d q u i e r e u n i d a d , s ino solo aquel q u e tiene el m i s m o poder d e l genio art is t ico [arfis ingenium}... Y aquel q u e tiene discer-n i m i e n t o p o r v i a de la semejanza de i n g e n i o p o d r i a c iertamente construir la m i s m a cosa u n a vez que la ha reconoc ido , s iempre que no faltasen los materiales ." Por eso, desde el m o m e n t o en que el h o m b r e ha v i s to y m e n s u r a d o el o r d e n de los cielos, " q u i e n negara que tiene u n genio (por asi dec ir ) casi ident i co a l d e l C rea d or de los cielos y que p o d r i a , en c ier to m o d o , crear los cielos si obtuviese los ins t rumentos y la mater ia celestial , ya q u e los c o n s t r u y e ya ahora , s i bien de mater ia di ferente , a u n q u e m u y semejante en su ordenacion."^^

I ' E. PANOFSKY, The Life and Art ofAlbrecht Diirer, 4a. ed., (Princenton, N.J . , 1955), p. 280. ' 2 GIORGIUS V A L L A , De expetendis et fugiendis opus, I, 3 (Venetiis, 1501).

M A R S I L I U S F I C I N U S , Theologia Platonica. IV, 1 , X I I I , 3 (Opera, • ' Basileae, 1576), p. 123, 295-297.

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Y Leonardo da Vinci: "La astronomia y las demas ciencias proceden por medio de operaciones manuales, pero antes que nada son men-tales como lo es la pintura, la cual esta primero en la mente de aquel que teoriza sobre ella, pero la pintura no puede alcanzar su perfec-cion sin la operacion manual."' '* Pero, "aunque la naturaleza parte de la razon y acaba en la experiencia, para nosotros es necesario proceder a la inversa, es decir, comenzar... por la experiencia y con ella investigar la r a z o n . " " N o hay efecto en la naturaleza que no tenga una razon: si entiendes la razon no necesitas el experimen-to." '^ "Oh estudioso de las cosas, no te alabo por el conocimiento que las cosas de la naturaleza, a traves de su propio orden, hace naturalmente evidentes por si misma; sino lo hago por el gozo en el conocer la finahdad de aquellas cosas que son diseiiadas por nuestra propia mente."

Cuatro obras antiguas que proyectaban en esta misma direc-cion las concepciones desarroUadas en el siglo XVI sobre las relacio-nes entre las artes y las ciencias fueron la Mecanica de Aristoteles, los Automata de Heron de Alejandria, el comentario neoplatonico de Proclo sobre el primer libro de los Elementos de Euclides y el De Architectura de Vitrubio. Asi se expresa Vitrubio sobre el arquitecto: "Sus obras nacen tanto de la construccion como del razonamiento" ( I , L I ) . Los hombres se instruyeron en proyectar los ingenios [machinae] e instrumentos [organi] necesarios para mejorar las artes materiales al imitar la "naturaleza maquinada" [natura machinata] " (X, 1, 4)

'4 LEONARDO DA VINCI, Treatise nn painting. Codex Urbinas Latinus 1270,1, 29,1, 35, trad. AA.P. McMahon (Princeton, N.J., 1956): una compilacion postuma. '-̂ LEONARDO DA VINCL Les manuscrits... de la Bibliotheque de rinstitut, codex E„ f. 55r, publicados...por... C. Ravaisson-Mollien (Paris, 1888). ••^•i..A -

LEONARDO DA VINCI, II Codice Atlantico nella Biblioteca Ambrosiana di Milano... trascrizione... di G. Piumati, f. 147v (Milano, 1894-1904). •"̂ LEONARDO DA VINCI, Les manuscrits... Cod. G., f. 47r, par... Ravaisson-Mollien (1890).

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ejemplificada en las revoluciones celestes. Una exegesis de estos terminos procedente del comentario filologico a la traduccion italia-na mas antigua (1521) plantea la cuestion esencial: "Machitiatio... puede derivarse de inventar con engafio... delibero, ideo... la estrata-gema,... y por consiguiente emprendo, pienso, maquino y... maquina u operador mecanico."'^ "Machina... Mecanica... es recomendable tanto por su semejanza fundamental imitativa de la obra divina de la construccion del mundo, como por la grande y memorable u t i l i -dad alcanzada... Y eso ademas... ha sido lievado a la practica por el ardiente deseo de producir en obras tangibles con las propias manos lo que se habia pensado con la m e n t e . " D a n i e l e Barbaro, en el principal comentario italiano del siglo XVI sobre Vitruvio escribio sobre Miguel Angel que "el artista trabaja primero con el intelecto y concibe en la mente, y despues marca la materia exterior con la forma interior."^** Pero "el intelecto del hombre es imperfecto y no es igual que el intelecto divino, y la materia, por decirlo asi, es sorda, y la mano no responde a la intencion del arte." De ahi que "e! arquitecto deba pensar muy bien y, para tener mayor certeza del i^xito de sus obras, procedera primero con el diseno de un modelo... e... imitara a la naturaleza, que no hace nada en contra de su hacedor. Sin embargo, no buscara cosas imposibles, tanto en ia forma como en la materia, que ni 61 n i ningi in otro pueden lograr."^'

Los li'mites de lo posible en la naturaleza fueron delimitados .igudamente por estos artistas racionales, cuyo proposito esencial era triunfar en la ejecucion practica de sus proyectos. Asi , Giuseppe

MARCUS LUCIUS VITRUVIUS POLLIO, De architectura libri decern, traducti de latino in vulgare, affigurati, commentati, I , 3 (Como, 1521), f. 18: comenzada por Cesare Cesariano y completada por Benedetto Giovio y Mono Mauro; vease P. GALLUZZI, A proposito di un errors del traduttori (le Vitruvio nel'SOO. Annali dell'Istituta e Museo di Storia delta Scienza de Fireme, I, 2 (1976), 78-80.

