cruz smith martin - alas de noche

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  • 8/12/2019 Cruz Smith Martin - Alas de Noche

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    En esta novela aterradoramente plausible, Martin Cruz Smith recrea la soledad bajolas estrellas, sobrecogido el nimo por el susurro de unas alas mortferas. Conoce a laspersonas y los lugares ue describe por e!periencia propia y es capaz de crear la tensi"n

    dramtica con la misma fuerza con la ue puede evocar la spera belleza del desiertoamericano. El autor no ignora ue la magia negra del hechicero, por mucho ue la cienciala rechace en#rgicamente, sigue resonando en las regiones de la mente$ un elemento ueagrega una cualidad especialmente obsesionante a esta estremecedora novela desuspense.M%&'() C&*+ SM(' naci" en -/0. Es medio indio pueblo, y tanto su padrecomo su madre eran m1sicos de jazz. 2espu#s de trabajar como periodista, en -34emprendi" su carrera como escritor. 'iene en su haber varias novelas, dos de las cuales,5ypsy in %mber y Canto for a 5ypsy, han sido publicadas en (nglaterra. %ntes de instalarseen )ueva 6or7, Smith realiz" numerosos viajes por Estados *nidos y vivi" en distintasregiones, includo el Sudoeste, en cuyo mbito se desarrolla este relato.

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    'raductor$ Men#ndez Sall#s, (ris

    %utor$ Martin Cruz Smith

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    ALAS DE NOCHE

    MARTIN CRUZ SMITH

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    8Cundo nac9

    82e d"nde vengo9

    8% d"nde voy9

    8:u# soy9

    Las preguntas hopi

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    E; anuncio del tabaco &ed Man ueno, por lo menos uno lo haca.

    6oungman 2uran estaba sentado en el cobertizo., entre los vencidos muelles delasiento de un coche. *na botella de oporto 5allo, a medio vaciar, descansaba entre suspiernas.

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    %bner recogi" con las manos harina de maz molido, comenz" a verterla detrs de lapuerta, retrocedi" y la ech" en los rincones del cobertizo.

    6oungman sac" un pauete de cigarrillos h1medos.

    otes de sopa y de judas en un bid"n convertidoen fog"n. Camisetas encajadas en los agujeros de las paredes, donde las espigas de mazcolgaban de vainas trenzadas. En un estante fabricado con un caj"n de naranjas haba unafila de mu@ecos 7achina, cada uno de ellos de treinta centmetros de altura. *no coronadocon los rayos infle!ibles del sol, otro, ataviado con pelusillas de guila, todos toscamente

    tallados, de cincuenta, cien o ms a@os de antigAedad.

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    dosis peue@a de races secas elevaba la mente, de la misma manera ue un gato levanta uncoche. aba muchos modos de morir en una reserva. ;a bebida. Estramonio o loco.Sentarse en medio de la carretera por la noche. 2ejar pasar el tiempo mientras los segundosse acumulaban como los granos de arena en un sepulcro abierto.

    %bner abri" el ba1l.

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    ;a arena negra tena una consistencia viscosa, casi luida. 6oungman bebi" untrago de vino. %bner dibuj" otras dos esvsticas, form" con ellas un cuadrado perfecto, conlas esuinas e!actamente alineadas en las cuatro direcciones. 6oungman no tena dudas dela perfecci"n del dibujo.

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    mundo fue bueno hasta ue las personas se volvieron demasiado potentes, demasiadogordas. S"lo les interes" enriuecerse. El Creador vio lo ue ocurra e hizo ue el mundodejara de girar. ;a tierra sali" de su "rbita y todo se congel", todo ued" cubierto de hielo.'odos murieron, salvo los pocos y buenos hopi.

    6oungman e!hal" un suspiro de humo. Este relato era la letana de su juventud, odauna y otra vez.

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    correa a lo largo de su pierna y afil" en #l los dos lados de la hoja del cuchillo.

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    aba nacido en el clan del Coyote, hijo 1nico de un obrero de la construcci"n sintrabajo y de una mujer eternamente furiosa. Loe 2uran, grande como un oso y con brazoscomo postes, jams se lament" de la falta de trabajo. *na vez al a@o acarreaba ladrillos enhite Sands, para el Ej#rcito del %ire, hecho ue, seg1n #l, le otorgaba suficientes honorespor los servicios prestados. ;o ue Loe 2uran mejor haca era beber y cazar. Era capaz desubir hasta 2innebito ash con cinco cartuchos y volver tambaleante a su casa con cuatropresas. 5uard# el 1ltimo cartucho para mD, le deca a 6oungman. Ktra de las cosas uemejor se le daba era hacer de payaso. Siempre ue se necesitaban payasos para unaceremonia, Loe 2uran era el primero en intervenir. =intado con polvos blancos, avanzaba atrompicones, borracho, a trav#s de una fila de sacerdotes, persegua a las espectadoras al

    tiempo ue esgrima un pene de madera o caminaba como un suicida, hacia atrs, a lo largodel borde de la mesa. 'odos le consideraban sumamente divertido, aunue su actuaci"n nose diferenciaba del modo como Loe 2uran se comportaba el resto de los das, y con el pasode los a@os, obviamente, lleg" a enlouecer a su malhumorada esposa. 6oungmanrecordaba haber visto a su padre vestido con la ropa del rev#s y apoyado en sus enormesmanos en la cumbre ms alta de la mesa, sonriente mientras su propia madre le arrojabacuchillos y piedras. Binalmente, en un 1ltimo intento de cordura, ella se junt" con un navajoy se fue a vivir con #l a indoH &oc7. Loe 2uran los sigui", los mat" con el rifle de cazarciervos, peg" una patada al navajo muerto, ue lo hizo saltar de la cama, se acost" junto asu esposa y se levant" la tapa de los sesos. Era un melodrama com1n en la vida de lareserva.

    ;levaron a 6oungman a la escuela de la misi"n. ;a vida all era bastante c"moda.'ena alimentes, amigos, y una cama. En la clase, permaneca tan callado como poda yobservaba. ;os maestros le clasificaron como lento, probablemente retrasadoD. asta uealcanz" los catorce a@os, momento en ue alguien regal" a la escuela cajas de pinturas al"leo. Entonces repararon en #l.

    2emostr" una gran facilidad, y ojo de cazador para los colores. )o habl" muchoms, pero permaneca sentado delante de un caballete todos los minutos ue pasabadespierto y pintaba paisajes, 1nicamente paisajes. ;os e!pusieron y, para su propiasorpresa, los compraron. 6oungman e!periment" con acuarelas, con colores al temple y

    pintura acrlica, obsesionado, no tanto por el arte, como por el descubrimiento de ue podaganar dinero. 2e un solo paso super" a todos los indios ue conoca y, sobre todo, a supadre. En dos a@os desarroll" una t#cnica con pintura acrlica y barniz ue otorgaba a suspaisajes del desierto un acabado spero y semejante a una joya, totalmente cnico yartificial. S"lo 6oungman saba lo ue haca. )o pintaba el desierto. ;o mataba. En sulienzo, los pjaros aparecan tan brillantes y muertos como los alfileres del recuerdo y lalluvia ue caa tena la consistencia de las piedras. Era un estilo ue s"lo los blancos podanapreciar, y eran ellos uienes pagaban. En las galeras de Santa Be y =hoeni!, pagaban

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    mucho.

    %dulado por los blancos, les respondi" del mismo modo. Se cort" el pelo y se pusochauetas deportivas. 2escubri" ue se converta en un hombre agradable aunue noguapo, ya ue sus rasgos eran demasiado angulosos. S"lo de vez en cuando una oscura

    hostilidad ue apareca en sus ojos urban7, atraves" los ca@ones ueconvierten ;os Fngeles en un archipi#lago de islas de cemento. Sali" de la autopista y dej"

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    el coche para internarse por el ca@"n, ue tena el color y la te!tura del papel morenoarrugado. Se ued" sentado, inm"vil, y observ" las sombras ue se deslizaban como gatospor las colinas. 5atos diurnos ue se desperezaban y se apelotonaban ociosamente en latierra clida. 6 sigui" sentado. acia el anochecer, miles de aparatos de lluvia artificialabanicaban las resecas paredes del ca@"n con agua comprada, desviada de los ros de

    %rizona. &edonda como una canica, el agua rodaba por el aire y estallaba en los 1ltimosrayos del sol. *na gota tras otra, un mill"n tras otro, ue estallaban ignoradas contra losgemidos de la autopista. %gua ue caa en forma de lluvia en las &ocosas, ue flua con elnombre de ro Colorado a trav#s del 5ran Ca@"n, en direcci"n al desierto pero reorientadahasta un sistema de riego artificial. &i" hasta casi llorar.

    6oungman entreg" el coche diez horas despu#s, le despidieron y a la ma@anasiguiente regres" a la reserva, no mucho mejor ue cuando sali".

    =as" el primer a@o adaptndose de nuevo al modo de vida. ?olvi" a aprender porcuenta propia su lengua materna, a buscar agua en los agujeros secos con un palo, a zurcir

    la ropa con una aguja de hueso y a distinguir las huellas de un ciervo a la carrera de las deun ciervo desprevenido.

    % finales de ese a@o, una camioneta llena de ancianos se detuvo en su campamento.

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    lugar a otros enebros, robles y pinos pi@oneros. En las colinas haba agua y el aguasignificaba riueza.

    en Momoa.

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    en las espant" con lamanta. 6oungman se apart" las moscas del rostro.

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    En la tierra, 6oungman s"lo distingua las huellas de las pezu@as. )o eranprofundas, no haba nada ue denotara agitaci"n, ni ue en el corral hubiera alguien ue nofueran los caballos.

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    6oungman era capaz de imaginarlo. *n helic"ptero volando por encima de2innebito ash, mientras los muchachos Momoa destrozaban como ametralladores todo loue se moviera. I?aya si lo pasaran bienJ

    El caballo arrodillado cay" de costado. ;as moscas formaron espesas espirales sobre

    #l,

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    en una piedra cubierta de musgo y sumergi" la cara en el agua.

    %l levantar la cabeza, vio ue un conejo le observaba desde debajo de una rama depino. 6oungman adelant" la mano hasta la funda de su rifle. =reparara su cena con conejoy por la ma@ana le llevara las patas a %bner. El conejo se restreg" los bigotes con una pata

    delantera. 6oungman, ue tena el codo apoyado en la culata, introdujo un cartucho en larecmara. ;evanto el rifle. El conejo salt" hacia adelante y se convirti" en un blancoperfecto contra el fondo verde. El agua resbal" por la cara de 6oungman. 6oungmanrecord" ue %bner ya tena un conejo y ue #l mismo no tena tanta hambre.

    2espu#s de una cena compuesta de Monterey Lac7 y tortilla 6oungman apoy" laespalda en el saco de dormir para conservar el calor. ;as estrellas brillaban ntidas y durasen el firmamento. En un momento determinado dirigi" el haz de luz de la linterna altorrente, para captar el brillo de los ojos de los animales nocturnos ue se congregaban all.;os ojos de las ara@as eran plateados y los de los sapos, rojos. %l moverse, trazabanmin1sculas estelas luminosas.

