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A yala A yala Cuadernos de REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICA Y CIENCIAS HISTÓRICAS ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 42 Abril-Junio 2010

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A y a l aA y a l aC u a d e r n o s d e

REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICAY CIENCIAS HISTÓRICAS

ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 42 Abril-Junio 2010

Cuadernos de Ayala 42 - ABR/2010 [2]

No son frecuentes, en la sociedad actual, los pleitossobre asuntos heráldicos, aunque de vez en cuando sí seproduce alguno: recordemos, en los últimos años, el pleitosobre el uso del escudo de armas del Solar de Tejada poruna bodega riojana; o el proceso seguido en Cantabria porel Conde de Isla Fernández sobre el uso de sus armas poruna industria conservera. En ellos intervine como letrado ocomo perito: en ambos casos subyacían los defectos de lavigente Ley de Marcas y Patentes, gravemente atentatoriacontra nuestro patrimonio histórico inmaterial, del que for-man parte integrante los emblemas heráldicos familiares.

En la década de los noventa del siglo pasado, donEduardo Panizo Gómez dibujó todos y cada uno de los es-cudos de armas de los concejos asturianos, unos ochenta,en muchos casos reinterpretando y mejorando los modelosoficiales que a finales del siglo XIX habían construido donFermín Canella, rector de la Universidad de Oviedo, y eldoctor don Octavio Bellmunt. Dichos dibujos fueron publica-dos en su obra Heráldica institucional y vexiloogía del Princi-pado de Asturias, publicada en 1994 por la Presidencia delPrincipado de Asturias. En el contrato de edición, el autorcedió los derechos de publicación al propio Principado deAsturias por tiempo de cinco años.

Notemos que las obras atinentes a los escudos mu-nicipales asturianos son las de Octavio Bellmunt Traver yFermín Canella Secades, Asturias (1895-1900, 3 vols.); delcoronel don Francisco Sarandeses, Heráldica de los apelli-dos asturianos (Oviedo, 1966); de Silverio Cañada, Gran En-ciclopedia Asturiana (Gijón, 1981); de varios autores, As-turias a través de sus Concejos (Oviedo, 1998); y de ManuelMaría Rodríguez de Maribona Dávila, Heráldica Municipaldel Principado de Asturias (Madrid, 1994). Y que los diseñosheráldicos del señor Panizo Gómez son totalmente origi-nales y obra enteramente suya.

A partir del 23 de marzo de 1994, el diario asturianoLa Nueva España comenzó a publicar esos mismos dibujos,provocando la inmediata reacción del heraldista, que logró elcese de la publicación cuando ya habían aparecido en elperiódico nada menos que 27 escudos municipales. El diarioasturiano, no obstante, continuó publicando los emblemasheráldicos concejiles, pero utilizando nuevas interpreta-ciones artísticas, proporcionadas por la editorial Nóbel.

Don Eduardo Panizo reclamó a La Nueva España lacorrespondiente indemnización por el plagio sufrido, quecuantificó en la suma de 50.971 euros. Alegaba, entre otrosperjuicios, el haberse malogrado una segunda edición, cor-regida y aumentada de su obra mencionada Heráldica yVexilología del Principado de Asturias de 1994.

La demanda contra Editorial Prensa Asturiana So-ciedad Anónima y el diario La Nueva España correspondiópor turno al Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Oviedo, queabrió autos de procedimiento ordinario con el número749/2007.

La contestación a la demanda por la parte de LaNueva España negó la legitimación del actor por entenderque los escudos de armas municipales son emblemas públi-cos oficiales, propiedad de sus respectivos titulares -losayuntamientos-, y que su difusión es libre. A lo que el señorPanizo respondió que, siendo cierto ese extremo, no esmenos cierto que lo que él reclamaba se centraba en el pla-gio de sus interpretaciones artísticas.

La cuestión principal se refería, pues, no a lapropiedad de los escudos de armas municipales en sí mis-mos -como emblemas simbólicos-, que obviamentepertenecen a los respectivos concejos, sino a la propiedadartística de los concretos diseños del señor Panizo, plagia-dos por La Nueva España. Es decir, que se ha tratado deuna verdadera cuestión mercantil, más que heráldica, cuales la de la propiedad intelectual y artística de unas obras dearte concretas.

Tramitado el proceso por sus trámites, el Jugado delo Mercantil número 1 de Oviedo ha dictado sentencia confecha 25 de marzo de 2010. En ella, tras examinar los an-tecedentes de hecho y los fundamentos de derecho, ha falla-do estimando parcialmente la demanda de don EduardoPanizo Gómez, en el sentido de reconocer el plagio cometi-do sobre veintisiete de sus dibujos de los escudos de armasmunicipales del Principado de Asturias, y condenando a lademandada a abonarle 13.155,48 euros, más el interés legaldesde la fecha del emplazamiento, y además a la publi-cación de la sentencia en el diario La Nueva España.

Notemos que se ha acogido en el fallo la valoraciónpericial de cada uno de los diseños, tasados en 400 euros,estimando es el precio habitual para los dibujos heráldicos.

EDITORIAL

NUESTRA PORTADA

Miniatura de gran formato que representa la capilla mayor de la iglesia de San Esteban de Segovia a mediadosdel siglo XVI, con las sepulturas de los Falconi, su escudo de armas y su pendón, dispuestos al uso de laépoca. Obra anónima de un artista del ámbito de la Real Chancillería de Granada, forma parte del CódiceFalconi, conservado hoy en el archivo del Sr. Vizconde de Ayala.

UNA INTERESANTE SENTENCIA SOBRE CUESTIÓN HERÁLDICA:EL CASO PANIZO Y EL DIARIO LA NUEVA ESPAÑA (2004-2010)

El conocido y activo genealogista don Pedro de Carvajal y de Serrano ha fallecido en Barcelona el día2 de junio de 2010. Era Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia en Tarragona,miembro de la Academia Tiberina de Roma , de la Societat Catalana d’Estudis Historics, de la Asocia-ción de Bibliófilos de Barcelona, y de la Academia de Estudios Genealógicos de México, a más de ca-ballero del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña. Poseedor de amplios saberes en materia de ge-nealogías nobiliarias, no quiso nunca darlos a la imprenta. Descanse en paz.

IN MEMORIAM: DON PEDRO DE CARVAJAL Y DE SERRANO

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El Juzgado ovetense ha hecho suyo el contenidodel dictámen jurídico-heráldico emitido por el perito, que hasido el cronista de armas de Castilla yLeón, en cuyo texto se examinan lascuestiones de fondo, o sea si un escudode armas es susceptible de ser propiedadde una persona física o jurídica -la respuesta ha sido favorable-; y si un diseñoartístico no oficial de un emblemaheráldico oficial puede o no pertenecer apersona distinta de su propietario legal. Yest es cuestión compleja y de delicadaresolución, porque es sabido y admitidoque un escudo de armas no es ni puedeconsiderarse nunca un logotipo, que secaracteriza por ser en sí mismo un diseñointocable e inmodificable, vgr. el logotipode la Coca Cola, que si se cambiase sola-mente en su tipografía o en su color ca-racterístico, ya dejaría de ser el emblemade la Coca Cola.

Un escudo de armas es la repre-sentación simbólica de un emblema que,respetando sus elementos constitutivos, sí que puede sermodificado en su diseño a lo largo de los tiempos de su ex-istencia, a veces dilatados. Por ejemplo, esto es lo que haocurrido con las Armas Reales de Castilla y León que,creadas y organizadas por Fernando III el Santo a mediadosdel siglo XIII, se han venido dibujando y diseñando con esti-los artísticos diferentes -gótico, renacentista, barroco, neo-clásico, neogótico, modernista, etcétera-, sin que no por ellohaya dejado nunca de seguir siendo el símbolo de Castilla yLeón. Lo mismo cabe afirmar respecto de las armerías delPrincipado de Asturias, y de cualquier otro emblemaheráldico más o menos antiguo: que un mismo escudo dearmas puede dibujarse y diseñarse de modos, maneras yestilos diferentes, siempre y cuando se mantengan sus ele-mentos constitutivos.

Así, el símbolo de la Comunidad Autónoma delPrincipado de Asturias pertenece legalmente al Gobierno re-gional, que es el único que puede usarlo; especialmente enla forma del diseño oficialmente adoptado por esta institu-ción pública. Pero si un artista hiciese otra versión del mis-mo -por ejemplo, en estilo gótico-, este diseño lepertenecería, y ni siquiera el propio Gobierno regional po-dría apropiárselo, por ser una obra artística. Evidentemente,ese artista, ni cualquier otra persona física o jurídica, no po-drían utilizar ese diseño como emblema, porque su usopertenece exclusiva y privativamente al Gobierno regionalasturiano.

En conclusión, resulta que, siendo todos los escu-dos de armas representaciones simbólicas que admitenvariaciones en el estilo de diseño, no pertenecen propia-mente a la Institución pública a la que identifican, salvo en loatinente a una versión propia diseñada y registrada a sunombre -otra cosa es el derecho a su uso, que claro está síque está atribuido a determinada Institución pública de ma-nera privativa, exclusiva y excluyente-. Es decir, que unaCorporación Municipal solamente puede ostentar derechosde propiedad intelectual, no en general ni en abstracto sobreel emblema heráldico propio, sino sólo sobre una determina-da y registrada versión, plasmada en un determinado y re-gistrado diseño. Siendo libre cualquier otro dibujante oartista heráldico para realizar una versión distinta y diferenci-

ada de dichos emblemas, acorde con su estilo artístico y per-sona; versión en la que cabe, además, mejorar o depurar el

emblema heráldico en cuestión.

En este sentido, no cabe sino con-cluir que los dibujos y diseños heráldicosrealizados por don Eduardo Panizo Gómezen interpretación de los escudos de armasmunicipales del Principado de Asturias, delos concejos asturianos, son una obraartística personal que no se limita a copiarlisa y llanamente el diseño del emblemautilizado por uno u otro municipio, sino quelos reinterpreta según su estilo personal, yen muchos casos los corrige y depura encuanto a los posibles errores o incorrec-ciones heráldicas que algunos originalescontienen.

La Ley de Propiedad Intelectual,aprobada mediante real decreto 1/1996 de12 de abril, en su artículo primero, es-tablece que la propiedad intelectual de unaobra literaria, artística o científica corre-sponde a su autor por el solo hecho de su

creación. Y en el siguiente, que la propiedad intelectual estáintegrada por derechos de carácter personal y patrimonial,que atribuyen al autor la plena disposición y el derecho ex-clusivo a la explotación de la obra, sin más limitaciones quelas establecidas en la Ley. En el tercer artículo, epígrafe se-gundo, aclara que los derechos de autor comprenden, entreotros, los derechos de propiedad industrial.

El autor de una obra artística, sujeto de los dere-chos de propiedad intelectual sobre ella, es la persona natu-ral que la ha creado (artículo 5 de la Ley). Cualquier obra depintura, dibujo, grabado, obra plástica, gráficos y diseños,etcétera, realizada por una persona, es objeto de propiedadintelectual (artículo 10,e y g de la Ley).

Por último, según el artículo 17 de la repetida Leyde Propiedad Intelectual, corresponde al autor el ejercicioexclusivo de los derechos de explotación de su obra encualquier forma y, en especial, los derechos de reproducción,distribución, comunicación pública y transformación, que nopodrán ser realizadas sin su autorización. Los artículos 18 al20 especifican y definen precisamente lo que se entiende porreproducción, distribución y comunicación pública.

La Jurisprudencia atinente al caso de plagio o vio-lación de los derechos de propiedad intelectual, es unánimeen la resolución y fallo sobre los mismos: así, las Sentenciasde la Audiencia Provincial de Huesca 298 de 17 de febrerode 1992 (causa civil); de la Audiencia Provincial de Madrid496 de 1 de julio de 1996 (causa penal); de la AudienciaProvincial de Barcelona 541, de 27 de enero de 1998 (causapenal); y de la Audiencia Provincial de Baleares 2449 de 31de marzo de 1998 (causa penal).

A modo de conclusiones jurídicas, baste señalar quelas obras artísticas -y el dibujo original de un emblemaheráldico lo es- generan derechos de propiedad intelectualque están regulados y protegidos por las leyes, y que comobienes legítimos y legalmente protegidos, deben ser respeta-dos por terceros.

Así ha venido a reconocerlo, con toda justicia, elJuzgado de lo Mercantil ovetense en su meritado fallo.

Dr. Ceballos-Escalera

Cuadernos de Ayala 42 - ABR/2010 [4]

DE LOS REYES BIBLIÓFILOSA LOS PATRIMONIOS NACIO-NALES

Organizado por el Grupode investigación sobre el libroantiguo Bibliopegia, la Facultadde Ciencias de la Documenta-ción de la Universidad Complu-tense de Madrid, por la Acadé-mie Belgo-Espagnole d’Histoirey por la Universidad San PabloCEU, y dirigido y coordinadopor la profesora Dra. Dª AnaBelén Sánchez Prieto, se hacelebrado durante los días 19 al21 de mayo de 2010, tal y co-

mo se anunció en anteriores números de Cuadernos de Ayala,este importante Seminario internacional, un encuentro científicodedicado al coleccionismo practicado por las élites no religio-sas durante la Edad Media y Moderna, que dio lugar al naci-miento de las grandes bibliotecas patrimoniales -lo que en laactualidad conocemos como Bibliotecas Nacionales-. Las con-ferencias estuvieron divididas en tres áreas temáticas principa-les: Reyes bibliófilos, Bibliotecas Reales y Patrimonio en biblio-tecas. Las ponencias presentadas durante el encuentro hansido las del Dr. D. Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña(U. San Pablo CEU), Reyes sabios. Reyes bibliófilos; Dr. DavidPratt (U.Cambridge), La bibliofilia real en la Inglaterra Anglo-Sajona; Dr. Pierre Riché (U.París-Nanterre), Las grandes bi-bliotecas en torno al año Mil; Dra. Dª Elisa Ruiz (U.Compluten-se), Arma regis: Los libros de Fernando I y doña Sancha(1035-1065); Dr. Joseph Snow (U.California), Alfonso X deCastilla: un modelo de rey letrado; Dr. D. J. Antoni Iglesias(U.Barcelona), Ellas también leen... nobles y reinas lectoras enla Corona de Aragón; Dra. Anna Adamska (U.Utrecht), Un tex-to en manos reales: el salterio leído por los soberanos medie-vales; Dottsa. Mirella Ferrari (U.Milán), Las bibliotecas de losgrandes príncipes humanistas italianos; Dr. Hanno Wijsman(U. Leiden), La biblioteca de los duques de Borgoña y la biblio-teca real de Bruselas; Dra. Anne Korteweg (Koninklijke Bibliot-heek), La biblioteca de los Orange-Nassau y la Koninglijke Bi-bliotheek de La Haya; Dr. D. José Luis Gonzalo ySánchez-Molero (U.Complutense), Entre Carlos V y Felipe II:la idea de la biblioteca real en España; Dr. D. Alfonso de Ce-ballos-Escalera Gila (U.Técnica de Lisboa), De la bibliotecamagistral de la Orden de San Juan a la Biblioteca Nacional deMalta; Dr. Geoffrey West (British Library), La colección real:núcleo de la British Library; Dª María Luisa López Vidriero(Real Biblioteca de Palacio, Madrid), La biblioteca de los Borbo-nes de España; Dr. D. Fermín de los Reyes Gómez (U. Com-plutense), El patrimonio bibliográfico español; Dr. D. AntonioCarpallo Bautista (U. Complutense), La encuadernación realen España; D. José Luis del Valle (Real Biblioteca de El Esco-rial), La actualidad de una biblioteca histórica: la Real Bibliotecade El Escorial; y Dr. D. José María de Francisco Olmos (U.Complutense), El coleccionismo real: monedas y libros. Estesimple elenco de ponentes y de títulos basta para dar una cum-plida idea del alto nivel académico y científico del Seminario.Las sesiones, a las que ha asistido un público atento e intere-sado, mayoritariamente estudiantil,han tenido lugar en el salónde actos de la citada Facultad de Ciencias de la Documenta-ción de la Universidad Complutense de Madrid. Los textos detan interesantes ponencias serán impresos muy pronto por par-te de las instituciones organizadoras, bajo el cuidado de la Aca-démie Belgo-Espagnole d’Histoire. Amén (LCE).

PRESENTACIÓN EN EL COLEGIO HERÁLDICO DE ESPA-ÑA Y DE LAS INDIAS DEL LIBRO "CARLOS HUGO, EL REYQUE NO PUDO SER", DE FRANCISCO M. DE LAS HERAS YBORRERO

Ante un interesado público que abarrotaba el aula"Marqués de Ciadoncha", del Colegio Heráldico de España yde las Indias, en su madrileña sede de la calle Serrano, tuvo lu-gar, el jueves 14 de mayo 2010, la presentación del libro Car-los Hugo, el Rey que no pudo ser, cuyo autor, Francisco Ma-nuel de las Heras y Borrero, se encontraba presente en elacto, que presidía don Bernardo de Hungría, presidente dehonor de la institución. La presentación corrió a cargo del Dr. D.José María de Montells y Galán y del profesor Dr. D. Alfonsode Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de La Floresta. El Dr.D. José María de Montells glosó, brevemente, la figura del últi-mo pretendiente carlista, poniendo de manifiesto sus cualida-des y contradicciones. Elogió la obra que se presentaba por suenorme esfuerzo de objetividad, sin caer en descalificaciones nielogios fáciles. Por todo ello, y desde una concepción ideológi-ca opuesta a Carlos Hugo, José Maria de Montells recomen-dó la lectura del libro, por cuanto supone de aportación en untema tan polémico como es el Carlismo. Por su parte, el Mar-qués de la Floresta, catedrático de la Universidade Técnica deLisboa, destacó el rigor del autor en el tratamiento del tema,las fuentes utilizadas y la documentación aportada. Resaltó,igualmente, el esquema narrativo del libro, fruto del análisis deun destacado jurista. Para el profesor Marqués de La Flores-ta, éste es un libro necesario y oportuno, sobre todo en estosmomentos en los que se comienza a producir una especie deintencionada amnesia colectiva, en la que se va perdiendo lareferencia de nuestro pasado reciente; un pasado que, graciasa esfuerzos de recogida de noticias, de los propios labios delos mismos protagonistas, puede así preservarse en gran medi-da para los historiadores que, en el futuro y ya desprovistos delpartidismo coetáneo, quieran conocer la verdad de los hechoshistóricos. El autor, Francisco M. de las Heras y Borrero, se-ñaló que ha querido dejar constancia, de la manera más objeti-va posible, de una serie de hechos que pudieron haber cambia-do la historia reciente de España. Militante carlista y seguidorde Carlos Hugo desde su más temparana juventud, no por esoha dejado en el olvido episodios dolorosos, contradicciones yluchas intestinas de la Casa de Borbón de Parma, que ha se-guido siendo, pese a todo, siempre a la misma, y pese a las crí-ticas e incompresiones que el libro pueda originar. Como el au-tor mismo se encargó de destacar, no me he mordido la lenguaen la narración de esta historia. Un grato acontecimiento y un li-bro de gran interés (LCE).

NOvEDADES, CuRSOS y ENCuENTROS CIENTÍFICOS y CuLTuRALES

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ROYAL FAMILIES OF EUROPE

Este nuevo título de Burke (la vete-rana casa editorial británica, fundada en1826) estará a la venta a partir de octubrede 2010. En el volumen, que ha de seguirla habitual forma de diccionario, se inclu-yen entradas individuales de más de cin-cuenta Casas Reales que han reinado enEuropa desde el siglo XVIII. Las más de

seiscientas páginas del libro son una novedad para la casa bri-tánica especializada en genealogía, en tanto que desde 1977,con la publicación de RoyaL Families of the World, no habíaeditado ningún libro sobre Casas Reales. La obra es fruto delas investigaciones de William Bortrick, formado en Oxford yCambridge, y actualmente director de la Society of Genealo-gists, la Foundation for Medieval Genealogy, y la Association ofGenealogists and Researchers in Archives. También bajo la tu-tela de Bortrick, Burke prevé publicar en 2011 un suplemento ala última edición (2004), de su Burke’s Peerage and Gentry,considerado en el Reino Unido y los países de habla inglesacomo la biblia de la aristocracia. La suscripción previa puedehacerse en la página web de la propia editorial: www.burkespe-erage.com (ACE).

CIERRE DEL FORO Y BLOG DE BLA-

SONES HISPANOS

D. Feliciano Riestra, beneméritoadministrador del blog y foro heráldicoBlasones Hispanos, uno de los más con-sultados y seguidos de España e Ibero-América, nos comunica el 14 de abril lamala noticia de su abandono de la páginaweb Blasones Hispanos ( http://www.bla-soneshispanos.com), así como con el fo-

ro y blog que dependen de ella. La página web Blasones His-panos, no obstante, continua su andadura; y con el señorRiestra se podrá comunicar mediante su nuevo correo particu-lar [email protected] (ACE).

XXVII CURSO DE HERÁLDICA MILI-TAR

El 28 de junio, con un acto celebra-do días atrás en el antiguo Cuartel del In-fante Don Juan, en el madrileño paseode Moret, sede del Instituto de Historia yCultura Militar, y bajo la presidencia delsubdirector de estudios históricos, gene-

ral don Luis Díaz-Ripoll Isern, se ha celebrado la clausura delXXVII Curso de Heráldica General y Militar que anualmente or-ganiza el mencionado instituto. Ha sido su director el coronelD. José Luis Rodríguez Osorio, y la conferencia de clausura,pronunciada por el prestigioso divulgador D. José Luis Sam-pedro Escolar, versó sobre El águila en la heráldica: ¿un em-blema imperial?. Una ocasión grata (ACE).