VITRIVIUS, Ibidem, X, \, comentario, f. 162v. 2" DANIELE BARBARO, I died libri delVArchitectura di M. Vitruvio, tradutti e commentati... Proemio (Vinegia, 1556), p. 9.

Ibidem, I , 3, p. 26.

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Ceredi, ingeniero y estudioso de los matematicos griegos insistia en que "estoy acostumbrado a practical tanto con la mente come con las obras", porque "recorde, como bien dijeron Aristoteles y Galeno, que ningiin arte o ciencia destinada a la accion puede ser poseida con perfeccion por alguien que pueda conocer sus preceptos, pero no los confirme con una variedad de experimentos [esperienze] muchas veces y finalmente con exito." Habia un precedente poderoso para "poner en ejecucion tantas hermosas razones matematicas y fisicas, viendo que la naturaleza misma se ha convertido en mecanica [quasi divenuta mecanica] en la construccion del mundo y de todas las formas de las cosas, parece estar deliberadamente forzada a producir cada vez mas instrumentos ingeniosos [artificiosi organi]." La teoria se le revelo a Ceredi cuando le vendieron algunos manuscritos de Heron de Alejandria, Arquimedes, Pappo y otros matematicos grie­gos de la coleccion reunida en Milan por Giorgio Valla. Poniendo en practica la teoria, ofrecia como metodo de anahsis previo a cualquier iniciativa la construccion de "pequefios y grandes modelos [niodeili], anadiendo, cambiando y eliminando muchas cosas de acuerdo con las exigencias de las condiciones del material, o de la confluencia de muchas causas lejanas o proximas, o la variedad de medios, o el grado de las proporciones, o la fuerza de los movimientos, o muchos otros impedimentos con que uno puede encontrarse." Asi uno puede conjuntar convenientemente las "numerosas observaciones" que tie-nen que hacerse y guardarse "en la mente con el fin de alcanzar algun efecto nuevo e importante." Porque "para juntarlos adecuada-mente y dirigirlos con firmeza en la obra prescrita", los errores deben reconocerse "a partir de la experiencia y asi ser corregidos

?mediante la razon, que en definitiva contribuye a la perfeccion del arte y a la produccion estable del efecto esperado."^^ Tambien Guidobaldo del Monte destacaba que "el arte hecho con ingenio maravilloso supera a la naturaleza a traves de la naturaleza misma,

/ ' . v ' • -..Ay ' , -i 'SU: '"i • 22 GIUSEPPE CEREDI, Tre discorsi sopra il modo d'alzar acque da' luoghi bassi, (Parma, 1567).

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organizando las cosas de tal modo como la naturaleza misma haria si decidiese que tales efectos deberian ser producidos por ella."^^

El arte entonces no puede engafiar a la naturaleza, pero al descubrir, obedecer y manipular las leyes naturales, con una cuantificacion y mensura cada vez mayores, se considera que el arte sustrae a la naturaleza de sus misterios y consigue dominarla por medio de la prediccion racional, tanto en la representacion de una escena visual, como en el diseno y control de una maquina, la composicion musical, la navegacion de una navio a lo largo del oceano o, siendo optimistas, el diagnostico, pronostico y control de la enfermedad o incluso de los asuntos de estado. Galileo estaba definiendo la identidad a un tiempo de la naturaleza y de la ciencia natural cuando comentaba de los ingenieros que "aplican sus maqui-nas a operaciones por su propia naturaleza imposibles y luego se sienten defraudados, y otros tambien ven defraudadas las esperan-zas que habian concebido por sus promesas..., como si con sus maquinas pudieran enganar a la naturaleza" y sus "leyes inviolables". Porque "todo esta de acuerdo con la constitucion necesaria de la naturaleza... y que fuera de otro modo, no solo seria absurdo, sino imposible... Y... cesa en nosotros toda admiracion por aquel efecto que no se aleja ni un apice de los h'mites de la constitucion natu-ral."24 EI ultimo discipulo de GaUleo y su primer biografo, Vincenzo Viviani escribio significativamente que para el "el libro de la natura­leza" estaba "siempre abierto a quienes gozaban leyendo y estudian-do en el con los ojos del intelecto." Afirmaba que las letras en que est^ escrito son las proposiciones, figuras y conclusiones de la geometria, porque solo a traves suyo seria posible alcanzar algunos de los infinitos misterios de la naturaleza. Si el intelecto es capaz de

GUIDOBALDUS E MARCHIONIBUS MONTIS, In duos Archimedis Aequeponderantium libros paraphrasis scholiis illustrata. Praefatio (Pisauri, 1588), p. 2. "̂̂ G. GALILEI , Le mecaniche, ed.nacional, ed. Antonio Favaro (Le Opere

2. Florence, G. Barbera, 1968), p. 155, traduccion de Robert Payne (1636): transcrita del British Museum MS Harley 6796, f. 317, per Adriano Carugo.

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leer en ese libro, las "puertas principales" que debe atravesar para hacerlo son "las observaciones y los experimentos, que pueden abrir-se a los mas nobles e inquisitivos intelectos por medio de las Haves de los sentidos." Viviani destaco la educacion de Galileo tanto en musica, a traves de su padre Vincenzo Galilei, -demostrando en la Primera Jornada de los Discorsi e dimostrazione matematiche intortw a due nuove scienze (1638) "una excelente comprension de la teoria musical"-, como en perspectiva pictorica (en la florentina Accademia del Disegno), delectandose en la pintura, escultura, arquttectura, "y todas las artes subordinadas al disefio."^^

A l haber v iv ido entre la muerte de Miguel Angel y el nacimiento de Newton, Galileo marca la transicion entre dos grandes movimientos intelectuales europeos, cada uno a su manera domina-

'7 do por la racionalidad matematica: la transicion del mundo del -̂ artista constructive racional al del cientifico experimental y racional.