    )o haban obligado a 6oungman a permanecer en el ej#rcito los hopi podanacogerse a la situaci"n de objetores de conciencia. =ero se ued" y las pruebas de selecci"ndemostraron ue tena altamente desarrollado el sentido de las relaciones espaciales, demodo ue le ascendieron a sargento, le adiestraron en leer fotografas a#reas a trav#s devisores tridimensionales y le trasladaron en barco a la base %ndersen, ue el Ej#rcito del%ire tena en 5uam. 2a y noche escuadrillas de tres aviones >NO0, de ocho motores,despegaban de 5uam hacia ?ietnam del )orte, con veinte toneladas de bombas por cadauno de los aparatos. ;os blancos se escogan en las fotografas tomadas por los *N0 dereconocimiento ue volaban entre 'ailandia y 5uam. Era posible transformar lasfotografas diurnas en mapas codificados con n1meros y coordenadas. ;as fotografas

    nocturnas eran rompecabezas infrarrojos y nadie superaba a 6oungman en descifrar losrojos, los verdes y los azules moteados ue significaban el calor de la actividad humana, elfresco de los techos de los bosues y el fro del agua por la noche. El enemigo podauemar basura y regar centrales el#ctricas. =ero nunca enga@" a 6oungman y jams fall" lalluvia ue a larga distancia le enviaba. =ara 6oungman era fascinante, como un juego. *na@o en ese cometido y recibi" ya la primera condecoraci"n por los servicios y una licenciade descanso y recreo en >ang7o7, donde le ofrecieron collares de dedos y cueroscabelludos de vietnamitas a precios razonables. 6 una bolsa de partes pudendas cosidasentre s.

    %uella noche, en >ang7o7, mientras dorma entre dos prostitutas, 6oungman oy"

    rer a su padre. 2e modo ue #sa era la bromaD, pens" 6oungman. 'odo el tiempo habasido #sa la broma$ Loe esgrimiendo un pene de madera. :ue bailaba hacia atrs, con unapierna al otro lado del borde de la mesa. El collar de dedos. Cabeza abajo, apoyado en lasmanos. ;os bombarderos ue liberaban su carga desde la pista de aterrizaje. ;a bolsaarrugada. ;os hermosos mapas de fuego. El rifle para cazar ciervos, en la boca. % la gentele gustaba matarse. Eso era gracioso.

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    &egres" a 5uam y, un mes despu#s, le sometieron a consejo de guerra por descifrarmal, deliberadamente, las fotos de reconocimiento y enviar incursiones nocturnas de >NO0 abombardear el mar de China. 6oungman respondi" ue haba decidido tomarse en serio laguerra y ue no senta deseos de seguir luchando. =odran haberle condenado a veinte a@os,pero generalmente los bombarderos lanzaban sus cargas al mar, porue la incursi"n haba

    fallado o, con la misma frecuencia, porue un piloto estaba a punto de finalizar sus seismeses de servicio. %dems, la misi"n e!cepcional ue el ej#rcito haba adjudicado a6oungman, en 5uam, mermaba la autoridad del consejo. ;e condenaron a dos a@os.

    %l principio, no le fue mal del todo. aba indios en ;eavenHorth Stoc7ade seeduc" con los libros de la biblioteca y tuvo un trabajo fcil en el estudio de fotografa hastaue, cuando s"lo le faltaba cumplir un mes de condena, un guardia le vaci" encima unapistola de agua llena de orines. Era una broma rutinaria de un aburrido guardia de laprisi"n, pero 6oungman uit" la hoja del recortador de fotografas y la clav" en el brazo delguardia hasta el hueso. *n mes despu#s, cuando sali" de la empalizada de la prisi"n, lecondenaron a dos a@os ms, el primer trimestre solo, en una celda cerrada y sin

    iluminaci"n, pintada de negro. acia el final de la segunda condena, cuando 6oungmantrabajaba en una cuadrilla de nivelaci"n de tierras para construir una carretera, uno de losindios se fug", est1pidamente, pues no haba d"nde ir, salvo a los 7il"metros de praderallana y reci#n arada de Pansas. Cuando el guardia a cargo de la cuadrilla levant" el riflepara disparar, 6oungman le asest" un golpe y le dijo ue #l mismo traera de regreso alhombre fugado. 6oungman ganaba terreno a su amigo cuando dos cargadores de perdigonesQRNQR, ue le alcanzaron en la espalda, le detuvieron. =as" dos meses en el hospital y lecondenaron a otros dos a@os de crcel. % partir de entonces, los guardias le dejaron solo yno hizo ninguna otra amistad.

    2urante el primer invierno de regreso a la reserva, pas" un da casualmente por el

    garaje de %bner. %unue haca bastante tiempo ue haban e!pulsado al sacerdote del clandel Buego de la mesa, por brujo, #ste reconoci" a 6oungman.

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    unieron apresuradamente y utilizaron las alas como porras. *na ri@a desencaden" las otras,crculos de tensi"n ue crecan a medida ue la luz del da desapareca. ;os miembrosviejos de la colonia, las hembras, la contemplaban ligeramente interesados. ;a pareja uecopulaba se separ" el macho se reuni" con otros machos y la hembra comenz" a limpiar.*n peue@uelo de tan s"lo una semana despleg" sus alas achaparradas y parlote". ;a

    c"pula, la lucha y los nacimientos de la gran colonia coincidieron hasta ue el haz de luzue penetraba por el techo de la caverna se convirti" en un hilo delgado y una mayor ydistinta necesidad se apoder" de ella. Ktros de su especie podan buscar el anochecer #stosaguardaran la noche. %l estilo de las ara@as, patas arriba, con las alas envueltas y las curvasgarras en busca de la roca, los centenares de adultos se movieron de costado o hacia atrsen direcci"n a la luz menguante ue penetraba por el agujero de la caverna. ;os aplanadosrostros, rodeados de pelos, se concentraron en la se@al de un da ue se apaga. Cuando esase@al desapareci", una hembra de diez a@os despleg" las alas y levant" el vuelo. El resto lasigui", uno a uno, y en pocos segundos, ms de un millar atravesaron el agujero de lacaverna, ascendieron y emitieron sonidos ue se@alaban su posici"n correcta para el vuelo.>iol"gicamente, eran un milagro de la evoluci"n. %las de treinta y cinco centmetros, conmembranas cinco veces ms finas ue los guantes uir1rgicos, les permitan aduirir lamisma velocidad ue las golondrinas. El pelaje suave, gris en el lomo y marr"n por delante,anulaba la resistencia del viento. Sus ojos daltonianos amplificaban la luz de las estrellasue salan, de modo ue para ellos el ca@"n brillaba y, ms adelante, el desierto mostrabapinceladas plateadas. ?olaron como una nube por encima de la cresta del ca@"n, pero alllegar al desierto redujeron cada vez ms la velocidad, hasta parecer una marea ue corra atan solo una altura de un metro treinta y cinco del desierto. =or delante y alrededor de ellosse e!tenda una red de sonidos y ecos mudos ue retornaba a odos grandes y tiernoscaracterizados por una prominencia separada. Cada murci#lago volaba tan cerca de suscompa@eros ue la marea pareca una masa s"lida, a la vez ue flua sin dificultades atrav#s de los cactos y matorrales. %unue el terreno era nuevo para los murci#lagos, no sediferenciaba totalmente de su hogar me!icano. ambrientos, sus narices achatadas y enforma de pala registraban los olores animales ue el viento nocturno transmita. *n torrentede mariposas nocturnas se acerc" a los murci#lagos, se dispers" y huy". ;os murci#lagosgiraron en la misma direcci"n del viento, hacia donde los olores eran ricos y llegaban lejos.*n gaviln nocturno ue segua a las mariposas cambi" de rumbo, ascendi" bruscamente yse alej". % diferencia de los pjaros, los murci#lagos no podan remontarse. S"lo volaban yvolaban, s"lo por el alimento sus alas batan el aire catorce veces por segundo en un ritmoconstante y resuelto hasta ue el olor clido ue buscaban embalsamaba el aire. Min1sculaspartculas de sudor y plasma transferidas del aire a los pliegues de sus narices. ;a mareavolvi" a girar y los sonidos amortiguados se hicieron apremiantes. *n millar de bocas seabrieron, dejaron al descubierto el ment"n caracterstico, los colmillos largos y los incisivosue, a diferencia de los dientes de cualuier otro murci#lago o animal de la creaci"n, erantan curvados y afilados como navajas. ;os bi"logos les denominan 2esmondontidae,nombre ue alude a esos dientes y a esa desesperaci"n. ?ampiros.

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    E; sol matinal calentaba el cobertizo de %bner, una camioneta del Servicio de Salud=1blica de color blanco sucio y a seis turistas ue observaban angustiados la llegada deljeep de 6oungman. Gste divida a los turistas en dos categoras. ;os portadores de almas,ue solan ser j"venes, sucios y desesperados por entrarD en la religi"n india. 6 losportadores de cmaras fotogrficas, ue eran ms viejos, ms limpios y s"lo estabandesesperados por volver a sus acondicionadores de aire. (ndudablemente las tres mujeres ylos tres hombres ue se encontraban junto a la furgoneta pertenecan a la segunda categora,aunue iban mejor vestidos ue la mayora de ellos, con prendas deportivas caras. *no delos hombres se haba manchado la pechera de su camisa de color claro. 6oungman se ape"del jeep. )o vio a %bner.

    Cuando pregunt" si poda ayudarles en algo, una de las mujeres se tap" la boca conla mano.

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    iblia

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    2e verdad, el delegado apenas comprenda mejor ue Bran7lin el significado delconejo y de la pintura. 6oungman haba estado demasiado tiempo fuera de la reserva y unaparte de #l, aunue ahora estaba all, siempre sera blanca. aba perdido el hilo. )o creaen nada, y no digamos de los dioses de un hechicero ue venda gasolina. ;o 1nico uesaba era ue %bner haba dicho ue dara fin al mundo.

    Se agach" junto a %bner y levant" la mscara. ;a boca del anciano estaba llena deestramonio cuajado. Si la muerte haba sido horrible, %bner no lo supo o lo supo y seprepar". 2e todos modos, no pudo sentir nada.

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    suelta y la ech" sobre el contorno. Gste se difumin", pero volvi" a aparecer a trav#s de laarena. 6oungman levant" la mirada. *n pellejo de animal del desierto le observaba desdeun estante de la pared hecho con un caj"n de naranjas. ;as alas de una mosca sobresalan dela boca de la lagartija, ue salt" cuando 6oungman arranc" el estante de la pared. ;o parti"contra la rodilla, arroj" las mitades al suelo manchado y encendi" un f"sforo. ;o apag"

    entre los dedos. 2e nada servira uemar el cobertizo.

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    %rizona. Crujieron a causa de la brisa ue 6oungman dej" entrar para airear la choza.

    %bri" la tapa con listones del escritorio y cogi" un formulario de informes de unode los casilleros. ;os formularios se haban comprado como saldos y el sello con el ttulo2epartamento de =olica de =hoeni!D estaba tachado con lpiz. En otro casillero encontr"

    un bolgrafo defectuoso.