LA NOBLEZA NOVOHISPANA EN ELMUSEO DE AMÉRICA

La retratística de la aristocracia dela Nueva España durante el último siglodel virreinato, conservada en museos ycolecciones familiares mexicanas, esciertamente magnífica, y ha llamado des-de hace tiempo la atención tanto de loshistoriadores del arte como de los nobi-liaristas -recordemos la publicación, ya

en 1994, de la obra El retrato novohispano, en Artes de Méxi-co-. Ahora, con motivo de las conmemoraciones de los bicente-narios de la independencias americanas, el Museo de Américapresenta, entre el 19 de mayo y el 4 de julio, la interesante ex-posición De novohispanos a mexicanos, expuesta hace variosmeses en el Museo Nacional de Historia del castillo de Chapul-tepec. La muestra, comisariada por Tomás Pérez Vejo y MartaYolanda Quezada, reúne 42 retratos, dispuestos por temas: lasfamilias, la nación de los montañeses, la representación del po-der, los artistas, los científicos y hombres de letras, y la vida pri-vada. Se exponen, entre otros, los retratos del virrey Fernandode Lancaster Noroña y Silva, duque de Linares, marqués deValdefuentes; el de Pedro Sánchez de Tagle; los del primer yúltimo condes de San Mateo de Valparaíso; el del virrey Matíasde Gálvez; el de la condesa de Santiago de Calimaya; y el delconde de la Cortina. También once de los trece retratos que or-naban la sala de juntas de la Cofradía del Santísimo Cristo deBurgos de la ciudad de México -la de los montañeses-, en laciudad de México, junto a los de varios eclesiásticos, y algunospersonajes del México independiente -el general GuadalupeVictoria, el Emperador Maximiliano-. Una exposición memora-ble (ACE).

ESCUELA MARQUÉS DE AVILÉS

Concluido ya su anual Curso de Ge-nealogía, Heráldica y Nobiliaria, la EscuelaMarqués de Avilés -establecimiento docen-te de la Asociación de Diplomados en Ge-nealogía, Heráldica y Nobiliaria-, que hacumplido ya sus primeros veinte años deactividad, lo ha clausurado con un acto ce-lebrado el 24 de junio en los salones del

Centro Riojano de Madrid, en el que, tras la lección magistralpronunciada por el Dr. D. Juan Antonio Yeves Andrés, de laFundación Lázaro Galdiano, sobre Encuadernaciones heráldi-cas: bibliofilia y mecenazgo, los alumnos han recibido su diplo-mas (ACE).

ARTE Y PATRIMONIO: LAS ÓRDENES DEJERUSALÉN EN ESPAÑA

Tal es el atractivo título delcongreso internacional que ha organizado

el Centro de Ciencias Humanas y Sociales(Consejo Superior de Investigaciones

Científicas), y que se ha celebrado entre losdías 17 al 19 de junio de 2010. Entre las lecciones y ponenciaspresentadas, destacamos las de la Dra. Dª Ángela MadridMedina (CECEL), Proyección institucional y humanitaria de lasÓrdenes de Jerusalén en las Órdenes españolas; Dra. DªOlga Pérez Monzón (U. Autónoma de Madrid), Evocación yrecuperación de un patrimonio artístico. La Orden del Hospitalde Jerusalén en la Corona de Castilla; Dr. D. Juan de A. GijónGranados, El patrimonio del Gran Priorato de Castilla y Leónde la Orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XVIII; D.José Javier Barranquero Contento, La arquitectura religiosadel Gran Priorato de San Juan en La Mancha: de las fórmulasrománicas a los modelos renacentistas; Dra. Dª María GraciaGómez Terreros (U. Sevilla), La arquitectura de la Orden deSan Juan en la provincia de Sevilla. Estado de conservación;Dr. D. Roberto González Ramos (U. Córdoba), Caballeros,protectores, pintores y pinturas. Caballeros de San Juan entreMalta y España y sus relaciones debidas a su afición yprofesión artística; Dª Sofía Sánchez Jiménez, El Castellánde Amposta Gonzalo de Funes y su sepulcro en la iglesia deSan Miguel de Cantavieja (Teruel); Dr. D. Álvaro PascualChenel (U. Alcalá), Retratos de caballeros de la Orden de

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Malta en España: una aproximación; Dra. Dª Natalia HorcajoPalomero, Joyería de la Orden de Malta; Dr. D. WifredoRincón García (CSIC), El patrimonio de la Orden del SantoSepulcro en España. Aspectos artísticos e historiográficos; Dr.D. Fernando Villaseñor Sebastián (Fundación Española parala Ciencia y la Tecnología), Edificios de las órdenes del SantoSepulcro, Temple y San Juan de Jerusalén en las “Vistas deEspaña” de Anton Van den Wyngaerde; Dr. D. EduardoCarrero Santamaría (U. Illes Balears), Iglesias y capillas delSanto Sepulcro. Entre el lugar común historiográfico y lanorma y práctica litúrgicas; Dr. D. Joan Fuguet (EscuelaSuperior de Conservación y Restauración de Cataluña),Aproximación al patrimonio monumental y artístico de la Ordendel Temple en la Corona de Aragón; D. Luis Zueco Jiménez(Asociación Amigos de los Castillos de Aragón), Castillos de laOrden del Temple en Aragón; Dª Ana Belén Muñoz Martínez(AECID), Pintura medieval en templos de las órdenes delTemple y de San Juan de Jerusalén en la Corona de Aragón;Sr. Horst Rietmüller (ARACATA), Descubrimiento einterpretación de una simbología templaria en España; Dra. DªGiulia Rossi Vairo, El arte de la orden teutónica en la Siciliaaragonesa (Siglos XIII-XV). El encuentro ha concluido con unavisita a la antigua iglesia segoviana de la Vera Cruz, templolevantado por la Orden del Santo Sepulcro. A la hora de hacerun primer balance, diremos que ha sido un congreso pocointernacional y muy variopinto, tanto en cuanto a los temastratados, como al nivel académico; es decir con notablesausencias de grandes especialistas, junto a la inexplicablepresencia de conocidos aficionados, y hasta la de un impostornobiliario muy famoso en los salones matritenses (ACE).

DOCE LINAJES DE SORIA: NUEVO BLOG

La Asociación de Hijosdalgos de la CasaTroncal de los Doce Linajes de Soria, ade-más de mantener en internet una web in-

formativa (http://www.docelinajes.org), abreahora un blog (http://www.docelinajes.blogs-

pot.com) para hacerse eco de cuantas activi-dades y noticias promuevan y patrocinen, no solo los miembrosde esta Casa, sino también todas las asociaciones, corporacio-nes y Órdenes que conforman el rico patrimonio caballerescoexistente en nuestros días. El contenido del mismo girará entorno a temas relacionados con dichas instituciones caballeres-cas, así como con la Corona, el ceremonial de Estado, las con-decoraciones, la Heráldica y la Genealogía, prestando unaatención particular a las aportaciones que pudiésemos recibirde sus lectores, publicitando y comentando las novedades bi-bliográficas y documentales que se vayan produciendo. Losmiembros de esta Casa Troncal invitan a unirse a ellos paraenriquecer los contenidos del blog, pudiéndo remitir cualquiernoticia, evento, artículo o documento o publicación, cuya difu-sión pudiera ser de interés entre todos los que gustan de estasciencias y tradiciones. El blog está activo desde el 1º de mayo.Una buena iniciativa, que ya ha merecido la felicitación de laFederación Española de Genealogía, Heráldica y Ciencias His-tóricas (ACE).

LA NOBLEZA DE CARGO EN ESPAÑA

Con ese atractivo título, y sobre untema tan poco conocido como cuestionado,en la tarde del 1º de junio ha pronunciadouna interesante conferencia el Dr. D. RafaelJosé de Espona Rodríguez. Ha sido en se-

sión pública de la Real Academia de Jurispru-dencia y Legislación, y ha contado con un pú-

blico numeroso y atento (ACE).

NOBLEZA DEL REINO DE GRANADA

Dirigido por el profesor Dr. D. JoséAntonio García Luján, de la Universidadde Córdoba, durante los días 16 al 18 deseptiembre se celebrará en Huéscar(Granada) un simposio sobre Nobleza yMonarquía. Los linajes nobiliarios en elReino de Granada (siglos XV-XIX), y másen particular sobre los Granada Venegas,

Marqueses de Campotéjar. Ha sido organizado por laAsociación Cultural Raigadas, que proporciona másinformación en su página web www.raigadas.es/simposio(ACE).

XXIII ASAMBLEA DE ESTUDIOSMEDIEVALES EN CÁCERES

Para los días 29 de septiembre al1º de octubre ha sido convocado enCáceres este encuentro anual de la

Sociedad Española de Estudios Medie-vales, como un congreso dedicado al tema

La historia peninsular en los espacios de frontera:las “Extremaduras” históricas y la “Transierra” (siglos XI-XV).Entre las comunicaciones previstas, notamos las de D.Antonio Rei (Universidade Nova de Lisboa), Geraldo SemPavor, a conquista de Évora e a origem da família Pestana; D.Tomás Calleja Guijarro, La repoblación por los Lara de unaparte de la Extremadura segoviana; D. Carlos Barquero Goñi(UNED), Los hospitalarios en la “Extremadura” castellana alsur del Duero durante los siglos XII y XIII; y D. José RamónGonzález Fernández, D. Juan de Ayala “El Viejo” (1442-1497): El poder territorial y político de la “Nobleza Nueva” en laTierra de Talavera. Más información en www.medievalistas.es(ACE).

ACADÉMIE BELGO-ESPAGNOLE D’HISTOI-RE: NUEVA JUNTA DE GOBIERNO

La nueva Junta de Gobierno, queha de gobernar la activa y respetadacoporación científica durante los próximoscinco años, ha quedado constituida así:

presidente de honor, el Excmo. Señor SenadorProfesor Doctor D. Manuel Fraga Iribarne;

Presidente, el Excmo. Señor Profesor CatedráticoDoctor D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de LaFloresta (Universidade Técnica de Lisboa); Vicepresidentes, elExcmo. Señor Don Antonio Sánchez de León y Cotoner, elIlmo. Señor D. Pierre Houart y el Excmo. Señor ProfesorDoctor D. José Antonio Escudero López; Secretario General, elExcmo. Señor Senador Doctor D. Juan Van Halen y Acedo(presidente de la Asociación de Escritores y ArtistasEspañoles); Vicesecretario, el Excmo. Señor D. Manuel MªRodríguez de Maribona y Dávila (director de la AcademiaAsturiana de Heráldica y Genealogía); Tesorero, el Excmo.Señor D. Conrado García de la Pedrosa y Campoy; Vocales, elExcmo. Señor D. Gabriel Elorriaga Fernández, la Ilma. SeñoraProfesora Doctora Dª Anna Van Rossem (UniversidadComplutense); el Ilmo. Señor Dr. D. Raphaël de Smedt(director general emérito de la Biblioteca Real Albert Ier deBruselas); el Ilmo. Señor Profesor Doctor D. Félix MartínezLlorente (Universidad de Valladolid); el Ilmo. Señor ProfesorDoctor D. Luc Duerloo (Université de Amberes); el Ilmo. SeñorDr. D. José María de Montells y Galán (Academia Alfonso XIII);y el Excmo. Señor Dr. D. Carlos Escudero de Burón González(Fundación Carlos III). Les deseamos un feliz mandato (LCE).

Cuadernos de Ayala 42 - ABR/2010 [7]

DE RE CABALLERESCA

L A S N U E VA S C A B A L L E R Í A S D E L R E I N O D E T O N G Apor el Dr. D. José María de Montells y Galán, Numerario de la Academia Alfonso XIII

En ocasiones, hay temas que te eligen a ti y no dejanque seas tú el que meta baza. Me ha pasado en relación al re-moto reino de Tonga, del que solo sabía algunas generalidadespara salir del paso. Primero, fue la visión de un partido derugby entre Tonga y Nueva Zelanda. No jugaron mal los tonga-nos, que son de constitución ciclópea, tirando a descomunal.En castizo y para entendernos, unos mozos como armarios detres cuerpos.

Luego, quizá por casualidad, tuvela oportunidad de ver por internet (en youtu-be, creo), la ceremonia de coronación de suseñor Rey (el 29 de julio de 2008). Más tar-de, la carta de un amigo sobre un posibleintercambio de condecoraciones entre laCasa Real de Georgia y la Familia Real ton-gana, hizo que me preguntase si no estabapredeterminado a escribir alguna cosa so-bre el reino polinesio. Seguro que tal se-cuencia de hechos tan inconexos entre sí,motivaron mi interés por las tradiciones deesas islas del Pacífico, por su cultura tan di-ferente de la nuestra, y su monarquía, unade las más antiguas, de las que sobrevivena eso que se llama los vientos de la historia.

Descubrí entonces que en algunosidiomas de la región, la palabra tonga signi-fica sur. El reino del Sur. El nombre de Ton-ga deriva de la palabra Tongahahake, quese traduce como Sureste, si bien su signifi-cado original era el viento que sopla del Su-reste. Un viento caliente yhúmedo que nos trae lastormentas del final del ve-rano. Por esa circunstan-cia, Tonga contó desdeaquella con todas mis sim-patías.

Tonga es un ar-chipiélago localizado alsur de Samoa. Sus 169 is-las se dividen en tres gru-pos principales: Mayorga,Gálvez y Amsterdam, queforman una línea norte-surde unos 800 kilómetros delargo. Amsterdam, la islamás grande, que albergala capital Nuku’alofa, mide257 km². Geológicamente,las islas de Tonga son dedos tipos: la mayoría tienen una base de piedra caliza que seoriginó a partir de formaciones de coral; las demás consistenen piedra caliza sobre un pedestal de origen volcánico.

Las islas de Tonga fueron colonizadas hacia el sigloXIII antes de Cristo, tras la gran expansión en la que los pue-blos del sudeste asiático emigraron a través del Océano Pacífi-co hacia el este y a través del Océano Índico hasta Madagas-car y África oriental hacia el oeste. En Tonga se puedenencontrar los restos arqueológicos más antiguos de la Poline-

sia. Siglos antes de que llegaran los europeos, los tonganosedificaron enormes monumentos. Los más importantes son elHa’amonga (o Trilithon) y los Langi (sepulcros en terrazas). ElHa’amonga tiene cinco metros de altura y consta de tres pie-dras calizas, cada una de las cuales pesa más de 40 tonela-das. Los Langi son pirámides bajas y muy lisas, con dos o tresniveles, que marcan las sepulturas de los reyes primitivos. A

principios del siglo X se establece una mo-narquía en Tongatapu, de la que son here-deros los reyes actuales. En el siglo XIII,su poder llegaba incluso hasta las islas deHawaii.

En el siglo XVIII, todas las tribus sehabían unificado y habían logrado crear unimperio marítimo que incluía las regionesconquistadas de Fiji. Por aquella época, elImperio de Tonga contaba con una pobla-ción estimada en unos 40.000 habitantes.Un país recóndito, apartado de las rutasoceánicas comerciales, que se ofrecía alnavegante occidental con un halo de miste-rio, como una hermosa e inaccesible mu-jer.

Fue el marino español FranciscoMourelle da Rúa, desviado de la ruta tradi-cional que hacían los galeones de Manila aAcapulco, quien primero llegó a estas islasallá por el 1781, muy necesitado de provi-siones y reparaciones, pese a que los in-gleses han logrado hacer pasar al capitán

Cook (que nunca las visi-tó) como su descubridor.Cosas de la pérfida Al-bión.

En la primera islaen la que atracó Morelleno encontró amparo, perose detuvo lo suficiente pa-ra nombrarla isla de laAmargura, que conven-drán conmigo, es una de-nominación poética y evo-cadora. A cambio, des-cubrió un excelente puer-to en Vava’u, que todavíahoy se llama Puerto delRefugio y reclamó su so-beranía para el Rey deEspaña. Llamó al archi-piélago Islas de Mayorga,

en honor del virrey de la Nueva España, don Martín de Mayor-ga. Al grupo Ha’apai lo llamó Islas de Gálvez en honor de donJosé de Gálvez y Gallardo, marqués de la Sonora y ministro deIndias. Gracias a los informes de Mourelle (por cierto, caballerode la Orden de Santiago), la expedición científica de Bustaman-te y Malaspina se detuvomás tarde en Tonga.

En 1845 las islas se unieron formando un reino. Seconvirtieron en monarquía constitucional en 1875, y en 1900 seestableció sobre ellas el protectorado británico. Desde 1970, es

Arriba, escudo de armas del Reino deTonga. Abajo, la coronación del actualmonarca, celebrada en la capital, Nu-ku’alofa, isla de Amsterdam, el 28 dejulio de 2008.

un reino independiente en el seno de laComunidad Británica de Naciones. El ac-tual Rey, Su Majestad Siaosi GeorgeTupou V, remonta su árbol genealógicoa cinco generaciones de monarcas. Naci-do el 4 de mayo de 1948, es el soberanode las islas desde la muerte de su padreel Rey Taufa’ahau Tupou IV, ocurrida el11 de septiembre de 2006.

Educado en las Universidadesde Oxford y Cambridge, segundo tenien-te del Ejército Británico, el Rey GeorgeTupou V es un auténtico gentleman muyvinculado a Gran Bretaña, país que visitafrecuentemente. De los monarcas actua-les, es el único en todo el mundo, que yosepa, que usa monóculo, detalle que de-lata una manera de ser y estar. Siempreimpecable, cuida mucho su atuendo,que confía, claro está, al corte británicoy a sastres ingleses. Es chocante queen nuestro tiempo la pulcritud en elvestir y las buenas maneras se con-fundan con la afectación o la inmo-destia. El Rey de Tonga es personaelegante que no se permite ningunalicencia, quizá por respeto a su pue-blo. Todavía soltero, es hombre muyfamiliar y devoto que goza de unagran popularidad entre su pueblo.

Su Majestad es Comandanteen Jefe de las Fuerzas de Defensa deTonga, amén de un sinfín de cargoshonoríficos, entre los que destaca elde jefe de la Brigada de Ambulanciasde la Venerable Orden de San Juande Jerusalén. Impulsor de una demo-cratización de la monarquía y de lasociedad tonganas, es un decididopartidario de introducir modificacio-nes en la Constitución -a pesar deque mermarán, sin duda, sus am-plias prerrogativas reales-.

Gran Maestre de las Órde-nes tradicionales del reino (las deGeorge I, Puono y la Corona), hafundado en 2008 las Órdenes de laReina Salote Tupou III, la de la CasaReal y la de la Familia Real, que lle-van su nombre; y en 2009, la Militarde San Jorge. Me malicio que tantacreatividad caballeresca se debe ala innegable influencia de la monar-quía británica. Pensemos que S. M.la Reina Isabel II de Inglaterra dis-cierne más de diez caballerías, sincontar las Órdenes inactivas.

Así, la Muy Ilustre Orden de la Reina Salote, creadaen recuerdo de la abuela del propio Fundador, quien erradicó elanalfabetismo y a cuyo reinado se debe un período de granprosperidad, se otorga para recompensar servicios al soberanoo a miembros de su Real Familia y de otras casas reales, nece-sitando el refrendo gubernamental para su concesión. Su insig-nia es una cruz de Malta esmaltada en azul, cargada en sucentro de un círculo con la efigie de la Reina titular en oro, yadornada en las intersecciones de los brazos, con una flor de

heilala, la flor nacional, de plata. Todopendiente de la real de Tonga. La cintaes azul celeste intenso.

La Orden de la Real Casa, es unaOrden de ámbito familiar, que es conferi-da exclusivamente por el Rey motu pro-prio a miembros de su Casa o a particu-lares que hayan rendido distinguidosservicios a la Familia Real de Tonga. Seotorga en cinco clases, sin intervenciónalguna del Gobierno. Su insignia es unacruz de Malta amarilla, con bordura blan-ca, cargada en su centro con un círculoque contiene el escudo de las armas re-ales con una bordura de esmalte rojodonde se lee la leyenda KOE OTUAMOTOGA KO HOKU TOFIA, escrita enletras de esmalte blanco y que renuncioa traducir por razones obvias. La grancruz sustituye la cruz de Malta, por unacruz formada por cuatro coronas de Ton-

ga esmaltadas en plata, sobre un ela-borado rafagado apiñonado de ochorayos. La cinta es amarilla, con dosfranjas azules cercanas a los bordes.

La Real Orden de Familiadel Rey George V es un medallónovalado al estilo británico con el re-trato esmaltado de Su Majestad, co-ronado con la real de Tonga, que seotorga a las damas de la dinastía realy pende de un lazo azul celeste.

La Real Orden Militar deSan Jorge está reservada a premiara los miembros de los ejércitos ton-ganos y aún extranjeros por relevan-tes servicios. Se otorga en cinco cla-ses y su insignia es una cruz patadade esmalte grana con borde doradocargada en su centro, de un círculodonde puede verse la figura de SanJorge vencedor del dragón y unabordura también grana con la leyen-da en inglés ROYAL MILITARY OR-DER OF ST. GEORGE. La cinta esgrana, y la insignia de la gran cruzes un losange de rayos dorados conel centro circular anteriormente des-crito.

Una muestra más del espí-ritu democrático que anima la activi-dad de Su Majestad y su interés porla modernización del país. Porque elderecho premial lejos de dividir a lasociedad en castas, iguala a todosen el mérito. El Rey de Tonga sabe

que las Órdenes cumplen una función social de primer orden:recompensar la virtud de los ciudadanos que merezcan un re-conocimiento del Estado. Así lo entiende un pueblo como eltongano, muy respetuoso de las formas y todavía inmerso enuna organización social estamental, heredera de un semifeuda-lismo que ha perdurado casi hasta nuestros días y así lo ha en-tendido el Rey George Tupou V de Tonga, creando estas nue-vas caballerías de su lejano y jubiloso país, a las quedeseamos una larga y fructífera vida. Ad memoriam rei perpe-tuam, que dijo el latino.

Arriba, retrato del Rey George Tupou V. De-bajo, el Rey en un acto oficial, poco despuésde la muerte de su padre. Abajo, las insigniasde la Orden de la Real Casa, creada por elmismo monarca en 2008.

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LOS ANTECEDENTES DINÁSTICOS

Antes de entrar a relatar lahistoria de la Orden de San Sebastiánde la Flecha, parece oportuno glosarbrevemente las ocurrencias dinásticasocurridas en Portugal durante las dosanteriores centurias.