El elemento comiin a estos movimientos intelectuales y el vehiculo de su influencia mutua parece haber sido su forma comiin de

^ argumentacion: su comun utilizacion de la postulacion controlada f por la experiencia practica y el experimento. Eso es lo que se

desprende de los ejemplos que hemos elegido desde Platon hasta GaUleo. Se extiende de u n modo mucho mas amplio que tales ejemplos, a la conducta entera de la vida del hombre de virtu, quien sabia como proceder con intencion racional en el dominio a la vez de la argumentacion y de una variedad de materiales y actividades. Era ese tambien el estilo de la recta razon de la etica aristotelica.

25 VINCENZO VIVIANI, Racconto istorico delta vita di Galileo {1654, Le Opere, XIX) p. 625, 627; Cf. A.C. CROMBIE, The primary properties and secondary qualities in Galileo Galilei's natural philosophy. En: Saggi su Galileo Galilei (Firenze, preprint 1969), Styles..., cap. 3, I I I , (1993), vide supra, nota 1.; A. CARUGO y A.C. CROMBIE, The Jesuits and Galileo's ideas of science and nature, Annali dell'Istituto e Museo di Storia della Sciema di Firenze, 8, 2 (1983), p. 1-68: vuelto a editar en A.C. CROMBIE, Historical Studies in Scientific Thinking (London, Hamblendon Press, 1987); CROMBIE y CARUGO, Galileo's Natural Philosophy (en prepara-ci6n).

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ejemplificada por la moral y la filosofia poli'tica de Tomas More y, de forma mas ambigua, de Maquiavelo. N o debemos confundir las intenciones morales de Maquiavelo con su analisis de la tecnica que permitiria al politico virtuoso triunfar como un picaro, si asi lo deseara. En el mismo estilo, el artista racional alcanzo un dominio comun de sus materiales, tanto en las artes mecanicas, plasticas, visuales o musicales, como en las ciencias experimentales, mediante tin analisis previo que otorga una anticipacion de los efectos. Por eso Galileo escribio de su ley de caida de los graves: "Yo argumento ex fiuppositione, imaginando un movimiento"^^ que puede ser posible, siguiendo el ejemplo de Arquimedes. Ello le llevo a los experimentos mediante los cuales decidio si ese posible movimiento tenia lugar en el mundo real.

El filosofo experimental, como artista racional, puede hacer su analisis precedente por medio solo de una teoria, cuantificada en la medida en que lo permite el objeto, o modulando una teoria con un artefacto que imite analiticamente y extienda el original natural. Galileo se comportaba de un modo semejante a su contemporaneo Shakespeare, cuando ofrecia un analisis del caracter humano en su mundo imaginario que reconocemos de inmediato como verdadero en nuestra experiencia real. ,«>t,j.,v.,', i . i j f , . ' 'nn- -.'-^f..

Cientificos y artistas, del mismo modo, eslaban creando mundos posibles que explicaran, de alguna manera, el mundo real de la experiencia. De distinta forma, ambos estaban creando modelos le6ricos y a traves de las diversas formas del modelo puede verse la interpenetracion de arte y ciencia en su maxima expresion. Los pintores de la epoca de Alberti emplearon la optica cientifica para llevar a cabo un analisis de los hechos visuales, a traves del cual pudieran construir un cuadro, simulando tales hechos: esto es, como modelo perceptivo que imita los hechos naturales en una perspectiva verdadera. Por consiguiente, para hacer primero tenian que conocer. A l mismo tiempo, sus modelos perceptivos influyeron en la forma

26 Galileo a Pierre de Carcavy, 5 de junio de 1637. En: GALILEI, Le Opere, XVII, p. 90-91; cf. a G.B. Baliani, 7 de enero de 1639, Ibidem, X V I I I , p. 11-13.

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c omo la gente m i raba a l m u n d o na tu ra l y l o que veia en el. For otra parte , al expl icar la tecnica de la perspect iva p ictor ica , ofrecian tamb ien mode los de la operac ion f is iologica de l ojo. Kepler reso lv io el p rob l ema de la f o rmac ion de la imagen en la ret ina a is lando p r i m e r o la opt ica geometr ica de l ojo de las cuestiones de causacion y percepc ion, heredadas de las teorias ant i gua y med i eva l de la v i s i on , las cuales i m p e d i a n u n analisis f isico pu r amen t e geometr ico .

/ E 1 considero al ojo como una cdmara obscura que contiene una lente.2^ Podemos, por consiguiente , decir que los f is iologos para conocer, al menos cuando h a n a f rontado de te rminados problemas, t i enen p r i m e r o que aprender a const ru i r . La invas ion de la ciencia po r el arte a traves de l mode l o h ipo te t i co calo p ro fundamente du ran t e el s ig lo X V I I . De hecho, para a lgunos f i losofos naturales el arte parecia haber superado a la ep istemolog ia de la ciencia na tu ra l en su con junto .

