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CUADERNO PARA MAESTROS D E ESCUELAS QGMHIGAIES Año X PUBLICACIÓN TRIMESTRAL — Núm. 3> Para Julio, Agosto y Septiembre de 1948. EXPOSICION DE LAS LECCIONES INTERNACIONALES Fundamental - Premileniai - Espiritual

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CUADERNO P A R A

MAESTROS D E

ESCUELAS QGMHIGAIES A ñ o X — PUBLICACIÓN TRIMESTRAL — N ú m . 3 >

Para Julio, Agosto y Septiembre de 1948.

EXPOSICION DE LAS LECCIONES INTERNACIONALES

Fundamental - Premileniai - Espiritual

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BaiS&aB3636!3§J| I N D I C C jjjbaBaBÉiB 95B8BBSBI

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H

Las Lecciones de este Cuaderno son:

N.o de 1» Pigina

Lección

1. Micheas, profeta da Israel - 5

2. Bezaleel, el artesano.. 13

8. Noeml, la mujer de ie 21

4. Jonathán, el amigo leal 28

5. Baruch, el cristiano 85

6. Ebed-melec, hombre etiope 43

7. Andrés, el hombre que trajo a otroa 51

8. Dorcas, tina mujer de buenas obras 59

9. Allantas, el discípulo de Damasco 67

10. Aquila y Prisoila 75

S 11. Bernabé, el hombre bueno 83 a H | 12. El escribano de Efeso 91

fg 13. Eunice, Loida y Timoteo, una familia j | religiosa 100

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X f n a p a r a c í e i n t r o d u c c i ó n .

En este tercer trimestre empezamos una nueva serie da estudios bíblicos bajo el titulo general: «Caracteres Bíblicos no Anunciados». Los estudios tratarán de personajes bíblicos, que a pesar de no ser destacados, hicieron una notable contribución a los valores espirituales da su tiempo y aun a los de hoy día.

Estos caracteres serán altamente apreciados en estos estu-dios, y son de gran valor para nosotros porque demostraron poseer característica! que serán fácilmente entendidas por nos-otros. En muchos casos ellos tuvieron que ocupar lagares infe-rioras, ayudando a que otros fuesen hachos grandes y útiles. A menudo ellos fueron tan neoesarios como los hombres que reci-bieron el prestigio de la obra hecha. La fidelidad de estos carac-teres bíblicos en sus tareas diarias, por pequeñas que parezcan, debe servir de estimulo para nosotros hoy día. Este curso de es-tudios no empequeñece la gloria de los grandes, sino más bien, honra a las personas que ayudaron para hacer posible su grande-za. Estas lecciones proporcionan la oportunidad de aprender lo que se puede saber de ellas. Las descripciones dadas son breves, pero reveladoras. A menudo queda descrito un carácter con brevísimas frases e indicadas sus áreas de experiencia.

Cada carácter que hemos de estudiar tiene un significado especial e individual. El reconocimiento de este heoho dará va-riedad y calidad distintiva a estos estudios biográficos.

' Esperamos que estos estudios ayuden a maestros y alum-nos a conocer más a fondo las verdades da la Palabra de Dios, y comprender mejor la manera en que Dios trata con el ser hu-mano, utilizándolo para su gloria y el avance de su gloriosa cau-sa.

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4 de Jal lo de 1948 Lección 1.

Mieheas, profeta de Israel 1 Reyes 22.

XEXTO AUREO —«Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré» (i Reyes 22:14).

LECTURAS DIARIAS Lunes, Salmo 138:1-8; j| Jueves, 1 Reyes 22:13-28; Martes, 1 Reyes 22:1-5; Viernes, 1 Reyes 22:29-4); Miércoles, 1 Reyes 22:6-12; jj Sábado, Hechos 26;1-19;

Domingo, Apoc. 2:8-10.

TEXTO DE LA LECCION 1 Beyes 22:5-9;

5 Y dijo luego Josaphat al rey de Israel: Yo te ruego que consul-tes hoy la palabra de Jehová.

6 Entonce» él rey de Israel juntó lo» profetas, como cuatrooientos hom-bres, a los cuales dijo: ¡ Iré a la gue-rra contra Ramoth de Galaad, o la dejare? Y ellos dijeron. Sube: porgue el 8eñor la entregará en mano del rey.

7 Y dijo Josaphat: ¿Hay aúa aquí algún profeta de Jehová, por él cual consultemos?

8 Y el rey de Israel respondió a Josaphat: Aun hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Mieheas, hijo de Iunla: mas yo le abo-rrezco, porque nunca mi profetiza bien sino solamente mal. Y Josaphat dijo. No hable el rey aeí.

9 Entonces el rey de Israel lla-mó a un eunuco, y dijoleiTr&e pres-to a Mioheas hijo de Imla.

1 Reyes 22:13-18; 13 Y el mensajero que habí • ido a

llamara Michtas, hablóle, rMienio: He aquí las palabras de los profetas a uno boca anuncian al rey bien: sea ahora tu palabra conforme a lo pala-brá de alguno de ellos, y anuncia bien.

14 Y Uicheas respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me ha-blare, eso diré.

PARA LECTURA PUBLICA 15 Vino pues el rey, y el rey le di-

jo: Mieheas, ¡iremos a pelear contra Ramoth de Q-álaad, o la dejaremos? Y él le respondió: Sube, que serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey.

16 Y el rey le dijo: ¿Hasta cuán-tas veces he de conjurarte que no me digas sino la verdad en el nom-bre de Jehová?

17 Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los monte», como ovejas que no tienen pastor: y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuélvate cada uno a su casa en paz.

18 Y el rey de Israel dijo a Jo-saphat: ¿No te lo había yo dicho? Singana cosa buena profetizará él acerca de mi, ciño solamente mal.

I Beyes 23:26-28.

36 Entonces el rey de Israel dijo: Tema a Mieheas y vuélvelo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joas hi-jo del rey:

27 Y dirás: Asi ha dicho el rey: Echad a éste en la cárcel, y mante-nadle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en pa«.

28 Y dijo Michtas: Si llegare» a volver en paz, Jehová no ha hablado por mí. En seguida dijo: Oid, puéblot todo».

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6 OUADBKMO PASA MABSTKOB

Xkngo—Este incidente taro lagar alrededor del año 897 A. de O.

Lb0*.—En la tierra de Palestina. Lección para nosotros.—Tengamos siempre valor para deoir

la verdad, aunque estemos solos frente a po-derosos ene nigoB. B O S Q U E J O M I A I M C A C M

1) Los falsos profetas de Aehab: versículos 6-9; 2) El verdadero profeta de Dios: versículos 13-18. 3) La vindicación del profeta de Dios: versículos 26-28.

Sección INTRODUCCION.—El pro-

feta Micheas vivió y ejerció su ministerio en un tiempo muy critico para Israel. Las diez tribus, o sea, el Eeino del Nor-te, tuvieron por gobernantes al implo Achab y la inmunda Je-zabel, y todos recordarán cómo Dios azotó al país con una gran sequía, utilizando a su siervo Elias como mensajero, y en la prueba entre Baal y el Dios vi-vo y verdadero, todos los pro-fetas de Baal fueron muertos por orden de Elias. Paro Acbab y Jezabel no aprendieron la lección, sino siguieron su cami-no malo. Al fin del período de tres años de paz, hubo una nueva guerra entre Siria e Is-rael, y Josaphat rey de Israel se unió con Achab para tomar a Ramoth de Galaad de mano del rey de Siria. El capítulo que nos toca estudiar presenta tres cuadros que mereoen nues-tro detenido estudio:

1) Los faltos profetas de Achab; versícu 5 a 9, Pare-

Adultos ce que el Rey Josaphat, de Ju-dá, fué un hombre que amaba a Dios, pero es curioso cómo él ahora se encuentra en tan es-trecha amistad con el impío Acbab. Su ejemplo debe ser-vir de amonestación para noso-tros de no meternos volunta-riamente en mala compañía. Josaphat es un tipo, en el Anti-guo Testamento, del Cristiano del Nuevo Testamento, que for-ma pactos y alianzas con el mundo. Una nota grata es el deseo de Josaphat de saber la voluntad de Dios sobre la gue-rra venidera. «Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Je-hová». Sin demora, Josaphat quiso saber la voluntad de Dios. Achab juntó a sus pro-fetas, que no eran profetas de Dios, sino profetas FALSOS, y presentó el caso a ellos. • su pregunta, «¿iré a la guerra contra Raiaoth, o la dejaré?» sabiendo que el deseo y propó-sito de Achab era ir a conquis-tarla, ellos dijeron: «Sube, porque el Señor la entregará

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4 de Jallo de 1918 7

en mano del rey». Ellos men-cionaron el nombre del Señor para impresionar al Bey Jo-saphat. En una palabra, estos falsos profetas profetizaron se-gún el agrado del implo Bey Aohab, sin importarles la vo-luntad de Dios. El jefe de los falsos profetas hizo dos cuer-nos de hierro, simbolizando a los dos reyes, y dijo, «con es-tos acornearás a los Siros has-ta acabarlos». Los demás falsos profetas estaban de aouerdo, y le dijeron: «Sobe... y serás prosperado; que Jeho-vá la dará en mano del rey». De la misma manera hay hoy profetas o predicadores que predican al agrado de la gen-te, sin buscar la voluntad y la Palabra de Dios. (Véase 2 Ti-moteo 4:3,4). Pero hay que tener mucho cuidado con las palabras de ellos, pues son en-gañosas y conducen lejos de Dios a los oyentes. (Véase 1 Juan 4:1). Es evidente del ver-sículo 7 que el Rey Josaphat no quedó bien impresionado con las palabras de los falsos profe-tas, porque insistió en oir el mensaje de labios de un ver-dadero profeta de Dios.

2) El verdadero profeta de Dios: Versículos 18 a 18. Del versículo 8 vemos que el ver-dadero profeta de Dios no go-maba de la amistad del impío rey Achab, porque éste dijo: «yo le aborrezco, porque nun-ca me profetiza bien, sino sola-

mente mal». Si hemos de ser fieles a Dios, no goiaremos de prestigio y amistad del mundo. (Véase Santiago 4:4), Guando llegó el mensajero de Achab a presencia del profeta Micheas, le insinuó la conveniencia de dar un mensaje de acuerdo con el dado ya por los profetas del rey. Pero Micheas en el acto se dió a conocer como fiel sier-vo de Dioe, porque dijo: «Vive Jehová, que LO QUE JEHO-VA ME HABLARE, ESO DI-RE», Ojalá hubiera más hom-bres como Micheas hoy día.

Guando Micheas llegó delan-te del rey, y éste le hizo la misma pregunta hecha a loa profetas falsos, Micheas res-pondió con las mismas pala-bras que ellos ya habían usa do, pero las palabras de Achab en el versículo 16 muestran que Mieheas hablaba con ironía, con sarcasmo. Fué como ai di-jera: «¿por qué me preguntas a mí? Ya te lo han dicho los profetas tuyos, y tú seguirás el consejo da ellos». Pero luego el verdadero profeta de Dios presentó un cuadro de Israel esparcido por la muerte de su jefe. En los versículos que si-guen el profeta presenta una especie de alegoría de le que iba a suceder. Siendo que Aehab se dejaba gaiar por los consejos de sus profetas falsos, y ellos fueros guiados por el «padre de mentiras» (Juan 8:44), Dios permitió que Achab

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s Cuaderno m u MASBTSÓS

fuese asi engañado y conducido a su ruina y muerte. Cuando un hombre rehusa seguir los caminos del Señor y rechaza su bendita palabra directiva, entonces Dios permite que tal hombre llegué a ser presa del enemigo. Solemne cosa es de-jar de servir a Dios, y trae amargas consecuencias.

8) La vindicación del profe-ta de. Dios: Versículos 26 28. No le fué fácil para Micheas estar solo allí delante de cua-trocientos hombrea que pre-tendían ser profetas de Dios. En presencia, de los dos reyes, Sedechías, el jefe de los profe-tas falsos, se acercó y le hirió en la cara, e insolentements le preguntó: «¿por donde se fué DE MI el espíritu de Jehová para hablarte a tí?». En es-tas palabras se ve si atrevi-miento y la intolerancia da los falsos profetas, Sodeohlas en estas palabras pretendía tener el espíritu de Dioa, y qua Mi-cheas sólo podría cir de El cuando el espíritu dejara a Sedechías. Paro Miehaas en forma calmada contestó, di-ciendo: «tú lo veráa en aquel día, cuando te irás metiendo de cámara en cámara por escon-derte». El rey Achab entre-gó a Micheaa al carcalero, y ordenó que tuviera sólo pan' y agua para sostenerlo hasta la vuelta del rey. Pero Micheas respondió: «si tú llegares en paz, Jehorá no ha hablado de

mí». El fin de la historia muestra que Micheas tuvo su mensaje del Dios verdadero, y el rey Achab cayó muerto en la batalla, tal como el mensa-jero de Dios había prevenido. Dios así vindicó a su fiel sier-vo. Podemos aprender aquí otra lección del peligro de jun-tarnos con los infieles, porque el rey Josaphat estuvo en inmi-nente peligro de perder la vida en la batalla, porque Achab se disfrazó, y dejó que Josaphat fuera a la batalla con sus ro-pas reales, colocándolo así en el lugar de peligro, y distra-yendo la atención de los Siros de su propia persona. Pero Dios no permitió que el enga-ño prosperara, sino entregó a Achab a la muerte, y murió por sus muchísimos graves pe-cados. Si nosotros servimos con toda fidelidad a Dios, El también nos vindicará a noso-tros en su debido tiempo.

Ilustración L A S PSÜUBAS DHL FIHL CRISTIA-

NO. — A veces un fiel cristiano es sometido a fieras pruebas, y tal vez él mismo, y los do su círculo se ad-miran por olio. Se cuanta el caso de un herrero cristiano que atrave-saba un período de agudos sufri-mientos, y él lo explicó así: «Co-mo herrero a menudo tomo una pieza da hierro y la coloco en el fuego, y luogo la golpeo, para vol-ver a ponerla en el fuego. Esto lo hago para ver si tomará el temple necesario, para el debido uso. Si resiste el fuego y recibe el temple necesario, entonces puedo haeet

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i de Julio de 1948 9

eon tal que pueda servir fielmente a mi Señor».

Así so habrá sentido el fiel Mi-cheaa de nuestra lección. Sufrió grandes pruebas, pero tuvo la satis-facción de servir a Dios y ver cómo Dioa al fin le vindicó para su glo-

un artículo útil de ello. Yo creo que mi Padre Celestial desea usar-me para su gloria, y asi El me colo-ca en el fuego, y permite que ex-perimente la tristeza de sufrimien-tos. He recibido muchos golpea fuertes, he sido ablandado, limado, aprensado. Fere me alegro por todo,

Sección intermedios

Típico.— CUANDO LA VERDAD ES PÉLIGBCSA. Texto Bíblico.- 1 Reyes 22:5-9, 13-18, 26-28. Texto Amne- — 1 Reyes 22:14.

propósito de la lección Mostrar a los alumnos la ne-

cesidad de hablar siempre la verdad, no importa lo qne nos cueste.

Adaptando la lección Una breve discusión sobre

la diferencia entre la verdad y la mentira servirá de excelen-te introducción a esta lección. Algún incidente personal quo muestre cómo a veces el decir la verdad importa verdadero peligro agregará interés a la lección.

La Lección Mtkna El Reino del Norte, de Israel,

estaba en muy malas condicio-nes morales y espirituales. Rei-naba el implo Rey Achab y su reina Jezabel. A pesar do la obra del profeta Elias, y la ma-tanza de los centenares de pro-fetas de Baal, Israel siguió por el camino malo, y alejándose cada día más y más de Oíos. Al tiempo de nuestra lección Achab miraba con ojos ambi-ciosos a la vecina ciudad de

Ramoth de Galaad, que en un tiempo perteneció a Israel, pe-ro que le fué quitada por el Rey de Siria. El llamó al rey Josaphat de Judá a unirse con él para tomar dicha ciu-dad. Notemos tres cosas en la lección:

1) DOS REYES INDECI-SOS: versículos 5 a 9. Achab quiso tomar la ciudad ya men-cionada, y Josaphat estaba dis-puesto a ayudarle, pero creía acertado pedir la dirección de Dios sobre la empresa. Es carioso cómo Josaphat, que amaba a Dios en verdad, se juntara ahora en alianza con el impío Achab, y la lección nos muestra en cuanto peligro sa metió. Cuidado nosotroB con asociarnos con gente im-pía, porque es posible que en tai caso llegue a peligrar nuestra aima. Achab pidió consejo a sus cuatrocientos profetas falsos, y ellos, sabien-do los deseos del rey, le acon-sejaron tomo él deseaba, y le

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10 OCADKtXO PASA MABSTSOB

auguraban ¿xito en la empre-sa. Pero el B e / Josaphat no estaba aun convencido, y de-seaba la palabra de un autori-zado sieryo de Dios. El rey Aehab dijo qne había ano, un tal Mioheas, pero que lo abo-rrecía, y la razón era «que nanea me profetiza bien, Bino solamente mal». Un fiel sier-vo de Dios no puede sino ha-blar mal de nn hombre malo como lo era Aohab. 2) CUATROCIENTOS PRO-

FETAS FALSOS: versículos 6, 11, 12. Todos recordarán cómo Ellas ordenó la matanza, de los ochocientos cincuenta profetas de Baal, y ahora ve-mos que Aehab había reanido cuatrocientos profetas falsos mis. Come ya dijimos, ellos alio estallan para decir «si, si» al rey. Aehab era hombre malo, y se rodeaba de hom-bres malos, y estes prefetas fal-sos confirmaban al rey Aehab es tedas sas malas obras. El jefe de ellos, na tal Sedeohías, hizo unes caernos de kierro, representando a los dos reyes, y predije que «can estes acor-nearás a les Siros hasta aca-barlos». Ellos nada sabían del plan y voluntad de Dios, y sin embarga hablaban confiada-mente de éxito. ¿So eran tí-picos de muchos palabreros de hoy dial

8) UN YERDAD1RO PRO-FETA DB DIOS: versículos

13 a 18, 26 a 88. Ta hemos visto qne el rey Aehab aborre-cía a Mioheas. Los pecadores y malvados no pueden tolerar a nn hombre reeto que ajusta su vida a la Palabra y volun-tad de Dies. El mensajero del rey, que fué a bascar a Mi-oheas, le insinaó la convenien-cia de dar una palabra afirma-tiva al rey, pero Micheas dijo que hablarla solamente lo qae Dios le dijera. Cuando el rey le preguntó al respecto, al prin-cipio habló con ironía y sar-casmo, asando las mismas pa-labras de los falsos profetas, pero en seguida habló en to-nos severos y amenazantes, y predijo la muerte del rey Aehab. El falso profeta Sede-chías se enojó y castigó a Mi-cheas, paro éste se mestró fiel siervo de Dios, y asegaró al rey qae si él volvía vivo de la batalla, en tal oaso Dios no ha-bría hablado por intermedio de él. Pero la lección maestra qae aanqae Aehab se valió de eagaños y subterfugios, tra-tando de poner en peligro a Josaphat, sin embargo, Aohab marió allí, ea cumplimiento de la palabra del siervo de Dios. No se' sabe lo que saeedió con Mioheas, porque antes de irse a la batalla el rey Aohab I. eohó » la cárcel. Así vemos qae a veees cuesta deoir la ver-dad, pero Mioheas ao temió hacerlo, ni temió los sufrimien-tos que le sobrevinieran por

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4 de Julio de 1648 Ü

oausa da 1» verdad. ¿Los te- mos en cuanta lo dicho en memo* nosotros? Ojalá tome- Apoc. 2:10.

Sección primarios Tópli» . — Y A L O B PAEA DKOIB LA VERDAD.

Taxto Bibiie«<—1 Rejes 22:13-18. Ctocto AjveO'—«Hablad verdad cada cual con su prójimo»

(Zacarías 8:16).

Afripf nda la kteMa PROPOSITO. — Mostrar a

los niños la necesidad de ha-blar siempre la verdad, aun-que cueste hacerlo.

¿Les gastaría jagar y aso-ciarse con niños mentirosos? Bien sabemos que no se puede confiar en las palabras de un mentiroso, de modo que tal ni-ño no es buen compañero para nadie. Tengamos mucho cui-dado con todas nuestras pala-bras, y hablamos siampra la verdad, cuesta lo que cueste.

En nuestra lección de Jioy aprendamos da an hombre que habló la verdad aunque sabía que serla castigado al decirla. Se trata del profeta Mioheas, que vivía an al tiempo euando el mal rey Aahab gobernaba sobra al Reino del Norta. Los niños recardarán qae la impía mujer da Aohab era Jezabel. ¿Reeuerdan osando el profeta Ellas hizo la prueba entre Baal y el Bios verdadero? ¿Sa acuer-dan cómo Dios contestó por fuego quemando el sacrificio de Elias? En seguida faeron muertos los ocheoientos cin-cuenta profetas de Baal, por-

que ellos enseñaron al pueblo la idolatría. Pero ahora el rey Achab había reunido un gru-po de cuatrocientos falsos pro-fetas.

Achab quiso ir a la guerra contra Siria, y consiguió la ayuda del Rey Josaphat, de Jndá. Antes de dirigirse a la batalla, Josaphat pidió que Achab tomara consejo de Dios. Achab llamó a su* cuatrocien-tos profetas, y ellos a una voz dijeron que fuera, y que ten-dría éxito. Uno de ellos hizo dos eueraos y profatizé que con ellos acornearía a los Siros hasta acabarlos. Se pueda ima-ginar que tal consejo influiría fuertemente en el ánimo de los oyentes. Pero al Ray Jo-saphat aun no estaba satisfe-cho, paes deseaba oir la pala-bra de Dias por un aatorizado siervo sayo. Aohab parece que tenía preso a un siervo da Dio», y lo hizo traer, y pidió que él diera su consajo. Achab ahorradla al profeta Micheas, porque Mieheas siempre-habla-ba la verdad, y hablaba contra el pecado de Achab. De mo-do que era difícil hablar la var-

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1É CÜADBMTO PABÁ K ÁBSTROS

dad de Dios en tal caso, espe-cialmente, cuando cuatrocien-tos profetas j a habían dado su visto bueno al proyecto. Ade-mas, Micheas sabía que al ir contra los deseos del rey Aohab sería echado a la oárcel nuevamente, y con ma-yores sufrimientos.

Pero, a pesar de lo peligroso de la situación, Micheas fué fiel a Dios, fiel al mensaje que Dios le dió, y predijo que Israel Berla esparcido, y que Achab sería muerto en la bata-lla. Uno de los sacerdotes fal-sos le azotó en el rostro, y Mi-cheas fué echado a la oárcel, con una escasa ración de pan y agua. Pero en la batalla fué vindicado, porque sucedió tal como había prédicho. Se puede imaginar cuan saitisfecho y fe-

liz se sentiría Micheas por haber hablado la Palabra de Dios con fidelidad. Seamos todos nos-otros también fieles en hablar siempre la verdad, cueste lo que cueste.

Lección práctloa Que aprendan de memoria,

además del Texto Aureo, el pasaje en Joan 14:6, poniendo especial énfasis sobre LA VERDAD, y si pertenecemos al Señor Jesús, tenemos que vivir y hablar la verdad como lo hizo El.

Sección objetiva

Que dibujen un corazón, y dibujen adentro: JESÚS VIVE EN MI...

NO HAY LUGAR PARA LA MENTIRA

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11 de J u l i o de 1948 Lección 2.

Bezaleel, él artesano Exodo 31:1-11; 35:30 a 39:43; 2 Cron. 1:5.

TKX.TO AUREO: «Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas» (Eccl. 9:10).

LECTURAS DIARIAS

Lunes, Exodo 31:1-11; I Jueves, Exodo 36; Marte», Exodo 20:1-17; | Viernes, Exodo 37; Miércoles, Exodo 35-30-35; | Sábado, Exodo 38;

Domingo, Exodo 39.

TEXTO DE LA LECCION PARA LECTURA PUBLICA

Exodo 31:1-11;

Y habló Jehová a Moisés, dicien-do:

2 Mira, yo he llamado por su nom-bre a Bezaleel, hijo de Vri, hijo de Mur, de la tribu de Judd;

5 Y lo he henchido de espirita de Dios, en sabiduría, y en inteligencia, y en ciencia, y en todo artificio,

é Para inventar diseños, para tra-bajar en oro, y en plata y en metal,

b Y en aitificio de piedras para engastarlas, y en artificio de made-ra; para obrar en toda suerte de la-bor.

6 Y he aqui que yo he puisto eon él a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Han: y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he man-dado:

7 El tabernáculo del testimonio, y el arca del testimonio, y la cubier-ta que está sobre ella, y todos los vasos del tabernáculo;

8 ¥ la mesa y sus vasos, y él cande-lero limpio y todos sus vasos, y el altar del perfume;

9 Y el altar del holocausto y to-dos sus vasos y la fuente y su basa;

10 í los vestidos del servicio, y las santas vestiduras para Aarón el sacer-dote, y las vestiduras de sus hijos, pa-ra que ejerzan el sacerdocio-,

11 Y el aceite de la unción, y el perfume aromático para el santua-rio, harán conforme a todo lo que te he mandado.

2 Orón. 1-5. 5 Asimismo el altar de bronce que

había hecho Bezaleel hijo de Urí hijo de Ur, estaba allí delante del taberná-culo de Jehovd, al cual fué a consul-tar Salomón con aquella junta.

Xleoqp»: Alrededor del añe 1491 A. de O. Lugar : En la península de Sinaf.

Lecrfón para nosotros.— Para cada tarea necesitamos la unción del espíritu de Dios.

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14 OüADMld PAVA MASITBOI

B09QUBJ0 DB UBQGMH

1) El Obrero: Exodo 81:1-5; 2) Su Ayudante: Exodo 31:6; 8) Su Obra: Exodo 31:7-11; 4) Su uso: 2 Cron. 1:5.

Sección Adultos Introducción.—Siguien-

do nuestros estudies de los ca-racteres ao anunciados, llega-mos hoy a Bezaleel el artesa-no, un hombre que sin duda fue fiel a la obra del Señor, y fué apartado eomo jefe de la construcción del templo. Beza-leel es el primer hombre de la Biblia de quien se dice que «era lleno o henchido del Es-píritu de Dios». Lo que se di-ce aquí de Bezaleel y la obra que hizo sugiere la dignidad del obrero y de su obra. Lo que el mundo necesita hoy día es obreros salvados per la fe en Cristo y en su obra en el Calvario, y llenos del Espíritu de Dios. Asi se resolverías los problemas industriales, y espe-cialmente. las luchas entre los obreros y los empleadores. Pe-ro en lo espiritual es donde también se necesitas obreros, llenos del Isplrita Santo, para hacer la construcción del tem-plo o casa espiritual de Dios. Veamos las lecciones que po-demos aprender de este pasaje bíblico y de este personaje Be-zaleel.

1) El obrero: Exodo 81:1-5. —Dios habla ordenado la con-

fección de mueha obra para el tabernáculo; los materiales de-bían ser provistos por el pue-blo, pero ¿quién los pondría en orden? Moisés estaba muy al corriente de las eiencias egip-cias; más aún, él estaba fami-liarizado eon las palabras de Dios y las visiones del Todo-poderoso, pero no sabia c¿mo hacer esta obra. Sin duda al-guna que hablan israelitas que sabían haeer varias clases de trabajo, pero 'por muchísimos afies hablan estado trabajando en la fabricaeién de ladrillos para las cindades de tesoro de Faraón, y no tnvieron expe-riencia en la preparación de diamantes ni del trabajo en ore. ¿Quién podría hacer es-tas obras necesarias? Y hay que tener presente qne Dios exige una obra acabada y per-fecta.

Notamos en el pasaje que es-tudiamos que Dios mismo nom-bró al obrero que debía haoer la obra. Bezaleel habla de ser el arquitecto, el maestro. Be-zaleel fué de la tribu de Judi, j nieto de Hvr, tal vez el mis-mo que ayndó a Moisés (cap. 17) y estaba asociado con Hur

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11 de Julio de 1948

en el gobierno del pueblo du-rante la ausencia de Moisés (24:14)- De tal familia fué es-cogido el obrero, haciendo asi alto honor a la familia y a la tribu. Los judíos alegan que Hur fué el esposo de Miriam, hermana de Moisés, y eabe no-tar que al eseoger a Bezaleel Dios estaba honrando a Moisés y a sus parientes, y siendo que El lo nombró, libró a Moisés de una posible acusación de favoritismo si él hubiese nom-brado a Besaleel.

Como dijimos en la intro-ducción, Bezaleel es el primer hombre de la Biblia de quien se dice que «era lleno del Es-píritu de Dios». Por diestro que fuera Bezaleel, él necesita-ba esta plenitud del Bsplritu de Dios para poder eamplir con la obra que le habla sido encomendada. Recordamos en cenección con esto que aunque los diseípnlos de Cristo hablan estado eon £1 por más de tres años, oyendo BUS enseñanzas, viendo sas milagros, y traba-jando bajo sus órdenes y su pérvigilancia, cuando debían salir a edificar el templo espi-ritual de Dios, se Ies fué dicho: «qae no se fnesen de Jerasa-lem, riño que esperasen la pro-mesa del Padre» (Heohos 1:4), o sea, la investidura del Espí-ritu Santo. De modo que es Dios mismo que llama al obre-ro, lo prepara y lo unge para la obra que le toca haoer.

II) El ayudante: Exodo 81:6.— Yernos luego que Dios no envió a Bezaleel a hacer la obra solo, sino que proveyó tin ayudante para él,. y fué Aho-liab, hijo de Ahisamae, de la tribu de Dan. La tribu de'Dan fué una de las de menos honra en Israel, y pudo ser que este nombramiento de Aholiab ha-ya sido hecho para que las tri-bus de Judá y Leví ne fuesen ensoberbecidas sobre el resto de Israel. Dios de tal manera hace su obra que no da lugar a la divergencia ni cisma en s* cuerpo y en su pueblo (1 Cor. 12:22-31).

El mismo versículo dice quo Dios puso «sabiduría en el áni-mo de todo sabio de coraión para que hagan todo lo que te he mandado». S e modo quo había también obreros para las diferentes tareas que debía hacerse, y a cada uno dió Dios «sabiduría» para su tarea par-ticular. Moisés fué el más ca-pacitado para gobernar a Is-rael, pero Bazaleel fue más ap-to para la construcción del ta-bernáculo. Dios obra del mis-mo modo en la edifieacién da su templo espiritual (1 Cor. 12: 1-11). Les que son llamados a hacer obra para Dios recibi-rán juntamente con su llama-miento la debida preparación. Cuando Cristo envió a sus apóstoles a edificar el taber-náculo para el Evangelio, de-rramó su Espíritu Santo sobre

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l í OtTÁDBBtfO Ti%A. Mi.«ííJtO»

ellos, capacitándolos para ha-blar en las lenguas necesarias para la proclamación del men-saje de la salvación. ¿Estamos fielmente cumpliendo la tarea que Dios nos ha encomendado?