El Reino de Portugal sufrió du-rante el primer tercio del siglo XIX, co-mo el de España, las turbulencias deltránsito del Antiguo Régimen al Siste-ma Constitucional. Esas turbulenciasdesembocaron en una verdadera gue-rra civil entre los absolutistas, encabe-zados por el Rey Don Miguel I, y los li-berales que obedecían a su sobrina,hija de su hermano mayor Don Pedro,Emperador del Brasil, Doña María daGloria. La guerra civil arrancó tras lamuerte del Rey Juan VI, en marzo de1826, y pasaron por la proclamaciónde Don Pedro IV y su hija Doña MaríaII (1826-1828), el reinado de su tío DonMiguel I (1828-1834), y la definitiva vic-toria militar de Doña María II (1831-1834).

De estas luchas resultó, a par-tir de 1834, la existencia de dos líneas dinás-ticas: la liberal que reinó en Portugal hasta1910 -su último representante falleció sinprole en 1932-, y la absolutista, llamada mi-guelista por su causante el Rey Don MiguelI, exiliada en Austria y Alemania hasta su re-torno a Portugal en 1950.

A pesar de haber sido formal y legal-mente privada de los derechos sucesoriospor las Cortes de Portugal en 1834, la ramamiguelista, que hoy encabeza S.A.R. DomDuarte de Braganza es la que ostenta el título dinásticode Duque de Braganza, y la que es mayoritariamente re-conocida con la Jefatura de la Casa Real portuguesa.Mientras que la rama liberal, cuyos derechos pasaron en1932 al Serenísimo Señor Duque de Loulé, es considera-da igualmente dinástica, con arreglo a las leyes portu-guesas.

EL REY DON SEBASTIÁN (1554-1578)

Don Sebastián, Rey de Portugal entre 1557 y1578, nació en Lisboa en 1554 y fue hijo del Príncipe he-

redero Don Juan de Braganza, y nietosucesor del Rey Juan III. Al morir suabuelo en 1557, y habiendo fallecidoantes su padre, Don Sebastián apenastenía tres años de edad, por lo quequedó en calidad de regente la Reinaviuda Doña Catalina de Austria, her-mana del Emperador Carlos V, regen-cia que renunció en 1562. Por aquelentonces, el principal recurso económi-co de Portugal era la especiería, co-mercio que permitió llevar al país im-portantes riquezas. Sin embargo esafalsa prosperidad económica ocasionóun grave relajamiento de las buenascostumbres: toda una sociedad corte-sana y parasitaria hizo de Lisboa elcentro del lujo y del despilfarro. Tras larenuncia de Doña Catalina de Austria,se hizo cargo de la regencia el carde-nal Don Enrique, tío del pequeño Rey,y la sirvió hasta 1568, cuando se de-claró la mayoría de edad de Don Se-bastián. Con catorce años comenzó areinar en medio del ambiente portu-gués antes descrito. Don Sebastián ha-bía sido educado en medio del culto al

heroísmo militar y del carácter casi divino dela persona real: desde muy temprana edadcreyó en su destino al servicio de Dios. Sinembargo, su impulsividad y su inmadurez lollevaron a delegar los asuntos de gobiernoen manos de validos, para dedicarse a losasuntos de guerra, pues su mayor interésfue la lucha contra el avance de los musul-manes y la conquista de las tierras moras, alnorte de África.

Ya en 1572 organizó una armada paracombatir a los herejes, pero un temporal

desbarató sus planes y destruyó los navíos fondeadosen el Tajo. Dos años más tarde decidió embarcarse furti-vamente para el norte de África, dejando instruccionespara que el pueblo tomase las armas y le siguiese. Elpretexto para una expedición guerrera surgió en 1576con la conquista del trono de Marruecos en manos deun moro apoyado por los turcos; lo que, según el ReyDon Sebastián significaría que el Sultán de Turquía po-dría llegar a dominar todo el norte de África, algo quesería fatal para la Península y para toda la Europa cris-tiana.

Retrato del Rey Don Sebastián porPantoja de la Cruz. Madrid, Monasteriode las Descalzas Reales. Debajo, em-blema de la Orden de San Sebastiánde la Flecha.

DE RE DINÁSTICA

LA ORDEN MILITAR DE SAN SEBASTIÁN

LLAMADA DE LA FLECHA

por el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de La FlorestaProfesor Catedrático de la Universidade Técnica de Lisboa

y Primer Socio de Honor de la AA. dos Arquivos Nacionais-Torre do Tombo

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Después deestos intentos frustra-dos, en 1578, con vein-ticuatro años de edad,reunió un ejército de17.000 hombres, y sedirigió a Tánger y Arci-la, al encuentro del Sul-tán de Marruecos, conquien se enfrentó enlas proximidades de Al-cázarquivir. El desastrefue total para los portu-gueses: la mitad de loscaballeros murieron yla otra mitad fue toma-da prisionera. El ReyDon Sebastián desapa-reció en la batalla, com-batiendo como un hé-roe. Pero nadie le vio morir: fueel comienzo del mito.

LA TRADICIÓN Y LA HISTORIA

La Ordem Militar de SãoSebastião, dita da Frecha, fuefundada, según la tradición(1), porel Rey Don Sebastián de Portu-gal, en honor de su Santo patro-no onomástico, al que tenía grandevoción. Esta Orden, según va-rios historiadores coetáneos(2),fue instituida en el año de 1576,pero tuvo una vida efímera(3), de-bido al desastre de Alcazarquivir(4 de agosto de 1478), donde desaparecieron el Rey sufundador, y murieron muchos de sus caballeros. En sutestamento, el Rey hizo alusión a San Sebastián, men-cionándole junto a los Santos Patronos de las Órdenesde las que era Administrador Apostólico(4).

Sabemos de cierto que en el año de 1571, elRey Don Sebastián pidió licencia a Su Santidad el PapaPío V para alterar las Reglas de las tres Órdenes Milita-res -de Cristo, de Santiago, de Avis-, para acrecentar lascruces de sus respectivos hábitos con una saeta o fle-cha, en memoria del arma conque fue martirizado elSanto cuyo nombre llevaba; pero esta distinción sería so-lamente concedida a aquellos caballeros que se señala-sen por sus notables hechos en la guerra.

Además de estas alteraciones estatutarias (lle-vadas a efecto el 6 de febrero de 1572), Don Sebastiánpidió al Papa el envío de una de las saetas con las quehabía sido martirizado aquel Santo, para depositarla enla iglesia de su advocación, que estaba edificando enLisboa. La muerte de San Pío V fue la causa de que so-lamente su sucesor Gregorio XIII, pudiese satisfacer laregia voluntad, y con ocasión de la muerte de Doña Jua-na de Austria, envió la saeta embebida en la sangre delMártir, acompañada de un breve datado a 8 de noviem-bre de 1573(5).

Esta veneradareliquia llegó a Portugalel 9 de febrero de 574,traída por el enviadopapal Pompeo Lanoja,cubiculario de Su Santi-dad(6), siendo recibidopor el Rey en su posa-da de los Paços de Al-meirim.

En la secciónde Reservados de la Bi-blioteca Nacional deLisboa(7), encontramosun relato manuscrito dela solemne entrega queel visitador de Su Santi-dad hizo de la saeta delMártir San Sebastián alRey Don Sebastián, que

se transcribe así:

Na entrada de Fevereiro de 1574estando el Rey em Almeyrim ve-yo hum visitador do Papa Gregó-rio 13, visitar el Rey pola morteda Princeza Dona Joana, e trou-xe a sua Alteza huma das duassetas que havia em Roma comque foy asetiado S. Sebastiãoem que debaixo de hum rico pa-lio de brocado levava a seta oArcebispo de Lisboa que para is-so foy chamado e para hospedaro enviado, as varas deste paleolevavão el Rey, o Cardeal, o

Senhor Dom Duarte, o enviado do Papa, o Embayxadorde Castella e Dom Pedro Diniz, ouve missa solene pre-gou o Bispo Pinheyro; e devesse notar que mandou oPapa esta seta, a quando el Rey a tinha tomado antes,por divisa no capitolo que fez da ordem de Christo, e nanova instituição que da dita ordem determinava fazer.

Nacido el 20 de enero de 1554 (dia de la cele-bración litúrgica anual de la fiesta de San Sebastián), ra-zón por la cual fue bautizado con este nombre, el ReyDon Sebastián tubo una constante y extraordinaria preo-cupación por representar las saetas o flechas con lasque San Sebastián fue martirizado, sobre todo aquellosmuebles e inmuebles que simbólicamente representasenel Poder Real, y de su propia persona como Rey.

Don Sebastián escogió para el cuerpo de su em-presa la figura de la saeta del martirio de San Sebastián,y por alma el mote latino PRO FIDE, Por la Fe(8). Nos di-ce el rey de armas Manuel Teixeira(9), que Don Sebastiántomó esta empresa cuando, retornado de su primer viajeal norte de África(10), desembarcó en el cabo de San Vi-cente y tomó el hábito de la Orden de Cristo n el conven-to de los Capuchinos (Capuchos) que entonces fungíaallá; pero que solamente la hizo pública en el Capítuloque aquella Orden celebró en Santarém en 1575. Estadivisa aparece pintada en la portada de uno de los tum-

La batalla de Alcazarquivir, en la que el Rey de Portugal perdió la vida ydesapareció misteriosamente. Debajo, una piedra armera conservadaen Setúbal, con la divisa real de la Flecha sobre las insignias de las anti-guas Órdenes de Cristo, de Santiago y de Avis.

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bos patrimoniales de la Orden de Cristo(11).

Otros autores presentan tambiéncomo empresa particular del Rey Don Se-bastián ocho estrellas con la leyenda latinaCELSA SERENA FAVENT: los tiempos se-renos favorecen las cosas elevadas(12). Aun-que, en una medalla de cobre del mismomonarca, que se conserva en la antigua co-lección formada por el Rey Don Luis I, figu-ra la misma leyenda pero con siete estrellastan solo. En otra versión se incluye, ade-más de las estrellas, una luna creciente fi-gurada en el cielo, una venera o vieira, y unpez sobre el mar(13).

En algunas de las monedas deltempo de Don Sebastián aparecen, indistin-tamente, una, dos y cuatro estrellas. En laley de 6 de noviembre de 1559 se man-dó que, desde esa fecha en adelante,en todas las monedas de oro que seacuñasen se ponhão humas setas damaneyra que vereis por huma amostraque com esta vay(14). En la moneda de-nominada de S. Vicente, están las Ar-mas de Portugal acompañadas por dossaetas con la punta hacia abajo -es de-cir, en la posición militar de uso inmedia-to-.

Estas Armas se timbran de co-rona abierta, como aparecen siempre enlas monedas portuguesas hasta aquelreinado, pues Don Sebastián fue quienmandó poner corona cerrada, comoaparecen en sus monedas de vellón,imitando así a Enrique II de Francia, quea su vez quiso imitar el uso introducidopor el Emperador Carlos V.

Las Armas de Portugal no su-frieron alteración en el reinado de DonSebastián, aunque en muchas repre-sentaciones coetáneas aparecen a ve-ces ornadas de dos e incluso tres sae-tas(15).

EL MÁRTIR SAN SEBASTIÁN, DE-FENSOR DE LA IGLESIA

El futuro mártir Sebastián nacióen Narbona (Francia), entonces una delas principales capitales de las Galias,por los años de 250 después de Cristo,muriendo en Roma el 20 de enero de286. Era ya un cristiano secretamenteconvertido, que se había alistado en elejército para poder ayudar a sus herma-nos perseguidos. A causa de su talentoy de su valentía, fue muy apreciado poremperadores Diocleciano y Maximiano, que le hicieroncapitán de su Guardia Pretoriana, un alto cargo de con-fianza imperial.

Desde esa posición elevada, protegíaSebastián a los cristianos encarcelados, ylo hizo hasta que los hermanos Marco yMarcelino fueron condenados a la muerte.Sebastián no pudo ya contenerse y revelópúblicamente su fe, rezando y convirtiendoal Cristianismo a familias enteras, por loque el emperador Diocleciano ordenó quefuese amarrado a un árbol y asaeteado(16).Atravesado por varias flechas y dado pormuerto, fue llevado a enterrar por Santa Ire-ne; pero esta se apercibió de que aún vivía,y logró su curación prodigándole los cuida-dos médicos pertinentes. Una vez curado,volvió a presentarse el Emperador, y fuemartirizado de nuevo, muerto y finalmentesepultado en las catacumbas(17).

En Portugal, el culto a San Se-bastián comenzó a tener alguna impor-tancia a partir de finales del siglo XV, yse evidenció notablemente durante elreinado de Don Juan III (1521-1557).Así, en 1531 el devoto y pío Don JuanIII consiguió hacerse con una reliquiadel brazo de San Sebastián, como nosrelata André de Resende:

Quanto o nosso Portugal deve a SãoSebastião, hão de compreender aque-les que se lembram das epidemias daPeste e da devastação das cidades,quarenta anos atrás, até que no saqueda cidade de Roma, sob o comando deBourbon ao serviço de Carlos V, entran-do em Roma em 1527; um soldadoqualquer que na pilhagem dos Templosdeparou com o braço de S. Sebastião,tocado de devoção, fez o contrário doque era hábito entre os soldados que pi-sava os pés (oh sacrilégio!) as relíquiasdos Santos; com esse nobre espólioveio para Portugal e ofereceu o braço aD. João III, Rei de Portugal, por quemfoi generosamente recompensado. ORei contou o acontecimento ao PapaClemente VII, ao mesmo tempo enviavaum régio presente ao templo saqueado,e conseguiu autorização para guardar obraço do Santo Mártir, decidindo fazeranualmente uma Procissão, com solenecerimónia, no dia do aniversário(18).

En el manuscrito História de Lisboa(19),se refiere que esta reliquia pertenecía alEmperador Carlos V, que la habría ad-quirido por botín durante sus campañasen Italia, furtado de uma egreja de Milão.Más tarde, Carlos V ofreció esta vene-randa reliquia a su cuñado, el Rey DonJuan III, quien la mandó depositar, a títu-

lo de préstamo o depósito, en la iglesia del monasteriode canónigos regulares agustinos de São Vicente de Fo-ra, en Lisboa(20).

De arriba a abajo, la divisa del ReyDon Sebastián; las flechas y ArmasReales en una moneda de oro delmonarca, acuñada en 1559; una la-bra con las Armas Reales y las fle-chas (conservada en Faro); y ungrabado alegórico del Rey parandoflechas con su escudo.

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La devoción por este Santo Már-tir parece confirmada por el gran númerode capillas y de cofradías dedicadas a suadvocación, que existieron en muchasiglesias lisboetas -Santa Justa, S. Nico-lau, S. Gião, Madalena, Nossa Senhorados Mártires, Santíssimo Sacramento(21),S. João da Praça, S. Miguel, Santo Es-tevão, S.Vicente de Fora, Salvador, S.Tomé, S. Tiago e S. Cristóvão-, ademásde la iglesia de S. Sebastião da Mouraria(hoy ermita de Nossa Senhora da Saú-de) y de la ermita de S. Sebastião da Pe-dreira, que también tuvo una cofradía de-dicada al mártir.

En 1561, el Rey Don Sebastiánobtuvo una bula del Papa Pío IV paraque en la iglesia del monasterio de S.Vi-cente de Fora, en la fiesta de San Sebas-tián y en los cuatro domingos del mes demayo, se ganasen, visitando las reliquiasdel mártir, las mismas indulgencias queestabn concedidas a los que visi-taban los santos lugares de Ro-ma(22).

Ya durante el reinado deDon Sebastián, en 1569, amena-zada la ciudad por un nuevo brotede peste, prometió el monarca eri-gir un nuevo templo a San Sebas-tián (cuya devoción fue celebradaen nueve estrofas épicas por eleximio Luís Vaz de Camões em1575)(23). Esta obra fue comenzadacon gran solemnidad en 1571,conforme al relato coetáneo, inser-to en un manuscrito de la secciónde reservados de la Biblioteca Na-cional de Lisboa(24), que se trans-cribe así:

No anno de 71, quinta feira, 19 deAbril deitou el-Rey Dom Sebastiãoa primeira pedra, no templo quedeterminava fundar no terreyro do paço ao Martyr SãoSebastião; para esta ceremonia se armou sobre mastoshuma capella armada com rica tapiçaria, no lugar ondese avia de ser a capella mor e onde se avia de assentara primeira pedra. Veo huma procissão muy solene doCabido clerezia da cidade, e Capella Real; desde a Mi-sericordia até o sittio do templo; a qual acompanhava elRey, o Cardeal, o Senhor Dom Duarte e toda a mais fi-dalguia; fez o Arcebispo de Lisboa que era Dom Jorgede Almeyda vestido em pontifical as solenidades neces-sarias; Na pedra estava esculpida huma Coroa, e debai-xo della trez setas; a qual em huma paviola forrada decetim carmesim chegarão a el Rey, os vereadores deLisboa que então erão D. António de Almeyda Irmão doArcebispo, D. João de Mendóça e António Diaz da Mayaletrado e Sua Alteza lhe pos a mão e a deitou no Alicerceque estava aberto; e aparelhada para esse effeito; e logo

deitou Sua Alteza outra pedra pola aRainha, e o Cardeal outras, e feita estaceremonia se forão em procissão ao re-dor da Capella, sagrando o Arcebispocom agua benta aquelle sittio.

Con el desastre político-militar de Alcá-zarquivir y la desaparicón del Rey DonSebastián, el aciago dia 4 de agosto de1578, el proyectado templo comenzadoen el Terreiro do Paço fue abandonado,quedando por mucho años acumuladasen un cantón de la plaza los materiales ycanterías labradas que estaban destina-das a su construcción.

Según afirman diversos historiadores(25),por iniciativa del Rey Felipe I (Felipe II deEspaña), estos materiales fueron aprove-chados para la reconstrucción de la igle-sia del monasterio de São Vicente de Fo-ra, que estaba consagrado doblemente aSan Vicente y a San Sebastián. Todavíahoy pueden admirarse sus magníficos

capiteles, decorados con las fle-chas cruzadas, rodeadas de pal-mas, que representan a San Se-bastián y su martirio(26).

Es también curioso notar el usoque el Rey Don Felipe I hizo delas saetas de la Ordem da Frecha,juntamente con la esfera armilarmanuelina y la cruz de la Ordende Cristo, que integran el collarsobrepuesto a una cartela verdeque envuelve el yelmo correspon-diente al reino de Portugal, quetimbra sus grandes Armas Realesen su mausoleo del Real Monas-terio de San Lorenzo del Esco-rial(27), en una nítida alusión al ReyDon Sebastián y a su Orden de laFlecha(28).

En 1598, cuando Lisboa sufrió lallamada Peste Grande, el Senado de la Cámara Munici-pal de Lisboa proclamó a San Sebastián como Protectorde la ciudad(29).

FUNDACIÓN DE LA ORDEN DE LA FLECHA

En la historia de la Orden Militar de San Sebas-tián, llamada de la Flecha, se notan dos fases distintas.La primera fase es la de su fundación y efímera existen-cia, y ocurrió entre los años de 1574 y 1578. La segundafase es la que se inicia con su restauración dinástica,efectuada en el año de 1994, y corre hasta hoy.

En la primera etapa, la Ordem da Frecha u Or-dem Militar da Setta de S. Sebastião, como refieren res-pectivamente Manuel de Faria e Sousa en su EuropaPortugueza (1680), D. Manuel de Menezes en la Chroni-ca d’El-Rey Dom Sebastião (1730), y el Doctor AlexendreFerreira, en su obra História das Ordens Militares que

Ingenua imagen barroca de SanSebastián, conservada en SanSalvador de Palme, al norte dePortugal. Debajo, otro retrato delRey Don Sebastián, este en elMuseo da Arte Antiga lisboeta.

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houve no Reyno de Portugal(1735), fue instituida por el ReyDon Sebastián a causa de su grandevoción a su Santo patrono, asu-miendo el carácter de una Ordenmilitar o de caballería, con la finali-dad de defender la Fe y extenderla Cristiandad.

También lo atestigua unamagnífica lápida del siglo XVI, delreinado de Don Sebastián, situadaen Setúbal, en el antiguo edificiode la Aduana Real (Alfândega Ré-gia) y actual Biblioteca Municipal,donde, juntamente com las insig-nias de las tres Órdenes militares(Cristo, Santiago y Avis), aparecela insignia de las tres flechas enhaz, alusiva a esta Orden.

En cuanto a los posiblescaballeros creado por el fundadorde la Orden, no conocemos ningu-no de sus nombres: en algún textohemos leído que el monarca tansolo llegó a crear un caballero, deidentidad ignota pero natural deGuimarães(30).

En este sentido, vale la pe-na meditar en el paralelismo queAlexandre Ferreira establece entrela fundación sebastianista de la Or-dem da Frecha y las previas funda-ciones alfonsinas de la Ordem daAla de S. Miguel y de la Ordem daEspada de Santiago:

E passando ao que me importa, di-go, que prezo El Rey desta idéa dajornada de Africa, e penhorado daSetta de S. Sebastião, para gloriada empreza, a que se encaminha-va, e lembrado de que seu antigoavô, El Rey D. Affonso o I, no glo-rioso sucesso de Santarem contrahum numero sem numero de Bar-baros, capitaneados por El Rey desevilha, instituira a Ordem da Ala,ou Aza de S. Miguel, para escrevercom aquellas pennas as memoriasdo seu agradecimento, e voar comaquella Aza em gloriosos triunfos;e que El Rey D. Affonso o V, paracontinuar os gloriosos empregos,que lhe derão o nome de Africano,creara a Ordem da Espada deSantiago; e com estas honradas memorias creou a Or-dem da Setta de S. Sebastião, espada segura para triun-far do contagio daquelles Barbaros, porque nas azas,com que voara, levaria a saude contra a peste da Infideli-dade.