A s i se expresaba M a r i n Mersenne: "Nos vemos ob l igados a ? reconocer que el h o m b r e no es capaz de conocer la raz6n de nada ' que no pueda hacer, n i otras ciencias que aquel las cuyos p r inc i p i o s

elabora, como puede demostrarse al considerar las matematicas."^** Una vez mas, al examinar el m u n d o fisico "no debemos sorprender-nos si no podemos ha l lar las verdaderas razones de l m o d o como act i ian o como se actiia sobre ellas, porque solo conocemos las verda­deras razones por lo que podemos hacer con las manos o con la mente; y porque , de todas las cosas que Dios ha hecho, no podemos hacer n i una sola, por mas sutileza o esfuerzo que pongamos en ello; ademas, Dios podr ia haberlas hecho de cualquier otro modo."^^

A.C. CROMBIE, "The Mechanistic hypothesis and the scientific study of vision". Proceedings of the Royal Microscopical Society, 2, (1967), 3-112;

vuelto a publicar en Science, Optics and Music (1986), vide supra, nota 1. M A R I N MERSENNE, Les questions theologiques, physiques, morales et

mathematiques, q. 22 (Paris, 1634), p. I l l ; c f R. LENOBLE , Marin Mersenne, ou la natssance du mecanisme (Paris, 1943); CROMBIE, vide infra., nota 33. 29 M A R I N MERSENNE, YLarmonie universelle, II, Nouvelles observations physiques et mathematiques (Paris, 1637), p. 8.

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El f i losofo na tura l expe r imenta l y el art ista rac ional estaban creando m u n d o s posibles para si y el u n o para el o t ro , y para u n publ ico mas a m p l i o en muchos sentidos. E l analisis de los hechos visuales l l evado a cabo a p ropos i t o de la perspect iva pictor ica demostro lo que debe verse cuando esos hechos estan presentes. A l m i smo t i empo , generaron expectativas en quienes estaban f am i l i a r i -/ados con ellos sobre lo que deber ian estar v i endo para p r o d u c i r u n numero dado de hechos. As i , Gal i leo, con fo rmac ion en perspect iva y chiaroscuro v i o y disef lo en 1609 montanas y valles en la l una , como pod ian haber s ido vistas y tocadas en u n a pelota de p i edra abol lada. Thomas H a r r i o t , que carecia de ta l aprendizaje, observo a traves de u n i n s t rumen to comparable , ese m i s m o afio, un icamente manchas extrafias.-^** De i gua l modo , la med i c i on exacta y la verdadera p ro -porc ion exig idas po r la perspect iva l inea l t r ans f o rmaron comple ta-mente la comun icac i on de la i n f o rmac i on en la ciencia y en las artes t u n i c a s a traves de las i lustraciones pictor icas. Los efectos i n m e d i a -tos eran ev identes en las vistas y en los p ianos de c iudades de l s ig lo XV I , en la cartograf ia y en la representacion de las estructuras externas e internas de animales, p lantas, minerales y de maquinas . La representacion se conv i r t i o en i n s t rumen to de invest igac ion c ien-tifica. Parece que los ingenieros M a r i a n o d i Jacopo, l l amado Taccola, y Francesco d i G i o r g i o M a r t i n i -por nombra r solo a dos de ellos-, d iseharon sus maqu inar ias med iante u n d i bu j o i m a g i n a d o antes de construirlas,-^' y que Descartes esperaba encontrar en el cuerpo .mima l una especie de mecanismo analogo al mecanismo que hab ian hecho f ami l i a r las i lustraciones impresas.^^

S.Y. EDGERTON j r , Galileo, Florentine 'disegno', and the 'strange •pottedness' of the Moon, Ar t Journal (otono 1984), p. 225-232. •̂ 1 S.Y. EDGERTON j r , "The Renaissance development of scientific i l lustrat ion" . En : Science and the arts... editado por Shirley y Honiger (1985), p. 168-197: vide supra nota 1; tambien J . GADOL, Leon Battista Alberti: Universal man of the early Renaissance (Chicago, 1969).

Eg. SALOMON DE CAUS, Les raisons des forces mouvantes avec diverses machines tant utiles que plaisantes, aus quelles sont adionts plusieurs desseigns de grottes et fontaines (Francfort, 1615); c f W. V A N

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^ A l igual que la perspectiva pictorica en relacion con las artes / y las ciencias experimentales y matematicas que establecieron u n

linico estilo de pensamiento y accion a comienzos de la Europa moderna, se encontraba la musica. La ciencia musical, como la de la perspectiva, se ocupaba primariamente de la identificacion y el analisis cuantitativo de los actos de las sensaciones: las cantidades aciisticas expresables en cifras que estimulaban las diversas percep-ciones auditivas. Fue Mersenne quien finalmente desarroUo la cien­cia de la musica como una exploracion sistematica de una disciplina entera. De nuevo aspiro a demostrar como mediante el analisis cientifico se alcanza el dominio racional: de la percepcion musical y sus efectos sobre las emociones, de la composicion a traves del calculo de permutaciones y combinaciones de notas, y de informa-cion comunicada a traves del sonido para formar una teoria del lenguaje. "La musica es una parte de las matematicas", asi iniciaba su primer ensayo sobre musica, el Traits' de I'harmonie universelk (1627), "y, en consecuencia, una ciencia que muestra las causas, efectos y propiedades de los sonidos, tonos, piezas para concierto, y de todo lo que les pertenece." La ciencia de la musica dependia, pues, de la aritmetica y de la geometria, "pero tambien de la fisica, de la que obtiene conocimiento del sonido y sus causas, como son los m o v i -mientos, el aire, y los demas cuerpos que producen sonido."^^ El

HOORN, As Images Unwind: Ancient and modern theories of visual perception ̂ Amsterdam, 1972). 33 Paris, 1627; cf. para el caso de la musica C.V. PALISCA, Scientific empiricism and musical thought. En: Seventeenth Century Science... dir. por Rhys (1961), p. 91-137; The science of sound and musical practice. En: Science and the Arts... dir. por Shirley y Honiger (1985), p. 59-73: vide supra nota 1; D.P. WALKER, Studies in musical science in the Renaissance (London, 1978); A.C. CROMBIE, Mathematics, music and medical science. Actes du Xlle Congres International d'Histoire des Sciences. Paris, 1968 (Paris, 1971), p. 295-310; "Marin Mersenne (1588-1648) and the seventeenth century problem of scientific acceptability". Physis, 17, (1975), 186-204, y Styles..., capitulo 3, (1993), vide supra nota 1; y Marin Mersenne and the Music (en preparacion); J.C. KASSLER,

