(cruzada española 1936 1939) nº 55 · dios. _ echó su fusil al suelo, abrazó la medalla...

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Oasis de Jesús Sacerdote nº 145 Julio - Agosto - Septiembre 2011 (Cruzada española 1936 1939) Nº 55 El martirio silencioso *Tomelloso (Ciudad Real) 21 Abril 1917 † Hosp.Clínico Zaragoza 5 Mayo 1938 1. Mártir es el que da su sangre y su vida en testimonio de la fe cristiana. El mártir resiste los halagos, las amenazas de horribles tormentos antes de claudicar y cometer un pecado contra Dios. Nada ni nadie puede ahogar el amor que hay en su corazón a Dios y a la Religión. El martirio es la prueba más grande de amor. “Nadie tiene más grande amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn. 15,12). Esto se llama “martirio cruento”. 2. Pero hay otra clase de martirio que consiste en sufrir día tras día con paciencia lo que Dios nos envía, y elegir antes la muerte que ofenderle o disgustarle. Para ello “mortifican su carne y todas sus concupiscencias para tener la vida del espíritu” (Rom. 6, 12; 8,12-13 y Gal.5, 24). Esto se llama “martirio incruento”. Ismael Tomelloso fue mártir así. Os presento su vida. 3. Su nombre era Ismael Molinero Novillo. Tomelloso fue el pueblo donde nació el 21 de Abril de 1917, pero con ese nombre ha pasado a la historia. Su padre, Antonio, era herrero y su madre, Francisca, buena y fervorosa cristiana, estaba dedicada a la familia. Tuvieron 11 hijos que sacaron adelante con alegría y sacrificio. 4. De pequeño lo llevaron al colegio de las Hnas. Paúlas de la Caridad. Allí aprendió a leer y escribir e hizo la 1ª Comunión. También aprendió la devoción a la Medalla Milagrosa que llevó toda su vida. 5. Su madre lo llevaba con frecuencia al Asilo de los Ancianos Desamparados y le enseñaba a amar a los más abandonados y pobres. Ismael era de carácter alegre, simpático, abierto y destacaba en la pandilla de jóvenes por la iniciativa, el valor y el buen humor. Recitaba poesías, montaba obras de teatro, organizaba cabalgatas de Reyes, tocaba la guitarra y la bandurria. Tenía un alma de artista y ponía su corazón en hacer bien a los demás. Donde él intervenía había bullicio y jarana. 6. Cuando llegó la pubertad (el “decenio crítico”, 14-24 años) hubo un momento de peligro para su alma con tentaciones propias de esa edad; titubeos, vacilaciones, y su vida espiritual se enfrió. Pero conservó su alma pura y su corazón sano. El Señor se sirvió de buenos amigos que le ayudaron a ser fiel a Dios. 7. Miguel Montañés, presidente de A.C. e Ismael se conocieron y se hicieron amigos. Un día Miguel le habló del Centro de A.C. donde descubrió la verdadera felicidad. Conoció al Consiliario Rvdo. Bernabé Huertas. Este santo y sabio sacerdote se dedicaba a formar jóvenes valientes, les animaba al sacrificio y al martirio. Ismael se entusiasmó y puso su alma en manos de este sacerdote. Tenía 17 años. Su vida fue cambiando poco a poco. 8. En la Semana Santa del año 1935, Ismael hizo Ejercicios Espirituales en el Seminario de Ciudad Real que le “marcaron” para siempre. El P. Sánchez Oliva S.I. que los dirigió, descubrió el corazón de oro de Ismael, y al despedirse de él, sorprendió a todos poniéndose de rodillas, delante de él, y besándole los pies. 9. Después de estos Ejercicios, Ismael se entregó más y más a la Iglesia, a los jóvenes, al Asilo de los Ancianos. En la oración conoció más a Jesús y

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Page 1: (Cruzada española 1936 1939) Nº 55 · Dios. _ Echó su fusil al suelo, abrazó la medalla milagrosa y brazos en alto se entregó a los nacionales, los cuales le hicieron prisionero