Tras el desastre de Alcázarqui-vir, ocurrido el 4 de agosto de1478, con la desaparición del pro-pio monarca y de los principalescaballeros e hidalgos portuguesesque le acompañaba - y entre losque probablemente estaban algu-nos o la totalidad de los caballerosagraciados hasta entonces con es-ta su Orden personal-, siguió en1580 la pérdida de la independen-cia de Portugal, desvaneciéndoseasí la memoria histórica de la Or-den.

La muerte del joven Rey no tuvotestigos sobrevivientes, y dio ori-gen a varias versiones narrativas,algunas de las cuales afirmabanque la Divina Providencia le salvómilagrosamente, para reaparecermás tarde en Portugal. Esta creen-cia tuvo mucha difusión y arraigopopular, hasta el punto de que to-davía hoy en día hay quien sostie-ne la veracidad de tal retorno de lamuerte.

Muchos de los caballeros cauti-vos, a costa de enormes rescates,lograron volver a su patria. Y se di-ce que, habiendose señalado el lu-gar de la sepultura de Don Sebas-tián en el mismo campo de batalla,fue después reconocido su cadá-ver y reclamado al rey de Marrue-cos, que lo cedió generosamente,renunciando al precio ofrecido porel Cardenal Rey Don Enrique. Losrestos mortales que se supone serlos de Don Sebastián, fueron de-positados en la capilla mayor de laiglesia del monasterio de la Trini-dad, en la ciudad de Ceuta, dondepermanecieron hasta que el ReyDon Felipe I ordenó su traslado alAlgarbe en el año de 1582. Un si-glo más tarde, el Rey Don Pedro IIhizo depositar aquellos huesos enun mausoleo construido en la capi-lla del lado de la epístola, en laiglesia del monsterio de los Jeróni-mos, en Belém, con el siguienteepitafio:

Conditur hoc tumulo, si vera estfama, Sebastus,

Quem tulit in Libycis mors properata plagis;

Nec dicas falli regem qui vivere credit;

Pro lege extincto mors quasi vita fuit.

O sea: En este túmulo se guarda (si es cierto loque se dice) a Sebastián, a quien la muerte llevó prema-

Las Armas Reales grandes de la MonarquíaUniversal hispánica en el mausoleo de Felipe II,en El Escorial. Sobre el yelmo de la siniestra,timbre de las armas de Portugal, las flechas se-bastianistas. Debajo, la fachada del monasteriolisboeta de San Vicente da Fora, que conservavarias reliquias del Rey y de su efímera Ordende la Flecha.

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turamente en las playas deLibia. No digas que se equi-voca aquél que cree que elRey vive, pues para el muer-to por la Ley de Cristo, lamuerte es como si fuese vi-da.

Bajo el dominio filipi-no (1580-1640) se irguió elsebastianista, primeramenteun sebastianismo estático, li-gado la esperanza del regre-so del Rey Don Sebastián,evolucionando después ha-cia un sebastianismo mesiá-nico-profético, inspirado enlas Trovas de Gonçalo AnesBandarra, zapatero y profetade Trancoso, teniendo comoprincipal intérprete al virreyde la India don João de Cas-tro. En este contexto, a lo lar-go de sesenta años y hasta la Restaura-ción, se desarrolló una oposición veladaal dominio castellano, habiendo recaídoen los vástagos de la Serenísima Casa deBraganza (que eran en la época los legíti-mos representantes de los derechos di-násticos a la Corona de Portugal, como lí-nea segunda tras la de Felipe II), lasesperanzas de un resurgimiento nacional,considerando que pudieran ser aquelloslos que podrían encarnar mejor los anhe-los de independencia, y de donde podríaregresar o Desejado, llevando nuevamen-te a Portugal a la grandeza de otrora. Asísurgió la interpretación bragantina restau-racionista del mesianismo sebastianista,identificando después de 1640 al nuevoRey Don Juan IV con o Encoberto(31).

En el periodo que siguió a la Restauración de1640, el sebastianismo tomó nuevo impulso con la figuradel padre António Vieira como uno de sus mayores expo-nentes, anunciando el Quinto Império Português (tempo-ral e espiritual), basado en su profundo conocimiento bí-blico y teológico, representando la alianza del profetismosebastianista con la Historia.

La esperanza mesiánica acompañará a todos losmonarcas de la cuarta dinastía lusitana, intensificandosedurante el reinado de Don Juan V o Magnánimo (1706-1750), pasando después por eo periodo de la represiónpombaliana, para recrudecerse de nuevo durante la re-gencia del Príncipe D. Juan (futuro Don Juan VI), tenien-do en cuenta el espíritu de la época, provocado por lasinvasiones francesas y por el traslado de la Familia Realal Brasil en 1807.Volvería a surgir más tarde con el ReyDon Miguel, y después del periodo romántico de Don Pe-dro V, pasando trágicamente por el regicidio de 1908, lacaída de la queda da Monarquía en 1910, y por fin con lamuerte del Rey Don Manuel II en 1932.

Temos, felizmente, o mitosebastianista, com raízesprofundas no passado e naalma portuguesa. Nosso tra-balho é pois mais fácil; nãotemos que criar um mito,senão renová-lo. Comece-mos por nos embebedardesse sonho, por o integrarem nós, por o incarnar. Feitoisso, por cada um de nós,independentemente e a sósconsigo, o sonho se derra-mará sem esforço em tudoque dissermos ou escrever-mos, e a atmosfera estarácriada, em que todos os ou-tros, como nós, o respirem.Então, se dará na alma daNação, o fenómeno imprevi-sível de onde nascerão asNovas Descobertas, a

Criação do Mundo Novo, o Quinto Impé-rio. Terá regressado El-Rei D. Sebas-tião(32).

RESTAURACIÓN DE LA ORDEN

La segunda fase de la Historia de la Or-den se inició a partir de enero de 1994,cuando la Orden fue restaurada por el Se-renísimo Señor Dom Filipe(33), medianteautorización expresa y poderes otorgadospor su Augusto Padre el Serenísimo Se-ñor Dom Alberto, Duque de Loulé(34), pro-moviendo su registro ante las instanciasoficiales, y manteniendo desde entoncesla denominación de Ordem Militar de SãoSebastião, dita da Frecha. El dia 20 deaquel mismo mes y año (dia de San Se-

bastián), se celebró una Misa en honor del Santo Patro-no y del Fundador de la Orden, ceremonia que se ha re-petido en la misma fecha de los años siguientes.

Por Carta datada en 19 de julio de 1999, el Sere-nísimo Señor Dom Alberto, Duque de Loulé, confirmó laautorización dada años atrás a su hijo, el Señor Dom Fili-pe, para que procediese al registro y asegurase el fun-cionamiento de la Antiga Ordem de São Sebastião, ditada Frecha, declarando expresamente que ele [o SenhorD. Filipe] e os seus sucessores serão os perpétuos Ad-ministradores, como Representantes de um Ramo daNossa Casa que está na primeira linha da Sucessão daCoroa de Portugal. Este documento vino a clarificar cual-quier duda sobre la legitimidad de la fons honorum(35)

subyacente en la restauración de la Orden.

Notemos que ya desde el año de 1992, el SeñorDom Filipe viene usando la empresa del Rey Don Se-bastián -las flechas- con su alma (CELSA SERENA FA-VENT), lo que se puede comprobar en su ex-libris herál-dico, donde el escudo está acolado de dos flechas

El mausoleo del Rey Don Sebastián en el monasterio de Be-lem, en los alrededores de Lisboa. Debajo, retrato del Serení-simo Señor Dom Alberto, V Duque de Loulé y Dinasta de laCasa Real de Portugal, que fue cabeza de la línea liberal dela Real Casa de Braganza (como descendiente directo y yprellamado de la Infanta Doña Ana de Jesús), y que autorizóla restauración de la Orden de la Flecha en 1994.

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puestas en aspa, entrelazadas conla leyenda CELSA SERENA FA-VENT - DOM FILIPE. Entre los añosde 1996 y 2003, la Orden permane-ció durmiente, hasta que, exacta-mente diez años después de su res-tauración, por Carta de 20 de enerode 2004, el Señor Dom Filipe reacti-vó la Orden, reafirmando su carác-ter de Orden Dinástica, para premiarel mérito y con ella distinguir aaquellas personas que más se se-ñalen por sus distinguidos serviciosal Bien Común y a su Casa, dotán-dola de las vigentes disposicionesestatutarias -que ponemos en apén-dice-.

La festividad de la Orden secelebra anualmente el 20 de enero,dia litúrgico de su Santo Patrono(San Sebastián) y aniversario delnatalicio del Rey Don Sebastián, suFundador y Gran Maestre.

La sede de la Orden estáestablecida en el monasterio de SãoSalvador de Palme, en Barcelos.Fundado en el siglo XI, su primerareferencia documental data del1113, y estuvo bajo las advocacio-nes de San Luis de Francia y deSantiago Apóstol -por hallarse sobreuno de los caminos lusitanos a Com-postela-. A partir de 1575 fue habita-do por los monjes de la Orden deSan Benito. Desamortizado en 1834,pasó a pertenecer a los Barones dePalme.

INSTRUÇÔES

DOM FILIPE, Por Graça deDeus Dinasta da Casa Realde Portugal, Conde do RioGrande, etc. Hei por bemcomo Governador e Admi-nistrador da Ordem Militarde São Sebastião, dita daFrecha; Fundada segundo atradição em 1576 por El-ReiDom Sebastião, e Restaura-da em 1994 por expressaautorização de Meu AugustoPai o Senhor Dom Alberto,Duque de Loulé, e a mimoutorgada, como Represen-tante de um Ramo que estána primeira linha da Sucessão da Coroa de Portugal; pa-ra servir, ao mesmo tempo, como distinção de honra aosmembros da Nossa Casa, e como reconhecimento públi-co ao merecimento para com ela distinguir e premiaraqueles que mais se assinalem por Distintos Serviços ao

Bem Comum e à Nossa Real Pes-soa; e para dar-lhe mais esplendorHei por bem Determinar o seguin-te:

Instruções pelas quais se regularáinterinamente a Ordem Militar deSão Sebastião, dita da Frecha, e asquais servirão de base aos Estatu-tos permanentes, que para o futurose estabelecerão.

1º. A insígnia da Ordem Militar deSão Sebastião, dita da Frecha, écomposta de três setas (ou fre-chas) de ouro com suas pontas vi-radas para baixo, com duas setasatravessando em aspa a terceira,tendo no centro de intercepção umS de esmalte verde sobre círculode ouro, rodeado da legenda CEL-SA SERENA FAVENT assente so-bre esmalte branco, de onde saempara os lados pontas de fita em es-malte verde.

2º. As mencionadas insígnias daOrdem Militar de São Sebastião, di-ta da Frecha, poderão ser atribuí-das a Militares, Civis e Eclesiásti-cos nacionais e estrangeiros. Asinsígnias dividem-se nos graus deGrã-Cruzes,Grande-Oficiais, Co-mendadores e Cavaleiros.

3º. Para além dos sobreditos, po-derão existir até cinquenta Grã-Cru-zes. Os Chefes de Estado, Prínci-pes e Cardeais não vão incluídosneste número. O Colar da Ordemserá somente usado pelo Grão-

Mestre, Governador e Ad-ministrador, e apenas po-derá ser atribuído aSoberanos, aos Chefes deCasas Reais e aos respec-tivos Príncipes Herdeiros.

4º. Haverá até ao númerode cem Comendadores,sendo ilimitado o númerodos Cavaleiros.

5º. Haverá também para asSenhoras um grau único ili-mitado, designando-se ge-nericamente por Dama.

6º. A insígnia será maior oumenor, como se observarádo padrão que a este se

junta, e andará em fita de chamalote verde. Os Grã-Cru-zes usarão dela em fita larga, traçada do ombro direitopara o lado esquerdo (fig. 2) e terão direito ao uso daplaca em ouro (fig. 1). Os Grande-Oficiais e Comenda-dores deverão usá-la em fita proporcionada, pendente

Retrato y Armas del serenísimo Señor DomFilipe Folque de Bragança e Bourbon deMendoça, Dinasta de la Real Casa deBraganza y Conde de Río Grande, vástagode la Casa Ducal de Loulé y desde 1994Administrador de la Orden de San Sebastiánde la Flecha. Debajo, el antiguo monasteriode San Salvador de Palme, en las cercaníasde Barcelos., sede actual de la Orden.

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do pescoço e terão direito ao uso daplaca em prata (fig. 3 e 4). Os Cava-leiros usarão de insígnia menor emouro (fig. 5) pendente do lado es-querdo, como se pratica em outrasordens. As Damas usarão de insíg-nia semelhante posta sobre medalhaoval, com uma fita em forma de laço.

7º. A todos os agraciados com estainsígnia, será passado um Diplomacom o respectivo grau, que será as-sinado por mim e pelo Chanceler daOrdem, sendo registado no Consel-ho das Ordens Dinásticas de Portu-gal.

8º. Estas disposições durarão portempo indeterminado, enquanto eu,por motivos que me pareçam atendí-veis, não for servido modificar.

Escrita em Lisboa, no dia de São Se-bastião, aos 20 de Janeiro do Ano doNascimento de Nosso Senhor JesusCristo de dois mil e quatro. DOM FI-LIPE.

N O T A S1. Manuel de MENEZES, Chronica d’El-ReyDom Sebastião (Lisboa, Oficina Ferreiriana,1730), pág. 32; Manuel de FARIA E SOUSA,Europa Portugueza (Lisboa, 1680), tomo 3,parte I, capítulo I, números 1 y 3.

2. Armando de CASTRO, “As Ordens Milita-res na História Económico-Social Portugue-sa”, en As Ordens Militares em Portugal. Ac-tas do 1º Encontro Sobre Ordens Militares),(Palmela, Colecção Estudos Locais, CâmaraMunicipal de Palmela, Palmela, 1991), pág.79; Anónimo, “Ordem da Frecha”, en GrandeEnciclopédia Portuguesa e Brasileira (Lisboa-Río de Janeiro, s.d.), vol. 11, pág. 811.

3. Arquivo Histórico da Câmara Municipal deLisboa, Provimento do Pão, livro 2º do Provi-mento do Pão, fol. 199; Júlio de CASTILHO,Lisboa Antiga. Bairros Orientais (Lisboa, Câ-mara Municipal de Lisboa, 1937, 2ª edic.), vol.VII, pág. 84; Diogo BARBOSA MACHADO, Me-mórias do reinado de D. Sebastião, D. Henrique,Filippe I, II, e III, tomo III, pág. 493; EduardoFREIRE DE OLIVEIRA, Elementos para a Histó-ria do Município de Lisboa (Lisboa, TipografiaUniversal, 1882), parte I, vol. I, pág. 588.

4. António Caetano de SOUSA, História Genea-lógica da Casa Real Portuguesa, desde a suaorigem até o presente, com as Familias illustres,que procedem dos Reys, e dos SerenissimosDuques de Bragança. Justificada com instrumen-tos e Escritores de inviolavel fé (edición deAtlântida Livraria Editora Lda., Coimbra, 1947),III, cap. XVII, págs. 356, 369; y Provas, tomo III,nº 153, págs 198-205.

5. Alexandre FERREIRA, História das Ordens Mi-litares que Houve no Reyno de Portugal (Lisboa,Academia Real da História Portuguesa, s. d. [1735]), capítulo V, §§ 1-2, págs. 485-504; José Maria QUEIROZ VELOSO, D. Sebastião(1554-1578) (Lisboa, Empresa Nacional de Publicidade,1935), págs.191, 193; João Francisco MARQUES, “A primeira jornada de D. Se-

bastião a Marrocos, no Verão de 1574, e aactuação dos pregadores portugueses”, enColóquio O Sebastianismo. Política, Doutrinae Mito (sécs. XVI-XIX), (Lisboa, AcademiaPortuguesa da História y Edições Colibri,2005), págs. 161-162, 163; Frei Manuel dosSANTOS, História Sebástica, contem a vidado Augusto Principe o Senhor D. SebastiãoRey de Portugal, e os sucessos memoraveisdo Reyno, e conquistas do seu tempo (Lis-boa, Oficina de António Pedroso Galrão,1735), libro II, cap. XX, págs. 288-302.

6. Júlio de CASTILHO, op. cit., pág. 85; Dio-go BARBOSA MACHADO, op. cit., págs.530-531. Posteriormente el segundo corógra-fo setecentista Padre João Baptista de Cas-tro (en Mappa de Portugal, Lisboa, Oficina deMiguel Manescal da Costa, 1746, tomo III,pág. 126), esta saeta se conservaba en elpalacio y oratorio de los Vizcondes de Bar-bacena, sito en el Campo de Santa Clara, enLisboa.

7. En la Biblioteca Nacional de Lisboa, sec-ción de Reservados, Col. Alcobacense, códi-ce nº 443, fols. 65-66.

8. Henrique AVELAR y Luis FERROS, “AsEmpresas dos Príncipes da Casa de Avis”,en XVII Exposição Europeia de Arte, Ciênciae Cultura - Os Descobrimentos Portuguesese a Europa do Renascimento - “O Homem ea Hora são um Só” - A Dinastia de Avis (Lis-boa, Presidência do Conselho de Ministros,1983), pág. 233.

9. No ano de 1574 permaneceu um mês in-teiro nas praças de Ceuta e Tânger: Joa-quim Veríssimo SERRÂO, História de Portu-gal (Lisboa, Editorial Verbo, 1979), vol. III,pág. 66.

10. Manuel Teixeira fue oficial de armas alservicio de la Corona de Portugal -entoncesunida a la de España-, sirviendo como Portu-gal principal rey de armas (1599-1608). Se-guramente era un oficial mecánico proceden-te de la Casa dos Vinte e Quatro; pero sulabor como oficial de armas culto e informa-do de los principios históricos, heráldicos ygenealógicos, cualidades tan raras entre suscolegas contemporáneos, le valió los elogiosdel grande Antonio Caetano de Sousa. Con-tinuó la preocupación de su antecesor Gas-par Velho por recuperar los emolumentos del

oficio de armas, y logró del Rey la publicaciónde varias disposiciones tendentes a regular lapublicación de libros genealógicos. Escribió unLivro de Armería inédito y una Carta ao Sere-níssimo Duque de Bragança, Condestável des-tes Reinos, sobre a Dignidade e do oficio deCondestável. Sobre Teixeira, véase mi estudio“Oficiais d’Armas ao serviço da Corõa de Portu-gal”, en la obra colectiva Símbolos, Gerações eHistória (Academia de Letras e Artes, Cascaes,2002), págs. 13-119.

11. Vide nota 8.

12. António Caetano de SOUSA, op. cit., tomoIII, pág. 624.

13. Rubem AMARAL JUNIOR, Emblemática Lu-sitana e os Emblemas de Vasco Mousinho deCastelbranco (Centro de História da Universida-de de Lisboa, Lisboa, 2005), págs. 17-18; Ma-

nuel Bernardo LOPES FERNANDES, “Memoria das Medalhas e con-decorações portuguesas e das estrangeiras com relação a Portugal”,in Memorias da Academia Real das Sciencias de Lisboa - Classe deSciencias Moraes, Politicas e Bellas-Lettras (Academia Real das Ciên-

Diploma e insignias de la Orden de SanSebastián de la Flecha.

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1970), págs. 116-120.

24. Vide nota 7.

25. D. Nicolau de SANTA MARÍA, op. cit., parte II,págs. 146, 149; Diogo BARBOSA MACHADO, op.cit., III, pág. 493; Eduardo FREIRE DE OLIVEIRA,op. cit., I, pág. 474, nota.

26. Biblioteca Nacional de Lisboa, sección de Ma-nuscritos, História de Lisboa, fol. IIv.

27. Juntamente con el yelmo referente a Portugal(que se encuentra del lado siniestro), existen allíotros dos, con sus respectivos collares: el yelmocentral con las aspas y el pedernal de Borgoña, yel de la diestra con la jarra, las flechas y el yugo,según nos describe e interpreta Francisco de Si-mas Alves de Azevedo. También Faustino Menén-dez Pidal de Navascués, “Los Emblemas de Espa-ña”, in España. Reflexiones sobre el ser de España(Real Academia de la Historia, Madrid, 1997), págs.429-473.

28. Alejandro de ARMENGOL Y DE PEREYRA,Heráldica (Editorial Labor, Barcelona, 1933), pág.107).

29. Lisboa Quinhentista. A História, a Imagem e aVida na Cidade, pág. 149.

30. Luis de CAMÕES, Lusiadas (comentadas porManuel de Faria e Sousa, Madrid, 1639), IV, pág.119. Citado por el P. João Baptista de CASTRO,Mappa de Portugal antigo e moderno (Lisboa,1747 ), tercera parte, pág. 86; y en la BibliothecaFamiliar Recreativa (Lisboa, 1844), II, pág. 35.

31. António MACHADO PIRES, D. Sebastião e oEncoberto (Fundação Calouste Gulbenkian, Lis-boa, 1971), págs. 37 a 116.

32. Fernando PESSOA, “Regresso ao Sebastianis-mo”, in Jornal do Comércio e das Colónias del 28de mayo y del 5 de junio de 1926, pág. 108.

33. El Serenísimo Señor Dom Filipe (Dom Filipe Al-berto Folque de Bragança e Bourbon de Men-dóça), nacido en Lisboa el 16 de abril de 1967, esel tercer hijo varón del Serenísimo Señor Dom Al-berto (1923-2003), Duque de Loulé. El SerenísimoSeñor Dom Filipe es Dinasta de la Casa Real dePortugal y usa el título de Conde del Río Grande,que su Augusto Padre le transmitió en 1997. Espresidente del Instituto Dom João VI, presidentedel Conselho das Ordens Dinásticas de Portugal,gran cruz nato de la Orden Militar de Nossa Sen-hora da Conceição de Vila Viçosa, caballero de laReal e Ilustre Orden de San Genaro y bailío grancruz de la Sagrada y Militar Orden Constantinianade San Jorge (ambas de la Casa Real de Borbónde las Dos Sicilias), caballero de honor y devociónde la Soberana y Militar Orden de Malta, etcétera.