III) Su obra: Exodo 81:7-11. — Fué una vasta obra que Bezaleel, Aholiab y sus ayu-dantes debían hacer. No sólo debían construir el tabernácu-lo, sino también todos los ar-tículos necesarios para servir a Dio» y allegarse a El. Una cui-dadosa lectura del contenido de los capítulos 25 a 31 ense-ñará cuan detallada debía ser la obra de estos obreros, y de-bemos tener presente que el ojo de Dios estaba continua-mente sobre ellos, pues El exi-ge una obra acabada, perfecta. Ninguna obra provisoria o mal hecha fué admitida. En He-breos 8:1-5 vemos que Dios amonestó a Moisés: «Mira, di-ce, haz todas las cosas confor-me al dechado que te ha sido mostrado en el monte». En el mismo versículo y el que pre-cede notamos que el taber-náculo y sus utensilios, los sa-cerdotes y su servicio «sirven de bosquejo y sombra de las cosas celestiales». Por esto la exigencia de perfección que Dios impuso a Moisés, Beza-leel, Aholiab y demás obreros.

IV) Su uso: 2 Cron. 1:5.— Aquí vemos que Salomón y loe ancianos de Israel y el mismo pmeblo, se allegaban al taber-

náculo. y después al templo, con el fin de «consultar a Jeho-vá». Bajo la dispensación an-terior los israelitas tuvieron que acercarse a Dios por medio del templo o tabernáculo, y los utensilios, sacerdotes y servi-cios que allí se celebraban. To-das estas cosas eran sombras y prefiguraciones del Señor Je-sucristo, y sirven para ense-ñarnos cuan acabada y perfec-ta es la obra de Cristo a nues-tro favor. Al mismo tiempo ellas nos enseñan cómo por su acabada y perfecta obra pode-mos allegarnos confiadamente a Dios, porque tenemos «Pon-tífice», el Señor Jesucristo, que ha abierto el camino al lugar de absoluta perfección, y si aceptamos su obra hecha a nuestro favor y nos rendimos a El para fiel servicio, tenemos una garantizada entrada al cie-lo, pues «somos hecho» aceptos en el Amado».

Ilustración

AOERCÁVDOMOS a DiOi.— Guando leemos cómo los israelitas tuvieron que acercarse a Dios por medio del tabernáculo o templo, y los sacer-dotes y los ritos del templo, noso-tros podemos dar gracias a Dios que EL 8AOK1FIGIO ya. fué hecho, el Cordero de Dios fué muerto por nosotros, e l pecado es quitado, la ira levantada, y aunque nos esta-mos acercando a El «que es fuego consumidor», sin embargo,nos acer-camos confiadamente, porque su propio Hijo, OTisto, es nuestra ga-rantía y Salvador. Lector, ¿tiene paz con Dios en su corazón median-

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11 de Julio de 1948 17

te la perfecta obra de Oristo en la creer en El ahora mismo p a n la Crux del Calvario? ¿Por qué no salvación de su alma?

Sección Intermedios

T 0 0 B » ~ MANOS QUE SIEVEN A DIÓS. Texto Bíblico . — Ezodo 31:1-11; 2 Cron. 1:5. Texto Aureo . — Eccl. 9:10.

rnwÉMo d( la leeefán Mostrar a los alumnos la ne-

cesidad de aceptar a Cristo co-mo Salvador, y luego rendirse del todo a El para fiel servi-cio.

Adaptando la lección

Una breve discusión sobre la manera de entrar a ia pre-sencia de los personajes da la tierra servirá de excelente in-troducción a la lección. Por ejemplo, los pasos necesarios para entrar a la presencia del Presidente de la República, etc.

La Lección Mfenqa

El pueblo de Israel recién había salido de la esclavitud de Egipto, y habiendo estado allí por muchísimos años, es de entender que más sabían de los dioses y las religiones de Egipto que del Dios qua los ha-bía librado. Estando ahora en el desierto donde vagaron por cuarenta años. Dios Ies enseñó cómo podían acarearsa a E!, el Dios vivo y verdadero. Había necesidad da un Tabernáculo, o lugar de reunión, y los ne-cesarios utensilios para el ser-vicio que allí se efectuaría. En

esta lección vemos cómo Dios hizo los preparativos del caso:

1) EL LLAMAMIENTO DEL OBRERO: Exodo 31:1,2. Cuando hay una obra que ha-cer, Dios hace el llamado, y corresponde a la persona lla-mada aceptarlo. Por supues-to, los seres humanos que Dios llama no siempre responden al llamado, y es por esto que hay tanta escasez de obreros en la Viña del Señor. En este caso Dios llamó a Bézaleel, un hom-bre casi desconocido, pero cuan-do él aceptó el llamado del Se-ñor, pudo por su unción hacer una grande y gloriosa obra. En la Sección de Adultos hemos discutido a Bezaleel y su pa-rentesco, pero lo que notamos aquí en especial es que Dios llamó a un hombre obscuro, tal como hizo con David, y muchos otros, y lo hizo instru-mento de bendición y de utili-dad a su nación. Para que no hubiera confusión Dios «lo lla-mó POR SU NOMBRE». Cuan-do EL llama a alguien para su obra, la persona afectada bien la sabe. Notemos luego.

2) SU PREPARACION: Ezodo 81:3-5. Ya sabemos có-

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18 OUADSSRO PABA MÁVBTKOS

mo Moisés, en Exodo 3, no se sintió capaz para la obra que Dios le encomendó, y aquí no-tamos cómo Dios capacitó a Bezaleel para la obra esperada de él. El es el primer hom-bre de quien se dice que esta-ba «henchido (lleno) de Espí-ritu de Dios», y entendemos que el Espíritu Santo le dió sabiduría, inteligencia, cien-cia, en todo artificio, para inventar diseños, para traba-jar en oro, plata y metal, en piedras para engastarlas, en madera. Bezaleel recibió una esmerada educación del Espi-rita de DÍOB, y se puede ima-ginar con cuánta satisfación habrá trabajado él, y ¡cuan-ta satisfacción habrá sentido al ver una tras otra sus obras llevadas a la realidad. Bien puede ser que Bezaleel haya tenido algunos conoci-mientos en estos trabajos, pe-ro encima de todo necesitaba la oneión del Espíritu de Dios, tal coico los discípulos de Cris-to Ib necesitaban, a pesar de haber estado por más de tres alos en la presencia del Maes-tro Supremo. Les fué dicho que se quedaran en Jerusalem hasta reoibir la investidura del Espíritu Santo. Esto es lo que cada pastor, oficial de iglesia, maestro de Escuela Domini-cal,y cada obrero cristiano, ne-cesita urgentemente. Los dones naturales sólo sirven cuando

4

•on ungidos por el Espirita

Divino. Veamos, además, la obra que hizo Bezaleel y sus ayudantes:

8) SU OBEA: Exodo 81: 6-11; 2 Croa. 1:5. La obra de ellos fué preparar un taberná-culo o templo, donde el pueblo de Israel pudiera reunirse con su Dios, y disfrutar de comu-nión con El. Si el maestre lee y llama la atención a lo deta-llado de toda esta obra, como se ve de capitulo 25 a 31 de Exodo, los alumnos echarán de ver que fué un trabajo im-portante y fino. En Hebreos 8:15 Dios amonestó a Moisés que tuviera cuidado en «hacer todo conforme al dechado mos-trado en el monte». La razón por qué Dios exigía tanta exac-titud y perfección era que el ta-bernáculo y sus utensilios y su sacerdocio fueron «sombra y bosquejo de las eosas celestia-les». Por medio de ellas po-demos aprender lo qae es el cielo, las condiciones reinantes, y la manara de allegarnos a la presencia de Dios. Hoy día entendemos que Cristo es el cumplimiento de la ley, del ta-bernáculo, del sacerdocio, y que por El «podemos allegar-nos confiadamente a la presen-cia de Dios». Nnestro deber, una vez salvados, es anunciar la salvación a otros, y para es-ta obra necesitamos, como Be-zaleel, la plenitud del Espíritu de Dios en nuestro ser, ¿Lo hemos recibido?

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Sección primarios

TIPLEO. U N HOMBHH QUH HIZO PITA I I O Í L B I H OBBA.

Textp BHMIM-—Exodo 31:1-6; 2 Cron. 1:5. Texto Aureo.——Eccl. 9:10.

« ü m f d j i |» tocattn

PROPOSITO: Despertar in-terés en les niños en la obra honrada, y ana admiración pa-ra las personas ouya obra nos hace más felices, y especial-mente qae se den cuenta qae Dios se agrada caando hace-mos bien nuestra obra.

Cuando nuestros padres nos dan un trabajo que hacer, ¿lo haoemos bien o mal? ¿Lo ha-cemos gustosamente, o con mala voluntad? Por supuesto, debemos hacerlo de buena ga-na, y debemos hacer una bue-na y acabada obra. Asi se agradarán nuestros padres, y sentiremos nosotros mismos mayor satisfacción. Y esto es especialmente la verdad en cuanto a Dios y las tareas que nos encomiende.

El pueblo de Israel se enoon-traba en el desierto y Dios de-seaba mostrarles cómo acercar-se a El, y tener un lugar o cen-tro de reunión donde ellos pu-dieran reunirse con El y gozar de comunión con El. Para tal fin vemos que Dios habló a Moisés, y le dijo que habla «llamado por su nombre a Be-zaleel», para dirigir la obra de la construcción del tabernácu-lo.

La obra qae Bezaleel y sus ayudantes debían haeer era una obra grande, porque in-cluía al Tabernáculo o templo, a todos los utensilios para los servicios sagrados que en el ta-bernáculo se celebrarían, y las vestiduras de los sacerdo-tes que presidirían tales ser vicios. Siendo que fué Dios quien llamó a Bezaleel a dicha obra, ésta tendría que ser muy bien hecha. A menudo el trabajo hecho en este nundo es muy |imperfecto y de poca duración, pero Dios no tolera tal clase de trabajo u obra. Si servimos a Dios tenemos que hacerlo de todo corazón, y lo que hacemos tiene que ser lo mejor que podamos hacer, y nuestra ser tiene que estar ren-dido al Espíritu Santo.

Bezaleel pudo haber teni-do algún talento para la obra a la eual fué llamado, pero ne-cesitaba además la plenitud del Espíritu de Dios; necesitaba sabiduría, inteligencia, ciencia, etc. (versículos 3 a 5). Dios le dió un ayudante valioso en la persona de Aholiab, y jun-tamente con él unos cuantos del pueblo de Israel, y a cada uno lo hizo «sabio de cora-zón».

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20 OUADNTUÓ PASA MAESTRO»

En 2 Cron. 1:5 vemos que la obra hecha por Bezaleel y sus ayudantes fué de gran ¿uración, porque muchísimos años después el Rey Salomón y los jefes del pueblo de Israel la utilizaron para consultar a Dios.

Nosotros también somos lla-mados a hacer una obra, y es la de construir la iglesia espi-ritual del Señor. Debemos ser igualmente ungidos, como lo fueron Bezaleel y sus ayudan-tes, y debemos ser igualmente fieles en el cumplimiento de nuestra obra, y entonces la obra será aun más duradera, porque la Iglesia del Señor du-

rará por toda la eternidad, y para siempre cantaremos las alabanzas de aquel que nos amó y se entregó a si mismo por nosotros. ¿Son fieles los niños en servir al Señor Jesúal

Lección práotloa

Que aprendan, además del Texto Áureo, el pasaje en Mar-cos 16:15.

Sección objet iva

Que dibujen el frontis de una iglesia o templo, y escri-ban debajo: YO HARE MI PARTE EN

LA EDIFICACION DE LA IGLESIA DEL SEÑOR.

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18 de Julio de 1948 Lección 3.

Noemí, la mujer de fe Libro de Ruth

wnpwi ffl^en. — «Ta paeblo será mi paeblo, y ta Dios mi Dios». (Ruth 1:10).

UGOTCBAS DUBIAS Lañes, Salmo 28;l-9; Jueves, Ruth 2:1-12; Martes, Ruth 1:1-7; Viernes, Ruth 2:13-28; Miércoles, Ruth 1:8-22; Sábado, Ruth 8;

Domingo, Ruth 4.

TEXTO DE LA LEOCION

Buth 1:16-20;

16 T Buth responde: No me niegues que te deje, y me aparte de ti: porque donde quiera que tú fue-rea, iré yo; y donde quiera que vi-vieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada: asi me haga Jehovd, y asi me dé, que sólo l.% muer-te hará separación entre mi y ti.

18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, dejó de hablarle.

19 Anduvieron pues ellas dos has-ta que llegaron a Beth-lehem, toda la ciudad se conmovió por razón de ellas, y decían: iNe es esta Noemíl

20 T ella les respondía: No me llaméis Xoemí, sino llamadme lia-ra: porque en grande amargura me ha puesto el Todopederoso.

PABJk LECTURA FUBUGA

Buth 2:20; 20 Y dijo Noemí a su nutra: *8ea

él bendito de Jehovd, pues que no ha rthusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los finados. Dijole después Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y de nuestros redentores es.

Buth 4:14-17. 14 T las mujeres decían a Noe-

mí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cu-yo nombre será nombrado en Israel.

16 El cual será restaurador de tu alma, y el que sustentará tu vejez; pues que tu nuera, la cual te ama y te vale más que siete hijos, le ha parido.

16 Y tomando Noemi el hijo, púsolo en IU regazo, j fuóle IU ama.

17 Y las vecinas diciendo: A Noe-mí ha nacido un hijo, le pusieron nombre; y llamáronle Obed. Este es padre de Isaí, padre de David,

Tifwpi — Los sucesos del libro de Ruth tuvieron lugar alrede-dor del año 1312 A. de G.

Logar > — En la tierra de Palestina. Lección para nosotras.— «Ten fe en Dios ... al quo oree todo es

posible» BOSQUEJO D I LA 1*00*0(1

1) La decisión de fe: Ruth 1:16-18; 2) La respuesta de fe: Ruth 2:20; 3) La victoria de fe: Ruth 4:14-17.

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18 OUADHX* PASA MAMTXOB

Sección Adultos INTRODUCCION: — Esta

hermosa historia es una verda-dera joya de literatura, y ade-más presenta un cuadro alen-tador de la vida de ie que al-gunos de los hebreos vivían en medio de una épooa de apoetasía. Los incidentes de oste libro de Ruth tuvieron lu-gar durante la obscura épooa de los jueces, y tranque la na-ción estaba en apoetasía, sin embargo, de esta historia se puede observar que la lámpa-ra de la le no se había apaga-do del todo, y del último pá-rrafo vemos que por la fe de Noeml, Ruth y Boaz, la línea del Redentor y Mesías venide-ro fué perpetuada.

1) LA DECISION DE FE: Ruth 1:16-18. Es una triste historia narrada aquí de la fa-milia de Elimelech y Noemí, porque en un tiempo de esca-sez abandonaron la patria para dirigirse a la tierra de Moab. Ellos salieron de Bethlehem-judah (este nombre significa «Casa de Pan y Alabanza») y se fueron a Moab, país extra-fio y tradicionalmente enemi-go de Israel. Estando allí murió Elimelech, y entonces, para oolmo de desgraoia, sus doa hijos se casaron con muje-res moabitas, oosa prohibida por la ley de Moisés (Deut. 7:8; 28:8). En el curso del tiempo murieron los dos hijos también, y quedó sola Noe-

mí y sus dos nueras. En ese en-tonces Noemí oyó de abun-dancia de pan en su propia tierra y resolvió volver allá. Las dos nueras se prepararon para acompañarla, pero Noe-mí las aconsejó que se queda-ran en su propia patria, pen-sando que sin duda les irla me-jor allí, en sentido material, que en un país extraño como Is-rael. Se nota en esto que Noe-ml habla sufrido grandes pér-didas en sentido espiritual, porque no pensaba ni mencio-naba los beneficios espiritua-les de Israel. Orpha accedió a sus consejos, y besándo-la, volvió a su patria. Pero Ruth ni aun escuchó los rue-gos de Noeml, y sus pala-bras decididas constituyen en verdad LA DECISION DE FE. Notemos: (1) que resol-vió VIAJAR con Noemí, «por-que donde quiera que tú fue-res, iré yo», aun a tierras le-janas y extrañas; (2) resolvió MORAR con ella, «donde quie-ra que vivieres, viviré». (8) Se ENTRELAZÓ con ella, porque «tu pueblo será mi pue-blo». (4) Resolvió juntarse eon Noemí en-su religión, por-que «tu Dios será mi Dios». (5) Gozosamente MORIRIA en la misma oama, porqae «donde tú murieres, moriré», y (6) has-ta DESEABA SER SEPUL-TADA en la misma tumba con ella, porque «allí seré sepulta-

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18 de Jallo de 1048 18

da». Frente a tan resuelta de-cisión Noemí «dejó de hablar-le», y Ruth de esta manera se unió firmemente con el pue-blo escogido de Dios. Lector ¿ha resuelto con igual firmeza unirse con el pueblo del Se-ñor? Esta ea la DECISION DE LA FB.

II) La respuesta de fe: Ruth 2:20. Noemt regresó muy en-tristecida a su patria, y los de su pueblo se admiraron de ella. Muy pronto Ruth mostró que su deoisión era firme, y que estaba resuelta a ayudar en lo posible a su suegra. Siendo el tiempo de cosecha, ella se diri-gió a los campos, y sin duda dirigida por la mano de Dios, hizo su trabajo en los campos de Booz, pariente de Noeml, y allí espigaba en pos de los se-gadores; Booz la favoreció mucho, porque sabia ¿e su hermosa decisión de quedar non Noeml, y cómo estaba ayudándola. Debemos leer con el versículo 2 los pasajes en Lev. 19:9,10 y Deut. 24:19-21, que daba el derecho a po-bres y extranjeros de espigar tras los segadores. El carácter de Booz queda muy bien pre-sentado en este capitulo 2, porque vemos su cordialidad con sus obreros, su interés en BUS parientes, y su confianza en Jehová, Cuando Ruth volvió con los resultados de su trabajo, cobró Noemí nuevo ánimo, y más cuando supo que

Ruth había espigado en los campos de Booz, y que fuá él quien la había favorecido. Observamos su nota de ala-banza a Dios, cuando dijo: «Sea él bendito de Jehová». En seguida reveló a Ruth que Booz era pariente de ellos, y era además uno de los que tenía el derecho de redimir nuestra herencia. (Véase Le-vítico 25:25). Este «derecho de redimir» también incluía el deber de protegerlos, de com-prar sus terrenos, y en este ca-so de casarse con Ruth y asi mantener el nombre de la fa-milia. Noeml vió que Dios estaba obrando a favor de ellos, y alabó a Dios por ello; estas palabras del versículo 20 dan «LA RESPUESTA DE FE» de ella. DÍOB en ver-dad estaba obrando en este ca-so, porque estaba preparando la línea de descendencia del Beñor Jesús, su hijo, preparan-do el camino para su pripaer advenimiento a la tierra.

III) La victoria de fe: Ruth 4:14-17. Veamos que la fe de Ruth y de Noemí iba acompa-ñada de obras, porque en el oapítulo 8 vemos los pasos que fueron tomados para recordar a Booz sus deberes oomo «redentor oon derecho». El «descanso» mencionado por Noemí en el primer versículo era en realidad un marido o esposa oon un hogar. En el ca-pitulo 4 vemos que Booz tomó

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34 OuÁDÉBXO PABA MAB8NB©8

su lugar, pero habiendo un pa-riente aun más cercano que él mismo, primeramente tuyo que entenderse con él. Guando es-te no pudo ejercer su derecho por algún motivo, entonces to-mó Booz el paso necesario, redimió la herencia de Noeml, y tomó a Ruth como su esposa. En el curso del tiempo nació Obed de esta unión, y es de imaginar el gozo de Noemí (versículo 14 a 16). El nom-bre «Obed» significa «uno que sirve». De esta manera levan-tó Dios a una familia que esta-ba a punto de desaparecer, e hizo de ella una viña produc-tiva. «De esta manera fué pre-parado el advenimiento del Rey a quien el Señor habla resuelto confirmar el dominio sobre su pueblo para siempre.

La moabita convertida (Ruth) que entró como miembro digna a la reanión del pueblo de Dios, llegó a ser la madre de David y de Cristo».

IhÉrtmeáte

NADA IMPOSIBLE A LA FB.—Se cuenta de la acción de una tropa en ana batalla en Europa, donde los hombres recibieron una orden del comandante qne les parecía impoli-ble de cumplir, j rehusaron obede-cerla. El joren capitán de la tropa sintió en f u alma esta desobedien-cia de los hombres de sa mando, y se levantó para ir solo, cayendo gra-vemente herido a los pocos momen-tos. Cuando lo sacaron del campo de batalla, el capitán lloraba, no por el dolor de sus heridas, sino por la desobediencia de sus hom-bres. Nuestro Comandante, Cristo, nuaca ordena lo imposible, y cuan-do El ordena, debemos obedecerle en el acto, y al avanzar con fe viva en El cnada nos será imposible».

Sección Intermedios TTOLCO.—CUANDO VHNOE LA LEY.

Tfcxto Bíblico.—Ruth 1:16-18; 2:20; 4:14-17. Texto Aureo.—Ruth 1:16.

Propósito de la lección Mostrar a los alumnos que la

fe en Dios es de gran impor-tancia, pues le agrada. Véase Hebreos 11:5-6).

AdMfeHBdO Is lesoidn

El maestro debe dar el fon-do histórico de los tiempos de Ruth, porque fué en los tiem-pos de los Jueces, cuando Is-rael sirvió a Dios durante un tiempo para luego caer en apos-

tasla, la que fué seguida por el castigo de Dios. En Jueces21:25 vemos o tenemos un resumen de los tiempos: «cada uno ha-cia lo recto delante de sus ojos». En tales tiempos vivió Noe-ml y los suyos.

( A TOFUMN W B H Í

Esta es una hermosa histo-ria de la vida de una familia en Israel, que a pesar db los tiempos de apostasla en que se

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18 da Julio da 1948*

encontraban mantuvieron su fe en Dios. Aunque se apartaros de la patria de Israel, y amar-gados por las adversidades, sin embargo habrán dejado alguna kuella favorable atrás, atrayen-do a Ruth a Dios y a Israel. ^Neeml y Elimeleeh y sus dos hijes se fueron a Moab en un tiempo de escasez, y estando en Moab murió filimelech; después se casaron los dos hi-jos con mujeres de Moab. Po-ce después los dos hijos tam-bién murieron, dejando a Noe-ml y sus dos nueras solas. Cuando Noeml trató de volver a Israel, sucedió el incidente que hoy nos toca estudiar.

1) La decisión de Ruth: Ruth 1:16-18.-11 maestro de-be presentar la escena muy vi-vidamente de la manera en que Noeml traté de persuadir a sus dos nueras a que volvieran a su patrijí, Moab. Orphah vol-vió, pero Ruth no quiso vol-ver, y su decisión es una de las más'hermosas que registra la historia. Sus palabraa son notables y la decisión tomada abarca toáa su vida: 1) Rogó que no le hablara más del asunto, pues estaba resuelta a quedarse con Noeml; (2) esta-ba dispuesta a viajar por todas partes con Noeml; (3) quise •ivir juntamente eon ella en eualquier parte; (4) se asoció con el pueblo de Israel; (5) Aoeptó al Dios de Noeml; (6) quiso morir juntamente con

Noemi; (7) y además quise ser sepultada en la misma lam-ba eon ella. Fué pues ana de-cisión fiaal y total, y era evi-dente que Ruth ya no quise na-da que ver con Moab ai coa sus parientes de allí, sino resuelta-mente ingresó a Israel para servir al Dios de Israel. Tales decisiones soa también necesa-rias hoy día. La iglesia del Señor necesita hombres y mu-jeres igualmente resueltos para seguir y servir a Dios.

2) L* actitud de Noemi: Ruth 2:20.— Ruth, al llegar a Palestina, al pueblo de Bethle-hera, se puse a trabajar coa el fin de servir de sustento a Noe-ml. Se dejó guiar por el Se-ñor, y fué dirigida a los terre-nos de un tal Booi, pariente de Noeml, y pariente cercano con derecho a redimir sus pose-siones. (Véase Levitico 2:25). Booz favoreció a Ruth des-de el primer momento, porque supo de sa decisión y de la masera eóme ella ayudaba a su suegra Noeni. Booz le dió permiso para espigar en cual-quier parte de sas terrenos, y ordeaó a sas trabajadores que ne la estorbaran. Caaado Noe-ml supo que él era el que fa-vereda a Ruth, se llenó de sa-tisfacción, y dijo s Ruth que él era ano de los parientes cerca-nos que podía redimir sas te-rrenos, etc. Luego, en el capí-talo tres, vemos que Noeml tra-bajó para que el asunto fuese

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ié OüADBBKO PASÁ M i B S T l O l

arreglado, y se ve que cuanto ella hizo fué con fe en Dios. Hermosa fué la ie de ella. Du-rante su estada en Moab deca-yó su ie, pero ahora que vela la mano de Dios obrando entre •u pueblo, se conmovió y dió gracias a Dios,

8) La lendiiión de Dio»: Ruth 4:14-17.— Una vez que Beoz habla arreglado el asunto eon otro pariente aun mis cer-camo que él, emtonoes él tomó poseiiéa do la hereacia de

Noeml, lo que inclnia ra casa-mieato con Ruth, para con-tinuar el nombre de la familia. Ea el trascurso del tiempo tu-vieron un hijo que llamaron Obed, abuelo del famoso rey David. Graade fué el gozo de Noeml, al ver la bendición de Dios tan palpablemente «obre ella y loa suyos. Si nos rea-dimos debidamente a Dios, y ea todas las cosas le honramos, eatoaoos El también nos hon-rará y aos bendecirá. ¿Lo ha probado ol lector?

Sección primarlos RpJoo.— EH OA.SA DB Noaai. Texto Bíblico— Ruth 1:22; 2:1, 17:18; 4:14-17. ateto i m M - «Antes sed loa unos con los otros benignos».

(Efeiios 4:82).

Adaptando I* laceíón PROPOSITO: Inculcar ea

los niños un creciente aprecio por sus mayores, y mostrarlo* cómo pueden ayudarlos.

¿Les gusta ayudar a sus pa-drea? ¿Aun ouando loa llamen estando en un interesante jue-go?

¿No «o sienten gotosos sus padrea ai obedecen a sus órde-nes en «1 aoto? Más se agrada Dios si tal hacemos. El niño que desobedece a sos paires, también desobedeoe a Dios (Véase Efesios 6:1).

En nuestra leoción tenemos la triste historia de Noeml, mujer que perdió a so esposo y • sos dos hijos mientras anda-

ba en tierra extraña, en Moab. Sus dos hijos se habían oasado con mujeres de Moab, de mo-do que Noemí se quedó eon las dos nueras. Se puede ver que ambas nueras amaban a Noemí tiernamente. Pero cuando los dos hijos murieron, Noemí re-solvió volver a su patria, Pa-lestina. Sus dos nueras tra-taron de acompañarla, pero Noemí las aconsejó qae se que-daran en su propio país. Or-phah accedió a sus ruef os, pe-ro Ruth no quiso separarse de su suegra Noemí. Debe-mos estudiar bien las palabras de Ruth, donde ella so asoció oon su suegra, y con el pueblo-de ella, y además, oon el Dios

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II da Julio de 1945

de «lia- ¿Batamos igualmente resueltos en nuestra decisión?

Dios honró la fe y la decisión resuelta da Ruth, porque la di-rigid a los terrenos de nn pa-riente llamado Booz, un hom-bre que anaba a Dios, y muy bondadoso con la gente que lo rodeaba. Vemos que Booz se portó muy honrado y muy ge-neroso con Ruth, porque orde-nó a sus trabajadores que no la estorbaran, y que dejaran caer granos a propósito para que ella los reeogiera. Además, con la muerte de los hijos y el esposo de Noemí, quedaron los terre-nos de ellos en confusión, y correspondía a Booz redimirles,

Sara que la familia no los per-iera. Vemos que Booz esta-

ba muy dispuesto a cumplir son esta costumbre qae había entre loa israelitas.

Más tarde vemos que Booz se casé coa Ruth, y vivie-ron juntos con toda felicidad. Noemí estaba muy feliz tam-biéa, eapecialmente feliz cuan-do nació el pequeño Obed, y Noemí se enoargó de la

crianza de este niño. De esta historia sabemos que Obed fué el abuelo del gran Rey David de Israel. Así vemos que por su fé y au decisién de separar-se de Moab y unirae eon Israel y el Dios de Israel, Ruth fué aceptada entre el pueblo escogido, y Dios la honró dán-dole un lugar en el linaje del Salvador Jeaús. Así vemoa que vale la pena ser fiel a Dios, ayudar a nuestros mayores, y hacer cuanto trabajo T e n g a

a nnestraa manos. ¿Lo hace-mos todos?

Qae aprendan, además del Texto Aureo, el pasaje en I fe -aioa 6.1.

•eoolén objetiva Que dibujan en papel una

caaa, y aacriban oomo rótulo en la casa...

ESTA ES MI GASA... T escriban debajo: YO AYUDARÉ A MIS

PADRES.

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26 de Julio do 1948 Lección 4.

Jonathan, el amigo leal 1 Samuel 18 a 20; 23:16-18; 2 Samuel 1:1-27; 21:7.

— «En todo tiempo ama el amigo» (Prov. 17: 17).

U O I O U I MAMAS

Jueves, 1 Samuel 20:1-26; Viernes, 1 Samuel 20:27-42;

Lunes, 1 Cor. 13:1-13; Martes, 1 Samuel 18; Hiéreoles, 1 Samuel 19; Sábado, 1 Samuel 23:1-18;

Domingo, 2 Samuel 1:1-27; 21:7.

CUTO ME LA UKXXON PARA U O I t l U PUBUOA

1 Samnel 18:1-4;

1 Y MÍ q u ¿1 hnbo acabado de hablar con Saúl, «1 alma de Jona-thán fué ligada con la de David, y amólo Jonathán como a su alma.

3 Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a caía de tu padre.

3 15 hicieron alianza Jonathin y David, porque él le amaba como a •U alma.

é Y Jonathán te demudó la ropa que tenia tobre ti, y dióla a David, y otras ropat tuyas, haría tu etpada, y tu are», y tu talabarte.

1 Samuel 19:1-6.

1 T habló Saúl a Jonathán su hijo, y a todos ana criados, para qae matasen a David; mas Jonathán hi-jo de Saúl amaba a David an gran manera.

3 Y dió arito a David, diciendo! Baúl mi padre procura matarte; por tanto mira ahora por ti hatta la ma-ñana, y niáte en paraje oeulto, y es-cóndete:

3 Y yo saldré y estaré junto a mi padre en «1 campo donde estu-vieres: y hablaré de ti a mi padre, y te haré saber 1» que notara.

4 Y Jonathán habló bien de David a Saúl tu padre, y dijóle: No peque el rey contra tu ñervo David, puet que ninguna cota ha cometido contra ti: antee mi óbrat te han tido muy bue-nas:

5 Parque él puse su alma an su Ealma, e hirió al Filisteo, y Jetará izo una gran salud a todo Israel.

Tú lo víate, y ta holgaste: ¿por qné pues petará! contra la sangre ino-cente, matando a David sin oausa?

6 Y oyendo Saúl la voe de Jona-thán, juró: Vive Jehotá, que no mo-rirá.

Tiempo . — Alrededor del año 1060 A. de O. LKSf • — En la tierra de Palestina. IJMWÜSI y n a n i t M r - Para tenar amistadas as necesario mos-

trarse amigable, y sar leal con ellos.

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25 de Julio de 1948

B08QUBJ0 Dfl LA UOGKM

1) La amistad trabada: 1 Samuel 18:1,2; 2) La amistad manifestada: 1 Samuel 18:3,4; 3) La amistad ejercitándose: 1 Samuel 19:1-6.