    )KM>&E$ %bner 'asupi. KC*=%C(U)$ =ropietario de un garaje, BEC% 2E)%C(M(E)'K$ 2esconocida, &%+%NSEK$ (ndioNvar"n. 2E;('K$ Muerte. En MK2*SK=E&%)2(, 6oungman anot"$ %taue de un animal no identificado, probablementerabiosoD 2espu#s sali" y se acerc" al jeep.

    ;os demonios del polvo se entrelazaban por encima del camino a 5ilboa. % cienmetros de distancia, al otro lado del camino, los relmpagos iluminaron La factora deSelHyn. ;a tienda era una lpida sepulcral de aspiraciones pasadas. En la pared de tablas dechilla apareca un cartel desvencijado ue prometa$ abitaciones =ara 'uristas N 5asolina

    N 5olosinas N Mercera N Curiosidades (ndias.D El cartel de hojalata de la CocaNCola tena elterm"metro roto. ;as puertas de tela mosuitera, todas iguales, estaban remendadas concinta aislante.

    En la fachada de la tienda haba harina, frjoles, ueso, mantas y telas, hachas ycabezas de azadas, cuchillos de monte y municiones. Encima del mostrador apareca unalce sin ojos. 2ebajo haba joyas empe@adas y botellas de Hhis7y de medio litro. SelHyn seencontraba en la habitaci"n del fondo, con Lohn Bran7lin y el resto de los blancos. *navieja hopi y cuatro j"venes mestizas estaban sentadas en el suelo, con vasijas y tiras dearcilla a sus pies. %nne haba salido en la furgoneta, a buscar le@a, antes de ue la lluviaarreciara.

    En otros tiempos, SelHyn haba sido misionero cuuero. 'ena la cabellera blancay larga, ue le llegaba hasta la camisa de terciopelo ue se le abra en la barriga. *n collarde turuesas reposaba en el vello de su pecho.

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    sino para ese congelador en ue meten sus malditos ciervos y para ese vago ue tienen pordelegado. 8Se da cuenta9 Me odian porue les ayudo. ;es fro comida. 6 me odian a1n mspor eso. Gste es el mejor ejemplo$ esas est1pidas mujeres ue fabrican vasijas. I=otesJ Merefiero a ue en todas las factoras del pas navajo hay mujeres ue fabrican mantas.Maldita sea, ahora las mantas y las alfombras se venden por dos mil y tres mil d"lares.

    'engo tanta suerte, ue estas salvajes s"lo saben hacer vasijas. =or 2ios < se restreg" losojos

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    ueno, el motivo por el ue se la cargaron era porue la noche anterior ella se haba

    convertido en lobo y matado a un hombre.

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    Mientras #ste lea, =aine se agach" junto a una caja de aluminio. Se uit" elsegundo guante y meti" los dos en una bolsa de plstico se lav" las manos con alcohol yalgod"n y cerr" con cinta autoadhesiva el sobre vtreo.

    % uien correspondaD, ley" 6oungman en la carta. El se@or ayden =aine est

    realizando una investigaci"n medica ue podra resultar sumamente beneficiosa paranuestra naci"n. 'iene plena autorizaci"n para recorrer la reserva y para solicitar la ayuda detodos los funcionarios de #sta con relaci"n a su investigaci"n.D El membrete tena un selloen relieve con un sol, monta@as y gavillas de maz cruzadas. ;a nota estaba firmada poral7er Chee, =residente del Consejo 'ribal )avajoD.

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    el arma de los blancos. ;os indios siempre encontraban interesante observar a un blancoue intentaba permanecer en silencio. 6oungman se cruz" de brazos y esper". El silenciopoda resultar informativo.

    =aine conserv" una amplia sonrisa. 'ena alrededor de treinta a@os. Su bronceado

    era un barniz truncado 1nicamente por una mancha de falta de sue@o alrededor de los ojos.'ranscurri" un minuto bajo la lluvia arreciante.

    =aine suspir". 'ena el pecho muy desarrollado y brazos gruesos, con vello cobrizoclaro hasta las mu@ecas, ue estaban marcadas por cicatrices curvadas. %fuera, un rayoestall", probablemente en el ;andN&over, pens" 6oungman. =aine s"lo mir" de costado alor el estr#pito. Confiado y con autodominio. ;a tormenta sigui" aumentando hacia supunto culminante. )o era la lluvia la ue abra las semillas del desierto sino su violencia.;a sonrisa de =aine se haba relajado hasta transformarse en un gesto divertido.

    Sus ojos azules eran lmpidos como el agua, imperturbables y ecunimes.

    'otalmente neutrales. 6oungman record" ue los ojos azules carecan de pigmentaci"n. Erapura refracci"n. Kjos muertos, los llamaba %bner. %s sola llamarlos. =aine sostuvo lamirada pacientemente, todava divertido. El agua corra por debajo de las tablas deJ piso dela choza. 'ranscurrieron otros cinco minutos mientras los truenos se concentraban en lamsera elevaci"n de la tienda de SelHyn.

    El generador de SelHyn vacil". ;a bombilla de la choza se redujo a la iluminaci"nde un cigarrillo y, a esa intensidad, palpit" lentamente con cada uno de los apagados latidosdel generador impulsado con gasolina. 6oungman vio ue los ojos de =aine se dirigan alcadver. ;as manos de =aine se cerraban y se abran. ;os ojos retornaron. 6oungman vioue los ojos azules se ensombrecan y ue las pupilas se convertan en puntos. Cogi" el

    rifle. ;a bombilla se convirti" en un solo filamento de color naranja.6oungman se apro!ime a =aine y del bolsillo de su camisa sac" el sobre vtreo. ;a

    mano de =aine atenaz" la mu@eca del delegado.

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    6oungman dio una patada a la caja de aluminio, ue se desliz" por el suelo.

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    lanca de los hopi, patrona del ungAento ocular.

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    *n mes despu#s, %nne y 6oungman se encontraban regularmente en diversoslugares de la mesa y del desierto. (nvirtieron el orden acostumbrado de una relaci"n$comenzaron por la liberaci"n fsica del se!o y ms tarde hablaron y aliviaron su soledad.%mbos pensaron ue el amor haba surgido pese a ellos mismos. %hora ue ella semarchaba del Servicio de Salud y de la reserva, el amor s"lo era una carga, un recuerdo

    engorroso.%nne se abraz" a 6oungman y lo retuvo junto a ella. ;a tormenta se haba

    transformado en chubasco. Sombras fras y luidas recorran sus brazos.

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    le haca a %bner, pues no uera defenderse.

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    %bner tena los prpados cerrados dentro de los agujeros de la mscara de nubes.%ll apareci" una mancha rosada, alrededor de la mejilla. 2espu#s de esa mancha surgieronotras. %bner segua sangrando.

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    =ero en el )uevo Mundo, el murci#lago era dios. Su nombre maya era +otzilaha.Ciudades y pueblos enteros llevaban su nombre y los templos de todo M#!ico mostraban suimagen$ un hombre con las alas, la cara, los dientes y la lengua de un murci#lago, ue enuna mano sostena una cabeza humana cortada y, en la otra, un coraz"n. +otzilaha, el diosmurci#lago ue controlaba el fuego, se transform" en el supremo dios del sol de los aztecas

    < uitzilopochtlilanco perdido, Cort#s lleg" a M#!ico.%rmado con la profeca y ayudado por las tribus rebeldes, hizo prisionero a Moctezuma.;os espa@oles describieron los ataues de los murci#lagos chupasangreD, pero, en auelentonces, el (mperio azteca ya haba cado.

    ;os dioses mueren, los pueblos cambian y la naturaleza persiste. 2urante siglos,despu#s de la llegada de Cort#s, los vampiros dominaron la selva me!icana y durante los1ltimos veinte a@os, sin motivo perceptible por el hombre, se inform" ue avanzabanconstantemente hacia el norte. Era una migraci"n nocturna, registrada 1nicamente por

    casuales e incultos informes de sacrificios de cabras, ganado e incluso personas en lasmonta@as de Sonora.

    %hora, en un nuevo ambiente del desierto y mesas, los vampiros cazaban comosiempre, con paciencia V inteligencia. Sobrevolaron dos reba@os de ovejas sin esuilar y unconejo muerto, envenenado y puesto como cebo para los coyotes. % la luz de la luna, losarroyos eran cintas oscuras. ;as salamandras atigradas se agitaban en los lechos h1medosde los arroyos, se alimentaban de insectos y eran devoradas por las serpientes nocturnas.;os murci#lagos pasaron sin rozar las espinas de los saguaros de uince metros. ;os p#talosde las pitahayas de floraci"n nocturna se abran blancos como la leche.

    *n sonido distinto se mezcl" con la chchara aguda de los murci#lagos. ?ena conla brisa, desde varios 7il"metros de distancia una canci"n campestre del oeste, nasal yuejumbrosa. ;os millares de murci#lagos viraron simultneamente, la chchara aument"de intensidad y las membranas de sus potentes alas batieron con ms rapidez. Saban ueese tipo especfico de sonido corresponda al hombre. El hombre y sus animales,adecuadamente reunidos. *n lago de vida.

    'res 7il"metros ms adelante, (sa ;oloma, de catorce a@os, con los brazos y laespalda doloridos despu#s de haber pasado todo el santo da esuilando ovejas y liando sulana grasienta, estaba sentado en la cabina de una camioneta 2odge, beba una gaseosa denaranja tibia y escuchaba el transistor. El vehculo no tena motor. ;os centros de las ruedas

    estaban apoyados en adouines$ la finalidad de la camioneta parada as era ahuyentar a loscoyotes, y lo cumpla plenamente. ;as noches de (sa eran largas y solitarias.

    ;a noche haca trampas. % veces la emisora navaja de 5allup se perda y en su lugarse escuchaban estaciones de ouston o de Pansas City. ?oces ue le hablaban de palaciosdel filete y de astronautas locales. Entonces le bastaba con apoyar las manos en el volantede la camioneta y cerrar los ojos para imaginar ue conduca su propio El dorado por unaautopista libre de peaje de alguna ciudad anglo, ue vesta una camisa hecha a medida, con

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    corchetes de madreperla, y ue estaba sentado sobre una cartera de piel de cocodrilo repletade billetes de veinte d"lares.

    Esa noche, la transmisi"n desde 5allup sonaba mon"tonamente. ;a voz provenientedel aire deca ue todos los supermercados =iggly iggly del distrito de >ernalillo se

    honraban en regalar cupones para alimentos. En la capilla de 'uba City se celebrara unbaile con fines ben#ficos. ;os resultados deportivos se radiaban por cortesa de los tractoresMasseyNBerguson.

    (sa hizo durar la gaseosa. Cuando comenzaron a pesarle los prpados, baj" de lacamioneta, se frot" las piernas y correte" para activar su circulaci"n. En medio de unbostezo, sac", de entre la manta del asiento de la cabina, la vieja escopeta >roHning %utoNOde su padre. ;as ovejas estaban tranuilas. 2ara una vuelta en torno al reba@o y volvera aechar un sue@ecito.