34. El Serenísimo Señor Dom Alberto (D. AlbertoNuno Carlos Rita Folque de Mendóça Rolim deMoura Barreto), nacido en 1923 y finado en 2003,fue Dinasta de la Casa Real de Portugal, 5º Duquee 6º Marquês de Loulé, 13º Conde de Vale deReis, etcétera, representante de los derechos per-sonales y dinásticos que recayeron en Su AugustaMadre la Señora Doña Constança (a través de suAbuela Su Alteza Real la Señora Infanta Doña Anade Jesus Maria de Braganza y Borbón, hija del ReyDon Juan VI y de la Reina Doña Carlota Joaquinade Borbón, Infanta de España), después de lamuerte del Rey Don Manuel II, ocurrida el 2 de juliode 1932.

35. James J. ALGRANT Y CAÑETE, “El ‘Fons Ho-norum’”, en Revista Ibero-Americana de Heráldica,

del Colegio Heráldico de España y de las Indias, nº 3 (Madrid, enero1994), págs. 65-78.

cias de Lisboa, Lisboa, 1865), Nova Série, tomo III,parte II, págs. 9-10; Joannis Jacobi LUCKII, SyllogeNumismatum elegantiorum quae diversi Imp.[erato-res], Reges, Principes, Comites, Respublicae diver-sas ab causas ab anno 1500 ad annum usque 1600(Estrasburgo, 1620), pág. 270.

14. Augusto Carlos TEIXEIRA DE ARAGãO, Des-crição Geral e História das Moedas cunhadas emnome dos Reis, Regentes e Governadores de Por-tugal (Lisboa, 1874), tomo I, pág. 408.

15. Véase el dictamen aprobado por la sección deHeráldica y Genealogía de la Associação dos Ar-queólogos Portugueses, “O Brazão d’Armas da Villade Amarante” (Lisboa, 25 de junio de 1924), pág. 8.

16. Ver Paul GUÉRIN, Vie des Saints (Société Gé-nérale Librairie, s. l., 1887), I, págs. 332-333.

17. Jorge de CAMPOS TAVARES, Dicionário deSantos: hagiológico, iconográfico, de atributos, deartes e profissões, de padroados, de compositoresde música religiosa (Lello & Irmão, Porto, 1990, 2ªedición), pág. 133; Iacopo de VORAGINE, LegendaÁurea (Civilização Editora, Porto, 2004), I, págs.126-130; Paulo PEREIRA, “São Sebastião”, in Enci-clopédia dos Lugares Mágicos de Portugal (Público,Lisboa, 2006), 14, págs. 49-52.

18. Lisboa Quinhentista. A História, a Imagem e aVida na Cidade (Câmara Municipal de Lisboa, Lis-boa, 1988), pág. 141; Alexandre FERREIRA, op.cit., págs. 494-498; Jorge CARDOSO, Agiologio Lu-sitano dos Sanctos, e Varoens illustres em Virtudedo Reino de Portugal e suas conquistas (Lisboa,1652), I; Padre António CARVALHO DA COSTA,Chorografia Portugueza e Descripçam Topographi-ca do Famoso Reyno de Portugal (Oficina RealDeslandesiana, Lisboa, 1706), I, tratado 8, capítulo28.

19. Biblioteca Nacional de Lisboa, sección de Re-servados, História de Lisboa, folio 21; y también Jú-lio de CASTILHO, op. cit., pág. 78.

20. D. Nicolau de SANTA MARÍA, Chronica da Or-dem dos Conegos Regrantes do Patriarca SantoAgostinho (Lisboa, 1668), parte II, pág. 149.

21. La venerada reliquia del brazo de San Sebastiánse encuentra actualmente en este templo, bajo lacustodia del actual prior de la iglesia basílica deNossa Senhora dos Mártires.

22. D. Nicolau de SANTA MARÍA, op. cit., parte II,págs. 149-150; J. Lúcio NUNES, “História da Pro-cissão de Nossa Senhora da Saúde”, in Ocidente(Lisboa, 1965), vol. LXIX, pág. 135; Maria de FátimaREIS, “Medo e devoção. A ‘Peste Grande’ de 1569em Lisboa e a Procissão da Senhora da Saúde”, inColóquio O Sebastianismo. Política, Doutrina e Mito(sécs. XVI-XIX), (Academia Portuguesa da Históriay Edições Colibri, Lisboa, 2005), pág. 342.

23. Arquivo Histórico da Câmara Municipal de Lis-boa, livro I de Festas, fols. 90, 91; Júlio de CASTIL-HO, op. cit., págs. 76-77, nota 1; Eduardo FREIREDE OLIVEIRA, op. cit., I, págs. 474, 574-575; Ale-xandre FERREIRA, op. cit., págs. 485-487; AntónioQUADROS, Poesia e Filosofia do Mito Sebastianis-ta. O Sebastianismo em Portugal e no Brasil (Co-lecção Filosofia e Ensaios, Guimarães e Cª Edito-res, Lisboa, 1982), I, págs. 51-53;Wilhelm STORCK,Vida e Obras de Luís de Camões (Imprensa Nacio-nal-Casa da Moeda, Lisboa, 1980; primera ediciónen 1898), pág. 707; Luís de CAMÕES, Lírica deLuís de Camões (Círculo de Leitores, Lisboa, 1980),págs. 391-392; Francisco de HOLANDA, “Da Fábri-ca que falece à Cidade de Lisboa” (Lisboa, 1571),capítulo X, fols. 25v-27v (Biblioteca Nacional da Ajuda, sig. 51-III- 9),in Jorge SEGURADO, Francisco d’Ollanda (Edições Excelsior, Lisboa,

Textos impresos antiguosatinentes a la Orden de SanSebastián de la Flecha: arriba,la Chronica d’El-Rey DomSebastiâo; debajo, la Historia dsOrdens Militares (1735).

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Hace ya algunos años leímos el artículo titulado Lalaureada de Espartero. Una insignia con mucha historia, fir-mado por uno de tantos aficionados a los asuntos históri-cos(1): un texto circulado pero al parecer inédito, circunstan-cia que nos impide criticarlo, como eslógico, y que nos obliga a silenciar elnombre de su autor -aunque tampoco lomencionaríamos en el caso contrario, si-guiendo el principio clásico de que aqui-la non captat muscas-. Pero notemos, sí,que, como suele ocurrir con esta clasede escritos procedentes de la afición alos estudios históricos serios, es un textomuy sugerente para quienes poseemosla preparación académica legal comopara dedicarnos a escribir de Historia, yademás lo hacemos profesionalmente,es decir con habitualidad, desde la sol-vencia una cátedra universitaria.

Es de esperar que el abogadodel Estado impostor -llamemos así, porahora, al autor del inédito escrito- se de-cida a imprimir ese texto, en el que nosilustra largamente sobre las vidas de losgenerales Espartero y Marina utilizandolos datos que facilita cualquier enciclope-dia de uso común, y hasta internet y wiki-pedia. Y para esa publicación me permitohacerle desde estas líneas algunas ob-servaciones dirigidas a su mejora, y a lacorrección de los errores -algunos gra-ves- contenidos en su escrito: creo quedebe tener en cuenta que nunca haexistido un Regimiento de Infantería deGranátula (como afirma en la página 1);que Espartero no alcanzó el generalatoen 1823 (página 1), sino once años des-pués, en 1834(2); que Espartero no fuenombrado general en jefe del Ejércitodel Norte y virrey de Navarra tras el le-vantamiento del sitio de Bilbao en di-ciembre de 1836 (página 2), sino que yalo era desde el 17/25 de septiembre de1836, en sustitución del general Fer-nández de Córdoba(3); que la afirmaciónde que las fuerzas enviadas por Francia,Inglaterra y Portugal a combatir en elbando cristino durante la primera guerracarlista, no eran, como dice el abogadodel Estado impostor, gentuza en su conjunto de la peor laya(página 3), lo cual parece calificación subjetiva e impropiade quien quiere escribir de Historia, sino fuerzas regularesdel Exército Real lusitano, de la Royal Navy, los Royal Mari-nes, la Royal Artillery y los Royal Engineers británicos, y -eso sí- alguna tropa mercenaria francesa e inglesa, perotambién suiza, germana y belga(4); que los Gobiernos libera-les británico, francés y portugués no apoyaron más o me-

nos públicamente al bando isabelino (página 3), sino que lohicieron de manera absolutamente pública y declarada,suscribiendo con España el Tratado de la Cuádruple Alian-za el 22 de abril de 1834, y enviando divisiones de sus pro-

pios ejércitos a luchar contra los carlis-tas; que Espartero no celebró unbrillante matrimonio por su prestigio mili-tar y su popularidad innegable como es-tadista (página 3), ya que se casó en1827, cuando solo era uno de tantos co-roneles con grado de brigadier, y desdeluego no tenía aún papel político algu-no; que el flamante título de Príncipe deVergara que obtuvo Espartero en 2 deenero de 1872, no llevaba anejo el trata-miento de Alteza Serenísima (página 4),sino el de Alteza, a secas(5); que el Regi-miento formado en 1812 por el Zar Ale-jandro I reuniendo prisioneros y deser-tores españoles, y enviado a Españaluego, no se llamó Regimiento de Impe-riales de Alejandro I de Rusia (página4), sino Regimiento Imperial Alejandrode Infantería de Línea(6); que es inexac-to afirmar que el joven monarca habíaconseguido (sic) la gran cruz laureadade San Fernando por su valerosa actua-ción al frente de las tropas en campaña(página 5), pues Don Alfonso XII osten-taba esa preciada gran cruz desde suproclamación el 29 de diciembre de1874, sin necesidad alguna de mostrarsu valor en campaña, sino ipso iure, envirtud del artículo 1º de los reglamentosde 1815 y 1862, entonces vigentes; y lomismo cabe decir en cuanto a lo queafirma sobre que Alfonso XIII no lució si-no excepcionalmente las insignias de lalaureada, al no haber participado perso-nalmente en ninguna acción de guerraque justificase su ostentación (página6), pues siendo Jefe y Soberano de laOrden no necesitaba de tal requisito pa-ra ostentar las insignias, y lo cierto esque sí se conservan retratos suyos conellas(7); y, finalmente, que debiera men-cionar, y no omitir, la relevante circuns-tancia de que en la concesión de la lau-reada al general Marina Vega en 1915

hubo ciertos movimientos políticos, que llegaron hasta lasCortes(8).

Y una vez glosado el proyecto de artículo de nues-tro abogado del Estado impostor, vayamos al fondo de lacuestión: según este funcionario, el general Espartero obse-quió a Alfonso XII con las insignias de la gran cruz laureadade San Fernando, en febrero de 1875 (hecho probado do-cumentalmente, pues lo certifica la Gaceta de Madrid del

Arriba, el general Espartero en sumadurez; debajo, el Rey Don AlfonsoXII. Ambos lucen la gran cruz laureadade San Fernando, con que el primero,ya muy anciano, obsequió al segundoen su encuentro en Logroño, en 1875.

LA LAUREADA DE ESPARTERO Y LA LAUREADA DE FRANCO:UNA POLÉMICA INSUSTANCIAL PERO MALINTENCIONADA

por el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Universidade Técnica de Lisboa

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DE TERGIvERSATIO BEOCIA

14 de febrero de ese año); dice que suhijo y sucesor Don Alfonso XIII obse-quió con las mismas insignias al gene-ral Marina, cuando en julio de 1915 sele concedió dicho grado en la Orden(hecho que el abogado del Estado im-postor afirma galanamente, sin acredi-tarlo documentalmente); dice que di-cha insignia fue regalada por la familiadel general Marina, en 1939, al Gene-ralísimo Franco (hecho probado docu-mentalmente a través de la prensa yde testimonios familiares); y, por fin, di-ce que dicha insignia, que supuesta-mente perteneció a Espartero, se en-cuentra en paradero desconocidodesde la muerte de Franco.

Las últimas afirmaciones vie-nen además a introducir un indeseablematiz político al asunto, pues dan pie aalgunos a poner en duda la legalidadde la concesión de esta gran cruz lau-reada al Generalísimo Franco en 1939,dando a entender que no se le conce-dió por su valor ni por sus méritos mili-tares, sino por los manejos políticos delos vencedores de la guerra civil. Todolo cual es, ciertamente, inexacto: con elreglamento de 5 de julio de 1920 en lamano, artículos 11 y 35, el GeneralísimoFranco, por su calidad de general en jefede un ejército victorioso, tenía perfectoderecho a ser caballero laureado -y sinnecesidad de recurrir al artículo 1º, porel cual ya era Jefe y Soberano de la Or-den y por ello también podía lucir esasinsignias-. Y el procedimiento de conce-sión fue por cierto impecablemente ajus-tado a los preceptos reglamentarios vi-gentes.

Pero ya se ve que de nada valela realidad de los hechos y la claridad delas leyes, cuando algunas personas ma-lintencionadas -al menos malintenciona-das en términos historiográficos- se va-len de las afirmaciones galanas, de lasmixtificaciones, de los sobreentendidos,en fin, que he denunciado antes, parallevar el agua a su molino, en este casoel de la difamación de los muertos. Léa-se, en este punto, el artículo Desapare-ce la Laureada de Franco, subtituladoLa más alta condecoración militar espa-ñola no se encuentra en el Museo delEjército, donde debía estar custodiada(diario La Razón de los días 11 y 12 dediciembre de 2001, páginas 28-29 y 27,respectivamente), fundado -es muy evi-dente- en las afirmaciones del abogadodel Estado impostor. Allí mismo suscri-be una entradilla el señor Sampedro Es-colar con más de lo mismo, es decir ha-ciendo una excelente demostración desu ignorancia de los preceptos regla-

mentarios de la Real y Militar Orden,calificando de paso otra vez de ilegal eluso de la cruz laureada por parte de Al-fonso XIII y por supuesto por parte deFranco. En la misma línea denigratoria,el panfleto titulado La Laureada quenunca existió, aparecido en Cambio16, números 1570- 1577 (2002).

Pues bien, ya vemos que las co-sas no parecen haber ocurrido precisa-mente tal y como se relatan en los es-critos del abogado del Estado impostory de sus seguidores e imitadores.

Para empezar, no parece acredi-tado documentalmente en parte algu-na, ya lo hemos visto, que Alfonso XIIIregalase en 1915 precisamente la anti-gua insignia laureada de Espartero algeneral Marina. Hemos revisado acu-ciosamente los fondos del Archivo Ge-neral de Palacio (reinado de AlfonsoXIII) y también la prensa del momento,sin haber encontrado en ella la menormención a tal hecho. ¿De dónde proce-de esta afirmación? El abogado del Es-tado impostor, que tanto la trae a cola-

ción, dándola por cierta sin más, lo calla.

Tampoco es cierto que, como selee en el texto del abogado del Estadoimpostor, en las colecciones del Patrimo-nio Nacional no exista ninguna insigniade la gran cruz laureada de San Fernan-do: hay en ellas al menos un ejemplar dela placa. Tan es así, que ya en el año2003 nos tomamos la molestia de locali-zarlo y fotografiarlo: hoy en día se con-serva en el Palacio Real de Aranjuez, enel Museo de la Vida en Palacio, sala deAlfonso XII, colocada precisamente sobreel uniforme que perteneció a este monar-ca, y tiene el número de inventario10029402(9).

¿Se trata de la placa laureadaque perteneció al general Espartero? Es-to ya no es tan sencillo de dilucidar, puesen los archivos palatinos -en la ficha deinventario de la pieza, redactada en1990- no se expresa su procedenciaexacta, aunque sí que la placa se halla-ba colocada desde antiguo sobre el uni-forme del Rey Pacificador, como hoy(10).Y es que hemos de notar, en primer lu-gar, que Don Alfonso XII pudo muy bienposeer no una sino varias placas de estaclase, por vía de herencia, ya que variosde sus familiares pertenecieron a la Realy Militar Orden de San Fernando con elgrado de gran cruz laureada: su abuelomaterno Don Fernando VII, fundador dela Orden; su abuelo paterno el InfanteDon Francisco de Paula; su padre el Reyconsorte Don Francisco de Asís (que so-brevivió a su hijo hasta 1902); y hasta su

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Arriba, la insignia de la gran cruz laureadade la Real y Mil i tar Orden de SanFernando que se conserva sobre ununiforme del Rey Don Alfonso XII en elPalacio Real de Aranjuez: es probable quesea la misma que le obsequió en 1875 elgeneral Espartero. Debajo, el joven ReyDon Alfonso XIII en uno de los retratos enque luce esta insignia, que supuestamenteregaló en 1915 al general don JoséMarina, cuyo retrato va al pie.

madre la Reina Doña Isabel II (aun-que sus peculiares insignias están hoyen el Museo del Ejército). Y podría-mos ampliar este elenco con otros va-rios familiares de segundo y tercergrado del monarca.

Y, sin embargo, yo me inclinoa pensar que sí, que efectivamentepudiéramos muy bien hallarnos antela placa regalada a Don Alfonso XIIpor el general Espartero en 1875. Noes esta una afirmación gratuita comolas que difunden los sampedros deturno, sino consecuencia de dos razo-namientos sencillos: en primer lugar,que se trata de una pieza de confec-ción ordinaria, en plata, y no de unapieza rica, de oro y brillantes, más se-mejante a las que solían poseer y lucirlos miembros de la Familia Real.

Y en segundo lugar, porquepor fortuna conocemos el nombre desu artífice, ya que en su dorso mues-tra un sello de orfebre en el que confacilidad leemos G. / YRABURO. Setrata de Gaspar Iraburo y Fagondo, unplatero madrileño nacido hacia 1805,muy activo durante el reinado isabeli-no, que murió soltero en la villa y corteel 22 de febrero de 1867(11). Fue ademásesmaltador y engastador(12) y fabricantede condecoraciones, y durante la regen-cia de Espartero tuvo taller abierto preci-samente en la calle del Duque de la Vic-toria números 10 y 12, frente a laAduana -o sea en la calle de Alcalá, quellevó brevemente ese nombre, en cuyoinmediato palacio de Buenavista teníaEspartero su residencia-, y más tarde enla calle de Cedaceros número 9, dondefalleció.

Iraburo concurrió a la exposi-ción pública de la industria española delaño 1841 con un soberbio ejemplar dela placa de la gran cruz de la Orden deIsabel la Católica que le valió la medallade bronce(13); a la de 1845 con treinta ycinco piezas finas, entre ellas las insig-nias de todos los grados de la Orden deSan Fernando, y ganó otra medalla debronce(14); y a la de 1849 y 1850 con to-da una colección de la que formabanparte el collar del Toisón de Oro, y lasplacas ricas de las Órdenes de CarlosIII, Isabel la Católica y San Hermenegil-do, a más de las veneras de las cuatroÓrdenes Militares, por cuyos trabajosmereció sendas medallas(15).

Y como resulta que este donGaspar Iraburo no trabajó nunca al ser-vicio de la Real Casa, según resulta delexamen de los fondos documentales delArchivo General de Palacio (Personal),

hemos de concluir que la placa con-servada en Aranjuez y que pertenecióal Rey Alfonso XII, seguramente noprocedía de un encargo regio -que na-turalmente habría sido hecho, segúncostumbre, a un artífice de la regia cá-mara, proveedor de la Real Casa-, nitampoco a una herencia. De ahí aconcluir que el monarca la recibió co-mo regalo de manos de un particular,y que ese donante fuese el generalEspartero, habría un corto paso, entérminos deductivos -paso que, a fuerde historiador prudente, yo no darépor ahora y mientras no conozcamossu confirmación documental-.

Hasta aquí el tan traído asunto dela laureada de Espartero, que el abo-gado del Estado impostor sostiene tana la ligera que pasó a manos del ge-neral Marina en 1915, y de los familia-res de éste a las del general Francoen 1939, cuyos herederos la habríanextraviado. Un asunto que ya formaparte de los mitos que circulan por laRed, y que viene siendo utilizado -eslo politically correct en nuestros días-para desprestigiar los méritos militaresy la conducta militar de don Francisco

Franco Bahamonde(16).

Concluyamos ya. En artículo titu-lado La Laureada de Franco, difundido elpasado 20 de julio de 2010 a través delBlog de Heráldica, que dirige con aciertoel comandante Carrión Rangel(17), el se-ñor Sampedro Escolar ha publicado unaglosa de la doble ceremonia de imposi-ción de la gran cruz laureada de SanFernando al Generalísimo Franco, ensendas ceremonias ocurridas el 19 demayo de 1939 (día del desfile de la Victo-ria) y el 17 de julio de 1940. Y en estepunto diremos que los asertos del señorSampedro Escolar se ajustan más a larealidad de los hechos y de las leyes queen ese texto inédito que antes he comen-tado. Sin embargo, este aficionado a laHistoria afirma otra vez que la laureadadel general Marina es la que había perte-necido al Príncipe de Vergara, sin aportarmás prueba que su palabra.

Del ilustre agraciado diré tan solo,porque es aspecto que se ha venido utili-zando para menospreciar la memoria delCaudillo, que si bien Franco fue conde-corado en 1939 con la gran cruz laurea-da, bien podía, en términos legales, utili-zar -como lo hizo habitualmente- lainsignia de la simple cruz laureada: ellofue así porque el artículo 8 del Regla-mento de la Orden entonces vigente -elquinto, aprobado por real decreto de 5 dejulio de 1920- expresaba que en lo suce-sivo la Cruz de San Fernando será siem-

Escenas de las dos sucesivasimposiciones de la gran cruz laureadade San Fernando al GeneralísimoFranco, en 1939 y en 1940.

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pre laureada y la misma en todos los ca-sos y para todos los individuos militares(18).Por eso el decreto 192, de 26 de enero de1937 -vigente hasta 1942-, solamente re-cogía entre las recompensas susceptiblesde ser otorgada en tiempo de guerra lacruz laureada, y no la gran cruz laurea-da(19). Tengo por muy probable que, debidoa tal circunstancia reglamentaria, la simplecruz laureada formó parte -junto a la grancruz laureada- del juego de insignias ricasofrecidas al Generalísimo en 1940 por suscompañeros de armas. Y por eso el Jefedel Estado usó indistintamente, a lo largode toda su vida, de ambas insignias. Le-galmente. Con todo derecho.