Oasis de Jesús Sacerdote nº 145 Julio - Agosto - Septiembre 2011

(Cruzada española 1936 – 1939) Nº 55

El martirio silencioso

*Tomelloso (Ciudad Real) 21 Abril 1917 † Hosp.Clínico Zaragoza 5 Mayo 1938

1. Mártir es el que da su sangre y su vida en testimonio de la fe cristiana.

El mártir resiste los halagos, las amenazas de horribles tormentos antes de claudicar y cometer un pecado contra Dios. Nada ni nadie puede ahogar el amor que hay en su corazón a Dios y a la Religión. El martirio es la prueba más grande de amor. “Nadie tiene más grande amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn. 15,12). Esto se llama “martirio cruento”.

2. Pero hay otra clase de martirio que consiste en sufrir día tras día con paciencia lo que Dios nos envía, y elegir antes la muerte que ofenderle o disgustarle. Para ello “mortifican su carne y todas sus concupiscencias para tener la vida del espíritu” (Rom. 6, 12; 8,12-13 y Gal.5, 24). Esto se llama “martirio incruento”. Ismael Tomelloso fue mártir así. Os presento su vida.

3. Su nombre era Ismael

Molinero Novillo. Tomelloso fue el pueblo donde nació el 21 de Abril de 1917, pero con ese nombre ha pasado a la historia. Su padre, Antonio, era herrero y su madre, Francisca, buena y fervorosa cristiana, estaba dedicada a la familia. Tuvieron 11 hijos que sacaron adelante con alegría y sacrificio.

4. De pequeño lo llevaron al colegio de las Hnas. Paúlas de la Caridad. Allí aprendió a leer y escribir e hizo la 1ª Comunión. También aprendió la devoción a la Medalla Milagrosa que llevó toda su vida.

5. Su madre lo llevaba con frecuencia al Asilo de los Ancianos Desamparados y le enseñaba a amar a los más abandonados y pobres. Ismael era de carácter alegre, simpático, abierto y destacaba en la pandilla de jóvenes por la iniciativa, el valor y el buen humor. Recitaba poesías, montaba obras de teatro, organizaba cabalgatas de Reyes, tocaba la guitarra y la bandurria. Tenía un alma de artista y ponía su corazón en hacer bien a los demás. Donde él intervenía había bullicio y jarana.

6. Cuando llegó la pubertad (el “decenio crítico”, 14-24 años) hubo un momento de peligro para su alma con tentaciones propias de esa edad; titubeos, vacilaciones, y su vida espiritual se enfrió. Pero conservó su alma pura y su corazón sano. El Señor

se sirvió de buenos amigos que le ayudaron a ser fiel a Dios.

7. Miguel Montañés, presidente de A.C. e Ismael se conocieron y se hicieron amigos. Un día Miguel le habló del Centro de A.C. donde descubrió la verdadera felicidad. Conoció al Consiliario Rvdo. Bernabé Huertas. Este santo y sabio sacerdote se dedicaba a formar jóvenes valientes, les animaba al sacrificio y al martirio. Ismael se entusiasmó y puso su alma en manos de este sacerdote. Tenía 17 años. Su vida fue cambiando poco a poco.

8. En la Semana Santa del año 1935, Ismael hizo Ejercicios Espirituales en el Seminario de Ciudad Real que le “marcaron” para siempre. El P. Sánchez – Oliva S.I. que los dirigió, descubrió el corazón de oro de Ismael, y al despedirse de él, sorprendió a todos poniéndose de rodillas, delante de él, y besándole los pies.

9. Después de estos Ejercicios, Ismael se entregó más y más a la Iglesia, a los jóvenes, al Asilo de los Ancianos. En la oración conoció más a Jesús y

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descubrió que era el más santo y el amigo más fiel y se enamoró de Jesús. Entre sus papeles, después de muerto, se encontró esta poesía, que, sin duda alguna, había meditado con frecuencia: “¿Por qué empeñarse en saber, cuando es tan fácil amar? Dios no te manda entender; no pretende que su mar sin playas, pueda caber en tu mínimo pensar, Dios sólo te pide amor.