    %lgo se agit" a su lado. *n gaviln nocturno, pens". ;as ovejas s"lo comportaban

    problemas durante la primavera, cuando los coyotes salan en busca de corderos, o durantela esuila, porue si el esuileo se haca mal y se lastimaba a las ovejas, el olor a sangrevolva atrevidos a los coyotes. =ero (sa era un buen esuilador. =elaba a las ovejas hastaue se les vea la piel sonrosada, sin producir una sola lastimadura.

    Camin" unos cincuenta metros antes de estar totalmente despierto. %penas divisabaa las ovejas, aunue oa un susurro constante. ;as ovejas estaban all, saba ue noabandonaran las pasturas. =ero ese susurro... un susurro animado y como de papel, ueprovena de todas partes. ;uch" contra el primer impulso infantil de huir. Entonces, pocosmetros delante de #l, vio el confuso contorno de la cabeza de una oveja dormida. =arecesun ni@oD, se rega@".

    ;e caus" e!tra@eza distinguir las patas pero no el cuerpo de la oveja. 2ivis" lacabeza de otra, pero no su cuerpo. *n ala roz" la larga cabellera del muchacho y acarici" sumejilla. %lgo le toc" los pies. En el bolsillo llevaba una linterna o!idada con las pilasgastadas. 2irigi" el rayo de luz hacia la oveja ms pr"!ima. El rayo plido y amarillentoilumin" el hocico ue se mova constantemente al respirar. ;a luz recorri" la cabezaensortijada.

    %l principio, los flancos de la oveja parecan cubiertos por una manta gris. En esemomento, dos murci#lagos dirigieron la mirada hacia el rayo de luz e (sa vio ue la mantaestaba compuesta por una docena de murci#lagos apoyados en una sbana de sangre. ;a

    oveja siguiente tena su propia manta de murci#lagos y, al girar el rayo de luz, (sa vio uetodas las ovejas estaban cubiertas del mismo modo y ue dorman. Lams haba vistomurci#lagos tan grandes, y au#llos a los ue perturb", le observaban bouiabiertos.%punt" la luz hacia abajo y pate" a uno ue trepaba por sus pantalones.

    Con todas sus fuerzas, (sa apunt" al reba@o con la escopeta de su padre.

    ;os murci#lagos, en tanto comunidad, se inmutaron por primera vez ante la

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    descarga de la escopeta. 2os de ellos estaban muertos. ;os ms cercanos se dispersaron,1nicamente para posarse un poco ms lejos. 'oda la comunidad se cerr" y rode" la fuentedel ruido. )o haba jefes, salvo en el hecho de ue los instintos comunales seransatisfechos, en primer lugar, por los individuos ms agresivos < las hembras < de unaespecie animal muy combativa. ;os instintos consistan en proteger el alimento y repeler al

    agresor ue, como vean claramente, era un solo hombre. En cierto sentido, ms alimento.El cerco se cerr" a1n ms.

    El alimento era algo maravilloso. En el mundo e!istan pocos animales, y ningunocon el mismo nivel de inteligencia ue los murci#lagos, cuyos "rganos y sentidosestuvieran tan preparados y en armona para la conuista del sustento y tal vez esto fueracierto, pues ning1n otro animal estaba tan singularmente rodeado por el alimento. =odansentir el palpitar del alimento en cualuier otro animal de sangre caliente o degustarlo en elaire, tan cargado de sudores y e!halaciones, En consecuencia, para los murci#lagos noe!istan enemigos naturales, ni siuiera el hombre. )o podan e!istir enemigos si todo eraalimento.

    *n murci#lago brinc" junto al muchacho y esuiv" sin dificultad el golpe asestadocon la culata de la escopeta. Ktro murci#lago vol" a su lado y le rasg" la nariz. Elmuchacho gir" en redondo y golpe" al aire. ;a agitaci"n, su respiraci"n jadeante y elpalpitar de su coraz"n e!citaban a los murci#lagos. ;e rodearon en forma de remolino,apenas fuera del alcance de la escopeta. *no se lanz" desde lo alto y le abri" la oreja. (sacay" y en seguida su espalda ued" cubierta de murci#lagos ue se pegaron a su camisa yla rasgaron hasta alcanzar la piel. Ktro murci#lago se pos" en su mano y el muchacho solt"la escopeta, se levant" y empez" a correr.

    ;e siguieron hasta ue lleg" a la camioneta, se arroj" dentro de la cabina, cerr" la

    puerta y subi" la ventanilla. 2urante un rato, los murci#lagos se api@aron en el cap" y elparabrisas. 2espu#s, de uno en uno, regresaron junto a las ovejas. %l festn.

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    C*%)2K me muera y vaya al infierno

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    lanco barbado, cuya llegada significara la culminaci"ndel mundo. El pahana no lleg" el a@o ue lo esperaban estaba ocupado, en la persona deCort#s, en provocar la cada del imperio azteca. ;os hopi, ue velaban, hicieron unaincisi"n en una vara por cada a@o ue su ermano se retras".

    aba veinte incisiones cuando 'ovar apareci" en el horizonte. ;os hopi seprepararon apresuradamente para la culminaci"n #pica. ;os sacerdotes del clan del Buego ydel clan del Kso corrieron por el desierto y trazaron una lnea de bienvenida con harina demaz de color azul delante de los caballos y de los hombres provistos de armaduras. 'ovarmir" confundido a su alrededor, de modo ue correspondi" al sacerdote cat"lico tomar unadecisi"n. 8=or u# estamos au9D, grit". ISantiagoJD, respondieron las tropas, y

    acometieron con las lanzas a los hopi, se diseminaron por la meseta y sometieronrpidamente a los pueblos.

    ;os hopi fueron convertidos al cristianismo y esclavizados, para gloria del Se@or.;os enviaron a las minas en busca de oro, plata, mercurio y esuistos ricos en petr"leo, ueardan como el carb"n. Cuando descubran a indios ue realizaban ritos paganos, losazotaban y castigaban con antorchas empapadas en trementina hirviente. ;os hopisoportaron su error respecto a 'ovar durante ciento cuarenta a@os, hasta ue un teHa,

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    llamado =opay, les envi" una cuerda anudada en la cual se indicaba la noche de la rebeli"nen los pueblos del sudoeste. En la Mesa )egra, el reclamo de una lechuza anunci" elmomento. % las puertas de la iglesia asesinaron a los soldados de Castillo en el altar,acuchillaron a los sacerdotes enterraron sus picas de acero y arrasaron la iglesia hasta la1ltima piedra. En total, ms de uinientos espa@oles murieron durante la retirada a M#!ico

    y aunue posteriormente los hopi fueron dominados por los espa@oles, los me!icanos y losnorteamericanos, la tribu se desacredit" a causa de su resistencia a volver a convertirse.

    Se dispusieron a aguardar al pahana aut#ntico.

    SelHyn sali" de detrs del cartel al tiempo ue se abrochaba la bragueta.

    iblia dice ue Les1s fue al desierto y all ayun" durante cuarenta das.

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    Sudaba y so@aba bajo el calor matinal.

    aba regresado a M#!ico.

    Su padre y #l eran inmun"logos, contratados por el (nstituto )acional de

    (nvestigaciones =ecuarias, dependiente de la Estaci"n de (nvestigaciones sobre ?ampirosde Ciudad de M#!ico. El objetivo de la estaci"n de investigaciones consista en controlar elderrien"ue, la rabia transmitida por los mordiscos de vampiros. ;a misi"n especfica de los=aine consista en descubrir por u# s"lo los vampiros eran prcticamente inmunes al virusletal ue transmitan.

    ;os cerrados prpados de =aine brillaban. Estaba de nuevo en Sierra Madre del Sur,cerca de la frontera con 5uatemala. En la cueva. Su padre, Kchay y #l, seguan los haces deluz de las lmparas de sus cascos y tanteaban el camino a lo largo de una elevaci"n, sesentametros por encima del suelo de la caverna. Gsta se internaba ochocientos metros en lamonta@a. Era de forma apro!imadamente ovoide, las paredes inferiores de la sierra se

    curvaban suavemente hacia el suelo y las de arriba se arueaban otros treinta metros hastaalcanzar las estalactitas gigantes y las perchas de los murci#lagos. =aine era jefe del euipoe iba en cabeza. Estaba atado con una cuerda de nylon, sujeta a los bellotes ue clavaba enla pared de piedra caliza. Loe =aine y Kchay le seguan de cerca sin ataduras, ponan unamano detrs de otra a lo largo de la cuerda y ambos llevaban un dep"sito rojo de veneno enla espalda. En esa e!cursi"n no iban con monos de vinilo a causa de la ascensi"n s"logafas y mscaras de gas para preservarse del amonaco ue despedan los e!crementos delos murci#lagos. Sin mscara, un hombre poda sobrevivir a una concentraci"n m!ima deamonaco de cien partes por mill"n durante una hora cerca de la boca de la caverna, habandescubierto ue la concentraci"n era de cuatro mil.

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    2etrs de =aine, su padre se uit" la mscara para hablar.

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    Kchay. Este 1ltimo temblaba.

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    cay" a intervalos de tres a cuatro metros y sigui" resbalando hasta ue, apenas visible en elhaz de luz de la linterna de =aine, choc" contra el suelo.

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    de cervezas y el televisor pareca una pista de aterrizaje para ni@os peue@os.

    ;os ni@os, ataviados con tocas aduiridas en una tienda de regalos, rodearon aSelHyn y comenzaron a aporrearle con tomahaH7s de goma.

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    de preparar veneno con alg1n cadver. %puesto a ue mat" a uince, veinte o ms hombres.Si odiaba a un hombre, se converta en un perro negro y empujaba al pobre por el borde dela mesa. asta los machacacabezas le teman. % prop"sito, alter Chee anduvo por au yte est buscando.

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    unirnos a Chee al menos, #l es un lder ue sabe leer un contrato. =or ese motivo losnavajos tienen centrales el#ctricas y concesiones de carb"n. Chee podra poner nuevamenteen marcha esta reserva.

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    los hopi como para los navajos. =or eso, delegado, hgame un favor. asta ue no alcancela inteligencia de un sapo medianamente normal, esc"ndase cuando vea aparecer a alguienue tenga ue ver conmigo. 8'rato hecho9 6 no vuelva a escucharme a hurtadillas.

    Mientras 6oungman pensaba una respuesta, Chee hizo un gesto al hombre blanco y

    ambos hombres se alejaron de la plaza. El delegado oy" la palabra alborotadorD,pronunciada como si se tratara de algo inferior. =ocos segundos despu#s, el >uic7 y elCaddy aparecieron a la vista y recorrieron llamativamente los callejones hasta llegar alcamino de la mesa.