N O T A S

1. Pero más aficionado aún a las mistificacio-nes historicistas: a este inquieto funcionario,que hoy frecuenta los círculos de la Noblezamadrileños haciendo gala de un desenfrenadoansia de distinción social -divirtiendo mucho alos Grandes y Títulos, bien entendido que elciudadano no pertenece legalmente a la No-bleza española sino que desciende por rectalínea de varón de una familia sevillana plena-mente integrada en el estado general-, ya lo vi-mos hace algunos años en el Alcázar de Sego-via, haciéndose pasar por comendador de unaOrden dinástica y nobiliaria a la que nunca hapertenecido; y hace menos tiempo nos sor-prendió firmando un artículo como abogado delEstado -en cuyo distinguido Cuerpo, obvio esdecirlo, jamás ha ingresado-. Últimamente fun-ge, al parecer con algún retraso en el tiempo,en la Sociedad Filantrópica de Milicianos Na-cionales (sic) de Madrid; y como pseudo-ex-perto genealógico y nobiliario de una antiguadivisa radicada en La Rioja.

2. Archivo General Militar de Segovia, Céle-bres, caja 52/1. Así consta en todas sus hojasde servicio, y en todas sus biografías, hastalas que aparecen en internet y wikipedia.

3. Gaceta de Madrid del 19 de septiembre de1836.4. Paul AZAN, La Légion Étrangère enEspagne1835-1839 (París,1905). Gonzalo de PORRASRODRÍGUEZ DE LEÓN, “La Le-gión Extranjera Francesa o Divi-sión Auxiliar Francesa en la 1ªGuerra Carlista”, en Torre de losLujanes, 50 (mayo 2003), págs.149-172. James R. BISHOP,The British Legion into the FirstCarlist War 1835-1837 (Michi-gan, 1991). Gonzalo de PO-RRAS RODRÍGUEZ DE LEÓN,“La British Legion en la 1ª Gue-rra Carlista”, en Torre de los Lu-janes, 51 (octubre 2003), págs.141-158. Moisés Enrique RO-DRÍGUEZ, Under the Flags ofFreedom: British Mercenaries inthe War of the Two Brothers, theFirst Carlist War, and the GreekWar of Independence 1821-1840 (Lanham, Maryland, 2009).

Gonzalo de PORRAS RODRÍGUEZ DE LEÓN,Dos intervenciones militares hispano-portugue-sas en guerras civiles del siglo XIX (Madrid,2001); y “La División Auxiliar Portuguesa enEspaña, durante la 1ª Guerra Carlista. Expedi-ción del Barón das Antas (1835-1837)”, en To-rre de los Lujanes, 46 (enero 2002) págs. 135-46.

5. Gaceta de Madrid del 2 de enero de 1872.

6. Hubiera bastado una consulta a cualquierade las Guías de Forasteros de los años 1814en adelante. Y para un mayor conocimiento:Gonzalo de PORRAS RODRÍGUEZ DE LEÓN,De los últimos de Kronstad y otros olvidadosde la Guerra de la Independencia: el Regi-miento Imperial Alejandro (1813-1823), Madrid,2009.

7. Por ejemplo, el que se conserva en el Con-sejo Insular de Palma de Mallorca.

8. Por ejemplo, la polémica que rodeó la con-cesión de esta condecoración al general Mari-na, sustanciada en los debates parlamentariosde mediados del mes de noviembre de 1915, aconsecuencia de la denuncia del diputado se-ñor Rodes.

9. Agradezco a don José Luis Valverde Meri-no, conservador del Palacio Real de Aranjuez,su amabilidad cuando acudí a este Real Sitioel 18 de julio de 2003 a tomar las fotografíasque ilustran estas páginas.

10. Las piezas de ese uniforme alfonsino sonlas inventariadas con los números 10029398,10029399, 10029400, 10029401, 10029402 y10029403.

11. Madrid, parroquia de San Sebastián, libro49 de difuntos, al folio 164.

12. Guía de Madrid, varios años.

13. Según reseña publicada en el SemanarioPintoresco Español número 51, del 19 de di-ciembre de 1841, página 403.

14. Catálogo de los productos de la IndustriaEspañola (Madrid, 1845), págs. 21-22. Memo-ria de la Junta Calificadora de los productos dela Industria Española (Madrid, 1846), pág. 77.

15. José CAVEDA NAVAS, Memoria sobre losproductos de la Industria Española reunidos enla exposición de 1850 (Madrid, 1851), págs.

304-305.

16. Tendencia abyecta que no hede seguir, precisamente porquepuedo permitírmelo, dada mi mili-tancia política contraria al dictador,en aquella época.

17. En http://blogdeheraldica.blogs-pot.com/2010/07/la-laureada-de-franco.html.

18. Seguidamente se refería a dosilustraciones anejas, en las que sediferenciaban las insignias de lacruz laureada de uso general, y dela gran cruz laureada concedida alos generales en jefe.

19. Aunque de su artículo 11, re-dactado confusamente, podría de-ducirse que sí que pudo habersemantenido la distinción reglamenta-

Bocetos realizados por Casa Cejalvo, de Madrid, en febrerode 1940, para las insignias “ricas” de la gran cruz laureadade San Fernando, y su espléndida caja de plata cinceladaconque los Ejércitos de España obsequiaron alGeneralísimo Franco. Notemos que junto a la placa se leregaló también la cruz laureada (cortesía de Casa Cejalvo).

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María Luz González Mezquita, OPOSI-CIÓN Y DISIDENCIA EN LA GUERRADE SUCESIÓN ESPAÑOLA. EL ALMI-RANTE DE CASTILLA. Valladolid, Juntade Castilla y León, 2007. ISBN 978-849718-485-4. 514 págs., con un retratoen blanco y negro. La figura del último Al-mirante de Castilla, don Juan Tomás En-ríquez de Cabrera (1646-1705), cabezade una de las primeras Casas de laGrandeza de España, partidario del Ar-chiduque Carlos durante la Guerra deSucesión española, apenas había mere-cido hasta ahora la atención de los histo-riadores, a pesar de que tanto su defec-ción del bando felipista, como susactividades posteriores en favor del aus-triaquista, fueron famosas en su tiempo.Esta obra de la argentina González Mez-quita ha venido a llenar ese vacío, y ade-más de forma muy satisfactoria: la autoraestudia con solvencia la figura del Almi-rante desde todos los puntos de vista:contexto histórico, político y nobiliario;trayectoria biográfica, entorno familiar ypersonal, situación económica; actuaciónpolitica de Enríquez durante el reinadode Carlos II y los primeros años del deFelipe V; el proceso de su defección, y lacausa que por ella se le formó. Ha mane-jado unas fuentes documentales y biblio-gráficas muy adecuadas, y en muy granmedida novedosas, como lo son sus con-clusiones. Un estudio biográfico ejemplar(ACE).

Juan Manuel Valencia Rodríguez, ELPODER SEÑORIAL EN LA EDAD MO-DERNA: LA CASA DE FERIA (SIGLOSXVI Y XVII). Badajoz, Diputación Provin-cial de Badajoz, 2010. ISBN 978-84-7796-166-6. 2 tomos, 1046 páginas, conilustraciones en blanco y negro, cd-rom.La más reciente historiografía nobiliariaviene dedicándose al estudio de lasgrandes Casas de la España Moderna,entendidas como un complejo sistemafamiliar, clientelar y empresarial, y en esa

línea se inscribe este magno estudio deValencia. Los Duques de Feria, como ta-les, gozaban del señorío sobre dieciséisvillas situadas al sur de la actual provin-cia de Badajoz, entre ellas la de Zafra,con una extensión de unas 120.000 hec-táreas y una población de más de seismil vasallos. En sus páginas, Valenciaexamina el contexto del régimen señorialcastellano, las redes del poder señorial,sus relaciones con la Corona y con elresto de la alta nobleza, la genealogíadel linaje de Suárez de Figueroa y susredes y estrategias familiares, su podereconómico (patrimonio, rentas, gestión),el gobierno de sus señoríos, y algunaspáginas finales dedicadas al cierre deaquel sistema y del propio Antiguo Régi-men. En el cd-rom que acompaña la obrase insertan decenas de documentos deaquella Casa. Es un trabajo de investiga-ción muy acucioso, bien documentado ybien expuesto (ACE).

Jorge Albuquerque da Quinta y LourençoCorreia de Matos, SARMENTOS E BE-JAS. S.l., 2009. Edición numerada de300 ejemplares, sin isbn. 248 páginas,con ilustraciones en blanco y negro. Setrata de una clásica recopilación genealó-gica, en este caso atinente a las ilustresfamilias portuguesas de Sarmento (deGuimarâes, Châs de Tavares y Mangual-de), y Beja (de Melo y Gouveia), con ex-cursos sobre la de Matos (de Crescido,Fataunços y Vouzela), a través de la as-cendencia y de la descendencia deCrescêncio Manuel Soeiro do AmaralSarmento (1760-1811) y de su esposaMargarida Rosa Beja. Un completo índi-ce onomástico facilita la consulta de estabien ajustada y documentada marañagenealógica (ACE).

Pierre Arizzoli-Clémentel y Pascale Gor-guet Ballesteros (dirs.), FASTES DECOUR ET CÉRÉMONIES ROYALES. LECOSTUME DE COUR EN EUROPE(1650-1800). París, Editions de la Réu-nion des Musées Nationaux, 2009. ISBN978-2-7118-5599-5. 280 págs. con sober-bias ilustraciones en color. Esta esplén-dida publicación, en formato de libro dearte, corresponde al catálogo de la expo-sición que, con el mismo título, se exhibióen el palacio de Versalles -uno de losgrandes testimonios monumentales de lavida cortesana de la Europa de la EdadModerna- entre el 31 de marzo y el 28 dejunio de 2009. Una muestra que reuniópiezas procedentes de las coleccionesreales del Reino Unido, de Dinamarca,de Suecia y de Hannover, junto a otraspertenecientes a museos de Alemania,Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Es-paña, Francia, Inglaterra, Italia, Portugal,Rusia, Suecia y Suiza: en total, 149 pie-

zas, muchas de ellas de gran calidad yenorme interés. Además de los trajes decorte, se cuentan también vestiduras li-túrgicas y hábitos y mantos de las Órde-nes dinásticas. Entre los estudios queacompañan el catálogo, presentados porKarl Lagerfeld, los de Lucien Bély, Lescours européennes; Corinne Thépaut-Cabasset, Le service de Garde-robe: unecréation de Louis XIV; Raphäel Mariani,Les Menu-Plaisirs et la garde-robe desrois de France au XVIIIe siècle; PierreArizzoli-Clémentel, De quelques observa-tions sur le costume de cour chez lesmémorialistes; Pascale Gorguet Balleste-ros, Caractériser le costume de cour: pro-positions; Amalia Descalzo, La perma-nence du panier dans les courseuropéennes; Lesley Ellis Miller, Les ma-téiraux du costume de cour; Daniéle Vé-ron-Denise, La broderie des costumes decour en France de Louis XIV à Louis XVI;Marc Bascou, Des brillants symboles dela monarchie absolue; Dela von Boesela-ger, Les ornements épiscopaux exécutéspour le couronnement de l’empereur ger-manique Charles VII; Lena Rangström,Les fastes du couronnement de GustaveIII et de Sphie Madeleine; Katia Johan-sen, Magnificence des rois danois: cos-tumes de couronnement et habits dechevaliers; y también La mode françaiseàla cour danoise de Frédéric III, 1648-1670; Joanna Marschner, Le manteau decoronnement de George III et l’ordre dela Jarretière; Katia Schmitz-Von Ledebur,L’ordre de la Toison d’or; Mathieu da Vin-ha, Les gens de livrée dans la maison ci-vile du roi de France; Roberta Orsi Landi-ni, Livrées et uniformes de la cour dugrand-duc de Toscane Pierre Léopold;Michel Hanotaux, Le rôle de la maisonmilitaire du roi dans les rites et les fastesde la cour; Sally-Ann Héry-Simoulin,Louis XIV et les mistères du justaucorpsà brevet; Jutta von Bloh, L’influence deLouis XIV sur les tenues officielles d’A-guste le Fort; y Tamara Korchounova y

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Nina Tarassova, La mode française et lacostume de cour dans le Russie duXVIIIIe siècle. Un libro extraordinario, co-mo lo fue la exposición que refleja y per-petúa, en la que solamente echamos demenos la presencia de piezas españolas-porque ninguna hubo allá-, o mejor di-cho de los precedentes del vestido de lacorte de España, que al menos hasta lapaz de Westfalia (1648), fue la que dictóla moda en toda Europa. Aún peor: la In-signe Orden del Toisón de Oro, cuya so-beranía ejercían entonces los monarcasespañoles, aparece en esta obra comoun asunto de Austria (ACE).

Enrique Soria Mesa, Juan Jesús BravoCaro, José Miguel Delgado Barrado yRaúl Molina Recio (eds.), LAS ÉLITESEN LA ÉPOCA MODERNA: LA MO-NARQUÍA ESPAÑOLA. Córdoba, Uni-versidad de Córdoba, 2009. ISBN 978-84-9927-006-7. 4 volúmenes de 242,382, 356 y 386 páginas, con numerososgráficos, cuadros e ilustraciones en blan-co y negro. En estos cuatro gruesos to-mos se reúnen las ponencias y comuni-caciones presentadas al congresointernacional Las élites en la España Mo-derna: la Monarquía Española, celebradoen Córdoba en octubre de 2006: se trata,pues, de una aportación muy relevanteen la historiografía española de historianobiliaria. Entre los textos reunidos, men-cionaremos los de Enrique Soria Mesa,Tomando nombres ajenos. La usurpaciónde apellidos como estrategia de ascensosocial en el seno de la élite granadinadurante la época moderna; Fernando J.Bouza Álvarez, Cultura de élite, culturasde élites. Intencionalidad y estrategiasculturales en la lucha política de la aristo-cracia altomoderna; James Casey, Losciudadanos de Granada 1570-1739: fa-milia y sociedad en la España moderna;José Miguel Delgado Barrado, Equivalen-te y conflictividad municipal. Los munici-pios valencianos en los procesos de in-

tendencia (1714-1758); José María Imíz-coz Beunza, Las redes sociales de lasélites. Conceptos, fuentes y aplicaciones;Alberto Marcos Martín, Enajenacionesdle patrimonio regio, poder real y condi-ciones de millones durante el reinado deFelipe III (1598-1621); Pere Molas Ribal-ta, Vivir la historia de las élites; NunoGonçalo Monteiro, Nobleza y élites en elPortugal moderno, en el contexto de laPenínsula Ibérica (siglos XVII y XVIII);María José de la Pascua Sánchez, Fami-lia, matrimonio y redes de poder entre laélite social gaditana de los siglos XVII yXVIII; María de los Ángeles Pérez Sam-per, Vivir noblemente: la mesa como sig-no de distinción; Pegerto Saavedra Fer-nández, Las élites rurales de la Españacantábrica y noratlántica; Antonio Urquí-zar Herrera, Políticas artísticas y distin-ción social en los tratados españoles denobleza (hasta aquí todos en el primervolumen); Raúl Molina Recio, La historio-grafía española en torno a las élites y lahistoria de familia. Balance y perspecti-vas de futuro; María del Carmen AnsónCalvo, Los últimos “reyezuelos” moriscosde Zaragoza; Inmaculada Arias de Saa-vedra Alías, Relaciones familiares y mo-vilidad social en ministros de la Audienciade Sevilla durante el siglo XVIII; TomeuCaimari Calafat, Redes familiares de loscapitanes generales de Mallorca (1715-1808): el caso de Gregorio Gual y Pueyo;Fernando Javier Campese Gallego, Fa-milia y poder en los cabildos sevillanosdel siglo XVIII; María Paz del Cerro Bo-hórquez, Aproximación al estudio de laélite local de Arcos de la Frontera duran-te la Edad Moderna: el ejemplo de losEspinosa Maldonado-Núñez de Prado(siglos XVII-XVIII); Álvaro ChaparroSáinz, Estudio prosopográfico del RealSeminario de Vergara: las políticas edu-cativas de las familias ilustradas vascas;Jorge Chauca García, Entre Andalucía yAmérica: el malagueño José de Gálvez yla proyección de su red clientelar en In-dias; Fabrizio d’Avenia, Il “ciclo vitale” diun’élite cittadina: il patriziato di Messinain etá moderna; Juan Díaz Álvarez, Denobleza provinciana a nobleza cortesana:el marquesado de Valdecarzana en laAsturias del Antiguo Régimen; Antonio J.Díaz Rodríguez, Entre parientes. Mode-los de formación de dinastías en el Cabil-do Catedralicio cordobés (ss. XVI-XVIII);Mariela Fargas Peñarrocha, Pretensio-nes familiares y construcción del espaciopúblico: élites urbanas y movilidad socialen Barcelona; Jesús Gascón Pérez, LosLanuza: mitos y realidad histórica; Cos-me Jesús Gómez Carrasco, Élites, podery burguesía a finales del Antiguo Régi-men. Un complejo sistema de relaciones(Albacete, 1750-1808); José Ignacio Gó-

mez Zorraquino, La endogamia profesio-nal en la Magistratura en Aragón (sigloXVII); Nuria González Alonso, La familiade los Avella-Fuertes: un ejemplo de éliterural en la Asturias occidental del sigloXVIII; Rafael Guerrero Elecalde, Las cá-balas de los “vizcaínos”. Vínculos, afini-dades y lealtades en las configuracionespolíticas de la primera mitad del sigloXVIII: la red del Marqués de la Paz; Adol-fo Hamer Flores, Parentesco y redes depoder en la Alta Administración española.La secretaría del Despacho Universal afinales del siglo XVII; María Dolores He-rrero Gil, Entre el linaje y el mérito: JoséIgnacio Álvarez Campana Amat, caballe-ro profeso en el Orden de Santiago y ca-ballero gran cruz de la Real y DistinguidaOrden española de Carlos III; Antonio Iri-goyen López y Raquel Sánchez Ibáñez,Conflicto y consenso en las familias delas élites locales: los Lucas en Murcia (si-glos XVI-XVIII); Silvia Jiménez Martínezde Lagrán, Estudio de la formación deuna élite a través del rápido proceso deascenso social de la familia Ruiz de Apo-daca en el siglo XVIII; Santiago Neira Jo-dra, Un ejemplo de las estrategias fami-liares en las oligarquías del siglo XVIII:los Gortázar de Bilbao y sus políticas deascenso social; María José Pérez Álva-rez y Alfredo Martín García, Élites, poderlocal y redes familiares en la ciudad deLeón durante el siglo XVII; Antonio Pre-sedo Carazo, Una poderosa élite local enGalicia durante la época moderna: el cle-ro secular de origen hidalgo; José LuisPuga Barroso, El derecho de agnaciónen el señorío de Órgiva; Marion RederGadow, La élite militar en Málaga en elsiglo XVIII: don Nicolás Manuel Bucareliy Ursúa, capitán general de la Costa yReino de Granada y de los tres presidiosmenores de África; María del Mar SimónGarcía, Poder y viudedad. Estrategiasmatrimoniales de la élite rural de Jorque-ra (siglos XVIII-XIX) (hasta aquí en el se-