Sección Adultos INTRODUCCION: En nues-

estudio sobre los «Caracteres Bíblicos no anunciados» llega-mos hoy a Jonatán, hijo del rey Saúl, y nos toca estudiar las relaciones de Íntima amis-tad que existían entre Jona-thán y 'David. Debemos no-tar que la amistad de Jonathán hacia David envolvía verdade-ro sacrificio, y - lo colocaba a veces en inminente peligro de su vida. Vale la pena cultivar tal clase de amistad. ¿La pa-seemos? ¿Hacemos la parte que nos toca para cultivarla?

I) La amittud trabada: 1 Samuel 18:1,2.—Esta no fué la primera ves que David se en-contraba delante del rey Saúl, porque todos recordarán cómo David fué traído desde la ca-sa da su padre para tocar su ar-pa para Saúl ouando éste se en-contraba de mal hemor. Pero ahora se encontraba en otra si-tuación, porque en el capítulo 17 habla peleado con Goliath el gigante filisteo, venciéndolo y matándolo enseguida. El gi-gante estaba armado en pie de guerra ouando David lo ven-ció con nna honda y una pie-dra, y después lo mató con su

propia espada. De modo que David ahora había dado un no-table ejemplo de su valor y su capacidad como guerrero. Saúl estaba profundamente im-presionado, y del versículo 2' vemos que ya no le permitió volver a su casa, sino que lo tomó para sus ejércitos. Pero la mayor obra del día fué la que se efectuó entre Jonathán, hijo de Saúl, y David, porque leemos que «el alma de Jona-thán fué ligada con la de Da-vid, y amólo Jonathán como a su alma». Sin duda lo que llamó la atención de Jonathán hacia David fué su prudencia, su modestia, su piedad, y la duliura con que se expresaba. El valor de David sin duda tu-vo mucho que ver con los sen-timientos de Jonathán, porque él también fué un hombre de gran valor, porque todos re-cordarán cómo él y su escude-ro solos atacaron una guarni-ción de Filisteos y los vencie-ron. El hecho es que en ese día, mientras Saúl conversaba con el joven héroe David, em-pezó el más notable caso de amistad que conocemos entre Jonathán, el hijo del rey, y David.

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80 OtTADIlId PABA llAKITlOa

II) La amistad maniftsiada'. 1 Samuel 18:3,4. Del versículo S observamos que los dos jó-renes se unieron pronto para declarar su amistad mutua, e «hicieron alianza». Es nota-ble esta actitud de Jonathán, perque nadie asmo ¿1 tenia ra-zones para aborrecer a David •1 próximo rey de Israel, y sin embargo, nadie le amaba más que Jonathán. Jonathán de-mostró en toda su conducta con David una notable grande-za de alma, y jamás tomó en ouenta consideraciones perso-nales, sino siempre se mantu-vo fiel en esta amistad con Da-vid.

En seguida Jonathán dió una hermosa muestra de su amor hacia David, porque des-nudándose de su propia ropa dióla a David, y le dió hasta. su espada, su arco y su tala-barte. Jonathán no quiso que au amigo, que tan grande proe-za había hecho, se quedara con la miserable ropa de un pastor de ovejas, y por esto le dió la ropa conveniente para un sol-dado, y en vea de su honda y piedras, le dió una espada y arco. Lo que aumentaba aun más el valor de este regalo fué el heoho que eran de Jonathán mismo, la ropa y armas que él mismo llevaba. Jonathán se desnudó a si mismo para ves-tir a David. De esta manera todo el mundo se daba cuenta

del tierno amor que existía en* tre estos dos jóvenes.

Nuestro Señor Jesucristo ha mostrado su amor para con nos-otros también, porque se des-nudó a si mismo para vestir-nos a nosotros, se vaoió a si mismo con el fin de enrique-cernos (2 Cor. 6:21; 2 Cor. 8:9). Pero Jesús hizo aun más, por-que puso sobre sí nuestros tra-pos de inmundicia, cosa que Jonathán no hiio.

III) La amistad ejtrciiándo-s«: 1 Samuel 19:1-6. Las pa-labras que siguen en el oapltu-lo dieciocho muestran que muy pronto la amistad de los dos

Jóvenes fue puesta a prueba. JO que hemos visto sucedié

en el campo de batalla; aho-ra regresas los guerreros y las suevas de la victoria y de la hazaña de David ya habla sido anunciada en laB ciudades, y las mujeres, como era la costumbre en aquellos tiempos, salieron a recibir a sus héroes oon cantos y danzas. Cantaron, «Saúl hirió sus mi-les, y David sus diez miles». Desde ese momento en adelan-te Saúl miraba a David «de través» (vs. 0). David ya no tenía sosiego o tranquilidad. El maestro debe familiarizarse eon las ocasiones cuando Saúl trató da matar a David. Le que resalta es la manera en que Jonathán se mantuvo fiel a su amigo David, y esto a pe-sar del desagrado de su pa-

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15 de Julio de 1&49 Si

dre Saúl, y en ana ocasión gu padre trató de matarle a él pór sn defensa qae hizo de Da-vid. En el pasaje qae estudia-mos (19:1-6) vemos nna oca-sión cuando Jonathán interce-dió con éxito a favor de David. En 20:32 a 34 vemos que no tuvo éxito, y de nuevo expuso gu propia vida al peligro con •1 fin de defender y salvar a sn «migo David. Pero en la lec-ción que estudiamos Jonathán recordó a su padre Saúl la gran hazaña de David al vencer a Goliath, y la gran victoria que habia conseguido para Israel. Fué en verdad una defensa no-table y conmovedora que hizo Jonathán a favor de David en esta ocasión. Y Saúl dijo: «Vive Jehová, que no morirá». Ojalá Saúl hubiera persistido en esta actitud, pero no fué asi, porque del próximo capitulo a que ya hemos hecho referenoia, cambió de actitud y buscaba oportunidad para matar a Da-vid y a 89 propio hijo Jona-thán. Loa otros pasajes dados como texto de la lección en el encabezamiento, nos dan un euadro del amor de David pa-

ra con Jonathán, y cómo Da-vid lamentaba su fallecimiento en el campo de batalla David comparó el amor de Jonathán con el amor de una mujer. Y cuando David al fin estuvo sentado en el trono como rey de Israel, él buscó a Mephíbo-seth, hijo de Jonathán, y de-rramó su amor sobre él como quisiera haberlo hecho para Jonathán mismo. (2 Samuel 9).

Dartracién E L AMO* ABNJSOADO D I OXISTO.

—Se cnenta la historia de an mi-sionero qae fué a una isla para pre-dicar el Evangelio a los habitantes, pero halló que eran todos esclavos, y que no podia alcanzarlos para co-municar en mensaje. De manera que se vendió como esclavo, y tra-bajando dia tras día con ellas eu loa campos alcanaó a hablarles del amor de Dios en Oristo Jesús Esta historia nos da ana pequeña idea de lo qae hizo Oristo per amor de nes-otros, porque El vino a este mundo con el fin de acercarse a nosotros y contarnos del amoi de Dios. T to-do aqnel qae eree en El recibe la vida eterna, la ropa de justicia de Oristo mismo y el Espiritu San-to como morador en sa ser. Asi oambia de rumbo de tierra a cielo, y va siendo preparado para morar en el Beino de luz de Dios. (Glo-rioso amor de un glorioso SalvadorI

Sección Intermedios Tipleo.—UKA AMISTAD QUB CUESTA.

Verte Bibllee.—1 Samuel 18:1-4; 19:1-6. Texte Amreo.—Prov. 17:17.

de la lewMa porta todas las pruebas, y está Mostrar a los alumnos cómo dispuesta a sacriñicarse a fa-

ino la verdadera amistad so- vos del amigo.

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82 OÜADBBKO PAHA HABSTBOS

(Lea gasta tener amigoi? ¿Machos amigos? ¿Cómo se oonsigaen amigos? ¿Cómo se retiene a los amigos? ¿Da usted tanto a sus amigos como espe-ra de ellos? Estas y otras co-sas servirán de introducción a la lección que nos toca estu-diar hoy.

ÍM, Lección BGsua

El maestro debe imponerse de todos los pasajes 'citados en el encabezamiento de la Sec-ción Adultos, porque el texto que tenemos por delante da sólo una pequeña parte del cuadro de la amistad que exis-tía entre David y Jonathán. Muestra lección empieza in-mediatamente después de la luchajentre David y Qoliath, y en el acto David fué lla-mado a la presencia del rey Saúl. Anteriormente David habla estado en la corte del rey Saúl para tocar su arpa, pero ahora había demostrado su valor y capacidad como gue-rrero.

1) Una amiiiad extraña: 1 Samuel 18:1,3. Sitaba presen-te ea la entrevista el hijo del rey Saúl, Jonathán. Este era hombre formado ya, y te-nía renombre como guerrero, porque él y su escudero solos hablaa derrotado a una guar-nición de filisteos y así traído una gran victoria para Israel. Jonathán vió ahora al pastor

de ovejas, David, desde un nue-vo punto de vista. Sin dada las palabras prudentes de Da-vid, su modestia al hablar de su hazaña eon Geliath, y su modo dulce, impresionaron profundamente a Jonatkán. Y leemos que «el alssa Jonathán fué ligada con la de David». En ese momento se dió prin-cipio a una amistad que sólo la muerte pudo terminar. Una amistad trabada entre un po-bre pastor de ovejas y ua cor-tesano, hijo del rey. Nos ha-ce penssr en el amor que de-mostró el Bijo de Dios, Bey de reyes y Señor de señores, ha-cia nosotros, miserables peca-dores que somos.

2) Una amistad costosa: 1 Samuel 18:8,4. Jonathán de-mostró que su amistad era una cosa verídica, verdadera. Da-vid había demostrado su proe-ja ea el campo de batalla, aun-que estaba vestido de pastor de ovejas. Jonatháa no quiso que su amigo continuase asi, y se desnudó de su propia ropa de guerrero e hizo que David se vistiera oon ella. Además, le dió su propia espada y aroo para reemplazar la honda con que David había muerto al gi-gante. De modo que en los primeros momentos de la amis-tad, Jonatháa ya tuvo que des-hacerse de muoho de lo suyo, oon el fin de proveer a su nue-vo amigo de lo necesario para su nueva carrera militar, por-

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35 de Julio de 1943 33

que Saúl el rey ya no permitió el regreso de David a la casa de su padre. Ya no cuidaría ovejas, sino que pelearía las ba-tallas del pueblo de Dios.

8) Una amistad arriesgada: 1 Samuel 19:6. La lectura del resto del capítulo 18 mostrará cómo Saúl cambió de actitud hacia David, y desde ese mo-mento ya no pudo tolerarlo y trató de ultimarlo. En los primeros versículos del ca-pítulo 19 vemos que Saúl or-denó la muerte de David, y luego Jonathán avisó a David de su peligro. Jonathán favo-reció a su amigo David contra su mismo padre Saúl, lo que muestra ouao verídica fué la amistad trabada entre los dos jóvenes. Al día siguiente Jo-nathán eonversó con su padre Saúl al respecto, y le hizo ver las grandes obras hechas por David; parece que Saúl se conmovió por un breve rato, y

dijo que no morirla. Pero poco después, en el capitulo 20:31 a 35, vemos que Saúl de nuevo buscaba la muerte de David, y cuando Jonathán lo defendió trató de matar fa su propio hi-jo. Fué muy arriesgado para Jonathán favorecer a David, pero lo hizo. Y esto a pesar de enten 1er que David habla de ser el próximo rey de Is-rael. Jonathán no permitió que sus intereses personales estorbaran sus relaciones eon su amigo David. Este también amaba tiernamente a Jonathán, y lamentaba profundamente su muerte en una batalla. Después de ascender al trono de Israel buscó al hijo de Jo-nathán, Mephiboseth, y lo col-mó de amor y amistad. Her-mosa en verdad fué la amistad entre David y Jonathán. Y la de Cristo es aun mas hermosa.

El tu Salvador y Amigo?

Sección Primarlos T Í P T O » ' — U N PEINCIP» PARTICIPA SUS BIBNES OON UH PABTOB.

Texto Bíblico—1 Samuel 18:1-4. TEXTO AUREO •—«PrOV- 17-17».

Adavtwado I» leesÜB PROPOSITO: Mostrar a los

niños el valor de la verdaeera amistad.

¿Tienen los niños machos amigos? ¿Les gusta tener mu-chas amistades! ¿Se portan amigables para con sus amigos? Hay que recordar que para te-

ner amigos hay que mostrarse amigable.

¿Recuerdan los niños la lu-cha que hubo entre David y el gigante Goliath? ¿Oómo lo ven-oió David? Oomo resultado, Israel obtuvo una gran victoria sobre sus enemigos, los Filis-teos. Los niñog tal vez recuer-

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94 OUADHXO T Í XA MAXBTKOI

den que antes de esto David, QB insignificante pastor de ove-jas en casa de sa padre, habla «Btado en el palacio de Saúl para tocar sa arpa. Pero aho-ra David había vencido al gran enemigo de Israel, a Goliath, y todo Israel lo aplaudía.

David fué traido delante del rey Saúl y otros jefes de Israel, y allí tuvo conrersación David con elloB. Estaba presente el Príncipe Jonathán, y oyó las palabras habladas por David. Sin duda quedó profundamen-te impresionado, porque David hablaba en tonos tan sencillos, y con tanta modestia y pruden-cia, que Jonathán no pudo me-nos que fijarse en él. Leemos que mientras David hablaba «el alma de Jonathán fué liga-gada con la de David, y amólo Jonathán como a su alma».

Trate de imaginar la escena. David estaba ves.tido con su sencilla ropa de pastor de ove-jas, y Jonathán con sus ropas reales, asimismo el rey Saúl. Saúl ya había dicho que no de-jarla ir a David para volver a la eaaa de su padre, sino tendría que quedarse con él, ya que se había demostrado tan valiente guerrero.

Jonathán no quiso que su amigo se quedara con tales ro-

pas en presencia del rey y loa jefes de Israel. ¿Qné hacer? Jonathán se desnudó de sos propias ropas reales y las dió a David. Además para reem-plazar su honda y las piedras con que había muerto a Goliath, Jonathán le dió su propia es-pada y arco. De modo que David ahora estaba en mejores condiciones para la vida en la Corte Real Hermosa fué la aotitud de Jonathán el PrlncU pe, para con su nuevo amigo David. Su amistad no fué solo asusto de palabras, sino que de lo que tenia participó con David. Y ¿se acuerdan cómo el Señor Jesús se dió a si mismo por nosotros? ¿Han aceptado lo que Jesús les ofre-ce? ¿Han rendido iua vidas a BU servicio?

L a o c f ó n p r á o t l o a

Que aprendan de memoria, además del Texto Aureo, el pasaje en 2 Cor. 8:9.

S M O Í Ó R o b j e t i v a

Que dibujen un corazón en

papel, y escriban debajo:

JESUS SE DIÓ POR MI..,

YO ME DOY A EL.

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l.o da Agosto de 1948 Lección 5

Barnch, el escribano Jeremías 82:6-15; 86 y 87; 48:5-6.

SEXTO AUREO- — «Lámpara es a mis pies ta palabra, y laxn-brera a mi camino». (Salmo 119:105).

UCXUIU0 MASIAS

Lunes, Salmo 82; 0 Jueves, Jer. 86:11-82; Hartes, Jer. 82:6-15; I Viernes, Jer. 87:1-10; Miércoles, Jer. 86:1-10; | Sábado, Jer. 87:11.21;

Domingo, Jer. 48:1-6.

TEXTO DE LA LECCION

Jeremías 36:4-8; 17-24; 32.

4 T llamó Jeremías a Baraeh hijo de Nerías, y escribió Barach de boea de Jeremías, en an rollo de libro, todas las palabras qae Jeho-vá le había hablado.

8 Después mandó Jeremías a Ba-rueh, diciendo: Yo estoy preso, no pue-do entrar en la casa de Jehovd:

6 Entra tú pues, y lee de este rollo qne escribiste de mi boca, las palabras de Jehová en oídos del

Sueblo, en la casa de Jehová. el día el ayuno; y las leerás también on

oídos de toda Judá que vienen de sus ciudades.

7 Quizá caerá oración de ellos en la presencia de Jehovd, y tornaráse nada uno de su mal camino; porgue grande, es el furor y la ira que ha ex-presado Jehová contra este pueblo.

8 T Baruch hijo de Nerías hizo conforme a todas las cosas qut le mandó Jeremias profeta, leyendo en el libro las palabras de Jehev¿ en la casa de Jehová.

17 Preguntaron luego a Baruch, diciendo: Cuéntanos ahora cómo es-oribiste de boa* de Jeremías todas es-tas palabras.

18 T Baruch les dijo: £1 me dictaba de su boca todas estas pala-

PASA WmMA tVBUOá

bras, y yo escribía con tinta en el libro.

19 Entonces dijeron los principes a Baruch: Fe, y escóndete tú y Jera-mías, y nadie sepa dónde estáis.

20 Y entraron al rey al atrio, habiendo depositado el rollo en la cámara de Elisama secretario; y costaron en los oídos del rey todas estas palabras.

21 Y envió el rey a Jehudí a que tomase el rollo, el cual lo tomó de la cámara de Elisama secretario, y leyó en él Jehudi en oídos del rey, y en oí-dos de todos los principes que junto al rey estaban.

22 Y al rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y habla nn brasero ardiendo delante de él;

23 Y fué que, como Jehudí hubo leído tres o cuatro planas, rasgólo con un cuchillo de escribanía, y echólo en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió so-bre el fuego que en el brasero había.

24 Y ne tuvieron temor, ni ras-garon sus vestidos, el rey j todos sus siervos que oyeron todas estas palabras.

33 Y tomó Jeremías otro rollo, y diólo a Baruch hijo de Nerias eseriba; y escribió tn él de boca de Jeremíaf

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36 GUADSKKO PABA MABSTBOS

todas las palabras del libro que quemó aun fueron añadidas sobre ellas trin-en el fuego Joaeim rey de Judá; y chas otras palabras semejantes.

Tiempo • — Alrededor del año 606 A. de O. liogai. — En la ciudad de Jerusalem. Lección p ú a nosotros.— Aunque estemos sirviendo en un lugar

insignificante, debemos ser fieles a nuestros deberes en todo momento y bajo toda circunstancia.

BOSQUEJO ¡DE IA JUEXXTO»

1) Baruch, el obediente representante de Jeremías: 36:4-8; 2) Baruch, el fiel y valiente escribano: 36:17-24; 3) Baruch, el constante siervo de Dios: 36:32.

Sección INTRODUCCION. — Conti-

nuando con nuestros estudios sobre los caracteres bíblicos no anunciados, nos toca hoy estu-diar de Baruch, el brazo dere-cho del gran profeta Jeremías. Como dijimos en un. estudio anterior, a menudo el éxito de «n jefe depende en gran parte de la fidelidad y cooperación de sja ayudante o ayudantes. Sato fué especialmente la ver-dad en ouanto a Jeremías, por-que tal como en el caso presen-te, el gran profeta no pudo aparecer en público, y así su secretario Baruch tuvo que sa-lir en representación suya. Es-te capítulo 36 de Jeremías nos muestra tres cosas de Baruch que merecen nuestra atención:

I Baruch, el obediente re-presentante de Jeremías: 36:4-8,—Notamos de los primeros versículos del capitulo que Dios

Adultos ahora ordena a Jeremías es-cribir todos los mensajes que hasta ese momento había dado a Israel, dándoles así una for-roa permanente, sirviendo no! sólo para la generación presen-i te, sino también para las futu-ras. Además, los mensajes es-critos alcanzarían a mayor nú-mero de personas que los men-sajes hablados. £n el versícu-lo 8 vemos otra razón, «quizá oirá la casa de Judá». Esto no quiere decir que Dios no lo sabía, porque ya había dicho en Isaías 48:8 que «sabía que desleal habías de desobedecer». Pero Dios así les dió toda opor-tunidad de arrepentirse, y al fracasar, el mensaje escrito, que-darían tanto más inexcusables. ¿Qué debían oir? (1) «Todo el mal que yo pienso hacerles». «Qué esperaba Dios de esto? (2) «Para volverse cada uno de su mal camino». ¿Qué gran

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l.o de Agoste de 1948 3 7

ventaja sacarían? (3) «Yo per-donaré so maldad y su peca-do».

Recibiendo tal orden dé Dios, Jeremías llamó a su ayudante Barueh, y dictó a él los men-sajes, y Barueh, los escribió en un rollo, como era la costum-bre «n aquellos tiempos. Ter-minado este trabajo, Jeremías le ordenó que fuera a la casa de Dios, cuando concurra el pue-blo. Parece que Jeremías estaba preso (vs. 5) tal vez en su pro-pia casa, de modo que no le era posible ir a la casa de Dios, y por esto envió a Barueh como su representante. Barueh fué muy fiel y obediente, y daba lectu-ra repetidas veces a los mensa-jes dictados por Jeremías, y que él había recibido de Dios. No fué un mensaje suave en-viado por Dios, porque del versículo 7 leemos que «gran-de es el furor y la ira que ha expresado Jehová contra este pueblo».

II) Barueh, el fiel y valien-te escribano: 86:17-24. — Del versículo 9 vemos que en ese tiempo hubo una fiesta espe-cial en Jerusalem con gran concurso del pueblo, y Barueh aprovechó la oportunidad para dar lectura a los mensajes de Dios dados a Jeremías. Nota-mos que esta lectura dió por resultado que los mensajes lle-garan al conocimiento de altos jefes del gobierno, y pronto fué llamado Baruoh a presen-

cia de ellos; allí tuvo que leer los mensajes de nuevo, y ob-servamos que lo hizo sin nin-guna queja o murmuración, y sin quitar lo más mínimo de los mensajes, en vista de la calidad de su oyente. Bien sabía Barueh el odio que algu-nos de ellos le tenían a él y a Jeremías, y cómo el mismo rey era hombre inicuo que ha-cía lo contrario a las leyes divi-nas. Del versículo 16 vemos que esos hombres, consejeros del rey, inicuos como eran, «cada uno se volvió espantado a su compañero». En verdad las palabras que habían oído fueron palabras solemnes y amenazantes. Ellos quisieron saber cómo Barueh pudo te-ner tales palabras, y él les dijo oon toda sencillez: «El (Jere-mías) me dictaba de su boca todas estas palabras, y yo es-cribía con tinta en el libro».

Muy pronto llegó la nueva de todo esto al rey Joacim, hombre impío, y muy diferen-te de su padre Josías. Josías tembló ante la palabra de Dios (2 Orón. 34:19-21), pero Joa-cim, su hijo, se «ndureció y la echó al fuego. Antes de avi-sar al rey, los consejeros dije-ron a Barueh: «Ve, y escón-dete tú y Jeremías, y nadie se-pa donde estáis» (vs. 19). Ellos conocían bien al rey, y temían lo que haría en su ira al oir semejantes palabras. Cuando dieron lectura a laa palabras

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S8 OUADXBXO PAXA MABSTBOS

de Dios ante este impío rey, yernos que a medida que la iban leyendo, él cortaba las pá-ginas y las echaba al fuego. Semejante impiedad es casi in-creíble, pero hay hoy día una impiedad aun peor, impiedad que trata de tergiversar la pa-labra Divina, o segar BU ori-gen Divino. Resalta en toda esta historia la fidelidad y el valor de Barnoh. Su propia • ida estaba en peligro jun-tamente con la de Jeremías, pero persistió, sin embargo, en revelar las palabras amenaza-doras de Dio?, dadas por BU siervo Jeremlaa.

III) Barueh, el constante sier-vo de Dios: 86:82.— Tal vez el rey Joacim pensó que echando al fuego el mensaje Divino, se acabaría, pero no fué así, como nos ensaña este ver-sículo. Dios vió todo lo hecho en eBta cámara del rey Joa-cim, y en seguida dió orden a Jeremías de escribir los men-saje de nuevo, y que además agregara atras palabras seme-jantes. En todo esto tomó par-te importante Barueh, el cons-tante siervo de Dios y de Jere-

mías. Los que se oponen a Dios y a BU Palabra, no pue-den deshacerlo a El, sino sólo Be preparan para mayores cas-tigos. Los que le sirven fiel y constantemente, recibirán de El el galardón correspondien-te, sabiendo «que nuestro tra-bajo en el Señor no es vano». (1 Cor. 15:58).

B M n d f i n

SIN TBMOB AIOUXO. — S e dice que e] Emperador César no cono-cía el temor. A los diecisiete afios de edad, fué tomado preso por los piratas, los bandidos del mar. Ellos exigieron un rescate de veinte ta-lentos. El dijo que esto era poco, y que recibirían cincuenta talentos como rescate por él, pero una vez libre, los amonestó que crucifica-ría a cada uno de ellos. Y así lo hi-zo. En la ciudad de Boma, al oii da planes para sn asesinato, despi-dió a sus protectoras y detectives, y orgullosamente anduvo por las calles, solo y sin armas. Fué un hombre que no conocía el temor. Si estamos bien con nuestro Señor, y andamos en sus caminos so-metidos a El y cumpliendo con las tareas que El nos impone, no hay por que sentir temor, porque «mayor es El que está en vosotros, que el que está en el mundo».

Sección Intermedios Tópico .—UN HOMBRE EN QUIEN D I O S PODÍA OOHFIAH.

Texto Bíblico.—Jeremías 86:4-8, 17-24,82. Texto Aureo.—Salmo 119:105.

rrpyiMke i» la leeeM» que sirvió notablemente ea el Llamar la atención hacia Ba- plan de Dios como ayudaste

ruc, un hombre sencillo, pero del profeta Jeremías.

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l.o de Ago»to de 1948 39

Adaptaad* h» fteecNai

¿Saben lo que es un secreta-rio? Si, es ayudante de algún personaje, o de algún hombre de negocios. El secretario atiende los asuntos de rutina de su jefe, y cualquier otro asunto que su jefe le encomien-de. El estudio de hoy tra-ta de Baruch, un hombre que ooupa poco espacio en la Biblia, pero su trabajo fué notable, ya que ayudó al gran profeta Je-remías, y éste fué el mensajero directo de Dios a su pueblo Is-rael.

La íifff'frn |PSM

Jeremías, el profeta de Dios, ejerció su ministerio en Judá, o sea, el reino del Sur, unos sesenta años después de la muerte del profeta Isaías. Las cosas iban de mal en peor en Judá, y en vez de fijarse en el juicio eaído sobre el reino del ncrte, ellos siguieron por el mismo camino. El profeta Je-remías amonestó repetidamente a Judá, que Dios estaba ¿irado contra ellos, y que los iba a castigar severamente por sus iiiuchos y graves pecados. No le hicieron caso, y a menudo hicieron violencia en la perso-na del profeta. Notemos tres cosas de Baruch, ayudante de Jeremías:

1) BARUCH ERA OBE-DIENTE: 36:4 8. — Dios or-denó a Jeremías que escri-biera sus mensajes, dándoles

asi una forma permanente, y haciendo lo posible que llega-ran al conocimiento de mayor número de gente. Para tal fin, Jeremías llamó a Baruch, y le dictó los mensajes ordenados por Dios. Este fué un buen trabajo, porque no habla má-quinas de escribir ni otros me-dios para facilitar la obra. Ha-bla que hacerlo todo penosa-mente a mano. Baruch obede-ció e hizo un excelente traba-jo. Luego, al terminar la es-critura, Jeremías ordenó a Ba-ruch que Baliera con el men-saje escrito y que diera lectura de él en el lugar más concurri-do por el pueblo, ya que Jere-mías estaba preso en su propia casa, y le era prohibido ir al templo. De nuevo sotamos la obediencia de Baruch, porque sin vacilación se dirigió al cen-tre de la ciudad, a la afluencia de gente, y se puso a leer los mensaje de Dios dados por bo-aa de Jeremías. ¿Somos igual-mente obedientes a nuestros jefes en el Señor?

2) BARUCH ERA VA-LIENTE: 86:17-24.--Cierto día habla un hombre en el gru-po que escuchó la lectura de los mensajes por Baruch; uno de los príncipes de Israel, y se fué en seguida a copiarlo a sus eolegas. Estos se intere-saron también; llamaron a Ba-ruch, que viniera y que diera leetura a los mensajes en ana reunión de ellos. Baruch lo

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O U A S M O RJNU. MASSTXO*

MEO sin protestar, sin queja, sin murmurar. Al oir los men-sajes leídos por Baruch se asus-taron los principes. Tal r e í haya sido por lo amenazador de loe mensajes, porque Dios amenazó con derramar grandes juicios sobre Judá. Pero tam-bién el susto de ellos pudo haber pido sobre la posible ac-titud de su implo rey Joacim,

{>orque bien sabían cuan ma-o era. Pero esto no le im-

portaba a Baruch. El está-te allí en obediencia al man-dato de su jefe Jeremías, y compila fielmente su cometido. Los principes dijeron que lo iban a contar al rey, pero antes de irse aconsejaron a Baruch que se escondiera juntamente eon el profeta Jeremías, 'sin que nadie supiera donde se en-contraban. Guado fué leído el mensaje Divino al impío rey Joacim, éste sacaba las hojas del libro y las eohaba al fuego, quemando así el bendito Libro y Mensaje de Dios. No es de

admirarse que Dios baya casti-gado severamente a Judá y a su gente. Esto nos muestra cuan valiente eran Baruch y Jeremías al hacer frente a tales condiciones.

3) BARUCH ERA PEB-SI8TINTE: 86:32.—El r e j Joacim habrá pensado que ál quemar la Palabra de Dios, pendrla fin al asunto, pero Dios luego ordenó a Jeremías que preparara otro libro con los mismos mensajes, y otros más añadidos. De modo que Joacim nada ganó por su atre-vimiento e impiedad, sino ma-yor condenación. Y vemos de nuevo a Baruch, escribiendo lo que Jeremías le dictaba, sin una sola queja o murmuración. Esta es la clase de siervos y se-guidores que Dios necesita,, hombres y mujeres obedientes, valientes y persistentes! ¿Lo somos nosotros? ¿Hacemos lo que El nos ordena, sin quejas o murmuraciones?

Sección Primarios Tóp teo—NUESTRA BIBLIA.

Tnto Bibiie*.—Jeremías 36:4-8. Texto Aureo.—«No me olvidaré de tus palabras». (Salmo

119:16).

Adaptada la leeaUo PROPOSITO: Mostrar a IOB

niños cómo por la paciencia de muchas personas tenemos hoy día vuestra Biblia.

Hay en lo profundo del mar un zoófito que hace una obra notable. Estos zoófitos viven por un breve espacio de tiem-po, reproduciendo, durante ra

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1.» de Agosto de 1048 41

permanencia, graa número de su especie, y estos a su vez ha-cen lo mismo. Con el trans-curso del tiempo se acumulan tanto» que al fin la masa sube por eaeima. de la superíioie del océano, y forman asi las llama-das islas corales, muchas de las cuales han servido de refu-gio a marineros naufragados.

En la vida humana hoy día sucede algo análogo o pareci-do. A veces nos pareoe que nuestra vida no es de gran im-portancia, pero si aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, y luego rendimos todo nues-tro ser a El, entonces El nos usará para su gloria, y servi-remos para dirigir a muchas almas perdidas por el sendero de la vida eterna.

No debemos pensar que nues-tro trabajo carece de importan-cia, sino debemos empeñarnos en todo para hacerle lo mejor posible, recordando lo dicho por el apóstol Pablo en Col. 8:23,24: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Se-ñor, y no a los hombres... por-que al Señor Cristo servís».