10. Dejó de ir al cine que tanto le gustaba y los domingos los dedicaba al Asilo de los Ancianos. Allí tocaba la guitarra, cantaba jotas, recitaba poesías. “Se hizo” con un gramófono para bailar con los asilados. Cuando veía uno triste le explicaba un chiste u ocurrencia para hacerle reír.

11. Un día leyó que S. Francisco Javier había besado la llaga de un moribundo pobre venciendo la repugnancia que sentía. A los pocos días Ismael fue al Asilo y daba de comer a una ancianita y le limpiaba las babas, y acordándose de S. Francisco Javier venció la repugnancia y comió de su mismo plato.

12. Después de aquellos Ejercicios de 1935 hizo un propósito decidido: ser santo. No quería ser un producto del ambiente como tantos, malgastando el tiempo en satisfacer sus gustos y caprichos y su egoísmo. Y se dio enteramente al Maestro, al Amigo fiel, al Dios verdadero. “Me gustaría ser sacerdote”-decía. Y algunos jóvenes contagiados por él entraron al seminario.

13. Un día descubre lo que

será su santidad a la que le llama Jesús, su vocación específica: el silencio. Queda cautivado por el silencio del Maestro en su Nacimiento, en su huída a Egipto, en sus 30 años de vida en Nazaret, y sobre todo en su Pasión. Jesús no se queja, no discute, no se defiende…, su actitud es callar y sufrir. Esto impresiona hondamente a Ismael. Descubre el valor del silencio y del sufrimiento, y se propone imitar a Jesús. Desde ese momento su lema será: “CALLAR Y SUFRIR”.

14. En el mundo moderno todos hablan y quieren hacer prevalecer su modo de pensar, ser protagonistas y salir en los medios de propaganda, a ser posible, en la TV, Internet…. Hay mucha

vanidad, egoísmo, envidias y sexo, mucha ambición, mucho orgullo, mucho hacer valer los “derechos humanos”, mucha hipocresía… Ismael quiere pasar desapercibido, acompañando a Jesús en su silencio. Y sintió el abrazo estrechísimo de Jesús contra su Corazón. ¡Cuanto más callaba y sufría, más feliz y dichoso se sentía!

15. Ya no sería protagonista. Hizo un pacto con una amigo suyo que le avisaría en las reuniones para que no faltara al silencio. Un día estaba Ismael con un grupo de compañeros. Pronto la conversación se animó y cuando estaba más acalorada sintió unas ganas muy grandes de intervenir y exponer su pensamiento. Cuando estaba a punto de hacerlo, su amigo que le observaba, le dijo en tono seco y tajante: ¡Ismael! Al punto se mordió los labios y no dijo una palabra. Todos pensaron que había sido un reproche al pobre Ismael, ¡si supieran la verdad!

16. El año 1937 llamaron a filas a la quinta de Ismael llamada la “quinta del biberón” por ser los soldados casi niños, y tuvo que incorporarse al ejército rojo, que lo destinaron a la batalla de Teruel, que fue la más grande de nuestra Cruzada donde se decidió la guerra. Los rojos comprometieron lo mejor de su ejército; emplearon 300 tanques rusos, lo más moderno de su material y más de 100.000 hombres, en un frente de 11 km. La batalla fue durísima. Una copiosísima nevada inusual cayó haciendo descender el termómetro a 40º bajo cero. El frío era glacial. Muchos murieron congelados. Dios asistió a Franco que venció y destruyó al ejército rojo, cuyas bajas entre muertos y prisioneros ascendieron a 50.000. El resto huyó precipitadamente a la región de Alfambra, 29 km. de Teruel. donde se rehizo el ejército rojo con nuevos hombres y armamento para presentar batalla a Franco. Ismael, salvado prodigiosamente por Dios de la batalla de Teruel, fue destinado a la batalla de Alfambra. Allí se repitió la batalla de Teruel con la misma crudeza y circunstancias, y los rojos huyeron, esta vez sin esperanza.