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gundo volumen); José Miguel DelgadoBarrado, Diversos aspectos políticos yeconómicos desde la perspectiva de lasélites sociales: balance y resultados; Ali-cia Benítez, Un conflicto entre la monar-quía y las élites granadinas en torno a lamano de obra morisca; José Manuel Dí-az Blanco y Manuel Fernández Chaves,Una élite en la sombra: los comerciantesextranjeros en la Sevilla de Felipe III;Bartolomé García Guillén, Las comprasde las regidurías como mecanismo deascenso social en las villas de la hoya deMálaga durante el seiscientos; Juan deA. Gijón Granados, La administración delos bienes de Órdenes Militares de los In-fantes durante el reinado de Carlos IV;Jesús Manuel González Beltrán, Élitesde poder, gobiernos locales e interesesparticulares; Irma González Sánchez, In-fluencia política de la familia Jovellanosen el siglo XVIII: de Madrid a Asturias;José Eloy Hortal Muñoz, Una élite fla-menca al servicio del monarca: los capi-tanes de la Guarda de Archeros deCorps; María del Carmen Irles Vicente,Los regidores de Morella en el sigloXVIII: aproximación a una élite de poder;Julio Jiménez Gómez-Chamorro, Élite ygobierno de un concejo santiaguista: eldesarrollo de una atípica “megamayoríaabsoluta” de gobierno nobiliar y la luchade estados por el control municipal en te-rritorio de Orden Militar (Ocaña, siglosXVI-XVIII); Agustín Jiménez Moreno, Ho-nores a cambio de soldados. La conce-sión de hábitos de las Órdenes Militaresen una coyuntura crítica: la Junta de Há-bitos (1635-1642); María Amparo LópezArandia, Al servicio de Dios y el Rey. Éli-tes giennenses en la Orden de Santiago(1621-1665); Sebastián Molina Puche,De noble a notable: las distintas clasesde acceso a la élite en Castilla (siglosXVI-XIX); Santiago Pérez Hernández,“Que no tengan rebolvedores que pertur-ben la paz”. El complejo proceso de con-solidación de la oligarquía de Bilbao en

el siglo XVI; María Eloísa Ramírez deJuan, Los mayores hacendados del reinode Jaén en el siglo XVIII. Balance y pers-pectivas; Luis Salas Almela, Sanlúcar deBarrameda y el comercio indiano en lossiglos XVI y XVII; Antonio Terrasa Loza-no, De avaros, manirrotos y emprende-dores. Las empresas del IV Duque dePastrana (1614-1675); Susana TruchueloGarcía, Las élites guipuzcoanas: vínculoscon la corte y gobierno de Concejos,Juntas y Diputación Provincial; José Ma-nuel Vázquez Lijó, Las élites locales dellitoral y su papel en la Administración deMarina del siglo XVIII; Ana Zabalza Se-guin, La renovación de las élites de Na-varra tras su incorporación a Castilla.Una hipótesis sobre su origen (hastaaquí el volumen tercero); Juan JesúsBravo Caro, El parecer y pertenecer a lasélites de la edad moderna. Ascenso so-cial y fuentes para su estudio; ÁngelaAtienza López, Fundaciones y patronatosconventuales y ascenso social en la Es-paña de los Austrias; y Nuevos títulos,nuevos conventos en la España de losAustrias; Carolina Blutrach Jelín, FernánNúñez y el “hombre práctico”: la expe-riencia de un noble a través de la escritu-ra; Domingo Centenero de Arce y AnaDíaz Serrano, La reconstrucción de unaidentidad hidalga: los caballeros de cuan-tía de la ciudad de Murcia durante los si-glos XVI y XVII; Pedro Alfonso de DiegoGonzález, Un ejemplo de la dimensiónreligiosa de la aristocracia rural de Gijón(Asturias) en la segunda mitad del sigloXVIII: el caso de la cofradía del Santísi-mo Sacramento de Baldornón; AriadnaGiorgi, El vestido o la representación mo-derna de la élite española, y Las huellasreales y sus reflejos textiles en las artesdel Antiguo Régimen español; Rafael M.Girón Pascual, Biblioteca privada y as-censo social en el seno de la élite. La bi-blioteca de don Manuel Piédrola Narvá-ez y doña Teresa de Olivares Raya,vecinos de Guadix (1707); José AntonioGuillén Berrendero, Blasones y esmaltes.Don Juan Alfonso de Guerra y Sandovaly el oficio de Rey de Armas; María Matil-de Hermoso Mellado-Damas, Las cofra-días de “los Caballeros” y el Concejo deSevilla en el siglo XVI: de nobles a mer-caderes; Isabella Ianuzzi, Salamanca do-cet: pautas culturales para la formaciónde una nueva clase dirigente a mediadosdel siglo XV; Julio Jiménez Gómez-Cha-morro, Prestigio atesorado o reputaciónconcedida. Evidencias desplegadas enlos signos de nobleza de una élite de po-der en la Edad Moderna: Concejo, Justi-cia y Regimiento de la muy noble, muyleal y coronada villa de Ocaña (Toledo);Milagros León Vargas, El mundo cofradeantequerano: escenario de litigios entre

la familia de los Narváez y los Chacones(siglos XVI-XIX); Miguel Luis López Gua-dalupe Muñoz, Ver y ser vistos. Élitesgranadinas en las manifestaciones popu-lares de piedad; Alfredo Martín García yMaría José Pérez Álvarez, Mentalidad ymuerte en las élites barrocas del sigloXVII; Alberto Martín Quirantes, Ascensosocial y falsificación documental. Losverdaderos orígenes de los repobladoresdel Reino de Granada en época de Feli-pe II; Fernando Negredo del Cerro, Lasélites eclesiásticas al servicio de la mo-narquía. Algunos ejemplos del Siglo deOro; Pablo Orduna Portús, El honor y ladefensa de la honra en la cultura nobilia-ria navarra (siglos XVI-XVIII); María Isa-bel Pérez de Colosía Rodríguez, Élitesconversas sentenciadas durante el Qui-nientos en el tribunal inquisitorial grana-tense; y Pedro Luis Pérez Frías, Linaje yélite militar: las pruebas de limpieza desangre en el Archivo General Militar deSegovia como fuentes documentales.Este prolijo elenco -incompleto- de lostextos reunidos en estos cuatro volúme-nes, junto a la buena fama de algunosde sus autores, bastan para poder con-cluir que esta obra colectiva es una delas más importantes que se han publica-do en España durante los últimos dece-nios sobre la historia de la Nobleza his-pana (ACE).

Daniel Lacerda, ISABEL DE PORTU-GAL, DUQUESA DE BORGONHA. Lis-boa, Ed. Presença, 2010. ISBN 978-972-23-4374-9. 136 páginas con ilustracionesen blanco y negro. Traducción al portu-gués de la obra homónima publicada enFrancia en 2008, se trata de una oportu-na biografía de la que fue esposa de Fe-lipe III el Bueno, Duque de Borgoña yfundador de la Insigne Orden del Toisónde Oro. Fue a través de esta princesa lu-sitana como se formó el celebérrimo ce-remonial de Borgoña. Una semblanza babreve, pero bien documentada y de muygrata lectura (ACE).

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ORDRES ET DISTINCTIONS, 12 (2009).De este número destacamos los artícu-los de Patrick SPILLAERT, Les insignesde l’ordre du Saint-Esprit; y de NicolasBOTTA-KOUZNETZOFF, L’ordre impérialet militaire de Saint-Georges, Martyr etVictorieux (ACE).

COLEGIO DE ARMAS DE LA SOCIE-DAD HERÁLDICA ESPAÑOLA, noviem-bre 2009. En este número hallamos el ar-tículo de Francisco M. de las HERASBORRERO, La restauración de una insti-tución medieval: los Doce Linajes de So-ria (ACE).

NOBILTÀ, 94 (enero-febrero 2010). Estenúmero nos trae, entre otros, los artícu-los de Antonio POMPILI, La mitra neglistemmi vescovili, ieri e oggi: usi, legisla-zione, stili; Pier Felice degli UBERTI, Di-ritto nobiliare e Repubblica Italiana; An-drea CONTI, Aspetti della nobiltà negliStati parmensi: gentiluomini e cavalieri;Marco MATTEUCCI, I Matteucci nobili diLucca nel secolo XX; y Maurizio BONAN-NO, Genealogia e titoli di Giacomo Casa-nova (ACE).

BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DELA HISTORIA, CCVII/1 (enero-abril2010). En esta entrega de la decana denuestra publicaciones de Historia halla-mos un interesantísimo y extenso artículode Valentín MORENO GALLEGO, titula-do Heráldica y libro antiguo: Breves refle-xiones. Es una lectura insoslayable, por-que es un texto importante, de los quehacen época. Y también es de interés eltexto de Amparo RUBIO MARTÍNEZ, Lascartas declaratorias de Toledo. La reduc-ción de juros y mercedes aplicada a lanobleza y aristocracia gallega (ACE).

PROA A LA MAR, 160 (2010). En estarevista marítima leemos la segunda partedel artículo de Florentino ANTÓN RE-GLERO titulado Material de armamentoen la Heráldica marítima española (ACE).

REVISTA DEL INSTITUTO DE ESTU-DIOS GENEALÓGICOS Y HERÁLDI-COS DE LA PROVINCIA DE BUENOSAIRES, 44 (abril 2010). De este númerodestacamos los artículos de Silvana E.RODRÍGUEZ, Genealogía: Ciencia eidentidad; Fabián MELOGNO VÉLEZ, Lamisteriosa filiación de doña Petrona Fer-nández de Illescas; y los siempre intere-santes comentarios bibliográficos de Car-los Alberto GUZMÁN (ACE).

LA GACETILLA DE HIDALGOS DE ES-PAÑA, 521 (enero-marzo 2010). Este nú-mero de la veterana y acertadamente re-novada publicación se da la noticia de laconcesión del título de Real a la Asocia-ción Hidalgos de España. Además, sepublican los artículos de Vicenta MaríaMÁRQUEZ DE LA PLATA FERRÁNDIZ,Marquesa de CASA REAL, Doña Maríade la Consolación de Azlor y Villavicen-cio, Condesa de Bureta (1775-1814);María Teresa GARCÍA ARIAS, GasparMelchor de Jovellanos; Valentín de CÉS-PEDES ARÉCHAGA, El Real Cuerpo deMonteros de Espinosa; Luis VALERO DEBERNABÉY MARTÍN DE EUGENIO,Marqués de CASA REAL, La flor de lis.Es también de interés el resumen de laconferencia de don Luis SUÁREZ FER-NÁNDEZ sobre Valores morales en laNobleza: su acción en la sociedad . Lainclusión de un cd-rom con todos los tex-tos ha sido un acierto (ACE).

CRÓNICA MOZÁRABE, 73 (2010). Eneste cuidado boletín de la Ilustre Comuni-dad Mozárabe de Toledo hallamos el artí-culo de José Eduardo RODRÍGUEZ DEBRUJÓN FERNÁNDEZ, Un héroe mozá-rabe en la batalla de las Navas de Tolo-sa: el pastor Martín Halaja -se trata delprogenitor de la ilustre familia de Cabezade Vaca- (ACE).

NOBILTÀ, 95 (marzo-abril 2010). Estaentrega dedica su editorial a un asuntode gran actualidad (La digitalizzazionedei documenti per conoscere la propriastoria, ma usando un’etica morale), e in-cluye, entre otros, los artículos firmadospor Gianfranco ROCCULI, Il “Ducale” diFranceso Ii Sforza; Enzo CAPASSO TO-RRE, Spagna: 1º aprile 1939-2009, set-tant’anni dalla fine della rivoluzione; PierFelice degli UBERTI, Una legge inappli-cata per il riconoscimento degli stemmi didistinta civiltà a San Marino; AlbertoLEMBO, Considerazioni in ordine allapossibilità di autorizzazione all’uso in Ita-lia degli Ordini dinastici di Casa Savoia; yMarco MATEUCCI, La Real Casa di Bor-bone-Parma, dall’esilio ad oggi, 150 annidi vicende familiari. Los textos del emba-jador Lembo son capitales para com-prender la situación en Italia(ACE).

ANALES DE LA REAL ACADEMIA MA-TRITENSE DE HERÁLDICA Y GENEA-LOGÍA, XI (2008). De este tomito tieneninterés las contribuciones de Amadeo M.REY CABIESES, Descendencia de JoséBonaparte I, Rey de España y de las In-dias, y sus entronques italianos y france-ses (I); Jaime BAILLO MORALES-ARCE,Las casa de Morales y Arce, condes dela Torre de Arce; y Miguel WenceslaoQUINTERO GUZMÁN, Del AlmiranteDon Francisco Maldonado de Mendozaal Marqués de San Jorge (ACE).

HIDALGUÍA, 339 (marzo-abril 2010).Nos presenta en este número los artícu-los de Isidoro VILLALOBOS RACIONE-RO, La Orden Militar de San Juan de Je-rusalén o de Malta en la literatura delSiglo de Oro; José Miguel de MAYORAL-GO LODO, Conde de los ACEVEDOS,Necrologio nobiliario madrileño (cont.);Rafael SÁNCHEZ-CONCHA BARRIOS,Los Fausto gallegos: historia y genealo-gía de una familia limeña del siglo XVIII;y Celedonio MORENO, Genealogía deEtxagüen de Zigoitia, siglos XVI-XX(cont.) (ACE).

IL MONDO DEL CAVALIERE, 38 (abril-junio 2010). Trata en su editorial delasunto de los tratamientos hoy en día(Eccellenza, eccellenza! Chi, io? Qui or-mai siamo rimasti in pochi...), y de sucontenido nos llaman la atención los artí-culos de Francesco ATANASIO, L’OdineTeutonico in Sicilia; y Ettore d’ALESSAN-DRO, Antonio d’Alessandro, regio am-basciatore e giurisperito della corte ara-gonese (ACE).

ATLÁNTIDA, LIII (2008). Inserta el exce-lente artículo de Sérgio AVELAR DUAR-TE, Cartas de brasâo d’armas de natu-rais e/ou relacionados com os Açores, enque se hace relación y examen de variasdecenas de concesiones y registros dearmas a otras tantas personas o familiasvinculadas a las islas Azores (ACE).

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EL CARDENAL BERTONE PRESIDE LA INVESTIDURA EN LAORDEN IMPERIAL DE SAN ESTANISLAO

El 9 de mayo, en la ciudad italiana de Bari, y bajo la pre-sidencia de Su Ema. el Cardenal Tarsicio Bertone, secretariode Estado del Vaticano, S.E. Stanislaw W. Dumin, rey de armasde la Casa Imperial de Rusia, ha investido a los nuevos caballe-ros de la Orden Imperial de San Estanislao, recientemente nom-brados por S.A.I. la Gran Duquesa María Romanova con oca-sión de la fundación en la cripta de la Basilica de San Nicolás deBari de una capilla para los iconos rusos ofrecidos por el señorMé Vadim Zhirimov, de San Petersburgo. Los nuevos caballerosson el padre Jozef Maj, fray Bova (decano de la Basilica de SanNicolás de Bari), S.E. monseñor Cacuicci, arzobispo de Bari; ymonseñor Lech Piechota, secretario de Su Eminencia el Carde-nal Bertone (ACE).

EL ARZOBISPO DE TOLEDO RECIBELA GRAN CRUZ DE LA ORDEN CONS-TANTINIANA DE SAN JORGE

S.A.R. el Infante Don Carlos, Duquede Calabria y Jefe de la Real Casa deBorbón de las Dos Sicilias, ha otorgado eimpuesto por su propia mano la grancruz de justicia de la Sacra y Militar Or-den Constantiniana de San Jorge, a SuExcelencia Reverendísima MonseñorDon Braulio Rodríguez Plaza, Arzobis-

po de Toledo y Primado de España. La ceremonia ha tenido lugaren la Ciudad Imperial el 7 de junio de 2010, en los salones delPalacio Arzobispal, hallándose presentes S.A.R. la Princesa Do-ña Ana de Orleáns, Duquesa de Calabria; S.A.R. el PríncipeDon Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, Duque de Noto,Gran Prefecto de la Orden; S.E. don Carlos Abella y Ramallo,embajador de España, gentilhombre de Su Santidad y gran canci-ller de la Orden, acompañado por su esposa doña Pilar de Aríste-gui y Petit; S.E. don José Ramón de Hoces y Elduayen, Duquede Hornachuelos, Grande de España, presidente de la Real Co-misión de la Orden para España, acompañado por la Duquesadoña Lourdes de Iñiguez y Nogales; S.E. don José María Finat yde Bustos, Duque de Pastrana, Grande de España, auditor Ge-neral; S.E. don Adolfo Orozco López, general de división delEjército, director de la Academia de Infantería y comandante mili-tar de Toledo: monseñor don Francisco César García Magán,vicario episcopal para la Cultura y las Relaciones Institucionales;monseñor don José Antonio Martínez García, vicario judicial;don Juan Sánchez Rodríguez, deán de la Santa Iglesia Cate-dral Primada; y don Santiago Calvo Valencia, canónigo y arci-

preste de la Santa Iglesia Catedral Primada. Durante el acto,el Gran Canciller de la Orden, embajador don Carlos Abella,pronunció unas palabras en las que recordó diversos hitos dela historia de la Orden haciendo hincapié en su servicio a laIglesia, defendiendo la Cruz y difundiendo la Fe, y recordandolas sucesivas bulas papales y reconocimientos de la Orden porparte de la Santa Sede Apostólica. Después, el Gran Maestreimpuso las insignias a Su Excelencia Reverendísima, quienmanifestó su sincero agradecimiento, poniéndose a disposi-ción de la Orden para seguir sirviendo a la Santa Iglesia Ro-mana. Recordemos que también sus últimos antecesores en lasede primada toledana habían aceptado las mismas insigniasde esta acreditada y respetada Orden (LCE).

GARTER PRINCIPAL KING OF ARMS

SE RETIRA

Sir Peter Llewellyn Gwynn-Jones, Garter Principal king of armsdesde hace quince años, se ha retiradodel servicio de la Reina en el mes deabril de 2010. Nacido en 1940 como hijodel mayor Jack Gwynn-Jones (de

Sudáfrica), estudió en la Universidad de Cambridge(Wellington College y Trinity College), hasta graduarse comomaestro en Artes. Ingresó en el College of Arms inglés en1970, como asistente del eximio sir Richard Wagner, entoncesGarter. En 1973 fue nombrado persevante Bluemantle, en1982 fue promovido a heraldo Lancaster, y por fin en 1995alcanzó el supremo oficio de rey de armas Garter, primer yprincipal oficial de armas de Inglaterra, y presidente delCollege of Arms. Autor de algunos meritorios textos sobreheráldica, como los titulados Heraldry (1993, en unión delpersevante Rouge Croix) y The Art of Heraldry: origins,symbols, designs (1998), como de sus memoria tituladas TheCoati Sable: The Story of a Herald (2010), es caballero de laMuy Venerable Orden de San Juan de Jerusalén y ha sidohecho knight commander de la Royal Victorian Order aprincipios de este mismo año. La comunidad heráldicainternacional ha lamentado su retiro, que le desea largo, felizy tranquilo (ACE).

EL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIO-RES ITALIANO, EN LA ORDEN CONS-TANTINIANA DE SAN JORGE

Franco Frattini, ministro de Asun-tos Exteriores de la República Italiana, harecibido de manos del embajador donPaolo Pucci di Benisichi, presidente de

la Real Diputación de la Sacra y Militar Orden Constantinianade San Jorge, el diploma y las insignias de caballero gran cruzde mérito. El acto se ha celebrado el 22 de junio en el palaciode la Farnesina, en Roma, estando presentes el Duque Diegode Vargas Machuca, presidente de la Real Comisión de la Or-den para Italia, el consejero Nob. Carlo Modica de Mohac,responsable de la Secretaría de la Real Diputación, el embaja-dor Pasquale Terracciano, embajador de Italia en España -también caballero gran cruz de la Orden-, y el vicejefe del Ce-remonial de Estado, Giorgio Malfatti di Monte Tretto. En sudiscurso, el embajador Pucci di Benisichi explicó que la mer-ced se debía a la constante defensa del Crucifijo por parte delministro, en diversos foros internacionales, abogando por supermanencia en lugares y edificios públicos. Franco Frattiniha sido el más joven consejero de Estado, secretario generalde la Presidencia del Consejo de Ministros, ministro de la Fun-ción Pública, y ahora ministro de Asuntos Exteriores (ACE).

DE GENTES HONRADAS

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550 ANIVERSARIO DE LA CONFIRMA-CIÓN DE LOS PRIVILEGIOS DEL SOLARDE TEJADA

Esta efemérides de la divisa riojanaque agrupa a los descendientes del linaje deTejada, se ha celebrado dignamente conuna ceremonia que ha tenido lugar en Ma-drid en la tarde del 25 de mayo, bajo la pre-sidencia de la alcaldesa ordinaria del Solar,doña María Ángel Quesada Zea (por resi-

dir en Chile el actual alcalde mayor, don Guillermo GarcíaHernández). Efectivamente, fue Don Enrique IV, Rey de Casti-lla y León, quien, el 10 de septiembre de 1460, confirmó losprivilegios nobiliarios, fiscales y heráldicos del Solar de Tejada,una antigua behetría reconvertida en divisa solariega que seasienta en los montes Cameros, entre Soria y La Rioja. La con-memoración consistió en una misa solemne en la Real Basílicade San Francisco el Grande, templo elegido para la ocasiónpor custodiar una de las más famosas representaciones pictóri-cas de la Batalla de Clavijo (obra de Casado del Alisal), sucesomítico que la tradición sitúa cronológicamente en el año 844, yal que se refiere Don Enrique IV en su Carta de 1460 como elmomento histórico en el que tuvo origen el Solar. Asistieron alacto, a más de las autoridades del Solar y numerosos divise-ros, representaciones de la Real y Militar Orden de San Her-menegildo, del Subpriorato de San Jorge y Santiago de la So-berana Orden Militar de San Juan de Jerusalén o de Malta, delas Órdenes Militares de Santiago y de Montesa, de la RealMaestranza de Caballería de Granada, de la Orden Ecuestredel Santo Sepulcro de Jerusalén, de la Sacra y Militar OrdenConstantiniana de San Jorge, del Real Cuerpo de la Noblezade Madrid, de la Real Hermandad del Santo Cáliz de Valencia,de la Real Hermandad de Infanzones de Illescas, de la RealAsociación Hidalgos de España, de la Real Hermandad de Ca-balleros de San Fernando, de la Ilustre Comunidad Mozárabede Toledo y del fraterno Ilustre Solar de Valdeosera. Seguida-mente, los asistentes se trasladaron a los salones el CentroRiojano de Madrid, donde el asesor nobiliario (sic) del Ilustre yAntiguo Solar, el prestigioso don José Luis Sampedro Esco-lar, pronunció una conferencia en la que disertó con su acos-tumbrada prolijidad acerca de la historia corporativa (LCE).

LA ORDEN DE MALTA DEJA DE SER CORPO-RACIÓN NOBILIARIA EN ESPAÑA

A raíz de la reciente aprobación por el Sobe-rano Consejo del Decreto 5503, que consagra laadmisibilidad de la denominada prueba inglesapara el ingreso de caballeros y damas en la Asam-blea Española de la Soberana y Militar Orden, es-ta ha dejado de constituir legalmente en Españaun acto positivo de nobleza. Es la consecuenciainevitable de haber optado por la autorregulación,con manifiesto desprecio de la vigente legislación

nobiliaria española, y de las facultades legislativas que la vi-gente Constitución Española de 1978 otorga al Rey y a lasCortes Generales. La llamada prueba inglesa es una figuraharto extraña a la tradición de la Nobleza hispana. Sorprendebastante esta actitud de la Orden de Malta, toda vez que cuen-ta con representación diplomática en España, por lo que cabríaesperar un mayor respeto a la legislación y a las institucionesnacionales, es decir al Rey y a las Cortes. No obstante estadecisión, que consideramos un gran desacierto, la Orden, aun-que ya no tenga un carácter nobiliario según la vigente legisla-ción española, conserva de momento un cierto aroma caballe-resco (MT).