Nos toca estudiar hoy de un hombre que se llamaba Ba-raeh, quien servia de ayudan-te al gran profeta Jeremías. Pudo ser que Baruch alguna rez haya pensado que su tra-bajo no era importante, pero ea tal oaso estaba equivocado. Jeremías estaba preso en su

propia caaa, y Le «ea prohibido ir al templo o a alguna reunión de gente. Sin embargo, Dios le daba grandes y notables men-sajes para el pueblo judio. ¿Có-mo alcanzarlos con estos men-sajes? Llamó a su ayudante Baruch, al cual le dictaba sus mensajes, y éste los escribía en un libro, o más bien dicho en un rollo, porque nuestros libros eran desconocidos en aquel entonces.

Cuando Baruch hubo termi-nado de escribir los mensajes de Dios a Jeremías, le dijo és-te que fuera al templo y que allí diera lectura a ellos en oí-dos de todo el pueblo. Este también pude haberle parecido como un trabajo poco impor-tante, pero no fué así, porque de esta manera llegé el mea-saje de Dios al pueblo, y a sus mismos impíos jefes. En la misma forma habló Dios por el Espíritu Santo a hombres como Pedro, Juan, Mateo, Lú-eas y Pablo, y así tenemos nos-otros hoy día nuestra Biblia que tanto apreciamos, y que nos sirve de dirección y ben-dición.

Cada niño puede, a su re í , eomunicar alguna parte del mensaje de Dios a sus compa-ñeros de clase y de juego, y asi ayudará al esparcimiento de la beadita paiabra de Dios, ¿Lo hacen los niños?

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42 OOADIIN* tama M¿ntraos

BmMAaaca ptiettm

Que aprendan, además del Texto Aureo, el pasaje en Gol. 3:23: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, eomo al Se-ñor».

Lección objetiva

Que dibujen en papel un co-razón, y escriban debajo:

SERVIRE A MI SEÑOR

DE TODO CORAZON

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8 de Agosto de 1048» Leccién 6.

Ebed melech, hombre etiope Jeremías 38 y 39.

THXTO AUREO: «Entre tanto que tenemos tiempo, ha-gamos bien a todos» (Gal. 6:10).

UBOTOIUfl MARIAS

Lañes, Mateo 25:81-46; Martes, Jeremías 88:1-6; Miércoles, Jeremías 38:7-11;

Jueves, Jeremías 38:14-28; Viernes, Jeremías 39:1-7; Sábado, Jeremías 89:8-18;

Domingo, Gálatas 6:1-10.

m X T O D« LA UBOCION PARA LECTURA PUBLICA

Jeremías 38:7-13;

7 Y oyendo Ebed-melec, hom-bre* etiope, eunuco que estaba en easa del ley, que había* puesto a Jeremías en la mazmorra, y catan-do sentado el rey a la puerta de BenjaDÉtn,

8 Ebed-meleo salió de la caía del rey, y habló al rey, diciendo:

9 Mi sefiei el rey, mal hioieron éitoi yaronea en todo lo qne han hecho cen Jeremías profeta, al caal hicieron echar en la mazmorra; par-que allí se morirá de hambre, pues no hay máa pan en la ciudad. 10 Entonces mandó el rey al mismo

Ebed-meleo Etiope, dieiend*: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y has sacar a Jeremías profeta de la masmorra, antes que muera.

11 Y temó Ebed-meleo en sn po-der hombres, y entró a la «asa del rey al lagar debajo de la tesorería, y tomó de allí trapes viajo», traídos, •lejos y andrajoaoa, y echólos a Ja-randa* eon sogas en la mazmorra.

13 Y dijo Ebed-meleo Etiopi a Je-remías: Pon ahora esos trapos viejos, traídos, y rotos, bajo los sobacos de tus brazos, debajo de las sogas. 7 le higo asi Jeremías.

13 De este modo sacaron a Jere-mías con sagas, y subiéronlo de la maamorra; y quedó Jeremías en el patio de la cárcel.

Jeremiaa 39:15-18.

15 Y ha Mu nido palabra de Jehovd a Jeremías, estando preso en el patio de la eárcel, diciendo:

16 Ve, y habla a Ebed-meleo Etiope, diciendo: Aai ha dicho Je-horá da los ejército», Dies de Israel: He aqui traigo ye mis palabras se-bre eata ciudad para mal, y no para bien; y Tendría a ser en aquel día a pieiancia tuya.

17 Mas en aquel día yo te libraré dice Jehtmd, y no serás entregado en mano de aquellos de quienes tú temes.

18 Porque ciertamente te libra-ré, y nocaeriaa cuchillo, sino que tu •ida te será por deapojo, porque tu-viste confianza en mi, diee Jehová.

Heqg»—Alrededor del año 588 A. de O. .—Bn la ciudad de Jerasalem do Palestina.

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44 OVADMXO PAMA. MABSTIOS

T «nráfri | p w • • w f w ^ - T o d o Lo qae hacemos en nombre de Cristo, recibirá su jasta recompensa.

BOSQUEJO P E LA LECCIOÜ

1) Jeremías perseguido: Jeremías 38:7; 2) Ebed-melec al rescate: Jeremías 38:8-13; 3) Ebed-melec recompensado: Jeremías 39:15-18.

Sección Adultos I N T R O D U C C I O N . — En

nuestros estudios sobre los ca-raoteres bíblicos no anuncia-dos llegamos a una persona muy poco conocida, un tal Ebed-melec, hombre etiope, ssiamkro de la corta del rey Sadeefaa, el última rey de Judá. Ebed-melec es mencionado en la narración divina por la par-te §aa> 1* cupo an al rescate del

Sreüata Jeremías, di cual salvó e una muerta segura en la

mazmorra an que sus enemigos lo hablan echado. Vemos al fin de la lección que Dios la mostró bondad por esta obra hacha a favor da su siervo.

I) Jeremías perseguido: Jar. 88:7.—Serla provechoso que el BMesfera leyera detallada y cui-dadaassienta toda la profecía de Jeremías, comparando lo dicho en alia con el fondo his-téMfl que aparece en los Re-yae y Crónicas. Para la pre-senta lección el maestro debe familiarizarse bien con el con-tenido del 08 capítulos 38 y 89.

En nuestro último estadio vimos a. Jeremías excluido del

templo y da todo acceso al pueblo que debía servir an el nombre de Dios, y notamos cómo consiguió que el mensa-je divino que Dios la habla dado fuera leído al pueblo por su fiel y valiente ayudante Ba-ruch. Joacim, el implo rey de Judá de aquel entonces, des-truyó el mensaje, eehándelo al fuego, paro Dios ordenó la pre-paración de otro mensaje más fuerte ann, y todos los castigos anunciados por Dioa fueron cumplidos en la persona de Joacim (Gálatas 6:7).

El rey Joaoim fué seguidc an al reino por su hijo Joachin, y durante su corto reinado vi-no Nabucodonosor y saqueó la ciudad de Jerusalem y llevó cautive a Babilonia a Joachim, sus consejeros y principas, y puso en lugar a Mathanías, tío de Joachin, cambiándola el nombre a Sedeclas. Sedeefas fué hombre débil y vacilante, y a la vez malo. El profeta Je-remías aconsejó a Sedeclas pa-ra su bien que sa entregara al rey da Babilonia» Los conse-jeros dal rey Sededaa se ano-

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8 de Agosto de 1948

jaron de tal manera que acusa-ron a Jeremías delante del rey de que debilitaba a los defen-sores de Jerusalem haciéndo-los decaer en sus tareas de de-fensa de la ciudad. El rey Se-déelas,débilmente,consintió con ellos, diciendo: «Helo aquí, en vuestras manos está, que el rey no podrá contra vosotros na-da». Y echando mano a Jere-mías, esos malvados lo metie-ren atado en la inazmerra don-de se hundió en el cieno.

II) Ebed-melec al rescate: 8 a 13.—Fué entonces que Dios levantó a Ebed-melec para ir a ayudar a Jeremías. Ebed-me-lec fué donde el rey Sedeclas y le hizo ver lo malo que ha-blan hecho los principes con Jeremías; y que el profeta es-taba en peligro de morir allí en la mazmorra. (Véase La-mentaciones 3:55 a 57). Pare-ce que Sedeeías ahora cambió de parecer, y resolvió ir en contra de los principes, orde-nando a Ebed-melec que to-mara hombres suficientes para saoar a Jeremías de la mazmo-rra. Ebed-melec no perdió tiempo, sino esoogió treinta hombres y con gran cuidado •acó al profeta de Dios de la mazmorra en que sus enemi-gos lo hablan echado.

Vale la pena notar que Ebed-melec ne era judio sino etiope, pero tuvo más sentimientos de piedad que los judíos que se preciaban de ser el pueblo de

Dios. De la misma manera en-contró el Señor Jesús más fe entre los gentiles que entre su propio pueblo judío (Juan 1: 11; Mateo 8:10). Lo qne hizo Ebed-melec no fué hecho en privado, sino en público, por-que el rey se encontraba sen-tado «a la puerta de Benjamín» (vs. 7), ocupado o en oir cau-sas y dictar sentencia, o cele-brando un consejo de guerra. Ebed-melec fué valientemente al rey y le hizo ver lo hecho con el siervo de Dios, estando tal vez algunos de los princi-pes enemigos allí presente. Es-taba en peligro la vida de Je-remías, y Ebed-melec no esta-ba dispuesto a perder tiempo porque la causa no admitía de-mora alguna. Notamos les sentimientos que animaban a Ebed-saeleo y los hombres que lo acompañaron, porque selici-tamente prepararon sogas y cordeles para sacar a Jeremías de la mazmorra sin que sufrie-ra lesión alguna en su ouerpo.

Observamos un cambio de actitud de parte del rey Seda-cías, porque tan pronto pudo habló eon el profeta Jeremías, y éste le aconsejó para su pro-pio bien la rendición de la ciu-dad al rey Nabucodonosor, y eu caso que no lo hiciera asi le predijo las funestas consecuen-cias que sufrirla él, su pueblo y la ciudaf. entera. Jeremías fué fiel siervo de Dios, y fué fiel al mensaje que Dios le en-

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46 OÜAMBWC »AIÁ MABITBOR

eomendó. No admitid cambio alguno, mi interpretaciones aja-nas a la voluntad de Dios. Tal oíase de mensajeros necesita Dios hoy día, y los necesita el mundo, para que todos se den ouenta del peligro en que se encuentran al desobedecer tan impíamente los mandatos de Dios. Seamos nosotros fieles a El y a su palabra y El mismo nos guardará, y si fuera nece-sario levantará a algún Ebed-melec para salir en defensa nuestra.

III) Ebed-melec recompensa-do: Jer. 39:15-18.—Batos ver-sículos nos hacen pensar en el pasaje que encontramos en 1 Corintios 15:58, donde se nos asegura que «nuestro trabajo en el Seflor no es vano». Este fué un mensaje de gracia que Dios envió a Ebed-melec por boca de Jeremías el profeta. Habiendo ayudado a un profe-ta, ahora reoibe la reoompensa. Notemos lo que dice el mensa-je: (1) Dios le aseguró que El traerla sobra Jerusalem todos lea malos qne Jeremías habla predioho, oomprobando que era en verdad el profeta de Dios; (2) que Dios había toma-do nota del temor que Ebed-meleo tavo de les juioios anun-ciados, (8) que Ebedrmeleo se-rla librado de la común cala-midad que sobrevendría sobre Jerusalem, «Yo te libraré...

eiertamente te libraré», domo habla salvado la vida do Jere-mías, ahora sa propia vida se-rla salvada de la común des-trueoión venidera. (4) Luego da la razón por qué le hada es-te favor... «Porque tuvisteis confianza en mí, dice Jehová». Guando Dios reoompensa los servicios de los hombres, El se fija en el principio que los im-pulsa a hacerlos, y no hay prin-cipio más aceptable a Dios que el de obediencia a El y a su palabra. Ebed-meleo confió en Dios que lo conocerla y lo apo-yarla, y por esto no tuvo mie-do al rostro del hombre. Les que confían en Dios, como Ebed-melec, no serán avergon-zados aun en tiempos do ma-yor peligro.

Ssrv ic io ¿BnOADO.—Sa dice qae cierto rey pagano herido de muerte en una batalla llamó a su sierro de confianza y le ordenó: «Ye, di a los muertos que ya llego». MI siervo soldado, sin un memento de vacila-ción enterré su espada en su propio corazón, para asi preceder a su maestro a la motada de los muertos y anuneiarles su próxima llegada.

Ojalá nosetros tuviésemos este espirita de servicio y sacrificio pa-ra el Bey de reyes. En sa última hora El nos dijo: «Id, y di a les muertos que vengo». Seamos He-les en llevar su mensaje de salva-ción a los perdidos y muertos en eJ peoado.

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8 de Agosto de 1948

Sección Intermedios Típico.— U K AMIGO EN NECESIDAD.

Texto Bíblico. — Jeremías 38 y 39. Tfcxto Aureo— Gálatas 6:10.

Propósito de la lección

Mostrar a los alumnos cómo pueden ayudar a mucha gen-te de alrededor, que se en-cuentra en más grave peligro que Jeremías.

Adaptando la lección

Toda la vida humana está llena de peligros, y no sólo debemos ser vigilantes en lo que toca a nuestra propia vi-da, sino debemos ser vigilan-tes para bien de otros. Bien lo expresa *el Texto Aureo en Gálatas 6:10. Valdría la pe-na meditar también ea lo di-eho en Gálatas 6:2. «Sobre-llevad (ayudad) los unos las eargas de los otros; y cumplid asi la ley de Cristo».

La Leeottn M h n Ya hemos estudiado del pro-

feta Jeremías en la lección an-terior^ cómo el implo rey Joa-oim rechazó el mensaje de Dios por Jeremías y leído por Ba-ruch, y además los busoó para matarlos, pero Dios los escon-dió de él. Murió Joacim, y su hijo Joachin que le siguió en él reino, duró muy pooo tiem-po, y fué llevado cautivo a Ba-bilonia, y Sedecíss su tío fué ¿•esto en el trono por Nabu-eodonosor. Sedeólas fué hom-

bre malo, y al mismo tiempo muy débil y vacilante. Note-mos tres aspectos de la lec-ción:

1) LA NECESIDAD DE JEREMIAS: 38:7.— Estudian-do los versículos anteriores del capítulo, vemos que Jeremías por palabra de Dios aconsejó al pueblo que se rindiera al Rey de Babilonia, de otra ma-nera él tomarla la ciudad y la haría pedazos. Los principes se enojaron y fueron al rey y dijeron que hablando así Jere-mías debilitaba al pueblo, qui-tándoles el ánimo para defen-der la ciudad. El rey, vacilan-te, entregó a Jeremías en ma-nos de esos enemigos, y ellos con gran satisfacción tomaron al gran profeta y amarrándolo lo echaron a una mazmorra en el fondo de un pozo, donde Je-remías habría muerto en breve plazo. En verdad el caso dol profeta era desesperado, y no admitía demora. Si luchaba en la mazmorra, más se hundi-ría hasta enterrarse en ella. Pero Dios estaba mirando a so fiel siervo, y vemos de Lamen-taciones 3:5¡» a 57 que Jera-mías clamó a Dios, su refugio, y Dios oyó, y proporcionó ayuda inesperada.

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4» OuABfitxo Í U I MinnAi

2) EL AMI^O EBED-ME-LEC: 38:8 a 13. — De Jere-mías 89:18 vamos que Ebed-melec, a pesar de ser hombre etíope, y por lo tanto, ajeno al pueblo de Israel, sin embargo confiaba en Dios. Sin duda creía el mensaje amenazador que Jeremías había anunciado. El rey Sedecías estaba sentado en la puerta de Benjamín, don-de solía celebrar consejos de guerra, y también funcionar los tribunales. Sin duda había al-gún gentío presenté, pero esto no le importaba a Ebed-me-lec, porque oyendo lo hecho eos Jeremías y el peligro en que el Biervo de Dios sé encon-traba, corrió a presencia del rey y le avisó de tal peligro, y que urgía hacer algo antes que mariara el siervo de Dios y viniera mayor castigo Divino «obre Juaá. Ebed-melec se colocaba en inminente peligro al tomar este paso, porque no sók> hacía peligrar su puesto an el gobierno, sino también •a misma vida. Pero nada de asta le importaba, tan sólo el peligro del siervo de Dios. El rey Sedecías eehó a un lado su vacilación, y ordenó a Ebed-

melec que fosca con los hom-bres y medios necesarios para salvar la vida de Janemias. Ebed-melec no perdió tiempo en hacerlo, y con la ayuda de treinta hombre, y preparando sogas y cordeles para levantar a Jeremías de la mazmorra» lo saoaron sano y salvo. Tal cla-se de amigo vale la pena, y no hay duda que Jeremías estaba agradecido. Alrededor de nos-otros hay multitudes hundidas en la mazmorra de pecado ... ¿qué hacemos para rescatarlos?

3) LA RECOMPENSA DEL AMIGO: 39:15 a 18. Poco antes de caer la ciadad, Dio* envió an mensaje especial a Ebed-melec, y la asegard qae lo dicho por Jeremías sari* cumplido, pero qua Ebed-me-lec sería salvo da la destruc-ción, porque él se había ex« puesto para rescatar la vida del siervo de Dios. La razón era que «confiaba en Dios». De Hebreos 11:5,6 vemos que la¡ fe en Dios le agrada a El. Dio* sabe recompensar a los que tra* bajan y sufren por sa causa (1 Cor. 15:58). ¿Nos esforzar moa nosotros en sa causa y viña?

Sección Primarlos Tópico .—EL AMIGO DE JBBEMIAS.

Texto Bíblico. Jerecmías 88:7-13. Texto Aureo.—«Hagamos bien a todos» (Gil. 6:10),

Ü * * " * » la I w N a los niños cnan bueno es> B M -PROPOSITO: — Mostrar a trar bondad y amistad * k>»

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8 de Agosto de 1918 40

«pie «os rodean, porque no sa-bemos cuando necesitaremos nosotros que otros nos ayuden.

Un breve repaso del caso de Jonathán y David, la aquis-tad trabada entre ellos, y có-mo ambos jóvenes dieron maestras del amor y amistad que los unía, dará una excelen-te introducción a la lección.

Hoy nos toca estudiar del gran profeta Jeremías, que profetizó en los días obscuros cuando el rey Nabucodonosor, de Babilonia, golpeaba a las puertas de Jerusalem y de Ju-dá, y al fin venció a Judá y destruyó la ciudad. En la lec-eión notamos que Jeremías es-taba en peligro, no de parte de Nabucodonosor, sino de los de su propio pueblo.

Jeremías hablaba mucho del pecado de Judá, cómo habían provocado a Dios, y que por esto El permitió la venida de enemigos para despojarlos, pa-ra hacerlos sufrir, y no de-fendió a su pueblo contra ellos. Dios aborrece el pecado, y tie-ne que castigarlo en todos. Je-remías predijo al pueblo que Dios iba a permitir que Nabu-eodonosor tomara la ciudad de Jerusalem, y esto enfureció a los príncipes del pueblo, y te-niendo permiso del rey Sede-ólas, tomaron al profeta y lo echaron a un pozo lleno de mazmorra, dejándolo allí para jporir de hambre o de sofoea-«fón, poco les importaba a ellos.

Pero Jeremías clamó a Dkm (Lamentaciones 8:55-57), - j pronto apareció un amigo de Jeremías en la persona de Ebed-melec, un hombre etio-pe, y éste, viendo el peligro del sierve de Dios, fué y avisó al rey Sedeólas de lo hecho a Je-remías. Ebed-melec se expu-so al peligro al hacer esto, pe-ro confiaba en Dios (Jer. 39:16) y creía el mensaje que Dios había enviado por Jeremías. Sedecías dió permiso para que Ebed-meleo sacara a Jeremías del pozo, y con treinta hom-bres consiguió sacarlo sano y salvo. ¡Qué bueno era que Ebed-melec se molestara de esta manera a favor de un hombre castigado por los prín-cipes y el rey! ¿Ayudamos nos-otros así a los necesitados en nuestro alrededor? Hay que recordar que todos, incluso los niños, están hundidos en el pecado y están en peligro de perder su alma en el infierno. Nosotros tenemos el deber de ayudarlos, contándoles de Je-sús y de su gran salvación. ¿Lo hacemos»

Vemos de Jer. 89:15 a 18 que Dios no se olvidó de esta obra de sacrificio hecha por Abed-melec, porque antes que cayera la ciudad, Dios le en-vió un mensaje asegurándole la destrucción de Jerusalem, y también de su propia salva-ción y seguridad; y todo por-que «confiaba en Dios», lóon-

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50 OüADBKird FABA MAISTBOS

fiamos nosotros asi en Dios? ^Confiamos en su palabra de juicio? ¿Estamos avisando de su peligro a los que nos ro-dean?

Leoolón práot loa

Que aprendan, además del Texto Aureo, el pasaje en 1 Cor. 15:58, que dice así: «Vues-

tro trabajo en el Señor no es vano».

Secc ión obje t iva

Que dibujen una cruz en pa-pel, y escriban debajo:

YO AYUDARE A OTROS A CONOCER A JESUS Y

SU GRAN SALVACION.

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15 de Agosto de 1948 Lección T

Andrés, el hombre que trajo a otros Mateo, 4:18; Marcos 1:16-21, 29; 8:18; Marcos 18:8-7; Lucos &Í4;

Juan 1:37-43; 6:8-9; 12:20-22; Hech. 1:12-14.

TEXTO ACB£0' — «Y le trajo a Jesús». (Juan 1:42).

LEOTUBAS (MABftia

Lunes, Juan 6:1-14; Q Jueves, Marcos 8:1-18; 13:8-1. Martes, Mateo 4:1-18; H Viernes, Lucas 6:1-14; Miéreoles, Marcos 1:16-29; Q Sábado, Juan 1:37-43; 6:1-9;

Domingo, Juan 12:20-22; Hechos 1:18-14.^

PARA LECTURA PUBLICA XEXTO PE LA UBOCIOW

Joan 1:37-42;

37 T oyéronle loa dos discípulos hablar, y siguieron a Jesús.

88 Y volviéndose Jesús, y viéndolos seguirle, díeeles: ¿Qué buscáis1 Y ellos le dijsron: Rabbl (que declarado quie-re decir Maestro) idónde moras?

39 Díceles: Venid y ved. Vinie-ron, y vieron donde moraba, y que-dáronse oon él aquel día: porque era como la hora de las diez.

40 Era Andrés, hermano de Simón Psdro, uno de los dos que habían oído de Juan, y le habían seguido.

41 Este halló primero a su her-mano Simón, y díjole: Hemos ha-llado al Mesías (que declarado es, el Oristo).

42 Y le trajo a Jesús. Y mirdndo-le Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás: tú serás llamado Cephas (que quiere decir. Piedra).

Marcos 1:16-18;

16 Y pasando junto a la mar de Galilea, vió a Simón, y a Andrés su hermano, que echaban la red en la mar; porque eran pescadores.

17 Y les dijo Jesús: Venid en po* de mí y haré que seáis pescadores de hombres.

18 T luego, dejadas sus redes, le siguieron.

Juan 12:20-88.

20 Y había ciertos griegos de los que habían subido a adorar en la fiesta;

21 Estos pues, se llegaron a Feli-pe, que era de Bethsaiaa de Galilea, y rogáronle, dieiendo: Señor, que-rríamos ver a Jesús.

22 Vino Felipe, y díjolo a Andrés: Andrés entonces, y Felipe, lo dicen a Jesús.

Tiempo . — Los sucesos de Juan 1 y Marcos 1 tuvieron lugar entre los años 30 y 81 D. de 0.; y el de Juan 12 en el año 83 D. de O.

Lugar . — El incidente de Juan 1 sucedió eerca de Bethábara mas allá del Jordán; el de Marcos 1, junto al Mar de Qali-

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3 1 OPAPBMK) Y ARA MAMBTBO»

tea; el de Joan 12, en la ciudad de Jernsalem y ros alrede-dores.

Lección ¡para nosotros.— Cada verdadero cristiano tiene el deber de testificar a favor de Cristo y atraer a otros al Salvador.

BOAQUKJO MI LA UBOdOM

1) Andrés y Pedro: Juan 1:37-42; 2) Andrés el pescador de hombres: Marcos 1:16-18; 3) Andrés y los griegos: Juan 12:20-22.

Sección Aduitos INTRODUCCION: En An-

drés, uno de los caracteres bí-blicos no anunciados, tenemos un excelente cuadro del obre-ro cristiano personal, del indi-viduo que se esfuerza indivi-dualmente para ganar almas para Cristo, trayéndolas a El. Esta es una excelente manera de servir a nuestro Salvador y agradarle a El. Poco se dice de Andrés en las Sagradas Escri-turas, pero lo que se dice de él tiene que ver en una manera u otra con atraer almas a Cristo. El maestro debe familiarizarse eon todos los pasajes que apa-recen en el encabezamiento de la lección, pues nosotros por la faerza tenemos que limitarnos á los tres pasajes designados como texto de la lección.

1) Andrés y Pedro: Juan 1:37-42.—En los versículos an-teriores vemos que AndrÓB fué primeramente discípulo do Juan el Bautista, y ellos oyeron ouando él hablaba de uno que había de venir, cuya correa de sua zapatos él no era digno de

desatar. Cuando al fin llegó el Señor Jesús y Juan el Bau-tista proclamó: «He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo», Andrés y otro discípulo más siguieron a Jeaús, y fueron invitados a la casa donde en ese momento se hospedaba, y como resultado Andrés fué convertido ar

4Cristo. Andrés luego dió la mejor evi-dencia posible de su verdadera conversión al Señor, porque pensó en su hermano Simón. Tan contento y gozoso estaba Andrés con lo que habla oido y visto que no le ora posible retener tal bendición para sí mismo; él tuvo qae ir a hacer participes a otros de estas bue-nas nueras de salvación. Se fué donde su hermano Simón, y aunque sencillo, su mensaje fué muy al grano: «Hemos ha-llado al Mesías...y ... lo trajo a Jesús». Andrés no se confor-mó con meramente dar el mensaje, sino usó toda su in. fluencia para traer a su herma-no al Salvador que tanto bien

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15 de Agosto de 19*8 53

ya le habla hecho a él. ¡Qué lección para nosotros en ganar almas! Una de las primeras pregontas del Antiguo Testa-mento es «¡Donde esta Abel tu hermano?» La conversión de Simón, mediante el testimo-nio y obra de Andrés, es uno de los primeros cuadros del Nuevo Testamento. Tenga-mos presente que Andrés tuvo primeramente que hallar al Mesías para BÍ mismo, antes que pudiera traer a su hermano a El. Nosotros no podemos ga-nar almas para Cristo sin que seamos nosotros primeramente salvados por El. Es muv in-teresante notar la recepción que Cristo dió a Pedro cuando éste vino a El en compañía de su hermano Andrés: «Tú eres Simón, hijo de Jonás: tú serás llamado Cephas» ¡Que gozo habrá sentido Andrés al ver que su hermano ahofa partici-paba con él del mismo gozo en el mismo Salvador!. Así será nuestra experiencia con' cada alma quo traemos al Salvador.

II) Andrés el pescador de hombres: Marcos 1:16-18. Ha-bía pasado algún tiempo, y el Señor Jesús ahora buscaba ios obreros que habían de ser los encargados de su obra al partir El del mundo. Andrés y Si-món trabajaban en sus faenas de pesca, y estaban por echar la red al mar, cuan-do se acercó el Señor Jesús, y les dijo: «Venid en pos de mí,

y haré que seáis pescadores de hombres». Un sabio obrero siempre provee para la perma-nencia de su obra por medio de cooperadores, y así lo hizo el Señor Jesús, y además El pensaba hacer la mayor parte de su obra futura por medio de sus discípulos. Es notable cuan adecuadamente se dirige el Señor Jesús a esos hombres, usando términos comprensibles para ellos. Estaban acostumbra-dos a la pesca, conociendo bien este trabajo. Bien sabemos la diferencia que hay entre un pescador y otro. Talvez sea en "sus métodos, su pa-ciencia, etc. La paciencia, los métodos, el tino, etc., todos habían de ser empleados sobre un plano muchísimo más alto, no para sacar peces de la mar, sino hombres del pecado. Fué como una promoción, un ascenso para ellos. Nosotros sabemos cómo ellos, en los tres años subsiguientes, pudie-ron observar los métodos usa-dos por el MAESTRO PES-CADOR, el Señor Jesús, y de esta manera, después de su partida al cielo, ellos pudieron llevar adelante su gloriosa obra de evangelización del mundo. Andrés y los otros discípulos aprendieron cómo oooperar juntos para atraer las almas perdidas al bendito Salvador. Lector, ¿cuantas almas ha pes-cado para Cristo?

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54 CUADERNO PASA MAMTXOS

III) Andrés y los griegos: Juan 12:20 22, Era el tiempo de la pascua, y gran multitud de gente se había congregado en Jeausalem; junto con los peregrinos judíos había gente de otras nacionalidades que ha-blan aceptado la religión judía. El Señor Jesús era el tema de las conversaciones, y sus obras y especialmente sus maravillo-sas enseñanzas, corrían de boca en boca. Oiertos griegos o helenistas que se habían reu-nido allí, con la multitud se acercaron al lugar donde esta-ba Jesús, y viendo a Felipe le dijeron: «Señor, querríamos yer a Jesús». Felipe consultó con Andrés antes de hacer cosa al-guna, y vemos que I03 dos creían de suficiente importan-cia comunicar la nueva de los deseos de los griegos al mismo Señor Jesús. Parece que Jesús DO aceptó ni vió a los griegos en esta ocasión, pe-ro dió un mensaje de enorme significado para ellos y para el mondo entero. El conocido Dr. J . M. Gray opinó que estos griegos en efecto vinieron con una tentación, ofreciendo que si El fuera con ellos sería honrado y deificado. Según el Dr. Gray fué una tentación pa-recida a la que Satanás le pre-sentó en el desierto después de su bautismo, cuando le ofreció loa reinos del mundo y su glo-ría si sólo le adorara a él. Pe-ro ya sabemos que tal oferta no

serla aceptada por el bendito Salvador, y El luego hizo ver que «el grano de trigo que no cae en la tierra y muere, él so-lo queda, mas si muriere, mu-cho fruto lleva». El mismo tuvo que morir, El, la Simien-te Bendita, y como resultado de su muerte, han venido milla-res de seguidores suyos para vivir su vida y llevar adelante BU cansa preparando almas pa-ra la eternidad en el cielo. Sa obra a través de los siglos ha sido llevado adelante por An-drés y hombres como él, hom-bres llenos de fe, de celo y de amor al Salvador y a las almas perdidas. Lector, ¿eres tú un Andrés para Gristo en tu circu-lo?

Ilustración

UNA IGLESIA QUB ATEA®.— Se cuenta el caso del famoso General Robert. Lee, a quien cierto Domin-go le fué pedido que dirigiera la Pa-labra de Dids a una congregación. Foco antes de la hora del cuite el mismo General fué de casa en casa invitando a la gente a la reunió*, y como resultado hubo una buena COB-currencia, y muchos oyeron el Evan-gelio de Cristo. Generalmente, los miembros de una iglesia rehuyen su responsabilidad en este sentido, diciendo que se paga el pastor para hacer tal trabajo, Pero cada miem-bro del Cuerpo de Cristo tiene que funcionar en su lugar, y es de ima-ginar la bendición que resultarla ai cada miembro saliera del eulto para invitar a la gente. La asistencia a las reuniones aumentarla, y sin du-da habria muchas más almas con-vertidas al Señor. ¿Que tal lector?