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desarroUo su ciencia de la musica como un programa de mensuracion sistematica de las cantidades acusticas que tienen efecto sobre la audicion, combinado con u n analisis, por una parte, de la fisica del sonido que produce esas cantidades externas y, por otra, de los procesos internos mediadores entre la sensacion y sus efectos sobre el alma. Igual que en la pintura, cualquier intento de establecer un dominio cientificamente racional de la composicion musical se basa-ba en las peculiaridades de la percepcion auditiva igual que de la visual para ofrecer placer estetico a traves del arte. Los juicios del oido a menudo podrian diferir de las expectativas de la teoria matemafica. La ciencia de la musica, desarrollada durante los siglos XVI y X V l l , clarifico esta importante cuestion, notablemente al explo-rar la relacion del placer estetico con las proporciones matematicas y los movimientos fisicos en consonancia y disonancia, y los efectos de los habitos culturales, familiaridad, expectativas del oido y sus cam-bios. Por consiguiente, los juicios esteticos difieren esencialmente de los cientificos, incluso aunque pueda haber un acuerdo general sobre ellos entre personas bien informadas, en cualquier periodo o cultu-ra.34 Mersenne reconocia eso, pero ejemplificaba una vez mas el artista racional en su intento de estabilizar toda la experiencia auditiva me­diante una teoria cientifica que abarcara sonidos y sensaciones, sus efectos esteticos y sus funciones en la comunicacion humana y animal.

Mediante su concepcion sistematica y practica de "experien-cias acusticas bien regladas y bien hechas"35 Mersenne se convirtio en un arquitecto importante de la moderna argumentacion experi­mental. Basaba su analisis experimental en la logica del acuerdo, la diferencia y las variaciones concomitantes con un empleo explicito

"Music as a model in early science". History of Science, 22, (1982), 103-139; H.F. COHEN, Quantifying Music: The science of music in the first stage of the scientific revolution, 1580-1650 (Dordrecht, 1984).

Cf PALISCA, WALKER, COHEN, CROMBIE, Styles...: vide supra, nota 33. 3'* MERSENNE, Harm, uniu., I, 'Traitez de la nature des sons, et des mouvements de toutes sortes de corps". I I I , prop. V (paris, 1636), p. 167.

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d e con t ro les expe r imen ta l e s . De ahi q u e p a r a inves t iga r los fenome-n o s acus t icos d e las c u e r d a s q u e v ib ran ( f u n d a m e n t a l en la teoria mus i ca l d e s d e Pi tagoras) es t i ro d o s c u e r d a s en u n m o n o c o r d i o . U n a e ra d e control . En la o t ra m a n t u v o cons t an te s t o d a s las cifras rele-v a n t e s ( longi tud , t ens ion , p e s o especi'fico) excep to u n a , y ajusto el res to d e cifras var iab les en esa c u e r d a has ta q u e s o n a s e al u n i s o n o y v ib r a se con la m i s m a frecuencia q u e la d e cont ro l . D e es te m o d o , c o m p l e t a b a las ob ras d e G iamba t t i s t a Benedet t i , V incenzo Galilei , Isaac Beeckn:ian y o t ros , al es tablecer las re lac iones d e la frecuencia (y p o r t a n t o d e a l tu ra ) con esas cifras. A d e m a s d e es to , al m e d i r las f recuencias efectivas {dist intas d e s u s re laciones) p r o d u c i e n d o dife-ren tes a l t u ra s e in te rva los , d e m o s t r o e x p e r i m e n t a l m e n t e p o r p r i m e r a v e z q u e los in te rva los mus ica l e s es tan d e t e r m i n a d o s p o r las frecuen­cias d e las v ib rac iones de l a i re , cua lqu ie ra q u e sea la fuente d e s o n i d o . C o n t i n u o la l inea d e explorar , d i s t i ngu i r y m e d i r o t ras c a n t i d a d e s acust icas : los l imi tes s u p e r i o r e inferior d e la frecuencia a u d i b l e y la a l tu ra y su var iac ion en d i fe ren tes i n d i v i d u o s , la ve loc idad y la i n t ens idad de l s o n i d o , y la re lac ion d e la i n t e n s i d a d con la d i s t a n c i a , el f e n o m e n o d e la r e s o n a n c i a , c o n s o n a n c i a , d i sonanc ia , t e m p e r a m e n t o , a r m o n i a y demas . ^^

El est i lo d e M e r s e n n e c o m o ar t is ta rac ional q u e d a b ien i l u s t r ado m e d i a n t e d o s e jemplos q u e se refieren, d e d o s m a n e r a s d i ferentes , al control d e la in formacion . Al t r a t a r d e las re laciones en t re las f recuencias d e las c u e r d a s y las cifras q u e las d e t e r m i n a n c o m o , en efecto, u n a funcion acust ica , m o s t r o c o m o "un s o r d o p o d r i a p o n e r l a s a cua lqu i e r consonanc i a q u e deseara" , s in oir n a d a , a jus tan-d o esas cifras d e a c u e r d o con las "reglas genera les" e n g l o b a d a s en su funcion. En beneficio d e los s o r d o s , e l aboro u n a tabla q u e mos t r aba las cifras q u e p r o d u c i r i a n las d i fe ren tes no t a s d e u n a octava.-^^ De

.'••'.•I'iiO ^

Cf. para estos estudios CROMBIE (1971), vide supra nota 35, y Mersenne, Marin (1588-1648). En: Dictionary of Scientific Biography, IX, (1974), 316-322.