    6oungman percibi" el suave rodar de los neumticos muy inflados sobre la tierra.8=or u# detestaba a Chee9 8%caso porue tena raz"n9

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    =aine haba permanecido en M#!ico despu#s de la muerte de su padre. )inguno delos me!icanos del centro de investigaciones uiso volver a trabajar con #l, pero como elprograma estaba generosamente pagado con los fondos del Krganismo %mericano para el

    2esarrollo (nternacional, le permitieron investigar durante un a@o ms. Cuando llegaba enel ;andN&over cargado con el euipo de laboratorio y los venenos, los indios de las colinasabandonaban su aldea. =aine siempre consider" desvergonzadamente ridculo eseespectculo, porue no iba a diseminar la muerte, sino a eliminarla. ;os indios leobservaban escondidos mientras =aine, con el rostro cubierto con una mscara antigas,meta en una caverna dep"sitos con carbonato de bario, tri"!ido de ars#nico o sulfato detalio. Cuando se marchaba, los indios celebraban un festejo, est1pidamente convencidos deue haban ahuyentado a un demonio.

    )i siuiera se preocup" cuando los me!icanos le retiraron la subvenci"n. ;oscardi"logos deseaban estudiar el sistema circulatorio del vampiro, los investigadores del

    sonido ueran poner a prueba los odos del animal y los psic"logos estaban fascinados consu inteligencia. )o haba murci#lago ms rpido ue el vampiro para dominar las pruebasde la caja de S7inner.

    =aine se dirigi" siempre hacia el norte y sigui" a los supervivientes de la colonia devampiros de la caverna donde haba muerto Loe =aine. *na ristra de vampiros, por muygrande ue fuera, generalmente s"lo formaba parte de una colonia de vampiros msnumerosa. Mediante la implantaci"n de min1sculos transmisores en los murci#lagoscapturados, sigui" la pista a los supervivientes hasta nuevas cuevas. Cuando las sembrabade veneno, los supervivientes se trasladaban a otras.

    izo suyo los pasos y movimientos de los vampiros. ;os hitos ue definan sualimentaci"n configuraban las puntas de la br1jula de su propia vida. *na caverna con susmurci#lagos muertos envenenados constitua su derrota, porue su euipo de rastreosiempre registraba ms supervivientes y ms cavernas y M#!ico mismo pareca una salaoscura de cavernas, sobre todo por la noche.

    %s, sigui" a los murci#lagos por Sierra Madre Kccidental, a lo largo de la laderaocenica de la Sierra de San Brancisco y por el norte, hasta las estribaciones de Sonora. ;apersecuci"n se prolong" durante dos a@os y no saba si todava e!ista alguno de lossupervivientes originales, aunue los vampiros eran longevos, inteligentes y adaptables. %la larga, persigui" a su presa hasta el final de esa sala de cavernas, hasta la 1ltima cueva

    anterior a la frontera norteamericano. Esa noche, rastre" el silencioso coro de unaimportante colonia de vampiros ue cruzaba la frontera.

    )o tena noticias de ue e!istiera una aut#ntica colonia de vampiros en Estados*nidos, lo cual constitua un acertijo clsico para los zo"logos. ;os vampiros florecandesde el norte de M#!ico hasta %rgentina, a lo largo de las monta@as andinas junto a lasci#nagas de la 5uayana. Siempre se haban detenido ante la frontera estadounidense. )adiesaba por u#.

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    =ero los murci#lagos de =aine no retrocedieron.

    &econoci" ue era su gran oportunidad. =uesto ue en %rizona no e!ista ningunacolonia de vampiros ue pudiera mezclarse con la suya, al fin podra destruirlos totalmente.=ero =aine no previ" el problema siguiente$ nadie le creera. Cuando pregunt" a los

    funcionarios sanitarios del distrito por los ataues de vampiros, se burlaron de #labiertamente. 2ej" de preguntar por los vampiros y utiliz" un tipo de preguntas msgenerales acerca de ataues nocturnos y heridas desconocidas pero tampoco tuvo #!ito.;os vampiros se haban esfumado.

    =aine reanud" sus pesuisas en las reservas indias, avanz" hacia el norte a trav#s delro 5ila, Maricopa, %pache, Colorado y ualapai y termin" en la mayor, la de los navajos.

    aba encontrado a alter Chee en la Mesa )egra. El presidente tribal navajoacompa@aba a un grupo de blancos ue se encontraban en el lmite de lo ue haba sidoparte de la mesa y ahora era la mina al aire libre de la =eabody Coal Company. ;a mina era

    una enorme pirmide invertida y e!cavada por capas, una pirmide ms desconcertante a1npor el hecho de ue formaba un vaco repentino y sobrecogedor en el cual las enormese!cavadoras el#ctricas de ocho pisos de altura uedaban reducidas al tama@o de juguetes.=aine se detuvo junto a dos limousines aparcadas lejos del borde, mientras Chee sepavoneaba y mostraba a los visitantes los elementos de trabajo.

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    toneladas de carb"n de baja calidad. =arecan brontosaurios ue se alimentabanletrgicamente en una laguna seca.

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    aca mucho tiempo ue haba aprendido ue la muerte no era un instante deserenidad. Sin el rumor discordante de los buitres, la colina resonaba todava con laactividad vibrante de las moscas. Cuando se marchara, los buitres regresaran, as comoratones y pjaros ms peue@os. *n coro completo de comedores de carro@a grandes ypeue@os. S"lo abrigaba la esperanza de haber llegado a tiempo.

    Cogi" de la parte trasera del ;andN&over su caja de aluminio y la abri" ante uncordero ue estaba reducido a cabeza, pezu@as y un millar de moscas ue disputaban ellugar donde poner sus huevos. Se coloc" una mascarilla y se puso los guantes de goma. Seci@" en la cintura un cintur"n ue #l mismo haba ideado. %dems de la cartuchera para laautomtica, el cintur"n contena unos compartimentos de piel y fieltro para diversos tarros,jeringas, escalpelos, tijeras uir1rgicas, sobres vtreos y un mon"culo de joyero.

    ;a camioneta situada en la colina ni siuiera tena ruedas, sino ue estaba apoyadaen adouines. ;as ventanillas y el parabrisas estaban manchados de sangre en la parte deadentro. =aine apoy" la mano en el tirador de la puerta y se apart" para abrirla.

    )adie cay". % pesar de ue el asiento y el suelo estaban cubiertos de sangre seca, nohaba ning1n cadver. =aine tuvo una decepci"n, pero la profusi"n de manchas de sangreera, al menos, una buena se@al.

    %vanz" entre las ovejas. aba, como mnimo, seis reses muertas esparcidas por lacolina, la mayora de ellas abiertas por la actividad de coyotes y buitres. El terreno estabarevuelto. ;evant" un cadver con la bota y descubri" ue la tierra estaba deste@ida por unaresina oscura con olor a amonaco. Eso ya era mejor. &ecorri" el escenario pastoral hastaencontrar una oveja menos destrozada ue las dems. %unue estaba destripada y losintestinos colgaban sobre la hierba, el ligero movimiento de las ventanas de la nariz

    demostraba ue segua clnicamente viva. =aine se arrodill" a su lado. %lgunos buitres seposaron para picotear una oveja cada a cierta distancia. )o les hizo caso.

    ;a parte delantera del pecho de la oveja tena estras poco profundas de las uemanaba sangre. =aine dio vuelta a un tarro casi al mismo nivel de las heridas. Entre la tapaabierta y las heridas introdujo una cartulina. En el tarro comenz" a desarrollarse una d#bilactividad. =as" el tarro y la cartulina por encima de todas las heridas y despu#s enrosc" latapa. Se acomod" el mon"culo en el ojo derecho y levant" el tarro hacia el cielo. Kcho onueve pulgas saltaban contra el cristal.

    S"lo en )orteam#rica e!istan ms de doscientas especies distintas de pulgas.

    %mpliados, estos parsitos del orden %iphonaptera presentaban unas caractersticascomunes$ cuerpos sin alas, patas potentes, hileras de cerda y las bocas chupadoras ue sunombre latino indicaba. En el tarro haba cuatro especies distintas. ;os ratones ue habanmordisueado las heridas dejaron pulgas roedoras$enopsylla cheopis, pulgas sin ojos ycon hileras dobles de cerdas. El coyote ue haba destripado la oveja, deposit" dos especies$pulgas comunes de perro, redondas y con la boca parecida a un bigote y pulgas carnvorasde cabeza y ojos huecos. aba dos ejemplares de esta 1ltima especie. Sus cabezas enforma de casco carecan de ojos. ;a boca pareca una dentadura postiza. =ulgas de

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    murci#lago.

    2urante un instante, =aine ued" azorado por su suerte. 2esde lo alto, los buitres lovieron agacharse junto a otra oveja y recoger ms ejemplares. Cuando los guard" en lacamioneta y se march", las aves volvieron a descender a trav#s del aire ue suba de la

    fuente termal para concluir la tarea ue la naturaleza les haba encomendado.

    =aine condujo lentamente y domin" su agitaci"n.

    ;a vida era injusta. 5eneralmente, s"lo los pobres y los genios lo comprendan, peroayden =aine lo reconoci" ante la muerte de su padre. Loe =aine fue un inmun"logorealmente e!cepcional Loe =aine, ue en el a@o cuarenta y cuatro diriga el euipo del(nstituto &oc7efeller, identific" como rabia, transmitida por los vampiros, una e!tra@aenfermedad paralizante ue anualmente mataba a miles y miles de cabezas de ganado. Elresto de los peritos negaba ue el murci#lago fuera la transmisi"n. >ajo la lente delmicroscopio, el virus del llamado derrien"ueno se pareca e!actamente al de la rabia.

    %dems, la rabia mataba invariablemente a su hu#sped y la mayora de los vampirosprosperaban a pesar del virus ue los infectaba. Loe =aine demostr" ue el virus de la rabiahaba mutado influido por su estrafalario hu#sped y ue, de todas las especies de la tierra,1nicamente el vampiro era invulnerable a la rabia.

    ;os conocimientos de Loe =aine no terminaban all. 8'ena Chee terror a la peste9En -3T, los =aine, padre e hijo, estudiaban en Saig"n una enfermedad ue se e!tendi"entre los refugiados de la ciudad asediada. Loe =aine super" los obstculos puestos por losamericanos y los vietnamitas hasta ue identific" la enfermedad como peste bub"nicatransmitida a trav#s del arroz infectado por las ratas. *n peue@o detalle ms entre losmuchos horrores de la guerra$ en -3T, en ?ietnam hubo O.O/T casos de peste.

    =ero para ayden =aine todo retornaba siempre a las cavernas. Sufra declaustrofobia. *n paso en la oscuridad y se duplicaban los latidos de su coraz"n, estado uese increment" gradualmente con la e!periencia. 2urante el primer a@o ue junto con supadre se dedicaron a investigar sobre los vampiros, la claustrofobia pas" por e!citaci"nnerviosa. 2urante el segundo, sin comprender por u# < de chiuillo haba participado consu padre en e!pediciones espeleol"gicas

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    medida ue su sensatez se replegaba. 2etrs de las gafas, los ojos le salan de las "rbitas.(ncluso cuando intentaba concentrarse en la t#cnica de la cordada o desplegaba un velo dehilo superfino, degustaba ese terror caliente y salobre. Entonces alguien encenda unalinterna y la caverna estallaba en un remolino de alas atemorizadas. S"lo cuando el sonidode las alas y los gritos de tono grave de los murci#lagos producan un rugido vertiginoso,

    =aine liberaba su aullido de terror.)o era tan est1pido como para considerarse cobarde. =or desgracia, era lo bastante

    inteligente para saber ue el motivo por el cual regresaba a las cavernas radicaba en imitar asu padre y, al imitar a un hombre mejor, se converta en un farsante.