¿Hará la parte suya en la ebra del Señor?

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15 de Agosto de 1948 55

Sección Intermedios T é p i e o . — E L HOMBBE QUE TBAJO A OTBOS.

T»xto Bíblico.—JQan 1:37-42; MBTCOS 1:16-18; Juan 1 2 : 2 0 - 2 2

Xezto Anco-—«Y le trajo a jesús» (Juan 1:42).

mpoBs ae • treman Mostrar a los alumnos la

conveniencia de trabajar para Cristo y el gran gozo que se experimenta al traer almas per-didas al Divino Salvador.

1 .II» ..HL M , | - * M H i m H I w WCCMB Una breve discusión sobro

las ventajas de ayuda prestada a otros, especialmente a perso-nas necesitadas, servirá de buena introducción a esta lec-ción. ¿No se siente profunda satisfacción al ayudar a una persona necesitada? Por su-puesto. En todas partes del mundo hay gente que sigue el camino derecho a la perdición, y la única manera de salvarlas es introducirlas al Señor Jesu-cristo, el Salvador. Cada ver-dadero cristiano puede tomar parte en esta preciosa labor.

La Lección Adama Nos toca estudiar hoy de

Andrés, de quien se dice poco en la Biblia, pero que hizo obra valiosa. Notemos tres co-sas de Andrés:

1) ANDRES CONVERTI-DO, PRESENTA A SIMON SU HERMANO A CRISTO: Juan 1:37-42.

Del primer capitulo del Evangelio de Juan notamos que Andrés fué disclpalo de

Juan el Bautista, precursor del Beñor Jesús. De él aprendió Andrés que venía uno mucho más digno y glorioso que Juan. Cierto día, sorprendido, oyó Andrés a Juan cuando de-cía: «He aquí, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Se fijó Andrés y su compañero en éste de quien Juan hablaba, y luego lo si-guieron, y fueron invitados a pasar el día con Jesús. Es de imaginar el tema de la conver-sación de aquel día, pues tuvo que haber sido de la Palabra de Dios. El resultado fué que Andrés y su compañero fueron convertidos y llegaron a ser fíeles seguidores de Cristo. Pe-ro Andrés no se conformó con su propia experiencia de go-zo y satisfacción, y pensan-do en su hermano Simón, fué en busca de él, y hallándolo le dijo: «Hemos hallado al Me-sías». Parece que no le costó mucho oonvencer a su herma-no, y consiguió llevarlo a Cris-to donde Simón también se convenció y llegó a ser fiel se-guidor del Salvador. Alumno, ¿cuántos de tus parientes y amigos has presentado al Sal-vador. Si somos realmente salvos tendremos el deseo do

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50 OUADHMTO PARA MAIITBOI

verlos también salvados y sir-viendo al Salvador. He aquí ana prueba, una evidencia, que muestra si tu conversión es ve-rídica o no.

2) ANDRES, PESCADOR, ASCENDIDO A PESCADOR DE HOMBRES: Marcos 1:16-18.— Pasó un poco de tiempo, y ahora el Señor Jesús busca-ba a los obreros que habían de quedar a cargo de su obra des-pués de su partida del mundo. Pasando junto al mar de Qa-lilea vió a Andrés y Simón pescando. Allí los llamó a una Banta vocación, la de ganar al-mas para Cristo, la obra más gloriosa en que el ser humano puede ocuparse. Es la única obra permanente y de durade-ros resultados, y que pagará dividendos a través de toda la eternidad (1 Cor. 15:58). Es interesante notar que el Señor Jesús, al llamar a estos pesca-dores, usó un término tan co-nocido para ellos, porque les dijo: «Venid en pos de mi, y haré que seáis pescadores de hombres». El tino, la pacien-cia, los métodos que habían usado para pescar, ahora po-drían ser adoptados para atraer a los hombres hacia Cristo y el cielo. Una breve discusión so-

bre los mejores métodos, ser-virá para ayudar a los alum-nos a escoger los más adecua-dos a fin de ganar almas para Cristo.

3) ANDRES T R A T A DE PRESENTAR A LOS G R I E -

GOS A JESUS: Juan 12:20* 22. — Lo poco que se dice de Andrés en la Biblia lo muestra como un eslabón entre Cristo y las almas perdidas y necesi-tadas. En Juan 6 vemos que fué él quien llamó la atención de Jesús hacia el niño con su merienda de cinco panes y dos pecesillos, y como resultado la multitud íue alimentada. En este caso que tenemos por de-lante vemos que algunos grie-gos que estaban en la ñesta ju-día, vinieron a Felipe, y luego fueron traídos por él a Andrés, porque deseaban ver a Jesús. Andrés y Felipe hablaron con el Señor Jesús al respecto, pe-ro el tiempo aun no era propi-cio para que lo vieran, porque El tenía que caer a tierra como semilla y allí morir, y entonces habría mucho fruto en vidas convertidas y salvadas. Alum-nos, ¿están tratando de presen-tar a sus amigos a Cristo? ¿Es-tán participando en esta más gloriosa obra?

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15 de Agosto da 1948 57

Sección Primarios T ó p i c o . — L o QUE A N D R É S CONTÓ A s u s AMIGOS.

Texto Bíblico.—Juan 1:40-42; Marcos 1:16-18. Texto Aureo .—«Amémonoa unos a otros» (1 Juan 4:7).

a j anando ta leoeMn

PROPOSITO: — Mostrar a los alumnos cómo el amor a Jesús nos impulsará a traer a nuestros amigos hacia El.

Cuando se encuentran los niños eon sus compañeaos ¿de qué conversan? ¿Cuál es el tema predilecto de conversa-ción entre los niños? Bien di-jo el Señor Jesús que «de la abundancia del corazón habla la boca». Si el corazón está lleno de cosas del mundo, de entretenimientos, y aun de pe-cado temprano o tarde se verá esto por lo que pronun-cian nuestros labios.

En nuestra lección de hoy •emos que Andrés tuvo un so-lo tema de conversación. El habla oído de Juan el Bautista, el mensaje de arrepentimien-to y del reino de Dios que se aceroaba. Pero un día oyó un mensaje notable de Juan, y fué: «Be aquí, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Y levantando sus ojos vió al Señor Jesús que an-daba allí, lo siguió hasta su morada, y se quedó con El aquel día oyendo maravillosos mensajes del amor de Dios y do la salvación que El quiso dar a los pecadores. Quedó

Andrés encantado, y para siempre después fué fiel segui-dor de Jesús.

Pero Andrés no se conformó con esto, sino que tuvo que contar a otros de este maravi-lloso Salvador que habla en-contrado. SI tuvo que decir-les del gozo y satisfacción que sentía en su propio corazón desde que empezó a seguir a Cristo. La primera persona a quien habló fué a su propio hermano Simón. Le dijo: «He-mos hallado al Cristo». En otras palabras, «al ungido Me-sías de Dios». Y no sólo esto, sino que llevó a Simón donde el Salvador. Jesús lo aceptó, y cambió su nombre, de modo que en lo sucesivo fué conoci-do como Pedro o Simón Pe-dro. Todos sabemos cómo Pedro fué el que predicó el primer Sermón el Día de Pen-tecostés y ganó miles de almas para el Señor.

En Marcos 1:16-18 vemos que Andrés estaba pescando cierto día con Simón cuando pasó Jesús por la orilla y los llamó a su servicio, diciéndo-les: «Haré que seáis pescado-res de hombres». De esta ma-nera fué ascendido Andrés, y pudo utilizar su talento y su

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68 OTJLDMNO TÍ.XÁ. MABITSOS

tiempo para ganar mayer nú-mero de almas para Cristo el Salvador.

Bien podrían los niños imi-tar a Andrés trabajando para Cristo. ¿Cómo hacerlo? En su vecindario, eolegio o por las ealles, hay niños que no cono-cen a Jesús el Salvador; ellos no saben de los tiempos felices que disfrutan los niños en la Escuela Dominical y en las reuniones de la iglesia. Pue-den invitarlos a asistir; más aún, pueden pasar a buscarlos a la hora de reunión. De esta manera harán el trabajo que hize Andrés, y llegarán a ser

pescadores de hombres para Cristo.

E m t t i B i prfietfc»

Que aprendan de memoria, además del Texto Aureo, la última parte del pasaje en Ma-teo 12:34, que dice: «De la abundancia del coraión habla la boea».

LeeHón objetiva

Termine la sesión o periodo de clase cantando el eorito:

P E S C A D O R E S

Y O O S H A R É .

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29 de Agosto do 1948 Lección 8.

Dereas, una mujer de buenas obras Hechos 9:36-42; Mateo 25:31-46.

TEKTO AumO.—«De cierto os digo qae en cuanto lo hi-cisteis a uno de estos mis hermanos pequefiitos, a mt lo hicisteis». Mateo 25:40.

LECTURAS DIARIAS

Lunes, Prov. 31:10-31; E Jueves, Mateo 25:31-46; Martes, Hechos 9:32-43; E Viernes, Tito 2:11-15; Miéreoles, Mateo 25:14-30; E Sábado, II Timoteo 2:1-14;

Domingo, II Timoteo 2:15-21.

HSXTO DB LA LECCION PARA U O T Q U PUBUGA

Hechos 0:36-43.

36 Entonces en Joppe había una disefpula llamada Vabita, que si lo declavas, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas ebraa y de li-mosnas que haeía.

57 Y aconteció en aquellos diat que enfermando, murió; a la cual, después de lavada, pusieron en una sala.

38 Y como Lydda estaba cerca de Joppe, los discípulos, oyendo une Pedro estaba allí, le enriaron dos hombres, rogándole: No te de-tengas en reñir hasta nosotros.

3$ Pedro entonces levantándose, fui con tilos: y llegado que hubo, le llevaron a la tala, donde le rodearon

todae lat viudas, llorando y mostran-do lat túnicas y lot vestidos que Der-cas haeía cuando estaba con ellas.

40 Entonces echados fuera te-dos, Pedro puesto de rodillas, otó; y ruelto al cuerpo, dijo: Tabita, le-vántate. Y ella abrió los ojos, y riendo a Pedro, inoorpovóse.

41 Y íl le dió la mano, y levantó-la: entonces llamando a lot tantot y lat viudat, la presentó viva.

42 Rato fué notorio per toda Joppe; y creyeron mnchos en el Se-ñor.

43 Y aconteció que te quedó mu-chos diat en Joppt en cata de un cier-to Simón, curtidor.

Tlsniva.—Alrededor del año 35 D. de C.

Lagar.—Joppe estaba en Palestina en la costa del Mar Mediterráneo.

para nosotras.—«Asi que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien a todos, y mayormente a los do-místicos de la fe». Gálatas 6:10.

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60 OCADKBKO PAEA MAXBXKOS

BOSQUEJO INB LA LKCCION

1) La buena obrera Dorcas: Hechos 9:36 y 39; 2) La muerte de Dorcas: Hechos 9:37; 3) La resurrección de Dorcas: Hechos 9:38, 40-42.

Sección INTRODUCCION: Segui-

mos adelante con nuestro es-tudio de los caracteres bíbli-cos no anunciados, y llegamos a Tabitha, o sea, Dorcas, que viví* en la ciudad de Joppe, una verdadera seguidora del Sefior Jesús» que mostraba su fe per sus buenas obras. La-mentable es que hoy día hay tantos que trabajan para con-seguir o acumular méritos de-lante del Señor, y aun para ser salvos. Pero la salvación no se ebtiene por obras, sino por gracia de Dios y por la fe en el Señor Jesucristo como Sal-dador. Dorcas erela en Cris-to eomo su Salvador, y traba-jaba cuanto podía para promo-ver el bienestar de sus herma-nos en la fe. Tenemos que ser salvos primeramente, porque sin ser salvos es imposible ha-cer buenas obras (Isaías 64:6). Notemos tres cosas acerca de Doreas, dadas en esta leooión:

I) La buena obrera Dorcas: Heohos 9:36 y 39.—Pedro an-daba visitando las iglesias, y los versículos 32 a 35 mues-tran el milagro hecho por él en el nombre del Señor Jesús. Es de imaginar la sensación cau-sada por este milagro, y lee-

Adultos

mos que muchos «se convir-tieron al Señor». En la ciu-dad de Joppe vivía la bue-na Dorcas, y el versículo 36 la llama «una discípula llamada Tabita». De modo que ella es-taba aprendiendo en debida forma de su Salvador y Señor Jesús. Los versículos 36 y 39 muestran que la fe de Dorcas tomaba una forma muy efecti-va. Su fe no era cosa muerta, sino muy viva, y la demostra-ba por las obras que hacía. Se alegraba por la obra que Cristo habla hecho a favor de ella, y demostraba su grati-tud haciendo cosaB para otros seguidores de Cristo que sin duda carecían de los bienes de este mundo, (dilatas 6:10). Ella «era llena de buenas obras y de limosnas que ha-ola». Del versículo 39 vemos que las viudas y otras mu-jeres que estaban presentes cuando llegó Pedro no habla-ron tanto de ella, sino «mostra-ron las túnicas y los vestidos que Dorcas hacia euando esta-ba con ellas». Ella trabajaba con sus propias manos para cu-brir los cuerpos de etras segui-doras de Cristo, centra las in-clemencias del tiempo. (Véase

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22 de Agftsto de 1948 « 1

Isaías 58:7). No es suficiente decir a los necesitados, «id en paz, calentaos y hartaos» (San-tiago 2:15,16), sino debemos hacer lo que podamos para su-plir su neoesidad. El versícu-lo 39 nos muestra cuan since-ramente la echaron de menos, porque bien sabían que no hay muchas personas desprendidas como ella, aun entre cristianos. Era justo también que ellos demostraran su gratitud hacia la difunta, y al apóstol Pedro, el mensajero de Cristo que acababa de llagar. ¿Nos echa-rán de menos a nosotros des-pués de nuestra partida? ¿Se-rá por el bien que hemos he-cho durante nuestra vida aquí? ¿Qué motivos tenemos al ha-cer buenas obras? Cuidado que so las hagamos pensando asi ser salvados, o para asi adqui-rir méritos delante del Señor. Toda nuestra obra debe ser hecha en el nombre de Cristo y para su gloria.

II) La muerte de Dorcas: Hechos 9:37.—Vemos de este pasaje que en medio de una vida de gran utilidad ella fué quitada, porque leemos que «aconteció en aquellos dias que enfermando, murió». Por útil que sea nuestra vida, por fieles que seamos al Señor y a su obra, nos llegará el momento de partida, porque «está esta-blecido a los hombres que mue-ran». La muerte vino por eau-sa del pecado, y bien dice la

palabra del Señor que «el-alma que pecare esa morirá». Aun-que el aguijón de la muerte sea quitado, sin embargo, la muerte nos acecha en todo mo-mento. Pero al menos la últi-ma parte de Hebreos 9:27 no es para nosotros: «Está esta-blecido a los hombres que mue-ran una vez... y después el juicio». Por la fe en Cristo co-mo Salvador escapamos del juicio (Salmo 1:5). En el caso de Dorcas, sin duda ella expe-rimentó la verdad que encon-tramos en el Salmo 41:1,3: «Bienaventurado el que pien-sa en el pobre; en el día malo lo libraré Jehová... Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad». Observa-mos que las personas que aten-dieron a Dorcas «la lavaron y la pusieron en una sala». Un comentador diee sobre este versioulo que era costumbre en esos tiempos lavar los cuer-pos con agua tibia para que si aun hubiera vida, volviera a manifestarse. Pero en este ca-so no hizo efecto, de modo que la muerte de Dorcas fué una cosa efectiva. Un escritor man-tiene la opinión que «la sala» donde pusieron el cuerpo de Dorcas, fué la sala donde so-lían celebrar sus reuniones pú-blicas. . Bien puede ser que es-to lo hicieron eon la esperanza de que volviera a vivir per el poder del Señor obrando por

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«2 OVASKIKO fAMA MA«ST«OS

intermedio de Pedro el após-tol.

III) La resurrección de Bór-eas: Hecho» 9:38, 40-42. En vez de proceder a la sepulta-ción de Dorcas, los hermanos de Joppe enviaron a Lyddia a buscar a Pedro, porque supie-ron que allí estaba, y bien pue-de ser que hayan sabido del milagro obrado en el cuerpo de Eneas el paralítico (versículos 32 a 35). Pedro ne tardó en acudir al llamado de ellos, y tan pronto llegó le llevaron a la sala donde habían puesto el ouerpo de Dorcas. Allí le mostraron las túnicas y vesti-dos que ella habla hecho en vi-da para ayudar a los desvali-dos y necesitados. Tal vez al-gunos pensaron quedar allí pa-ra ver qué haría Pedro, pero vemos que todos tuvieron que salir de la sala, y Pedro, arro-dillándose, oró al Señor, y, diri-giéndose al cuerpo, dijo: «Tabi-ta levántate». Sn seguida ella abrió sus ojos, vié a Pedro, e in-corporóse. Notemos les pasos en la resurrección de Dorces: (1) ella fué puesta en la sala de re-unión pública; (2) Pedro oró a favor de ella y de los que lamentaban su partida; (3) La palabra penetrante y viva di-rigida a ella, y tiene que ha-ber sido una palabra de fe que

esperaba que Dios la honraría, y así fué. Dereas volvió a vivir, y Pedro la entregó viva a los santos y a las viudas de la iglesia de Joppe, pudiendo luego continuar con sus buenas obras a favor de ellos. El mi-lagro redundó en gloría para el Señor, porque «muchos cre-yeron en el Señor».

Lector, ¿has sido salvado por la fe en Cristo el Salvador? ¿Has rendido toda tu vida a El? ¿Estás obedeciéndole a El en todas las cosas? ¿Estás utili-zando tus talentos, bienes y oportunidades para promover el avance de sa cansa? Al partir de esta vida, ¿se levan-tarán los que te conocen para llamarte bendito?

Dvrtmetén

« A MI LO H I O I i T J K S » . — T o i o e l pasaje de Mateo 25:31-49 presenta gráficamente la escena del juieio de las naoiones del muido, como tales, cuando respondan a Cristo por el tratamiento que han dado a sus hermanos (los judíos). Pero el pa-saje sugiere a la vez un mensaje es-piritual a cada verdadero cristia-no... que debe hacer tode, ya sea de palabra o de hecho, en el nombre y para la gloria de Cristo... y si tal hace, recibirá la recompensa del Salvador mismo oirá y su «bien he-cho, buen siervo y fiel». ¿Lo oirá el lector?

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3a de Agosto de 1948 63

Sección Intermedios T ¿ p i o « — D O B O A S , UNA VECINA OBISTIAKA.

Texto IHbUce.—Hechos 9:36-42. Texto Same—Mateo 25:40.

propósito de la feectón

Mostrar a los alumaos cómo, por la vida que llevemos, es fortalecido nuestro testimonio y podemos atraer almas a Cris-to.

Adaptando la «Ida

Sia duda tedos han oido el adagio que dice: «Tu vida ha-bla tan fuerte que no puedo oir tus palabras». Hay gente que profesa seguir a Cristo y testifican a voz ea cuello, pero su vida no corresponda a su profesión. Per supuesto, los ta-les no sirven como verdaderos mensajeros de Cristo, o eomo apoyos a su obra, sino más bien como estorbos. Alumno, ¿es la vida tuya un estorbo o una ayuda?

La Lección BOtasa

En nuestralección de hoy nos toca estudiar la vida de Dor-cas, de la ciudad de Joppe, en Palestina; ella fué un ver-dadero testigo para su amante Salvador. Es un relato corto, pero sumamente interesante. En la historia vernos: Una ve-cina abnegada, una ¡muerte la-mentada, y una resurrección gloriosa.

1) UNA VECINA ABNE-GADA: Doroas fué ana mu-

jer notable. Entendemos del pasaje que era seguidora del Señor Jesús, más aún, fué «disclpula» de El. De modo que ella estudiaba y meditaba mucho en la vida del Salvador, y demostraba el resultado de tales estudios y meditaciones en su vida diaria. Nuestra vida diaria habla mucho más faer-temente que las más fuertes profesiones. No hay una sola crítica de ella. Lo que ella pretendía en sus palabras, asi era ella en su vida diaria. ¡Oja-lá hubiese más cristianos có-mo ella hoy dial Dorca no se limitaba a palabras, sino fué a los hechos, porque leemos que «ella era llena de buenas obras y de limosnas que hacia». Más aun, después de su muer-te, vemos cómo las viadas y otras mujeres mostraron al apóstol Pedro «las túnicas y los vestidos que Doroas hacía cuando estaba con ellas». Se puede entender que Doroas era una persona acomodada, pero no sólo daba dinero y lo que su dinero podía conseguir, sino ella misma haoía vestidos, y túnicas para cubrir a los das-validos que estaban en jn§-cesidad. De esta manera ella cumplía coa lo ensefiado en Gálatas 6-10. No os do ad-

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tiUADMXA PABA MAHSTBSS

mirarle entonces que muchas personas lamentaban su parti-da.

2) UNA MUERTE LA-MENTADA: La muerte alcan-za a todos, sea rico o pobre, oduoado o ignorante, cristiano e ineonverso, bueno o malo ... la muerte asecha a todos. La Biblia dioe con toda solemni-dad» «que el alma que pecare, Ma morirá». Todos hemos pe-eado y estamos destituidos de la gloria deJDios, y pór esto, fcempraao o tarde, la muerte nos alcanzará. Cierto día al-canzó a Dorcas en plena ac-tividad, y una vida altruista, abnegada y útil, fué troncha-d a Al menos así diría el mun-do. Pero Dios tiene sus propó-sitos en todo lo que hace. No h?y duda de la muerte de Dorcas, y la única esperanza de los hermanos de Joppe es-taba en Dios. Fuá por esto que enviaron a buscar al apóstol Podro oyendo decir que él se encontraba en la vecina ciudad de Lydda. Cuando llegó Pe-dro vemos cómo la muerte de Dorcas fué sinceramente la-mentada. La muerte de un cristiano tan fiel como lo fué

Dorcas siempre será lamentada, aun en el mundo, porque su partida constituye una verda-dera pérdida.

3) UNA RESURRECCION. GLORIOSA:—Los hermanos de Joppe no hicieron ninguna petición a Pedro, sólo le mos-traron las obras de Doreas. Estaban tal,vez mudos del do-lor por tan fuerte pérdida. Pero Pedro ordenó que salie-ran todos de la sala, y arrodi-llándose él, oró, clamando a Dios, y luego, dirigiéndose al ouerpo, dijo: «Tabita, levánta-te». En el acto ella abrió BUB ojos, y cuando vió a Pedro se incorporó, y Pedro la entregó sana a los hermanos de la Igle-sia de Joppe, ]Qué maravillo-so poder tiene nuestro Salva-dor! Todo lo puede El, y su poder está a disposición nues-tra, si andamos debidamente unidos con El. Así recuperó la Iglesia de Joppe a su más acti-vo miembro, y el pueblo de Joppe fué profundamente con-movido, «creyendo muchos en el Señor». En todo tiempo Dorcas nna fué buena vecina, porque era una buena cristia-na. ¿Lo somos nosotros?.

Sección Primarios C0H0 DOBOAS UTILIZÓ 8D AGUJA.

— Hechos 9:36-39. - «Dios ama el dador alegre». (2 Cor. 9:7).

Adaptando la tooeMn PROPOSITO: Mostrar a los decidos por el bien que otros

niños la necesidad de ser agrá- nos hacen, y a impulsarlos a

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83 de Agosto da 1847 65

ayudar a otros en lo que pue-dan.

¿Les gusta asociarse o jugar con un niño mezquino? Por supuesto, nadÍ6 ama a tal niño. Un mezquino retiene y sujeta lo suyo, y hasta trata de tomar lo de otro para beneficio pro-pio. Una persona generosa y dadivosa es altamente aprecia-do en todas partes. En nuestra lección de hoy nos

toca estudiar de una fiel cris-tiana que se llamaba Dorcas. Ella vivía en la ciudad de Jop-pe, situada en la costa de Pa-lestina, frente al Mar Medite-rráneo. Era una señora aco-modada, poseía cuanto es ne-cesario para vivir desahogada-mente. Muchas personas de su situación económica, se ol-vidarían de la necesidad de otros, pero Dorcas DO hizo así. Leemos que ella daba li-mosnas a la gente necesitada, sin duda contribuyendo con dinero a sus necesidades. Pero habla otras cosas que también necesitaban, como ser, vestidos, túnicas, etc.

Tales cosas no eran fáciles de conseguir. Pero Dorcas te-BÍa un talento, y era que sa-bía usar bien su aguja. Ella tenia mucha práctica en la obra de costura. Y así leemos que ella entregó su aguja y su des-treza con 1* aguja al Señor, y le puso a trabajar. Hacía tiem-po ya que habla aceptado al Beñor Jesús como su Salva-

dor, y le servía fielmente. Aho-ra, movida por el Espirito del Señor que moraba en ella, Sen-tía el deseo de ayudar a los muchos necesitados en su alre-dedor. Habla viudas que ca-recían de lo necesario para vi-vir, y había santas mujeres que poseían poco o nada ... y Dorcas se puso a trabajar pa-ra ellas.

No sabemos cuantas horas al día trabajaba Dorcas, pe-ro sin duda fueron largas horas porque alcanzó a hacer «túnicas y vestidos» para ellas. Es de imaginar la gratitud de las señoras que recibieron tal ayuda de Dorcas. Pero tam-bién es de imaginar la satisfac-ción de Dorcas al poder ha-cerlo, porque cuando hacemos algo para la gloria de nuestro Salvador, El nos llena de sa santa satisfacción.

En medio de sus trabajos, de repente se enfermó Dorcas y murió. Es de imaginar la cons-ternación de las hermanas que la rodeaban. Pero recordaron al apóstol Pedro que estaba en la vecina ciudad de Lydda, donde habla hecho una gfan sanidad en el nombre del Se-ñor Jesús (versículo 32 a 35). Pedro vino, y tan pronto entró a la sala donde estaba el cuer-po de Dorcas, se arrodilló, y oró, y Dios la levantó a la vi-da. ¿Se puede imaginar el gozo de todos al ver tal mila-gro? Así fué el nombre de

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68 OÜADWUTO PABA MAHTBO

Dios glorificado, los hermanos de Joppe fueron edificados, y muchas almas de la ciudad fue-ron convertidas al Señor Jesús. Niños, ¿están utilizando sus talentos para el Señor Jesús? ¿Están ayudando a los de alre-dedor a conocerle a El?

Entwfiaau pritatfc» Que aprendan de memoria,

además del Texto Aureo, el

pasaje en Ecclesiastés 9:10, que dice: «Todo lo que te vi-niere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas».

Lección objetiva

Que aprendan, y si fuera po-sible que canten, el corito N.o 302, de «Himnos de la vida cristiana», intitulado «Sigo, si-go, sigo, a Jesucristo».

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29 de Agosto de 1948 Lección 9

Ananías, el discípulo de Damasco Hechos 9:1-22.

TEXTO AUREO —«El hacer tu voluntad, Dios mió, hame agra-dado; y tu ley está en medio de mis entrañas» (Salmo 40:8)

UCTDBi f l D U B U f l

Lunes, Lucas 10:25-37; Martes, Hechos 9:1-9; Miércoles, Hechos 9:10-15;

Jueves, Hechos 9:16-25; Viernes, Hechos 9:26-81; Sábado, Tito 2:11-15;

Domingo, 2 Timoteo 2:19-26.

TEXTO DE LA LECCION PARA LECTURA PUBLICA

Hechos 9:10-20; 10 Había entonces un diacípulo

en Damasco llamado Ananías, al cual el Señor dijo en visión: Ana-nías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.

11 Y el Señor le dijo: Levántate, y vé a la calle que se llama la Derecha, y busca en casa de Judas a tino llama-do Saulo, de Tarso: porque he aquí, él ora;

12 Y ha visto en visión un va-rón llamado Ananías, que entra y la pone la mano encims, para que reciba la vista.

23 Entonces Ananías respondió: Señor, he oido a muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalem.

14 Y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender a todos los que i avocan tu Be ubre.

15 Y le dijo el Señor: Ve: porque instrumento escogido me es este, para

que lleve mi nombre en presentía de los Gentiles, y de reyes, y de los hijo» de Israel;

16 Porque yo le mostraré cuán-to le sea menester que padezca por mi nombre.

17 Ananías entonces fue, y unirá en la casa, y poniéndole las manos en-cima, dijo: Santo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Es-píritu Santo.

18 Y luego le cayeron de loa ojos como escamas, y recibió al punto la vista: y levantándose, fué bautizado.

19 Y como comió, fué confortado' Y estuvo Saulo por algunos días eon los discípulos que estaban en Damasco.

20 Y luego en las sinagogas pre-dicaba a Cristo, diciendo que este era el Hijo de Dios.

Tiempo —Alrededor del año 35 D. de C. Lugar —En la ciudad de Damasco, de Siria.

Lección para nosotros.— Debemos obedecer la voluntad de Dio* sin vacilación, y El cuidará de nosotros.

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68 OUADSKKO PARA MAMTBOS

BOSQUEJO j m LA LECCION

1) El llamamiento de Ananias: versículos 10 a 12; 2) La obediencia de Ananias: versículos 18 a 17; 8) La transformación de Saulo: versículos 17 a 20.

Sección Adultos INTRODUCCION:—Nos to-

ca estudiar hoy a un hombre interesante. Muy poco se dice en el Nuevo Testamento de Ananias, de Damasco; pero lo que se dice está lleno de signi-ficado, y puade servir de alien-to e instrucción para nosotros. Si» bien es cierto que nuestro título principal reza: Ananias, el discípulo de Damasco, hay uo subtítulo que sería más apropiado, y que dice: LA OBEDIENCIA SItf RESER-VA; esto lo observamos en Ananias, pues como resultado de sa obediencia y de sus pala-brastie aliento dirigidas a Saulo, éste fué completamente trans-formado por el Señor, y en el acto empezó sus labores a fa-vor de la causa que antas per-seguía tan tenazmente. El tex-to de la lección se divida an tres partes, y oada una nos

Eresenta un hermoso cuadro istructivo. 1) El llamamiento de Ana-

nias: Versíc. 10 a 12.— Mien-tras los discípulos de Cristo en la ciudad de Damasco seguían tranquilamente su vida cristia-na y se ocupaban en sus tareas diarias, se acercaba a la ciudad an hombre sediento de sangre

llamado Saulo. Parece qae la sangre del mártir Esteban, que había visto correr, la había lle-nado de deseos de ver correr más sangre cristiana por las ca-lles, y enfurecido sobremanera, Saulo había pedido y consegui-do de los jefes religiosos judíos autorización para apresar a todo judío que estuviera si-guiendo el Nuevo Camino. Con esta fin Saulo se acercaba a Damasco sediento de sangre. Ya sabemos lo que le ocurrió cuando ya estaba cerca de la ciudad; el maestro puede pre-sentar el caso vividamente. El hecho es que Saulo quedó cie-go y tuvo que ser guiado a una casa dentro da la ciudad, allí estaba en la osbcuridad de cuerpo y de alma, y siempre en las tinieblas para que alguien lo dirigiera a la luz verdadera.

f u é por esto que Dios llamó a Ananias para ir a hacer esta gloriosa obra. De estos tres versículos aprendemos cosas que deben hacernos andar con cuidado, pues nos enseñan que Dios sabe todo cuanto hay en nuestra vid», y conducta. Dios sabía donde encontrar a Ana-nias en medio de la gran ciu-dad. Además, El sabía dirigir,

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20 de Agosto de 1848 69

a Ananías al lugar exacto don-de se encontraba Saulo...le dió el nombre de la calle y el nom-bre del dueño de la casa don-de estaba... y también le dijo en lo que Sanio se ocupa-ba, «porque he aqui, él ora». Dios le manifestó a Anantas aun los pensamientos y las vi-siones de Saulo, pues «veía a un varón llamado Ananías que entraba y le ponía la mano en-cima, para que reciba la vista». ¡Qué maravilloso el conoci-miento de Dios! «No hay co-sa criada que no sea manifiesta en su presencia; ante todas las cosas están desnudas y abier-tas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta» (He-breos 4:13). (Véas8 también el Salmo 139). Ananías no era un apóstol, y poco sabemos de él, pero por insignificante que haya sido, Dios lo llamó para hacer una gloriosa obra. Es-temos atentos a la voz de Dios, pues tal vez tenga para nosotros también alguna tarea que cumplir.