MERSENNE, Harm.univ., II, "Traitez del ins t ruments" , III, prop., VII (1637), p. 123-126, cf. prop. XVII, p. 140-146, libro I, propp. XVI-XX, p. 42-52.

Estilos de pensamiento cientiftco 55 este m o d o , p o d r i a genera l i za r la in formac ion e x p e r i m e n t a l m a s alia d e su recepcion p o r u n s e n t i d o par t icu lar . Inc luso d e forma m a s general , su concepc ion del lenguaje h u m a n o y a n i m a l c o m o fenome­no t an to b io logico c o m o social , su i n t en to d e r e n d i r cuen t a f i rme-m e n t e d e la recepc ion y comun icac ion d e informacion en los h o m -bres y en los a n i m a l e s m e d i a n t e inves t igac lones e m p i r i c a s y exper i ­menta les , y su reflexion sobre la coo rd inac ion fisiologica de l c o m p o r -t amien to , le l levo a busca r los e l e m e n t o s c o m u n e s d e t o d o s los lenguajes h u m a n o s y, a u n m a s alia, d e t o d a s las fo rmas d e c o m u n i ­cacion t an to en los seres h u m a n o s , c o m o en los a n i m a l e s y las m a q u i n a s . Vio en ese anal is is u n m e d i o pos ib le d e i nven t a r u n n u e v o lenguaje un ive r sa l p a r a la c o m u n i c a c i o n en t re t o d a la h u m a -n idad , q u e red imi r ia el e s c a n d a l o d e Babel y volver ia a u n i r a la especie h u m a n a , cuya c o m p r e n s i o n c o m u n de l s ignif icado a t raves d e u n a r a z o n c o m u n h a b i a q u e d a d o d e s i n t e g r a d a p o r la diversif icacion d e los lenguajes consecuenc ia d e las d i v e r s a s y sepa-radas exper ienc ias his tor icas d e los d i fe ren tes pueb lo s . U n a vez m a s , el m o d e l o d e M e r s e n n e era la mus ica . Basando s u s e x p e r i m e n t o s lingiiisticos en el ca lculo d e p e r m u t a c i o n e s y c o m b i n a c i o n e s d e u n conjunto d e e l e m e n t o s es tab lec ido , q u e ya hab ia d e s a r r o U a d o p rev ia -m e n t e p a r a la compos i c ion mus ica l , p r o p u s o e labora r u n s i s t ema d e notac iones q u e p u d i e r a exp re sa r se d e fo rma s imbol ica en mus ica .

Ibid., I, "Traitez de la voix, etc.", I, especialmente las prop. XII, XVII-1, p. 12-13, 65-67; "Traitez... des sons etc.", I, prop. XXII, XXIV, p. 39-41, 43, vol. II, "De I'utilite de rharmonie" , prop. XI, tambien La verite des sciences, Ul, 10 (Pan's, 1625), p. 548, 544-580. Les questions theologiques, physiques, morales et mathematiques, cit., q. 34, 1634, p. 158-165 (edicion censurada); cf. LENOBLE, Mersenne (1943), CROMBIE (1971), (1975), Styles... cap. 3, IV, 7.1 (1993); MERSENNE: vide supra nota 1, 30, 35; y A. BORST, Der Turmbau von Babel: Geschichte der Meinung iiber Ursprung und Vielfalt derSprachen und Volker. 4 vols. (Stut tgar t , 1957-1963); H. AARLSLEFF, From Locke to Saussure: Essays on the Study of language and intellectual history (Minneapolis, Minn., 1982); M.M. SLAUGHTER, Universal Languages and Scientific Taxonomy in the Seventeenth Century (Cambridge, 1982).

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La creciente conciencia europea de la diversidad de culturas del mundo y de la relatividad de los valores y expectaciones humanos dirigieron la atencion en el siglo XVll a la diversidad de los mundos perceptivos habitados per diferentes pueblos y tambien por anima-les.^^ Los sordomudos, de igual modo, planteaban el problema del mundo mental de personas deprivadas de un sentido. Como conti-nuacion de su analisis de la miisica y la voz, propuso un metodo de ensenanza (que ya habia sido utilizado en Espaiia por Pedro Ponce de Leon) para ensenar a los sordos a hablar mostrandoles como hay que colocar la lengua y los labios en posicion correcta y asociandolo en cada caso con las palabras escritas y con su significado.^*^ De este modo, la ciencia de la miisica, incluyendo en ella todos los fenome-nos sonoros, podria restaurar la dignidad personal y devolver la unidad a la humanidad en el seno de la estable y racional harmonie universelle que Dios habia querido mostrar tanto en la estructura de su creacion fisica como en la informacion en torno a ella, y que los hombres son capaces de descubrir y comunicar. . f ^ ' i n r i i w

El analisis teoretico precedente podria haber dirigido la ar-gumentacion experimental en diferentes caminos. Las expectativas teoricas podrian abrir la indagacion en ciertas direcciones y cerrarla en otras. En el marco de un acuerdo general y convencional de que el juicio mediante el experimento constituia la prueba ultima, una diversidad de teorias de lo que existe o puede existir en la natura-leza, tanto en general como en particular, crearon cierta expectacion sobre lo que podia y lo que no podia ser encontrado mediante la indagacion experimental. Los limites de la racionalidad, tanto de la

•'̂ MERSENNE, Les preludes de rharmonie universelle, q.6 (Paris, 1634), p. 150-157\ harmoniques, q. 1-3 (Paris, 1634; Harm, univ., "Traitez de la vobc, etc.", I, prop. I l l , p. 79-81, cf. prop. V-XIV, XXXVIII-XLI, p. 7-15, 47-55; THOMAS WILLIS, De anima brutorum (oxford, 1672). 40 MERSENNE, Harm. Univ., "Traitez de la voix etc.", I, prop. X-XI, L I , p. 11-12, 77-79; cf. D. WRIGHT, Dea/raess (London, 1969); CROMBIE (1971): vide supra nota 35; H. LANE, When the mind hears: a history of the deaf (New York, 1984), The Deaf Experience (Cambridge, Mass., 1984).