    )o importaba la cantidad de cavernas en las cuales entraba ni lo competente uepareca, pues el pnico secreto siempre floreca. (ncluso corri" riesgos para impedir ue susojos se desviaran hacia la oscuridad ue le circundaba. E!cepto su padre, nadie lo saba ypor eso Loe =aine tena ue ir cuando otros vacilaban.

    En auella caverna me!icana, injustamente, fue el mejor hombre el ue muri". =erono lo hizo sin un regalo de despedida. Como el rescoldo de una hoguera, el pnico de =ainese apag" y desapareci".

    ;a arena del desierto tena la conte!tura de la ceniza compacta. Loe =aine opinabaue el desierto era una tierra uemada y ue arda constantemente. =ara =aine, un alivio encomparaci"n con la noche.

    2espu#s de conducir durante cuarenta y cinco 7il"metros, se detuvo al amparo deun ca@"n de paredes rgidas y amarillas y mont" el laboratorio. %l igual ue el cintur"n,tambi#n era idea suya. *nas barras de aluminio se atornillaban horizontalmente a la parte

    superior trasera del &over y se e!tendan cuatro metros y medio hasta los soportes hundidosen la tierra. Sobre esa estructura colgaba una red de tela metlica espesa, cerrada concremalleras alrededor de las puertas abiertas del &over y provista de una entrada practicableen el otro e!tremo. 'ens" la tela metlica y la sujet" al suelo mediante agujeros situadoscada uince centmetros haba creado el efecto de un capullo ue surga de la camioneta.2entro del capullo, acomod" mesas y euipo. 2el refrigerador del &over e!trajo cpsulascon gelatinas de cultivos de sangre. 'ubos de ensayo. Brascos de soluci"n letal provistos detapa de goma herm#tica. Microscopios y portaobjetos. *na caja cuadrada y negra, desesenta centmetros de altura, con la parte delantera provista de una capucha de cresp"nnegro. %comod", junto a la caja, el tarro con los ejemplares e!trados a las ovejas.

    %part" la capucha negra y desenrosc" un e!tensor situado dentro de la caja, uellev" hasta una batera de pilas secas ubicada debajo de la mesa. *n deslustrado cristal deluz blanca

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    desliz" una cartulina entre #sta y el tarro de cristal. =uso ambas cosas del rev#s y apart" lacartulina al tiempo ue enroscaba el tarro en la cubierta de plstico. 2espu#s acomod" unmicroscopio encima del cristal y se cubri" la cabeza con la capucha de cresp"n.

    %mpliadas en 0R , las pulgas se sacudan inc"modas entre los lmites del cristal y

    la cubierta. =ero el calor del cristal brillante desprenda el sofocante vapor de un matadero.;as antenas se contraan y el vello de sus palpos se erizaba. ;as pulgas perrunas ycarnvoras, provistas de visi"n, fueron las primeras en acercarse a las gotas de sangre enforma de pelota, aunue la ciega! cheopisy la pulga del murci#lago se unieron al revuelo.aba bastante para todas. ;as vainas de las p1as chupadoras se descorrieron y estas1ltimas se hundieron en los bordes de la sangre.

    % OR , los cuerpos de las pulgas eran transparentes. =aine observ" un torrente rojoue flua a trav#s de las p1as y el es"fago hasta desembocar en el est"mago. ;as paredes dela faringe y de la garganta se dilataban y se contraan, bombeando la sangre. Estudi" lapulga carnvora, la del perro y la! cheopisantes de centrarse en una de las dos pulgas de

    murci#lago ue se alimentaban. *n torrente rojo flua a trav#s de la p1a, giraba y volva afluir hasta la gota de sangre. ;a pulga del murci#lago estaba enferma, vomitaba su alimentoy mora lentamente de hambre. % TO , =aine supo por u#. *na masa gelatinosa bloueabael es"fago y lo relajaba hasta el punto de ue la acci"n valvular funcionaba mal, puese!pulsaba la misma cantidad de sangre ue entraba en el est"mago de la pulga. ;a segundapulga de murci#lago sufra el mismo bloueo.

    =aine desenrosc" el tarro de la cubierta y desliz" en #l una mano enguantada. Cogi"con pinzas una pulga de murci#lago y la aplast" en el cuenco del cultivo de sangre. Cogi"cuidadosamente con las pinzas la segunda pulga de murci#lago y la sostuvo sobre unaplatina, mientras le apretaba el est"mago. *n chorro rojo manch" la platina. =aine dej" caer

    la pulga en una soluci"n letal. ?olvi" a enroscar el tarro en la cubierta.Se acerc" a otra mesa prcticamente cubierta por un microscopio fluorescente. Gste

    tena lentes compuestas corrientes incorporadas en un sistema curvado de una lmpara decentelleo de mercurio, pantallas de radiaci"n y filtros ultravioletas ue ba@aban la platinacon una luz azul violcea. Se trataba de un aparato difcil de manejar, caluroso y ueconsuma mucha energa, pero Chee haba insistido en ue, salvo por radio, no hubiera mscomunicaciones entre =aine y los laboratorios navajos de Ship &oc7. 6 el microscopiofluorescente era un laboratorio bacteriol"gico en s mismo.

    =aine unt" una platina con el contenido del est"mago de la pulga de murci#lago, la

    sec" y la ti@" con una soluci"n fluorescente. Coloc" el portaobjetos, se cubri" la cabeza conla capucha, encendi" la lmpara y acomod" el foco.

    ;a soluci"n fluorescente no haba terminado a1n de hacer efecto. =aine esper" ytemi" ue los latidos de su coraz"n pudieran perturbar el delicado foco. % pesar de lasombra del ca@"n, el calor de la lmpara haca ue el sudor corriera por su cuello y supecho.

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    En la platina, los organismos invisibles se tornaban visibles contra un fondo oscuro.Eran bacilos cortos, ligeramente parecidos a imperdibles.

    >acilos de la peste. ;os murci#lagos transmitan la peste.

    Chee haba contratado al hombre adecuado.

    En el camino de regreso a 5ilboa, despu#s de dejar a su esposa en el remolue de suhermano, SelHyn estaba completamente borracho.

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    El jeep se estremeci" mientras 6oungman aceleraba sobre las piedras de un pantanoseco. En lontananza, la tierra mostraba esas elevaciones achaparradas de pinos pi@oneros ymezuitas, ue a los del sudoeste les gusta llamar colinas. ;a velocidad del jeep creaba unabrisa falsa.

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    maldiciones de SelHyn se intensificaban. Se desat" un fuerte viento. ;os rboles seinclinaban.

    En la cumbre de la elevaci"n, SelHyn se separ" de 6oungman y cay" de rodillas.%lrededor de la tumba haba tierra y piedras, pero la fosa estaba vaca.

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    %nne reparti" patatas fritas y panecillos. 2esde ue salieron de 5ilboa, las personasa su cargo no haban participado para nada en la comida ni en la limpieza. Siempre ycuando dieran dinero a la reserva..., record".

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    castigarla porue haba rechazado su propuesta y los dems le apoyaban. K tal vez laparanoia de 6oungman fuera contagiosa. =ero el aburrimiento ue se haba apoderado delgrupo haba desaparecido por completo.

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    %nne mir" a trav#s del parabrisas. Era as 6oungman, 8tan inaccesible como ellahaba dicho9 8%caso la muerte del amor era una forma de autoconservaci"n9

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    ojos muy abiertos y una mano ue manch" de sangre la ventanilla.

    %nne abri" la puerta de una patada. 2os figuras entraron apresuradamente y lasegunda dio un portazo y ech" el cerrojo.

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    %nne forceje" con enry. 'odo lo ue tocaba era carne despellejada.

    ;a furgoneta choc" contra una pitahaya, ue destroz" el faro derecho mientras lasangre segua cayendo en los ojos de Bran7lin. =ero logr" encontrar un lugar para acelerar.*no o dos murci#lagos aleteaban delante. =is" a fondo el acelerador, esuiv" las pitahayas

    altas y aplast" cactos y arbustos ms peue@os.

    Encontr" por casualidad el camino de tierra ue %nne haba tomado para llegar allugar del campamento. Era un camino irregular pero en lnea recta y la furgoneta sebalanceaba a noventa 7il"metros por hora, ganando distancia a los 1ltimos murci#lagos.

    5racias a 2ios

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    *na nube parecida a un trapo blanco colgaba a la luz de la luna. Bran7lin sigui"limpindose la sangre de los ojos. %hora el camino desapareca bajo e!tensiones de arenaarrastrada por el viento. *n mezuite golpe" las ventanillas.

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    IS% ;oloma senta fro. Eran los meses de la luna del halc"n y la nieve lo cubra. ;anieve caa en sus ojos, en su cerebro y entre sus costillas hasta llegar al coraz"n.

    (sa ;oloma, seco y ardiente, luchaba en medio de la fiebre contra las correas ue lomantenan con los miembros e!tendidos en una carreta de heno, al sol, ante la choza de6oungman. 'ena las mu@ecas y los tobillos despellejados. En los hombros, la palma de unamano y, peor a1n, en el cuello, se vean bubones salientes y rojizos. ;os n"dulos linfticosparecan hinchadas lunas montuosas en torno a las cuales gravitara el resto de la vida de(sa.

    Sus padres estaban en la choza.

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    *na hora despu#s, un >eechcraft del Ej#rcito del %ire )avajoD, bordeado de azul ycon un sol navajo de color amarillo en la cola, se pos" directamente delante de la choza.2os policas navajos con brillantes cascos de plstico, de color blanco y negro, montaronguardia mientras unos m#dicos enguantados y enmascarados uitaban la carne helada ue6oungman haba colocado junto al muchacho para refrescarlo. 'rasladaron a (sa a una mesa

    de cromo y lo cubrieron con una transparente tienda de o!geno conectada a un refrigeradorde aire y a un depurador de g#rmenes situado en la parte inferior de la mesa. ;os padresobservaban fascinados, como si transformaran a su hijo en un e!tra@o. Miraban de soslayoa 6oungman para tranuilizarse, pero al7er Chee estaba a cargo de la situaci"n.

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    egay.

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    ;a puerta de #sta se cerr".

    ;os restos de los tres cadveres estaban igualmente mutilados por los comedores decarro@a. =aine siempre pens" ue el efecto ue creaban era el de la atm"sfera posterior auna fiesta. Bragmentos de piel y de ropa esparcidos sobre la tierra, como serpentinas rotas.

    Cuerpos, una cafetera, bollos para hamburguesa y bombones de merengue blancodiseminados en abatido reposo. S"lo las moscas y las hormigas seguan en la tarea, y unsapo con cuernos ue esperaba a estas 1ltimas. *na escena para El >osco, pens".