II) La obediencia de Ana-nías: Versículos 13 a 17. La primera reacción de Ananías al llamamiento del Señor fué una cierta timidez, pues habla-ba de la misión que tenía Sau-lo recordó loa males que Saulo había hecho a los santos de Dios en Jerusalam. Parece que Ananías tuvo conocimien-to de la misión de Saulo, y sa-bía también de la misión de los

príncipes y sacerdotes pata apresar «a todos los que invo-can tu nombre». Pero esta mo-mentánea vacilación desapare-ció por completo con la próxi-ma palabra del Señor, cuando le dijo: «Ve: porque instrumen-to escogido me es éste...porque yo le mostraré cuanto le sea menester que padezca por mi nombre».

Leemos la sencilla frase: «Ananías entonces fué, y en-tró en la casa». Había desa-parecido su timidez y vacila-ción, y ahora sólo pensába en obedecer al Señor. Ananías amaba mucho al Señor, y era demasiado fiel para persis-tir en sus preguntas, de mo-do que fue gozosamente para cumplir el encargo, entregán-dose él mismo en las manos del Señor a quien servía. El espíritu mostrado por Ananías presenta un hermoso ejemplo de obediencia implícita y de un altísimo amor cristiano. Ojalá hubiera más cristianos hoy día animados por .el espíritu de Ananías... hombres y mujeres dispuestos a obedecer al Señor cu todo caso y bajo cualquier circunstancia... hombres y mu-jeres dispuestos a obedecer al Señor aunque les cueste la vi-da. La obediencia de Ananías fué en verdad una «obediencia sin reservas». ¿Así es la obe-diencia suya, lector?

III) La transformación de Saulo'. Vehículos 17 a 20.—

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ÍO OUABBBHO PASA MAMTBOB

Hermoso fue el espíritu mos-trado por Ananlas al entrar a la sala donde se encontraba Saulo, pues lo saludó con las palabras: «Saulo, hermano...». El vengativo fariseo, enemigo de Jesús y de su Iglesia, per-seguidor de los seguidores de Jesús... ahora es reconooido y saludado como «Saulo, herma-no». ¡Gloria a Dios! Así obra nuestro Señor. Y luego Ana-nlas continuó diciendo: «El Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, ME HA ENVIADO PARA QUE RECIBAS LA VISTA Y SEAS LLENO DE ESPI-RITU SANTO». En el acto el poder de Dios efectuó un glorioso milagro... Saulo reco-bró la vista física... y se abrie-ron los ojos espirituales ... le-vantándose, fué bautizado... y luego fuá por las sinagogas «predicando a Cristo, diciendo que este era el Hijo de Dios». ¡Qué maravillas obra nuestro Dios! Y otras semejantes ve-

riamos nosotros si hubiera más hombres y mujeres como Ana-nlas, dispuestos a obedecer al Safior en todo momento, aun-que corran riesgo de su vida. ¿Nos rendiremos, lectores, a una vida de absoluta e incon-dicional obediencia al Señor?

Ilustración LA IHFIDJBLIDAD. — Se cuenta el

caso de nn gobierno que envió grandes cantidades de alimentos y bebidas a sns tropas que habían si-do heridas en la batalla...y poco des-pués se supo que los oficiales en-cargados de su entrega ae loa habían comido y bebido, y los heridos hé-roes nada habían recibido. No es de aorprenderse que una ola de ira se levantó en tal país sobre tal trai-ción e infidelidad,

Pero ¿no hay cristianos hoy día encargados de la entrega del único mensaje de vida que hay... y en vez de hacerlo llegar a las almas nece-sitados, a e conforman con gozar ellos mismos? Esto también ea in-fidelidad es traición. Cuidado, hermanos, porque de toda obra ten-dremos que dar cuenta al Señor en el dia de su venida. ¿Seamos fieles a El en todo sentido?

Sección intermedios T ú p i s S • — JTIEL A LA COMISIÓN S E DIOS.

Texto BfbUeo- — Hechos 9:10-20, fexto Aureo- — Lucas 10:27.

Propósito de la lección

Mostrar a los alumnos la ne-cesidad de obedecer a las ór-denes Divinas, porque al obe-decerlas siempre resulta gran bendioión.

Adaptando la lecc ión

Una discusión sobre la obe-diencia serviría de excelente introducción a la lección dehoy. ¿Debemos siempre obedecer al Señor, o sólo ouando nos agrá*

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28 de Agosto de 1848 71

do haoerlo? ¿Debemos obe-decerle aunque corramos peli-gro! ¿Debemos obedecer al Sefior de día o de noche y bajo cualquier circunstancia? Estas y otras preguntas mas deben ser tomadas en cuenta en la discusión.

u , Mus» Muy poco se dice en la Bi-

blia del hombre que nos toca estudiar hoy, pero lo dicho de él es muy significativo e im-portante. Ananias fué un ju-dío convertido al Sefior Jesús, vivía en la ciudad de Da-masco, y era fiel y útil miem-bro de la iglesia de esa ciu-dad. Hay tres coBas que re-saltan de la lección: (1) una misión arriesgada; (2) una obe-diencia pronta; y, (3) una ben-dición gloriosa.

1) UNA MISION ARRIES-GADA: Hechos 9:10 a 14. El maestro debe contar en forma muy vivida el relato de los primeros versículos del capítu-lo de la conversión de Saulo. Mientras la iglesia del Sefior on Damasco vivía una vida re-lativamente tranquila, se acer-caba a la ciudad un hombre que estaba lleno de ociio con-tra ella y cada miembro de ella. Pero ya sabemos cómo el Señor Jesús se le apareció por ol camino, y Saulo fué Con-vertido a Cristo. Durante tres días estuvo Saulo en las tinie-blas que embargaban tanto BU

alma como su cuerpo - Al fin de los tres días apareció el So-ñor a Ananias, y le dijo que fuera a ver a Saulo. Cabe no-tar los detalles que el Sefior dió a Ananias, indicando que El sabe todo cuánto hay acer-ca de nosotros. No hay nada escondido de El. (Vease el Salmo 139 con Hebreos 4:18). El Sefior dió a Ananias el nom-bre de la calle, y ol nombre del duefio de la casa donde so encontraba Saulo, y hasta le dijo lo que Saulo en ese mismo momento estaba haciendo ... orando.

Luego notamos la reacción de Ananias a esta orden Divi-na. De sus palabras era evi-dente que sabía de la venida de Saulo, y de la misión que traía, la de apresar a todos IOB cristianos. Ananias también sa-bía de la autorización que traía Saulo de los jefes religiosos ju-díos. El se daba cuenta de lo peligroso de la misión que el Se-ñor ahora le encomendaba. To-do el mundo sabía lo que Sau-lo habla hecho a la iglesia de Jerusalem, y ahora había veni-do para hacer lo mismo con la iglesia de Damasco. De modo que Ananias arriesgaba su vi-da al ir donde Saulo.

2) UNA OBEDIENCIA PRONTA: Hechos 9:15 a 17. El Señor oyó la reacción do Ananias, y luego 1o repitió su orden, diciéndole: «Ye: porque instrumento escogido

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71 ODADBMTO TJULK MÍBSTXO*

me es éste ... y le mostraré ouanto le sea menester que pa-dezca por mi nombre». El Se-ñor sabia todos los razonamien-tos de Ananias, y le dijo que fuera confiando en El. Toda la vacilación de Ananias se desvaneció al oír las palabras del Señor, y al oir lo que era el Plan Divino en cuanto a Sau-lo, y leemos en el versículo 17 que «Ananias entonces fué, y entró en la casa». ¡Bendita obediencia de Ananias! ¡Cuan-to más bendición habría en nuestras vidas también si obe-deciéramos al Señor tan pron-tamente, a pesar de peligros e inconvenientes. Fué la deso-bediencia lo que trajo la actual ruina y desesperación sobre la tierra ... Y si hemos de gozar de nuevo de las ilimitadas ben-diciones de Dios tendrá que ser por la implícita obediencia a sus órdenes.

8) UNA BENDICION GLO-RIOSA: Hechos 9:18 a 20. Al

entrar AnaniaB a la casa, lee-mos que puso sus manos enci-ma de Saulo, y le dijo: «Sau-lo, hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha en-viado para que reoibas la vista, y seas lleno de Espirito San-to». Leemos que «luego le cayeron de los ojos como esca-mas, y recibió al punto la vis-ta, y levantándose, fué bauti-zado». Saulo recibió una do-ble vista ... la del cuerpo, y la del alma. En vez de llevar presos a los discípulos de Da-masco, leemos que «Saulo es-tuvo por algunos días con los discípulos que estaban en Da-masco». En los dos versícu-los que siguen vemos que Sau-lo pronto se puso a trabajar para el Señor que hacía pooo perseguía. Fué en verdad una bendición gloriosa que goza-ba Saulo, Ananias, la iglesia de Damasco y la iglesia en ge-neral. ¿Obedecemos nosotros al Señor?

Sección Primarios 'ropico'- — U N AMIGO PARA P A B L O .

Texto Bíblico:— Hechos 9:10 a 18. TEXTO AUHEO :— Lucas 10:27.

Adapta ti do la lección PROPOSITO: Mostrar a los

niños, por medio del ejemplo de Ananias, cómo pueden ser de ayuda y bendición a las per-sona» alrededor de ellos.

Cuando se encuentran en ne-cesidad, ¿no desean la ayuda de alguna persona capacitada? A veces cuando nos encontra-mos enfermos, tal vez recluidos en un hospital, o en nuestra ca-

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29 de Agosto de 1948

mi en cana... ¡cómo anhelamos de algnien una palabra de con-suelo! En nuestra lección de hoy vemos a Ananlas que se mos-tró amigo de Pablo, antes Sau-lo.

ÍJl maestro debe contar la historia de Saulo, empezando con el martirio de Esteban, y la actuación que le cupo a Sau-lo en el caso. Ahora Saulo ha-bla venido a Damasco con el fin de apresar a todos los que invocaban el nombre del Sefior allí. Pero el SeQor Jesús Be le apareció por el camino, y en vez de entrar Saulo a Damas-co cual conquistador, entró a la ciudad ciego, conducido por la mano a una sala solitaria, y allí estuvo tres días BÍn ver y sin eomer. Deben haber sido días de angustia para Saulo. Ahora se daba cuenta de que había estado persiguiendo el miBmo Hijo de Dios, el sefior Jesús.

En su agonía y oraciones, Dios se recordó de él, y habló a un tal Ananías, un fiel cris-tiano de Damasco, y le dijo que fuera a visitar a Saulo y que hablara con él lo necesario. Cada niño debe notaren los ver-sículos 11 y 12 que el Señor Je-BÚS lo sabe todo de cada uno de nosotros... pues El sabíaelnom-bre de la calle, y la casa donde Saulo se encontraba... el sabía qué estaba haciendo... orando. Él Señor sabe cuanto hay en

nosotros, y es imposible escon-der algo de El.

Al principio Ananías tuvo algún miedo, pero luego obede-ció al Señor, y fué donde Sau-lo; lo saludó como «Saulo her-mano». El sangriento perse-guidor habla sido cambiado en un humilde hermano y seguidor del Señor Jesús. Así oambia el Sefior Jesús las vidas que se rinden a El. ¿Está rendi-da la vida suya a El?

Ananías dió a Saulo las en-señanzas e instrucciones que necesitaba, y luego poniéndole las manos encima le dijo: «Sau-lo, hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo».

En seguida Saulo recobró la vista y pudo ver a Ananías, y además, recibió la plenitud del Espíritu Santo en su Ber. De modo que recibió vista en su cuerpo y en su alma. Ananlas Be mostró un verdadero amigo para Saulo. Parece que los hombres que habían acompa-ñado a Saulo a Damasco lo habían abandonado... pero aho-ra uno de los mismos que ha-bla venido a apresar le salió co-mo amigo y lo ayudó cuando más lo necesitaba. De esta ma-nera podemos ayudar a almas a conocer al Señor, mostrando el espíritu del Salvador a ellos,

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OÜADMHO PLXA MAMÍKOÍ

Qae aprendan bien de memo-ria, y lo recitan, j a sea ano por uno, o toda la clase entera, el Texto Aureo.

Lebclóa objetiva

Que dibujen un oorazón en papel, y escriban debajo:

MI CORAZON PERTENE-CE AL SEÑOR...

AYUDARE A LOS QUE ME RODEAN.

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5 de Septiembre de 1946 Lección. 10.

Aquila y Priscila Hechos 18:1-3, 18-26; Rom. 16:3-5a; 1 Cor. 16:19; 2 Tim. 4:19.

T » r m AUMO- — «No olvidéis la hospitalidad». (Hebreos 13:5).

LECTURAS DIARIAS

Lunes, 1 Cor. 12:4-11; 1 Jueves, Romanos 16:1-5; Martes, Hechos 18:1-17; fl Viernes, 1 Cor. 16:1-19; Miércoles, Hechos 18:18-26; || Sábado, 2 Tim. 4:1-19;

Domingo, Hebreos 13:1-8.

TEXTO DE LA LECCION

Hechos 18:1-3, 18a, 19, 24-36;

1 Pasadas estas cosas, Pablo par-tió de Atenas, y vino a Oorinto.

2 7 hallando a un judio llamado Aquila, natural del Ponto, que hacía poto que había venido de Italia, y a Priscila su mujer, (porque Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Boma) se vino a ellos;

3 T porque era de su oficio, po-só con ellos, y trabajaba; porque el oficio de ellos era haesr tiendas.

18 lías Pablo habiéndose deteni-do aún allí muchos días, después se despidió dé los hermanos, y navegó a Siria, y oon él Priscila y Aquila.

19 T llegó a Efeso, y los dejó allí: y él entrando en la sinagoga, disputó con los judíos.

24 Llegó entonces a Efeso un ju-dío, llamado Apolos, natural de Ale-jandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.

25 Este era instruido en el ca-mino del Señor; y ferviente de es-píritu, hablaba y enseñaba diligen-

PARA LECTURA PUSUCA

temente las cosas que son del So-fior, ensañando solamente en el bautismo de Juan.

26 Y comenzó a hablar confiada-mente en la sinagoga: al eual como oyeron Priscila y Aquila, le tomaron, y le declararon más particularmente el camino de Dios.

Rom. 16:3-5a; 3 Saludad a Priscila y a Aquila,

mis coadjutores en Oristo Jesús; 4 (Que pusieron sus cuellos por mi

vida: a los cuales no doy gracias yo solo, mas aun todas las iglesias de los gentiles);

5 Asimismo a la iglesia de su easa.

1 Oor. 16:19; 19 Las iglesias de Asia os salu-

dan. Os salundan much• en el Señor Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su easa.

2 Tim. 4:19. 19 Saluda a Prisea y a Aquila, j

a la casa de Onesíforo.

Tlempe — Entre les años 54 y 66 D. de C. Lagar - — Pablo oonoció a Aquila y Priscila en Corinto, de Gre-

cia, y los llevó consigo a Efeso, y después ellos se cam-biaron a Roma donde Pablo los saludó en su carta a los

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Í6 OTTADIMO PASA L L A I M O S

romanos, y ellos tal vez volvieron a Efeso donde recibieron un saludo de Pablo en su segunda carta a Timoteo.

Lección para nosotras.— Debemos ser fieles a Cristo en el hogar, empleo, iglesia, juego ... para que todos vean que «hemos estado con Jesús».

BOSQUEJO IDE LA LECCION

1) Aquila y Priscila, cooperadores de oficio: Hechos 18:1-3; 2) Aquila y Priscila, compañeros de viaje: Hechos 18:18a; 3) Aquila y Priscila, compañeros en la obra: Hechos 18:19,

24-28; 4) Aquila y Priscila, ayudantes abnegados de Pablo: Boma-

nos 16:3-5; 1 Cor. 16:19. 5) Aquila y Priscila recordados por Pablo: 2 Tim. 4:19.

Sección Adultos INTRODUCCION: En nues-

tro estudio de los caracteres bíblicos no anunciados llega-mos ahora al estudio de la no-table vida.de dos de los com-pañeros de Pablo, que se lla-maban Aquila y Priscilla. De lo que la Biblia dice de ellos podemos decir que eran fieles cristianos, muy consagrados al Señor y a su obra, que en su hogar y en su trabajo honraron al Sefípr que los habla salvado. Líos textos que nos sirven de estudio hoy presentan diferen-tes faqes de la activa vida de Aquila y Priscila, que ojalá nos sirven de estimulo en nuestra propia vida y obra cristianas.

I) Aquila y Priscila, coo-peradores de oficio: Hechos 18: 1-3. En el capitulo anterior Pablo habla dado|su notable dis-curso en el Aréopago de Ate-nas, Grecia, y llegando ahora

a Corinto se encontró con una pareja judia que recién hablan tenido que abandonar la ciu-dad de Roma por causa del de-creto del emperador, y leemos que «posó con ellos, y trabajar ba; porque el oficio de ellos era hacer tiendas». Este era el oficio del apóstol Pablo tam-bién. Hay que recordar que cada joven judio por ley ju-dia tuvo que aprender un oficio para poder sostenerse en un caso dado. Pablo iba sor teniéndose por todas partes, pa-ra asi poder esparcir las Bue-nas Nuevas del Evangelio de Cristo (véase 2 Tes. 3:7 a 10). Este encuentro con Aquila y Priscila £fué sin duda orde-nado por Dios, y dió comienzo a una amistad que duró duran-te la vida de Pablo, y en todo tiempo encontró Pablo toda clase de cooperación de estos buenos hermanos.

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26 de Septiembre de 1948 77

II) Aquila y priscila, eom-pañerosde viaje: Hechos 18:18a. Entendemos que Pablo se que-dó en Corinto por un año y seis meses (18:11) enseñando con toda fidelidad la bendita Palabra de Dios, gozando sin duda durante todo este tiempo de la comunión y compañeris-mo de Aquila y Priscila. Mu-chas almas fueron convertidas al Señor Jesús durante este tiempo, y esto hizo que se en-furecieran los judíos incrédu-los, y formaran alboroto con el fin de acabar con Pablo y con la obra del Señor. Pero el Se-ñor cuidó de su obra y de su siervo también, y algunos días después del alboroto Pa-blo se despidió de Corinto pa-ra dirigirse a Efeso. Vemos que llevó consigo a Aquila y Priscila. Ellos deben haber sido excelentes cristianos y buenos obreros para Cristo, porque Pablo no toleraba un cristianismo débil y decaído. El era un celoso y constante obrero para Cristo y su causa, y exigía lo mismo de los que le rodeaban y andaban con él. ¿Podría el lector haber hallado gracia en ojos de Pablo para ser compañero de él?

III) Aquila y priscila, ayu-dantes abnegados de Pablo: Hechos 18:19, 24-28. Del ver-sículo 19 vemos que Pablo y Aquila y Priscila se estable-cieron en Efeso, y Pablo no perdió un momento, sino entró

luego a anunciar a Cristo, dis-putando especialmente con los judíos. Cuando Pablo partió de Efeso con el fin de llegar a Jerusalem a tiempo para la la próxima fiesta judía, queda-ron Aquila y Priscila en Efe-so. Cuando llegó a Efeso el predicador Apolos, Aquila y Priscila lo buscaron con el fin de enseñarle «más particular-mente el camino de Dios». Apolos sólo sabía del mensaje de Juan el Bautista, y predicó su mensaje de arrepentimiento con elocuencia y poder. El ne-cesitaba mas luz sobre las co-sas de Dios y sobre el camino de salvación hecho por Cristo. Vemos que Aquila y Priscila le ayudaron y lo condujeron a un conocimiento más estrecho de Jesús como Salvador, y de-ben de haber hecho una buena obra para Apolos, porque cuan-do se fué él a Acaya «con gran vehemencia convencía pública-mente a los judíos, mostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo». Aquila y Pris-cila deben haber aprovechado bien las enseñanzas de Pablo para poder así cooperar con él en la obra del Señor. ¿Somos nosotros igualmente aprove-chados, y somos verdaderos compañeros de nuestros jefes en la obra de Cristo?

IV) Aquila y Priscila, ayu-dantes abnegados de Pablo'. Romanos 16:3-5; 1 Cor, 15:19, El decreto del emperador re-

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ra OcAsfturo AKAJ MAESJOLÓÍ

inane pareee haber sido anula-do, y ahora encontramos a Aquila y Priscila de nuevo en Boma, y al escribir Pablo su notable epístola a esa iglesia, él no se olvidó de ellos, que tanto le habían ayudado en su propia vida privada y en la obra del Señor. El los llama-ba «mis coadjutores en Cristo Jesús». ¡Qu$ glorioso, merecer tal distinción de un obrero tan distinguido de Cristo como lo fué Pablo. Más aun, él men-ciona que ellos «pusieron sus cuellos por mi vida ... bendi-ción que alcanzaba a todas las iglesias de los gentiles». Sin dada Pablo aquí se refiere en especial a su permanencia en el hogar de ellos en la ciudad de Corinto, y la lectura del ca-pitulo 18 de Hechos nos mues-tra a cuantos peligros se expu-sieron al tener a Pablo en su hogar (véase especialmente los versículos 12 y 17). Hacía tiempo que ellos le hablan ser-vido en esta manera, pero Pa-blo lo recuerda como si hubie-ra sido el día anterior. Ade-más él hace ver que por esta buena obra de ellos, su vida como apóstol y siervo de Cris-to habla sido protegida y he-cho útil a las iglesias de los gentiles en todas partes a don-de habla ido con el Evangelio de Cristo. No es de admirarse quo haya enviado un sentido salndo a ellos, y sin duda los echaba mucho de menos ahora

que estaban tan lejos. En ol segundo pasaje, dirigido a los corintios, Pablo asocia a Aqui-la y Friscila en el saludo en-viado, y cabe notar que agre-ga la frase, «con la iglesia que está en su casa». Parece que en todas partes Aquila y Pris-cila desarrollaron gran activi-dad para reunir almas en igle-sias locales para adorar y ser-vir al Señor. ¿Usamos nues-tros hogares oon el mismo fin?

Y) Aquila y Priscilá retorda-dos por Pablo: 2Tim. 4:19. Pa-blo ahora estaba en Boma, pre-so, y esperaba el fin de su vida de un momento a otro. No tu-vo-ningún miedo, sino eonfiaba absolutamente en el Señor, y dió su notable testimonio que encontramos en los versículos 6 a 8 de esta epístola. Sa no-ta que él recordó toda su larga earrara como predicador del Evangelio de Cristo, y men-ciona varias personas que lo ha-bían servido de apoyo o de es-torbo. En estas palabras fina-les, Pablo recuerda de nuevo a Aquila y Priscila, y envía un cariñoso saludo a ellos. ¡Có-mo habrán goiado ellos al re-cibir tal saludo del veterano y aguerrido siervo del SeñorI Sin duda sintieron gran satisfac-ción porque hablan podido aya-dar a este aventajado siervo de Cristo en su gloriosa tarea de evangelizaeión del mundo. Oja-lá nosotros también soamos fieles obreros del Señor y coo-

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peradores con los que van de-lante en esta bendita obra.

Onstndón U K A I G L B S I A B H J>ÜOADENCU: E n

la pared de cierta oficina de ferro-carriles hay un letrero que dice: UN TREN PÁRADO SIGUE GAS-TANDO DINERO. Al analizar bien las palabras se puede entender qne con tal lema tal compañía ferrovia-ria tuvo que alcanzar el éxito.

Pero esto es también la verdad de la Iglesia de Grieto, porque UNA IGLESIA PARADA SIGUE GAS-TANDO Y DESPERDICIANDO ALMAS Y VIDAS. Para que la Iglesia vaya adelante es necesario que cada miembro de ella haga BU parte, ya sea en lugar humilde o en lugar prominente. Todos deben trabajar como miembros del enerpo; asi habrá crecimiento, satisfacción, y gozo... y el Sefior mismo se agra-dará de ella.

Sección Intermedios T ó p i c o . — O B B E B O S E N LA I G L E S I A .

Texto BOA» • — Hechos 18:1-3, 18», 19, 24-26; Rom. 16:3-5a; 1 Cor. 17:19; 2 Tim. 4:19.

Texto Ao«* — Col. 3:17.

Propósito de la lección Mostrar a los alumnos la

necesidad de que cada miem-bro de la iglesia haga su parte, cooperando coa los demás, pa-ra asi impulsar el crecimiento de toda la iglesia.

Una breve disousión sobre los deportes servirá de buena introducción a nuestra lección de hoy. En la lección debere-saltar la necesidad de coopera-ción entre TODOS los jugado-res, estando cada uno alerta, activo, para que su conjunto gane la partida. Asi es en la iglesia, pues se necesita la coo-peración de cada miembro en au debido lugar para hacer avanzar la obra de Cristo.

La Lección Misma Los pasajes que nos sirven

de texto presentan varios oua-

dros de la notable vida de Priscila y Aquila, colaborado-res de Pablo en la obra del Evangelio. Notemos:

1) ELLOS FUERON COM-PAÑEROS DE VIAJE DE PABLO: Hechos 18:1-3, 18a. Pablo habla terminado su obra en Atenas, y luego se dirigió a la gran ciudad de Connto, también situada en Grecia, y allí se enoontró con Aquila y Priscila, y siendo ellos del mismo oficio suyo, Pablo se juntó con ellos. Juntos pasa-ron muchas peripecias ea la obra en esa ciudad durante un año y seis meses. Pablo los consideróle tanto valor, que al dirigirse él a Efeso, los llevó consigo ea su viaje. ¡Qué pri-vilegio notable tuvieron ellos al ser escogidos por el renom-brado apóstol Pablo para acom-pañarlo en su largo viajel Pa-

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80 OUADIBKO PASA MAIBTIOI

blo ao escogía a cualquier perso-na como compañía, sin que antes demostrara su valor y utilidad.

2) ELLOS FUERON COM-PAÑEROS DE PABLO EN LA OBRA DEL SEÑOR: He-chos 18:19, 24-28. Llegando a Efeso, empezaron a trabajar allí juntos en la obra del Se-ñor, y cuando Pablo tuvo que irse a Jerusalem, se queda-ron ellos para llevar adelante la obra que Pablo habla empe-zado. Esto en sí mismo de-muestra la alta estima que Pa-blo tenia para ellos. Sin du-da él los consideraba capaces para llevar adelante la precio-sa* obra de Jesús. Luego de-mostraron ellos el tino y sa-biduría que poseían, porque llegó a Efeso un hombre lla-mado Apolos, poderoso y fo-goso predicador. Pero ellos notaron alguna falta en sus mensajes, y se dieron cuenta que Apolos sólo sabía del men-saje de Juan el Bautista, ca-reciendo del conocimiento de Cristo y de su bendita obra en el Calvario. En vez de perseguirlo o contrariarlo, ellos lo tomaron con mucho cari-fio, y le dieron las enseñan-zas que le hacían falta. Cuan-do Apolos se fué de allí para Acaya, pudo convencer públi-camente a los judíos de allá de que Jesús es el Cristo. De medo que ellos demostraron que fueron dignos compañeros del gran apóstol.

3) ELLOS FUERON COM-PAÑEROS EN LOS SACRI-FICIOS PARA LA OBRA DEL SEÑOR: Rom. 16:3-5.

Aquí vemos que Aquila y Priscila habían regresado a Roma, y Pablo al escribir a los hermanos romanos, se acor-dó de ellos, y recordó cómo fueron «sus coadjutores en Cristo Jesús ... habiendo pues-to ... «sus cuellos por mi vida». Sin duda él se refiere aquí a los peligros que juntos afron-taron en la gran ciudad de Co-rinto, cuando los incrédulos judíos promovieron un alboro-ta en el pueblo, y llevaron una acusación contra ellos ante las autoridades. Hubo mu-cha violencia en la ciudad, y los siervos del Señor corrieron mucho peligro. Lo que que-rían era la muerte de Pablo y de sus compañeros. Aquila y Priscila mantuvieron a Pa-blo en su hogar, dándole así protección y abrigo, y esto a costa de grandes sacrificios y peligros para ellos mismos. Ojalá hubiera más cristianos tan resueltos hoy día.

4) ELLOS QUEDARON GRABADOS EN LA MEMO-RIA DE PABLO: 2 Tim. 4:19. Habla pasado mucho tiempo, y Pablo ahora estaba preso en Roma, esperando su ejecución de orden 'del emperador roma-no. Pablo dirige una sentida carta de despedida a Timoteo, y en ella recuerda a los amadps

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Aquila y Priscila, demostran-do cómo los recordaba en sus últimos momentos. Ojalá seamos nosotros igualmente

jUnptswao la toeetia PROPOSITO: Mostrar a los

nifios cómo Aquila y Priscila se sacrificaron para ayudar a Pablo, y cómo ellos deben ha-cer lo mismo para los cristia-nos de hoy día.

Talvez los niños hayan he-cho una visita a otro pueblo desconocido para ellos, o tal vez hayan cambiado de resi-dencia de un pueblo a otro. ¿No era bueno encontrar en su nueva residencia o lugar de visita a una persona agrada-ble y amigable? Sin duda es-to ha servido de base para for-mar una amistad durable.

En nuestra lección de hoy nos toca estudiar una pareja o matrimonio, que se llamaban Aquila y Priscila; ellos de-mostraron verdadera amistad hacia el gran apóstol Pablo, y éste aun muchísimos años des-pués se acordé de ellos y de lo que hablan hecho para él.

El apóstol Pablo vino de Atenas, en Grecia, y llegando a Corinto, encontró a Aquila y Prisoila, y éstos ABRIERON

fíeles al Señor y colaborado-res en su obra, para ser recor-dados por El y por nuestros eompañeros en la obra.

í:8-5; 1 Cor. 16:

'ebreos 18:5).

SU HOGAR para él, ponte leemos que «él posó con ellos». Asi demostraron ellos cuan amigables eran, y cómo su ho-gar era un lugar de amistad. Más tarde en los vers. 24 a 28, vemos que hicieron lo mis-mo con Apolos, el predicador que Uegó a Corinto. Además, vemos que ellos, notando que carecía de algunos conoci-mientos bíblicos, le enseña-ron «más particularmente el camino de Dios». ¡Que bue-nas personas deben haber si-do! Ellos abrieron su hogar, sus corazones, sus manos, y sus labios, para ayudar a otros. ¿Qué tal de la vida del lector? ¿Se muestra amigable con sus amigos?