SU MAJESTAD EL REY CREA SEISNUEVOS TÍTULOS DEL REINO

Su Majestad el Rey Don JuanCarlos I, oído el Consejo de Ministros co-mo es preceptivo, Se ha dignado crear el 8de abril seis nuevos Títulos del Reino. Losagraciados han sido, respectivamente, donMarcelino Oreja Aguirre, vasco, antiguoministro y actual presidente de la Real Aca-demia de Ciencias Morales y Políticas, ynumerario de la Real Academia de Juris-prudencia y Legislación, nuevo Marquésde Oreja por su destacada y dilatada tra-yectoria al servicio de España y de la Co-rona; el catedrático asturiano don GonzaloAnes y Álvarez de Castrillón, numerarioy director de la Real Academia de la Histo-ria, nuevo Marqués de Castrillón porquela extensa y brillante labor académica, in-vestigadora y docente al servicio de Espa-ña y de la Corona, merece ser reconocidade manera especial; don José Ángel Sán-chez Asiaín, presidente de la FundaciónCotec y antiguo presidente del Banco Bil-bao Vizcaya Argentaria, Marqués de Asia-ín por su destacada y dilatada trayectoriaal servicio de España y de la Corona; elpintor y escultor catalán don Antoni Tà-pies i Puig, cuya contribución a las artesplásticas de España y del mundo ha sidoreconocida con el título de Marqués deTàpies; y la también catalana doña Ro-ser Rahola i d´Espona, nueva Baronesade Perpinyá, en reconocimiento a su des-tacada y dilatada trayectoria de servicio aEspaña, como empresaria y continuadorade la obra de su esposo, don Jaume Vi-cens i Vives, célebre y benemérito historia-dor cuyo centenario de su nacimiento secelebra este año. Por último, S.M. el Rey,en una decisión insólita en todo su ya largoreinado, ha distinguido a uno de sus másíntimos amigos de su círculo de cazadores:a don Íñigo Moreno de Arteaga, esposode la Princesa Doña Teresa de Borbón-Dos Sicilias, prima hermana del Monarca,que ha sido creado Marqués de Laserna(para resarcirle de la simultánea pérdidapor sentencia judicial del título de Marquésde Laula que hasta ahora venía ostentan-do); este caso es obviamente muy particu-lar, y bien distinto de los cinco beneméritosagraciados que le anteceden. Dos meses ymedio después de decretarse y promulgar-se estas gracias regias, el dia 25 de junio,S.A.R. la Infanta Doña Margarita, en re-presentación de la Familia Real, acompa-ñada por su esposo el doctor don Carlos Zurita Delgado, Du-que de Soria, presidió el almuerzo de bienvenida que laExcma. Diputación Permanente y Consejo de la Grandezade España ha ofrecido a estos seis nuevos titulados -en reali-dad, Moreno de Arteaga ya lo era desde hace muchos años-,con motivo de su incorporación a dicha entidad nobílica, que esla primera y más relevante de las que fungen en el Reino deEspaña (MF).

DE GENTES HONRADAS

Cuadernos de Ayala 42 - ABR/2010 [27]

EL RETRATO Y SU ENIGMA

Hace casi quince años que salieron a subastamuchos de los muebles, cuadros y otros objetos que ha-bían pertenecido a doña María Isabel González de Olañe-ta e Ibarreta, III Marquesa de Valdeterrazo (1895-1958),esposa que fue de S.A.R. don Fernando de Orleáns y deOrleáns, Duque de Montpensier. Por este matrimonio en-traron en la Casa marquesal multi-tud de pinturas y muebles proce-dentes de esa línea menor de laCasa de Orleáns.

Entre los objetos subasta-dos, una interesante pintura pro-cedente de la colección de los Du-ques de Montpensier: el retrato deun brigadier de Caballería, identifi-cado en el catálogo como Retratode Antonio M. Fl. de Orleáns, Du-que de Montpensier(1). Óleo sobrelienzo de 77x63 cm, aparece fir-mado en el margen derecho Muri-llo 1859, por lo que su autoría seatribuyó a Josefa Murillo y Bravode Vela, pintora activa en Málagaen aquellas fechas -atribución queme parece cuestionable-.

Pero fue la identificaciónla que enseguida nos llamó laatención, por cuanto es conocidoque el Duque de Montpensier, queera mariscal de campo del Ejércitofrancés al tiempo de su matrimo-nio con la Infanta Doña Luisa Fer-nanda, hermana menor de la Rei-na Doña Isabel II, celebrado el 10de octubre de 1846, no ingresó enel Ejército español hasta el 5 deenero de 1858, y entonces lo hizodirectamente con el empleo supre-mo de capitán general(2). Por tanto, el príncipe francés nofue jamás brigadier, ni mucho menos coronel de un Regi-miento de Caballería español; ni tampoco llegó a obtenerninguna cruz de la Orden Militar de San Fernando, sinootras condecoraciones que no luce el militar retratado.

Descartada esa identificación, y movida nuestracuriosidad por saber quién fuese el personaje retratado,comenzamos a examinar por menor el retrato y sus deta-lles.

El personaje, retratado de busto entero con losbrazos cruzados sobre el pecho, aparenta una edad ma-dura, con cabello oscuro abundante pero ya con entra-

das en la frente; bigotes caídos y perilla, generosos, a lamoda impuesta por Napoleón III.

Viste el uniforme reglamentario de los lancerosde la Caballería isabelina, establecido en 1851: precisa-mente el uniforme del 7º Regimiento de Caballería, queen dicho periodo era el de Lanceros de Pavía, y que estu-vo vigente hasta que en 8 de marzo de 1859 este Regi-

miento pasó a ser de Húsares ycambió su vestuario. Las divisasde empleo que luce son las co-rrespondientes al de brigadier (en-torchado de plata), con mando re-gimental (tres galones de plata,de coronel).

Las condecoraciones que osten-ta son las que siguen: la enco-mienda de la Orden de Cristo (dePortugal), pendiente del cuello.Dos órdenes de cruces, pendien-tes de pasadores, que en el senti-do de la lectura del observadorson la cruz sencilla de la Real yMilitar Orden de San Hermenegil-do, dos cruces de primera clasede la Real y Militar Orden de SanFernando; la cruz de la Real yDistinguida Orden de Carlos III; lacruz de caballero de la Orden deMalta; y la cruz de caballero de laReal Orden de Isabel la Católica.Debajo, cuatro placas, que en elmismo orden son las de la enco-mienda con placa de la Orden deCristo (Portugal), la placa de laReal y Distinguida Orden de Car-los III, y otras dos que apenas seven, pero que son las de primeraclase de la Orden de San Fernan-do (modelo de 1856).

En este punto acometemos el examen de la rela-ción cronológica de los sucesivos coroneles jefes del Re-gimiento de Pavía, entre los años de 1850 y 1860(3), queintegran los que siguen, cuyas hojas de servicios he exa-minado:

- Don Joaquín Armero. Descartado, por cuanto no era bri-gadier al tiempo de ostentar este mando, ni perteneciónunca la Orden de San Juan(4).

- Don Peregrino Jácome y Manuel de Villena. Descartadopor los mismos motivos que el antecedente.

- Don Jerónimo Conrado y Berard. Descartado porque nofue brigadier hasta 1858, ni perteneció a la Orden de San

IDENTIFICACIÓN DE UN RETRATO DEL BRIGADIERDON LUIS HURTADO DE ZALDÍVAR, MARQUÉS DE VILLAVIEJA

CORONEL DEL REGIMIENTO DE LANCEROS DE PAVÍA

por el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de La Floresta

DE RE ICONOGRAFICA

El brigadier Marqués de Villavieja retratado enuna de las bellas litografías del Estado MayorGeneral del Ejército Español, obra de PedroChamorro Baquerizo (Madrid, 1858).

Cuadernos de Ayala 42 - ABR/2010 [28]

Juan, ni obtuvo más queuna cruz de San Fernando.

- Don José Chinchilla y Ma-dariaga, Marqués de CasaAlta. Descartado porque noascendió a brigadier hasta1860, ni perteneció a la Or-den de San Juan (aunquesí mereció dos cruces sen-cillas de San Fernando).

- Don Luis Hurtado de Zal-dívar, Marqués de Villavie-ja, brigadier desde 1854 ycoronel del Regimiento en1856, fue caballero de laOrden de San Juan.

- Don Francisco Romero yPalomeque, brigadier des-de 1857. Descartado por-que no perteneció a la Or-den de San Juan.

- Don José Rosell de Pi-quer, coronel desde 1859 a1861. Descartado porqueno perteneció a la Orden deSan Juan.

Por lo visto, nuestropersonaje bien podría serdon Luis Hurtado de Zaldí-var y Fernández de Villavi-cencio, brigadier de Caballería desde 1854, coronel delRegimiento de Lanceros de Pavía desde 1856.

Y, efectivamente, el examen de su hoja de servi-cios(5) y de sus biografías publicadas e inéditas(6) nos con-firma esta identificación, ya que en ella consta que estegeneral fue cruz de primera clase de la Orden de SanFernando desde 1836; caballero de la Orden de Isabel laCatólica desde 30 de mayo de 1841; caballero de graciade la Orden de San Juan desde noviembre de 1844; ca-ballero supernumerario de la de Carlos III desde 2 de no-viembre de 1846, con uso de placa; comendador de laOrden Portuguesa de Cristo desde 2 de septiembre de1847; segunda cruz sencilla de San Fernando desde 9de mayo de 1856; y cruz sencilla de la de San Hermene-gildo desde febrero de 1857.

La identificación se confirma mediante la compa-ración con el retrato litografiado que fue publicado en lareferida obra del capitán Chamorro, y que traemos a es-tas páginas; y con otro retrato que publicó el diario ABCen su número del 18 de octubre de 1931, página 11. Lascoincidencias son muy grandes, tanto en cuanto al sem-blante, como en cuanto a las condecoraciones.

A la vista de estos antecedentes, podemos fe-char este retrato entre el mes de febrero de 1857 -en queel brigadier obtuvo la cruz de San Hermenegildo que os-tenta-, y el mes de septiembre del mismo año, en que de-jó el mando de los Lanceros de Pavía. Sin embargo, la fir-ma y data de 1859 es igualmente correcta, por cuanto essabido que las leyes militares vigentes durante el sigloXIX autorizaban a los generales y brigadieres a usar du-

rante toda su vida el uni-forme de los regimientosde los que hubiesen sidocoroneles en jefe, comoera el caso de Villaviejarespecto de los Lancerosde Pavía.

EL MARISCAL DE CAM-PO MARQUÉS DE VI-LLAVIEJA

Don Luis había nacidoen Jerez de la Frontera(Cádiz) el 2 de marzo de1815, hijo de don JoséHurtado de Zaldívar, Con-de de Zaldívar, y de doñaMaría del Carmen Fernán-dez de Villavicencio y Ca-ñas, hija a su vez de losDuques de San Lorenzo ydel Parque.

Se educó en un colegiode Londres, y continuó susestudios superiores enBruselas, y por fin los con-cluyó en París, año de1832.

En enero del año 1833,muerto su padre y siendo

segundón de la Casa, comenzó la carrera de las armas,tras sufrir severo examen, como alférez portaestandartedel Regimiento de Granaderos a Caballo de la GuardiaReal fernandina, acantonado en Ocaña. Tras la muertedel Rey, en noviembre del mismo año salió a campaña enpersecución del cura Merino, retornando luego a Madrid.En marzo de 1834 operó contra los carlistas en La Man-cha, y desde septiembre de 1835 en Andalucía. En febre-ro de 1836 pasó a ser ayudante de campo del generalGómez Butrón, capitán general de Extremadura, operan-do luego allí y en La Mancha, y distinguiéndose en la ac-ción de Horcajo. Ascendió a teniente en 2 de julio, y ense-guida se incorporó a las fuerzas que combatían al carlistaCabrera: en la acción de Serón (5 de diciembre) ganó lacruz de primera clase de la Orden de San Fernando. En1827 operó contra los carlistas en La Mancha, distin-guiéndose en la acción de Chelva; pero una caída de ca-ballo, sufrida en tierras de Guadalajara, le dejó inútil parael servicio y se vio obligado a pedir la licencia absoluta,que no se le concedió.

Su curación se retardó varios años. Estando aúnexcedente, en 1841 ascendió a capitán y fue distinguidocon la cruz de Isabel la Católica. Pero en octubre del mis-mo año, comprometido en el fallido golpe contra el regen-te, hubo de emigrar a Francia. Cuando se produjo el alza-miento moderado del verano de 1843, volvió a España yse presentó en Barcelona, operó contra las fuerzas es-parteristas y fue ayudante de campo del general Serrano,ascendiendo luego a segundo comandante de escuadróny mereciendo la llave de gentilhombre de cámara de Su

Don Luis Hurtado de Zaldívar y Fernández de Villavicencio, IIIMarqués de Villavieja, retratado por Murillo como brigadier deCaballería en 1859, y erróneamente identificado como el Duquede Montpensier (en comercio en Madrid, 1996).

Cuadernos de Ayala 42 - ABR/2010 [29]

Majestad(7). En 1844 ascendió a pri-mer comandante y fue destinado alRegimiento de Talavera, 1º de caza-dores; pero enseguida fue nombradoayudante del Duque de Valencia, ymuy luego fue agraciado con la cruzde la Orden de San Juan. Preocupa-do por la formación del militar, publicóentonces un Manual para Ayudantesde Campo (Madrid, A. Espinosa,1844). En 1845 ascendió a tenientecoronel, y obtuvo carta de sucesiónen el título de Marqués de Villavieja.En 1846 recibió la cruz supernumera-ria de la Orden de Carlos III.

En el año de 1847 fueayudante de campo del gene-ral Concha, jefe del ejército deobservación de Portugal -allíganó el grado de coronel y laencomienda de la Orden portu-guesa de Cristo-; y despuésacompañó a Berlín al generalConde de Vistahermosa, asis-tiendo a las grandes maniobras del ejército prusiano. Asu retorno a España, fue destinado al Regimiento de laReina, donde sirvió hasta su ascenso a coronel en mayodel año siguiente: entonces recibió el mando del Regi-miento de Almansa, 6º de línea, del que en octubre de1850 pasó a mandar el Regimiento del Rey, 1º de carabi-neros.

Entre 1851 y 1853 viajó a Francia, a la escuelade caballería de Saumur, estudiando la organización y latáctica francesas. Vuelto a España, se opuso al alzamien-to revolucionario de 1854; pero triunfantes los progresis-tas, fue separado del mando y quedó de reemplazo, aun-que se le promovió a brigadier de Caballería.

En 1854 publicó su Contabilidad, documentacióny detall del régimen interior que debe seguirse en un regi-miento de caballería (Valladolid, D. Santaren, 1854): esetexto sirvió durante años de pauta y formulario para elbuen gobierno de los cuerpos de Caballería. El brigadierMarqués de Villavieja se aplicó también a la traducción ypublicación de textos relativos al conocimiento y prácticade la Caballería ligera.

En 31 de octubre de 1856 se le confirió el mandodel Regimiento de Lanceros de Pavía, y al frente del mis-mos e distinguió durante los sucesos revolucionarios ocu-rridos aquel año en la corte, en los que ganó segundacruz de San Fernando por real orden de 9 de mayo de1856. En septiembre fue nombrado secretario general dela Dirección General de Caballería.

Elegido diputado a Cortes por el distrito de Baza(Granada) en 1857, solicitó y obtuvo su cuartel para Ma-drid, ocupando su escaño e interviniendo en las sesionesy debates parlamentarios.

A finales de noviembre de 1859 se le dio el man-do de la primera brigada de la División de Caballería delPrimer Ejército (formada por los Regimientos del Rey, dela Reina y de Numancia), cesando en el mando en julio

del año siguiente.

Recibió la gran cruz de la Ordende Isabel la Católica en 1860. Fuepromovido al empleo de mariscal decampo en 1864, y nombrado vocal dela Junta Permanente de Inspección deCaballería y al mes siguiente directorprovisional de la Cría Caballar. Por re-al orden de 30 de diciembre de 1864fue designado senador vitalicio delReino. Tras desempeñar durante unosmeses de 1865 el cargo de subdirec-tor de Remontas y Cría Caballar, vol-

vió a la situación de cuartel en Madrid.En 1866 fue distinguido con la gran

cruz de la Orden de Carlos III,y en 1867 con la gran cruz dela Real y Militar Orden de SanHermenegildo.

Se casó en 1854 condoña Luisa Álvarez de Bohor-ques y Giráldez, dama noblede la Orden de María Luisa ehija de los Duques de Gor,

Grandes de España, que estaba viuda de don José Álva-rez de Bohorques y Belvís de Moncada, VI Marqués deBélgida. Tuvieron al menos cuatro hijos, que al parecerles premurieron.

Falleció el general Marqués de Villavieja en Bia-rritz (Francia) hacia el 19 de noviembre de 1868 -su cuer-po fue hallado en un campo cercano el 21-, o sea un mesdespués de la muerte de su hijo primogénito; según Para-da y Barreto, se quitó la vida, quizá deprimido por esapérdida, y por el destronamiento de la Reina. Sus restosmortales fueron llevados a enterrar en Madrid.

N O T A S

1. Subastas Durán, catálogo Gran colección de ProcedenciaReal de los Duques de Montpensier, Condes de París, Luis Fe-lipe de Francia, Casa de Orleáns, Marqueses de Valdeterrazo yotras Casas Nobles (Madrid, 6 de junio de 1996), página 23.

2. AGM Segovia, Célebres, caja 124, expte. 1. Sobre su intere-sante vida: Ricardo MATEOS SÁENZ DE MEDRANO, Los In-fantes de Andalucía (Madrid, 2005).

3. Joaquín de SOTTO MONTES, Síntesis histórica de la Caba-llería española (Madrid, 1968), pág. 516.

4. El elenco de los caballeros isabelinos de la Ínclita Orden deSan Juan de Jerusalén, en Alfonso de CEBALLOS-ESCALE-RA, Dolores PALMERO y Antonio SÁNCHEZ DE LEÓN, La Or-den de Malta en España 1802-2002 (Madrid, 2003).

5. AGM Segovia, primera sección, legajo U-372.

6. Pedro CHAMORRO BAQUERIZO, Estado Mayor Generaldel Ejército Español, sección de brigadieres (Madrid, 1858), sinfoliar. Diego Ignacio PARADA Y BARRETO, Hombres ilustresde la ciudad de Jerez de la Frontera (Jerez, 1875), págs. 229-231. José Luis ISABEL SÁNCHEZ, Alfonso de CEBALLOS-ES-CALERA y Javier PUENTE, Laureados de Caballería (pendien-te de publicación por el Ministerio de Defensa).

7. Su carrera palatina entre 1843 y 1854, en AGP, Personal,caja 519, expte. 12.

Cuadernos de Ayala 42 - ABR/2010 [30]

Armas y firma del general Marqués deVillavieja, tomadas de la aludida obra dePedro Chamorro.

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Cuadernos de Ayala 42 - ABR/2010 [31]

Cuadernos de Ayala 42 - ABR/2010 [32]

VERSOS DE HISTORIA Y TIEMPO

Epitafios que había en 1603 en la catedral de Lisboa

(de unas notas tomadas por el primerMarqués de Miranda de Ebro hacia 1880)

Aquí jaz Vasco Fernandes de Temes, pequeno decorpo e grande de esforzo, sempre foy rogado e nunca

foi forzado. Juan Munoz meu pai me fiz estealbergamento e casa. Dios le de Paraíso a Alma.

Aqui jaz Fernâo Ferreto morto, e non se levantarad’aquí aunque vengan Mouros, Turcos, Judeus,

Áraves, Persas, Ganomantas, Indos,si non vinieren Castesâos

Aqui jaz quien foi vivo e jaz mortoe ainda morto, vive

porque o Mundo tembra em oir seu nome

Aqui jaz o corpo do senhor Basco Barretomorreu com consentimento de Deus,

e muito contra sua voluntade.Encomendamos vostra Ave María

Aqui jaz a osamenta do corpo de Jorge de Figueiravecino de Lisboa

naun cordes que mais o vereis na Rua Nova

Este albergamento e da signora dona María,muller de signor Muno Perzoto.

Morreu porque Deus quiso,que si Deu non quisiera ainda forra viva.

Laubado sea nooso Signor.

Aqui jaz o Rei Don Juan de allende e de aquende,e depois que morreu nao foi Rei,

mais o dia do Juicio fará conquista a o mondo,ainda que pese a o Diablo.

Cuadernos de AYALA es una publicaciónperiódica de distribución controlada que seenvía directamente por suscripción. Las per-sonas interesadas se dirigirán a nuestra Re-dacción para comunicarnos su nombre y di-rección. La suscripción anual es de 20€ ypuede enviarse mediante cheque o transfe-rencia bancaria a favor de PALAFOX Y PE-ZUELA S.L., Banco Santander Central His-pano, calle Quintana 19, 28008 Madrid,cuenta corriente 0049-5168-34-241003 9044.

Cuadernos de AyalaGaceta trimestral de información varia y miscelánea

sobre órdenes y condecoraciones, genealogía y heráldica,nobiliaria, iconografía, ceremonial y protocolo dirigida por el

Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila

CONSEJO DE REDACCIÓNDr. D. Félix Martínez Llorente (U. Valladolid), Dra. Dª Ana BelénSánchez Prieto (U. Complutense), Dr. D. Juan Van Halen (U. Alcalá),D. Manuel Rodríguez de Maribona (Academia Asturiana y ColegioHeráldico), Dr. D. Luis de Cevallos-Escalera (U. Francisco de Vitoria),D. José A. Dávila (Real Academia de Toledo), D. Conrado García dela Pedrosa (Biblioteca Nacional), D. Luis F. Cercós (AcademiaMelitense), y D. Fernando de Artacho (CEH Ortiz de Zúñiga).

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En este número:[2-3] Editorial: Una interesante snetencia sobre

cuestión heráldica: el caso Panizo y el diarioLa Nueva España (2004-2010)

[2] In Memoriam: Don Pedro de Carvajal y deSerrano

[4-6] Novedades, cursos y encuentros culturales[7-8] Las nuevas caballerías del Reino de Tonga,

por el Dr. D. José María de Montells y Galán[9-17] La Orden Militar de San Sebastián, llamada

de la Flecha, por el Dr. Marqués de La Flo-resta

[18-21] La laureada de Espartero y la laureada deFranco: una polémica insustancial pero ma-lintencionada, por el Prof. Dr. D. Alfonso deCeballos-Escalera y Gila

[22-24] Revista de libros[25] Revista de revistas[26-27] De gentes honradas[28-30] Identificación de un retrato del brigadier

don Luis Hurtado de Zaldívar, Marqués deVillavieja, coronel del Regimiento de Lance-ros de Pavía, por el Prof. Dr. D. Alfonso de

Ceballos-Escalera y Gila

[32] Versos de historia y tiempo: Epitafios de laSé lisboeta en 1603