    Cogi" una CocaNCola del ba1l de provisiones de los e!cursionistas y se sent".

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    lejanas.

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    encargamos del control de la peste. ;o hemos hecho con el 2epartamento de (ndios y conlos e!pertos del Centro para el Control de las Enfermedades de %tlanta. ;as pulgasroedoras transmiten la peste. En este momento, todo roedor ue se encuentre a pocos7il"metros de esa colina est muerto. Sabemos c"mo tratar este problema, de modo ued#jenos seguir adelante.

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    2espu#s de uitar el aislamiento, %nne separ" los hilos de cobre, los enroll" y s"loapart" uno. % su lado tena un objeto 1til ue encontr" en la furgoneta$ la ca@a de pescarue pensaban utilizar en el riacho truchero de Loe Momoa. Con un e!tremo del hilo decobre, %nne form" un lazo de menos de un centmetro, a trav#s del cual pas" la punta libre.Cada vez ue mova los dedos rotos, el dolor le llegaba hasta el codo. %dems, tena los

    dedos resbaladizos. En el cuarto intento logr" atar el lazo del hilo de cobre al e!tremo de laca@a de pescar y pas" la punta libre por el ojo superior de la ca@a.

    Bran7lin miraba sin inter#s. El trauma de las heridas era menos importante ue elhecho de ue se negaba a comer y a beber. ;a matemtica de la supervivencia en el desiertoera sencilla. Sin cobijo ni agua, un hombre sano durara un da. =uesto ue Bran7lin s"loperda ochocientos gramos de fluido corporal por da y a la sombra, le uedaban alrededorde dos das. %nne daba unas horas de vida a enry, ue tena fiebre, el pulso muy d#bil yestaba en estado de coma.

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    Chihuahua de cola de ltigo, s"lo hembras ue se reproducan por su cuenta, como si losmachos fueran un lujo tan in1til como las hojas para un cacto. %l esforzarse y presentirdebajo un escorpi"n, la lagartija no repar" en una vbora de metro y medio de longitud uese deslizaba sobre el lecho del arroyo.

    ;a vbora reptaba con la cabeza en alto y se mova lentamente de un lado a otro paracalcular mejor la distancia ue la separaba de su presa. 'ena escamas suaves, rayas en loscostados y el vientre cremoso como el mrmol. Se concentr" en su presa y olfate" el nudocorredizo de cobre.

    ;a lagartija salt" al arroyo mientras %nne tiraba de la gua. ;a vbora se agit" en ellazo hasta ue %nne lo baj" y aplast" su delgada cabeza con una piedra.

    Cocinara la mitad de la carne de la serpiente y comera cruda la otra mitad paraobtener humedad.

    Se negaba a morir.

    aca sesenta millones de a@os, cuando el largo da de los dinosaurios se e!tingui",se produjo un estallido de versatilidad en una clase de vida ms reciente, llamadamamferos. %lgunos mamferos se desarrollaron con corpulencia y lucharon por ocupar el

    sitio ue los dinosaurios dejaron vaco. En otros, sus pies aduirieron velocidad odesarrollaron aletas para nadar. %lgunas musara@as de los rboles, peue@os insectvorosdotados de dedos giles y de apetito voraz, desarrollaron pliegues sueltos de piel a lo largode las costillas, ue les permitieron deslizarse entre las ramas.

    El deslizamiento se simplific" cuando sus tres dedos e!teriores se alargaron yuedaron cubiertos por una membrana. ;os dientes cambiaron y los incisivos fueronreemplazados por colmillos. ;a clavcula se e!tendi", las costillas se achataron y elestern"n se arrug" para sostener los poderosos m1sculos pectorales, en tanto el coraz"n ylos pulmones se hinchaban. El brazo superior se encogi" a1n ms. =ulgar e ndice seredujeron. ;os membranosos dedos e!teriores crecieron un poco ms, el tercero hasta

    alcanzar la longitud de la cabeza y el cuerpo del animal. El deslizamiento se convirti" envuelo y surgieron los murci#lagos. En la Era del ombre se calculaba ue e!istan dos milformas de murci#lagos.

    =aine los escuchaba en la oscuridad.

    Estaba sentado, ba@ado por el resplandor amarillo de la luz interior del &over, yhojeaba ociosamente un ejemplar de Play4oyue haba cogido del consultorio del m#dico

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    de Chee, en indoH &oc7. El brillo de las pginas transformaba los desnudos. ;os pechosse vean tan lustrosos como las u@as. ;a rubia de la pgina central era tan escurridiza comoel jab"n.

    En el techo del &over, un micr"fono unidimensional giraba rtmicamente Q3R

    grados. En el centro del micr"fono haba seis tubos de aluminio, cada uno de ellosdestinado a vibrar ben#volamente como un diapas"n en una sola frecuencia, por muy suaveue fuera, a una distancia de mil metros. ;as llamadas de muchos murci#lagos distintospodan lograr ue uno de los tubos zumbara s"lo la llamada de localizaci"n por ecos delvampiro lograra ue todos los tubos respondieran. 2entro del &over, la empu@adura depistola del eje del micr"fono giraba junto a la oreja de =aine. *n alambre iba de laempu@adura a una batera y otro conduca hasta un amplificador de se@ales libre dedistorsiones ue, a su vez, se una a un osciloscopio situado en el asiento, junto a =aine. Enla cara verde del osciloscopio apareca una lnea blanca, recta como una regla.

    El m#dico de Chee haba puesto una inyecci"n a =aine. %hora estaba lleno de

    sustancias residuales un sedimento de tres mil millones de bacilos de la peste matados conformalina y recubiertos con hidr"!ido de aluminio recorra sus venas. ;o ue uera erannuevos odos para nuevas voces.

    ;a noche estaba llena de voces$ b1hos, ranas, gavilanes, lagartijas, ratones, coyotes,todo el desierto era un c1mulo de maullidos, ladridos, aullidos y gritos. &eclamos odos yno odos. =or ese motivo tena ue utilizar el osciloscopio, porue la audici"n humananfinalizaba en la msera frecuencia de 0R.RRR ciclos por segundo.

    *n rostro ue haca pucheros le sac" la lengua desde la pgina de la revista.

    =ara sobrevivir, los animales se adaptaban de diversos modos. En los humanos, laadaptaci"n se evidenciaba e!teriormente en el tama@o del crneo y del aparato se!ual. Elpene dilatado, los pechos alargados, los labios llenos y las nalgas. 86 en los murci#lagos9En las alas. 6 en los odos, ampliados y circunvolucionados como coronas. ;aprotuberancia auditiva separada como una daga. *n caracol enroscado como una conchamarina y entrelazado por m1sculos ue permitan ue el odo percibiera el eco con msclaridad ue la llamada, una llamada ue poda alcanzar 0RR.RRR ciclos por segundo, diezveces el alcance del hombre.

    =or la noche, cuando los colores se transformaban en matices de gris, la mayora delos mamferos confiaban en el tacto. ;os roedores se api@aban en la seguridad de

    madrigueras cerradas. ;os humanos andaban a tientas, buscando el tacto de la piel suave,rodeados de fantasas y limitaciones, ciegos en la oscuridad.

    =aine dej" la revista y sonri".

    Lezabeles, habra dicho Kchay. 'odos los das, hasta su muerte, el me!icano searrodillaba y oraba o daba folletos religiosos a los dems miembros del euipo.

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    Kchay se haba vengado despu#s de muerto. En lo alto de las sierras, el vehculo de=aine estuvo a punto de caer por un barranco y perdi" su biblioteca personal con las obrasde Milton, Sha7espeare y ;eHis Carroll. S"lo ued" el )uevo 'estamento de Kchay, unejemplar muy usado, con los juicios y las profecas ms horribles concienzudamentesubrayados. Bue lo 1nico ue =aine pudo leer durante los seis meses siguientes.

    'odas las revelaciones estaban subrayadas. El divino san Luan clamaba en eldesierto, preparando el bagaje de locos futuros. 'ienen como rey al ngel del foso sinfondo... El resto de la humanidad ue no muri" por estas pestes no se arrepinti" de las obrasde sus manos...D Mejor las cadenas del fantasma de Marley ue el libro de Kchay, habapensado =aine en ms de una ocasi"n, aunue algunos fragmentos le parecan interesantes.Entonces vi a un ngel de pie bajo el sol, ue con voz fuerte grit" a todos los pjaros uevuelan en mitad del cielo$ \?enid, reunos para la gran cena de 2ios, para comer la carne delos reyes, la carne de los capitanes, la carne de los poderosos, la carne de los caballos y desus jinetes y la carne de todos los hombres, tanto libres como esclavos, peue@os comograndes].D

    El osciloscopio vacil" y emiti" una se@alD de puntos blancos. S"lo responda a tinode los tubos del micr"fono$ una se@alD euivocada. El cielo de %rizona estaba lleno depeue@os murci#lagos insectvoros

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    Circulaba un chiste ue deca ue entre los inmun"logos no haba inmunidad, ni prevenci"nentre los parasit"logos. 8&etroceda o creaba defensas el cuerpo contra el atractivo seductordel invasor9 =ocas veces. Como hecho estadstico, entre los investigadores la carne seentregaba con tierna anticipaci"n. Con afinidad. ;os investigadores del cncer presentabanel ndice ms alto de cncer. ;os investigadores de filaria se uedaban ciegos. El

    especialista en lepra se converta en lazarino. ;a cuesti"n de decir ue una enfermedad o unparsito eran end#micos en una regi"n consista en ue estaban en todas partes y ue nohaba salida. Sobre todo si uno no intentaba salir, sino ue los persegua implacablemente.2onde la intimidad se converta en una necesidad profesional. ;a gente siempre seasombraba de los inmun"logos ue estudiaban en sus propios cuerpos el desarrollo de unaenfermedad desagradable. =ero si uno iba tambi#n a contraera, 8u# otra cosa poda hacer9El cncer floreca, los gusanos engordaban y el hombre se ofreca como sujeto dee!perimentaci"n. *n riesgo profesional. % medida ue la invasi"n se difunda, uno seconverta literalmente en lo mismo ue estudiaba. =or ese motivo

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    =aine se ape" del &over y encaj" un filtro ultrarrojo en el reflector colocado en lapuerta. El osciloscopio comenz" a lanzar bips desencadenados por la intensidad de lasse@ales. Subi" al &over y cerr" las ventanillas. 5ir" otro punto el manguito hasta reducirloa /O grados y el osciloscopio se convirti" en una banda s"lida de latigazos potentes y cadavez ms cercanos.

    =aine desenchuf" la batera del eje del micr"fono y lo dirigi" manualmente por laempu@adura. ;a imagen del osciloscopio se convirti" en nieve, sobrecargado por lasentradas. 2esconect" el osciloscopio, apag" la luz interior, cogi" los prismticoselectr"nicos sensibilizados y encendi" el reflector. 2irigi" el haz de luz hacia arriba.

    Se acercaron, diez por vez, ms tarde veinte, despu#s ms de los ue poda contar,volaron apro!imadamente a siete metros y medio por encima del &over, cientos y cientos,una de las colonias de vampiros ms numerosa ue haba visto en su vida. )o aleteabancomo murci#lagos insectvoros, sino ue batan levemente sus largas alas, cubran el cielo ylo te@an con las alas rojas en forma de cuchilla.