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naturaleza como del conocimiento cientifico, definida sin embargo claramente por algunos destacados cientlficos virtuosi en el siglo XVII, nunca fueron aceptados en todos los diversos contextos intelec-tuales y sociales implicados. Asi, el experimento y las matematicas podian tener diferentes significaciones en investigaciones orientadas por diferentes preconcepciones de lo decubrible en la naturaleza, y sus resultados podian dar diferentes grados de satisfaccion en fun-cion de si lo que se suponia susceptible de ser descubierto podia interpretarse como que lo habia sido. Kepler, por ejemplo, contemplo con una vision neoplatonica la armonia de la naturaleza, expresada en proporciones matematicas simples apoyadas por razones metafi-sicas profundas, e insistia en que las proporciones postuladas debe-rian estar de acuerdo con la observacion. Su polemica con Robert Rudd, quien compartia algo de su punto de vista, se debio a que Fludd no hubiera estado de acuerdo en que el criterio experimental fuera el aceptable para creer en un tipo de mundo o en otro, por eso cuando Fludd citaba mediciones realizadas con su weather glass (una especie de termometro), estas podian no coincidir, ni siquiera en lo que se estaba midiendo. Entre los absolutamente diferentes mundos mentales en que ambos habitaban, el uno como artista racional y cientifico y el otro como magico hermetico, no podia haber, eviden-temente, ninguna comunicacion.'^' Una teoria bien apoyada por la argumentacion experimental podria incluso cegar a los mas raciona-les filosofos naturales frente a novedades experimentales inespera-das. Las expectativas teoricas de William Gilbert impidieron a una generacion el reconocimiento de que la declinacion del eje magnetico del norte verdadero variaba en el curso del tiempo, incluso habiendo evidencia disponible.'^^ William Harvey se nego a aceptar que los vasos lactiferos y el conducto toracico descubiertos por Caspar Aselli

Cf. W. PAULI, The influence of archetypal ideas on the scientific theories of Kepler . En: C O . JUNG y W. PAULI, The Interpretation of Nature and the Psyche (London, 1955).

Cf E.G.R. TAYLOR, The Mathematical Practitioners of Tudor and Stuart England (Cambridge, 1954).

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y el receptaculum chyli descubierto p o r Jean Pequet t u v i e r a n n i n g u n a f u n c i o n en el t ransporte de los a l imentos desde el i n t e t i n o a l cuerpo: su objecion era teorica, f u n d a m e n t a d a en q u e estos vasos no se encontraban en todos los animaies , mient ras que la necesidad de ese t ransporte si que era u n i v e r s a l , creia que las venas mesentericas eran sufic iente y q u e "la naturaleza nunca hace nada descuidadamente"^^

H a r v e y era m u y consciente de la analogia entre el artista rac ional , q u e f o r m a b a en su m e n t e u n a concepcion de l o que iba a representar en su c u a d r o y c o m o iba a rea l izar lo , y el c ient i f ico

4 rac iona l y e x p e r i m e n t a l , q u e procedia d e l m i s m o m o d o m e d i a n t e u n analisis p r e v i o teoretico y c u a n t i t a t i v o de su mater ia-ob jeto . Porque "el arte m i s m o no es nada sino la r a z o n de la obra , i m p l a n t a d a en la m e n t e d e l art ista. Y de la m i s m a manera con que a d q u i r i m o s u n arte, exactamente de la m i s m a manera alcanzamos cua lquier f o r m a de ciencia o conoc i m i e nto , cua lquiera que sea: p o r q u e i g u a l que el arte es u n c o m p o r t a m i e n t o c u y o objeto es a lgo que h a y q u e real izar , asi la ciencia es u n c o m p o r t a m i e n t o , c u y o objeto es a lgo q u e h a y que conocer, y a l i g u a l que la p r i m e r a procede a p a r t i r de la i m i t a c i o n de m o d e l o s , asi esta u l t i m a d e l c o n o c i m i e n t o de las cosas naturales . La fuente de ambas procede d e los sentidos y la exper iencia" (con los s igni f icados aristotel icos respect ivamente de las percepciones senso-riales par t iculares y la experiencia conexa de sus regular idades ) , " p o r q u e es i m p o s i b l e que el arte p u e d a ser a d q u i r i d o p o r u n o y la ciencia p o r o t r o , s i n la d i r e c c i o n de las ideas/'^"^ E l c ient i f i co exper i ­m e n t a l y e l art ista rac ional eran ambos p o r i g u a l e jemplares hombres de virtu, q u e alcanzaban sus objet ivos m e d i a n t e u n c o m p o r t a m i e n t o inte lec tual s i m i l a r , que d o m i n a b a n sus d isc ip l inas p o r m e d i o de u n a ant i c ipac ion anal i t ica de los efectos, y c o m p r o m e t i d o s en u n a v i d a

43 Harvey a Robert Morison, 28 de abril de 1652. E n : W. H A R V E Y , The circulation of the blood, Trad de K . J . Franklin (Oxford, 1957), p. 86. 44 H A R V E Y , ^•Kercitationes de generatione animalium, Praefatio ( L O N D I N I , 1651). Trad, al ingles como Anatomical Exercitations Concerning the Generation of Living Animals (London, 1653).