Más todavía, Pablo predica-ba el Evangelio, y tuvo mu-chos enemigos, porque abo-rrecieron a Jesús y el men-saje acerca de El. Lo persi-guieron, tratando de matarlo, a él y a los que con él amaban a Cristo. Esto incluía a Aqui-la y a Priscila. De modo que la amistad con Pablo los o«W-

Sección Primarios Tópftee — U N HOGAB AMIGABLE.

Texto — Hechos 18:1-3, 24-46; Rom. 16 19; 2 Tim. 4:19.

Texto Aureos- «No olvidéis la hospitalidad». (H

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82 OÜADSBHO PASA MABSTBOS

caba en grave peligro aun para su misma vida. Pablo sabia esto, y mucho tiempo después, cuando él se encontra-ba de nuevo en Corinto y Aqui-la y Priscila en Roma, Pablo escribió una carta a esa iglesia, y recordando a Aquila y Prisci-la, dijo en su carta: «Saludad a Priscila y a Aquila, mis coadju-tores en Cristo Jesús, que pu-sieron sus cuellos por mi vida». De modo que la amistad de ellos fué verdadera y valiosa. En otras cartas más Pablo siem-pre los recordaba con cariño. Tal clase de amigos merecen •er apreciados ycultivados.

¿Somos nosotros verdaderos amigos? ¿Demostramos verda-dera amistad a nuestros amigos

aunque noB cueste algo? ¿Nos mostramos amigos con nues-tros hermanos en la ie de Cris-to? ¿Hacemos lo que pode-mos pava ayudarlos en esta vi-da y en su servicio para Cris-to?

Enseñanza práctica Que aprendan, además del

Texto Aureo, el pasaje en Prov. 18:24, que dice: El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo».

Lección objetiva

Que dibujen en papel una ca-sa y escriban en ex frontis: MI CASA, y escriban debajo: SERA CENTRO PARA MIS AMIGOS.

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12 de Septiembre de 1948 Lección 11.

Bernabé, el hombre bueno: Hechos 4:32-37; 9:26-3Í; 11:22-30; 12:25 a 13:7, 43-52; 14:1-20;

15:1-39; 1 Cor. 9:6; Gal. 2:1-13; Col. 4:10.

TEXTO AUREO •—«Porque era varón bueno, y lleno de Espíritu Santo y de fe» (Hechos 11:24).

LECTURAS DIARIAS

Lunes, Salmo 1:1-6; | Jueves, Hech. 12:25a 18-7,48-52 Martes, Hech. 4:32-37; 9:26-81;| Viernes, Hech. 14:1-20; Miércoles, Hech 11:22-30; | Sábado, Hech. 15:1-39;

Domingo, 1 Cor. 9:6; Gálatas 2:1-13; Col. 4:10.

TEXTO DE LA LECCION

Hechos 4:36-37; 36 Entonces José, que fué lla-

mado de los apóstoles por sobre-nombre. Bernabé, (que es intsrpre-tado, Hijo de consolación) Levita, natural de Cipro,

37 Como tuviese una heredad, la vendió, y trajo el precio, y púsolo a los piés de los apóstoles.

Hechos 9:26-37; 26 Y como vino a Jerusalem,

tentaba de juntarse con los discí-pulos; mas todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípulo.

27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y contóles có-mo había visto al Sefior en el camino, y que le había hablado confiadamente en el nombre de Jesús.

Hechos i 1:22-26; 23 Y llegó la fama de estas co-

sas a oídos de la iglesia que estaba ea Jeruealem: y cariaron a Berna-bé que faese hasta Antioqnla.

23 El cual como llegó y vió la gra-cia de Dios, regocijóse; y exhortó a todos a que permaneciesen en el propó-sito del corazón en el Señor.

PARA LECTURA PUBLICA

24 Porque era varói^ bueno, y lleno de Espíritu Santo y de fe; y mucha compañía fué agregada u Señor.

25 Después partió Bernabé a Tar-so a buscar a Saulo: y hallado, le tra-jo a Antioquía.

26 Y conversaron todo un afio allí con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y loa discípulos fue-ron llamados cristianos primera-mente en Antioquia.

Hechos 13:1-3

Rabia entonces en la iglesia que es-taba en Atioquía, profetas y doctores: Bernabé y Simón el que se llamaba Niger, y Lucio Cireneo, y Manahtn, que había sido criado con Merodee el tetrarca, y Saulo.

2 Ministrando pues éstos al Se-ñor, y ayunando, dijo el Espirita Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra para la cual los he llamado.

3 Entonces habiendo ayunado y orado, y puesto las manos encima de ellos, despidiéronlos,

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84 CtJADJMlTO PASA MASSTXOS

Tiempo-—Entre los años 83 y 44 D. de C Lugar— En Jerusalem de Palestina y Antioqula de Siria. Leedóa para nosotros.—Debemos rendirnos del todo al Se-

ñor para que El nos pueda llenar del Espíri-tu Santo y de fe ... y así nosotros también ayudaremos efectivamente en la causa del Señor.

B O S Q U E J O D E U I X C C I O W

1) Bernabé, el hombre desprendido: Hechos 4:36,37; 2) Bernabé, el hombre de discernimiento: Hechos 9:26,27; 3) Bernabé, el varón bueno y de confianza: Hec 11:22-26; 4) Bernabé, el misionero: Hechos 13:1-3.

Sección Adultos INTRODUCCION: Nos toca

estudiar hoy de un notable hombre, pero que también se encuentra entre los caracteres bíblicos no anunciados. Se tra-ta de Bernabé, el hombre de fe, el hombre que estaba lleno del Espíritu, y fué instrumen-to -útil en la primitiva Igle-glesia de Cristo. Bernabé fué compafiero del gran apóstol Pablo en algunos de sus viajes de evaugelización que hizo pa-ra esparcir el conocimiento de Jesús el Salvador. El encabe-zamiento de nuestra lección da varios pacajes donde apare-ce el nombre de Bernabé y donde se narra algo de su obra, y al maestro debe fami-liarizarse con estos pasajes tam-bién, porque le serán útiles en la enseñanza de esta lección. Nuestra exposición se limitará a los pasajes dados como texto para lectura pública, y en ellos tenemos cuatro cuadros de Bernabé.

I) Bernabé, el hombre des-prendido: Hechos 4:36,37. Aquí tenemos el primer encuentro con Bernabé. Parece que nació en la isla de Cipro, en el Mar Mediterráneo, donde sus pa-dres se hablan radicado. Se llamaba originalmente «José», pero los apóstoles le pusieron el nombre de Bernabé, que significa «hijo de consolación». Bernabé se portó fiel a su nombre en este tiempo de cri-sis para la naciente iglesia de Jerusalem. Pedro recién ha-bía predicado su notable ser-món de Pentecostés, y varios miles de personas se habían convertido a Cristo. Pero el enemigo no era inactivo, sino perseguía tenazmente a los cre-yentes en el nuevo camino. Sin duda muchos de ellos per-dieron su empleo, otros sus ho-gares, y la situación era de gran necesidad; en el capítu-lo seis de Hechos vemos que tan grande era el número

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12 de Septiembre de 1948

de los necesitados, qae nom-braron a siete diáconos para dirigir esta obra del reparto de lo necesario a los nuevos cre-yentes. Habla varias perso-nas qae se deshicieron de sus bienes terrenales y colocaron su valor en manos de los após-toles para que ellos, a su vez, lo destribuyeran entre los cris-tianos. Bernabé fué uno de estos qne desprendidamente vendió los bienes que poseía, y puso su valor en poder de los jefes de la iglesia como auxi-lio a los necesitados. De mo-do que el primer vistazo que tenemos de Bernabé es de un hombre desprendido, un hom-bre que estaba dispuesto a colocar todo en manos del Se-ñor a favor de 3u bendita obra. ¿Qué tal del lector?

II) Bernabé, el hombre de discernimiento: Hechos 9:26, 27. Pasó aigún tiempo y se suscitó una terrible persecu-ción contra la Iglesia de Cris-to, y Esteban cayó como el primer mártir de la fe. Leemos que Saulo de Tarso hizo estra-gos en la iglesia, y alcanzó a desparramar a los creyentes por todas partes, quedando só-lo los apóstoles en Jerusalem. Pero Saulo fué alcanzado por el Señor Jesús mientras iba ca-mino a Damasco para apresar a los seguidores del Señor que allí hubieran. Se convirtió del todo al Señor Jesús, y muy pronto vemos que el persegui-

dor llegó a ser el perseguido. Con el tiempo, Saulo llegó a Je-rusalem, pero cuando trató de reunirse con los creyentes de allí, estos no lo recibieron, por-que «todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípu-lo». Ellos lo creían un espía qae venía a buscar informes, para abrir una nueva campaña contra la iglesa de Cristo. Pero en esto se hizo presente Ber-nabé, y lo presentó a los após-toles, y allí contó cómo el Se-ñor había tratado con Saulo, cómo éste había sido radical-mente convertido, y cómo en Damasco había predicado el evangelio de Cristo. La na-rración no nos dice cómo Ber-nabé supo esto, porque las nbe-vas no habían llegado a Jerusa-lem aún, pero tal vez Bernabé había hablado con Saulo, y co-mo hombre de profundo dis-cernimiento espiritual, se con-venció de la conversión de Saulo, y no vaciló en presen-tarlo en el círculo de la iglesia qae antes había asolado.

III) Bernabé, el varón bue-no y de confianta: Hechos 11: 22-26. En este pasaje obser-vamos que los esparoidos por la persecución levantada en Je-rusalem al tiempo de la muer-te de Esteban, seguían ca-minando y conversando del Evangelio de Cristo. Algunos de ellos alcanzaron a la ciudad de Antioqula, de Siria, y al anunciar allí el Evangelio de

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89 OUADBBHe FABA MABBTBOB

Cristo, «gran número se con-virtió al Sefior». Hay qae te-ner presente que estos nuevos creyentes eran gentiles, y hu-bo inusitada animación en Je-rusalem cuando llegó la nuava de estas cosas a oídos de la iglesia. Queriendo investigar e l . movimiento, enviaron si hombre de mayor confianza que tuvieron, y fué Bernabé. Leemos do él que «era varón bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe». Bernabé ao se portó como muchos judíos habrían hecho, sino en cambio, cuando «vió la gracia de Dios, regoci-jóse, y exhortó a todos a que permaneciesen en el propósito del cerazón en el Stñor». Viendo eomo iba en aumento esta nueva obra entre los gen-tiles, y sintiendo necesidad de ayuda, fué a Tarso en busca de Saulo, y lo trajo consigo a Antioquía «y conversaron to-do un año allí coa la iglesia, y enseñaron a mucha gente». De tal manera obraron que «los discípulos fueron llamados oristianos primeramente de Antioquía». Es evidente que los jefes de la Iglesia de Jeru-salem no erraron al enviar a Bernabé a ver la obra en An-tioquía, y siendo un hombre en quien se podía confiar con toda seguridad, él se puso In-mediatamente a la obra, ayu-dó en la edificación de la nue-va Iglesia gentil, y fué instru-mento en manos del Señor pa-

ra traer muchas mis almas a ella. ¿Puede el Señor colocar entera confianza en nosotros también?

IV) Bernabé, el misionen Hechcs 13:1-3. En este pasaje teñóme» un cuadró de la iglesia de Antioquía, y los jefes que ella tenía. Observamos que estando en oración, el Espíritu Santo dió órdenes a la iglesia para el en-vío de Bernabé y Saulo «para la obra para la cual los he lla-mada». Sin vaoilación alguna, vemos que la iglesia «habiendo ayunado y orado, y puesto las manos encima de ellos, despi-diéronlos». Ahora empieza un capítulo glorioso en la vida de Bernabé, porque en compa-ñía de Pablo, hicieron el pri-mer viaje misionero que sirvió para llevar el mensaje del Evan-gelio a muchísimas partes, don-de aun no era oonocido. En toda la obra anterior de Berna-bé, se puede ver cómo el Señor lo iba preparando para este cli-max. |Qué glorioso es ser el en-viado del Señor Jesúsl (Qué gloriosa obra fué encomendada

a Bernabé y su compañero dar a conocer al Salvador! Dios desea que todos nosotros hoy día seamos sus mensajeros. ¿Somos fieles a sus órdenes? ¿Cuantas almas hemos ganado para El últimamente? Ojalá sigamos en las pisadas de hom-bres cómo Bernabé, y llegue-mos a ser hombres y mujeres que Dios pueda utilizar para e

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12 de Septiembre de 1948 8?

•ranee de an bendita obra en la tierra.

BastaRdón OOMPLBTA BBMDIOIOK: E n la vi-

da de Bernabé vemos un cristiano que ha omaaplide enteramente con lo enseñado en Romanos 12:1: «Os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a

Dios, que es vuestro racional cuite». Tales miembres son necesarios para la iglesia, y cada miembro de ella debe presentarse j rendirse así al Señor. Si lo hicieran tendría el mundo menos que criticar, j ma-chas más almas serían convencidas de la verdad de la Palabra ds Dios y se someterían al Señer. Lector, alumno, ¿se rendirá del todo al Se-ñor ahora, para llegar a ser un cris-tiano como lo fué Bernabé

Sección Intermedios X é g f e o - — U » «DIFIOADOB DE LA PRIMITIVA I&LBSIA.

Texto Bftttea.—Hechos 4:36-37; 9:26-27; 11:22-26; 13:1-3. «esto j o ñ o - H e c h o s 11:24.

Propásate Ae la HwMn

Mosrtar a los alumnos que todos debemos trabajar en la obra del Señor, y que en Ber-nabé tenemos un buen ejem-plo que vale la pena seguir.

a ü H w i l i la leeettn

Una discusión sobre el tra-baje de la iglesia servirá de buena intreducción a esta lec-ción. ¿Quién debe trabajar? ¿Solamente el pastor? ¿Deben ayudarle los miembros de la Junta Directiva de la iglesia? ¿No tienen deberes que cum-plir les demás miembros de la iglesia? Nuestro estudio sobre Bernabé nos ayudará para ver los deberes nuestros.

La U o U a l t t n a

El maestre debe estudiar to-dos los pasajes dados en el en-cabezamiento general de esta

lección, y así podrá agregar detalles a los qua nosotros da-mos más abajo. En el texto tenemos cuatro eualidadea de Bernabé:

1) BERNABE, EL GENE-ROSO: Hechos 4:86-37.—Ha-bía gran necesidad entre los nuevos creyentes en Cristo, en Jerusalem, porque al aceptar a Cristo y empezar así a seguir el Nuevo Camino, ellos fueron lanzadas de sus trabajos, y mu-chos fueron echados de sus ho-gares, y así hubo gran necesi-dad. Viendo esto algunos her-manos que disponían de algu-nos bienes, entregaron su va-lor a los apóstoles, para que fuera repartido entre los nece-sitados. Bernabé, judío naci-do en Cipro, tenia una heredad, y sin vacilación la vendió y en-tregó su valor a los apóstoles para repartirlo. De modo que

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88 OÜADBSHÓ PAKA MAMYBOS

el primer rasgo que notamos enBernabó es LA GENEROSI-DAD. No pensó en si mismo, sino se fijó en la necesidad de sus hermanos en Cristo. El no hizo como Ananías y Safira, en el próximo capítulo, rete-niendo parte del precio para sí mismo y haciéndolo pasar co-mo si fuera la suma total. Ber-nabé se habla dado del todo al Salvador, dando sus bienes también a El. Tal generosi-dad recibe su recompensa del Señor. ¿Somos igualmente ge-nerosos cqn nuestros herma-nos en la fe?

2) BERNABE. EL AMI-GO: Hechos 9:26-27. — Ya sa-bemos por la primera parte de este capítulo nueve cómo Sau-lo hacía estragos en la Iglesia de Jerusalem, y cómo se diri-gía a Damasco para hacer otro tanto allí, cuando Cristo se re-veló a él, y su vida fue com-pletamente transformada, y luego empezó a trabajar a fa-vor del Señor Jesús en vez de perseguirlo a El y sus seguido-res. Algún tiempo después se dirigió Saulo a Jerusalem, don-de las nuevas de su conversión aun no habían llegado. Hay que recordar que en esos tiempos no h^bía telégrafos, ni radio, trenes ni automóviles, ni otro medios rápido de comunica-ción. Naturalmente, los cris-tianoB en Jerusalem no le tu-vieron confianza, creyendo qua tal vez era espía que preparaba

otra campaña contra la Iglesia del Señor. Pero Bernabé, con-vencido de la verdad de la na-rración de Saulo, lo llevó hacia los apóstoles, y lo presentó a ellos y a la iglesia. Luego tuvo entrada y desarrolló gran acti-vidad a favor de la obra, y fué perseguido por los judíos. Tal clase de amigos conviene, que pueden ayudar en tiempos de prueba. ¿Somos amigos de los necesitados!

3) BERNABE, EL INVES-TIGADOR: Hechos 11:22-26. — Los esparcidos cristianos viajaban por todas partes con-versando del Evangelio. ¿Cuál es el tema de nuestras conver-saciones? Algunos de estos cristianos llegaron a Antioquía de Siria, y su mensaje fue ávi-damente escuchado y muchos se convirtieron al Señor. Lle-gando las nuevas de esto a Je-rusalem los apóstoles quisie-ron a ntiguarlo, y enviaron a Bernabé como su investigador; cuando éste llegó y vió la obra de Dios entre los gentiles, se alegró y, "buscando a Saulo de Tarso, trabajó junto con él du-rante un afio estableciendo la primera Iglesia Gentil. ¿Somos nosotros dignos de confianza para ser enviados a una misión como esta?

4) BERNABE, EL MISIO-NERO: flechos 13:1-3. — El Espíritu de Dios quiso exten-der más aun la obra de Dios, y así habló a la iglesia de Antio-

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26 de Septiembre de 1948 89

quía, ordenando el envío de Bernabé y Saulo a las regiones que aun no habían sido alcan-zadas con el Mensaje de la Vi-da. Así vemos que Bernabé y Sanio fueron los primeros mi-sioneros enviados para la evan-gelizaofón del mundo, y ellos

hiciesen una grande y gloriosa obra, como vemos de los capí-tulos que siguen. Dios desea hoy enviar misioneros a los campos de alrededor... ¿Esta-mos listos para obedecerle y hacer su obra?

Sección Primarios T 6 P M — B E B N A B B , EL HOMBRE BONDADOSO.

Texto BfbUeo . — Hechos 11:22 26. Texto Auno — «No amemos de palabra ... sino de obra y en

verdad». (1 Juan 3:18).

Adaptando la lección

PROPOSITO: Mostrar a los niños que tal como Bernabé, debemos mostrar bondad a los que nos rodean, y especialmen-te si podemos ser de alguna ayuda para ellos.

¿Les gusta asociarse eon una persona de mal genio, que maestra siempre mala cara, y que siempre busca lo suyo pro-pio, queriendo tener todo para sí mismo? Por supuesto, na-die quiere tener que ver con semejante persona. Nuestra lección trata de Bernabé, un hombre muy diferente ... por-que él fué bondadoso en todo sentido.

Hay dos pasajes más que son citados como texto de lec-ción para nosotros hoy, y el maestro debe llamar la aten-ción a ellos, porque presentan un hermoso cuadro de la bon-dad practicada por Bernabé. Si los cristianos hoy día demos-

traran más bondad, como Ber-rttbé, habría gran crecimiento en la Iglesia de Griato.

En Hechos 4:36,37 vemos qu8 Bernabé, viendo la necesi-dad de muchos de los nuevos creyentes en Cristo, (porque muchos lo perdieron todo por seguir a Cristo), él vendió su heredad y entregó el producto a los apóstoles para que fuera repartido entre los necesitados. He aquí un excelente cuadro de bGndad, de generosidad, que merece imitación de parte de nosotros.

En Hechos 9:26,27 vemos cómo Bernabé demostró bon-dad hacia Saulo. Todos re-cordarán cómo Saulo fué el principal perseguidor de la iglesia en Jerusalem, y cómo él presenció la muerte de Este-ban el primer mártir. Más tar-de Saulo recibió autorización para ir a Damasco a fin de apre-sar a los cristianos judíos que

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90 OUADHMO PABA MABUTXO*

hubieran allí. Cristo lo atajó por el camino, Saulo fué gloriosamente convertido al Se-fior, y predicó el Evangelio en Damasoo. Pero cuando vol-vió a Jerusalem nadie le tuvo confianza, creyendo que era una estratagema para apresar y matar a más de los cristia-nos. Fué entonces que Ber-nabé mostró la bondad de su carácter, y presentó a Saulo como hermano en la fe.

¿Ayudamos nosotros a otros, introduciéndolos a la iglesia?

En Hechos 11:22-26, ve-mos que los apóstoles en Jeru-salem enviaron a Bernabé a Antioqula, porque hablan oído que muchos gentiles de allí ha-blan creído en Cristo. Cuan-do Bernabé llegó a Antioqula, se alegró al ver la obra de Dios, y al oir los testimonios de los hermanos gentiles; en compañía de Saulo que habla buscado como ayudante, tra-bajó por un año entero esta-bleciendo la iglesia. Hermo-

sas son las palabras dichas de Bernabé aquí, porque dicen: «Porque era varón bueno, y lleno de Espíritu Santo y de fe; y mucha compañía fué agregada al Sefior». Tal cla-se de persona sirve de gran ayuda a la obra del Señor. ¿Somos de tal clase? ¿Puede decirse esto de nosotros? Oja-lá que lleguemos a tal altura de vida, porque así se agrada-rá el Señor de nosotros, y se-remos de positiva ayuda para nuestros semejantes.

Enseñanza práctica Que aprendan; además del

Texto Aureo, el pasaje de He-chos 11:24, que dice: «Por-que era varón bueno, y lleno de Espíritu Santo y de fe».

Lección objetiva

Si fuera posible, termine el periodo de clase cantando el Himno N.o 227 de «Himnos de la vida cristiana», intitula-do: «Brillemos cual velitas».

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19 de Septiembre de 1948 Lección 12

El escribano de Efeso Hechos 19:23-40.

TEXTO AUREO • ~~ «Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio». (Proverbios 21:3).

LECTURAS DIARIAS

Lunes, Eom. 13:1-10; R Jueves, Daniel 6:6-15; Martes, Daniel 1:1-8; | Viernes, Daniel 6:16-28; Miércoles, Daniel 6:1-5; ¡j Sábado, Hechos 19:1-22;

Domingo, Hechos 19:23-40.

T E X T O D E L A L E C C I O N P A R A L E C T O R A P U B L I C A

Hechos 19:23-40.

23 Entonces hubo un alboroto no pequeño acerca del camino.

24 Porque un platero llamado De-metrio, el eual hacia de plata temple-cilios de Diana, daba a los artífices no poca ganancia-,

25 A los cuales, reunidos con los oficiales de semejante oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio tenemos ganancia;

26 Y veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino a muchas gentes de oasi toda el Asia, ha aparta do con persuasión, diaiendo, que no son dioses los que se hacen con las ma-nos.

27 Y no solaviente hay peligro de que este negocio se nos vuelve en reproche, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida su majestad, la cual hon-ra toda el Asia y el mundo. - 28 Oídas eetas cosas, llenáronse de ira, y dieron alarido, diaiendo: ¡Gran-de es Diana de los Efesios!

29 Y la eiudad es llenó de con-fusión; y unánimes so arrojaron al teatro, arrebatando a Gallo y a Aris-tarco, Macedonios, compañeros de Pablo.

30 y queriendo Pablo salir al pue-blo, los discípulos no le dejaron.

31 También algunos de los prin-cipales de Asia, que eran sus ami-gos, enviaron a él rogando que no se presentase en el teatro.

32 Y otros gritaban otra cosa; porque la concurrencia estaba confu-sa, y los más no sabían por qué se ha-bían juntado.

33 Y sacaron de entre la multi-tud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, queria dar ra-zón al pueblo.

34 Mas como conocieren que era judío, fué hecha una voz de todos, que gritaron casi por dos horas: ¡Oran-de és Diana de los Efesios!

35 Entonces el escribano, apa-ciguado qut hube la gente, dijo: Varones Efesios, ¿y quién hay de los hombres que no sepa que la ciu-dad de los Efesios es honradora de la grande diosa Diana, y de la ima-gen venida de Júpiter?

36 Así que, pues esto no puede ser contradicho, eonviene que os apa-cigüéis, y que nada hagáis temeraria-mente;

37 Pues habéis traído a estos hombres, sin ser] sacrilegos ni blas-femadores de vuestra diosa.

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92 OUADBKKO PASA MAISTKO

38 Que si Demetrio y loe oficiales que están con |¿ tienen negocio con al-guno, audiencia se hacen, y procónsu-les hay; acúsense los unos a los otros.

39 Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se pue-de decidir.

40 Porque peligre hay de que sea-mos argüidos de sedición por hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón di este concurso. Y habiendo dicho esto, despidió la con-currencia.

Tiempo —Alrededor del año 56 D. de O. Logar —En la ciudad de Efeso, en la Asia Menor.

Lección para nosotros.— «Y todo lo que hagáis, hacedlo de áni-mo, como al Señor, y no a los hombres ... porque al Señor Cristo servi»s. (Col. 3:23-24).

BOSQUEJO DE LA LECCION

1) Demetrio el adversario: versículos 23 a 28; 2) Pablo el valiente: versículos 29 a 32; 3) Alejandro el judío: versículos 33, 34; 4) El inteligente y fiel escribano de Efeso: versículos 35 a 41.

Sección Adultos INTBODUCCION: Hoy nos

tooa estudiar da uno de los ca-rácteres bíblicos no anuncia-dos de quien se dice muy po-co. Hay sólo seis versículos que tratan ds él, y de una co-sa que hizo. Se trata del Es-cribano de la. ciudad de Efeso. No se sabe si creía en Cristo, •y ni aun si participaba en las enseñanzas dadas por 6l após-tol Pablo. Ni siquiera podría decirse que era simpatizador con la causa de Cristo, es de-cir, de su Iglesia. Pero un subtítulo nos habla de una lección que podemos aprender del escribano, a saber: Fideli-dad en el servicio público.

Pablo habla venido a Efeso, y encontrando a un grnpo de

creyentes las enseñó más de Cristo, y cuando Pablo les im-puso la3 manos recibieron el Espíritu Santo y tuvieron un Pentecostés en sus vidas. Por tres meses en la sinagoga, y por dos años en la escuela de Tyranno, enseñó Pablo a mu-cha gente, y leemos que tan verídica era la conversión de la multitud que quemaron sus libros y artículos de vanas artes. Pablo envió a Timoteo y a Eraato. sus compañeros de viaje, a Macedonia, quedándo-se 61 mismo un poco más tiem-po en Efeso. Cuando estaba por irse estalló un desorden en la ciudad, y en este punto empieza nuestra historia o lec-ción.

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26 de Septiembre de 1948 93

I) Demetrio, el adversario'. Hecho» 19:23 a 28. Demetrio era platero, y parece que je-fe de »u gremio. Su trabajo era hacer templecillos y tam-bién imágenes de la diosa Dia-na. En estos versículos nota-mos las quejas de Demetrio y sus colegas, y vale la pena no-tar la amplitud de las actma-oiones que Demetrio presentó: (1) sus ganancias estaban amenazadas, porque «de este oficio tenemos ganancia». Así alcanzó a tocar al egoismo de los plateros. (2) Acusa a Pa-blo de apartar a los efesios de la adoracion de Diana, alegan-do que Pablo habla «apartado con persuación, diciendo, que no son dioses los qua se hacen coa las manos». Bien sabemos que Pablo tenía razón al de-cir esto, pero a Demetrio y a sus colegas les convenía que la gente adorase a cosas muer-tas con el fin de explotar-la y sacar ganancia de ella. (3) Demetrio les recordó del peligro de que el negocio «se nos vuelva en reproche». (4) El pretendió celo a favor de Diana y su honra, porque dijo: «hay peligro... que el templo de la gran diosa Diana sea es-timado en nada, y comience a ser destruida su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo». (Véase Apoc. 13:2,3). De esta manera consiguió De-metrio sublevar a los efssios, y llenos de ira, prorrumpieron

en gritos», diciendo: «Grande es Diana de los Efesio»!».

II) Pablo el valiente: 19:29 a 32. Es de imaginar la con-fusión que llenó la ciudad y el desorden que se formó. La multitud se arrojó al gran tea-tro, llevando consigo a do» de los compañeros de Pablo, Ga-yo y Aristareo, (Hecho» 20:4 y Col. 3:10). Algunos pensaron que los llevaban con el fin de arrojarlos a las fieras, o tal vez pensaron en ultrajarlos allí y hacerle un espectáculo a la gente.

Cuando Pablo supo de lo ocurrido, y del peligro de sus hermanos y compañeros, qui-so salir al pueblo, pero fué impedido por los demás her-manos, Pablo era hombre de gran coraje y valor, y no se dejaba intimidar bajo ninguna circunstancia, ni frente a nin-gún peligro. Pero leemos que algunos de los principales je-fes de Asia, que eran amigos de Pablo, enviaron una pala-bra de consejo a él, diciendo que no se presentase en el tea-tro. En nada podía ayudar a sus compañeros, y sólo se pon-dría a si mismo en grave pe-ligro de muerte. El hecho que Pablo haya querido mostrarse al pueblo, ofreciéndose a si mismo con el fin de salvar a sus hermanos, muestra la ge-nerosidad de espíritu y el gran valor que apimaba a Pablo, La actitud de los

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04 DUADXKXO PASA MAB&TIOS

amigos de Pablo nos hace pensar de David, quién fué im-pedido por sus siervos al tra-tar de salir al lugar de peligro (2 Samuel 18-3). Pablo acce-dió a los consejos de sus ami-gos, enseñándonos asi que me-jor es alejarse del peligro sin esquivar el deber. Tal vez ten-gamos que entregar nuestras vidas por amor del Señor, pe-ro no por esto debemos des-perdiciarlas.

III) Alejandro el judio: 19: 33,34. Los judíos ahora qui-sieron presentar a un repre-sentante suyo, un tal Alejan-dro. Leemos que «otros grita-ban otra cosa...» es decir, tan confusos estaban que «no sa-bían por qué se habían junta-do». Bien pudo ser que algu-nos hayan gritado: «abajo Pa-blo»^ otros «abajo los judíos». Sin duda los judíos quisieron defenderse de la multitud, y presentando a Alejandro, tal vez querían docir: «habéis oído aDemetrioy sus colegas contra la nueva religión...ahora da-nos a nosotros oportunidad de hablar contra esa nueva re-ligión». Pero esto sólo aumen-tó la furia de la multitud, por-que viendo allí a un judio, y siendo que conocieron a los judíos como adoradores de otro Dios, lanzaron de nuevo s»s gritos: «Grande es Diana de los Efesios!» En otras pala-bras, «sea cristiano o judio... el que no adora a Diana es

enemigo nuestro ... porque Diana es de los Efesios». Gri-taron por espacio de dos ho-ras.

IV) El fiel escribano de Efe-so: 19:35 a 40. Es aqui donde observamos por primera vez al escribano del pueblo. Hay diversos nombres dados a este personaje, porque hay escrito-res que lo consideran como el secretario, o el archivador, o el gobernador de la ciudad, o el registro de los juegos olím-picos que tenía el deber de preservar los nombres de los conservar y los premios que ganaron.