17. En esta batalla Ismael decidió no combatir más contra los que eran sus hermanos españoles que defendían la Patria y a Dios. “Prefiero que me maten mis hermanos que los rojos enemigos de Dios.” Echó su fusil al suelo, abrazó la medalla milagrosa y brazos en alto se entregó a los nacionales, los cuales le hicieron prisionero sin disparar contra él. Fue en febrero de 1938.

18. Fue llevado al

campo de concentración San Gregorio. Como

“¿Por qué empeñarse en saber, cuando es tan fácil amar? Dios no te manda entender; no pretende que su mar sin playas, pueda caber en tu mínimo pensar, Dios sólo te pide amor.Dale todo el tuyo y más, siempre más, con más ardor, con más ímpetu… ¡veráscómo amándole mejor, mejor le comprenderás”.

Dale todo el tuyo y más, siempre más, con más ardor, con más ímpetu… ¡verás cómo amándole mejor, mejor le comprenderás”.

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consecuencia del frío que había pasado se le declaró una pulmonía mal curada que terminó en una tuberculosis maligna. Lo ingresaron en la enfermería. Se sentía morir y pidió un sacerdote que fue D. Ignacio Bruna. Este le confesó de lo que no sabemos nada por el secreto de confesión, pero luego estuvieron hablando largo rato, y el sacerdote quedó admirado de Ismael. En su diario del frente anotó lo siguiente: “El día 18 de marzo de 1938, al hacer mi visita ordinaria a la enfermería, observé en uno de los enfermos una sublime actitud y como un nimbo de santidad. Me acerqué a él con respeto y cariño haciéndole las preguntas de ritual para entrar en conversación: - ¿Cómo te llamas? ¿Qué tienes? ¿Cuánto tiempo hace que estás en este campo?.... Hizo confesión general de su vida y después hablamos un buen rato. Como yo le reprendiese amorosamente por no haberse dado a conocer antes, me respondió con sublime naturalidad: ‘Padre, hace mucho tiempo que estoy aquí. Cuando Vd. entraba a visitarnos, sentía una emoción grandísima, y cuando Vd. salía, me entristecía muchísimo; pero yo quería sufrir por Dios y por España, y comprendía que si Vd. me conocía me quitaría esa ocasión o por lo menos mitigaría mi dolor. Ahora que me siento grave y Vd. nada puede hacer por mí, ya no me importa. Cuando Vd. se marchaba, le besaba la sotana sin que Vd. ni mis compañeros se enterasen. Poco me hubiera costado mejorar mi situación hablando con Vd. Alguna vez tuve el propósito de hacerlo, que gracias a Dios rechacé como una tentación, puesto que así hubiera perdido la preciosa ocasión de sufrir en silencio por Dios y por España. ¡Qué feliz me siento, Padre mío! Hábleme de sufrimiento, de tribulaciones y de cruces, porque son mi sueño dorado y fueron realidad viva en mí, principalmente desde que comenzó la guerra. ¡Qué bien comprendo ahora, Padre, las palabras que tantas veces nos repetía nuestro Consiliario: ¡Hijos míos, sabed que los bienes inmensos de Dios no caben sino en corazones vacíos y solitarios!, ¡Y qué solitario está el mío! Ni padres, ni amigos, ni honores, ni riquezas, ni consuelo humano alguno, ni siquiera el ser considerado como soldado de Franco… No obstante ¡soy feliz! No quiero nada con el mundo. Soy de Dios y para Dios; si muero seré totalmente de Dios y si no muero… ¡quiero ser Sacerdote! Sí, quiero ser Sacerdote y de los buenos, de los que sirven a Dios de balde; ni mercenario ni asalariado. Quiero vivir absorbido en Él, perdido en la inmensidad de Él y a Él totalmente entregado. Ni egoísmo, ni dinero, ni comodidades, ni familia, ni honores, ¡sólo Cristo! Mañana, cuando comulgue, consumaré la obra de desprendimiento que hace días empecé y no he podido terminar. En Cristo dejaré mis caprichos, mis gustos, las exigencias de mi flaca naturaleza.