    El motociclista conduca su pesada muina por el camino monta@oso. Era un malcamino, la mitad del tiempo bordeaba un precipicio, y si no lo hubiese conocido tan biencomo lo conoca, se habra visto obligado a reptar en la oscuridad. Mantuvo la velocidad,entre otros motivos, por miedo.

    El borde del camino, anegado por la lluvia, se desmoronaba bajo los neumticos. Seirgui" y aminor" la marcha. Se alegraba de tener ue concentrarse en el camino y cuandolleg" a un lugar ue estaba casi totalmente anegado, condujo diestramente la moto por elbanco interior hasta llegar a otro tramo en buenas condiciones.

    'ena suerte, pens", ms suerte ue su hermano. %lguien tena ue permanecer juntoal corral por la noche para espantar a todo lo ue atacaba al ganado. Su hermano deseaba iry probar la nueva QRNQR, ue llev" con una escopeta de aire comprimido, dos lmparas decontrol remoto y un saco de dormir. Su hermano no hizo un solo disparo. % medianoche,apareci" tambaleante en la puerta de la cocina sangraba de la cabeza a las botas y gritaba$

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    &edujo la velocidad para distinguir el camino a trav#s de las ramas ue habancado. Con #stas se mezclaba una lnea negra parecida al ltigo de una diligencia. Sedetuvo, gir" el manillar de la moto y movi" el haz de luz hasta ue encontr" un postetelef"nico en el borde del camino. ;a lnea era el tendido telef"nico.

    %rrastr" la moto hasta el poste y abri" sus alforjas de cuero repujado. 'enarealmente suerte, pero esto no uera decir nada, a menos ue estuviera preparado. ;asalforjas contenan el casco con lmpara, los guantes, el cintur"n y el tel#fono de mecnicode lnea ue haba cogido cuando renunci" a SouthHest >ell. )o era robar todos sellevaban cosas. )adie discutira si salvaba algunas vidas. Se ci@" el cintur"n y el casco yprob" la luz, ue era d#bil pero suficiente. 'rep" ansiosamente por las estacas del postehasta el cable desconectado.

    En lo alto del poste, sinti" las primeras dudas. )unca haba servido para el trabajode lnea y la lmpara del casco pareca mucho ms d#bil a nueve metros de altura ue en elsuelo. =ero si trabajaba tranuilo, podra ahorrar las horas ue demorara si trataba de

    buscar ayuda con la moto. En los alrededores de 2innebito ash no haba casas contel#fono y la primera cabina p1blica estaba prcticamente a la entrada de 'uba City. %pret"un punto ms el cintur"n alrededor del poste. Era una noche terriblemente cerrada pero lasnoches oscuras solan gustarle para cazar mapaches e incluso, a veces, ciervos. =ermanecaa oscuras hasta ue oa un ruido y entonces encenda el foco. ;os animales uedabanpetrificados, con los ojos de color naranja y aterrorizados, y les meta una bala en lospulmones.

    %l no utilizarlos, los guantes estaban duros. 'ena miedo de cometer un error y ueel tel#fono de lnea se le cayera. Gste era bastante sencillo$ tena un disco en el tubo y doscables sujetos con grapas. )o lograba apoyar firmemente las botas en las estacas y se

    retrasaba.%dems, las grapas estaban tan o!idadas por la falta de uso ue tuvo ue limarlas

    con su cuchillo de monte. Se dispona a conectar las grapas con el cable cuando descubri"ue no estaba solo. %pro!imadamente a tres metros, colgado boca abajo del alambre, unmurci#lago le observaba.

    ;as grapas le resbalaron de los guantes, pero se recuper" rpidamente. Era el mayormurci#lago ue jams haba visto, de color marr"n apagado, con nariz chata y cabeza confleuillo. Era s"lo un murci#lago, pens", y despu#s de tragar saliva se ri" de s mismo.Meti" el cuchillo en el cintur"n para disponer de las dos manos y conect" el tel#fono al

    cable. El haz de luz del casco ascendi" por el cable. Ktros cinco murci#lagos colgaban de#ste.

    Estaba seguro de ue al principio, cuando trep" por el poste, no haba ning1nmurci#lago en la lnea. )o estaba asustado, pero le habra gustado tener consigo una pistolacontra bichos. ;levaba una en las alforjas. >aj" la mirada hasta la moto. %unue la luzapenas llegaba al suelo, habra jurado ue la moto tena vida. %l principio, pens" ue estaballena de sapos ue se agitaban y saltaban al camino, pero cuando mir" en lnea recta hacia

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    abajo y descubri" ue la mitad inferior del poste estaba cubierta por ellos, ue ascendan decostado y del rev#s, supo u# eran y, aunue irracionalmente, u# perseguan. Su coraz"n losupo y comenz" a golpearle las costillas. ;a lnea se balance" y tir" del tel#fono ue tenaen la mano. En pocos segundos, la lnea ued" cubierta de murci#lagos. *no de ellos tenauna cra sujeta al pecho. Gsta gir" la cabeza para mirarle.

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    U)% fila de hombres cantaba IoNoNhahJD, contra el tel"n de fondo del desierto.(ban totalmente pintados de negro, e!cepto el blanco ue apareca en su frente, la boca y lospuntos de los brazos y las espaldas. ;as plumas de guila adornaban sus largas cabelleras yde sus faldas azules colgaban pieles de zorro, % cada paso lateral ue daban, los collares deturuesas ue llevaban en el cuello y las matracas de caparaz"n de tortuga atadas a lasrodillas resonaban al unsono.

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    6oungman y #l avanzaron por entre la muchedumbre, en busca de cmaras,magnet"fonos o blocs de dibujo.

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    Cuando 6oungman volvi" a la plaza, uno de los bailarines haba recibido unamordedura. *na serpiente toro se enrosc" en su cuello hasta ue la sombra de una pluma deguila pas" sobre sus ojos. ;a serpiente lo solt" y cay" a suelo produciendo un ruido seco.=oHell bail" encima de la serpiente toro, con una nueva cascabel en la boca el hocico de lacascabel descansaba sobre el hombro de =oHell y balanceaba la cola casi al mismo ritmo

    ue los pasos del bailarn. ombre y serpiente, dos partes de la naturaleza, unidasntimamente y no por azar las leyendas hablaban de la esposa del reptil. %bner siempredeca ue blancos y navajos nunca comprenderan ue la danza de la serpiente era un bailede vida y no de muerte.

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    6oungman

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    conejo frito, se colaba por las puertas de mosuitero. =or una ventana divis" a Chee y aotros navajos con los ancianos del pueblo. 6oungman se sent" donde la plaza desembocabaen el vaco. 2ej" ue sus pies sobresalieran por el borde.

    El sol arda a la altura de sus ojos. Mir" para abajo entre sus botas, donde un enebro

    ue luchaba en un afloramiento obstaculizaba el largo precipicio. Con los prismticos,habra podido distinguir a los bailarines ue volvan del desierto. =untos oscuros ue semovan a paso largo entre las sombras, ue podan estar a ochocientos metros all lejos, enla arena. El aire era una bruma p1rpura al este y dorada al oeste. Ms all del desierto, alotro lado de las monta@as, las ciudades comenzaran a encender las luces$ insloH,Blagstaff, 'ucson, =hoeni!. >ulevares, palmeras, los carteles de los moteles, las piscinas,todo iluminado, todo impulsado por las aguas compradas, robadas, divididas, sobrestimadasy en trance de desaparici"n. oNahNha, todos uieren lluvia.D

    6 los murci#lagos. 8=or u# el pahana ue uera un trozo del viejo %bner estabainteresado en los murci#lagos9 Si los buscaba, 8por u# no se trasladaba a las cavernas de

    Carlsbad, donde los encontrara a millones9 8% u# se deba el recelo en torno a lab1sueda de los murci#lagos9

    'odos parecan estar bien en el rancho de los Momoa, pens". 6 se pregunt" por u#se molestaba en pensar en los Momoa hasta ue record" ue %nne se diriga all. %bner y eljoven ;oloma fueron atacados al este de 5ilboa. Ella iba al oeste. 6 tena una radio.

    El 1nico problema ue ella tena era #l. 6oungman record" la primera vez ueacamparon juntos en 2innebito ash. %campar era un modo amplio de decirlo. S"lopescaron las truchas necesarias para alimentarse. E hicieron el amor sobre una manta.

    2urante la segunda noche, %nne comenz" a hablar de su familia y a la tercera nochepregunt" por la de 6oungman.

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    En cuanto pronunci" estas palabras, 6oungman se arrepinti". arold le observabaconmocionado.

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    convertan en cuadrados de luz ms peue@os, con el color blanco grisceo de las lmparasde gas. ;as voces y los ruidos de la comida resonaban en los callejones. V- aire arrastrabapor la plaza hojas de lamo americano.

    6oungman se movi", se desperez" y tom" el camino del aparcamiento. Cecil le

    haba invitado a cenar. =ero al llegar al e!tremo de la plaza, 6oungman se detuvo junto a latercera fila, donde el t"tem del clan del Buego colgaba del pelda@o superior de la escaleraue conduca a la cmara subterrnea. Era muy e!tra@o, prcticamente sacrlego ue lossacerdotes permanecieran en la 7iva durante una danza de la serpiente. =eroindudablemente era ms grave ue alguien los perturbara.

    =ermaneci" junto a la escalera, atento a una palabra, al temblor de una matraca, a unmurmullo de movimientos abajo. %nul" en su mente los sonidos de las casas, el susurro delviento. ;a 7iva estaba totalmente en silencio. ;as ramas de enebro atadas a la escalera,debajo del agujero de la entrada, impedan toda visi"n de la cmara, pero 6oungmanpercibi" el olor a comida en mal estado.

    Sacudi" la escalera para averiguar si le oan. )o obtuvo respuesta. ombre de=iedra haba dicho ue ocho sacerdotes se encontraban en la 7iva alguno tendra ue haberreparado en la escalera. =ero podan haberse marchado la noche pasada o la anterior sin uenadie los viera. :uiz la 7iva estaba vaca. Kbserv" un escarabajo negro con marcasescarlata en las alas ue suba desde la entrada por la escalera.

    *na carcajada reson" en un callej"n. % no ser por 6oungman, la plaza segua vaca.*n segundo escarabajo sigui" al primero.

    6oungman comenz" a bajar por la escalera. Cuando sus botas aplastaron las ramas

    de enebro, tuvo la certeza de ue le recibiran con furiosos denuestos. )o hubo desafos nisonido alguno, salvo el crujir de los pelda@os de la escalera. Se uit" otro insecto de lamano. ;a 7iva estaba fra. )o fresca. Bra hasta el punto de ue la camisa se le pegaba a laespalda. 6 oscura. ;a plida luz ue llegaba desde la entrada desapareca antes de tocar elsuelo. Cuando 6oungman lleg" al fondo, la luz se apag" frente a #l. S"lo divis" la c1pulagris del techo de la