No era fácil la tarea que te-nía por delante el escribano. Una multitud que gritaba lo-camente, no sabiendo la ma-yor parte la razón del tumulto El escribano demostró mu-cho tino y sentido común, y a la vez un espíritu justiciero. Notamos (1) que en primer lu-gar reconoció como un hecho fuera de todo argumento que Efeso honraba y adoraba a la gran diosa Diana, citando la popular superstición que era «la imagen venida de Júpi-ter». En efecto, él disipó la acusación de Demetrio de que Pablo había enseñado que «no son dioses los que se hacen con las manos», porque si Dia-na vino desde Júpiter luego no fué hecha con las manos. (2) En seguida, el escribano les aconsejó no proceder

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con videncia, y que no de-bían «hacer nada temeraria-mente». En otras palabras, «no hagamos nada en la ira, que nos cause reproche en la cal-ma». (3) Defendió a Pablo y a sus compañeros, diciendo que no eran «sacrilegos ni blasfemadores de vuestra dio-sa». Es decir, Demetrio y sus colegas no podían comprobar ninguna maldad contra Pablo y sus compañeros, y siendo aquellos se portaban con tan-ta calma, ¿por qué se excita-ban tanto ellos? (4) Les re-cuerda los procedimientos le-gales establecidos en los có-digos romanos, diciendo que si Demetrio y los suyos tienen negocio o asuntos con'algunos, «audiencias (cortes) sa hncen, y procónsules hay; acúsense los unos a loa otros ... y si de-mandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede de-cir». Estas eran palabras sabias y acertadas. Nada buéno pue-de hacerse con espirita tu-multuoso, pero un estudio cal-mado de las cosas tras luz y arreglo. (5) El les recuerda del peligro en que incurrían oon tal tumulto, porque el Imperio romano no toleraba tales su-blevaciones ni concursos imco-rrectos. Recordemos que Dios tampeeo tolera el peeado o la violencia. (Véase Eecl. 11:9). (6) Finalmente, habiendo así

hablado, él despidió a la concu-rrencia, y el primer versículo del capítulo siguiente dice que «cesó el alboroto». He aquí, pues, el cuadro de un fiel ofi-cial público. Mantenía el equi-librio, no dejándose intimidar por la violencia de Demetrio y su gremio, y dejó bien en cla-ro las obligaciones de ambas partes en la disputa. No sabe-mos si el hombre era o si lle-gó a ser cristiano. Pero hizo una gran cosa a favor de la causa de Cristo en Efeso, por-que apaciguados los ánimos y sentimientos, hasta Pablo se sintió con libertad de alejarse de la ciudad, porque la iglesia allí había pasado la crisis, y la obra seguirla adelante con pa-so firme.

nustmctta IJA FIDELIDAD.— En todas las

fases de la vida se necesita la fide-lidad. El mando, los gobiernos de los paises, la* comunidades, las iglesias, las diferentes organizacio-nes ... todos necesitan fieles cola-boradores y siervos. Sin embargo, hay macha escasez de material fiel en este sentido.

En la iglesia del Señor es espe-cialmente necesaria la fidelidad. Tenemos ene ser fieles a nuestro Señor Jesus, a su iglesia, a los de-beres qaa Él nos ha impuesto, y fieles a los puestos que hayamos asumido. La fidelidad y la recti-tud en todo tiempo y bajo todas las circunstancias son en verdad nece-sarias, especialmente en un mundo apóstata y rebelde.

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96 CüADHBBO PASA JÍAH8TKOS

Sección Intermedios Típico.— Un SIEBVO PUBLICO QUE CUMPLIÓ OON SU DEBEB.

Texto Bíblica.— Hechos 19:23 a 40. Texto Aureo.— Prov. 21:3.

Propósito de la lección Mostrar a los alumnos la ne-

cesidad de cumplir con nues-tros deberes en todo sentido y en todas las cosas.

A d a p t a n d o l a l e o o l o n

Ilustraciones sobre la fideli-dad y la infidelidad servirán de excelente introducción a esta lección. Una excelente ilus-tración es la de Daniel; (Daniel 6:4,5). En sentido cristiano y espiritual, hay que llamar la atención a lo dicho por el Se-ñor Jesús en Apoc.2:10, últi-ma parte.

La Leeolén M i s —

Pablo habla venido a Efeso des-de Corinto, y durante 3 meses disputó con los judíos en las sinagogas de ellos sobre el rei-no de Dios. Pero cuando los judíos finalmente rechazaron su mensaje, él fué a una escuela de un tal Tyranno, donde ense-ñó a mucha gente por espacio de dos años, y muchas almas fueron convertidas al Señor, y leemos qae «asi crecía podero-samente la palabra del Señor, y prevalecía». Nuestra lección trata de la reacción enemiga a esta obra de Pablo, y observa-mos tres cosas qus resaltan del texto:

1) LA IRA DEL ENEMI-GO: versículos 23 a 28. Junto con estoa versículos hay que leer el versículo 19, donde ve-mos que los convertidos al Se-ñor echaron al fuego todos los artículos de vanas artes, y se puede entender cuan gran re-vuelo tuvo este hecho, y era de esperar que la venta de tem-plecillos y de la imagen de Dia-na haya bajado notablemente. Los plateros se sintieron afec-tados, especialmente en sus entradas, y cuando Demetrio, el jefe del gremio de pla-teros, presentó el caso con la astucia que le caracterizaba, los plateros se enojaron sobre-manera y provocaron un gran alboroto. Notemos que Deme-trio acusó a Pablo de ser el au-tor de todos los males que azo-taban al gremio. (1) Fué Pablo quien «apartó con persuasión a los de Efeso y de toda Asia»; (2) fué él quien dijo que «no son dioses los que ss hacen con las manos». (3) Fué él quien puso en peligro de ser vuelto en reprocha el negocio de ellos; (4) fué Pablo quien hizo que el templo de lag ran diosa Diana fuese estimado en nada, y que comience a ser destruida su ma-jestad. Fué una acusación as-tutamente presentada, y los re-

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19 da Septiembre da 1948 97

sultados no se hicieron esperar, porque los plateros se llenaron de ira, y provocaron al pueblo, y todos gritaron: «Grande es Diana de los Efesios». Sin du-da el pensamiento de Demetrio y de los plateros era la destruc-ción de Pablo y de sus com-pañeros.

(2) EL VALOR DE PA-BLO: versículos 29 a 34. La enfurecida multitud se dirigió al teatro, llevando consigo a dos de los compañeros de Pa-blo que pudieron encontrar, y tal vez el plan era de arrojarlos a las bestias feroces, o hacer que pelearan con esas bestias. Guando Pablo supo del peligro de sus compañeros, trató de ir a juntarse con ellos en el teatro. A.sl demostró Pablo su valor. Tal vez su pensamiento era de presentarse ante la multitud pa-ra conseguir la liberación de sus compañeros y entregarse a sí misDio en lugar de ellos. Pa-blo tuvo un espíritu valiente y muy generoso. El nunca trata-ba de evadir una tarea por dura que fuese, ni tampoco trataba de sacar el cuerpo de algún su-frimiento por amor de Cristo. Pero a Pablo no le fue permi-tido entrar, (1) porque los dis-cípulos no le dejaron, y, (2) al-gunos de los principales (jefes) de Asia, amigos suyos, envia-

ron a él recado rogando que no se presentase en el teatro. En verdad, nada podría haber he-cho al entrar al teatro.

(3) LA FIEL CONDUCTA DEL ESCRIBANO: versículos 35 a 40. La gritería en el tea-tro duraba dos horas cuando el escribano de Efeso se pre-sentó ante el público congrega-do, para hablar con ellos. Algu-nos creen que el escribano era en verdad el gobernador de la ciudad, o al menos un alto ofi-cial de ella. Con gran tino y sabiduría el escribano consiguió inponer el orden y la calma. Notemos que (1) reconoció que les efesios adoraban a Dia-na, que según popular supers-tición había venido de Júpiter. (2) Defendió a Pablo y sus com-pañeros, diciendo que no oran «sacrilegos ni blasfemadores de Diana»; (3) él hizo ver que si Demetrio y su gremio tuvieran quejas que las presentaran ante el tribunal designado para tal fin; (4) y amonestó al pue-blo contra desorden, porque el el gobierno en Roma no tole-raba semejantes manifestacio-nes. En seguida, despidió a la concurrencia. En verdad se portó en forma justiciera j fiel, tanto a un lado como al otro. ¿Lo somos nosotros?

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OflADlMíO PABL MA«BT«Ó»

Sección Primarlom tópico.—UN BSOBIBAKO AYUDA PAKA H i S l l I I B EL OBDEN.

Texto Bíblico. Hechos 19:23-40. Xeocto Aureo —«El que guarda la ley, bienaventurado él» (Prov.

29:18).

Adaptando tai lección adorar a Diana, la imagen que PROPOSITO: Mostrar a los era adorada como diosa por

niños la conveniencia de hacer los eiesios. siempre lo recto y fiel, bajo Había, en Efeso, uo grupo de toda circunstancia. hombres que eran plateros, es

¿Han oído del guarda-faro decir, fabricaban templeoillos e en una costa que dejó que se imágenes de Diana en plata apagara la luz de su farol en y luego los vendían al públi-medio de una tempestad, y co. Así obtenían mucha ga-naufragó un buque en las re- nancia. La conversión de tan-cas, y por la mañana el guarda- tos efesios y otros de Asia afee-faro encontró el cadaver de su tó las estradas de los plateros, propio hijo echado sobre las y se enojaron, especialmente rocas? Es un cuadro de infi- cuando oyeron las palabras de delidad que debe conmovernos. Demetrio, el jefe del gremio

En nuestra lección de hoy de plateros (versículo 24 a 27). vemos que los misioneros (Pa- Ellos alcanzaron a sublevar blo y sus compañeros) llegaron gran parte de la ciudad con sus a la gran ciudad de Efeso, gritos y locas acusaciones. Se donde relataron la historia del fueron al teatro, que era un Señor Jesús y sa muerte en la gran espacio de terreno abierto Crua del Calvario para hacer ex- donde solían eelebrar loses-expiación por los pecados de to- pectáculos del agrado del pue-dos. Aprendemos delahisto- blo, llevando* consigo a dos ria que muchos de los efesios de los compañeros de Pablo creyeron en el Señor Jesús, que pudieron enoontrar, tal fueron salvados, y sus vidas vez pensando matarlos de una transformadas. De tal mane- u otra manera. Pablo quiso ra fueren transformados esos entrar con ellos para librarlos efesios que según el versículo si fuera posible, pero los discí-19 los oreyentes trajeron sus palos y altos jefes de Asia no libros y artículos do idolatría, lo permitieron, porque nada y los quemaron en público. De habría ganado con entrar al modo que esos convertidos ya teatro.

no practicaban la idolatría y Pero hubo un valiente ofi-las vanas artes. Dejaron de cial en Efeso, conocido como

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el escribano del pueblo. Este hombre, sin hacer caso d9l pe-ligro de la ira de los plateros y de la multitud, entró al tea-tro y habló con el pueblo, y consiguió calmarlo, El les hi-zo ver que todo el mundo sa-bía que Efeso adoraba a la dio-sa Diana, pero también les di-jo quo Pablo y sus compañeros no eran sacrilegos ni blasfema-dores de su diosa. Luego di-rigiéndose a Demetrio y los de su gremio, les dijo que sos acusaciones debían ser hechas en forma debia y ante el tri-bunal del caso. Advirtió a los efesios que el gobierno de Ro-ma tomaría enérgicas medidas si volvían a formar semejan-te alboroto. Y luego despidió al pueblo. Asi la causa del Sefior pudo seguir adelante. Demetrio y les plateros quisie-

ron destruir la iglesia de Cris-to, pero la valiente actitud del escribano impidió esto, y hubo de nuevo p?2 y tranquilidad en la ciudad. ¡ Los mensajeros del Señor siguieron adelante pre-dicando el Mensaje de Salva-ción. ¿Somos igualmente fíeles a nuestros deberes... y espe-cialmente en cnanto al Señor y a su Iglesia?

Eneefianaa práctica Qué aprendan, además del

Texto Aureo, el pasaje en Apoc. 2:10, que dioe: «Sé fiel hasta muerte, y yo te daré la corona de la vida».

Lección objetiva Que dibujen en papel IB ee-

razén, y escriban debajo

PERTENEZCO A CRISTO... FIEL A EL SERE.

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afl d a S e p t i e m b r e d e IBAS L e c c i ó n 1 3

Eunlce, Loida y Timoteo, una familia religiosa

Hechos 16:1-5; 17:13-15; 1 Cor. 4:14-21; 16:10-11; Fil 2:19; 1 Tes. 3:1-10; 2 Tim. 1:3-14; 3:14-15.

TEXTO AUREO •—«Yo y mi casa serviremos a Jehová» (Josué 24:15).

LECTURAS DIARIAS

Lunes, Salmo 119:129-136; Jueves, 1 Cor. 4:14-21; Martes, Hachos 16:1:5; Viernes, 1 Cor. 16:1-11; Fil.2:19 Miércoles, Hechos 17:1-15; Sábado,1 Tes. 3:1-10;

Domingo, 2 Tim. 1:3-14; 8:14-15.

TEXTO DE LA LECCION PARA LECTURA PUBLICA Hechos 16:1-5;

Después llegó a Derbe, y a Lis-tra: y he aquí, estaba allí un discí-pulo llamado Timoteo, hijo de una mujer jadía fiel, mas de padre gliogo.

2 De éste daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.

S Este quiso Pablo que fuese eon él; y tomándole, le circuncidó por causa de los Judíos que esta-ban en aquellos lugares; porque to-dos sabian que sa padre era Grie-go.

4 Y como pasaban por las ciuda-des, les daban que guardasen los de-creto» que habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalem.

5 Así que, las iglesias eran con-firmadas en fé, y eran aumentadas en número cada día.

2 Tim. 1:3-6; 3 Doy gracias a Dios, al eual sir-

vo desde mis mayores con limpia con-cia, de que sin cesar tengo memoria de tí en mis oraciones noche y día;

4, Deseando verte, acordándo-me de tus lágrimas, para ser lleno de goco;

5 Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en tí, la eual residió primero en tu abuela Loida, y en tu madre Euniee; y estoy cierto que en tí también.

6 Poi lo cual te aconsejo que despiertes el don da Dios, que está en tí por la imposición de mis ma-nos.

2 Tim. 3:14-15.

14 Empero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sa-biendo de quién has aprendido;

15. Y que desde la niñez has sa-bido las Sagradas Escrituras, las caales te pueden hacer sabio para la salad por la fe que es en Cristo Jesús.

Tiempo-—Pablo conoció a Timoteo alrededor del año 62, y escribió su segunda epístola a él en el aóe 66 D. de C.

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26 de Septiembre do 1848 101

Loga*—Pablo conoció a Timoteo en Listra y Derbo, Asia Menor, y le escribió su aognnda epísto-la desde la cárcel en ROMA.

Leotüo gara n o s o t r o s — L o s padres tienen el deber de man-tener en todo tiempo nn bogar verdadera-mente cristiano, donde Cristo sea honrado y servido, y los hijos aprendan do £1.

BOOQÜWO DB LA UKXfflORI

1) Un hogar cristiano: 2 Tim. 1:3-6; 2) Una crianza eristiana: 2 Tim. 8:14-15; 8) Un obrero cristiano: Hechos 16:1-5.

Sección Adultos INTRODUCCION: Hoy lle-

gamoa al último estudio en la serie de Caracteres Bíblicos no Anunciados, y nos toca estu-diar uno de sus aspectos más agradables: el hogar donde fué criado Timoteo, compañero del apóstol Pablo en sus grandes viajes misioneros, y, ¿1 mis-mo, un buen obrero del Se-ñor Jesús. El maestro debe familiarizarse oon tedos los de-más pasajes citados en el enca-bezamiento general de la lec-ción, porque de esta manera tendrá una mejor comprensión del carácter y de la obra de Timoteo, y podrá apreciar me-jor el valor de un verdadero hogar oristiano.

I) Un hogar ertitianr. 2 Tim. 1:3 a 6. En estos versículos vemos al anciano apóstol Pa-blo, escribiendo desde la cár-cel en Roma, con la sombra de la muerte ya eneima (2 Tim. 4:6), y • recordando con gozo «la fe no fingida que hay en ti

(Timoteo)». ¡Qué maravilloso obrero cristiano fué Pablo! ¡Qué ejemplo para eada pastor, y cada maestro de Escuela Do-minical! ¿Oramos nosotros por nuestros hermanos y alumnos? Continuando con su referencia a la fe de Timoteo, dijo: «La

-cual residió primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice; y estoy oiorto que en ti también». De tal ambiente salió el joven Timoteo ... de nn ambiente de fe. El padre de Timoteo era griego, y se-gún parece incrédulo, pero, por otro lado, en su familia ha-bla fe y era «fe no fingida». De modo que Timoteo tnvo mn excelente fondo para sa vida y obra oristiana. En eso hogar cristiano habla aprendido pre-ciosas leeeiones de la Palabra de Dios, lecciones que más tar-de le sirvieron en gran mane-ra. Además, en ese hogar oris-tiano aprendió Timoteo la lec-ción de la oración, porque su

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OüAOSUO PASA MAÍÍTIOS

madre y su abuela no sólo leyeron y creyeron la pala-bra de Dios, y no sólo adora-ron a Dios, sino también cla-maren a El en oración cada día. Esto es lo que constitu-ye un hogar cristiano: la lectu-ra reverente de la palabra de Dios, verdadera fe y confian-za en dicha palabra de Dios, fe y confianza en Dios mismo para cada circunstancia y ne-cesidad de la vida, la reunión familiar practicada diariamen-te para adorar a Dios y tener comunión con El. Ojalá hu-biera más hogares realmente cristianos en nuestra patria! ¡Hace verdadera falta! No es fácil mantener un hogar ver-daderamente cristiano, pero va-le la pena hacerlo. Se necesi-ta paciencia, perseverancia y fe de parte de todos los mo-radores del hogar. Pero las recompensas son grandes y sa-tisfactorias.

II) Una erianza cristiana: 2 Tim. 3:14,15. «Persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quien has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús». ¡Qué notable crianza tuvo Timoteo! El no- fué criado para el mun-do, ni para seguir una oarrera mundana. Su madre y abuela lo hablan enseñado cuidadosa-mente en las cosaB de Dios, y

él habla Bido persuadido de ellas, es decir, convencido de que era la verdad. Habla reci-bido de ellas las enseñanzas necesarias en las Sagradas Es-crituras, y éstas presentan la verdad que necesita el ser hu-mano para llegar a ser salvo por la fe en Cristo. Fué una verdadera herencia que recibió Timoteo en su niñea, y fué una herencia que le habla de servir bien, y que no se mar-chitarla, pues no sólo lo prepa-ró para la obra que habla de llevar a efecto, sino también lo preparó para la gloria en la presencia de Dios. ¡Qué di-ferente crianza reciben muchí-simos niños hoy en día! Hay millares de niños que sólo oyen cosas del mundo, inmundicias, obscenidades, peleas, malas pa-labras, y otras cosas que en vez de elevar sus almas hacia Dios las rebajan hasta el ni-vel de los animales y bestias del campo. «Desde la niñez has conocido las Sagradas Es-crituras». El versículo 16 mues-tra el valor de tal conocimien-to, porque «toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramen-te instruido para toda buena obra». Tal conocimiento de las Sagradas Escrituras serví. rá de baluarte contra el mun-do y la maldad, protegiendo al

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niño durante sus afies de forma-ción, y servirán para preparar-lo para la obra que ha de efec-tuar durante su vida. Padres, ¿deseáis dejar una buena he-rencia a los hijos... una he-rencia inmarcesible, de gran utilidad, de bendición? En-tonces dadles una verdadera crianza cristiana, enseñando la Palabra de Dios a ellos por medio de vuestra propia vida y por vuestras ' palabras. Si asi lo hacéis, en vuestra vejez vuestros hijos se levantarán para bendeciros.

III) Un obrero cristiano: He-chos 16:1-5.— En este pasaje tenemos el resultado lógico de una vida que tuvo tan buen principio. Criado en un ho-gar de altos principios cristia-nos, bien enseñado en las Sa-gradas Escrituras, con una vi-da llevada a la altura cristia-na, vemos que cuando Pablo aqui trata de Timoteo, lo lla-ma «discípulo», o sea, apren-diz, aprendiz de Cristo. Los hermanos de Listra e IOODÍO

dieron buen testimonio de Ti-moteo, de modo que gozaba de buena reputación. Pablo ne-cesitaba un buen ayudante y compañero de viaje, y escogió ti Timoteo. Pablo lo hizo cir-cuncidar, no para guardar la ley, sino para evitar criticas de los judíos que necesaria-mente tendrían que encontrar durante su ministerio. Se pue-de imaginar ol gozo quo senti-

rla Timoteo al ser elegido co-mo compañero del gran após-tol Pablo. Y Timoteo habrá aprendido de Pablo muchísi-mas cosas notables, y especial-mente su manera de llevar adelante la obra del Señor. Pa-blo mismo era un obrero dili-gente, y él esperaba lo mismo de todos los que le acompaña-ban. Timoteo de tal manera aprovechó sus oportunidades, que en varias ocasiones Pablo lo menciona en sus epístolas, y lo recomienda a las iglesias. Especialmente son sus pala-bras sobre Timoteo en su epís-tola a los corintios (1 Cor. 4: 17). «Por lo cual os he envia-do a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os amonestará de mis ca-minos cuales sean en Cristo, de la mnnera que enseñó en todas las iglesias». Más nota-ble aun son sus palabras res-pecto a Timoteo en Fil. 2:19-21: «Mas espero en el Señor Jesús enviaros presto a Timo-teo, para que yo también esté de buen ánimo, entendido vuestro estado. Porque a nin-guno tengo tan unánime, y que con sincera afición esté solicito por vosotros. Porque todos busean lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús».

He aquí, pues, la carrera de un excelente y renombrado obrero cristiano: nacido en un hogar verdaderamente cristia-no, orlado en las enseñanza!

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divinas, • inculcada la fe en Dios desde temprana edad, y un obrero sobresaliente, com-pañero del gran apóstol Pablo y predicador del Evangelio. ¿Vale la pena mantener un ho-gar cristiano? La vida de Ti-moteo da la contestación a la pregunta. Ojalá sigamos el ejemplo dado por Loida y Eu-mee, para que nuestros hijos salgan cual Timoteo, a un mundo perdido.

Hwtnwiáa EL DSBSB DB LOS PADRES. — S e

cuenta el caso de un niño que fué tomado preso por haber cometido un crimen. Su padre fué llamado

al tribunal, y en el curso de la con-versación el padre admitió que no sabía donde andaba su hijo de no-che ni en qué se ocupaba. El juez le preguntó: «¿Tiene usted un ca-ballo?». <Sí, señor», respondió el padre. «¿Conde está el caballo aho-ra?». «En el establo». «¿Sabe us-ted donde está su caballo de noche? ¿No cierra usted bien la puerta del establo, para guardar bien al caba-llo?». «Si, señor», respondió el pa-dre, Y el juez le preguntó, «¿esti-ma de mayor valor el caballo o s a hijo?». El padre respondió, «por su-puesto, mi hijo». Y el juez le di-jo, «entonces hay que cuidar y tra-tar a su hijo como lo hace con su caballo, viendo que se encuentre en casa de noche, y cuando sale que esté en buena compañía».

Este consejo del juez vendiía bien para muchos padres hoy día, aun para algunos padres cristianos.

Sección Intermedios Tópico.—FOBMANDO BUENAS TRADICIONES FAMILIARES.

Testo B í b l i c o . — H e c h o s 16:1-5; 2 Tim. 1:3-6; 3:14-15. Texto Aureo.—Josué 24:15.

Propósito de la teosHo Mostrar a los alumnos el va-

lor de un bnen hogar, y cómo todos deben cooperar para for-marlo, y tenar asi un buen fondo de reserva para la vida que está por delante.

Adavtsado la ieecMn Serla buen j que el maestro

empiece una breve discusión sobre los méritos de un buan hogar cristiano, haciendo resal-tar las características que allí deban manifestarse, como ser: a temperancia, la generosidad,

la amistad, la honradez, el de-

bido uso de la lengua, fiel ser-vicio al Señor, el amor mutuo, etc.

I A L U C U N MTAMA

El hogar constituye en ver-dad el fundamento de la pa-tria. Si se deshace o se co-rrompe, la patria sufrirá en proporción. ¿Qué tal del ho-gar suyo? ¿Sirve de apoyo y sostén a la patria, o para mi-narla y deshacerla?

Nuestra lección de hoy nos presenta un vistazo de un hogar que era en verdad modelo, y esto a pesar de que el padre no

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16 da Septiembre de 194.8 IOS

participaba del todo en las creencias y enseñanzas de su esposa. Se trata del bogar donde nació y fue criado Timo-teo, el joven que llegó a ser compañero y eyudante del gran apóstol Pablo. Notemos los pasos que allí podemos ob-servar en la preparación del joven para la más gloriosa ta-rea del ser humano.

I) EL FONDO FAMILIAR DE TIMOTEO: 2 Tim. 1:3 a 6. —Pablo esturo en la cárcel de Roma, donde el impío Empe-rador Nerón lo había echado por su fidelidad a Cristo. Sus pensamientos se dirigen al jo-ven Timoteo, que considera y llama «su hijo en la íe», y ve-mos que «sin cesar lo tenía en la memoria en sus oraciones». Además, Pablo deseaba ardien-temente ver a Timoteo, recor-dando la sinceridad y la fideli-dad de él. Luego el apóstol nos maestra ua aspecto del ion-do familiar del joven, porque dice: «trayendo a la memoria la fe no fingida (sincera) (1) que hay en ti, (2) la cual resi-dió primero en tu abuela Loi-da, y (3) en tu madre Eunice». Esta sincera fe en Cristo y en la Palabra de Dios tuvo su principio en la abuela Loida, y por ella había sido enseñada y mostrada a su hija Eunice, y luego par las dos al joven Ti-moteo. Da modo que el suyo fue un hogar donde se creía en Dios, en el Sefior Jesucristo y

en toda la Palabra de Dios. Fué un hogar, donde Dios era amado y adorado, y sin duda mucho se hablaba de El y se oían a menudo cánticoB de ala-banza a su nombre. ¡Qué glo-rioeo es tener tal hogar para nacer y creser en los años de formación de la vidal

II) EL FONDO ESPIRI-TUAL D I TIMOTEO: í Tim. 8:14-15. — Lo dicho en el pá-rrafo anterior es ya an fondo espiritual, con profunda y ver-dadera fe en Dios y en las pro-mesas divinas. Pero aquí ob-servamos aun más, porque ve-mos que Timoteo fué «persas dido y -habla aprendido... y desde su niñez conocía las Sa-gradas Escrituras, las cuales te pueden haoer sabio para la sa-lud por la fe que es en Cristo Jesús». ¡Qué bendición! Hoy día gran parte de nuestra ju-ventud crece sin saber de la Palabra de Dios, o por lo me-nos sin hacer caso de ella. Es-to constituye una gran pérdi-da! Bien dijo al sabio Salo-món: «Instruye al niño en su carrera: aun cuando fuere vie-jo no se apartará de ella». Y cuando tomamos en cuenta la enseñanza sobre la utilidad de las Escrituras, en el versículo 16, podemos ver caan indis-pensable es enseñar a los ni&os y jóvenes en las cosas del Se-ñor. Bienaventurado el niño que tiene tal fondo familiar y espiritual,- porque asi a través

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de la vida tendrá quien lo guie, quien lo enseñe, quien lo corri-ja, quien lo instituya en justi-cia, para que Bea enteramente instruido para toda buena obra. La mayoría de la juventud hoy día tiene un fondo muy distin-to, pues su afán es la lectura de libros inútiles y hasta per-judiciales, y asistir a los in-mundos espectáculos del ci-ne.

III) TIMOTEO, EL FIEL OBRERO DEL SEÑOR: He-chos 16:1 5. — Parece que Ti-moteo aprovechó las enseñan-zas dadas en su hogar, no sólo creyéndolas, sino llevándolas a

la práctica en su propia vida diaria. De tal manera hizo es-to que «le daban buen testimo-nio los hermanos en Listra y en Iconio». Cuando llegó el apóstol Pablo a Derbe y Listra, y necesitando un ayudante y compañero de viaje, llevó con-sigo a Timoteo, y el joven lle-gó a ser un gran predicador del Evangelio de Cristo. Pablo le tuvo entera confianza y le encomendaba misiones impor-tantes; y antes de morir marti-rizado le dió cuidadosas ins-trucciones sobre su vida y obra futura. ¿Aprovechamos nos-otros nuestras oportunidades/

Sección Primarios Tipleo.—EN CASA DE TIMOTEO

Tfexto Bíblico.—2 Timoteo 1:3 a 6. Texto Aureo.—Salino 119:11.

&daptaa*o u leoetta PROPOSITO: Mostrar a los niños que la Biblia es un libro interesante y de gran utilidad a todos.

¿Les gusta leer la Biblia? Si no saben leer aun, ¿les gusta oir las narraciones de la. Biblia? ¿Cuales narraciones les gustan más? ¿Leen la Bi-blia en su casa? El hogar don-de los niños aprenden desde la niñez de Dios y del Señor Je-sús es el hogar de mayor felici-dad y bendición.

En nuestra lección de hoy aprendemos de Timoteo, el jo-

ven que llegó a ser compañero y ayudante del gran apóstol Pablo. Vemos que su hogar fué un lugar donde se servia y alababa a Dios en verdad. Pa-blo escribió a Timoteo desde la cárcel en Roma, y se acordó de la historia de Timoteo, y nos hace ver «la fe no fingida (o sea sincera) que (1) hr.y en ti (Timoteo), la cual (2) residió primero en tu abuela Loida, y (3) en tu madre Eurice». Así vemos que en primer lugar la abuela Loida aprendió del Se-ñor y empezó a servirle, y lue-go enseñó a su hija Eunice, y

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las dos a su rez enseñaron las verdadades de Dios al joven Timoteo. Niños, han ¿apren-dido del Señor Jesús, y del Pa-dre Celestial? ¿Han oreido de todo corazón en El?

Más aun, en 2 Tim. 3:14,15, vemos que Timoteo «desde la niñez sabía las Sagradas Escri-turas»... y que «ellas te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús ». | Qué bendición...ser enseñado en la Palabra de Dios desde niño! Hay que recordar que la Biblia «es útil para enseñar, para re-dargüir, para corregir, y para instituir en justicia». Si los pa-dres enseñan la Palabra de Dios a sus hijos, éstos a su vez deben hacer caso y aprender de ella, y al salir entre sus compañeros de escuela y de juego, deben vivir coníorme a lo que les en-seña la Biblia.

El resultado de tales ense-ñanzas en el caso del joven Ti-moteo fué que ¿1 llegó a ser un buen cristiano y muy fiel a su Señor, y todos los hermanos de

alrededor hablaron bien de él. Cuando Pablo llegó allá, esco-gió a Timoteo como ayudante y compañero suyo en los largos viajes misioneros que tenia que hacer. Timoteo mismo llegá a ser un buen predicador del Evangelio de Cristo.

¿Qué pueden hacer los niños en SUE hogares? Pueden pedir que sus padres o hermanos ma-yores den lectura a la Biblia cada día, y que tengan oración al Señor. Esto servirá mucho para poner las bases de un ho-gar cristiano, y los niños deben vivir conforme a las enseñanzas que reciben, ya sea en la casa, afuera de ella.

Bneefian— práctica Que aprendan, además del

Texto Aureo, el pasaje en 2 Timoteo 3:18.

Lección objetiva Qae dibujen en papel una ca-

sa para representar la suya, y escriben debajo:

YO Y MI CASA SERVIRE-MOS A DIOS.