Salí emocionado y me retiré para dejarle descansar pues se fatigaba, dado su estado de salud”.

19. La enfermedad avanzaba con rapidez y se preveía un pronto desenlace. Decidieron llevarlo al

Hospital de prisioneros de Zaragoza, para curarlo bien. El Capellán D. Ignacio Bruna escribió una carta muy elogiosa al capellán del Hospital y se la dio a Ismael. Él la guardó, ocultó y calló. Quería morir en el anonimato.

20. Pero Dios, que tiene en sus manos los proyectos humanos, hizo de manera que fueran otros los caminos, no quiso que esta flor pura y humilde se muriera en el olvido, y todos los mortales conociéramos los valores espirituales que esta alma excepcional tenía, para bien de la Iglesia y de España. En efecto un amigo de Ismael se enteró que estaba en el Hospital y fue a verle. Candorosamente descubrió a la enfermera que lo cuidaba quién era Ismael. La enfermera que se llamaba Aurora abrió los ojos. Ella pensaba que era un miliciano prisionero de tantos, y desde aquel momento lo cuidó como un hermano. Fue su ángel. Aurora se convirtió en la confidente de Ismael que le confió los secretos de su corazón. Aurora quedó prendada de su alma y lo cuidó con solicitud maternal hasta su muerte.

21. De Aurora sabemos el diálogo que tuvieron los dos: - Dígame Ismael, ¿hace tiempo que está prisionero y enfermo? - Dos meses llevo como prisionero en el campo de concentración y 1 mes que estoy enfermo. - ¿Qué hacía durante aquellas horas de encierro en la prisión? - Me retiraba a un rincón y con los dedos rezaba el rosario para que España triunfase. No me arredraba el sufrimiento pero me abrumaba la tristeza de no encontrar entre tantos prisioneros alguno que pensara igual que yo […] Cuando me sacaban a trabajar y veía algún Sacerdote, sentía deseo de burlar la vigilancia y lanzarme a él y echarme a sus brazos y abrirle mi corazón. Me contenía. Un día habíamos ido a trabajar muy cerca del Pilar, ¡ay mi Virgen del Pilar a la que no he visitado! Acabábamos de montar en un camión de regreso, vi a un Sacerdote y sentí que mi corazón saltaba del pecho y que todo mi cuerpo me exigía saltar a tierra y hablar a aquel ministro de Dios… Fue tan grande la excitación, que para dominarme me tapé con la manta la cabeza y arrancó el camión […] y lloré amargamente, pero también aquel día resistí”.

22. Un día le dijo a Aurora que uno de los sufrimientos que más le atormentaban fue el ser considerado prisionero de los nacionales: “Aurora, no me deje morir como prisionero, ¡quíteme ese papel de encima!, ¿Verdad que moriré como nacional? Quiero la libertad para no morir considerado como enemigo de España”.

23. Dios iba preparando su corazón. “Deseo cuanto antes irme al Cielo”, decía con frecuencia. En los días de Semana Santa aumentaron los dolores terriblemente. EL Señor quiso asociarlo a su Pasión. Sufrió una sed devoradora por la fiebre que

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le abrasaba y así hasta el Sábado Santo. A su “hermanita” Aurora le decía: “¡Hábleme del Cielo, hábleme de la Virgen!”

24. Durante el mes y medio que duró su vida no se le oyó ni una queja, al contrario sabía olvidarse de sus dolores para consolar a los demás. Estaba ya desprendido de esta tierra. Era como una hostia preparada para inmolarse en la cruz. En su última carta a los suyos les dice: “A mis queridísimos mamá, papá y a mis hermanos: En este momento que les escribo estas cuatro letras, estoy en mal estado, y al encontrarme así, les escribo estas letras para darles el último adiós; pues espero que cuando la reciban, seguramente estaré ya en el cielo pidiendo por todos vosotros. Por mí no paséis pena […] Recibí todos los Sacramentos. Hasta el Cielo, que allí os espero a todos. ¡Adiós! Recibid este último abrazo del que os quiere y no os olvida, Ismael”.