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plena de consistencia rac ional en todas las cosas. En este contexto , la rapida extension en el s ig lo X V I I de la experiencia c ient i f ica de la explorac ion de la naturaleza genero su p r o p i a respuesta cr i t ica . Esta fue doble : c ienti f ica y epis temologica . La respuesta en re lac ion con el m e t o d o c ient i f i co fue u n crec imiento d r a m a t i c o d e l pod er , prec is ion y rango de tecnicas de analisis logico , m a t e m a t i c o e i n s t r u m e n t a l . La respuesta en el d o m i n i o ep is temologico fue u n examen cada vez mas estricto de que investigaciones cientif icas p o d i a n ser aceptadas en f i r m e . En el ambiente de u n c ier to escepticismo f i losof ico general , el contraste entre los exitos reconocidos de las ciencias matemat icas y de las artes tecnicas para resolver p r o b l e m a s especificos y c laramente d e f i n i d o s , y las polemicas re iv indicac iones de los metaf is icos de u n conoc imiento c ier to y v e r d a d e r o de la entera esencia de la existencia, Uevo a la c o n c l u s i o n de q u e solo el arte p o d r i a a p o r t a r la unica verdadera ciencia de la naturaleza q u e nos es dada . E l pensamiento c ient i f ico casi s iempre se ha v i s to e s t i m u l a d o o g u i a d o p o r ideas o creencias q u e p r o c e d i a n de fuera de los l imi tes estrictos de la demostrac ion c ient i f ica . A l o l a r g o d e l s ig lo X V I I , la p r o p i a exper ien­cia cientif ica a p o r t o el reconoc imiento , en el seno de u n a c o m u n i d a d cientif ica cada vez mas pro fes ion a l , de que hacen falta razones posi t ivas para aceptar tales creencias c o m o va l idas o relevantes en una a r g u m e n t a c i o n cienti f ica . E l m o v i m i e n t o c ient i f ico , i m p u l s a d o por u n a c o m b i n a c i o n del iberada de busqueda teorica de formas comunes de expl icac ion y u n a d e m a n d a practica de resul tados re-p r o d u c i b l e s c u i d a d o s a m e n t e , l l e g o entonces a f u n d a m e n t a r la aceptabi l idad de las explicaciones cientif icas sobre u n c r i t e r io de arte: el r a n g o de la c o n f i r m a c i o n e x p e r i m e n t a l en u n a f rontera abierta, capaz de p r o d u c i r n o certeza s ino solo p r o b a b i l i d a d en u n a escala creciente con su rango.

_3 La marcha t r i u n f a l de la virtu rac iona l hacia el d o m i n i o de todo t i p o de ideas cientif icas t u v o q u e atravesar en este p u n t o una prueba, seiialada p o r Mersenne , la d e l e x p e r i m e n t a d o escepticismo cient i f ico a p o y a d o p o r la teologia : la d o c t r i n a d e l o m n i p o t e n t e Crea-d o r que reduc ia el m u n d o , desde el p u n t o de v is ta h u m a n e , a

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regularidades contingentes de hechosr-^ iQue decir entonces del reino de la iortuna que la virtu se proponia dominar, el reino de los accidentes desordenados y de las motivaciones insondables, de la expectacion contingente y de la eleccion incierta? Una faceta de este reino fue dominado por la razon a traves del calculo de probabilida-des, desarrollado primero en el contexto de los seguros y de las

I sociedades comerciales desde el siglo XIV en Italia y reducido por Pascal y Christiaan Huygens a una expectacion exactamente calcula-da en cualquier instante de tiempo. Asi , como escribiera Pascal, "lo que era rebelde a la experiencia no ha escapado al dominio de la razon. De hecho, mediante la geometria, lo hemos reducido con tanta seguridad a un arte exacto, que participa de su certeza y ahora

^progresa solidamente. Y asi, conjugando las demostraciones matema-^ticas con la incertidumbre del azar, y reconciliando lo aparentemente

contrario, tomando el nombre de ambos, justamente se arroga este estupendo titulo; geometria aleatoria [alme geometria]."^^ Puede decir-se que cientificamente esto trasfirio algunos aspectos del juego de la vida del dominio largo tiempo aceptado de la fortuna irracional y personal al del calculo impersonal.

Pero, que decir de todos aquellos otros aspectos aparente­mente irracionales de la motivacion humana que siempre han forma-do parte recurrentemente de nuestra cultura: las tentaciones de la magia o la demonologia, por ejemplo, o el culto aparentemente

Cf. A.C. CROMBIE, Infinite power and the laws of nature: a medieval speculation. En: h'infinito nella sciema (Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma, 1986): publicado en Historical Studies... (1987): vide supra nota 27.

BLAISE PASCAL, Adresse a TAcademie Parisienne (1656), presentation... de L. Lafuma iOeuvres completes, Paris, 1963), p. 102-103; cf. A.C. CROMBIE, Contingent expectation and uncertain choice: historical contexts of arguments from probabilities. En: The Rational Arts of Living, dir. por A C . Crombie y N.G. Siraisi (Smith College Studies in History; Northampton, Mass., 1986): publicado de nuevo en Historical Studies... (1987): vide supra nota 27, Styles... cap. 6 (1993): vide supra nota 1.

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deliberado al mal o el deseo de destruir o demoler por cualquier motivo, pero sin una finalidad positiva evidente? Perdido de vista en la edad de la razon, el dramatico irracionalismo de nuestro tiempo ha sensibilizado nuestras mentes hacia sus equivalentes en periodos anteriores. Ha reverberado en nuestro siglo como una opera de Wagner: con demasiado volumen y demasiada duracion. ^Como debe ocuparse de ello un historiador de la virtu? Ciertamente no como un idiota ciego. Por el contrario, puede utilizar su jucio racional para, como una especie de antropologo historico compara-do, aportar el punto de vista de las motivaciones, compromisos y expectaciones, en el pasado como en el presente, que hay tanto en la mente de los historiadores como en los temas, por mas irrelevante que pueda parecer para la historia de los problemas resueltos por la ciencia y el arte.