Efectivamente Aurora había hablado con el Capellán que le dio los últimos Sacramentos.

25. El 5 de mayo de 1938 día de su muerte, comulgó fervorosamente, como solía, y en la acción de gracias se despidió de Jesús hasta pronto. Le rogó al Capellán que no lo dejara solo. Y repetía las jaculatorias que le iba diciendo: “¡Dios mío, misericordia!, ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!, ¡Madre mía del Pilar, sálvame! Y así dulcemente expiró”. El P. José Ballesteros que lo había visitado varias veces escribió a sus padres: “Era como un ángel y murió como lo que era. Preparado como un santo le llegó la muerte, y como un santo abandonó este lugar de miserias… El día 5 de mayo de este año 1938 a las 10 de la noche expiró en la paz del Señor…”

26. Al morir fue llevado a la fosa común de prisioneros. La enfermera Aurora no se halló presente a su muerte, pero al ir al hospital y saber que lo habían llevado a la fosa común de prisioneros, no paró hasta conseguir el cadáver y llevarlo a enterrar al cementerio en sepultura propia. Tenía 20 años. Dios quiso que Ismael inmolara también su deseo, y es que, este sacrifico unido a los sacrificios de los mártires, sus hermanos, contribuyeron poderosamente al triunfo de España sobre el comunismo.

27. Al terminar la guerra Monseñor Emeterio Echevarría, obispo de las Órdenes Militares visitó a Pío XII y le entregó la biografía sobre Ismael, y le pidió leerle la página escrita por el Capellán del Campo de Concentración ( nº 18), y tanto el Santo Padre como el obispo se conmovieron muy profundamente. Y dice el obispo, que miró al Santo Padre, y lo vio llorar y decir: “¡Es un héroe; esto es sublime!”.

28. Dios ha querido que pasasen casi 70 años semi-olvidada su memoria hasta nuestros días. Pero de repente su persona, sus sacrificios heroicos han salido a la calle. Dios ha concedido numerosas gracias y milagros por su intercesión y es declarado el “año del siervo de Dios Ismael de Tomelloso” del 5 de Febrero del 2011 al 5 de Febrero del 2012. Un día lo veremos en los altares.

29. En la Iglesia hay muchas moradas como en el cielo. Ismael fue

el grano de trigo que el divino Sembrador sembró en la tierra, y una vez muerto, ya ha dado frutos copiosos. Ha despertado en los jóvenes y muchachas deseos de ser

como él. Desencantados de este mundo donde hay egoísmo, orgullo y sólo sexo, han sentido el deseo de entrar al silencio del claustro para consagrarse a Dios, y han surgido Congregaciones religiosas nuevas inspiradas por Dios y aprobadas por su Vicario en la Tierra.

30. Entre otras muchas os presento la

Congregación de Derecho Pontifico OASIS DE JESÚS SACERDOTE aprobada por Benedicto XVI el 29 junio del 2007. Cuando una candidata entra al Oasis se les caen las sortijas de los dedos y los títulos académicos quedan archivados. Dentro del Monasterio aprenden a “callar y sufrir” al estilo de Ismael. Y esta Congregación ya ha dado la primera flor, la Hna. Mª Sherry que ofreció su vida “pro eis” es decir, por la santificación del Papa y de todos los Sacerdotes y almas consagradas, y el Señor la aceptó muriendo a los 24 años. Está enterrada en el cementerio del Oasis. Concede muchas gracias y favores, y se ha publicado su vida en español, francés e inglés: “La simplicidad de una vida”.

31. ¡Quiera la Virgen que la lectura de esta vida anime a más de un alma a seguir a Ismael!

Os bendice: